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Filosofía para Cínicos.


Kaiho ©

Genealogía de la Estupidez.

ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ

Juan Antonio González de Requena Farré en "De necios a idiotas. Transformaciones discursivas del léxico de menosprecio intelectual" (UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE, 2020) hace un recorrido por los términos de la incapacidad intelectual en la comunidad hispanohablante: necio, tonto, ignorante, estúpido, bobo, idiota, imbécil e insensato. La infancia, adolescencia y juventud no sólo es un período de formación, es un período de gracia para ser estúpido. Es muy fácil sentirse inadecuado y engañado por falta de conocimientos, ciencia y experiencia. El adulto que actúa como un estúpido es desacreditado por sus pares y la sociedad en general. En las Etimologías de San Isidoro de Sevilla (siglo VII) aparecen los términos IMBECILLVS "la débil fragilidad e inconstancia" (a falta de báculo, símbolo de autoridad en el mundo antiguo); IGNARVS o ignorante "el que ignora" (sine naribus "por falta de olfato"); INSCIVS "quien carece de ciencia"; IDIOTA "inexperto", OBTVNSVS o confundido "obtuso"; INSIPIENS o necio "carece de criterio o sapiencia"; STVLTVS o embotado "que por aturdimiento no reacciona ante las injurias y afrentas"; STVPIDVS o estúpido "estupefacto". François Boissier de Sauvages en Nosologie methodique (1771), en la categoría de locuras o enfermedades mentales (FOLIES), incluía el orden de la IMBÉCILLITÉ "imbecilidad" y STUPIDITÉ o BÊTISSE "estupidez" para caracterizar la debilidad intelectual o la inaptitud a la hora de razonar y juzgar adecuadamente. La estupidez sería una variante de la imbecilidad en que, a las dificultades para juzgar, se sumarían la debilidad, lentitud o abolición de la facultad de imaginación y memoria para apercibirse de los objetos, así como la incapacidad para entender adecuadamente lo que se habla. Philippe Pinel en Nosographie philosophique (1798), incorporó en la clase de las enfermedades nerviosas y como un tipo de vesania y lesión del entendimiento, el género del IDIOTISME "idiotismo". En el idiota se debilitarían o anularían completamente las funciones del entendimiento e, incluso, los afectos del ánimo. El CRÉTINISME "cretinismo" sería una especie de idiotismo extremo endémico en algunas regiones de Europa. Jean-Étienne Dominique Esquirol en Des maladies mentales considerees sous le rapport medical, hygienique, et medico-legal (1838), incorporó en el lenguaje médico la IMBÉCILLITÉ "imbecilidad" y el IDIOTISME "idiotismo" entre las formas de la enajenación mental atribuibles a la impotencia o la debilidad de las funciones intelectuales, y también distinguió la imbecilidad y la idiotez como especies de degradación de la inteligencia humana. La imbecilidad se caracterizaría por una conformación y organización normales, que hacen posible disfrutar de las facultades intelectuales y afectivas, aunque con un desarrollo limitado y más débil que en las personas de inteligencia normal, de modo que los imbéciles podrían pensar, hablar y recibir alguna educación. El idiotismo sería el grado máximo de falta de facultades intelectuales y morales (incluido el uso de la palabra), y representaría el estado más rudimentario de la inteligencia y la sensibilidad, debido a una organización incompleta y a un desarrollo prácticamente nulo de la sensibilidad, la atención, la memoria, de manera que sólo se pueden repetir acciones por costumbre o imitación, sin guía de la razón. Jean Baptiste François Descuret en La Medecine des passions, ou, Les Passions considerees dans leurs rapports avec les maladies, les lois et la religion (1841), realiza una sistematización del saber médico-legal sobre las supuestas enfermedades intelectuales, en grado descendente de la razón hacia el idiotismo pleno y congénito. La IMBÉCILLITÉ "imbecilidad" corresponde al debilitamiento de las facultades intelectuales de individuos que tuvieron su razón cabal y pueden dar muestras momentáneas de memoria, atención o juicio. La BÊTISE "tontería" o STVLTITIA "embotamiento" es una forma de idiotismo que exhibe tenues fragmentos de inteligencia y capacidad de hablar. La STUPIDITÉ o STVPIDITAS "estupidez" es la forma de idiotismo que exhibe algunas percepciones y sentimientos de las necesidades físicas. El ABRUTISSEMENT "embrutecimiento" o AMENTIA "demencia" es el estado más abyecto de la condición humana, en el cual ni siquiera se dan percepciones o sentimientos de necesidades. Pedro María de Olivé en Diccionario de sinónimos de la lengua castellana (1843), al IGNARVS "ignorante" le falta aplicación e instrucción, el NESCIVS "necio" sabe las cosas mal, carece de discernimiento, es incapaz de pensar por sí mismo y todo lo hace al revés. El necio y el bobo comparten la incapacidad para pensar por sí mismos, crédulos e incapaces de comprender. El ATTONITVS "tonto" ignora, carece de capacidad de conocer y discernimiento, y es indiferente ante todo: no tiene disposición natural o se ha entontecido por la educación o las circunstancias de la vida. El tonto se asemeja al INSENSATVS "insensato" por la carencia de sensatez, y al necio y al imbécil que carecen de inteligencia y juicio. La ignorancia del IDIOTA es atribuible a un defecto natural en los órganos que sirven las operaciones del entendimiento, asociado a la incapacidad de combinar ideas. Para Olivé, la diferencia entre el idiota y el imbécil es que el primero nace y el segundo lo llega a ser por alguna causa extraña, por su mala educación o por el aire de su país natal: "El idiota lo es siempre: al imbécil se le puede curar". El estúpido carece de sentimientos y no se conmueve por nada, una falta total de inteligencia atribuible a la organización natural: "El estúpido carece enteramente de inteligencia, es como inferior a las mismas bestias, pues ni aún el instinto de estas tiene. Todo lo espiritual le falta; sólo tiene lo material de los brutos y sus apetitos, y en la clase de estos sólo se le puede comparar con las más torpes y de muy limitado instinto: son como las tortugas en la especie humana" (De Olivé, 1843, p. 165). Lo terrible de estas definiciones es que el ignorante, el necio, el bobo, el tonto y el imbécil pueden ser producto de una mala educación y malos hábitos. Los términos más infamantes son idiota, cretino y estúpido por disposición natural, el tonto y el imbécil se encuentran a medio camino entre la disposición teleológica y el embrutecimiento. Existe una tendencia a llamar IMBECILLVS a los petulantes y engreídos, pero el imbécil carece de inteligencia. Toda persona que sufra vejaciones se embrutece voluntariamente para soportar ese estilo de vida. Las prostitutas beben alcohol y se refugian en las drogas. Los policías y los militares en ciertos casos se tienen que drogar para poder realizar su trabajo. En la administración pública es común el alcoholismo y la drogadicción. Afirmar que en las instituciones gubernamentales hay IGNARVS, NESCIVS, IMBECILLVS y BRVTVS no es un insulto. Es producto de lamentables condiciones formativas, culturales, económicas y laborales: espacios deshumanizantes, degradantes, alienantes y embrutecedores. Existen trabajos con exposición a solventes que alteran el nivel cognitivo: áreas de aprendizaje y memoria, memoria visual, memoria de retención, atención y flexibilidad mental, coordinación óculo-manual y destreza visoespacial, velocidades de percepción y procesamiento de la información. Incluso llegan a alterar el estado de ánimo: ansiedad y depresión. Cada vez que los políticos autorizan empresas que trabajan con solventes en zonas habitacionales, aparte de corruptos, son asesinos. La definición de STVPIDVS entra en el ámbito irracional del BARBARVS y el BALBVS en la cultura grecorromana: "el que balbucea" (bobo). En los seres humanos superiores el espíritu racional controla el cuerpo, en los seres humanos inferiores el cuerpo controla el espíritu y la esclavitud oficializaba su irracionalidad. ¡Los romanos esclavizaban a los estúpidos!, no se preocupaban por la esclavitud material porque era un tema moral resuelto. El mundo de las apariencias es una prisión de los sentidos y aquellos cuya mente era gobernada por las pasiones y los apetitos de su cuerpo eran esclavos. El estoicismo buscaba la libertad del alma, no del cuerpo: "Los bárbaros ocupaban un lugar propio y bien definido en este universo romano, un lugar basado en una concreta visión del cosmos. Los seres humanos, argumentaban los romanos, constaban de dos elementos: un espíritu inteligente y racional, y un cuerpo físico. Por encima de la humanidad, en el cosmos, habitaban seres constituidos únicamente de puro espíritu. Por debajo de los seres humanos estaban los animales, que encarnaban la materia pura. En la organización del cosmos, la humanidad era la única que combinaba un espíritu inteligente y un cuerpo físico. Por encima de la humanidad, en el cosmos, existían otros seres que, pese a estar dotados de poderes de mayor o menor magnitud, compartían la característica de estar constituidos únicamente de puro espíritu. Por debajo de los seres humanos estaban los animales, que encarnaban la materia pura. En esta organización, la humanidad es la única que combina un espíritu y un cuerpo, y de aquí emanaba la comprensión romana de la racionalidad. En las personas plenamente racionales –como la élite romana, desde luego-, el espíritu racional controlaba al cuerpo físico. Pero en los seres humanos inferiores –los bárbaros-, el cuerpo dominaba a la mente. En una palabra, los bárbaros eran la imagen opuesta de los romanos: les encantaba el alcohol, el sexo y las riquezas mundanas. La irracionalidad bárbara se revelaba también de otras maneras. En opinión de los romanos, era fácil distinguir a un bárbaro por su reacción ante la fortuna. Si tenía un pequeño golpe de suerte, creía haber conquistado el mundo. Ahora bien, del mismo modo, el más ligero contratiempo le conduciría a la más profunda de las desesperaciones, y se lamentaría de su destino. Allí donde los romanos calculaban las probabilidades, formulaban planes sensatos y se adherían a ellos contra viento y marea, los desafortunados bárbaros se veían siempre y en todas partes expuestos al embate de los acontecimientos fortuitos. La sociedad bárbara era también colectivamente inferior: un mundo en el que el poder dictaba el derecho y en el que triunfaban quienes tenían los mayores bíceps" (Heather, pp. 98, 99). Robert Musil en Uber die Dummheit (1937) presentó un concepto diferente, la STVPIDITAS no podía reducirse a una falta de inteligencia o insuficiencia intelectual. De la misma manera que existen variadas formas de insuficiencia intelectual o psicológica, cabe distinguir dos tipos de estupidez: la estupidez atribuible a la debilidad de la razón, la torpeza intelectual, la incapacidad para aprender y la pobreza de imágenes y discurso; la estupidez pretenciosa y elevada, que no carecería de cierta inteligencia, pero asume labores desmedidas y supone cierto sentimiento desequilibrado o una colaboración insuficiente entre sentimiento y razón, de manera que puede asociarse a una educación desproporcionada, así como a la inestabilidad e infertilidad intelectuales. La aportación de Musil es interesante, aborda las insuficiencias de la formación y de las inteligencias. Podemos asumir que la estupidez por disposición natural es poco frecuente y que el ser humano es inteligente y desarrolla varios tipos de inteligencia. A partir de las definiciones podemos inferir la importancia de la formación y el contexto, la primera relacionada con la autoridad del saber y la construcción del conocimiento, y la segunda con el medio en el que se aplican las inteligencias. La modernidad se caracteriza por la especialización del trabajo, por muy brillante que sea una persona, si se le mueve de lugar va a quedar como un imbécil. En las instituciones públicas los partidos políticos violan los perfiles profesionales, en el mejor de los casos tienes a personas que son competentes en su área haciendo el imbécil en otra área. En el peor de los casos a ignorantes haciendo el imbécil en cualquier área. En ambos casos se sobrestima las habilidades humanas. Sólo el INSENSATVS y el NESCIVS sobrestiman sus propias capacidades, creen que su dominio de un área los capacita para otras áreas. Bajo el parámetro de Robert Musil, el insensato y el necio son STVPIDVS. En la sociedad del conocimiento se aspira a la interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y transdisciplinariedad. Puedes desconocer cosas, pero no por qué las desconoces. El problema no puede ser de formación ni de método: "La estupidez que se entiende con eso no es una enfermedad mental y, sin embargo, es la enfermedad más peligrosa de la mente, peligrosa hasta para la vida. Y, puesto que toda persona puede comportarse eventualmente de un modo no demasiado prudente, o bien no encontrar el equilibrio entre el comportamiento objetivamente funcional, apropiado y competente, la estupidez puede darse en cualquiera de vez en cuando; sobre todo en condiciones de vida confusas, complejas e, incluso, constitutivamente estúpidas" (Musil, 2014, pp. 41-49). La teoría del conocimiento de Platón hace evidente que el bárbaro, el tonto, el imbécil y el estúpido priorizan lo sensible sobre lo inteligible, lo irracional sobre lo racional, el cuerpo sobre el intelecto y la materia sobre el espíritu. A favor de los bárbaros, tontos, imbéciles o estúpidos modernos, se puede argumentar que el embrutecimiento voluntario es producto de una vida miserable. ¿Dónde reclutan los partidos políticos a sus clientelas? Entre los miserables es más fácil encontrar bárbaros, tontos, imbéciles, brutos y estúpidos. Platón nunca se refiere al pueblo productor como STVPIDVS, no habla de desigualdad natural o diferencias innatas, como sí lo hicieron Aristóteles y Kant. El problema de Platón son las condiciones sociales, el mundo de la necesidad material y el mundo de las apariencias es corrupto. La corrupción de los individuos brillantes no es producto de una mala vida familiar o una mala educación, sino de la influencia corruptora de la multitud. El pueblo sólo es capaz de una virtud relativa, específica a su baja condición social, pero su corrupción es absoluta. Si tuviéramos que evaluar la teoría platónica del conocimiento con las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento, el resultado es evidente: libro, periódico, revista, cine, radio, televisión, internet, redes sociales. El HOMOVIDENS habita en la Caverna, se mantiene en el nivel de las imágenes o apariencias, las creencias y las opiniones, los deseos y los apetitos. No tiene tiempo ni fuerzas para salir de la Caverna, el mundo de la necesidad material no permite análisis científicos de la realidad ni juicios políticos del mundo. En el mejor de los casos es un consumidor pasivo de pensamiento. En el peor de los casos es un consumidor de entretenimiento para evadirse de la realidad. A la adicción al sexo, la bebida y la comida se suma la televisión, el internet, los videojuegos y el celular. Las tecnologías de la información satisfacen cualquier tipo de demanda de imágenes las 24 horas del día en cualquier parte del planeta. Paul Tabori en The Natural Science of Stupidity (1959), considera que la estupidez no concierne a algún defecto congénito en el órgano de la inteligencia o alguna imperfección incurable en las funciones mentales; más bien, involucra un mal empleo o poca utilización de nuestro instrumental para razonar y, por tanto, un problema en la persona del usuario: "El prudente puede convertirse en estúpido y el estúpido en prudente" (Tabori, 1993, p. 2). La STVPIDITAS tampoco se confundiría con la IGNORANTIA, pues la abundancia de conocimientos puede encubrir la ignorancia, y la ignorancia puede convivir con la PRVDENTIA cuando no es preciso mucho conocimiento o educación formal; no obstante, la estupidez explota y agudiza la ignorancia, que se perfila, por ende, como síntoma de estupidez. Para Tabori, la estupidez se vincula con la incapacidad personal para autoexpresarse y lograr la cooperación de instinto o emoción y razón, con la consiguiente resistencia intelectual y la derrota del propio deseo o voluntad. Al fin y al cabo, la estupidez se manifestaría cuando se ve obstaculizada la expresión del propio deseo o voluntad, de manera que el estúpido "se abstiene de actuar (estupidez pasiva) o actúa erróneamente (estupidez activa)". De ese modo, se limita también la adquisición de conocimiento, y así se suma la ignorancia a la estupidez. Como crítica a la tesis de Tabori, deseo y voluntad, experiencia y conocimiento, no es lo mismo. El contraste con el dualismo platónico de los mundos sensible e inteligible, de lo racional y lo irracional, del cuerpo y del intelecto, de la materia y del espíritu. El deseo es un atributo del cuerpo y la voluntad es un atributo del espíritu. Quien confunde deseo con voluntad y experiencia con conocimiento carece de juicio. En el mundo grecorromano el deseo es la marca del esclavo, quien no se gobierna a sí mismo en ningún lugar puede ser libre. La voluntad está vinculada con la libertad, para ejercerla se requiere de autocontrol y autodominio de las pasiones y los deseos. Carlo Cipolla en Le leggi fondamentali della stupidita umana (1988), advierte de la peligrosidad incalculable de los estúpidos, sobre todo cuando ocupan posiciones de poder o autoridad. La teoría de Cipolla se basa en el utilitarismo de la estupidez, los STVPIDVS lo son porque sus acciones u omisiones sólo obtienen pérdidas o no ganan nada, y generan pérdidas o daño personal a los demás; de ese modo, se distinguen tanto de los ingenuos o incautos SPROVVEDVTI que sufren pérdidas personales en beneficio de otros, como de los malvados BANDITI que obtienen ventajas personales a costa de los demás, y por supuesto, de los INTELLIGENTI que combinan la ganancia propia con la ventaja ajena. Aaron James en las características del ASSHOLE "culero" presenta la imbecilidad como un rasgo estable de la personalidad que reúne una serie de condiciones: (a) el imbécil se arroga sistemáticamente una serie de ventajas particulares en las relaciones sociales; (b) tiene como motivación el firme convencimiento, aunque sea errado e injustificable, de que está en su pleno derecho y es especial; finalmente, se siente inmune ante las quejas y protestas de las demás personas: "En ese sentido, el imbécil se distingue del estúpido que, aunque también sea desconsiderado con los demás, no tiene problemas en disculparse" (James, 2016, pp. 11-13). En resumen, la segunda clase de estúpido es peligrosa en posiciones de poder y autoridad, y el culero es un imbécil moral: "En cuanto al término más utilizado en cada uno de los siglos, el término necio fue el más empleado entre los siglos XV y XVII (corresponde casi a la mitad del léxico de menosprecio intelectual analizado en cada siglo), y en los siglos XIX y XX predomina el vocablo tonto (con valores de 23.8% y 30.2%, respectivamente). Si analizamos la trayectoria de los distintos significantes de incapacidad intelectual, se observa que el uso de términos como necio, ignorante o bobo disminuyó significativamente a partir del siglo XVIII, mientras que el uso de los vocablos tonto, estúpido, idiota e imbécil se ha ido incrementando hasta alcanzar sus niveles más altos en los siglos XIX y XX… Cuando consultamos en diccionarios escritos entre el siglo XVII y el siglo XIX, el significado atribuido a los términos analizados (necio, tonto, ignorante, estúpido, bobo, idiota, imbécil e insensato), llama la atención la diferencia en las definiciones otorgadas al léxico de menosprecio intelectual. En el Tesoro de la lengua castellana de Sebastián de Covarrubias (1611), los rasgos más repetidos en el léxico explícito de menosprecio intelectual son la falta de saber y la ignorancia, así como la falta de discurso… En una fuente del siglo XVIII como el Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española (1783), se sigue observando cuánto pesa la falta de saber en el menosprecio intelectual (de hecho, varios términos incluyen ignorante o necio en su definición); aunque también cobra importancia la falta de artificio (la condición de simple o, incluso de bruto), la falta de sentido (o discernimiento) y la falta de razón… En el equivalente del siglo XIX, el Diccionario de la lengua castellana de la Academia española (1832), al caracterizar la capacidad intelectual, sigue predominando la condición de falta de saber o la ignorancia, aunque se acentúa la diferenciación de rasgos relativos a la falta inherente de capacidad intelectual y de facultades cognoscitivas (debilidad de espíritu o genio, falta de entendimiento, falta de razón, falta de discernimiento, falta de prudencia o falta de comprensión), así como desaparecen las carencias relacionadas con el lenguaje" (Requena Farré, pp. 108, 109, 110).

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Genealogía de los Intelectuales.

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En Esparta la doble monarquía representaba el equilibrio de los elementos. La gerousía era el Consejo de los veintiocho ancianos de setenta años, el contrapeso entre la apella popular y la autoridad real, a favor de los dos reyes para oponerse a la democracia y a favor del pueblo para dificultar el poder de un rey. La oligarquía griega respondió a la democracia de Atenas con dos revoluciones, la primera en 411 a.C., la segunda y más grave en 404 a.C., el golpe de estado de los Treinta Tiranos con la ayuda de los 700 espartanos que ocuparon la Acrópolis. Los Treinta mataron y expulsaron de la ciudad a sus enemigos y sólo 3000 ciudadanos conservaron sus derechos (10%), entre ellos Sócrates, cuyos amigos, aliados y discípulos se encontraban entre los principales oligarcas. En 403 a.C., la democracia fue restablecida, instituyendo a petición de Esparta una amnistía que excluyera de la persecución a los oligarcas que los apoyaron. Para burlar la amnistía presentaron acusaciones graves contra Sócrates: el "amigo de los enemigos de la democracia". Platón y Aristóteles desarrollaron sus carreras en el exilio, ¡los fundadores intelectuales de la Academia y el Liceo!, no existía la libre divulgación de ideas que la democracia liberal supone. ¡Los autores del canon occidental estuvieron excluidos en la Antigüedad clásica! La Universidad medieval islámica y cristiana fue la única que les dio su lugar. Platón (427-347 a.C.) fue educador de Dionisio I y Dionisio II de Siracusa, Aristóteles (384-322 a.C.) de Filipo II y Filipo III de Macedonia (Alejandro Magno), ambos autores de la figura del rey filósofo. Ellen Meiksins Wood en "De Ciudadanos a señores feudales. Historia social del pensamiento político desde la antigüedad a la Edad Media" (PAIDÓS, 2011), ubica que la teoría política se remonta a los filósofos griegos: Protágoras, Sócrates, Platón y Aristóteles. La base de una serie de pensadores que forman parte del canon: Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jacques Rousseau, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, etc. Todos tienen en común el analizar el Estado de manera crítica y prescriptiva, pues todos ellos conciben cómo debería ser la ordenación justa y adecuada de la sociedad y del gobierno, la mayor parte basada en las fórmulas de la buena vida que sólo pueden venir de la filosofía. Aristóteles distingue entre diferentes formas de autoridad. El tipo de autoridad que se ejerce sobre hombres que ocupan posiciones serviles, pero también existe una "política" de autoridad entre hombres libres, en los que los iguales políticos gobiernan y son, a su vez, gobernados. Lo que hace que esta forma de autoridad sea "política" es que ocurre en, y sólo en, una comunidad cívica, una comunidad de ciudadanos cuya condición es intrínsecamente igual: todos tienen el derecho de participar en el gobierno. Existe cierta ambigüedad en la manera en que Aristóteles concibe la autoridad "política", y si puede aplicar a todas las formas de politeia, de la democracia a la monarquía, pero lo que queda claro es que el gobierno sólo puede ser político entre hombres que son libres e iguales, en principio capaces de mandar y de ser mandados. En la polis ideal de Aristóteles, en la que la comunidad cívica se limita a los ricos y nobles, y en la que esta comunidad manda a las clases subordinadas productoras, excluidas de la ciudadanía, es decir, una polis que distingue entre las "partes" de una comunidad cívica y las "condiciones" para el cuerpo civil, aunque siempre gobernadas por él. Por lo tanto, la relación entre condiciones y partes, gobernantes y gobernados, no es "política". Al esbozar la polis ideal Aristóteles definió la relación entre los que mandan y los que son mandados como una relación entre la comunidad cívica y aquellos que se hallan fuera de ella. La comunidad cívica consta de ciudadanos: las "partes" de la polis que tienen derecho a gobernar y que, por lo tanto, se hallan en posición de gobernar y, a su vez, de ser gobernados. Guillermo de Moerbeke (1215-1286), al parecer a instancias de Tomás de Aquino, tradujo el conjunto de las obras de Aristóteles al latín, entre ellas, la Política, en 1260.  Una traducción incorrecta de un importante pasaje sería aceptada por el propio Santo Tomás. En la traducción de Moerbeke, "a su vez" se convierte en un "en parte", y la referencia de Aristóteles a gobernar y ser gobernado "a su vez" ya no se aplica a la comunidad cívica cuyos miembros tienen derecho a gobernar, sino más bien a un gobernante que es, "en parte", tanto un gobernante como un gobernado. Para Tomás de Aquino, el gobierno es "político" en la medida en que el propio gobernante, como sus súbditos, se halla obligado por las leyes. La esfera "política" como una relación entre iguales cívicos desaparece por completo. En realidad, dista mucho de ser evidente que la categoría de ciudadanía, tal como Aristóteles la entendió, tuviera significado en términos medievales. El pueblo disfruta de derechos en virtud de la señoría, o como miembros de un gremio o corporación que tenía un fuero o una carta de libertades; pero la compleja estructura jerárquica del señorío feudal y de las corporaciones que constituían el orden medieval es algo muy distinto de la antigua comunidad griega de ciudadanos. Las ideas de la ciudadanía activa, tal como fueron concebidas en la Antigüedad clásica, serían sustituidas, en la evolución de la teoría política occidental, por concepciones del consentimiento pasivo, en realidad, tácito. En sus formas más benignas, estas nociones de consenso simplemente extendieron los principios de las corporaciones medievales, cimentadas en el derecho romano, según los cuales el todo corporativo podía quedar vinculado por las decisiones de la minoría que lo representaba. Pero la idea tempranamente moderna de consentimiento, ya fuera corporativo o individual, sería incluso compatible con la monarquía absoluta (la obra de Thomas Hobbes) y con nociones de soberanía que derivaban del "pueblo", en las que el pueblo, por rigurosamente que fuera concebido, en absoluto desempeñaba un papel efectivo. Nociones como la de consentimiento y soberanía deben más a las concepciones medievales (y, de hecho, imperiales romanas) del gobierno que a las antiguas ideas de ciudadanía activa. La gente cuyo papel político era pasivo podía haber sido aceptada, por san Agustín de Hipona, como "ciudadanos", pero según los criterios de Aristóteles, habrían sido "condiciones" y no "partes" de la polis. Tomás de Aquino, Juan de París, Marsilio de Padua y Guillermo de Ockham hicieron uso de la teoría política clásica y, en concreto, de Aristóteles. Con ciertos ajustes, que Tomás de Aquino introdujo, la filosofía política de Aristóteles proporcionó el marco conceptual para situar al gobierno secular en un orden cósmico mayor, de modo que satisfaciera las necesidades temporales de los cristianos medievales. Los filósofos cristianos medievales como Tomás de Aquino seguían estando profundamente influidos por el neoplatonismo de los primeros cristianos (sobre todo en su forma agustiniana), pero sus necesidades eran diferentes de las que habían tenido los primeros cristianos. La espiritualidad ultramundana del neoplatonismo, con su desvalorización de la existencia terrenal en favor de la vida espiritual y la liberación mística de lo material, sirvió razonablemente bien a los cristianos en el turbulento período del Imperio romano tardío. Allí donde la comunidad cívica había dado paso decisivamente al dominio imperial, los súbditos cristianos ya no tenían que preocuparse de las complejidades de la gobernanza secular. A los teólogos como Agustín de Hipona, por ejemplo, les bastaba con suscribir la división del trabajo entre el César y Dios. Pero era preciso algo diferente para dar cuenta de la preocupación de los cristianos medievales por las complejidades de la gobernanza feudal, entre ellas su obsesión por los conflictos entre diferentes reivindicaciones del poder temporal. La teoría aristotélica de la política y el lugar que le concede en su sistema filosófico proporcionaron un marco conceptual para que los pensadores cristianos admitieran el primado de lo espiritual, al tiempo que trataban el gobierno temporal, incluso el gobierno secular, como la mayor de las preocupaciones cristianas en este mundo. El argumento de la Política de Aristóteles procede de su teoría general de la naturaleza. En su intento de explicar los principios del orden que permanecen invariables en un mundo natural sujeto al movimiento y al cambio, el estagirita hace hincapié en dos principios: el propósito o telos hacia el que todo proceso tiende, y la jerarquía intrínseca del orden natural. Aristóteles aplica estos principios a la polis sosteniendo que esta forma de asociación humana es la más elevada y que perfecciona el desarrollo humano; que el "hombre es por naturaleza un animal político", una criatura destinada a vivir en una polis, porque sólo es en la polis donde puede satisfacer su propio telos como un ser racional y moral. La polis, con sus costumbres y leyes, es la que acostumbra a los hombres a vivir de acuerdo con los principios de la virtud y del bien necesarios para alcanzar la felicidad que es adecuada a los seres humanos. En cuanto al mejor tipo de polis, Aristóteles propone una forma ideal, en la que el principio jerárquico, que es fundamental en la naturaleza, la división entre los elementos que dirigen y los que son dirigidos, se reproduce claramente en la división entre "condiciones" y "partes" de la polis, pero sugiere que la "polis más factible" es aquella que combina elementos de las formas oligárquica y democrática a fin de reducir el desorden que generan, en concreto, los conflictos entre ricos y pobres y sus concepciones divergentes de la justicia. El aristotelismo de Tomás de Aquino, que aparece descrito en su Summa Theologica (Suma Teológica), comienza con el tratamiento de la humanidad como parte del orden natural, en el que cada parte se halla dirigida hacia su propio telos natural más adecuado. Los seres humanos están excepcionalmente dotados de razón, y como criaturas racionales, tienen un acceso cognitivo excepcional a la realidad, que incluye una capacidad natural para comprender los principios morales fundamentales necesarios para alcanzar aquella felicidad que es específica a la humanidad. El telos humano consiste en hacer que se cumplan esas capacidades racionales, aplicándolas a la prosecución del bien, que es accesible a la razón natural. La razón práctica ensancha, tanto para el Aquinate como para Aristóteles, la capacidad cognitiva para comprender la naturaleza de las cosas, haciendo posible que los seres humanos se formen juicios racionales no sólo sobre las cosas que realmente son, sino también sobre las acciones correctas. Si bien los principios de la bondad son accesibles a la razón, la bondad humana en la práctica, es una función de los sentimientos que la razón dirige. Es una cuestión de formación y hábito, que produce una disposición no sólo a perseguir el bien, sino a quererlo. Como Aristóteles, el Aquinate argumenta que la vida, en una comunidad "política", forma a la gente en los principios morales y la habitúa a querer el bien para la humanidad. Por esta razón, los seres humanos son, por naturaleza, animales "políticos", en el sentido de que el telos natural de la humanidad se realiza de mejor manera en las comunidades "políticas" que son gobernadas conforme a derecho. La virtud superior es la justicia: proporcionar a los hombres aquello que merecen; y esto, probablemente, puede lograrse mejor en cierto tipo de "constitución mixta": "En este sentido, difiere sustancialmente de Agustín de Hipona. La exposición que Tomás de Aquino hace de la vida en este mundo es muy diferente del modo en que su gran predecesor había tratado la historia humana en esta existencia terrenal y pecadora. Para Tomás de Aquino, la historia no sólo es un trágico espectáculo, en el que no predomina ninguna armonía, ningún orden justo o legítimo. En un mundo así, a lo que se puede aspirar es, a lo sumo, a cierto grado de seguridad y comodidad materiales, siempre y cuando los súbditos, incluido los cristianos, obedezcan al César mientras buscan la liberación en el reino espiritual neoplatónico. Pero decir esto no equivale a afirmar que la Caída y el pecado no tengan ninguna incidencia en la teología de Tomás de Aquino, sino sólo que la asociación política no es, para él, un mal necesario del que deba ocuparse la humanidad caída. Dado que el orden político es también un orden natural, tuvo que haber existido antes de la Caída, aunque la propensión de los seres humanos al pecado haya requerido coerción a fin de mantener la paz y el orden de un modo que no era preciso en la condición anterior a la expulsión del paraíso. La Caída no significó la pérdida de la razón natural. Y si bien los seres humanos son capaces de elegir no actuar conforme a los principios de la razón, sus distintivas capacidades racionales les permiten comprender y seguir la ley natural. Pueden alcanzar la felicidad o la dicha en este mundo si viven de acuerdo con los principios de la razón y la moralidad. El orden político temporal, dirigido hacia el bien común, es el medio con el que puede conseguirse ese fin. Para la teoría política, la consecuencia más importante de esta manera de ver las cosas la encontramos en el concepto de ley. Tomás de Aquino tiende un puente entre la teología y los principios del gobierno terrenal al distinguir entre distintos tipos de ley: divina; eterna; natural, y humana o positiva. La ley divina, dirigida a la vida eterna y a la relación de la humanidad con Dios, es el tema de la revelación divina en las escrituras. Conceptualmente es diferente de la ley eterna, que representa los principios de un orden cósmico gobernado por Dios. En la medida en que la razón humana tiene acceso al orden cósmico, podemos hablar de ley natural. La ley natural es aquel aspecto de la regulación divina al que la razón humana puede acceder, que establece los principios básicos del bien en la práctica humana y legitima el gobierno. Esta ley, a su vez, debe encarnarse en las leyes positivas que los gobiernos de la tierra promulgan y estatuyen" (Wood, pp. 264, 265, 266). En la Edad Media estaban definidos los intelectuales, los filósofos y teólogos, los Siete Sabios de la Edad Media: Al-Farabi (870-950), Ibn Rushd (1126-1198), Tomás de Aquino (1225-1274), Juan de París (1255-1306), Juan Duns Escoto (1266-1308); Marsilio de Padua (1290-1342) y Guillermo de Ockham (1288-1348). En la antigua Roma, hubo diferentes puntos de vista sobre los derechos de propiedad, pero los juristas en general consideraron la propiedad como una convención establecida por los estados que el derecho civil hacía cumplir. En el bajo imperio, los Padres de la Iglesia y, entre ellos, especialmente Agustín de Hipona propusieron una resolución que seguiría ejerciendo su influencia a lo largo de toda la Edad Media e incluso en períodos posteriores. Según esta doctrina, después de la expulsión del hombre del Paraíso, tanto el gobierno como la propiedad eran males necesarios. Esto significaba que, si bien la propiedad era una convención humana creada por el estado, que velaba también para hacerla cumplir, su función en el mantenimiento de la paz y el orden social, al igual que la función misma del gobierno, estaba sancionada por la autoridad divina. De ello se desprendía que disposiciones de propiedad y poder en apariencia injustas o poco equitativas podían contar con la aquiescencia de los cristianos, al igual que el César podía ordenar su obediencia. Y los pensadores franciscanos encontraron modos de demostrar que el uso podía ser separado de la posesión, de la propiedad. El teólogo y filósofo Juan Duns Scoto (1266-1308) argumentó que, en el estado de inocencia, todas las cosas habían sido utilizadas en común. Esto significaba que el uso común era ordenado por la ley natural. Pero el uso común no comportaba la posesión comunitaria de la propiedad, puesto que cada uno sólo tenía derecho a utilizar lo que era necesario sin que ello excluyera el uso por parte de los demás. De eso se desprendía que el uso y la posesión de la propiedad estaban separados. Ninguna forma de posesión de la propiedad, y menos aún la propiedad privada, podían considerarse como naturales, aunque las relaciones complejas de la sociedad civil requerían de la institución de la propiedad para mantener la paz y el orden civil. La doctrina franciscana de la pobreza generó una controversia sobre la cuestión de la propiedad y, en general, sobre las relaciones entre la posesión de la propiedad y la jurisdicción. Esto, tal como hemos visto, tuvo amplias consecuencias para las relaciones entre la Iglesia y el estado, la autoridad papal y el poder secular. Los franciscanos adoptaron la opinión de que, como Dios había dado el mundo a la humanidad para que lo usara en común, nadie, ni una entidad individual ni una corporativa, podía afirmar que sus derechos de propiedad estaban basados en la naturaleza. Tanto el poder eclesiástico como el poder secular sólo podían, en cualquier caso, administrar la propiedad como mayordomos. La orden dominicana se opondría al argumento franciscano. Por un lado, los dominicos sostuvieron que el uso no podía separarse de la posesión de la propiedad, y que una transferencia de uso equivalía a una transferencia de la posesión de la propiedad. Por otro lado, insistieron en la separación de la propiedad y de la jurisdicción, y negaron que hubiera un sentido en el que las autoridades, tanto las seculares como las eclesiásticas, pudieran reclamar la efectiva propiedad o dominium sobre los bienes que administraban. El argumento más sólido contra la posición franciscana fue expuesto en la bula papal del papa Juan XXII, Quiva vir reprobus. El papa sostenía que el dominium de Dios sobre la creación era análogo al dominium humano sobre las posesiones terrenales, que esto fue cierto tanto antes de la Caída como después de ella, y que, por tanto, la propiedad era, de hecho, natural. Además, podían separarse uso y posesión de la propiedad. Sólo la propiedad podía justificar el consumo de bienes, porque sólo los propietarios tenían derecho de destruir sus posesiones. El uso de bienes no consumibles, incluso, requería un derecho de uso: "Juan de París afirmaría la autoridad espiritual del papa al tiempo que negaría que tuviera un dominium absoluto y, por tanto, le negaría la supremacía temporal. Al mismo tiempo, argumentó que la universalidad del reino espiritual no puede aplicarse a los reinos seculares, con sus condiciones diversas, lo cual significa que nunca puede haber un imperio universal. Juan se basa en la teoría de la realeza desarrollada por Tomás de Aquino, y sobre ella construye su teoría de la propiedad. El argumento proviene de la defensa de la propiedad privada en contra de la propiedad comunal, en razón de que si todo se poseyera en común, sería difícil mantener la paz. El bien común puede alcanzarse mejor permitiendo que los individuos saquen partido de su propiedad bajo la supervisión de cierto tipo de potestad secular cuya finalidad sea el bien común. Juan, sin embargo, añadió un importante perfeccionamiento a la distinción que los dominicos hacían entre propiedad y administración. Al definir el dominium en términos más restringidos como dominium in rebus – es decir, las cosas materiales- y no como señoría en un sentido más amplio, sostuvo que los individuos tienen derechos inalienables de propiedad que provienen de su propio trabajo e industria y que preceden a las instituciones seculares y eclesiásticas. El estado secular, por tanto, tenía potestad jurisdiccional para regular la propiedad de los individuos y arbitrar entre sus disputas y querellas, pero no tenía ningún dominium… En la polémica sobre la pobreza apostólica, Ockham exploró el concepto de dominium, distinguiendo entre condiciones antes y después de la Caída. En la condición anterior al pecado original, la humanidad disfrutaba de la capacidad de utilizar toda la creación, pero sin poseerla en propiedad. Una vez que el pecado de Adán transformó la condición humana, Dios facilitó los medios de mejorar la vida humana otorgando a la humanidad una capacidad para apropiarse de bienes temporales, en la forma de propiedad individual, y de proteger sus derechos de propiedad instituyendo para ello el gobierno. El objetivo de Ockham era demostrar que, puesto que tanto la propiedad como el gobierno resultan del pecado de Adán, claramente pertenecen a la esfera temporal, que se halla bajo la dirección de la autoridad secular, lo cual significaba que el papa no podía reclamar para sí ninguna plenitud de poder. Si bien la propiedad es una creación humana, que depende de la autoridad civil, la capacidad para ejercer el dominium en su forma posterior a la Caída es un don de Dios. La utilidad de la propiedad privada, no sólo reconocida por el derecho civil, sino por el ius gentium, constituye un derecho inalienable" (Wood, pp. 275, 291).

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Expulsión de la Ciudadanía.

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Ellen Meiksins Wood en "De ciudadanos a señores feudales. Historia social del pensamiento político desde la Antigüedad a la Edad Media" (PAIDÓS, 2011), ubica que en las obras de Esquilo y Sófocles se ponen de manifiesto el auge de la comunidad cívica, de la ciudadanía y del principio del derecho. En sus obras se refleja la evolución de la democracia con sus nuevas concepciones de la ley, la igualdad y la justicia. Pero en sus tragedias se manifiestan las tensiones de la polis democrática y la naturaleza y el origen de las normas políticas, los valores morales y las concepciones del bien y del mal. Aristófanes y Platón criticaban a los sofistas por convertirse en la expresión intelectual de la decadencia moral, los representantes del abandono de los valores tradicionales. Una polis democrática en la que todos los criterios de lo que está bien y está mal habían sido dejados de lado. Las estrategias retóricas que los sofistas habían perfeccionado, el principio de confrontación adoptado por los abogados, según el cual en cualquier cuestión siempre había dos bandos, fueron interpretadas por los críticos como un modo de "hacer que la peor de las causas pareciera la mejor". Los sofistas estaban de acuerdo en que hay una diferencia esencial entre las cosas que existen por naturaleza (fusis) y las cosas que existen según la costumbre, la convención o la ley (nomos). Los sofistas fueron los inventores de la teoría política. Podían poner en juego sus argumentos para defender la democracia o para atacarla. Los defensores de la oligarquía argumentaban que había una división natural entre gobernantes y gobernados, y que la jerarquía natural debía reflejarse en las disposiciones políticas. Los defensores de la democracia podían argumentar que no había tal división según la naturaleza, que los hombres son iguales por naturaleza y que no era conveniente crear una jerarquía según la ley. Los demócratas podían argumentar que la igualdad política creada por la ley tenía la ventaja de moderar las desigualdades naturales y hacer posible que los hombres vivieran en armonía. O podían argumentar que, por muy similares que los hombres fueran por naturaleza, la vida en sociedad requería diferenciación, una división del trabajo, y un cierto tipo de desigualdad según la ley. Los sofistas estaban representados en la oligarquía y en la democracia, pero se distinguían por el relativismo epistemológico y el pluralismo moral, nunca iban más allá de la realidad empírica. No les interesaba el verdadero conocimiento, son los exponentes griegos de la posverdad: "Más allá del bien y del mal". Demócratas o antidemócratas, los sofistas eran expresiones de la democracia en la que una opinión de un hombre era tan buena como la de cualquier otro, un principio que no es compartido por las democracias occidentales. El sofista Protágoras pensaba que más allá del juicio humano, no hay un árbitro sincero para la verdad, es imposible que existan criterios absolutos sobre lo que es verdad y lo que es falso, lo que está bien y lo que está mal. Cada individuo debe ser el juez último, idea resumida en el más conocido de sus aforismos: "El hombre es la medida de todas las cosas, de las cosas que son lo que son y de las cosas que no son lo que no son". Platón utilizó la figura de Calícles, el "Nietzsche griego", para representar la idea radical sofista de que la justicia es el "derecho del más fuerte". A diferencia de los sofistas, que tendían hacia el relativismo o el pluralismo moral y nunca se aventuraban más allá de la realidad empírica. Sócrates y Platón estaban preocupados por un tipo diferente de "naturaleza", una realidad más profunda o superior que era el objeto del verdadero conocimiento. Para ellos el mundo empírico era un mundo de apariencias, el objeto del saber convencional imperfecto, en el mejor de los casos, era una opinión recta, pero no un conocimiento real. Los filósofos establecieron una distinción entre aprendizaje y persuasión, sugiriendo que los sofistas, como los abogados, en realidad no estaban interesados en conocer la verdad, sino en defender una causa y persuadir a otros. El discurso de Protágoras es el único argumento sistemático en defensa de la democracia de la antigua Grecia que ha sobrevivido. La polis no existe para lograr algún propósito moral superior, sino para servir a los intereses humanos ordinarios y facilitar las condiciones en la que los seres humanos puedan llevar vidas razonablemente pacíficas y cómodas. La convicción de que los hombres son capaces de emitir juicios políticos y que su bienestar no sólo depende de la participación en un orden cívico, sino también el derecho a los beneficios que procura la vida cívica. La democracia como la entendían los atenienses era el derecho a buscar el bienestar humano y la felicidad en la polis. En la antigua Grecia la isegoria no sólo significaba libertad de expresión en el sentido en que entendemos el derecho en las democracias modernas, sino igualdad en el hablar público. La libertad de expresión, tal como la entendemos, tiene que ver con la ausencia de interferencia en nuestro derecho a hablar. La igualdad de expresión, tal como los atenienses lo entendían, tenía que ver con el ideal de la participación política activa de los pobres y los trabajadores. La igualdad de expresión, tal como la entienden PSOE-Unidas Podemos en la Educación en Valores Cívicos y Éticos, significa simpatizar con su programa (feminismo, LGTBIQ+) para poder participar en la ciudad. La conquista de Alejandro Magno hizo que Atenas fuera desplazada como centro de la cultura por ciudades como Alejandría o Pérgamo, con sus grandes bibliotecas, y la filosofía griega tuvo que adaptarse a la realidad imperial. Pero también desplazó la polis griega por la polis imperial macedonia. Alejandro y sus sucesores invocaron los antiguos principios de la libertad de trabajo, la autonomía y la democracia, prometiendo el derecho a vivir bajo sus propias leyes y ancestrales divinidades, libres del pago de tributos y de guarniciones imperiales. Pero al mismo tiempo la introducción de la cosmópolis transfería los antiguos principios y lealtades de la polis al estado imperial, al mismo tiempo que despojaba a la ciudadanía de su ámbito político y sustituía la ciudadanía activa por la pertenencia pasiva a una comunidad cósmica o comunidad humana universal. El principio cosmopolita halló su expresión en la supresión coercitiva de la diferencia, pero también en el fomento de la mezcla y en el cruce matrimonial entre las diversas etnias, en la aparición de cultos religiosos sin fronteras en lugar de cultos cívicos y tribales particularistas, y sobre todo en la hegemonía que ejercían la lengua y la cultura helena. La expulsión de la ciudadanía activa provocó el surgimiento de escuelas del recogimiento que ya no situaban la felicidad humana en la polis, sino en los recursos internos del individuo y en el cosmos… La fundación de la escuela epicúrea en Atenas se atribuye a Epicuro en 306 a.C. Hijo de padres atenienses, nació en el año 341 a.C. en la isla de Samos. Desde pequeño experimentó los efectos de las conquistas macedonias, después de la muerte de Alejandro Magno, Perdicas, el regente imperial, expulsó de Samos a los colones atenienses. La obra de Epicuro sólo ha sobrevivido a través de fragmentos o a través de las palabras de sus discípulos y seguidores, que muestra la influencia atómica de Demócrito y la creencia en los extraterrestres. La obra clásica epicúrea más importante conservada es De Rerum Natura ("De la naturaleza de las cosas"), el poema de Lucrecio en la Roma tardía, donde resume el pensamiento epicúreo, la idea de los átomos, el pensamiento infinito y la inevitabilidad de otros mundos con vida: "No parece lógico que éstos sean el único mundo y cielo creados, y que más allá de eso, los abundantes cuerpos de materia no tengan ningún propósito… Los átomos, que no tienen número en la totalidad del espacio infinito, se unirían ocasionalmente para convertirse en el principio de grandes cosas, el mar, el cielo y la raza de seres vivos… Se debe admitir que hay otros mundos en otras regiones, así como distintas razas de hombres y especies de animales salvajes. En la suma total de las cosas no hay nada que sea singular, que nazca siendo único y crezca de la misma manera y solo; en realidad pertenece a alguna clase, y hay muchos más del mismo". La fundación de la escuela estoica se atribuye a Zenón (333-264 a.C.), nacido en la colonia griega de Citio, en la isla de Chipre. Hijo de un comerciante que, después de estudiar con el filósofo cínico Crates, fundó su escuela: la Estoa, cuyo nombre evoca la Stoa Pikile, el pórtico pintado de la antigua ágora de Atenas donde Zenón enseñaba. La obra política más importante del primer estoicismo es la "República" de Zenón. La obra describe una polis ideal, que carecía de las instituciones de la ciudad-estado-real, tales como tribunales de justicia, las escuelas, los templos, la propiedad y el dinero, y cuya unión solamente se apoyaba en las relaciones de armonía entre individuos virtuosos: "Se ha dicho que Alejandro, de hecho, inventó la noción de cosmópolis, que recibió su expresión teórica en la filosofía estoica, reemplazando la polis por una comunidad humana universal, y haciendo hincapié en la igualdad y la hermandad del género humano frente a los particularismos de la polis… A medida que la identidad y la acción cívica dieron paso a diferentes maneras de estar en el mundo social, filósofos como los epicúreos y los estoicos se preocuparon más por el lugar que el individuo ocupaba en el cosmos que por el orden político… Para Epicuro y sus seguidores, el bien supremo, incluso el último propósito de la vida, es el placer (aunque no en el sentido amoral y hedonista que vulgarmente es atribuido a los epicúreos) y la evitación del dolor. La felicidad, ante todo, requiere la paz que acompaña a la ausencia de miedo, un miedo que, en particular, significa miedo a la muerte y a la vida futura… Esto conlleva una explicación de los procesos naturales sin necesidad de recurrir a fuerzas divinas o sobrenaturales, una explicación que descansa en la concepción de que los cuerpos materiales están compuestos por átomos y de que la psique humana está gobernada por sensaciones generadas materialmente y que, en gran medida, son fuentes certeras de conocimiento… Su tema central no era la vida del ciudadano, sino la experiencia y la ética de la persona individual, pues esta filosofía consideraba que la relación más elevada que puede darse entre los individuos no era la unión cívica, sino la amistad personal… El estoicismo, al igual que el epicureísmo, básicamente se ocupó de la ética y del bienestar del individuo. El dominio de sí, incluso la renuncia completa a sí mismo, que relacionamos con el "estoicismo", la aspiración a eliminar las pasiones que son causa de la desdicha y el sufrimiento de los hombres, y el acento puesto en los bienes internos del alma, parecen ser otras tantas razones a favor de un retiro completo de la vida política… En el corazón de la doctrina estoica se halla la noción de logos, la razón universal de un orden cósmico divino, el principio dinámico en la naturaleza material. El universo estoico es completamente unitario. En marcado contraste con el dualismo platónico de los mundos sensible e inteligible, de lo racional e irracional, del cuerpo y del intelecto, en la filosofía estoica, al menos en su forma originaria, no existe una división entre espíritu y materia. Desde un punto de vista epistemológico, esto significa que la sensación y la percepción humana (cuyos contactos con la realidad son directos) no son fuentes imperfectas de opinión, que deban distinguirse del conocimiento verdadero al que se accede sólo a través de la razón, sino fundamentos fiables del conocimiento" (Wood, pp. 133, 140, 142, 143, 144). Adrián Baquero Gotor en "La traición de Diógenes. Lecturas contemporáneas de la filosofía cínica" (PRENSAS DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA, 2020), el Cinismo de la antigua Grecia se gestó en un contexto previo al dominio de la ciencia, del capitalismo y del monoteísmo; tres pilares sobre los que se construye nuestro mundo moderno. Por supuesto, cuando hablamos de "Cinismo" nos estamos refiriendo a la sabiduría que practicaban los filósofos de la escuela Cínica, una concepción totalmente alejada del desvirtuado sentido que atribuimos coloquialmente al término "cinismo". La escuela Cínica fue fundada en la antigua Grecia durante el período helenístico, un período de decadencia de la Grecia clásica en el que se produce una profunda crisis que abarca distintos aspectos de la cultura: aspectos políticos (la conquista de Grecia por parte del Imperio macedonio acaba con la independencia política de las polis), aspectos económicos (Grecia pierde el control económico sobre el tráfico marítimo al perder los grandes puertos), aspectos sociales (los valores tradicionales de la Grecia clásica se debilitan por las nuevas corrientes de pensamiento), etc. Como suele ocurrir, esta crisis cultural repercutió sobre la sociedad y también sobre la filosofía, pues la felicidad del individuo ya no podía sustentarse en la confianza del Estado, en la riqueza o en los grandes ideales de la filosofía. En este momento aparecen una serie de modestas escuelas filosóficas formadas por pequeños grupos de pensadores con ideas en común, que se reúnen en puntos concretos de la ciudad para reflexionar sobre cuál puede ser el mejor camino para alcanzar la felicidad por uno mismo. La escuela Cínica fue una de estas escuelas que lanzó una propuesta de camino para alcanzar la felicidad, tal vez una de las propuestas más extremas, al tiempo que más directas y efectivas; por eso algunos filósofos de la época no dudaron en considerar al Cinismo como un "atajo hacia la virtud". Según el relato histórico, el fundador de esta escuela fue Antístenes, quien había sido discípulo del sofista Giorgias, pero posteriormente estableció buena amistad con Sócrates, pasando a formar parte del círculo del pensamiento socrático. Pero, indudablemente, el filósofo más popular de esta escuela fue Diógenes de Sinope, por ser el mejor representante de los valores de dicha escuela al llevarlos al extremo mediante su propia vida. Su excéntrico modo de vida hizo que sus anécdotas biográficas se popularizaran en la Antigüedad y fueran transmitidas a través de la historia, convirtiendo al sabio de Sinope en el indiscutible protagonista de esta escuela. El camino que proponen para alcanzar la felicidad pasa por un principio básico: vivir de acuerdo con la naturaleza. Es la misma propuesta que encontraremos en los estoicos, pero aquí con una aplicación más primaria. A grandes rasgos, el Cinismo dice que la cultura es un impedimento para alcanzar la ansiada felicidad que todos buscamos, pues la complejidad de la vida en sociedad hace que, dentro de la cultura, la felicidad requiera un mayor sacrificio de los valores y libertades de la persona. Observando a los animales, los Cínicos consideraron que la felicidad es más fácilmente alcanzable si solo atendemos a criterios biológicos, por eso proponen un modo de vida acorde con nuestra naturaleza, logrando una felicidad más fácil de alcanzar al simplificar nuestras aspiraciones. Resulta muy interesante analizar el transcurso histórico del Cinismo, ya que, durante muchos siglos, esta escuela pareció quedar en el exilio filosófico. Mientras que otras escuelas helenísticas coetáneas, como el estoicismo o el epicureísmo, tuvieron continuidad como corrientes de pensamiento en la historia de la filosofía, el Cinismo apenas la tuvo mucho más allá de su contexto original griego, llegando al mundo latino muy entremezclada (con enorme controversia) en el estoicismo romano y sin apenas trascendencia posterior en la Edad Media. Como es sabido, el discurso filosófico de la Edad Media en Occidente pasa por el filtro de la interpretación escolástica, que aportaba mayor validez y credibilidad a aquellas sabidurías que mejor pudieran adaptarse a las Sagradas Escrituras, ya que así no cuestionaban los dogmas religiosos de la Verdad revelada por Dios. Algunas escuelas paganas pudieron adaptarse bien a la tradición escolástica, pero el irreverente ateísmo que profesa el materialismo Cínico presenta de por sí enormes dificultades para amoldarse al discurso del cristianismo, por lo cual la lectura e interpretación de los Cínicos durante la Edad Media quedó reducida a escasas referencias marginales y poco relevantes. Sin apenas presencia entre los autores importantes de este período y sin ninguna evolución destacable en el pensamiento de esta corriente, el Cinismo fue cayendo progresivamente en el olvido bajo la amenaza de quedar abandonado para siempre en algún rincón de la historia de la filosofía. Sin embargo, cuando parecía que la lámpara de Diógenes se había apagado casi por completo y que ya no iba a servir para encontrar hombres dispuestos a seguir esta sabiduría, la Ilustración centroeuropea y su intención por superar las supersticiones del Medievo hicieron renacer el interés por esta escuela a partir del siglo XVIII. Resulta curioso observar que esta nostalgia por las escuelas filosóficas paganas de la Antigüedad no se limita exclusivamente a los Cínicos, pues en el presente muchas corrientes de pensamiento están recuperando métodos y valores de las escuelas helenísticas para guiar la construcción del sujeto contemporáneo. Por ejemplo, el culto al placer practicado por el hedonismo epicúreo, la ataraxia o la concepción estoica del destino siguen siendo ideas que fascinan en la actualidad, probablemente porque estas escuelas propusieron métodos para alcanzar la felicidad que todavía siguen siendo útiles aplicados al mundo contemporáneo: "Junto con la condición de expatriados e inmigrantes que hace de la vida de los Cínicos una elección casi heroica en la antigua Grecia (al depender casi únicamente de sí mismos), hay una característica coincidente en las biografías de los Cínicos en torno a la peculiar relación que la mayoría establecieron con el dinero y la propiedad antes o en el momento mismo de convertirse a la filosofía. En efecto, se puede reconocer fácilmente que la relación con la pobreza material y el conflicto con el dinero es otro de los motivos con los ha querido la tradición reconocerlos, en su carácter filosófico, como miembros de una misma escuela. El exilio y la extrema pobreza no fueron condiciones de la vida de Antístenes, según lo precisan las fuentes biográficas. Sin embargo, también parece que, al menos después de su conocimiento de Sócrates, debía de vivir en un régimen de considerable austeridad, cercano al que practicara su gran amigo y maestro, a juzgar por el desprecio expreso que hace del lujo y la opulencia. Que Diógenes vivió la mayor parte de su vida en una situación de extrema pobreza es en cambio evidente. Conocida es de todos la historia por la que se dio comienzo a su andadura filosófica: Diógenes, hijo del responsable de la banca de Sinope, se vio envuelto en su juventud en un caso de reacuñación ilegal de moneda, teniendo finalmente que huir al exilio. Instalado en Atenas, tuvo que enfrentarse a una miseria absoluta que, sin embargo, resignificó al decidir entregarse a la vida sencilla, por la inspiración que le procuró -supuestamente- observar cómo vivía feliz un ratón y tras conocer, precisamente, el ejemplo de Antístenes. Crates, por su parte, al parecer se desprendió de sus ricas propiedades. Es dudoso si esto lo hizo forzado tras ser arrasada Tebas, su ciudad natal, por Alejandro, pero la tradición dicta que esto lo hizo por propia voluntad y que decidió también entonces entregarse al estilo de vida Cínico; tomó como ejemplo a Diógenes el Cínico y reforzó su firme oposición a vivir y a comportarse como un ciudadano cualquiera. De Mónimo, en Corinto, de quien poco sabemos a excepción de que era empleado de la banca local, se dice también que, admirado por el ejemplo de Diógenes, simuló un brote de locura y empezó a desperdigar todo el dinero que tenía a su cargo hasta que su amo lo despidió, disponiéndose entonces a seguir al de Sinope y luego también a Crates. Hiparquia, fascinada por la personalidad de Crates, y pese a que éste pusiera todo su empeño en disuadirla a petición de los padres de ella, decidió sin embargo renunciar a todos sus privilegios como hija de una buena familia de Maronea y adoptar el estilo de vida del que desde entonces sería -Crates- su compañero de vida y de filosofía" (Pons Olivares, pp. 251, 252, 253).

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Cinismo Cosmopolita.

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Daniel Pons Olivares en "Filosofía, Historia de la Filosofía y Orígenes del Pensamiento Cínico en Vidas y Opiniones de los Filósofos Ilustres de Diógenes Laercio" (UNIVERSITAT DE LES ILLES BALEARS, 2013), encuentra entre los Cínicos griegos (alrededor del siglo IV a.C.) algunos de los personajes más peculiares de la historia de la filosofía. Más que Antístenes, Crates e Hiparquia y, por supuesto, por encima de otros Metrocles, Menipo, Mónimo, Menedemo u Onesícrito, el más renombrado es, sin duda alguna, Diógenes el Cínico. Asimismo, Diógenes es el protagonista de las más conocidas representaciones del filósofo Cínico en la historia de la iconografía, y se le puede ver en numerosas situaciones -ciertas o no, pero reveladoras en todo caso de su carácter- ataviado únicamente con el manto característico del filósofo Cínico, e instalado, a la vista de todos, en una gran tinaja, "buscando un hombre" con una linterna, o incluso dirigiéndose de forma descarada al gran Alejandro Magno para que se quitara de en medio, pues, subido a un esplendoroso caballo, le tapaba el Sol que tan plácidamente estaba tomando en el Craneo. Junto con Diógenes, cabe destacar a Antístenes, a quien se le reconoce como amigo y discípulo de Sócrates -presente junto a él incluso en sus últimas horas en prisión, antes de ser ejecutado-, al tiempo que es designado por las fuentes como el maestro o inspirador del propio Diógenes. Desde la Antigüedad se ha discutido si se debe considerar a Antístenes el iniciador del cinismo o si más bien conviene reconocer en esto a Diógenes el Cínico. En general, se puede establecer que hay que entender a Antístenes como un antecesor del cinismo, como un pensador proto-cínico, aunque hay que advertir que se deben a él -en una fase socrática de su pensamiento- la mayoría de las aportaciones teóricas de las que posteriormente pudo derivar esta primacía de la práctica directa en el estilo filosófico del cinismo. Las afirmaciones antisténicas, en efecto, armonizan bien con las prácticas cínicas, aunque el carácter personal de Antístenes fuera bastante más moderado que el de Diógenes el Cínico. Los Cínicos aparecen en un momento en el que la polis griega comienza a acusar a marchas forzadas el principio de su propia desaparición como centro de la actividad y universo de sentido del ciudadano griego, de manera que, cada vez más, se hacen necesarias formas de regencia y credos alternativos para la vida personal. Es por este motivo que el cinismo se ofrece como una opción distinta y se opone en gran medida a la pujanza de la religión y el misticismo que debía ser propia de su tiempo. Son muy significativas las anécdotas que ponen a Diógenes y, en especial, a Crates frente a Alejandro, como destructor de las poleis griegas en su afán imperialista. Así, por ejemplo: "A Alejandro que le preguntó (s.c. a Crates) si quería que se reconstruyera su patria, le contestó: "¿Por qué hay que reconstruirla? Pues igualmente un Alejandro la destruirá de nuevo", insistiendo en que, en verdad, "tenía por patria la mala reputación y la pobreza inexpugnable al azar y que era ciudadano de Diógenes, que no había sido insidiado por la envidia". A esta característica condición de expatriados se suma la consecuente cualidad de extranjeros (o de mestizos, como Antístenes, hijo de un padre ateniense y probablemente de una esclava tracia). Esta condición, común a la mayoría de los filósofos Cínicos, debió de marcar profundamente la orientación de su filosofía, hasta el punto de que, frente a su situación carente de toda salvaguarda, apuestan los Cínicos por la sola asistencia de la razón en una constitución integral de vida y pensamiento contra toda constitución hipócrita o inauténtica en el seno de la polis. Cuenta una anécdota que Diógenes de Sinope, exiliado en Atenas y abocado a una situación de extrema pobreza, "al observar un ratón que corría de un lado a otro y que no buscaba un sitio para dormir, ni se preocupaba por la oscuridad, ni deseaba nada de lo que se consideran goces, descubrió (s.c. Diógenes) una solución a su situación", entregándose de esta forma a la vida sencilla que aprendió también como seguidor de Antístenes (vid. D.L. VI 21), a quien se le denomina con el sobrenombre de "Perro simple". No obstante, Diógenes tomará como paradigma de su ejemplo no tanto al ratón que, según se cuenta, le sirvió de inspiración inicial, como al perro, kyon, y de entre ellos, por motivos obvios, el perro callejero, género con el que se identificó plenamente, a juzgar por las anécdotas (muchas de ellas exageradas) que hemos conservado acerca de esta relación; y de hecho, como "perruno" fue reconocido y vituperado muchas veces por el resto de ciudadanos. La figura del perro como símbolo de su filosofía y carácter, tanto si fue por propia elección o por voluntad de asentimiento ante la imposición de los juicios -en principios despreciativos- de la mayoría, no es, en cualquier caso, nada inoportuna. El perro, en efecto, es, de entre los animales, quizás el más próximo en convivencia y entendimiento al hombre, si bien sigue representando el referente de la naturaleza frente al contexto de la cultura y sociedad humanas en el que es escogido. El perro, en cualquier caso, orina, defeca y copula en público, prácticas, entre otras necesidades, que no sería en modo alguno toleradas por la moral tradicional de la época, como tampoco en tantos otros ámbitos sociales antiguos y modernos. Así pues, el perro es adoptado también por el filósofo Cínico como el paradigma, ejemplo o simple metáfora de la correcta vida natural que debe ser aceptada, como un bien, en el seno de la polis. Que la actitud de la que hacen gala los Cínicos, sustentados en el paradigma del perro, contravenga la moral popular y las costumbres y normas establecidas se debe, de forma evidente en la opinión de estos filósofos, a que las reglas de la polis están enviciadas y, consecuentemente, no tienen ningún sentido en el desarrollo del bienestar y el potencial auténticamente humano (ni en el ámbito social ni, sobre todo, a escala tanto particular como genérica, en el progreso personal de cada individuo). Otro posible origen del nombre de la escuela cínica, que también apunta Diógenes Laercio, es que se tomara del nombre del gimnasio Cinosarges, lugar donde podían reunirse los Cínicos y donde se dice que platicaba, en primer lugar, Antístenes sobre filosofía. Cinosarges significa literalmente "perro blanco", lo que justifica que algunos creyeran que el nombre "Cínico" procede del nombre de este gimnasio. Conviene apuntar además, al hilo de esta versión, que el perro es protagonista de al menos uno de los títulos de las obras de Antístenes, en referencia directa a temática homérica y, en concreto, odiseica: Sobre Odiseo y Penélope. Todo apunta a que se hace referencia al perro de Odiseo, fiel compañero que aguardó a su amo hasta su vuelta a Ítaca y que, momentos antes de morir por la edad y la enfermedad, fue el único que reconoció a Odiseo a su llegada. En cualquier caso, entre las virtudes del perro se encuentran valores muy del gusto de los Cínicos: el remarcado principio de sencillez y humildad material en las formas de vida, la autonomía, la nobleza, la lealtad, la sinceridad, la capacidad de reconocer y de denunciar de forma evidente y directa al indeseable, la falta de pudor con la fisiología (en contra de los modales de la época), la confianza en la capacidad del propio esfuerzo y la fortaleza física para gozar de una buena salud y valerse en la vida, la disposición del ánimo y la conducta conforme a la especificidad de cada situación, por penosa que sea, pero también la falta de reconocimiento de patria concreta alguna, más que, si acaso, en la forma de la amistad hacia el congénere que comparte su misma actitud y convicciones y de la cual deriva su reconocido y originario sentido del cosmopolitismo, fundacional para la historia del pensamiento occidental hasta nuestros días. Algo que tampoco pasa inadvertido en la conducta de los Cínicos es la ácida acometida de algunos de ellos, principalmente Crates, hacia las prostitutas. De un lado, el cinismo presenta a la prostituta común una opción preferible a implicarse con heteras, y también como una vía de escape a los estúpidos enredos del compromiso matrimonial. El refinamiento de las heteras, unión de coquetería y elegancia en el hablar y en el vestir, no era ni mucho menos del gusto de los Cínicos, sino que las reconocían como unas "buscaproblemas" para la mayoría de los hombres que, obnibulados muchas veces por un loco y ridículo concepto del amor, y debido a una desviación malsana de sus impulsos sexuales, entraban como corderos al degüello en un juego de fuerzas propio de unas complejas relaciones de dominación. Desde este punto de vista, irse con una prostituta se observaba por parte de los Cínicos como una alternativa justificable para satisfacer sencillamente los apetitos sexuales naturales. En consecuencia, parece que Crates llegó a llevar a su hijo con una prostituta para instarle a que evitara caer en el innecesario embrollo del matrimonio. Esto se extrae también de la expresión que se le atribuye a Antístenes por la que, al ver una vez "a un adúltero que huía, exclamó: "¡Qué desgraciado! De qué gran peligro podías haber escapado por un óbolo". Por otra parte, de Diógenes el Cínico se cuenta que se masturbaba habitualmente en público y sin ningún pudor decía: "¡Ojalá que frotándome la barriga se calmase también el hambre!". En efecto, al igual que cualquier otro tipo de apetito, para un Cínico las cuestiones sexuales se reducen a un problema simple de satisfacción de impulsos naturales, como sucede con la necesidad de alimento. Si no se consideran de este modo, los apetitos sexuales pueden convertirse en foco de problemas psicológicos socialmente inducidos, puesto que el mal, para un Cínico, es sólo moral (esto es, cultural) y no algo natural. El sexo, en definitiva, es un acto al que también se le debe acompañar una máxima expresión de la libertad y sencillez de la naturaleza humana. Sin embargo, tampoco lícito propiciárselo por cualquier medio, pues parece que algunas formas de sexualidad "degenerada" son también consideradas por los Cínicos un producto de la mala gestión, culturalmente inducida, de los apetitos. Así, por ejemplo, Diógenes hacía blanco de sus cáusticas reprobaciones a los pederastas corruptores de menores y de sus enseñanzas más atentas a los jovencitos en situación de riesgo. En efecto, estos eran quienes principalmente se encontraban en el delicado punto de inflexión en el que su desarrollo natural podía doblegarse por la represión de la costumbre ciudadana y la degeneración del vicio, desviando sus impulsos hacia una compleja maraña de tortuosos enredos psicosociales: "Los primeros "Cínicos" adoptaron este nombre por el gusto de que los llamaran perros o "perrunos". El perro era, por así decir, el tótem de su escuela, pero no sólo eso, también constituía un modelo efectivo para la configuración de la conducta humana. Así también, como un perro, Diógenes el Cínico acostumbraba a satisfacer sus necesidades en cualquier lugar, y todas ellas -"las de Deméter y las de Afrodita"-, sin importarle quién estuviera presente. Sabemos también que Crates y su compañera Hiparquia copulaban en público, a la vista de todos, y que, evidentemente, no les importaba mostrar su desnudez ante cualquiera. Por otra parte, los Cínicos establecían con idéntica naturalidad una equidad en las relaciones entre ambos sexos. Para empezar, Antístenes, como predecesor inmediato del cinismo y supuesto maestro de Diógenes, declara que "la virtud de un hombre y de una mujer es la misma", e Hiparquia, quien vestía y vivía del mismo modo que su compañero Crates, ejemplifica este estado de igualdad hasta el punto de que se la cuenta, ya en su tiempo, como una auténtica "filósofo" más entre los Cínicos. La figura de Hiparquia es excepcional en la historia de la filosofía griega, pues en ningún otro caso que sepamos se ha ofrecido, en la Antigüedad, una dignidad y un reconocimiento mayores a una mujer como integrante de una escuela filosófica, en igualdad de condiciones que cualquier otro miembro. En verdad, el cinismo destaca por ser una de las pocas corrientes filosóficas antiguas que hace vocación expresa de la igualdad en dignidad de hombres y mujeres. Esta igualdad se hace efectiva como una condición natural siempre y cuando los individuos no se encuentren atrapados por los clichés que impone el inconsciente popular sobre ellos en tanto que miembros de un distinto género, sobre todo en el caso de la denigrante minusvalía que se le supone al signo de lo femenino y que hace a la mujer más sensible a la tiranía de la costumbre. Habida cuenta de esta distinción de dignidad entre hombre y mujer, se puede entender también que a Diógenes le espantara cruzarse con emperifollados afeminados que ocultaban su condición natural, innecesariamente, bajo vestidos engalanados e intensos perfumes. Esto, por otra parte, es algo que se puede prestar a discusión y causar extrañeza, pues hay que reconocer que el caso de Diógenes es bastante particular en este punto. En efecto, parece que Diógenes reprobaba sistemáticamente a los afeminados. En una ocasión: "A un joven bellamente acicalado que le interrogaba, le contestó que no le diría nada antes de que, desnudándose, mostrara si era una mujer o un hombre", y en otra ocasión, al ver "a un joven afeminado, le dijo: "No te avergüenza pretender ser peor que lo que eres por naturaleza? Pues ella te hizo hombre y tú te fuerzas a ser mujer". En primer lugar, no es de extrañar que demostraran estar en contra de la ocultación de la condición natural de cada persona, pues esto se une a una crítica general del Cínico a la artificiosidad y al fingimiento, en contraposición con la honestidad del vivir y del pensar en libertad, sin estar atado por prácticas sociales de disimulo" (Pons Olivares, pp. 224, 225, 226). Los Cínicos se caracterizan por despreciar todo aquello que consideran hablar por hablar, esto es, cualquier discurso teórico que no revierta de manera clara y sencilla en la conformación de una praxis personal y un progreso vital que han de ser dirigidos por la conciencia personal. En la base de esta actitud podemos reconocer a Antístenes en la indicación de que "la virtud está en los hechos y no necesita de grandes discursos ni conocimientos". En su expresión mordaz -concisa y contundente-, que ha servido de inspiración para dar nombre a un tipo de género "serioburlesco", el Cínico se mueve entre una forma de ironía más que evidente -sobre todo en el juego de palabras que hace usando expresiones y pasajes de la literatura popular- y la sinceridad más cruda y severa, de modo que, en cualquier caso, el Cínico nunca se muestra falso ni se anda con tapujos. En esto, Diógenes es, sin duda, el prototipo de Cínico, al considerar un grandísimo bien para el hombre la "libertad de palabra". En el centro de sus críticas a distintos tipos de discursos y saberes o, más bien, de su desprecio cáustico y llano a la palabrería, se encuentran ámbitos tan propios de la formación tradicional griega como la Física, la Geometría, la Lógica y la Música, además de la instrucción en el refinamiento retórico (cuyos protagonistas son objetivo de gran cantidad de ataques de los Cínicos) y el adiestramiento y las competiciones atléticas (en tanto que preocupación por un cuidado exagerado del cuerpo). Así pues, atletas, músicos, astrónomos, gramáticos, rétores y otros filósofos de corte más teorético, pero también políticos y poderosos de todo tipo -muy especialmente tiranos y demagogos- y sus servidores, son blanco habitual de la atrevida y mordaz locuacidad del Cínico, en su crítica general a todo lo que consideran un esfuerzo inútil o degenerado. El pensamiento Cínico se concentra, como único ámbito de fundamental importancia para la constitución de una práctica de vida integral y virtuosa, en la reflexión ética. La ética de los Cínicos se ofrece como alternativa a todo objeto y aspiraciones de la formación tradicional, aristocrática y especializada, que consideran innecesarios e incluso viciados. A ello le opone el Cínico un interés personal y sincero por el autodesarrollo y la conformación del propio carácter, el ejercicio (también el ejercicio físico, en su justa medida) y el esfuerzo constante por mantener la armonía de vida en el manejo de un pensamiento fresco e independiente, reconocible, más que en ninguna otra escuela, por una palabra simple -que en general se ciñe a lo evidente- y por una expresión muchas veces irónica e incluso hiriente, pero reveladora y certera en su afán de denunciar lo sobrante para la naturaleza del hombre. Debido al rechazo que hacen de los estudios generales (de la Matemática, la Lógica, la Música, etc., que formaban parte de la paideia tradicional) y a su propuesta de concentración de las energías del pensamiento en el ámbito de la ética (como vía directa de consecución de la virtud y único ámbito fundamental para la filosofía), desde antiguo se ha reconocido al cinismo bajo la imagen de ser un "camino corto" o "atajo hacia la virtud". Atajo por cuanto propone, según es la experiencia efectiva de sus principales representantes, una conversión radical, rápida e incluso inmediata de la persona y de las propias formas de vida a las exigencias de la filosofía, que no todos son capaces de resistir. No existe en la propuesta cínica propedéutica alguna para un acceso a la virtud y a una forma de vida filosófica, y mucho menos en ninguna disciplina teórica, pues consiste en un acto de decisión, de compromiso vital que depende tan sólo del atrevimiento en el cambio de las propias formas de existencia, en la asunción de lo correcto, suficiente, natural y evidente a la razón humana en cada situación. Pero el modo de vida Cínico constituye un "atajo" también porque, siendo fieles a esta metáfora, la filosofía -y la filosofía cínica más que ninguna- requiere de una voluntad y de una fortaleza extraordinarias y constantes para que el camino pueda ser transitado con éxito y sin que el cuerpo y la mente desfallezcan: "A pesar de su falta de apego a la propiedad y, en especial, de su rechazo de las riquezas y los lujos, hay que advertir que no se puede considerar que los Cínicos fueran contrarios a la propiedad privada. Para estos librepensadores, que estiman ante todo y en todos los ámbitos de la vida la autarquía personal (el dominio autónomo de sí, junto con la autosuficiencia) como un bien principal, la propiedad privada es también legítima y se hace efectiva de forma natural en tanto que derecho de uso, como se deriva sobre todo de los testimonios que conservamos acerca de Diógenes el Cínico sobre esta cuestión. En definitiva, para un Cínico, nada parece ser de nadie -o mejor dicho, está ahí para cualquiera que lo necesite- mientras no sea usado o aprovechado por alguien, ya se trate de un instrumento, de comida, ropa, un terreno o un lugar donde habitar; pero en el momento en que un objeto en cuestión es de utilidad para alguien que lo aprovecha, parece evidente que con tal gesto se lo ha apropiado, si bien sólo hasta que, de nuevo, deje de usarlo. Los objetos de esta forma no se encuentran determinados por un sentido exclusivo de la propiedad en tanto que posesión permanente de alguien y con independencia de si la usa o no. Los objetos pasan de mano en mano y son de quien de ellos se beneficia en cada momento, siendo posteriormente abandonados para cualquier otro que los necesite. Así los Cínicos tampoco se prestan las cosas, sino que directamente se reclaman o son tomadas en el momento en que dejan de servir a alguien, aun cuando éste no las ceda, pues sólo mientras son usadas con utilidad pueden ser consideradas propiedad de quien las usa, y luego vuelven a quedar libres de apropiación, sin dueño alguno establecido. Por otro lado, sería un error terrible para un Cínico, y muy común entre el grueso de los ciudadanos, aferrarse a algún tipo de posesión, pues esto es para el cinismo sólo otro generador de dependencia que esclaviza al hombre al no dejar ver su auténtica autosuficiencia natural y cosmopolita. En definitiva, la posesión acaba poseyendo y haciendo dependiente al poseedor y, para un Cínico, hay que proveerse solamente de los útiles que se observan como estrictamente necesarios o, como dice Antístenes, conviene hacer de la misma manera que "para un viaje deben prepararse provisiones de tal clase que puedan flotar junto al náufrago". De este modo, un manto, un bastón y un pequeño hatillo o zurrón, con alguna que otra cosa más, son suficientes para un Cínico. En cuanto a lo demás, como dice Crates, "toda tierra es ciudad y casa/preparada para acogernos", y para Diógenes no es necesaria ni tan siquiera una copa, vaso o escudilla, como pudo comprobar al ver que un niño bebía agua con las manos y que otro comía lentejas directamente del hueco de una hogaza de pan" (Pons Olivares, pp. 254, 255, 256).

Yas ©

Filosofía en el Bachillerato.

ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ

La Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990) sustituyó la Ley de 1970, donde había Filosofía en 3º del Bachillerato Unificado Polivalente (BUP), tanto en Ciencias como en Letras. Si luego hacía el Curso de Orientación Universitaria (COU), cursaba como obligatoria Historia de la Filosofía. La LOGSE del Partido Socialista Obrero Español (PSOE, 1990) cambió el sistema y el Bachillerato pasó a tener dos años, la Filosofía perdió peso, pues se mantuvo como obligatoria sólo en un curso, 1º. Historia de la Filosofía pasó a ser una materia sólo de estudiantes de Humanidades y Ciencias Sociales. Aquel currículo lo firmaba entonces el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba. Cuando llegó el Partido Popular (PP) al Gobierno en 1996 no cambió la ley educativa socialista, pero sí modificó los currículos. En 2000 cambió el currículo de Bachillerato y estableció Filosofía I como materia común de primer año y Filosofía II como materia común de segundo año para los alumnos de todas las modalidades. La ministra de Educación Pilar del Castillo y Aguirre del Partido Popular (PP) aprobó la Ley Orgánica de Universidades 6/2001 (LOU) y la Ley Orgánica de Calidad de la Educación 10/2002 (LOCE), y con ella un nuevo currículo (2003). Entre las asignaturas comunes del Bachillerato figuraban Filosofía en 1º e Historia de la Filosofía y de la Ciencia en 2º, que debían cursar todos los alumnos en cualquiera de las tres modalidades. Además, la LOCE establecía la asignatura de Ética en 4º de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), siendo la primera ley en introducir una triple enseñanza de filosofía: Ética, Filosofía e Historia de la Filosofía. También se introducía la asignatura Sociedad, Cultura y Religión en dos opciones a elegir para el alumno, una confesional y otra no confesional. La no confesional estaba destinada a ser impartida por los docentes de Filosofía. En cualquier caso, el currículo de la LOCE nunca llegó a aplicarse porque en 2004 José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) ganó las elecciones, derogó la ley educativa de José María Aznar y aprobó la LOE (2006). La Ley Orgánica 2/2006 (LOE) estableció Filosofía y Ciudadanía en 1º de Bachillerato, e Historia de la Filosofía en 2º, siendo ambas materias comunes y obligatorias para todos los estudiantes. En 4º de la ESO se enseñaba Ética y Ciudadanía, la derivada de la polémica Educación para la Ciudadanía. En pleno apogeo de la crisis económica internacional y con un paro juvenil del 50%, la Ley Orgánica de Mejora de Calidad Educativa 8/2013 (LOMCE) del ministro de Educación José Ignacio Wert Ortega (PP). La LOMCE mantuvo la materia de Filosofía como troncal de 1º en todas las modalidades de Bachillerato, pero dejó Historia de la Filosofía de 2º sólo para los que cursaban la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales. Para los demás era una materia optativa. Como aquello no gustó, hubo ocho CCAA que introdujeron Historia de la Filosofía como obligatoria para todos los estudiantes de 2º de Bachillerato. Además, también la LOMCE desplazó la Ética de materia obligatoria a una alternativa de la Religión llamada Valores Éticos. Ello motivó que varias autonomías introdujeran una asignatura obligatoria de Ética en 4º de la ESO. En la práctica, el alumnado español pasaba por la educación obligatoria sin cursar Filosofía. Olga R. Sanmartín hizo un análisis de los 17 currículos autonómicos de secundaria y bachillerato: "Nueve autonomías blindan la Historia de la Filosofía en contra del espíritu de la LOMCE" (EL MUNDO, 18/07/2016). Ante la entrada en vigor de la LOMCE, los gobiernos autonómicos de Cataluña (Junts pel Sí) y Andalucía, Extremadura y Asturias (PSOE) hicieron obligatoria para todas las modalidades la Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato. En Cantabria (PSOE+PCR) la Historia de la Filosofía sólo era obligatoria en la modalidad de Ciencias y Humanidades, pero no en Artes. Baleares (PSOE+Més) la hizo obligatoria en la modalidad de Artes. En Aragón (PSOE+Cha), Murcia y La Rioja (PP) la hicieron obligatoria en Humanidades y Ciencias Sociales. Las nueve regiones representaban 140.964 estudiantes. Quienes mantuvieron la Historia de la Filosofía como la LOMCE fueron Galicia, Castilla y León, y la Comunidad de Madrid; Castilla-La Mancha (PSOE); la Comunidad Valenciana (PSOE+Compromís); Canarias (CC+PSOE); el País Vasco (PNV) y Navarra (GB+Bildu+IE). Las ocho regiones representaban 151.021 estudiantes. La mitad de los estudiantes españoles de 17 y 18 años estaban obligados a cursar Historia de la Filosofía y la otra mitad no. La Red Española de Filosofía denunciaba que la reválida de 2017 examinaba las asignaturas de todo el Bachillerato, aquellos que no llevaran Historia de la Filosofía 2º por su propia voluntad iban a llegar menos preparados para el examen. Aunque no tenía efectos académicos para obtener un título de Bachillerato, contaba para ingresar en la Universidad. La Red Estatal de Filosofía denunciaba una pérdida de interés generalizado en las Humanidades y la tendencia a agrupar las distintas áreas del conocimiento en nombre de la gestión. En Chile existía una situación similar, la eliminación de la Filosofía como asignatura obligatoria desde el 2019 para el 3º Medio y desde el 2020 para 4º Medio, además de la fusión de Física, Química e Historia en una asignatura única: "Ciencia, Naturaleza y Sociedad". En octubre de 2018 hubo un acuerdo parlamentario en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados de España entre el PP y el PSOE para que la Filosofía se estudiara en un ciclo formativo de tres años: un curso en 4º de la ESO restituyendo Ética, y en los dos años de Bachillerato. En pleno confinamiento COVID-19, la Ley Orgánica 3/2020 (LOMLOE) de la ministra de Educación Isabel Celaá (PSOE) derogó la LOMCE y modificó la Ley Orgánica 2/2006 (LOE). La LOMCE recupera Filosofía e Historia de la Filosofía como obligatorias para todos los estudiantes de Bachillerato, cualquiera que sea la modalidad que cursen: Filosofía en 1º e Historia de la Filosofía en 2º. Sin embargo, diluye su compromiso de recuperar la Ética para la ESO en la asignatura Educación en Valores Cívicos y Éticos, que puede cursarse en cualquiera de los cursos de la etapa. El Ministerio asegura que el currículo de Valores Cívicos y Éticos tiene una parte de contenidos sobre Ética. Pero quienes reivindican la importancia de la Ética como iniciación al pensamiento crítico y lógico les parece insuficiente y poco serio. De hecho, la Ética debería ser transversal en Matemáticas, Geometría, Arquitectura, Medicina, Derecho, Filosofía y Artes Plásticas: Estética. La LOMLOE hace que la asignatura voluntaria de religión deje de contar para la nota media y suprime contenidos básicos en Historia (la Conquista de América, la Revolución Francesa), Matemáticas (logaritmos), Lengua y Literatura Castellana (historia literaria) y Economía (inflación, déficit, planes de pensiones) de la ESO. A cambio, los estudiantes cursarán Trabajo Monográfico, Servicios a la Comunidad, Formación y Orientación Personal y Profesional, Digitalización o Economía o Emprendimiento. Aparte de Educación en Valores Cívicos y Éticos, la nueva Educación para la Ciudadanía de PSOE-Unidas Podemos: "memoria democrática", "ecofeminismo", "ética de los cuidados", "derechos LGTBIQ+", las banderas políticas del Gobierno de Coalición. Los contenidos políticos de Educación en Valores Cívicos también se incluyen en Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas, Biología, Educación Plástica, Expresión Artística, Educación Física e Historia. Es de sentido común que los Valores Cívicos y Éticos deberían estar acompañados de los grandes debates de la ciudadanía: "Por ejemplo, en la España obligada a drásticos recortes y sacrificar gran parte de su presupuesto en enjuagar su déficit con Europa, ya hay españoles que confiesan: "Ahora comprendemos cómo se las han visto los países latinoamericanos durante tantos años con la dichosa deuda externa". En efecto, ese inacabable débito bloquea el desarrollo, jibariza la protección social, aumenta la desigualdad en todos los campos (sobre todo en el fundamental de la educación) y deteriora sustancialmente la confianza en las instituciones democráticas. Y cuando éstas pierden apoyo –porque no sólo son cuestión de razón, sino también de fe, como casi todo- el vacío que deja se rellena con su caricatura, la mermelada populista. Algunos han dicho que el populismo es la democracia de los ignorantes: añadamos, para ser justos, que es también la democracia de los decepcionados… El populismo es el sueño de una democracia sin remilgos, un sistema instantáneo en el que la voluntad generosa y solidaria del pueblo se realizase sin interferencias. Pero lo malo es que precisamente son las trabas (es decir, los procedimientos, garantías y contrapoderes) las que constituyen la democracia, mientras que la pretensión de que hay una sola voluntad popular (y que por lo tanto lo que piense cada ciudadano es irrelevante o nocivo salvo que coincida con ella) es la negación misma del sistema democrático… Cuando hay elecciones, por ejemplo, quienes las ganan dirán satisfechos que "el pueblo ha hablado". ¡Ah, pero eso no convence a todos los autodenominados portavoces del pueblo! Los que no están conformes con el resultado electoral asegurarán que el pueblo ha sido engañado, traicionado, que no ha podido expresarme libremente durante la campaña previa, que sus auténticas demandas no han sido escuchadas. Unos dirán que los gobernantes electos han recibido su autoridad legítima del pueblo, otros replicarán que los políticos no representan al pueblo y desconocen sus verdades necesidades o abusan desvergonzadamente de él… El pueblo no necesita someterse a leyes, ni a controles numéricos, ni siquiera a controles de alcoholemia. Y su voz es la voz de la democracia misma, que según sus más entendidos entusiastas está por encima de cualquier ley, constitución o estatuto… El pueblo es la democracia en estado puro, asilvestrada, y aunque parezca que sostiene opciones que muchos no comparten tiene siempre la verdadera mayoría, la mayoría moral. Además es el pueblo (o sea, los chantres que hablan en su lugar) el único que decide quién es el pueblo y quién no, y dispensa y revoca los correspondientes certificados de buena conducta" (Savater, pp. 39, 40, 112, 113). El Atlantic College del United World Colleges (UWC) ofrece el Programa de Diploma de Bachillerato Internacional (16-19 años), el Programa de Orientación Profesional del Bachillerato Internacional (16-19 años) o Programa para los primeros años (2-15 años). En su página web www.uwcatlantic.org afirma que es un movimiento educativo global que hace de la educación una fuerza para unir personas, naciones y culturas por la paz y un futuro sostenible. Es la única ONG educativa global que selecciona a estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos, culturas, razas, religiones y nacionalidades. Un elemento central del espíritu de UWC es la creencia de que la educación puede unir a jóvenes de todos los orígenes sobre la base de su humanidad compartida, para comprometerse con la posibilidad del cambio social a través de acciones valientes, ejemplo personal y liderazgo desinteresado. Para lograr esto, las escuelas y universidades de UWC en todo el mundo ofrecen una experiencia educativa desafiante y transformadora a un grupo deliberadamente diverso de jóvenes, inspirándolos a convertirse en agentes de cambio positivo en línea con los valores fundamentales de UWC: Entendimiento internacional e intercultural, Celebración de la diferencia, Responsabilidad e integridad personal, Responsabilidad mutua y respeto, Compasión y servicio, Respeto al medio ambiente, Un sentido de idealismo, Reto personal, Acción y ejemplo personal. La página afirma que UWC cuenta con 18 escuelas y universidades en 4 continentes, la mayoría de las cuales se centran exclusivamente en el grupo de edad de 16 a 19 años: una época en que la energía y el idealismo de los jóvenes pueden orientarse hacia la empatía, la responsabilidad y la acción a lo largo de toda la vida. Estas Universidades imparten el Programa de Diploma de Bachillerato Internacional (IBDP) como su plan de estudios formal, una calificación en la que UWC jugó un papel importante en el desarrollo, al tiempo que enfatiza la importancia del aprendizaje experiencial, el servicio comunitario y las actividades al aire libre. Los estudiantes universitarios de UWC son seleccionados a nivel nacional, en más de 150 países, a través del exclusivo sistema de comités nacionales de UWC. La selección se basa en la promesa y el potencial demostrados. De acuerdo con el espíritu de la UWC de que la educación debe ser independiente de los medios socioeconómicos del estudiante, el 70% de los estudiantes en sus años de Diploma IB reciben asistencia financiera total o parcial, según sus necesidades. UWC fomenta un compromiso permanente con la responsabilidad social y, hasta la fecha, ha inspirado una red mundial de más de 60.000 ex alumnos que creen que es posible actuar y marcar la diferencia a nivel local, nacional e internacional: "Nuestra misión es hacer de la educación una fuerza para unir a personas, naciones y culturas por la paz y un futuro sostenible". La página web muestra la red UWC GLOBAL COLLEGES: Waterford Kamhlaba UWC of Southern Africa, Africa; UWC Costa Rica, Americas; Pearson College UWC, Americas; UWC USA, Americas, UWC Changshu China, Asia Pacific; Li Po Chun of Hong Kong, Asia Pacific; UWC ISAK Japan, Asia Pacific; UWC Mahindra College, Asia Pacific; UWC Thailand, Asia Pacific; UWC South East Asia, Asia Pacific; UWC Adriatic, Europe; UWC Dilijan, Europe; UWC Maastricht, Europe; UWC Mostar, Europe; UWC Red Cross Nordic, Europe; UWC Robert Bosch College, Europe; UWC East Africa, Africa. Los estudiantes del Programa de Diploma de Bachillerato Internacional (IBDP) escogen una asignatura de cada una de los siguientes grupos de asignaturas: Estudios de Lengua y Literatura, Adquisición de Lenguas, Individuos y Sociedades, Ciencias, Matemáticas, Artes (en vez de hacer una asignatura en las Artes, los estudiantes pueden optar por estudiar otra dentro de Ciencias, Individuos y Sociedades, o Adquisición de Lenguas). En el caso de Estudios de Lengua y Literatura, según el centro, aparecen como opciones Literatura Árabe, Lengua y Literatura Árabe, Literatura Armenia, Literatura Bosnia, Literatura China, Lengua y Literatura China, Literatura Croata, Literatura Danesa, Lengua y Literatura Holandesa, Literatura Inglesa, Lengua y Literatura Inglesa, Literatura Francesa, Lengua y Literatura Francesa, Literatura Alemana, Lengua y Literatura Alemana, Literatura Hindi, Literatura Indonesia, Literatura Italiana, Lengua y Literatura Japonesa, Literatura Koreana, Literatura Noruega, Literatura Rusa, Literatura Serbia, Literatura Siswati, Literatura Eslovena, Literatura Española, Lengua y Literatura Española, Literatura Swahili, Literatura Sueca, Lengua y Literatura Thai, Literatura y Performance, Autodidacta con Apoyo Escolar. En Adquisición de Lenguas, según el centro, Italiano desde el inicio, Italiano B, Japonés desde el inicio, Japonés B, Mandarín desde el inicio, Mandarín B, Noruego B, Ruso desde el inicio, Español desde el inicio, Español B, Swahili desde el inicio, Swahili B. En Individuos y Sociedades, según el centro, Administración de Empresas, Ciencias Económicas, Sistemas Ambientales y Sociedades, Geografía, Políticas Globales, Historia, Lengua y Cultura, Filosofía, Pensamiento Político, Psicología, Antropología Social y Cultural, Artes y Culturas Mundiales, Religiones Mundiales. En Ciencias, según el centro, Biología, Ciencias de la Computación, Química, Sistemas Ambientales y Sociedades, Tecnología de Diseño, Ciencia Marina, Física, Ciencia del Deporte, Ejercicio y Salud. En Matemáticas, según el centro, Matemáticas: Análisis y Enfoques, Matemáticas: Aplicaciones e Interpretación. En Artes, según el centro, Danza, Música, Filme, Teatro, Artes Visuales. Los estudiantes generalmente estudian tres asignaturas a nivel medio y tres asignaturas a nivel superior, en las cuales se espera que demuestren un abanico más amplio de conocimientos, comprensión y destrezas. Las asignaturas específicas que se ofrecen varían entre los diferentes colegios UWC, y a menudo reflejan su localización geográfica y zonas de interés. Además de los seis grupos de asignaturas, los estudiantes completan tres partes troncales al Programa de Diploma que son fundamentales a la filosofía del programa: Monografía, Teoría del Conocimiento (TdC), Creatividad, Actividad y Servicio (CAS). Los estudiantes investigan un tema de interés especial, y desarrollan destrezas en investigación independiente y redacción exigidas a nivel universitario. La Monografía normalmente se escribe para uno de los seis grupos de asignaturas y debe tener un máximo de 4.000 palabras. Los estudiantes tienen el apoyo de un supervisor académico durante el proceso de investigación y redacción. En Teoría del Conocimiento, el curso incentiva a reflexionar sobre la naturaleza del conocimiento y la manera en la que conocemos lo que afirmamos saber. Se evalúa mediante una presentación oral y ensayo de 1.600 palabras. En Creatividad, Actividad y Servicio, asumir responsabilidades, desarrollar habilidades sociales, creativas y de relación con el entorno natural, y, aprender a acercarse a los demás con empatía. Los estudiantes participan en una serie de proyectos que tienen el objetivo de ayudarles a desarrollar estas habilidades mientras se involucran de forma activa en su comunidad local. En resumen, en el Bachillerato Internacional (IBDP) la Filosofía y la Historia son materias optativas y no aparece la Ética ni la Estética. Es evidente que sin Matemáticas no hay Lógica, Ética ni Estética. Además, deberíamos preguntarnos por qué la Educación en Valores Cívicos y Éticos de PSOE-Unidas Podemos incluye "memoria democrática" y no "historia de la democracia" o "filosofía de la democracia". Los políticos no se contentan con manipular los mitos, la historia y el lenguaje, también asumen el derecho de desplazar la historia por la "memoria histórica" y las "reparaciones históricas" en nombre del "pueblo": "Podríamos pensar que "pueblo" es el nombre que damos al conjunto de ciudadanos, pero la cosa no es tan sencilla. Hay importantes diferencias: la primera es que los ciudadanos pueden ser buenos, malos o regulares mientras que el pueblo siempre es bueno por definición. Todo pueblo es el pueblo elegido: la comunidad de los santos. Los atropellos cometidos por los ciudadanos son delitos o crímenes, los que se cometen en nombre del pueblo y los representantes del pueblo acogen como suyos son hazañas o simples excesos de celo… Antes, en la entrada de algunas fincas lucía el cartel de "Cuidado con el perro"; ahora, en la puerta de ciertos partidos debería poner: "Cuidado con el pueblo"… Los que se han metido en el enredo de la ponencia de la paz tropiezan, entre otras cosas, con el tema de establecer institucionalmente la memoria de lo acontecido. Es un asunto extraordinario confuso, como ocurre en todos los intentos de establecer por ley una "memoria histórica". Lleva a contradicciones insolubles, este verano me pareció oír que Patxi Zabaleta abogaba por una amnistía de los terroristas pero sin olvido de lo ocurrido, cuando resulta que "amnistía" significa precisamente "olvido", al menos para quienes recordamos un poco del griego que aprendimos en el colegio… La verdad es que la memoria y la historia no son ni mucho menos lo mismo y tratar de homogeneizarlas por decreto o por acuerdo político es estrictamente imposible y probablemente indeseable. Lo explicó bien el maestro Tony Judt, al que me permito citar en extenso porque merece la pena: "Yo creo profundamente en la diferencia entre la historia y la memoria; permitir que la memoria sustituya a la historia es peligroso. Mientras que la historia adopta necesariamente la forma de un registro, continuamente reescrito y revaluado a la luz de evidencias antiguas y nuevas, la memoria se asocia a unos propósitos públicos, no intelectuales: un parque temático, un memorial, un museo, un edificio, un programa de televisión, un acontecimiento, un día, una bandera. Estas manifestaciones mnemónicas del pasado son inevitablemente parciales, insuficientes, selectivas; los encargados de elaborarlas se ven antes o después obligados a contar verdades a medias o incluso mentiras descaradas, a veces con la mejor de las intenciones, otras veces no. En todo caso, no pueden sustituir a la historia" (en Pensar el siglo XX, Editorial Taurus, 2012). Moraleja: es mejor que establecer las frágiles y dolientes verdades del pasado sea tarea de los historiadores y no resultado de conveniencias políticas. Por lo demás, la memoria que cada cual guarda de lo que ha vivido nunca puede ser sustituida por decreto" (Savater, pp. 113, 148, 149).

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Filosofía de la Prostitución.

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Ningún hombre recibe formación doctrinal en "patriarcado" ni tramita carnet de patriarca, el patriarcado no es una categoría científica ni el feminismo es una ciencia. Los hombres a través de las instituciones reciben la influencia de distintas filosofías políticas: teoría-praxis. Los sofistas son afectos a justificar la prostitución por su relativismo epistemológico y pluralismo moral, como no iban más allá de la realidad empírica, era perfectamente razonable cumplir los propios deseos carnales, incluso con una prostituta: "Más allá del bien y del mal". Los sofistas defendían mentiras o acciones inmorales con absoluto desparpajo, el origen de los cínicos modernos. Los cínicos antiguos defendían con absoluta desvergüenza verdades empíricas, el origen de los libertarios. Para ser sofista se requiere de habilidades retóricas para dominar los giros dialécticos: el discurso teórico, el examen, la argumentación y la impugnación. La idea radical sofista de que la justicia es el "derecho del más fuerte" es aplicable hasta nuestros días. La prostitución es legal porque existen sofistas que han creado discursos jurídicos e institucionales que la justifican. Al mismo tiempo, la esclavitud ya no es legal, pero tampoco ha desaparecido. La antigua esclavitud era una relación a largo plazo, había que hacer una gran inversión económica que tenía que estar garantizada por una serie de documentos oficiales. La nueva esclavitud es una relación a corto plazo, la desechabilidad ha aumentado la rentabilidad de los esclavos, reduce el tiempo de esclavitud y resta importancia a la cuestión de la propiedad legal. Los nuevos esclavos son temporales y desechables, exprimidos en el menor tiempo posible. Ya no tiene sentido afirmar la propiedad legal porque implicaría hacer frente a las obligaciones. Ningún proxeneta está dispuesto a mantener prostitutas viejas, enfermas o con hijos. Ambas posturas, la promotora y la abolicionista, parten del hecho de que la prostitución infantil o problemas relacionados con la prostitución como el tráfico de mujeres, la trata de personas, el comercio con drogas, las mafias, etc. En todos estos casos, la prostitución va unida a la comisión de delitos tipificados en los códigos penales no existiendo controversia teórica, ni dentro ni fuera del feminismo, en relación con la persecución jurídica que deben sufrir los mismos. Los defensores de la prostitución parten de la tesis de la compra venta de relaciones sexuales a cambio de un dinero entre dos personas adultas y capaces, pactadas voluntariamente por ambas. Las abolicionistas cuestionan la voluntad y la libertad de esos intercambios. A partir de ello, haremos un recorrido por la filosofía griega, y finalmente lo contrastaremos con los argumentos de los promotores y las abolicionistas. La epistemología platónica está basada en la división entre la razón y las pasiones. El verdadero propósito de la humanidad no es el mero placer, ni el poder ni la riqueza material, sino la consumación de la esencia del hombre como un ser racional. Los platónicos buscan la liberación social del mundo de la necesidad material y la liberación epistemológica del alma respecto del mundo material de las apariencias. El platónico tiene que trascender las apariencias (imaginación, imágenes, creencias, opiniones) para alcanzar el conocimiento de las Formas (objetos matemáticos, geométricos). De la epistemología platónica se deduce que la prostitución es un ejemplo de los apetitos más bajos del mundo material corrupto. Los platónicos son grandes amantes de la contemplación ética-estética, la unión de la bondad y la belleza: kalokagathía. Los platónicos son los hombres perfectos, el modelo de la aristocracia y la caballería: equilibrio, proporción, simetría, armonía. Los epicúreos son afectos a la amistad personal de las mujeres, ya que su fin no es el placer carnal, sino la felicidad. Sin embargo, la doctrina epicúrea puede ser usada para justificar indirectamente la prostitución, si el último propósito de la vida es el placer y la evitación del dolor, y si los cuerpos sólo están compuestos por átomos y la psique humana sólo está gobernada por sensaciones generadas materialmente, cualquier materia serviría para alcanzar el placer… Los estoicos son afectos a la completa renuncia de sus pasiones y a los bienes internos del alma, junto con los platónicos, de los pocos que pueden ver a las mujeres como almas. Por un lado, los estoicos jamás van a consumir prostitución sin dejar de ser estoicos. También entienden que el mundo material de las apariencias es una prisión de los sentidos, la liberación de las prostitutas no puede ser material hasta que llegue la muerte, se enfocan en la liberación espiritual. Se puede usar la doctrina estoica para justificar indirectamente la prostitución. La prostituta puede asumir una dualidad entre el alma y el cuerpo, dando por hecho que el cuerpo siempre será esclavo y que la única liberación posible es espiritual. La prostituta estoica prostituye el cuerpo, pero no prostituye el alma. Es posible justificar que una prostituta se mantenga libre espiritualmente a diferencia de las mujeres que buscan la libertad en el mundo material de las apariencias. Los cínicos eran afectos a satisfacer sus necesidades con las prostitutas por su rechazo a los convencionalismos sociales del amor platónico y el matrimonio. Es más fácil que un platónico tenga novias y amigas bellas, que un epicúreo tenga muchas amigas no carnales ni platónicas, que un estoico intente salvar el alma de las prostitutas, que las prostitutas usen el estoicismo para no comprometer su alma, y que los sofistas (cínicos modernos) y los cínicos justifiquen la prostitución. Al mismo tiempo, el empirismo de los cínicos los lleva a rechazar los simulacros de género y la pederastia: LGTBIQ+. Es evidente que la bandera arcoíris es una metafísica, que en el mundo empírico es un simulacro de género, y en el mundo del derecho una violación jurídica de las relaciones materiales entre mujeres y hombres. Los sofistas y los cínicos no tienen problemas para justificar la prostitución, pero acabo de demostrar que se puede usar la escuela epicúrea y estoica para justificar indirectamente la prostitución, el problema de las tesis dualistas es que se puede invertir sus principios con el "giro dialéctico". ¿Qué tipo de filósofos son aliados del feminismo?, ¿sofistas, platónicos, epicúreos, estoicos o cínicos? Por otro lado, el feminismo comparte el relativismo epistemológico y el pluralismo moral sofista de los cínicos modernos, y el empirismo sofista, epicúreo y cínico griego. En los debates de la prostitución se usan argumentos filosóficos, éticos y estéticos: "Las posiciones a favor de los derechos de las trabajadoras del sexo consideran que el Estado tiene la obligación de legalizar la prostitución. Esto significa que no debe dictar normas cuyo objetivo sea castigar a las personas implicadas en esta práctica siempre que la misma se realice con el consentimiento de todas ellas. Por lo tanto, los grupos pro-derechos sostienen que no toda compra-venta de sexo es el resultado de una acción coactiva y que no todas las prostitutas son víctimas. Justifican esta afirmación recogiendo las declaraciones de las propias mujeres que se dedican a esta actividad. Según sus propias palabras, la mayoría de ellas se introdujeron en la prostitución por necesidades económicas, todas admiten que fue una decisión dura de tomar, pero muchas manifiestan en la actualidad su deseo de seguir ejerciendo la prostitución. Los motivos pueden ser muy variados, pero en gran medida son de carácter económico: la prostitución les permite ganar más dinero y en menos tiempo que si se dedicasen a otra actividad; además, les confiere la facultad de gestionar su dinero, su tiempo y la forma y el modo de desarrollarla; es una forma de ganarse la vida para poder mantenerse ellas y sus familias, etc. (Espejo, 2008); (Maqueda, 2008/2009), (Garaizábal, 2006, 2009), (López Riopedre, 2012); (Mestre, 2008), (Romalho, 2012), (Lorenzo, 2008). El grupo abolicionista, por su parte, considera que no se puede hablar en ningún caso de prostitución libremente consentida, ya que las mujeres que se dedican a ella lo han hecho debido a una necesidad imperiosa. Aducen que no hay libertad de elección cuando la situación en la que se encuentran esas mujeres impide que haya opciones entre las cuales elegir. Una cosa, sostiene este grupo, es hablar de prostitución voluntariamente aceptada y otra muy distinta de prostitución libremente aceptada (Falcón, 1992, 2012, 2014), (Barry, 1988), (Giménez, 2008). Ante esta réplica, los grupos pro-derechos estiman que, si se parte de un concepto tan amplio de libertad, nada en la sociedad es libremente elegido puesto que siempre existen circunstancias condicionantes. Cuando se escoge un trabajo no siempre es el que se desea puesto que las circunstancias sociales, políticas, económicas, familiares determinan y limitan todas las decisiones posibles. Qué características debe tener una decisión para afirmar que se ha tomado libremente es una cuestión aún muy discutida en el ámbito filosófico, psicológico y jurídico. El debate sobre qué debe hacer el Estado respecto de la prostitución se tornaría inútil si no se admitiese al menos que junto a personas a las que de forma violenta y en contra de su voluntad se las coacciona para que ejerzan la prostitución, conviven otras que son plenamente conscientes de lo que hacen y deciden hacerlo sin que nadie las intimide o coaccione. Hay una parte del abolicionismo que se muestra dispuesta a aceptar esta diferenciación, aunque señalan que, a pesar de ello, las opciones con las que cuentan las prostitutas son demasiado limitadas y a veces "sólo pueden optar entre vender su sexualidad o malvivir" (Rubio, 2008, p. 88)" (Gimeno Presa, pp. 78, 79). Resulta evidente que la escuela platónica es la que mejores argumentos presenta en contra de la prostitución. La voluntad sólo puede depender de la razón, la libertad es un atributo del alma, no del cuerpo. En Grecia y en Roma la esclavitud sólo oficializaba la irracionalidad, los promotores de ideologías irracionales son esclavistas. El debate de la prostitución tiene la ventaja de exhibir los sofismas de la democracia liberal y la obligación de buscar el verdadero conocimiento. La libertad que se puede ejercer en un mundo material es limitada, está sujeta a diversos condicionantes: el mundo material de las apariencias y de la necesidad material. Ni los demócratas griegos justificaron la libertad en abstracto, esa libertad ilimitada en el mundo empírico sólo existe en la cabecita de los liberales y los neoliberales: la eleutheria "libertad de trabajo", no la libertad respecto del trabajo; la isegoria "libertad de palabra" para buscar la felicidad en la vida pública. Que escuelas como la epicúrea o la estoica gocen de buena salud en el pensamiento posmoderno sólo indica que la gente ya no busca la felicidad en la democracia: la expulsión de la ciudadanía activa, el recogimiento del mundo y la pertenencia a una comunidad imaginaria: "derechos humanos". Hacer filosofía es cuestionar las contradicciones teóricas de los sistemas políticos, económicos y jurídicos. El debate de la prostitución hizo que las feministas se acordaran de que ni la voluntad ni la libertad es ilimitada en el mundo empírico. Por otro lado, ningún Estado está obligado a legalizar la prostitución para que las prostitutas resuelvan sus problemas económicos. El criterio moral universal de la democracia griega era el bienestar humano, no el consentimiento privado liberal. Los discursos a favor de la prostitución se desactivan llevándolos a las discusiones políticas que son propias del Estado, como la búsqueda de mínimos básicos de bienestar para que nadie se vea en la necesidad económica de buscar el sustento con su sexo. En el capitalismo hay un sistema de apropiación que no depende de las desigualdades jurídicas o de la desigualdad de derechos políticos. Un sistema en el que las clases apropiadoras y productoras son libres e iguales ante la ley, en el que la relación supone un acuerdo contractual entre individuos libres e iguales, y en el que incluso es posible el sufragio universal sin que afecte a los poderes económicos del capital. El debate de la prostitución pone al descubierto el cinismo moderno de la democracia liberal, los promotores de la prostitución no se equivocan cuando usan el argumento de la igualdad jurídica y la igualdad de derechos políticos entre clientes y prostitutas, ambos libres e iguales para llegar a acuerdos mercantiles. Detrás de estos sofismas jurídicos, políticos e institucionales se encuentran restricciones puramente económicas: la carencia de propiedad de los trabajadores y su falta de propiedad de los medios de producción que los obliga a vender su fuerza de trabajo para obtener un sustento: "trabajo sexual". La prostitución es una exigencia del mercado que obliga a cumplir ciertos imperativos de competencia y beneficios. Sólo en el capitalismo se ha puesto gran parte de la vida humana fuera del alcance de la responsabilidad democrática, regulada por los imperativos del mercado y las exigencias del beneficio. A los liberales no los vas a sacar del discurso del consentimiento privado, libre e igualitario, pero los exhibes al cuestionar el bienestar humano como criterio moral universal de la democracia y las contradicciones teóricas de la igualdad jurídica y la igualdad de derechos políticos: "Por otra parte, los grupos que abogan por la legalización piensan que las mujeres tienen derecho a disponer de su cuerpo como estimen oportuno. Esa facultad "forma parte del ejercicio de su derecho de libertad" (Espejo, 2008, p. 138). Entre los usos que pueden darle está el de comercializar con su sexualidad. Admiten que nuestra sociedad es una sociedad de consumo, capitalista y mercantilizada, y que el sexo debe interpretarse dentro de este contexto por lo que no se justifica que no se pueda comprar y vender. Este argumento es discutido por la posición abolicionista que ve en la mercantilización del cuerpo un problema ético reprobable. Objetan que de igual forma que el Estado prohíbe la venta de órganos, debe prohibir la venta del cuerpo de las mujeres. Para los grupos pro-derechos incurre en un error al identificar cuerpo con sexualidad. Afirman que con la prostitución no se compran ni se venden los cuerpos de las personas, simplemente se usan para prestar un servicio. Lo que se vende es un servicio sexual y una vez finalizado este, el cuerpo sigue perteneciendo a la prostituta. Por lo tanto, lo que las mujeres hacen cuando se prostituyen es usar su capacidad sexual para obtener una ganancia. Alegan que de igual forma que un psicólogo presta sus conocimientos, una abogada presta un servicio de defensa o un operario "arrienda" sus manos para hacer un trabajo, las prostitutas comercian con su sexo. Una vez más justifican esta afirmación con las historias de vida de las personas que se prostituyen en la que estas afirman que su función es similar a la que efectúan las abogadas, "con la sola diferencia de que ellas deciden a quién prestar el servicio y a quién no, mientras que las abogadas tienen que defender en muchas ocasiones a personas que son delincuentes sabiendo que son culpables" (Holgado, 2008, p. 27). El grupo pro-derechos considera que ver en el uso de la sexualidad un problema moral y no verlo en otras prácticas sociales análogas tiene solo un origen prejuicioso frente a la sexualidad, la cual "es sacralizada de forma no justificada" (Garaizábal, 2006, p. 67). En ese sentido afirman que cada uno puede tener las creencias morales que desee, pero que no debe imponérselas a los demás (Maqueda, 2006). La obligación de los Estados democráticos es respetar y garantizar el derecho de libertad de las personas. La prohibición de la prostitución consentida impediría que las mujeres pudieran ejercerlo. Con base en este argumento, los grupos pro derechos manifiestan que carece de fundamento la imposición de sanciones tanto a las prostitutas como a sus clientes. Solo se debe perseguir la prostitución forzada. Para las abolicionistas, si bien las prostitutas no deben ser castigadas al ser siempre personas que sufren violencia y explotación, sí lo deben ser los compradores de sexo en cuanto que estos llevan a cabo actos de dominación que atentan contra la dignidad de las mujeres tratándolas como cosas y no como personas" (Gimeno Presa, pp. 79, 80). En resumen, la idea de que "las que las mujeres tienen derecho a disponer de su cuerpo como estimen oportuno" parte de un concepto de voluntad y libertad ilimitada que contrasta con las condiciones materiales. Este argumento no sólo juega en contra de los promotores de la prostitución, sino del feminismo liberal: ONU Mujeres. Los promotores se ven obligados a reconocer que la prostitución forma parte de una sociedad capitalista de consumo que ve en el sexo una mercancía como cualquier otra. Son las fuerzas del mercado y no los consentimientos libres e igualitarios los que empujan la legalización de la prostitución. El punto en contra de los promotores es que la compra-venta de servicios sexuales es propia de sociedades consumidoras de humanidad, no creadoras de humanidad: ciencia, arte, literatura, religión. Bajo esta lógica, no existe ninguna diferencia entre la prostitución y la esclavitud si el cuerpo humano y no la inteligencia humana es un producto de comercio. El punto a favor de las abolicionistas es el rechazo de la mercantilización del cuerpo como un problema ético, el punto en contra es que la mercantilización del cuerpo excede la prostitución: modelaje, actuación, pornografía, deporte, política. El único punto a favor de los promotores es la distinción entre la venta y la renta del cuerpo, la prostituta no vende su cuerpo. En contra, la prostitución no sólo causa daños a terceros, sino a los mismos implicados: enfermedades de transmisión sexual, enfermedades mentales. No se puede equiparar la prostitución con el ejercicio de otras profesiones y oficios, aunque sea posible hablar de prostitución moral en aquellos trabajos en que sus actores se vean obligados a adoptar puntos de vista contrarios a su razón soberana y a sus principios morales y éticos. Desde un punto de vista ético, la corrupción humana es más grave que la prostitución del cuerpo y nadie se alarma porque las instituciones estén en manos de prostitutas morales. La prostitución no nace en la democracia, pero es el único sistema político que la justifica en nombre de la libertad y la igualdad. La prostitución no sólo es un problema moral, es un problema económico. El hecho de que los liberales y los neoliberales usen el discurso económico para justificar la prostitución, hace evidente que no lo abordan como un problema: falta de propiedad, falta de medios, falta de mínimos básicos de bienestar: "El Estado de bienestar debe atender y reconocer las demandas legítimas de sus ciudadanos como estos actúan de forma libre y no dañan ni perjudican a nadie. No debe entrar a valorar si éticamente es correcto o no, siempre que se cumplan los derechos reconocidos en la Constitución. Si la prostitución no viola ninguno de estos derechos y si, además, su reconocimiento como un trabajo es beneficioso tanto para las mujeres que la ejercen como para el Estado, no existe ninguna razón jurídica que impida su consideración como una actividad laboral más (Gay, Otazo, Sanz, 2003). Es más, algunas partidarias del trabajo sexual refuerzan esta argumentación afirmando que si el Estado no lo reconoce, lo que está haciendo es "imponer por ley el sexo gratuito", y esto "sentaría un precedente intervencionista en la sexualidad de la ciudadanía, obligándonos, a través de la tutela estatal, a tener una supuesta y estereotipada sexualidad "correcta" (Espejo, 2008, p. 128). Frente a todos estos argumentos las abolicionistas afirman que la consideración de la prostitución como un trabajo convierte a los Estados en proxenetas, fomenta la desigualdad entre hombres y mujeres normalizando relaciones donde las mujeres asumen un estatus de subordinación respecto de aquellos, aumenta la trata de mujeres y beneficia la proliferación de mafias (Riera, 2009), (Raymond, 2004). Si el trabajo es un deber, además de un derecho, la normalización de la prostitución como una actividad laboral la convierte en una posible opción para entrar en el mercado laboral. El problema que esto conlleva es que en una sociedad en la que el trabajo es la llave para obtener los derechos de ciudadanía y la integración en el grupo social, tal y como reconocen los grupos pro-derechos, muchas mujeres se verán abocadas a elegir esta opción para poder acceder a los derechos que la ciudadanía comporta y para no sentirse excluidas y marginadas en la sociedad. En épocas de crisis, y dada la falta de oportunidades que muchas mujeres tienen para encontrar un trabajo, la prostitución será una opción legítima y las mujeres que pueden optar a ella y rehúsen a hacerlo podrán ser consideradas por el Estado como ciudadanas que eluden cumplir con sus obligaciones. Además, afirmar que la no legalización de la prostitución niega la apertura a las mujeres para acceder a una parcela del mercado laboral, significa "aceptar que una de las misiones de estas en la vida social es dar placer sexual a los hombres, y asumir esto legitima al Estado para lleve a cabo políticas que las mantengan en este tipo de actividad" (Fiss, 1995. p. 216)" (Gimeno Presa, pp. 85, 86).

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Discusiones Escolásticas.

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Francisco Carpintero Benítez en "Los escolásticos sobre la prostitución" (UNIVERSIDAD DE CÁDIZ, 2006) expone distintas posturas sobre una actividad de naturaleza pecaminosa. Según la doctrina más extendida en el siglo XIII, el hombre posee dos naturalezas, una sensitiva y otra racional. Las exigencias de la naturaleza sensitiva han de ser satisfechas, aunque cara a Dios eran más relevantes por su mortificación que no por su plenitud. ¿Por qué han de ser cumplidas las exigencias de la naturaleza sensual humana? Ésta hubiera sido una pregunta boba: el género humano necesita reproducirse, todos necesitamos conservarnos y hemos de comer y beber todos los días y, desde un punto de vista político, la gente necesita estar contenta para no dar lugar a alborotos y sediciones. Diríamos hoy que se toleraban las exigencias de la sensualidad. Esta visión del hombre cambió a partir de Tomás de Aquino, que aunque escribía en Latín pensaba en Griego, ya hacía suya la doctrina de la praxis como fundamento de toda moral. Pues para Tomás no podían dejar de tener relevancia propiamente sobrenatural todas las realidades que formaran parte del homo viator, y por eso se opuso a la doctrina del doble fin, o doble naturaleza, en la vida del hombre, que se designaba entonces como puris naturalibus. De hecho, cuando el de Aquino explica que los preceptos de la ley natural siguen al orden de las inclinaciones naturales del hombre, se refiere en primer lugar a lo que es común a todos los seres, que es conservar su vida, en segundo lugar a las inclinaciones de la sensibilidad, como es la unión del varón con la hembra (coniunctio maris et foeminae), y un tercer momento a las inclinaciones que provienen desde la racionalidad humana, como es el afán de conocimiento. De todas formas, y en lo que hacía al sexo, faltaba una Teología que lo integrara en el conjunto de la vida cristiana, aunque Tomás de Aquino dio un paso decisivo al reconocer que las inclinaciones naturales o sensitivas del ser humano ocupan un lugar destacado en el momento de conocer lo que pertenece a la ley natural. Los papas siempre tuvieron presente que el matrimonio era un sacramento instituido por Cristo. En el Corpus Juris Canonici encontramos abundantes Decretales de los Papas que explican que el bautismo disuelve los lazos del pecado, pero no los del matrimonio; pues debían ser muchos los que creían que, al bautizarse, quedaban exentos de los compromisos contraídos según los ritos paganos. Los sacerdotes tenían más difícil casarse, pues varias decretales prohibían que lo hicieran con viudas, concubinas y prostitutas; el problema, de todos modos, desapareció cuando la Iglesia les prohibió el matrimonio. Pero son interesantes las distinciones entre las mujeres, según que fueran solteras, viudas, prostitutas o concubinas. Si nos adentramos en el segundo milenio, vemos como Alejandro de Alés –uno de los pilares de la Escolástica- explicaba que, según las leyes divinas y humanas, existen diferencias entre la esposa, la concubina y la prostituta: pues la esposa es la mujer que se toma para compartir la vida; concubina es la mujer que se tiene por algún tiempo para tener prole; y la prostituta sólo está ad explendam libidinem. Ha quedado apuntado que el de Aquino inaugura otro talante porque él no observa dos naturalezas en el hombre, de forma que el ser humano se compusiera un mixtum compositum de racionalidad y sensibilidad, sino que entiende que la forma del hombre, y su materia, forman una tercera realidad que no es pura racionalidad ni pura sensitividad: Es el hombre. Él llama a la ley natural "la ley del hombre", en parte porque la conocemos mediante algunos "primeros principios de la razón práctica", que componen una participación en la razón de Dios, y en parte porque hemos de inducirla desde lo que observamos en las respuestas históricas del ser humano ante sus necesidades. Aquino mantiene que si una persona descuida su sensibilidad hasta el punto de volverse insensible, esa persona peca gravemente. La insensibilidad era un pecado grave entre estos escolásticos, y Tomás de Vío, más conocido como el Cardenal Cayetano, que ha sido el más extenso comentador de Tomás de Aquino, publicó un manual de pecados, ordenados por orden alfabético, que recibió muchas ediciones. En la voz Insensibilitas explica que este pecado es muy raro, y consiste en que alguien, sin causa razonable, huya de las delectaciones sensibles naturales; este pecado es mortal. Al filo de esta actitud, Aquino considera que no es buena la poligamia, porque si un hombre dispone de varias mujeres, esto implica que no hay amistad liberal entre hombre y mujer, sino algún tipo de sujeción servil. En realidad, manifiesta en otra ocasión, la poligamia demuestra la falta de amor a la mujer. Porque nadie comienza a amar a una mujer si primero no se recrea en su belleza; y ni siquiera se puede decir que la ama porque se alegre de su presencia; hay amor completo cuando, al estar ella ausente, la desea, como si llevara mal su ausencia y deseara su presencia. El Cardenal Cayetano nos explica que el pensamiento deleitoso de una mujer bella que hemos visto no constituye ningún pecado a menos que lo dirijamos a un mal fin. Tomás de Aquino, al tratar el sexo no se detiene en su función procreadora, ni tampoco en el placer; tiene presentes ambos momentos. Esto lo vemos claramente cuando se plantea si en el estado de inocencia, esto es, antes del pecado original, los hombres se reproducían por coitos. Explica que sí, "porque lo que es natural al hombre ni se le da ni se le quita por el pecado". En otro momento explica que en el estado de inocencia, el placer por coito sería mayor que el de ahora, que estamos dañados por el pecado. Debía ser más grande el placer en el estado de inocencia, porque en la Prima Pars de la Suma teológica estudia si el coito es lícito, dado que ahora el varón pierde el conocimiento durante la eyaculación. Es posible que el hombre del siglo XIII disfrutara mucho más del sexo que el hombre del erotizado siglo XXI. Por lo que hace a la prostitución, apenas se detiene en este tema. Se trataba de una quaestio clásica sobre la que debían hablar y decidir, de hecho, todos los teólogos, para mostrar su ingenio al tratar de cohonestar una conducta inmoral con su permisión por la autoridad pública. Tomás de Aquino dice, simplemente, sobre ella, que se debe ser permitida, porque si prohibiéramos todas las cosas malas perderíamos demasiadas cosas buenas. Ésta última línea, la de considerar que la prostitución había de ser tolerada civilmente, fue la absolutamente dominante en las filas escolásticas. Ricardo de Mediavilla, que además de teólogo fue conocido por ser General de los Franciscanos, a finales del siglo XIII, explicaba que los príncipes que permitían la prostitución pública no pecaban contra el tercer precepto de la segunda tabla. Le mueve a pensar así el considerar que la ley humana puede prohibir todos los vicios, porque a los hombres les resulta demasiado difícil, a causa de su corrupción, abstenerse de las voluptuosidades de la carne; si prohibiera estos vicios la república caería en males peores, como son los adulterios; y es preferible que haya simples fornicaciones que no adulterios. Las discusiones recayeron frecuentemente más en detalles accidentales que no en el núcleo de la cuestión. Así, por ejemplo, a pesar de que el talante de los tomistas fue más abierto, y Tomás de Aquino aprobaba los afeites de las mujeres, Pedro de Alvernia, obispo de París y uno de los pocos teólogos que siguió al de Aquino en el siglo XIII, entendía que las pinturas y afeites de las mujeres constituían un mos meretricum. El siglo XV fue coto privado de Gerson, Almain, Conrado, Biel, etc. Tocados ante todo por el agustinismo que tenía en mala opinión la sensitividad humana. De todas formas, todos entienden que la prostitución debe ser tolerada, y en este tiempo las discusiones no se planteaban sobre la tolerancia de las prostitutas como sobre si las prostitutas podían exigir sus honorarios, esto es, si sus clientes tenían el deber en conciencia de pagar estos honorarios: "Las opiniones fueran otra vez unánimes. Escribía Conrado de Summenhart que aunque la meretriz adquiera la propiedad del dinero por un acto injusto, esto es, por fornicar, sin embargo, no recibe ese precio injustamente, de forma que recibiendo tal dinero no peca. Tres eran las cuestiones que se plantearon en la Baja Edad Media: Si el poder público debería tolerar la prostitución; si la prostituta podía lícitamente, en conciencia, exigir sus honorarios; y si los clientes estaban obligados en conciencia a pagar estos honorarios. La mayor parte de los teólogos y juristas contestaron positivamente a estas tres cuestiones, de modo que esta época entendía que si un hombre no pagaba a la prostituta cometía dos pecados, uno primero contra la castidad, y otro posterior contra la justicia. Los tomistas fueron por lo general más comprensivos ante las debilidades de la carne. Además, Santo Tomás de Aquino había sentado que era finalidad del poder político hacer posible una vida virtuosa para sus ciudadanos, pero sin caer en actitudes moralizantes, pues la virtud es un asunto muy personal… Quizá el tomista más complejo y conocido del siglo XVI fue Domingo de Soto. Trata de este tema en su De justitia et jure, L. IV, quaestio 7, a propósito de la restitución, en donde plantea dos dificultades usuales en este tema. De acuerdo con la concepción patrimonialista e individualista del derecho Soto explica que no es lícito argumentar que nadie tiene derecho a pecar, éste pide su dinero para pecar, no lo pide para hacer uso de su derecho. La verdad es que pide para dar, que sí es una conducta a la que tiene derecho, aunque no tenga derecho al pecado al que va unido. Parece que sigue pensando en el supuesto de simonía, y añade que, al no haber derecho a pecar, no hay derecho a dar, si la dación misma constituye un pecado. Pero otra cosa es la merced de la prostituta, que es un caso en el que no constituye pecado pagar por lo hecho, aunque el mismo acto constituya pecado. El tema es complicado, y Soto propone distinguir dos acepciones de la palabra derecho. Según una, el derecho es lo mismo que la ley, y en tal caso es evidente que nadie tiene derecho a pecar, porque la ley no permite pecar a nadie. Pero si entendemos el derecho como aquello que es propio de cada uno, de lo que cada cual puede hacer uso sin hacer injusticia a nadie, en este caso el sujeto hace uso de su derecho, sea para sobornar a un juez, o para una simonía" (Carpintero Benítez, pp. 232, 233, 234, 235). Santo Tomás –sigue explicando Domingo de Soto- indica que si se da algo para actuar contra la ley, esto es ilícito, como sucede en el caso de simonía, y es preciso restituir, no al mismo que dio, sino a los pobres. Pero si el mismo acto de dar no es ilícito en sí mismo, sino que es simplemente la causa por la que se da, como pagar a una prostituta, no procede la restitución. Dice Soto que una objeción de este tipo la expone Juan de Medina en De restituione et contractibus, que impugna a Santo Tomás y con él a casi todos los teólogos, y que mantiene que la meretriz ni puede recibir nada como precio o merced de su fornicación, y que en todo caso sólo puede recibir a modo de donación, porque si lo recibiera como precio debería restituir. Esta solución no convence a Soto, que entiende que únicamente hay dos tipos de realidades que no se pueden vender, porque no tienen precio: Las espirituales, y los delitos. Pasa a examinar por qué no son venales las cosas espirituales, y tras un breve exordio remite a un capítulo posterior. Por los pecados, aunque en razón de su culpa no sólo son viles e indignos de cualquier precio, sino que hay que abominarlos, sin embargo hay que admitir que, a través del consentimiento, cualquiera puede alquilar sus obras, también las voluptuosas, que pueden ser adquiridas por precio o dinero. Y ésta es la razón por la que la mujer que entrega su cuerpo, puede recibir dinero por el placer que recibe el varón quien, además, puede que procree prole con ella. Y que no se trata de una donación, sino de un precio, y esto lo probamos manifiestamente porque la república no solamente permite a estas míseras mujeres, sino que les tasa el precio, y de aquí viene el nombre de meretriz, dicitur enim a merendo. Y quien no les pague debe ser llevado ante los jueces, lo que no sucedería si se trata de una donación. Repite la frase clásica que encontramos en estos autores, tomada de un jurista romano: Meretrix turpiter facit, quod sit meretrix: non tamen turpiter accipi, cum sit meretrix. Mayor duda le asalta con las mujeres que no ejercen la prostitución públicamente: ¿Pueden recibir lícitamente su precio? Porque la ley no permite sino las que trabajan en lupanares públicos, y aquellas otras ni siquiera se les tasa el precio. Pero es mucho más justo entender que han de recibir su precio y más si tenemos en cuenta que, por ser más honestas, hay que estimarlas en más. En lo que hacer a las vírgenes y a las casadas, que pueden ser acusadas de estupro o adulterio, ellas también pueden recibir su precio, estaría obligado en conciencia a pagarlo quien se lo hubiera prometido, a no ser que excediera de la estimación que corresponde a la condición de sus personas. "Pues por derecho natural la concesión del cuerpo es estimable en dinero". Aunque, cara a su exigencia legal ante los jueces, sí hay diferencias entre estas personas; pues las prostitutas pueden exigir ante los tribunales su precio, y esto se les niega a las que no son públicas. Y las vírgenes y casadas tienen prohibido acudir a los tribunales, y si la ley se entera de lo sucedido, ha de castigarlas, y serán privadas de lo que han cobrado; aunque el derecho natural exige que se les pague antes de dictar sentencia. Si no llega el asunto a los tribunales, no están obligadas a devolver lo recibido. El aristotelismo tomista había resurgido muy a finales del siglo XV y comienzos del siglo entre las manos del Cardenal Cayetano, Juan Capreolus, Pablo Soncinas o Conrad Koellin. Tomás de Aquino tuvo un éxito especial en España porque lo introdujo Francisco de Vitoria, a comienzos del siglo XVI, en la Universidad de Salamanca, y tuvo una larga escuela que fue la dominante hasta finales de siglo. La tolerancia estuvo unida al destino del tomismo, porque hacia 1590 se impusieron las Conimbricenses, y aunque no condenaron la prostitución, su actitud general ante las realidades sensitivas fue muy distinta. Así, Tomás de Aquino había establecido que el orden de los preceptos de la ley natural sigue el orden de las inclinaciones comunes con los animales, la primera que menciona es la coniunctio maris et foeminae. El teólogo que se ocupó más extensamente del tratamiento moral y jurídico de la prostitución fue Luis de Molina (el más jurista de los teólogos españoles de esta época), que dedicó toda la disputatio 94 de su De justitia et jure al tema. Sigue estrechamente a Diego de Covarrubias. Su actitud puede quedar resumida en lo que expone en el Index Rerum et Materiarum, en donde escribe que "la prostituta pública no solamente recibe lícitamente por la fornicación hecha, sino que se le concede acción en el foro civil para exigir el pago. Y si no ha sido fijado, puede exigir lo que sea costumbre". El tema lo conecta inmediatamente con lo que llamaban obligación natural, pues la quaestio 94 trata de la licitud de la restitución si recibe por causa torpe, y hasta qué punto se puede denegar en estos casos la posibilidad de repetir el pago. Expone varios argumentos sobre la imposibilidad de exigir los honorarios, que los toma de Juan de Medina, que pueden quedar resumidos en el que ya conocemos. Que nadie tiene derecho a exigir algo por una torpeza gratuita. Molina mantiene, al contrario, que recibir un precio por una acción deshonesta o prohibida es posible, no en razón de la deformidad y por ser ofensa a Dios, que es por lo que se constituye en pecado, sino por razón de la delectación que lleva unida, o por el peligro, o por el daño que sufre una persona por hacer una merced a otra, y así lo estiman comúnmente los doctores. Covarrubias ha indicado –prosigue Molina- que no puede recibir el precio precisamente porque el pacto es injusto: De lo que resulta que no tiene precio estimable. "Pero veo yo las cosas de otro modo, porque entiendo que el precio puede ser estimado no porque sea un acto injusto (que implicaría que está hecho contra alguien), sino porque quien lo hace se expone a peligros y discriminaciones". Como primera tesis, concluye Luis de Molina que lo adecuado al derecho natural es sostener que quien recibe un precio moderado y equivalente por una causa torpe, ni comete una injusticia, ni está obligado a restituir. La segunda conclusión es la siguiente: Pactar y recibir el precio antes del acto deshonesto es pecado. Pero una vez que todo ha sucedido, ya sí se puede exigir lo prometido. Pues antes de cometer el acto, una de las partes puede echarse para atrás, y esto es lícito; pero una vez que se ha cumplido, por derecho natural hay que pagar. Y así el pecado que aparece en el pacto, en la entrega y en la recepción del precio antes de la conducta injusta pactada, no es pecado, hablando en justicia, si todo ha pasado… Sea ésta la tercera conclusión: La prostituta pública no solamente retiene lícitamente lo que recibió como precio justo, o incluso lo que se le dio como donación gratuita por la fornicación, sino que una vez realizado el acto, se le ha de conceder acción externa o civil para que pueda pedir el precio moderado que fue convenido antes de fornicar. Y si no convinieron nada, el fornicario ha de pagar lo que sea costumbre, porque hay que suponer que ella no lo hizo gratis, sino para recibir el precio habitual. Y esta conclusión es común: Que la prostituta actúa deshonestamente, porque es prostituta, y esto es contra el derecho natural; pero no recibe deshonestamente, precisamente porque es prostituta… Aunque también es evidente que si se ha convenido con la meretriz cometer un pecado en el futuro, el pacto puede y debe ser rescindido, y de hecho es nulo antes que la torpeza haya sido cometida, de modo que los que han pactado no se han obligado a nada; y si alguien ha recibido por un pecado futuro, queda obligado a restituir lo que se le dio. Todo esto vale para la prostituta pública, pero es dudoso que se le pueda ser aplicado a la occulta fornicaria. Algunos que cita Covarrubias han estimado que no se le debe en conciencia el precio, y Molina se opone a esta opinión, entre otras cosas porque entiende que lo que da una mujer que no es pública meretrix es de mucho más valor que lo que da la prostituta pública, y no existe ley positiva que la vuelva incapaz de recibir precio si lo recibe por esta causa. Lo mismo hay que decir del precio que recibe una virgen por hacer entrega de su cuerpo. Desde luego, está claro que si el fornicario, o la fornicaria, recibe algo de alguien que no tiene capacidad de alienar, debe restituir. Y de este tema hay que examinar a estas personas, aunque sean meretrices: "Juan de Medina, Doctor en Teología de la Universidad Complutense, activo hacia 1550, aportó también sus opiniones. Él, en un tratado dedicado a la restitución, que dominó ampliamente buena parte del siglo XVI y del XVII, entendía que no existe el deber de pagar a los chulos, aduladores, estafadores y demás personas que contribuían a hacer obras nefandas, como matar, golpear, infamar; a éstos no les había de pagar por vía de precio, sino solamente "per viam donationis"… Así, el que paga a la prostituta sabiendo que el acto fornicario es ilícito, y que nada aprovecha a su alma, sino que la introduce en la muerte, si sabe y quiere dar algo que excede del valor de esta cosa torpe, se entiende que lo regala, y de este modo la meretriz puede recibir de forma lícita, y retener lo recibido, pero no de modo que parezca que recibe un precio por el acto de fornicación. Y por esto, si el mismo fornicario no trata de regalar, sino pagar como precio porque entiende que ese precio lo debe a la meretriz por la torpeza que han cometido, la prostituta no puede recibir ni retener si falta la donación o cualquier otro título honesto. Además, hay que mirar si la donación ha sido hecha por un menor o por alguien que tiene captada la mente –por la prostituta-, que éstas son personas que no pueden donar… Lo mismo sucede si el cliente se ha enamorado de la meretriz movido por los engaños de ésta, que no menos obceca al hombre el amor excesivo que el vino, y en estos casos no parece que la donación sea libre o voluntaria. Y quizá por esta razón fue por la que muchos doctores entienden que la meretriz pública, que entrega su cuerpo no por una merced, sino por la libido, está obligada a restituir: Porque los hombres, como enseña la experiencia, no se obcecan tanto por el amor de una prostituta pública como por el de una que lo es ocultamente… Si la meretriz recibe según derecho, más si recibe por una donación no prohibida por las leyes, no recibe torpemente. Lo mismo podemos decir de la mujer casada, que no puede exigir precio ni a otros ni a su marido, (al contrario de lo que sucede con las prostitutas, y esto es bueno, porque así se evitan adulterios) y si la casada se niega a entregar su cuerpo si no hay precio, esto es extorsión y queda obligada a restituir, salvo que el marido quiera donar. Pero es preciso repetir que si se trata de un simple contrato de alquiler y no interviene ninguna donación, entonces la prostituta no puede recibir precio por este acto pecaminoso, ni puede retener el dinero que ha recibido. Si se trata de una meretriz oculta y no pública, las leyes distinguen entre una y otra, y la que es pública pierde lo que adquiere y habrá de ir al fisco: aunque antes que haya sentencia, el lucro es para ellas. La razón de que el derecho distinga entre las prostitutas públicas y las ocultas reside en que si se permiten las que no son públicas, podrían surgir muchas incomodidades en la vida civil, como son las risas y las burlas, tal como nos muestra la experiencia" (Carpintero Benítez, pp. 246, 247, 248, 249, 250).

Yas ©

Ideología del Progreso.

ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ

El FESTIVAL DE LAS IDEAS PUEBLA 2024 (Auditorio Metropolitano, Centro Ricardo B. Salinas) presentó el jueves 7 de marzo a Francis Fukuyama ("retos geopolíticos de 2024"). Fukuyama es uno de los autores más promocionados y desacreditados del siglo XX. La tesis del "fin de la historia" parte del mito de una humanidad que avanza hacia la adopción general de unos mismos valores e instituciones, y no es el único. John Gray en "Misa Negra. La religión apocalíptica y la muerte de la utopía" (PAIDÓS, 2012) rescata los orígenes escatológicos de teorías como el "fin de la historia" y la "democracia liberal". Agustín de Hipona introdujo en el cristianismo una distinción categórica entre la ciudad del hombre y la ciudad de Dios: como la vida humana está marcada por el pecado original, ambas ciudades jamás podrían ser la misma. Al despojar de literalidad la esperanza de la llegada del Fin, Agustín preservó la escatología reduciendo sus riesgos. La noción de izquierda y derecha política viene de la Revolución francesa. Originalmente derivaban del acomodo en los asientos de los diputados en los Estados Generales: aquellos que se sentaban en su podio a la izquierda del presidente eran identificados como radicales; aquellos a la derecha adquirieron la tonalidad de los conservadores. Pero el espectro se modificaba cada vez que los eventos empujaban a la Revolución hacia la izquierda. Surgían constantemente nuevos radicales con demandas cada vez más extremas, y algunos de los diputados de la nueva derecha parecían salidos de la antigua izquierda. Ni la izquierda ni la derecha política son categorías fijas, pero ambas pueden ser calificadas de radicales y extremistas. El problema es que ésta definición maniquea ya no es aplicable, podemos encontrar "nuevas izquierdas" con programas políticos de las antiguas derechas, y "nuevas derechas" con programas políticos de las antiguas izquierdas. Definir la realidad entre izquierda o derecha carece de sentido y el único motivo para hacerlo es la persuasión política. Demandas ultraliberales como la legalización de la prostitución, el aborto, las drogas y la eutanasia vienen de las "nuevas izquierdas" o de los "liberales", no de las antiguas izquierdas que generaron el Estado de Bienestar, entre ellas el nazismo, que no era de "ultraderecha", sino de extrema izquierda. La derecha tradicional se definía a sí misma desde la Revolución francesa por su oposición a las ideologías utópicas. En el pasado, la derecha representaba una aceptación realista de la flaqueza humana y la consiguiente visión escéptica sobre la posibilidad del progreso. No se oponía por sistema al cambio, pero rechazaba rotundamente cualquier concepción de la historia entendida como una marcha triunfal hacia cumbres iluminadas por el sol. La política era vista como una manera de afrontar la imperfección humana. La visión de las cosas de la derecha tradicional se fundamentaba sobre la doctrina cristiana del pecado original. Religiosa o no, la derecha entendía que era imposible superar los defectos de la naturaleza humana. Pero durante el último siglo la derecha ha abandonado la filosofía de la imperfección y ha abrazado la búsqueda de la utopía. Los neoliberales que dieron forma a las políticas occidentales de la década de 1990 eran economistas caracterizados por una fe ingenua. El avance del libre mercado podía necesitar de alguna ayuda suplementaria: a través de los programas de ajuste estructural que el Fondo Monetario Internacional imponía a muchos países con economías emergentes. Pero acabaría extendiéndose y aceptándose en virtud de la prosperidad creciente. Pero pronto fue reemplazado por el neoconservadurismo. Los neoconservadores entendían que la política de libre mercado no podría extenderse a todo el mundo mediante un proceso pacífico, sino que sería necesario apoyar su difusión aplicando la fuerza militar. El origen del neoconservadurismo se encuentra en la izquierda, la fe en la revolución ingresó en las filas de la derecha neoconservadora. Si actualmente la palabra derecha significa tantas cosas por su vaciamiento de significado, lo mismo le ocurre a la palabra conservador. Entendemos por derecha tradicional y conservadora a una persona que no es utópica, bajo ese planteamiento soy de derecha. El neoconservadurismo y el neoliberalismo divergen en ciertos puntos esenciales. A diferencia de los neoliberales, los neoconservadores no pretenden el retorno a una era imaginaria de Estado mínimo. Son conscientes de que no todos los efectos sociales de los mercados sin trabas son benignos y reclaman del gobierno un fomento de aquellas virtudes que el libre mercado desatiende. A diferencia de los neoliberales, los neoconservadores ven en la religión una fuente fundamental de cohesión social. Pero por encima de todo, los neoconservadores no están dispuestos a fiarlo todo a la evolución social. Más inteligentes, por lo general, que los neoliberales, han comprendido que, aunque el capitalismo es una fuerza revolucionaria que derriba regímenes y estructuras sociales establecidas, esto último no acontece por sí solo: se necesita el poder estatal (y, en ocasiones, la fuerza militar) para acelerar el proceso. En lo que a su entusiasmo por el cambio revolucionario respecta, el neoconservadurismo tiene más en común con el jacobinismo y el leninismo que con el neoliberalismo o el conservadurismo tradicional. La derecha tradicional era liberal en lo económico y conservadora en lo social, la izquierda tradicional era liberal en lo social y conservadora en lo económico. Los neoconservadores y los neoliberales son ultraliberales, capaces de proponer debates que cuestionan toda forma de vida ética. Joaquín de Fiore invirtió el sentido de la teología agustiniana y transformó la doctrina cristiana de la Trinidad en una filosofía de la historia en la que la humanidad pasaría por tres estadios distintos: la Era del Padre, la Era del Hijo, la Era del Espíritu Santo. La división de la historia humana en tres eras tuvo un profundo impacto sobre el pensamiento laico. La visión hegeliana de la evolución de la libertad humana a través de tres estadios dialécticos, la teoría de Marx sobre el paso del comunismo primitivo a la sociedad de clases y al comunismo mundial, la visión positivista de Auguste Comte desde la evolución de la humanidad desde una fase religiosa de desarrollo a una científica, pasando por una fase metafísica intermedia. "El fin de la historia" para Marx es el comunismo; para Herbert Spencer y F. A. Hayek, el libre mercado mundial; para Auguste Comte, la tecnocracia universal; para Fukuyama, el capitalismo democrático global: el capitalismo democrático estadounidense como un producto de exportación. Ni los derechos humanos que en teoría son universales tienen esa aceptación global. Es un mito escatológico y apocalíptico, que, en el caso de la democracia liberal, se ha intentado imponer en vano en Oriente Medio. Fukuyama es un promotor neoconservador del capitalismo democrático estadounidense. Las teorías del progreso son escatológicas, pero las teorías de la modernización son teodiceas, relatos de providencia y redención arropadas con la jerga de las "ciencias sociales": "Asistimos no sólo al final de la Guerra Fría o al paso de un período particular en la historia de la posguerra, sino al final de la historia como tal: es decir, el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como forma definitiva e insuperable de gobierno humano" (FUKUYAMA, 1992, p. 199). La segunda tesis es contradictoria: "La democracia liberal puede ser más funcional para una sociedad que ha alcanzado ya un alto grado de igualdad social y de consenso sobre ciertos valores básicos. Pero para sociedades altamente polarizadas en cuestiones de clase social, nacionalidad o religión, la democracia puede ser una fórmula para el estancamiento en un punto muerto" (FUKUYAMA, 1992, p. 177). Sobre el primer punto, se supone que la democracia debería generarlos, en caso contrario es inexportable. Sobre el segundo, el "punto muerto" se refiere a una solución militar y dictatorial para sociedades altamente polarizadas: "Una dictadura modernizadora puede, en principio, ser más eficaz que una democracia para crear las condiciones sociales que permitan a la vez un crecimiento económico capitalista y, con el tiempo, el establecimiento de una democracia estable" (FUKUYAMA, 1992, p. 179). La última es reconocible en México y España, el caso de la dictadura del General Porfirio Díaz Mori que permitió el crecimiento económico y la estabilidad social, que a su vez permitió la democracia. El caso del Caudillo Francisco Franco Bahamonde y la transición española. Pero son ejemplos de transición a la democracia que ningún demócrata liberal quisiera usar porque la memoria no reconoce los medios. Un amigo de Leo Strauss, Alexandre Kojève, un filósofo ruso establecido en París. Kojève escribió su tesis doctoral sobre el filósofo religioso ruso Vladímir Soloviev (1853-1900), quien en 1899 había publicado un libro de diálogos sobre "La guerra, el progreso y el fin de la historia", en el que retrataba a Nietzsche como precursor del Anticristo. Una versión de la idea del "fin de la historia" apareció reproducida en la obra de Kojève y, a través de éste, resurgió en el libro de Fukuyama "El fin de la historia y el último hombre". Kojève presentaba el "fin de la historia" en términos derivados de Hegel y sugería que la estación terminal no era el comunismo, sino un sistema capitalista mundial. Allan Bloom, discípulo de Leo Strauss, introdujo a Fukuyama en la obra de Kojève: "El filósofo ruso entendía la historia desde una perspectiva escatológica que jamás se cuestionó. Lo mismo le sucede a Fukuyama, que continúa creyendo que Estados Unidos es la primera sociedad posthistórica. Aunque Francis Fukuyama ha negado que dijera alguna vez que la historia había tocado a su fin en un sentido literal, sí llegó a afirmar en 1989 que se habían terminado los conflictos sobre el tipo de gobierno más legítimo y que estábamos asistiendo al "fin de la historia"… Esta proclamación contiene dos elementos: la afirmación de que la historia ha alcanzado su consumación final y la proposición -más específica- según la cual la democracia liberal es ahora el único modo de gobierno legítimo. La idea de que la historia se mueve hacia un "final" es un mito que no puede ser sustentado ni refutado por la argumentación racional. Pero la tesis de la que la democracia liberal es actualmente el único modo de gobierno legítimo tiene el mérito de ser demostrablemente falsa. La proposición según la cual "la democracia liberal occidental" es "el punto final de la evolución ideológica de la humanidad" constituye una auténtica profesión de fe escatológica… Nietzsche fue durante toda su vida gran admirador de Voltaire -el célebre racionalista ilustrado- y, como él, despreciaba la exaltación rousseauniana de la emoción sobre la razón. Y es que, aunque el estereotipo popular presenta a Nietzsche como un romántico, fue, en realidad, un pensador que adoptó una versión radical de la Ilustración y la llevó hasta sus consecuencias extremas… La idea del Übermensch constituye una versión exagerada de humanismo moderno y evidencia lo que Nietzsche tenía en común, no sólo con los nazis, sino también con Lenin y Trotsky. Los vínculos entre los valores liberales y la Ilustración que tantas personas se afanan actualmente de poner en relieve son más tenues de lo que se creen… Voltaire es, quizás, el pensador ilustrado más paradigmático. Pero, para él, el Estado liberal sólo era una más de las posibles vías de materialización del progreso humano; él pensaba, por ejemplo, que había muchas circunstancias en las que un despotismo ilustrado resultaba más eficaz. Para Voltaire, como para muchos otros pensadores de la Ilustración, los valores liberales son útiles si promueven el progreso, pero resultan irrelevantes u obstructores cuando no lo favorecen… Entre los pensadores ilustrados de izquierda, la sociedad liberal era considerada un valioso estadio en la evolución hacia una fase superior del desarrollo humano, mientras que entre los pensadores ilustrados de derecha, era vista como un estado de caos que, en el mejor de los casos, podía servir como punto de transición de un orden social a otro… Pero tanto para los unos como para los otros, los valores liberales estaban condenados a acabar en la papelera…" (Gray, pp. 83, 84). El FESTIVAL DE LAS IDEAS PUEBLA 2024 (Auditorio Metropolitano, Centro Ricardo B. Salinas) presentó el sábado 9 de marzo a Cayetana Álvarez de Toledo ("Llamamiento a los jóvenes mexicanos"), anunciada como defensora de la democracia liberal frente a sus enemigos: populismo, nacionalismo, separatismo, políticas identitarias: "Defiendan la democracia, sean salmones" (151 k). La decimoquinta marquesa de Casa Fuerte (Madrid, 15 de octubre de 1974) es doctora en Historia Moderna por la Universidad de Oxford, realizó una tesis sobre el obispo Juan de Palafox, virrey de la Nueva España, dirigida por el historiador hispanista Sir John H. Elliott. Hija del marqués Juan Illán Álvarez de Toledo y Giraud (1926-2012), hijo de un aristócrata napolitano de origen español, idealista y arruinado, Illán Álvarez de Toledo Lefébvre, y de una francesa pequeño burguesa de Marsella, una violinista de vanguardias, Yvonne Marie Félicie Giraud Colom; y de la argentina Patricia Angélica Peralta-Ramos y Madero, hija de Alfredo Peralta Ramos de Tezanos Pinto y Angélica Madero Esteves. Cayetana vivió una infancia de cuento de hadas, hasta los siete años en el barrio Hampstead de Londres, teniendo un cementerio vecino lleno de lápidas de grandes escritores cubiertos de moho y hojas. Aterrizó en Argentina justo en la guerra de las Malvinas, donde tuvo su primer choque con el nacionalismo argentino. En Buenos Aires estudió en el colegio Northlands, donde comenzó su amistad con Máxima Zorreguieta, la actual Reina consorte de los Países Bajos. Casada en primeras nupcias con Joaquín Güell, primo de Agatha Ruiz de la Prada (PRADA). Desde pequeña quiso ser arqueóloga por la colección griega y egipcia del Bristish Museum. Su pasión por la arqueología (el estudio del pasado) se transformó en una gran pasión por la historia (el estudio del pasado cercano), finalmente por el periodismo (la narración del presente) y la política (la construcción del futuro). Un giro dialéctico que no fue aprobado por su mentor intelectual Sir John Elliott: de historiadora de Oxford a periodista y política. En su currículo se encuentra ser editora, columnista y jefa de sección de EL MUNDO y diputada por el Partido Popular (PP). Autora de "Política y reforma en España y el México virreinal: la vida y el pensamiento de Juan de Palafox, 1600-1659" (OXFORD UNIVERSITY PRESS, 2004; Marcial Pons, 2011), "La crisis de la monarquía de Felipe IV" (CRÍTICA, 2006) y "Políticamente indeseable" (Ediciones B, 2022). Cayetana no es la única aristócrata que se dedica a la política, existen varias generaciones de la familia Habsburg: el archiduque Otto de Habsburg-Lorraine fue presidente de la Unión Internacional Paneuropea, diputado por el Partido Unión Social Cristiana de Baviera y diputado en el Parlamento Europeo; Carlos de Habsburg-Lorraine fue presidente de la Unión Paneuropea en Austria y diputado en Bruselas por el Partido Popular Austriaco; el archiduque Jorge de Habsburg-Lorraine fue embajador de Hungría; Walburga de Habsburg-Lorraine fue diputada en el Parlamento de Estocolmo por el Partido Moderado, presidenta de la Juventud-Paneuropea Alemania, de la Unión Europea Femenina y vicepresidenta de la Unión Paneuropea Internacional; Mónika de Habsburg-Lorraine es vicepresidenta del Comité Español por la Unión Paneuropea; Gabriela Casanova-Cárdenas y Habsburg fue embajadora de Georgia en Alemania. Los miembros Habsburg más conservadores no aceptan la participación de sus miembros en la política partidista, rechazo que es éticamente correcto. La hermana del Archiduque Simeón de Bulgaria, Catalina de Habsburg-Lorraine, es una escritora de éxito: "Las Austrias. Matrimonio y razón de Estado en la monarquía española" (VINTAGE, 2013); "María Antonieta. Una mujer de su linaje relata la gloria y la tragedia de la reina de Francia" (VINTAGE, 2013). En México cada vez que se tratan los nombres de Cristóbal Colón, Hernán Cortés o Maximiliano de Habsburg, la historia se convierte en un instrumento al servicio del poder. Personajes como Cayetana Álvarez de Toledo, los Habsburg de la política, ambos con la condición de apátridas -la triple nacionalidad de Cayetana (española, francesa, argentina), la expulsión Habsburg de Austria por Hitler-, condición que los acerca al cosmopolitismo alejandrino. E incluso Fernando Savater, critican aspectos negativos de los nacionalismos, especialmente Cayetana: el pueblo elegido, la idea mesiánica de nación (Israel-Palestina, Ucrania-Rusia, España-Cataluña, España-País Vasco), los movimientos nacionalistas, los nacionalismos separatistas, la xenofobia nacionalista, los nacionalismos contemporáneos que hacen de la identidad su Quinta Columna, la definición de derechos por pertenecer a un grupo o una tribu identitaria, el abandono de la igualdad ilustrada por la lucha de identidades de la izquierda, la atomización de la comunidad política, el uso de la historia con fines políticos espurios. Es común culpar a los nacionalismos por las guerras, pero también omitir el pensamiento escatológico y apocalíptico del "fin de la historia" unido a corrientes ilustradas que vieron en la violencia utópica un medio de progreso. No fue el nacionalismo lo que movió a Lenin, Stalin, Hitler, Franco, Mussolini, Mao, Pinochet, Salazar, Videla, Stroessner, Somoza, Bush, Obama o Putin, sino la ideología del progreso. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la república francesa, la república de los Estados Unidos y las repúblicas americanas, son ejemplos del progreso, pero también de la barbarie: revolución francesa, revoluciones americanas, etc. Cayetana Álvarez de Toledo parte de la tesis de que los ciudadanos de un Estado-nación son libres e iguales ante la ley, podemos cambiar la palabra ley por Dios, o mejor aún, ley de Dios, y encontramos una lógica mesopotámica, la libertad o igualdad ante los dioses. Los sofismas de la democracia liberal que promueven pactos voluntarios y ocultan las relaciones entre capital y trabajo. Las contradicciones del discurso expuestas por Ellen Meiksins Wood en "De ciudadanos a señores feudales. Historia social del pensamiento político desde la Antigüedad a la Edad Media" (PAIDÓS, 2011). La primera del dualismo de la comunidad cívica de la antigua Grecia: las ideas fundacionales de ciudadanía e igualdad adaptadas para que sirvieran a la causa de la desigualdad y la dominación. La segunda del dualismo alejandrino cosmopolita: la idea de igualdad y hermandad humana para despojar de la ciudadanía activa por la pertenencia pasiva a una comunidad cósmica imaginada. La tercera del dualismo imperial romano: la idea de ciudadanía como un instrumento hegemónico de oligarquía e imperio. La cuarta del dualismo occidental cristiano: un logos cósmico universal, una ley natural universal y común a todos, la igualdad de todos los seres humanos ante Dios, al mismo tiempo que el carácter sagrado de la propiedad privada, la legitimidad de la desigualdad social y la autoridad absoluta de los gobiernos terrenales. La quinta del dualismo teórico de la política moderna: la declaración de que los seres humanos o los hombres eran libres e iguales en el estado de la naturaleza, y luego el argumento de la monarquía absoluta (Hobbes) o el dominio de las clases hacendadas (Locke). La sexta del dualismo liberal capitalista: la democracia relegada a una esfera política formalmente separada, al tiempo que se dejaba intactas las inmensas disparidades de poder entre capital y trabajo y el puesto de trabajo, dejando gran parte de la vida humana fuera de la responsabilidad democrática, gobernada por imperativos del mercado. Podemos agregar la séptima del dualismo neoliberal globalista: la idea de multiculturalidad, interculturalidad, interracialidad, inclusión étnica, inmigración, representación, derechos humanos, gobernadas por los organismos supranacionales que representan los intereses de los capitales internacionales: "En primer lugar planteemos la cuestión dentro de una perspectiva histórica más amplia. la teoría política occidental no inventó la noción de igualdad humana. La antigua filosofía china, por ejemplo, cuenta con sus propias formas de igualitarismo. La teoría política occidental, en cambio, al menos en algunos momentos fundamentales de su historia, se enfrentó al problema muy específico de hallar una manera de expresar y justificar el dominio sobre la base de una igualdad natural… Pero cuando el propio principio de dominación era seriamente cuestionado, la cosa cambiaba totalmente. El peso de la justificación pasó a recaer mucho más sobre la desigualdad humana como base natural para la dominación y la desigualdad social. En esas circunstancias, una noción de igualdad natural podía suponer una grave amenaza para las élites dominantes. Cuando la plebe cuestionó la autoridad apelando a la igualdad natural, fue preciso idear estrategias teóricas y políticas que permitieran superar la amenaza y hacer que las ideas democráticas acabaran volviéndose en contra de ellas mismas. La historia de esta estrategia empieza en la antigua Grecia… Hasta aquel momento, siempre había sido evidente que el estado representaba la dominación, concretamente allí donde se suponía que los hombres eran iguales por naturaleza. Pero ahora, el propio estado -de hecho, sobre todo el estado- representaba la igualdad. Pese a las desigualdades sociales, todos los ciudadanos, en su nueva identidad política, eran iguales. Esto significa que había nuevas maneras de disimular las relaciones de dominación, con tal que fueran amparadas bajo la capa de la ciudadanía y la igualdad cívica. No era, por supuesto, una cuestión sencilla. Pero, como vimos, Alejandro Magno y sus sucesores adoptaron algo parecido a esta estrategia cuando, en la defensa de la nueva cosmopolis imperial, se reclamaron los valores de la polis, e incluso de la democracia. Las élites hacendadas de la Roma republicana se enfrentaron a algunos de los mismos problemas de sus homólogos griegos… Pero había diferencias importantes entre la República romana y la democracia ateniense, diferencias que dieron ocasión, o requirieron, estrategias ideológicas diferentes. La república estaba, a todas luces, dominada por la aristocracia senatorial, cuya dominación también era aceptada en la esfera de lo cívico. Los romanos nunca desarrollaron la noción de "un ciudadano, un voto", sino que sólo contaban con los votos de grupo; la identidad de la ciudad no disolvía ni eclipsaba la división entre patricios y plebeyos, clientes y patronos, el Senado y el pueblo romano" (Wood, pp. 179, 180, 181).

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La Era Populista.

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El 20 de mayo de 2024 apareció el desplegado "Integrantes de la comunidad cultural a favor de Xóchitl Gálvez", firmado por 250 personajes en apoyo de la candidata de la coalición "Fuerza y Corazón por México", integrada por los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática. Entre ellos Roger Bartra, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Ángeles Màstretta, Agustín Basave, Alberto Ruy Sánchez, Rafael Pérez Gay, Federico Reyes Heroles, Francisco Barnés de Castro, Francisco Martín Moreno, Gabriel Zaid, Gilberto Guevara Niebla, Guillermo Sheridan, Gerardo Estrada, Jorge Castañeda, José Sarukhán, Rafael Trejo Delarbre: "Los que firmamos este manifiesto tenemos diferentes puntos de vista políticos e ideológicos. Hemos decidido manifestarnos públicamente debido a que el gobierno de López Obrador y su partido pretenden extender la deriva autoritaria durante el próximo sexenio, lo que significa una grave amenaza para la democracia. Ello implica la continuidad de la corrupción política y una creciente inseguridad que ha dejado buena parte del país a merced del crimen organizado. Se agrega la amenazante militarización del territorio, que se ha convertido en parte del problema y no de la solución. Vivimos en una coyuntura muy peligrosa. Las elecciones del próximo junio serán una confrontación entre el autoritarismo y la democracia. Creemos que la opción democrática está representada por Xóchitl Gálvez. Nuestro llamado a votar por ella responde a la enorme urgencia de defender la democracia amenazada. El peligro de una regresión autoritaria ha ocasionado que fuerzas políticas y partidos de diferente orientación se hayan unido para defender la democracia. Ante esa polarización en dos bandos, instigada por el gobierno, buscamos la pluralidad democrática que propicie el diálogo, la discusión, los pactos razonados y la tolerancia. Polarizar implica que un polo hegemónico acabe por aplastar a los adversarios como si fueran enemigos. Frente a la uniformidad gris y autoritaria del obradorismo, apoyamos la pluralidad multicolor de la oposición. Por estas razones, llamamos a votar por Xóchitl Gálvez". El 24 de mayo de 2024 apareció el desplegado "Por una democracia para todas y todos", firmado por 900 personajes en apoyo de la candidata de la coalición "Sigamos haciendo historia", integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional, del Trabajo y Verde Ecologista. Entre ellos Juan Ramón de la Fuente, Lorenzo Meyer, Elena Poniatowska, David Kershenobich, Silvia Torres, Manuel Peimbert, Rosaura Ruiz, Moisés Selman, Enrique Semo, Luis de la Peña, Arturo Menchaca, Patricia Moreno, Juan Pedro Laclette, Irene Cruz, Javier Bracho, Eugenia León, Ifigenia Martínez, Violeta Vázquez Rojas, Jorge Islas Samperio, José Antonio Merino, Susana Harp, Javier Jiménez Spriú, Regina Orozco, Horacio Franco: "La transformación de la vida pública nacional que vivimos es producto de un movimiento profundo, amplio, plural, que surge de las luchas por la democracia y la justicia en México. En ella coincidimos ciudadanas y ciudadanos de una sociedad plural, que encuentra en la candidatura de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo y en su programa de gobierno, las mejores propuestas para consolidar un país más justo y próspero. La democracia seguirá fortaleciéndose con la siguiente etapa de la transformación. Ganaremos las elecciones, libre y democráticamente el 2 de junio. Salgamos todas y todos a votar por el único proyecto de nación que garantiza la prosperidad compartida. Quienes suscribimos este documento, académicos, intelectuales, científicos, apoyamos a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo para la Presidencia de la República". Enrique Krauze en el "Mesías Tropical" (LETRAS LIBRES, 2006) desnuda las diferencias de López Obrador con sus supuestos modelos: Lázaro Cárdenas y Benito Juárez. La constitución liberal de 1857 limitó el poder presidencial, instituyó la división de poderes y consignó las más amplias libertades y garantías individuales. Benito Juárez tenía adversarios en la Suprema Corte y el Congreso, pero jamás utilizó el Ejecutivo para romper la división de poderes. La "austeridad republicana" de los gobiernos juaristas (1858-1872) debía hallar su contraparte en el manejo impecable de las finanzas públicas, lo contrario de la opacidad en las cuentas públicas. Lázaro Cárdenas se mantuvo fiel a los paradigmas de la Revolución Mexicana: marginó a los comunistas prosoviéticos de la CTM, asiló a Trotsky y dejó el poder en manos del moderado Ávila Camacho, en lugar del radical Múgica. A pesar de que la gestión de Lázaro Cárdenas coincidió con el ascenso del nazismo, el socialismo soviético constituía una alternativa al capitalismo occidental. La educación cardenista era "socialista". Pero Lázaro Cárdenas no atizó el odio de clases ni era proclive a las ideologías que lo promovían. De hecho, Cárdenas, tras la expropiación petrolera, fue el precursor de la industrialización en México y el fundador del Instituto Politécnico Nacional (IPN). López Obrador se ha hecho fotografiar en público con un ejemplar de la biografía de Tomás de Aquino, en cuya obra la soberanía popular emana de Dios hacia al pueblo, y quien debe de interpretarla correctamente es la autoridad elegida por Dios. Aristóteles distingue entre gobernantes legítimos e ilegítimos, o entre gobernantes que actúan de acuerdo al interés común y gobernantes que actúan pensando en su propio interés. Pero lo que define el gobierno "político" es que ocurra en el seno de una comunidad de ciudadanos que en principio están facultados para la participación política. En cambio, para Tomás de Aquino, el centro del discurso "político" se aleja de la comunidad de ciudadanos a medida que adapta lo político a las condiciones del orden feudal, a su jerarquía de rangos jurídicos y corporaciones. Incluso, el principio de la doctrina franciscana de la pobreza podía interpretarse en el sentido de que otorgaba una ventaja a la autoridad eclesiástica, aunque sólo fuera porque, al derivar tanto la jurisdicción como la propiedad de Dios y no de algún poder temporal, el papa, que era el vicario de Cristo en la Tierra, podía afirmar que, efectivamente, actuaba en nombre del dueño y que, por tanto, podía ejercer una jurisdicción superior, mientras que las otras autoridades, las seculares y las eclesiásticas, sólo disfrutaban de una jurisdicción delegada por el papa. Las Coronas de los reinos católicos en la Edad Media no eran propiedad de los reyes, sino del papado, eran jurisdicción delegada que podía revocarse. En el Reino de España los presidentes solían jurar o prometer con una mano sobre un ejemplar de la Constitución Española y otra sobre una Biblia. En estas ceremonias solía haber un Crucifijo. Acto que realizaron tanto José María Aznar, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, desde 2014, poco después de que Felipe VI llegase al trono, la Casa Real permite prescindir de esos símbolos. El PSOE en varias ocasiones ha propuesto eliminarlos de las ceremonias oficiales para distinguir bien el ámbito civil y oficial del religioso, de carácter privado según el artículo 16.3 de la Constitución. Pedro Sánchez en su toma de posesión no hizo el juramento ante el Crucifijo y la Biblia, sólo prometió su cargo ante Felipe VI. En Estados Unidos, un país protestante, los presidentes juran ante la Biblia, y en distintos momentos George W. Bush (2001-2009), Barack Obama (2009-2017) y Donald Trump (2017-2021) han hecho uso político de su contenido. En México, Vicente Fox (2006-2012) en la transmisión de su ceremonia de investidura, inició rezando ante la Virgen de Guadalupe en la Basílica, culminando con su toma de protesta como presidente de la República ante el Congreso de la Unión con un Crucifijo de madera. Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) realizó una visita al papa Pablo VI en 1974 y José López Portillo (1976-1982) sostuvo un encuentro con Juan Pablo II en 1979. Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) vio el acercamiento con la Iglesia católica como una oportunidad para mejorar su imagen frente a la ciudadanía, luego de su polémico triunfo en 1988. En 1990 recibió a Juan Pablo II y envió a la Santa Sede a un representante personal, restableció las relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano en septiembre de 1992 y promovió una reforma a la Constitución para otorgar personalidad jurídica a las iglesias y permitir que los ministros de culto pudieran votar. El argumento de Salinas de Gortari era modernizar la relación entre el Estado y la Iglesia católica, que legalmente había tenido pocos cambios en más de un siglo. En 1860, las Leyes de Reforma aprobadas en México establecieron el Estado laico y pusieron en manos del estado los bienes del clero, lo que llevó al Vaticano a romper relaciones con el gobierno mexicano. Más adelante, la Constitución de 1917 impuso restricciones a los ministros de culto, como la de no poder votar. Aunque la soberanía popular de Santo Tomás de Aquino emana de Dios hacia al pueblo, la autoridad elegida por Dios, sea secular o eclesiástica, depende de la jurisdicción del papa, una autoridad institucional. La crítica de Fernando Savater a los populismos es extrapolable a México, el discurso de López Obrador cumple esas características: la idea antidemocrática de que sólo existe una "voluntad popular" y aquellos que se encuentren fuera de ella no pertenecen al "pueblo", cuya voluntad está por encima de cualquier ley, constitución o estatuto. El nombramiento de Obrador como "presidente legítimo" por la Convención Nacional Democrática (CND), rechazaba la usurpación de Felipe Calderón (2006-2012) como presidente de la República: haya existido fraude o no, el nombramiento de Obrador no estaba avalado por el Estado. El "Gobierno legítimo" paralelo estaba conformado por José Agustín Ortiz Pinchetti, Gustavo Iruega, Bernardo Bátiz, Octavio Romero Oropeza, Mario di Constanzo, Luis Linares, Claudia Sheinbaum, Bertha Elena Luján, Marta Elvia Pérez Bejarano, Raquel Sosa, Asa Cristina Laurel, Laura Itzel Castillo. Roger Bartra, partiendo de las experiencias latinoamericanas, detecta tres componentes básicos del populismo. En primer lugar, una masa de población heterogénea formada de residuos de sectores sociales tradicionales agraviados y excluidos por la modernización. En segundo lugar, una modernización capitalista extremadamente rápida y agresiva que genera en la masa social excluida y empobrecida un profundo resentimiento. En tercer lugar, un líder carismático y autoritario que apela al pueblo con recursos emotivos, un ramillete contradictorio de ideas y que encabeza un movimiento que sobrepasa a los partidos tradicionales. Roger Bartra en el sistema político mexicano ubica la paradoja del Partido Revolucionario Institucional, una mezcla de populismo con institucionalidad: la institucionalización de la revolución. Donald Trump busca el regreso al "sueño americano" y hacer a "América más grande" y López Obrador el regreso a un México antes del neoliberalismo modernizador ochentero de Miguel de la Madrid (1982-1988) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el México sesentero y setentero de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982). El populismo nacionalista de Echeverría y López Portillo lo mismo tuvo acercamientos con los papas Pablo VI y Juan Pablo II, que alianzas con algunas expresiones de izquierda que le dieran una imagen progresista. A diferencia de Enrique Krauze que compara a López Obrador con Hugo Chávez, un populista de izquierda. Roger Bartra lo compara con un populista de izquierda (1988, 1994, 2000, 2006, 2012) que dio un giro populista a la derecha reaccionaria (2018-2024). En "Regreso a la Jaula: El fracaso de López Obrador" (DEBATE, 2021) es certero en su análisis, AMLO es populista, reaccionario, conservador, tradicionalista. La Cuarta Transformación es retropopulista, busca el retorno al México de los años sesenta y setenta, se reclama sucesora de la Independencia, la Reforma y la Revolución: "El cuerpo y la sangre del antiguo partido autoritario y corrupto se convierten en el pan y el vino de Morena. Las elecciones fueron sin duda un proceso democrático, pero fueron también una gran eucaristía política convocada por el populismo triunfante. Acaso esta transubstanciación sea la Cuarta Transformación anunciada por Obrador, la que ha llevado al nacionalismo revolucionario a encarnar sucesivamente en el PNR (Partido Nacional Revolucionario), el PRM (Partido de la Revolución Mexicana), el PRI (Partido Revolucionario Institucional) y ahora en Morena (Movimiento de Regeneración Nacional)… Detrás de la avalancha de medidas espectaculares pero superficiales, destinadas a provocar el aplauso fácil, se descubre el intento por restaurar el régimen autoritario presidencialista. El nombramiento de 32 comisarios políticos en los estados, delegados federales que representarán directamente al poder central, está concebido como un proceso de consolidación de Morena como un partido oficial controlado por el gobierno. Ésta es la forma en la que operó el PRI durante decenios, como apéndice electoral del gobierno… No estamos ante la inminente instauración de un gobierno de izquierda, razón por la cual los empresarios están relativamente tranquilos. A ellos el autoritarismo no les preocupa mucho. Los drásticos y severos recortes en el gasto público que se han anunciado revelan, por el contrario, una inclinación francamente conservadora que aúna a un rechazo a aumentar los impuestos. La composición del gabinete de Obrador muestra un perfil derechista, con pocas excepciones. La política económica que se ha perfilado parece un neoliberalismo con dosis de nacionalismo populista… El presidente Obrador ha tomado tres importantes decisiones que son típicamente derechistas (y neoliberales): no subir los impuestos, aplicar una dura política de austeridad e impulsar la militarización y la legalización de la función policíaca del ejército. El gobierno populista, al mismo tiempo, se orienta hacia una política de subsidios y subvenciones al estilo del viejo PRI. No en balde Obrador ha expresado su admiración por Antonio Ortiz Mena, quien fuera secretario de Hacienda de los presidentes Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz entre 1958 y 1970, cuando la economía crecía a más del 6 por ciento y la inflación apenas superaba el 2 por ciento. Claro que ese paraíso al que quiere regresar formó parte de los años dorados de la economía mundial, los "gloriosos treinta años" que se iniciaron en 1945, después de la Segunda Guerra Mundial" (Bartra, pp. 40, 46). En cuanto al sistema de partidos, Enrique Krauze apela a una izquierda moderna como alternativa ideal frente a un PAN ultramontano, sin autoridad política, un PRI anquilosado, sin autoridad moral, y la izquierda autoritaria de Obrador. Roger Bartra ve una gran decadencia. El PRI en un proceso de tecnocratización semiliberal o neoliberal que fue arruinado por la corrupción. La izquierda prácticamente desaparecida del panorama y una derecha más o menos democrática, agrupada en el PAN, en una situación difícil. La existencia de un nuevo partido que está en el gobierno, pero que todavía no es plenamente un partido. Es una especie de retorno a la organización de un partido oficial dirigido desde el gobierno. A diferencia de lo que ocurría en el antiguo régimen, cuando los canales de control se ejercían a través de la Secretaría de Gobernación, ahora se quieren ejercer a través de la Secretaría de Hacienda. La autoridad política, la autoridad moral y la corrupción adquieren tintes religiosos, el PRI, el PAN y PRD son culpables del pecado neoliberal. John Gray afirma que en muchas culturas y a lo largo de la mayor parte de la historia, la humanidad ha vivido obsesionada por la idea de una sociedad perfecta, pero la ha interpretado como el recuerdo de un paraíso perdido antes que una visión de un futuro alcanzable. La utopía no siempre ha tenido un carácter revolucionario o, siquiera político. Muchos utópicos no han pretendido cambiar radicalmente la sociedad, sino crear una comunidad ideal que la sociedad pudiese usar como modelo. El utopismo fue un movimiento de retraimiento del mundo antes de que se convirtiera en un intento de rehacer ese mundo a la fuerza. El romanticismo y muchos pensadores de la Ilustración compartían la idea de que la sociedad había sido antaño un todo orgánico: unos apuntaban hacia la cristiandad medieval, Platón situaba su república ideal en una edad de oro anterior a la historia, Marx miraba hacia el pasado más remoto en busca de una sociedad en la que la humanidad no estuviera alienada ni reprimida. Siempre que creían haber encontrado la sociedad perfecta, su imagen de la sociedad en cuestión demostraba ser una quimera. Ninguna sociedad ha formado nunca un todo orgánico y la propia idea de comunidad orgánica, poco tolerante con el conflicto y la diversidad, se presta fácilmente a ser utilizada contra las minorías. En cualquier caso, la idea de que la sociedad debe formar un conjunto orgánico dista de ser exclusivamente romántica. La fantasía de una comunidad sin fisuras es tan característica del pensamiento ilustrado y del contrailustrado. Para F. A. Voigt toda escatología trascendental proclama el fin de este mundo. Pero la escatología secular siempre queda atrapada en su propia contradicción. Proyecta sobre el pasado una imagen que nunca fue, y concibe lo que es en términos de lo que no es, y el futuro en términos de lo que nunca podrá ser. El pasado más remoto se convierte en una edad de la inocencia de carácter místico -o mítico-, una edad de oro –o heroica-, una era de repúblicas ideales o de comunismo primitivo. López Obrador en "2018: La salida. Decadencia y renacimiento de México" (PLANETA, 2017), explicó sus propósitos y promesas de sexenio. En ese final feliz, habría un crecimiento económico anual de 4%. Estaba seguro de que a mitad del sexenio el país sería autosuficiente en maíz y frijol. Prometió que en 2024 todo el territorio nacional sería reforestado. Al terminar su gobierno ya no habría migración del campo a las ciudades o a Estados Unidos. Por el contrario, habría un regreso al campo. En las regiones rurales la gente se quedaría contenta trabajando en el lugar donde nació, en su medio ambiente, con su familia, sus costumbres y su cultura. Ya no habría necesidad de abandonar la tierra natal. En 2024 los índices de delincuencia se habrían abatido a la mitad y la corrupción de cuello blanco habría desaparecido totalmente. Para ese año se habría consumado una revolución de las conciencias, la que impediría el predominio del dinero, del engaño, de la imposición del afán de lucro sobre la dignidad, la verdad, la moral y el amor prójimo. Es un verdadero paraíso en la Tierra. Es evidente que ninguna postura racionalista tendría esas metas en un sexenio o en una vida, ese mundo feliz es más utópico que la regeneración del PRI, carente de todo contacto con la realidad externa, especialmente de aquella que ordena la contención del gasto (austeridad republicana) y fuentes de ingreso (reforma fiscal). La Cartilla Moral (1952) de Alfonso Reyes buscaba fortalecer los valores culturales, morales y espirituales, porque el bienestar de una sociedad radica no sólo en lograr el bienestar material, sino también el bienestar del alma de la persona virtuosa: la rectitud, la honestidad, la justicia, la educación y la felicidad. La Guía ética para la transformación de México de López Obrador (2020), un compendio de propuestas filosóficas, éticas y religiosas, producto de decenas de foros, mesas de diálogo, reflexión o debate, y la consulta con 18 iglesias y 13 organizaciones civiles. La promesa de perseguir a los corruptos del pasado neoliberal se acabó con la promesa de mano dura con los nuevos corruptos. En 2024 muy pocas personas recuerdan la Constitución moral de Obrador, más bien su violación moral, pero la redención de los criminales y los corruptos sigue vigente. Es dudoso que el perdón cristiano y la rehabilitación de personajes cuestionables como Elba Esther Gordillo, Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco Coello, Alejandro Murat, Alejandra del Moral, aporte algo a ese paraíso terrenal de la 4T: "En realidad, la identidad moral de los mexicanos que busca implantar López Obrador no se encuentra en el pueblo, sino en las líneas de uno de los textos más reaccionarios que se han escrito sobre el tema: la Cartilla moral de Alfonso Reyes. No hay que ir más lejos para definir el perfil del ser nacional que invoca el lopezobradorismo. Este texto contiene la moralina que necesita el presidente para alimentar espiritualmente a sus partidarios y guiar al pueblo hacía una mítica Cuarta Transformación. No estoy seguro de que el gobierno, aprovechando el profundo malestar que vive la población, logre provocar esa íntima tristeza reaccionaria de la que hablo López Velarde en la que se sumergía la identidad nacional. El discurso oficial exalta la felicidad del pueblo, no sus tristezas. Si acaso, se incita una nostalgia por la edad de oro en la que, antes de la llegada del neoliberalismo, supuestamente vivía la sociedad mexicana. El presidente y sus admiradores hablan mucho de la necesidad de una "revolución de las conciencias" para impulsar al gobierno. Pero no veo por ningún lado la sustancia y las ideas que le den contenido a ese cambio revolucionario de la conciencia nacional… El credo se materializó por fin en noviembre de 2020 cuando la constitución moral quedó degradada en una Guía ética para la transformación de México… El resultado de esta alquimia populista fue un panfleto destinado a propagar la doctrina moral del presidente, en el que aun quedó un fuerte tufo religioso y que emana de ideas cristianas sobre la culpa, el arrepentimiento, la dignidad, la redención, el perdón, la maldad y el amor al prójimo… Aunque intentaron inyectarle algunas ideas nuevas y modernas, el catecismo ético revela una clara inclinación tradicionalista. La Guía es un auténtico manual de moralidad y buen comportamiento, es a la manera de la que escribió Manuel Antonio Carreño en el siglo XIX… La Guía contiene veinte preceptos, el primero de los cuales es un verdadero insulto a la inteligencia, pues exalta hipócritamente el laicismo y la diversidad e invita a que "evitemos imponer "nuestro mundo" al mundo de los demás" en un panfleto que hace exactamente eso: imponer un corpus moral con toda la fuerza del Poder Ejecutivo… Una curiosa perla de este manual de ética es el precepto número 10, titulado "De la redención": "los criminales y corruptos pueden redimirse por medio de la reflexión, la educación e incluso la terapia psicológica, sin renunciar, desde luego, por la seguridad de la sociedad y por motivo de justicia, a la posibilidad de sanciones como la privación de la libertad". Al concepto religioso de redención, como liberación del pecado, se le agrega un granito de modernidad hablando de terapia, y se le relega a la justicia en segundo lugar, como una posibilidad" (Bartra, pp. 133, 134, 135).

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La Era Neoliberal.

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La periodista rusa Inna Afinogenova consiguió la primera entrevista con el actual presidente de México: "Entrevista completa a López Obrador", Canal Red Latinoamérica (1.7 M). Canal dirigido por Pablo Iglesias, ex vicepresidente del Gobierno y fundador del partido Podemos. Retomada por El País: "López Obrador da la primera entrevista en años: más de dos horas sin tocar los asuntos espinosos. El presidente de México elogia a Claudia Sheinbaum, habla de su paquete de reformas constitucionales y ataca a la oposición en una conversación con Canal Red, un pequeño medio español dirigido por el ex político Pablo Iglesias" (Georgina Zerega, 21/02/2024). López Obrador durante su mandato ha utilizado la división política entre conservadores y liberales del siglo XIX. Esos conservadores católicos y esos liberales revolucionarios se convirtieron en el siglo XX y XXI en neoconservadores neoliberales, una mutación que hubiera hecho las delicias de Hegel. La Real Academia Española define el liberalismo de la siguiente manera: "Doctrina política que postula la libertad individual y social en lo político y la iniciativa privada en lo económico y cultural, limitando en estos terrenos la intervención del Estado y de los poderes públicos". Al neoliberalismo, de la siguiente manera: "Teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado". Ambas definiciones son muy parecidas. Por neoliberalismo se entiende un conjunto de ideas que proponen el retorno a los valores liberales en su forma original, lo que, según opinan los neoliberales, significa un Estado estrictamente limitado y un libre mercado sin tales limitaciones. Pese a su supuesta racionalidad científica, el neoliberalismo tiene sus raíces en una interpretación teleológica de la historia, y en esto mantiene una estrecha afinidad con el marxismo. La aplicación de las ideas neoliberales ha provocado una reacción contraria. En la Polonia y la Hungría poscomunistas, el triunfo de la nueva derecha ha ido del resurgimiento de la vieja derecha, que combate los excesos del libre mercado, pero también ha reavivado algunos de los peores elementos del pasado. El nacionalismo cultural integrista y el antisemitismo han reaparecido en buen aparte de la Europa comunista. En Europa occidental, la derecha extrema ha experimentado un proceso de modernización que la ha convertido en actor clave de la política democrática. Pocos partidos europeos de extrema derecha mantienen en sus programas la vieja reivindicación proteccionista de los años de la posguerra. En el norte de Italia y en Suiza, abogan por una economía de alta tecnología vinculada al resto del mundo por el libre comercio global, pero aislada de los trastornos mundiales mediante un veto a la inmigración. La extrema derecha ha sido capaz de sacar provecho del descontento de las víctimas de la globalización en los países ricos: trabajadores poco cualificados y cuadros intermedios cuyo trabajo puede realizarse a un coste más bajo en las economías emergentes. Gracias a su identificación con estos colectivos, la derecha radical ha conseguido condicionar la agenda política de muchos países, incluso la de aquellos donde ha experimentado un descenso electoral. En Estados Unidos, la derecha se ha escindido entre ideólogos neoconservadores y nativistas paleoconservadores. Las ideas neoliberales han conformado las políticas aprobadas y aplicadas en Gran Bretaña y en otros muchos países desde finales de la década de 1980. El neoliberalismo abarca varias corrientes de pensamiento, pero todas ellas comparten ciertas creencias fundamentales. Los neoliberales están convencidos de que la condición más importante para la libertad individual es el libre mercado. De ahí que el ámbito de actuación del Estado deba quedar rigurosamente limitado. La democracia puede ser deseable, pero ha de ser restringida a fin de proteger las libertades del mercado. El libre mercado, constituye el sistema más productivo a los ojos de los neoliberales y eso explica por qué tiende a ser emulado en todo el mundo. Los mercados sin trabas como el modo más eficiente y pacífico de organizar la economía. En un mercado libre globalizado, la guerra y la tiranía desaparecerían. Con algunas variaciones, F. A. Hayek, Milton Friedman y un amplio elenco de figuras menores suscribieron tales creencias. Todos ellos fueron exponentes de una ideología ilustrada de finales del siglo XX cuyos principios básicos –pese a ser presentados como resultados de la investigación científica- tienen profundas raíces religiosas. Los neoliberales aspiran a recuperar la pureza perdida del neoliberalismo (la que tenía antes de que se contaminara con las ideas colectivistas) y, como todos los fundamentalistas, acabaron dando origen a una caricatura de la tradición que pretendían resucitar. El neoliberalismo fue una versión paródica en pleno final del siglo XX de la economía política clásica. Los economistas clásicos del siglo XVIII creían que todas las sociedades atravesaban unos estadios concretos de desarrollo que conducían a un mismo destino: una civilización comercial basada en el intercambio mercantil. Pero eran muy conscientes de las deficiencias de las sociedades de mercado. Sin esa conciencia, los neoliberales transformaron la economía clásica en una ideología utópica. Para Adam Smith, la sociedad comercial era la mejor forma de asociación humana, pero no dejaba de ser también sumamente imperfecta. Aunque le impresionaba la productividad de los mercados libres, Adam Smith temía los riesgos morales de éstos. La teoría de Marx sobre los efectos alienantes del trabajo asalariado debe mucho a las ideas de Smith sobre los efectos de las sociedades comerciales. Caricaturizado por los ideólogos del siglo XX como un misionero del mercado, Smith fue, en realidad, un teórico temprano de las contradicciones culturales del capitalismo. A diferencia de los neoliberales del tramo final del siglo XX, Smith no creía en la efectividad de los planes de reforma liberalizadora. La esperanza que tenía de que su utopía se hiciera realidad descansaba sobre sus propias creencias religiosas. Smith tenía poco en común con ciertos evangelistas laicos del libre mercado como Hayek o Friedman. Para él, el surgimiento de la sociedad comercial sería obra de la divina providencia. La mano invisible era la de Dios, que obraba a través de los sentimientos humanos; la razón humana desempeñaba un papel reducido en todo ese proceso. El mercado no se desarrollaba porque las personas entendieran sus ventajas, sino que surgía como un producto derivados de los instintos que Dios había implantado en ellas. La idea del sistema natural de libertad propuesta por Smith se sustentaba sobre una determinada concepción de la providencia, y el pensamiento liberal en su conjunto está condicionado por las creencias cristianas. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando el liberalismo empezó a vincularse con el pensamiento laico. Desde entonces, muchos han sido los intentos que han tenido por objeto separarlo de sus orígenes, pero el liberalismo continúa siendo un vástago del cristianismo. A comienzos del siglo XIX, el principal argumento a favor del libre comercio era que los aranceles frustraban los designios divinos. Según la fórmula más habitual de dicha idea, Dios había esparcido recursos por todo el mundo para que pueblos que se hallaban muy separados entre sí pudieran establecer relaciones más estrechas a través del comercio y, de ese modo, acabaran reconociéndose mutuamente como hermanos. El libre comercio constituía un medio para alcanzar la hermandad bajo la ley de Dios. El ideólogo neoliberal más ambicioso e influyente fue F. A. Hayek (1899-1992). Hayek creció en los años finales del imperio de los Habsburg, un régimen que el mismo consideraba como un modelo de sistema liberal en ciertos sentidos. En la década de 1930, mantuvo un prolongado debate acerca de los orígenes de la Gran Depresión con J. M. Keynes que éste último ganó sin dificultad. La corriente dominante de la economía en aquella época postulaba que, dada las condiciones apropiadas, la planificación central podía resultar muy productiva. Contra aquel consenso, Hayek argumentó que se trataba de una política inherentemente inviable. En esencia, el argumento de Hayek partía de la base de que los planificadores jamás podrían poseer la información necesaria para organizar la vida de forma eficiente. Hayek logró mostrar que la idea de una economía planificada con éxito es una utopía. Pero olvidó señalar que lo mismo se puede decir del concepto de mercado autorregulado. El mercado libre en la Gran Bretaña de mediados del siglo XIX fue obra del poder estatal. Lo mismo se puede decir de los sucedido a finales del siglo XX: reinventar el mercado supuso poner freno a las instituciones que habían evolucionado espontáneamente en su momento, como los sindicatos y los monopolios empresariales. Y esto sólo pudo conseguirse a través de un Estado fuertemente centralizado: "Thatcher no se convirtió en una neoliberal hasta finales de la década de 1980, pero los orígenes del período neoliberal en Gran Bretaña se remontan a la crisis económica de los años setenta… Ella estaba empeñada en destruir el socialismo en Gran Bretaña… En vez de eso, llevó al Partido Conservador al borde del colapso y destruyó el conservadurismo como proyecto político en Gran Bretaña… El precio del éxito de Thatcher fue una sociedad que, en muchos sentidos resultó ser la contraria de la que ella había pretendido crear. Su propósito de liberar al mercado de las cadenas que lo reprimían era, en principio, alcanzable y se hizo realidad en buena medida. Pero Thatcher también creía que podía liberar el mercado y, el mismo tiempo, encoger el Estado, algo que resultaba tan utópico como su objetivo de reinstaurar los valores burgueses… En el fondo, el país evocado en los sueños nostálgicos de Thatcher no era tanto la Gran Bretaña victoriana como la de la década de 1950, pero la idea de que, con la liberalización, se lograría recrear esa Arcadia perdida resultaba llamativamente paradójica. La Gran Bretaña conservadora de los años cincuenta fue una consecuencia secundaria del colectivismo laborista. Thatcher levantó los cimientos del país al que soñaba regresar. De aquel país, casi difunto cuando Thatcher accedió al poder en 1979, ya no quedaba ni el recuerdo cuando ella abandonó el cargo en 1990. En su empeño por restablecer el pasado, había borrado sus últimas huellas. Thatcher propagó un espíritu individualista de responsabilidad personal, pero en la clase de sociedad que se necesita para favorecer el libre mercado, dejan de ser rentables virtudes tan anticuadas como ahorrar y hacer planes para el futuro… Aunque una generación previa de teóricos sociales vaticinó que el progresivo desarrollo del capitalismo generaría aburguesamiento (entendido como la difusión del espíritu propio de la clase media a toda la sociedad), lo cierto es que ha provocado justamente el efecto contrario… En muchos sentidos, la perspectiva de Hayek sobre el libre mercado se asemeja a la de Marx… Sin embargo, Marx a diferencia de Hayek, entendió que el avance del capitalismo acabaría con el modo de vida burgués… Hayek trató de unir la defensa del libre mercado con una especie de conservadurismo cultural; pero su intentó chocó frontalmente contra la energía transgresora del mercado sin ataduras. Ésta fue una contradicción suya que los neoconservadores comprendieron muy bien y que, en cierto modo, se propusieron resolver" (Gray, pp. 107, 108, 109, 129). En México, a partir de 1981, los precios del petróleo comenzaron a disminuir y los capitales empezaron a salir. El gobierno mantuvo la paridad cambiaria. Las tasas de interés sufrieron un alza a nivel internacional, lo que hizo aún más atractiva la salida de capitales. Además, casi la mitad de la deuda externa del país vencía en 1982. Para marzo de ese año, la situación fue insostenible y la paridad cambiaría pasó de 24.51 a 57.18 pesos por dólar. El gobierno anunció medidas de emergencia: recortes a los subsidios, el aumento de 30% a los salarios mínimos y el congelamiento de cuentas en dólares, seguido por su conversión a moneda nacional a precios por debajo de mercado. Finalmente, se decidió nacionalizar la banca. El gobierno implementó a partir de 1982 un plan de estabilización que tenía como objetivos de corto plazo: el abatimiento de la inflación y la reducción en el déficit en la balanza de pagos: las principales medidas fueron las drásticas reducciones en el gasto público y los subsidios, la imposición de controles salariales, el inicio de una liberalización comercial, una reducción generalizada en el nivel de intervención gubernamental en materia económica, y el control sobre el tipo de cambio (Székely, 1994: 2). Si bien con estas medidas se logró frenar la caída de la producción económica, la inflación no se detuvo. Las políticas implementadas se basaron en la liberalización de los mercados, la privatización de las empresas en manos del Estado y en la consolidación de la desregulación impositiva del capital. Con estos se perseguía elevar los niveles de crecimiento, productividad y alcanzar un nivel de desarrollo social más equitativo; aunque en realidad se buscaba la estabilidad macroeconómica. El sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) inició con un ambiente económico desfavorable: las finanzas públicas eran altamente deficitarias, existía un deterioro en la cuenta corriente, el tipo de cambio estaba subvaluado y se producían constantes renegociaciones de la deuda pública y privada. Todos estos elementos propiciaron un deterioro en el nivel de vida de la población y una creciente fuga de capitales. El gobierno trató de restaurar la estabilidad financiera con la reducción del déficit en las finanzas públicas y mediante una devaluación monetaria. Además, se buscó implantar un nivel de austeridad en el régimen fiscal. Con esta política se respondía a parte de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la concesión de un préstamo por cuatro mil millones de dólares. De esta manera comenzaría una política crediticia favorable a los intereses mexicanos. A pesar de todas estas medidas, el país continuó en una recesión económica. Muchos fueron los factores que la explican. Entre los más importantes: los sismos de 1985, la caída en los precios internacionales del petróleo de 1986 y el desplome de la Bolsa Mexicana de Valores de 1987. En diciembre de 1988 tuvo lugar el cambio de gobierno con el que asumió la presidencia Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Durante ese sexenio se decidió la desregulación administrativa, el control de la inflación, las privatizaciones y la flexibilidad en el tipo de cambio. Uno de los principales objetivos era que con una banda de flotación flexible se redujera, sustancialmente, el nivel de inflación. Por otra parte, la principal carta de política exterior del presidente Salinas fue la consolidación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Con este instrumento se esperaba un flujo de inversión extranjera directa que "resolvería", en gran medida, los problemas económicos, políticos y sociales del país. Con Salinas como presidente, el gobierno mexicano continuó con programas de ajuste y se inició, parcialmente, la recuperación económica. Además, para atraer a los inversionistas extranjeros, el gobierno adoptó, entre otras medidas, una mayor apertura, una mayor liberalización y la privatización de diversas paraestatales. Sin embargo, a partir de 1989, se produjo nuevamente una reducción en el nivel de vida de la población. El mercado mexicano fue incapaz de absorber un crecimiento sostenido de la producción. Es decir, la contracción del ámbito interno fue frenando progresivamente el crecimiento del PIB durante la mayor parte del sexenio. Esta pérdida del dinamismo económico influyó en el ánimo de los inversores. La salida de divisas en la cuenta corriente durante el sexenio de Salinas fue de 105 786 millones de dólares. Esta fuga de capitales no hubiera sido posible sin una forma de compensación como lo fue en la cuenta de capital, es decir, recursos externos. Asimismo, en la administración de Salinas entraron al país 101 933 millones de dólares por medio de inversión extranjera. Este solo hecho explica el bajo requerimiento de divisas en la mayor parte del sexenio. Pero del total de inversión extranjera, 70.2% fue en cartera. Así, casi tres cuartas partes del déficit de cuenta corriente tuvieron que ser financiadas con inversión especulativa, lo que demuestra la frágil posición de México con respecto al exterior. A finales de 1993 la situación parecía insostenible en México para los analistas internacionales, como lo fue el caso de Rudiger Dornbush del MIT. Él comentaba que la apreciación del peso había llegado a tal nivel que, dados los indicadores de cuenta corriente, podía generar presiones especulativas devaluatorias. Los funcionarios mexicanos hicieron caso omiso de sus observaciones. En 1994 la economía mexicana enfrentó una serie de acontecimientos adversos desde principios de año. El gobierno centró sus esfuerzos en mantener la estabilidad de los mercados financieros y cambiarios. No obstante, sucedió la crisis de diciembre de 1994. Ésta se inició desde principios de dicho año, con el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas. Sin embargo, las reservas internacionales del país continuaron creciendo: pasaron de 25 334 millones de dólares en diciembre de 1993 a 25 885 millones de dólares en marzo de 1994. Pero el 23 de marzo de 1994, con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, la situación económica se hizo insostenible. A partir de abril, México aumentó progresivamente las tasas de interés con la finalidad de mantener niveles de rendimiento atractivos para los inversionistas. Sin embargo, ante las expectativas de riesgo cambiario, el incremento de las tasas de interés fue insuficiente. Se intentó retener el ahorro en el mercado financiero mediante la emisión de tesobonos (bonos indexados al dólar) para sustituir los cetes (títulos en moneda local). La fuga de capitales durante los primeros dos trimestres del año ascendió de 5 289 a 6 462 millones de dólares. La llegada al gobierno, en 1988, de la administración encabezada por Carlos Salinas de Gortari significó un recrudecimiento de estas medidas neoliberales: se aceleró la venta de las empresas aún en manos del Estado y se privatizó la banca nacional; se concretó también el Tratado de Libre Comercio con Canadá y los Estados Unidos. Los resultados de estas medidas fueron en general positivos en términos macroeconómicos (Urzúa, 1993). Desgraciadamente el éxito general de la economía no se acompañó de efectos positivos en el conjunto de la sociedad mexicana. Al inicio del sexenio del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), las autoridades financieras mexicanas parecían tener la convicción de poder evitar una crisis. De hecho, dos semanas antes de la devaluación se reiteraba que nada pasaría. El 19 de diciembre de 1994, las autoridades decidieron ajustar la paridad cambiaria en 15%, por lo que el tipo de cambio pasó de 3.5 a 4.0 pesos por dólar. Esta medida fue tomada como respuesta a la baja de la Bolsa Mexicana de Valores de 4.15%, y también porque la paridad peso-dólar se situaba en el tope máximo de la banda de flotación por segundo día consecutivo. El incremento de la paridad cambiaria produjo un efecto negativo entre los agentes económicos. Al percibir que el banco central mexicano perdía reservas y que la sobrevaluación del peso superaba el 15%, comenzaron a retirar sus capitales del país. Esto provocó una abrupta caída de la bolsa, una pérdida de reservas por 2 500 millones de dólares y una creciente presión especulativa. A finales de diciembre de 1994, las reservas internacionales en poder del Banco de México se situaban alrededor de los 6 000 millones de dólares, lo que significó una pérdida de 11 000 millones de dólares en tan sólo un mes. Al mismo tiempo, la fuga de capitales y la salida de inversión de cartera fueron de 1 689 millones de dólares y de 7 355 millones de dólares respectivamente durante el primer trimestre de 1995, a pesar de la devaluación: "Durante la presidencia de Miguel de la Madrid (1982-1988), se inició el proceso de desmantelamiento del sector paraestatal a partir de liquidaciones de 294 empresas u entidades en bancarrota, siendo acompañado por 72 fusiones, 25 transferencias y 155 ventas de firmas. Entre éstas últimas la mayoría eran compañías que habían recibido apoyos de Nacional Financiera (NAFIN) pero no podían cubrir sus compromisos. Luego bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari siguieron las ventas de empresas mayores, incluyendo el monopolio telefónico altamente rentable de Telmex que fue a parar a manos de Carlos Slim Helú y sus aliados transaccionales, varias empresas mineras muy importantes, las grandes firmas siderúrgicas, los ferrocarriles nacionales, Conasupo y otras empresas cuya venta fue instrumentada por la Unidad de Desincorporación de Entidades Paraestatales, encabezada por Jacques Rogozinski, quien a su vez era dependiente del secretario de Hacienda y Crédito Público, Pedro Aspe Armella… De acuerdo con Emilio Sacristán Roy, quien fue director financiero de empresas siderúrgicas paraestatales en los años de 1982-1985, las privatizaciones que se llevaron a cabo en este sector desde 1987 en adelante fueron altamente costosas para el gobierno y los contribuyentes. En primer lugar, el gobierno asumió pasivos por valor de 6 mil millones de dólares en las empresas AHMSA, y de Sicartsa I y II. Luego vendió las firmas (sin deudas) por la suma de 755 millones de dólares cuando su valor –de acuerdo con su capital contable (basado en valuación de instalaciones y maquinaria); era cercana a 6 mil millones de dólares; Sacristán señala que, inclusive, en un caso, la empresa compradora vendió parte de la maquinaria por el doble de lo que había pagado por toda la compañía privatizada… En total, de acuerdo con Rogozinski y Chang, el gobierno obtuvo alrededor de diez mil millones de dólares entre 1990 y 1993 por la privatización de los bancos. Sin embargo, fue tan arriesgada la gestión de dichos bancos por los nuevos dueños que cuando estalló la crisis de 1995, la mayoría fueron a la quiebra y tuvieron que ser rescatados por el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), Y luego fueron vendidos a bancos extranjeros. De acuerdo con los cálculos de Sacristán Roy, el gobierno acabó aportando alrededor de 30, 000 mil millones de dólares en los rescates de los bancos, lo que implica que, en vez de haber ganado con las privatizaciones, acabó perdiendo ingentes cantidades de dinero, que serían aportados por los contribuyentes y por PEMEX" (Hernández, pp. 18, 19, 20).

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La Era del Desengaño.

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En la década de los ochenta surgió BlackRock (1988) en asociación con el Grupo Blackstone, el cual era una empresa dedicada a la gestión de capital privado. BlackRock se hizo famosa al acabar la crisis bancaria de 2008 debido a que se dedicaba a comprar activos inmobiliarios a precios de venta al público para alquilarlos a precios inflados. Es el mayor proveedor mundial de fondos indexados de bajo costo a través de su plataforma iShares, después de comprar en 2009 Barclays Global Investors por 13.500 millones de dólares. Actualmente es el mayor fondo buitre de inversión del mundo: 10,5 billones de dólares en activos. La Tercera Potencia económica detrás de Estados Unidos y China. Vanguard Group y State Street, sus dos competidores más cercanos, administran aproximadamente 9 billones y 4 billones de dólares. BlackRock y Vanguard Group controlan la Bolsa de Nueva York. La plataforma tecnológica de BlackRock, Aladdin, ofrece servicios de negociación y mediación de riesgos para carteras financieras, no sólo a los clientes de BlackRock, sino también a rivales como Vanguard Group y State Street y otras empresas importantes. Junto con State Street, las Tres Gigantes cuyas participaciones promedio en las 500 mayores empresas estadounidenses que cotizan en bolsa había saltado del 5 por ciento en 1998 a más del 20 por ciento. Dado que muchos accionistas no se molestan en votar en las asambleas anuales, BlackRock, Vanguard y State Street representan alrededor de una cuarta parte de todos los votos emitidos en promedio, lo que aumentará al 41% en las próximas dos décadas. Una gran cantidad de exfuncionarios del gobierno de Estados Unidos trabajan en BlackRock, y otros de la compañía en el gobierno. Es el nuevo Goldman Sachs. BlackRock tiene un control accionario de las 20 compañías más grandes: Apple, Exxon Mobile, Google, Berkshire Hathaway, Microsoft, Petrochina, Johnson & Johnson, General Electric, Chevron, JP Morgan Chase, Wells Fargo, Royal Dutch Shell, Nestlé, Wal-Mart, Novartis, Roche, Toyota Motor, China Mobile, ICBC. BlackRock se ha hecho de enemigos en Walt Disney Company por las deudas de la empresa y la inclusión forzada de género, raza y diversidad. También de muchos enemigos conservadores al adoptar consideraciones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). El 1 de mayo de 2024, el ministro Oscar Puente del PSOE presumía en Twitter que el gestor invertía 60.000 millones en la economía española. BlackRock es el primer inversor privado de Enagás (5,42%), el segundo mayor accionista de Naturgy (20%) y de Iberdrola (5,39%) y el primero de Repsol (5,47%). También tienen presencia en BBV, La Caixa y Santander. Eventos internacionales como la Gran Recesión y el Estrés Hipotecario 2008-2024 (Lehman Brothers, Bear Stearns, Goldman Sachs, Merryll Lynch, AIG, Silicon Valley Bank, Signature Bank, Silvergate Bank, Credit Suisse), la guerra de Ucrania-Rusia, la guerra comercial de Estados Unidos-China, el desabasto en las cadenas de suministro, el COVID-19, el cierre de las fronteras, el repliegue al nacionalismo y el ascenso de la derecha en Europa ha tenido distintas lecturas. El CEO de BlackRock, Larry Fink, de formación politólogo, ve el "fin de la globalización", otra lectura escatológica y apocalíptica, semejante a la de Kojève o Fukuyama. Pero entiende que las reglas del juego cambiaron, BlackRock debe capitalizar la restructuración económica de la desglobalización. Larry Fink lo mismo se reúne con Mauricio Macri, Javier Millei, Donald Trump, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez. En 2018 se reunió con los candidatos presidenciales José Antonio Meade (PRI), Andrés Manuel López Obrador (Morena), Margarita Zabala y Ricardo Anaya (PAN, PRD, MC). En 2024 con las candidatas Claudia Sheinbaum (Morena, PT, PVEM) y Xóchitl Gálvez (PRI, PAN, PRD). El 21 de febrero de 2024, Claudia Sheinbaum compartió una foto en Twitter con el siguiente comentario: "Me reuní con Larry Fink, politólogo, empresario y financiero estadounidense. Presidente de BlackRock, la empresa de gestión de activos más grande del mundo. Hablamos del momento mexicano y le agradecí mucho su visita". Xóchitl Gálvez hizo lo propio, pero fue más indiscreta: "Cuando inviertes los fondos de pensión de miles de trabajadores tienes la gran responsabilidad de hacerlo en países que respetan sus propias leyes y cumplen con sus acuerdos internacionales. Para construir el país que soñamos necesitamos recuperar la confianza en México". La presidenta electa Claudia Sheinbaum habló el jueves 6 de junio de 2024 con los representantes del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la gestora de inversiones BlackRock para ofrecer continuidad, tras el desplome del peso mexicano. El peso ha bajado un 8% desde las elecciones del domingo 2 de junio de 2024, la peor semana en cuatro años de fortaleza, alcanzando un cambio de 18,30 por dólar. El Pacto por México de Enrique Peña Nieto prometió un crecimiento a más del 5% anual. El crecimiento real del PIB promedió sólo el 2.4% anual. López Obrador en su libro prometió un crecimiento económico anual de 4%. La previsión de crecimiento de 2,8% para 2024 está en línea con el pronóstico del FMI, que proyecta una expansión mundial de 2,9% en 2024, levemente menor de 2023 y 2022, cuando el indicador se cifró en 3% y 3,5%. Por su parte, el Banco Mundial en su reporte semestral Global Economic Prospects anticipa una desaceleración de la economía mexicana en los dos primeros años de gobierno de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, resultado del impacto que tendrán la restricción de las políticas fiscal y monetaria: el PIB del año 2025 y 2026 del 2.1 y 2%. Ningún gobierno neoliberal mexicano ha logrado la tasa del 6% anual alcanzada después de la Segunda Guerra Mundial. La diferencia entre los gobiernos neoliberales y el gobierno de López Obrador no es el crecimiento anual, sino la devaluación del peso y los programas sociales. El peso mexicano tuvo una depreciación de 4,462% con Miguel de la Madrid (1982-1988), de 47,6% con Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), de 187,6% con Ernesto Zedillo (1994-2000), de 21% con Vicente Fox (2000-2006), de 26.8% con Felipe Calderón (2006-2012), 56.6% con Enrique Peña Nieto (2012-2018). El 12 de junio la Secretaría de Hacienda adelantó un pago de 894 millones de dólares para reducir la deuda externa del primer año de Sheinbaum, la tercera operación para refinanciar bonos con vencimiento en 2025, alcanzado un total refinanciado de cerca de 4 mil millones de dólares. El Banco Mundial acaba de aprobar un nuevo préstamo de 1.000 millones de dólares al gobierno de México, el monto supera los 700 millones solicitados en 2022 y 2023 durante el gobierno de Obrador. El financiamiento está destinado a políticas de desarrollo financiero sostenible e inclusión. Según datos del INE de la jornada electoral del 2 de junio de 2024, de los 98,468,994 electores registrados, sólo se emitieron 60,115,184 votos, con un 61.0498% de participación o un 39% de abstención. En primer lugar ganó el abstencionismo con 38,353,810 electores que no se sienten representados en la democracia, en segundo lugar Claudia Sheinbaum ganó la elección con 35,924,519 votos, en tercer lugar Xóchitl Gálvez obtuvo 16,502,697 votos, en cuarto lugar Álvarez Máynez obtuvo 6,204,710 votos y en quinto lugar 1,400,144 votos nulos. A pesar de la propaganda de El País México, Canal Red Latinoamérica (Inna Afinogenova, Pablo Iglesias, Manu Levin), Sin Embargo (Álvaro Delgado Gómez, Alejandro Páez Varela), El Canal de Hernán Gómez (Facundo 2.0.) y Julio Astillero, a Claudia Sheinbaum no la eligieron las mayorías, sino las primeras minorías. A "la primera presidenta de México" no la respalda "el pueblo de México": 62,544,475, c) más del 60% del padrón no se sintió identificado por algún candidato o partido, d) Claudia Sheinbaum deberá gobernar para todos los mexicanos dada su falta de legitimidad: 36.5%. Tampoco está casada con el "pueblo de México", sino Jesús María Tarriba Unger: analista de riesgos de Banamex (1994-1997), Banco Santander (1997-2016) y Banco de México (2017-2024): "Es preciso no olvidar que el capitalismo, para afianzarse como modelo de producción, se apoyó fuertemente en los Estados nacionales. Eran los gobiernos nacionales los que coordinaban las políticas económicas e industriales en el interior de sus dominios; establecían desde los salarios mínimos a las condiciones laborales de contratación; asimismo, no dudaban en ofrecer toda clase de prebendas a las empresas y grupos empresariales para atraerlos a sus territorios… Lo que se viene denominando la construcción del Estado de Bienestar fue el resultado de políticas intervencionistas de los gobiernos con el fin de promover una cierta redistribución de los recursos y de la riqueza. En un mercado duro y puro, sin intervención del gobierno, la educación, la sanidad, la vivienda, la alimentación, etc., serían privilegio de una minoría, el resto de la población acabaría en la más pura marginación y miseria… A partir del último tercio del siglo XX, podemos constatar que vivimos en una sociedad en la que la esfera económica, a través de instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) dictan a los gobiernos las líneas maestras que obligatoriamente deben seguir, si no quieren quedar al margen o considerarse enemigos de tales estructuras mundialistas. Son estas organizaciones las encargadas de promover y vigilar los procesos de globalización del capital… Bajo conceptos de enorme aceptación entre los políticos conservadores en incluso entre un buen número de socialdemócratas, como los de la necesidad de un ajuste estructural o de una reorganización de la producción y el capital se recrudece una política que tiene como rostro verdadero el que sólo salen favorecidos quienes prestan, mientras que se empobrece cada vez más a los que son los destinatarios de la ayuda… Este tipo de organismos mundialistas (el FMI, la OCDE, el BM, la OMC), con el apoyo de las grandes empresas multinacionales, son el verdadero cerebro de las políticas neoliberales, hasta el punto de que llegan a construir todo un gran entramado de redes de fuerza para lograr el consentimiento de la población a sus propuestas. Es el control de los recursos financieros que tienen en sus manos lo que les permite dirigir las líneas del pensamiento de la inmensa mayoría de los medios de comunicación de masas, el control de las publicaciones de numerosas editoriales, ejercer con autoridad en los partidos políticos a base de créditos y donaciones para sus campañas, influir en el trabajo de instituciones de formación e incluso instituciones educativas, en especial en las universitarias a través de la concesión de subvenciones económicas para la promoción de determinadas líneas de investigación" (Torres, pp. 17, 20, 21). Nelson Arteaga Botello en "Pobres y delincuentes. Estudio de sociología y genealogía" (UAEM, 2006), detecta que la pobreza fue percibida por los gobiernos federales, durante gran parte del siglo XX, como un problema pasajero que vendría a diluirse conforme se fortaleciera la capacidad productiva y económica del país, en particular de la industria. Esta idea del desarrollo económico fue hegemónica en la perspectiva oficial a finales de la década de los setenta y funcionó a partir de dos modelos: el llamado "desarrollo estabilizador" (1950-1970) y el de "desarrollo compartido" (1970-1976). Ambos se inscribieron en el contexto internacional marcado por cierta bonanza producto del juego económico instaurado después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, pese a que desde 1940 la economía mexicana creció a una tasa mayor del 6 por ciento anual –lo que llevó a algunos a hablar del "milagro mexicano"-, los procesos de polarización social no estuvieron ausentes. A principios de los setenta, la economía empezó a ser sacudida por las profundas transformaciones que tenían su origen en los cambios que en esa misma década empezó a presentar a escala internacional. Estas sacudidas fueron leídas en el aparato gubernamental mexicano como avatares económicos que no habrían de generar más que molestias pasajeras. La crisis de 1976 significó un cambio –pese a las resistencias de un sector de las élites en el gobierno-, en la forma de conducir la economía nacional. Ante un ambiente económico caracterizado por un profundo déficit fiscal en la cuenta corriente de la balanza de pagos, un enorme incremento de la deuda pública y una inflación creciente, el gobierno se vio obligado a devaluar el peso frente al dólar para evitar la fuga de capitales. Se intentó, además, subsanar el déficit con préstamos solicitados al extranjero y la orientación de la economía hacia la exportación de petróleo; desgraciadamente, la caída en 1981 de los precios internacionales de crudo produjo la catástrofe económica un año después (Gollás, 1994): "En la década de los ochenta los ingresos por hogar disminuyeron en los grupos sociales más desprotegidos, mientras que aquellos ubicados en los estratos sociales más altos –en particular el último decil- presentaron un incremento en sus ingresos (Pastor y Wise, 1997). El crecimiento anual por ingresos de los grupos más pobres –exceptuando el primer decil- crece en menor proporción que, el último decil; de hecho, es sólo en este sector social quien se encuentra por arriba del crecimiento a nivel nacional. Pero la diferencia más fuerte se encuentra al finalizar la década de los ochenta y al principio de los noventa. El sector más depauperado –ubicado en el primer decil-, presenta una caída en sus niveles de ingreso. Los estratos medios y los más pobres perdieron en esos años una buena parte de su participación en el ingreso total. Como señala Székely (1994), el 35 por ciento más pobre de la población observó reducciones en su nivel de bienestar entre 1984 y 1989, en tanto que el 10 por ciento más rico logró un incremento en sus ingresos promedio de 27 por ciento. Hacia finales de la década de los ochenta y principios de los noventa la pobreza alcanza el 40 por ciento de la población de México (Blanco, 1992); de este porcentaje, cerca de la mitad vivía en la pobreza extrema (Warman, 1989). Si bien la pobreza por ingreso aumentó de manera importante entre 1981 y 1999 (Boltvinik, 2001b), la incidencia de la pobreza entre 1989 y 1994 prácticamente no cambió (Lustig, 1998; Boltvinik, 2001b). Esta situación aún es más grave si se observa que el gasto social se redujo enormemente desde la segunda mitad de la década de los setenta. En 1974 se destinaba el 23 por ciento del gasto gubernamental al desarrollo social –educación, vivienda, seguridad social y salud- mientras que para 1988 sólo representaba el 10 por ciento (Ward, 1993). Por sectores, esta tendencia también se puede observar: si en 1980 se destinaba un 3.02 por ciento del PIB a la educación, para 1990 ese porcentaje se redujo a 2.41 por ciento; en salud se detecta este mismo proceso: en 1980 se orientaba el 0.40 por ciento del PIB, para 1990 sólo el 0.33 por ciento; por último, y no menos importante, en el mismo período el porcentaje del PIB dirigido a la vivienda, la seguridad social y el bienestar pasó de 6.10 por ciento a 4.89 por ciento (Pastor y Wise, 1997). Esto se ha hecho acompañar de una reestructuración laboral en el país que ha debilitado las protecciones y garantías de los trabajadores en el país. Las políticas de ajuste implementadas durante la década de los ochenta no se hicieron acompañar de una política definida de atención a la población que se veía afectada por dichos ajustes" (Arteaga Botello, pp. 41, 42, 43). Hoy en día los salarios reales apenas superan el nivel que tenían en 1980. La pobreza ha sido personalizada y persistente. Si medimos desde el comienzo del TLCAN, que supuestamente impulsó la economía mexicana, en realidad, la tasa de pobreza nacional mexicana fue más alta en 2014 que cuando se implementó el TLCAN en 1994. Esto se traduce en que 20.5 millones de mexicanos más vivían en la pobreza en 2014, en comparación con 1994. Son múltiples las causas de este prolongado fracaso económico, incluido el TLCAN, que ayudó a amarrar un conjunto de políticas económicas inapropiadas que comenzaron en la década de 1980. Alrededor de 5 millones de familias de campesinos mexicanos fueron desplazados de la agricultura entre 1991 y 2007. Los cultivadores de maíz más pobres de México vieron cómo disminuían sus ingresos a medida que el maíz estadounidense subvencionado hacía bajar los precios en los mercados mundiales. México también tuvo la desgracia de vincular su economía a la de Estados Unidos, justo cuando estaba a punto de embarcarse en la construcción de las dos mayores burbujas de activos en la historia mundial: la burbuja bursátil a fines de los años 90 y la burbuja inmobiliaria después de 2002, seguida de la Gran Recesión de 2008. El rescate de México en 1995 (el FOBAPROA, que en 1999 llegó a los 552,300 millones de pesos, hasta diciembre de 2021 la deuda alcanzó 1 billón 040,507 millones de pesos), los de Indonesia, Tailandia y Corea del Sur en 1997-1998, el rescate de Rusia en 1998, el rescate de Argentina en 2000 y muchos otros fueron, en realidad, rescates a los bancos, aunque llevaran el nombre del país cuyos bancos habían prestado dinero en exceso. Entonces, en 2008-2009, el gobierno de Estados Unidos tuvo que abordar el mayor rescate bancario de la historia: Goldman Sachs. Joseph E. Stiglitz en "El precio de la desigualdad. El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita" (TAURUS, 2012), explica que la Gran Recesión de 2008 hizo la vida más difícil para la clase media estadounidense. Había una mayor desigualdad de distribución de ingresos en todos los niveles de renta; incluso dentro del 1 % más alto, el 0,1 % más alto de los perceptores de rentas estaba llevándose una mayor tajada de dinero. Para 2007, el año anterior a la crisis, el 0,1 % más alto de las familias de Estados Unidos tenía unos ingresos 220 veces mayores que la media del 90 % inferior. La riqueza estaba repartida de forma aún más desigual que los ingresos, ya que el 1 % más rico poseía más de un tercio de la riqueza del país. Estados Unidos ha ido partiéndose en dos, a un ritmo cada vez mayor. En los primeros años del nuevo milenio posteriores a la recesión (entre 2002 y 2007), el 1 % más alto se llevó el 65 % del incremento de la renta nacional total. Mientras que al 1 % más alto las cosas le iban fabulosamente, la mayoría de los estadounidenses en realidad estaban empobreciéndose. Los miembros de la clase media estadounidense sentían que llevaban mucho tiempo pasándola mal, y tenían razón. A lo largo de las tres décadas anteriores a la crisis, sus ingresos apenas habían variado. De hecho, la renta de un trabajador típico ha estado estancada durante un tercio de siglo. Utilizamos el término "típico" para referirnos a la mediana de ingresos, es decir, un nivel de ingresos tal que la mitad de los trabajadores tiene unos ingresos mayores que esa cifra y la otra mitad, unos ingresos menores. La mediana de ingresos de las familias era, de hecho, más baja en 2010 (49.445 dólares) que en 1997, descontando la inflación (50.123 en dólares de 2010). A lo largo de un período más amplio, entre 1980 y 2010, la mediana de ingresos de las familias básicamente se estancó, ya que creció a una tasa anual de tan solo el 0,36%. Descontando la inflación, la mediana de ingresos de los varones en 2010 fue de 32.137 dólares; en 1968 fue de 32.844 dólares. Un número cada vez mayor de estadounidenses apenas es capaz de cubrir sus necesidades básicas. La proporción de personas que estaban en esta situación eran del 15,1 por ciento en 2010, frente al 12,5 por ciento de 2007. En lo más bajo del todo, para 2011, el número de familias estadounidenses en situación de pobreza extrema –los que viven con dos dólares al día por persona o menos, que es la medida de la pobreza que utiliza el Banco Mundial para los países en vías de desarrollo- se habría duplicado respecto a 1996, hasta alcanzar 1,5 millones de familias: "Aunque Estados Unidos siempre ha sido un país capitalista, nuestra desigualdad –o al menos su elevado nivel actual- es algo nuevo. Hace aproximadamente treinta años, el 1 por ciento más alto de los receptores de rentas recibía sólo el 12 por ciento de la renta nacional. Ese nivel de desigualdad debería haber sido inaceptable ya de por sí; pero desde entonces, las diferencias han crecido espectacularmente, de forma que para 2007, los ingresos medios, después de impuestos, del 1 por ciento más alto habían llegado a los 1,3 millones de dólares, pero los del 20 por ciento inferior ascendían a tan sólo 17, 800 dólares. El 1 por ciento más alto recibe en una semana un 40 por ciento más de lo que el 20 por ciento inferior recibe en un año; el 0,1 por ciento más alto recibió en un día y medio aproximadamente lo que el 90 por ciento inferior recibió en un año; y el 20 por ciento más rico de los perceptores de rentas ganan en total, después de impuestos, más que la suma del 80 por ciento inferior… La última vez que la desigualdad se aproximó al alarmante nivel que vemos hoy en día fue durante los años previos a la Gran Depresión… En pocas palabras, la historia de Estados Unidos es esta: los ricos se están haciendo más ricos, y los más ricos de entre los ricos se están haciendo todavía más ricos, los pobres se están haciendo más pobres y más numerosos, y la clase media se está vaciando. Los ingresos de la clase media están estancados o disminuyendo, y la diferencia entre sus miembros y los ricos de verdad está aumentando… Por ejemplo, a lo largo de las últimas tres décadas, quienes percibían salarios bajos (los que están en el 90 por ciento inferior) han visto aumentar sus salarios tan solo en un 15 por ciento aproximadamente, mientras que los que están en el 1 por ciento más alto han experimentado un aumento de casi el 150 por ciento, y el 0,1 por ciento superior, de más del 300 por ciento… Incluso después de que los ricos perdieran una parte de su riqueza con la caída de los precios de las acciones durante la Gran Recesión, el 1 por ciento de familias más ricas poseía 225 veces más patrimonio que el estadunidense típico, una relación que casi duplica la que había en 1962 o en 1983… Las crisis vienen acompañadas de altos índices de desempleo, lo que empuja los salarios a la baja, de forma que los trabajadores se ven doblemente perjudicados. En las crisis anteriores, el FMI (que normalmente actúa con el apoyo del Departamento del Tesoro de Estados Unidos) no sólo insistía en que se llevaran a cabo enormes recortes presupuestarios por parte de los países con problemas, lo que convertía las crisis económicas en recesiones y depresiones, sino que también exigía la liquidación a precio de saldo de los activos, y ese era el momento en que entraban en escena los financieros para forrarse" (Stiglitz, pp. 50, 51, 54, 110).

Yas ©

Ucrania & AIPAC.

ΑΒΓΔΕΖΗΘΙΚΛΜΝΞΟΠΡΣΤ

Los judíos son una de las comunidades migrantes más destacadas en México. Isaac Chertorivski Shkoorman (1948) fue asesor de Carlos Salinas de Gortari, desarrolló con éxito las estrategias de comunicación de Solidaridad, el TLC, el SAR, la Reforma Monetaria (la campaña de los tres ceros) y el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa Isaac José Woldenberg Karakowsky (1952) fue Presidente del Instituto Federal Electoral (1996-2003) en los sexenios de Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada. Salomon Chertorivsky Woldenberg (1974) fue Secretario de Salud en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. México, al menos ha tenido un presidente y más de un secretario de gobernación judío: Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN, 1989-2018). Los sefarditas Carlos Salinas de Gortari (con doble nacionalidad mexicana-española por ascendencia materna) y José María Córdoba Montoya. Claudia Sheinbaum Pardo ahora es la primera presidenta sefardita de México (2024-2030) por gracia de Andrés Manuel López Obrador: Centro Nacional de Inteligencia (CNI, 2018-2023). Claudia Sheinbaum está amarrada con el tema Rusia-Ucrania, Israel-Palestina, Estados Unidos-China, temas sensibles para el gobierno israelí y el gobierno estadounidense. Jacobo Zabludovsky Kraveski es recordado por "24 HORAS", Nino Canún Serrano por "¿Y usted qué opina?, Adela Micha Zaga por "Tercer Grado", Leo Zuckermann Behar por "Tercer Grado", Enrique Krauze Kleinbort por "Clío TV", Carlos Alazraki Grossman por "Atypical Te Ve", Edgard Smolensky Kirchner por "Cuídate de la cámara", Hernán Gómez Bruera por el "Octágono", Andrés Roemer Slomianski por "Informativo 40", Sabina Berman Goldberg por "Shalalá". El presidente judío de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha tenido un papel internacional desde la invasión rusa en febrero de 2022. Estados Unidos ha destinado 113.000 millones de dólares. El 13 de junio de 2024, la UE le otorgó un préstamo de 50.000 millones de dólares financiado con activos rusos congelados. El CEO de BlackRock, Larry Fink, está interesado en la reconstrucción de Ucrania. Cuando venzan esos pasivos, las ucranianas van a recibir la mayor cogida de la historia. Los judíos en la Alta Edad Media se extendieron al norte y al este; hacia el Báltico y Polonia, y también por Ucrania. En el año 882 se funda la Rus de Kiev, invadida en 1256 por los mongoles. Tras su desintegración, uno de los principados, el de Galicia-Volinia, se convirtió en el Reino de Rutenia. En 1349 se unió a Lituania, formando el Gran Ducado Lituano, Ruteno y Aukstaitija. Durante la década de 1470, en el principado de Moscú las actividades judías originaron la aparición de una secta judaizante secreta y las autoridades realizaron esfuerzos para eliminarla. Iván el Terrible ordenó ahogar a los judíos que rehusaran abrazar el cristianismo y se les excluyó oficialmente del territorio ruso. El obstáculo ruso a una mayor penetración en el este originó un intenso proceso de colonización judía en Polonia, Lituania y Ucrania. La colonización se caracterizó por la rápida expansión de la economía agrícola y comercial, y un formidable aumento de la población. Alrededor de 1500 había sólo de 20.000 a 30.000 judíos en Polonia, de una población total de cinco millones. Hacia 1575, mientras la población total se había elevado a siete millones, el número de judíos había subido a 150.000. Desde 1503 la monarquía polaca había designado a un rabino de Polonia y la aparición de un gran rabinato apoyado por la corona. A partir de 1551, el gran rabino fue elegido por los propios judíos. El rabinato tenía amplias atribuciones sobre la ley y las fianzas, y la asignación de jueces y de gran diversidad de funciones. Los reyes comprobaron que podían obtener dinero de los judíos vendiendo a ciertas ciudades y pueblos el privilegio de no tolerandis Juadeis. Pero podían obtener más dinero permitiendo el desarrollo de las comunidades judías y explotándolas. El rabinato y los consejos judíos funcionaban como agencias recaudadoras de impuestos, que destinaban el 70% a la Corona de Polonia a cambio de protección. Los judíos tuvieron que ingeniar nuevas formas de financiación comunitaria. Los judíos polacos superaron a los italianos en la obtención de la aprobación del halajá a los nuevos métodos de crédito y financiación. Apareció el mamram, aprobado por el rabinato. Los judíos polacos mantenían vínculos con empresas de familias judías en los Países Bajos y Alemania. En 1607 las comunidades judías de Polonia y Lituania obtuvieron la autorización para utilizar el heter iská, un sistema de préstamos entre judíos que permitía a un judío financiar a otro a cambio de un porcentaje. Como tenían fácil acceso al crédito, desarrollaron un papel importante en el desarrollo de Polonia oriental, el interior de Lituania y Ucrania. Como la población de Europa occidental se estaba expandiendo rápidamente, pronto se hizo evidente la necesidad de importar una mayor cantidad de grano. Los terratenientes polacos se asociaron con los empresarios judíos para crear nuevas áreas de cultivo con el fin de abastecer el mercado, llevar el grano hasta los puertos del Báltico y embarcarlo en dirección a Occidente: Radziwill, Sovieski, Zamojki, Ostrogski, Lubomirski. Los puertos estaban bajo administración de los luteranos alemanes, los calvinistas neerlandeses eran los propietarios de las naves y los judíos hacían el resto. Actualmente podemos ver que Ucrania es el granero del mundo y el mar Negro es una zona estratégica por los granos, el gas y el petróleo. Pronto los judíos entraron en conflicto con los griegos por el negocio del grano. Luego con los rusos. En el siglo XVII Ucrania se incorporó a la República de las Dos Naciones (Polonia y Lituania). En 1648, tras la rebelión de Jmelnitski, se formó la Ucrania cosaca. En el siglo XVIII la mayoría del territorio ucraniano, polaco y lituano quedaría dentro del imperio ruso creado en 1721. Las variables son evidentes, existía un conflicto religioso entre ortodoxos y judíos, un conflicto económico por la ruta del grano, un conflicto político por las reivindicaciones nacionalistas rusas. Los judíos eran el eslabón débil, los griegos y los rusos eran ortodoxos. El éxito económico judío fue el detonante de la animadversión y la idea de que los judíos controlaban la economía ucraniana o al menos gran parte de ella. Los métodos de crédito y financiación y las relaciones con otros mercados les permitían ser más eficientes en la esfera económica. Las acusaciones no eran infundadas. Fueron víctimas de su propio éxito. En 1880 los judíos ashkenazís de Rusia tuvieron prohibido ejercer el notariado. En 1887 fueron excluidos de las escuelas militares y los exámenes del ejército. En 1888 la prohibición de trabajar en dispensarios militares. En 1889 de las bandas de música castrenses. A partir de 1890 de trabajar como abogados o procuradores sin una autorización especial. La ley prohibía comerciar a los judíos con oro, petróleo, carbón y otros minerales. Excluidos del Instituto de Ingenieros Civiles de San Petersburgo, el Colegio Médico Militar, el Instituto de Electricidad de San Petersburgo, el Instituto Veterinario de Járkov y los diferentes colegios de minas. En 1871 el primer pogromo en Odessa, instigado por los comerciantes griegos. En 1881, después del asesinato del zar Alejandro II, el Estado asumió la dirección de los pogromos: gobierno, policía, extrema izquierda, lituanos y ucranianos. Entre 1881-1911 el período de los actos antijudíos con la mayor emigración desde 1492: las leyes de mayo de 1882, la primera gran oleada de emigración, de 50.000 a 70.000 por año; las restricciones al ingreso de los judíos en las profesiones y recorte del área de asentamiento en 1886-1887; 110.000 judíos expulsados de Moscú en 1891 y 137.000 en 1892; las grandes expulsiones de las regiones exteriores del asentamiento en 1893-1895; establecimiento del monopolio de los alcoholes que arruinó a los comerciantes judíos en 1894-1896, emigración de 200.000 judíos por el pogromo de 1905-1906. En 1914 había 5.500.000 judíos en Rusia y 2.000.000 en el Imperio Austriaco, del que fueron a parar 3.000.000 a Estados Unidos. En 1880 había 250.000 judíos en Estados Unidos, en 1920 4.500.000. En 1920 Nueva York tenía la mayor comunidad yiddish: 1.640.000 judíos. La población de residentes de Francia nacidos en el extranjero pasó del 2,6% al 8% entre 1900 y 1931. La población judía de Francia se triplicó en cuatro décadas y pasó de los 95.000 en 1900 a los 300.000 en 1940. En 1917, tras la revolución de febrero, tuvo lugar la Guerra de Independencia de Ucrania, que acabaría en 1921 con el territorio dividido entre la Ucrania soviética y la Segunda República Polaca. Los antepasados paternos de Jacobo Zabludovski Kraveski (1928-2015) se encuentran en Zabludowe. Los de Nino Canún Serrano (1941-2023) en Krasnodar. Los de Wolf Ruvinskis Manasevics (1921-1999), Isaac Chertorivski Shkoorman (1948), Isaac José Woldenberg Karakowsky (1952) y Salomon Chertorivsky Woldenberg (1974) en Odessa. Los de Estanislao Shilinski Bachanska (1911-1985) y Claudia Sheinbaum Pardo (1962) en Lituania: "Primero, Odessa fue la cuarta ciudad más grande del Imperio Ruso a finales de siglo, con una población judía de aproximadamente 138.000 en una ciudad con 403.000 habitantes… El pogromo de octubre de 1905 en Odessa fue el resultado de la coyuntura de varios conflictos sociales, económicos y factores políticos que produjeron las condiciones en el otoño de 1905… En 1821, 1859, 1871, 1881 y 1900 se produjeron graves pogromos en los que los judíos fueron asesinados y heridos y las casas y negocios judíos sufrieron daños sustanciales. El sentimiento antijudío era común entre la población rusa de Odessa, ya que bandas de judíos y jóvenes rusos a menudo se involucraban en peleas sangrientas. Cada año, en Semana Santa, circulaban entre la comunidad judía de la ciudad rumores de un pogromo inminente. El pogromismo se intensificó después del cambio de siglo cuando surgieron organizaciones militantes patrióticas y prozaristas que se involucraron en ataques contra judíos y otras actividades antisemitas… La sustitución de griegos por rusos como pogromistas refleja el declive de la influencia griega en Odessa y subraya la tensión y hostilidad que también existía entre rusos y judíos en la ciudad… El papel increíblemente destacado desempeñado por los judíos en la vida comercial e industrial de la ciudad después de mediados de siglo también contribuyó al resentimiento contra la comunidad judía de Odessa. En la década de 1880, por ejemplo, las empresas propiedad de judíos controlaban el 70 por ciento del comercio de exportación de cereales, y las casas de corretaje judías manejaban más de la mitad de todo el comercio de exportación de la ciudad. La dominación judía del comercio de cereales continuó expandiéndose durante las siguientes décadas; en 1910, las empresas judías manejaban casi el 90 por ciento del comercio de exportación de productos de cereales. Además de sus actividades como comerciantes, intermediarios y exportadores, a finales de siglo los judíos de Odessa también ocupaban posiciones destacadas en los sectores manufacturero, bancario y minorista. En 1910, los judíos poseían algo más de la mitad de las grandes tiendas, empresas comerciales y pequeñas tiendas" (Weinberg, pp. 249, 251, 252). Samantha Power en "Problema Infernal: Estados Unidos en la Era del Genocidio" (FCE, 2002) aborda los problemas de Ronald Reagan con el AIPAC. En abril de 1985 la Casa Blanca anunció que el presidente Ronald Reagan tenía programado colocar una corona en el cementerio de Bitburg en Alemania Federal en el mes siguiente. El viaje de Reagan conmemoraba el cuadragésimo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, pero cuando la prensa informó que 49 oficiales de la Waffen SS nazi estaban sepultados ahí, y que Reagan se negó a visitar memoriales del holocausto, recibió críticas por su falta de sensibilidad. El Washington Post y el New York Times lo instaban a abandonar la visita, "uno de los episodios más bochornosos y dañinos de su presidencia". La Legión Estadounidense, que representaba a 2.500.000 veteranos de guerra, expresó estar "sumamente decepcionada". El líder republicano del Senado, Bob Dole, por su parte, solicitó públicamente la cancelación de la visita. Más de 250 legisladores le escribieron al canciller alemán, Helmut Kohl, para pedirle que excusara de tal humillación al presidente estadounidense cambiando el lugar. Diversas organizaciones protestaron con vehemencia. El principal grupo de cabildeo pro israelita, la Comisión Estadounidense de Asuntos Públicos Israelíes (American Israel Public Affairs Committe, AIPAC), el Consejo Memorial del Holocausto, organizaciones de sobrevivientes judíos y la mayoría de los más importantes dirigentes judeoestadounidenses expresó enojo y alarma. Wiesel, sobreviviente del holocausto, afirmó que rara vez había observado semejante indignación en los grupos judíos, y condenó lo que describió como "el comienzo de la rehabilitación de las SS". En una ceremonia en la Casa Blanca en honor de Wiesel, Ronald Reagan intentó suavizar las cosas con "razones políticas y estratégicas" para visitar Bitburg. Pero en sus declaraciones públicas Wiesel rechazó la defensa de Reagan: "El tema aquí no es la política, sino el bien y el mal. Y nunca debemos confundirlos. Yo vi en acción a las SS. Y vi a sus víctimas. Éstas fueron amigos míos. Fueron mis padres". Reagan defendió el viaje por diversas razones: esperaba "cimentar" la amistad germano-estadounidense, era necesario mantenerse firme en sus compromisos con el canciller Kohl, era importante trascender la culpa alemana. En una entrevista, Reagan sostuvo que los soldados alemanes fueron "víctimas" de los nazis, "ni más ni menos que las víctimas de los campos de concentración". En respuesta a la indignación, Reagan agregó una visita al campo de concentración de Bergen-Belsen, pero se negó a hacer lo único que podía haber contenido las críticas: cancelar la visita. Prefería el descenso de su popularidad en las encuestas a ceder ante la presión pública y culpó a la prensa por crear la controversia: "Consiguieron algo, y como perros (…) van a seguir masticándolo". Reagan ignoró las predicciones de sus estrategas republicanos de que la visita de Bitburg le costaría el apoyo de los judíos. El día de la visita, el 5 de mayo de 1985, estallaron protestas en Boston, Miami, Atlanta, Milwaukee, Filadelfia, Newark, West Hartford y New Haven. Harold Kohn, quien en 1984 había entregado al gobierno un análisis legal de por qué debía ratificar el Convenio sobre Genocidio, no recibió ninguna contestación de la Casa Blanca. Cuando se desató la tormenta por Bitburg, Kohn recibió una llamada urgente de un oficial del Consejo Nacional de Seguridad (CNS), que le comunicó que el presidente pensaba proponer la inmediata ratificación de la ley sobre genocidio. El AIPAC ha estado en el ojo del huracán. En 1963 el senador William Fulbright solicitó una investigación parlamentaria acerca de sus finanzas. La investigación reveló que, en los últimos cuatro años, el lobby había recaudado cinco millones de dólares libres de impuestos de la comunidad judía estadounidense a través de la compra de bonos que eran clandestinamente trasferidos al Estado de Israel. La ley estadounidense prohibía los grupos de presión a favor de países extranjeros. Para esquivar la prohibición legal, afirmaron que los bonos tenían el fin de financiar programas de asistencia social en Israel. La comisión investigadora descubrió que los indigentes israelíes jamás recibieron un dólar. El dinero terminaba en las arcas de Israel y regresaba a Estados Unidos, a la cuenta bancaria del AIPAC. Tanto Ronald Reagan como William Fulbright se convirtieron en lo que el lobby judío no estaba dispuesto a aceptar. Todo el que estuviera en contra de Fulbright en su campaña de reelección, recibía apoyo y financiamiento del AIPAC, desde entonces, ningún candidato que quiera ver destruida su carrera política, se ha atrevido a seguir los pasos de Ronald Reagan y William Fulbright. Cuando el AIPAC se sobrepasaba con sus actividades de espionaje para Israel, el FBI les ponía la mano encima, el caso de Jonathan Pollard, condenado en 1986. En 2004 Larry Franklin, analista de alto rango del departamento del Pentágono dedicado a Irán, fue condenado a trece años de prisión por entregar información de alto secreto a dos colaboradores del AIPAC: Steve Rosen y Keith Weissman: "John Mearsheimer y Stephen Walt han publicado un artículo que incita a pensar. Se basa en investigaciones exhaustivas y habla del poder del lobby israelí en Washington, el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (American Israel Public Affairs Committe, AIPAC), posee a la hora de condicionar la política estadounidense, en Oriente Próximo en general y en Israel en particular. El argumento básico es que el grupo de presión israelí dirige la política estadounidense en contra de los intereses nacionales del país norteamericano… Sin embargo, en la década de 1970 cambiaron las tornas: el Gobierno israelí no pudo resistir la tentación. Menachem abrió camino con la ayuda de un joven y entusiasta likudnik, Benjamín Netanyahu. En 1978 el Gobierno de Likud declaró su intención de estrechar el vínculo con los integristas cristianos. Cuando Israel ocupó el sur del Líbano en la Operación Litani, les abrió las puertas para que pusieran en marcha un canal de televisión. Mayor importancia tuvo, no obstante, el consentimiento por parte del Gobierno para la apertura en Jerusalén de la embajada internacional cristiana en 1980… En 1985, Netanyahu, entonces embajador de Israel ante las Naciones Unidas, declaró en la convención anual de los cristianos sionistas que el apoyo de éstos a Israel era una tarea moralmente superior a cualquier otra… Las iglesias no se contentaron con las meras palabras y establecieron un dispositivo especial cuyo principal objetivo era asistir a Israel desde dentro de Estados Unidos, dispositivo del cual Netanyahu supo hacer buen uso una vez alcanzó el cargo de primer ministro. Mientras el lobby proisraelí concentraba sus esfuerzos en ganarse el apoyo del Partido Demócrata, los cristianos consiguieron hacerse, como mínimo, con las simpatías del Partido Republicano… No deja de ser llamativo que el lobby proisraelí fuera creado, según las declaraciones de su fundador, con el fin de eliminar las influencias proárabes que se ejercían sobre el Departamento de Estado. La política exterior propugnada por Reagan en la década de 1980 –según la cual el presidente estadounidense y su colega británica, Margaret Thatcher, debían liderar a un Occidente audaz hacia la victoria sobre el gran demonio, Moscú-  y el acontecer histórico que la acompañó reforzaron aún más el sionismo cristiano. Todo ello se vio alimentado por una revolución televisiva que purgó el sistema de valores estadounidenses y redujo el fundamentalismo cristiano al formato de la pequeña pantalla" (Chomsky & Pappé, pp. 33, 42, 43). A nivel internacional los ojos estaban puestos en Alemania, Rusia y Afganistán. En 14 de abril de 1988, los acuerdos de Ginebra con la retirada soviética de Afganistán. La caída del Muro de Berlín y la reunificación supuso un cambio drástico para la población de Alemania Oriental: 1989-1990. Durante toda la Guerra Fría, los gobiernos occidentales vieron en los movimientos islamistas unos instrumentos útiles para su lucha contra el comunismo. Los muyahadines afganos fueron armados, entrenados y financiados por Occidente, y Al Qaeda fue una de las organizaciones que recibió la ayuda occidental. La administración de Reagan cimentó estrechos contactos con el Irán del ayatolá Jomeini con el objeto de contener la influencia soviética en el golfo Pérsico. Reagan hizo caso omiso de las violaciones de derechos humanos de Sadam Hussein. George H. W. Bush siguió el camino de Reagan, los magnates del petróleo habían invertido en infraestructuras e industrias armamentísticas en el mundo árabe, los árabes eran sus clientes y proveedores, les convenía una coalición árabe que mantuviera la estabilidad. Bush padre inició la guerra contra Irak por la invasión de Kuwait, pero deseaba una coalición árabe y e inició relaciones con líderes palestinos en detrimento de Israel. En respuesta, el AIPAC demonizó a los líderes palestinos de Jerusalén y trató de destruir la alianza con Irak con la ayuda del Instituto de Washington para la Política de Oriente Próximo (Institute for Near East Policy, INEP). La invasión de Kuwait de Sadam Hussein benefició los planes israelíes al romper relaciones con Estados Unidos: "En octubre de 1989, tras una guerra entre Irán e Irak que había durado ocho años, April Gillespie, embajadora de Estados Unidos en Bagdad, recomendaba a Bush padre que aprobara un decreto presidencial con el fin de mejorar notablemente la relación comercial entre ambos países (particularmente en lo referido al crudo). Fue así como Estados Unidos comenzó a comprar mil millones de dólares de petróleo iraquí al año. En 1990, a la tradición de los arabistas y las consideraciones sobre el petróleo mencionadas se unió la presión ejercida por el lobby pro israelí… La caída de la Unión Soviética, las iniciativas de paz saudí e israelí y la primera Intifada llamaron la atención de Washington sobre el punto de vista palestino. Se vivió entonces un momento histórico ciertamente inusitado. En Israel ejercía el poder una de las Administraciones más derechistas que ha gobernado el país. En consecuencia, Bush padre abrió un auténtico diálogo con los representantes de dos formaciones base del poder palestino: la Organización para la Liberación de Palestina en Túnez y los líderes palestinos de Jerusalén este, que tenían su sede en la llamada Casa Asia. Estas formaciones eran consideradas "moderadas" no sólo por los arabistas, sino también por miembros de la Casa Blanca. Era la primera vez desde 1948 que un grupo palestino recibía tal trato. Sorprendentemente, todos los países árabes llegaron a un consenso acerca de cómo resolver el conflicto según la solución biestatal y cómo normalizar el suministro de petróleo a Estados Unidos. Todo el mundo era feliz, salvo Israel y el AIPAC. A Israel le perturbaba en particular la postura pragmática de la Casa Asia. El Gobierno israelí respondió con una política de acoso y la construcción masiva de asentamientos ilegales en Jerusalén este. El Gobierno estadounidense respondió de forma airada y el secretario de Estado, James Baker, reprendió públicamente al gobierno israelí… El presidente aceptó la propuesta del secretario de Estado, James Baker, quien para proteger los intereses estadounidenses en Oriente próximo prefería una coalición árabe, aunque el precio a pagar fuera una conferencia de paz, que se celebraría en Madrid y sería rechazada de plano por Israel. Durante la conferencia de Madrid, Bush padre y su secretario de Estado quedaron impresionados por la delegación palestina de la Casa Asia y su capacidad de liderazgo" (Chomsky & Pappé, pp. 64, 65, 66).

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Autor del texto: Armando Ossorio ©

XPOFERENS

 

"La danza macabra que a fines de la Edad Media conduce a los diversos "estados" del mundo –es decir, a los diferentes grupos de la sociedad. Hacia la nada en la que se complace la sensibilidad de una época en decadencia, arrastra a menudo junto a reyes, nobles, eclesiásticos, burgueses, gentes del pueblo, un clérigo que no siempre se confunde con los monjes y los sacerdotes. Ese clérigo es el descendiente de un linaje original en el Occidente medieval: el de los intelectuales… Entre tantas palabras (sabios, doctos, clérigos, pensadores), este término designa un tipo de contornos bien definidos: el de los maestros de las escuelas. Este tipo se anuncia en la Alta Edad Media, se desarrolla en las escuelas urbanas del siglo XII y florece a partir del siglo XIII en las Universidades. El término designa a quienes tienen por oficio pensar y enseñar su pensamiento. Esta alianza de la reflexión personal y de su difusión en una enseñanza caracterizaría al intelectual. Sin duda, antes de la época contemporánea, el intelectual nunca tuvo también delimitado ni tuvo tanta conciencia de sí mismo como en la Edad Media. En lugar de designarse con el término clérigo, que es equivoco, trató de bautizarse con un nombre del que hizo campeón Siger de Brabante en el siglo XIII, philosophus…".


Yas ©

"La palabra filosofo está tomada de la antigüedad. En la época de santo Tomás de Aquino y de Siger, el filósofo por excelencia, el filósofo con P es Aristóteles. Sólo que en la Edad Media éste es un filósofo cristiano. Es la expresión de aquel ideal de las escuelas desde el siglo XII al siglo XV: el humanismo cristiano. Pero para nosotros la palabra humanismo designa a otro tipo de sabio, el del Renacimiento de los siglos XV y XVI que se opone precisamente al intelectual medieval… Sabio y profesor, pensador por oficio, el intelectual también puede definirse por ciertos rasgos psicológicos que se disciernen en su espíritu, por ciertos aspectos del carácter que pueden endurecerse, convertirse en hábitos, en manías…. Detrás de la razón, la Edad Media supo ver la pasión de lo justo, detrás de la ciencia la sed de lo verdadero, detrás de la crítica la búsqueda de lo mejor. A los enemigos del intelectual, Dante respondió hace siglos al colocar en el Paraíso, donde los reconcilia, a las tres más grandes figuras de intelectuales del siglo XIII: santo Tomás, san Buenaventura y Siger de Brabante".


Jacques Le Goff. 

Los intelectuales en la Edad Media.


gedisa editorial.


 "Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".

Yas ©

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