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Ordalía
Germana & Tortura Romana.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
El padre de la Teleología, Aristóteles, sostenía que los seres
humanos estaban dotados de desiguales habilidades innatas y los seres vivos
tenían una finalidad natural que dictaba lo que en ellos debía florecer. En el
siglo XVIII Immanuel Kant, el pionero de la Antropología, fue el primer
ilustrado en sostener que entre las razas había diferencias innatas. En el
siglo XIX la frenología afirmaba ser capaz de determinar las facultades
mentales y morales mediante el estudio de la forma de los cráneos. Los
positivistas del siglo XIX buscaban crear una “ciencia de la sociedad” e
inventaron el término “Sociología”, pero insistieron que debía estar basada en
la fisiología humana. La “Sociología” debía explicar el comportamiento humano a
través de las características fisiológicas. Auguste Comte, el padre de la
“Sociología”, Francis Galton, el fundador de la “Psicología moderna”, y Cesare
Lombroso, el padre de la “Craneometría” y teórico de la “Criminología”, eran
adeptos de la frenología. El profesor de estudios raciales Hans Friedrich Karl
Günther, recibe en 1935 el Premio de Ciencias del Partido Nacionalsocialista
Obrero Alemán. Cuatro días después se promulgan las Leyes de Núremberg. Las
ideas centrales de Günther en la Ley para la protección de la sangre y el honor
alemanes, la selección genética para que el pueblo alemán volviera a ser “puro”.
En 1930 el doctor Wilhelm Frick, ministro nacionalsocialista de la República de
Weimar, le concedió una cátedra en la Universidad de Jena para ocuparse en materias
como la Filosofía, la Prehistoria y la Ciencia Racial, y la recién fundada
disciplina de la “Antropología Social”. En 1932 la oposición del cuerpo
académico a su incorporación terminó con el éxito de Rassenkunde des deutschen Volkes “Etnología racial del pueblo
alemán”. La obra recuperaba el clásico DE ORIGINE
ET SITV GERMANORVM “Del origen y costumbres de los pueblos germánicos” (98
d.C.) de PUBLIVS CORNELIVS TACITVS y la tesis del antropólogo franco-ruso
Joseph Deniker, el primero en hablar de raza nórdica: elevada estatura, largas
piernas, figura esbelta, cabeza alargada, piel blanca, cabello rubio: “A los
crispados ojos de Günther, la raza nórdica había desaparecido prácticamente por
completo del paisaje social de la Alemania de la época –debido al “mestizaje”-.
Para resucitarla se imponía la necesidad de una “re-nordificación” (Aufnordung), motivo por el cual él
abogaba en favor de la selección racial de los hombres y las mujeres de
características nórdicas, así como por la erradicación de los elementos
societales considerados “degenerados”, al objeto de recuperar la antigua
pureza. Günther descubrió que los Germanen de Tácito ya habían previsto esas
prácticas. Habían adoptado varias medidas eugenésicas, al “ahorcar de un árbol
o ahogar en una laguna cenagosa a cuantos se revelaran inferiores o
predispuestos a la perversión” –categoría en la que Günther incluía a los
traidores, a los chaqueteros, a los cobardes y a los varones proclives a la
indecencia moral, entre los que resaltaba a los inclinados a la homosexualidad…
De manera similar, también el duro castigo que se infligía a las adúlteras –a
las que se empezaba por rapar el cabello, para acto seguido despojarlas de sus
ropas e irlas azotando por toda la aldea, en palabras de Tácito-… La
infidelidad de una mujer llevaba aparejado el riesgo de que se infiltraran
elementos extraños en la tribu, añadía Günther, señalando en sus conclusiones
que, de no impedirse, ese estado de casos redundaría en un claro ejemplo de lo
que Tácito brindaba como muestra de la constante “decadencia racial” derivada
de la hibridación… Según la interpretación de Günther, si los Germanen habían desincentivado la
celebración de matrimonios mixtos guiados por el empeño de conservar la pureza
racial, también la legislación nacionalsocialista prohibía ahora, con ánimo
similar, la mezcla de las sangres judía y alemana” (Krebs, pp. 237, 238, 239). Los romanos combatieron dos cosas, los sacrificios
humanos de los pueblos bárbaros y la magia negra representada en el Egipto
helenizado. El derecho romano chocaba con el germano, los hombres libres
romanos lo eran por derecho y los hombres libres germanos por nacimiento. En el
romano la tortura estaba permitida y la ordalía del agua era vista como una práctica
bárbara: De quæstionibus
del Digesto (D. 48.18.1) y el quæstionibus
del Codex de Justiniano (IX.41). En el germano la tortura era inadmisible para
los hombres libres y regulada en el caso de los esclavos porque afectaba las
relaciones patrimoniales. El gobierno germánico de los visigodos en España
usaba la ordalía del agua y la tortura contra los esclavos: Edicto de Teodorico (503); el Liber Iudiciorum de Recesvinto (654) en
el que todos los hombres libres eran torturables siempre que el acusador fuera
de igual rango o superior rango que el acusado; las Siete Leyes de Chindasvinto (653) con la obligación de tener tres
testigos y el carácter secreto de la demanda. En la Alta Edad Media se
practicó la pena de la ordalía del agua y la del hierro candente para los
sospechosos de delitos que llegaban a los tribunales. Se asumía que el mal era producto
de la envidia antes de que fuera relacionado con los demonios (pactar con el
mal). La ordalía del agua consistía en sumergir a los hombres o las mujeres en
un gran tanque de agua que se había bendecido, y que por lo tanto estaba
purificado. Si se hundían por debajo de la superficie, significaba que habían
sido aceptados por el agua bendita y eran inocentes. Si flotaban era porque el
agua los había rechazado con el veredicto de culpabilidad. La gente prefería la
ordalía del agua porque ofrecía mayores posibilidades de sobrevivencia, 60 por
100 lograban pasarla y aumentaban si los sumergidos exhalaban aire antes de la
inmersión y aguantaban el tiempo suficiente sin aire antes que decidieran
sacarlos. La ordalía del hierro candente obligaba al acusado a sujetar una
barra al rojo durante un tiempo, se vendaba la mano durante tres días y luego
se retiraba la venda para inspeccionarla. Si había comenzado a sanar sin
supuraciones el sospechoso era inocente, si había infección era declarado
culpable. Los conquistadores normandos introdujeron la ordalía del combate por
considerar innoble la ordalía del agua y del hierro, asociado con una baja posición
social. La ordalía del hierro se convirtió en el método habitual en las
mujeres, la de los combates para los que confiaban en su valor y fuerza. Existe
el registro en la década de 1170 del acusado Ailvardo, quien solicitó la prueba
del duelo judicial, o en su defecto la ordalía del fuego, pero sólo se le
ofreció la ordalía del agua. Ailvardo inhaló el suficiente aire para conservar
la vida y flotó, sufriendo la mutilación de ojos y testículos. Las Constituciones de Clarendon y
Northampton de Enrique II, estipulaban que quienes no superaran la prueba de la
ordalía debían sufrir la amputación de un pie y de la mano derecha. Plegaria
para bendecir los elementos de la ordalía del hierro: “Entonces el sacerdote
inicia su plegaria: ¡Oh Dios, nuestro Señor, Padre omnipotente, Luz infalible,
óyenos, porque Tú eres el creador de toda luz! ¡Bendice, oh Dios, el fuego que
hemos santificado y consagrado en tu nombre, Tú que has iluminado el mundo
entero, para que podamos recibir de él la luz de tu gloria! Así como iluminaste
a Moisés con el fuego, haz lo mismo con nuestros corazones y nuestro
entendimiento para que podamos ganar la vida eterna… ¡Oh Dios, juez misericordioso,
creador de paz y de equidad, humildemente te suplicamos que bendigas este
hierro, que se usará en el juicio del caso, para que si este hombre es inocente
de los cargos pueda tomar el hierro en sus manos, o caminar sobre él sin
recibir daño ni injuria; y si es culpable, que quede manifiesto por el poder de
tu virtud; que la iniquidad no prevalezca sobre la justicia, ni lo falso sobre
lo verdadero! ¡Oh, Señor, Santo Padre, te lo pedimos por la invocación de tu
más venerable nombre, por el advenimiento de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
y por el don del Espíritu Santo que, para consuelo de todos nosotros, bendiga
estos hierros con manifestación de juicio virtuoso, y puedan ser santificados y
dedicados para que sea conocida tu verdad ante los fieles que asisten a este
juicio! En el nombre de Cristo, nuestro Señor…” (Herrin, pp. 72, 73). En la
Baja Edad Media las ordalías disminuyeron con la influencia de los juristas
formados en las universidades, a cambio fueron reemplazadas por métodos más inquisitoriales
que permitieron la introducción de la tortura romana en las averiguaciones. La
pena de muerte también fue más violenta, los ricos esperaban la decapitación
para morir rápido, los pobres la horca, pero ahora se añadían el fuego, el
aceite y la pólvora para acelerar la ejecución. La tortura como método judicial
en la Baja Edad Media era un regreso del derecho romano. La tortura con
restricciones en las Siete Partidas de Alfonso XI, Ley 1, Título 30 de la
Partida VII: “El tormento es manera de pena que hallaron los que fueron
amadores de la justicia para escuadriñar y saber la verdad de los malos hechos
que se hacen encubiertamente, que no pueden ser sabidos ni probados de otra
manera, y tienen muy gran provecho para cumplirse la justicia”. Ley 4, Título
30 de la Partida VII: “No se le podrá dar tormento al menor de catorce años, al
caballero, a los maestros de ciencias, al consejero del rey o del común de
alguna ciudad o villa del reino, ni a los hijos de éstos siendo de buena fama;
tampoco a mujer embarazada mientras lo esté”. La bula Ad abolendam (1184) de Luciano III y la bula Ad extirpanda de Inocencio IV (1252) institucionalizaron la tortura
en los procesos inquisitoriales. En la Constitutio Criminalis Carolina de
Carlos V en 1532, producto de las tradiciones del siglo XIII y los coutumiers franceses como las Coutumes de Beauvaisis del siglo XIV. El
método para ajusticiar a las mujeres halladas culpables era hacerlas descender
de un puente y mantenerlas debajo del agua hasta que fallecieran. Si el delito
era destacado, las metían al agua en un saco con un gato o una gallina. La
hoguera para los falsificadores, los enemigos capturados, los blasfemos, las
brujas, los herejes y los sodomitas. A las infanticidas el enterramiento en
vida y las estacas. Las penas de la Edad Media eran extremas para desalentar el
delito, los delincuentes se exponían a la muerte o la mutilación de manos, pies
y ojos en el mejor de los casos: “En su monumental y brillante estudio titulado
Rituals of Retribution: Capital
Punishment in Germany, 1600-1987, publicado en 1996, Richard Evans enumera
las diversas formas de ejecución pública que se practicaban a principios de la
era moderna. En Alemania, el fundamento jurídico con el que se justificaba la
pena de muerte hundía sus raíces en la Constitutio
Criminalis Carolina, el códice legal por el que se regía en esta materia el
emperador Carlos V desde el año 1532 (y en él se deja asimismo constancia de
sus detalles). Este texto nos descubre que el quebrantamiento de los miembros
en la rueda se destinaba (predominantemente) a los asesinos varones… A
continuación, en un alarde que trae a la memoria los métodos de Vlad Drácula el
Empalador, se cercenaba la cabeza al reo y se hincaba en lo alto de un palo,
mientras que el tronco decapitado se tendía sobre una rueda de carro que después
se elevaba… Este códice jurídico defendía que el mejor modo de ajusticiar a las
mujeres consistía en ahogarlas, por lo general descendiéndolas desde un puente
con una cuerda y manteniéndolas después bajo al agua hasta que fallecieran… El
enterramiento en vida también entraba en ocasiones en esta categoría, ya que el
códice de Carlos V especifica esa sentencia para las mujeres halladas culpables
de infanticidio. Como quizá suceda con la mayoría de las sentencias de muerte
medievales, el proceso de la ejecución era más complejo de lo que el nombre
sugiere. Se obligaba a la mujer culpable a tumbarse en una tumba poco profunda
y se le cubría de espinos; después se cerraba el sepulcro, empezando por los
pies. En un momento determinado, como remedo una vez más de lo que hacía Vlad
Drácula, se clavaba una estaca en el corazón de la mujer, “acaso para evitar
que el cuerpo regresara de entre los muertos y diera así pábulo a las creencias
populares relacionadas con los vampiros”, un temor que era más predominante en
la parte central y oriental de Europa que en su región occidental” (McGlynn,
pp. 63, 64).
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La Brujería
Medieval.
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En Babilonia, la magia negra penada en el Código Hammurabi (1750
a.C.), causada por los hombres: “1 Si un hombre acusa a otro y le imputa un
asesinato pero no puede probarlo, su acusador será ejecutado. 2 Si un hombre le
imputa a otro hombre actos de maleficio pero no puede probarlo, el que ha sido
acusado de magia tendrá que acudir al divino Río y, si el divino Río se lo
lleva, al acusador le será lícito quedarse con su patrimonio. Pero si el divino
Río lo declara puro y sigue sano y salvo, quien le acusó de magia será
ejecutado. El que le echó al divino Río se quedará con el patrimonio de su
acusador”. La palabra
catalana bruxa aparece por primera
vez en el Vocabulario Árabe Romance
(1257) del dominico Raimundo Martini, una especie de súcubo femenino que realiza el coito con un hombre
para tomar su semen. Mario Alinei (1999) formula la hipótesis del latín BRVCOLA,
diminutivo femenino de bruchus (una
especie de salticones sin alas), del que proviene el italiano bruco, el
portugués antiguo brugo y el leonés actual brugu burgu (gata). En 587 Recadero se convierte al catolicismo en secreto
y lo impone en el III Concilio de Toledo de 589 como religión oficial,
promulgando una legislación que buscaba la unidad visigoda e hispanorromana
ibérica: el decreto del bautismo forzado, la prohibición de la circuncisión, de
los ritos y de las festividades judías. En 654 Recesvinto promulga el Código de
Recesvinto, el Liber Iudiciorum, en
el que dedica un apartado a la hechicería en el título II del Libro IV con el
título De maleficis et consulentibus eos,
atque venefis. Traducido al leonés en el siglo XIII con el nombre De los adeuinos et de los fechizeros
pozonadores et de los que toman su conseyo, en el que carga contra los
“encantadores provinceros” y “los hombres que hacen mal a los hombres o a los
animales o a otras cosas” con la justicia proporcional. Los hechiceros rurales
con la capacidad de matar y hacer enfermar a las personas, provocar la
impotencia masculina y la esterilidad femenina, convocar tormentas y zarazadas,
matar a los animales domésticos: “por la ley presente mandamos que todo hombre
libre o siervo que por encantamiento o por legamiento hace mal a los hombres o
a los animales o a otras cosas o en viñas o en mieses o en campos o hicieren
cosa porque hagan morir algún hombre o ser mudo o que le haga otro mal, mandamos
que todo el daño reciban en sus cuerpos y en todas sus cosas que hicieren a
otro” (Orazi, 1997: 1777-179). En 906 el Canon
Episcopi del abad Reginon de Prüm, un tratado con instrucciones dirigidas a
los obispos para combatir supersticiones populares, desacreditar creencias como
vuelos nocturnos por el aire, el control del tiempo atmosférico o la
transformación de personas en animales: “(…) Ciertas mujeres malvadas,
convertidas en servidoras de Satanás, seducidas por las ilusiones y fantasmas
del demonio, creen que por la noche cabalgan sobre cierta bestia junto a Diana,
diosa de los paganos, y de muchas mujeres, recorren grandes distancias no
silencio de las noches profundas, obedecen a las órdenes de la diosa como si
fuera su señora”. El Canon Episcopi
fue incorporado en el decreto de Bucardo, obispo de Worms (1010-1020). También
por Graciano en la compilación del Derecho canónico Concordia discordantium canonum (1140-1142). El escenario de la
caza de brujas del siglo XVI estaba servido en la Alta Edad Media, la denuncia
secular de los hechiceros que matan y destruyen la fertilidad y la propiedad,
los hombres rurales, y la denuncia de las supersticiones grecorromanas, las
mujeres rurales. La hechicería representa ritos que no necesariamente están asociados
a la invocación de demonios, pero que tienen como fin hacer daño, encontrar
riquezas ocultas, sanar enfermedades, adivinar el futuro o causar
enamoramientos. Es una magia que escapa del control estatal, pero que la gente
afectada repudiaba, exigiendo la intervención del Estado. En 1484 los dominicos
alemanes Heinrich Kramer y Jakob Sprenger son nombrados representantes máximos
del Santo Oficio para estudiar el fenómeno de los maleficios en las regiones de
Maguncia, Colonia, Tréveris, Salzburgo y Bremen. El 5 de diciembre de 1484
Inocencio VIII publica la bula Summis desiderants affectibus que
condena los maleficios como una herejía, una calca de la condena de Agustín de
Hipona a los íncubos y los súcubos en el siglo IV y la condena
visigoda de Recesvinto a los hechiceros rurales en el siglo VII. La magia
negativa del mundo antiguo seguía vigente en los inicios de la modernidad:
“(...) muchas personas de ambos sexos, despreocupadas de su salvación e ignorando
la verdadera fe católica, se han
abandonado a demonios, íncubos y súcubos, y por medio de sus encantamientos,
hechizos y conjuras y otros odiosos embrujos y artificios, han matado niños que aún se hallaban en el
útero materno, lo que también hicieron con las crías del ganado; asimismo
arruinaron las mieses de la tierra, las uvas de las vides, los frutos de los
árboles; y más, a hombres y mujeres, animales de carga, rebaños y otros tipos
de animales, viñedos, huertas, praderas y campos, trigo, cebada y cualquier
otro cereal; además, estos malvados persiguen y atormentan a hombres y mujeres,
animales de tiro, rebaños y animales de otras clases, con terribles pesares e
impiadosas enfermedades, internas y externas; impiden a los hombres realizar el acto y las mujeres concebir, por lo
cual los esposos no conocen a sus mujeres, que no los reciban; además, y sobre
todo, de manera blasfema reniegan de la fe que recibieron por el sacramento del
bautismo, y a instancias de enemigos de la Humanidad se permiten cometer y
perpetuar las más espantosas iniquidades y las más repugnantes abominaciones,
con peligro de muerte para sus almas, con lo que ultrajan a la divina majestad
y son causa de escándalos y de peligros para muchos” (Zamora Calvo, p. 108). Jean
Meyer en La fábula del crimen ritual. El antisemitismo europeo
(1880-1914), ubica los orígenes de la acusación de crimen ritual
judío en la masacre cruzada de askenazíes de 1096 que no aceptaron
convertirse al cristianismo en Maguncia, Tréveris, Worms y Xanten. Hubo quienes
decidieron matar a sus hijos y suicidarse para escapar del bautismo forzado. En
Maguncia desaparece una de las mayores comunidades askenazíes de Europa,
formada por siete mil habitantes. El impacto de la matanza desarrolla la
leyenda de crimen ritual de niños cristianos a ambos lados de los Alpes: documentación
de procesos de crimen ritual y asesinatos de niños desde el siglo XII hasta la
Primera Guerra Mundial; el pueblo, los franciscanos y dominicos los acusaban;
las bulas papales los defendían; en la mayor parte de los procesos fueron
ejecutados; los procesos hicieron que los judíos crearan la Liga Antidifamación
y los Congresos Sionistas. En 1475-1476 proceso de Trento que detona un
conflicto diplomático internacional entre el príncipe obispo de Trento, el
Sacro Imperio Romano Germánico y los franciscanos contra el papado, los
dominicos y los judíos de Venecia. La zona alpina de Trento estaba habitada en
un 70% por italianos y el resto por alemanes y una pequeña comunidad judía de
menos de cuarenta personas, repartidas en tres linajes askenazíes que llegaron
en 1440 con permiso del príncipe obispo para ejercer de prestamistas,
ropavejeros y médicos. El lugar colindaba al sur y el oeste con Venecia, por el
este con Milán; gobernado por el conde palatino y príncipe obispo del Sacro
Imperio Romano Germánico, Johannes Hinderbach, amigo íntimo del fallecido Pío
II. En la noche del Jueves Santo del 23 de marzo desaparece el niño Simoncino
de dos años y medio, al día siguiente el padre le hace saber al obispo que ha
desaparecido. En el domingo de Resurrección del 26 de marzo encuentran el
cuerpo en un canal que atraviesa la casa del jefe de la comunidad judía, Samuel
de Nuremberg. El canal llevaba agua al baño ritual que realizaban las mujeres
cada mes. En septiembre Sixto IV excomulga a la autoridad civil de Trento y
ordena a Hinderbach la liberación de mujeres y niños, ordena al dogo de Venecia
prohibir los sermones franciscanos que propagaban la devoción de Simoncino.
Hinderbach encuentra apoyos en los príncipes alemanes, franciscanos y dominicos
y denuncia a Guidici como un corrupto comprado por el oro de los judíos de
Venecia. Que su título de conde palatino le daba derecho de impartir la
justicia secular y no estaba obligado a recibir órdenes de Roma. El príncipe
consigue el permiso del archiduque de Tirol para interrogar procesados y ordena
al dominico Heinrich von Schlettsttet recopilar información sobre el crimen
ritual en Alemania, encontrando documentos imperiales sobre los procesos de
Ravensburg (1430), Pfullendorf (1461) y Edingen (1470). El 1 de abril Sixto IV
advierte a Hinderbach que formara una comisión de cardenales para revisar el
asunto, y que podía ser suspendido si tomaba medidas contra los judíos y no
liberaba a las mujeres. Hinderbach temiendo que en la revisión participara el
mundo católico (monarcas, iglesias nacionales, grandes familias italianas y los
judíos de Roma), obedece enseguida, pero tiene contactos en la Curia y se apoya
en los franciscanos para promocionar los milagros de Simoncino. La comisión
inicia trabajos, en enero de 1477 Hinderbach convierte a las judías y a un
judío de Trento, mientras de Guidici escribe Apología de los judíos para los
cardenales, donde ataca los milagros de Simoncino y el proceso de Trento.
Varios miembros de la comisión mueren, el papa enferma y la conspiración de los
Pazzi contra Lorenzo de Médici amenaza con la guerra entre Florencia y Roma. El
20 de junio de 1478 una bula absuelve a Hinderbach al declarar el proceso
legal, pero impide atacar el decreto de 1247 de Inocencio IV con la prohibición
de procesos ligados a acusaciones de crimen ritual y matar o mutilar judíos.
Los franciscanos expanden el culto de Simoncino por Italia del norte, Austria,
la Alemania alpina y consiguen la creación de los Montes de Piedad contra los
prestamistas judíos. Ariel Toaff, doctor en historia, hijo de rabino y profesor de la
Universidad de Bar Ilan en Tel-Aviv. En Pascuas de sangre, hebreos de
Europa y homicidios rituales (2007), plantea la posibilidad del sacrificio
ritual y el uso de la sangre en las maldiciones contra los cristianos como un
rito desviado de una fracción extremista askenazí en ambos lados de los Alpes,
aunque ningún libro judío lo prescriba: “El 14 de febrero, el autor es
convocado por el presidente de su universidad Bar Ilan: “sus pares declaran que
debió manifestar mayor prudencia en la gestión de la salida del libro” y la
universidad condena la obra en términos muy duros... El Parlamento israelí
participa en la condena generalizada, Ariel Toaff, después de haber intentado
una vana defensa, se rinde. Pero primero explica al Jerusalem Post que nunca dijo
que los judíos practicaran el crimen ritual, sino que varios infanticidios
pudieron ocurrir, no como rituales macabros, sino como represalias contra los
opresores de los judíos... Confirma el retiro de su libro, presenta disculpas “a
todos los que han sido ofendidos por los artículos y los hechos deformados que
me han sido atribuidos así como a mi libro”. Anuncia que va a preparar una nueva
versión corregida y que sus derechos de autor irán a la Anti Defamation
League... Un año después la editorial II Mulino publica una nueva versión
revisada, corregida y ampliada de Pasque di sangre... Sin embargo,
en su prefacio, y más aún en el largo y denso postfacio (363-400), defiende y
mantiene lo dicho en la versión censurada... Al dictaminar que el problema no
existe, que todo ha sido inventado por la mente enfermiza de cristianos
antisemitas, uno cae en una historia apologética que es el exacto reflejo de la
apología cristiana antisemita. No se toma en cuenta el contexto simbólico,
mítico, mágico, del mundo askenazí de esta región de Europa, entre el Rin y los
Alpes, de la primera cruzada hasta finales del siglo XV. Toaff busca la
eventual presencia, en pequeños grupos peculiares, de creencias y ritos ligados
a la celebración de la Pascua. Dice que en este mundo judeo-germánico, en
movimiento constante, hay una presencia profunda de magia popular que altera la
norma religiosa. Existe una justificación teológica del ritual de maldición
contra los cristianos, ligado al uso mágico de la sangre” (Meyer, pp. 218, 219,
220).
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La Tercera
Era del Espíritu.
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El Pseudo Dionisio
Areopagita (siglos V-VI), autor de la “Mística Teología”, recoge de Plotino
(siglo III) el retorno del alma a su origen, el Uno, en tres etapas:
purificación o liberación del mundo, la iluminación por el razonamiento y la
contemplación, y éxtasis o unión con el Uno: “Capítulo 1. ¿En qué consiste la
divina Tiniebla?: “Ésta es mi oración. Timoteo, amigo mío, entregado por
completo a la contemplación mística,
renuncia a los sentidos, a las operaciones intelectuales, a todo lo sensible y
a lo inteligible. Despójate de todas las cosas que son y aun de las que no son
y elévate así, cuanto puedas, hasta unirte en el no saber con aquel que está
más allá de todo ser y de todo saber. Porque el libre, absoluto y puro
apartamiento de ti mismo y de todas las cosas, arrojándolo todo y del todo, serás
elevado en puro éxtasis hasta el Rayo de tinieblas de la divina Supraesencial… Podrás también advertir como la Escritura
llama “dioses” no sólo a los seres celestes, que están muy por encima de
nosotros, sino también a los hombres piadosos que entre nosotros se distinguen
por su amor a Dios. Dios es misterio que trasciende todo ser. Es
supraesencial a todo ser. Nada hay que en modo alguno pueda compararse con El. Sin embargo, todo ser dotado de inteligencia
y razón, que tiende con todas sus fuerzas a la unión con Dios, que procura
imitarle incesantemente en cuanto pueda, tal hombre bien merece que le llamemos
divino”. (Aeropagita, pp. 343, 345, 373). Las ediciones modernas de la Ciudad de Dios incluyen la anulación de la voluntad por
el amor de Dios, el “dejamiento” o “abandonamiento” de los alumbrados y los
quietistas. Un problema filológico que puede ser resuelto por las ediciones
originales latinas. La impecabilidad tomó tintes puros, perfectos, libres,
alumbrados, quietistas, sadomasoquistas y distópicos: “Sacrificio verdadero es todo aquello que se practica a fin de unirnos
santamente con Dios, refiriéndolo precisamente a aquel sumo bien con que
verdaderamente podemos ser bienaventurados… Por
eso dice la sagrada escritura: “Usa
de misericordia con tu alma, agradando a Dios”. Cuando castigamos con
nuestro cuerpo la templanza, si hacemos por Dios, como debemos, no dando
nuestros miembros para que se sirva de ellos el pecado por armas e instrumentos
para hacer el mal, sino para que se use de ellos Dios nuestro Señor como de
armas e instrumentos para hacer bien, es igualmente sacrificio. Ruego, pues, hermanos, por la misericordia
de Dios, que le ofrezcáis y sacrifiquéis vuestros cuerpos, no ya como animales
muertos, sino como una hostia viva, verdaderamente pura y santa, agradable y
acepta a Dios, como un sacrificio racional. “Si, pues, el alma, que por ser
superior se sirve del cuerpo como de un siervo o de un instrumento cuando usa
bien de él y lo refiere a Dios hace un sacrificio. ¿Cuánto más aceptable será el sacrificio del alma siempre que éste se
refiere a Dios, para que inflamada con el ardiente fuego de su divino amor
pierda totalmente la forma de la concupiscencia del siglo… “Y no conforméis con
este siglo, antes transformaros por la renovación de vuestro espíritu en nuevos
hombres, para que desde ahora en adelante no aprobéis lo que el vulgo profano
adopta, sino lo que fuera grato y agradable a su Divina Majestad, y lo que
fuera verdaderamente bueno, agradable y perfecto” (Hipona, p. 255). En el Concilio de Éfeso de 431 se condenó el milenarismo porque
producía revoluciones sin éxito y adoptó el enfoque de San Agustín, la Ciudad
de Dios y la ciudad de los hombres jamás podrían ser la misma por la maldad
humana. El Císter Joaquín de Fiore (1132-1202) dedujo un significado esotérico
a partir de las escrituras y transformó la teología de la Trinidad en una
filosofía de la historia en tres estadios: la Era del Padre (Abraham), la Era
del Hijo (Jesús) y la Era del Espíritu Santo con un Hermanamiento Universal,
alguien que tenía que nacer en 1260. Joaquín de Fiore legitimó el milenarismo,
el mesianismo y el progresismo apocalíptico que Pablo de Tarso y Agustín de
Hipona habían combatido, el primero con la salvación individual en cualquier
instante y el segundo en la Ciudad de Dios por la caída de la gracia que hacía
inviable cualquier paraíso terrenal. Joaquín fue acogido en la curia del Gran
Justiciero de Calabria y en la cancillería real de Calabria. Tras una
enfermedad se dedicó a la vida penitencial en Tierra Santa y Yerushalayyim.
Tras la Tercera Cruzada (1145) visitó Palestina, Siria y Constantinopla. Entre
1168-1170, en la zona del Etna, entró en contacto con los monjes eremitas
penitenciales de lengua y cultura griega, consagrándose a la soledad, la contemplación
y la oración. De regreso a Calabria rompió con los padres y vivió como
penitente en la abadía de Sambuchina, en manos de los cistercienses. Un año
después se dedicó como laico a la predicación itinerante y la explicación de la
Sagrada Escritura. Entró como monje en la abadía benedictina de Corazzo, donde
adquirió el grado de prior y sustituyó como abad a Columbano entre 1171 y 1177.
El periodo de la Genealogía, la
visión trinitaria de la historia. Entre 1182 y 1184, en Casamari, escribe parte
de la Concordia Novia ac Veteri
Testamenti, Psalterum decem cordarum, Expositio
in Apocalipsim, Exhortatorium iudeorum. Estuvo expuesto a la cultura griega
y la teología benedictina, los orígenes teológicos de la françmaçonería y la
Compañía de Jesús. La visión trinitaria de la historia influyó en la
modernidad, la violencia revolucionaria y el paradigma de progreso: la visión
hegeliana de la evolución de la libertad humana (tesis, antítesis, síntesis);
la teoría de Marx del gobierno del proletariado (comunismo primitivo, sociedad
de clases, comunismo mundial), la visión positivista de Auguste Comte de la
evolución de la humanidad que culminaría en una tecnocracia perfecta (religión,
metafísica, ciencia), la división de la historia (antigua, medieval, moderna).
La profecía de la Tercera Era del Espíritu Santo fue retomada por los
flagelantes de Perugia y el nazismo en el Tercer Reich: “El Misterio cristiano
es: Un solo Dios, una sola esencia, una sola substancia, una sola naturaleza y
en ella tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La filosofía-teología
escolástica ha dado una explicación nominal-metafísica, pero el misterio sigue
siendo misterio. Por alguna explicación del Misterio, que no se consideró
justa, Joaquín fue condenado, trece años después de su muerte (1202) en el IV
Concilio de Letrán, al tratar “De la Trinidad, los sacramentos, la misión
canónica, etc., en el capítulo 2. “Del error del abad Joaquín”… Joaquín de
Fiore tras haberse ocupado de la Trinidad en su condición absoluta, pasa a
considerarla como principio de la estructuración de la sociedad y de
inteligibilidad de “la historia de la salvación”… El texto que nos sirve de
base es bien conocido, se encuentra en el capítulo 84 del V libro de la
Concordia y, también en el capítulo V (De
tribus statibus mundi) del Liber
introductorius al Exposotiu in Apocalipsim. Los misterios de la divina
Página nos indican tres estados del mundo: el primero es aquel en que estuvimos
bajo la ley; el segundo aquel en que estuvimos bajo la gracia; el tercero, que
guardamos como próximo, es aquel en que estaremos bajo una gracia todavía
mayor… El primer estado fue en el conocimiento, el segundo está en la posesión
de la sabiduría, el tercero en la plenitud del entendimiento. El primero en la
esclavitud servil, el segundo en la servidumbre filial, el tercero en la
libertad… El primero en el temor, el segundo en la fe, el tercero en la
caridad. El primero en la luz de las estrellas, el segundo en la luz de la
aurora, el tercero en la plenitud del día. El primero en el invierno, el
segundo en la primavera, el tercero en el verano… El primer estado se refiere
al Padre, creador de todo, el segundo al Hijo, que se dignó asumir nuestro
barro, el tercero al Espíritu santo, de quien dice el apóstol: “donde está el
Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Cor, 3, 17)” (Sánchez Herrero, p. 4).
¿Es objetivo el conocimiento de Joaquín de Fiore? La respuesta es sí, la
objetividad de los números, modelos ideales de la realidad. Aplicar los
principios matemáticos a las personas es otra cosa. Pitágoras de
Samos nació alrededor del 569 a.C., el fundador del pitagorismo inauguró una
visión estética matemática del universo: “las cosas existen porque están ordenadas, y están ordenadas porque en
ellas se cumplen leyes matemáticas, que son a la vez condición de existencia y
belleza”. Los primeros matemáticos puros compartían la idea de que los
números, enteros o ideales, constituían la realidad más profunda que no se
podía investigar con los sentidos, influyendo las filosofías de Platón y Aristóteles.
En 460 a.C., el culto fue atacado y destruido. En la casa de Milón de Crotona
fueron masacrados más de 50 pitagóricos y los supervivientes huyeron a Tebas en
el Alto Egipto. Los pitagóricos no podrían existir hoy porque serían
censurados, creían en la “Anti-Tierra” oculta tras el Sol. El 7 místico
pitagórico con base en el cuatro, producto de la suma 1+2-=3+4. En música la
doble de la armonía del diapasón y la cuádruple del doble diapasón. Los
pitagóricos notaron las relaciones entre los sonidos armónicos y las razones
numéricas simples. Descubrieron que si
una cuerda pulsada produce una nota de un tono particular, entonces una cuerda
de longitud mitad produce una nota extraordinariamente armoniosa: la octava.
Una cuerda de longitud dos tercios produce la siguiente nota más armoniosa, y
una de tres cuartos de longitud también produce una nota armoniosa. Los
pitagóricos redescubrieron la física de las cuerdas vibrantes que se mueven en
pautas ondulatorias. Joaquín de Fiore
usó la simbología de los números en el Psalterium
decem cordarum, un instrumento musical de diez cuerdas con el que David se
acompañaba al recitar los salmos. El Psalterium
contiene un Tratado sobre la Trinidad, subdividido en siete distinciones. En el
segundo libro el significado místico del número 150 que representa el total de
los salmos. Los salmos son 150, las Personas 3, los órdenes 3: monjes, clérigos
y casados. Joaquín intenta descifrar las generaciones de cada uno de los
estados o tiempos a partir del número de los salmos, 150, que divididos en tres
grupos corresponden a 50 generaciones a cada uno de los estados o tiempos. Pero
el Salterio tiene 10 cuerdas, por lo que las características propias de cada
orden y estado o tiempo se dividen en 10 y múltiplos de 10: 10, 20 y 30; así
que el camino que tienen que recorrer las diferentes órdenes para llegar a la
Jerusalén celestial es de 150 días los laicos, 100 los clérigos y 50 los
monjes: “Por el lado místico, consideraban que el 1 es la fuente
primaria de todas las cosas en el universo. Los números 2 y 3 simbolizaban los
principios femenino y masculino. El número 4 simbolizaba la armonía, y también
los cuatro elementos (Tierra, Aire, Fuego, Agua) a partir de los cuales está
hecho todo. Los pitagóricos creían que el número 10 tenía profunda
trascendencia mística, porque 10= 1 + 2 + 3 + 4, que combina la unidad
primaria, el principio femenino, el principio masculino y los cuatro elementos.
Además, estos números formaban un triángulo, y la totalidad de la geometría
griega se basaba en propiedades de los triángulos... Como hemos visto, los
números 1, 2, 3,.. llevaban de manera natural a un segundo tipo de número, las
“fracciones”, que los matemáticos llaman números racionales. Un número racional
es una fracción a/b donde a, b son números naturales (y b es
distinto de 0; de lo contrario, la fracción no tiene sentido). Las fracciones
subdividen a los números en partes arbitrariamente finas, de modo que en
particular la longitud de una línea en una figura geométrica puede aproximarse
tanto como queramos por un número racional... Según la leyenda, Hipaso de
Metaponto descubrió que este enunciado es falso. En concreto, demostró que la
diagonal de un cuadrado unidad es irracional: no es una fracción exacta. La
interpretación moderna de la observación de Hipaso es que √2 es irracional. Para
los pitagóricos, este hecho brutal era un duro golpe para su creencia casi
religiosa en que el universo estaba enraizado en los números (por lo que ellos
entendían los números naturales). Las fracciones -razones de números enteros-
encajaban muy bien en esta visión del mundo, pero los números que
demostrablemente no eran fracciones no lo hacían. Y por ello, ya fuera ahogado
o expulsado, el pobre Hipaso se convirtió en una de las primeras víctimas de la
irracionalidad, por así decir, de las creencias religiosas” (Stewart, pp. 27,
28).
Gluttonouslop © |
Hermanos
del Espíritu Libre.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
Las doctrinas gnósticas aparecen en la Colección de Nag Hammadi, escritos
en copto entre los años 350 d.C. y 400 d.C., copiados de textos originales
griegos de la segunda mitad del primer siglo o mediados del segundo siglo,
cuando todavía vivían los apóstoles de Cristo: 13 códices con 52 tratados de
las corrientes valentianas, setianas, basilidianas y tratados herméticos. Las
doctrinas gnósticas son producto del período grecorromano de Egipto (332
a.C.-siglo IV d.C.). Los gnósticos dividen al Creador en dos naturalezas, una
superior, la del Pléroma, otra inferior, la de la materia. El creador del mundo
material es el Diablo, el Dios de la Torah o Antiguo Testamento. El Tratado Tripartito (NH
I, 5) de los valentianos del siglo III, de 88 páginas, postula las siguientes
tesis: “Dios no es responsable de la
naturaleza maligna del hombre”, “Dios es absolutamente trascendente”, “nadie
acompaña al Padre.” (TrTrip 53, 26-37). El drama gnóstico es que la
humanidad no ha sido creada por Dios sino por la participación de diversas
entidades, los eones. El eón Logos
sufre una división que crea la materia y el mundo sensible con dos niveles de
seres, las memorias (na-pimeue/ni-eine)
y la imitación (na-pitanten). Logos
se arrepiente del Caos y crea un orden superior, el de la imagen (t-ikon) del Pléroma con una nueva
jerarquía: imagen, memoria, imitación. (TracTri 94, 19-20 y 104, 19). El eón
Logos es el Arconte-demiurgo, el Dios del Antiguo Testamento, el Verbo Divino.
Para los gnósticos, el demiurgo sólo gobierna los niveles inferiores: mentales
(memorias) y materiales (imitación). Junto con la emisión deficiente del Logos,
los creadores del hombre: “Y él (el
hombre) es su creación (usabte) a todos, los de la derecha y los de la
izquierda, cada uno de los órdenes contribuyendo a su manera a la formación del
hombre.” (TrTrip 105, 7-11); “La creación del hombre es como lo demás: el Logos espiritual lo puso en movimiento
invisiblemente, pero lo completó por medio del demiurgo y sus ángeles
servidores, al que se han asociado en la plasmación (plássein) el antes
mencionado pensamiento con sus arcontes.” (TrTrip 104, 35-105, 4). Los
gnósticos aceptan la multiplicidad del creador, pero niegan que sus eones tengan la misma naturaleza. Un
Logos superior y un Logos inferior, división que no existía en Egipto, todo viene
del Logos: “Un solo Dios, creador del
Cielo y de la Tierra, y un solo Cristo, hijo de Dios” (Irineo de Lyon, Contra las Herejías III, 1, 1-2). Los Hermanos del Espíritu Libre o francmaçones
rechazan la iglesia, la familia, la propiedad y la reproducción por encadenar
la “libertad espiritual”. El origen de las persecuciones no fueron los rechazos
institucionales ni el “Amor Libre”, sino la teología autoteísta. Al igual que
la visión grecorromana del cosmos, afirmaban ser seres constituidos de puro
espíritu que siempre han existido. Al igual que los gnósticos, que el Espíritu
es eterno, divino, inmortal, inegendrable. Los Espíritus Libres no fueron
creados por Dios, son emanaciones de Dios. Dividían a la humanidad en dos
grupos: los materialistas, los “groseros de espíritu” que no son capaces de
desarrollar sus potencialidades divinas y que tienen que esperar hasta la
muerte para reincorporarse a Dios; los Espíritus Libres, los “sutiles de espíritu”,
que se incorporaban a Dios reconociendo su propia divinidad con la
imposibilidad de pecar, por encima de los santos, los ángeles, la Virgen y el
mismo Cristo. En resumen, los Espíritus Libres postulan que son prisioneros en
la tierra (teología de la caída), pero que su naturaleza es divina y todo les
está permitido… El concepto de libertad del liberalismo y neoliberalismo es
negativo: “En mi sucede lo mismo que en
Cristo y sin ninguna excepción. Como
él, soy la vida y sabiduría eternas, nacido del Padre en mi naturaleza divina; también
como él he nacido en el tiempo y en la ruta de los seres humanos; por eso soy
uno con él, Dios y hombre. Todo lo que
Dios le ha dado a él también me lo dado a mí, y en la misma medida… Cristo fue enviado a la vida activa para
servirme, para que pudiera vivir y morir por mí; mientras que yo he sido
enviado a la vida contemplativa, que es muy superior… Cuando su cuerpo es
elevado en el altar durante el sacramento, también yo soy levantado; cuando
transportan su cuerpo, yo soy llevado; porque
soy una carne y una sangre con él, una sola persona a la que nadie puede
dividir”. Las obras de los Espíritus Libres fueron confiscadas y destruidas
por la Inquisición, pero sobrevivieron tres textos: el tratado Schwester Katrei “Sor Catalina”, escrito
en el siglo XIV en dialecto alto alemán medio; una lista de artículos de fe en
latín, descubiertos en una celda de un ermitaño cerca del Rhin en el siglo XV; Le Mirouer des simples ames “Espejo de
las almas sencillas”, atribuido a la adepta Marguerite Porete. Textos que
prueban que las acusaciones de la Iglesia contra los Espíritus Libres eran
correctas. La beguina Margarita Porete promovió las tesis del Espíritu Libre en
las diócesis de Cambrai, Chalons y París. En Le Mirouer des simples ames, narra el progreso del alma en siete
estados hacia la unión mística. Una teología del ascenso de los siete estados
de la escalera de gracia para alcanzar la perfección y la libertad del alma. La
escalera no es lineal, es una escuela de caracol, de círculos. Porete fue
expuesta al mismo tipo de iniciación de Joaquín de Fiore, usa una simbología
numérica. El texto se divide en tres secciones de siete, tres y siete
capítulos, relacionadas con el simbolismo ascendente y descendente de los siete
estados de gracia y las tres muertes. La primera sección contiene siete
consideraciones de gracia y las tres muertes: al pecado, a la naturaleza y al
espíritu. La segunda, tres consideraciones sobre el Abismo de Dios y el Alma
que acompañan las dos caídas: la caída de las virtudes en Amor, la caída de
Amor en Nada. La tercera, siete reflexiones sobre las almas extraviadas y las
anodadas. En el cuarto estado, quienes han muerto al pecado y a la naturaleza.
Margarita los llama “perecidos” porque perecen en el convencimiento de que no
hay estado mejor. Margarita se concentra en las prácticas meditativas y
contemplativas del Alma extraviada para convertirse en un Alma Libre que pueda
alcanzar el quinto y el sexto estado. Los siete estados, las tres muertes y las
dos caídas están relacionadas con dos gobiernos. El de la Razón de la “Santa
Iglesia pequeña” que tiene bajo soberanía los primeros cuatro estados y las dos
primeras muertes: la Iglesia institucional. El del Amor de la “Santa Iglesia
grande” de las que dependen las almas a partir del quinto estado, aquellas que
traspasan la frontera de la tercera muerte del espíritu y se liberan del
dominio de la razón, el Amor en Nada:
Almas Libres. El “Alma Libre no está contra la Ley, sino por encima de la Ley”.
Margarita se dirige a los “extraviados” en la vida del espíritu, quienes tienen
que experimentar la muerte del espíritu para ser libres, vaciados de sí en el
quinto estado de gracia donde el Alma se reduce a la nada: “Ahora el alma es nula, pues ve por la abundancia de conocimiento
divino su nada que la anula y la reduce a nada; embelesada en ese
conocimiento y asentada en el fondo sin fondo del abismo, el Alma cae de Amor en nada, nada sin la cual no podría ser toda. Y es
tan profunda la caída, si es verdadera caída, que el Alma no puede levantarse
de ese abismo, ni debe hacerlo, sino que al contrario debe permanecer en él,
y la visión de ese estado le arrebata voluntad
y deseo de obras de bondad, por ello se halla en reposo, en posesión de un estado de libertad que la
reposa de todas las cosas por su excelente nobleza”. En el sexto el alma se
convierte por completo en un espejo. El Alma Libre que ha sido esclava de las
Virtudes bajo el dominio de la Razón, gracias al Amor se despide de la
servidumbre de la Razón: “Virtudes, me
despido de vosotras para siempre… es aquel en que el Alma no se ve, por mucho
que posea un abismo de humildad en sí misma; ni ve a Dios, por grande que sea
su altísima bondad. Sino que Dios se ve en ella en su majestad divina,
instantáneamente, pues ese Lejoscerca, que llamamos relámpago a la manera de
una abertura que se cierra apresuradamente, rapta al alma del quinto estado y
la introduce en el sexto mientras dura su obra y de este modo ella es otra;
pero poco le dura ese ser en el sexto estado, pues es devuelta al quinto”.
En el séptimo, el alma se regocija de los gozos celestiales, volviendo al
primitivo estado de inocencia. Usa los siete estados de la escalera de caracol
para alcanzar a Dios en un movimiento inverso, el verdadero camino es la caída,
la única manera de alcanzar a Dios es renunciando a Dios. En lenguaje laico,
estados alterados de conciencia para alcanzar el estado de mente vacía: “-apareció el país de la libertad… Entonces respondí, después que yo ya era
pura nada: ¡Ah! ¿Y qué voy a querer? La pura nada no tuvo nunca voluntad, no
quiero nada. Nada me importa la bondad de (dama) Amor, nada me importa por tanto cuanto es suyo. Está colmada de sí misma. Ella es, nada es
si no es de ella; por eso digo que eso me sacia por completo y me basta…
Entonces empecé a salir de la infancia y mi espíritu fue envejeciendo cuando
murió mi querer, acabaron mis obras y aquel mi amor que me hacía tan bonita.
Pues el derramamiento del divino amor, que se mostró ante mí por luz divina, me
mostró de repente en un relámpago altivo y horadador a él y a mí. Es decir: a
él tan alto y a mí tan baja que no pude ya ponerme en pie ni valerme por mí
misma; de ahí nació lo mejor de mí. Si no lo entendéis, no puedo hacer nada. Es
obra milagrosa de la que nada puede decirse sin mentir”. El libro fue
condenado por el obispo de Cambrai y quemado públicamente en Valenciennes.
Margarita publicó otra copia para seguir enseñando a los begardos. Era una
beguina mendicante que se hacía acompañar de un begardo que creía haber sido nombrado
por Dios como su “ángel de la guarda”. Acusada de promover ideas de
aniquilación del alma con la degradación moral de la impecabilidad. A finales
de 1308, detenida en París por la Inquisición, donde pasó dieciocho meses de
prisión. En 1310 el libro fue condenado por una comisión de teólogos. Margarita
excomulgada y condenada a morir en la hoguera: “La esencia eterna de las cosas,
y no su existencia en el tiempo, era realmente Dios; todo lo que tuviera una
existencia separada y transitoria había emanado de Dios, pero ya no era Dios.
Por otra parte, todo cuanto existía estaba condenado a anhelar su origen divino
y a esforzarse para encontrar su camino de retorno hacia este origen... No
quedaría ninguna emanación, no habría nada que pudiera llevar una existencia
independiente, ni nada capaz de conocer, desear, obrar... Esta doctrina suponía, desde luego, la
afirmación de una salvación universal, aunque impersonal; y los más
consecuentes de los hermanos del Espíritu Libre defendieron que el cielo y el infierno
no eran más que estados del alma en este mundo y que no había ninguna vida
posterior de premio o castigo. Resucitar de entre los muertos y poseer el cielo
no era otra cosa que acoger la encarnación del Espíritu Santo en uno mismo y
recibir la revelación que traía. Un hombre que poseía en sí mismo el
conocimiento de Dios tenía consigo su propio cielo. Bastaba con que uno
reconociera su propia divinidad para resucitar como espiritual, ciudadano del
cielo sobre la tierra. Por otra parte, ignorar la propia divinidad era pecado
grave, el único pecado mortal. Esto era lo que significaba el infierno: y esto
era también algo que cada cual llevaba con su vida… Según los hermanos del
Espíritu Libre no se trataba tan solo de que el alma estuviera destinada a ser
incorporada a Dios a la muerte del cuerpo; en su misma esencia había sido
divina desde toda la eternidad y seguía siéndolo aunque habitara en un cuerpo
humano. Dicho con las palabras del tratado herético que fue encontrado en la
celda del ermitaño cercana del Rhin: “La esencia divina es mi esencia y mi
esencia es la esencia divina… Desde la eternidad el hombre era Dios en Dios…
Desde la eternidad del alma del hombre era en Dios y es Dios… El hombre no fue
engendrado, pues desde toda la eternidad era inengendrable; y como no puede ser
engendrado, es inmortal.” (Cohn, pp. 171, 172).
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Ismailíes
& Sufíes.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
La asociación
heterodoxa de los libaneses es la Comunidad Druza. En el período árabe del
Líbano llegaron los chiíes, suníes, ismailíes, drusos, alawitas y nusaríes. Los
primeros inmigrantes en Yucatán, Veracruz y Tampico trucaron sus apellidos en
las aduanas: Féres “Pérez, Félix”, Abdallah “Zabala”, Murtinuz “Martínez”, Harb
“Guerra” (Harp), Saliva “Cruz”, Yunis “Núñez”. Cambiaron el pantalón bombacho shirwel por el occidental, y el gorro le´bebbe por los sombreros de ala. En el
siglo XX la migración druza en Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Brasil,
México y Argentina. En Estados Unidos la Sociedad Druza Americana, la Fundación
Americana Druza y el Consejo Druzo de América del Norte. En 1928 la fundación
de la Beneficiencia Druza: Abulhosen, Sáab, Krame, Abuali, Jafar, Said, Fayad,
Balut, Aboudehen, El Atrash, Akabani, Naime, Salmán… Los líderes religiosos
drusos: al Shaikh Jihad, Naim. Dr. Nasib Balut, Sr. Fady Aboudehen, Fouad
Fayah, Fáris El Atrash, Sra. Nadia Fayad. En 1957 la formación de la Liga Árabe
de México. Los libaneses chiítas se establecieron en la Comarca Lagunera
(Coahuila, Durango) y construyeron la mezquita Soraya. A
mediados del siglo VIII inicia la división de las dinastías en el islam: omeya,
zaydíes, abasíes y chiíes. Subgrupos que fragmentan la fuerza política del
islam. La contraparte de los Templarios en Tierra Santa eran los nizaríes o
“secta de los hashshashins”, una rama ismailí, grupo que surgió con la
muerte de Yafar-al-Sadiq en 765, que provocó un cisma en el movimiento chií por la sucesión, su hijo Ismail es
desplazado y sus partidarios formaron la rama ismailí que actuaba en la
clandestinidad con una red de misioneros en varias zonas del Oriente Medio,
principalmente Persia y Siria, donde se integraban en las comunidades locales
disfrazados de mercaderes o artesanos. El chiísmo doudecimano creía que
el duodécimo imán de la línea de Mahoma había desaparecido y regresaría en el
futuro en la figura del mahdi (“mesías”) para restablecer la
justicia sin intervención humana. El chiísmo ismailí de los siete imanes creía
que tenían que preparar el regreso del mahdi. Los sufat “puros” fueron los místicos del islam (sufíes), el
cristianismo (“cristianos verdaderos”), el judaísmo (Talmud), el budismo
(tantrismo) y el hinduismo; predicaban el autoteísmo y el antinomianismo con el
rechazo de las instituciones: el igualamiento con la divinidad y la
imposibilidad de pecar. Los sufat o
sufíes eran la corriente extrema de la ya extrema secta de los hashshashins, la tesis de que la
doctrina externa del Corán podía abandonarse en su totalidad una vez que el qiyama (“resurrección del Imán”) fuera
proclamado. Los ulemas, los
estudiosos de la religión, desarrollaron la sharia (“ley sagrada”) como protesta
contra el estilo de vida antiislámico e individualista de los gobernantes que
se olvidan de la comunidad (umma). En tiempos de crisis había
movimientos de “reforma” (islah) y “renovación” (tajdid). Un
reformista (mujtahid) reclamaba que los musulmanes emplearan sus
facultades de razonamiento personal (ijtihad) para encontrar una
solución, incluso si era contraria a la ortodoxia imperante. La tariqa de la raíz trilítera árabe trq “llamar”, “forjar”, “seguir un camino”, “hermandad, “logia”. El equivalente sufí del dharma “buenas formas”, árabe din “camino de vida” y latino forma: “senda interior”. La tariqa o regla de vida en común basada
en obligaciones rituales islámicas y una serie de “prescripciones especiales”
bajo la guía de un maestro espiritual (sayj)
dotado de poder temporal y espiritual sobre sus discípulos. Varios ulemas
fueron sufíes que reconciliaron la fiqh
“ley religiosa” y la tariqa “senda
interior”, como Abu-I-Qasim al-Gunayd (835-910), Abd Al lah Ansari (1006-1089),
Abu Hamid al-Gazzali (1058-1111), Abd al-Qadir al-Gilani (1077-1166). En Balj (Afganistán) Ibrahim ibn
Adham (ca. 730-777) el fundador del
sufismo propio bagdadí, un príncipe que renunció a la vida palaciega y sus
privilegios por la pobreza espiritual. En el Jorasán (Tayikistán) las
fulguraciones estáticas de Bayazid al-Bistami (m. ca. 875) inauguraron el sufismo sukr
“embriagado” del “amor divino”, el sufismo jorasaní impregnado del espíritu
malamati (discreción, anonimato) basado en la plena y total libertad
amorosa y la interpretación de la ley religiosa basada en el amor y la entrega
confiada a Dios. El sufismo uwaysi
por referencia a Uways al-Qaeani (m. ca.
657), para aquellos sufíes que han recorrido la senda interior sin haber tenido
una iniciación presencial, o iniciados en sueños por maestros vivos o muertos.
En 930 los qarmatas creyeron identificar al mahdi
en una conjunción de Júpiter y Saturno, como resultado ¡atacaron La Meca y
arrancaron la piedra negra incrustada en la ka´ba
y se la llevaron! En 973 el califa fatimí Mu´izz entra en al-Qahira “La
Victoriosa” (El Cairo) y funda el centro de estudios religiosos Al-Azhar,
considerada la primera universidad del mundo. En 1009 al-Hakim se enfrentó a
los cristianos para compensar el liberalismo de su padre, quien se había casado
con una princesa cristiana y otorgado los cargos más altos. El califa destruyó
la Iglesia del Santo Sepulcro de Yerushalayyim y rompió las relaciones de los
bizantinos con los fatimíes. En 1017 un grupo de hombres santos encabezados por
Darazi (“drusos”) partió del Líbano a Egipto para proclamar la divinidad de
al-Hakim, los súbditos consideraron blasfemas las afirmaciones y estallaron
revueltas en el Cairo. En 1021 al-Hakim desapareció en las colinas cercanas al
Cairo y Darazi y sus seguidores se establecieron en las montañas del Líbano. El
líder afirmaba que al-Hakim no había muerto, sino que regresaría en el futuro
para anunciar el fin del mundo. Los drusos eran mal vistos por funcionar con
gran secretismo. Los ismailíes tenían una
gnosis esotérica para interpretar los significados ocultos del Corán, una
herejía que afirmaba que lo sagrado dependía de la interpretación, significados
accesibles a través de una iniciación. El historiador libanés Abdallah Najjar
publicó la Doctrina Unitaria Druza, los drusos escondían la dialéctica
impecable de los sufíes: la creencia en la reencarnación; el rechazo de los
ídolos, las imágenes y las piedras sagradas; no robar, no matar, no adulterio;
pero también rendirse a Dios en el bien y en el mal (“la redención por el
pecado”): “El modo en que los
ismailíes interpretaban los significados ocultos del Corán (conocidos como batin)
exageró aún más esas diferencias. Los nuevos conversos ismailíes tenían que
pasar por una ceremonia de iniciación antes de poder acceder a dichos
significados ocultos. Sólo después de una serie de rituales secretos eran
aceptados en la hermandad ismailí y se les revelaba el batin. El aspecto
clave de los rituales secretos es que, por supuesto, se han de guardar en
secreto, algo que difícilmente se consiguen si se ponen por escrito… Un grupo
llamado los sufat (que significa literalmente “los puros”) desarrolló
tendencias muy extremistas. Siempre había existido tensión dentro del movimiento entre los
significados ocultos del Corán (el batin)
y su doctrina externa (el zahir)… Pero los sufat
argumentaban que toda la doctrina externa del Corán podía abandonarse en su
totalidad una vez que el qiyama había sido proclamado... Las acusaciones
islámicas contra los ismailíes eran, con todo, bastante graves... Los qarmatas,
que en su origen habían recibido influencias formativas del movimiento ismailí,
fueron acusados de promiscuidad, porque compartían sus mujeres dentro de la
comunidad. Parecidas acusaciones se esgrimirían más tarde contra los grupos
nizaríes militantes de Siria durante el reinado de Sinan. Un relato afirmaba
categóricamente que algunos ismailíes “se abandonaban a la iniquidad y el libertinaje
y se hacían llamar los “puros”. Hombres y mujeres se entremezclaban en
borracheras, ningún hombre se abstenía de su hermana e hija, las mujeres
llevaban ropa de hombre y uno de ellos declaró que Sinan era su Dios”. Así
pues, incluso a los ojos de otros musulmanes, los ismailíes aparecían relacionados
con la licencia sexual” (Bartlett, pp. 46, 252). Baha
al-Din Walad o Sultán al- “Ulama” o Sultán de los Sabios (ca. 1153-1231) era un
teólogo y predicador musulmán de la corriente sufí, el propósito del dikr es la repetición de la palabra Al lah como invocación divina: “del Al lah venimos y a Al lah regresamos”. Autor del Ma
`arif “Gnosis”, una colección de conversaciones con Dios, comentarios de
pasajes del Corán, fragmentos de poesía, revelaciones, prescripciones médicas,
registros de sueños, chistes, episodios eróticos, etc. Su hijo, el poeta sufí
Mawlana Galal al-Din Muhammad Balji “Mawlana Rumi” (1207-1273), nacido el 30 de
septiembre de 1207, en el Jorasán, en Vajsh, en el actual Tayikistán. Inspiró
la tariqa mawlawyya, hermandad sufí
de los derviches giróvagos, en cuya obra se encuentra un espíritu de tolerancia
y universalismo integrador. Mawlana
mutó de muftí o alim “hombre sobrio y experto en la ley religiosa” a asiq “amante de Dios”, “fiel del amor”,
“poeta del amor divino” o “devoto de la música, la danza y la poesía”. El uso de la danza circular mawlawi del sama que simboliza la interrelación del todo, el principio de la
renovación de la creación y un movimiento constante de vaciamiento,
aniquilación y regeneración; y la flauta sufí de caña en el Nay-nama: apellidos libaneses Naymi,
Naime, Name de la corriente de los Druzos de América. Mawlana “nuestro Maestro”, el
“maestro del Amor”, el nombre que dieron sus discípulos y seguidores. En el Matnawi, Mawlana carga contra los
filósofos que se someten a la dialéctica y la lógica por su incapacidad para
ver las realidades espirituales: “El centro de la herejía del Libre Espíritu se encuentra en la actitud
del adepto respecto a sí mismo: creía que había llegado a una perfección tan
absoluta que era incapaz de pecar.
Aunque las consecuencias prácticas de esta fe podían variar, uno de sus
posibles efectos era el antinomismo o repudio de las normas morales. El hombre perfecto siempre podía obtener la
conclusión de que le estaba permitido, e incluso ordenado, hacer todo aquello
que comúnmente era considerado como prohibido… Lo que entonces sobresale es
una pintura enteramente convincente de un erotismo que lejos de surgir de una
desenfrenada sensualidad, poseía sobre todo un valor simbólico como signo de
emancipación espiritual –incidentalmente este ha sido el valor que a menudo ha
tenido el “amor libre” en nuestros propios tiempos. Hacia fines del siglo XII
varias ciudades españolas, especialmente Sevilla, fueron testigos de las
actividades de fraternidades místicas musulmanas. Estas gentes, conocidas como sufitas, eran “mendigos santos” que
vagaban en grupos por las calles y plazas, cubiertos de remendadas y
descoloridas ropas. Sus novicios aprendían la humillación y abnegación
personales: debían vestir andrajos, no levantar la vista del suelo, comer
alimentos desagradables y obedecer ciegamente al maestro del grupo. Pero, una vez terminado el noviciado, esos
sufitas entraban en un mundo de absoluta libertad. Despreciando los libros
y las sutilezas teológicas, gozaban del conocimiento directo de Dios: más aún,
se sentían incorporados a la esencia divina en la más íntima unión. Y esto a su
vez, les liberaba de todas sus limitaciones. Todo impulso que experimentaban era considerado como un mandamiento
divino: podían rodearse de posesiones terrenas, vivir en el placer y también
podían mentir o fornicar sin ningún remordimiento de conciencia. Ya que el
alma está íntimamente en Dios, los actos externos no tenían ninguna
importancia. Casi todos los rasgos que caracterizaron al sufismo español del
siglo XII –incluso detalles como el de las ropas andrajosas- pueden advertirse
como típicos de los adeptos al Libre Espíritu uno y dos siglos más tarde”
(Cohn, pp. 150, 151).
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Talmudistas
& Cabalistas.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
En Córdoba, Granada, Toledo y Sevilla estaban las
principales comunidades judías durante la conquista sarracena. En Córdoba la
capital de la dinastía omeya con el califa Abderramán (912-961) y centro de la
cultura judía porque su médico Hisdai ibn Shaprut trajo filósofos, poetas,
eruditos y científicos. Las comunidades importantes estaban en 44 ciudades, la
mayoría con su yeshivá o centro de
estudios de Torah y Talmud. En España hubo una conjunción de los iniciados de las escuelas
secretas sufíes, rabinos y cabalistas que fundaron centros de enseñanza, el
origen del judaísmo jasídico: Ibn Masarra de Córdoba, Ibn Barajan de Sevilla,
Abu Béker de Granada (nacido en Mallorca), e Ibn Casi de Agarabis de Portugal. Los almohades de al-Ándalus de
principios del siglo XII, impusieron una vestimenta distintiva a los
criptojudíos: túnica azul con mangas anchas y un gorro largo azul que terminaba
como barda de burro para delatar su condición de “musulmanes azules” (chino qing hui hui). Los decretos de Bagdad de
1121 obligaban a los judíos a usar dos distintivos amarillos, uno sobre el
tocado y otro sobre el cuello, además colgarse alrededor del cuello un pedazo
de plomo con la palabra dimmi y un cinturón alrededor de la cintura. Las
judías debían usar un zapato rojo y otro negro y colgarse del cuello o los
zapatos una campanilla. El IV Concilio de Letrán de 1215 relacionó las herejías
cristianas con los judíos y estableció una vestimenta distintiva: sombrero
ancho y una rodela de color rojo o amarillo. En Alemania el gorro puntiagudo
“Judenhut”, en Francia la señal amarilla cosida en los atuendos, en Venecia un
distintivo circular amarillo, luego un sombrero amarillo y un sombrero rojo.
El origen del Talmud en el debate de París de 1240 entre el judeoconverso
franciscano Nicolás Donin y los cuatro rabinos con más prestigio de Francia:
Yehiel ben Joseph de París, Judah ibn David de Melum, Samuel ben Solomon de
Chateau Tierry y Moshe ben Jacob de Coucy. Debate organizado por Luis IX a
instancias a Gregorio IX y presidido por Blanca de Castilla. Donin buscaba
evidenciar que el Talmud era una obra de sabios y escribas comunes enseñada
como verdadera, que sólo tenía 400 años de antigüedad (840-1240) y que los
judíos estaban obligados a seguirlo. ¡El Talmud apareció 110 años después de la
conquista sarracena! ¡El Talmud babilónico era andalusí! Contaminado por el
misticismo porque los rabinos afirmaban haber recibido una revelación oral que
los hacía superiores a los profetas, dejando en segundo lugar la Torah. Yehiel
argumentó que Donin fue expulsado de la sinagoga por difundir ideas falsas, el
Talmud era una explicación de la Escritura para ser correctamente entendida y
que se remontaba a 1500 años (260 a.C., tradición que inicia con los
comentarios midrásicos de las escuelas rabínicas). Los judíos tenían la
obligación de seguirlo en las explicaciones e interpretaciones de la Ley. Donin
consiguió probar ante Blanca de Castilla y los jueces que los maestros judíos
identificaban sus creencias con el Talmud y no con la Torah: “Este enfoque
irracional de la religión no estaba limitado a las masas judías. Atraía también
a las clases altas, y en ellas adoptaba la forma del misticismo. La esposa del
propio Maimónides era una creyente emocional procedente de un extenso linaje de
pietistas místicos. Abraham, hijo y heredero de Maimónides, tendió a adoptar la
actitud de su madre más que la de su padre. Aunque, según parece, profesaba
devoción a la memoria de su padre y defendía celosamente las opiniones que él
había formulado, su propio opus magnum,
un tomo gigantesco denominado La guía
completa de los piadosos, expone el pietismo o jasidut como un modo de vida, una contraciencia con relación al
racionalismo. Llegó a conocérselo como el rosh
kol ha-jasidim, el “jefe de todos los pietistas”, y recibió cartas y atrajo
discípulos de todo el mundo. Estos devotos ayunaban el día entero y rezaban
toda la noche. Abraham incluso admiró a los místicos musulmanes, o sufíes, y
dijo que eran discípulos más dignos de los profetas de Israel que los judíos de
su tiempo. Esta afirmación habría irritado a su padre, que deseaba desterrar
las obras de los místicos judíos, y con mayor razón las musulmanas.
Lamentablemente para los racionalistas, el misticismo tenía profundas raíces en
el judaísmo… Era conveniente para las autoridades religiosas aceptar el
concepto de que, además de la Ley escrita del Pentateuco dada por Dios a
Moisés, Dios también le había entregado la Ley Oral. Pero también era muy
peligroso, pues llevaba a la creencia de que existía un cuerpo de conocimiento
especial acerca de Dios, transmitido oralmente y secretamente, al que podían
llegar solamente unos pocos privilegiados. En el Talmud la palabra kabbala significa sencillamente
“(doctrina) recibida” o “tradición”, la parte final de la Biblia, después del
Pentateuco y la enseñanza oral. Pero poco a poco comenzó a significar el saber
esotérico, que permitía a la minoría privilegiada mantener una comunicación
directa con Dios…” (Johnson, pp. 285, 286). El teólogo y sufí persa Abu Hamid al-Gazzali (1058-1111), autor del tratado Miskat al-anwar “El nicho de las luces”
con la “aleluya de la luz”. En España el lírico Yehudá ha-Leví (1075-1141) atacaba la racionalidad
aristotélica porque no podía reemplazar la experiencia directa de Dios. Isaac
el Ciego (1160-1235) desarrolla un sistema en que la creación es la
materialización del discurso divino, su Cábala mística se expande de Narbona a
los Pirineos, Gerona, Burgos y Toledo: Dios es Todo y Todo es Dios. Nag al-Din
Kubrà (1158-1221) fue un maestro sufí de la ciudad de Jiva (Uzbekistán),
apodado Wali Taras “escultor de los amigos de Dios”, iniciado en Egipto en las
enseñanzas sufíes de Abu-I-Nagib Suhrawardi (1097-1168). Kubrà, fundador de la tariqa kubrawiyya, autor de diversos
tratados espirituales que abordaban la conducta correcta del discípulo sufí y
las etapas que deben recorrer. El Fawatih
al-gamal wa fawa´ih al-galal “Las eclosiones de la belleza y los perfumes
de la majestad” contiene una presentación de las visiones y las experiencias
extáticas del místico, las “revelaciones de las luces y los colores”. En el
sufismo kubrawi, el propósito del dikr es la repetición del tahlil –La ilaha il la Al lah “No hay
más divinidad que Dios”. La Cábala de Isaac ben Salomón Luria “Ha-Ari el
León” (1534-1572) en Turquía, los Balcanes y Europa Oriental: la Cábala
enumeraba los diferentes estratos del cosmos, los sufrimientos judíos eran
síntomas de la descomposición del cosmos, el cosmos tiene esquirlas o klippot perversas, pero también chispas
de la luz divina aprisionada, llamadas tikkim.
La luz aprisionada es el exilio de los judíos. El papel del pueblo judío era
restaurar el cosmos para liberar las tikkim
de las klippot mediante la
observación rigurosa de la Ley. Una vez realizado, el exilio de la luz acabaría
con la llegada del Mesías y la redención. Luria conquistó su influencia
enseñando a sus alumnos el modo de alcanzar estados intensos de meditación
gracias a la concentración absoluta en las letras de los Nombre Divinos. Creía
que las letras de la Torah y los números que simbolizaban, ofrecían el medio de
llegar directamente a Dios. La Cábala de Abraham Natan ben Elisha Hayyim
Ashkenazí “Natán de Gaza” (1643-1680): no había un conjunto de luces, sino dos.
Un conjunto bueno y un conjunto irreflexivo que tendía a ser malo. El papel de
Mesías exigía sacrificios heroicos, como la adopción de la apariencia de mal
para purificar a otros. Natán estudió la Cábala de Luria y empezó a dominar las
técnicas de meditación y éxtasis. A principios de 1665 empezó a tener visiones
prolongadas. La Cábala de Shabbetái Zeví (1626-1676): violar las reglas de la
Torah inferior para acelerar las reglas de la Torah superior, justificar
personalmente a todos los pecadores, hacer todo el mal posible hasta que llegue
la redención. Zeví tiene raíces en la Cábala de Luria y el programa de “Natán
de Gaza”: apoderarse de la Corona de Turquía y convertir al sultán en su
servidor; ir al río Sambatyon para reunir a las tribus y desposar a Rebeca, la
hija resucitada de 13 años de Moisés. En sus fases maníacas pronunciaba el
nombre prohibido de Dios, reunía tres festividades y las celebraba al mismo
tiempo, bendecía a quienes permitían lo prohibido y violaba las normas sexuales
de la Torah. En Constantinopla pronunció el nombre prohibido de Dios, comió
grasas, violó las leyes judías y obligó a los demás a hacerlo. En Esmirna,
llegó a la sinagoga sefardí con un hacha, denunció a los rabinos como animales
sucios, abrazó un rollo santo y entonó una canción española. Anunció la
Redención el 18 de junio de 1666, el derrocamiento del sultán turco y la
distribución de los reinos del mundo entre sus partidarios. El sultán sabía lo
que ocurría y simpatizaba con Zeví, lo tomaba como un loco. En el invierno de
1665-1666 las cosas cambiaron, el llamado tuvo eco y las autoridades turcas se
preocuparon, los judíos oraban, ayunaban, tomaban baños rituales, andaban
desnudos en la nieve, se flagelaban, vendían sus posesiones e iban en
peregrinación a Tierra Santa para ver al Mesías. En febrero de 1666 fue
encarcelado. El 15 de septiembre llevado ante el Consejo de Constantinopla, en
presencia del sultán, donde le ofreció convertirse al islam o morir, tomando el
nombre de Aziz Mehmed Effendi y el título de “guardián de las Puertas del
Palacio”. Jacob Frank (1726-1791) se proclamó la reencarnación de Zeví y
afirmaba que la idea mesiánica podía desarrollarse en todas las religiones y en
el ámbito de la iluminación secular o francmasonería: “Las practicas
judaizantes se ocultaban por lo general en los rincones más secretos de la
casa, de ahí el papel esencial de las mujeres en la transmisión de una herencia
que tendía a reducirse a una tradición cada vez más doméstica. Así, en la
documentación inquisitorial no faltan los ejemplos de matronas calificadas de
“dogmatistas” y “rabinas”, iniciadoras, oficiantes y guías espirituales al
mismo tiempo… En efecto, el hecho de ayunar juntos es una manifestación de
confianza, de afecto: se comparte el secreto entre parientes, entre amigos, con
más razón entre amantes… A tal punto que, en las comunicaciones de los presos
de la Inquisición, las palabras en clave que designan el ayuno (cro o súchil)
significan de manera ambigua no sólo “ayunar” sino también “hacer el amor”…
Esta dimensión carnal de la religiosidad marrana ¿se inspiraba en ciertas
corrientes iluministas?... Pero otra relación se impone, sugerida por las
prácticas de algunos grupos de judíos herejes, en particular, aquellos formados
por los fieles al movimiento mesiánico de Sabbatai Zeví… Según los adeptos más
radicales del movimiento, se trataba de transgredir las leyes de la Torá
inferior –el del exilio- con la esperanza de provocar la llegada de la
verdadera Torá, la del mundo superior, hasta entonces escondida. De ahí la
noción paradójica de “redención por el pecado”, tal como la puso de manifiesto
Gershom Sholem, y la inversión de los valores: el descenso al reino de la
impureza debía conducir a la santidad, aunque fuese atravesando “el reverso de
la santidad”, siguiendo una dialéctica según la cual “la violación de la Torah
es ahora su verdadero cumplimiento”. Y entre las reglas abolidas figuran
precisamente las prohibiciones sexuales… ¿Qué es lo que encontramos entre los
grupos marranos de México en la década de 1640? Precisamente un rito de
“extinción de las luces”, que describe Catalina de Campos, al evocar los
recuerdos de su “tierra natal” en Portugal, en una conversación con su hija
María… Más allá de su componente erótico, estas prácticas se inscribían además,
en una perspectiva seguramente escatológica, como sugiere otra vez la
vinculación con el movimiento de Sabbatai Zeví, cuyos fieles esperaban el
regreso, o la reencarnación: se creía que de estos amores ilícitos nacería el
Mesías” (Wachtel, pp. 95, 125, 126).
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Flagelantes
de Italia y Alemania.
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Las guerras de
los güelfos y los gibelinos, la hambruna de 1258 y el brote de peste de 1259 y
la profecía de la Tercera Era del Espíritu Santo con el advenimiento del Mesías
en 1260 hizo que apareciera un brote de milenarismo apocalíptico en Italia. Los
flagelantes de Perugia se extendieron en Roma y las regiones lombardas. La Era
del Espíritu Santo dirigida por el eremita franciscano Raniero Fasani del Il movimiento dei Disciplinati nel settimo
centenario del suo inizio. Las mujeres y los hombres marchaban con
estandartes y velas encendidas proclamando la ira de Dios contra la corrupción
de la carne, el arrepentimiento y el autocastigo por los pecados. Entonaban
cantos, himnos y se azotaban durante horas frente a las iglesias para obtener
el perdón fuera de la Iglesia Católica en la Nueva Era del Espíritu Santo:
“Espíritu de Renovación”. Las procesiones causaron tal impacto que los
criminales se confesaban, los ladrones regresaban sus botines, los usureros los
intereses de los préstamos y los güelfos y los gibelinos declararon una tregua.
En su avance empezaron a reclutar a magistrados, obispos y todos los gremios
afectados por la ruina económica, pero sólo los pobres se quedaron hasta el
final. El rey de Nápoles y Sicilia, temiendo un levantamiento, intentó erradicarlos.
El movimiento desapareció en Italia y reapareció en el sur de Alemania de forma
violenta. Sus seguidores mataban religiosos, no aceptaban la autoridad
eclesiástica y hablaban de una carta que había descendido del cielo en
Yerushalayyim, traída por Pedro el Ermitaño y el “maestro de Hungría”. La carta
afirmaba que una tableta de mármol había descendido sobre el altar de la
Iglesia del Santo Sepulcro con una luz, leída por un ángel con las miserias y
abominaciones que precederán la Segunda Venida. Dios manifiesta su ira contra
los seres humanos por sus faltas: orgullo, ostentación, blasfemias, adulterios,
usura, abandono de los ayunos de los sábados y abstinencia de los viernes. Dios
había castigado a la humanidad con terremotos, incendios, sequías,
inundaciones, hambres, pestes, guerras e invasiones. Pero ahora había decidido
eliminar a la humanidad. La Virgen María y los ángeles imploraron una última
oportunidad para la especie humana. Dios prometió que si abandonaban la usura,
el adulterio y la blasfemia, la tierra volvería a florecer. En una segunda
aparición el ángel encarga la orden de hacer penitencia flagelante de 33 días y
medio, en memoria de los años que pasó Cristo en la Tierra. Los líderes
afirmaban que las flagelaciones liberaban del pecado y que podían redimirse por
sus propios medios. En Alemania se mezclaron los flagelantes con los Hermanos
del Espíritu Libre que rechazaban la Iglesia Católica, el matrimonio
consagrado, la familia, la propiedad y la reproducción. Los obispos y cardenales
iniciaron excomuniones contra los penitentes y reprimieron el movimiento en
1262: “No deja de tener importancia que el movimiento flagelante naciera en una
ciudad güelfa y floreciera sobre todo en ellos. Todas estas aflicciones fueron
consideradas como el preludio de una catástrofe final y definitiva. Un cronista
hace notar que durante las procesiones flagelantes la gente se comportaba como
si temieran que en castigo de sus pecados Dios fuera a destruirlos con un
terremoto y con fuego de las alturas… Pero lo que estos flagelantes se estaban
esforzando en conseguir de Dios era algo más que el simple alivio de las
dificultades presentes. Este año de 1260 era el año apocalíptico en el que,
según las profecías pseudojoaquinitas, la Tercera Edad debía llegar a su meta.
En medio del hambre, plagas y guerras multitudes de italianos estaban esperando
el amanecer de la edad del Espíritu Santo, la edad en la que todos los hombres
podían vivir en paz, observando una pobreza voluntaria, plenos en éxtasis
contemplativo. A medida que pasaban los meses esas esperanzas se fueron
haciendo más agudas hasta que, hacia finales de año, adquirieron carácter
desesperado e histérico y los hombres empezaron a estar dispuestos a todo.
Hacia septiembre la misma batalla de Monteaperto recibió un claro significado
escatológico. Seis semanas después, a principios de noviembre, aparecieron los
flagelantes; y el cronista Salimbene de Parma, que era joaquinista, nos habla
del ansia que el pueblo tenía de ver en estas tristes procesiones al comienzo
de la gran consumación. En Italia el movimiento flagelante de masas murió
pronto de desilusión; pero en 1261-1262 cruzó los Alpes y reapareció en las
ciudades del sur de Alemania y del Rhin. Parece ser que los dirigentes todavía
eran italianos, pero a medida que pasaban por las ciudades alemanas los
habitantes se adherían a centenares para formar nuevas procesiones… los
flagelantes alemanes tuvieron rituales y cantos, e incluso un uniforme
concreto” (Cohn, p. 128). En 1296 reaparecieron los flagelantes uniformados y
cantando himnos en una de las peores hambrunas de las ciudades del Rhin. Entre
1336 y 1338 surgió un grupo de flagelantes radicalizado que usaba un brazalete
de cuero (Armleder), los campesinos
los llamaban Jüdenschlager “matadores
de judíos. Entre 1348-1349 el mayor movimiento flagelante se extendió por
Hungría, Alemania y Holanda con sus rituales, cantos y la carta celestial:
Hungría, el centro y el sur de Alemania, el valle del Rhin, Westfalia,
Brabante, Hainaut. En 1349 la peste negra llega a Europa Central, parte de
Polonia, Alemania, Escandinavia, el centro de Inglaterra, Irlanda y el sur de
España. En Alemania se propaga por todo el territorio, generando un clima de
pesimismo, desesperación y fanatismo, acusando a los judíos de propagar la
enfermedad. Se habla de tres mil muertos en Estrasburgo y seis mil en Maguncia.
En Alemania, Provenza y Cataluña se registran asaltos a las juderías. Clemente
VI manda una bula para afirmar que los judíos son inocentes y la epidemia un
“castigo con que Dios aflige al pueblo cristiano”. Un
contingente flagelante de los Países Bajos llega a Londres y se azotan en la
Iglesia de San Pablo, pero no tuvieron éxito. En marzo alcanzaron Bohemia, en
abril Magdeburgo y Lübeck, en mayo Würzburg y Augsburgo, en junio Estrasburgo y
Constanza, en julio Flandes.
En septiembre aparecen en la abadía de Baudeloo (Flandes) 2500
flagelantes. En la navidad se habla de 8000. En Tournai, durante la festividad
de la asunción de la Virgen, el abad Li Muisis de la abadía de San Martin
registra 200 flagelantes de Brujas. En la semana siguiente 450 de Gante, 300 de
Sluis y 400 de Dordrech. El 29 de agosto 180 de Lieja. En Tournai surgió un
grupo de 565 flagelantes, recibiendo 500 de Damme, 200 de Enghien, 160 de
Lovaina, 150 de Brujas, 120 de Tirlemont, 80 de Sluis, 160 de Lovaina, 80 de
Nieuwport, 52 de Eeklo, 300 de Brujas, 100 de Damme, 50 de Kassel, 250 de
Sluis, 100 de Deinze, 60 de Diksmuide, 240 de Mons, 300 de Oudernaarde, 120 de
Genappe, 200 de Lille. El 21 de septiembre un grupo de 20 mujeres que sólo se
descubrían la espalda. Llegan 200 de Maubege, 300 de Bailleul, 450 de
Valenciennes. La gente se integraba en grupos durante un período de 33 días y
medio en recuerdo de la vida de Cristo en la Tierra con el voto de flagelarse
dos veces al día, renunciar a las relaciones sexuales y sólo comer lo que la
gente les ofrecía. Los flagelantes usaban una capa blanca (“campana”), adornada
con una cruz roja por delante y por detrás. En el cinturón portaban un azote
hecho de cuerdas con tres nudos que tenían puntas de hierro. La cabeza cubierta
por un capuchón y sombrero adornado por delante y por detrás con una cruz roja.
En las procesiones entonaban himnos, cantos y entraban a los pueblos y ciudades
precedidos de una cruz, cirios y estandartes. En el sitio de flagelación
formaban un círculo enfrente de la Iglesia, en el centro sólo podían estar tres
hombres que entonaban los canticos. Los disciplinantes se desnudaban y ceñían
la cintura con un lienzo, entonaban canticos dirigidos a la Virgen y comenzaban
a azotarse. Cada tres o cinco veces interrumpían los azotes para arrojarse al
suelo en forma de cruz. Recitaban oraciones de rodillas y la última de pie a la
Virgen y esperaban que les ofrecieran una cama y comida. Los grupos formados
por sacerdotes eran reconocibles por sus oraciones en latín. Los grupos
heterodoxos se comparaban con los mártires, eran hostiles al clero, obedecían a
un jefe laico, rechazaban la confesión y el bautismo con el argumento de que la
sangre derramada constituía un signo de vinculación con la sangre de Cristo.
Los que tenían pecados graves tenían la obligación de adoptar las posturas de
sus transgresiones, azotados por el maestro con el grito: ¡Levántate por el
honor del puto martirio! La gente entraba en éxtasis al ver la representación,
los flagelantes no sólo purgaban sus pecados sino cargaban los pecados del
mundo como mártires: ritos, azotes, himnos y la lectura final de la carta
celeste. Empezaron a afirmar que la sangre no sólo perdonaba los pecados, sino
que tenía el poder de exorcizar a los demonios, sanar a los enfermos e incluso
resucitar muertos. La gente empezó a llevar a sus enfermos para mojar sus ropas
en la sangre como si fueran sagradas reliquias y tratar de obtener las ropas de
los flagelantes. En la práctica se equiparaban con Cristo a través del martirio
de la sangre, la misma que Cristo derramó al hacerse hombre. Los sacerdotes
equiparaban a los flagelantes con los sacerdotes de Baal que castigaban su
espalda hasta sangrarse. Una delegación de la Sorbona capitaneada por el
flamenco Jean du Fayt, mediante sermones trató de demostrar que la nueva
penitencia de flagelación había de ser prohibida. El 20 de octubre de 1349,
Clemente VI en la Bulla Inter
sollicitudines condenó la herejía flagelante: “El movimiento no había
solicitado su aprobación de las autoridades eclesiásticas e introducía
novedades que no estaban previstas por la tradición. A los flagelantes no les
preocupaba interrumpir los servicios religiosos ordinarios. Además, violaban
una prohibición sólidamente establecida: no se podía derramar sangre dentro de
los templos…. Desde el punto de vista de los hechos, el problema quedará
resuelto en breve. Los flagelantes serán criticados por haber fundado, sin
previa autorización de la jerarquía eclesiástica, una serie de cofradías
religiosas. Además, obligaban a cuantos entraban a pronunciar votos, entre
otros, el de seguir flagelándose durante toda la vida el Viernes Santo, y ello,
igualmente, sin que estos votos sean recibidos por el clero. También se les
reprochó el hecho de enterrar ellos mismos a sus muertos y de haber desempeñado
un papel en realidad, escasamente probado en las matanzas y asaltos a las
juderías que tuvieron lugar a comienzos de la gran epidemia de la peste negra…
Se dice incluso que esta insistencia en sustituir el agua por la sangre les
llevó a “bautizar” ellos mismos a sus hijos flagelándolos un poco, en lugar de
pedir al sacerdote que los bautizara con agua… De entre las 50 proposiciones
heréticas que señalaban los inquisidores, unas cuantas suenan de manera
distinta y anticipan críticas que la Reforma defenderá con energía… Cuando
nació el movimiento de los flagelantes. Dios le habría retirado el poder
espiritual al papa, a los cardenales, a los obispos y al resto del clero. Se
critican los sacramentos, especialmente el del orden sacerdotal, y se afirma
que el cuerpo de Cristo no está realmente presente durante la misa… se dice que
un pecado, por muy grande que sea, queda perdonado cuando, quien lo comete, se
flagela libremente. Igualmente se rechaza el sacramento del matrimonio y el de
la extremaunción. En conclusión, la jerarquía católica es, pues, el Anticristo,
cuyo reinado anuncia el fin de los tiempos” (Vandermeersch, pp. 100, 103).
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Los
Alumbrados de España.
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El dominico Eckhart de Hochheim (1260-1328), prior en Erfurt,
maestro de teología en París, vicario provincial de Turingia y Sajonia, vicario
general de la rama femenina dominica donde tomó contacto con las corrientes
místicas de Alemania. Director del Estudio General de Estrasburgo y del Estudio
General de Colonia. Fundador del misticismo especulativo renano que postulaba
la experiencia del mundo como un templo vacío sin ninguna pretensión. Un grupo
dominico lo acusó de tener corrientes heréticas y en un primer juicio salió
inocente, el arzobispo de Colonia inició campaña contra las beguinas, los
“Hermanos del Espíritu Libre” y Hochheim, algunas tesis fueron sospechosas de
herejía y murió antes de ser condenado: “El templo, en el que Dios quiere
dominar según su voluntad, es el alma del hombre, que ha formado y creado
exactamente a su semejanza (...) Esa es la razón por la que Dios quiere tener
el templo vacío, para que no haya nada que no sea con él. Por eso le agrada
mucho ese templo, que les es tan semejante, y se encuentra tan bien en su
interior cuando está solo. Dios
es la verdad y una luz en sí mismo. Si, por tanto, Dios entra en el templo,
expulsa la ignorancia, que son las tinieblas, y se revela a sí mismo en luz y
verdad. Una vez reconocida la verdad, no hay lugar para los mercaderes, pues la
verdad no necesita ninguna mercancía. Dios
no busca lo suyo; en todas sus obras está vacío y libre y las cumple con
verdadero amor. Si quieres vaciarte absolutamente de toda mercancía, de forma
que Dios te deje estar en el templo, todo lo que hagas en tus obras debes
cumplirlo únicamente por el amor de Dios y mantenerte tan vacío de todo como
vacía es la nada. Quien
recibió a Jesús tenía que ser necesariamente virgen. Virgen indica alguien que
está vacío de toda imagen extraña, tan vacío como cuando todavía no lo
era. El hombre debería estar
en su anhelo tan separado de sí mismo, que no debería pensar en nadie ni en
nada que no fuera deidad en sí misma, ni tan siquiera en la bienaventuranza, ni
en esto ni en lo otro, sino en Dios como Dios y la deidad en sí misma (...)
Por eso, separa todo añadido de la deidad y tómala desnuda en sí misma”. El beato
flamenco Jan van Ruysbroek (1293-1381), fundador de la Devotio moderna con
los canónigos regulares de San Agustín, autor de “Tratado del reino de los amantes de Dios”, “Los siete grados de la
escala espiritual” y “El
libro del tabernáculo espiritual”. El recogimiento como iluminación
divina: “Bienaventurados los de limpio corazón,
pues ellos verán a Dios. Pues como no están apegados a los vanos simulacros y a
las imágenes de las cosas terrenas, descuidan las cosas corporales y no hacen
ningún caso de los placeres, estando siempre inclinados hacia a las virtudes y
la justicia (que les da la semejanza de Dios, para contemplar al descubierto la
esencia sin límites de Dios). El que desea ser iluminado debe elevarse y
ser arrebatado por la sustancia superesencial de Dios. Experimentará la
inmensidad de la luz de Dios, será enteramente penetrado, inundado, restaurado
por el esplendor de la verdad. Esta luz derrama generalmente sus rayos sobre
todos los puros e iluminados, según la dignidad de cada uno. Pues, habiéndose
despojados enteramente de sí mismos, pueden contemplar muy fielmente y sin
cesar lo que es objeto de su alegría”. El canónigo agustino Thomas
de Kempis (1380-1471), seguidor de la Devotio moderna de
Ruysbroek con “La imitación de
Cristo o menosprecio del mundo”, cada persona es feliz con las
virtudes de los ejercicios espirituales que serán copiados y desarrollados por
el abad García de Cisneros e integrados en la Compañía de Jesús por Ignacio de
Loyola. La perfección entendida como rompimiento con el mundo, negación de sí
mismo y de toda responsabilidad: “Menos
mal es tener a todo el mundo contrario, que ofendido a Jesús. Solo Jesús se
debe amar, porque solo él se halla bueno y fidelísimo, más que todos los
amigos. Por él y en él debes amar a los
amigos y a los enemigos. Nunca
codicies ser loado ni amado porque eso solo pertenece a Dios que no tiene
igual. Ni quieras que alguno se ocupe contigo de su corazón; ni tú te ocupes en
amor de alguno, más sea
Jesús en ti y en todo hombre bueno. Sé
libre y puro por dentro, sin ocupación de criatura alguna. No
puedes poseer libertad perfecta si no te niegas a ti mismo del todo. Todos los que son amadores de sí mismos
están en prisiones, son codiciosos, ociosos y vagabundos. Componen e
inventan lo que no ha de permanecer; porque todo lo que no procede de Dios
perecerá”. Los alumbrados de Toledo (1510-1530), Extremadura
(1570-1582), la Alta Andalucía (1575) y Sevilla (1622-1630). Los de Toledo
tuvieron de preceptores a Pedro Ruiz de Alcaraz e Isabel de la Cruz, la
doctrina era el amor de Dios a través de la oración mental, tenían reuniones
secretas donde se interpretaba la Biblia con el rechazo de las obras
exteriores, de la autoridad eclesiástica, del estado del matrimonio, de los
santos y de todo aquello que estorbara el amor de Dios en el hombre, entendido
como vaciamiento. Los de Extremadura a Hernández Álvarez y Cristóbal Chamizo. El
amor de Dios a través de la oración mental garantizaba la impecabilidad, hacían
proselitismo, interpretaban la Biblia, rechazaban las instituciones religiosas,
practicaban la comunión, tenían visiones, raptos, revelaciones, ardores,
temblores y desmayos, y justificaban la santidad de los tactos deshonestos y los
accesos carnales. Eran lujuriosos, profanaban lugares sacros y reclutaban entre
los franciscanos, las monjas y las doncellas. Chamizo tuvo un proceso por tener
acceso carnal con 34 mujeres, de las cuales 23 eran doncellas. Álvarez confesó
haber cometido actos deshonestos en un estado de gracia o impecabilidad: “que hace Dios unión espiritual sobre sus
siervas mediante tactos y tocamientos deshonestos. Los cuales son efectos del
espíritu en la materia; que como el espíritu por si no puede obrar, causa
aquellos efectos en la materia, y que los dichos tocamientos con las mujeres
son obras de Dios, y que abrazándolas
se les comunica el espíritu y se les quedaba pegado por sola aquella
participación” (Huerga, p. 207). Los de la Alta Andalucía de Baeza a Pedro
de Ojeda, Francisco Hernández, Diego Pérez de Valdivia y Remando de Herrera.
Los de la Alta Andalucía de Jaén a Gaspar Lucas y la beata María Romera. Los de
Sevilla a Juan de Villalpando y la beata Catalina de Jesús. Todos rechazaban
las instituciones religiosas, justificaban la oración mental, y salvo los de
Toledo, la impecabilidad y la santidad de los tactos deshonestos y los accesos
carnales. Para los alumbrados la sensualidad del siglo XVI era la vía para
alcanzar la comunicación con Dios y la santidad. En México apareció en la
Ciudad de México, Puebla de los Ángeles, México, Querétaro, Michoacán, Jalisco,
Aguascalientes y Oaxaca. Tres eran monjas, una dominica del convento de Santa
Catalina de Siena en Puebla, una capuchina del claustro de San José en Oaxaca,
una clarisa del de Santa Clara de Atlixco en Puebla, una novicia del claustro
de San Juan de la Penitencia de la Ciudad de México. En la Ciudad de México el
laico Juan Núñez de León, el balanzario de la Real Caja en Casa de Moneda, y
las beatas Ana de Guillamas o Peralta y Marina de San Miguel que afirmaban que
a través del amor de Dios se llegaba a un estado de perfección que podían cometer
acciones pecaminosas sin pecar. Juan Núñez de León y su hija espiritual Marina
de San Miguel tuvieron una relación de 20 años. A los 47 años la dejó de tocar,
escogiendo doncellas púberes. Juan Núñez gustaba de abrazarlas, meterles la
lengua y tocarles los pechos y la vagina. En Puebla el confesor Juan Plata y su
hija espiritual Agustina de Santa Clara. Juan Plata abrazaba a todas las
monjas, tenía tocamientos deshonestos y relaciones sexuales en la azotea:
“Hacia 1589, a petición del obispo de la diócesis de Tlaxcala, don Diego
Romano, el clérigo toledano, Juan Plata, ocupó el cargo de capellán del
monasterio de monjas dominicas de Santa Catalina de Siena. Aparentemente fue en
este recinto donde por primera vez Plata introdujo los principales postulados
de la doctrina de los alumbrados-dejados españoles, esto es, la práctica de la oración mental, el rechazo de la oración
vocal y las obras exteriores, la libre interpretación de la Sagrada Escritura y
otros libros devotos, el desestimo del estado religioso, y fundamentalmente,
que a través del amor de Dios se llegaba a tal estado de perfección y que se
podían cometer acciones pecaminosas sin pecar. Agustina de Santa Clara,
natural de Puebla e hija de padres españoles originarios de la región de
Extremadura, fue una monja profesa del convento de Santa Catalina de Siena.
Agustina ingresó al monasterio a los 18 años y su clausura se debió más a
estatus social que a vocación religiosa; sin embargo, cuando sor Agustina
padeció un “dolor de costado”, que casi le provocó la muerte, ésta decidió
ofrendar su vida al amor de Dios. La
muchacha no encontró mejor oportunidad de lograr su cometido que seguir la
instrucción de su padre espiritual, el capellán Juan Plata. La santidad que
giró en torno a la monja Agustina de Santa Clara y su director espiritual Juan
Plata representó el medio ideal para esconder las verdaderas relaciones que
hubo entre ambos: ósculos, tactos deshonestos, poluciones en el locutorio, en
la reja de la iglesia y en el confesionario, así como relaciones sexuales dos
noches en la azotea del convento. Juan Plata reveló -en respuesta a la
contestación de su acusación, el 24 de agosto de 1598- que abrazaba a todas las
monjas de Santa Catalina, que había besado en la boca a una de ellas, Inés de
San Pedro, compañera de Agustina, y por último, que besaba en la boca y en el
rostro a Agustina de Santa Clara… Así, la
relación que hubo entre ambos, según sus propias palabras, sólo fue una
“comunicación de espíritu” (Rodríguez Delgado, pp. 90, 91). Ignacio de Loyola
enfrentó siete procesos o inicios de procesos antes de ser el primer superior
de la Orden Jesuita. En España enfrentó cuatro, acusado de alumbradismo, de
pretender enseñar profundidades espirituales a las mujeres sin estudios, de
buscar intencionadamente el secretismo: la insistencia en la oración mental, en
la consolación interior, en la comunión frecuente, y un magisterio fundado en
la experiencia religiosa personal de iluminación interior. Loyola despertaba
las sospechas porque su magisterio no estaba basado en el saber teológico y
escolástico, la razón de su éxito en el público femenino. En Salamanca fue
detenido en 1527 y puesto en una lista por sus ideas teológicas que recordaban
el movimiento alumbrado. Los dominicos lo pusieron en libertad sin más cargos,
pero le prohibieron predicar y enseñar con la advertencia de que era mejor
guardar silencio en lo tocante a ciertos puntos teológicos. En febrero de 1528
el quinto proceso en la Sorbona de París. En 1537 el sexto proceso en Venecia.
En 1538 el séptimo proceso en Roma. El recelo hizo que la Compañía adoptará un
modo críptico de comunicación: “modo de proceder”, “modo de hablar”: “El término alumbrado empezó a utilizarse,
por el pueblo castellano, a partir del año 1510 para referirse tanto al misticismo
ortodoxo como a clérigos y laicos con fama de santidad. Fue a través de las
denuncias de testigos y reos (alumbrados de Toledo) que los inquisidores
conformaron el corpus doctrinal del alumbradismo, es decir, que con la
publicación del Edicto de Toledo de 1525, el vocablo de alumbrado adquirió
contenido histórico y doctrinal. De acuerdo con la óptica del Tribunal del
Santo Oficio, la cual quedó plasmada en posteriores edictos inquisitoriales, los alumbrados fueron todos aquellos que a
través de la práctica de la oración mental llegaban a un éxtasis y mediante
éste lograban la comunicación directa con Dios. Una vez que se alcanzaba la
unión con el Ser Supremo, el individuo quedaba en un estado de gracia tal que
se permitía toda clase de libertades, principalmente en lo que se refiere a
conductas de tipo sexual, sin que por el practicante fueran consideradas
pecado… Estos sujetos se caracterizaban por su afición a una interpretación
de la Sagrada Escritura basada en su inspiración personal; por su rechazo de
las obras como instrumento de salvación, así como del estado clerical y del
sacramento del matrimonio; por su doctrina de la incapacidad humana para
cumplir los mandamientos de Dios a causa de la servidumbre del albedrío; por
una práctica no mística de la oración y de comunión con Dios; y finalmente por su afirmación de que el
hombre depende totalmente de la misericordia de Dios, lo cual explicaría la
designación “dejados”, esto es, abandonados al amor de Dios. Esta doctrina en
ocasiones es confusa y contradictoria, ya que por un lado creían que
suprimiendo el acto sexual se intensificaba la devoción, razón por la cual
despreciaban el estado matrimonial, pero por otra parte, les estaba permitido
cualquier tipo de deseo libidinoso justificándolo como obra de la virtud”
(Rodríguez Delgado, pp. 81, 82).
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Bondage,
Disciplina, Dominación.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
La palabra
flagelación aparece en el Dicctionnaire
de Spiritualité ascétique et mysitique “Diccionario de Espiritualidad
ascética y mística” (1937). Asociado al castigo en el mundo grecorromano. En
Grecia para los esclavos, en Roma para los condenados a muerte en los momentos
previos de la ejecución, como la Pasión de Jesucristo. En el siglo III los primeros monjes cristianos eran
ascetas que se refugiaban en el desierto para alcanzar la santidad a través del
hambre. El
egipcio Antonio fue uno de los primeros monjes cristianos, un joven de
diecinueve años que pertenecía a una familia rica y cuando sus padres murieron
empezó a escuchar voces, regaló su herencia, se fue a vivir a un cementerio en
los límites de la ciudad durante veinte años, tuvo visiones, rechazaba la
autoridad, no se aseaba y vivía solo. El egipcio Ammon, discípulo de Antonio, convenció
a 5.000 personas para que se unieran en el desierto de Nitre, en Alejandría. La
mayoría de los monjes eran analfabetos, arruinados que escapaban de los
impuestos, desertores del ejército, bandoleros y esclavos fugitivos. La leyenda
de Macario de Alejandría afirma que no durmió veinte noches seguidas, se expuso
siete meses a los mosquitos de los pantanos y ayunó cuarenta días en una celda.
En el siglo IV los monjes cenobitas
vivían en comunidades, agrupados por San Pacomio en un monasterio de Taberna en
el Nilo: tejedores, fabricantes de esteras, sastres, carpinteros, abatanadores
y zapateros. Hilarión introdujo en Siria el movimiento monástico, pero encontró
anacoretas o monjes solitarios que
vivían de la caridad, practicaban la autotortura o la privación dramática:
cargar un hierro tan pesado y avanzar apoyado con las manos y las rodillas,
crear celdas que los obligaban a vivir doblados, pasar diez años dentro de una
jaula que tenía forma de rueda. Simón Estilista vivía en una cisterna y se
encerraba sin alimentos durante la Cuaresma. Su cadena, unida a una piedra, le
impedía avanzar, y el hueco entre la piel y la cadena estaba infestado de
gusanos. En Antioquía vivía atado a un poste sobre una columna de veinte
metros. En el siglo V falleció después de pasar treinta y siete años sobre su
columna. En el siglo VI aparecen los flagelantes. ¡No es la base militar de
Guantánamo! ¡Son los primeros monjes del cristianismo! La disociación mental o
“mente pura” era la forma de alcanzar la santidad mediante la mortificación de
la carne como causa del placer y del pecado. En el mundo antiguo la dualidad del espíritu y la
materia. Los seres humanos son los únicos que tienen un espíritu inteligente y
racional, y un cuerpo físico. En los seres humanos racionales el espíritu
gobernaba el cuerpo, en los irracionales el cuerpo gobernaba el espíritu. El
mundo material visible es el mundo de la muerte y la corrupción. Sólo es
posible acceder a Dios por medio del espíritu, la salvación por la carne es la
justificación de los heterodoxos que no lograron superar la dualidad. Los
impecables con el ciclo de abstención y desenfrenos sexuales (ósculos,
poluciones, tocamientos deshonestos, desfloramientos, orgías), los pecantes con
el ciclo pecado, flagelo y pecado. Ambos reconocían que el espíritu es superior
a la materia, los flagelantes pecadores hasta la muerte, los impecables
apelaron al amor de Dios para justificar las conductas libidinosas. Las
dialécticas negativas no pueden superar la antítesis, son tesis
contradictorias. En términos políticos la
mortificación de la carne como causa del placer (sadismo) y del dolor
(masoquismo). Las feministas no son las únicas que
rechazan la Iglesia, el matrimonio consagrado, la familia y la reproducción.
¡El padrino es el putero! ¡La madrina es la putera! ¿Cómo podrían los
pornógrafos abastecerse de mujeres sin la destrucción de los grupos primarios
(“niñas malas”), el recogimiento del mundo (“nihilismo”), la evasión de la
realidad (“drogas”), la impecabilidad (“XXX”, “XXXX”, “XXXXX”) y el control de
la reproducción (“dueñas de su cuerpo”)? Las películas XXX (sexo oral, anal y
vaginal), XXXX (juego de roles adulto/niño, animal/amo, arneses, amarres,
asfixia, azotes, golpes con objetos, cepo, suspensiones, mordazas, pinzas,
tortura genital, fetichismos), XXXXX (sexo con discapacitados, sexo con
ancianos, sexo con niñas y niños, sexo con desechos corporales, sexo con
muertos, sexo no consentido, sexo con animales). A partir del XXXX inician los
problemas legales. La pornografía no sólo es violencia, es un exorcismo de la
violencia. La carne es la causa del pecado original transmitido de generación
en generación. Una ideología que no es producto de la posmodernidad sino del
siglo III d.C.: Manes, Clemente de Alejandría, Agustín de Hipona. Las apologías
de la subcultura BDSM (Bondage,
Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo, Masoquismo) que incluye la
fantasía, el dolor, la humillación y el esclavizamiento: Urban Aboriginals de Geoff Mains, States of Desire de Edmund White, The Leatherman´s Handbook de Larry Townshend. En el último aparecen
lindezas como amordazar, pinchar, cortar, colgar, provocar electroshock, estirar, encerrar, marcar con hierro ardiente, vendar
los ojos, momificar, mear encima, afeitar, quemar, crucificar, suspender de una
barra, ahogar, sofocar, penetrar el ano con el puño. El tipo de lindezas del XXXX
de Japón y que sólo se pueden soportar con el uso de las drogas: el nitrito de amyl (alivio de los extremos
del dolor), el LSD (efectos disociadores del sufrimiento fisiológico) y el MDA
(efectos psicodélicos de “ternura” y “alegría”). James E. Miller en La Pasión de Michel Foucault (1993), señala que la lógica del
filósofo es la descriminalización de todo sexo, incluyendo hasta el incesto, la
pedofilia y la violación, con el fin de suprimir el peso de la culpa hasta que
llegue el tiempo en que se haya reinventado el cuerpo y los placeres. Foucault
usaba drogas, era BDSM, participa en orgías de tortura y sabía que tenía SIDA. El filósofo Guy Sorman en Mi Diccionario de mierda (2021), acusa a Michel Foucault de pagar a
niños de 8 y 10 años para tener relaciones en las lápidas del cementerio de
Sidi Bou Said (Túnez) en 1969:
“Ese otoño, le contaría más tarde a sus amigos, regresó a las casas de baño de
San Francisco. Aceptó el nuevo nivel de riesgo, se unió otra vez a las orgías
de tortura, se estremeció con las “exquisitas agonías”, se borró a sí mismo
voluntariamente, hizo estallar los límites de la conciencia, dejó que el dolor
concreto, corporal, se fundiera insensiblemente en placer mediante la alquimia
del erotismo… En una entrevista de 1981, insólitamente reveladora, describe con
algún detalle el atractivo que le inspiraban determinadas formas extremas de
Pasión, y vincula implícitamente un tipo demoledor de “placer-doloroso”, la
preparación de toda una vida para el suicidio, y la capacidad, gracias a
estados de intensa disociación, misteriosamente reveladores pero potencialmente
autodestructivos, de ver el mundo “de manera diferente”. Mediante la
intoxicación, el ensueño, el abandono dionisíaco del artista, las más duras de
las prácticas ascéticas y una desinhibida exploración del erotismo
sadomasoquista, parecía posible quebrar, aunque fuera brevemente, los límites
que separan lo consciente de lo inconsciente, la razón de la sinrazón, el
placer del dolor –y, en última instancia, la vida de la muerte… Pasarían varios
años antes de que el mismo Foucault hablara abiertamente de S/M. Su reticencia
no puede sorprender a nadie. Junto con el incesto o la pedofilia, el S/M sigue
siendo una de las prácticas más universalmente reprobadas… “Las prácticas
físicas como la introducción del puño en el ano”, le explicaría a Jean Le
Bitoux en 1978, “se pueden calificar de desvirilizantes o desexualizantes. “Son
en efecto, extraordinarias
falsificaciones del placer, que se consiguen con la ayuda determinada de
instrumentos, de signos, de símbolos, o de drogas como los “poppers” y el MDA.
“Con la ayuda de los “instrumentos” adecuados (abrazaderas para las tetillas,
anillos para el pene, látigos, cadenas, estiletes) y de símbolos (celdas, mesas
quirúrgicas, calabozos, crucifijos)…” (Miller, pp. 40, 42, 353, 363). Lo que Rosa Cobo ve como el recrudecimiento de la pornografía, es el regreso
de la disociación religiosa. El FBI tendría que hacer un catálogo de
“iluminados”, “abandonados” y “dejados” a la voluntad de Dios. La gerontofilia,
la pedofilia, la coprofilia, la urofilia, la necrofilia, la zoofilia, las violaciones
y las disociaciones mentales de las esclavas sexuales forman parte de la
pornografía. La pariente de los ejércitos y las técnicas de las “agencias de
inteligencia”. Geoff Mains señala el proceso mental del esclavizamiento,
durante la inmovilización se reorganizan los recuerdos. En la tortura, la
dicotomía placer-dolor. Los efectos de la experiencia BDSM son similares a los
de la cultura de las drogas. La tortura altera la conciencia, el dolor extremo
provoca la descarga de opiáceos endógenos que inhiben la transmisión del dolor,
convertido en placer. La mente entra en estado de trance con la experiencia de
la nada o “mente pura”. La experiencia mística de los cenobitas, los
anacoretas, los flagelantes, los alumbrados, los jesuitas, los quietistas, los
luchadores, las actrices de porno extremo, las personas que han tenido la
experiencia de la muerte por intervenciones quirúrgicas, enfermedades, intentos
de suicidio. El shock altera el
cerebro y permite reorganizar los recuerdos. En el MK Ultra, el psiquiatra Ewen
Cameron buscaba reiniciar la mente para reprogramarla con el
método del “impulso psíquico”. Basaba su idea en Aristóteles, que proclamaba la
mente como una “tabla vacía sobre la que no hay nada escrito”, el método
atacaba el funcionamiento normal del cerebro con la idea de alcanzar el estado
de “mente pura”: la terapia de shock, anfetaminas, ansiolíticos y drogas
alucinógenas. Ni Foucault ni el marqués de Sade eran liberales, sino verdugos
de la carne, flagelantes del siglo XVIII y XX: “Uno de los intelectuales más
próximos a Foucault en París, el filósofo, traductor y novelista pornográfico
Pierre Klossowski, tiene una teoría peculiar, pero quizás pertinente. Según
Klossowski, que por primera vez enunció esta teoría durante una conferencia que
dictó en 1939, el marqués de Sade no era de ningún modo un Anticristo, sino un
espíritu gemelo de su contemporáneo Joseph de Maistre, quizás el más tenebroso
de los críticos cristianos conservadores de la Revolución Francesa. Conforme a
la lectura que hace Klossowski de Justine
y de Juliette, Sade transfirió
hábilmente a esas páginas una especie de teología gnóstica del pecado original,
de índole tan descaradamente maniquea como la filosofía de De Maistre, pero
cuyo método era engañosamente esotérico, “disfrazado de ateísmo para combatir
el ateísmo”, hablante “del lenguaje del escepticismo moral para combatir el
escepticismo moral”. Sade, en efecto, puso de manifiesto que el mal era un
engendro natural del libre arbitrio: en el estado democrático moderno, que se
funda abiertamente en el libre arbitrio, constituye “una amenaza constante” la
posibilidad de una erupción del mal… Este era el peligro -palpable en el
terrorismo de la Revolución Francesa que Sade deploraba, como es fama- lo que
tenía obsesionado al divino marqués. “Era preciso dejar al desnudo, de alguna
manera, el impulso secreto de la masa revolucionaria”, explica Klossowski: “Y
esto no se podía conseguir con demostraciones políticas, ya que, incluso cuando
(esa masa) mata a golpes, ahoga, ahorca, pilla, quema y viola, siempre lo hace
en nombre del pueblo soberano”. Lo que en la obra de Sade parece una explosión
de las fantasías más viles y repugnantes, a Klossowski le parece un exorcismo
hermético de incalculable consecuencia política: “Este mal debe estallar, entonces, de una vez por todas; la mala
semilla debe florecer para que la mente la pueda destrozar y acabar con ella”
(Miller, pp. 378, 379).
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La
Enfermedad Sagrada.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
Hipócrates (460-377
a.C.), el padre de la Medicina y el padre de la Psiquiatría, distingue entre Frenitis (delirium febril), Manía
(delirio violento), Melancolía (depresión), Histeria (hipocondría) y Epilepsia:
“Cuando el cerebro se torna más húmedo, se vuelve inestable; los órganos de la
vista y la audición no permanecen en su lugar y ven y escuchan cosas diversas.
Y la lengua expresa lo que ha sido visto y escuchado”; “(…) se queda sin voz y
se ahoga y le sale espuma por la boca, le rechinan los dientes, agita
espasmódicamente los brazos, sus ojos se extravían y en cuanto a nada razona” (Acerca de la Enfermedad Sagrada); “Parecen
poseídas por la enfermedad de Heracles… la parte blanca de los ojos se vuelve
hacia arriba, se siente frío y algunas, se ponen lívidas, rechinan los dientes,
ya fluye saliva por la boca” (Sobre las
Enfermedades de las Mujeres); “Los melancólicos se vuelven generalmente
epilépticos, y los epilépticos, melancólicos. De estos dos estados lo que
determina la preferencia en algunos es la dirección que toma la enfermedad: si
se conduce hacia el cuerpo, es la epilepsia; sobre la inteligencia, la
melancolía” (Epidemias); “En la
melancolía con accidentes de frenitis, el restablecimiento de las hemorroides
es favorable” (De las Crisis); “A las
gentes tristes, enfermas y que se quieren estrangular, hay que darles en una
bebida por la mañana, la raíz de la mandrágora, a una dosis menor de la que se
requiere para causar el delirio” (De los
Lugares en el Hombre). Polibio (IV a.C.), el yerno de Hipócrates, en De la Naturaleza del Hombre expone la
teoría de los cuatro humores corporales que afectó la práctica de la medicina
durante dos milenios, las enfermedades mentales producto del desequilibrio de
los humores: la sangre, el humor primaveral húmedo y cálido de la bilis
amarilla, humor estival cálido y seco de la bilis negra, humor otoñal seco y
frío de la flema, humor invernal frío y húmedo. Aristóteles (384-322 a.C.) define el temperamento melancólico ligado
con la genialidad y la locura, el caso de Heracles, Ajax, Belorofonte,
Empédocles, Sócrates, Platón (Problemata
XXX): “(…) parece haber sido de esa naturaleza, puesto que los antiguos
denominaban al malestar de los epilépticos, a partir de él, enfermedad
sagrada”; “El estado de enajenación dirigido contra sus hijos, así como la
aparición de las úlceras justo antes de su desaparición en el monte Eta, lo
demuestran. Pues esto es algo que les sucede a muchos a causa de la bilis
negra”; “¡Ay de mí! ¿Qué me importa la vida cuando soy el asesino de mis
queridos hijos? ¿No iré a saltar desde una roca escarpada o clavando la espada
contra mi hígado, me convertiré en el vengador de la sangre de mis hijos? Las
tragedias de Eurípides muestran la melancolía de Heracles, Orestes, las Bacantes
y Alcestis. En el mundo griego los melancólicos son héroes trágicos que luchan
contra su naturaleza. En términos sanitarios la Melancolía, la Histeria, la
Hipocondría y la Epilepsia: “Hombres Lobo”. En términos jurídicos los arranques
que harán de los melancólicos seres solitarios, excluidos o autoexcluidos:
paralización de la conciencia, conciencia crepuscular, estupor, sonambulismo
epiléptico, demencia epiléptica: “En lo que
respecta a la responsabilidad del epiléptico ante el delito, los tratadistas
han fluctuado entre dos conceptos. Unos, los menos, se inclinan a considerar la
epilepsia, como proceso evolutivo crónico y por tanto el sujeto responsable de
sus actos. Tal deducción está contra los postulados científicos, que consideran
al epiléptico como sujeto portador de una tara, y que sólo en determinadas
oportunidades y formas clínicas de la enfermedad puede cometer un acto punible,
sin tener conciencia de ello. El otro grupo considera al epiléptico como un
enfermo mental, responsable de sus actos, pero que en determinadas
circunstancias fijadas por el psiquiatra, puede presentar crisis, equivalentes,
estados crepusculares, que lo lleven a la comisión del delito. Es interesante
el juicio que emite Krafft-Ebing sobre este tópico: “La epilepsia por sí sola
no suprime la responsabilidad, pero cuando existen ideas fugaces y frecuentes
manifestaciones psicopáticas, como es siempre posible que el acto incriminado
se encuentre en relación con un acceso epiléptico desconocido (accesos
vertiginosos, accesos nocturnos) y como ese acto puede producirse en un
instante en que el espíritu turbado no haya adquirido nuevamente toda lucidez,
el juez debe ser prudente en la condena y moderado en la penalidad. Por no
tomar la epilepsia en consideración, se han cometido muchos asesinatos
judiciales, siendo también frecuente el número de presidiarios epilépticos.
Debiera admitirse en justicia, el principio de que la epilepsia por sí sola es
circunstancia atenuante de un crimen y el antiguo adagio: “In dubio pro reo”, debería tener aquí todo su valor” … Lo típico de la signatura del crimen
epiléptico, es la forma brutal y sanguinaria como se lleva a cabo. La
impulsividad es una de sus características. En ellos se puede observar toda
gama de delitos: homicidio, canibalismo, incendio, violación, exhibicionismo,
suicidio y otros. Puede el epiléptico cometer el delito con o sin conciencia,
siendo una de sus características, la amnesia total pasado el crimen. Los
libros de medicina legal, exponen con lujos de detalles, cómo la epilepsia es
una de las enfermedades neuro-psíquicas que con más frecuencia lleva a la
comisión del delito” (Lastres, pp. 731, 732). En
Claudio Galeno (II a.C.) la doctrina de los temperamentos con la noción de
simpatía, la enfermedad causada por una acción a distancia del órgano afectado.
La Melancolía, producto de una afección localizada en el encéfalo o de una
afección melancólica generalizada (Sobre
las Costumbres del Alma): “En un delirio debido a la pneumonia el alma está
afectada, no porque la sede de la enfermedad sea la cabeza, sino porque el
principio del alma ha sido afectado por consensus, en simpatía con los pulmones
atacados. Por otra parte, en la Frenitis o en la letargia, el alma que está en
la cabeza es afectada de manera primaria y no por consensus”; “Y llega de dos
maneras, sea que el humor melancólico se lance provenientemente de otro lugar,
sea que se engendre en el sitio, puesto que es engendrado por el calor
considerable del lugar que quema la bilis amarilla o la parte más espesa y más
negra de la sangre”; “Del estómago inflamado y lleno de bilis negra, los
vapores suben al encéfalo, ofuscan la inteligencia y producen los síntomas
melancólicos”; “Los melancólicos son siempre víctimas de temores, pero las imágenes
fantasmagóricas no se presentan siempre bajo la misma forma. Así, uno imaginaba
estar hecho de conchas y evitaba en consecuencia a todos los pasantes por miedo
a ser triturado. Otro temía que Atlas, fatigado del peso del mundo que soporta,
sacudiría su carga y de esta manera se aplastaría, al tiempo que nos haría
perecer a todos. Existen diferencias entre los melancólicos. Todos son víctimas
de temores, de tristezas, pero no todos desean morir. Existen, por lo
contrario, otros en quienes la esencia misma de la melancolía es el miedo a la
muerte. De la misma manera que las tinieblas exteriores inspiran el temor a
casi todos, el color de la bilis negra al oscurecer, como lo hacen las
tinieblas, la sede de la inteligencia, engendra el temor”. Sorano de Éfeso (ca.
100 d.C.) ofrece una definición de Frenitis: “enfermedad mental aguda,
acompañada por fiebre aguda, movimientos sin sentido de las manos, y pulso
pequeño y pleno (delirio febril). El diagnóstico diferencial entre la Frenitis,
la Manía, la Melancolía, la Pleuritis, la Neumonía y el Envenenamiento con
Mandrágora y Beleño. Para la Frenitis recomienda aislar al enfermo en un cuarto
con ventanas altas: “Pues ocurre con frecuencia que los pacientes en su locura,
saltan por la ventana cuando no están siendo vigilados”. Rechaza la división de
la Frenitis en “Alegre” y “Triste” y propone el status strictus (contracción), en una habitación clara y mantenido
bajo vigilancia o encadenado, y el status
laxus (relajamiento), en una habitación oscura. Emplea la palabra Catalepsia
para el estupor acompañado de fiebre. Galeno recomendaba drenar la sangre de la
vena media de la frente. Sorano, que a los tres o cuatro días debía
rasurárseles la cabeza para aplicar ventosas, sanguijuelas y escarificaciones. La Manía se caracterizaba por el calor, la sequedad y un exceso de
bilis amarilla: comportamiento violento, gestos incoherentes, gritos, agitación
general, estados de angustia. Sorano identifica en sus delirios la creencia de
creerse gorriones, gallinas, vasos de arcilla, dioses, oradores, actores,
granos de trigo, el centro del universo, niños de pecho. Para tratar el calor maniaco, el remedio más común era enfriar la
cabeza. Celio Aureliano (V d.C.) recomendaba sustancias estornutatorias para
que expulsaran sus desequilibrios. La Melancolía por la frialdad y un exceso de
bilis negra: delgadez, palidez, mala digestión, eructos nauseabundos, espasmos
intestinales, vómitos intestinales de sustancias amarillas y negras, soledad,
aversión social. Celio recomendaba el diálogo, la lectura y el teatro (comedias
y tragedias). Identifica que la Epilepsia es una condición común a la Frenitis y la Manía, y la
llama alienus, lo extraño a uno
mismo, presente en aquellos que enloquecen. Areteo de Capadocia (II d.C.) la sintomatología de la Epilepsia y la
demencia en una etapa crónica, el camino a la Esquizofrenia: “Si la epilepsia
pasa a la etapa crónica, la víctima ya no puede rehabilitarse en el intervalo
entre las crisis. Es pesado, moroso, porfiado, cruel, intratable. Ni la edad,
ni la debilidad lograrán aliviarlo. Duerme poco, tiene sueños monstruosamente
malos. Está sin apetito, con digestiones desordenadas, piel pálida y aplomada.
Es incapaz de prestar atención debido a la ofuscación de la mente y de las
facultades sensorias. Es tardo para oír; tiene zumbidos de oídos y ruidos en la
cabeza. Hay cierto embarazo en la expresión y está vacilante. Puede ser esta la
característica de la enfermedad y también ser consecuencia de heridas
accidentales, pudiendo morderse la lengua durante el acceso. Finalmente la
razón se enreda tanto, que la infeliz criatura se hunde en un estado de
imbecilidad”: “Gracias a las admirables
descripciones de Hipócrates, Galeno, Celio Aureliano, Areteo, Celso, Sorano y
otros en la antigüedad, llegamos al convencimiento de que sus síntomas fueron
rigurosamente observados, codificados e interpretados, en relación con la
manera de pensar de cada época… “Al alienado se le temió, veneró y odió al
mismo tiempo; porque era considerado portador de poderes sobrenaturales,
elevados o ruines” (1)… La historia de la epilepsia es por demás instructiva,
pues es un capítulo importante y quizá el más importante de la
Neuro-psiquiatría. Su misma etimología: epilambanó, significa: coger,
sobrecoger, sorprender (2), está significando sus dos síntomas principales: la
brusquedad del comienzo del gran ataque y la perdida de la conciencia… Aulo Cornelio Celso, el gran iiliatra puso de moda el estudio de la
epilepsia o morbus comitialis,
llamada así, porque cuando uno de los asistentes al Circo sufría un acceso,
había que suspender
la asamblea o Comitiae… Según Celso,
la epilepsia es frecuente entre hombres y mujeres. Para tratarla, deberá
afeitarse la cabeza, aplicándose fomentos o el cauterio, el cual iba dirigido a
la protuberancia occipital externa y la primera vértebra cervical… Afirma
Galeno que la epilepsia es una convulsión de todas las partes del cuerpo, no
continua como la del tétano, sino que sobreviene por accesos. El cerebro está
afectado, y “un humor espeso y viscoso llamado flema o pituita”, altera el
cerebro, sea lesionando su temperamento, sea obstruyendo los conductos por
donde pasa el pneuma psíquico retenido en los ventrículos cerebrales: “Cuando
el principio de los nervios se agita para evitar las materias incómodas,
sobreviene la crisis” (25)… Para Celio Aureliano existirán dos formas de
presentarse la enfermedad: La una, similar a un sueño profundo y la otra, con
vigorosas convulsiones. Describe la amnesia, las alteraciones del sensorio y el
status epilepticus, recomendando algunos remedios y el tratamiento quirúrgico.
El bizantino Pablo de Egina habla a la ligera del complejo convulsivo, síndrome
del que consigna la epilepsia, las convulsiones puerperales, histeria,
convulsiones infantiles, ateniéndose casi íntegramente a la patología galénica”
(pp. 706, 707, 716, 717).
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La Teoría
de Género.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
Hipócrates
(460-377 a.C.), las influencias del mundo exterior en vigilia (sensaciones) y
la no influencia nocturna (ensueños). Platón (427-347 a.C.), la relación entre los
sueños y los deseos ocultos sin el freno de la razón. Aristóteles (384-322
a.C.) en Del sueño y los sueños; Del sueño; y De la adivinación mediante el sueño, que en el sueño los órganos
sensoriales como el ojo producen imágenes que no dependen del estímulo externo,
y que las alucinaciones, las ilusiones del estado de vigilia y las fantasías de
los sueños son similares. Aulo Cornelio Celso (ca. 30 d.C.) sobre los tratamientos de la Manía y
la Melancolía (De re Medica). Areteo
de Capadocia (II d.C.) sobre la naturaleza de la Manía y la Melancolía y el
tratamiento de la Melancolía y la Frenitis (Sobre
las Enfermedades Agudas y Crónicas). Sorano de Éfeso (ca. 100 d.C.) sobre
la Frenitis y su tratamiento (Sobre Enfermedades
Agudas) y sobre la naturaleza y tratamiento de la Manía y la Melancolía (Sobre Enfermedades Crónicas).
En el siglo XVIII Kant (Antropología)
y Pinel (Nosología Filosófica)
distinguen dos clases de Manía (con o sin delirio), conservan la Melancolía y
la Demencia, y añaden la Idiocia. Carlos Linneo clasifica las Enfermedades
Ideales (Delirio, Amentia, Manía, Melancolía, Vesania), las Enfermedades
Imaginarias (Hipocondría, Fobia, Sonambulismo y Vértigo) y los Padecimientos
(Bulimia, Polidipsia, Satiriasis y Erotomanía). François Boissier de Sauvages
(1706-1767), el “mal de amor” como un delirio, la clorosis por amor (Dissertatio
medica atque ludicra de amore): disnea, palpitaciones, inapetencia, náusea,
vomito, pulso débil, orina y facies pálida, color facial verdoso. Llamada por
Johannes Lange (1485-1565) morbus
virgineus, por Ambrosio Paré (1510-1592) cachexia virginium, por Jean Varandal (1560-1617) clorosis (De morbis et affectibus mulierum). Thomas Sydenham (1624-1689) la
clasificaba como Histeria de chicas adolescentes y mujeres débiles y William
Cullen (1710-1790) como una forma de Melancolía. Claudio Galeno (II d.C.) fue
el primer médico en diagnosticar el mal de amores cuando conoció a una mujer
que “yacía despierta en la noche, agitándose y dando vueltas constantemente”,
notando que su pulso se aceleraba cada vez que mencionaba el nombre del actor
rompecorazones Pílades. Platón se refiere al amor como una especie de delirio,
si el amor no es una enfermedad mental es porque todo el mundo lo padece. Cantos de
Amor de Egipto (1567-1085 a.C.) que anticipa el Cantar de los Cantares:
“Él dice: hace siete días que no la veo. Mi corazón está enfermo, la tristeza
me abruma. Ya no sé de mí. El médico más hábil no sirve para nada, sus
exorcismos son completamente inútiles. Yo sé que ella me haría vivir: su solo
nombre resucita mi corazón. Tener noticias suyas me devolvería la vida. Mi
amada es la mejor medicina, mejor que todos los libros mágicos. Mi salud está
en ella: con verla me aliviaría. Cuando ella abre los ojos mi cuerpo
rejuvenece; cuando ella habla mi fuerza regresa. Si pudiera abrazarla
desaparecía mi enfermedad. Pero hace siete días ella me abandonó”. En
el siglo XVI Lepois observó que la Histerio-Epilepsia se presentaba en ambos
sexos: “en el cerebro” (Willis), “en la sangre en el corazón y los pulmones”
(Hygmor), “en el sistema nervioso” (Pomme), “en el estómago y los intestinos”
(Whytt), “ataxia cerebro-espinal” (Jaccoud), “ataxia funcional meso-cefálica”
(Jiménez), “neurosis cerebral y ganglionar” (Monneret), “nervios vaso-motores”
(Niemeyer). El bolo epigástrico (nudo en la garganta, ahogo) lo mismo puede
presentarse en la Melancolía (depresión), la Manía (Ansiedad) y la Histeria
(hipocondría). Roma permitía la manifestación del
malestar con un catálogo de demonios y enfermedades mentales para que cada
persona eligiera la expresión de sus síntomas. La literatura médica romana da
fe del malestar: pacientes que pensaban que eran ollas que podían romperse,
gallinas que corrían el peligro de ser comidas o Atlas soportando el peso del
mundo en sus hombros (Galeno), paciente que se vendaba el dedo meñique porque
temía que el mundo se derrumbaría si lo doblaba (Alejandro de Tralles),
paciente que aplaudía en un teatro vacío por su delirio de escuchar actores
trágicos maravillosos y que se quejó de que lo hubieran privado de su ilusión
(Horacio), paciente rico que vivía temeroso de perder su fortuna y al que le
anunciaban falsas herencias para disminuir su ansiedad, pacientes masculinos
afeminados, pacientes femeninos que persiguen a las mujeres con un celo
masculino (Celio Aureliano). Celio es el único de los médicos romanos que trata
la homosexualidad masculina y femenina como una enfermedad mental, como el DSM
I y el II: “No existen tratamientos corporales que puedan aplicarse para
superar la enfermedad; en estos vicios desgraciados es la mente la que se
encuentra afectada, y en consecuencia es la mente la que ha de ser controlada”. Richard von Krafft-Ebing en Psychopatia Sexualis (1886) identifica
a las personas que adoptan la apariencia del sexo opuesto con los “invertidos
sexuales”, un delirio paranoico en el que sin sentir atracción por los hombres,
deseaban convertirse en mujeres. Sigmund Freud y Stekel hablan de “trastorno de
los roles sexuales” como manifestación paranoica de una
homosexualidad latente (complejo de castración) y de las lesbianas como histéricas.
Magnus Hirschfeld “Tía Magnolia” en Die
Travestiten (1910) de “intermedios sexuales” e identifica a
la mayoría de los travestis con la heterosexualidad.
En 1923 utiliza el término “transexual” para
designar una manifestación de hermafroditismo. En 1931 Félix Abraham comienza a
realizar las primeras cirugías de transformación genital bajo el diagnóstico de
“travesti homosexual”. En 1949 David Cauldwell formula el concepto de “transexualismo”
como una manifestación de psicosis. El
sujeto “trans” es una categoría psicopatológica de los cincuenta (“transexual”)
y política de los noventa (“transgénero”). Francisco Vázquez
García en La invención del sujeto
transexual, Capítulo 1 de En todos
los colores. Cartografías del género y las sexualidades en Hispanoamérica
(2017), postula la tesis de que los “sujetos trans” sólo se pueden reconocer
con la diferencia de género del sexo biológico. El sexo biológico de la persona
trans no se corresponde con la identidad de género. Sin la categoría género,
epistemológicamente no existe la persona trans: “El término
“hermafrodita” se usaba tanto para designar las conformaciones anatómicas
ambiguas (caso por ejemplo de la esclava morisca granadina Helena de Céspedes,
juzgada por la Inquisición en 1587) como para referirse a las mujeres que
presentaban atuendo y manera varoniles (caso de la hidalga vasca Catalina de
Erauso en las primeras décadas del siglo XVII) (Vázquez García and Cleminson,
2010; Cleminson y Vázquez García, 2013)… Entre 1800-1876, la medicina legal
llegó a elaborar unas reglas básicas para diagnosticar el sexo a partir de la
observación anatómica de los genitales y de los caracteres secundarios,
teniendo en cuenta la interpretación psicológica de los gustos sexuales… En
1876, el patólogo alemán Theodor Klebs fijó un criterio más preciso. Lo
decisivo no era ya la inspección visual de la morfología genital sino el
escrutinio microscópico de los tejidos gonadales. A partir de ahora, el
pseudohermafrodita (pues se descartaba la existencia de hermafroditas en la
especie humana) ya no era alguien que presentaba unos genitales híbridos, sino
el que ofrecía mezclados los tejidos testiculares y los ováricos. Nacía lo que
se ha denominado la “era de las gónadas” (Dreger 1998, pp. 139-166)… En la misma
época en que el tejido gonadal se instauraba como criterio para determinar el
sexo biológico, se ponía al descubierto una nueva realidad: el “instinto
sexual”, también designado simplemente como “sexualidad”, lo que posteriormente
se llamaría “orientación sexual”. El instinto sexual se distinguía claramente
del sexo biológico, porque su emplazamiento no tenía nada que ver con los
genitales o las gónadas del individuo; se encuadraba más bien en un espacio
psíquico, esto es, en relación con el cerebro y el sistema nervioso… Entre las
distintas perversiones catalogadas por la naciente sexología, destacaba la que
afectaba a los individuos que, poseyendo un sexo biológico determinado, sentían
atracción por los individuos de su mismo sexo. A estos se les denominó de
distintas maneras: “filópedas”, “hermafroditas psíquicos”, “uranistas” (Vázquez
García, pp. 17, 23, 24). Cristina de
Suecia (1626-1689) era hija de Gustavo Adolfo el Grande y María Leonor de
Brandeburgo, en el día de su nacimiento las comadronas la tomaron por varón,
probablemente por una hipertrofia del clítoris. Al día siguiente, tras un
atento examen genital, descubrieron su verdadero sexo. En la edad adulta sufrió
una caída en los jardines del palacio Corsini y quedó con las faldas tan arriba
que nadie se atrevió a ayudarla. Cristina se levantó sola: “Ahora ya sabéis que
no soy un varón ni un hermafrodita, como algunos quieren hacer creer”. Cristina
nunca pudo desprenderse de las sospechas sobre su sexo, reforzadas por su
físico: “Es pequeña, gorda y un poco encorvada; suele llevar una chaqueta lila,
corbata larga y una peluca de hombre” (Edward Browne en 1665), “Es de baja
estatura, muy gorda y corpulenta. Sus facciones, su voz y su rostro son de
hombre. Tiene una gran nariz, los ojos azules y grandes, las cejas rubias y una
papada en la que despuntan mechones de barba” (un francés en 1968). La
explicación de su lesbianismo y la razón de su abdicación a favor de su primo
Carlos Gustavo por no poder contraer matrimonio y dar un heredero al reino: “Me
resulta imposible casarme. No voy a explicaros mis motivos, sólo debéis saber
que no me es posible. El matrimonio suscita tal repugnancia en mí que no sé
cuándo podría vencerla”. Cristina despotricaba contra el acto sexual por ser un
gesto de sumisión de la mujer al hombre: “No soporto la idea de que un hombre
me utilice del mismo modo que un campesino utiliza sus campos”. Pero no tenía
ningún empacho en señalar el objetivo de las mujeres hermosas a la reina madre
de Francia: “Las muchachas hermosas están hechas para fornicar”: “A
diferencia de la categoría de “hermafrodita”, que pertenecía al registro del
sexo biológico, la de “inversión” se inscribía en el ámbito del instinto
sexual. Como se acostumbraba a decir en los textos de la época, el invertido
poseía un cuerpo de varón con un alma, esto es, con un instinto de mujer, o
viceversa. Hasta la primera década del siglo XX, buena parte de los sexólogos
se atenía al criterio fijado por el vienés Krafft-Ebing en su monumental Psychopathya Sexualis (1886): la mayoría
de los individuos que adoptan la apariencia del sexo distinto al que
pertenecían eran en realidad invertidos sexuales. Freud, que sustituyó la
categoría de “invertido” –aludiendo así a un trastorno de los roles sexuales, a
un afeminamiento o a una masculinización- por la de “homosexual” –que se
refería exclusivamente a la elección del objeto de satisfacción- también
estimaba que la mayoría de las personas travestidas eran en realidad individuos
de tendencia homosexual… Por otro lado, y este caso era más problemático,
Krafft-Ebing hizo referencia a varones que, sin sentir atracción sexual por
otros varones, deseaban no obstante convertirse en mujeres. Esta inversión
puramente “intelectiva”, como se decía en la época, fue explicada por
Krafft-Ebing como manifestación de una conducta delirante, lo que calificaba al
sujeto como “paranoico” más que como perverso sexual… Sin embargo, el sexólogo
alemán Magnus Hirschfeld, en un exhaustivo trabajo publicado en 1910 (Die Travestiten), dedicado
monográficamente al travestismo masculino, negó la tesis defendida por
Krafft-Ebing, Freud y Stekel: el travestismo no siempre estaba vinculado a la
homosexualidad, aunque ambas figuras eran variantes de lo que Hirschfeld
denominaba “intermedios sexuales”, individuos situados entre la identidad
masculina y la femenina (Hausman, 1995, pp. 111-114; McLaren, 1999). De hecho,
la mayoría de los sujetos examinados en el libro eran heterosexuales. Se
trataba entonces de una variación sexual específica” (Vázquez García, pp. 25, 26).
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El Delirio
Sexual.
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El modelo médico considera la enfermedad mental como una dolencia que tiene una causa fisiológica que es posible tratar por medios médicos. El modelo psicológico considera que los trastornos mentales son causados por crisis internas, fuerzas e impulsos y su represión. El modelo de la antipsiquiatría considera que los trastornos mentales son una construcción social que refleja la imposición de normas arbitrarias: Michel Foucault. En Babilonia el diagnóstico médico “Ataque de un espíritu”: relajado de día, pero del crepúsculo en adelante enfermo. En Kemet las últimas cuatro fases lunares representan la muerte y la resurrección de Osiris (Orión) en el Ojo de Horus (Luna llena): Melancolía, Histeria, Hipocondría, Epilepsia. Horus busca venganza por la muerte del padre, el equivalente del Licántropo o Lunático que adquiere el Ojo de Horus: paralización de la conciencia, conciencia crepuscular, estupor, sonambulismo epiléptico, demencia epiléptica. En Roma, si el Sol estaba en oposición a Marte en la cuarta casa, los “nacidos serán locos”. En la Edad Media la Epilepsia llamada Morbus astralis, producida por la flema, si su “aparición coincide con el primer cuarto de la Luna”. En la Edad Moderna el Lunático en el Diccionario de Autoridades (1734) para la persona afectada por los ciclos lunares, especialmente por las noches de Luna llena: “Lunático. El loco, cuya demencia no es continua, sino por intervalos que proceden del estado en que se halla la Luna: Quando está creciente se ponen furiosos y destemplados, y quando menguante pacíficos y razonables”. Psychopatia Sexualis (1886) de Richard von Krafft-Ebing, profesor de psiquiatría de la Universidad de Viena, buscaba pruebas de morbilidad o degeneración en los agresores sexuales para determinar si podían hacerse responsables de sus actos. El libro era una recopilación de casos clínicos dirigido a médicos y jueces como un libro forense de referencia, la razón de que las partes violentas fueran escritas en alemán y las descripciones sexuales gráficas en latín para que sólo fueran traducidas por los magistrados: inversión sexual femenina, inversión sexual masculina, travestismo, voyeurismo, fetichismo, sadomasoquismo, mutilaciones sexuales, autoerotismo, incesto, lluvia dorada, enema, coprofagia, coprofilia, gerontofilia, pedofilia, necrofilia, zoofilia, exhibicionismo. En 1886 de 45 casos clínicos en 110 páginas a 238 casos y 437 páginas en su vigésima edición de 1903. El concepto de sexualidad surge cuando se toman en cuenta las características psíquicas (Psicología), un nuevo campo de estudio: “Sexología”. En la década de 1910 el doctor Eugen Steinach, fisiólogo de la Universidad de Viena, se convierte en pionero de la Endocrinología cuando intercambia las gónadas de los animales y provoca la aparición de las características de hembras en machos y de machos en hembras. Los experimentos de Steinach inspiraron a Robert Lichtenstern, que empezó a realizar experimentos en humanos para intentar curar la homosexualidad. Magnus Hirschfeld “Tía Magnolia” usa la palabra travestismo y la teoría del tercer sexo. En 1923 usa la palabra transexual para designar una manifestación de hermafroditismo. El fundador Queer de la noción Ciencia Sexual y el Instituto para las Ciencias Sexuales (1919) con los psiquiatras judeoalemanes Félix Abraham y Arthur Kronfeld, el ginecólogo Ludwing Levy-Lenz, el dermatólogo y endocrinólogo Bernhard Shapiro y el dermatólogo Friedrich Wertheim. Centro que recibió las visitas del filósofo Walter Benjamin, el marxista Ernst Bloch, el oficial de prensa del Partido Comunista Alemán Willi Münzenberg y Rudolf Z/Dörchen, uno de los primeros pacientes “trans-género” en recibir cirugía de reasignación sexual. La Clasificación Internacional de las Enfermedades y los Problemas Sanitarios CIE-6 (1948) introduce las desviaciones sexuales en el Capítulo V dedicado a los trastornos mentales, en los trastornos de personalidad y los casos de transexualismo se contemplarían en ese apartado. En 1949 David Cauldwell presenta el concepto transexual como una manifestación de la psicosis. En 1951 el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organiza un grupo de trabajo con representación de la Asociación Psiquiátrica Americana para desarrollar una alternativa a la sección de los trastornos mentales de la CIE-6. El resultado es la primera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el DSM-I (1952) incluía la homosexualidad como un trastorno de la personalidad al igual que el alcoholismo y la dependencia de las drogas en la sección Desviaciones Sexuales, al mismo nivel que las perversiones sexuales. La Organización Mundial de la Salud aprobó la CIE-8 (1966) y coloca las desviaciones sexuales al mismo nivel de la neurosis, los trastornos de personalidad, el alcoholismo y la dependencia de las drogas. Las desviaciones sexuales incluían la homosexualidad, el transvestismo, la pedofilia y el fetichismo. En el DSM-II (1968), los casos de transexualismo continúan contemplándose como desviaciones sexuales dentro de los trastornos de orientación sexual o del transvestismo, en los “Trastornos de personalidad y otros trastornos mentales no psicóticos”: “Esta categoría se reserva a los individuos cuyos intereses sexuales se dirigen primariamente hacia objetos sexuales distintos a las personas del sexo opuesto, hacia actos sexuales no asociados habitualmente al coito o hacia el coito llevado a cabo bajo circunstancias extravagantes, como puede ser el caso de la necrofilia, la pedofilia, el sadismo sexual y el fetichismo. Aunque para algunos tales prácticas no son placenteras, se ven incapaces de sustituirlas por una conducta sexual normal”. En los criterios FEIGHNER (1972) el diagnóstico de transexualismo como una de las 14 categorías diagnósticas de mayor incidencia clínica, la base del DMS-III. En 1973 los colectivos gais logran que la Asociación Norteamericana de Psiquiatría retire la homosexualidad de la segunda edición (DSM-II), pero conserva el nombre “homosexualidad egodistónica” que describe la angustia y el sufrimiento que padece un gay o una lesbiana por el hecho de serlo, término retirado en 1986. En junio de 1974, la Asociación Psiquiátrica Americana designa a Robert L. Spitzer como presidente de una Comisión para desarrollar el DSM III. En el CIE-9 (1978) aparece por primera vez el diagnóstico de transexualismo, ubicado al mismo nivel de las parafilias y las disfunciones sexuales en el apartado de las “Desviaciones y Trastornos sexuales”, dentro de los trastornos neuróticos, trastornos de la personalidad y otros trastornos no psicóticos: “Desviación sexual centrada en la creencia fija de que los caracteres sexuales externos no son los que corresponden a la persona. La conducta resultante se dirige ya sea hacia el cambio de los órganos sexuales por medio de operación quirúrgica o hacia el ocultamiento completo del sexo aparente usando el vestido y los modales del sexo opuesto”. En el DSM-III (1980) el diagnóstico de transexualismo en la nomenclatura de la Asociación Psiquiátrica Americana. Añade el nuevo apartado, el de los “Trastornos de la Identidad Sexual”, donde se incluye el Transexualismo (en adultos) –en el cual se incluía a individuos con disforia de género que hubieran demostrado tener a lo largo de al menos dos años interés en modificar su sexo y la forma en que expresaban su género-, el Trastorno de la Identidad Sexual (en niños) y el Desorden Psicosexual no especificado. El DSM-III-R (1987) distingue los Trastornos de la Identidad de Género (TIG) de los Trastornos Sexuales en un intento de alejar los trastornos de la identidad de género de las parafilias y de las disfunciones sexuales. Incluye los TIG en los “Trastornos de inicio en la infancia, niñez o la adolescencia”. Se mantiene el Trastorno de la Identidad Sexual (en niños) y el Transexualismo, mientras que se suman a la lista el Trastorno de Identidad de Género en Adolescentes y Adultos del tipo no Transexual (TISAANT) y el Trastorno de la Identidad Sexual No Especificado. Excluye el diagnóstico en personas con esquizofrenia o ideas delirantes de pertenecer al otro sexo o hermafroditismo. El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud excluye la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de la Salud. En el CIE-10 (1992) los Trastornos de la Identidad de Género (TIG) son un grupo independiente de los “Trastornos de la Inclinación Sexual y de las Disfunciones Sexuales”. En los TIG (F64) están considerados el Transexualismo (F64.0), el Transvestismo de Rol Dual (F64.1) y el Trastorno de la Identidad de Género en la Infancia (F64.2). Excluye el diagnóstico en personas con esquizofrenia, anomalía intersexual, genética o de los cromosomas sexuales. En Trastornos de la Preferencia Sexual (F65) incluye el Fetichismo (F65.0), Transvestismo Fetichista (F65.1), Exhibicionismo (F65.2), Voyeurismo (F65.3), Pedofilia (F65.4), Sadomasoquismo (F65.5), Trastornos Múltiples de la Preferencia Sexual (F65.6), Otros Trastornos de la Preferencia Sexual (F65.8), Trastorno de la Preferencia Sexual, no especificado (F65.9). En Trastornos Psicológicos y del Comportamiento asociados con el Desarrollo y con la Orientación Sexuales (F66), el Trastorno de la Maduración Sexual (F66.0), Orientación Sexual Egodistónica (F66.1), Trastorno de la Relación Sexual (F66.2), Otros Trastornos del Desarrollo Psicosexual, como la zoofilia, necrofilia, froteurismo y anoxia (F66.8), Trastorno del Desarrollo Psicosexual, no especificado (F66.9). El DSM-IV (1994) y el DSM-IV-TR (2000) reemplazan el término Transexualismo por el Trastorno de la Identidad de Género (TIG), que amplía la categoría de sujetos incluidos, ya que no es necesario querer transformar el cuerpo. Agrupa los TIG con las parafilias y las disfunciones sexuales en la categoría “Trastornos Sexuales y de la Identidad de Género”. Incluye el apartado de TIG no especificado para las personas que no cumplen los criterios. La orientación de la persona con TIG por el sexo de la persona que se siente atraído. Las personas transexuales no se consideran homosexuales cuando se sienten atraídas por personas del mismo sexo biológico, ya que partiendo del género con el que se identifican, se autodefinen como heterosexuales. En las Parafilias incluye el Exhibicionismo (F65.2), Fetichismo (F65.0), Frotteurismo (F65.8), Pedofilia (F65.4), Masoquismo Sexual (F65.5), Sadismo Sexual (F65.5), Fetichismo Transvestista (F65.1), Voyeurismo (F65.3). En Trastornos de la Identidad Sexual (F64), Trastorno de la Identidad Sexual en Niños (F64.2), Trastorno de la Identidad Sexual en Adolescentes o Adultos (F64.0). DSM-IV-TR (2000): “Los trastornos de la identidad sexual se caracterizan por una identificación intensa y persistente con el otro sexo, acompañada de malestar persistente por el propio sexo. La identidad sexual hace referencia a la percepción que tiene un individuo de sí mismo como hombre o mujer. El término disforia sexual denota sentimientos intensos y persistentes de malestar con el sexo asignado, así como el deseo de poseer el cuerpo del otro sexo y de ser considerado por los demás como un miembro del otro sexo. Los términos identidad sexual y disforia sexual deberían distinguirse del término orientación sexual, que hace referencia a la atracción erótica hacia hombres, mujeres o ambos”. El DSM-V (2013) excluye el transexualismo de los enfermos mentales con la desaparición del término “Trastorno de la Identidad de Género” y sólo conserva la “Disforia de Género” como la angustia que sufre la persona que no está identificada con su sexo masculino o femenino: Disforia de Género en Niños 302.6 (F64.2), Disforia de Género en Adolescentes y Adultos 302.85 (F64.1), Otra Disforia de Género especificada 302.6 (F64.8), Disforia de Género no especificada 302.6 (F64.9). En los Trastornos Parafílicos, el Trastorno de Voyeurismo 302.82 (F65.3), Trastorno de Exhibicionismo 302.4 (F65.2), Trastorno de Frotteurismo 302.89 (F65.81), Trastorno de Sadismo Sexual 302.84 (F65.52), Trastorno de Pedofilia 302.2 (F65.4), Trastorno de Fetichismo 302.81 (F65.0), Trastorno de Travestismo 302.3 (F65.1), Otro Trastorno Parafílico Especificado 302.89 (F65.89), Trastorno Parafílico no Especificado 302.9 (F65.9).
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El Ángel de
la Guarda.
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El determinismo biológico considera
que la organización social humana y las desigualdades son producto de la
biología, y que la única forma de alterar la estructura social y la posición de
los individuos es a través de una ingeniería genética. El determinismo
biológico localiza el problema en el cerebro: condicionamiento clásico,
psicocirugía, psicofármacos. El primer tipo de reduccionismo cultural es el
económico del marxismo vulgar, el relativismo sociológico, la teoría de la
antipsiquiatría, la teoría de la desviación y la teoría de género. El segundo
tipo de reduccionismo cultural busca las explicaciones del comportamiento en
una tabula rasa cultural en el que la experiencia temprana puede imprimir lo
que desee, representada por la psicología individual, la antropología y la
sociología cultural. Si el determinismo biológico exige modificar los genes de
la gente para eliminar las desigualdades, el reduccionismo cultural liberal
exige que cambie su forma de pensar o la forma en que otros piensan sobre
ellos. En Grecia la palabra Daimon δαιμῶν o
Daimonion δαιμόνιον “ser
sobrenatural”. Sócrates para diferenciarlo
de Theos introdujo el significado “ser extraño”, una especie de voz interna que
advierte a la persona cuando está a punto de realizar algo contraproducente. Un
nexo entre los hombres y los dioses, una especie de intermediario divino.
En la filosofía griega los demonios eran el
equivalente de la conciencia. En términos griegos todos tenemos uno, la voz interna
que nos aconseja: “Ángel de la guarda, mi
dulce compañía, no me desampares, ni de noche ni de día”. En Kemet el KA “espíritu, doble invisible”,
representado con un par de
brazos levantados, el HEKA “lo que activa el KA, magia”. La
fuerza vital del creador que durante generaciones transmitía la fuerza
espiritual de la primera creación en todos los seres vivientes. En los humanos
representa la personalidad, el “Espíritu Guía”, “Protector” o “Doble Invisible”
que forma parte del alma. Para algunos autores el KA estaba unido con la
placenta, el “Otro Yo”, el “Doble”, el “Gemelo”, el “Hermano no nacido”
(Blackman 1916: 235-24) (B. de Rachewiltz, Parisi, Castellani, 1976: 17-19). Para
los kemitas los nacimientos son dobles, el hermano no nacido es el que se
sacrifica, uno vive en la tierra, el otro en el inframundo. La
esquizofrenia es un término del siglo XIX en el que las voces ya no advierten,
sino acusan o amenazan, causando gran angustia. En el determinismo biológico, la
tendencia de los esquizofrénicos a tener hijos con el mismo padecimiento sin
importar que hayan vivido con padres adoptivos, en gemelos idénticos la
probabilidad de que el otro gemelo sea esquizofrénico del 50%, en gemelos carnales
del 10%. El caso de los triates idénticos. En el reduccionismo económico, los
esquizofrénicos están sobrerrepresentados en las clases bajas: poca educación,
pocas oportunidades y escasas recompensas. En el reduccionismo cultural, los
esquizofrénicos tienen más problemas familiares y menor comunicación con sus padres.
El doctor Josef Mengele, el “Ángel de la Muerte”, es recordado por sus
experimentos de gemelos, obsesionado por encontrar el secreto para que todos los
alemanes pudieran tener gemelos y reproducir rápido la especie perfecta.
Exiliado en Buenos Aires (Argentina), Asunción (Paraguay) y Cândido Godói &
San Pablo (Brasil): médico “Helmuth Gregor”, “Fausto Rindón” o “José Alvers
Azpiazú” 5555. Amigo de Juan Domingo Perón y Alfredo Stroessner. En Cândido
Godói ocho de cada diez son alemanes o descendientes de alemanes, dos de cada
diez son gemelos idénticos, rubios y de ojos azules. Fuera de la utopía
americana, la identificación temprana de la esquizofrenia con los gemelos les
acarreó problemas eugenésicos: “La creencia en que la esquizofrenia tiene un
claro e importante origen genético está actualmente muy extendida. El padre de
la psiquiatría genética. Ernst Rüdin, estaba tan convencido de esto que, fundándose
en las estadísticas recopiladas por sus colaboradores, abogaba por la
esterilización eugenésica de los esquizofrénicos. Cuando Hitler subió al poder
en 1933, la propuesta defendida por Rüdin dejó de ser meramente académica. El
profesor Rüdin servía en una sección, encabezada por Heinrich Himmler, del
Grupo de Trabajo de Expertos en Herencia, que redactó la ley alemana de
esterilización de 1933. Quizá el psiquiatra genetista más influyente en el
mundo angloparlante fuera Franz Kallman, un estudiante de Rüdin. La avalancha
de estadísticas publicadas por Kallmann parecían indicar de modo concluyente
que la esquizofrenia era un fenómeno genético. A partir de su estudio de un
millar de pares de gemelos afectados, Kallmann concluyó que si uno de los gemelos
era esquizofrénico, había un 86,2 por 100 de posibilidades de que el otro
también lo fuera. Más aún, si dos padres esquizofrénicos engendraban un hijo,
había un 68,1 por 100 de posibilidades que el hijo fuera también
esquizofrénico. Estos datos llevaron a Kallmann a alegar que la esquizofrenia
podía atribuirse a un único gen recesivo… La presentación de Kallmann como
encarnizado protector de los esquizofrénicos, mediante el ajuste de sus teorías
científicas para reflejar su compasión, es grotescamente falsa. La primera
publicación de Kallmann sobre la esquizofrenia tuvo lugar en un volumen en
alemán, editado por Harmsen y Lohse, que contiene los procesamientos del
francamente nazi Congreso Internacional para la Ciencia de la Población. Allí,
en Berlín, Kallmann defendió vigorosamente la estilización de los parientes
aparentemente sanos de los esquizofrénicos, así como de los propios
esquizofrénicos. Esto era necesario, según Kallmann, precisamente porque sus
datos indicaban que la esquizofrenia era una enfermedad genéticamente recesiva”
(Lewontin; Rose, Kamin, pp. 251, 252). El DSM-V (2013) la diferencia del
Trastorno de la Personalidad Esquizoide 301.20 (F60.1) con un patrón dominante
de desapego en las relaciones sociales y cuatro o más de los siguientes hechos
(No desear ni disfrutar las relaciones íntimas, elegir actividades solitarias,
poco o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona, pocas o
ninguna actividad, no tener amigos íntimos ni confidentes que no sean los
familiares de primer grado, indiferente a las alabanzas o críticas,
emocionalmente frío, desapegado o con afectividad plana) del Trastorno de la
Personalidad Esquizotípica 301.22 (F21) con una patrón dominante de
deficiencias sociales e interpersonales
con un malestar agudo y poca capacidad para las relaciones estrechas, y
distorsiones cognitivas o perceptivas y comportamiento excéntrico y cinco o más
de los hechos siguientes (Ideas de Referencia, Ideas Extrañas o Pensamiento
Mágico, Experiencias Perceptivas Inhabituales, Pensamientos y Discurso
Extraños, Suspicacia o Ideas Paranoides, Afecto Inapropiado o Limitado,
Comportamiento o Aspecto Extraño, No tiene Amigos Íntimos ni Confidentes que no
sean los familiares de primer grado, Ansiedad Social Excesiva asociada a Miedos
Paranoides que a Juicios Negativos sobre Sí Mismo). En el Espectro de la
Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el Trastorno Esquizotípico (de la
personalidad) incluye el Trastorno Delirante 297.1 (F22) con la presencia de
uno o más delirios durante un mes y sus Tipos (Erotomaníaco, Grandeza,
Celotípico, Persecutorio, Somático, Mixto, No Especificado), el Trastorno
Psicótico Breve 298.8 (F23) con la presencia de uno o más síntomas al menos de
un día pero menos de un mes (Delirios, Alucinaciones, Discurso Desorganizado,
Comportamiento muy Desorganizado o Catatónico), el Trastorno Esquizofreniforme
295.40 (F20.81) con la presencia de dos o más síntomas durante el período de un
mes (Delirios, Alucinaciones, Discurso Desorganizado, Comportamiento muy Desorganizado
o Catatónico, Síntomas Negativos) y la Esquizofrenia 295.90 (F20.9) con la
presencia de dos o más síntomas que persisten durante un mínimo de seis meses
con el descenso del nivel de funcionamiento en uno o más ámbitos (Delirios,
Alucinaciones, Discurso Desorganizado, Comportamiento muy Desorganizado o
Catatónico, Síntomas Negativos). En Hipócrates el cerebro es como una nevera de flema, en los
neurólogos un ordenador húmedo, cuando algo falla en la programación sabemos
que hay problemas. En 2020 la Unidad Ejecutora para el Estudio de
las Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS) del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Facultad de Ciencias
Biomédicas de la Universidad Austral de Argentina, realizó un estudio con 25
personas con alto nivel esquizotípico para conocer la interpretación a sonidos
externos. Los audios de ruido incomprensible mezclado con algún tipo de
palabra, buscaba estimular las voces en gente que tiene tendencias a
escucharlas. El resultado fue que reconocieron mejor las peyorativas que las
neutrales, y los de mayor grado esquizotipo lograron reconocer las más
incomprensibles. Las regiones cerebrales frontales se activan ante audios
incomprensibles y las funciones vinculadas al lenguaje le dan significado a los
ruidos, donde los demás escuchan ruidos sin sentido, la mente esquizotípica y
esquizofrénica interpreta palabras como en las alucinaciones funcionales. En
2022 la Universidad del Sur de California (USC), partiendo de las mutaciones
que inhiben la función SAP97 (sinopsis de la proteína 97), que pueden provocar
un aumento de 40 veces el riesgo de desarrollar esquizofrenia. Encontró la zona
de actuación de la función en el giro dentado, dentro del hipocampo, la zona
que controla el recuerdo de las experiencias de la vida (memoria episódica
contextual). El cerebro esquizofrénico es capaz de transformar el sonido en una
voz interna. Ahora imagina que tu cerebro interpreta los sonidos como
comunicaciones sin identificar la fuente, como si fuera una antena de radio
invadida por varias señales al mismo tiempo. Y si esas comunicaciones son
amenazantes o acusantes, la facilidad de haber sido interpretadas en las
religiones animistas como espíritus vengativos o almas en pena. En la
modernidad como comunicaciones extraterrestres, el caso del matemático John
Forbes Nash. Las alucinaciones auditivas son producto de la interpretación:
“Oír
voces es un suceso curioso y bastante sorprendente. No está al alcance de
todos… Sin embargo, en la Antigüedad las voces eran morales o celestiales, y
sus contenidos eran proféticos o correctores de la conducta. Los afectados eran
sabios o grandes hombres de la política, la religión o la cultura. En cambio,
desde la modernidad, las voces afectan a los llamados esquizofrénicos y, al
menos inicialmente, en el debut de la locura, son inefables, de difícil
descripción y las más de las veces de connotación imprecatoria. Más tarde,
según avance la psicosis y se deje atrás el momento desencadenante, formarán
parte de un delirio y ganarán sentido y espesor narrativo. Las voces de la
Antigüedad, por lo tanto, eran reveladoras que surgían repentinas y raramente
repetían después de su primera y única manifestación… Específicamente las
modernas, es decir, las psicóticas, son reiterativas e invasoras y al afectado
por ellas le cuesta mucho distanciarse de su presencia. Características que las
diferencian de otras voces de la psicopatología, que son de condición neurótica
y surgen de las ilusiones de la ansiedad o de las imaginaciones de la histeria…
De servir de orientación, revelación o guía han pasado a convertirse en una
amenaza angustiante que atormenta a quien la sufre… La voz inicialmente no dice
nada, emite ruidos, sonoriza la materia. Luego, de súbito o poco a poco, transforma
este rumor de la cosa, esto es, del núcleo mudo de los objetos, en lengua. Al
principio, estas primeras palabras son incomprensibles, extrañas, inefables,
hasta que el psicótico las rellena. Probablemente las voces siguen sin decir
nada después, pero es el psicótico el que las completa y humaniza, quien
aprende de esos vacíos y las interpreta. No son por lo tanto voces de la
comunicación sino de la interpretación. El demon
de Sócrates era un genio tutelar cuya voz interior le disuadía o reprobaba,
nunca le imponía. Era una suerte de genio moral que tenían sus indudables
semejanzas con las insinuaciones tentadores del demonio cristiano más tardío,
pero no coincidía con ellas ni con las amenazas posteriores, ya de carácter
secular, que padece el psicótico” (Álvarez & Colina, pp. 25, 26).
Torokeru © |
The Wall
& King Kill 33.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
La palabra Muro asociado a la
Muralla: INEB HEDJ “Muro Blanco o Muro Brillante” contra los aamu, MURIQ-TIDNUM
“Amuralla a los Occidentales” de Ur (250 kilómetros de largo) contra los
amurru, CHANGCHENG “Pared Larga” (12, 752 kilómetros) contra los hsiung nu, los
hsien pi y los mongoles, WALLVM HADRIANI “Muralla de Adriano” (135 kilómetros)
contra los pictos y los scotos irlandeses: inglés WALL “pared, muralla”. El
kemita INEB “Muro”, sumerio MURIQ “Muro, Muralla”, CHANG “Pared”, latín VALLVM
“Empalizada, Muralla”, latín tardío MVRVS “Muro” y árabe HAYIT “Muralla”. Es
fácil suponer que la Personalidad Esquizoide 301.20 (F60.1) y la Esquizotípica 301.22
(F21) son producto de la Modernidad, todos tenemos Muros y Murallas, es un
malestar cultural, una enfermedad del alma. El
Renacimiento fue una revolución cultural de mercado que promovió la idea de la
libertad desligada de toda tradición, señorío, cartas juradas, costumbres,
pensamiento religioso o jurídico. El Estado nación moderno emancipó a los
individuos de los lazos comunitarios de la época medieval y creó la libertad
tal y como la hemos conocido en el mundo contemporáneo. La Posmodernidad con el
desapego y el no compromiso, liberados de la “familia, la reproducción, la
crianza y los cuidados”. El Estado liberado de responsabilidad sociales:
privatización, desregulación, descentralización. Los Muros y las Murallas
cayeron, pero fueron reemplazadas por Muros de Lenguaje o Guetos de Lenguaje.
En la Modernidad el Lenguaje hablaba por lo sujetos, en la Posmodernidad por los
grupos. Las sectas heterodoxas antiguas medievales son producto de la crisis
del Lenguaje. En la Esquizofrenia por Castillos de Lenguaje. Para el Esquizofrénico,
el pensamiento y la experiencia es lo mismo, las alucinaciones visuales,
olfativas y auditivas amenazantes. Para los Esquizoides
y los Esquizotípicos el Otro es un ser ajeno que no refleja su humanidad, un
ser mutilado por obra y gracia del Lenguaje. La palabra es la representación del
concepto, el concepto la representación del objeto y el objeto la realidad
material. Las palabras son signos de las significaciones, los conceptos pueden
ser reales o ideales, los propios conceptos pueden ser tratados como objetos.
La materia tiene límites, pero no las
palabras, las letras ni las imágenes, modificables a voluntad. En la Modernidad el lenguaje se separa del sujeto
como un objeto extraño, la alienación del siglo XIX con la esquizofrenia y el
suicidio. En la Posmodernidad el lenguaje es una categoría que no corresponde
con la taxonomía del mundo ideal y material. El hombre o la mujer “más libre de
la historia” es la persona más solitaria que sólo tiene como única obligación
amarse a sí mismo o misma, o incluso negarse o autodestruirse si es su voluntad.
Aunque la crítica es correcta, no es un mal propio de la Modernidad ni la
Posmodernidad. Sumeria representa las primeras sociedades colectivistas y los
estados centralizados donde todos compartían un destino común, ese equilibrio
se rompió con el primer experimento mercantilista de la historia en Babilonia:
la privatización del Estado, los servicios financieros y el trabajo temporal. Ya
no había “sociedad”, solo individuos y familias, pobres o poderosas, apareció
por primera vez el “sujeto”. Las cargas de los dioses se convirtieron en
responsabilidades individuales con la respectiva angustia de Atlas que carga el
peso del mundo en su espalda. La destrucción social y la atomización del
individuo, relatada en el Himno de la lamentación de la Ishtar (1750 a.C.):
“Ayudas al desvalido y amparas al caído. Piedad, Ishtar, señora de los cielos y
la tierra... El silencio es mi santuario; el silencio es mi palacio. Silencio
llena mi vida y envuelve mi soledad. Destruida está mi familia; mi techo ha
caído en ruinas. A ti clamo, Ishtar, escúchame, y perdona mis errores”. Celio Aureliano fue el primero en llamar alienus “lo
extraño a uno mismo” a la Epilepsia, presente en aquellos que
enloquecen: “Las voces que llamamos internas en realidad proceden del
exterior. Ésta es la gran contradicción del psicótico, que cultiva dentro de sí
todo lo que le imponen desde fuera. No hay un límite espacial en su cabeza. Los
bordes de la realidad se confunden e intercambian de continuo en su
representación. Le implantan, por ejemplo, un aparato en la cabeza para espiar
y explotar su intimidad a distancia, de forma que lo próximo y lo lejano acaban
coincidiendo. Por tratarse de un suceso íntimo, el psicótico es un loco
moderno, y, por habitar lo externo, participa también de la representación
antigua de la locura… Lo propio de la psicosis es disolver las categorías
espaciales y temporales. El pasado, presente y futuro se funden en el instante…
Todo loco moderno es a la vez un loco muy antiguo, al igual que todo lo que
sucede en el presente es para él inseparable de lo sucedido en el pasado y de
lo que ha de repetir en el futuro… Ya que no puede entrar nadie en su vida
solitaria, aunque todos se permitan observar por dentro su alma y difundir sin
autorización sus ideas, utiliza el lenguaje como caparazón, tras el que se
escuda, en vez de usarlo como antena… A veces el esfuerzo del psicótico triunfa
y consigue convertir las ventanas de las voces en auténticas troneras. En este
caso el esquizofrénico vive en un castillo inexpugnable y sólido por cuyas
rendijas lanza sus flechas contra los enemigos. Las voces en ese caso
representan una suerte de venganza mutua: la del loco, que muestra su desprecio
por todos, y la de los demás, que puesto que no pueden retirar el agua y el alimento
al habitante de la fortaleza, le atacan con fenómenos sutiles e invisibles que
atraviesan los muros y llegan al tímpano. El psicótico, en su denodado
esfuerzo, puede llegar a controlar la hostilidad impúdica de las voces, pero
entonces sucumbe ante el poder de la magia, los ordenadores o la electricidad.
La física, en este caso, ocupa el lugar del lenguaje y cosifica todo lo que
encuentra” (Álvarez; Colina, pp. 30, 31). En la
década de los noventa, el cantante de metal industrial Brian Hugh Warner interpretó
un personaje transvesti (el Anticristo Superestrella) y transexual (el
extraterrestre Omega de Mechanicals
Animals) con la unión de Marilyn Monroe y Charles Manson: “Marilyn Manson
& The Spooky Kids” (1989). Eso no impidió adoptar una estética dandy,
rockanrolera, gótica, filofascista, nazi y vamp. En su autobiografía The Long Hard Road Out Of Hell “El Largo
y Duro Camino Fuera del Infierno” (1998), detalla lo que encontró en el sótano
del abuelo Jack Angus Warner (1919-1993) a los 13 años: películas porno,
fotografías setenteras de mujeres haciendo felaciones a caballos y cerdos,
bustiers, sostenes, slips, panties, pelucas de mujer y una colección de
consoladores lubricados. Warner le contó a su madre sus descubrimientos y ella
le confió que cuando trabajaba como camionero tuvo un accidente y los médicos
en el hospital encontraron ropa de mujer debajo de la suya, un secreto
familiar. Nadie dudó de la sexualidad de Brian Warner, de los primeros en
borrar los límites de la representación del escenario en la vida real, igual
que el actor Johnny Deep que viste de tiempo completo como sus estrafalarios
personajes. En una interpretación hiperreal, las novias y amantes porno
judeoitalianas, judeoirlandesas y judeoeslavas se enamoraron del concepto
Marilyn Manson, no de Warner: Jennifer Marie Massoli “Jenna Jameson”, Rose
McGowan, Heather Renée Sweet “Dita Von Teese”, Evan Rachel Wood, Jessica
Stojadinovich “Stoya”, Lindsay Usich. Los fanáticos góticos, filofascistas y
filonazis también. Pero eso nunca
supuso la imitación transvesti o transexual ni el cambio de orientación sexual.
En Warner estaba justificado porque era el “Anticristo Supestrella”, “Marilyn
Manson”, “Omega”, un concepto. No se necesitan neuronas para entender que es un
personaje autoteísta y antinomianista, un destructor y creador de valores que
solo es aceptable en el espacio del arte, de otra forma sería repudiado como
los transvestis y los transexuales reales. Las letras oscilan entre la Manía
con un carácter político, el Anticristo es el Revolucionario: “¿Es esto es lo
que querían? Es esto lo que obtienen. Convirtieron sus vidas en ésta mierda.
Nunca me aceptaron ni me trataron bien. Cúlpame por lo que creo y cómo visto.
Se condenaron a ustedes mismos y criaron a esta oveja. Cosecharás las semillas
deprimidas y marchitas. Nunca me dieron la oportunidad de ser yo mismo. Ni
siquiera una puta oportunidad de ser. Pero tengo que mostrarles que interpretas
un papel. Y los destruiré con un simple agujero. El mundo que me odia ha
cobrado su peaje. Pero ahora, finalmente tome el control. Querían tanto hacerme
esto. Y ahora sólo quiero que maten al rey. Y no lo lamento, y no lo lamento.
Esto es lo que mereces. Rey Asesinato 33” (King
Kill 33, Holy Wood, 2000). La Melancolía, el “mal de amores” en un mundo
escindido: “Ellos cortan nuestras gargantas como si fueran flores y nuestra
leche ha sido devorada. Cuando lo quieres se va demasiado rápido. Cuando lo
odias siempre parece durar. Pero solo recuerda que cuando pensabas ser libre,
la grieta que hay dentro de tu maldito corazón soy yo… Miénteme, llórame,
entrégate a mí, yo lo haría… Quiero superar la velocidad del dolor por otro día…
Espero que al menos muramos tomados de la mano por siempre” (The Speed of Pain, Mechanicals Animals,
1998). Y por debajo del agua la crítica multicultural y arcoíris del “Hombre
Hetero Blanco” con el alter ego Omega: “No estoy atado a tu mundo. Nada cura y
nada crece. Porque es un Gran Mundo Blanco. Y estamos drenando nuestros
colores. Solíamos amarnos a nosotros mismos. Solíamos amarnos unos a otros.
Todas mis puntadas pican, mi prescripción es baja. Desearía que fueras reina
sólo por hoy. En un mundo tan blanco, ¿Qué más podría decir?”. Manson nunca usó
a Omega para hacer activismo LGBT. El caso opuesto de la banda Rammstein (1994)
que jugaba con la estética fascista, nazi y punk, luego con la hermafrodita: “Me
parece muy bien ser un hermafrodita, dos almas bajo mi pecho, dos sexos, un
deseo… Mis días son distintos, soy la persona más bonita de todas, veo cosas
maravillosas que antes desconocía. Puedo satisfacerme todos los días, puede
mandarme rosas a mí mismo, no hay segunda o tercera persona, uno y uno es lo
mismo” (Zwitter, Zwitter, Mutter, 2001).
Pero rompieron un código en 2019, en Chorzów ondearon banderas del orgullo gay
y en el Estadio Olímpico de Luzhnikí los guitarristas Paul Landers y Richard
Kruspe se besaron para desafiar la ley de Vladimir Putin que prohíbe la
apología de relaciones sexuales no tradicionales. Diferente al grupo esloveno
Laibach (1980), la inspiración de Rammstein (1994), producto del colectivo
artístico N.S.K. (Neue Slowenische Kunst) en la Yugoslavia de Tito. El primer
grupo occidental en tocar en Corea del Norte el 19 y el 20 de agosto de 2015 en
Pyongyang ante 4.000 espectadores, ya que siempre ha jugado con la estética
fascista y nacionalsocialista, y el hecho de que el régimen de Kim Jong-un haya
aceptado fue un gesto de apertura que no se ha vuelto a repetir. La inversión
de las normas sociales es una heterodoxia del judaísmo que permitía violar
las reglas de la Torah inferior para acelerar las reglas de la Torah superior.
El “Anticristo” era el “Mesías” de Constantinopla que intentaba apoderarse de
la Corona de Turquía: Shabbetái Zeví (1626-1676). Zeví nació en
Esmirna, hijo de un agente de sociedades holandesas e inglesas y sus dos
hermanos prósperos mercaderes. Aficionado a los libros, estudió en una escuela
rabínica y después la Cábala de Isaac ben Salomón Luria “Ha-Ari el León”
(1534-1572). A través de estados intensos de meditación desarrolló las
características de un maniaco depresivo. Zeví en sus fases maniacas violaba las
normas sexuales de la Torah y bendecía a quienes permitían lo prohibido.
Incluso buscó ayuda para eliminar sus fantasías diabólicas y exorcizar sus
demonios con el cabalista Abraham Natan ben Elisha Hayyim Ashkenazí “Natán de
Gaza” (1643-1680), quien también tenía visiones y había llegado a la conclusión
de que el papel de Mesías exigía sacrificios heroicos, como la adopción de la
apariencia de mal para purificar a otros. Natán, en lugar de exorcizar sus
demonios, lo persuadió de que sus pretensiones eran auténticas y lo exaltó como
el Mesías. Zeví entró en una nueva fase maniaca designando a los embajadores
que debían convocar a todas las tribus de Israel.
Torokeru © |
Geto
Nuovo & LGBT.
ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ
La escisión entre el individuo y la sociedad se refleja en la cultura judía desde la Edad Antigua. Los cabalistas buscaban alcanzar estados alterados de conciencia para entender el lenguaje de las aves, los animales, los árboles, las nubes y los demonios, el caso de Hillel el Viejo o “Hillel el Babilonio”, el maestro de Jesús de Nazaret. El lenguaje de las aves, el caso de Isaac ben Salomón Luria “Ha-Ari el León” (1534-1572). El acceso directo a Dios a través de las letras de la Torah y los números que ellas simboliza, el caso de Luria. Israel ben Eliezer “Ba´al Shem Tov” (1700-1760) la concentración en las letras para que se disuelvan en la mente y se manifieste el espíritu que habla por uno. El IV Concilio de Letrán de 1215 estableció una vestimenta distintiva para los judíos: sombrero ancho y una rodela de color rojo o amarillo, en Alemania el gorro puntiagudo “Judenhut”, en Francia la señal amarilla cosida en los atuendos, el antecedente del gorro blanco puntiagudo que acompaña el sambenito de la Santa Inquisición. En el siglo XIII los judíos venecianos son reunidos en la isla de Spinalunga, la Giudecca; en otras ocasiones obligados a vivir en Mestre, en tierra firme. Tuvieron que usar un distintivo circular amarillo, después un sombrero amarillo y posteriormente un sombrero rojo. En 1492 ultimátum en España para convertirse al cristianismo o partir con la salvaguarda, protección y libre disponibilidad de sus bienes. La ruina de Amberes (1576-1609) y la “Guerra de los Mendigos o Piratas del Mar” o “Guerra de Flandes” (1568-1648) contra Felipe II permite la independencia de los Países Baxos. Llegan judíos sefardíes de España y Portugal (1590), askenazíes de Alemania (1620), protestantes luteranos y hugonotes de Francia. Los judíos de España y Portugal fueron bien recibidos en Constantinopla, contribuyendo a crear una industria armamentista y reforzando la comunidad judía de la Salónica otomana: los condottieri. En mayo de 1509 las fuerzas de la Liga de Cambrai derrotan al ejército veneciano en Agnadello con una fuga de la terra firma a las islas principales, entre los refugiados había más de 5 mil judíos, la mayoría emigrados de España y Portugal. Los frailes impulsaron un movimiento para expulsarlos, en 1515-1516 la decisión de confinar a la comunidad judía en una antigua fundición de cañones, el ghetto nuovo en las islas centrales más alejadas de la Plaza de San Marcos. El ghetto nuovo albergaba a los judíos italianos que eran principalmente de origen alemán. En 1541 los judíos de Levante fueron trasladados a la fundición vieja, o ghetto vecchio, que estaba cerca. En 1633, se agregó el ghetto novissimo, para albergar a los judíos occidentales. La palabra gheto del dialecto véneto geto, en italiano ghetto, posiblemente una derivación de los vocablos italianos giudecca, borguetto o gietto: alemán gitter “barras de prisao” (prisión) o gasse “beco” (callejón), hebreo talmúdico get o guet. “separaçao” (separación). El verbo gettare “jogar” (jugar), alemana gehegt “fechado” (cerrado), francesa gueat “guardar”, italiano getto “pier” (muelle). Venezia en portugués Veneza: “Venezuela”. Los judíos dominaban el comercio marítimo oriental y eran presa del secuestro de los turcos otomanos y los caballeros de Malta. Las comunidades ponentinas y levantinas de Venecia crearon un fondo común para pagar el rescate de los judíos secuestrados. El atuendo restrictivo de los judíos no les impedía celebrar, aunque sin música porque los rabinos consideraban que la repetición excesiva de las palabras podía llevar a creer que había dos o más dioses, y sólo hasta principios del siglo XVII el gueto tuvo una academia de música: “Esa noche se celebra una suerte de medio carnaval; pues muchas doncellas y esposas se enmascaran, para no ser reconocidas, y visitan todas las sinagogas. En un día así hay multitud de damas y caballeros cristianos que acuden por curiosidad (…) Están presentes todas las naciones, los españoles, los levantinos, los portugueses, los alemanes, los griegos, los italianos y otros, y cada uno canta de acuerdo con su propio uso. Como no emplean instrumentos, algunos baten palmas sobre la cabeza, otros se golpean los muslos, algunos imitan las castañuelas con los dedos, y los hay que fingen tocar la guitarra rascando su jubón. En resumen, actúan de tal modo con estos ruidos, saltos y danzas, con extrañas contorsiones de la cara, los brazos y todos los restantes miembros, que parece la mímica del Carnaval”: “El término “gueto” –judería marginada dentro de una ciudad- procede del italiano “ghetto” y este, a su vez, del dialecto véneto: “geto”, lugar donde se funde metal para fabricar cañones (Brewer 2006: 65; Boerio 1867: gheto, geto; Zingarelli 2010: guetto). Y es que, precisamente, el primer gueto de la historia fue el Ghetto Novo de Venecia, creado en 1516 para albergar a los judíos residentes de la ciudad, en su mayoría de origen alemán, y ubicado en un lugar donde había existido una fundición. Aunque la actividad de los prestamistas judíos había sido autorizada por el gobierno de Venecia, durante todo el Quattrocento los hebreos tenían prohibido permanecer en la ciudad durante más de quince días seguidos, y debían espaciar cuatro meses sus visitas… A principios del siglo XVI, a pesar de su aparente esplendor, la República de Venecia estaba en crisis… El Senado veneciano valora entonces la posibilidad de renovar los acuerdos firmados con los judíos, cuyo “cuartel general” se encontraba entonces en Mestre, y que con su actividad de prestamistas podían facilitar la circulación de dinero en efectivo que necesitaba la República en ese momento… Pero en los años siguientes, a raíz de las epidemias de peste, las prédicas de frailes y sacerdotes fanáticos, y las protestas populares contra los judíos, se empieza a considerar necesario su confinamiento en un espacio cerrado, pues hasta entonces los hebreos habían vivido repartidos en diferentes zonas de la ciudad. La primera propuesta llegó al Consiglio dei Pregadi en marzo de 1515, de parte de un patricio, Emo Zorzi, que sugería que los hebreos de Venecia fueran recluidos en la isla de la Giudecca. Los líderes judíos se opusieron a esta elección y propusieron una alternativa: Murano (Bassi y Toso Fei 2007: 151-152). Un año después, el 20 de marzo de 1516, Zaccaria Dolfin atacó duramente a los hebreos… pidió que fuesen confinados en el Guetto Novo… El 29 de marzo de 1516 se dictó un decreto según el cual los judíos tenían la obligación de residir en el guetto” (Peñalta Catalán, pp. 201, 202, 203). En el siglo XVIII la jerga “Molly” usada por grupos de personas marginadas de la sociedad y asociadas con la criminalidad, los mollies “hombres afeminados” tenían relaciones con otros hombres y que incluían las palabras de la jerga criminal cant para el lenguaje “Molly”. La jerga “Parlyaree” del italiano parlare “hablar” a fines del siglo XIX con influencias de la lengua franca, usada por los marineros. La jerga cockney y el yiddish del este de Londres: músicos callejeros, circos itinerantes, ferias, vendedores de mercado, prostitutas y mendigos. El parlyaree llamado parlarie a comienzos del siglo XX, con aportaciones de la jerga de los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, asociado a los hombres gais. En la década de los sesenta el parlarie llamado polari, absorbiendo la jerga contracultural del uso de las drogas. En la revolución sexual estuvieron sobrerrepresentados los negros bisexuales y las lesbianas judías. “Lo Gay es bueno” (1970) de Martha Shelley del Gay Liberation Front (GLF) de Londres: “Y ahora os diré lo que queremos los homosexuales radicales: no queremos que nos toleréis o nos aceptéis sino que nos entendáis. Y eso sólo lo podéis hacer convirtiendo en uno de nosotros. Queremos alcanzar el homosexual que está enterrado en vosotros, liberar a nuestros hermanos y hermanas, atrapados en la prisión de vuestros cráneos”. No seremos heteros hasta que vosotros seáis gays. Mientras os dividáis, estaremos separados de vosotros: separados por un trampantojo de vuestra mente. No os libraréis de nosotros, porque surgimos de vuestros cuerpos y de vuestras mentes”. “A Radical Manifiesto: The Homophile Movement Must Be Radicalized!” de la Liga Estudiantil Homófila del Congreso Norteamericano de Organizaciones Homófilas (1969), en la revista neoyorquina Gay Power: “Pedimos la eliminación de toda restricción sexual en las relaciones consentidas entre personas de cualquier sexo, de cualquier orientación, de cualquier edad, de cualquier parte, sea por dinero o no”. “Refugiados de Amérika: Un manifiesto Gay” (1969) de Carl Wittman: “La homosexualidad es la capacidad de amar a alguien del mismo sexo. 2. Bisexualidad: la bisexualidad es buena; es la capacidad de amar a personas de ambos sexos. 3. Heterosexualidad: la heterosexualidad exclusiva es una basura. 1. La imitación de la sociedad hetero: A está antes que B; B está después de A; uno es menos que dos y dos es menos que tres. No hay lugar para la igualdad. 4. Chavales y estudiantes: afrontémoslo, los cuerpos hermosos y jóvenes son atributos, son estupendos… Una nota sobre la explotación de los niños: los niños pueden cuidar de sí mismos y son seres sexuales mucho antes de lo que estamos dispuestos a admitir”. El “Documento de trabajo para la Convención Constitucional Revolucionaria” (1970) del Grupo de Liberación Gay de Chicago: “d) Sanidad: La rama de la medicina que más nos atañe es la psiquiatría… ellos (y no Freud) han creado y extendido la idea de que somos enfermos, neuróticos, paranoicos y otra basura similar… Aquellos que no se aproximan a los estereotipos porque son viejos, poco atractivos, físicamente deformes, etc. Se encuentran entre la gente más desgraciada y sola de la sociedad”. “La mujer identificada con mujeres” de Radicalesbians (1970): “Primero debería entenderse que el lesbianismo, como la homosexualidad masculina, es una categoría de comportamiento que solo es posible en una sociedad sexista… En una sociedad en la que los hombres no oprimieran a las mujeres y que permitiera a la expresión sexual seguir los sentimientos, las categorías de homosexualidad y heterosexualidad desaparecerían”. “Por la liberación de travestidos y transexuales” (1971) del colectivo vinculado al Boletín de Liberación Trans: “El movimiento de liberación trans incluye personas travestidas, transexuales y hermafroditas de todos los sexos y de cualquier práctica (heterosexuales, homosexuales, bisexuales y asexuales). Se está convirtiendo en un movimiento aparte porque la gran mayoría de travestidos son heterosexuales, como lo son muchos transexuales con posterioridad a su operación”. “The Straight Mind” (1980) de la revista Feminist Issues. “Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence” (1978) de Adrienne Rich: “Quería, por lo menos, que a las feministas les resultara menos posible leer, escribir o dar clase desde una perspectiva de heterocentrismo incuestionado”. The Resistence (1981) de Adrienne Rich: “La feminista lesbiana lucha para que toda la gente se libere de la dominación patriarcal que se articula a través del heterosexismo”. “Lesbianas in Revolt” (1972) de Charlotte Bunch del colectivo The Furies: “El lesbianismo identificado con las mujeres es, entonces, más que una preferencia sexual: es una elección política… Las lesbianas deben convertirse en feministas y luchar contra la opresión de las mujeres, del mismo modo que las feministas deben convertirse en lesbianas si esperan acabar con la supremacía masculina”. En los manifiestos no aparecen minorías sexuales oprimidas que sólo busquen el reconocimiento de sus derechos, sino la equiparación de heterosexualidad, sexismo y patriarcado. Para acabar con el patriarcado y el heterosexismo hay que ser homosexual y lesbiana. La reivindicación sexual como una orientación política. También se meten en problemas legales por rechazar las categorías de la materia: A = B. Pero el de la materia a conveniencia, la piedad por los poco atractivos, pero la predilección por los cuerpos hermosos y jóvenes. La contradicción, lo mismo encuentran como aliados políticos a las panteras negras que a los radicales o ideólogos blancos, a los negros y los obreros blancos. Lo mismo reivindican las siglas LGBT como su desaparición por formar parte de un sistema sexista que impide la libertad de amar: “Espíritus Libres”.
Ramune Tsuno © |
Autor del texto: Armando Ossorio ©
※ XPOFERENS
※
“El lugar de las ideas, no es, como pensaba Platón, un lugar celeste; el lugar de las ideas es el pensamiento, porque es donde son poseídas. Y para las ideas lo mismo es ser poseídas que ser. Una idea no poseída por una mente no existe… Formalmente, nuestro tener corpóreo es medial. Pertenece al orden de los medios, dice Aristóteles. No pertenece nunca al orden de los fines. Lo que pertenece estrictamente al orden de los fines es la posesión mental. Poseer con el conocimiento, con la mente, es poseer fines. El télos es poseído exclusivamente cuando se conoce, dice Aristóteles en el libro Lambda de la Metafísica y así mismo en el noveno. Se trata de pasajes geniales. Aparece también en el De ánima y en la Ética a Nicómaco... Nuestra posesión corpórea es una posesión medial. Quien marca los fines es quien posee los bienes, y es quien, por lo tanto, establece el orden de los medios respecto a los fines… Quien marca el orden de los fines es la capacidad de poseer fines. El fin de la vida humana es la teoría, la contemplación, porque el fin solamente es poseído intelectualmente”.
Leonardo Polo.
Las tres dimensiones de la antropología.
"Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".
Ramune Tsuno © |
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