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La Teología Perfecta.

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Ordalía Germana & Tortura Romana.

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El padre de la Teleología, Aristóteles, sostenía que los seres humanos estaban dotados de desiguales habilidades innatas y los seres vivos tenían una finalidad natural que dictaba lo que en ellos debía florecer. En el siglo XVIII Immanuel Kant, el pionero de la Antropología, fue el primer ilustrado en sostener que entre las razas había diferencias innatas. En el siglo XIX la frenología afirmaba ser capaz de determinar las facultades mentales y morales mediante el estudio de la forma de los cráneos. Los positivistas del siglo XIX buscaban crear una “ciencia de la sociedad” e inventaron el término “Sociología”, pero insistieron que debía estar basada en la fisiología humana. La “Sociología” debía explicar el comportamiento humano a través de las características fisiológicas. Auguste Comte, el padre de la “Sociología”, Francis Galton, el fundador de la “Psicología moderna”, y Cesare Lombroso, el padre de la “Craneometría” y teórico de la “Criminología”, eran adeptos de la frenología. El profesor de estudios raciales Hans Friedrich Karl Günther, recibe en 1935 el Premio de Ciencias del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Cuatro días después se promulgan las Leyes de Núremberg. Las ideas centrales de Günther en la Ley para la protección de la sangre y el honor alemanes, la selección genética para que el pueblo alemán volviera a ser “puro”. En 1930 el doctor Wilhelm Frick, ministro nacionalsocialista de la República de Weimar, le concedió una cátedra en la Universidad de Jena para ocuparse en materias como la Filosofía, la Prehistoria y la Ciencia Racial, y la recién fundada disciplina de la “Antropología Social”. En 1932 la oposición del cuerpo académico a su incorporación terminó con el éxito de Rassenkunde des deutschen Volkes “Etnología racial del pueblo alemán”. La obra recuperaba el clásico DE ORIGINE ET SITV GERMANORVM “Del origen y costumbres de los pueblos germánicos” (98 d.C.) de PUBLIVS CORNELIVS TACITVS y la tesis del antropólogo franco-ruso Joseph Deniker, el primero en hablar de raza nórdica: elevada estatura, largas piernas, figura esbelta, cabeza alargada, piel blanca, cabello rubio: “A los crispados ojos de Günther, la raza nórdica había desaparecido prácticamente por completo del paisaje social de la Alemania de la época –debido al “mestizaje”-. Para resucitarla se imponía la necesidad de una “re-nordificación” (Aufnordung), motivo por el cual él abogaba en favor de la selección racial de los hombres y las mujeres de características nórdicas, así como por la erradicación de los elementos societales considerados “degenerados”, al objeto de recuperar la antigua pureza. Günther descubrió que los Germanen de Tácito ya habían previsto esas prácticas. Habían adoptado varias medidas eugenésicas, al “ahorcar de un árbol o ahogar en una laguna cenagosa a cuantos se revelaran inferiores o predispuestos a la perversión” –categoría en la que Günther incluía a los traidores, a los chaqueteros, a los cobardes y a los varones proclives a la indecencia moral, entre los que resaltaba a los inclinados a la homosexualidad… De manera similar, también el duro castigo que se infligía a las adúlteras –a las que se empezaba por rapar el cabello, para acto seguido despojarlas de sus ropas e irlas azotando por toda la aldea, en palabras de Tácito-… La infidelidad de una mujer llevaba aparejado el riesgo de que se infiltraran elementos extraños en la tribu, añadía Günther, señalando en sus conclusiones que, de no impedirse, ese estado de casos redundaría en un claro ejemplo de lo que Tácito brindaba como muestra de la constante “decadencia racial” derivada de la hibridación… Según la interpretación de Günther, si los Germanen habían desincentivado la celebración de matrimonios mixtos guiados por el empeño de conservar la pureza racial, también la legislación nacionalsocialista prohibía ahora, con ánimo similar, la mezcla de las sangres judía y alemana” (Krebs, pp. 237, 238, 239). Los romanos combatieron dos cosas, los sacrificios humanos de los pueblos bárbaros y la magia negra representada en el Egipto helenizado. El derecho romano chocaba con el germano, los hombres libres romanos lo eran por derecho y los hombres libres germanos por nacimiento. En el romano la tortura estaba permitida y la ordalía del agua era vista como una práctica bárbara: De quæstionibus del Digesto (D. 48.18.1) y el quæstionibus del Codex de Justiniano (IX.41). En el germano la tortura era inadmisible para los hombres libres y regulada en el caso de los esclavos porque afectaba las relaciones patrimoniales. El gobierno germánico de los visigodos en España usaba la ordalía del agua y la tortura contra los esclavos: Edicto de Teodorico (503); el Liber Iudiciorum de Recesvinto (654) en el que todos los hombres libres eran torturables siempre que el acusador fuera de igual rango o superior rango que el acusado; las Siete Leyes de Chindasvinto (653) con la obligación de tener tres testigos y el carácter secreto de la demanda. En la Alta Edad Media se practicó la pena de la ordalía del agua y la del hierro candente para los sospechosos de delitos que llegaban a los tribunales. Se asumía que el mal era producto de la envidia antes de que fuera relacionado con los demonios (pactar con el mal). La ordalía del agua consistía en sumergir a los hombres o las mujeres en un gran tanque de agua que se había bendecido, y que por lo tanto estaba purificado. Si se hundían por debajo de la superficie, significaba que habían sido aceptados por el agua bendita y eran inocentes. Si flotaban era porque el agua los había rechazado con el veredicto de culpabilidad. La gente prefería la ordalía del agua porque ofrecía mayores posibilidades de sobrevivencia, 60 por 100 lograban pasarla y aumentaban si los sumergidos exhalaban aire antes de la inmersión y aguantaban el tiempo suficiente sin aire antes que decidieran sacarlos. La ordalía del hierro candente obligaba al acusado a sujetar una barra al rojo durante un tiempo, se vendaba la mano durante tres días y luego se retiraba la venda para inspeccionarla. Si había comenzado a sanar sin supuraciones el sospechoso era inocente, si había infección era declarado culpable. Los conquistadores normandos introdujeron la ordalía del combate por considerar innoble la ordalía del agua y del hierro, asociado con una baja posición social. La ordalía del hierro se convirtió en el método habitual en las mujeres, la de los combates para los que confiaban en su valor y fuerza. Existe el registro en la década de 1170 del acusado Ailvardo, quien solicitó la prueba del duelo judicial, o en su defecto la ordalía del fuego, pero sólo se le ofreció la ordalía del agua. Ailvardo inhaló el suficiente aire para conservar la vida y flotó, sufriendo la mutilación de ojos y testículos. Las Constituciones de Clarendon y Northampton de Enrique II, estipulaban que quienes no superaran la prueba de la ordalía debían sufrir la amputación de un pie y de la mano derecha. Plegaria para bendecir los elementos de la ordalía del hierro: “Entonces el sacerdote inicia su plegaria: ¡Oh Dios, nuestro Señor, Padre omnipotente, Luz infalible, óyenos, porque Tú eres el creador de toda luz! ¡Bendice, oh Dios, el fuego que hemos santificado y consagrado en tu nombre, Tú que has iluminado el mundo entero, para que podamos recibir de él la luz de tu gloria! Así como iluminaste a Moisés con el fuego, haz lo mismo con nuestros corazones y nuestro entendimiento para que podamos ganar la vida eterna… ¡Oh Dios, juez misericordioso, creador de paz y de equidad, humildemente te suplicamos que bendigas este hierro, que se usará en el juicio del caso, para que si este hombre es inocente de los cargos pueda tomar el hierro en sus manos, o caminar sobre él sin recibir daño ni injuria; y si es culpable, que quede manifiesto por el poder de tu virtud; que la iniquidad no prevalezca sobre la justicia, ni lo falso sobre lo verdadero! ¡Oh, Señor, Santo Padre, te lo pedimos por la invocación de tu más venerable nombre, por el advenimiento de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo, y por el don del Espíritu Santo que, para consuelo de todos nosotros, bendiga estos hierros con manifestación de juicio virtuoso, y puedan ser santificados y dedicados para que sea conocida tu verdad ante los fieles que asisten a este juicio! En el nombre de Cristo, nuestro Señor…” (Herrin, pp. 72, 73). En la Baja Edad Media las ordalías disminuyeron con la influencia de los juristas formados en las universidades, a cambio fueron reemplazadas por métodos más inquisitoriales que permitieron la introducción de la tortura romana en las averiguaciones. La pena de muerte también fue más violenta, los ricos esperaban la decapitación para morir rápido, los pobres la horca, pero ahora se añadían el fuego, el aceite y la pólvora para acelerar la ejecución. La tortura como método judicial en la Baja Edad Media era un regreso del derecho romano. La tortura con restricciones en las Siete Partidas de Alfonso XI, Ley 1, Título 30 de la Partida VII: “El tormento es manera de pena que hallaron los que fueron amadores de la justicia para escuadriñar y saber la verdad de los malos hechos que se hacen encubiertamente, que no pueden ser sabidos ni probados de otra manera, y tienen muy gran provecho para cumplirse la justicia”. Ley 4, Título 30 de la Partida VII: “No se le podrá dar tormento al menor de catorce años, al caballero, a los maestros de ciencias, al consejero del rey o del común de alguna ciudad o villa del reino, ni a los hijos de éstos siendo de buena fama; tampoco a mujer embarazada mientras lo esté”. La bula Ad abolendam (1184) de Luciano III y la bula Ad extirpanda de Inocencio IV (1252) institucionalizaron la tortura en los procesos inquisitoriales. En la Constitutio Criminalis Carolina de Carlos V en 1532, producto de las tradiciones del siglo XIII y los coutumiers franceses como las Coutumes de Beauvaisis del siglo XIV. El método para ajusticiar a las mujeres halladas culpables era hacerlas descender de un puente y mantenerlas debajo del agua hasta que fallecieran. Si el delito era destacado, las metían al agua en un saco con un gato o una gallina. La hoguera para los falsificadores, los enemigos capturados, los blasfemos, las brujas, los herejes y los sodomitas. A las infanticidas el enterramiento en vida y las estacas. Las penas de la Edad Media eran extremas para desalentar el delito, los delincuentes se exponían a la muerte o la mutilación de manos, pies y ojos en el mejor de los casos: “En su monumental y brillante estudio titulado Rituals of Retribution: Capital Punishment in Germany, 1600-1987, publicado en 1996, Richard Evans enumera las diversas formas de ejecución pública que se practicaban a principios de la era moderna. En Alemania, el fundamento jurídico con el que se justificaba la pena de muerte hundía sus raíces en la Constitutio Criminalis Carolina, el códice legal por el que se regía en esta materia el emperador Carlos V desde el año 1532 (y en él se deja asimismo constancia de sus detalles). Este texto nos descubre que el quebrantamiento de los miembros en la rueda se destinaba (predominantemente) a los asesinos varones… A continuación, en un alarde que trae a la memoria los métodos de Vlad Drácula el Empalador, se cercenaba la cabeza al reo y se hincaba en lo alto de un palo, mientras que el tronco decapitado se tendía sobre una rueda de carro que después se elevaba… Este códice jurídico defendía que el mejor modo de ajusticiar a las mujeres consistía en ahogarlas, por lo general descendiéndolas desde un puente con una cuerda y manteniéndolas después bajo al agua hasta que fallecieran… El enterramiento en vida también entraba en ocasiones en esta categoría, ya que el códice de Carlos V especifica esa sentencia para las mujeres halladas culpables de infanticidio. Como quizá suceda con la mayoría de las sentencias de muerte medievales, el proceso de la ejecución era más complejo de lo que el nombre sugiere. Se obligaba a la mujer culpable a tumbarse en una tumba poco profunda y se le cubría de espinos; después se cerraba el sepulcro, empezando por los pies. En un momento determinado, como remedo una vez más de lo que hacía Vlad Drácula, se clavaba una estaca en el corazón de la mujer, “acaso para evitar que el cuerpo regresara de entre los muertos y diera así pábulo a las creencias populares relacionadas con los vampiros”, un temor que era más predominante en la parte central y oriental de Europa que en su región occidental” (McGlynn, pp. 63, 64).

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La Brujería Medieval.

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En Babilonia, la magia negra penada en el Código Hammurabi (1750 a.C.), causada por los hombres: “1 Si un hombre acusa a otro y le imputa un asesinato pero no puede probarlo, su acusador será ejecutado. 2 Si un hombre le imputa a otro hombre actos de maleficio pero no puede probarlo, el que ha sido acusado de magia tendrá que acudir al divino Río y, si el divino Río se lo lleva, al acusador le será lícito quedarse con su patrimonio. Pero si el divino Río lo declara puro y sigue sano y salvo, quien le acusó de magia será ejecutado. El que le echó al divino Río se quedará con el patrimonio de su acusador”. La palabra catalana bruxa aparece por primera vez en el Vocabulario Árabe Romance (1257) del dominico Raimundo Martini, una especie de súcubo femenino que realiza el coito con un hombre para tomar su semen. Mario Alinei (1999) formula la hipótesis del latín BRVCOLA, diminutivo femenino de bruchus (una especie de salticones sin alas), del que proviene el italiano bruco, el portugués antiguo brugo y el leonés actual brugu burgu (gata). En 587 Recadero se convierte al catolicismo en secreto y lo impone en el III Concilio de Toledo de 589 como religión oficial, promulgando una legislación que buscaba la unidad visigoda e hispanorromana ibérica: el decreto del bautismo forzado, la prohibición de la circuncisión, de los ritos y de las festividades judías. En 654 Recesvinto promulga el Código de Recesvinto, el Liber Iudiciorum, en el que dedica un apartado a la hechicería en el título II del Libro IV con el título De maleficis et consulentibus eos, atque venefis. Traducido al leonés en el siglo XIII con el nombre De los adeuinos et de los fechizeros pozonadores et de los que toman su conseyo, en el que carga contra los “encantadores provinceros” y “los hombres que hacen mal a los hombres o a los animales o a otras cosas” con la justicia proporcional. Los hechiceros rurales con la capacidad de matar y hacer enfermar a las personas, provocar la impotencia masculina y la esterilidad femenina, convocar tormentas y zarazadas, matar a los animales domésticos: “por la ley presente mandamos que todo hombre libre o siervo que por encantamiento o por legamiento hace mal a los hombres o a los animales o a otras cosas o en viñas o en mieses o en campos o hicieren cosa porque hagan morir algún hombre o ser mudo o que le haga otro mal, mandamos que todo el daño reciban en sus cuerpos y en todas sus cosas que hicieren a otro” (Orazi, 1997: 1777-179). En 906 el Canon Episcopi del abad Reginon de Prüm, un tratado con instrucciones dirigidas a los obispos para combatir supersticiones populares, desacreditar creencias como vuelos nocturnos por el aire, el control del tiempo atmosférico o la transformación de personas en animales: “(…) Ciertas mujeres malvadas, convertidas en servidoras de Satanás, seducidas por las ilusiones y fantasmas del demonio, creen que por la noche cabalgan sobre cierta bestia junto a Diana, diosa de los paganos, y de muchas mujeres, recorren grandes distancias no silencio de las noches profundas, obedecen a las órdenes de la diosa como si fuera su señora”. El Canon Episcopi fue incorporado en el decreto de Bucardo, obispo de Worms (1010-1020). También por Graciano en la compilación del Derecho canónico Concordia discordantium canonum (1140-1142). El escenario de la caza de brujas del siglo XVI estaba servido en la Alta Edad Media, la denuncia secular de los hechiceros que matan y destruyen la fertilidad y la propiedad, los hombres rurales, y la denuncia de las supersticiones grecorromanas, las mujeres rurales. La hechicería representa ritos que no necesariamente están asociados a la invocación de demonios, pero que tienen como fin hacer daño, encontrar riquezas ocultas, sanar enfermedades, adivinar el futuro o causar enamoramientos. Es una magia que escapa del control estatal, pero que la gente afectada repudiaba, exigiendo la intervención del Estado. En 1484 los dominicos alemanes Heinrich Kramer y Jakob Sprenger son nombrados representantes máximos del Santo Oficio para estudiar el fenómeno de los maleficios en las regiones de Maguncia, Colonia, Tréveris, Salzburgo y Bremen. El 5 de diciembre de 1484 Inocencio VIII publica la bula Summis desiderants affectibus que condena los maleficios como una herejía, una calca de la condena de Agustín de Hipona a los íncubos y los súcubos en el siglo IV y la condena visigoda de Recesvinto a los hechiceros rurales en el siglo VII. La magia negativa del mundo antiguo seguía vigente en los inicios de la modernidad: “(...) muchas personas de ambos sexos, despreocupadas de su salvación e ignorando la verdadera fe católica, se han abandonado a demonios, íncubos y súcubos, y por medio de sus encantamientos, hechizos y conjuras y otros odiosos embrujos y artificios, han matado niños que aún se hallaban en el útero materno, lo que también hicieron con las crías del ganado; asimismo arruinaron las mieses de la tierra, las uvas de las vides, los frutos de los árboles; y más, a hombres y mujeres, animales de carga, rebaños y otros tipos de animales, viñedos, huertas, praderas y campos, trigo, cebada y cualquier otro cereal; además, estos malvados persiguen y atormentan a hombres y mujeres, animales de tiro, rebaños y animales de otras clases, con terribles pesares e impiadosas enfermedades, internas y externas; impiden a los hombres realizar el acto y las mujeres concebir, por lo cual los esposos no conocen a sus mujeres, que no los reciban; además, y sobre todo, de manera blasfema reniegan de la fe que recibieron por el sacramento del bautismo, y a instancias de enemigos de la Humanidad se permiten cometer y perpetuar las más espantosas iniquidades y las más repugnantes abominaciones, con peligro de muerte para sus almas, con lo que ultrajan a la divina majestad y son causa de escándalos y de peligros para muchos” (Zamora Calvo, p. 108). Jean Meyer en La fábula del crimen ritual. El antisemitismo europeo (1880-1914), ubica los orígenes de la acusación de crimen ritual judío en la masacre cruzada de askenazíes de 1096 que no aceptaron convertirse al cristianismo en Maguncia, Tréveris, Worms y Xanten. Hubo quienes decidieron matar a sus hijos y suicidarse para escapar del bautismo forzado. En Maguncia desaparece una de las mayores comunidades askenazíes de Europa, formada por siete mil habitantes. El impacto de la matanza desarrolla la leyenda de crimen ritual de niños cristianos a ambos lados de los Alpes: documentación de procesos de crimen ritual y asesinatos de niños desde el siglo XII hasta la Primera Guerra Mundial; el pueblo, los franciscanos y dominicos los acusaban; las bulas papales los defendían; en la mayor parte de los procesos fueron ejecutados; los procesos hicieron que los judíos crearan la Liga Antidifamación y los Congresos Sionistas. En 1475-1476 proceso de Trento que detona un conflicto diplomático internacional entre el príncipe obispo de Trento, el Sacro Imperio Romano Germánico y los franciscanos contra el papado, los dominicos y los judíos de Venecia. La zona alpina de Trento estaba habitada en un 70% por italianos y el resto por alemanes y una pequeña comunidad judía de menos de cuarenta personas, repartidas en tres linajes askenazíes que llegaron en 1440 con permiso del príncipe obispo para ejercer de prestamistas, ropavejeros y médicos. El lugar colindaba al sur y el oeste con Venecia, por el este con Milán; gobernado por el conde palatino y príncipe obispo del Sacro Imperio Romano Germánico, Johannes Hinderbach, amigo íntimo del fallecido Pío II. En la noche del Jueves Santo del 23 de marzo desaparece el niño Simoncino de dos años y medio, al día siguiente el padre le hace saber al obispo que ha desaparecido. En el domingo de Resurrección del 26 de marzo encuentran el cuerpo en un canal que atraviesa la casa del jefe de la comunidad judía, Samuel de Nuremberg. El canal llevaba agua al baño ritual que realizaban las mujeres cada mes. En septiembre Sixto IV excomulga a la autoridad civil de Trento y ordena a Hinderbach la liberación de mujeres y niños, ordena al dogo de Venecia prohibir los sermones franciscanos que propagaban la devoción de Simoncino. Hinderbach encuentra apoyos en los príncipes alemanes, franciscanos y dominicos y denuncia a Guidici como un corrupto comprado por el oro de los judíos de Venecia. Que su título de conde palatino le daba derecho de impartir la justicia secular y no estaba obligado a recibir órdenes de Roma. El príncipe consigue el permiso del archiduque de Tirol para interrogar procesados y ordena al dominico Heinrich von Schlettsttet recopilar información sobre el crimen ritual en Alemania, encontrando documentos imperiales sobre los procesos de Ravensburg (1430), Pfullendorf (1461) y Edingen (1470). El 1 de abril Sixto IV advierte a Hinderbach que formara una comisión de cardenales para revisar el asunto, y que podía ser suspendido si tomaba medidas contra los judíos y no liberaba a las mujeres. Hinderbach temiendo que en la revisión participara el mundo católico (monarcas, iglesias nacionales, grandes familias italianas y los judíos de Roma), obedece enseguida, pero tiene contactos en la Curia y se apoya en los franciscanos para promocionar los milagros de Simoncino. La comisión inicia trabajos, en enero de 1477 Hinderbach convierte a las judías y a un judío de Trento, mientras de Guidici escribe Apología de los judíos para los cardenales, donde ataca los milagros de Simoncino y el proceso de Trento. Varios miembros de la comisión mueren, el papa enferma y la conspiración de los Pazzi contra Lorenzo de Médici amenaza con la guerra entre Florencia y Roma. El 20 de junio de 1478 una bula absuelve a Hinderbach al declarar el proceso legal, pero impide atacar el decreto de 1247 de Inocencio IV con la prohibición de procesos ligados a acusaciones de crimen ritual y matar o mutilar judíos. Los franciscanos expanden el culto de Simoncino por Italia del norte, Austria, la Alemania alpina y consiguen la creación de los Montes de Piedad contra los prestamistas judíos. Ariel Toaff, doctor en historia, hijo de rabino y profesor de la Universidad de Bar Ilan en Tel-Aviv. En Pascuas de sangre, hebreos de Europa y homicidios rituales (2007), plantea la posibilidad del sacrificio ritual y el uso de la sangre en las maldiciones contra los cristianos como un rito desviado de una fracción extremista askenazí en ambos lados de los Alpes, aunque ningún libro judío lo prescriba: “El 14 de febrero, el autor es convocado por el presidente de su universidad Bar Ilan: “sus pares declaran que debió manifestar mayor prudencia en la gestión de la salida del libro” y la universidad condena la obra en términos muy duros... El Parlamento israelí participa en la condena generalizada, Ariel Toaff, después de haber intentado una vana defensa, se rinde. Pero primero explica al Jerusalem Post que nunca dijo que los judíos practicaran el crimen ritual, sino que varios infanticidios pudieron ocurrir, no como rituales macabros, sino como represalias contra los opresores de los judíos... Confirma el retiro de su libro, presenta disculpas “a todos los que han sido ofendidos por los artículos y los hechos deformados que me han sido atribuidos así como a mi libro”. Anuncia que va a preparar una nueva versión corregida y que sus derechos de autor irán a la Anti Defamation League... Un año después la editorial II Mulino publica una nueva versión revisada, corregida y ampliada de Pasque di sangre... Sin embargo, en su prefacio, y más aún en el largo y denso postfacio (363-400), defiende y mantiene lo dicho en la versión censurada... Al dictaminar que el problema no existe, que todo ha sido inventado por la mente enfermiza de cristianos antisemitas, uno cae en una historia apologética que es el exacto reflejo de la apología cristiana antisemita. No se toma en cuenta el contexto simbólico, mítico, mágico, del mundo askenazí de esta región de Europa, entre el Rin y los Alpes, de la primera cruzada hasta finales del siglo XV. Toaff busca la eventual presencia, en pequeños grupos peculiares, de creencias y ritos ligados a la celebración de la Pascua. Dice que en este mundo judeo-germánico, en movimiento constante, hay una presencia profunda de magia popular que altera la norma religiosa. Existe una justificación teológica del ritual de maldición contra los cristianos, ligado al uso mágico de la sangre” (Meyer, pp. 218, 219, 220).

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La Tercera Era del Espíritu.

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El Pseudo Dionisio Areopagita (siglos V-VI), autor de la “Mística Teología”, recoge de Plotino (siglo III) el retorno del alma a su origen, el Uno, en tres etapas: purificación o liberación del mundo, la iluminación por el razonamiento y la contemplación, y éxtasis o unión con el Uno: “Capítulo 1. ¿En qué consiste la divina Tiniebla?: “Ésta es mi oración. Timoteo, amigo mío, entregado por completo a la contemplación mística, renuncia a los sentidos, a las operaciones intelectuales, a todo lo sensible y a lo inteligible. Despójate de todas las cosas que son y aun de las que no son y elévate así, cuanto puedas, hasta unirte en el no saber con aquel que está más allá de todo ser y de todo saber. Porque el libre, absoluto y puro apartamiento de ti mismo y de todas las cosas, arrojándolo todo y del todo, serás elevado en puro éxtasis hasta el Rayo de tinieblas de la divina Supraesencial… Podrás también advertir como la Escritura llama “dioses” no sólo a los seres celestes, que están muy por encima de nosotros, sino también a los hombres piadosos que entre nosotros se distinguen por su amor a Dios. Dios es misterio que trasciende todo ser. Es supraesencial a todo ser. Nada hay que en modo alguno pueda compararse con El. Sin embargo, todo ser dotado de inteligencia y razón, que tiende con todas sus fuerzas a la unión con Dios, que procura imitarle incesantemente en cuanto pueda, tal hombre bien merece que le llamemos divino”. (Aeropagita, pp. 343, 345, 373). Las ediciones modernas de la Ciudad de Dios incluyen la anulación de la voluntad por el amor de Dios, el “dejamiento” o “abandonamiento” de los alumbrados y los quietistas. Un problema filológico que puede ser resuelto por las ediciones originales latinas. La impecabilidad tomó tintes puros, perfectos, libres, alumbrados, quietistas, sadomasoquistas y distópicos: “Sacrificio verdadero es todo aquello que se practica a fin de unirnos santamente con Dios, refiriéndolo precisamente a aquel sumo bien con que verdaderamente podemos ser bienaventurados… Por eso dice la sagrada escritura: “Usa de misericordia con tu alma, agradando a Dios”. Cuando castigamos con nuestro cuerpo la templanza, si hacemos por Dios, como debemos, no dando nuestros miembros para que se sirva de ellos el pecado por armas e instrumentos para hacer el mal, sino para que se use de ellos Dios nuestro Señor como de armas e instrumentos para hacer bien, es igualmente sacrificio. Ruego, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que le ofrezcáis y sacrifiquéis vuestros cuerpos, no ya como animales muertos, sino como una hostia viva, verdaderamente pura y santa, agradable y acepta a Dios, como un sacrificio racional. “Si, pues, el alma, que por ser superior se sirve del cuerpo como de un siervo o de un instrumento cuando usa bien de él y lo refiere a Dios hace un sacrificio. ¿Cuánto más aceptable será el sacrificio del alma siempre que éste se refiere a Dios, para que inflamada con el ardiente fuego de su divino amor pierda totalmente la forma de la concupiscencia del siglo… “Y no conforméis con este siglo, antes transformaros por la renovación de vuestro espíritu en nuevos hombres, para que desde ahora en adelante no aprobéis lo que el vulgo profano adopta, sino lo que fuera grato y agradable a su Divina Majestad, y lo que fuera verdaderamente bueno, agradable y perfecto” (Hipona, p. 255). En el Concilio de Éfeso de 431 se condenó el milenarismo porque producía revoluciones sin éxito y adoptó el enfoque de San Agustín, la Ciudad de Dios y la ciudad de los hombres jamás podrían ser la misma por la maldad humana. El Císter Joaquín de Fiore (1132-1202) dedujo un significado esotérico a partir de las escrituras y transformó la teología de la Trinidad en una filosofía de la historia en tres estadios: la Era del Padre (Abraham), la Era del Hijo (Jesús) y la Era del Espíritu Santo con un Hermanamiento Universal, alguien que tenía que nacer en 1260. Joaquín de Fiore legitimó el milenarismo, el mesianismo y el progresismo apocalíptico que Pablo de Tarso y Agustín de Hipona habían combatido, el primero con la salvación individual en cualquier instante y el segundo en la Ciudad de Dios por la caída de la gracia que hacía inviable cualquier paraíso terrenal. Joaquín fue acogido en la curia del Gran Justiciero de Calabria y en la cancillería real de Calabria. Tras una enfermedad se dedicó a la vida penitencial en Tierra Santa y Yerushalayyim. Tras la Tercera Cruzada (1145) visitó Palestina, Siria y Constantinopla. Entre 1168-1170, en la zona del Etna, entró en contacto con los monjes eremitas penitenciales de lengua y cultura griega, consagrándose a la soledad, la contemplación y la oración. De regreso a Calabria rompió con los padres y vivió como penitente en la abadía de Sambuchina, en manos de los cistercienses. Un año después se dedicó como laico a la predicación itinerante y la explicación de la Sagrada Escritura. Entró como monje en la abadía benedictina de Corazzo, donde adquirió el grado de prior y sustituyó como abad a Columbano entre 1171 y 1177. El periodo de la Genealogía, la visión trinitaria de la historia. Entre 1182 y 1184, en Casamari, escribe parte de la Concordia Novia ac Veteri Testamenti, Psalterum decem cordarum, Expositio in Apocalipsim, Exhortatorium iudeorum. Estuvo expuesto a la cultura griega y la teología benedictina, los orígenes teológicos de la françmaçonería y la Compañía de Jesús. La visión trinitaria de la historia influyó en la modernidad, la violencia revolucionaria y el paradigma de progreso: la visión hegeliana de la evolución de la libertad humana (tesis, antítesis, síntesis); la teoría de Marx del gobierno del proletariado (comunismo primitivo, sociedad de clases, comunismo mundial), la visión positivista de Auguste Comte de la evolución de la humanidad que culminaría en una tecnocracia perfecta (religión, metafísica, ciencia), la división de la historia (antigua, medieval, moderna). La profecía de la Tercera Era del Espíritu Santo fue retomada por los flagelantes de Perugia y el nazismo en el Tercer Reich: “El Misterio cristiano es: Un solo Dios, una sola esencia, una sola substancia, una sola naturaleza y en ella tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La filosofía-teología escolástica ha dado una explicación nominal-metafísica, pero el misterio sigue siendo misterio. Por alguna explicación del Misterio, que no se consideró justa, Joaquín fue condenado, trece años después de su muerte (1202) en el IV Concilio de Letrán, al tratar “De la Trinidad, los sacramentos, la misión canónica, etc., en el capítulo 2. “Del error del abad Joaquín”… Joaquín de Fiore tras haberse ocupado de la Trinidad en su condición absoluta, pasa a considerarla como principio de la estructuración de la sociedad y de inteligibilidad de “la historia de la salvación”… El texto que nos sirve de base es bien conocido, se encuentra en el capítulo 84 del V libro de la Concordia y, también en el capítulo V (De tribus statibus mundi) del Liber introductorius al Exposotiu in Apocalipsim. Los misterios de la divina Página nos indican tres estados del mundo: el primero es aquel en que estuvimos bajo la ley; el segundo aquel en que estuvimos bajo la gracia; el tercero, que guardamos como próximo, es aquel en que estaremos bajo una gracia todavía mayor… El primer estado fue en el conocimiento, el segundo está en la posesión de la sabiduría, el tercero en la plenitud del entendimiento. El primero en la esclavitud servil, el segundo en la servidumbre filial, el tercero en la libertad… El primero en el temor, el segundo en la fe, el tercero en la caridad. El primero en la luz de las estrellas, el segundo en la luz de la aurora, el tercero en la plenitud del día. El primero en el invierno, el segundo en la primavera, el tercero en el verano… El primer estado se refiere al Padre, creador de todo, el segundo al Hijo, que se dignó asumir nuestro barro, el tercero al Espíritu santo, de quien dice el apóstol: “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Cor, 3, 17)” (Sánchez Herrero, p. 4). ¿Es objetivo el conocimiento de Joaquín de Fiore? La respuesta es sí, la objetividad de los números, modelos ideales de la realidad. Aplicar los principios matemáticos a las personas es otra cosa. Pitágoras de Samos nació alrededor del 569 a.C., el fundador del pitagorismo inauguró una visión estética matemática del universo: “las cosas existen porque están ordenadas, y están ordenadas porque en ellas se cumplen leyes matemáticas, que son a la vez condición de existencia y belleza”. Los primeros matemáticos puros compartían la idea de que los números, enteros o ideales, constituían la realidad más profunda que no se podía investigar con los sentidos, influyendo las filosofías de Platón y Aristóteles. En 460 a.C., el culto fue atacado y destruido. En la casa de Milón de Crotona fueron masacrados más de 50 pitagóricos y los supervivientes huyeron a Tebas en el Alto Egipto. Los pitagóricos no podrían existir hoy porque serían censurados, creían en la “Anti-Tierra” oculta tras el Sol. El 7 místico pitagórico con base en el cuatro, producto de la suma 1+2-=3+4. En música la doble de la armonía del diapasón y la cuádruple del doble diapasón. Los pitagóricos notaron las relaciones entre los sonidos armónicos y las razones numéricas simples. Descubrieron que si una cuerda pulsada produce una nota de un tono particular, entonces una cuerda de longitud mitad produce una nota extraordinariamente armoniosa: la octava. Una cuerda de longitud dos tercios produce la siguiente nota más armoniosa, y una de tres cuartos de longitud también produce una nota armoniosa. Los pitagóricos redescubrieron la física de las cuerdas vibrantes que se mueven en pautas ondulatorias. Joaquín de Fiore usó la simbología de los números en el Psalterium decem cordarum, un instrumento musical de diez cuerdas con el que David se acompañaba al recitar los salmos. El Psalterium contiene un Tratado sobre la Trinidad, subdividido en siete distinciones. En el segundo libro el significado místico del número 150 que representa el total de los salmos. Los salmos son 150, las Personas 3, los órdenes 3: monjes, clérigos y casados. Joaquín intenta descifrar las generaciones de cada uno de los estados o tiempos a partir del número de los salmos, 150, que divididos en tres grupos corresponden a 50 generaciones a cada uno de los estados o tiempos. Pero el Salterio tiene 10 cuerdas, por lo que las características propias de cada orden y estado o tiempo se dividen en 10 y múltiplos de 10: 10, 20 y 30; así que el camino que tienen que recorrer las diferentes órdenes para llegar a la Jerusalén celestial es de 150 días los laicos, 100 los clérigos y 50 los monjes: “Por el lado místico, consideraban que el 1 es la fuente primaria de todas las cosas en el universo. Los números 2 y 3 simbolizaban los principios femenino y masculino. El número 4 simbolizaba la armonía, y también los cuatro elementos (Tierra, Aire, Fuego, Agua) a partir de los cuales está hecho todo. Los pitagóricos creían que el número 10 tenía profunda trascendencia mística, porque 10= 1 + 2 + 3 + 4, que combina la unidad primaria, el principio femenino, el principio masculino y los cuatro elementos. Además, estos números formaban un triángulo, y la totalidad de la geometría griega se basaba en propiedades de los triángulos... Como hemos visto, los números 1, 2, 3,.. llevaban de manera natural a un segundo tipo de número, las “fracciones”, que los matemáticos llaman números racionales. Un número racional es una fracción a/b donde a, b son números naturales (y b es distinto de 0; de lo contrario, la fracción no tiene sentido). Las fracciones subdividen a los números en partes arbitrariamente finas, de modo que en particular la longitud de una línea en una figura geométrica puede aproximarse tanto como queramos por un número racional... Según la leyenda, Hipaso de Metaponto descubrió que este enunciado es falso. En concreto, demostró que la diagonal de un cuadrado unidad es irracional: no es una fracción exacta. La interpretación moderna de la observación de Hipaso es que √2 es irracional. Para los pitagóricos, este hecho brutal era un duro golpe para su creencia casi religiosa en que el universo estaba enraizado en los números (por lo que ellos entendían los números naturales). Las fracciones -razones de números enteros- encajaban muy bien en esta visión del mundo, pero los números que demostrablemente no eran fracciones no lo hacían. Y por ello, ya fuera ahogado o expulsado, el pobre Hipaso se convirtió en una de las primeras víctimas de la irracionalidad, por así decir, de las creencias religiosas” (Stewart, pp. 27, 28).

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Hermanos del Espíritu Libre.

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Las doctrinas gnósticas aparecen en la Colección de Nag Hammadi, escritos en copto entre los años 350 d.C. y 400 d.C., copiados de textos originales griegos de la segunda mitad del primer siglo o mediados del segundo siglo, cuando todavía vivían los apóstoles de Cristo: 13 códices con 52 tratados de las corrientes valentianas, setianas, basilidianas y tratados herméticos. Las doctrinas gnósticas son producto del período grecorromano de Egipto (332 a.C.-siglo IV d.C.). Los gnósticos dividen al Creador en dos naturalezas, una superior, la del Pléroma, otra inferior, la de la materia. El creador del mundo material es el Diablo, el Dios de la Torah o Antiguo Testamento. El Tratado Tripartito (NH I, 5) de los valentianos del siglo III, de 88 páginas, postula las siguientes tesis: “Dios no es responsable de la naturaleza maligna del hombre”, “Dios es absolutamente trascendente”, “nadie acompaña al Padre.” (TrTrip 53, 26-37). El drama gnóstico es que la humanidad no ha sido creada por Dios sino por la participación de diversas entidades, los eones. El eón Logos sufre una división que crea la materia y el mundo sensible con dos niveles de seres, las memorias (na-pimeue/ni-eine) y la imitación (na-pitanten). Logos se arrepiente del Caos y crea un orden superior, el de la imagen (t-ikon) del Pléroma con una nueva jerarquía: imagen, memoria, imitación. (TracTri 94, 19-20 y 104, 19). El eón Logos es el Arconte-demiurgo, el Dios del Antiguo Testamento, el Verbo Divino. Para los gnósticos, el demiurgo sólo gobierna los niveles inferiores: mentales (memorias) y materiales (imitación). Junto con la emisión deficiente del Logos, los creadores del hombre: “Y él (el hombre) es su creación (usabte) a todos, los de la derecha y los de la izquierda, cada uno de los órdenes contribuyendo a su manera a la formación del hombre.” (TrTrip 105, 7-11); “La creación del hombre es como lo demás: el Logos espiritual lo puso en movimiento invisiblemente, pero lo completó por medio del demiurgo y sus ángeles servidores, al que se han asociado en la plasmación (plássein) el antes mencionado pensamiento con sus arcontes.” (TrTrip 104, 35-105, 4). Los gnósticos aceptan la multiplicidad del creador, pero niegan que sus eones tengan la misma naturaleza. Un Logos superior y un Logos inferior, división que no existía en Egipto, todo viene del Logos: “Un solo Dios, creador del Cielo y de la Tierra, y un solo Cristo, hijo de Dios” (Irineo de Lyon, Contra las Herejías III, 1, 1-2). Los Hermanos del Espíritu Libre o francmaçones rechazan la iglesia, la familia, la propiedad y la reproducción por encadenar la “libertad espiritual”. El origen de las persecuciones no fueron los rechazos institucionales ni el “Amor Libre”, sino la teología autoteísta. Al igual que la visión grecorromana del cosmos, afirmaban ser seres constituidos de puro espíritu que siempre han existido. Al igual que los gnósticos, que el Espíritu es eterno, divino, inmortal, inegendrable. Los Espíritus Libres no fueron creados por Dios, son emanaciones de Dios. Dividían a la humanidad en dos grupos: los materialistas, los “groseros de espíritu” que no son capaces de desarrollar sus potencialidades divinas y que tienen que esperar hasta la muerte para reincorporarse a Dios; los Espíritus Libres, los “sutiles de espíritu”, que se incorporaban a Dios reconociendo su propia divinidad con la imposibilidad de pecar, por encima de los santos, los ángeles, la Virgen y el mismo Cristo. En resumen, los Espíritus Libres postulan que son prisioneros en la tierra (teología de la caída), pero que su naturaleza es divina y todo les está permitido… El concepto de libertad del liberalismo y neoliberalismo es negativo: “En mi sucede lo mismo que en Cristo y sin ninguna excepción. Como él, soy la vida y sabiduría eternas, nacido del Padre en mi naturaleza divina; también como él he nacido en el tiempo y en la ruta de los seres humanos; por eso soy uno con él, Dios y hombre. Todo lo que Dios le ha dado a él también me lo dado a mí, y en la misma medida… Cristo fue enviado a la vida activa para servirme, para que pudiera vivir y morir por mí; mientras que yo he sido enviado a la vida contemplativa, que es muy superior… Cuando su cuerpo es elevado en el altar durante el sacramento, también yo soy levantado; cuando transportan su cuerpo, yo soy llevado; porque soy una carne y una sangre con él, una sola persona a la que nadie puede dividir”. Las obras de los Espíritus Libres fueron confiscadas y destruidas por la Inquisición, pero sobrevivieron tres textos: el tratado Schwester Katrei “Sor Catalina”, escrito en el siglo XIV en dialecto alto alemán medio; una lista de artículos de fe en latín, descubiertos en una celda de un ermitaño cerca del Rhin en el siglo XV; Le Mirouer des simples ames “Espejo de las almas sencillas”, atribuido a la adepta Marguerite Porete. Textos que prueban que las acusaciones de la Iglesia contra los Espíritus Libres eran correctas. La beguina Margarita Porete promovió las tesis del Espíritu Libre en las diócesis de Cambrai, Chalons y París. En Le Mirouer des simples ames, narra el progreso del alma en siete estados hacia la unión mística. Una teología del ascenso de los siete estados de la escalera de gracia para alcanzar la perfección y la libertad del alma. La escalera no es lineal, es una escuela de caracol, de círculos. Porete fue expuesta al mismo tipo de iniciación de Joaquín de Fiore, usa una simbología numérica. El texto se divide en tres secciones de siete, tres y siete capítulos, relacionadas con el simbolismo ascendente y descendente de los siete estados de gracia y las tres muertes. La primera sección contiene siete consideraciones de gracia y las tres muertes: al pecado, a la naturaleza y al espíritu. La segunda, tres consideraciones sobre el Abismo de Dios y el Alma que acompañan las dos caídas: la caída de las virtudes en Amor, la caída de Amor en Nada. La tercera, siete reflexiones sobre las almas extraviadas y las anodadas. En el cuarto estado, quienes han muerto al pecado y a la naturaleza. Margarita los llama “perecidos” porque perecen en el convencimiento de que no hay estado mejor. Margarita se concentra en las prácticas meditativas y contemplativas del Alma extraviada para convertirse en un Alma Libre que pueda alcanzar el quinto y el sexto estado. Los siete estados, las tres muertes y las dos caídas están relacionadas con dos gobiernos. El de la Razón de la “Santa Iglesia pequeña” que tiene bajo soberanía los primeros cuatro estados y las dos primeras muertes: la Iglesia institucional. El del Amor de la “Santa Iglesia grande” de las que dependen las almas a partir del quinto estado, aquellas que traspasan la frontera de la tercera muerte del espíritu y se liberan del dominio de la razón, el Amor en Nada: Almas Libres. El “Alma Libre no está contra la Ley, sino por encima de la Ley”. Margarita se dirige a los “extraviados” en la vida del espíritu, quienes tienen que experimentar la muerte del espíritu para ser libres, vaciados de sí en el quinto estado de gracia donde el Alma se reduce a la nada: “Ahora el alma es nula, pues ve por la abundancia de conocimiento divino su nada que la anula y la reduce a nada; embelesada en ese conocimiento y asentada en el fondo sin fondo del abismo, el Alma cae de Amor en nada, nada sin la cual no podría ser toda. Y es tan profunda la caída, si es verdadera caída, que el Alma no puede levantarse de ese abismo, ni debe hacerlo, sino que al contrario debe permanecer en él, y la visión de ese estado le arrebata voluntad y deseo de obras de bondad, por ello se halla en reposo, en posesión de un estado de libertad que la reposa de todas las cosas por su excelente nobleza”. En el sexto el alma se convierte por completo en un espejo. El Alma Libre que ha sido esclava de las Virtudes bajo el dominio de la Razón, gracias al Amor se despide de la servidumbre de la Razón: “Virtudes, me despido de vosotras para siempre… es aquel en que el Alma no se ve, por mucho que posea un abismo de humildad en sí misma; ni ve a Dios, por grande que sea su altísima bondad. Sino que Dios se ve en ella en su majestad divina, instantáneamente, pues ese Lejoscerca, que llamamos relámpago a la manera de una abertura que se cierra apresuradamente, rapta al alma del quinto estado y la introduce en el sexto mientras dura su obra y de este modo ella es otra; pero poco le dura ese ser en el sexto estado, pues es devuelta al quinto”. En el séptimo, el alma se regocija de los gozos celestiales, volviendo al primitivo estado de inocencia. Usa los siete estados de la escalera de caracol para alcanzar a Dios en un movimiento inverso, el verdadero camino es la caída, la única manera de alcanzar a Dios es renunciando a Dios. En lenguaje laico, estados alterados de conciencia para alcanzar el estado de mente vacía: “-apareció el país de la libertadEntonces respondí, después que yo ya era pura nada: ¡Ah! ¿Y qué voy a querer? La pura nada no tuvo nunca voluntad, no quiero nada. Nada me importa la bondad de (dama) Amor, nada me importa por tanto cuanto es suyo. Está colmada de sí misma. Ella es, nada es si no es de ella; por eso digo que eso me sacia por completo y me basta… Entonces empecé a salir de la infancia y mi espíritu fue envejeciendo cuando murió mi querer, acabaron mis obras y aquel mi amor que me hacía tan bonita. Pues el derramamiento del divino amor, que se mostró ante mí por luz divina, me mostró de repente en un relámpago altivo y horadador a él y a mí. Es decir: a él tan alto y a mí tan baja que no pude ya ponerme en pie ni valerme por mí misma; de ahí nació lo mejor de mí. Si no lo entendéis, no puedo hacer nada. Es obra milagrosa de la que nada puede decirse sin mentir”. El libro fue condenado por el obispo de Cambrai y quemado públicamente en Valenciennes. Margarita publicó otra copia para seguir enseñando a los begardos. Era una beguina mendicante que se hacía acompañar de un begardo que creía haber sido nombrado por Dios como su “ángel de la guarda”. Acusada de promover ideas de aniquilación del alma con la degradación moral de la impecabilidad. A finales de 1308, detenida en París por la Inquisición, donde pasó dieciocho meses de prisión. En 1310 el libro fue condenado por una comisión de teólogos. Margarita excomulgada y condenada a morir en la hoguera: “La esencia eterna de las cosas, y no su existencia en el tiempo, era realmente Dios; todo lo que tuviera una existencia separada y transitoria había emanado de Dios, pero ya no era Dios. Por otra parte, todo cuanto existía estaba condenado a anhelar su origen divino y a esforzarse para encontrar su camino de retorno hacia este origen... No quedaría ninguna emanación, no habría nada que pudiera llevar una existencia independiente, ni nada capaz de conocer, desear, obrar... Esta doctrina suponía, desde luego, la afirmación de una salvación universal, aunque impersonal; y los más consecuentes de los hermanos del Espíritu Libre defendieron que el cielo y el infierno no eran más que estados del alma en este mundo y que no había ninguna vida posterior de premio o castigo. Resucitar de entre los muertos y poseer el cielo no era otra cosa que acoger la encarnación del Espíritu Santo en uno mismo y recibir la revelación que traía. Un hombre que poseía en sí mismo el conocimiento de Dios tenía consigo su propio cielo. Bastaba con que uno reconociera su propia divinidad para resucitar como espiritual, ciudadano del cielo sobre la tierra. Por otra parte, ignorar la propia divinidad era pecado grave, el único pecado mortal. Esto era lo que significaba el infierno: y esto era también algo que cada cual llevaba con su vida… Según los hermanos del Espíritu Libre no se trataba tan solo de que el alma estuviera destinada a ser incorporada a Dios a la muerte del cuerpo; en su misma esencia había sido divina desde toda la eternidad y seguía siéndolo aunque habitara en un cuerpo humano. Dicho con las palabras del tratado herético que fue encontrado en la celda del ermitaño cercana del Rhin: “La esencia divina es mi esencia y mi esencia es la esencia divina… Desde la eternidad el hombre era Dios en Dios… Desde la eternidad del alma del hombre era en Dios y es Dios… El hombre no fue engendrado, pues desde toda la eternidad era inengendrable; y como no puede ser engendrado, es inmortal.” (Cohn, pp. 171, 172).

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Ismailíes & Sufíes.

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La asociación heterodoxa de los libaneses es la Comunidad Druza. En el período árabe del Líbano llegaron los chiíes, suníes, ismailíes, drusos, alawitas y nusaríes. Los primeros inmigrantes en Yucatán, Veracruz y Tampico trucaron sus apellidos en las aduanas: Féres “Pérez, Félix”, Abdallah “Zabala”, Murtinuz “Martínez”, Harb “Guerra” (Harp), Saliva “Cruz”, Yunis “Núñez”. Cambiaron el pantalón bombacho shirwel por el occidental, y el gorro le´bebbe por los sombreros de ala. En el siglo XX la migración druza en Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Brasil, México y Argentina. En Estados Unidos la Sociedad Druza Americana, la Fundación Americana Druza y el Consejo Druzo de América del Norte. En 1928 la fundación de la Beneficiencia Druza: Abulhosen, Sáab, Krame, Abuali, Jafar, Said, Fayad, Balut, Aboudehen, El Atrash, Akabani, Naime, Salmán… Los líderes religiosos drusos: al Shaikh Jihad, Naim. Dr. Nasib Balut, Sr. Fady Aboudehen, Fouad Fayah, Fáris El Atrash, Sra. Nadia Fayad. En 1957 la formación de la Liga Árabe de México. Los libaneses chiítas se establecieron en la Comarca Lagunera (Coahuila, Durango) y construyeron la mezquita Soraya. A mediados del siglo VIII inicia la división de las dinastías en el islam: omeya, zaydíes, abasíes y chiíes. Subgrupos que fragmentan la fuerza política del islam. La contraparte de los Templarios en Tierra Santa eran los nizaríes o “secta de los hashshashins”, una rama ismailí, grupo que surgió con la muerte de Yafar-al-Sadiq en 765, que provocó un cisma en el movimiento chií por la sucesión, su hijo Ismail es desplazado y sus partidarios formaron la rama ismailí que actuaba en la clandestinidad con una red de misioneros en varias zonas del Oriente Medio, principalmente Persia y Siria, donde se integraban en las comunidades locales disfrazados de mercaderes o artesanos. El chiísmo doudecimano creía que el duodécimo imán de la línea de Mahoma había desaparecido y regresaría en el futuro en la figura del mahdi (“mesías”) para restablecer la justicia sin intervención humana. El chiísmo ismailí de los siete imanes creía que tenían que preparar el regreso del mahdi. Los sufat “puros” fueron los místicos del islam (sufíes), el cristianismo (“cristianos verdaderos”), el judaísmo (Talmud), el budismo (tantrismo) y el hinduismo; predicaban el autoteísmo y el antinomianismo con el rechazo de las instituciones: el igualamiento con la divinidad y la imposibilidad de pecar. Los sufat o sufíes eran la corriente extrema de la ya extrema secta de los hashshashins, la tesis de que la doctrina externa del Corán podía abandonarse en su totalidad una vez que el qiyama (“resurrección del Imán”) fuera proclamado. Los ulemas, los estudiosos de la religión, desarrollaron la sharia (“ley sagrada”) como protesta contra el estilo de vida antiislámico e individualista de los gobernantes que se olvidan de la comunidad (umma). En tiempos de crisis había movimientos de “reforma” (islah) y “renovación” (tajdid). Un reformista (mujtahid) reclamaba que los musulmanes emplearan sus facultades de razonamiento personal (ijtihad) para encontrar una solución, incluso si era contraria a la ortodoxia imperante. La tariqa de la raíz trilítera árabe trq “llamar”, “forjar”, “seguir un camino”, “hermandad, “logia”. El equivalente sufí del dharma “buenas formas”, árabe din “camino de vida” y latino forma: “senda interior”. La tariqa o regla de vida en común basada en obligaciones rituales islámicas y una serie de “prescripciones especiales” bajo la guía de un maestro espiritual (sayj) dotado de poder temporal y espiritual sobre sus discípulos. Varios ulemas fueron sufíes que reconciliaron la fiqh “ley religiosa” y la tariqa “senda interior”, como Abu-I-Qasim al-Gunayd (835-910), Abd Al lah Ansari (1006-1089), Abu Hamid al-Gazzali (1058-1111), Abd al-Qadir al-Gilani (1077-1166). En Balj (Afganistán) Ibrahim ibn Adham (ca. 730-777) el fundador del sufismo propio bagdadí, un príncipe que renunció a la vida palaciega y sus privilegios por la pobreza espiritual. En el Jorasán (Tayikistán) las fulguraciones estáticas de Bayazid al-Bistami (m. ca. 875) inauguraron el sufismo sukr “embriagado” del “amor divino”, el sufismo jorasaní impregnado del espíritu malamati (discreción, anonimato) basado en la plena y total libertad amorosa y la interpretación de la ley religiosa basada en el amor y la entrega confiada a Dios. El sufismo uwaysi por referencia a Uways al-Qaeani (m. ca. 657), para aquellos sufíes que han recorrido la senda interior sin haber tenido una iniciación presencial, o iniciados en sueños por maestros vivos o muertos. En 930 los qarmatas creyeron identificar al mahdi en una conjunción de Júpiter y Saturno, como resultado ¡atacaron La Meca y arrancaron la piedra negra incrustada en la ka´ba y se la llevaron! En 973 el califa fatimí Mu´izz entra en al-Qahira “La Victoriosa” (El Cairo) y funda el centro de estudios religiosos Al-Azhar, considerada la primera universidad del mundo. En 1009 al-Hakim se enfrentó a los cristianos para compensar el liberalismo de su padre, quien se había casado con una princesa cristiana y otorgado los cargos más altos. El califa destruyó la Iglesia del Santo Sepulcro de Yerushalayyim y rompió las relaciones de los bizantinos con los fatimíes. En 1017 un grupo de hombres santos encabezados por Darazi (“drusos”) partió del Líbano a Egipto para proclamar la divinidad de al-Hakim, los súbditos consideraron blasfemas las afirmaciones y estallaron revueltas en el Cairo. En 1021 al-Hakim desapareció en las colinas cercanas al Cairo y Darazi y sus seguidores se establecieron en las montañas del Líbano. El líder afirmaba que al-Hakim no había muerto, sino que regresaría en el futuro para anunciar el fin del mundo. Los drusos eran mal vistos por funcionar con gran secretismo. Los ismailíes tenían una gnosis esotérica para interpretar los significados ocultos del Corán, una herejía que afirmaba que lo sagrado dependía de la interpretación, significados accesibles a través de una iniciación. El historiador libanés Abdallah Najjar publicó la Doctrina Unitaria Druza, los drusos escondían la dialéctica impecable de los sufíes: la creencia en la reencarnación; el rechazo de los ídolos, las imágenes y las piedras sagradas; no robar, no matar, no adulterio; pero también rendirse a Dios en el bien y en el mal (“la redención por el pecado”): “El modo en que los ismailíes interpretaban los significados ocultos del Corán (conocidos como batin) exageró aún más esas diferencias. Los nuevos conversos ismailíes tenían que pasar por una ceremonia de iniciación antes de poder acceder a dichos significados ocultos. Sólo después de una serie de rituales secretos eran aceptados en la hermandad ismailí y se les revelaba el batin. El aspecto clave de los rituales secretos es que, por supuesto, se han de guardar en secreto, algo que difícilmente se consiguen si se ponen por escrito… Un grupo llamado los sufat (que significa literalmente “los puros”) desarrolló tendencias muy extremistas. Siempre había existido tensión dentro del movimiento entre los significados ocultos del Corán (el batin) y su doctrina externa (el zahir)… Pero los sufat argumentaban que toda la doctrina externa del Corán podía abandonarse en su totalidad una vez que el qiyama había sido proclamado... Las acusaciones islámicas contra los ismailíes eran, con todo, bastante graves... Los qarmatas, que en su origen habían recibido influencias formativas del movimiento ismailí, fueron acusados de promiscuidad, porque compartían sus mujeres dentro de la comunidad. Parecidas acusaciones se esgrimirían más tarde contra los grupos nizaríes militantes de Siria durante el reinado de Sinan. Un relato afirmaba categóricamente que algunos ismailíes “se abandonaban a la iniquidad y el libertinaje y se hacían llamar los “puros”. Hombres y mujeres se entremezclaban en borracheras, ningún hombre se abstenía de su hermana e hija, las mujeres llevaban ropa de hombre y uno de ellos declaró que Sinan era su Dios”. Así pues, incluso a los ojos de otros musulmanes, los ismailíes aparecían relacionados con la licencia sexual” (Bartlett, pp. 46, 252). Baha al-Din Walad o Sultán al- “Ulama” o Sultán de los Sabios (ca. 1153-1231) era un teólogo y predicador musulmán de la corriente sufí, el propósito del dikr es la repetición de la palabra Al lah como invocación divina: “del Al lah venimos y a Al lah regresamos”. Autor del Ma `arif “Gnosis”, una colección de conversaciones con Dios, comentarios de pasajes del Corán, fragmentos de poesía, revelaciones, prescripciones médicas, registros de sueños, chistes, episodios eróticos, etc. Su hijo, el poeta sufí Mawlana Galal al-Din Muhammad Balji “Mawlana Rumi” (1207-1273), nacido el 30 de septiembre de 1207, en el Jorasán, en Vajsh, en el actual Tayikistán. Inspiró la tariqa mawlawyya, hermandad sufí de los derviches giróvagos, en cuya obra se encuentra un espíritu de tolerancia y universalismo integrador. Mawlana mutó de muftí o alim “hombre sobrio y experto en la ley religiosa” a asiq “amante de Dios”, “fiel del amor”, “poeta del amor divino” o “devoto de la música, la danza y la poesía”. El uso de la danza circular mawlawi del sama que simboliza la interrelación del todo, el principio de la renovación de la creación y un movimiento constante de vaciamiento, aniquilación y regeneración; y la flauta sufí de caña en el Nay-nama: apellidos libaneses Naymi, Naime, Name de la corriente de los Druzos de América. Mawlana “nuestro Maestro”, el “maestro del Amor”, el nombre que dieron sus discípulos y seguidores. En el Matnawi, Mawlana carga contra los filósofos que se someten a la dialéctica y la lógica por su incapacidad para ver las realidades espirituales: “El centro de la herejía del Libre Espíritu se encuentra en la actitud del adepto respecto a sí mismo: creía que había llegado a una perfección tan absoluta que era incapaz de pecar. Aunque las consecuencias prácticas de esta fe podían variar, uno de sus posibles efectos era el antinomismo o repudio de las normas morales. El hombre perfecto siempre podía obtener la conclusión de que le estaba permitido, e incluso ordenado, hacer todo aquello que comúnmente era considerado como prohibido… Lo que entonces sobresale es una pintura enteramente convincente de un erotismo que lejos de surgir de una desenfrenada sensualidad, poseía sobre todo un valor simbólico como signo de emancipación espiritual –incidentalmente este ha sido el valor que a menudo ha tenido el “amor libre” en nuestros propios tiempos. Hacia fines del siglo XII varias ciudades españolas, especialmente Sevilla, fueron testigos de las actividades de fraternidades místicas musulmanas. Estas gentes, conocidas como sufitas, eran “mendigos santos” que vagaban en grupos por las calles y plazas, cubiertos de remendadas y descoloridas ropas. Sus novicios aprendían la humillación y abnegación personales: debían vestir andrajos, no levantar la vista del suelo, comer alimentos desagradables y obedecer ciegamente al maestro del grupo. Pero, una vez terminado el noviciado, esos sufitas entraban en un mundo de absoluta libertad. Despreciando los libros y las sutilezas teológicas, gozaban del conocimiento directo de Dios: más aún, se sentían incorporados a la esencia divina en la más íntima unión. Y esto a su vez, les liberaba de todas sus limitaciones. Todo impulso que experimentaban era considerado como un mandamiento divino: podían rodearse de posesiones terrenas, vivir en el placer y también podían mentir o fornicar sin ningún remordimiento de conciencia. Ya que el alma está íntimamente en Dios, los actos externos no tenían ninguna importancia. Casi todos los rasgos que caracterizaron al sufismo español del siglo XII –incluso detalles como el de las ropas andrajosas- pueden advertirse como típicos de los adeptos al Libre Espíritu uno y dos siglos más tarde” (Cohn, pp. 150, 151).

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Talmudistas & Cabalistas.

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En Córdoba, Granada, Toledo y Sevilla estaban las principales comunidades judías durante la conquista sarracena. En Córdoba la capital de la dinastía omeya con el califa Abderramán (912-961) y centro de la cultura judía porque su médico Hisdai ibn Shaprut trajo filósofos, poetas, eruditos y científicos. Las comunidades importantes estaban en 44 ciudades, la mayoría con su yeshivá o centro de estudios de Torah y Talmud. En España hubo una conjunción de los iniciados de las escuelas secretas sufíes, rabinos y cabalistas que fundaron centros de enseñanza, el origen del judaísmo jasídico: Ibn Masarra de Córdoba, Ibn Barajan de Sevilla, Abu Béker de Granada (nacido en Mallorca), e Ibn Casi de Agarabis de Portugal. Los almohades de al-Ándalus de principios del siglo XII, impusieron una vestimenta distintiva a los criptojudíos: túnica azul con mangas anchas y un gorro largo azul que terminaba como barda de burro para delatar su condición de “musulmanes azules” (chino qing hui hui). Los decretos de Bagdad de 1121 obligaban a los judíos a usar dos distintivos amarillos, uno sobre el tocado y otro sobre el cuello, además colgarse alrededor del cuello un pedazo de plomo con la palabra dimmi y un cinturón alrededor de la cintura. Las judías debían usar un zapato rojo y otro negro y colgarse del cuello o los zapatos una campanilla. El IV Concilio de Letrán de 1215 relacionó las herejías cristianas con los judíos y estableció una vestimenta distintiva: sombrero ancho y una rodela de color rojo o amarillo. En Alemania el gorro puntiagudo “Judenhut”, en Francia la señal amarilla cosida en los atuendos, en Venecia un distintivo circular amarillo, luego un sombrero amarillo y un sombrero rojo. El origen del Talmud en el debate de París de 1240 entre el judeoconverso franciscano Nicolás Donin y los cuatro rabinos con más prestigio de Francia: Yehiel ben Joseph de París, Judah ibn David de Melum, Samuel ben Solomon de Chateau Tierry y Moshe ben Jacob de Coucy. Debate organizado por Luis IX a instancias a Gregorio IX y presidido por Blanca de Castilla. Donin buscaba evidenciar que el Talmud era una obra de sabios y escribas comunes enseñada como verdadera, que sólo tenía 400 años de antigüedad (840-1240) y que los judíos estaban obligados a seguirlo. ¡El Talmud apareció 110 años después de la conquista sarracena! ¡El Talmud babilónico era andalusí! Contaminado por el misticismo porque los rabinos afirmaban haber recibido una revelación oral que los hacía superiores a los profetas, dejando en segundo lugar la Torah. Yehiel argumentó que Donin fue expulsado de la sinagoga por difundir ideas falsas, el Talmud era una explicación de la Escritura para ser correctamente entendida y que se remontaba a 1500 años (260 a.C., tradición que inicia con los comentarios midrásicos de las escuelas rabínicas). Los judíos tenían la obligación de seguirlo en las explicaciones e interpretaciones de la Ley. Donin consiguió probar ante Blanca de Castilla y los jueces que los maestros judíos identificaban sus creencias con el Talmud y no con la Torah: “Este enfoque irracional de la religión no estaba limitado a las masas judías. Atraía también a las clases altas, y en ellas adoptaba la forma del misticismo. La esposa del propio Maimónides era una creyente emocional procedente de un extenso linaje de pietistas místicos. Abraham, hijo y heredero de Maimónides, tendió a adoptar la actitud de su madre más que la de su padre. Aunque, según parece, profesaba devoción a la memoria de su padre y defendía celosamente las opiniones que él había formulado, su propio opus magnum, un tomo gigantesco denominado La guía completa de los piadosos, expone el pietismo o jasidut como un modo de vida, una contraciencia con relación al racionalismo. Llegó a conocérselo como el rosh kol ha-jasidim, el “jefe de todos los pietistas”, y recibió cartas y atrajo discípulos de todo el mundo. Estos devotos ayunaban el día entero y rezaban toda la noche. Abraham incluso admiró a los místicos musulmanes, o sufíes, y dijo que eran discípulos más dignos de los profetas de Israel que los judíos de su tiempo. Esta afirmación habría irritado a su padre, que deseaba desterrar las obras de los místicos judíos, y con mayor razón las musulmanas. Lamentablemente para los racionalistas, el misticismo tenía profundas raíces en el judaísmo… Era conveniente para las autoridades religiosas aceptar el concepto de que, además de la Ley escrita del Pentateuco dada por Dios a Moisés, Dios también le había entregado la Ley Oral. Pero también era muy peligroso, pues llevaba a la creencia de que existía un cuerpo de conocimiento especial acerca de Dios, transmitido oralmente y secretamente, al que podían llegar solamente unos pocos privilegiados. En el Talmud la palabra kabbala significa sencillamente “(doctrina) recibida” o “tradición”, la parte final de la Biblia, después del Pentateuco y la enseñanza oral. Pero poco a poco comenzó a significar el saber esotérico, que permitía a la minoría privilegiada mantener una comunicación directa con Dios…” (Johnson, pp. 285, 286). El teólogo y sufí persa Abu Hamid al-Gazzali (1058-1111), autor del tratado Miskat al-anwar “El nicho de las luces” con la “aleluya de la luz”. En España el lírico Yehudá ha-Leví (1075-1141) atacaba la racionalidad aristotélica porque no podía reemplazar la experiencia directa de Dios. Isaac el Ciego (1160-1235) desarrolla un sistema en que la creación es la materialización del discurso divino, su Cábala mística se expande de Narbona a los Pirineos, Gerona, Burgos y Toledo: Dios es Todo y Todo es Dios. Nag al-Din Kubrà (1158-1221) fue un maestro sufí de la ciudad de Jiva (Uzbekistán), apodado Wali Taras “escultor de los amigos de Dios”, iniciado en Egipto en las enseñanzas sufíes de Abu-I-Nagib Suhrawardi (1097-1168). Kubrà, fundador de la tariqa kubrawiyya, autor de diversos tratados espirituales que abordaban la conducta correcta del discípulo sufí y las etapas que deben recorrer. El Fawatih al-gamal wa fawa´ih al-galal “Las eclosiones de la belleza y los perfumes de la majestad” contiene una presentación de las visiones y las experiencias extáticas del místico, las “revelaciones de las luces y los colores”. En el sufismo kubrawi, el propósito del dikr es la repetición del tahlil –La ilaha il la Al lah “No hay más divinidad que Dios”. La Cábala de Isaac ben Salomón Luria “Ha-Ari el León” (1534-1572) en Turquía, los Balcanes y Europa Oriental: la Cábala enumeraba los diferentes estratos del cosmos, los sufrimientos judíos eran síntomas de la descomposición del cosmos, el cosmos tiene esquirlas o klippot perversas, pero también chispas de la luz divina aprisionada, llamadas tikkim. La luz aprisionada es el exilio de los judíos. El papel del pueblo judío era restaurar el cosmos para liberar las tikkim de las klippot mediante la observación rigurosa de la Ley. Una vez realizado, el exilio de la luz acabaría con la llegada del Mesías y la redención. Luria conquistó su influencia enseñando a sus alumnos el modo de alcanzar estados intensos de meditación gracias a la concentración absoluta en las letras de los Nombre Divinos. Creía que las letras de la Torah y los números que simbolizaban, ofrecían el medio de llegar directamente a Dios. La Cábala de Abraham Natan ben Elisha Hayyim Ashkenazí “Natán de Gaza” (1643-1680): no había un conjunto de luces, sino dos. Un conjunto bueno y un conjunto irreflexivo que tendía a ser malo. El papel de Mesías exigía sacrificios heroicos, como la adopción de la apariencia de mal para purificar a otros. Natán estudió la Cábala de Luria y empezó a dominar las técnicas de meditación y éxtasis. A principios de 1665 empezó a tener visiones prolongadas. La Cábala de Shabbetái Zeví (1626-1676): violar las reglas de la Torah inferior para acelerar las reglas de la Torah superior, justificar personalmente a todos los pecadores, hacer todo el mal posible hasta que llegue la redención. Zeví tiene raíces en la Cábala de Luria y el programa de “Natán de Gaza”: apoderarse de la Corona de Turquía y convertir al sultán en su servidor; ir al río Sambatyon para reunir a las tribus y desposar a Rebeca, la hija resucitada de 13 años de Moisés. En sus fases maníacas pronunciaba el nombre prohibido de Dios, reunía tres festividades y las celebraba al mismo tiempo, bendecía a quienes permitían lo prohibido y violaba las normas sexuales de la Torah. En Constantinopla pronunció el nombre prohibido de Dios, comió grasas, violó las leyes judías y obligó a los demás a hacerlo. En Esmirna, llegó a la sinagoga sefardí con un hacha, denunció a los rabinos como animales sucios, abrazó un rollo santo y entonó una canción española. Anunció la Redención el 18 de junio de 1666, el derrocamiento del sultán turco y la distribución de los reinos del mundo entre sus partidarios. El sultán sabía lo que ocurría y simpatizaba con Zeví, lo tomaba como un loco. En el invierno de 1665-1666 las cosas cambiaron, el llamado tuvo eco y las autoridades turcas se preocuparon, los judíos oraban, ayunaban, tomaban baños rituales, andaban desnudos en la nieve, se flagelaban, vendían sus posesiones e iban en peregrinación a Tierra Santa para ver al Mesías. En febrero de 1666 fue encarcelado. El 15 de septiembre llevado ante el Consejo de Constantinopla, en presencia del sultán, donde le ofreció convertirse al islam o morir, tomando el nombre de Aziz Mehmed Effendi y el título de “guardián de las Puertas del Palacio”. Jacob Frank (1726-1791) se proclamó la reencarnación de Zeví y afirmaba que la idea mesiánica podía desarrollarse en todas las religiones y en el ámbito de la iluminación secular o francmasonería: “Las practicas judaizantes se ocultaban por lo general en los rincones más secretos de la casa, de ahí el papel esencial de las mujeres en la transmisión de una herencia que tendía a reducirse a una tradición cada vez más doméstica. Así, en la documentación inquisitorial no faltan los ejemplos de matronas calificadas de “dogmatistas” y “rabinas”, iniciadoras, oficiantes y guías espirituales al mismo tiempo… En efecto, el hecho de ayunar juntos es una manifestación de confianza, de afecto: se comparte el secreto entre parientes, entre amigos, con más razón entre amantes… A tal punto que, en las comunicaciones de los presos de la Inquisición, las palabras en clave que designan el ayuno (cro o súchil) significan de manera ambigua no sólo “ayunar” sino también “hacer el amor”… Esta dimensión carnal de la religiosidad marrana ¿se inspiraba en ciertas corrientes iluministas?... Pero otra relación se impone, sugerida por las prácticas de algunos grupos de judíos herejes, en particular, aquellos formados por los fieles al movimiento mesiánico de Sabbatai Zeví… Según los adeptos más radicales del movimiento, se trataba de transgredir las leyes de la Torá inferior –el del exilio- con la esperanza de provocar la llegada de la verdadera Torá, la del mundo superior, hasta entonces escondida. De ahí la noción paradójica de “redención por el pecado”, tal como la puso de manifiesto Gershom Sholem, y la inversión de los valores: el descenso al reino de la impureza debía conducir a la santidad, aunque fuese atravesando “el reverso de la santidad”, siguiendo una dialéctica según la cual “la violación de la Torah es ahora su verdadero cumplimiento”. Y entre las reglas abolidas figuran precisamente las prohibiciones sexuales… ¿Qué es lo que encontramos entre los grupos marranos de México en la década de 1640? Precisamente un rito de “extinción de las luces”, que describe Catalina de Campos, al evocar los recuerdos de su “tierra natal” en Portugal, en una conversación con su hija María… Más allá de su componente erótico, estas prácticas se inscribían además, en una perspectiva seguramente escatológica, como sugiere otra vez la vinculación con el movimiento de Sabbatai Zeví, cuyos fieles esperaban el regreso, o la reencarnación: se creía que de estos amores ilícitos nacería el Mesías” (Wachtel, pp. 95, 125, 126).

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Flagelantes de Italia y Alemania.

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Las guerras de los güelfos y los gibelinos, la hambruna de 1258 y el brote de peste de 1259 y la profecía de la Tercera Era del Espíritu Santo con el advenimiento del Mesías en 1260 hizo que apareciera un brote de milenarismo apocalíptico en Italia. Los flagelantes de Perugia se extendieron en Roma y las regiones lombardas. La Era del Espíritu Santo dirigida por el eremita franciscano Raniero Fasani del Il movimiento dei Disciplinati nel settimo centenario del suo inizio. Las mujeres y los hombres marchaban con estandartes y velas encendidas proclamando la ira de Dios contra la corrupción de la carne, el arrepentimiento y el autocastigo por los pecados. Entonaban cantos, himnos y se azotaban durante horas frente a las iglesias para obtener el perdón fuera de la Iglesia Católica en la Nueva Era del Espíritu Santo: “Espíritu de Renovación”. Las procesiones causaron tal impacto que los criminales se confesaban, los ladrones regresaban sus botines, los usureros los intereses de los préstamos y los güelfos y los gibelinos declararon una tregua. En su avance empezaron a reclutar a magistrados, obispos y todos los gremios afectados por la ruina económica, pero sólo los pobres se quedaron hasta el final. El rey de Nápoles y Sicilia, temiendo un levantamiento, intentó erradicarlos. El movimiento desapareció en Italia y reapareció en el sur de Alemania de forma violenta. Sus seguidores mataban religiosos, no aceptaban la autoridad eclesiástica y hablaban de una carta que había descendido del cielo en Yerushalayyim, traída por Pedro el Ermitaño y el “maestro de Hungría”. La carta afirmaba que una tableta de mármol había descendido sobre el altar de la Iglesia del Santo Sepulcro con una luz, leída por un ángel con las miserias y abominaciones que precederán la Segunda Venida. Dios manifiesta su ira contra los seres humanos por sus faltas: orgullo, ostentación, blasfemias, adulterios, usura, abandono de los ayunos de los sábados y abstinencia de los viernes. Dios había castigado a la humanidad con terremotos, incendios, sequías, inundaciones, hambres, pestes, guerras e invasiones. Pero ahora había decidido eliminar a la humanidad. La Virgen María y los ángeles imploraron una última oportunidad para la especie humana. Dios prometió que si abandonaban la usura, el adulterio y la blasfemia, la tierra volvería a florecer. En una segunda aparición el ángel encarga la orden de hacer penitencia flagelante de 33 días y medio, en memoria de los años que pasó Cristo en la Tierra. Los líderes afirmaban que las flagelaciones liberaban del pecado y que podían redimirse por sus propios medios. En Alemania se mezclaron los flagelantes con los Hermanos del Espíritu Libre que rechazaban la Iglesia Católica, el matrimonio consagrado, la familia, la propiedad y la reproducción. Los obispos y cardenales iniciaron excomuniones contra los penitentes y reprimieron el movimiento en 1262: “No deja de tener importancia que el movimiento flagelante naciera en una ciudad güelfa y floreciera sobre todo en ellos. Todas estas aflicciones fueron consideradas como el preludio de una catástrofe final y definitiva. Un cronista hace notar que durante las procesiones flagelantes la gente se comportaba como si temieran que en castigo de sus pecados Dios fuera a destruirlos con un terremoto y con fuego de las alturas… Pero lo que estos flagelantes se estaban esforzando en conseguir de Dios era algo más que el simple alivio de las dificultades presentes. Este año de 1260 era el año apocalíptico en el que, según las profecías pseudojoaquinitas, la Tercera Edad debía llegar a su meta. En medio del hambre, plagas y guerras multitudes de italianos estaban esperando el amanecer de la edad del Espíritu Santo, la edad en la que todos los hombres podían vivir en paz, observando una pobreza voluntaria, plenos en éxtasis contemplativo. A medida que pasaban los meses esas esperanzas se fueron haciendo más agudas hasta que, hacia finales de año, adquirieron carácter desesperado e histérico y los hombres empezaron a estar dispuestos a todo. Hacia septiembre la misma batalla de Monteaperto recibió un claro significado escatológico. Seis semanas después, a principios de noviembre, aparecieron los flagelantes; y el cronista Salimbene de Parma, que era joaquinista, nos habla del ansia que el pueblo tenía de ver en estas tristes procesiones al comienzo de la gran consumación. En Italia el movimiento flagelante de masas murió pronto de desilusión; pero en 1261-1262 cruzó los Alpes y reapareció en las ciudades del sur de Alemania y del Rhin. Parece ser que los dirigentes todavía eran italianos, pero a medida que pasaban por las ciudades alemanas los habitantes se adherían a centenares para formar nuevas procesiones… los flagelantes alemanes tuvieron rituales y cantos, e incluso un uniforme concreto” (Cohn, p. 128). En 1296 reaparecieron los flagelantes uniformados y cantando himnos en una de las peores hambrunas de las ciudades del Rhin. Entre 1336 y 1338 surgió un grupo de flagelantes radicalizado que usaba un brazalete de cuero (Armleder), los campesinos los llamaban Jüdenschlager “matadores de judíos. Entre 1348-1349 el mayor movimiento flagelante se extendió por Hungría, Alemania y Holanda con sus rituales, cantos y la carta celestial: Hungría, el centro y el sur de Alemania, el valle del Rhin, Westfalia, Brabante, Hainaut. En 1349 la peste negra llega a Europa Central, parte de Polonia, Alemania, Escandinavia, el centro de Inglaterra, Irlanda y el sur de España. En Alemania se propaga por todo el territorio, generando un clima de pesimismo, desesperación y fanatismo, acusando a los judíos de propagar la enfermedad. Se habla de tres mil muertos en Estrasburgo y seis mil en Maguncia. En Alemania, Provenza y Cataluña se registran asaltos a las juderías. Clemente VI manda una bula para afirmar que los judíos son inocentes y la epidemia un “castigo con que Dios aflige al pueblo cristiano”. Un contingente flagelante de los Países Bajos llega a Londres y se azotan en la Iglesia de San Pablo, pero no tuvieron éxito. En marzo alcanzaron Bohemia, en abril Magdeburgo y Lübeck, en mayo Würzburg y Augsburgo, en junio Estrasburgo y Constanza, en julio Flandes. En septiembre aparecen en la abadía de Baudeloo (Flandes) 2500 flagelantes. En la navidad se habla de 8000. En Tournai, durante la festividad de la asunción de la Virgen, el abad Li Muisis de la abadía de San Martin registra 200 flagelantes de Brujas. En la semana siguiente 450 de Gante, 300 de Sluis y 400 de Dordrech. El 29 de agosto 180 de Lieja. En Tournai surgió un grupo de 565 flagelantes, recibiendo 500 de Damme, 200 de Enghien, 160 de Lovaina, 150 de Brujas, 120 de Tirlemont, 80 de Sluis, 160 de Lovaina, 80 de Nieuwport, 52 de Eeklo, 300 de Brujas, 100 de Damme, 50 de Kassel, 250 de Sluis, 100 de Deinze, 60 de Diksmuide, 240 de Mons, 300 de Oudernaarde, 120 de Genappe, 200 de Lille. El 21 de septiembre un grupo de 20 mujeres que sólo se descubrían la espalda. Llegan 200 de Maubege, 300 de Bailleul, 450 de Valenciennes. La gente se integraba en grupos durante un período de 33 días y medio en recuerdo de la vida de Cristo en la Tierra con el voto de flagelarse dos veces al día, renunciar a las relaciones sexuales y sólo comer lo que la gente les ofrecía. Los flagelantes usaban una capa blanca (“campana”), adornada con una cruz roja por delante y por detrás. En el cinturón portaban un azote hecho de cuerdas con tres nudos que tenían puntas de hierro. La cabeza cubierta por un capuchón y sombrero adornado por delante y por detrás con una cruz roja. En las procesiones entonaban himnos, cantos y entraban a los pueblos y ciudades precedidos de una cruz, cirios y estandartes. En el sitio de flagelación formaban un círculo enfrente de la Iglesia, en el centro sólo podían estar tres hombres que entonaban los canticos. Los disciplinantes se desnudaban y ceñían la cintura con un lienzo, entonaban canticos dirigidos a la Virgen y comenzaban a azotarse. Cada tres o cinco veces interrumpían los azotes para arrojarse al suelo en forma de cruz. Recitaban oraciones de rodillas y la última de pie a la Virgen y esperaban que les ofrecieran una cama y comida. Los grupos formados por sacerdotes eran reconocibles por sus oraciones en latín. Los grupos heterodoxos se comparaban con los mártires, eran hostiles al clero, obedecían a un jefe laico, rechazaban la confesión y el bautismo con el argumento de que la sangre derramada constituía un signo de vinculación con la sangre de Cristo. Los que tenían pecados graves tenían la obligación de adoptar las posturas de sus transgresiones, azotados por el maestro con el grito: ¡Levántate por el honor del puto martirio! La gente entraba en éxtasis al ver la representación, los flagelantes no sólo purgaban sus pecados sino cargaban los pecados del mundo como mártires: ritos, azotes, himnos y la lectura final de la carta celeste. Empezaron a afirmar que la sangre no sólo perdonaba los pecados, sino que tenía el poder de exorcizar a los demonios, sanar a los enfermos e incluso resucitar muertos. La gente empezó a llevar a sus enfermos para mojar sus ropas en la sangre como si fueran sagradas reliquias y tratar de obtener las ropas de los flagelantes. En la práctica se equiparaban con Cristo a través del martirio de la sangre, la misma que Cristo derramó al hacerse hombre. Los sacerdotes equiparaban a los flagelantes con los sacerdotes de Baal que castigaban su espalda hasta sangrarse. Una delegación de la Sorbona capitaneada por el flamenco Jean du Fayt, mediante sermones trató de demostrar que la nueva penitencia de flagelación había de ser prohibida. El 20 de octubre de 1349, Clemente VI en la Bulla Inter sollicitudines condenó la herejía flagelante: “El movimiento no había solicitado su aprobación de las autoridades eclesiásticas e introducía novedades que no estaban previstas por la tradición. A los flagelantes no les preocupaba interrumpir los servicios religiosos ordinarios. Además, violaban una prohibición sólidamente establecida: no se podía derramar sangre dentro de los templos…. Desde el punto de vista de los hechos, el problema quedará resuelto en breve. Los flagelantes serán criticados por haber fundado, sin previa autorización de la jerarquía eclesiástica, una serie de cofradías religiosas. Además, obligaban a cuantos entraban a pronunciar votos, entre otros, el de seguir flagelándose durante toda la vida el Viernes Santo, y ello, igualmente, sin que estos votos sean recibidos por el clero. También se les reprochó el hecho de enterrar ellos mismos a sus muertos y de haber desempeñado un papel en realidad, escasamente probado en las matanzas y asaltos a las juderías que tuvieron lugar a comienzos de la gran epidemia de la peste negra… Se dice incluso que esta insistencia en sustituir el agua por la sangre les llevó a “bautizar” ellos mismos a sus hijos flagelándolos un poco, en lugar de pedir al sacerdote que los bautizara con agua… De entre las 50 proposiciones heréticas que señalaban los inquisidores, unas cuantas suenan de manera distinta y anticipan críticas que la Reforma defenderá con energía… Cuando nació el movimiento de los flagelantes. Dios le habría retirado el poder espiritual al papa, a los cardenales, a los obispos y al resto del clero. Se critican los sacramentos, especialmente el del orden sacerdotal, y se afirma que el cuerpo de Cristo no está realmente presente durante la misa… se dice que un pecado, por muy grande que sea, queda perdonado cuando, quien lo comete, se flagela libremente. Igualmente se rechaza el sacramento del matrimonio y el de la extremaunción. En conclusión, la jerarquía católica es, pues, el Anticristo, cuyo reinado anuncia el fin de los tiempos” (Vandermeersch, pp. 100, 103).

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Los Alumbrados de España.

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El dominico Eckhart de Hochheim (1260-1328), prior en Erfurt, maestro de teología en París, vicario provincial de Turingia y Sajonia, vicario general de la rama femenina dominica donde tomó contacto con las corrientes místicas de Alemania. Director del Estudio General de Estrasburgo y del Estudio General de Colonia. Fundador del misticismo especulativo renano que postulaba la experiencia del mundo como un templo vacío sin ninguna pretensión. Un grupo dominico lo acusó de tener corrientes heréticas y en un primer juicio salió inocente, el arzobispo de Colonia inició campaña contra las beguinas, los “Hermanos del Espíritu Libre” y Hochheim, algunas tesis fueron sospechosas de herejía y murió antes de ser condenado: “El templo, en el que Dios quiere dominar según su voluntad, es el alma del hombre, que ha formado y creado exactamente a su semejanza (...) Esa es la razón por la que Dios quiere tener el templo vacío, para que no haya nada que no sea con él. Por eso le agrada mucho ese templo, que les es tan semejante, y se encuentra tan bien en su interior cuando está solo. Dios es la verdad y una luz en sí mismo. Si, por tanto, Dios entra en el templo, expulsa la ignorancia, que son las tinieblas, y se revela a sí mismo en luz y verdad. Una vez reconocida la verdad, no hay lugar para los mercaderes, pues la verdad no necesita ninguna mercancía. Dios no busca lo suyo; en todas sus obras está vacío y libre y las cumple con verdadero amor. Si quieres vaciarte absolutamente de toda mercancía, de forma que Dios te deje estar en el templo, todo lo que hagas en tus obras debes cumplirlo únicamente por el amor de Dios y mantenerte tan vacío de todo como vacía es la nada. Quien recibió a Jesús tenía que ser necesariamente virgen. Virgen indica alguien que está vacío de toda imagen extraña, tan vacío como cuando todavía no lo era. El hombre debería estar en su anhelo tan separado de sí mismo, que no debería pensar en nadie ni en nada que no fuera deidad en sí misma, ni tan siquiera en la bienaventuranza, ni en esto ni en lo otro, sino en Dios como Dios y la deidad en sí misma (...) Por eso, separa todo añadido de la deidad y tómala desnuda en sí misma”. El beato flamenco Jan van Ruysbroek (1293-1381), fundador de la Devotio moderna con los canónigos regulares de San Agustín, autor de “Tratado del reino de los amantes de Dios”, “Los siete grados de la escala espiritual” y “El libro del tabernáculo espiritual”. El recogimiento como iluminación divina: “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Pues como no están apegados a los vanos simulacros y a las imágenes de las cosas terrenas, descuidan las cosas corporales y no hacen ningún caso de los placeres, estando siempre inclinados hacia a las virtudes y la justicia (que les da la semejanza de Dios, para contemplar al descubierto la esencia sin límites de Dios). El que desea ser iluminado debe elevarse y ser arrebatado por la sustancia superesencial de Dios. Experimentará la inmensidad de la luz de Dios, será enteramente penetrado, inundado, restaurado por el esplendor de la verdad. Esta luz derrama generalmente sus rayos sobre todos los puros e iluminados, según la dignidad de cada uno. Pues, habiéndose despojados enteramente de sí mismos, pueden contemplar muy fielmente y sin cesar lo que es objeto de su alegría”. El canónigo agustino Thomas de Kempis (1380-1471), seguidor de la Devotio moderna de Ruysbroek con “La imitación de Cristo o menosprecio del mundo”, cada persona es feliz con las virtudes de los ejercicios espirituales que serán copiados y desarrollados por el abad García de Cisneros e integrados en la Compañía de Jesús por Ignacio de Loyola. La perfección entendida como rompimiento con el mundo, negación de sí mismo y de toda responsabilidad: “Menos mal es tener a todo el mundo contrario, que ofendido a Jesús. Solo Jesús se debe amar, porque solo él se halla bueno y fidelísimo, más que todos los amigos. Por él y en él debes amar a los amigos y a los enemigos. Nunca codicies ser loado ni amado porque eso solo pertenece a Dios que no tiene igual. Ni quieras que alguno se ocupe contigo de su corazón; ni tú te ocupes en amor de alguno, más sea Jesús en ti y en todo hombre bueno. Sé libre y puro por dentro, sin ocupación de criatura algunaNo puedes poseer libertad perfecta si no te niegas a ti mismo del todo. Todos los que son amadores de sí mismos están en prisiones, son codiciosos, ociosos y vagabundos. Componen e inventan lo que no ha de permanecer; porque todo lo que no procede de Dios perecerá”. Los alumbrados de Toledo (1510-1530), Extremadura (1570-1582), la Alta Andalucía (1575) y Sevilla (1622-1630). Los de Toledo tuvieron de preceptores a Pedro Ruiz de Alcaraz e Isabel de la Cruz, la doctrina era el amor de Dios a través de la oración mental, tenían reuniones secretas donde se interpretaba la Biblia con el rechazo de las obras exteriores, de la autoridad eclesiástica, del estado del matrimonio, de los santos y de todo aquello que estorbara el amor de Dios en el hombre, entendido como vaciamiento. Los de Extremadura a Hernández Álvarez y Cristóbal Chamizo. El amor de Dios a través de la oración mental garantizaba la impecabilidad, hacían proselitismo, interpretaban la Biblia, rechazaban las instituciones religiosas, practicaban la comunión, tenían visiones, raptos, revelaciones, ardores, temblores y desmayos, y justificaban la santidad de los tactos deshonestos y los accesos carnales. Eran lujuriosos, profanaban lugares sacros y reclutaban entre los franciscanos, las monjas y las doncellas. Chamizo tuvo un proceso por tener acceso carnal con 34 mujeres, de las cuales 23 eran doncellas. Álvarez confesó haber cometido actos deshonestos en un estado de gracia o impecabilidad: “que hace Dios unión espiritual sobre sus siervas mediante tactos y tocamientos deshonestos. Los cuales son efectos del espíritu en la materia; que como el espíritu por si no puede obrar, causa aquellos efectos en la materia, y que los dichos tocamientos con las mujeres son obras de Dios, y que abrazándolas se les comunica el espíritu y se les quedaba pegado por sola aquella participación” (Huerga, p. 207). Los de la Alta Andalucía de Baeza a Pedro de Ojeda, Francisco Hernández, Diego Pérez de Valdivia y Remando de Herrera. Los de la Alta Andalucía de Jaén a Gaspar Lucas y la beata María Romera. Los de Sevilla a Juan de Villalpando y la beata Catalina de Jesús. Todos rechazaban las instituciones religiosas, justificaban la oración mental, y salvo los de Toledo, la impecabilidad y la santidad de los tactos deshonestos y los accesos carnales. Para los alumbrados la sensualidad del siglo XVI era la vía para alcanzar la comunicación con Dios y la santidad. En México apareció en la Ciudad de México, Puebla de los Ángeles, México, Querétaro, Michoacán, Jalisco, Aguascalientes y Oaxaca. Tres eran monjas, una dominica del convento de Santa Catalina de Siena en Puebla, una capuchina del claustro de San José en Oaxaca, una clarisa del de Santa Clara de Atlixco en Puebla, una novicia del claustro de San Juan de la Penitencia de la Ciudad de México. En la Ciudad de México el laico Juan Núñez de León, el balanzario de la Real Caja en Casa de Moneda, y las beatas Ana de Guillamas o Peralta y Marina de San Miguel que afirmaban que a través del amor de Dios se llegaba a un estado de perfección que podían cometer acciones pecaminosas sin pecar. Juan Núñez de León y su hija espiritual Marina de San Miguel tuvieron una relación de 20 años. A los 47 años la dejó de tocar, escogiendo doncellas púberes. Juan Núñez gustaba de abrazarlas, meterles la lengua y tocarles los pechos y la vagina. En Puebla el confesor Juan Plata y su hija espiritual Agustina de Santa Clara. Juan Plata abrazaba a todas las monjas, tenía tocamientos deshonestos y relaciones sexuales en la azotea: “Hacia 1589, a petición del obispo de la diócesis de Tlaxcala, don Diego Romano, el clérigo toledano, Juan Plata, ocupó el cargo de capellán del monasterio de monjas dominicas de Santa Catalina de Siena. Aparentemente fue en este recinto donde por primera vez Plata introdujo los principales postulados de la doctrina de los alumbrados-dejados españoles, esto es, la práctica de la oración mental, el rechazo de la oración vocal y las obras exteriores, la libre interpretación de la Sagrada Escritura y otros libros devotos, el desestimo del estado religioso, y fundamentalmente, que a través del amor de Dios se llegaba a tal estado de perfección y que se podían cometer acciones pecaminosas sin pecar. Agustina de Santa Clara, natural de Puebla e hija de padres españoles originarios de la región de Extremadura, fue una monja profesa del convento de Santa Catalina de Siena. Agustina ingresó al monasterio a los 18 años y su clausura se debió más a estatus social que a vocación religiosa; sin embargo, cuando sor Agustina padeció un “dolor de costado”, que casi le provocó la muerte, ésta decidió ofrendar su vida al amor de Dios. La muchacha no encontró mejor oportunidad de lograr su cometido que seguir la instrucción de su padre espiritual, el capellán Juan Plata. La santidad que giró en torno a la monja Agustina de Santa Clara y su director espiritual Juan Plata representó el medio ideal para esconder las verdaderas relaciones que hubo entre ambos: ósculos, tactos deshonestos, poluciones en el locutorio, en la reja de la iglesia y en el confesionario, así como relaciones sexuales dos noches en la azotea del convento. Juan Plata reveló -en respuesta a la contestación de su acusación, el 24 de agosto de 1598- que abrazaba a todas las monjas de Santa Catalina, que había besado en la boca a una de ellas, Inés de San Pedro, compañera de Agustina, y por último, que besaba en la boca y en el rostro a Agustina de Santa Clara… Así, la relación que hubo entre ambos, según sus propias palabras, sólo fue una “comunicación de espíritu” (Rodríguez Delgado, pp. 90, 91). Ignacio de Loyola enfrentó siete procesos o inicios de procesos antes de ser el primer superior de la Orden Jesuita. En España enfrentó cuatro, acusado de alumbradismo, de pretender enseñar profundidades espirituales a las mujeres sin estudios, de buscar intencionadamente el secretismo: la insistencia en la oración mental, en la consolación interior, en la comunión frecuente, y un magisterio fundado en la experiencia religiosa personal de iluminación interior. Loyola despertaba las sospechas porque su magisterio no estaba basado en el saber teológico y escolástico, la razón de su éxito en el público femenino. En Salamanca fue detenido en 1527 y puesto en una lista por sus ideas teológicas que recordaban el movimiento alumbrado. Los dominicos lo pusieron en libertad sin más cargos, pero le prohibieron predicar y enseñar con la advertencia de que era mejor guardar silencio en lo tocante a ciertos puntos teológicos. En febrero de 1528 el quinto proceso en la Sorbona de París. En 1537 el sexto proceso en Venecia. En 1538 el séptimo proceso en Roma. El recelo hizo que la Compañía adoptará un modo críptico de comunicación: “modo de proceder”, “modo de hablar”: “El término alumbrado empezó a utilizarse, por el pueblo castellano, a partir del año 1510 para referirse tanto al misticismo ortodoxo como a clérigos y laicos con fama de santidad. Fue a través de las denuncias de testigos y reos (alumbrados de Toledo) que los inquisidores conformaron el corpus doctrinal del alumbradismo, es decir, que con la publicación del Edicto de Toledo de 1525, el vocablo de alumbrado adquirió contenido histórico y doctrinal. De acuerdo con la óptica del Tribunal del Santo Oficio, la cual quedó plasmada en posteriores edictos inquisitoriales, los alumbrados fueron todos aquellos que a través de la práctica de la oración mental llegaban a un éxtasis y mediante éste lograban la comunicación directa con Dios. Una vez que se alcanzaba la unión con el Ser Supremo, el individuo quedaba en un estado de gracia tal que se permitía toda clase de libertades, principalmente en lo que se refiere a conductas de tipo sexual, sin que por el practicante fueran consideradas pecado… Estos sujetos se caracterizaban por su afición a una interpretación de la Sagrada Escritura basada en su inspiración personal; por su rechazo de las obras como instrumento de salvación, así como del estado clerical y del sacramento del matrimonio; por su doctrina de la incapacidad humana para cumplir los mandamientos de Dios a causa de la servidumbre del albedrío; por una práctica no mística de la oración y de comunión con Dios; y finalmente por su afirmación de que el hombre depende totalmente de la misericordia de Dios, lo cual explicaría la designación “dejados”, esto es, abandonados al amor de Dios. Esta doctrina en ocasiones es confusa y contradictoria, ya que por un lado creían que suprimiendo el acto sexual se intensificaba la devoción, razón por la cual despreciaban el estado matrimonial, pero por otra parte, les estaba permitido cualquier tipo de deseo libidinoso justificándolo como obra de la virtud” (Rodríguez Delgado, pp. 81, 82).

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Bondage, Disciplina, Dominación.

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La palabra flagelación aparece en el Dicctionnaire de Spiritualité ascétique et mysitique “Diccionario de Espiritualidad ascética y mística” (1937). Asociado al castigo en el mundo grecorromano. En Grecia para los esclavos, en Roma para los condenados a muerte en los momentos previos de la ejecución, como la Pasión de Jesucristo. En el siglo III los primeros monjes cristianos eran ascetas que se refugiaban en el desierto para alcanzar la santidad a través del hambre. El egipcio Antonio fue uno de los primeros monjes cristianos, un joven de diecinueve años que pertenecía a una familia rica y cuando sus padres murieron empezó a escuchar voces, regaló su herencia, se fue a vivir a un cementerio en los límites de la ciudad durante veinte años, tuvo visiones, rechazaba la autoridad, no se aseaba y vivía solo. El egipcio Ammon, discípulo de Antonio, convenció a 5.000 personas para que se unieran en el desierto de Nitre, en Alejandría. La mayoría de los monjes eran analfabetos, arruinados que escapaban de los impuestos, desertores del ejército, bandoleros y esclavos fugitivos. La leyenda de Macario de Alejandría afirma que no durmió veinte noches seguidas, se expuso siete meses a los mosquitos de los pantanos y ayunó cuarenta días en una celda. En el siglo IV los monjes cenobitas vivían en comunidades, agrupados por San Pacomio en un monasterio de Taberna en el Nilo: tejedores, fabricantes de esteras, sastres, carpinteros, abatanadores y zapateros. Hilarión introdujo en Siria el movimiento monástico, pero encontró anacoretas o monjes solitarios que vivían de la caridad, practicaban la autotortura o la privación dramática: cargar un hierro tan pesado y avanzar apoyado con las manos y las rodillas, crear celdas que los obligaban a vivir doblados, pasar diez años dentro de una jaula que tenía forma de rueda. Simón Estilista vivía en una cisterna y se encerraba sin alimentos durante la Cuaresma. Su cadena, unida a una piedra, le impedía avanzar, y el hueco entre la piel y la cadena estaba infestado de gusanos. En Antioquía vivía atado a un poste sobre una columna de veinte metros. En el siglo V falleció después de pasar treinta y siete años sobre su columna. En el siglo VI aparecen los flagelantes. ¡No es la base militar de Guantánamo! ¡Son los primeros monjes del cristianismo! La disociación mental o “mente pura” era la forma de alcanzar la santidad mediante la mortificación de la carne como causa del placer y del pecado. En el mundo antiguo la dualidad del espíritu y la materia. Los seres humanos son los únicos que tienen un espíritu inteligente y racional, y un cuerpo físico. En los seres humanos racionales el espíritu gobernaba el cuerpo, en los irracionales el cuerpo gobernaba el espíritu. El mundo material visible es el mundo de la muerte y la corrupción. Sólo es posible acceder a Dios por medio del espíritu, la salvación por la carne es la justificación de los heterodoxos que no lograron superar la dualidad. Los impecables con el ciclo de abstención y desenfrenos sexuales (ósculos, poluciones, tocamientos deshonestos, desfloramientos, orgías), los pecantes con el ciclo pecado, flagelo y pecado. Ambos reconocían que el espíritu es superior a la materia, los flagelantes pecadores hasta la muerte, los impecables apelaron al amor de Dios para justificar las conductas libidinosas. Las dialécticas negativas no pueden superar la antítesis, son tesis contradictorias. En términos políticos la mortificación de la carne como causa del placer (sadismo) y del dolor (masoquismo). Las feministas no son las únicas que rechazan la Iglesia, el matrimonio consagrado, la familia y la reproducción. ¡El padrino es el putero! ¡La madrina es la putera! ¿Cómo podrían los pornógrafos abastecerse de mujeres sin la destrucción de los grupos primarios (“niñas malas”), el recogimiento del mundo (“nihilismo”), la evasión de la realidad (“drogas”), la impecabilidad (“XXX”, “XXXX”, “XXXXX”) y el control de la reproducción (“dueñas de su cuerpo”)? Las películas XXX (sexo oral, anal y vaginal), XXXX (juego de roles adulto/niño, animal/amo, arneses, amarres, asfixia, azotes, golpes con objetos, cepo, suspensiones, mordazas, pinzas, tortura genital, fetichismos), XXXXX (sexo con discapacitados, sexo con ancianos, sexo con niñas y niños, sexo con desechos corporales, sexo con muertos, sexo no consentido, sexo con animales). A partir del XXXX inician los problemas legales. La pornografía no sólo es violencia, es un exorcismo de la violencia. La carne es la causa del pecado original transmitido de generación en generación. Una ideología que no es producto de la posmodernidad sino del siglo III d.C.: Manes, Clemente de Alejandría, Agustín de Hipona. Las apologías de la subcultura BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo, Masoquismo) que incluye la fantasía, el dolor, la humillación y el esclavizamiento: Urban Aboriginals de Geoff Mains, States of Desire de Edmund White, The Leatherman´s Handbook de Larry Townshend. En el último aparecen lindezas como amordazar, pinchar, cortar, colgar, provocar electroshock, estirar, encerrar, marcar con hierro ardiente, vendar los ojos, momificar, mear encima, afeitar, quemar, crucificar, suspender de una barra, ahogar, sofocar, penetrar el ano con el puño. El tipo de lindezas del XXXX de Japón y que sólo se pueden soportar con el uso de las drogas: el nitrito de amyl (alivio de los extremos del dolor), el LSD (efectos disociadores del sufrimiento fisiológico) y el MDA (efectos psicodélicos de “ternura” y “alegría”). James E. Miller en La Pasión de Michel Foucault (1993), señala que la lógica del filósofo es la descriminalización de todo sexo, incluyendo hasta el incesto, la pedofilia y la violación, con el fin de suprimir el peso de la culpa hasta que llegue el tiempo en que se haya reinventado el cuerpo y los placeres. Foucault usaba drogas, era BDSM, participa en orgías de tortura y sabía que tenía SIDA. El filósofo Guy Sorman en Mi Diccionario de mierda (2021), acusa a Michel Foucault de pagar a niños de 8 y 10 años para tener relaciones en las lápidas del cementerio de Sidi Bou Said (Túnez) en 1969: “Ese otoño, le contaría más tarde a sus amigos, regresó a las casas de baño de San Francisco. Aceptó el nuevo nivel de riesgo, se unió otra vez a las orgías de tortura, se estremeció con las “exquisitas agonías”, se borró a sí mismo voluntariamente, hizo estallar los límites de la conciencia, dejó que el dolor concreto, corporal, se fundiera insensiblemente en placer mediante la alquimia del erotismo… En una entrevista de 1981, insólitamente reveladora, describe con algún detalle el atractivo que le inspiraban determinadas formas extremas de Pasión, y vincula implícitamente un tipo demoledor de “placer-doloroso”, la preparación de toda una vida para el suicidio, y la capacidad, gracias a estados de intensa disociación, misteriosamente reveladores pero potencialmente autodestructivos, de ver el mundo “de manera diferente”. Mediante la intoxicación, el ensueño, el abandono dionisíaco del artista, las más duras de las prácticas ascéticas y una desinhibida exploración del erotismo sadomasoquista, parecía posible quebrar, aunque fuera brevemente, los límites que separan lo consciente de lo inconsciente, la razón de la sinrazón, el placer del dolor –y, en última instancia, la vida de la muerte… Pasarían varios años antes de que el mismo Foucault hablara abiertamente de S/M. Su reticencia no puede sorprender a nadie. Junto con el incesto o la pedofilia, el S/M sigue siendo una de las prácticas más universalmente reprobadas… “Las prácticas físicas como la introducción del puño en el ano”, le explicaría a Jean Le Bitoux en 1978, “se pueden calificar de desvirilizantes o desexualizantes. “Son en efecto, extraordinarias falsificaciones del placer, que se consiguen con la ayuda determinada de instrumentos, de signos, de símbolos, o de drogas como los “poppers” y el MDA. “Con la ayuda de los “instrumentos” adecuados (abrazaderas para las tetillas, anillos para el pene, látigos, cadenas, estiletes) y de símbolos (celdas, mesas quirúrgicas, calabozos, crucifijos)…” (Miller, pp. 40, 42, 353, 363). Lo que Rosa Cobo ve como el recrudecimiento de la pornografía, es el regreso de la disociación religiosa. El FBI tendría que hacer un catálogo de “iluminados”, “abandonados” y “dejados” a la voluntad de Dios. La gerontofilia, la pedofilia, la coprofilia, la urofilia, la necrofilia, la zoofilia, las violaciones y las disociaciones mentales de las esclavas sexuales forman parte de la pornografía. La pariente de los ejércitos y las técnicas de las “agencias de inteligencia”. Geoff Mains señala el proceso mental del esclavizamiento, durante la inmovilización se reorganizan los recuerdos. En la tortura, la dicotomía placer-dolor. Los efectos de la experiencia BDSM son similares a los de la cultura de las drogas. La tortura altera la conciencia, el dolor extremo provoca la descarga de opiáceos endógenos que inhiben la transmisión del dolor, convertido en placer. La mente entra en estado de trance con la experiencia de la nada o “mente pura”. La experiencia mística de los cenobitas, los anacoretas, los flagelantes, los alumbrados, los jesuitas, los quietistas, los luchadores, las actrices de porno extremo, las personas que han tenido la experiencia de la muerte por intervenciones quirúrgicas, enfermedades, intentos de suicidio. El shock altera el cerebro y permite reorganizar los recuerdos. En el MK Ultra, el psiquiatra Ewen Cameron buscaba reiniciar la mente para reprogramarla con el método del “impulso psíquico”. Basaba su idea en Aristóteles, que proclamaba la mente como una “tabla vacía sobre la que no hay nada escrito”, el método atacaba el funcionamiento normal del cerebro con la idea de alcanzar el estado de “mente pura”: la terapia de shock, anfetaminas, ansiolíticos y drogas alucinógenas. Ni Foucault ni el marqués de Sade eran liberales, sino verdugos de la carne, flagelantes del siglo XVIII y XX: “Uno de los intelectuales más próximos a Foucault en París, el filósofo, traductor y novelista pornográfico Pierre Klossowski, tiene una teoría peculiar, pero quizás pertinente. Según Klossowski, que por primera vez enunció esta teoría durante una conferencia que dictó en 1939, el marqués de Sade no era de ningún modo un Anticristo, sino un espíritu gemelo de su contemporáneo Joseph de Maistre, quizás el más tenebroso de los críticos cristianos conservadores de la Revolución Francesa. Conforme a la lectura que hace Klossowski de Justine y de Juliette, Sade transfirió hábilmente a esas páginas una especie de teología gnóstica del pecado original, de índole tan descaradamente maniquea como la filosofía de De Maistre, pero cuyo método era engañosamente esotérico, “disfrazado de ateísmo para combatir el ateísmo”, hablante “del lenguaje del escepticismo moral para combatir el escepticismo moral”. Sade, en efecto, puso de manifiesto que el mal era un engendro natural del libre arbitrio: en el estado democrático moderno, que se funda abiertamente en el libre arbitrio, constituye “una amenaza constante” la posibilidad de una erupción del mal… Este era el peligro -palpable en el terrorismo de la Revolución Francesa que Sade deploraba, como es fama- lo que tenía obsesionado al divino marqués. “Era preciso dejar al desnudo, de alguna manera, el impulso secreto de la masa revolucionaria”, explica Klossowski: “Y esto no se podía conseguir con demostraciones políticas, ya que, incluso cuando (esa masa) mata a golpes, ahoga, ahorca, pilla, quema y viola, siempre lo hace en nombre del pueblo soberano”. Lo que en la obra de Sade parece una explosión de las fantasías más viles y repugnantes, a Klossowski le parece un exorcismo hermético de incalculable consecuencia política: “Este mal debe estallar, entonces, de una vez por todas; la mala semilla debe florecer para que la mente la pueda destrozar y acabar con ella” (Miller, pp. 378, 379).

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La Enfermedad Sagrada.

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Hipócrates (460-377 a.C.), el padre de la Medicina y el padre de la Psiquiatría, distingue entre Frenitis (delirium febril), Manía (delirio violento), Melancolía (depresión), Histeria (hipocondría) y Epilepsia: “Cuando el cerebro se torna más húmedo, se vuelve inestable; los órganos de la vista y la audición no permanecen en su lugar y ven y escuchan cosas diversas. Y la lengua expresa lo que ha sido visto y escuchado”; “(…) se queda sin voz y se ahoga y le sale espuma por la boca, le rechinan los dientes, agita espasmódicamente los brazos, sus ojos se extravían y en cuanto a nada razona” (Acerca de la Enfermedad Sagrada); “Parecen poseídas por la enfermedad de Heracles… la parte blanca de los ojos se vuelve hacia arriba, se siente frío y algunas, se ponen lívidas, rechinan los dientes, ya fluye saliva por la boca” (Sobre las Enfermedades de las Mujeres); “Los melancólicos se vuelven generalmente epilépticos, y los epilépticos, melancólicos. De estos dos estados lo que determina la preferencia en algunos es la dirección que toma la enfermedad: si se conduce hacia el cuerpo, es la epilepsia; sobre la inteligencia, la melancolía” (Epidemias); “En la melancolía con accidentes de frenitis, el restablecimiento de las hemorroides es favorable” (De las Crisis); “A las gentes tristes, enfermas y que se quieren estrangular, hay que darles en una bebida por la mañana, la raíz de la mandrágora, a una dosis menor de la que se requiere para causar el delirio” (De los Lugares en el Hombre). Polibio (IV a.C.), el yerno de Hipócrates, en De la Naturaleza del Hombre expone la teoría de los cuatro humores corporales que afectó la práctica de la medicina durante dos milenios, las enfermedades mentales producto del desequilibrio de los humores: la sangre, el humor primaveral húmedo y cálido de la bilis amarilla, humor estival cálido y seco de la bilis negra, humor otoñal seco y frío de la flema, humor invernal frío y húmedo. Aristóteles (384-322 a.C.) define el temperamento melancólico ligado con la genialidad y la locura, el caso de Heracles, Ajax, Belorofonte, Empédocles, Sócrates, Platón (Problemata XXX): “(…) parece haber sido de esa naturaleza, puesto que los antiguos denominaban al malestar de los epilépticos, a partir de él, enfermedad sagrada”; “El estado de enajenación dirigido contra sus hijos, así como la aparición de las úlceras justo antes de su desaparición en el monte Eta, lo demuestran. Pues esto es algo que les sucede a muchos a causa de la bilis negra”; “¡Ay de mí! ¿Qué me importa la vida cuando soy el asesino de mis queridos hijos? ¿No iré a saltar desde una roca escarpada o clavando la espada contra mi hígado, me convertiré en el vengador de la sangre de mis hijos? Las tragedias de Eurípides muestran la melancolía de Heracles, Orestes, las Bacantes y Alcestis. En el mundo griego los melancólicos son héroes trágicos que luchan contra su naturaleza. En términos sanitarios la Melancolía, la Histeria, la Hipocondría y la Epilepsia: “Hombres Lobo”. En términos jurídicos los arranques que harán de los melancólicos seres solitarios, excluidos o autoexcluidos: paralización de la conciencia, conciencia crepuscular, estupor, sonambulismo epiléptico, demencia epiléptica: “En lo que respecta a la responsabilidad del epiléptico ante el delito, los tratadistas han fluctuado entre dos conceptos. Unos, los menos, se inclinan a considerar la epilepsia, como proceso evolutivo crónico y por tanto el sujeto responsable de sus actos. Tal deducción está contra los postulados científicos, que consideran al epiléptico como sujeto portador de una tara, y que sólo en determinadas oportunidades y formas clínicas de la enfermedad puede cometer un acto punible, sin tener conciencia de ello. El otro grupo considera al epiléptico como un enfermo mental, responsable de sus actos, pero que en determinadas circunstancias fijadas por el psiquiatra, puede presentar crisis, equivalentes, estados crepusculares, que lo lleven a la comisión del delito. Es interesante el juicio que emite Krafft-Ebing sobre este tópico: “La epilepsia por sí sola no suprime la responsabilidad, pero cuando existen ideas fugaces y frecuentes manifestaciones psicopáticas, como es siempre posible que el acto incriminado se encuentre en relación con un acceso epiléptico desconocido (accesos vertiginosos, accesos nocturnos) y como ese acto puede producirse en un instante en que el espíritu turbado no haya adquirido nuevamente toda lucidez, el juez debe ser prudente en la condena y moderado en la penalidad. Por no tomar la epilepsia en consideración, se han cometido muchos asesinatos judiciales, siendo también frecuente el número de presidiarios epilépticos. Debiera admitirse en justicia, el principio de que la epilepsia por sí sola es circunstancia atenuante de un crimen y el antiguo adagio: “In dubio pro reo”, debería tener aquí todo su valor” …  Lo típico de la signatura del crimen epiléptico, es la forma brutal y sanguinaria como se lleva a cabo. La impulsividad es una de sus características. En ellos se puede observar toda gama de delitos: homicidio, canibalismo, incendio, violación, exhibicionismo, suicidio y otros. Puede el epiléptico cometer el delito con o sin conciencia, siendo una de sus características, la amnesia total pasado el crimen. Los libros de medicina legal, exponen con lujos de detalles, cómo la epilepsia es una de las enfermedades neuro-psíquicas que con más frecuencia lleva a la comisión del delito” (Lastres, pp. 731, 732). En Claudio Galeno (II a.C.) la doctrina de los temperamentos con la noción de simpatía, la enfermedad causada por una acción a distancia del órgano afectado. La Melancolía, producto de una afección localizada en el encéfalo o de una afección melancólica generalizada (Sobre las Costumbres del Alma): “En un delirio debido a la pneumonia el alma está afectada, no porque la sede de la enfermedad sea la cabeza, sino porque el principio del alma ha sido afectado por consensus, en simpatía con los pulmones atacados. Por otra parte, en la Frenitis o en la letargia, el alma que está en la cabeza es afectada de manera primaria y no por consensus”; “Y llega de dos maneras, sea que el humor melancólico se lance provenientemente de otro lugar, sea que se engendre en el sitio, puesto que es engendrado por el calor considerable del lugar que quema la bilis amarilla o la parte más espesa y más negra de la sangre”; “Del estómago inflamado y lleno de bilis negra, los vapores suben al encéfalo, ofuscan la inteligencia y producen los síntomas melancólicos”; “Los melancólicos son siempre víctimas de temores, pero las imágenes fantasmagóricas no se presentan siempre bajo la misma forma. Así, uno imaginaba estar hecho de conchas y evitaba en consecuencia a todos los pasantes por miedo a ser triturado. Otro temía que Atlas, fatigado del peso del mundo que soporta, sacudiría su carga y de esta manera se aplastaría, al tiempo que nos haría perecer a todos. Existen diferencias entre los melancólicos. Todos son víctimas de temores, de tristezas, pero no todos desean morir. Existen, por lo contrario, otros en quienes la esencia misma de la melancolía es el miedo a la muerte. De la misma manera que las tinieblas exteriores inspiran el temor a casi todos, el color de la bilis negra al oscurecer, como lo hacen las tinieblas, la sede de la inteligencia, engendra el temor”. Sorano de Éfeso (ca. 100 d.C.) ofrece una definición de Frenitis: “enfermedad mental aguda, acompañada por fiebre aguda, movimientos sin sentido de las manos, y pulso pequeño y pleno (delirio febril). El diagnóstico diferencial entre la Frenitis, la Manía, la Melancolía, la Pleuritis, la Neumonía y el Envenenamiento con Mandrágora y Beleño. Para la Frenitis recomienda aislar al enfermo en un cuarto con ventanas altas: “Pues ocurre con frecuencia que los pacientes en su locura, saltan por la ventana cuando no están siendo vigilados”. Rechaza la división de la Frenitis en “Alegre” y “Triste” y propone el status strictus (contracción), en una habitación clara y mantenido bajo vigilancia o encadenado, y el status laxus (relajamiento), en una habitación oscura. Emplea la palabra Catalepsia para el estupor acompañado de fiebre. Galeno recomendaba drenar la sangre de la vena media de la frente. Sorano, que a los tres o cuatro días debía rasurárseles la cabeza para aplicar ventosas, sanguijuelas y escarificaciones. La Manía se caracterizaba por el calor, la sequedad y un exceso de bilis amarilla: comportamiento violento, gestos incoherentes, gritos, agitación general, estados de angustia. Sorano identifica en sus delirios la creencia de creerse gorriones, gallinas, vasos de arcilla, dioses, oradores, actores, granos de trigo, el centro del universo, niños de pecho. Para tratar el calor maniaco, el remedio más común era enfriar la cabeza. Celio Aureliano (V d.C.) recomendaba sustancias estornutatorias para que expulsaran sus desequilibrios. La Melancolía por la frialdad y un exceso de bilis negra: delgadez, palidez, mala digestión, eructos nauseabundos, espasmos intestinales, vómitos intestinales de sustancias amarillas y negras, soledad, aversión social. Celio recomendaba el diálogo, la lectura y el teatro (comedias y tragedias). Identifica que la Epilepsia es una condición común a la Frenitis y la Manía, y la llama alienus, lo extraño a uno mismo, presente en aquellos que enloquecen. Areteo de Capadocia (II d.C.) la sintomatología de la Epilepsia y la demencia en una etapa crónica, el camino a la Esquizofrenia: “Si la epilepsia pasa a la etapa crónica, la víctima ya no puede rehabilitarse en el intervalo entre las crisis. Es pesado, moroso, porfiado, cruel, intratable. Ni la edad, ni la debilidad lograrán aliviarlo. Duerme poco, tiene sueños monstruosamente malos. Está sin apetito, con digestiones desordenadas, piel pálida y aplomada. Es incapaz de prestar atención debido a la ofuscación de la mente y de las facultades sensorias. Es tardo para oír; tiene zumbidos de oídos y ruidos en la cabeza. Hay cierto embarazo en la expresión y está vacilante. Puede ser esta la característica de la enfermedad y también ser consecuencia de heridas accidentales, pudiendo morderse la lengua durante el acceso. Finalmente la razón se enreda tanto, que la infeliz criatura se hunde en un estado de imbecilidad”: “Gracias a las admirables descripciones de Hipócrates, Galeno, Celio Aureliano, Areteo, Celso, Sorano y otros en la antigüedad, llegamos al convencimiento de que sus síntomas fueron rigurosamente observados, codificados e interpretados, en relación con la manera de pensar de cada época… “Al alienado se le temió, veneró y odió al mismo tiempo; porque era considerado portador de poderes sobrenaturales, elevados o ruines” (1)… La historia de la epilepsia es por demás instructiva, pues es un capítulo importante y quizá el más importante de la Neuro-psiquiatría. Su misma etimología: epilambanó, significa: coger, sobrecoger, sorprender (2), está significando sus dos síntomas principales: la brusquedad del comienzo del gran ataque y la perdida de la conciencia…  Aulo Cornelio Celso, el gran iiliatra puso de moda el estudio de la epilepsia o morbus comitialis, llamada así, porque cuando uno de los asistentes al Circo sufría un acceso, había que suspender la asamblea o Comitiae… Según Celso, la epilepsia es frecuente entre hombres y mujeres. Para tratarla, deberá afeitarse la cabeza, aplicándose fomentos o el cauterio, el cual iba dirigido a la protuberancia occipital externa y la primera vértebra cervical… Afirma Galeno que la epilepsia es una convulsión de todas las partes del cuerpo, no continua como la del tétano, sino que sobreviene por accesos. El cerebro está afectado, y “un humor espeso y viscoso llamado flema o pituita”, altera el cerebro, sea lesionando su temperamento, sea obstruyendo los conductos por donde pasa el pneuma psíquico retenido en los ventrículos cerebrales: “Cuando el principio de los nervios se agita para evitar las materias incómodas, sobreviene la crisis” (25)… Para Celio Aureliano existirán dos formas de presentarse la enfermedad: La una, similar a un sueño profundo y la otra, con vigorosas convulsiones. Describe la amnesia, las alteraciones del sensorio y el status epilepticus, recomendando algunos remedios y el tratamiento quirúrgico. El bizantino Pablo de Egina habla a la ligera del complejo convulsivo, síndrome del que consigna la epilepsia, las convulsiones puerperales, histeria, convulsiones infantiles, ateniéndose casi íntegramente a la patología galénica” (pp. 706, 707, 716, 717).

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La Teoría de Género.

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Hipócrates (460-377 a.C.), las influencias del mundo exterior en vigilia (sensaciones) y la no influencia nocturna (ensueños). Platón (427-347 a.C.), la relación entre los sueños y los deseos ocultos sin el freno de la razón. Aristóteles (384-322 a.C.) en Del sueño y los sueños; Del sueño; y De la adivinación mediante el sueño, que en el sueño los órganos sensoriales como el ojo producen imágenes que no dependen del estímulo externo, y que las alucinaciones, las ilusiones del estado de vigilia y las fantasías de los sueños son similares. Aulo Cornelio Celso (ca. 30 d.C.) sobre los tratamientos de la Manía y la Melancolía (De re Medica). Areteo de Capadocia (II d.C.) sobre la naturaleza de la Manía y la Melancolía y el tratamiento de la Melancolía y la Frenitis (Sobre las Enfermedades Agudas y Crónicas). Sorano de Éfeso (ca. 100 d.C.) sobre la Frenitis y su tratamiento (Sobre Enfermedades Agudas) y sobre la naturaleza y tratamiento de la Manía y la Melancolía (Sobre Enfermedades Crónicas). En el siglo XVIII Kant (Antropología) y Pinel (Nosología Filosófica) distinguen dos clases de Manía (con o sin delirio), conservan la Melancolía y la Demencia, y añaden la Idiocia. Carlos Linneo clasifica las Enfermedades Ideales (Delirio, Amentia, Manía, Melancolía, Vesania), las Enfermedades Imaginarias (Hipocondría, Fobia, Sonambulismo y Vértigo) y los Padecimientos (Bulimia, Polidipsia, Satiriasis y Erotomanía). François Boissier de Sauvages (1706-1767), el “mal de amor” como un delirio, la clorosis por amor (Dissertatio medica atque ludicra de amore): disnea, palpitaciones, inapetencia, náusea, vomito, pulso débil, orina y facies pálida, color facial verdoso. Llamada por Johannes Lange (1485-1565) morbus virgineus, por Ambrosio Paré (1510-1592) cachexia virginium, por Jean Varandal (1560-1617) clorosis (De morbis et affectibus mulierum). Thomas Sydenham (1624-1689) la clasificaba como Histeria de chicas adolescentes y mujeres débiles y William Cullen (1710-1790) como una forma de Melancolía. Claudio Galeno (II d.C.) fue el primer médico en diagnosticar el mal de amores cuando conoció a una mujer que “yacía despierta en la noche, agitándose y dando vueltas constantemente”, notando que su pulso se aceleraba cada vez que mencionaba el nombre del actor rompecorazones Pílades. Platón se refiere al amor como una especie de delirio, si el amor no es una enfermedad mental es porque todo el mundo lo padece. Cantos de Amor de Egipto (1567-1085 a.C.) que anticipa el Cantar de los Cantares: “Él dice: hace siete días que no la veo. Mi corazón está enfermo, la tristeza me abruma. Ya no sé de mí. El médico más hábil no sirve para nada, sus exorcismos son completamente inútiles. Yo sé que ella me haría vivir: su solo nombre resucita mi corazón. Tener noticias suyas me devolvería la vida. Mi amada es la mejor medicina, mejor que todos los libros mágicos. Mi salud está en ella: con verla me aliviaría. Cuando ella abre los ojos mi cuerpo rejuvenece; cuando ella habla mi fuerza regresa. Si pudiera abrazarla desaparecía mi enfermedad. Pero hace siete días ella me abandonó”. En el siglo XVI Lepois observó que la Histerio-Epilepsia se presentaba en ambos sexos: “en el cerebro” (Willis), “en la sangre en el corazón y los pulmones” (Hygmor), “en el sistema nervioso” (Pomme), “en el estómago y los intestinos” (Whytt), “ataxia cerebro-espinal” (Jaccoud), “ataxia funcional meso-cefálica” (Jiménez), “neurosis cerebral y ganglionar” (Monneret), “nervios vaso-motores” (Niemeyer). El bolo epigástrico (nudo en la garganta, ahogo) lo mismo puede presentarse en la Melancolía (depresión), la Manía (Ansiedad) y la Histeria (hipocondría). Roma permitía la manifestación del malestar con un catálogo de demonios y enfermedades mentales para que cada persona eligiera la expresión de sus síntomas. La literatura médica romana da fe del malestar: pacientes que pensaban que eran ollas que podían romperse, gallinas que corrían el peligro de ser comidas o Atlas soportando el peso del mundo en sus hombros (Galeno), paciente que se vendaba el dedo meñique porque temía que el mundo se derrumbaría si lo doblaba (Alejandro de Tralles), paciente que aplaudía en un teatro vacío por su delirio de escuchar actores trágicos maravillosos y que se quejó de que lo hubieran privado de su ilusión (Horacio), paciente rico que vivía temeroso de perder su fortuna y al que le anunciaban falsas herencias para disminuir su ansiedad, pacientes masculinos afeminados, pacientes femeninos que persiguen a las mujeres con un celo masculino (Celio Aureliano). Celio es el único de los médicos romanos que trata la homosexualidad masculina y femenina como una enfermedad mental, como el DSM I y el II: “No existen tratamientos corporales que puedan aplicarse para superar la enfermedad; en estos vicios desgraciados es la mente la que se encuentra afectada, y en consecuencia es la mente la que ha de ser controlada”. Richard von Krafft-Ebing en Psychopatia Sexualis (1886) identifica a las personas que adoptan la apariencia del sexo opuesto con los “invertidos sexuales”, un delirio paranoico en el que sin sentir atracción por los hombres, deseaban convertirse en mujeres. Sigmund Freud y Stekel hablan de “trastorno de los roles sexuales” como manifestación paranoica de una homosexualidad latente (complejo de castración) y de las lesbianas como histéricas. Magnus Hirschfeld “Tía Magnolia” en Die Travestiten (1910) de “intermedios sexuales” e identifica a la mayoría de los travestis con la heterosexualidad. En 1923 utiliza el término “transexual” para designar una manifestación de hermafroditismo. En 1931 Félix Abraham comienza a realizar las primeras cirugías de transformación genital bajo el diagnóstico de “travesti homosexual”. En 1949 David Cauldwell formula el concepto de “transexualismo” como una manifestación de psicosis. El sujeto “trans” es una categoría psicopatológica de los cincuenta (“transexual”) y política de los noventa (“transgénero”). Francisco Vázquez García en La invención del sujeto transexual, Capítulo 1 de En todos los colores. Cartografías del género y las sexualidades en Hispanoamérica (2017), postula la tesis de que los “sujetos trans” sólo se pueden reconocer con la diferencia de género del sexo biológico. El sexo biológico de la persona trans no se corresponde con la identidad de género. Sin la categoría género, epistemológicamente no existe la persona trans: “El término “hermafrodita” se usaba tanto para designar las conformaciones anatómicas ambiguas (caso por ejemplo de la esclava morisca granadina Helena de Céspedes, juzgada por la Inquisición en 1587) como para referirse a las mujeres que presentaban atuendo y manera varoniles (caso de la hidalga vasca Catalina de Erauso en las primeras décadas del siglo XVII) (Vázquez García and Cleminson, 2010; Cleminson y Vázquez García, 2013)… Entre 1800-1876, la medicina legal llegó a elaborar unas reglas básicas para diagnosticar el sexo a partir de la observación anatómica de los genitales y de los caracteres secundarios, teniendo en cuenta la interpretación psicológica de los gustos sexuales… En 1876, el patólogo alemán Theodor Klebs fijó un criterio más preciso. Lo decisivo no era ya la inspección visual de la morfología genital sino el escrutinio microscópico de los tejidos gonadales. A partir de ahora, el pseudohermafrodita (pues se descartaba la existencia de hermafroditas en la especie humana) ya no era alguien que presentaba unos genitales híbridos, sino el que ofrecía mezclados los tejidos testiculares y los ováricos. Nacía lo que se ha denominado la “era de las gónadas” (Dreger 1998, pp. 139-166)… En la misma época en que el tejido gonadal se instauraba como criterio para determinar el sexo biológico, se ponía al descubierto una nueva realidad: el “instinto sexual”, también designado simplemente como “sexualidad”, lo que posteriormente se llamaría “orientación sexual”. El instinto sexual se distinguía claramente del sexo biológico, porque su emplazamiento no tenía nada que ver con los genitales o las gónadas del individuo; se encuadraba más bien en un espacio psíquico, esto es, en relación con el cerebro y el sistema nervioso… Entre las distintas perversiones catalogadas por la naciente sexología, destacaba la que afectaba a los individuos que, poseyendo un sexo biológico determinado, sentían atracción por los individuos de su mismo sexo. A estos se les denominó de distintas maneras: “filópedas”, “hermafroditas psíquicos”, “uranistas” (Vázquez García, pp. 17, 23, 24). Cristina de Suecia (1626-1689) era hija de Gustavo Adolfo el Grande y María Leonor de Brandeburgo, en el día de su nacimiento las comadronas la tomaron por varón, probablemente por una hipertrofia del clítoris. Al día siguiente, tras un atento examen genital, descubrieron su verdadero sexo. En la edad adulta sufrió una caída en los jardines del palacio Corsini y quedó con las faldas tan arriba que nadie se atrevió a ayudarla. Cristina se levantó sola: “Ahora ya sabéis que no soy un varón ni un hermafrodita, como algunos quieren hacer creer”. Cristina nunca pudo desprenderse de las sospechas sobre su sexo, reforzadas por su físico: “Es pequeña, gorda y un poco encorvada; suele llevar una chaqueta lila, corbata larga y una peluca de hombre” (Edward Browne en 1665), “Es de baja estatura, muy gorda y corpulenta. Sus facciones, su voz y su rostro son de hombre. Tiene una gran nariz, los ojos azules y grandes, las cejas rubias y una papada en la que despuntan mechones de barba” (un francés en 1968). La explicación de su lesbianismo y la razón de su abdicación a favor de su primo Carlos Gustavo por no poder contraer matrimonio y dar un heredero al reino: “Me resulta imposible casarme. No voy a explicaros mis motivos, sólo debéis saber que no me es posible. El matrimonio suscita tal repugnancia en mí que no sé cuándo podría vencerla”. Cristina despotricaba contra el acto sexual por ser un gesto de sumisión de la mujer al hombre: “No soporto la idea de que un hombre me utilice del mismo modo que un campesino utiliza sus campos”. Pero no tenía ningún empacho en señalar el objetivo de las mujeres hermosas a la reina madre de Francia: “Las muchachas hermosas están hechas para fornicar”: “A diferencia de la categoría de “hermafrodita”, que pertenecía al registro del sexo biológico, la de “inversión” se inscribía en el ámbito del instinto sexual. Como se acostumbraba a decir en los textos de la época, el invertido poseía un cuerpo de varón con un alma, esto es, con un instinto de mujer, o viceversa. Hasta la primera década del siglo XX, buena parte de los sexólogos se atenía al criterio fijado por el vienés Krafft-Ebing en su monumental Psychopathya Sexualis (1886): la mayoría de los individuos que adoptan la apariencia del sexo distinto al que pertenecían eran en realidad invertidos sexuales. Freud, que sustituyó la categoría de “invertido” –aludiendo así a un trastorno de los roles sexuales, a un afeminamiento o a una masculinización- por la de “homosexual” –que se refería exclusivamente a la elección del objeto de satisfacción- también estimaba que la mayoría de las personas travestidas eran en realidad individuos de tendencia homosexual… Por otro lado, y este caso era más problemático, Krafft-Ebing hizo referencia a varones que, sin sentir atracción sexual por otros varones, deseaban no obstante convertirse en mujeres. Esta inversión puramente “intelectiva”, como se decía en la época, fue explicada por Krafft-Ebing como manifestación de una conducta delirante, lo que calificaba al sujeto como “paranoico” más que como perverso sexual… Sin embargo, el sexólogo alemán Magnus Hirschfeld, en un exhaustivo trabajo publicado en 1910 (Die Travestiten), dedicado monográficamente al travestismo masculino, negó la tesis defendida por Krafft-Ebing, Freud y Stekel: el travestismo no siempre estaba vinculado a la homosexualidad, aunque ambas figuras eran variantes de lo que Hirschfeld denominaba “intermedios sexuales”, individuos situados entre la identidad masculina y la femenina (Hausman, 1995, pp. 111-114; McLaren, 1999). De hecho, la mayoría de los sujetos examinados en el libro eran heterosexuales. Se trataba entonces de una variación sexual específica” (Vázquez García, pp. 25, 26).

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El Delirio Sexual.

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El modelo médico considera la enfermedad mental como una dolencia que tiene una causa fisiológica que es posible tratar por medios médicos. El modelo psicológico considera que los trastornos mentales son causados por crisis internas, fuerzas e impulsos y su represión. El modelo de la antipsiquiatría considera que los trastornos mentales son una construcción social que refleja la imposición de normas arbitrarias: Michel Foucault. En Babilonia el diagnóstico médico “Ataque de un espíritu”: relajado de día, pero del crepúsculo en adelante enfermo. En Kemet las últimas cuatro fases lunares representan la muerte y la resurrección de Osiris (Orión) en el Ojo de Horus (Luna llena): Melancolía, Histeria, Hipocondría, Epilepsia. Horus busca venganza por la muerte del padre, el equivalente del Licántropo o Lunático que adquiere el Ojo de Horus: paralización de la conciencia, conciencia crepuscular, estupor, sonambulismo epiléptico, demencia epiléptica. En Roma, si el Sol estaba en oposición a Marte en la cuarta casa, los “nacidos serán locos”. En la Edad Media la Epilepsia llamada Morbus astralis, producida por la flema, si su “aparición coincide con el primer cuarto de la Luna”. En la Edad Moderna el Lunático en el Diccionario de Autoridades (1734) para la persona afectada por los ciclos lunares, especialmente por las noches de Luna llena: “Lunático. El loco, cuya demencia no es continua, sino por intervalos que proceden del estado en que se halla la Luna: Quando está creciente se ponen furiosos y destemplados, y quando menguante pacíficos y razonables”. Psychopatia Sexualis (1886) de Richard von Krafft-Ebing, profesor de psiquiatría de la Universidad de Viena, buscaba pruebas de morbilidad o degeneración en los agresores sexuales para determinar si podían hacerse responsables de sus actos. El libro era una recopilación de casos clínicos dirigido a médicos y jueces como un libro forense de referencia, la razón de que las partes violentas fueran escritas en alemán y las descripciones sexuales gráficas en latín para que sólo fueran traducidas por los magistrados: inversión sexual femenina, inversión sexual masculina, travestismo, voyeurismo, fetichismo, sadomasoquismo, mutilaciones sexuales, autoerotismo, incesto, lluvia dorada, enema, coprofagia, coprofilia, gerontofilia, pedofilia, necrofilia, zoofilia, exhibicionismo. En 1886 de 45 casos clínicos en 110 páginas a 238 casos y 437 páginas en su vigésima edición de 1903. El concepto de sexualidad surge cuando se toman en cuenta las características psíquicas (Psicología), un nuevo campo de estudio: “Sexología”. En la década de 1910 el doctor Eugen Steinach, fisiólogo de la Universidad de Viena, se convierte en pionero de la Endocrinología cuando intercambia las gónadas de los animales y provoca la aparición de las características de hembras en machos y de machos en hembras. Los experimentos de Steinach inspiraron a Robert Lichtenstern, que empezó a realizar experimentos en humanos para intentar curar la homosexualidad. Magnus Hirschfeld “Tía Magnolia” usa la palabra travestismo y la teoría del tercer sexo. En 1923 usa la palabra transexual para designar una manifestación de hermafroditismo. El fundador Queer de la noción Ciencia Sexual y el Instituto para las Ciencias Sexuales (1919) con los psiquiatras judeoalemanes Félix Abraham y Arthur Kronfeld, el ginecólogo Ludwing Levy-Lenz, el dermatólogo y endocrinólogo Bernhard Shapiro y el dermatólogo Friedrich Wertheim. Centro que recibió las visitas del filósofo Walter Benjamin, el marxista Ernst Bloch, el oficial de prensa del Partido Comunista Alemán Willi Münzenberg y Rudolf Z/Dörchen, uno de los primeros pacientes “trans-género” en recibir cirugía de reasignación sexual. La Clasificación Internacional de las Enfermedades y los Problemas Sanitarios CIE-6 (1948) introduce las desviaciones sexuales en el Capítulo V dedicado a los trastornos mentales, en los trastornos de personalidad y los casos de transexualismo se contemplarían en ese apartado. En 1949 David Cauldwell presenta el concepto transexual como una manifestación de la psicosis. En 1951 el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organiza un grupo de trabajo con representación de la Asociación Psiquiátrica Americana para desarrollar una alternativa a la sección de los trastornos mentales de la CIE-6. El resultado es la primera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el DSM-I (1952) incluía la homosexualidad como un trastorno de la personalidad al igual que el alcoholismo y la dependencia de las drogas en la sección Desviaciones Sexuales, al mismo nivel que las perversiones sexuales. La Organización Mundial de la Salud aprobó la CIE-8 (1966) y coloca las desviaciones sexuales al mismo nivel de la neurosis, los trastornos de personalidad, el alcoholismo y la dependencia de las drogas. Las desviaciones sexuales incluían la homosexualidad, el transvestismo, la pedofilia y el fetichismo. En el DSM-II (1968), los casos de transexualismo continúan contemplándose como desviaciones sexuales dentro de los trastornos de orientación sexual o del transvestismo, en los “Trastornos de personalidad y otros trastornos mentales no psicóticos”: “Esta categoría se reserva a los individuos cuyos intereses sexuales se dirigen primariamente hacia objetos sexuales distintos a las personas del sexo opuesto, hacia actos sexuales no asociados habitualmente al coito o hacia el coito llevado a cabo bajo circunstancias extravagantes, como puede ser el caso de la necrofilia, la pedofilia, el sadismo sexual y el fetichismo. Aunque para algunos tales prácticas no son placenteras, se ven incapaces de sustituirlas por una conducta sexual normal”. En los criterios FEIGHNER (1972) el diagnóstico de transexualismo como una de las 14 categorías diagnósticas de mayor incidencia clínica, la base del DMS-III. En 1973 los colectivos gais logran que la Asociación Norteamericana de Psiquiatría retire la homosexualidad de la segunda edición (DSM-II), pero conserva el nombre “homosexualidad egodistónica” que describe la angustia y el sufrimiento que padece un gay o una lesbiana por el hecho de serlo, término retirado en 1986. En junio de 1974, la Asociación Psiquiátrica Americana designa a Robert L. Spitzer como presidente de una Comisión para desarrollar el DSM III. En el CIE-9 (1978) aparece por primera vez el diagnóstico de transexualismo, ubicado al mismo nivel de las parafilias y las disfunciones sexuales en el apartado de las “Desviaciones y Trastornos sexuales”, dentro de los trastornos neuróticos, trastornos de la personalidad y otros trastornos no psicóticos: “Desviación sexual centrada en la creencia fija de que los caracteres sexuales externos no son los que corresponden a la persona. La conducta resultante se dirige ya sea hacia el cambio de los órganos sexuales por medio de operación quirúrgica o hacia el ocultamiento completo del sexo aparente usando el vestido y los modales del sexo opuesto”. En el DSM-III (1980) el diagnóstico de transexualismo en la nomenclatura de la Asociación Psiquiátrica Americana. Añade el nuevo apartado, el de los “Trastornos de la Identidad Sexual”, donde se incluye el Transexualismo (en adultos) –en el cual se incluía a individuos con disforia de género que hubieran demostrado tener a lo largo de al menos dos años interés en modificar su sexo y la forma en que expresaban su género-, el Trastorno de la Identidad Sexual (en niños) y el Desorden Psicosexual no especificado. El DSM-III-R (1987) distingue los Trastornos de la Identidad de Género (TIG) de los Trastornos Sexuales en un intento de alejar los trastornos de la identidad de género de las parafilias y de las disfunciones sexuales. Incluye los TIG en los “Trastornos de inicio en la infancia, niñez o la adolescencia”. Se mantiene el Trastorno de la Identidad Sexual (en niños) y el Transexualismo, mientras que se suman a la lista el Trastorno de Identidad de Género en Adolescentes y Adultos del tipo no Transexual (TISAANT) y el Trastorno de la Identidad Sexual No Especificado. Excluye el diagnóstico en personas con esquizofrenia o ideas delirantes de pertenecer al otro sexo o hermafroditismo. El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud excluye la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de la Salud. En el CIE-10 (1992) los Trastornos de la Identidad de Género (TIG) son un grupo independiente de los “Trastornos de la Inclinación Sexual y de las Disfunciones Sexuales”. En los TIG (F64) están considerados el Transexualismo (F64.0), el Transvestismo de Rol Dual (F64.1) y el Trastorno de la Identidad de Género en la Infancia (F64.2). Excluye el diagnóstico en personas con esquizofrenia, anomalía intersexual, genética o de los cromosomas sexuales. En Trastornos de la Preferencia Sexual (F65) incluye el Fetichismo (F65.0), Transvestismo Fetichista (F65.1), Exhibicionismo (F65.2), Voyeurismo (F65.3), Pedofilia (F65.4), Sadomasoquismo (F65.5), Trastornos Múltiples de la Preferencia Sexual (F65.6), Otros Trastornos de la Preferencia Sexual (F65.8), Trastorno de la Preferencia Sexual, no especificado (F65.9). En Trastornos Psicológicos y del Comportamiento asociados con el Desarrollo y con la Orientación Sexuales (F66), el Trastorno de la Maduración Sexual (F66.0), Orientación Sexual Egodistónica (F66.1), Trastorno de la Relación Sexual (F66.2), Otros Trastornos del Desarrollo Psicosexual, como la zoofilia, necrofilia, froteurismo y anoxia (F66.8), Trastorno del Desarrollo Psicosexual, no especificado (F66.9). El DSM-IV (1994) y el DSM-IV-TR (2000) reemplazan el término Transexualismo por el Trastorno de la Identidad de Género (TIG), que amplía la categoría de sujetos incluidos, ya que no es necesario querer transformar el cuerpo. Agrupa los TIG con las parafilias y las disfunciones sexuales en la categoría “Trastornos Sexuales y de la Identidad de Género”. Incluye el apartado de TIG no especificado para las personas que no cumplen los criterios. La orientación de la persona con TIG por el sexo de la persona que se siente atraído. Las personas transexuales no se consideran homosexuales cuando se sienten atraídas por personas del mismo sexo biológico, ya que partiendo del género con el que se identifican, se autodefinen como heterosexuales. En las Parafilias incluye el Exhibicionismo (F65.2), Fetichismo (F65.0), Frotteurismo (F65.8), Pedofilia (F65.4), Masoquismo Sexual (F65.5), Sadismo Sexual (F65.5), Fetichismo Transvestista (F65.1), Voyeurismo (F65.3). En Trastornos de la Identidad Sexual (F64), Trastorno de la Identidad Sexual en Niños (F64.2), Trastorno de la Identidad Sexual en Adolescentes o Adultos (F64.0). DSM-IV-TR (2000): “Los trastornos de la identidad sexual se caracterizan por una identificación intensa y persistente con el otro sexo, acompañada de malestar persistente por el propio sexo. La identidad sexual hace referencia a la percepción que tiene un individuo de sí mismo como hombre o mujer. El término disforia sexual denota sentimientos intensos y persistentes de malestar con el sexo asignado, así como el deseo de poseer el cuerpo del otro sexo y de ser considerado por los demás como un miembro del otro sexo. Los términos identidad sexual y disforia sexual deberían distinguirse del término orientación sexual, que hace referencia a la atracción erótica hacia hombres, mujeres o ambos”. El DSM-V (2013) excluye el transexualismo de los enfermos mentales con la desaparición del término “Trastorno de la Identidad de Género” y sólo conserva la “Disforia de Género” como la angustia que sufre la persona que no está identificada con su sexo masculino o femenino: Disforia de Género en Niños 302.6 (F64.2), Disforia de Género en Adolescentes y Adultos 302.85 (F64.1), Otra Disforia de Género especificada 302.6 (F64.8), Disforia de Género no especificada 302.6 (F64.9). En los Trastornos Parafílicos, el Trastorno de Voyeurismo 302.82 (F65.3), Trastorno de Exhibicionismo 302.4 (F65.2), Trastorno de Frotteurismo 302.89 (F65.81), Trastorno de Sadismo Sexual 302.84 (F65.52), Trastorno de Pedofilia 302.2 (F65.4), Trastorno de Fetichismo 302.81 (F65.0), Trastorno de Travestismo 302.3 (F65.1), Otro Trastorno Parafílico Especificado 302.89 (F65.89), Trastorno Parafílico no Especificado 302.9 (F65.9).

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El Ángel de la Guarda.

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El determinismo biológico considera que la organización social humana y las desigualdades son producto de la biología, y que la única forma de alterar la estructura social y la posición de los individuos es a través de una ingeniería genética. El determinismo biológico localiza el problema en el cerebro: condicionamiento clásico, psicocirugía, psicofármacos. El primer tipo de reduccionismo cultural es el económico del marxismo vulgar, el relativismo sociológico, la teoría de la antipsiquiatría, la teoría de la desviación y la teoría de género. El segundo tipo de reduccionismo cultural busca las explicaciones del comportamiento en una tabula rasa cultural en el que la experiencia temprana puede imprimir lo que desee, representada por la psicología individual, la antropología y la sociología cultural. Si el determinismo biológico exige modificar los genes de la gente para eliminar las desigualdades, el reduccionismo cultural liberal exige que cambie su forma de pensar o la forma en que otros piensan sobre ellos. En Grecia la palabra Daimon δαιμν o Daimonion δαιμόνιον “ser sobrenatural”. Sócrates para diferenciarlo de Theos introdujo el significado “ser extraño”, una especie de voz interna que advierte a la persona cuando está a punto de realizar algo contraproducente. Un nexo entre los hombres y los dioses, una especie de intermediario divino. En la filosofía griega los demonios eran el equivalente de la conciencia. En términos griegos todos tenemos uno, la voz interna que nos aconseja: “Ángel de la guarda, mi dulce compañía, no me desampares, ni de noche ni de día”. En Kemet el KA “espíritu, doble invisible”, representado con un par de brazos levantados, el HEKA “lo que activa el KA, magia”. La fuerza vital del creador que durante generaciones transmitía la fuerza espiritual de la primera creación en todos los seres vivientes. En los humanos representa la personalidad, el “Espíritu Guía”, “Protector” o “Doble Invisible” que forma parte del alma. Para algunos autores el KA estaba unido con la placenta, el “Otro Yo”, el “Doble”, el “Gemelo”, el “Hermano no nacido” (Blackman 1916: 235-24) (B. de Rachewiltz, Parisi, Castellani, 1976: 17-19). Para los kemitas los nacimientos son dobles, el hermano no nacido es el que se sacrifica, uno vive en la tierra, el otro en el inframundo. La esquizofrenia es un término del siglo XIX en el que las voces ya no advierten, sino acusan o amenazan, causando gran angustia. En el determinismo biológico, la tendencia de los esquizofrénicos a tener hijos con el mismo padecimiento sin importar que hayan vivido con padres adoptivos, en gemelos idénticos la probabilidad de que el otro gemelo sea esquizofrénico del 50%, en gemelos carnales del 10%. El caso de los triates idénticos. En el reduccionismo económico, los esquizofrénicos están sobrerrepresentados en las clases bajas: poca educación, pocas oportunidades y escasas recompensas. En el reduccionismo cultural, los esquizofrénicos tienen más problemas familiares y menor comunicación con sus padres. El doctor Josef Mengele, el “Ángel de la Muerte”, es recordado por sus experimentos de gemelos, obsesionado por encontrar el secreto para que todos los alemanes pudieran tener gemelos y reproducir rápido la especie perfecta. Exiliado en Buenos Aires (Argentina), Asunción (Paraguay) y Cândido Godói & San Pablo (Brasil): médico “Helmuth Gregor”, “Fausto Rindón” o “José Alvers Azpiazú” 5555. Amigo de Juan Domingo Perón y Alfredo Stroessner. En Cândido Godói ocho de cada diez son alemanes o descendientes de alemanes, dos de cada diez son gemelos idénticos, rubios y de ojos azules. Fuera de la utopía americana, la identificación temprana de la esquizofrenia con los gemelos les acarreó problemas eugenésicos: “La creencia en que la esquizofrenia tiene un claro e importante origen genético está actualmente muy extendida. El padre de la psiquiatría genética. Ernst Rüdin, estaba tan convencido de esto que, fundándose en las estadísticas recopiladas por sus colaboradores, abogaba por la esterilización eugenésica de los esquizofrénicos. Cuando Hitler subió al poder en 1933, la propuesta defendida por Rüdin dejó de ser meramente académica. El profesor Rüdin servía en una sección, encabezada por Heinrich Himmler, del Grupo de Trabajo de Expertos en Herencia, que redactó la ley alemana de esterilización de 1933. Quizá el psiquiatra genetista más influyente en el mundo angloparlante fuera Franz Kallman, un estudiante de Rüdin. La avalancha de estadísticas publicadas por Kallmann parecían indicar de modo concluyente que la esquizofrenia era un fenómeno genético. A partir de su estudio de un millar de pares de gemelos afectados, Kallmann concluyó que si uno de los gemelos era esquizofrénico, había un 86,2 por 100 de posibilidades de que el otro también lo fuera. Más aún, si dos padres esquizofrénicos engendraban un hijo, había un 68,1 por 100 de posibilidades que el hijo fuera también esquizofrénico. Estos datos llevaron a Kallmann a alegar que la esquizofrenia podía atribuirse a un único gen recesivo… La presentación de Kallmann como encarnizado protector de los esquizofrénicos, mediante el ajuste de sus teorías científicas para reflejar su compasión, es grotescamente falsa. La primera publicación de Kallmann sobre la esquizofrenia tuvo lugar en un volumen en alemán, editado por Harmsen y Lohse, que contiene los procesamientos del francamente nazi Congreso Internacional para la Ciencia de la Población. Allí, en Berlín, Kallmann defendió vigorosamente la estilización de los parientes aparentemente sanos de los esquizofrénicos, así como de los propios esquizofrénicos. Esto era necesario, según Kallmann, precisamente porque sus datos indicaban que la esquizofrenia era una enfermedad genéticamente recesiva” (Lewontin; Rose, Kamin, pp. 251, 252). El DSM-V (2013) la diferencia del Trastorno de la Personalidad Esquizoide 301.20 (F60.1) con un patrón dominante de desapego en las relaciones sociales y cuatro o más de los siguientes hechos (No desear ni disfrutar las relaciones íntimas, elegir actividades solitarias, poco o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona, pocas o ninguna actividad, no tener amigos íntimos ni confidentes que no sean los familiares de primer grado, indiferente a las alabanzas o críticas, emocionalmente frío, desapegado o con afectividad plana) del Trastorno de la Personalidad Esquizotípica 301.22 (F21) con una patrón dominante de deficiencias sociales e interpersonales  con un malestar agudo y poca capacidad para las relaciones estrechas, y distorsiones cognitivas o perceptivas y comportamiento excéntrico y cinco o más de los hechos siguientes (Ideas de Referencia, Ideas Extrañas o Pensamiento Mágico, Experiencias Perceptivas Inhabituales, Pensamientos y Discurso Extraños, Suspicacia o Ideas Paranoides, Afecto Inapropiado o Limitado, Comportamiento o Aspecto Extraño, No tiene Amigos Íntimos ni Confidentes que no sean los familiares de primer grado, Ansiedad Social Excesiva asociada a Miedos Paranoides que a Juicios Negativos sobre Sí Mismo). En el Espectro de la Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el Trastorno Esquizotípico (de la personalidad) incluye el Trastorno Delirante 297.1 (F22) con la presencia de uno o más delirios durante un mes y sus Tipos (Erotomaníaco, Grandeza, Celotípico, Persecutorio, Somático, Mixto, No Especificado), el Trastorno Psicótico Breve 298.8 (F23) con la presencia de uno o más síntomas al menos de un día pero menos de un mes (Delirios, Alucinaciones, Discurso Desorganizado, Comportamiento muy Desorganizado o Catatónico), el Trastorno Esquizofreniforme 295.40 (F20.81) con la presencia de dos o más síntomas durante el período de un mes (Delirios, Alucinaciones, Discurso Desorganizado, Comportamiento muy Desorganizado o Catatónico, Síntomas Negativos) y la Esquizofrenia 295.90 (F20.9) con la presencia de dos o más síntomas que persisten durante un mínimo de seis meses con el descenso del nivel de funcionamiento en uno o más ámbitos (Delirios, Alucinaciones, Discurso Desorganizado, Comportamiento muy Desorganizado o Catatónico, Síntomas Negativos). En Hipócrates el cerebro es como una nevera de flema, en los neurólogos un ordenador húmedo, cuando algo falla en la programación sabemos que hay problemas. En 2020 la Unidad Ejecutora para el Estudio de las Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral de Argentina, realizó un estudio con 25 personas con alto nivel esquizotípico para conocer la interpretación a sonidos externos. Los audios de ruido incomprensible mezclado con algún tipo de palabra, buscaba estimular las voces en gente que tiene tendencias a escucharlas. El resultado fue que reconocieron mejor las peyorativas que las neutrales, y los de mayor grado esquizotipo lograron reconocer las más incomprensibles. Las regiones cerebrales frontales se activan ante audios incomprensibles y las funciones vinculadas al lenguaje le dan significado a los ruidos, donde los demás escuchan ruidos sin sentido, la mente esquizotípica y esquizofrénica interpreta palabras como en las alucinaciones funcionales. En 2022 la Universidad del Sur de California (USC), partiendo de las mutaciones que inhiben la función SAP97 (sinopsis de la proteína 97), que pueden provocar un aumento de 40 veces el riesgo de desarrollar esquizofrenia. Encontró la zona de actuación de la función en el giro dentado, dentro del hipocampo, la zona que controla el recuerdo de las experiencias de la vida (memoria episódica contextual). El cerebro esquizofrénico es capaz de transformar el sonido en una voz interna. Ahora imagina que tu cerebro interpreta los sonidos como comunicaciones sin identificar la fuente, como si fuera una antena de radio invadida por varias señales al mismo tiempo. Y si esas comunicaciones son amenazantes o acusantes, la facilidad de haber sido interpretadas en las religiones animistas como espíritus vengativos o almas en pena. En la modernidad como comunicaciones extraterrestres, el caso del matemático John Forbes Nash. Las alucinaciones auditivas son producto de la interpretación: “Oír voces es un suceso curioso y bastante sorprendente. No está al alcance de todos… Sin embargo, en la Antigüedad las voces eran morales o celestiales, y sus contenidos eran proféticos o correctores de la conducta. Los afectados eran sabios o grandes hombres de la política, la religión o la cultura. En cambio, desde la modernidad, las voces afectan a los llamados esquizofrénicos y, al menos inicialmente, en el debut de la locura, son inefables, de difícil descripción y las más de las veces de connotación imprecatoria. Más tarde, según avance la psicosis y se deje atrás el momento desencadenante, formarán parte de un delirio y ganarán sentido y espesor narrativo. Las voces de la Antigüedad, por lo tanto, eran reveladoras que surgían repentinas y raramente repetían después de su primera y única manifestación… Específicamente las modernas, es decir, las psicóticas, son reiterativas e invasoras y al afectado por ellas le cuesta mucho distanciarse de su presencia. Características que las diferencian de otras voces de la psicopatología, que son de condición neurótica y surgen de las ilusiones de la ansiedad o de las imaginaciones de la histeria… De servir de orientación, revelación o guía han pasado a convertirse en una amenaza angustiante que atormenta a quien la sufre… La voz inicialmente no dice nada, emite ruidos, sonoriza la materia. Luego, de súbito o poco a poco, transforma este rumor de la cosa, esto es, del núcleo mudo de los objetos, en lengua. Al principio, estas primeras palabras son incomprensibles, extrañas, inefables, hasta que el psicótico las rellena. Probablemente las voces siguen sin decir nada después, pero es el psicótico el que las completa y humaniza, quien aprende de esos vacíos y las interpreta. No son por lo tanto voces de la comunicación sino de la interpretación. El demon de Sócrates era un genio tutelar cuya voz interior le disuadía o reprobaba, nunca le imponía. Era una suerte de genio moral que tenían sus indudables semejanzas con las insinuaciones tentadores del demonio cristiano más tardío, pero no coincidía con ellas ni con las amenazas posteriores, ya de carácter secular, que padece el psicótico” (Álvarez & Colina, pp. 25, 26).

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The Wall & King Kill 33.

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La palabra Muro asociado a la Muralla: INEB HEDJ “Muro Blanco o Muro Brillante” contra los aamu, MURIQ-TIDNUM “Amuralla a los Occidentales” de Ur (250 kilómetros de largo) contra los amurru, CHANGCHENG “Pared Larga” (12, 752 kilómetros) contra los hsiung nu, los hsien pi y los mongoles, WALLVM HADRIANI “Muralla de Adriano” (135 kilómetros) contra los pictos y los scotos irlandeses: inglés WALL “pared, muralla”. El kemita INEB “Muro”, sumerio MURIQ “Muro, Muralla”, CHANG “Pared”, latín VALLVM “Empalizada, Muralla”, latín tardío MVRVS “Muro” y árabe HAYIT “Muralla”. Es fácil suponer que la Personalidad Esquizoide 301.20 (F60.1) y la Esquizotípica 301.22 (F21) son producto de la Modernidad, todos tenemos Muros y Murallas, es un malestar cultural, una enfermedad del alma. El Renacimiento fue una revolución cultural de mercado que promovió la idea de la libertad desligada de toda tradición, señorío, cartas juradas, costumbres, pensamiento religioso o jurídico. El Estado nación moderno emancipó a los individuos de los lazos comunitarios de la época medieval y creó la libertad tal y como la hemos conocido en el mundo contemporáneo. La Posmodernidad con el desapego y el no compromiso, liberados de la “familia, la reproducción, la crianza y los cuidados”. El Estado liberado de responsabilidad sociales: privatización, desregulación, descentralización. Los Muros y las Murallas cayeron, pero fueron reemplazadas por Muros de Lenguaje o Guetos de Lenguaje. En la Modernidad el Lenguaje hablaba por lo sujetos, en la Posmodernidad por los grupos. Las sectas heterodoxas antiguas medievales son producto de la crisis del Lenguaje. En la Esquizofrenia por Castillos de Lenguaje. Para el Esquizofrénico, el pensamiento y la experiencia es lo mismo, las alucinaciones visuales, olfativas y auditivas amenazantes. Para los Esquizoides y los Esquizotípicos el Otro es un ser ajeno que no refleja su humanidad, un ser mutilado por obra y gracia del Lenguaje. La palabra es la representación del concepto, el concepto la representación del objeto y el objeto la realidad material. Las palabras son signos de las significaciones, los conceptos pueden ser reales o ideales, los propios conceptos pueden ser tratados como objetos. La materia tiene límites, pero no las palabras, las letras ni las imágenes, modificables a voluntad. En la Modernidad el lenguaje se separa del sujeto como un objeto extraño, la alienación del siglo XIX con la esquizofrenia y el suicidio. En la Posmodernidad el lenguaje es una categoría que no corresponde con la taxonomía del mundo ideal y material. El hombre o la mujer “más libre de la historia” es la persona más solitaria que sólo tiene como única obligación amarse a sí mismo o misma, o incluso negarse o autodestruirse si es su voluntad. Aunque la crítica es correcta, no es un mal propio de la Modernidad ni la Posmodernidad. Sumeria representa las primeras sociedades colectivistas y los estados centralizados donde todos compartían un destino común, ese equilibrio se rompió con el primer experimento mercantilista de la historia en Babilonia: la privatización del Estado, los servicios financieros y el trabajo temporal. Ya no había “sociedad”, solo individuos y familias, pobres o poderosas, apareció por primera vez el “sujeto”. Las cargas de los dioses se convirtieron en responsabilidades individuales con la respectiva angustia de Atlas que carga el peso del mundo en su espalda. La destrucción social y la atomización del individuo, relatada en el Himno de la lamentación de la Ishtar (1750 a.C.): “Ayudas al desvalido y amparas al caído. Piedad, Ishtar, señora de los cielos y la tierra... El silencio es mi santuario; el silencio es mi palacio. Silencio llena mi vida y envuelve mi soledad. Destruida está mi familia; mi techo ha caído en ruinas. A ti clamo, Ishtar, escúchame, y perdona mis errores”. Celio Aureliano fue el primero en llamar alienus “lo extraño a uno mismo” a la Epilepsia, presente en aquellos que enloquecen: “Las voces que llamamos internas en realidad proceden del exterior. Ésta es la gran contradicción del psicótico, que cultiva dentro de sí todo lo que le imponen desde fuera. No hay un límite espacial en su cabeza. Los bordes de la realidad se confunden e intercambian de continuo en su representación. Le implantan, por ejemplo, un aparato en la cabeza para espiar y explotar su intimidad a distancia, de forma que lo próximo y lo lejano acaban coincidiendo. Por tratarse de un suceso íntimo, el psicótico es un loco moderno, y, por habitar lo externo, participa también de la representación antigua de la locura… Lo propio de la psicosis es disolver las categorías espaciales y temporales. El pasado, presente y futuro se funden en el instante… Todo loco moderno es a la vez un loco muy antiguo, al igual que todo lo que sucede en el presente es para él inseparable de lo sucedido en el pasado y de lo que ha de repetir en el futuro… Ya que no puede entrar nadie en su vida solitaria, aunque todos se permitan observar por dentro su alma y difundir sin autorización sus ideas, utiliza el lenguaje como caparazón, tras el que se escuda, en vez de usarlo como antena… A veces el esfuerzo del psicótico triunfa y consigue convertir las ventanas de las voces en auténticas troneras. En este caso el esquizofrénico vive en un castillo inexpugnable y sólido por cuyas rendijas lanza sus flechas contra los enemigos. Las voces en ese caso representan una suerte de venganza mutua: la del loco, que muestra su desprecio por todos, y la de los demás, que puesto que no pueden retirar el agua y el alimento al habitante de la fortaleza, le atacan con fenómenos sutiles e invisibles que atraviesan los muros y llegan al tímpano. El psicótico, en su denodado esfuerzo, puede llegar a controlar la hostilidad impúdica de las voces, pero entonces sucumbe ante el poder de la magia, los ordenadores o la electricidad. La física, en este caso, ocupa el lugar del lenguaje y cosifica todo lo que encuentra” (Álvarez; Colina, pp. 30, 31). En la década de los noventa, el cantante de metal industrial Brian Hugh Warner interpretó un personaje transvesti (el Anticristo Superestrella) y transexual (el extraterrestre Omega de Mechanicals Animals) con la unión de Marilyn Monroe y Charles Manson: “Marilyn Manson & The Spooky Kids” (1989). Eso no impidió adoptar una estética dandy, rockanrolera, gótica, filofascista, nazi y vamp. En su autobiografía The Long Hard Road Out Of Hell “El Largo y Duro Camino Fuera del Infierno” (1998), detalla lo que encontró en el sótano del abuelo Jack Angus Warner (1919-1993) a los 13 años: películas porno, fotografías setenteras de mujeres haciendo felaciones a caballos y cerdos, bustiers, sostenes, slips, panties, pelucas de mujer y una colección de consoladores lubricados. Warner le contó a su madre sus descubrimientos y ella le confió que cuando trabajaba como camionero tuvo un accidente y los médicos en el hospital encontraron ropa de mujer debajo de la suya, un secreto familiar. Nadie dudó de la sexualidad de Brian Warner, de los primeros en borrar los límites de la representación del escenario en la vida real, igual que el actor Johnny Deep que viste de tiempo completo como sus estrafalarios personajes. En una interpretación hiperreal, las novias y amantes porno judeoitalianas, judeoirlandesas y judeoeslavas se enamoraron del concepto Marilyn Manson, no de Warner: Jennifer Marie Massoli “Jenna Jameson”, Rose McGowan, Heather Renée Sweet “Dita Von Teese”, Evan Rachel Wood, Jessica Stojadinovich “Stoya”, Lindsay Usich. Los fanáticos góticos, filofascistas y filonazis también. Pero eso nunca supuso la imitación transvesti o transexual ni el cambio de orientación sexual. En Warner estaba justificado porque era el “Anticristo Supestrella”, “Marilyn Manson”, “Omega”, un concepto. No se necesitan neuronas para entender que es un personaje autoteísta y antinomianista, un destructor y creador de valores que solo es aceptable en el espacio del arte, de otra forma sería repudiado como los transvestis y los transexuales reales. Las letras oscilan entre la Manía con un carácter político, el Anticristo es el Revolucionario: “¿Es esto es lo que querían? Es esto lo que obtienen. Convirtieron sus vidas en ésta mierda. Nunca me aceptaron ni me trataron bien. Cúlpame por lo que creo y cómo visto. Se condenaron a ustedes mismos y criaron a esta oveja. Cosecharás las semillas deprimidas y marchitas. Nunca me dieron la oportunidad de ser yo mismo. Ni siquiera una puta oportunidad de ser. Pero tengo que mostrarles que interpretas un papel. Y los destruiré con un simple agujero. El mundo que me odia ha cobrado su peaje. Pero ahora, finalmente tome el control. Querían tanto hacerme esto. Y ahora sólo quiero que maten al rey. Y no lo lamento, y no lo lamento. Esto es lo que mereces. Rey Asesinato 33” (King Kill 33, Holy Wood, 2000). La Melancolía, el “mal de amores” en un mundo escindido: “Ellos cortan nuestras gargantas como si fueran flores y nuestra leche ha sido devorada. Cuando lo quieres se va demasiado rápido. Cuando lo odias siempre parece durar. Pero solo recuerda que cuando pensabas ser libre, la grieta que hay dentro de tu maldito corazón soy yo… Miénteme, llórame, entrégate a mí, yo lo haría… Quiero superar la velocidad del dolor por otro día… Espero que al menos muramos tomados de la mano por siempre” (The Speed of Pain, Mechanicals Animals, 1998). Y por debajo del agua la crítica multicultural y arcoíris del “Hombre Hetero Blanco” con el alter ego Omega: “No estoy atado a tu mundo. Nada cura y nada crece. Porque es un Gran Mundo Blanco. Y estamos drenando nuestros colores. Solíamos amarnos a nosotros mismos. Solíamos amarnos unos a otros. Todas mis puntadas pican, mi prescripción es baja. Desearía que fueras reina sólo por hoy. En un mundo tan blanco, ¿Qué más podría decir?”. Manson nunca usó a Omega para hacer activismo LGBT. El caso opuesto de la banda Rammstein (1994) que jugaba con la estética fascista, nazi y punk, luego con la hermafrodita: “Me parece muy bien ser un hermafrodita, dos almas bajo mi pecho, dos sexos, un deseo… Mis días son distintos, soy la persona más bonita de todas, veo cosas maravillosas que antes desconocía. Puedo satisfacerme todos los días, puede mandarme rosas a mí mismo, no hay segunda o tercera persona, uno y uno es lo mismo” (Zwitter, Zwitter, Mutter, 2001). Pero rompieron un código en 2019, en Chorzów ondearon banderas del orgullo gay y en el Estadio Olímpico de Luzhnikí los guitarristas Paul Landers y Richard Kruspe se besaron para desafiar la ley de Vladimir Putin que prohíbe la apología de relaciones sexuales no tradicionales. Diferente al grupo esloveno Laibach (1980), la inspiración de Rammstein (1994), producto del colectivo artístico N.S.K. (Neue Slowenische Kunst) en la Yugoslavia de Tito. El primer grupo occidental en tocar en Corea del Norte el 19 y el 20 de agosto de 2015 en Pyongyang ante 4.000 espectadores, ya que siempre ha jugado con la estética fascista y nacionalsocialista, y el hecho de que el régimen de Kim Jong-un haya aceptado fue un gesto de apertura que no se ha vuelto a repetir. La inversión de las normas sociales es una heterodoxia del judaísmo que permitía violar las reglas de la Torah inferior para acelerar las reglas de la Torah superior. El “Anticristo” era el “Mesías” de Constantinopla que intentaba apoderarse de la Corona de Turquía: Shabbetái Zeví (1626-1676). Zeví nació en Esmirna, hijo de un agente de sociedades holandesas e inglesas y sus dos hermanos prósperos mercaderes. Aficionado a los libros, estudió en una escuela rabínica y después la Cábala de Isaac ben Salomón Luria “Ha-Ari el León” (1534-1572). A través de estados intensos de meditación desarrolló las características de un maniaco depresivo. Zeví en sus fases maniacas violaba las normas sexuales de la Torah y bendecía a quienes permitían lo prohibido. Incluso buscó ayuda para eliminar sus fantasías diabólicas y exorcizar sus demonios con el cabalista Abraham Natan ben Elisha Hayyim Ashkenazí “Natán de Gaza” (1643-1680), quien también tenía visiones y había llegado a la conclusión de que el papel de Mesías exigía sacrificios heroicos, como la adopción de la apariencia de mal para purificar a otros. Natán, en lugar de exorcizar sus demonios, lo persuadió de que sus pretensiones eran auténticas y lo exaltó como el Mesías. Zeví entró en una nueva fase maniaca designando a los embajadores que debían convocar a todas las tribus de Israel.

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Geto Nuovo & LGBT.

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La escisión entre el individuo y la sociedad se refleja en la cultura judía desde la Edad Antigua. Los cabalistas buscaban alcanzar estados alterados de conciencia para entender el lenguaje de las aves, los animales, los árboles, las nubes y los demonios, el caso de Hillel el Viejo o “Hillel el Babilonio”, el maestro de Jesús de Nazaret. El lenguaje de las aves, el caso de Isaac ben Salomón Luria “Ha-Ari el León” (1534-1572). El acceso directo a Dios a través de las letras de la Torah y los números que ellas simboliza, el caso de Luria. Israel ben Eliezer “Ba´al Shem Tov” (1700-1760) la concentración en las letras para que se disuelvan en la mente y se manifieste el espíritu que habla por uno. El IV Concilio de Letrán de 1215 estableció una vestimenta distintiva para los judíos: sombrero ancho y una rodela de color rojo o amarillo, en Alemania el gorro puntiagudo “Judenhut”, en Francia la señal amarilla cosida en los atuendos, el antecedente del gorro blanco puntiagudo que acompaña el sambenito de la Santa Inquisición. En el siglo XIII los judíos venecianos son reunidos en la isla de Spinalunga, la Giudecca; en otras ocasiones obligados a vivir en Mestre, en tierra firme. Tuvieron que usar un distintivo circular amarillo, después un sombrero amarillo y posteriormente un sombrero rojo. En 1492 ultimátum en España para convertirse al cristianismo o partir con la salvaguarda, protección y libre disponibilidad de sus bienes. La ruina de Amberes (1576-1609) y la “Guerra de los Mendigos o Piratas del Mar” o “Guerra de Flandes” (1568-1648) contra Felipe II permite la independencia de los Países Baxos. Llegan judíos sefardíes de España y Portugal (1590), askenazíes de Alemania (1620), protestantes luteranos y hugonotes de Francia. Los judíos de España y Portugal fueron bien recibidos en Constantinopla, contribuyendo a crear una industria armamentista y reforzando la comunidad judía de la Salónica otomana: los condottieri. En mayo de 1509 las fuerzas de la Liga de Cambrai derrotan al ejército veneciano en Agnadello con una fuga de la terra firma a las islas principales, entre los refugiados había más de 5 mil judíos, la mayoría emigrados de España y Portugal. Los frailes impulsaron un movimiento para expulsarlos, en 1515-1516 la decisión de confinar a la comunidad judía en una antigua fundición de cañones, el ghetto nuovo en las islas centrales más alejadas de la Plaza de San Marcos. El ghetto nuovo albergaba a los judíos italianos que eran principalmente de origen alemán. En 1541 los judíos de Levante fueron trasladados a la fundición vieja, o ghetto vecchio, que estaba cerca. En 1633, se agregó el ghetto novissimo, para albergar a los judíos occidentales. La palabra gheto del dialecto véneto geto, en italiano ghetto, posiblemente una derivación de los vocablos italianos giudecca, borguetto o gietto: alemán gitter “barras de prisao” (prisión) o gasse “beco” (callejón), hebreo talmúdico get o guet. “separaçao” (separación). El verbo gettare “jogar” (jugar), alemana gehegt “fechado” (cerrado), francesa gueat “guardar”, italiano getto “pier” (muelle). Venezia en portugués Veneza: “Venezuela”. Los judíos dominaban el comercio marítimo oriental y eran presa del secuestro de los turcos otomanos y los caballeros de Malta. Las comunidades ponentinas y levantinas de Venecia crearon un fondo común para pagar el rescate de los judíos secuestrados. El atuendo restrictivo de los judíos no les impedía celebrar, aunque sin música porque los rabinos consideraban que la repetición excesiva de las palabras podía llevar a creer que había dos o más dioses, y sólo hasta principios del siglo XVII el gueto tuvo una academia de música: “Esa noche se celebra una suerte de medio carnaval; pues muchas doncellas y esposas se enmascaran, para no ser reconocidas, y visitan todas las sinagogas. En un día así hay multitud de damas y caballeros cristianos que acuden por curiosidad (…) Están presentes todas las naciones, los españoles, los levantinos, los portugueses, los alemanes, los griegos, los italianos y otros, y cada uno canta de acuerdo con su propio uso. Como no emplean instrumentos, algunos baten palmas sobre la cabeza, otros se golpean los muslos, algunos imitan las castañuelas con los dedos, y los hay que fingen tocar la guitarra rascando su jubón. En resumen, actúan de tal modo con estos ruidos, saltos y danzas, con extrañas contorsiones de la cara, los brazos y todos los restantes miembros, que parece la mímica del Carnaval”: “El término “gueto” –judería marginada dentro de una ciudad- procede del italiano “ghetto” y este, a su vez, del dialecto véneto: “geto”, lugar donde se funde metal para fabricar cañones (Brewer 2006: 65; Boerio 1867: gheto, geto; Zingarelli 2010: guetto). Y es que, precisamente, el primer gueto de la historia fue el Ghetto Novo de Venecia, creado en 1516 para albergar a los judíos residentes de la ciudad, en su mayoría de origen alemán, y ubicado en un lugar donde había existido una fundición. Aunque la actividad de los prestamistas judíos había sido autorizada por el gobierno de Venecia, durante todo el Quattrocento los hebreos tenían prohibido permanecer en la ciudad durante más de quince días seguidos, y debían espaciar cuatro meses sus visitas… A principios del siglo XVI, a pesar de su aparente esplendor, la República de Venecia estaba en crisis… El Senado veneciano valora entonces la posibilidad de renovar los acuerdos firmados con los judíos, cuyo “cuartel general” se encontraba entonces en Mestre, y que con su actividad de prestamistas podían facilitar la circulación de dinero en efectivo que necesitaba la República en ese momento… Pero en los años siguientes, a raíz de las epidemias de peste, las prédicas de frailes y sacerdotes fanáticos, y las protestas populares contra los judíos, se empieza a considerar necesario su confinamiento en un espacio cerrado, pues hasta entonces los hebreos habían vivido repartidos en diferentes zonas de la ciudad. La primera propuesta llegó al Consiglio dei Pregadi en marzo de 1515, de parte de un patricio, Emo Zorzi, que sugería que los hebreos de Venecia fueran recluidos en la isla de la Giudecca. Los líderes judíos se opusieron a esta elección y propusieron una alternativa: Murano (Bassi y Toso Fei 2007: 151-152). Un año después, el 20 de marzo de 1516, Zaccaria Dolfin atacó duramente a los hebreos… pidió que fuesen confinados en el Guetto Novo… El 29 de marzo de 1516 se dictó un decreto según el cual los judíos tenían la obligación de residir en el guetto” (Peñalta Catalán, pp. 201, 202, 203). En el siglo XVIII la jerga “Molly” usada por grupos de personas marginadas de la sociedad y asociadas con la criminalidad, los mollies “hombres afeminados” tenían relaciones con otros hombres y que incluían las palabras de la jerga criminal cant para el lenguaje “Molly”. La jerga “Parlyaree” del italiano parlare “hablar” a fines del siglo XIX con influencias de la lengua franca, usada por los marineros. La jerga cockney y el yiddish del este de Londres: músicos callejeros, circos itinerantes, ferias, vendedores de mercado, prostitutas y mendigos. El parlyaree llamado parlarie a comienzos del siglo XX, con aportaciones de la jerga de los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, asociado a los hombres gais. En la década de los sesenta el parlarie llamado polari, absorbiendo la jerga contracultural del uso de las drogas. En la revolución sexual estuvieron sobrerrepresentados los negros bisexuales y las lesbianas judías. “Lo Gay es bueno” (1970) de Martha Shelley del Gay Liberation Front (GLF) de Londres: “Y ahora os diré lo que queremos los homosexuales radicales: no queremos que nos toleréis o nos aceptéis sino que nos entendáis. Y eso sólo lo podéis hacer convirtiendo en uno de nosotros. Queremos alcanzar el homosexual que está enterrado en vosotros, liberar a nuestros hermanos y hermanas, atrapados en la prisión de vuestros cráneos”. No seremos heteros hasta que vosotros seáis gays. Mientras os dividáis, estaremos separados de vosotros: separados por un trampantojo de vuestra mente. No os libraréis de nosotros, porque surgimos de vuestros cuerpos y de vuestras mentes”. “A Radical Manifiesto: The Homophile Movement Must Be Radicalized!” de la Liga Estudiantil Homófila del Congreso Norteamericano de Organizaciones Homófilas (1969), en la revista neoyorquina Gay Power: “Pedimos la eliminación de toda restricción sexual en las relaciones consentidas entre personas de cualquier sexo, de cualquier orientación, de cualquier edad, de cualquier parte, sea por dinero o no”. “Refugiados de Amérika: Un manifiesto Gay” (1969) de Carl Wittman: “La homosexualidad es la capacidad de amar a alguien del mismo sexo. 2. Bisexualidad: la bisexualidad es buena; es la capacidad de amar a personas de ambos sexos. 3. Heterosexualidad: la heterosexualidad exclusiva es una basura. 1. La imitación de la sociedad hetero: A está antes que B; B está después de A; uno es menos que dos y dos es menos que tres. No hay lugar para la igualdad. 4. Chavales y estudiantes: afrontémoslo, los cuerpos hermosos y jóvenes son atributos, son estupendos… Una nota sobre la explotación de los niños: los niños pueden cuidar de sí mismos y son seres sexuales mucho antes de lo que estamos dispuestos a admitir”. El “Documento de trabajo para la Convención Constitucional Revolucionaria” (1970) del Grupo de Liberación Gay de Chicago: “d) Sanidad: La rama de la medicina que más nos atañe es la psiquiatría… ellos (y no Freud) han creado y extendido la idea de que somos enfermos, neuróticos, paranoicos y otra basura similar… Aquellos que no se aproximan a los estereotipos porque son viejos, poco atractivos, físicamente deformes, etc. Se encuentran entre la gente más desgraciada y sola de la sociedad”. “La mujer identificada con mujeres” de Radicalesbians (1970): “Primero debería entenderse que el lesbianismo, como la homosexualidad masculina, es una categoría de comportamiento que solo es posible en una sociedad sexista… En una sociedad en la que los hombres no oprimieran a las mujeres y que permitiera a la expresión sexual seguir los sentimientos, las categorías de homosexualidad y heterosexualidad desaparecerían”. “Por la liberación de travestidos y transexuales” (1971) del colectivo vinculado al Boletín de Liberación Trans: “El movimiento de liberación trans incluye personas travestidas, transexuales y hermafroditas de todos los sexos y de cualquier práctica (heterosexuales, homosexuales, bisexuales y asexuales). Se está convirtiendo en un movimiento aparte porque la gran mayoría de travestidos son heterosexuales, como lo son muchos transexuales con posterioridad a su operación”. “The Straight Mind” (1980) de la revista Feminist Issues. “Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence” (1978) de Adrienne Rich: “Quería, por lo menos, que a las feministas les resultara menos posible leer, escribir o dar clase desde una perspectiva de heterocentrismo incuestionado”. The Resistence (1981) de Adrienne Rich: “La feminista lesbiana lucha para que toda la gente se libere de la dominación patriarcal que se articula a través del heterosexismo”. “Lesbianas in Revolt” (1972) de Charlotte Bunch del colectivo The Furies: “El lesbianismo identificado con las mujeres es, entonces, más que una preferencia sexual: es una elección política… Las lesbianas deben convertirse en feministas y luchar contra la opresión de las mujeres, del mismo modo que las feministas deben convertirse en lesbianas si esperan acabar con la supremacía masculina”. En los manifiestos no aparecen minorías sexuales oprimidas que sólo busquen el reconocimiento de sus derechos, sino la equiparación de heterosexualidad, sexismo y patriarcado. Para acabar con el patriarcado y el heterosexismo hay que ser homosexual y lesbiana. La reivindicación sexual como una orientación política. También se meten en problemas legales por rechazar las categorías de la materia: A = B. Pero el de la materia a conveniencia, la piedad por los poco atractivos, pero la predilección por los cuerpos hermosos y jóvenes. La contradicción, lo mismo encuentran como aliados políticos a las panteras negras que a los radicales o ideólogos blancos, a los negros y los obreros blancos. Lo mismo reivindican las siglas LGBT como su desaparición por formar parte de un sistema sexista que impide la libertad de amar: “Espíritus Libres”.

Ramune Tsuno ©

Autor del texto: Armando Ossorio ©

XPOFERENS

 

 “El lugar de las ideas, no es, como pensaba Platón, un lugar celeste; el lugar de las ideas es el pensamiento, porque es donde son poseídas. Y para las ideas lo mismo es ser poseídas que ser. Una idea no poseída por una mente no existe… Formalmente, nuestro tener corpóreo es medial. Pertenece al orden de los medios, dice Aristóteles. No pertenece nunca al orden de los fines. Lo que pertenece estrictamente al orden de los fines es la posesión mental. Poseer con el conocimiento, con la mente, es poseer fines. El télos es poseído exclusivamente cuando se conoce, dice Aristóteles en el libro Lambda de la Metafísica y así mismo en el noveno. Se trata de pasajes geniales. Aparece también en el De ánima y en la Ética a Nicómaco... Nuestra posesión corpórea es una posesión medial. Quien marca los fines es quien posee los bienes, y es quien, por lo tanto, establece el orden de los medios respecto a los fines… Quien marca el orden de los fines es la capacidad de poseer fines. El fin de la vida humana es la teoría, la contemplación, porque el fin solamente es poseído intelectualmente”.

Leonardo Polo.

Las tres dimensiones de la antropología. 

 

"Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".

Ramune Tsuno ©

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