The George F. Landegger Collection of Alabama. Foto: Carol M. Highsmit. |
Diluvio
migratorio & Siete plagas de Kemet.
En The Dark
Knight Rises ("El caballero de la noche asciende", 2012), Batman
enfrenta al golpista corporativo Bane de la "Liga de las sombras" en
el contexto de las protestas mundiales por la crisis económica internacional
del 2008 y los rescates bancarios. La película generó controversias en los
medios marxistas franceses que criticaban al hombre murciélago como el policía
del capitalismo y elogiaban al villano como un justo revolucionario comunista.
Bertrand Russell afirma que Marx adaptó la escatología judeocristiana a la filosofía
política: Dios controla el proceso dialéctico que gobierna la historia, el
proletariado el "pueblo elegido" para salvarse, el partido comunista
la Iglesia, la revolución el regreso glorioso de Jesucristo y la nueva sociedad
comunista la paz, la armonía y la fraternidad anunciadas en las Escrituras.
Umberto Eco sugiere que en lugar de preguntar qué dice un texto, hay que
preguntar qué significa. Sólo falta rascar un poco para identificar las claves
semióticas del lenguaje cinematográfico, el nombre del villano viene del kemita
BANE, asirio BANI, fenicio BANA "constructor". El título del rey de
Kemet como el primer constructor del reino al tomar posesión y luego para los
gremios de constructores. El árabe AL-BANI "albañil", el árabe hispano
ALBANI, alemán MAURER, piedra en inglés STONE y portugués PEDREIRO, muro en
italiano MURATORE con escuadras, cartabones, cuerdas anudadas y plomadas. La
"Liga de las sombras" que planea el golpe de estado en las
construcciones subterráneas de Gótica, que bien podría ser Nueva York, Santiago
de Chile, Buenos Aires, Madrid o la CDMX; es la logia masónica de corte
comunista. La estrella de cinco puntas de Sirio, la patrona de los magos Isis
que resucita lo muerto por amor al plantear el problema del mal en la tierra y
colocar la jurisdicción en el cielo: Gran Magistrado del Granero Celestial del
Pan de Eternidad y Cerveza Perpetua Osiris Orión. El pentagrama pitagórico
(luz, aire, viento, fuego, agua) un símbolo sagrado de la armonía de cuerpo y
espíritu, adoptado por la secta de los maniqueos y los bogomilos de los
Balcanes. El mito de la muerte de Adonis, de cuya sangre brotan las rosas como
símbolo del amor que va más allá de la muerte. En la mitología griega la ninfa
RHODO "rosa" de la isla de RHODOS "Rodas", hija de Poseidón
y Afrodita y esposa de Apolo, recibe el título RODOCROOS "color de la
rosa". La rosa roja encripta la estrella de cinco puntas de la
resurrección para una sociedad esotérica evangélico-cristiana del Renacimiento
con la dualidad "Primavera/Verano": los rosacruces alemanes o
"Colegio de los Sabios" (rosa de cinco pétalos en una cruz), el sello
de Martín Lutero (cruz que sale de un corazón dentro de una rosa de cinco
pétalos), francmasonería ("las tres rosas de San Juan" del 24 de junio:
"luz, amor y vida"), la dinastía Tudor de Inglaterra y las banderas
socialistas: Partido Socialista Obrero Español PSOE. En Sumeria el Martillo un
símbolo del LU.GAL "hombre grande" que recibía el título NAM.GISITA
"Señor del Mazo" y su AGA "Corona". La francesa MAÇON "masón" es la única que
hace referencia al Mazo como símbolo de autoridad de los reyes antiguos, las
corporaciones, los colegios y los jueces. Unug la metrópoli de la primera red
de comercio que unía Kemet, Mesopotamia, Asia Menor y el Indo. En 3000 a.C., se
derrumba la ideología del progreso y pierde la hegemonía sobre las demás
ciudades estado y sus colonias. Estalla la insurrección en el campo por las
duras condiciones de trabajo y en la ciudad por la falta de alimentos con el
pillaje y la anarquía. Parte de los historiadores interpreta el Diluvio como
una invasión migratoria, una figura literaria de una migración masiva con el
aumento en las demandas de producción de alimentos que no pudieron ser
cumplidas con la hambruna, la insurrección en el campo, el abandono de los asentamientos
rurales por el campesinado que se apodera de las tierras de los templos y el
abandono de los habitantes de la ciudad para regresar al campo. Gilgamesh
"Noé", en caso de haber existido, Armstrong lo ubica en 2750
a.C., y Kriwaczek en 2600 a.C. Posiblemente un rey sacerdote, el
"Señor del Mazo". Miembro de la aristocracia militar, respetado y
amado en la ciudad por comerciantes y soldados, aborrecido por el
campesinado, a quien se atribuye la construcción de las murallas de Unug
para frenar la inmigración con el trabajo forzado de sus hijos. Las dialécticas
revolucionarias primero invocan las leyes del cambio para imponer paraísos
terrenales apocalípticos con el "fin de la historia", después las
niegan para mantener el guión, pero el tiempo no se detiene por nadie, a cada
tesis le surge su antítesis, la pureza se convierte en purga y termina siendo
una distopía mantenida a la fuerza después de que deja de ser creída. Eso le
pasó a los habitantes de Unug con la plaga y el diluvio migratorio en el III milenio
a.C., lo mismo que ocurre con el desastre migratorio y el COVID-19: "Las
sociedades complejas muy organizadas son máquinas delicadas. No se necesita
mucho para arruinarlas. "A falta de un clavo... el reino cayó", como
dice una vieja rima. Las civilizaciones que se basan en la ideología son
incluso más frágiles que otras. Como nos ha mostrado la historia del siglo XX,
el fin se acerca cuando la gente deja de creer en el sistema; no hay coerción
que pueda sostenerlo indefinidamente. Cuando los habitantes del Uruk tardío
miraban a su alrededor y veían sus campos arruinados, sus compañeros
coaccionados, un exterior incapaz de ofrecer resistencia bélica... debieron
empezar a cuestionar las convicciones con las que habían sido adoctrinados tan
eficientemente durante tanto tiempo. Su mundo se vino abajo tanto por las
presiones externas como por la pérdida de fe en los beneficios de sus creencias
y en la capacidad de su ideología para asegurarles una vida feliz... Parece que
sólo disponemos de una oscura indicación de la gran pérdida de fe, conservada
en la antigua tradición oral. En la epopeya de Athrasis, el Diluvio se ve
precedido por los intentos del dios Enlil de diezmar la población humana con la
plaga, seguida de la salinización, la sequía y el hambre... La historia oficial
sumeria como aparece resumida en la Lista Real de Hutu-Hegal, ignora este
asunto. Sólo explica que el antiguo orden fue borrado de un plumazo: "y
después, el Diluvo sobrevino". Parece que los historiadores de la nueva
administración quisieron trazar una línea divisoria sobre el pasado... El
Diluvio simbolizaba el rechazo total de lo que había pasado antes. La era del
predominio regional de Uruk había pasado y era mejor que se olvidara. Era la
hora de un nuevo comienzo" (Kriwaczek, pp. 101, 102). Los kemitas, los
griegos y los romanos pensaban que había tres tipos de seres, los de puro
espíritu que habitaban en el cosmos, las personas racionales en las que el
espíritu controlaba el cuerpo físico y las irracionales en las que el cuerpo dominaba
la mente y a las que la esclavitud sólo oficializaba su irracionalidad. Las
primeras nociones de esclavitud no eran arbitrarias, sino del derecho natural
que hacía que unos nacieran para mandar o ser mandados en su propio beneficio.
El papiro de Ipuur escrito entre 1850 a.C., con hechos del primer periodo
intermedio de Kemet (2181-2052 a.C.), narra la anarquía y caída del Imperio
Antiguo, el príncipe Ipu describe una tierra afligida por los desastres
naturales y el caos, los pobres se hacen ricos, los ricos se hacen pobres y la
guerra, el hambre y la muerte están en todas partes: "En el segundo
texto, las "Admoniciones de un Profeta", otro sabio llamado Ipuur (un
funcionario de hacienda del Delta) llega a la corte de un rey anciano y
enfermo, probablemente Fiope II. El vetusto rey ha estado protegido de la
verdad por sus cortesanos sicofantas, e ignora los peligros que acechan a
Egipto, pero Ipuur describe la terrible situación... El mundo que describe
Ipuur representa una sociedad que se está desmoronando por dentro: el gobierno
central va a la deriva, los papeles de los ricos y los pobres están invertidos,
hay violencia, robos, asesinatos, hambre y desastres por todas partes. Los
extranjeros hostigan las fronteras de Egipto, y el populacho amenaza la administración
que se está desintegrando. Los sistemas agrícolas y de irrigación se están
destruyendo, lo cual desemboca en la hambruna y, a causa de este derrumbe
social, los ladrones y asesinos disfrutan de la libertad de aterrorizar a sus
vecinos. En vez de anhelar la continuidad de los gozos de la vida, ahora la
gente considera la muerte un trance deseable y ansía no haber nacido... Ipuur
pronostica futuros desastres y ruega a la corte que tome las riendas, combata a
los enemigos del rey y restaure las tradiciones de los dioses. Pero sus
súplicas son ignoradas y la situación sigue deteriorándose hasta que finalmente
los últimos vestigios del orden son aniquilados. Todo ello culmina con el
derrocamiento y la destitución del rey" (David, pp. 124, 125). El golpista
Bane libera a los prisioneros de Black Gate para que tomen Ciudad Gótica. Lo mismo
hicieron los gobernantes masones italianos con los camorristas para
convertirlos en guardianes ciudadanos en el siglo XIX, los presidentes Alberto Fernández
en Argentina y Andrés Manuel López Obrador en México aprovechando el
confinamiento COVID-19. Fragmento del Papiro de Ipuur con las "siete
plagas" que forman parte de la historia del terror revolucionario:
"¡El arquero está preparado pues el malhechor está en todas partes! No
existe el hombre de ayer... el ladrón está en cualquier lugar... los
corazones son violentos... la sangre (está) en todos lados; la muerte no
escasea... Cada aldea dice: "Expulsemos a los poderosos de entre
nosotros"... la tierra gira como lo hace el torno de un alfarero. El
ladrón es (ahora) un poseedor de riquezas, (mientras que) (el noble se ha
convertido) en un saqueador. Ciertamente, los hombres dignos de confianza
(son) como los ciudadanos: "¡Qué horror!" "¿Qué puedo hacer?...
el río es sangre y uno bebe allí de él... las puertas, las columnas y las
paredes son incendiadas... Las ciudades (están) destruidas... los cocodrilos
han devorado hasta el hartazgo lo que han capturado. Las personas van
hacia ellos por su propia voluntad. Esto es la destrucción (de la tierra)... Aquellos
que eran egipcios se convirtieron en extranjeros puestos sobre el camino...
Ciertamente, el grande y el pequeño (dicen): "Desearía estar
muerto". Los niños pequeños dicen: "Él no debería haber
permitido la vida"... No hay brillo en tu rostro como en el mío a
causa del hambre... Todos exclaman: "No hay nada". Los almacenes
están vacíos... los humildes (marginales y mendigos) han alcanzado la
posición de la Enéada Divina (y) los procedimientos de la Casa de los Treinta
han sido revelados... Aquello que ocultaba la pirámide (ahora) está
vacío... Mira, el que no tenía nada, (ahora) es dueño de riquezas (y) el
funcionario lo reverencia. Mira, los pobres de la tierra se han convertido en
ricos (y) el (que poseía) cosas, (ahora) no tiene nada".
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La esclavitud
agraria.
No hace falta
ser un genio para saber que el campesinado es la clase esclava del mundo
antiguo, moderno y posmoderno, y que en su caso es válida la palabra
campesinado porque las familias trabajaban juntas a diferencia de otros modelos
económicos que plantean distintos tipos de familias según las necesidades del
mercado: "cinco hijos de diferentes padres". La economía capitalista
promueve la salvación individual que puede ocurrir en cualquier instante, una
experiencia espiritual privada de recogimiento en el mercado. En el mundo
antiguo no existía la devoción personal a los dioses, era una experiencia
espiritual comunitaria como actores políticos. Los aristócratas sumerios
estudiaron astronomía y descubrieron patrones regulares en el movimiento de los
cuerpos celestes (leyes de causa y efecto). Concibieron el Orden del Universo
como un Estado donde los diferentes elementos trabajaban juntos para crear un
mundo estable, las leyes literalmente vinieron del cielo: matemáticas, geometría,
ética, estética, medicina, derecho, dialéctica, ingeniería, física, química,
etc. Si el Estado era una proyección celeste que asignaba a cada elemento
natural una función, tenía garantizado su funcionamiento. Los dioses gobernaban
el universo a través de sus leyes, la justificación de los gobiernos
terrenales. Cada Templo era una reproducción del Universo ("escalera al
cielo" que daría origen a las pirámides) al igual que el ordenamiento
social. Los humanos, los animales y las plantas estaban igual de sujetos a las
leyes del Universo, no había nada que no estuviera ajeno a la voluntad de los
dioses: elementos naturales. El politeísmo sumerio era una naturocracia: Enki
(Capricornio: "dios de la tierra"), Apzu (Acuario: "casa del
agua"), Enlil (Tauro: "dios del aire"). Los aristócratas eran
sacerdotes, que significaba lo mismo que ser burócratas, poetas y astrónomos
porque la religión y la política no estaban separadas con la administración de
la ciudad en el Templo. Los sumerios se convencieron a sí mismos que
representaban las leyes celestes, no la democracia con todos sus lados iguales,
sino la monarquía con el orden descendente de los elementos: capillas por
niveles y las pirámides, el origen de nuestros rascacielos modernos como
sinónimo de progreso y violencia estructural. Bajo está lógica, el lugar del
campesinado lo había elegido el cielo, y los gobernantes como representantes
terrestres administraban el funcionamiento del Estado, no eran responsables del
sufrimiento, una decisión que estaba fuera del ámbito humano. Al igual que los
kemitas, los griegos y los romanos, pensaban que había personas que eran
gobernadas por su cuerpo, y que su única posibilidad de progreso era la
esclavitud. Jamás vamos a ver movimientos indigenistas que busquen la destrucción
de las pirámides como sinónimo de desigualdad y opresión porque nos han sido
vendidas como el mayor logro de las civilizaciones antiguas. El discurso
indigenista se basa en satanizar las culturas europeas y en romantizar el
pasado, a su favor podemos decir que no es un discurso propio, sino que sufre
los análisis maniqueos del marxismo, una ideología moderna judeoalemana del
siglo XIX. La sumeria AMA.GI, traducida erróneamente como "regreso a la
madre", en realidad "regreso a la caña", literalmente al
"cáñamo" de los IGI.GI "ídolos de los ojos" de KI.EN.GI
"tierra del señor de la caña". El origen de "Amarga
libertad" para los esclavos del paradigma agrícola. El mito sumerio de la
explotación agraria cuando los IGI.GI se rebelan contra los anunnakis porque los
estaban matando con el trabajo, el origen de la creación humana para que
asumieran el trabajo: "El poema narrativo Atrahasis (c. 1700 a.C.)
está ambientado en el período mítico, cuando los dioses aún vivían en
Mesopotamia y "dioses y no hombres" hacían el trabajo del que depende
la civilización. El poeta explica que los anunnakis, la aristocracia divina,
forzaron a los igigis, los dioses inferiores, a llevar una pesada carga:
durante tres mil años araron y cosecharon los campos, y cavaron los canales de irrigación,
incluso tuvieron que excavar los lechos del Tigris y del Éufrates. "Día y
noche gemían y se culpaban unos a otros", pero los anunnakis no hicieron
caso. Por último, una muchedumbre enfurecida se reúne ante el palacio de Enlil:
"Cada uno de nosotros, los dioses, se declara en guerra. ¡Hemos dejado de
excavar! -gritan-. La carga es excesiva. ¡Nos está matando!". Enki,
"ministro" de Agricultura, está de acuerdo. El sistema es cruel e
insostenible, y los anunnakis se equivocaron al ignorar la grave situación de
los igigis: "¡Su trabajo era muy duro; muchas sus cuitas! Cada día
temblaba la tierra. ¡La señal de advertencia era grande!". Pero si nadie
realiza un trabajo productivo la civilización colapsará, por lo que Enki ordena
a la diosa madre crear a los seres humanos para sustituir a los igigis. Los
dioses no se sienten responsables de la difícil situación de sus trabajadores
humanos. A las esforzadas masas no se les permitía vulnerar su existencia
privilegiada, por lo que cuando los seres humanos llegan a ser tan numerosos
que su ruido mantiene despiertos a sus divinos señores, los dioses deciden
diezmar la población con una plaga... Una vez más, la crueldad aristocrática no
deja de ser criticada. Enki, a quien el poeta llama "el de vista penetrante",
desafía valientemente a sus compañeros dioses, recordándoles que sus vidas
dependen de sus esclavos humanos. Los anunnakis aceptan liberarlos y retirarse
a la paz y el silencio del cielo. Ésta es una expresión mítica de una dura
realidad social: la distancia que separaba a la nobleza de los campesinos es
tan grande que vivían en dos mundos diferentes" (Armstrong, pp. 37, 38).
La primera economía centralizada sumeria tampoco cambió la situación del
campesinado, que seguía siendo esclavo para cumplir las políticas
"igualitarias y redistributivas". El sistema colectivista sumerio de
la III dinastía de Ur de Ur-Nammu de 2200 a.C., limitaba la libertad por la
igualdad económica en un Estado centralizado y redistributivo con una figura
paternal en la cúspide, una población distribuida en la base de la pirámide y
una red que une todos los intereses: ideologías totalitarias que justifican las
estructuras sociales y económicas; regulación de todos los aspectos de la vida;
personas que sólo existen como integrantes de grupos, fuera de ellos no pueden
participar en la ciudad; posesión de la tierra y los medios de producción en
manos del estado; cada miembro obligado a servir al estado una parte del año;
cada provincia paga grano y ganado a una agencia central; el estado se reserva
el derecho de expropiar y regular los precios; los estratos sociales más bajos,
los trabajadores no especializados y los esclavos son propiedad del estado y su
única actividad es el trabajo; el rendimiento de los capataces se evalúa con
unidades de producción demandadas, en caso de incumplimiento, deudores y sus
generaciones son futuros esclavos; los miembros más débiles de la comunidad
reciben ayuda; las raciones de comida de las personas con discapacidad son más
pequeñas; un curriculum nacional para el entrenamiento de escribas en las
academias; el culto a la personalidad del líder y construcción de enormes
monumentos en su honor: "Los oficiales del Partido Comunista ruso
comprendieron que exigir al pueblo la creencia en el marxismo, el materialismo
dialéctico o cualquier otro concepto abstracto, era una causa perdida. Lo que
realmente había arrastrado la lealtad del público había sido la personalidad
del líder... La respuesta de los jefes del Partido fue, por lo tanto, instituir
el culto a Lenin y después a Stalin... Los niños en la escuela aprendían a
cantar "Lenin vive, siempre vivirá". De hecho la combinación de culto
y ritual, de fe y adoración que se les ofrecía a los líderes muertos de la URSS
venía a ser una suerte de religión soviética. Aunque Stalin y Lenin nunca
fueron declarados dioses como le pasó a Shulgi, no es fácil decidir cuáles de
los versos siguientes fueron compuestos en honor del secretario general de
Comité Central del Partido y cuáles para el antiguo rey sumerio. Aquí van los
primeros: ¿Quién es tan poderoso y quién te hace sombra?¿Quién es el que, de
nacimiento, fuera tan abundantemente dotado de entendimiento como tú?
Que brille tu heroísmo y sea tu poder, con el
debido respeto, enaltecido. Y aquí
van los otros: Tú que condujiste al hombre a nacer. Tú que hiciste fructificar
la tierra, tú que
restauraste los siglos, tú que hiciste
florecer la primavera, tú que hiciste
vibrar las cuerdas musicales... Tú, esplendor de mi primavera, oh, tú, sol que se refleja en un millón de corazones" (Kriwaczeck, pp.
192, 193). Legorreta Díaz en Religión, política y guerrilla en Las
Cañadas de la Selva Lacandona, rescata el dato de los indígenas
tzeltales descendientes de los siervos feudales de los dominicos, con un trato
similar a los siervos medievales al guardar honor y respeto (código de
caballería) al patrón como autoridad espiritual (kahual: "mi
señor"), que les procuraba protección al cuidar su salud y seguridad de
amenazas externas: los comerciantes, los empleados de gobierno y los ladinos (caxlanes).
La independencia de México con la expulsión dominica hizo que se quedaran solos
en las tierras, expulsados con las leyes de Benito Juárez García, un indígena
oaxaqueño liberal que no protegió la clase campesina, aplastada brutalmente por
otro indígena oaxaqueño liberal, Porfirio Díaz Mori. Los liberales son una
máquina de matar campesinos al confiscar los granos para pasar de una economía
agraria a una industrial con la construcción de la nueva clase proletaria: Gran
Hambruna del Volga de Lenin en 1921 (1 millón); Gran Hambruna de Kazajistán de
Stalin entre 1932-1933 (2 millones) y Gran Hambruna de Ucrania de Stalin en
1934 (5 millones), quien presumió ante Churchill 10 millones con el proceso
completo y Robert Conquest contabiliza 20; Gran Hambruna del Gran Salto
Adelante de Mao en 1958-1961 (38 millones); los Campos de la Muerte de Pol Pot
en Camboya en 1975-1979 (3 millones). The room where it happened (2020)
de John Bolton, filtra que Trump pidió a Xi Jinping la compra de productos de soja
y trigo para apoyar a los granjeros del Medio Oeste a cambio de renunciar a
algunos aranceles a China, cuya intención era la reelección de noviembre de
2020. Eso lo único que indica es que su base electoral son los agricultores y
la clase trabajadora olvidada por los liberales de izquierda. El neoliberalismo chino
funciona por los millones de campesinos arruinados que se ven obligados a migrar a la ciudad para
trabajar en la industria. El neoliberalismo occidental funciona por los
millones de inmigrantes que aceptan condiciones indignas de trabajo. La
globalización promueve la destrucción de las economías locales con la
inmigración y el neoliberalismo una puja mundial por el abaratamiento del
trabajo.
The George F. Landegger Collection of Alabama. Foto: Carol M. Highsmit. |
La esclavitud
de deuda.
La III
dinastía de Ur fue reemplazada por el primer experimento mercantilista de la
historia con la invasión amorrea. Los servicios bancarios y financieros en la
Babilonia de Hammurabi, que en teoría aseguraban la libertad de mercado, pero
promovían la desigualdad social al estimular la esclavitud por deuda y producir
nuevos ricos y pobres, que por la miseria caían de nuevo en la esclavitud con
sus hijos (limitada a tres años en el código Hammurabi). Sociedad donde los
hombres cambiaban a mujeres en los festivales de Ishtar y se ejercía la
prostitución sagrada en el Templo, que también funcionaba como prestamista para
las chicas que caían en la esclavitud por deuda. En Ur y Larsa los préstamos de
onza de plata eran por categoría social: grandes cantidades con intereses bajos
a largo plazo a personas importantes y asociados, cantidades pequeñas a corto
plazo con intereses altos a granjeros y pescadores que los usaban para pagar
impuestos de forma urgente. El préstamo de onza de plata de Dumuzil-Gamil era a
cinco años con un interés por ley del 20% (3% anual) y el préstamo a dos meses
elevaba el interés a más del 800% del índice del porcentaje anual, que sufría
un aumento adicional porque los recaudadores de impuestos privados tenían que
recuperar la cartera más honorarios. La desesperación hizo que las familias
vendieran a sus miembros como esclavos, principalmente niñas y niños; y cuando
nadie pagaba impuestos por los intereses de deudas impagables y estallaban
rebeliones de esclavos que amenazaban la estabilidad económica o política del
Estado, se proclamaba la nulidad o remisión de la deuda limitado a préstamos
personales a corto plazo que financiaban el consumo, el pago de impuestos y la
libertad de los esclavos, eventos que ocurrían con el ascenso de un nuevo
monarca o cuando el malestar no era contenible como el reinado de Rim Sin. El
código Hammurabi (1750 a.C.) de 282 preceptos legales de la lex talionis
del "ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie";
reparaba el daño en la misma medida y el rey se proclamó "defensor del
oprimido y padre para sus asuntos" en una sociedad multicultural donde el
conflicto étnico amenazaba la estabilidad y castigado con dureza para evitar
malentendidos. La esclavitud por deuda limitada a tres años, en caso de usura,
el mercader no sólo perdía los intereses, sino el capital prestado. La Ley 89
establecía que si un mercader ha prestado grano o plata con interés, recibirá
por cada GUR de grano (unidad de capacidad para cereales de 2501) cien QA de
grano (0,841) como interés, por cada ciclo (medida de peso de 8,40 g) de plata
recibirá un sexto de ciclo y seis SE (medida de peso de 0,05 g) como interés.
La Ley 90 que si el mercader ha aumentado el interés más allá de cien QA por
GUR de grano, o más allá de un sexto de ciclo y seis SE por ciclo de plata y si
lo ha cobrado, perderá todo lo que prestó: "A partir de ese momento llegó
una era de privatización y subcontratación; ya no habría una sociedad como tal,
sino hombres y mujeres individuales y familias, unos ricos, otros pobres, unos
débiles y otros poderosos. Por supuesto, los grandes templos y propiedades
palaciegas permanecieron, pero despidieron a la mayoría de la mano de obra, y
con ello su responsabilidad hacia quienes les servían: burócratas y artesanos,
así como labradores y pastores. Por el contrario, los trabajadores agrícolas y
los artesanos eran contratados y despedidos según la temporada, y se contrataba
a empresarios independientes y tasadores agrónomos para mantener los asuntos
monetarios y comerciales del Estado. El resultado fue un sistema reconocidamente
relacionado con el nuestro, que comprende actividades bancarias e inversiones,
préstamos, hipotecas, cuotas y fianzas, compañías comerciales y sociedades de
negocios. Fue el primer experimento en la historia del capitalismo
mercantilista, con todas sus consecuencias, tanto positivas como negativas...
En resumen, el sistema financiero que floreció en la Babilonia de Hammurabi
tenía ya las propias técnicas que permitieron (tras ser redescubiertas miles de
años después) en primer lugar a los judíos, y luego a los lombardos y
venecianos, financiar la expansión de la economía europea durante la Edad
Media. Sin embargo, entre los aspectos negativos de está revolución económica
protoliberal se encontraba la estimulación de la deuda, la brecha siempre en aumento
entre los que tienen y los que no, así como la reducción de muchos a la penuria
y peores situaciones" (Kriwaczek, pp. 229, 231). En el siglo XII Felipe II
de Francia se plantea suspender el permiso de residencia judía por la usura y
en 1198 establece un registro nacional de deudas para frenar los abusos, que
podía ser usado por los jueces para otorgar moratorias o anular contratos. El
IV Concilio de Letrán en 1215 los relaciona con las herejías y los movimientos
de pobreza, grupo que en teoría era el principal enemigo de dichos movimientos
como los ricos y usureros prestamistas, pero también un grupo intelectual
subversivo que prestaba sus libros a los herejes. Inocencio III sostuvo que
emplearon sin escrúpulos el poder financiero y trastocaron el orden natural al
convertir a los cristianos libres en sus esclavos. En 1240 juicio del Talmud en
la Universidad de París donde se demuestra que permitía engañar y defraudar a
los cristianos en todos los campos posibles, san Luis IX prohíbe la usura y
plantea la posibilidad de que vivan del producto de sus manos, pero la sociedad
francesa se opone porque significaba la posesión de la tierra y el ingreso a
las corporaciones de artesanos. En 1268 expulsión de los banqueros judíos y
lombardos ("sieneses y florentinos") de Francia por las
devaluaciones, los motines y las huelgas de los tejedores revolucionarios. En
1275 Eduardo I declara que la usura era delito grave y los judíos tenían que
ganarse la vida como los demás, en 1278 sus consejeros le hablan de un "problema
judío" porque no eran útiles como financieros por la usura y fuente de
conflictos, aconsejando su alejamiento y la suspensión del permiso de
residencia. En 1290 son expulsados de Gascuña y las islas británicas alegando
el incumplimiento general de la ley contra la usura. El 22 de agosto de 1311
expulsión general de los judíos de Francia, fomentada por Clemente V que había
declarado herético el préstamo a interés. En 1329 los procuradores de las
ciudades se reúnen en Madrid para presentar sus demandas al rey, señalando que
la depresión económica estaba alcanzando en Castilla su límite con el aumento
del precio del dinero, los intereses reales de los préstamos y créditos, y que
los usureros judíos obligaban a sus acreedores a firmar recibos por el doble de
la cantidad entregada. Alfonso XI rechaza la demanda porque necesitaba ayuda
para la batalla contra los benimerines, pero acepta que todas las deudas fueran
registradas en documentos expedidos por escribanos cristianos, responsables de
comprobar que el dinero entregado fuera el mismo que figuraba en el papel,
además de prohibir "renuevos" con nuevos intereses legales. Las
denuncias de los procuradores en las cortes de Palencia de 1388 con el aumento
de los intereses al 200 y 300%. El Consejo Real decide que si el deudor por
medio de dos testigos judíos podía demostrar que los intereses superaban el 33%
legal, no estaría obligado a pagar el débito. Si el prestamista judío no podía
demostrar por medio de testigos cristianos o documentos que sus intereses eran legales,
se aplicarían las disposiciones de Alfonso XI y Enrique III, abonar la deuda en
un plazo inferior a seis meses: "Pocos meses después de los tremendos
sucesos a que nos hemos referido, los procuradores de las ciudades reunidos en
Madrid (1329) presentaron sus demandas como si se tratasen de reemprender una
ofensiva en toda regla... Es preciso no olvidar que la gran depresión estaba
alcanzando ahora en Castilla un punto culminante, adelantándose en esto a los
otros reinos de Europa: subía constantemente el precio del dinero y los
intereses reales de los préstamos y créditos tenían que ser incrementados. Los
judíos que partían de las experiencias negativas, tomaban ahora precauciones
para que no sufrieran perdidas los intereses. Los procuradores denunciaron que,
en aquellos momentos, los usureros judíos obligaba a sus acreedores a firmar
recibos por el doble de la cantidad que en moneda les entregaban... La
precaución no era ociosa ni la desconfianza de los judíos parecía injustificada
pues en el mismo cuaderno de peticiones los procuradores habían insertado una
petición de que se hiciera una rebaja, total y completa, en todas las deudas
pendientes de los no cristianos y un cumplimiento más estricto de aquellas
leyes que prohibían a los infieles la posesión de tierras y ganados.... Las
cortes de Palencia de 1388 fueron conscientes de que su trabajo fundamental
consistía en el refuerzo de las instituciones, es decir, de la paz interior...
Los procuradores de las ciudades presentaron una denuncia en toda regla:
aprovechando los tiempos difíciles, por fortuna ya superados, habían
incrementado los intereses de sus préstamos que, en ocasiones, alcanzaban el
200 y hasta el 300% del capital invertido" (Suárez. pp. 195, 236). La saga
de banqueros judeoalemanes inicia con los Fugger de Augsburgo de origen
campesino que se hicieron ricos con el comercio textil (gremios de artesanos)
en Suabia. Maximiliano I de Habsburgo al morir deja a su nieto Carlos de Gante
las tierras Habsburgo, la herencia de Borgoña, su opción a la Corona imperial y
la abultada deuda con los Fugger. Carlos de Gante era un Trastámara con línea
Hohenstaufen, se apoya en Jakob Fugger y Bartolomé Welser para comprar el voto
elector de la Corona imperial en Aquisgrán. Carlos V obtiene ingresos
anuales entre 1 y 1.5 millones de ducados, pero los créditos solicitados
alcanzaban los 39 millones que se duplicaban cuando no pagaba a tiempo, cuando
quiso quitárselo de encima, Jakob escribe una carta recordando que gracias a él
era emperador y que nada le hubiera costado apoyar a Francia que ofrecía
grandes bienes y riquezas en perjuicio de la casa de Austria. Su hijo Felipe
recibe un reino endeudado por cinco años, al año siguiente declara la
bancarrota que significa pérdidas del 40% para los Fugger, renegocia los
pasivos con títulos de deuda pública y solicita préstamos a los genoveses. En
1575 Felipe declara nueva suspensión de pagos y adeuda 17 millones de ducados,
sustituye a los genoveses por los castellanos y el desastre de la Armada
Invencible hace que declare suspensión de pagos y recurra de nuevo a los
genoveses. El 1607 las suspensiones hacen que los Fugger quiebren, en su apogeo
obtuvieron cinco millones de florines, las siguientes generaciones abandonan la
banca y se vuelven terratenientes.
The George F. Landegger Collection of Alabama. Foto: Carol M. Highsmit. |
Las revoluciones
grecorromanas.
La relación entre aristócratas y el demos al caer la monarquía griega fue mediada
por un gobierno de nueve arcontes (gobernadores), elegidos
cada año por los eupátridas (terratenientes), que al abandonar su
cargo ingresaban al Areópago con el monopolio de la
jurisdicción. En los siglos VI y VII a.C., sublevaciones atenienses contra las
instituciones eupátridas, los más pobres piden el repartimiento de la
tierra y la abolición del derecho vigente sobre el endeudamiento, los estratos
medios con estabilidad económica exigen derechos políticos y la anulación de
privilegios eupátridas. A comienzos del siglo VI a.C., sublevación
popular contra los nobles en la guerra civil. En 594 a.C., los bandos eligen a
Solón como arconte y árbitro con poderes extraordinarios, el
representante de la clase media debía velar por los intereses de los grupos en
disputa con una serie de reformas en la constitución ateniense: la abolición de
la esclavitud por deuda, la prohibición de préstamos que tuvieran por garantía
la persona, la abolición del estatus del hektemoroi campesinado
cuya trabajo estaba sometido a los propietarios de las tierras, el acceso de la
tercera clase al nuevo Consejo de los Cuatrocientos como contrapeso del Areópago,
admisión de la categoría militar más pobre (thetes) y la creación de un
Tribunal Popular al que todos los ciudadanos tenían acceso. Por primera vez en
la historia cambia la relación entre apropiadores y productores en una polis de
ciudadanos que se gobiernan a sí mismos para proteger la producción y la
propiedad de las clases dominantes. Solón los libera de la apropiación
extraeconómica del poder político y la dependencia personal, pero no entrega la
tierra o propiedad al campesinado más pobre con la falta de eleutheria
"libertad de trabajo". La decisión de Solón estaba basada en la
justicia proporcional, igualdad jerárquica o geométrica: "lo igual no
puede engendrar guerra". La ley es la misma con el acceso a los tribunales
y la asamblea, pero no existe el derecho igual a las magistraturas más elevadas
ni a la propiedad territorial porque estaban reservadas a los mejores. El
control de los magistrados del Tribunal Popular en manos de las asociaciones,
grupos y círculos de amigos de la aristocracia (etarrillas hetaireiai)
que concentraban el poder político y económico. El segundo impulso fue una obra
involuntaria de la guerra entre nobles con el apoyo de Esparta, que empezaron a
promover sus posiciones en los ciudadanos. Iságoras y Clístenes se enfrentan,
el último en su momento más débil se apoya en el demos como
bando (hetairoi) y contrapeso de la aristocracia (hetaireiai). En
508 a.C., Clístenes supera a Iságoras e instaura una serie de reformas que
eliminan las funciones políticas de las cuatro tribus dominadas por la
aristocracia, sustituidas por diez nuevas tribus basadas en criterios
geográficos y artificiales (distritos). La división de las tribus en demes elevan
la jurisdicción por encima de los vínculos tribales, de clase y parentesco (oikos):
las lealtades locales del campesinado ciudadano que trataba los asuntos que más
le afectaban y el nuevo papel legislativo de la Asamblea. Las reformas
debilitan la autoridad tradicional de la aristocracia al elevar el deme como
cuna de la deliberación que destruye la relación entre la aldea campesina
productora y el Estado apropiador. La democracia griega fue la Edad de Oro de
la esclavitud: "Al fin y al cabo, se trataba de una sociedad en la que la
esclavitud desempeñaba un papel de primer orden y en la que las mujeres no tenían
derechos políticos. De hecho, la evolución de la democracia acrecentó el papel
de la esclavitud y en algunos sentidos rebajó la condición social de las
mujeres, sobre todo en cuanto a disponer de la propiedad... Resulta aún más
evidente que la liberación del campesinado y su falta de disponibilidad como
mano de obra dependiente generaron nuevos incentivos para la esclavización de
poblaciones que no eran griegas. Así, mientras la esclavitud careció
relativamente de importancia en los días de Solón, en la edad de oro de la
democracia, según ciertas estimaciones, el número de esclavos debía rondar la
cifra de 110.000 en una población total, en el Ática, de 310.000 habitantes, de
los cuales 172.000 eran ciudadanos libres y sus familias (el número de ciudadanos
con derechos políticos plenos entonces debía de situarse en torno a los
30.000)" (Wood, p. 59). La sociedad romana se dividía en la élite
del 1% que acaparaba la atención de los cronistas como las celebridades de
nuestro tiempo, formada por los senadores patricios, los équites y la
clases dirigentes locales: 200.000 personas. Entre el 80 y 85% de la no élite:
minifundistas, arrendatarios, peones, esclavos. Entre el 15 por 100 de la no
élite, un 30 o 40 por 100: comerciantes, artesanos, etc. El 50 o 60 por 100
restante eran jornaleros. Los patricius justificaban su dominio en la
tradición militar de la caballería y el derecho de sangre como gene
fundadores patria potestas, controlaban todo y sólo ellos podían ser
magistrados, sacerdotes o jueces. Los únicos que tenían derecho a voto en el
Senado y los canales de participación de la plebe estaban diseñados para que
perdieran: las asambleas o comicios amañados para que los patricios siempre
ganaran; en los comicios curiales los nobles daban línea para que sus clientes
y ciudadanos que dependían de ellos votaran por su candidato; en las asambleas
centuriales las 95 centurias plebeyas eran superadas por las 98 patricias, y si
las cosas salían mal, el Senado podía ejercer su derecho de veto para anular
cualquier decisión de la asamblea popular. El 1% de la población patricia es
similar a la peligrosa matemática denunciada por Joseph Stiglitz en El
precio de la desigualdad. El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita,
y por Loretta Napoleoni en Maonomics. La amarga medicina china contra los
escándalos de nuestra economía, desde el gobierno de George W. Bush
(2001-2009) y Barack Obama (2009-2017) con las guerras en Irán y Afganistán que
quería continuar la ex candidata presidencial Hillary Clinton: "Barack Obama
es presidente de un país que no sólo tras el 11-S ha emprendido costosas
locuras militares con los ahorros de los trabajadores chinos, sino que aún
recurre a los asiáticos para sostener la recuperación y ese esfuerzo bélico...
La máquina burocrática se ha tragado hasta las promesas del candidato Obama, y
de aquel mantra que resonaba por doquier al ritmo de la palabra
"cambio" no queda ni el eco... También durante los ocho años de la
administración Bush la política fiscal fue discriminatoria y favoreció a los
ricos. Al comenzar el nuevo milenio Estados Unidos era el país industrializado
con el mayor índice de desigualdad social (el 1 por ciento de la población
acaparaba el 60 por ciento del PIB), situación que durante la presidencia de
Bush se agravó hasta amenazar la supervivencia de la clase media. Y ni siquiera
la tan esperara reforma fiscal de Obama pone fin a esta injusticia. Karl Rove,
considerado como el cerebro de Bush como artífice de su política, sancionó esa
desigualdad al introducir en la Casa Blanca el concepto undeserving poor,
los pobres que no merecen nada por ser la escoria de la sociedad. Son los
"desechos sociales" de la política asistencial de los liberals de
los años setenta en los guetos urbanos y de la "cultura victimista"
promovida por los demócratas, y alegan que es gente que no tiene ganas de
trabajar y que vive gracias a la caridad del Estado" (Napoleoni, pp. 186,
194, 195). A inicios del siglo V a.C., los patricios vieron peligrar su
condición privilegiada cuando cambia la forma de hacer la guerra, la caballería
y protección que brindaban empezó a ser desplazada por la infantería y fuerza
plebeya, que empezó a reclamar un mejor trato. En 494 a.C., la crisis económica
tiene a los campesinos empobrecidos, endeudados, hambrientos y al borde de la
esclavitud en caso de impago. Los patricios temían un ataque inminente y se
acercan para proponer que participen como soldados a cambio de abolir la
esclavitud por deuda. Pasado el peligro se desdicen de la promesa y en
respuesta convocan la primera huelga general, dejan sin mano de obra al
Imperio, suben al monte Sacro y no bajan hasta lograr tres cosas: la asamblea
plebeya, dos magistrados plebeyos que proporcionaban asistencia legal y después
el derecho de vetar las decisiones del Senado que perjudicaban a las clases
bajas y un templo a la diosa Ceres con sacerdotes plebeyos. En 450 a.C.,
obtienen un logro con la ley de las Doce Tablas por escrito, ya que a pesar de
instituir la esclavitud por deudas, el derecho de los padres a vender a sus
hijos y la prohibición del matrimonio entre plebeyos y patricios, garantizaba
el derecho a un defensor y una norma escrita apelable porque las leyes eran
transmitidas de forma oral y la memoria de los jueces patricios siempre
favorecían a su casta. En 445 a.C., se autoriza el matrimonio entre patricios y
plebeyos, los comerciantes más ricos eran los únicos que podían aspirar a
romper la barrera de clase para integrarse al 1% y surgen nuevas figuras e
instituciones plebeyas con dedicatoria que hacen igual de valioso el dinero
como la pureza de sangre, y en la que los miembros de baja cuna no tienen
ninguna posibilidad de ascender. La élite plebeya empieza a exigir cargos que
sólo los patricios podían ocupar y en IV a.C., las nuevas crisis imperiales les
abren la puerta del consulado, la dictadura, la censura y la pretura. En 312
a.C., los senadores plebeyos obtienen derecho de voto en el Senado, una nueva
élite del 1% entre patricios y plebeyos ricos y emparentados, para evitar
nuevas revueltas por hambre y obtener nuevos ingresos, inician una política de
conquista para otorgar tierras a los pobres al tiempo que ampliaban su hacienda
y se quedaban con la mayor parte. La nueva bonanza provoca la abolición de la
esclavitud por deuda porque ya nadie tenía la necesidad de vender a sus hijos y
los prisioneros de guerra se convierten en siervos. Los plebeyos adinerados
ponen de moda liberar a los esclavos locales de por vida porque ya no tenían
necesidad de tenerlos y los convierten en sus clientes para asegurar su voto en
las asambleas populares, mientras en los campos y las minas los esclavos
extranjeros eran tratados como animales. Los esclavos libertos empezaron a usar
el gorro frigio (Frigia, Turquía), usado por los revolucionarios franceses. El
trigo que venía de Macedonia y Cartago era tan barato que arruinó al
campesinado libre y los grandes terratenientes aprovechan para obligarlos a
vender sus parcelas y terminan viviendo en las calles de los subsidios de los
políticos para ganar su voto. Todas las reformas para regresarles
la tierra fracasaron porque afectaban a los grandes hacendados y el único logro
que obtuvieron los esclavos viejos y enfermos cuando sus dueños los
abandonaban, es que el Estado los alimentara.
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El pecado
original: la propiedad, la jurisdicción y el gobierno.
Agustín de
Hipona defendía que el gobierno y la propiedad son males necesarios después de
la caída de la gracia o expulsión del Paraíso, convenciones humanas sancionadas
por la autoridad divina. En la Alta Edad Media la dignidad real de Cristo
recaía en el sacerdos rex de Carlomagno como jefe de la Espada
de la Iglesia y del Estado del Sacro Imperio Romano Germánico para protegerla
de las doctrinas de los falsos hermanos y la destrucción de los paganos, por
encima del príncipe de los apóstoles con sede en San Pedro (el papa). Las
coronaciones reales (quinto sacramento) eran similares a las de un obispo
(cuarto sacramento), ambos usaban vestiduras, sandalias y recibían el anillo
"episcopal" y el báculo. El rey además recibía la espada del Estado,
el palio, los brazaletes y el cetro, administraba sus territorios a través de
sus obispos, arzobispos y abates oficiales que eran funcionarios reales
designados y juzgados por ellos como jefes de la Iglesia porque el cargo de rey
era eclesiástico. El emperador como representante de Cristo en la tierra, tenía
un cargo superior al papa y la facultad de legislar las nociones de propiedad,
jurisdicción y gobierno. El problema era que la Iglesia y el emperador basaban
su derecho de representación y administración de la propiedad en el texto
latino apócrifo Donatio o Constitutum Constantini de la
primera mitad del siglo VIII y mediados del siglo IX. La base jurídica de la
donación del emperador Constantino de los territorios de Roma, Italia y
Occidente al papa y sucesores, uniendo los derechos espirituales del vicario de
Cristo en la tierra con los derechos reales sobre territorios imperiales, un
emperador de emperadores con la facultad de consagrar monarcas en sus coronas.
Las cosas cambian en 1070 cuando Gregorio VII niega a Enrique IV el poder de
consagrar obispos en la Italia imperial y desencadena la división entre el
Estado (gibelinos) y la Iglesia (güelfos). En 1076 lo excomulga por deponerlo y
promover la elección de un antipapa, el emperador afirma que el título rex
romanorum le otorga facultad de intervenir en la elección de los
pontífices. Facciones que disputaron el domini mundi con varios
antipapas imperiales y emperadores excomulgados: Alejandro III a Federico
Barbarroja, Inocencio III a Otón de Brunswick y Gregorio IX a Federico II. La
casa de Baviera la facción güelfa (welfen) partidarios del papado, las
libertades comunales y la independencia de Italia: los mercaderes. La casa
Hohenstaufen la facción gibelina (weiblingen) partidarios del Sacro
Imperio, el poder secular y el orden: signori terratenientes. La
denominación aparece en Italia y los güelfos fusionan la liga de Verona y la
liga de Crema en la sociedad lombarda para proteger al papa, acusaban a los
gibelinos de apoyar la tiranía y eran acusados de favorecer la anarquía. Los
güelfos representados por la dinastía Azzo del Este, rama fundadora de los
condes de Baviera; los Orsini de Roma; los Boundelmonte, Albizzi, Pazzi,
Capponi y Médicis de Florencia; los Bounsignori de Siena; los Bentivogli de
Boloña; los Malatesta de Rimini; los Scotto de Lombardía y Dante Alighieri,
autor de la Divina Commedia. Los gibelinos Amidei de Florencia; los
Colonna de Nápoles y Roma; los Della Gherardesca de Pisa; los da Romano, Della
Scala de Verona y Visconti de Milán con sus ideólogos Tomás de Aquino, Marsilio
de Padua y Guillermo de Ockham que proponían conceptos de ley, propiedad,
jurisdicción y gobierno que limitaban el poder religioso. En 1057 el cardenal
Humbert en Adversus Simoniacos Libri Tres, señala que los obispos
eran elegidos por el clero a petición del pueblo, y su consagración a cargo de
los obispos de la provincia. Nicolás II en su breve pontificado (1059-1061),
restringe el derecho al voto a los cardenales obispos romanos, en una segunda
fase a los otros cardenales, el clero y el pueblo que sólo se limitaban a
ratificar, para librar a la Iglesia de las injerencias laicas capitaneadas por
el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1075 el texto Dictaus
papae de veintisiete puntos refleja los principios de la reforma
gregoriana y la supremacía papal: los príncipes deben besarle los pies al papa
y puede deponer emperadores, nadie puede juzgarlo, la Iglesia romana nunca se
ha equivocado y nunca se equivocará, el papa puede liberar a sus súbditos del
poder de obediencia de hombres malvados y establece su santidad automática. En
1215 el IV Concilio de Letrán el origen de los franciscanos y dominicos para
neutralizar los cultos heréticos que hacían proselitismo con los signos
externos de castidad, pobreza, ascetismo y humildad. Francisco de Asís
repudiaba la propiedad individual entre los hermanos de su comunidad y las
transacciones comerciales. Juan Duns Escoto (1266-1308) postula un estado de inocencia
donde todas las cosas eran usadas en común por derecho natural, pero no
implicaba la propiedad ni la posesión comunitaria, relaciones en la sociedad
civil que no eran naturales aunque fueran usadas para mantener la paz y el
orden. La tesis franciscana promovía la idea de que Dios había dado el mundo
para su uso en común, ninguna persona ni corporación podía afirmar su derecho
de propiedad en la naturaleza, la Iglesia y el Estado eran administradores,
pero la propiedad pertenecía a Dios. Los dominicos se opusieron, entre ellos
Tomás de Aquino (1225-1274), afirman que el uso no podía separarse de la
propiedad porque su transferencia afectaba ambas partes y separan la propiedad
de la jurisdicción para protegerla de las autoridades eclesiásticas y seculares
que quisieran afirmar algún tipo de dominio sobre los bienes. Los franciscanos
denunciaron la riqueza en una Iglesia de pobres y el grupo radical fraticelli
fue combatido y exterminado. La Iglesia plantea el problema franciscano, porque
si no les ponía freno, se descarriaban en su idealismo, si los ponía bajo
tutela, se corrompían. Adopta el enfoque dominico para preservar la paz y el
orden en la sociedad civil (defensa de la propiedad privada para evitar
regresar al anarco comunista Jardín del Edén donde "todo era para
todos") y Tomás de Aquino fue convertido en santo. El papa Juan XXII
mediante bula afirma que el dominio de Dios sobre la creación era análogo al
dominio humano con la posesión terrenal y que la propiedad justifica el consumo
de bienes y el derecho de uso. Marsilio de Padua (1275-1342) estuvo al servicio
de las grandes familias lombardas de los Della Scala de Verona y los Visconti
de Milán de la facción gibelina y buscó refugio en la corte de Luis de Baviera.
Tesis: el papado era la principal amenaza para la paz de Europa, las
recompensas y castigos religiosos aguardan en la otra vida, en el dominio
temporal la Iglesia está sometida, la jurisdicción y ley coercitiva para
alcanzar la paz pertenecen a la autoridad secular, la soberanía pertenece a una
corporación de ciudadanos. Guillermo de Ockham (1280-1348) fue acusado de
herejía por defender la pobreza apostólica y huyó a la corte del emperador Luis
de Baviera. Tesis: solo hay individuos y los universales son abstracciones,
ninguna colectividad es mayor que la suma de sus partes (sin personalidad
corporativa y voluntad propia), ningún individuo puede reclamar un poder
absoluto sobre otro, el pecado de Adán fue la propiedad y el gobierno (esto es
mío), de modo que pertenecía a la esfera temporal y la autoridad secular. Pero
las ideas no eran originales, Agustín de Hipona fue miembro de la secta
maniquea que postulaba que el "mal jamás podía ser destruido por ser parte
de la unidad", ese escepticismo dialéctico se refleja en el origen del
Estado laico que no existe en budismo, el judaísmo o el Islam, con la
separación de la ciudad de Dios de la ciudad de los hombres por el pecado
original transmitido de generación en generación. Para jainitas, budistas,
Hermanos del Espíritu Libre, maniqueos, hashshashins, bogomilas, patarinos,
cátaros, begardos, beguinos, alumbrados e Illuminatti el pecado original es la
procreación en un mundo material satánico. Esa es la dialéctica que afecta a
los ciudadanos que votan por los partidos de izquierda y derecha que rechazan
la Iglesia, la familia, la reproducción y la propiedad privada: anarquismo,
comunismo, feminismo, LGBT. Su discurso se centra en condenar la riqueza, que
la gente entiende como una crítica de la desigualdad material y no como una
condena al mundo material mismo que impide el disfrute de los derechos humanos.
Las sectas heterodoxas medievales y los partidos políticos promueven la
renuncia del mundo material (políticas públicas en salud, educación, trabajo,
acceso a la justicia, desarrollo humano e infraestructura) con el recogimiento
ascético de la ciudadanía activa para alcanzar el reino espiritual, como el
confinamiento COVID-19. Las banderas posmodernas no son ateas ni laicas con el
secuestro del Estado laico, son sectas que equiparan libertad espiritual con
desprendimiento de los bienes materiales y la abstención de la leche, la carne,
los huevos y el sexo, la mismísima agenda neoliberal. La mayoría de los
"defensores de derechos humanos" son publirrelacionistas del modelo
neoliberal que no van a sacar a ningún país de la pobreza: "En el
cristianismo acabaría por surgir una corriente neoplatónica, que adaptó la
concesión platónica de un reino trascendente situado más allá de la realidad
empírica y postuló la idea del Uno, la divina realidad unitaria, última e
incognoscible de la que emanaban todos los demás niveles de la realidad. La
filosofía platónica, ciertamente, aportaba un principio cósmico de autoridad y
subordinación que podía utilizarse -tal como algunos estoicos lo hicieron- para
justificar las jerarquías terrenales; y quizá se podía invocar la idea del Uno,
del que emanaban los órdenes descendentes de la realidad, en defensa del poder
absoluto del emperador... Pero el neoplatonismo cristiano en particular no era
el más indicado para brindar un apoyo positivo a las ordenaciones sociales y
políticas existentes. Más bien, tendió a devaluar la existencia terrenal y el
reino de lo material, y alentó a que los cristianos buscaran la liberación
mística de este mundo, movidos, siempre, por su afán de alcanzar el reino
espiritual y asimilar, en lo posible, el alma humana a Dios. Todo ello, sin
duda, pudo alentar una aceptación pasiva de la injusticia terrenal y apoyar, de
este modo, a las autoridades existentes, a menos a falta de otras mejores, pero
hizo poco por alentar la reivindicación de la propiedad y del estado... El
principio de que era la maldad humana la que daba legitimidad a las autoridades
terrenales, un principio que hallamos presenta ya en Pablo, alcanzó su pleno
desarrollo con San Agustín de Hipona, con quien se inicia una larga tradición
en la teoría política occidental que atribuye la necesidad y la legitimidad de
la propiedad privada, así como también del gobierno terrenal, a la condición
pecadora de la humanidad" (Wood, pp. 196, 197).
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Hermanos del
Espíritu Libre: "neoliberales".
Las ideas
preariyas postulan que la materia contiene el karma culpable de la
cadena de renacimientos sin fin que contamina el alma, y por lo tanto, cada vida es responsable de su
karma y salvación. No son necesarios ningún Dios ni salvador. El origen del
individualismo, el capitalismo y el neoliberalismo: "El cambio está en uno
mismo". Cualquier intento de salvación colectiva es complejo de
mesianismo, autosacrificio o estafas con fines privados. El Universo infinito
habitado por almas (jiva) de todas clases, las acciones que generan karma
hacen el alma más pesada porque es un fino polvo que se acumula. Para evitarlo,
era necesaria la no violencia (ahimsa), la austeridad, el ascetismo y la
renuncia a la posesión para reducir el engrosamiento material del alma (jiva)
por los karmas pasados. La salvación (moksha) hasta alcanzar la
purificación total para escapar del mundo material y la cadena de renacimientos.
Todas las banderas que se desprenden del jainismo niegan la ciudadanía
terrenal, no es ningún problema que la gente tenga tendencias escapistas
mientras no trate de imponer sus ideas, el problema en las democracias
liberales es cuando imponen la agenda pública con la corrección política, entre
ellas la negación de categorías de la materia que en teoría son delitos en una
sociedad occidental que la afirma: sexo, edad, parentesco, especie, propiedad,
vida. Occidente se mofa de Oriente por no tener democracia, Oriente se mofa de
Occidente por estar sometido a las dialécticas de las castas más bajas de la
India. Si los conquistadores ariyas de Irán, India, China, Suecia, España y
Portugal cargan la acusación histórica de monopolizar las riquezas y las mujeres
locales con el sistema de castas, las banderas de origen jainita justifican la
aceptación pasiva de la injusticia terrenal con el recogimiento de la
ciudadanía y el suicidio voluntario ("Club del Suicidio"): la
abstención de la leche, la carne, los huevos y el sexo. En nombre de los
derechos humanos no puedes pedirle a la población que niegue la materia nada
más porque un grupo piensa que es maligna. Una de las preocupaciones jainitas
era no matar a ningún ser vivo para no cargar más karma, el asceta avanzado
andaba desnudo y practicaba el ayuno extremo sallekhana hasta
la muerte, similar al suicidio voluntario de los "perfectos" del
maniqueísmo de 270 y el ayuno endura de los "puros" del
catarismo del siglo XII. En 700 a.C., el príncipe Parsva de casta ksatriya
pensaba que era la reencarnación de Indra, se cansa de las imperfecciones de la
existencia y renuncia al mundo para convertirse en asceta. Mahavira (599 a.C.)
de casta ksatriya el padre del jainismo al recuperar las enseñanzas de
Parsva en las llanuras orientales del curso bajo del Ganges. Su madre y padre
eran devotos de Parsva y practicaron el ayuno sallekhana hasta la muerte
(el nazi Otto Rahn investigó a los cátaros y terminó su vida con la
"endura" en los Pirineos). A los 32 años renuncia a su familia y a
sus posesiones materiales que entrega a los más necesitados y se vuelve asceta.
En 567 a.C. Gautama Siddharta de casta ksatriya se opone al sistema de
castas cuando fue testigo de la política expansionista brahmana de las
monarquías más poderosas que conquistan a las más pequeñas, provocando
malestar, anomia y preguntas sobre el significado de la vida. Gautama rechazaba
sus cánticos y sacrificios rituales, negaba que podían saber que el mundo había
sido creado por una divinidad suprema y que la forma más segura del
conocimiento era la naturaleza y la experiencia humana con la tesis de que el
sufrimiento presente no era eterno, el cambio inevitable en la naturaleza por
más lento que fuera y que era más importante saber cómo sería. Los condenados a
muerte vestían una túnica de azafrán de color naranja el día de su ejecución,
Gautama como los budistas también lo hacían para simbolizar que habían
renunciado a las cosas del mundo porque estaban cansados de la tristeza del
vivir (dukha), deseaban no nacer y liberarse de la cadena de
renacimientos del karma. En 148 Carpócrates de Alejandría funda la secta
gnóstica "Hermanos del Espíritu Libre" o adamitas que mezclaba en una
dialéctica negativa el cristianismo, el platonismo, las almas preexistentes
iranias y la negación de la materia indoaria (jainismo y budismo). La doctrina
de la metempsicosis de Platón y Pitágoras afirma que el cuerpo una vez
separado del alma, la última migra a un nuevo cuerpo según los méritos: perro,
esclavo o filósofo. Carpócrates cambia los términos de la transmigración de las
almas porque no era la virtud ni la renuncia del mundo material el camino al
reino platónico de las ideas, sino todo lo contrario con el principio de la
contradicción o nihilismo: el triunfo de la nada, el desenfreno, los excesos y
el libertinaje. El gnosticismo a diferencia de los platónicos y pitagóricos, no
considera que el mundo de las ideas sea perfecto ni el mundo de la materia una
copia imperfecta de las formas, sino una contradicción porque se basa en la noción
de Pléroma con un desorden inicial que hizo que varias chispas se
fugaran para habitar en los cuerpos y, para restaurarlo, debían regresar a la
unidad. También invierte la noción de karma de las malas acciones, en su
gnosis la única forma de liberar las chispas atrapadas en la materia es
saturándola de karma hasta agotar su negatividad, saldando la deuda con
el cuerpo para regresar al Pléroma. Los Hermanos del Espíritu Libre para
salvarse debían aumentar su karma con todas las acciones inimaginables,
representando la negación en un mundo contradictorio hasta recuperar la
plenitud con la Unidad. La tesis exotérica para el vulgo era sencilla: un mundo
creado por ángeles caídos, la creación mala y la única salvación era escapar
del mundo material con el suicidio voluntario, el homicidio y la
anticoncepción. El programa incluía un regreso a la inocencia del Edén con el
nudismo, las comunas sexuales, el amor libre, el rechazo del matrimonio y de la
procreación como pecado original al atrapar el alma en la materia: "El
cristianismo inyectó la escatología en el corazón de la sociedad occidental y,
pese a Agustín, aquélla no ha dejado de reaparecer una y otra vez. Entre los
siglos XI y XVI, diversos movimientos inspirados en creencias milenaristas se
desarrollaron en Inglaterra, Bohemia, Francia, Italia, Alemania, España y
muchas otras partes de Europa. Las personas a las que atraían podían haberse
visto afectadas por la guerra, la peste o la penuria económica, pero, en
general, dichos movimientos proliferaban entre aquellos colectivos que se
sentían inmersos en una sociedad que ya no eran capaces de reconocer y con la
que no podían identificarse, el más extraordinario de aquellos grupos fue el de
los Hermanos del Espíritu Libre, una red de adeptos y discípulos que se
extendió por amplias áreas de Europa... En cualquier caso, antes que cualquier
otra cosa (cristianos o musulmanes), los Hermanos del Espíritu Libre eran
místicos que creían tener acceso a un tipo de experiencia que superaba la
comprensión corriente... Quienes conocían aquel estado se volvían incapaces de
pecar e indistinguibles de la divinidad (al menos, a ojos de ellos mismos).
Liberados de las ataduras morales que constriñen a la humanidad normal y
corriente, podían hacer lo que les plugiera. Sintiéndose en posesión de un
privilegio divino, los begardos condenaban todas las instituciones establecidas
(no sólo la Iglesia, sino también la familia y la propiedad privada) por
considerar que encadenaban la libertad espiritual" (Gray, pp. 26, 27). La
experiencia nihilista de Dios apareció en Alemania con el dominico Eckhart de
Hochheim (1260-1328), prior en Erfurt, maestro de teología en París, vicario
provincial de Turingia y Sajonia, vicario general de la rama femenina dominica
donde tomó contacto con las corrientes místicas desarrolladas en Alemania. El
Director del Estudio General de Estrasburgo y del Estudio General de Colonia,
fue el fundador del misticismo especulativo renano que postulaba la experiencia
del mundo como un templo vacío sin ninguna pretensión. Un grupo dominico lo
acusó de tener corrientes heréticas y en un primer juicio salió inocente, el
arzobispo de Colonia inició campaña contra las beguinas, los Hermanos del
Espíritu Libre y Hochheim en un tiempo donde los franciscanos y los dominicos
se enfrentaban por su posición sobre la propiedad privada, algunas tesis fueron
sospechosas de herejía (budismo zen) y murió antes de ser condenado. El
nihilismo del beato flamenco Jan van Ruysbroek (1293-1381), fundador de
la Devotio moderna con los canónigos regulares de San Agustín,
autor de "tratado del reino de los amantes de Dios",
"Los siete grados de la escala espiritual" y "El libro del tabernáculo
espiritual". El canónigo agustino alemán Thomas de Kempis (1380-1471),
seguidor de la Devotio moderna de Ruysbroek con "La imitación de Cristo o menosprecio
del mundo", la fuente de
la felicidad donde Dios se hace Uno con la persona sin necesidad de pertenecer
al mundo (ciudad de los hombres), cada quien es feliz con las virtudes de los
ejercicios espirituales que serán copiados y desarrollados por el abad García
de Cisneros e integrados en la Compañía de Jesús por Ignacio de Loyola. El
menosprecio neoliberal de la salvación colectiva y la aniquilación del ser en
valor de cambio tiene cuna jesuita en la Universidad de Salamanca del Siglo de
Oro español, la casa Habsburgo y la escuela austriaca de economía con Friedrich
Hayek en el siglo XX: "Sus antecesores-fundadores resultaron ser los
escolásticos de la Universidad de Salamanca durante el Siglo de Oro. Según su
indiscutible promotor y heredero de esta secta económica, el castellano Jesús
Huerta de Soto, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, aquellos
olvidados maestros terminaron por ser asumidos como la fuente original del
pensamiento austríaco hasta el punto de que, cuando Friedrich A. Hayeck recibió
el Premio Nobel de Economía en 1974, marcando la defunción del keynesianismo y
el inicio de la era neoliberal, mencionó como ilustres antecesores a Luis de
Molina, Juan de Salas y Juan de Lugo, tres funcionarios del católico claustro
de Salamanca. A decir del austriacista más connotado de EEUU, Murray Rothbard,
hispanista por más señas, "los principios básicos del mercado competitivo
fueron desarrollados por los escolásticos españoles del siglo XVI y el
liberalismo económico fue diseñado, más que por los calvinistas escoceses, por
los jesuitas españoles", que, según cuenta Huerta de Soto en la Austrian
Economic Newsletter; eran profesores y catedráticos de Teología y Moral en
la Universidad de Salamanca... Casi todos estos escolásticos eran o dominicos o
jesuitas, y su concepción subjetiva y dinámica de la economía sería retomada
por Carl Menger más de trescientos años después" (Malló, pp. 66, 67).
The George F. Landegger Collection of Alabama. Foto: Carol M. Highsmit. |
La revolución
burguesa.
Los
comerciantes de la Alta Edad Media eran pequeños burgueses hechos a sí mismos,
forjaron sus capitales de la nada al ser gentes sin tierras que tuvieron que
usar su ingenio en la pobreza como las poblaciones errantes que viajaban para
contratarse por temporadas en las cosechas. En sus aventuras conocían países,
lenguas y costumbres porque eran errantes cosmopolitas que rompían el orden con
una revolución económica e ideológica, de ellos surgieron los pequeños
comerciantes y los grandes capitales que luego los sometieron. Los
descendientes de aristócratas pueden afirmar un origen noble, producto del
ejercicio de las armas. Los descendientes de los comerciantes, los grandes
empresarios y banqueros es humilde. Los creadores de riqueza vienen de la
pobreza, la fuente del ingenio que mueve el mercado, a veces con connotaciones
positivas para cubrir necesidades básicas como los alimentos y servicios, y
otras negativas ligadas al crimen organizado: prostitución, pornografía,
drogas, armas, activismo político fraudulento. Los mercaderes tenían libertad
de movimiento al no estar subordinados a un señorío y sus costumbres
desarraigadas amenazaban el estilo de vida de la población rural. A diferencia
del campo donde cada familia trabajaba su parcela y el universo social era
estático, fueron autores de las primeras aglomeraciones en los mercados que
formaron las ciudades medievales, los gremios de artesanos y las leyes de la
oferta y la demanda. Los comerciantes destruyeron las instituciones feudales y
enfrentaron sus propias contradicciones cuando los competidores grandes se
comían a los pequeños (plusvalía) por la división entre capital y
trabajo, y el uso de la revolución (expropiación) para invertir el mercado. Los
mercaderes eran extranjeros cosmopolitas que no tuvieron que demostrar su
condición jurídica para ser tratados como personas libres ni tampoco la
propiedad de los bienes, así que es un mito que los burgueses buscaran la
libertad porque ya la tenían. Lo que querían eran derechos de ciudadanía bajo
el interés del lucro y la libre empresa: libertad e igualdad de comercio, el
trabajo libre e independiente desligado de la tierra y la autoridad señorial,
traslado de capitales y personas sin las restricciones feudales de los reinos y
luego del Estado nación moderno (el neoliberalismo, el crimen internacional y
los organismos supranacionales de gobernanza). El mercado históricamente ha
estado separado del reconocimiento social por sus orígenes humildes. Los
primeros mercaderes extranjeros de la Alta Edad Media no tenían capital ni estudios
porque sus antepasados eran los pobres y los esclavos que no tenían nada que
perder. Lo obtuvieron con el "ingenio" del crimen organizado y el
robo de mercancías para venderlas en otros lugares: "¿Procederían los
mercaderes de la clase de los villanos, de esas gentes que teniendo marcado su
sitio en los grandes dominios, viven sobre su "mansus" y llevan una
existencia asegurada y protegida? No se ve tal cosa, y todo parece indicar lo
contrario. Por extraño que esto pueda parecer, no nos queda, por ende, más que
una solución: los mercaderes tienen por antepasado a los pobres, es decir, a
las gentes sin tierra, masa flotante que azota el país, contratándose en la
época de las cosechas y corriendo aventuras y peregrinaciones. En este pequeño
mundo inmóvil, la llegada de los mercaderes trastoca todas las costumbres y
produce, en todos los dominios, una verdadera revolución. A decir verdad, son
intrusos a quienes el orden tradicional no deja libre ningún sitio. En medio de
estas gentes que viven de la tierra y cuyas familias subsisten de un trabajo
siempre igual y de iguales rentas, producen escándalo por su cualidad de
desarraigados y por la agitación y extrañeza de su género de vida. Con ellos
aparecen, no solamente el espíritu de lucro y de empresa, sino también el
trabajo libre, la profesión independiente, igualmente desligada de la tierra y
la autoridad señorial; y sobre todo, la circulación del dinero. Y no solamente
el trabajo del mercader es libre; su persona, por una novedad no menos
asombrosa, es libre también. ¿Cómo, en efecto, conocer la condición jurídica de
estos recién llegados que nadie ha visto jamás? Probablemente, la mayor parte
de ellos nació de padres esclavos, pero nadie lo sabe, y como la servidumbre no
se sospecha, es menester tratarlos como hombres libres. Por una curiosa
consecuencia de su condición social, estos antepasados de la burguesía futura
no tuvieron que reivindicar su libertad. Les llegó naturalmente; comenzó por
ser un hecho antes de ser reconocida como un derecho" (Pirenne, pp. 154,
159). En el siglo III el profeta iranio Manes funda el maniqueísmo en
Babilonia, miembro de una secta mandea de tradición zoroástrica que intentaba
fundar una religión que no tuviera los defectos de las existentes. Estuvo en
contacto con la diversidad religiosa de la ruta de la Seda con el corredor
China, Persia y Babilonia, lugares donde se difundieron sus tesis. El profeta
iranio Zoroastro (1500-1200 a.C.) postulaba que la vida era una batalla entre
la luz y las tinieblas que podía culminar con la victoria de la primera. Manes
creía que la dualidad entre la luz y las tinieblas es un rasgo permanente del
mundo: "el mal jamás puede ser erradicado". Martirizado por hereje
por las autoridades zoroástricas en el año 277 y su cabeza expuesta en Belapat.
Los maniqueos expandieron sus tesis en el imperio sasánida, Siria, Arabia del
norte y Egipto. En 650 los paulicianos estaban en Armenia, influyendo la
política religiosa de León III en la zona del alto Éufrates y Anatolia oriental
con la destrucción de todas las representaciones de Jesús, la Virgen María y
todos los santos. Las campañas en Siria y Armenia de Constantino V los llevan a
los Balcanes, donde reciben múltiples favores. La restauración del culto a las
imágenes hacen que los favores terminen y la heterodoxia cristiana empieza a
perseguirlos. Los paulicianos reaparecen en la Armenia oriental controlada por
el califato abasí y establecen un estado pauliciano, donde desarrollan la idea
de que la materia es obra de Satán, de inspiración maniquea: "Leamos el
siguiente texto esclarecedor de Hegemonio: "Sí queréis conocer la doctrina
de Manes, prestad atención a lo que os diré en pocas palabras: Venera dos
dioses inengendrados (dúo theoùs agennétos), existentes por sí mismos,
eternos, uno opuesto al otro. Uno, es llamado bueno; el otro es malo. Uno es
luz; el otro es tinieblas. El alma, que está en el hombre, según su parecer, es
una parcela de la luz; el cuerpo, al contrario, es una parcela de las tinieblas
y obra de la materia" (Acta Archelai; PG X, col. 1437)... El
alma, emanación del Bien, comete el pecado por su unión con el cuerpo, que por
su peso la inclina al mal. Siendo la concupiscencia la que esclaviza de manera
especial. La inconciencia es la condición del pecado. Por el nous, la
gnosis descubre la manera de liberarse del cuerpo: abstención de carne, sangre,
vino, ayunos; abstención sexual; abstención de toda promoción activa en la
historia, que es el reino del mal. Esto produce de inmediato la separación de
los que cumplen las reglas morales a la letra, los perfectos o puros, que
tienden a vivir en comunidad eventual; y los imperfectos que se salvan con la
sola ayuda de los perfectos" (Dussel, pp. 124, 126). A fines del siglo XI
los laneros de Flandes viajaban desde las campiñas a las ciudades y la pañería
flamenca se convirtió en la industria más floreciente de Europa. En Italia y
Flandes el comercio por mar y tierra promovió la actividad de los puertos en
Venecia, Pisa, Génova y Brujas, desarrollando las primeras ciudades
industriales: ayuntamiento de la Lombardía, Florencia, Gante, Ypres, Lille,
Douai, Valenciennes y Bruselas. Las ferias de Champagne se situaban en el
camino desde la Lombardía, el punto del comercio y el contacto italo-flamenco.
Las siguientes ciudades en desarrollarse fueron las del sur de Francia:
Marsella, Montpellier, Aigues-Mortes, Albi, Cahors, Tolouse, Avignon y Lyon. En
la península ibérica el puerto de Barcelona y los puertos de Rúan y Burdeos
mantenían tráfico con Inglaterra. En los Balcanes los maniqueos se convierten en
bogomilos "amigos de Dios", emigran al Danubio y forman dos columnas:
la de Mantua en la Lombardía de los patarinos de la calle de Pataria hasta
Carcasona, la de Colonia y Troyes hasta Albi. También a Inglaterra y Rusia. Las
acusaciones de herejía surgen en las dos zonas del antiguo imperio carolingio,
la oriental de los Otones gobernada con ayuda de los obispos, la occidental
bajo la dinastía real de los Capetos. Los herejes se oponen al proceso
eclesiástico, rechazan el bautismo y el matrimonio consagrado, niegan la
consagración de la eucaristía, de la remisión del pecado mortal, promueven la
abstinencia de la carne y otros alimentos de origen animal. La crítica del
culto a la cruz, los santos, las imágenes, las reliquias, las Iglesias como
edificios de culto, la eficacia de los cantos eclesiásticos, las limosnas, las
ofrendas por los difuntos para interceder por los muertos. Debilitando la
creencia en el sistema de confesión, el arrepentimiento, la penitencia y la
redención ofrecido por la Iglesia: "No hay que olvidar que, en un
principio, la falta de honradez debió ser tan extremada como la violencia. La
honestidad mercantil es una virtud que llega muy tarde. Así, en esta sociedad
agrícola, donde los capitales duermen, un grupo de outlaws, de
vagabundos, de miserables, suministra los primeros artesanos de la nueva
fortuna, emancipada de la tierra. Habiendo ganado, quieren ganar más. El
espíritu de lucro no existe en la sociedad establecida; pero a ellos, que están
fuera de ella, les anima más. Venden, compran, y no para vivir, y no porque
tengan necesidad de esas adquisiciones para su subsistencia, sino para ganar
dinero. No producen nada: transportan. Son nómadas, son siempre huéspedes o
gosty adonde llegan. Desde que verdaderamente se consagran al ejercicio
normal del tráfico, tienen necesidad de una residencia fija. Se establecen en
un sitio favorable a su género de vida: junto a un puerto, en un lugar de
"escala" para sus navíos, en una ciudad episcopal favorablemente
situada. Y allí se encuentran en compañía de sus semejantes, y a medida que su
número aumenta, se les unen más. Y entonces se establece entre ellos,
naturalmente, la asociación. Si quieren gozar de alguna seguridad, deben viajar
en grupos, en caravanas. Se reúnen en guildas, en sociedades religiosas, en
cofradías... No hay que creer que se trata de gentes honestas que sólo buscan
cubrir sus necesidades. Su fin es la acumulación de riqueza. En este sentido
están animados por espíritu capitalista, que la rudimentaria psicología de los
economistas modernos se esfuerza en hacer tomar como algo muy misterioso,
nacido de la penuria o en el calvinismo" (Pirenne, pp. 155, 156).
The George F. Landegger Collection of Alabama. Foto: Carol M. Highsmit. |
Lucha de
clases en Gante, Brujas, Ypres, Lille, Douai.
La división
entre capital y trabajo hizo que los pequeños productores independientes se
organizaran para no ser aplastados por los grandes capitales y formaron
corporaciones de oficios para impedir la competencia y fijar reglas comunes:
estandarización de productos para fabricarlos de la misma forma y venderlos al
mismo precio, lineamientos aplicables en los mercados locales que los hace
tomar las armas cada vez que la ciudad es invadida. El mercado de la pañería de
Flandes y Florencia exportaba al mercado europeo una producción ilimitada que
estaba sujeta a las leyes de la oferta y la demanda y produce la división entre
capital y trabajo. El maestro de taller de empresario independiente se
convierte en asalariado porque caía bajo la dependencia de los grandes
mercaderes que eran las dos clases antagónicas: los "grandes" exigían
la liberación del comercio, formados por la nobleza urbana y los mercaderes
enriquecidos, los "pequeños" de las corporaciones de artesanos de
todo tipo, pedían protección de trabajo, reglamentación de precios y salarios,
y mejores condiciones laborales (sindicato medieval). En la guerra civil si
ganaban los grandes, asesinaban a los pequeños, si perdían, eran expulsados de
la ciudad. En 1250 estalla el odio de clases en las grandes ciudades
comerciales de Gante, Brujas, Ypres, Lille y Douai. Las masas obreras de
trabajadores de la pañería, obreros, esquiladores y tejedores contra los
patricios que ejercen el gobierno municipal. Les reprochan la defensa de los
intereses de la alta burguesía, compuesta por los ricos mercaderes de paño y
lana que los tenían con salarios de hambre. Estallan huelgas, se descubren
conspiraciones y el pueblo se indigna cuando toman medidas contra ellos. En
1255 los dominicos provocan en Florencia una sublevación contra el podestá,
acusándolo de favorecer a los herejes, quienes reclutaban la mayor parte de sus
partidarios entre los obreros ocupados en la industria de la exportación.
Estrategia que usaban los ismailíes que actuaban en la clandestinidad con una
red de misioneros en varias zonas del Oriente Medio, principalmente Persia y
Siria, donde se integraban en las comunidades locales disfrazados de mercaderes
o artesanos para alborotar a las clases más desfavorecidas que simpatizaban con
las corrientes radicales de sus grupos. Para efectos prácticos, los ismailíes y
nizaríes fueron los "puros" antisociales de Oriente, los primeros
comunistas medievales que legitimaban el asesinato para lograr sus objetivos
políticos y primer grupo que exigió su "derecho al mal". Los
tejedores laneros eran simples asalariados, pero a diferencia de otros oficios,
sus gremios estaban bien organizados para la defensa de sus intereses porque en
Italia y Flandes estaba desarrollada la conciencia proletaria y el movimiento
obrero: "Tal y como aparecen en su origen, los oficios son agrupaciones
libres de artesanos de la misma profesión, unidos para la defensa de sus
intereses comunes. Pueden comparárseles exactamente, en cuanto a su fin, con
los sindicatos voluntarios de nuestros días. Su principal objeto es reglamentar
la competencia. Todo recién llegado debe incorporarse a su corporación, bajo
pena de represalia... De ahora en adelante, en cada ciudad, cada profesión
constituye el monopolio de un grupo privilegiado de maestros. Sólo pueden
ejercerla los que han sido oficialmente admitidos como miembros del grupo... En
todos lados el oficio posee jefes (decanos, síndicos, vinders, etc.)
revestidos de una autoridad oficial... Se empieza por aprendiz, se sube
enseguida a la clase de compañero (oficial) y se acaba en la de maestro... Por
regla general, es preciso imaginarse al maestro como el jefe y propietario de
un taller donde están empleados, bajo su dirección, uno o dos compañeros y un
aprendiz... Con el fin de asegurar la independencia de los maestros, restringe
y reglamenta curiosamente su libertad: prohibición de vender a un precio más
bajo que la tasa fijada por los reglamentos, prohibición de trabajar de noche,
de utilizar herramientas inusitadas, de modificar la técnica tradicional, de
emplear más obreros que sus vecinos, de hacer trabajar a su mujer y a sus hijos
menores, y por último, prohibición, y prohibición absoluta, de acudir al
anuncio y alabar su mercancía en detrimento de la mercancía de otro... Hasta la
Revolución francesa, los pequeños industriales continuaron obstinadamente
fieles a estas corporaciones que tan bien salvaguardaban sus intereses; pocas
instituciones económicas han sido tan tenaces" (Pirenne, pp. 280, 281). En
1268 son expulsados los banqueros y usureros lombardos ("sieneses y
florentinos") y judíos, acusados por los motines, las huelgas obreras y
las devaluaciones. En 1275 durante el reinado de Felipe el atrevido, los
patricios apelan al Parlamento de París por los abusos reprochados al conde de
Flandes, Guido de Dampierre. La resolución es equitativa y deniega las peticiones
de queja al ser fundadas, pero impide la nueva organización que el conde da a
la ciudad. En 1280 sublevación general en todas las ciudades flamencas o
valonas y batallas callejeras. Guido de Dampierre buscaba controlar las
regidurías patricias que menospreciaban su autoridad y aprovecha el conflicto
para tomar la bandera de los sublevados. Los patricios buscan protección en el
señor de su príncipe, el rey de Francia, que los apoya y envía alguaciles en
nombre de la Corona para izar la bandera con la flor de lis sobre la torre que
les otorgaba inmunidad para desafiar a su señor. La plutocracia de patricios
refuerza sus abusos al sentirse protegida y durante una protesta contra los
altos impuestos y la fuerte inflación, los Templarios rescatan al rey entre la
multitud y lo llevan a su fortaleza parisina, el Temple. Los templarios cometen
el error de enseñar a Felipe las arcas llenas que guardaban en el sótano del
castillo en un momento en el que reino estaba en crisis y el rey buscaba
fusionar el Temple y el Hospital para tenerlos bajo jurisdicción porque los
primeros se mandaban solos y los segundos rendían cuentas al papa. En 1282 el
grupo de laneros y otras industrias de exportación excluye a la nobleza del
gobierno de Florencia por un gobierno de mercaderes y fabricantes que son
escogidos entre los doce grandes oficios, uno por cada una de las seis
barriadas de la ciudad, que cambiaba cada dos meses, aunque seguían igual de
oprimidos. En los inicios del siglo XIV la gran depresión económica por las quiebras
de la banca italiana, la expulsión de la banca judía, los pasivos de Francia e
Inglaterra y la suspensión perpetua del Temple (la banca cristiana más
poderosa) obliga a desterrar cadáveres para comer. Los tejedores de Gante
organizan expediciones a los pueblos y burgos rurales para destruir las
herramientas de los tejedores y bataneros que les hacían competencia. En 1338
Eduardo III de Inglaterra suspende la exportación de la lana que era
indispensable en la pañería de Gante, Brujas e Ypres para obligar a Jacobo van
Artevelde, el conde de Flandes, a hacer alianza en su guerra contra Felipe VI
de Francia. Lo logra y levanta el embargo, viaja a Gante y el rey inglés se
hace reconocer como rey de Francia en el mercado del Viernes. En 1341
mercaderes y fabricantes de Florencia apoyan a Gualterio de Brionne que derriba
las plutocracias dominantes, pero es expulsado dos años más tarde y vuelven a
tomar el poder. En 1345 fallece el conde de Flandes en un motín de los
tejedores y termina su alianza con Inglaterra. Los banqueros lombardos fueron
acusados de orquestar la peste negra (1347-1353) cuando el reino de Inglaterra
y Francia promulgaban medidas para fijar los salarios de los trabajadores y los
precios del mercado, exigencia de los gremios de artesanos que se opusieron a
que los judíos ingresaran y formaran sus corporaciones: "la Peste negra
apareció cuando el estatuto de los trabajadores era objeto de edictos reales
tanto en Inglaterra (donde Eduardo III fija los salarios y los precios entre
los años 1349 y 1351) como en Francia (donde Juan el Bueno promulga, en febrero
de 1351, la Grande Ordonnance, heredera directa de la ordenanza de Felipe VI en
1332, que fijaba los salarios de los obreros)" (Peyrefitte, p.
42). En 1358 revuelta del campesino "Jacques Bonhomme" por las
derrotas militares, las fuertes cargas fiscales, la destrucción de la peste
negra y las privaciones de la crisis económica. Un momento de debilidad de la
Corona franca que pasaba apuros mientras los ingleses con Eduardo III vivían un
período de bienestar por las victorias logradas durante la Guerra de los Cien
Años, equiparable a dos guerras mundiales más la epidemia de la peste negra.
Jacques capitaliza el enojo del pueblo por la lenta recuperación de la peste
negra, y porque la ley y el orden habían desaparecido en las regiones más
afectadas con mercenarios y salteadores de caminos que actuaban con total
impunidad. La revuelta campesina surgió por la violación del código medieval
que obligaba a los caballeros a proporcionar seguridad, aunque a su favor se
puede alegar que estaban en guerra y perdiendo. Los testimonios revelan
asesinatos y violaciones como si fueran un grupo más de mercenarios y
salteadores, pero las fuentes no son fiables porque la revolución invertía el
orden social al elegir a un campesino como rey, que hizo que los aristócratas
franceses se unieran en bloque con Carlos II de Navarra para reprimir la
revuelta en quince días. Los relatos señalan que los hizo ahorcar en grupo y se
manejan cifras que van de los 300 a los 7000: "El pueblo llano culpaba a
quienes les gobernaban del total fracaso de la nación. Apenas habían pasado dos
años desde que su rey, Juan II, cayera prisionero de los ingleses de Poitiers;
la recuperación de las secuelas dejadas por la Peste Negra era muy lenta; y las
compañías de mercenarios y saltadores de caminos campaban por sus respetos en
todo el país. La ley y el orden se habían derrumbado de la forma más
desastrosa, principalmente en las regiones más afectadas por la guerra de los
Cien Años, pero la estabilidad social estaba a punto de experimentar un
desplome generalizado. Froissart nos ha dejado el siguiente testimonio escrito
acerca de los campesinos insurrectos: "Aquellos malvados, que se habían
reunido sin cabecillas ni armas, lo pillaban y lo quemaban todo, violando y
matando sin piedad a todas las mujeres y las niñas como si fueran perros
rabiosos. Este mismo autor nos dice que un caballero fue atado a un poste
mientras una banda de sediciosos violaba en tropel a su mujer embarazada y a su
hija para después asesinarlas ante sus propios ojos; él mismo fue muerto a
continuación del más sádico de los modos. Otro caballero fue asado vivo
atravesado por un espeque mientras se obligaba a contemplar la escena a los
miembros de su familia, bajo amenaza de matarlos a ellos también. Los
campesinos eligieron a un rey, Jacques Bonhomme, a fin de que les guiase en su
recién iniciado combate" (McGlynn, p. 101).
Uniforme SS. Autor: Wolfmann. CC BY-SA 4.0 |
La comuna de
Francia, Flandes, Florencia, Inglaterra, Alemania.
En 1372 el
grupo de tejedores de Gante en Flandes hace frente al príncipe Luis de Maele, a
la nobleza y a toda la gente "que tiene que algo que perder". La
epidemia de peste negra había encarecido la vida, deprimido los salarios y las
crisis económicas y el paro de la actividad los dejaban al borde de la
inanición. No podían controlar los precios ni los salarios porque si no los
mataba la peste, los mataba la economía y empiezan a preparar su estrategia en
secreto. En 1378 la revolución de los ciompi en Florencia, nombre que recibían
los asalariados de la Corporación de la Lana y luego todos los obreros no
calificados. Los Ocho de Guerra era un grupo acostumbrado a reelegirse en sus
cargos, motivo por el que eran fuertemente criticados por los ciudadanos, 3.000
en una población de 90.000 habitantes. Los Ocho deciden usar a los ciompi para
levantar una insurrección, destruir a sus enemigos políticos y quedarse
definitivamente con el gobierno. El plan se sale de control, los ciompi arman
tumultos todos los días y nombran a sus propios magistrados. Uno de los ciompi
(Michele de Lando) viendo la destrucción de la ciudad, decide apoyar a los Ocho
de Guerra y les quitan el gobierno, quedando formado por primera vez en mayoría
por plebeyos con los excesos que recuerdan las fallidas comunas anabaptistas y
jacobinas: "Sin embargo, la maniobra no tuvo éxito porque los ciompi
tomaron el poder, nombraron magistrados a su gusto -y no como querían los Ocho-
y todos los días querían armar tumultos en la ciudad; los Ocho, por cierto, no
hubieran podido refrenarlos, pero Michele de Lando, uno de los ciompi, en aquel
entonces gonfalonero de justicia, viendo que con esos métodos la ciudad iba al
desastre, se confabuló con los Ocho y sus partidarios y logró quitar del
gobierno a los ciompi; así la salvación de la ciudad nació de donde nadie lo
habría esperado. El gobierno quedó en poder más de los plebeyos que de los
nobles, quedando nombrados para las altas magistraturas Giorgio Scali y Tomasso
Strozzi, quienes con el apoyo popular gobernaron durante tres años, en los
cuales cometieron muchas fechorías, como cuando mandaron cortar la cabeza a
Piero Albizzi, considerado como el más ilustre ciudadano de Florencia, a Donato
Barbadori y a muchos otros, personas que no habían cometido ningún delito, y
las sacrificaron únicamente para deshacerse de sus enemigos; pero por fin, como
siempre sucede, llegaron a extremos intolerables y el pueblo se rebeló contra
ellos; a Giorgio Scali le cortaron la cabeza, Tommaso Strozzi salvó la vida
huyendo pero fue condenado, junto con todos sus hijos, al destierro perpetuo, y
Benedetto Alberti, uno de sus más allegados, también recibió como condena el
destierro" (Guicciardini, pp. 111, 112). En 1379 los tejedores de Gante
consiguen hacerse con el poder y sus camaradas de Brujas e Ypres los imitan.
Los ojos de Europa se dirigen a Gante, los pobres ven con atención la caída de
los ricos y los poderosos que los oprimen, Malinas se subleva, movilizaciones
en París y Ruán al grito de ¡Viva Gante! Los poderosos temen una insurrección
generalizada y la caída del orden vigente. La estructura social de Francia se
tambalea y los que tienen algo que perder deciden hacer un frente común:
"Los tejedores, el núcleo más poderoso, mejor organizado y más audaz de
los obreros textiles, tomaba en todas partes una actitud amenazadora y se
presentaban como defensores de los pobres contra los ricos. El antagonismo
social iba creciendo de año en año, estimulado aún por ese misticismo comunista
cuyos adictos se reclutaban en gran número entre el proletariado... el
conflicto económico latente entre los patronos y los obreros estalló en una
verdadera lucha de clases... su victoria en las tres grandes ciudades tuvo como
efecto inmediato el reunir contra ellos y el agrupar alrededor del conde a
todos aquellos "que tenían algo que perder": mercaderes, empresarios,
comisionistas, artesanos enriquecidos, todos defensores del orden que
garantizaba sus bienes contra la revolución" (Pirenne, p. 321). Caen los
tejedores de Brujas y de Ypres, los de Gante se atrincheran en la ciudad, los
agremiados se solidarizan y los oficios de Lieja envían víveres. Se enfrenta
Felipe van Artevelde y sus insurrectos contra el conde Luis de Maele y ganan
los revolucionarios. La noticia se corre, el rey de Francia organiza una
expedición para sofocar Flandes y los tejedores son derrotados finalmente en
Roosebeke en 1382. En 1381 revuelta campesina en Inglaterra con elementos
dispares de la clase media baja, estamentos inferiores y algunos ricos
habitantes de Londres que hacen alianza para exigir la abolición de la
servidumbre y reivindicaciones políticas. El grupo inicia una revolución con
decapitaciones de personajes importantes: en Londres pierde la cabeza el jefe
de la administración de justicia, el arzobispo Simón de Sudbury, y el ministro
de Hacienda, Roberto Hales; en Suffolk sir Juan Canvendish que era rector
honorario de la Universidad de Cambridge, el presidente del Tribunal Supremo
del rey y Juan de Cambridge que era el prior de Bury Saint Edmunds. Los revolucionarios
juegan y empalan las cercenadas cabezas en lanzas para simular que se besaban.
Ricardo II recupera el control de la situación y ordena sustituir las cabezas
de sus ministros por la de los cabecillas rebeldes dirigidos por Wat Tyler,
John Ball y Jack Straw en los sitios donde los sublevados habían sido
sepultados, los cadáveres exhumados para volver a ser colgados en el cadalso.
En 1470 en el principado de Moscú, las actividades judías originan la aparición
de una secta semisecreta llamada por las autoridades los
"judaizantes" y el zar Iván el Terrible (1530-1584) ordena ahogar a
los que rechazaran el cristianismo, quedan excluidos de Rusia y se concentran
en Polonia, Lituania y Ucrania. Alemania el centro de dos revoluciones
teocráticas que recuerdan los inicios del comunismo y el nazismo. Thomas
Müntzer nació en Turingia, un sacerdote educado que leía griego y hebreo, sus
creencias combinaban extremismo husita, libertinaje del tipo "Espíritu
Libre" y escatología ortodoxa. Pensaba que el luteranismo era una traición
porque no reformaba la iglesia y una variedad del culto al dios del dinero
Mammón. En 1524 predica un sermón inspirado en el Libro de Daniel
("Líbranos del mal": líbranos del gobierno anticristiano de los
ímpios) en presencia del duque de Sajonia y otros nobles germánicos con la idea
de que los príncipes se unieran al pueblo en su esfuerzo por derrocar al
Anticristo, el nuevo Vicario de Cristo era el proletariado como nuevo
sacerdocio real que destruiría la Iglesia y el Estado anticristiano para
instaurar el estado del Jardín del Edén. Los anabaptistas desconfiaban de
Lutero porque representaba la obediencia al naciente Estado moderno y de
Calvino por promover estrictas instituciones de gobierno eclesiástico, ambas
representantes del Anticristo: "Müntzer tenía la marca del zelota que
había provocado la ruina de Jerusalén. Firmaba sus cartas con la Espada de
Gedeón y la frase "Tomás Müntzer, el Martillo". Era un sacerdote
guerrero bíblico. "Que la espada del santo no se enfríe" era su lema;
su signo heráldico era una cruz roja y una espada desnuda... Lutero era el mero
propagandista de las clases gobernantes, "la carne sin espíritu,
acostumbrado a la vida muelle de Wittenberg", el doctor mentiroso, el
dragón, el archiateo. Los ricos eran ladrones; la propiedad, un robo; "el
pueblo se liberará y sólo Dios será Señor sobre él". Müntzer percibió que
la guerra de clases sería ganada tan solo mediante una tremenda y sangrienta
convulsión, una especie de apocalipsis premonitorio antes del verdadero...
Exactamente como Agustín, Müntzer utilizó la parábola del trigo y la cizaña
para justificar la destrucción y la persecución: "El Dios vivo está
afilando su hoz en mí", dijo funestamente, "de modo que después yo
pueda cortar las rojas amapolas y los acianos azules" (Johnson, p. 354).
Müntzer inició su revuelta campesina y fue ejecutado antes de fundar su comuna.
El 25 de febrero de 1534 los extremistas anabaptistas toman el consejo
municipal de la ciudad de Münster y el líder Juan Mathijs anuncia una dictadura
popular cristiana. Los revolucionarios identifican a los impíos luteranos que
son ejecutados y expulsados, fomentan la entrada de refugiados extremistas
anabaptistas que no eran alemanes como guardia privada y nueva policía del
Jardín del Edén. La agenda revolucionaria incluía el rebautizo de la población
en la plaza mayor de la ciudad, la catedral saqueada, los libros quemados y la
"expropiación" con la obligación de entregar el dinero, el oro, la
plata y los objetos más valiosos para "socializarlos" y
"redistribuirlos" en función de las necesidades. Mathijs fue
asesinado y sucedido por Jan Bockelson "Juan de Leiden", asistido por
doce ancianos jueces y una constitución con un nuevo código moral: prohibición
de la propiedad privada; dirección centralizada del trabajo; todos los libros
serían quemados, excepto la Biblia; la ejecución inmediata para delitos de
blasfemia, juramentos, adulterio, casarse con alguien que no fuera anabaptista,
quejas y desobediencia. El rey mesiánico Bockelson de "la Nueva Sión"
impuso la poligamia obligatoria y la pena de muerte para las mujeres que no
estuvieran casadas, tenía un harén de esposas menores de veinte años, pensaba
que "las mujeres se imponían por todos lados" y había llegado la hora
del sometimiento. Organizaba competencias para ver quién podía atrapar más
esposas, las que se negaran debían ser ejecutadas y las solteras aceptar el
primer hombre que las eligiera. La teocracia revolucionaria se mantenía con una
propaganda del terror, como las ejecuciones públicas de 49 mujeres que
infringieron el decreto de la poligamia, aunque duró poco tiempo porque las
ejecuciones de las mujeres que se negaban a obedecer hizo que la normativa de
los divorcios se relajara y surgiera una versión del amor libre. En otoño de
1534, Bockelson se proclama rey mesiánico de Münster, utiliza la propaganda
religiosa, renombra los edificios y las calles e instaura un nuevo calendario
como los jacobinos y comunistas ("año de la revolución", "plaza
de la revolución", "hora de la resistencia"). Bockelson lleva su
experimento teocrático al siguiente nivel y envía misioneros apostólicos
armados con propaganda impresa y la idea de formar una confederación de
ciudades cristianas. Reinician las ejecuciones de mujeres y los excesos
revolucionarios hicieron que la población que pasaba hambre, pidiera ayuda para
escapar del fallido experimento, mientras la ciudad era asediada por las
fuerzas leales a la Iglesia. Bockelson negaba la realidad y para distraer a sus
súbditos hambrientos los entretenía con carreras, bailes y teatro, al mismo
tiempo que prohibía las reuniones no autorizadas, mientras la hambruna se
prolongaba. En junio de 1535 los sitiadores superan las defensas de la ciudad,
Münster es retomada por el obispo y "Juan de Leiden" torturado hasta
la muerte con tenazas al rojo vivo en la plaza mayor de la ciudad.
El Nuevo Sur de Henry W. Grady (1886).
"Me
permitiréis que os hable de otro ejército que volvió a su hogar al término de
la última guerra: un ejército que marchó de regreso en derrota y no en triunfo,
en el patetismo y no en el esplendor, pero en una gloria que pudo equipararse
con la del vuestro, y hacia unos corazones tan amantes como los que más hayan
recibido de regreso a sus héroes. Permitidme describir al exhausto soldado de
la Confederación cuando, abotonando en su desteñida casaca gris la palabra que
daría testimonio ante sus hijos de su fidelidad y su fe, volvió el rostro hacia
el mar desde Appomattox en abril de 1865. Pensad en él, harapiento, medio muerto
de hambre, con el corazón destrozado, debilitado por el hambre y las heridas,
habiendo luchado hasta el agotamiento; entrega su arma, da las manos a sus
camaradas en silencio y, elevando su rostro manchado por las lágrimas, pálido,
por última vez hacia las tumbas que puntean las viejas colinas de Virginia,
inclina su gorra gris sobre sus cejas y comienza su lento y penoso viaje. ¿Qué
encuentra?, permitidme preguntaros a vosotros que volvisteis a vuestros hogares
ansiosos por encontrar la bienvenida que os habíais merecido, el pago justo por
cuatro años de sacrificio; ¿qué encuentra cuando, habiendo seguido la cruz,
manchada por la batalla contra fuerzas abrumadoras, no temiendo tanto a la
muerte como a la rendición, llega al hogar que dejó tan próspero y tan bello?
Encuentra su casa en ruinas, devastada su granja, libres sus esclavos, muerto
su ganado, vacíos sus graneros, destruida su hacienda, devaluado su dinero; su
sistema social, feudal en toda su magnificencia, ha desaparecido; su gente no
tiene ley ni situación legal; sus camaradas han muerto, y las cargas de otros
pesan sobre sus hombros. Abrumado por la derrota, han muerto hasta sus
tradiciones: sin dinero, crédito, empleo, material ni preparación; y además de
esto, ante el más grave problema al que jamás se enfrentara la inteligencia
humana; el de establecer una situación para el gran cuerpo de esclavos
liberados. ¿Qué hace este héroe vestido de gris, con corazón de oro? ¿Se
sienta, abrumado por la desesperación? Ni por un momento. Sin duda Dios, que le
quitó su prosperidad, le inspiró también en la adversidad. Así como la ruina
jamás había sido tan abrumadora, nunca la restauración fue más rápida. El
soldado saltó de las trincheras al surco del arado; los caballos que habían
cargado contra los cañones federales tiraron del arado, y los campos
enrojecidos con sangre humana en abril estaban verdes con la cosecha de junio;
las mujeres criadas en el lujo cortaron sus vestidos e hicieron pantalones para
sus maridos y, con una paciencia y un heroísmo que siempre son adornos para las
mujeres, pusieron manos a la obra... Hemos descubierto que en el sumario
general, el negro libre cuenta más que cuando era esclavo. Hemos plantado la
escuela en lo alto de la colina, haciéndola libre para blancos y negros. Hemos
colocado pueblos y ciudades en lugar de teorías, y hemos puesto los negocios
por encima de la política... Hemos desafiado a vuestras hilanderas de
Massachusetts y a vuestros acereros de Pennsilvania. Hemos aprendido que los
400 millones de dólares anualmente recibidos por nuestra cosecha de algodón nos
harán ricos cuando los abastos que los crearon sean cultivados en casa. Hemos
reducido la tasa de interés comercial, de 24 a 6%, y estamos lanzando bonos al
4%... Pero, ¿qué decir del negro? ¿Hemos resuelto el problema que presenta o
avanzado con honor y equidad hacia la solución? Que nuestros antecedentes lo
prueben. Ninguna región del país muestra una población laboral más próspera que
los negros del Sur; ninguna que sienta más simpatía por la clase empleadora y
terrateniente. Comparte los fondos de nuestra escuela, cuenta con la más
completa protección de nuestras leyes y con la amistad de nuestro pueblo.
Nuestro futuro, nuestra existencia misma depende de que solucionemos este
problema con plena y exacta justicia... Las relaciones de la gente del Sur con
el negro son íntimos y cordiales. Recordamos la fidelidad con que durante
cuatro años el negro cuidó de nuestras indefensas mujeres y niños, cuyos
esposos y padres estaban luchando contra su libertad. Para su eterno crédito,
dígase que cada vez que dio un golpe por su propia libertad, luchó en batalla
campal, y que cuando por fin levantó sus negras y humildes manos para que le
quitaran los grilletes, esas manos eran inocentes de todo mal contra sus
indefendibles opresores, y dignas de ser tomadas en un amante apretón por todo
hombre que sepa honrar la lealtad y la devoción. Unos rufianes lo han
maltratado, unos pillos lo han descarriado, los filántropos establecieron un
banco para él, pero el Sur, con el Norte, protesta contra la injusticia
cometida contra esta gente sencilla y sincera. Libertad y emancipación es todo
cuanto la ley puede dar al negro. El resto debe dejarse a la conciencia y al
sentido común... Según el antiguo régimen, los negros eran esclavos del Sur, y
el Sur era esclavo del sistema. La antigua plantación, con su sencilla
regulación policiaca y sus hábitos feudales, era el único sistema posible bajo
la esclavitud... El viejo Sur fundamentaba todo en la esclavitud y la
agricultura, inconsciente de que éstas no podían darle ni mantener un
crecimiento saludable. El nuevo Sur presenta una democracia perfecta. Los
oligarcas encabezan un movimiento popular -un sistema social compacto y tenso,
menos espléndido en la superficie, pero robusto en el corazón-, cien granjas
por cada plantación, cincuenta casas por cada palacio, y una industria
diversificada que satisface las complejas necesidades de ésta época compleja.
El nuevo Sur está enamorado de su nueva obra... No digo esto con espíritu
oportunista ni de disculpa. El Sur no tiene de qué disculparse. Cree que la
última lucha entre los estados fue una guerra y no una rebelión, una revolución
y no una conspiración, y que sus convicciones eran tan sinceras como las
vuestras... En mi pueblo natal, Athens, hay un monumento que remata su colina
central: es un sencillo pozo blanco. Tallado profundamente en su lado
brillante, hay un nombre que me es más caro que todos los nombres de los
hombres, el de un hombre valeroso y sencillo que murió con una fe valerosa y
sencilla... Al pie de ese pozo enviaré a los hijos de mis hijos a rendirle
homenaje a aquel que ennobleció su nombre con su sangre heroica. Pero señor,
hablando desde la sombra de ese recuerdo, que yo honro como a nada en la
tierra, digo que la causa por la que sufrió y por la que dio su vida ya fue
juzgada por una sabiduría más alta y más profunda que la suya y la mía, y me
alegra que este Dios omnisciente sostenga la balanza de la batalla en Su mano
Todopoderosa". En favor de los confederados podemos decir que vivimos en
una sociedad hipócrita, todas las civilizaciones son producto de la esclavitud
agraria, quien no produce sus propios alimentos, no puede hablar de
"igualdad, libertad y derechos humanos". Si realmente queremos
conocer a los grandes beneficiados del trabajo esclavo, sólo tenemos que
mirarnos al espejo. Todas las personas que nos dedicamos al campo de la cultura
y el trabajo intelectual, no podríamos hacerlo sin la esclavitud campesina,
alguien tiene que producir nuestros sagrados alimentos mientras teorizamos los
grandes problemas que amenazan nuestra civilización. Paradójicamente los
nacionalsocialistas alemanes fueron más lejos en su crítica, vinculaban los
valores de la raza nórdica con sus presuntas raíces campesinas, afirmando que
si la campiña era autosuficiente, las ciudades se comportaban como parásitos.
El nazismo expresa un antiurbanismo acompañado de un pesimismo cultural, la
modernidad destruyó la vida rural fundada en la fertilidad, el permanente
cuidado de las cosechas y sincronizada al compás de las estaciones. La
agricultura representa un estilo de vida caracterizado por la entereza, la
seriedad y la responsabilidad, a diferencia de la desarraigada existencia del
amanerado y decadente urbanita. La revolución campesina de Baviera contra la
decadente Berlín cabaretera representada por los socialistas, los comunistas y
los anarquistas. Si el pueblo elegido en el comunismo es el proletariado, el
pueblo elegido del nazismo es el campesinado en alianza con la aristocracia y
la industria para regresar al modelo feudal teutónico. Somos pocos los que nos
afirmaríamos en público como esclavistas porque no es algo que sea bien visto
en la corrección política que niega la división social del trabajo de nuestras
hermosas sociedades estratificadas que mantienen sus políticas. Todos quieren
igualdad sin renunciar a estar arriba. Todos quieren libertad sin renunciar a
los esclavos. No les puedes vender la libertad, la igualdad y los derechos
humanos a los esclavos sin insultar su inteligencia. Las estrellas negras del
entretenimiento pueden estar en contra de la esclavitud negra al igual que las
feministas de la esclavitud de las mujeres como grupos sectoriales, pero sin
duda tienen esclavos, es la política la que cambia la forma de llamar a las categorías
y las relaciones sociales. La historia no es un cajón en el que puedas ocultar
los trapos sucios o repartir mea culpas a discreción para santificar la
violencia estructural. El lenguaje es un espejo de lo que somos, de lo que
fuimos y de lo que seremos.
Museum of the New South, North Carolina. Autor: Tetra09 CC BY-SA 4.0 |
Autor del texto: Armando Ossorio ©
※
XPOFERENS ※
"A
finales del siglo XV a.C. se establecieron civilizaciones agrarias en Oriente
medio, Asia oriental y sureste asiático, norte de África y Europa, y en cada
una de ellas -tanto en la India como en Rusia, Turquía, Mongolia, Oriente
Medio, China, Grecia o Escandinavia-, los aristócratas explotaron a sus
campesinos tal como hicieron los sumerios. Sin esta violencia aristocrática
habría sido imposible forzar a los campesinos a producir un excedente
económico, porque el crecimiento de la población habría seguido el ritmo de los
avances en la productividad. Por desagradable que parezca, al forzar a las
masas a vivir en el nivel de la subsistencia, la aristocracia controló el
crecimiento de la población e hizo viable el progreso humano. Si ese excedente
no se hubiera sustraído a los campesinos, no habría recursos económicos para
sostener a los técnicos, científicos, inventores, artistas y filósofos que
acabaron originando nuestra moderna civilización. Y como el monje trapense
estadounidense Thomas Merton señaló, todos los que nos hemos beneficiado de esa
violencia sistemática estamos implicados en el sufrimiento infligido a la
inmensa mayoría de los hombres y las mujeres a los largo de cinco mil años. O,
como afirmaba Walter Benjamin: "No hay documento de civilización que a un
tiempo no sea un documento de barbarie".
Karen
Armstrong, Campos de sangre. La religión y la historia de la violencia.
"Por paradójico que parezca, es exacto decir
que la gran propiedad de la Edad Media salvaguardó la clase de los campesinos.
La servidumbre fue para ellos un beneficio. En una época en que el Estado
resulta impotente y en el que sólo la tierra subviene las necesidades de los
hombres, les aseguró un protector, garantizándoles la posesión de una parte del
terreno. No estando organizada con miras al lucro, la constitución dominial
sólo les impuso tributos mínimos en pago de ventajas considerables. Como forman
parte de la propiedad del señor, éste está interesado en su conservación: los
defiende en caso de guerra y los mantiene con sus reservas en tiempos de
hambre. La guerra y el hambre son, en efecto, las dos plagas, que, por turno,
se abaten sobre ellos; la primera, como resultado de la debilidad creciente del
Estado, la segunda como consecuencia inevitable de la paralización comercial.
Una mala cosecha es una catástrofe sin remedio en un tiempo en el cual no
pueden compensar su déficit con el sobrante de un país vecino".
Henri Pirenne,
Historia de Europa. Desde las invasiones hasta el siglo XVI.
"Entonces
vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se
llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran
como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre
escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida de
sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos
de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. Y de su boca
sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con
vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira de Dios
Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE
REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Apocalipsis
19: 11-16.
"Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".
Metropolitan Museum of Art. Autor: Daniel Tachaux. |
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