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El Arte Total.

Yuki Takano ©

Ciudad Museo & Iconoclastia.

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Peter Heather en "La caída del imperio romano" (CRÍTICA, 2011) ubica que en los días de GAIVS IVLIVS CAESAR no había un emperador que encabezase el imperio, sino una serie de oligarcas enfrentados cuyas rivalidades y contiendas generaban gran cantidad de guerras civiles. En el año 45 a.C., CAESAR había sido designado IMPERATOR (jefe del ejército) de forma vitalicia, y un año después se le ofreció una Corona, justo antes de que fuera asesinado. El sobrino OCTAVIVS reivindicó el titulo imperial con el nombre de AVGVSTVS. Hasta la mitad del siglo III, el sistema jurídico se desarrolló por varios cauces. El SENATVS POPVLVSQVE ROMANVS (SPQR) estaba capacitado para elaborar leyes, y también lo estaba el emperador. Pero los juristas especializados de formación académica tenían licencia del emperador para abordar las cuestiones relacionadas con la interpretación y la introducción de innovaciones legales. A partir del siglo IV los "jurisconsultos" quedaron desplazados por el emperador, todas las cuestiones legales dudosas ahora pasaban a su persona. Los emperadores siempre habían tenido la autoridad potencial de ampliar la extensión de sus funciones, pero en el siglo IV gran parte de ese potencial se había convertido en una realidad. El emperador dominaba por completo el proceso de la promulgación de leyes. Adoptando la costumbre de dividir el imperio para que pudieran gobernar al mismo tiempo dos o más emperadores: hijos, hermanos y sobrinos con la dignidad de AVGVSTVS. ¡Cualquier parecido con los gobiernos populistas autócratas es una coincidencia! La mayor parte de la ideología educativa había penetrado en la cultura romana a través de su contacto con Grecia, donde los intelectuales habían estado tejiendo complejas teorías sociales y políticas desde mediados del primer milenio a.C. CAESAR era un hombre de letras y oratoria y vivía en una sociedad que tenía en alta estima esas aptitudes. MARCVS TVLIVS CICERO MINOR, el mayor de los oradores latinos, era contemporáneo de Julio César. Jerry Toner en "Sesenta millones de romanos. La cultura del pueblo en la Antigua Roma" (CRÍTICA, 2012), identifica que AVGVSTVS enfrentó el problema de cómo reintegrar una sociedad fracturada por décadas de guerra civil y tensiones culturales emanadas de la transformación social engendrada por el IMPERIVM. A partir de Octavio, todos los emperadores usaron el arte para elevar la moral del pueblo a través de la educación visual, la geografía moral y la transformación del espacio público. Los Juegos fueron un acto de urgencia política, porque el orden político estaba fracturado. Octavio comprendió que la nueva forma de poder requería una revaluación de la relación entre el gobierno y el espacio urbano. El simbolismo moral apareció en la zona alrededor del ARA PACIS "altar de la paz". El programa de construcciones de AVGVSTVS en el Campo Marte incluía jardines, el ARA PACIS, su mausoleo, el enorme reloj de sol y una plaza espaciosa. En la columnata de Livia había una parra gigante a cuya sombra se refrescaban las multitudes. Había exposiciones de animales y curiosidades. Cuatro elefantes de obsidiana pulida se alzaban en el AEDES CONCORDIAE AVGVSTAE. Los relieves del friso grabado alrededor del muro de ARA PACIS reflejaban el florecimiento del Estado bajo AUGVSTVS. El Campo de Marte destacaba por sus calles largas y rectas y sus hileras de columnas clásicas. Los pavimentos de piedra separaban al caminante de la suciedad que había bajo sus pies. Las termas de Agrippa tenían ventanas de vidrio, mármol y mosaicos polícromos. Los templos brillaban con la multitud de colores en sus murales. Los edificios estaban enmarcados con jardines y parques, la mayoría de acceso público. Los emperadores transformaron el espacio público y convirtieron una parte de la ciudad en un MVSEVM: avenidas de laureles y plátanos; flores y arbustos; fuentes, caídas de agua y estanques; estatuas clásicas de mármol y bronce, que representaban héroes y escenas mitológicas. El plan urbano de AVGVSTVS contemplaba la creación de vistas, espacio, geometría, luz y homogeneidad. De la misma manera que los faraones usaban las piedras en las pirámides y los templos para crear efectos monumentales de poder, estabilidad, solidez y resistencia. La piedra y el mármol eran indicadores de una importancia espacial superior. Incluso las barras de las tabernas de la no élite tenían superficies hechas con fragmentos de mármol o chapa de mármol para dar la impresión de estatus. El uso de columnas griegas destacaba ciertos espacios como sagrados y prestigiosos. El imperio dio acceso a nuevas canteras: piedras como el pórfido egipcio, de color púrpura, el granito, el alabastro color miel, y el mármol blanco como la nieve fenicia. El abanico de tonos de mármol se incrementó, desde el mármol frigio veteado de violeta hasta piedra de tono amarillo rojizo y venas verdes. El ARA PACIS llegó a tener en la pared del templo un mapa en mármol de Roma, la FORMA VRBIS ROMAE. La mano derecha de AVGVSTVS, Agrippa, completó las fuentes y demás sistemas de agua con trescientas estatuas de bronce y mármol, así como cuatrocientas columnas de mármol: "Para el siglo IV había más de cuatro mil estatuas de los emperadores en Roma, sin contar aquellas grabadas en piedra. Las esculturas eran lisas, coloridas (en el sentido de que a menudo se las pintaba), duras y permanentes, y rebosaban autoridad. Montada en un pedestal, una estatua clásica contrastaba radicalmente con el cuerpo bajo, tosco y penetrable de lo grotesco popular. Una estatua personificaba cualidades morales, establecía un registro permanente de atributos favorables, de la misma forma que las inscripciones en piedra buscaban crear un registro inalterable del pasado… Una estatua no era una cosa inerte; estaba hecha de una materia especial que podía exudar una fuerza moral y formaba parte integral del ritual de la ciudad. Con todo, la piedra también significaba lujo, en particular cuando era mármol. Éso resultaba moralmente problemático para los tradicionalistas de la élite. Plinio lamentaba el lujo de las estatuas y el paso de los templos de terracota a los de mármol griego. Séneca se quejaba de que "se considera uno pobre y despreciable si las paredes no resplandecen con grandes y valiosos espejos redondos, si a los mármoles de Alejandría no los abrillantan las incrustaciones numídicas, ni los cubre por todas partes el barnizado laborioso y matizado imitando la pintura". Pero la cuestión aquí era el propósito moral. El lujo privado, que no ayuda a nadie y sirve sólo para degradar al individuo, se condenaba con severidad. El programa de Augusto, en cambio, creaba un mundo sensorial que actuaba sobre el espectador para producir un beneficio social… Los emperadores animaban al pueblo a creer en su divinidad, pero al hacerlo crearon una imagen que podía usarse en su contra… La exigencia popular de un gobierno justo halló su expresión más clara en su actitud hacia las imágenes imperiales. La imagen del emperador se había convertido en el depósito definitivo de la protección y la justicia. Y el pueblo intentó usar ésta asociación para expresar sus puntos de vista: una mujer que perseguía a un senador insultándole llevaba un retrato del emperador para su protección. Las imágenes imperiales tenían un papel central en los disturbios. Durante un motín para protestar contra los impuestos, los manifestantes, "al ver las muchas imágenes pintadas en los paneles, cometieron blasfemia arrojando piedras contra ellas y burlándose mientras las destrozaban"; luego derribaron las estatuas del emperador y la emperatriz y las arrastraron por la ciudad... En los disturbios era frecuente que se derribaran las estatuas imperiales, que destrozadas y cubiertas de inmundicias eran azotadas y luego arrastradas por las calles" (Toner, pp. 214, 215, 256, 258). La romanización del cristianismo fue un fenómeno histórico tan importante como el de la cristianización del imperio. A partir de principios del siglo IV, y gracias a CONSTANTINVS y sus sucesores, las autoridades cristianas, financiadas por el IMPERIVM, definieron en sus concilios la mayoría de las doctrinas de ésta religión. La Iglesia desarrolló asimismo una jerarquía particular de obispos, arzobispos y patriarcas cuyas ubicaciones geográficas reflejaban en gran medida la estructura administrativa del imperio, dividida en capitales locales y regionales. Los emperadores cristianos romanos tampoco modificaron un ápice la reivindicación que habían planteado sus antecesores paganos y que sostenía que habían sido designados por la divinidad –simplemente pasaron a identificar esa divinidad con el Dios cristiano-. Por consiguiente, desde su punto de vista, tenían pleno derecho a injerirse en todos los planos operativos de la iglesia. Y lo hicieron cabalmente, ya que convocaron concilios, dictaron leyes y se inmiscuyeron en las designaciones importantes. El curso de la evolución del cristianismo dentro de las estructuras del imperio fue por tanto muy distinto del que había seguido antes de la conversión de Constantino, y la desaparición del estado romano le volvió a imprimir un profundo cambio de rumbo. Y ello por una razón: que en algunos casos los límites de los nuevos reinos no respetaban las jerarquías de la administración romana tardía. De éste modo, hubo casos en que los obispos se encontraban en un reino y sus arzobispos en otro. También hubo cambios de tipo intelectual. En el mundo romano, era frecuente que los personajes laicos más destacados contribuyeran al debate religioso. Sin embargo, al desaparecer la amplia difusión de la cultura literaria, los laicos dejaron muy pronto de poder aportar nada en éste campo, y el mundo intelectual de la Iglesia en la Alta Edad Media se convirtió en un mundo compacto de clérigos. Ésto no habría sucedido si los laicos hubieran seguido teniendo una educación equiparable a la de los miembros del clero. Y resulta igualmente importante que los reyes de la época posromana reivindicaran, como sus antecesores, el reconocimiento de su autoridad religiosa y se reservaran la facultad de designar obispos y convocar concilios. No había una iglesia única y unificada, antes al contrario, los límites de los reinos posteriores al dominio romano determinaron la aparición de subgrupos regionales operativos, y éstas comunidades eclesiásticas ubicadas en el interior de los distintos reinos tenían relativamente poca relación unas con otras. Por encima de todo, sin el derrumbamiento del imperio romano resulta inconcebible el surgimiento de un papado medieval como autoridad global de toda la cristiandad occidental. En la Edad Media, los papas pasaron a desempeñar en el seno de la Iglesia muchos de los roles que los emperadores cristianos romanos se habían apropiado: la promulgación de leyes, la convocatoria de concilios, la designación o la orientación de los nombramientos relevantes. De haber seguido existiendo emperadores de Occidente como los de la antigua Roma habría sido inconcebible que los papas hubieran logrado hacerse con una posición tan independiente. En Oriente, donde los emperadores aún ejercían su dominio, los sucesivos patriarcas de Constantinopla, cuya posición legal y administrativa había seguido el modelo del papado romano, no podían actuar sino como aduladores del imperio. Sólo en Occidente los emperadores, los papas y los reyes disputaban su autoridad religiosa. Las imágenes habían existido en el imperio bizantino desde el establecimiento del cristianismo como religión estatal en tiempos de Constantino el Grande y su importancia había aumentado desde Justiniano. El retrato del emperador continuaba siendo reverenciado como en la época romana. Pero poco a poco las imágenes de Cristo y de la Virgen se instalaron en las capillas, las iglesias, en los lugares públicos y en los hogares. A pesar de que estuvieron prohibidas en el arte cristiano por considerarlas idólatras, las representaciones pictóricas incluso de Cristo fueron autorizadas en el Quinisexto Concilio de 692. Entre 717 y 842 el imperio bizantino se vio agitado por una violenta polémica acerca del uso de las imágenes en el culto religioso. El problema no quedó zanjado hasta 843 en que las imágenes fueron debidamente reconocidas como parte integrante del culto ortodoxo. Los discursos de León III y los tratados de su hijo Constantino V demuestran que creían firmemente que las imágenes eran simples representaciones. León III introdujo la teoría de que las representaciones pictóricas de la Sagrada Familia, de los Apóstoles y de los santos conducían solamente a la idolatría, y por ello persiguió a los que seguían fieles a la doctrina del culto a las imágenes, los iconófilos o iconódulos: "El odio al culto a las imágenes se basaba sin duda en la prohibición del Antiguo Testamento y en la acusación de idolatría que pesaba sobre las discusiones entre cristianos, musulmanes y judíos. A través de éstas discusiones, los teólogos no cristianos ejercían su influencia sobre los bizantinos. La prohibición del arte religioso en las mezquitas parece que se impuso hacia el 700, mientras que la tradición judía fue siempre enemiga de las representaciones pictóricas. Pero en 721, el califa Yazid II hizo extensiva la práctica musulmana a los cristianos que vivían bajo su autoridad, al ordenar la destrucción de todas las imágenes cristianas. Por ser natural de Siria, León III debió conocer éstas ideas e incluso pudo estar de acuerdo con ellas. En 726, el emperador ordenó que fuera retirada la famosa pintura de Cristo situada en la Puerta de Bronce del Gran Palacio: la enardecida multitud consiguió matar a uno de los soldados antes de que se la llevaran… Entre los súbditos de la parte oriental del imperio, que más tarde se convertirían en los más fervientes partidarios de la iconoclastia, los que estaban familiarizados con la oposición judía y musulmana a las imágenes fueron probablemente los que apoyaron la decisión del emperador. Cuando León III intentó conseguir la aprobación eclesiástica para destruir las imágenes, se encontró con la tenaz resistencia del patriarca Germán. El método empleado para solucionar éste problema fue muy directo y se convirtió en práctica regular durante el período iconoclasta… Todos los intentos posteriores de cambiar el dogma se basaron en éste procedimiento: elección de un patriarca propicio al cambio, y la convocatoria de un concilio eclesiástico para proclamarlo. El hecho de que el emperador controlara la elección de los patriarcas y presidiera los concilios facilitó evidentemente el cambio. La imposición de la iconoclastia estaba abocada a provocar el enfrentamiento con las autoridades eclesiásticas y León III se dispuso a solucionar la cuestión por la fuerza. Cuando Gregorio II celebró un concilio donde se condenó a los iconoclastas, el emperador hizo prisioneros a sus legados en Constantinopla y envió una armada a Italia. También sustrajo de la jurisdicción eclesiástica de Roma las provincias bizantinas de Italia, Sicilia y la prefectura de Iliria, poniéndolas bajo jurisdicción del patriarca de Constantinopla... De éste modo se impuso la nueva doctrina, no sin producir una gran división dentro del imperio y un cisma entre la Iglesia de Constantinopla y el Papado, que hizo disminuir la influencia bizantina en Italia" (Herrin, pp. 85, 86). Constantino V era consciente de que el único procedimiento para proclamar la iconoclastia como credo oficial de la Iglesia Oriental era la celebración de un concilio ecuménico. Pero el papa y los otros patriarcas nunca se mostrarían de acuerdo con ésta doctrina y boicotearían un concilio convocado por el emperador. Tras nombrar a iconoclastas para ocupar las sedes episcopales vacantes y las de reciente creación, Constantino convocó en el palacio de Hieria, un concilio. Durante siete meses, los 388 obispos reunidos discutieron acerca del culto a las imágenes, que condenaron basándose en cuatro puntos: las advertencias de las Escrituras sobre los peligros de la idolatría, la prohibición tajante de las imágenes esculpidas, el hecho de que las imágenes estimulaban más el respeto por las formas externas que la emulación de la vida santa y el problema cristológico de la representación. El Horos fue publicado en agosto de 754. En él se ordenaba la destrucción de todas las imágenes y se anatematizaba a los más importantes iconódulos, incluidos el antiguo patriarca Germán y Juan Damasceno, autor de varios tratados en que se justificaban las imágenes. Mientras el Horos servía de base a la futura teoría iconoclasta, la argumentación iconódula se basaría en las teorías de Damasceno sobre el icono como símbolo y mediador. Constantino procedió a la destrucción del arte religioso, que fue sustituido por representaciones simbólicas y laicas de animales, árboles y pájaros. Se emplearon con frecuencia las representaciones de la Cruz y el Emperador. Éstos cambios provocaron una airada reacción de los iconódulos más acérrimos, a los que Constantino intentó en vano convertir a sus creencias. El primer período iconoclasta (717-775): León III, Constantino V, Constantino VI, León IV, Irene. El segundo período iconoclasta (813-842): León V, Teófilo: "La decisión de Irene de restablecer el culto a las imágenes significaba que su política estaba dominada por el propósito de reconciliarse con Occidente. Los bizantinos tuvieron que admitir que el poder franco había reemplazado, ya hacia 780, su propia influencia en la Italia central y que el papa Adriano I dependía completamente de Carlomagno para su protección material. No obstante, Irene quiso volver a ejercer la mayor influencia posible, tanto en Aquisgrán como en Roma. Una embajada enviada a la corte franca propuso la alianza matrimonial del Constantino VI con Rotruda, hija de Carlomagno. La maniobra siguiente, como en cualquier intento de cambiar la doctrina oficial, fue la elección de un patriarca partidario de las imágenes. Irene designó a Tarasio, que había desempeñado anteriormente el cargo de secretario imperial. En 784, por orden suya, los habitantes de la capital aprobaron la elección. Sin embargo, el papa puso serios reparos a la elección de Tarasio, y que era contrario a los cánones en que un laico fuera nombrado patriarca. Pero Roma y los demás patriarcados vieron con buenos ojos la perspectiva del restablecimiento de las imágenes… Contrariamente a la creencia generalizada, en éste período las monedas no servían de vehículo a la propaganda religiosa. El tipo de decoración de las monedas a menudo llamada "iconoclasta" estaba en uso antes del reinado de León III y continuó siendo empleado mucho tiempo después del restablecimiento de las imágenes, en 843. Todos los emperadores lo emplearon; ni siquiera la iconódula Irene volvió a emplear la imagen de Cristo, introducida por primera vez en las monedas en tiempo de Justiniano II… El arte iconoclasta, por otra parte, tuvo una profunda significación para los bizantinos. La resistencia a los cambios en el arte religioso, tanto de los iconódulos como de los iconoclastas, manifiesta su importancia. Desgraciadamente, al igual que los escritos iconoclastas, la mayor parte del arte iconoclasta fue también destruido después de 843 y es muy poco lo que ha quedado. Pero las fuentes iconódulas atestiguan que los emperadores iconoclastas no se limitaron a destruir, sino que sustituyeron las imágenes por pinturas de la Cruz, escenas silvestres, flores y retratos imperiales. El mismo Constantino V construyó algunas iglesias. El progreso de las artes, a excepción de la cultura, se mantuvo en el período iconoclasta; y los monumentos del período, como la iglesia de Santa Sofía de Salónica y la reconstrucción de la iglesia de Santa Irene de Constantinopla, con su gran cruz de mosaico en el ábside, permiten suponer que no habían desaparecido las habilidades de los artistas y arquitectos bizantinos" (Herrin, pp. 96, 126, 127).

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Jane Ellen Harrison en "Arte y ritual antiguos" (INAH, 2013) distingue tres teorías sobre el arte: 1) la creación o la búsqueda del gozo de la belleza; 2) la teoría de la "imitación", con su modificación, la teoría de la idealización, la cual sostiene que el arte o bien copia a la Naturaleza, o bien la mejora, a partir de materiales naturales; 3) la teoría de la "expresión", que sostiene que el objetivo del arte es expresar las emociones y pensamientos del artista. La teoría de la imitación empezó a morir con el ascenso del romanticismo, el cual enfatizó la emoción personal, individual, del artista. El impresionismo que dominó el arte pictórico de los últimos años del siglo XIX fue una imitación modificada. El impresionista insiste en representar las cosas no como son sino como en realidad se ven. El impresionista imita a la naturaleza no como un todo, sino como ella se presenta ante sus ojos. Pero cuando el nuevo material de la luz y de la sombra y del tono fueron hasta cierto punto dominados, surgieron los post-impresionistas y los futuristas. Los expresionistas creen que el arte no es la copia o la idealización de la naturaleza, o de cualquier aspecto de la naturaleza, sino la expresión y la comunicación de la emoción del artista. Los impresionistas también concentran su atención en el artista más que en el objeto, sólo que se trata de la visión particular del artista, su impresión, lo que ve en realidad, no se trata de su emoción, lo que el artista siente. Los futuristas buscan expresar la emoción del mañana, su desprecio por el pasado es el origen de su llamado a la destrucción del MVSEVM y el arte clásico. La representación de las imágenes está ligada a los términos icono, iconismo, aniconismo, iconoclastia, iconodulia, iconofilia. La palabra icono viene de la griega eikón "imagen": iconismo "doctrina de la imagen", aniconismo "sin doctrina de la imagen", iconoclastia "ruptura de imágenes", iconodulia "esclavo de imágenes", iconofilia "amante de imágenes". Las etimologías son genéricas, ni aniconistas ni iconoclastas están en contra de todas las imágenes, a menos que tengan tendencia gnóstica; ni los iconódulos son esclavos de todas las imágenes, ni los iconófilos aman todas las imágenes. Los platónicos buscan la liberación social del mundo de la necesidad material y la liberación epistemológica del alma respecto del mundo material de las apariencias. El platónico tiene que trascender las apariencias (imaginación, imágenes, creencias, opiniones) para alcanzar el conocimiento de las Formas (objetos matemáticos, geométricos). Los gnósticos y los romanos eran neoplatónicos, postulan que el mundo de la necesidad material y el mundo material de las apariencias es una prisión de los sentidos y aquellos cuya mente era gobernada por los apetitos de su cuerpo eran esclavos. El mundo Matrix. En la Edad Media no existía la división entre "artes mayores" y "artes menores". Los objetos de uso común podían ser objetos de lujo caracterizados por el empleo de técnicas refinadas y complejas y de materiales caros y preciosos. El concepto de artista se formó únicamente en el Renacimiento, en la Edad Media sólo había talleres de artesanos. Las "artes mayores", o sea la arquitectura, la escultura y la pintura, se clasificaban como "artes mecánicas" debido a que requerían una aplicación manual, en contraste con las más nobles "artes liberales" del TRIVIVM (gramática, dialéctica, retórica) y CVADRIVIVM (aritmética, geometría, astronomía, música). Brunelleschi fue un arquitecto y un escultor, pero de joven trabajaba en el taller de un orfebre donde labraba algunas figuras de plata. Y en la actividad de los grandes artistas se encuentran obras que podrían fácilmente ser clasificadas como pertenecientes al campo de la artesanía artística. El servicio de parto de Masaccio es una gran bandeja de plata, un lujoso regalo para una dama parturienta. La plaqueta de plata, oro y esmalte atribuida a Brunelleschi representa a Cristo liberando a una endemoniada, una exquisita obra de orfebrería. En el siglo XV Giorgio Vasari entra en el debate respecto a la mayor o menor nobleza de la pintura y la escultura, se refiere a los argumentos de quienes afirman que la escultura comprende muchas más "artes afines": bajorrelieve; empleo de tierra cera o estuco; madera y marfil; la fundición de metales; todo tipo de cincelado; trabajar en hueco o en relieve las piedras finas; los aceros, etc. Entre las muchas variedades de pintura, Vasari enumera las vidrieras, los mosaicos, el damasquinado en oro, los vasos de cerámica con figuras y flores, el tejido de los tapices. Paolo Pino en Dialogo della Pittura (Venecia, 1548) la define en los siguientes términos: "la pintura es la creación más elevada (…) y todas las artes mecánicas se les llama artes por participación, por ser miembros dependientes de la pintura, que está en la base de las artes mecánicas por el dibujo, porque los artífices artesanos no pueden trabajar sin el dibujo". Mientras la escultura y la pintura son calificadas de artes inútiles para quien las observa, destinadas al puro placer estético. En la Edad Media las obras de "arte menor" suelen ser objetos funcionales, destinados a un uso real y específico, lo que no impide lo superfluo y la inutilidad. Al mismo tiempo son "útiles" e "inútiles", creadas para tener un uso, pero también para proporcionar placer estético. En el caso de los objetos de uso litúrgico: pequeños altares portátiles, relicarios, incensarios, libros litúrgicos y todos los objetos comprendidos en la categoría ornamenta ecclesiae. También en los regalia, los objetos destinados a testificar el poder real: coronas, cetros, espadas, mantos. Todos los objetos de lujo de uso práctico estaban destinados a los encargos exclusivos de alto rango: soberanos, emperadores, el círculo de la aristocracia de la corte y de la iglesia, obispos, abades y abadesas. Todas personas ilustres y amantes del arte, dedicadas a dotar sus iglesias de objetos preciosos y lujosos libros litúrgicos. La Iglesia se convirtió en un MVSEVM medieval donde los poderosos se entregaban a la esplendidez del lujo y la contemplación estética. En las Iglesias medievales la reproducción de la belleza convive con un gore cristiano. En todas las iglesias podía observarse cuadros de santos y santas sometidos a distintas clases de horrendos martirios en los que era frecuente ver chorrear sangre: asaeteados, traspasados por lanzas, abrasados o con los pechos cortados. La carta de Bernardo de Claraval a Guillermo de Saint-Thierry condena el derroche de tanto lujo y la peligrosidad moral de determinadas imágenes esculpidas en los claustros. En un fragmento de la carta, Bernardo proporciona una larga lista de los objetos que revelan un lujo inútil. Después de referirse a las "hermosas pinturas" y las "esculturas inútiles", nombra objetos de "arte menor": "hermosos y preciosos trajes, hermosos tejidos de colores, ventanas bellas y espaciosas, copas de zafiro, capas pluviales y casullas con bordados de oro, cálices de oro y piedras preciosas y letras doradas en los libros, todas esas cosas no responden a las necesidades prácticas sino a la concupiscencia de los ojos". Si las artesanías medievales eran objetos de lujo que pueden catalogarse como objetos artísticos por su calidad de trabajo y los altos valores de los materiales usados, ¿por qué los expresionistas piensan que un plátano pegado a la pared es arte?: "Las crónicas medievales se hallan repletas de éste tipo de ataques a iglesias y monasterios. En su condición de lugares rebosantes de riqueza y utensilios de valor incalculable constituían un claro objetivo del pillaje; y en su calidad de centros económicos podían proporcionar a las tropas saqueadoras grano, vino, caballos y otros tipos de suministro tremendamente necesarios para un ejército en marcha. El hecho de que los vikingos fueran paganos y de que en ese sentido se les condenara rotundamente por serlo y por dedicarse a bárbaras actividades no significaba que los fieles cristianos no supusieran una amenaza para la Iglesia. En el Occidente latino, los mismos objetivos que atraían a los vikingos seducían a las tropas cristianas… La vulnerabilidad de los establecimientos religiosos queda patente en los acontecimientos que tuvieron lugar entre los años 1216 y 1217 durante la invasión francesa de Inglaterra… Pese a que tales actos eran sacrílegos y se les condenaba incluso como crímenes de guerra, la perspectiva de apoderarse de los bienes de la Iglesia resultaba demasiado tentadora y no había quien pudiera resistirse a ella: en sus arcas y naves podía hallarse una cómoda fuente con la que abastecer de paga y víveres a la soldadesca. Los autores eclesiásticos sostenían que los saqueadores eran blasfemos, irreverentes salvajes, pero no resultaba nada frecuente que los asaltos tuviesen intención de atentar contra la religión. Las estatuas, imágenes y altares no se mutilaban como consecuencia de una voluntad de destrucción gratuita, sino para arrancarles las piedras y los metales preciosos que tenían incrustados, mientras que las vestiduras, tapices y paños de los altares constituían bienes de valor y eran fácilmente transportables. Hasta los reyes, vicarios de Dios, participaban en tales actos de pillaje; así lo hizo por ejemplo en 1231 Enrique III, presuntamente santo… Era frecuente que el impulso destructor se dirigiera contra establecimientos religiosos sujetos al padrinazgo de un adversario, ya que así se dañaba a un tiempo la reputación del patrón y los beneficios económicos que dichas instituciones le proporcionaban… Si deseaba protección, la Iglesia debía poner su esperanza en algo más que en simples oraciones piadosas. Debía recurrir al mundo temporal de la política y la guerra, buscar benefactores que no sólo le proporcionaran ayuda económica sino también los medios precisos para defender la riqueza generada…. Desde el papa de Roma hasta los abates de las sedes provinciales, la Iglesia tenía necesidad de espadas y escudos para protegerse de los ataques" (McGlynn, pp. 120, 121, 122). En Grecia la música, la danza, la poesía, el arte y la ciencia pertenecían a las musas, protectoras de las artes e inspiradoras de los artistas. El origen del MVSEVM "morada de las musas" y el ARS MVSICA "arte música". Los MVSEI VATICANI no compran ni venden obras de arte, su colección está formada por donaciones de grandes familias de la Iglesia: Giotto, Gentile da Fabriano, Fra Angelico, Giovanni di Paolo, Fra Filippo Lippi, Pinturicchio, Melozzo da Forlì, Pietro Perugino, Sandro Boticelli, Rafael Sanzio, Miguel Ángel Bounarroti, Leonardo Da Vinci, Giulio Romano, Paolo Veronese, Ludovico Carraci, Caravaggio. Cualquier persona sabe que en un museo existen obras de arte, pero pocas personas distinguen que las Iglesias católicas son museos de arte total. Existe diseño inteligente: astronomía, arquitectura, derecho, medicina, ética, estética, lógica, escultura, pintura, instrumentos musicales, coros, cantos, héroes… Las matemáticas y la geometría desarrolladas por los sumerios, los egipcios y los babilonios aportaron las nociones de equilibrio, proporción, simetría y armonía que permiten medir objetos y conceptos. El humano hecho a imagen y semejanza de Dios es una Obra Divina. Detrás de la palabra griega Ecclesia Katoliké se esconde una etimología democrática, global e imperial: "Asamblea Universal", que los sumerios llamaban "Asamblea del Cielo", los griegos "Olimpo", los apocalípticos el "Juicio a las Naciones" y los modernos ¡Organización de las Naciones Unidas! Mientras las iglesias pierden su papel deliberativo, los organismos supranacionales pierden su papel representativo, sometidos a los caprichos del capital financiero. A mediados del cuarto milenio a.C., sobre la plataforma central del recinto del EANNA "Casa del Cielo", la residencia terrestre de la diosa INANNA de Unug; se elevaba un enorme edificio, más grande que el Partenón de Atenas, construido de piedra caliza y moldes de hormigón de ladrillo cocido. El plano de la base del santuario se anticipó en más de tres mil años al diseño de las primeras iglesias cristianas: una nave central, una planta cruciforme, una arcada o antecámara y un ábside en un extremo flanqueado por dos cámaras que en los santuarios cristianos se llamarían diaconicon y prothesis. Francesco della Rovere, el papa Sixto IV (1471-1484), ordenó la construcción de la Capella Magna en los palacios sagrados, la Capilla Sixtina (1475-1481): cuarenta metros por trece en la base, casi veintiuno de altura. El papa convocó a célebres artistas de Toscana y Umbría, los mejores del mundo, para que pintaran al fresco las paredes: Botticelli y Ghirlandaio, Perugino y Pinturicchio, Luca Signorelli y Pietro di Cosimo. Éstos grandes maestros realizaron dos ciclos de frescos en la zona intermedia de las paredes. Mirando hacia la pared del Juicio, a la izquierda la historia de Moisés y a la derecha, la historia de Jesús hasta la Última Cena. En cuanto a la bóveda, ésta reproducía un cielo azul punteado de estrellas doradas. Unos veinte años después, Giulio della Rovere, papa Julio II (1503-1513), sobrino de Sixto IV; deseaba renovar la Capilla Sixtina. El proyecto fue encargado a Miguel Ángel Bounarroti. En 1508, Miguel Ángel tenía poco más de treinta años y era mucho más célebre por sus obras en mármol (la Piedad, el David) que por sus pinturas. La idea inicial para la bóveda no era complicada, debía pintar a los doce apóstoles en las ménsulas, entre los lunetos. Miguel Ángel aceptó el encargo con una condición, no sólo pintaría las ménsulas, también la bóveda entera, los lunetos y las enjutas, una superficie de más de quinientos metros cuadrados. El artista no tenía experiencia en frescos, pinturas que, como su nombre indica, deben ejecutarse rápidamente sobre el enlucido aún húmedo para que el color se incorpore a la masa y se convierta en parte integrante de la misma. Mientras Miguel Ángel trabajaba en la Capilla Sixtina, el joven Rafael Sanzio empezó a pintar frescos en las cuatro estancias que llevaran su nombre en los últimos meses del año, situadas en el segundo piso del palacio pontificio y elegidas por Julio II como residencia. El primero empezó el trabajo a principios de mayo de 1508, el segundo en los últimos meses del mismo año. Los grandes artistas del siglo XV, que pintaron las vidas de Moisés y de Jesús, secuenciaron la cronología de los relatos partiendo del altar. Las historias de Miguel Ángel también parten del altar, con la creación del mundo, tras nueve recuadros llega la enigmática escena de la ebriedad de Noé. Sin embargo, el maestro empezó a pintar desde la entrada, es decir, en sentido opuesto a la cronología de la narración. En los lunetos y las enjutas están los antepasados de Cristo, desde Mateo hasta Matán, abuelo de José y bisabuelo de Jesús. En las ménsulas, donde deberían haber estado los doce apóstoles, aparecen siete profetas y cinco sibilas, hombres y mujeres, judíos y gentiles. Representan a los clarividentes que, según la Vulgata cristiana, anunciaron la llegada del Mesías. Entre las sibilas, la de Cumas es la más impresionante. La más seductora es la sibila de Delfos, retratada como una joven de rostro apolíneo. Para dividir los recuadros de la bóveda, el artista incluyó diez parejas de jóvenes atletas en varias posturas, los famosos Desnudos, que sostienen guirnaldas de hojas de roble, en homenaje al papa Della Rovere. La parte más importante es la bóveda, con sus nueve cuadros, cuatro grandes y cinco más pequeños. Hay dos escenas muy dramáticas que son las más populares. En la primera escena, Dios crea el Sol, la Luna y la Tierra. En la segunda, en el lado derecho, Dios se dispone a colgar el Sol en el firmamento, en el lado izquierdo, Dios da la espalda a quien mira y está a punto de desaparecer. La otra escena, aún más célebre, es La creación de Adán, y en ella se ve a un joven de expresión embelesada, tumbado en el medio, su piel clara contra el fondo verdiazul de una colina. Dios, rodeado de ángeles enmarcados en un manto violáceo hinchado por el viento se dirige hacia el joven. El brazo divino está extendido; el índice señala el dedo de Adán, para insuflarle el alma. Unas imágenes destinadas a convertirse en símbolo del arte renacentista, síntesis de lo humano y lo divino, de la Biblia judía y las enseñanzas neoplatónicas. Ahora imagina que los MVSEVM sean convertidos en hoteles de lujo, bares, tiendas, clubes nocturnos, bibliotecas, auditorios para conciertos o centros culturales. ¡Es lo que pasa en la Europa y la América inculta con los monasterios, los conventos, las iglesias, las parroquias, las ermitas y las capillas! Ir a la Iglesia es el equivalente a ir al MVSEVM y al Observatorio Astronómico a admirar arte sacro y participar en un drama litúrgico cósmico: "Cuando decimos que el arte es impráctico, queremos decir que el arte está separado de la acción inmediata… La atención del artista, todo su sistema de valores, es diferente, su mundo es un mundo de imágenes las cuales son sus realidades… El ritual, lo vimos, era una re-presentación o una pre-presentación, un re-hacer o un pre-hacer, una copia o imitación de la vida, pero siempre con un fin práctico, y éste es el punto importante… Ya es tiempo de que diferenciemos con precisión al artista, a la obra de arte y al espectador. El artista se puede convertir en el espectador de su propia obra, y por lo general éso es lo que hace, pero el espectador no es el artista. La obra de arte, una vez ejecutada, ya es para siempre diferente tanto para el artista como para el espectador. En la danza coral primitiva -artista, obra de arte, espectador- estaban fundidos, o mejor dicho no había diferenciación entre ellos. Los manuales sobre arte suelen empezar con la discusión de toscos moldes decorativos y, al final, cuando llegan a la escultura y a la pintura, se menciona vagamente el primitivismo de la danza ritual… Una de las funciones del arte, entonces, consiste en alimentar y nutrir a la imaginación y al espíritu, y por lo tanto realzar y fortalecer el todo de la vida humana. Ésto está muy lejos de la idea de que el fin del arte es el de provocar placer. El arte por lo general en efecto causa placer, un placer singular e intenso, y a éso que causa tal placer le damos el nombre de belleza… Éste retraimiento, éste purgar la emoción de la pasión personal, es lo que el arte tiene en común con la filosofía… El filósofo debe buscar la contemplación; la acción, dice, es el debilitamiento de la contemplación. Nuestra palabra teoría, la cual empleamos en conexión con el razonamiento y que viene de la misma raíz griega que teatro, significa en realidad observar fijamente algo, contemplar; su significado está muy cerca de nuestra palabra imaginación. Pero el filósofo difiere del artista en lo siguiente: no sólo busca la contemplación de la verdad, sino el ordenamiento de las verdades, busca convertir a todo el universo en un universo inteligible. Más aún, a él no le acicatea el tábano de la creación, él no está obligado a moldear sus imágenes en formas visibles o audibles. Él está más allá del impulso de la vida. Sin embargo, el filósofo, al igual que el artista, vive en un mundo propio, con un hechizo propio parecido al de la belleza, y el secreto de ese hechizo es el mismo distanciamiento de la tiranía de la vida práctica" (Harrison, pp. 107, 108, 113, 137, 168, 174).

Yuki Takano ©

Sumerian Idol & Teatro Griego.

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Giole Zisa en "Prácticas musicales en la antigua Mesopotamia" (UNL, 2021) ubica que la palabra que indica música en sumerio es nam-nar y en acadio narûtu. Las fuentes arqueológicas e iconográficas nos informan sobre la organología mesopotámica. A lo largo de sus tres milenios de historia, los instrumentos que asumieron un rol importante son los cordófonos (arpas, liras y laúdes) y los membranófonos (tambores y timbales), acompañados a menudo en ensemble musical por aerófonos (simples cañas o silbatos, flautas, oboes dobles y cornos) y por idiófonos (sistros, cimbales y sonajas) (Dumbrill, 2005). El dios patrono de la música y los músicos es Enki/Ea, dios de la sabiduría y las artesanías. Como figura en la composición mitológica sumeria El viaje de Enki a Nippur, es el propio dios quien fabrica algunos instrumentos musicales en contextos templarios. La diosa Inanna/Ishtar, dado su carácter liminar, es en cambio la patrona de los músicos populares en los márgenes de la sociedad, por ejemplo, los músicos de calle, malabaristas y bailarines. Con respecto a los profesionales de la música en los niveles más altos de la sociedad, son dos los personajes que mantienen un rol central en el curso de tres milenios de historia mesopotámica: el cantante y el sacerdote-lamentadores (Gadotti, 2009). El cantante y el ejecutor (nar en sumerio, naru en acadio) se exhibía tanto en la corte como en el templo (Ambos, 2008; Pruzsinsky, 2013; Shehata, 2018). Se trataba de un cantante y un ejecutor de un instrumento de cuerda, como la lira, y también de percusión. Éste interpretaba himnos y plegarias dedicadas a los dioses y también al rey. El nar personal del rey es el nar lugal o músico del rey, que tiene la tarea de celebrar la fama de su soberano. La presentación acompaña ceremonias rituales, tales como ofrendas y sacrificios animales dedicados a la divinidad, como se expresaban en las inscripciones de los soberanos o en las composiciones mitológicas. El lamentador profesional (gala en sumerio, kalu en acadio) es en cambio un sacerdote músico y cantor de lamentos que dedica sus presentaciones a los dioses. Éste toca el balag (lira/tambor), el tambor de metal sèm, el timbal lilis y el meze (quizás un sistro). La composición sumeria La Maldición de Agadé describe la ejecución de una amplia lamentación ritual como reacción a la maldición y a la destrucción que golpeó la ciudad de Agadé, provocada por Enlil. El deber del gala, que toca sus instrumentos, es calmar el corazón del dios. Son pocos los instrumentos musicales originales que llegaron hasta nosotros, entre ellos podemos mencionar las liras y las arpas descubiertas en 1928 por Sir Leonard Woolley en el Cementerio Real de Ur, datado en el periodo protodinástico (siglo XXIV a.C.). Se trata de grandes arpas con una decoración sofisticada en oro y plata, piedras semipreciosas como el lapislázuli y conchas. La lira de caja sumeria, como la encontrada en Ur, asumía a menudo la forma de un toro. Sobre la caja de resonancia se sostiene la cabeza del toro e incluso sus patas. Las liras y arpas del periodo protodinástico tenían un número de cuerdas que variaba de nueve a once. Éstas podían tocarse tanto en posición sedente como erguida. Además, se elaboraban liras de modestas dimensiones que podían sujetarse al cuerpo y ser llevadas en procesiones. Se trata de una postura ejecutiva que se mantendrá en los milenios sucesivos. Otro instrumento de cuerda empleado en la Mesopotamia es el laúd. Según algunos estudiosos, el laúd llegó a la región desde Irán occidental a través de la dominación acadio en torno al 2350-2000 a.C. Éste instrumento, al menos en ese periodo, se ejecutaba en contextos religiosos. Al contrario, en los milenios sucesivos, el laúd parecía asociase a contextos musicales populares y no necesariamente religiosos, tocados por malabaristas, domadores de animales, enanos desnudos con piernas torcidas como modo de entretenimiento. Los otros instrumentos musicales que asumen un rol importante en contextos cultuales son los membranófonos. En la Antigua Grecia se denominaba orquesta al lugar del teatro destinado para la danza. A principios del siglo XVIII éste término adoptó su significado actual. El tamaño de la orquesta cambió de forma radical, y hubo de esperarse a comienzos del siglo XIX para que se pudiera estandarizar una plantilla más o menos estable: dos flautas, dos oboes, dos clarinetes y dos fagotes en el grupo de viento-madera; dos trompas, dos trompetas y luego también trombones y tuba, como instrumentos de viento-metal: timbales, y ocasionalmente, redoblante, bombo y platillos para la percusión; por último, un aparato de cuerdas compuesto de dos grupos de violines, una de violas, violonchelos y contrabajos. A pesar de ésta disposición de una forma fija, las plantillas podían variar según las necesidades de los compositores (y las posibilidades económicas): Richard Wagner hizo construir instrumentos de metal para algunas de sus obras (las llamadas tubas wagnerianas), y la percusión se amplió con el triángulo, tam-tam, xilófono, vibráfono, marimba o glockenspiel, entre otros. Camille Saint-Saëns pide en su tercera sinfonía un órgano y un piano a cuatro manos; en Gustav Mahler aparecen mandolinas, piano y celesta; el arpa se gana una plaza fija, mientras que el saxofón se incluye sólo de vez en cuando. El compositor moravo Leos Janácek incluye en su sinfonietta un grupo de vientos de metal aparte, y Aram Jachaturian necesita quince trompetas para su tercera sinfonía. Es decir, nada es imposible: no existen límites para la imaginación musical de los compositores. Como orquesta de cámara se define a una formación musical con una plantilla instrumental claramente más pequeña que la de una orquesta sinfónica, es decir un término medio entre la formación propia de la música de cámara y la gran orquesta. La mayoría de sinfonías y conciertos compuestos por Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y otros maestros del siglo XVIII estaban concebidos para éste tipo de pequeña orquesta: "Al acceder al teatro por la entrada situada al sur de la Acrópolis, nuestro ciudadano ateniense se encontraría de pronto en una zona sagrada. Está en el interior de un temenos o recinto, un lugar separado de la zona común y dedicado a un dios… Al ingresar al teatro, nuestro ciudadano ateniense no ha de pagar nada por su asiento; su asistencia es un acto de devoción y, desde el punto de vista social, es obligatorio; la cuota de entrada por tanto la sufraga el Estado. El teatro está abierto a todos los ciudadanos atenienses, pero el hombre común y corriente no se atreverá a ocupar la primera fila. En la primera fila, y sólo en ella, los asientos tienen respaldo y el asiento central en ésta fila tiene descansa brazos; toda la primera fila está siempre reservada, pero no para los ricos que pueden pagar plateas, sino para ciertos funcionarios estatales, y éstos funcionarios son todos sacerdotes. Cada asiento tiene inscrito el nombre de su propietario; el asiento central es el del sacerdote de Dionisio Eleuteros, el dios del recinto. Cerca de él se encuentra el asiento del sacerdote de Apolo, el Portador del Laurel, y asimismo el del sacerdote de Ascleipos y el del sacerdote de Zeus Olímpico. Es como si la primera fila de las butacas en el teatro de Su Majestad la ocuparan todos los obispos, con el arzobispo de Canterbury instalado en la butaca central. El teatro en Atenas no se abre noche tras noche, ni siquiera día a día. Las representaciones dramáticas sólo suceden durante ciertos festivales importantes de Dionisio, en invierno y en primavera. Es, otra vez, como si el teatro moderno abriera únicamente en la Epifanía y en la Pascua… Lo más impresionante y convincente de todo es la ceremonia que tenía lugar la víspera de la representación. A la luz de las antorchas, acompañado por una larga procesión, la imagen del mismo Dionisio era llevada al teatro y se le colocaba en la orquesta. Más bien, no salía en su forma humana sino también en su forma animal. Un selecto grupo de jóvenes atenienses en flor –epheboi- escoltaba al recinto un toro magnifico…. Es, de nuevo, como si en nuestro teatro moderno estuviera presente "santificando todas las cosas para nuestro uso y para el servicio de Dios", la figura humana del Salvador, y junto a él la del Cordero PascualPero aquí nos topamos con algo extraño. Un dios preside en el teatro, acudir al teatro es un acto de veneración al dios Dionisio y, sin embargo, una vez que comienza la obra, sólo una de cuatro ocasiones oímos algo sobre Dionisio. Quizá veamos que Agamenon vuelve de Troya, que Clitemnestra aguarda, para matarlo, la venganza de Orestes, el amor de Fedra por Hipólito, el odio de Medea y el asesinato de sus hijos… Los propios ortodoxos griegos a veces se quejaban de que las obras representadas ante ellos no hubiera nada relacionado con Dionisio" (Harrison, pp. 15, 16, 17, 18). La teoría musical de Babilonia se anticipó a Pitágoras y Platón en más de mil años, pero sus conceptos se explicaban bajo la forma de instrucciones prácticas para aplicarlas a los instrumentos musicales de cuerda. En el Timeo de Platón, el Alma (lo que anima o mueve) del Universo y del hombre, está creada según la armonía musical que mueve los cuerpos celestes siguiendo las series geométricas de dos (1, 2, 4, 8) y de tres (1, 3, 9, 27). Cada uno de éstos intervalos tiene a su vez dos medios, uno que supera y es superado por los extremos en la misma proporción (medio armónico) y otro que se diferencia de ellos por el mismo número (medio aritmético). El medio aritmético es la suma de los valores consecutivos de la serie, dividida por su cantidad. El medio aritmético de 2 y 4 es, según ésta fórmula, 6:2=3. La diferencia existente entre los extremos y el término medio es la misma (1). El medio armónico es el valor recíproco del medio aritmético de los valores recíprocos de la serie. El medio armónico entre 1 y 2 es 2/ (1/1+1/2)=4/3. Éste término medio es 1/3 mayor que el extremo inferior y 2/3 menor que el extremo superior, es decir existe la misma diferencia proporcional con cada uno de los extremos. El ordenamiento de los términos medios en cada serie y de ambas series entre sí da la siguiente sucesión: 1, 4/3, 3/2, 2, 8/3, 3, 4, 9/2, 16/3, 6, 8, 9, 27/2, 18, 27. La estructura geométrica musical del mundo. La astronomía mostrará que el Orden que impera en los cuerpos celestes en una forma de la armonía musical. El Creador del Mundo actúa como un músico creando una escala tonal y el modelo de la creación es el monocordio. 2) El tiempo es la imagen de la eternidad que marcha según el número. Si Tales de Mileto y sus discípulos fueron los primeros científicos verdaderos del mundo, Pitágoras y sus discípulos fueron los primeros matemáticos puros. Pitágoras se casó con el principio de que los números, enteros o ideales, constituían la realidad más profunda; y esa realidad no se podía investigar con los sentidos, sino solamente por el pensamiento. La preferencia de los pitagóricos por el misticismo y la metafísica estaría destinada a prevaler por encima del empirismo de Tales como una profunda influencia en las filosofías de Platón y Aristóteles. Por el lado místico, consideraban que el 1 es la fuente primaria de todas las cosas en el universo. Los números 2 y 3 simbolizaban los principios femenino y masculino. El número 4 simbolizaba la armonía, y también los cuatro elementos (Tierra, Aire, Fuego, Agua) a partir de los cuales está hecho todo. Los pitagóricos creían que el número 10 tenía profunda trascendencia mística, porque 10= 1 + 2 + 3 + 4, que combina la unidad primaria, el principio femenino, el principio masculino y los cuatro elementos. Además, éstos números formaban un triángulo. El 7 místico pitagórico con base en el cuatro, producto de la suma 1+2=3+4. En música la doble de la armonía del diapasón y la cuádruple del doble diapasón. Los pitagóricos notaron las relaciones entre los sonidos armónicos y las razones numéricas simples. Descubrieron que, si una cuerda pulsada produce una nota de un tono particular, entonces una cuerda de longitud mitad produce una nota extraordinariamente armoniosa: la octava. Una cuerda de longitud dos tercios produce la siguiente nota más armoniosa, y una de tres cuartos de longitud también produce una nota armoniosa. Los pitagóricos redescubrieron la física de cuerdas vibrantes que se mueven en pautas ondulatorias, honor que pertenece a los mesopotámicos. Los antiguos percibían que ciertos intervalos musicales eran disonantes y considerados desagradables en base a la proporción, el orden y la armonía. Los pitagóricos sabían que los distintos modos musicales influían en la conducta con ritmos duros, suaves, blandos y lascivos; al grado que usaban determinadas cantilenas para dormir, y una vez despiertos, se liberaban del sueño con otras modulaciones. El uso terapéutico de la música se debe a Pitágoras cuando calmó a un adolescente sobreexcitado por una melodía de modo hipofrigio en ritmo espondaico. Los pitagóricos conocieron la armonía, el sonido de dos o más notas producido de forma simultánea. El estudio de la armonía se dedica a la construcción y la correcta y lógica sucesión de los acordes y sus interrelaciones. El intervalo es la distancia entre dos notas diferentes. El violín, afinado en quintas: SOL, la, si do, RE, mi, fa, sol, LA, si, do, re, MI. La cuarta es una distancia de cuatro notas: DO, re, mi, FA. La octava es una distancia de ocho notas: DO, re, mi, fa, sol, la, si, DO. El acorde es el sonido conjunto de tres o más notas. Platón enseñaba que el mundo terrestre estaba hecho de cuatro elementos primarios –Tierra, Aire, Fuego y Agua-, y que el Éter, el quinto elemento, formaba los cielos. Los cinco elementos del pentagrama pitagórico. El hexagrama masónico y hermético formado por el agua y el fuego: el triángulo invertido del agua (vagina), el triángulo de fuego (pene). En el tiempo de Platón, el defensor más acérrimo de la filosofía de Tales era un griego jónico llamado Demócrito. Para él, el Universo no estaba construido con números místicos y formas geométricas, sino con partículas físicas infinitesimales que se movían eternamente por todo el vacío infinito. Demócrito llamó a éstas partículas átomos, palabra griega que significa indivisible. Mientras en la masonería griega predominó el misticismo de los números y las formas geométricas, en la Cábala judía y las sectas heterodoxas medievales predominó la teoría atómica. En Mesopotamia, Babilonia y Egipto los dioses se representaban con forma humana. En la época asiria se rompió la conexión de los dioses con la naturaleza, de ahora en adelante los dioses iban a ser representados como distanciados del mundo, dispuestos como ídolos sobre pedestales y podios, y por último, no se representarían en absoluto sino que serían reemplazados por símbolos: la esfera solar de Shamash con una estrella de cuatro puntas; una media Luna para Sin; el planeta Venus, como un estrella de ocho puntas para Ishtar. En la sociedad secular la subcultura satánica se ha convertido en un corpus masónico: el Círculo, el Triángulo, el Cuadrado, el Pentagrama, el Hexagrama, el Heptagrama, el Octagrama, el Eneagrama. El hexagrama judío y el cubo preislámico Kaaba. El aniconismo del primer arte cristiano se limitaba a representaciones simbólicas como una paloma, un cordero o un pez. La iconoclastia bizantina sustituyó las imágenes de Cristo por la Cruz, los animales, las flores, los árboles y los retratos imperiales. El aniconismo islámico sustituyó las imágenes sagradas por objetos abstractos y geométricos: el minimalismo y el cubismo. Para los griegos, al igual que para muchos pueblos primitivos, los ritos de nacimiento, matrimonio y muerte eran en su mayor parte ritos familiares que requerían de poco o bien ningún énfasis social. Pero el rito que involucraba a toda la tribu, cuya esencia era el ingreso a la tribu, era el rito de iniciación en la pubertad. Éste hecho fundamental extraña y significativamente está consagrado en la lengua griega. La palabra general en griego para rito era têlête. Se aplicaba a todos los misterios, y en ocasiones a las bodas y a los funerales. Pero no tiene nada que ver con la muerte. Proviene de una raíz que significa crecer. La palabra têlête significa rito de crecimiento, llegar a la plenitud. Al principio significaba madurez, luego significó rito de madurez, luego por extensión natural se aplicó a cualquier rito de iniciación que fuera misterioso. Los ritos de pubertad eran en esencia misteriosos, debido a que consistían en la iniciación en los asuntos sagrados de la tribu, las cosas que la sociedad sancionaba y protegía, excluyendo a los iniciados, ya fueran jóvenes, mujeres o a los miembros de otras tribus: "Los dramas de Esquilo ciertamente, y tal vez también los de Sófocles y Eurípides, no se representaban en el escenario, y en el teatro que desde luego que no, sino en la orquesta, por extraño que ésto pueda sonar. El teatro para los griegos era simplemente el lugar para ver, el lugar en el que sentaban los espectadores; lo que ellos llamaban skene o escena era la tienda o cabaña en la que los actores se vestían. Pero el núcleo y el centro de todo era la orquesta, el espacio del baile circular del coro; y como la orquesta era el núcleo o el centro del teatro, entonces el coro, el grupo de danzantes y cantores –éste coro que a nosotros nos parece raro y hasta superfluo -era el centro y el núcleo y el punto de partida del drama. Ahora bien, en la relación entre la orquesta o el espacio de baile del coro, y el teatro o el lugar de los espectadores, una relación que cambió con el paso del tiempo, vemos reflejado todo el desarrollo del ritual hacia el arte, del dromenon al drama… La orquesta más antigua que tenemos está en Atenas. Se trata de un sencillo anillo de piedra, pero está construido sobre una prominencia en el lado sur de la Acrópolis… Los espectadores son un elemento diferente y nuevo, la danza no sólo es bailada, sino que también es vista desde lejos, es un espectáculo; mientras en la antigüedad todos o casi todos eran devotos activos, hoy muchos, de hecho casi todos, son espectadores, que observan, sienten, piensan, pero no hacen. Es en ésta nueva actitud del espectador que arribamos a la diferencia entre el ritual y el arte; el dromenon, la cosa realizada en efecto por usted se ha convertido en un drama, algo hecho también, pero abstraído de lo que usted hace… Al principio no hay divisiones entre actores y espectadores; todos son actores, todos realizan la cosa hecha, bailan el baile que se baila. Así es que en las ceremonias de iniciación se reúne toda la tribu, los únicos espectadores son los no-iniciados, las mujeres y los niños. Nadie en ésta temprana etapa piensa en construir un teatro, un lugar para los espectadores… Los asientos para los espectadores crecen y crecen en importancia hasta que al final absorben, por así decirlo, todo el espíritu y le dan el nombre de teatro a toda la estructura, la contemplación se traga a la acciónLa danza ritual era un dromenon, algo que había que hacer, no algo que fuera para observarse. La historia del escenario griego es el largo relato de la invasión del escenario en la orquesta. Al principio se colocó una plataforma tosca o una mesa, luego se añadió la escenografía; la tienda movible se convierte en una casa de piedra o en el frente de un templo. Ésto al principio se encuentra afuera de la orquesta; luego la escena se inmiscuye poco a poco hasta cortar longitudinalmente el círculo sagrado del lugar para el baile. Al igual que el drama y el escenario, el dromenon y la orquesta van desapareciendo" (Harrison, pp. 104, 105, 117, 118).

Yuki Takano ©

Cantos Gregorianos.

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James McKinnon en "The Emergence of Gregorian Chant in the Carolingian Era" (Palgrave Macmillan, 1990) explica que estamos bastante bien informados sobre el estado del canto litúrgico al final de la antigüedad cristiana, es decir, alrededor del año 450 d.C., pero a partir de entonces se produce un fuerte descenso en la cantidad y calidad de las fuentes literarias que proporcionaron nuestro conocimiento del período anterior. La mayor parte de la cristiandad soportó un período prolongado al que con justicia se hace referencia como la Edad Media, una época caracterizada por incursiones bárbaras, el colapso de la gobernanza y las comunicaciones, el deterioro de la estructura física y el declive de la educación. La liturgia y el canto de alguna manera sobrevivieron a todo ésto y, de hecho, parecen haber florecido, de modo que el siglo IX se observan espléndidos sistemas de canto eclesiástico tanto en Oriente como en Occidente. Nuestra tarea es primero describir el principal representante occidental de éstos sistemas, el canto gregoriano, tal como lo conocemos por las fuentes medievales tempranas, y luego hacer algún intento de penetrar la oscuridad de los siglos intermedios. La misa es el acto central en la liturgia católica. Como género musical, el género designa la musicalización de las partes normales de la misa: K´yrie ("Señor ten piedad"), Gloria ("Gloria a Dios en las alturas"), Credo ("Creo en un solo Dios"), Sanctus ("Santo es el señor"), Benedictus ("Bendito sea el que viene en el nombre del señor") y Agnus Dei ("Cordero de Dios"). El canto gregoriano existe en el contexto de la liturgia, la oración pública de la iglesia cristiana. Se habla de un año litúrgico y de un día litúrgico. El año litúrgico comprende un gran ciclo dramático de fiestas que recapitulan cada año la vida terrena de Jesucristo. Éstas fiestas se centran en dos fechas, una fija, Navidad, que cae el 25 de diciembre, y otra variable, Pascua, cayendo sobre el primer domingo después de la luna llena de primavera. Las dos conmemoran, respectivamente, el Nacimiento y la Resurrección de Cristo. El año comienza con un período de cuatro semanas de preparación para la Navidad llamado Adviento. La Pascua es también precedida por una temporada preparatoria, la Cuaresma, que comienza 40 días antes, el Miércoles de Ceniza. El tiempo pascual se extiende durante 50 días, destacando el jueves de la Ascensión el día 40 y concluyendo con el domingo de Pentecostés, que celebra el descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. El año termina con los domingos después de Pentecostés, los cuales van del 23 al 28 dependiendo de la fecha de Semana Santa. Además de éste ciclo anual que conmemora los acontecimientos de la vida de Cristo, muchas fechas del año se reservan para honrar a santos individuales. En los libros litúrgicos del periodo carolingio éstas fechas simplemente están intercaladas a lo largo del ciclo anual, pero finalmente se separan para formar su propio ciclo calendárico. Por lo tanto, hay dos simultáneamente ciclos de carrera, los llamados Temporale y Sanctorale. En caso de conflicto de fechas, generalmente se da preferencia a la fiesta del Temporale: su liturgia se celebraría con la inclusión de breves oraciones conmemorativas de la fecha sustituida del Sanctorale. El día litúrgico consta de Misa y Oficio. Éste último es una serie de ocho servicios que comienzan con Maitines (llamados Vigilias en la Edad Media por su celebración en las primeras horas de la mañana antes del amanecer). Siguiendo Laudes, un servicio de alabanza; estaba previsto que comenzara justo cuando los primeros rayos del sol naciente eran visibles a través de las ventanas orientales del coro. Siguieron las cuatro "pequeñas horas" del día: Prima, Tercia, Sexta y Nona; debían cantarse en la primera, tercera y sexta (mediodía) y novena hora del día solar romano, aunque Nona podía realizarse inmediatamente después de la Sexta para permitir un período de trabajo más largo por la tarde. Las Vísperas se cantaron temprano en la noche y poco después se cantaron completas al anochecer. El cuerpo principal de los textos del oficio lo proporcionó el Libro de los Salmos, que se cantó en su totalidad en el transcurso de una semana. Además de los salmos, cada oficio incluía un himno estrófico, breves pasajes de las Escrituras y varias oraciones y cánticos breves. En cada servicio, además de los de la madrugada, se incluía también un cántico bíblico, mientras que los Maitines, los más elaborados de los oficios, tenía una serie extendida de lecturas. Se estima que en la época de St. Benedicto, todo el oficio habría necesitado unas cuatro horas para recitar, pero hacia el siglo IX y X cuanto más estilo elaborado de cantar habría requerido posiblemente el doble de ese tiempo en un día normal y considerablemente más largo en días festivos importantes. Éste es un punto de cierta importancia musical. La élite intelectual de Europa se dedicaba durante buena parte del día, siete días a la semana, 365 días al año, desde la infancia hasta la muerte, a cantar el canto gregoriano. Seguramente ésto tiene al menos alguna relación con la existencia de un corpus musical de tan asombrosa belleza y cantidad. La Misa comunitaria se celebraba generalmente después de la Tercia. Era el punto culminante del día litúrgico, y en un gran monasterio o catedral del siglo IX o X se realizaba con gran ceremonia en el altar mayor en el extremo este del coro. Los distintos niveles del clero participaron de diferentes maneras y utilizaron libros litúrgicos que contenían sólo aquellos textos apropiados a su función. El sacerdote celebrante fue el abad u obispo residente; su libro, llamado sacramentario, tenía sólo el texto del canon u oración eucarística que decía en silencio en cada misa, y las tres oraciones y prefacio que variaban cada día. (El término litúrgico estándar para un elemento que varía es un elemento Propio, y para uno que es el mismo todos los días, un elemento Ordinario). El tono de recitación que empleaba el celebrante para las oraciones era sencillo y no requería de notación; consistía en un solo paso con estándar. Existen muy diversos tipos de cantos de cantos gregorianos, dependiendo de los textos que se trate. Se supone que el papa Gregorio emprendió la estandarización de la música a finales del siglo VI y principios del VII; por esa razón éste tipo de canto eclesiástico lleva su nombre. En la Edad Media y en el Renacimiento –en la obra de Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem o Josquin Desprez, por ejemplo- las melodías corales forman a veces el llamado cantus firmus, en el que se apoyan composiciones a varias voces. Los modos eclesiásticos o gregorianos son una variedad de escalas diferentes. Utilizamos el término con relación a la música de la antigua Iglesia católica, que conocía un total de ocho modos. El primer modo es el dórico, el tercero el frigio, el quinto el lidio y el séptimo el moxolidio. Se puede reconocer en sus nombres la herencia de la Grecia antigua. Cada modo tenía su propia estructura. Los primeros cuatro modos auténticos: dórico: re, mi, fa, sol, la, si, do, re; frigio: mi, fa, sol, la, si, do, re, mi; lidio: fa, sol, la, si do, re, mi, fa; mixolidio: sol, la, si, do, re, mi, fa, sol. Junto a ésos llamados modos auténticos, existieron los modos plagales, que utilizaban la misma nota de base que su paralelo auténtico (re en Dórico, mi en Frigio, etc.), pero que comenzaban una cuarta por debajo del mismo. Se utilizó el prefijo "hipo" para designar a éstos modos plagales: hipodórico: la, RE, la; hipofrigio: si, MI, si; hipolidio: do, FA, do; hipomixolidio: re, SOL, re. Se llama pentagrama al conjunto de líneas sobre las cuales se escribe la música. En la actualidad se utiliza el pentagrama de cinco líneas, con la excepción del canto gregoriano, que tradicionalmente está registrado sobre sólo cuatro líneas: tetragrama. Perotin (1200), magíster Perotinus magnus (maestro Perotin el grande) fue el sucesor del compositor Leonin en Nôtre Dame de París. Se convirtió en el impulsor de la escuela de compositores que lleva el nombre de ésta catedral y que nos ha legado uno de los primeros testimonios de la música polifónica. De Perotin se han conservado organa a tres y cuatro voces –una de las formas de música polifónica más primitivas- La forma más sencilla del organum consistía en una segunda voz que, con intervalos de cuarta o quinta (qart- o quintaganum), componía una melodía coral muy original. A lo largo del siglo XII había evolucionado tanto que ya no se limitaba a una voz paralela, sino que el elemento se desarrollaba tanto melódica como rítmicamente de manera independiente, aunque, como antes, el canto coral seguía marcando la pauta. A partir de la caída del Imperio Romano se desarrollaron los cantos pregregorianos: Milán con sus territorios vecinos desarrollarán a partir del siglo IV una importante liturgia que aún se conserva, no exenta de reminiscencias de Oriente. El repertorio milanés se conoce también como el nombre de ambrosiano en homenaje al obispo San Ambrosio (397) impulsor del culto en la región. Roma, la metrópoli, cuya liturgia y canto llamado romano antiguo perduró en la ciudad eterna hasta finales del siglo XIII. Sus relaciones con la Galia desembocarán a mediados del siglo VIII por razones políticas en una nueva práctica que no asumirían de manera inmediata. Benevento, la zona sur de Italia, tuvieron también sus liturgias específicas de las que apenas conservamos documentación, pero muestra suficiente de la facilidad de crear prácticas litúrgicas propias. El norte de África, pionero en la traducción de la Biblia al latín, nos ha dejado entre los testimonios de los antiguos Padres la prueba de una fecunda creación litúrgica y de los orígenes de formas y estilos que más tarde se desarrollarán. Algunos vestigios del repertorio de las Islas Británicas, que más tarde desembocaría en el llamado rito Sarum o de Salisbury. La Galia franca conoció uno o varios repertorios llamados galicanos, resultado de la fragmentación política de su territorio, hasta la adopción de un nuevo repertorio en el siglo VIII. Su papel, junto a Roma, será clave en la futura gestación y difusión del canto gregoriano. La Hispania visigoda, cuna de importantes liturgistas y legisladores eclesiásticos, desarrolló una liturgia y un canto conocidos como hispano o hispano-visigótico que con el tiempo recibiría el nombre de mozárabe, a pesar de que sus raíces aparecen ya documentadas siglos antes de la presencia árabe en la península: "Cuando hace casi dos mil años el mensaje cristiano abandonó los santos lugares y comenzó a extenderse hacia Oriente y Occidente, se inició una aventura que para la historia de la cultura, y no solamente para la historia de la música, resultó ser apasionante. En los primeros momentos la expresión del rito adoptó la lengua griega, y partir del siglo IV en Occidente sería el latín la lengua oficial, y con el Edito de Milán (313) el emperador Constantino abría la puerta al culto público de los así llamados cristianos, hasta entonces proscrito. Con el tiempo las antiguas basílicas romanas comenzaran a utilizarse como lugares de reunión. Los hasta entonces casi invisibles actores litúrgicos se convertirán en los verdaderos protagonistas y con ellos el culto alcanzará una complejidad desconocida por los seguidores de Cristo. Pero en ésta época se está lejos de toda centralización… Los antiguos centros de poder político-administrativo del Imperio Romano se convirtieron a su vez en los centros que desarrollarán sus costumbres litúrgicas sobre una base común entroncada en prácticas judías y orientales, pero buscando una idiosincrasia propia. El mosaico de liturgias llamadas pregregorianas que hoy conocemos obedece, pues, a divisiones regionales en las que se observa la herencia de la antigua administración del imperio… No sabemos muy bien qué ocurrió en ésos años en la Galia carolingia, pero los liturgistas y musicólogos del siglo XX han comparado los manuscritos copiados para el uso de Roma (conservados en copias de los siglos XI-XIII) que pudieron contener el canto y la liturgia oída en la Galia con ocasión del encuentro entre el papa y Pipino, con los testimonios de un repertorio que comenzó a difundirse por toda Europa a partir del siglo IX, llegando a formular una hipótesis compartida por la mayoría de los investigadores. Durante los años posteriores al encuentro de Saint-Denis, y como resultado del deseo de adopción del canto y de la liturgia de Roma por parte de los carolingios, se produjo una hibridación entre los dos repertorios. De la fusión del canto galicano con el romano nació un repertorio nuevo que con el tiempo y la imaginación se llamaría Canto Gregoriano. Sus textos y el armazón melódico vendrían de Roma, mientras que la ornamentación sería la propia de la Galia. Éste nuevo repertorio, que podemos llamar romano-franco, adoptado primero en la Galia, con los deseos unificadores carolingios, terminaría imponiéndose a las demás liturgias regionales mencionadas antes. Y en su intento de suplantación de las otras prácticas buscaría argumentos de autoridad para imponerse. Uno de los más destacados es su atribución al papa San Gregorio (604)" (Asensio, pp. 389, 390, 391, 392). En el canal de YouTube zevnikov se puede disfrutar el Coro de Niñas St. Stanislav del Gimnasio Clásico Diocesano en la Santa Iglesia de San José, Poljane, Ljubljana, interpretando obras de Hildegard de Bingen: De Spiritu Sancto, Caritas abundant in Omnia, O ignis Spiritus paraclitis, O Virtus Sapentiae.  Hace novecientos años que Hildegard von Bingen (1098-1179), ese talento universal –más bien habría que decir genio universal- de la Edad Media, nació en las cercanías de Alzey, en el Palatinado. Hildegard descendía de la estirpe de los Bermersheim, y fue educada desde los ocho años en un monasterio benedictino. Tras la muerte de su maestra en 1136, se convirtió en su sucesora, con consecuencias sencillamente insólitas: fundó un monasterio en Rupertsberg, cerca de Bingen, y muy pronto entró a  formar parte de las personalidades sobresalientes de su época: mantuvo correspondencia con papas, emperadores, reyes, arzobispos, abates y abadesas, miembros del clero menor y laicos; cumplió misiones de carácter político y diplomático, fue autora de escritos místicos, formuló sus visiones, escribió tratados sobre temas médicos y científicos. Ante toda ésta diversidad, sólo se puede sospechar el papel que debió de desempeñar la música para Hildegard. Probablemente significara tan solo un ornamento en una actividad que abarcaba todos los aspectos de la existencia. Sin embargo, también podría pensarse que entonces todavía no existía ésa línea divisoria que solemos trazar en la actualidad entre la vida cotidiana y el arte: todo era una expresión de la vida. Las composiciones de Hildegard –una serie de cantos litúrgicos y la opereta Ordo virtutum- superan con mucho los límites de lo que era habitual en su época. La música compuesta por la llamada sibila del Rin era de una fuerza extasiante tal, que casi un milenio más tarde todavía constituye un enigma para los investigadores. El destino de la obra poética de Hildegard, acompañada de notación musical para ser cantada, era la liturgia de su monasterio en Rupertberg. El arte musical es el camino que conduce hacia la armonía celeste y en el canto se manifiesta el Espíritu divino. Los poemas compuestos por Hildegard para la liturgia, acompañados de su notación musical, están reunidos en la Symphonia armonie celestium revelationum. Ésta obra, compuesta entre los años 1151-1158, conforma un ciclo litúrgico con más de 75 cantos espirituales. Hay 43 antífonas, 18 responsorios y 14 himnos. La música dela virgen Hildegard está pensada para añadir un grado más alto de contemplación a la liturgia. Toma a menudo la forma de una declamación lenta y solemne destinada a que el oyente integre en cada palabra y construya en su mente la imagen que, cobrando vida, podrá ser contemplada. Así pues, concibe el mundo musical como vía de acceso al mundo divino. Hildegard fue consciente de ésa magia e intentó potenciarla al máximo para alcanzar lo celeste. La maestra de Andernach escribió a Hildegard. A sus oídos había llegado algo insólito que superaba su capacidad de comprensión, y le pedía una explicación. Se decía que los días de fiesta, las vírgenes de su monasterio estaban en el coro "cantando los salmos con los cabellos sueltos, y que como adorno llevaban unos velos de seda de un blanco resplandeciente hasta el suelo, y sobre sus cabezas unas coronas de oro con cruces a cada lado y detrás, y en la frente la figura de un cordero muy bien grabada. También llevaban en los dedos anillos de oro". Tengswich de Andernach recordaba a Hildegard la enseñanza de San Pablo recomendando modestia a la mujer (1Tim 2,9; 1Cor 1, 26). Hildegard y sus monjas iban al coro como si ya estuviesen en el cielo. Los días de fiesta dejaban en la percha la negra túnica benedictina y se vestían túnicas resplandecientes, lino o seda, emulando a las vírgenes de las procesiones celestes descritas en el Apocalipsis. Y, no tardó en justificarlo en la respuesta a la Maestra: el Apóstol escribió de la mujer casada que debe agradar y estar sumisa al marido. "La mujer no debe crecerse en sus cabellos, ni adornarse, ni llamar la atención con coronas ni cosas de oro si no es por voluntad de su marido y para complacerle en justa medida". Pero todo ésto nada tiene que ver con la virgen. Ella se encuentra en la simplicidad e integridad de la belleza del paraíso, que nunca apareció árido (…) La virgen no tiene el precepto de ocultar el verdor de sus cabellos, sino que los oculta por propia voluntad y debido a una gran humildad (…) Las vírgenes están unidas al Espíritu Santo de la santidad y en la aurora de la virginidad. De ahí que sea apropiado que vayan al Sumo Sacerdote como holocausto ofrecido a Dios. Por ello es justo que la virgen lleve un vestido blanco resplandeciente (…) que es claro significado de su boda con Cristo, Debe atender a que su espíritu esté afianzado por la pureza: "El monje Odo de Soissons apreciaba las composiciones de Hildegard como Nuevos modos de cantos. Era ciertamente un Cántico nuevo la armonía que llenaba cada día la iglesia conventual de Rupertberg. Nuevo por inspirado, nuevo por el uso de intervalos de cuarta y quinta en una época en que rara vez se superaba el intervalo de tercera, y sobre todo por la frecuencia de amplios rangos tonales para una sola silaba, sosteniendo notas muy agudas. Por lo demás, Hildegard emplea la técnica monofónica, el melisma y la notación propias de su época, dando expresión con frases melódicas que impulsan a la voz a ser más rápida para luego ralentizarse. El estilo musical de la santa Virgen es valorado de modo muy diverso por los estudiosos. Para unos, resulta primitivo, desconcertante o vanguardista. Otros hablan de líneas melódicas angulares y góticas, incluso gregorizante sin ser gregoriano, en todo caso novedoso… Cuando Adán estaba en el Paraíso conversaba con los ángeles, "se regocijaba en la divina dulzura y alabanza con los ángeles de Dios". Continúa explicando la autora en la carta citada, que los ángeles por su naturaleza espiritual tienen la voz perfectamente armoniosa, y Adán tenía una voz angélica, como ellos. Perdida la inocencia, Adán perdió aquella voz espiritual, armoniosa y bella. Fuera del paraíso apenas podría recordarla, se hallaba como un hombre que al despertar del sueño, retorna ignorante e inseguro de lo que ha visto. La tiniebla de la ignorancia le había envuelto en sus velos… En la voz de Adán antes de la caída estaba toda la suavidad del sonido de la armonía y de todo el arte de la música antes de que se perdiera. Y si hubiera permanecido en el estado en que fue formado, la fragilidad del hombre mortal no habría podido soportar la fuerza y sonoridad de aquella voz. A la voz angélica, según la santa virgen, correspondió un lenguaje perdido que ella intentó descifrar y llamó lengua ignota. En el Medievo se diferenciaba la música natural y la artificial. Hildegard pudo haber conocido el pensamiento del teórico carolingio Regino de Prüm, quien asociaba la música humana de Boecio con el canto y distinguió la música artificial de la natural, valorando más ésta segunda. Según éste autor, la música artificial se logra mediante el ingenio y el talento humanos, y existe en algunos instrumentos, mientras que la música natural no se hace con instrumentos ni al contacto de los dedos ni por instigación del hombre; está modelada por la sola naturaleza mediante la inspiración divina y existe en los cielos y en la voz humana. La música vocal es pues, al mismo tiempo, natural e inspirada, y Regino la identifica explícitamente con el canto compuesto en los ocho modos litúrgicos" (Triviño Monrabal, pp. 91, 92, 98, 99).

Yuki Takano ©

La iniciación masónica.

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Karen Armstrong en "Defensa de Dios, el sentido de la religión" (PAIDÓS, 2009) expone que en los misterios que se representaban cada año en la fiesta del Corpus Christi, los hombres y mujeres medievales se sentían libres para cambiar los relatos bíblicos, añadir personajes nuevos y trasladarlos a un escenario contemporáneo. Ésos relatos no eran históricos en el sentido en que nosotros lo entendemos, porque eran más que historia. En la mayoría de las culturas premodernas, había dos maneras de pensar, hablar y adquirir conocimiento. Los griegos las llamaban mythos y logos. Ambas eran esenciales y no se consideraba que ninguna de ellas fuera superior a la otra; no estaban en conflicto, sino que eran complementarias. Cada una tenía su esfera propia de competencia, y se consideraba imprudente mezclarlas. Logos era el modo pragmático de pensamiento que permitía a la gente funcionar de manera eficaz en el mundo, pero tenía sus límites: no podía aliviar el dolor humano ni descubrir el sentido último de las luchas de la vida. Para éso, la gente se volvía al mhytos. Actualmente vivimos en una sociedad de logos científico, y el mito ha quedado desprestigiado. En el habla común, un mito es algo que no es cierto. Pero, en el pasado, el mito no era una fantasía autocomplaciente; más bien, como el logos, ayudaba a la gente a vivir de manera creativa en nuestro desconcertante mundo, aunque de un modo diferente. Los mitos pueden haber contado historias sobre los dioses, pero, en realidad, se centraban en los aspectos más esquivos, desconcertantes y trágicos de la difícil situación humana que caen fuera del alcance del logos. Si un mito describía a los héroes deslizándose por los laberintos, descendiendo al mundo inferior o luchando con monstruos, no se pensaba que se tratara de una historia basada en hechos reales. Estaban concebidos para ayudar a las personas a moverse por las regiones oscuras de la psique, que son de difícil acceso pero que influyen profundamente en nuestro pensamiento y nuestra conducta. La gente tenía que entrar en los laberínticos pasajes de su mente y luchar con sus demonios personales. Pero el mito no sería eficaz si los seres humanos se limitaran a creer en él. El mito era sobre todo un programa de acción. Podía ponerle a uno en la postura psicológica o espiritual correcta, pero le correspondía a cada cual dar el paso siguiente y hacer que la verdad del mito fuera una realidad en su propia vida. La única manera de evaluar el valor y la verdad de cualquier mito era actuar sobre él. El mito del héroe, por ejemplo, que asume la misma forma en casi todas las tradiciones culturales, enseñaba a desbloquear el potencial heroico que hay en cada individuo. Más tarde, los relatos sobre figuras históricas como el Buda, Jesús o Muhammad se ajustaron a éste paradigma, a fin de que sus seguidores pudieran imitarles. Puesto en práctica, el mito podía decirnos algo profundamente verdadero acerca de nuestra humanidad. Nos mostraba cómo vivir de manera más fecunda e intensa, cómo hacer frente a nuestra mortalidad y cómo soportar el sufrimiento del que la carne es heredera. Pero si no logramos aplicarlo a nuestra situación, el mito se mantendrá como algo abstracto e increíble. Desde fechas muy remotas, los seres humanos reactualizaban repetidas veces sus mitos en ceremonias que representaban esquemáticamente ésos acontecimientos, que actuaban estéticamente sobre los participantes y que, como cualquier obra de arte, los introducía en una dimensión más profunda de la existencia. De éste modo, mito y ritual eran inseparables. La religión, por lo tanto, no era básicamente algo que se pensara o un asunto de libertad de creencias, salgo que había que hacerse en público y en privado. La religión era un asunto de actores públicos y privados, en un acto de ciudadanía, no de espectadores. Perdimos el arte de interpretar los relatos antiguos de los dioses paseando por la Tierra, de los muertos saliendo de las tumbas o de los mares abriéndose milagrosamente. Empezamos a interpretar conceptos tales como fe, revelación, mito, misterio y dogma de una manera que habría resultado muy sorprendente para nuestros antepasados. En particular, el significado de la palabra creencia cambió, de tal modo que la aceptación crédula de unas doctrinas se convirtió en el prerrequisito de la fe, hasta el punto de que, en la actualidad, con frecuencia hablamos de las personas religiosas como creyentes, no como actores de un drama cósmico. En todas las tradiciones religiosas, hay que hacer el bien. El laicismo entendido como una separación entre la Iglesia y el Estado es destructor de la vida. Si la religión se queda dentro de la esfera privada liberal, se convierte en una forma de egocentrismo, de egoísmo e indiferencia por el mundo. Pero la religión se desarrolló como una reacción contra las injusticias cometidas por el Estado. Ningún Estado está a la altura de sus ideales. Una de las características peculiares de la mente humana es su capacidad de tener ideas y experiencias que exceden nuestra comprensión conceptual. Llevamos constantemente nuestros pensamientos a un límite, de manera que nuestra mente parece desvanecerse de modo natural en una aprehensión de trascendencia. La música ha sido siempre inseparable de la expresión religiosa, porque, como la religión en su expresión más depurada, señala los límites de la razón. Dado que un territorio se define por sus límites, se sigue que la música debe ser definitivamente racional. Es la más corpórea de las artes: es producida por la respiración, la voz, el crin, las caracolas, las tripas y los pellejos, y logra resonancias en nuestro cuerpo en niveles más profundos que la voluntad o la consciencia. Pero es también muy cerebral, e implica un equilibrio de energías y unas relaciones formales intrincadas y complejas, y está muy relacionada con las matemáticas. Sin embargo, ésta actividad intensamente racional se prolonga como trascendencia. La música va más allá del alcance de las palabras: no habla sobre algo. Los últimos cuartetos de Beethoven no representan la tristeza, sino que la provocan tanto en quien los escucha como en quien los interpreta; y, no obstante, no es una experiencia triste. Como la tragedia, procura un placer y un discernimiento intensos. Sentimos que experimentamos directamente la tristeza en una forma que trasciende el ego, porque no es mi tristeza, sino la tristeza misma. En la música, por tanto, lo subjetivo y objetivo se hacen uno. El lenguaje tiene límites que no podemos atravesar. Todos los días, la música nos enfrenta a un modo de conocimiento que desafía el análisis lógico y la prueba empírica. La música rebosa de significados que no traducimos a estructuras lógicas ni a expresión verbal. De ahí que todo arte aspire constantemente a la condición de música; lo mismo en sus momentos más altos, hace la teología. Los griegos tenían una visión del mundo exclusivamente trágica. Sus rituales estaban concebidos para enseñar a los participantes a aceptar el dolor de la vida haciendo que se enfrentaran abiertamente a lo indecible. Todos los años, en el festival de las Tesmoforias, por ejemplo, representaban la historia de Deméter, diosa del grano que proporcionó la base económica de la civilización. Había dado a Zeus una hermosa hija llamada Perséfone. Aunque Zeus sabía que Deméter nunca estaría de acuerdo con ese matrimonio, había prometido la muchacha a su hermano Hades, señor del mundo inferior, y le ayudó a raptarla. Consternada y furiosa, Deméter dejó el Olimpo y retiró sus beneficios a la humanidad. Sin grano, los seres humanos empezaron a pasar hambre, así que los olímpicos dispusieron el regreso de Perséfone a condición de que cada año pasara cuatro meses con su esposo. Cuando Perséfone se reunía con su madre, la Tierra se llenaba de flores, pero cuando regresaba al Hades, durante el invierno, parecía morir en simpatía con ella. Las Tesmoforias obligaban a los griegos a imaginar lo que podría haber sucedido si los favores de Deméter se hubieran retirado de manera permanente. Las mujeres casadas dejaban a sus maridos y, como la diosa, desaparecían de la polis. Juntas ayunaban, dormían en el suelo como habían hecho las gentes en los tiempos primitivos, y maldecían ritualmente al sexo masculino. El festival obligaba a los griegos a contemplar la destrucción de la civilización, que dependía de la institución del matrimonio, y apreciaban el antagonismo real que existía entre los sexosTambién meditaban sobre la catástrofe que sobrevendría si los cultivos dejaran de crecer. Al final del festival, las mujeres iban a sus casas y la vida volvía a la normalidad, pero todo el mundo era consciente de que la alternativa era una pavorosa posibilidad que estaba ahí. Pero cuando en la polis se desarrolló el concepto de individuo, los griegos desearon una espiritualidad más personal junto al culto público, y desarrollaron el culto de los Misterios. La palabra misterio precisa ser aclarada. El musterium no era ni un vago abandono de la racionalidad ni un revolcarse de forma inmoderada en un galimatías. En realidad, los Misterios tendrían un efecto profundo en el nuevo racionalismo filosófico. Musterion significaba iniciación; no era algo que se pensaba, sino algo que se hacía. El más célebre de los Misterios se celebraba anualmente en Eleusis, a unos treinta kilómetros al oeste de Atenas. Los Misterios que se desarrollaron durante el siglo VI eran psicodramas cuidadosamente elaborados en los que los mystai ("iniciados") tenían una experiencia abrumadora de lo sagrado que, en muchos casos, transformaba enteramente su percepción de la vida y la muerte: "Cada otoño, una nueva serie de mystai se aprestaba de forma voluntaria a la iniciación. Lo que sucedía dentro del salón de culto se mantenía en secreto, porque un mero recital de acontecimientos parecía una cosa trivial a alguien ajeno, pero el secreto implica que sólo tengamos atisbos parciales de lo que sucedía. Parece, sin embargo, que los mystai reactualizaban la estancia de Deméter en Eleusis. Como cualquier iniciación, éstos rituales eran aterradores. Los mystai entendían que los ritos y el mito de Eleusis eran simbólicos… Mhytos era theologia ("hablar acerca de un dios"), y, como cualquier discurso religioso, sólo tenía sentido en el contexto de los ejercicios disciplinados que los convertían en algo vivo. El hecho de que el mito no se pudiera interpretar de forma literal lo hacía más eficaz… Los ritos permitían a los mystai participar en el sufrimiento de Deméter. Su culto mostraba que no había vida sin muerte. Las semillas tenían que ser enterradas en las profundidades de la tierra antes de pudieran producir el alimento vivificante; por eso Deméter, diosa del grano, era también señora del mundo inferior. El misterio obligaría a los iniciados a afrontar su propia mortalidad, a experimentar el terror de la muerte y a aprender a aceptarla como parte integrante de la vida… Empezaba en Atenas, donde los mystai ayunaban durante dos días enteros, sacrificaban un cerdito en honor de Perséfone, y se ponían en camino, en enorme tropel, en la larga y calurosa marcha a Eleusis… Los epoptai, que habían sido iniciados el año anterior, caminaban con ellos, insultando y amenazando a los mystai, mientras pedían hipnóticamente a Dionisos, dios de la transformación, que condujera a la multitud en una excitación febril. Cuando los mystai llegaban a Eleusis, confusos, eufóricos, exhaustos y asustados, era de noche, y eran conducidos bruscamente como un rebaño de un lado para otro por las calles, a la luz de las antorchas parpadeantes hasta que, completamente desorientados, se hundían por fin en la oscuridad de la sala de iniciación. A partir de éste momento, tenemos sólo breves atisbos inconexos de los ritos. Se sacrificaban animales; había un acontecimiento impactante –puede que un niño fuera empujado, como el pequeño Demofonte, al fuego, para ser indultado sólo en la hora undécima- y una "revelación". Se sacaba algo –tal vez una gavilla- de un cesto tapado. Pero el misterio acababa con alegría, con cuadros que representaban el regreso de Perséfone del mundo de los muertos y su reunión con su madre. No se impartía ninguna doctrina secreta en la que los mystai tuvieran que "creer". La revelación tenía sentido sólo como culminación de la intensa experiencia ritual" (Armstrong, pp. 81, 82). La historia de la ópera comienza a finales del siglo XVI en Florencia, en donde un círculo de nobles y artistas intelectuales trataban de recuperar la antigua tragedia griega, pronto lograron producir unas primeras obras escénicas, composiciones relativamente sencillas acerca de Orfeo y Eurídice y otras figuras mitológicas. El nuevo género no tardó mucho tiempo en propagarse por toda Europa. El primer punto culminante en su desarrollo se alcanza al principio del siglo XVIII, cuando compositores como George Friedric Händel pasan a ser considerados estrellas de la ópera. En Francia se crea, gracias a la personalidad sin competencia de Jean-Baptiste Lully, un tipo diferente de ópera, en la cual el ballet desempeñaba un papel importante. La ópera romántica alemana, a cuya cabeza se encuentran las obras de Carl Maria von Weber El cazador furtivo, Euryanthe y Oberon, conduce de forma directa a los colosales dramas de Richard Wagner, quien calificó sus producciones como festivales escénicos, y convirtió el teatro de ópera en un templo. Hasta el día de hoy, éste género sigue manteniendo su fascinación. Después de casi cuatrocientos años, siguen componiéndose y escenificándose nuevas óperas. La primera ópera de Claudio Monteverdi apareció en el año 1607, y fue escrita para el duque de Mantua: se trata de Orfeo, que narra la famosa historia del legendario cantor que pierde a su amada Eurídice por un golpe del destino y baja a los infiernos, donde embelesa con su canto al propio dios del reino de los muertos, que al final le devuelve a Eurídice. (El hecho de que Orfeo se dé la vuelta durante el camino de regreso, infringiendo así la única condición impuesta, constituye la nota amarga de éste mito). Una segunda opera de los años de Mantua es L´Arianna, que trata del destino de la princesa cretense Ariadna, abandonada en la isla de Naxos por el príncipe ateniense Teseo después de haberla rescatado del laberinto del minotauro. De ésta obra sólo se ha conservado el célebre Lamento d´Arianna (Lamento de Ariadna). El texto es del aristócrata florentino Ottavio Rinuccini, quien también fue el autor de los textos para el ballet de Claudio Monteverdi Il Ballo dell´Ingrate (El baile del ingrato). Otra obra, Il Combattimiento di Tancredo e Clorinda (El combate de Tancredo y Clorinda), le permite a Monteverdi presentar un nuevo estilo desarrollado por él, el stile concitato (estilo vivo, agitado), en el que interpretaba los principios de Platón, el filósofo de la Antigüedad. Además del estilo concitato, está también el stile molle (estilo suave), para la humildad, y el stile temperato (estilo moderado), para expresar la emoción humana correspondiente. También se han conservado dos óperas de los años pasados en Venecia: Il Ritorno d´Ulisse in Patria (el retorno de Ulises), puesta en escena en el año 1640, y L´Incoronazione di Poppea (La coronación de Popea), puesta en escena dos años después: ésta ópera trata del tristemente célebre emperador Nerón y su amor por la cortesana Popea. El adjetivo clásico y el sustantivo clasicismo tienen varios significados. En sentido estricto, éstas expresiones hacen referencia a una época relativamente corta de la historia de la música –más o menos desde 1740/1750 hasta 1810/1815-, durante la cual ejercieron su influencia los grandes maestros del clasicismo vienés: Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. Beethoven se encuentra ya en el límite con el romanticismo. Generalmente se define también como clásica toda la música que no puede catalogarse como jazz o pop. No era casual el alto número de músicos que ingresaban en la masonería durante éstos años. Al ser las tenidas masónicas un tiempo y espacio sometido a una cierta liturgia, la música desempeñaba un papel capital para enfatizar ciertos momentos y escenas del rito. De hecho, uno de los oficiales de la logia, el maestro de armonía, era un músico encargado de ejecutar o dirigir las piezas musicales durante las ceremonias. En la medida en que muchas de éstas piezas musicales fueron compuestas para acompañar el ritual masónico, es lógico que contuviera una potente e inequívoca carga simbólica y emotiva. Tales fueron las piezas específicamente inspiradas en la masonería, o creadas por compositores masones como Johann Christian Bach, François Couperin, Jean Philippe Rameau, Joseph Haydn, Félix Mendelssohn, Franz Liszt, Guiacomo Puccini, Héctor Berlioz, Jan Sibelius, etc. Johann Christian Bach (1753-1782) compositor y organista, el hijo del famoso compositor Joann Sebastian Bach, fue iniciado en la logia de Las Nueve Musas de Londres en 1776 que alcanzó la maestría en 1778; Franz Liszt (1811-1886) fue iniciado en la Logia La Unión de Frankfurt en 1841, pasado a compañero en 1842 y elevado a la maestría en 1870. Wolfgang Amadeus Mozart era miembro de los Iluminados de Baviera: Adam Weishaupt (Espartaco), barón de Knigge (Filón de Alejandría), Heinrich Johann Pestalozzi (Alfredo), Johann Wolfgang von Goethe (Abaris), Johann Gottfried von Herder (Dámaso), duque Carlos Augusto de Sajonia-Weimar (Esquilo), príncipe Ernst de Sajonia-Ghota-Altenburg (Timoléon), príncipe Augusto de Sajonia-Ghota-Altenburg, duque Ferdinand de Brunswick-Lüneburg (José), príncipe Carl Aloys Lichnowsky von Woszczye (Maecenas), conde Marschall (Filostrato), conde Künigl (Demetrio), canónigo Joseph de Delling (Pansa), barón de Frauenberg (Trajano), conde J. de Koenigsfeld (Augusto), barón de Strommer (Atico), conde de Taufkirch (Pompeyo), barón de Montgelas (Museo), marqués de Costanzo (Diodemenes), conde Lodron (Numa Pompilio), barón Horstein (Vespasiano), consejero Dufriène (Menio), canónigo Bernat (Antístenes), conde Spaur (Hector), barón de Fuell (Filocteto), barón Gumpenberg (Proteo), consejero Frohnhofer (Raimundo Lulio), consejero Werner (Menelao), conde reinante de Stalberg (Campanella), conde Toering-Seefeld (Ulises), conde Alessandro Savioli (Brutus), conde Montalbano (Cassius), conde Petronius (Perseus), conde Portia (Serócrates), conde Colloredo (Zenón), barón Tomasso Francesco Maria Bassus (Annibal), barón Franz Dietrich Ditffurth (Minos), etc. La moda dieciochesca de la sociabilidad ilustrada explica el inusitado crecimiento, en cantidad y calidad, de los Iluminados de Baviera. Se trataba de una asociación que, como tantas otras de la época, aprovechaban el tirón de los movimientos Iluministas que proponían reformas educativas, sociales y políticas frente a la intolerancia y el dogmatismo. Recordemos que en 1773 el propio papa Clemente XIV había suprimido la Compañía de Jesús mediante el breve Dominus ac Redemptor, de modo que el descontento contra los jesuitas sería capitalizado por los Iluminados de Baviera al acoger a la élite que combatía el fanatismo y la intransigencia. Inicialmente, la finalidad de los Iluminados de Baviera era esencialmente educativa. Pretendían favorecer las ideas de la Ilustración o Iluminismo (Aufklärung) frente a los defensores de la superstición. Al poco, concibieron la idea de difundir su programa ilustrado situando a sus miembros en los puestos de influencia social tal y como hacían algunas Órdenes religiosas como la de los propios Jesuitas. En pocos años sus más de 40 logias contaban con miembros de la Orden situados en las principales casas reinantes, en puestos de alta responsabilidad política y administrativa, en universidades y academias, la oficialidad del ejército, el clero católico y protestante, la alta y mediana burguesía de médicos, comerciantes, preceptores de nobles familias, etc. El apoyo casi inmediato de tan altas personalidades, posibilitaron que la Orden de los Iluminados, con sede en el castillo de Sandersdorf, creciera muy rápidamente y alcanzara una cierta fama. La Illuminatenorden fue fundada en torno a 1776 por Adam Weishaupt (1748-1830), profesor de derecho canónico en la Universidad de Ingolstadt. Valiéndose de su experiencia como alumno de la Compañía de Jesús, se inspiró en ella para diseñar su Orden Iluminada, especialmente en lo relativo al voto de obediencia y su organización interna y jerarquizada. También ingresó en la masonería con el fin de conocer y adaptar su organización y rituales y, posteriormente, reclutar acólitos. Así, en 1777 fue recibido masón en la logia La Prudencia de Múnich, para luego integrarse en la logia Teodoro del Buen Consejo, en donde trabó amistad con el barón Adolf von Knigge, verdadero organizador de los Iluminados, practicante de ocultismo y, además, miembro de la Estricta Observancia con el nombre de eques a Cygn: "De ésta manera, provisto de rituales masónicos y de los Estatutos de la Compañía de Jesús, diseñarán una Orden no solo por completo ajena a la masonería sino enfrentada a ella, que se organizaba en tres grados: novicios, minervales y minervales iluminados. Respecto a su verdadero muñidor, Adolph Franz Freiderich Ludwig, barón von Knigge (1752-1759), prolífico escritor de historia política, sabemos que había sido iniciados el 20 de enero de 1772 en una logia de la Estricta Observancia en Kassel, atraído por las supuestas invocaciones y revelaciones de espíritus, aunque la abandonó al concluir que no eran más que trucos absurdos y malabares. Tras su decepción con la masonería templaria, en 1780 ingresó en la Orden de los Iluminados, y adoptó el nombre simbólico de Filo. Sus planes expansionistas y su concepción de lo que debía ser la Orden chocaron con Weishaupt, lo que le movió finalmente a abandonarla. Uno de los motivos de enfrentamiento entre Weishauot y Knigge se debía a que, frente a las tendencias utópicas, igualitarias y reformistas de aquél, el barón Knigge estaba más interesado en reclutar miembros de la alta aristocracia centroeuropea… La organización de los Iluminados se componía de una mezcla realmente explosiva: Iluminismo, jesuitismo y masonería… De los jesuitas, los Iluminados elogiaban el principio de que el fin justifica los medios. Por eso, los historiadores que han visto en la Orden de los Iluminados una máquina de guerra inventada por un antiguo alumno de los jesuitas para combatirlos, no están muy equivocados… Para ingresar o progresar en los grados, era obligatoria la lectura de ciertos textos de historia como los de Plutarco, Tácito, Tito, Livio, Montaigne… incluso, para conocer la historia de España, se recomendaba la lectura de Mariana. Su deseo de vuelta al mundo clásico y rechazo a ciertos tópicos de intolerancia cristiana se reflejaba en los nombres secretos o simbólicos que recibían los adeptos: Weishaupt escogió el nombre de Espartaco, líder de las revueltas esclavas romanas, Knigge adoptó el nombre del filósofo Filón de Alejandría, Goethe era Abaris, un mago escita. Por su parte, los aristócratas de la Orden preferían los nombres de emperadores o estadistas del imperio romano" (Alvarado Planas, pp. 720, 721, 722).

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Ludwig Van Beethoven.

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Las proporciones musicales pitagóricas diferían de la de los músicos medievales, los compositores de finales del primer milenio afrontaron el problema de la proporción entre las palabras y la melodía. En el siglo IX las voces de los diafonistas abandonan el unísono y cada una empieza a seguir una línea melódica propia, aunque conservando la consonancia del conjunto. El problema aumenta cuando la diafonía se pasa al discante, y de éste a la polifonía del siglo XIII. En el siglo XI el intervalo de quinta (do-sol) era catalogado de consonancia imperfecta y admitido en el siglo XII. El intervalo de cuarta aumentada, llamado en el medievo diabolos in music con el ejemplo del do-fa diesis, usado hasta el siglo XVI para obtener efectos de tensión por Bach, Mozart, Liszt, Musorgski, Sibelius, Puccini, Bernstein y Berlioz. Johann Sebastian Bach sobresale como una montaña de una genuina dinastía de músicos que se remonta hasta el siglo XV. En Köthen, la residencia de Sajonia donde Bach alcanzó su más alto estatus social en su condición de maestro de capilla de la corte, pudo vivir y crear sobre terreno fértil desde 1717 hasta 1723. Muchas de sus obras instrumentales provienen de ése periodo. En 1722 se convierte en chantre de la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, permaneció allí hasta el final de su vida, y en ése tiempo fue el responsable de la música eclesiástica, y durante muchos años también del Collegium Musicum de la universidad, que había sido fundada por su amigo Telemann. A raíz de su muerte, Bach se convierte en una especie de fósil, la reliquia de una época desaparecida mucho tiempo atrás, y no fue hasta el siglo XIX cuando se reconoció su verdadera importancia. Desde entonces es considerado uno de los grandes compositores de la historia de la música en general. Para orientarse, resulta de gran utilidad la numeración del catálogo de las obras de Bach (BWV; Bach-Werke-Verzeichnis), sin la cual podrían surgir algunas confusiones. Sobre todo en Leipzig, Bach escribió una impresionante cantidad de obras corales: cantatas para todo el año litúrgico (y para varios años), pasiones para la época de cuaresma (se han conservado dos de ésas composiciones, la Pasión según San Mateo y la Pasión según San Juan), oratorios de Semana Santa y Navidad, y muchas otras. Existe, además, otra serie de obras de carácter humorístico y profano, como por ejemplo la graciosa Cantata del café (BMV 211), en la que un padre intenta quitarle a su hija la costumbre de beber ese oscuro brebaje; o la composición Mer hahn en neue Oberkeet (BWV 212), conocida como la Cantata de los campesinos, que celebra en el más puro dialecto sajón la elección de un concejal. A ello se añaden varias piezas compuestas para vidas, cumpleaños y otras ocasiones festivas. Un lugar especial lo ocupa la gran misa en si menor, una obra católica de inconfundible carácter proselitista: con esa versión de la liturgia latina, la más extensa junto a la Misa solemnis de Ludwig van Beethoven, Bach pretendía llamar la atención hacia su persona del príncipe elector sajón Federico Augusto II. Johann Sebastian Bach escribió la mayoría de sus obras para órgano al principio de su carrera artística, sobre todo en los años que pasó en Weimar. Aquí encontraremos ejemplos tan imponentes como la tocata y la fuga dórica (BMV 538), el pasacalle y fuga en do menor (BMV 582) y la muy popular tocata y fuga en re menor (BMV 565), junto a otras muchas composiciones en las que Bach se muestra como uno de los más destacados virtuosos del órgano de su época. Los preludios corales, sin embargo, no servían necesariamente para exhibir las habilidades de un virtuoso. Se trata de variaciones compuestas a partir de canciones del año eclesiástico, cuyo objetivo era "preparar" a los fieles para esas celebraciones. Es cierto que las versiones de esas conocidas melodías también podían adoptar formas gigantescas, como ocurre por ejemplo en los movimientos que Bach reunió bajo el título Der Clavierübung dritter Theil (Para ejercitar el clave, tercera parte). Ni las seis Französischen Suiten (Suites francesas) (BMV 812-817) ni sus hermanas mayores, las seis Englischen Suiten (Suites inglesas) (BMV 806-811), contienen ningún indicio de características nacionales especiales. Bach las denominó, sencillamente, Suites pour clavecin (Suites para clavecín) o Suites pour clavecín avec préludes (Suites para clavecín con preludios). También las seis partitas (BMV 825-830) son suites compuestas a partir de estilizados movimientos de danza. Las Goldberg-Variationen (Variaciones Golberg) (BMV 988), sobre un tema del compositor Johann Gottlieb Golberg, fueron escritas para un mecenas que padecía de insomnio. Finalmente, los dos volúmenes de Das wohltemperierte Klavier (El clave bien temperado) (1722 y 1744) contienen cada uno veinticuatro preludios y fugas en todas las tonalidades mayores y menores: un compendio al que desde el siglo XIX se le denomina el Antiguo Testamento de los pianistas. Fue especialmente en Köthen donde Johann Sebastian Bach pudo ocuparse de la composición de música instrumental. Allí surgieron, por ejemplo, las tres sonatas y las tres partitas para violín solista (BMV 1001-1006), las cuales constituyen sin duda uno de los mayores desafíos para un intérprete de ese instrumento. Por otra parte, Bach nos dejó también seis suites para violonchelo solista (BMV 1007-1012), y seis sonatas para violín y clavicémbalo (BMV 1014-1019), así como tres sonatas de gamba y clavicémbalo (BMV 1027-1029). De ésos años data también una partita para flauta solista (BMV 1013), la cual es una prueba más de la profundidad con el que el compositor se ocupaba de las posibilidades de los instrumentos más habituales. Una gran celebridad alcanzaron los conciertos dedicados al margrave de Bandrenburgo (BMV 1046-1051), los cuales presentan, en un espacio relativamente breve, una gran variedad de formas y combinaciones instrumentales muy disímiles. A su lado están las cuatro suites para orquesta (BMV 1066-1069), en las que se hallan dos movimientos muy famosos en todo el mundo: el aria (en la suite en re mayor BMV 1068) y la badinerie para flauta y orquesta (movimiento final de la suite en si menor BMV 1067). En Leipzig vieron la luz también ocho conciertos para clavicémbalo solo (BMV 1052-1059), además de otras magnificas obras para dos, tres e incluso cuatro clavicémbalos. Sin duda alguna, las obras más olvidadas de Bach, Mozart y Beethoven por los ilustrados modernos son las sacras, especialmente las misas y las pasiones: "Después de la Misa en si menor de Johannes Sebastian Bach, es la Misa solemnis de Beethoven la más poderosa versión musical de la ordinarium missae latina. Una hora y media dura la obra que Beethoven concibió originalmente para la unción de su discípulo, el archiduque Rodolfo de Austria, como arzobispo de Olmütz. Pero las dimensiones fueron creciendo hasta lo inimaginable, y la obra sólo pudo quedar terminada mucho después. Menos imponente es la temprana misa en do mayor op. 86, mientras que el oratorio Christus am Ölberge (Cristo en el Monte de los Olivos) op. 85 forma parte de esas curiosidades musicales que jamás lograron imponerse. Dieciocho misas y el inconcluso Réquiem en re menor (KV 626) son los grandes aportes de Mozart a la música eclesiástica. Junto a ésta última obra, rodeada de misterios y compuesta en el lecho de muerte, han conquistado un lugar en los repertorios, sobre todo, la Krönungmesse (Misa de coronación) en do mayor (KV 317) y la gran misa en do menor (KV 427). Versiones abreviadas de la música litúrgica siguen escuchándose hoy en día ocasionalmente en conciertos en las iglesias o en misas. Salvo en los casos excepcionales mencionados, la música eclesiástica de Mozart sigue siendo tratada con desinterés. Por esa razón, no nos sorprende que de ésas composiciones litúrgicas menores sólo hayan ocupado un lugar en los repertorios dos de ellas: el Exsultate, jubilate (KV 165, de 1773, y la pegadiza Ave verum (KV 618), escrita por Mozart en 1791, el año de su muerte. Entre 1772 y 1780, Wolfgang Amadeus Mozart compuso diecisiete sonatas para la iglesia, las cuales constan de un solo movimiento y fueron presentadas en Salzburgo en los servicios religiosos, entre el Gloria y el Credo. A pesar de su formato reducido, no deben menospreciarse éstas obras incidentales para órgano y orquesta, la riqueza inventiva típicamente mozartiana las convierte en joyas de la bibliografía musical" (Van Hoogen, pp. 32, 33, 194, 195). Aunque la forma de pensar de Beethoven coincidía con el horizonte espiritual y fraternal de la masonería, no hay ningún documento que apoye inequívocamente su pertenencia a la Orden. Hay, sí, algunos indicios que podrían sugerir su pertenencia o, al menos, sus conocimientos sobre algunos símbolos esotéricos de la masonería. De entrada, uno de sus primeros maestros y mentores, Christian Gottlob Neefe, fue un masón del Sturm und Drang, y uno de los líderes de la Orden de los Iluminados de Baviera. Bajo su orientación compuso, entre 1782 y 1785, más de ocho piezas musicales. También fue apoyado por los masones en su promoción profesional. Así, cuando en noviembre de 1792 Beethoven se alojó en Viena, fue acogido por dos masones: Antonio Salieri y Franz Joseph Haydn. Éste último le aceptó como discípulo y muchos de los alumnos de Haydn se convirtieron en amigos o protectores de Beethoven, entre ellos, la condesa Thun. Otros masones e iluminados relacionados con Beethoven fueron Nikolaus Simrock, Franz Ries, von Schall, Johann Peter Eichoff, Johann Joseph Eichoff. De entre sus primeros protectores cabe citar al príncipe Joseph Lobkowitz (1772-1816), al conde Andreas Razumovski (1752-1836), al conde Moritz Fries (1777-1826), al barón Gottfried van Swieten (1773 o 1734-1803), al conde Johann George von Browne-Camus (1767-1827) y sobre todo al príncipe Karl Lichnowsky (1756-1814) y su esposa, la princesa Christiane (1756-1841), quienes protegieron a Beethoven durante más de doce años. Al frac-masón Lichnowsky, Beethoven dedicó los Tríos, opus 1, y después la sonata Patética opus 13, la sonata opus 26, la Segunda sinfonía, opus 36, y la opus 69. Dedicó varias de sus composiciones a hermanos masones como Antonio Salieri, Haydn, Federico II de Prusia, Goethe, Joseph von Sonnenfelds (favorito y consejero de Joseph II), etc. También compusieron letras para sus piezas musicales masones como von Goethe, Lessing, sir Walter Scott, Robert Burns, Emanuel Schikaneder, libretista de La flauta mágica de Mozart. El término atonal (también "atonalidad") tiene varios significados. En primer lugar se utiliza para definir la música escrita sin ningún tipo de tonalidad o de orden sistemático. Así pues, la música dodecafónica escrita por Arnold Schönberg y sus discípulos, calificada de atonal, no pertenece a ésta categoría, ya que se rige por unos principios y sistemas definidos, aunque sí se encuentran composiciones atonales entre las obras de Schönberg, particularmente en la fase creadora que precedió al desarrollo de sus nuevos métodos de composición. También sus alumnos Anton Webern y Alban Berg escribieron de forma atonal durante algunos periodos. Pero quien piense que la atonalidad es un descubrimiento del siglo XX debería escuchar, por ejemplo, la Bagatella ohne Tonart (Bagatela sin tonalidad) de Franz Liszt y la Gran Fuga op. 133 para cuarteto de cuerdas de Ludwig van Beethoven, una obra de los años 1825-1826 en la que los límites conocidos de la tonalidad fueron prácticamente sobrepasados. Los cuartetos de los últimos años de su vida rompen completamente con los límites formales y armónicos, y la Gran Fuga op. 133, de acuerdo con el pensamiento de la época, tendría que clasificarse como atonal. Ésta obra chocó tanto a los oyentes, que Beethoven la eliminó del Cuarteto para cuerda en si bemol mayor op. 130, y compuso un nuevo movimiento final para esa obra. En la historia de la música de los últimos siglos no hay ninguna individualidad que haya influido de forma tan categórica en el desarrollo posterior como Ludwig van Beethoven. No importa si se está a favor o en contra de él: nadie puede pasar por alto una obra que revolucionó prácticamente todos los ámbitos de la música. Todo comenzó, sin embargo, como una historia bastante provinciana en la por entonces todavía casi insignificante ciudad de Bonn, a orillas del Rin, donde el padre de Beethoven trabajaba como cantante en la capilla del arzobispo príncipe de Colonia. Los intentos del ambicioso padre por hacer de su hijo un niño prodigio al estilo de Mozart fracasaron estrepitosamente, ya que el chico necesitó un tiempo de arrancada relativamente largo. Sin embargo, poco a poco se fue poniendo de manifiesto que el joven Beethoven tenía cosas relevantes que decir, tanto desde el punto de vista de la composición como del pianístico. Cuando en el año 1792 se trasladó definitivamente a Viena, dio enseguida que hablar como pianista, con unas improvisaciones con las que nadie podía competir. También las primeras composiciones realizadas en esa ciudad dejaron boquiabiertos a los distinguidos conocedores de la nobleza, de los cuales algunos se convirtieron muy pronto en sus mecenas. Alrededor del año 1800, Beethoven percibió los primeros síntomas del trastorno auditivo que finalmente lo dejaría totalmente sordo. Pero a pesar de ese despiadado golpe del destino, el músico no se resignó: continuó trabajando en nuevas obras hasta su muerte, entre ellas su décima sinfonía, la cual no pasó de unas pocas ideas y unos escasos apuntes. Fidelio es la única ópera compuesta por Ludwig van Beethoven: en cierto sentido, se trató de un "parto doloroso", una obra que hubo de sufrir varias revisiones desde 1805 antes de poder celebrar su triunfo final en el año 1814. En la obra la heroína Leonora, disfrazada de hombre (Fidelio), libera a su esposo de las mazmorras en las que lo ha hecho encerrar un malvado gobernador: un símbolo de rebeldía contra las tiranías de cualquier índole. Otros proyectos de ópera, como Vestas Feuer (El fuego de Vesta), o incluso un Fausto, no pasaron de ser una idea. El ballet Die Geschöpfe des Prometheus (Las criaturas de Prometeo) de 1801, la música para la obra teatral Egmont de Goethe, una obertura para el Coriolano de Collins, así como la música para curiosos festivales, como Die Ruinen von Athen (Las ruinas de Atenas) y Köning Stephan, Ungarns erster Wohltäter (El rey Esteban, primer benefactor de Hungría), de August von Kotzebue, nos transmiten una imagen difusa del Beethoven compositor para el teatro: hallamos otras obras grandiosas al lado de otras banales; elementos impuestos por la moda junto a otros con visión de futuro. Beethoven también trabajó concienzudamente en el terreno de la canción. Gran fama alcanzaron, por ejemplo, sus versiones de poemas de Goethe y el ciclo An die ferne Geliebte (A la amada lejana), op. 98. En sus sinfonías, Beethoven demostró al gran público lo que él entendía por "revolución". Al menos desde que presentó la Heroica (op. 55), una obra de una hora de duración, los oyentes debieron de comprender que había quedado definitivamente atrás la época de las galanterías divertidas. La Quinta sinfonía, un logrado intento por componer toda una obra a partir de un único motivo; la Pastoral, una expresiva descripción de fenómenos naturales; y, por último, la Novena, con su coro final que dinamitaba todo lo que se había hecho hasta ese momento: todas ellas constituyen estaciones en las que es posible seguir claramente la pista a la explosiva evolución del compositor. Los problemas que tuvo Beethoven con la versión definitiva de su única ópera, Fidelio, se ponen de manifiesto en la existencia de un total de cuatro oberturas de la misma. La obertura de Fidelio propiamente dicha, escrita en mi mayor, vio la luz en 1814; antes el compositor había compuesto ya tres oberturas para Leonora (título original de la obra), de las cuales la número dos y la número tres son apreciadas hoy como piezas de concierto. También las oberturas al Egmont de Goethe y al Coriolano de Collins, además de la del ballet Prometeo y la de Las ruinas de Atenas, son piezas que pueden oírse con bastante frecuencia. Y todavía queda una curiosidad: la obertura Die Weihe des Hauses (La inauguración de la casa), de 1822, escrita para la inauguración del teatro del distrito de Josephstadt, de Viena. Del temprano periodo de Bonn data un concierto para piano de gracioso tono infantil, el Concierto en mi mayor, así como un movimiento inconcluso de un concierto para violín y orquesta en do mayor, los cuales aún no revelan nada sobre lo que habría de ocurrir más tarde. Los cinco conciertos para piano oficiales, el singular concierto para violín y el encantador Triple concierto para piano, violonchelo y violín, así como las dos romanzas para violín, constituyen piezas fijas en la vida musical. La Fantasía para piano, coro y orquesta op. 80 es una pieza única en su género. Diez sonatas para violín y piano, cinco para violonchelo y piano y una sonata para trompa constituyen las composiciones más relevantes para dúo instrumental. Ésta parte de su producción es superada por los tríos para piano, y en especial por los dieciséis cuartetos para cuerda con los que Ludwig van Beethoven, una vez más, dejó claro ante los oyentes que muchas cosas inimaginables eran posibles desde el punto de vista musical. Dejando aparte sus primeros intentos, Beethoven compuso treinta y tres sonatas para piano numeradas, las cuales, como no podía ser de otro modo, pusieron a ese instrumento relativamente delicado al límite de sus posibilidades. Existe además una serie de notables ciclos de variaciones, cuya pieza de mayor envergadura, las treinta y tres variaciones sobre un vals de Diabelli, podría ser comparada con las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach. El hecho de que algunas sonatas gozaran de mayor popularidad que sus hermanas tiene que ver con la costumbre de prestar mayor atención a los subtítulos: la celebridad de la Pathétique (Patética) op. 13, de la Mondscheinsonate (Sonata claro de luna) op. 27, de la Waldsteinsonate, de la Appassionata op. 57, y de la Hammerklavier (Pianoforte) op. 106, no debería hacernos olvidar que prácticamente éstas obras son únicas y tienen su propia importancia. Tampoco pueden subestimarse las tres colecciones de bagatelas (op. 33, op. 119 y op. 126), en las que Beethoven nos entregó instantáneas musicales de extraordinaria concentración. No es necesario hablar aquí de la fama mundial de la pequeña pieza pianística titulada Für Elise (para Elisa). Como Haydn y Mozart, Ludwig van Beethoven también ganaba algo de dinero rindiendo algún tributo a las modas, y produciendo música de danza para determinados eventos sociales. De ahí que contemos con minuetos, danzas alemanas y contradanzas salidas de su pluma, así como con las llamadas danzas de "Mödling", escritas durante una visita de veraneo para un restaurante de Mödling, a las puertas de Viena: "Lo cierto es que dos de sus piezas musicales, Opferlied (Himno del Sacrificio) con letra de Matthisson, y Der Mann Freye (El hombre libre), con letra de G. K. Pfeffel, aunque no fueron compuestas originalmente para el servicio masónico, fueron utilizadas por un masón amigo íntimo de Beethoven, F. G. Wegeler, quien les puso una nueva letra y las retituló Bei der Aufnahme eines Maurers (Para la iniciación de un masón) y Maurerfragen (Preguntas Masónicas). La nueva letra de F. G. Wegeler a ésta última es reveladora del universo filosófico y espiritual de la masonería de la época, y dice así: "¿Cuál es, cuál es la meta del masón? Cada vez que noblemente se edifica a sí mismo, a salvo de todo peligro, alcanzar el cenit, Éste es el objetivo del masón, el espléndido objetivo del masón… ¿A quién rechaza el masón? Al hombre esclavizado por las pasiones que, burlándose de la voz de la conciencia, se rebaja al nivel de las bestias. A él, los masones no conocen, no quieren conocer… Recordemos que Franz Gerhard Wegeler (1769-1848) fue un médico alemán, profesor y Rector de la Universidad de Bonn y amigo de la infancia de Beethoven; a quien éste autorizó a redactar su biografía que, finalmente, publicó en 17838. En ella, Wegeler comentó que, con permiso del genial músico, adaptó la obra Preguntas Masónicas para uso de su afrancesada logia Des Freres Courageux de Bonn, fundada en 1806 bajo la Obediencia del Gran Oriente de Francia, aunque ya en 1824 había abandonado dicha Obediencia y adoptado el nombre alemán Die Muthigen Brüder (los valientes hermanos). Igualmente, utilizó la música de Opferlied, pieza inicialmente compuesta por Beethoven para evocar el hecho de la muerte física, y le añadió una nueva letra para su uso masónico con el nuevo título de Para la iniciación de un masón que, igualmente reflejaba la búsqueda del masón, la muerte al mundo profano y la aspiración a un renacimiento espiritual con el auxilio o premio de la Gracia… Otra obra que podría situar a Beethoven en un entorno masónico fue su Oda a la Alegría, adaptación de su Fantasía Coral, opus 80, de fines de 1808… Como es sabido, tras diversos arreglos, la Oda a la Alegría fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. El último movimiento de ésta sinfonía fue adoptado en 1972 por el Consejo de Europa como su himno oficial, y en 1985 fue elegido por los jefes de Estado y Gobierno europeos como himno oficial de la Unión Europea. Sus últimos versos dicen así: "Abrazaos, millones de seres! ¡Éste beso para el mundo entero! Hermanos, sobre la bóveda estrellada habita un Padre amante. ¿Os prosternáis, millones de seres? Mundo, ¿presientes al Creador? ¡Búscalo por encima de las estrellas! ¡Allí debe estar su morada!" (Alvarado Planas, pp. 647, 648, 649, 651).

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Wolfgang Amadeus Mozart.

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De todos ellos, el músico que compuso la obra específicamente masónica más relevante fue, sin duda, Mozart. Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), es considerado uno de los músicos geniales más influyentes, destacados y prolíficos de la historia universal. Su obra alcanza más de seiscientas creaciones, en su mayoría obras maestras. Fue un niño prodigio, pues con tan solo cuatro años tocaba el clavicordio y componía pequeñas obras de considerable dificultad; a los cinco años componía obras musicales que interpretaba en los salones de la aristocracia y realeza europea, y a los seis años tocaba con destreza el clavecín, el violín y podía memorizar una partitura con sólo echar un vistazo. El 9 de junio de 1763, acompañado por sus padres, inició una larga gira de conciertos, que duró tres años y medio, en algunas de las metrópolis más importantes de la época: el viaje empieza en Salzburgo y les conduce a Múnich y Viena, y luego a París y Londres, a Ginebra, Amberes y La Haya. Existe hasta un diario en el que registran, de manera extremadamente meticulosa, cada uno de los progresos y las composiciones del niño prodigio; y de manera no menos meticulosa se cuida de que el chico practique con aplicación el piano y el violín. En Versalles los Mozart tocaron ante el monarca Luis XV; en Londres fueron admirados por el rey Jorge III; en los Países Bajos asombró con sus piezas compuestas a los 9 años. En el año 1769, cuando Wolfgang tiene trece años y ya se ha convertido en maestro de conciertos en Salzburgo, realiza el primer viaje a Italia, donde compone y presenta óperas, ofrece conciertos y recibe toda clase de honores. También se desplazaron a Roma el 11 de abril de 1770, en donde el joven Mozart tuvo la oportunidad de escuchar el Miserere de Gregorio Allegri durante una representación en la Capilla Sixtina. Aunque, al parecer, ésta obra tenía carácter secreto y sólo podía interpretarse en dicho lugar bajo la pena de excomunión, el joven compositor escribió de memoria una versión muy aproximada de la partitura completa. Enterado el papa Clemente XIV del talento del músico de 14 años, no sólo no lo excomulgó, sino que lo ennobleció nombrándolo Caballero de la Orden de la Espuela de Oro. Dicha Orden era considerada heredera de la Milicia de Oro del emperador Constantino y su estatus llevaba aparejada la consideración nobiliaria de conde palatino (hasta que en 1966 el papa Pablo VI anuló dicho privilegio). En 1772, es ungido como nuevo arzobispo de Salzburgo Jerónimo de Colloredo, un hombre repugnante que convertirá la vida del artista del joven genio en un verdadero infierno, llegando a humillarle de tal modo que Mozart solicita abandonar su puesto después de recibir un trato de lacayo. Pero antes de éso el joven ha vivido una dramática alternancia de experiencias dolorosas y alegres. En 1775 tiene un éxito enorme con una ópera; en 1777 viaja a París en compañía de su madre, pasando antes por Augsburgo y Mannheim; allí recibe admiración pero también humillaciones, y allí muere también su madre. Su gran amor, Aloysia Weber, rompe con él cuando hace escala en Múnich, durante el triste viaje de regreso a casa. No es de extrañar por tanto que comience a ansiar un nuevo tipo de libertad y que, en 1781, se separe del servicio del arzobispo. A partir de entonces se gana la vida en Viena como artista independiente (y a partir de 1782, mantiene también a su mujer Constanze, la hermana de Aloysia), lo que, por una parte, le proporciona mucha fama, pero por otro lado le lleva una y otra vez al borde de la bancarrota debido a su manía derrochadora. Durante los años 1782 y 1783 conoció la obra de George Friedrich Händel y de Johann Sebastian Bach a través del barón Gottfried Swieten, un coleccionista y aficionado musical que tenía en su poder una biblioteca con gran cantidad de obras de compositores barrocos. En Viena también conoció a Joseph Haydn, con el que disfrutaba interpretando música improvisadamente. Eckhardt van den Hoogen en "El ABC de la música clásica. Todo lo que hay que saber" (TAURUS, 2012), explica que su primera sonata para violín y piano –o, mejor dicho, para piano con acompañamiento de violín- la escribió Mozart a la edad de seis años. Se trata de un testimonio del talento de ese niño prodigio; una obra en la que el instrumento de cuerda todavía tiene un papel en extremo modesto. Los conciertos para violín nos revelan mucho más sobre Mozart. A lo largo de los siglos se le han atribuido ocho piezas, pero en realidad sólo se ha podido demostrar sin duda de ninguna índole la autoría de cinco. Se trata de los conciertos en si bemol mayor (KV 207), en re mayor (KV 211), en sol mayor (KV 216), en re mayor (KV 218) y en la mayor (KV 219), todos del año 1775. Wolfgang Amadeus Mozart se aproximó al mundo de la ópera desde su juventud: Bastien und Bastienne, por ejemplo, así como otras tempranas piezas híbridas, forman parte de esas pruebas de talento. Otra obra, Mitridate, Re di Ponto (Mitrídate, rey de Ponto), que Mozart compone y presenta en Milán a la edad de trece años, le proporcionó cierto reconocimiento. Pero es con las óperas escritas después de su traslado a Viena cuando comienza la historia de sus obras maestras. Idomeneo (KV 366): en el año 1780, Mozart recibe el encargo de escribir una ópera seria para la corte de Karl Theodore, el príncipe elector de Múnich. El 29 de enero de 1781, la obra fue acogida con aplausos durante su estreno. Die Entführung aus Serail (El rapto en el serrallo; KV 384): el emperador austriaco José II hizo a Mozart el encargo de escribir ésta obra. En vano intentaron los detractores del compositor, en especial Antonio Salieri, impedir la presentación, que tuvo lugar el 16 de julio de 1782 en Burgtheather de Viena, y que fue celebrada de manera excepcional. Le nozze di Figaro (Las bodas de Figaro; KV 492): Mozart trabajó en ésta comedia con toques de crítica social desde octubre de 1785 hasta abril de 1786. Como había sucedido con su obra anterior, El rapto en el serrallo, sus enemigos le pusieron algunos obstáculos en el camino, pero éstos fueron eliminados por intervención directa del emperador. El estreno tuvo lugar el 1 de mayo de 1786, también en el Burgtheather, y la obra tuvo tal éxito que casi todas sus arias hubieron de ser interpretadas por segunda vez. Don Giovanni (KV 527): con su Figaro, Mozart no sólo había sido capaz de conquistar Viena; también disfrutó en Praga de un auténtico triunfo, lo cual culminó en un nuevo encargo para escribir otra ópera. Fue así como escribió para el teatro de esa ciudad su demoníaca Don Giovanni, obra que puede calificarse sin ninguna duda como el punto culminante de su creación escénica. El estreno, que se produjo el 29 de octubre de 1787, fue extraordinariamente bien, pero el público vienés, por su parte, que vio la obra por primera vez en una versión distinta el 8 de mayo de 1788, la recibió con reservas. Così fan tutte (Así hacen todos; KV 588): hacia finales del año 1789, y con celeridad febril, escribió Mozart su tercera ópera a partir de un libreto de Lorenzo de Ponte. Éste encargo del emperador le aseguraba doscientos ducados, y con ello un momento de respiro en su situación de crónica falta de dinero. El estreno tuvo lugar el 26 de enero de 1790, también en el Burgtheather. La Clemenza di Tito (La clemencia de Tito; KV 621): a mediados de julio de 1791, Mozart recibió de la aristocracia de Bohemia el encargo de escribir una ópera solemne que debería ser presentada con motivo de la coronación de Leopoldo II como rey de Bohemia. Compaginando éste trabajo con la composición de Die Zauberflöte (La flauta mágica), Mozart consiguió terminar La clemencia de Tito en un lapso de cincuenta días. A mediados de agosto viajó a Praga, donde terminó la partitura y ensayó la obra. Durante el estreno, que tuvo lugar el 6 de septiembre de 1791, se produjo un hecho decepcionante: la acogida fue, en comparación con los éxitos de las óperas anteriores Figaro y Don Giovanni, en extremo reticente. Die Zauberflöte (La flauta mágica; KV 620): alrededor de medio año antes de su muerte, Mozart comenzó a poner música a un libreto escrito por el polifacético y talentoso libretista vienés Emauel Schikaneder. Después de una interrupción obligada por la composición y los ensayos de su ópera La clemencia de Tito, la partitura quedó terminada a mediados de septiembre. El 30 de septiembre fue presentada la obra en el teatro Auf der Wieden, con dirección del propio compositor. En el estreno los aplausos fueron tímidos, pero en la segunda representación obtuvo un gran éxito: "Respecto a su actividad masónica, a los 28 años de edad, concretamente el 14 de diciembre de 1784, Mozart fue iniciado en la logia vienesa Zur Wohltätigkeit (La Benevolencia), y poco después lo fueron su padre Leopold Mozart (en abril de 1785) y su amigo y músico Joseph Haydn. Dicha logia trabajaba bajo los auspicios de La Gran Logia Nacional fundada por Zinnendorf. Precisamente el libreto de La flauta mágica (1791) estaba inspirado en los rituales de Zinnendorf. Por esas fechas la masonería prosperaba bajo el emperador José II al aglutinar a numerosos miembros del gobierno y de la nobleza, entre ellos el príncipe Nikolaus Esterházy, protector de Haydn y venerable maestro de la logia La Esperanza Coronada. En adelante, la masonería desempeñaría un importante papel en la vida del conde palatino Mozart, inspirando, como veremos, muchas de sus composiciones. En diciembre de 1787, el emperador José II lo designó su compositor de cámara (Kammermusicus), puesto que había quedado vacante el mes anterior tras la muerte de Christoph Willibald Gluck. Éste nombramiento no le impidió componer otras piezas musicales, como su famosa La flauta mágica inspirada en los rituales masónicos. Aunque Mozart compuso numerosas piezas para ser interpretadas durante la liturgia masónica, bien es verdad que, antes de ser iniciado en la logia, Mozart tuvo el encargo de poner música a varios textos masónicos; por ejemplo, los poemas An die Freude y O heiliges Band y, sobre todo, el drama masónico Thamos Köning in Aegypten, de T. Ph. Gebler (1773). Las obras de Mozart relacionadas con la masonería pueden ser agrupadas en tres categorías. Primeramente, las que han sido tradicionalmente utilizadas en la liturgia masónica, aunque no tuvieran originariamente ésa finalidad: Salmo 129 De profundis clamavi K. 93 (1771). Sancta Maria Mater Dei K. 273 (1777). Adagio para cuarteto de cuerda K. 546 (1788). Adagio y Rondó para flauta, oboe, viola… K. 617 (1791). Motete Ave verum corpus K. 618 (1791). Un segundo grupo lo constituyen las obras en las que Mozart se inspiró o reflejó el imaginario masónico: Thamos rey de Egipto (Thamos Köning in Aegypten, K. 345, 1773-1779). Sinfonía en Mi b K. 543 (1787). La Flauta mágica, K. 620 (1791), cuya letra fue redactada por el masón Emmanuel Schikaneder, autor de numerosas letras de las partituras musicales de Mozart" (Alvarado Planas, pp. 364, 365). Finalmente, un tercer grupo de obras fueron especialmente compuestas para ser interpretadas durante momentos concretos del ceremonial masónico. Entre ellas señalamos las siguientes: Canción A la alegría An die Freude K. 53 (1768). Canción Oh santo vínculo de la amistad O heiliges Band der Freundschaft K. 148 (1772). Los Seis Cuartetos de Cuerda K. 168 – K. 173 (1777). El Adagio para instrumentos de viento K. 411 (1784). Cantata A ti, alma del universo, oh Sol (Dir, Seele, des Weltalls) K 429, (1783-1785). Las disonancias K. 465 (1785). Canción para el viaje del compañero; a ti que accedes al nuevo Grado (Lied zur Gesellenreise: Die ihr einem neuen Grade). K. 468, (1785). Cantata La alegría masónica (Die Maurerfreude Brüder) K. 471 (1785). Música masónica fúnebre (Maurerische Trauermusik) K. 477 (1785). Canción Elevad vuestras voces, amados hermanos (Zerfliesset heut geliebte Brüder) K. 483 (1786). Canción A Vos, nuestro nuevo venerable (Ihr unsre neuen Leiter) K. 484 (1786). Cantata Vosotros los que honráis al Creador del Universo (Die ihr des unermesslichen Weltalls) K. 619 (1791). Cantata Elogio a nuestra Alegría (Laut verkündet unsre Freud) K. 623 (1791). Cantata Entrelacemos nuestras manos (Lasst uns mit geschlungnen Händen) K. 623ª (1791). A continuación vamos a explicar la finalidad para las que fueron compuestas siguiendo el orden del ritual masónico. Para acompañar la solemne entrada procesional de los masones en el taller, Mozart compuso el Adagio para instrumentos de viento (K.411), pieza basada en el tema masónico de los tres aldabonazos. Por las fechas en que fue acabada ésta obra, es probable que Mozart la compusiera por encargo un año antes de ingresar en la masonería. Por otra parte, en 1785, el emperador José II ordenó que las ocho logias de Viena se agruparan en tres de mayores proporciones, de modo que la logia de Mozart se unió a La Esperanza Coronada formando La Nueva Esperanza Coronada. Pues bien, para celebrar la primera tenida de la nueva logia, Mozart compuso Elevad vuestras voces, amados hermanos (Zerfliesset heut, geliebte Brüder, K. 483) que estaba destinada a ser interpretada en el solemne momento de la entrada de la comitiva en el Templo. Igualmente, la cantada titulada La Alegría Masónica (Die Maurerfreude Brüder, K. 471) fue compuesta por Mozart en abril de 1785 en honor de Ignaz von Born, venerable maestro de la logia La Verdadera Concordia para acompañar su entrada y la de los oficiales en la logia. Uno de los rituales masónicos más importantes era el de la recepción o iniciación al grado de aprendiz. Se ha supuesto que la cantata A ti, alma del universo, oh Sol (Dir, Seele des Weltalls, K. 429) fue ejecutada primeramente con motivo de la iniciación masónica de Mozart. Concretamente, los primeros acordes del aria del tenor que invoca al sol y a la luz deberían sonar en el momento culminante cuando al recipiendario le es levantada la venda y recibe la luz simbólica. Pero como la partitura está datada meses antes de su iniciación, también se ha supuesto que ésta pieza fue encargada a Mozart para ser interpretada en tenida blanca (es decir, en una reunión de masones abierta también a personas ajenas a la Orden), concretamente, en la celebración de la gran fiesta solsticial de san Juan de verano, día en que finaliza el año masónico. Ambas hipótesis son compatibles si pensamos que inicialmente fue una obra encargada por la logia con el fin de acompañar algún momento del rito de iniciación y que, finalmente, fue interpretada en su propia ceremonia de iniciación masónica. Éso explicaría que luego Mozart añadiera una segunda parte titulada Agradecimiento a los hermanos en la que expresaba sus mejores sentimientos hacia la logia que la había admitido en su seno. La letra de la cantata inicial dice así: Coro: A ti, alma del universo, ¡oh, Sol Dedicamos el primero de los cantos festivos. ¡Oh, Poderoso, Poderoso! sin ti no vivimos. De ti viene la fertilidad, el calor y la luz. Tenor: Te agradecemos la alegría de poder volver a la Tierra en primavera… Al parecer, la profunda impresión que dejó en Mozart su ceremonia de iniciación, le inspiró el primer movimiento de su cuarteto (K. 465) llamado Las disonancias, que simboliza los desvaríos del profano en busca de la luz, mientras que el franco allegro en do mayor que le sigue, representan la seguridad de la revelación. Dos meses antes de ser exaltado al grado de maestro masón, Mozart asistió, en febrero de 1785, a la iniciación de su amigo Franz Joseph Haydn que ingresaba en la logia vienesa La Verdadera Concordia. En recuerdo de esa circunstancia tan singular, Mozart dedicó a Haydn Los Seis Cuartetos de Cuerda (K. 168 – K. 173). Aunque compuso ésta obra antes de su ingreso en la masonería, posteriormente Mozart aprovechó ésta y otra de sus piezas musicales para darles un sentido masónico, bien dotándolas de una letra adecuada, o destinándolas a acompañar algún momento del servicio masónico. Mozart también compuso una bella pieza para ser ejecutada durante la ceremonia de pase al grado de compañero (con letra del hermano Joseph Franz von Ratschky). La oportunidad no podía ser más inspiradora dado que se trataba de amenizar el pase de su padre Leopold, que había sido previamente iniciado en la misma logia en abril de 1785. Y en efecto, el 26 de marzo de 1785, con motivo de la ceremonia del paso de Leopoldo al grado de compañero, Amadeus estrenó la Canción para el viaje del compañero; A ti que accedes al nuevo Grado, (Lied Zur Gesellenreise: Die ihr einem neuen Grade, K. 468). Siguiendo la intención original de Mozart, desde entonces, ésta pieza suele ser ejecutada en las tenidas masónicas para dar la bienvenida al masón que pasa al grado de compañero. El tono dulce y nostálgico de la música, basado en el tema del Grand Tour formativo del masón a lo largo de sus viajes o etapas de la vida, evoca la melancolía del peregrino que ansía llegar a su añorado hogar. Durante el verano de 1791, el último de su vida, Mozart trabaja afanosamente en La flauta mágica, La clemenza di Tito, y la Misa Requiem. A pesar de éso, interrumpió su trabajo para escribir una delicada pero vibrante cantata inspirada en los ideales de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución francesa. Así, compuso la pieza; Vosotros los que honráis al Creador del universo (Die ihr des unermesslichen Weltalls, K. 619) dedicada a la juventud alemana. Igualmente, una de sus últimas obras, concluida el 18 del mismo mes, fue la cantata titulada Elogio a nuestra alegría (Laut verkündet unsre Freud, K. 623), en la que reafirmaba su fe en el programa fraternal y universal de la masonería. Significativamente, éste texto fue asumido en 1946 para acompañar el himno oficial de la República de Austria. En algunas logias, todavía éstas piezas suelen ejecutarse en diversos momentos del ritual masónico, tales como la circulación del saco de proposiciones o del tronco de beneficencia. El hermano Mozart compuso también una pieza de Música masónica fúnebre (Maurerische Trauermusik, K. 477) que fue interpretada por vez primera en tenida fúnebre en noviembre de 1785 en recuerdo de la muerte de dos masones; el duque Georg August de Mecklenburg-Strelitz y el conde Franz Esterházy von Galantha. Por éso mismo, no sólo se ha utilizado en las tenidas fúnebres, sino también en la ceremonia de elevación al tercer grado de maestro masón, cuyo tema se basa en la leyenda de la muerte del arquitecto del Templo de Salomón, Hiram Abí, asesinado por los tres malos compañeros, y posterior apoteosis al ser hallado su cuerpo al pie de una acacia. Una de las más bellas cantatas de Mozart es, sin duda, la que compuso para acompañar la cadena de unión que, entrelazando las manos, forman los masones antes de concluir la tenida. La pieza fue terminada pocos días antes de morir y fue titulada Entrelacemos nuestras manos (Lasst uns mit geschlungnen Händen, K. 623ª). La letra dice así: Entrelacemos nuestras manos, terminemos, hermanos, el trabajo con las manos entrelazadas de júbilo, y que ésta cadena rodee no sólo éste santo lugar, sino la Tierra entera. Dejadnos cantar alegremente dando las gracias al Creador cuyo poder absoluto nos deleita. Ved que los trabajos hayan concluido. Y ojalá que hubiera concluido también la labor que ordena nuestro corazón. Con motivo de la creación de la logia La Nueva Esperanza Coronada, Mozart compuso una pieza específica. En la primera tenida se formalizó la designación del nuevo venerable al que Mozart quiso agasajar con una partitura titulada A Vos, nuestro nuevo venerable (Ihr unsre neuen Leiter, K. 484) escrita por Augustin Veith Edler von Schittlersberg. Probablemente fue interpretada tras la clausura de los trabajos masónicos de aquella tenida, concretamente, para acompañar la salida del venerable maestro y de su comitiva. Finalmente, cabe mencionar que, conforme a los archivos de la logia de Mozart, el genial músico compuso en 1785 dos cantatas masónicas que llevaban por título El trabajo de la muerte y El trabajo de los maestros ha concluido que, desgraciadamente, se han perdido. Posiblemente se tratara de piezas inspiradas en el tercer grado de maestro masón, uno de cuyos símbolos más representativos era el féretro y la calavera. Su salud llevaba tiempo resintiéndose cuando un misterioso hombre vestido de gris se aparece en su casa y le pide que componga un Réquiem (en realidad se trata de un sirviente de un tal conde Walsegg, quien no era la primera vez que solicitaba composiciones para luego presentarlas como propias). Mozart no podrá concluir la obra. Muere cuando todavía no contaba treinta y seis años en medio de una absoluta pobreza, y es sepultado en una tumba colectiva de Viena. Fue amortajado según el ritual masónico (manto negro con capucha).

Yuki Takano ©

Wilhelm Richard Wagner.

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Richard Wagner (1813-1883) se hallaba plenamente enfrascado en ejercer una compleja red de presiones destinadas a crear un espacio permanente en el que poder representar sus óperas cuando, de pronto, aunque tardíamente, Alemania se convertía en estado-nación. A lo largo de la década de 1860 y en los primeros años de la de 1870, la concatenada sucesión de tres guerras –una contra Dinamarca, otra contra Austria y una tercera contra Francia- había contribuido a forjar un fuerte sentido de unidad en las coaliciones capitaneadas por Prusia. El 18 de enero de 1871, se proclamaba así, en el palacio de Versalles, la instauración del imperio alemán, vitoreándose al rey prusiano, Guillermo I, como primer emperador alemán. Un estremecimiento de entusiasmo recorrería así a los unificados territorios de la antigua Confederación Alemana del Norte y los meridionales estados alemanes de Baviera y Baden, junto con el reino de Württemberg y el Gran Ducado de Hesse. Constanza Nieto Yusta en "La modernidad prometeica: de la obra de arte total a los totalitarismos" (UNED, 2016) expone las bases de Wagner: Beethoven y Goethe. Guiado por la luz de la poesía, fue Richard Wagner quien puso en marcha sus pulsiones prometeicas autoproclamándose el único creador de su raza, de su tierra y de su destino. Gran admirador de Goethe –no en vano dedicó uno de sus conciertos, aunque finalmente quedó inconcluso, al Fausto-, Wagner parecía materializar el potencial redentor que el poeta alemán había señalado tanto en la poesía como en la música. Aunque Goethe intuía que el mundo moderno se encontraba en una situación de desencantamiento casi irreversible –"Es el mundo una campana cascada; hace ruido, pero no suena", dejó sentenciado en una de sus máximas-, la música, considerada la arte más digna de todas por ser pura forma y sustancia, poseía la capacidad de volver a ennoblecer la vida de forma mucho más efectiva que cualquier otra manifestación artística. Hijo de un policía y de una panadera, Wagner formó parte activa en las revoluciones de 1848 y 1849. Amigo de Bakunin, el compositor se involucró de lleno en los acontecimientos escribiendo panfletos revolucionarios, animando con sus discursos a las masas e, incluso, participando directamente en la organización de una de las rebeliones aportando granadas… La política aparecía, por entonces, a Wagner, al igual que apareció a sus contemporáneos románticos, como el modo exclusivo con el que transformar el horizonte alemán. Pero pronto, con el fracaso de la revolución, Wagner comprendió lo que Schiller y Novalis ya habían detectado tiempo antes: el arte debía encargarse de realizar lo que no había podido cumplir la política revolucionaria. La redención sería artística o no sería. Y fue justo en ese contexto, en 1849, cuando Richard Wagner se decide a escribir una serie de textos en los que quedó formulado el concepto de Gesamtkunstwerk: La obra de arte del futuro y El arte del futuro. Sobre el principio del comunismo. En ellos es donde el compositor formuló sus teorías acerca del poder prometeico de la música, poder que él mismo se iba a encargar de arrebatar a los dioses para traerlo de vuelta a los hombres, considerados ahora bajo su condición de pueblo. Para Wagner, el Estado y el arte modernos eran el resultado de dos dominios: el dominio de la ciencia y el dominio de la moda. Sometidos a sus imperativos, política y creación habían discurrido por los caminos del racionalismo y de la arbitrariedad, empantanando y limitando la comprensión y la comunión del hombre con la naturaleza y, en consecuencia, con la vida. Con los ojos puestos en el modelo ateniense, donde Religión, Arte y Estado sonaban al unísono, Wagner buscó recuperar la salud del pueblo, su potencial creador y universal, mediante la reinstauración del sentido comunitario. Según Wagner, el pueblo era la comunidad movida por una urgencia común: la pulsión por realizar su condición mítica de colectividad indisociable. Con el imperio de la razón, señala Wagner, el pueblo se ha visto despojado de sus fuerzas vitales necesarias, más aún: de la mano de los hombres racionales, de los "inteligentes", se ha dicho actuar en nombre del pueblo y para el pueblo cuando, en realidad, todas éstas acciones han usurpado su verdadero papel protagonista en el nacimiento, desarrollo y construcción de todas las instituciones gloriosas de la humanidad, el lenguaje, la religión, el Estado. De modo que, para Wagner, el pueblo se había visto despojado de todos los poderes que le correspondían: la religión, el Estado, incluso el lenguaje, habían pasado a descansar en las manos de unos pocos hombres privilegiados que, como nuevos dioses, se atribuían de forma exclusiva todas las invenciones y logros de la humanidad. El pueblo, por tanto, debía reclamar lo que era suyo por derecho y sería gracias a la urgencia comunitaria, una especie de impulso prometeico colectivo, como los hombres recuperarían las armas con las que transformar el mundo para retornarlo, en el futuro: al estado originario donde la naturaleza y artificio, acción y contemplación, razón e instinto descansaban en una vida sin fisuras, en la Vida entendida con mayúsculas. Y el modo de poner en marcha éste proceso, ya lo intuimos, se encontraba en lo que Wagner denominó Gesamtkunstwerk, la obra de arte total. Remitiéndose a la autoridad eterna del mundo clásico, el concepto de obra de arte total se proyectaba hacia adelante en el tiempo, siendo el producto de la religión del futuro creada por el movimiento del pueblo hacia su urgencia comunitaria, a saber, lo que Wagner denomina la obra de arte del futuro: la obra representante de la mitología colectiva, de la totalidad del pueblo y de la universalidad de la naturaleza humana; la obra en la que no palpitarían las pulsiones de un único y titánico creador, legislador y trabajador, el pueblo. La obra de arte del futuro era, pues, al igual que el pueblo, condición y destino de la realización humana, el lazo sagrado con el que orquestar la gran sinfonía del mundo y donde todos los rasgos de individualidad quedarían subyugados bajo el imperativo del todo. Así lo dejó claro Wagner: "La gran obra de arte total, la que deberá abarcar todos los géneros del arte, a los que en cierta medida, en tanto medios, utilizará, aniquilará, en favor de alcanzar la meta común a todos ellos, ésto es la representación incondicionada e inmediata de la completa naturaleza humana, ésta obra de arte total no la reconoce como la posible acción de un individuo, sino pensable necesariamente como la obra conjunta de los hombres del futuro". La obra de arte total, entendida como la máxima expresión de la colectividad convertida en sentir religioso, difuminaba los límites entre naturaleza y creación. He aquí lo que Wagner entendía por comunismo: el pueblo era la única obra de arte verdadera y, a la vez, su propio modelador y demiurgo. Y puesto que el pueblo se encontraba esperando a ser modelado para alcanzar su estatus de comunidad sagrada y poder, así, esculpir du futuro, alguien debía ponerse manos a la obra. Para elaborar la obra de arte total, todas las artes debían reunirse y cantar al unísono en un sólo cuerpo palpitante. Las tres artes originarias, el arte de la danza, el arte del sonido y el arte de la poesía, debían hermanarse tal y como se hermanaba el género humano. Y si bien el panorama creador de su siglo era, a sus ojos, desalentador, Wagner contaba con un gran precedente de la tarea prometeica que se había propuesto continuar y llevar a su máxima realización: Beethoven. Beethoven, que en 1801 había creado precisamente una obra titulada Las criaturas de Prometeo, había comprendido la inmensa capacidad de la música instrumental para expresar los poderosos impulsos y exigencias primordiales, otorgando a los sonidos de sus sinfonías el poder de la danza y la poesía, logrando así generar un lenguaje universal con el que dar nueva forma a sus oyentes, los hombres del futuro. Beethoven, por tanto, no quiso esperar la llegada de un Prometeo que modelase a los hombres adecuados para recibir su nuevo evangelio redentor del arte del futuro: él mismo decidió asumir la tarea anteriormente reservada al Titán haciendo de su música las herramientas con las que devastar y pulir la materia artística latente, pero aún no aprovechada, de sus oyentes, el público, los hombres modernos. El arrojo y valor del individuo creador –el genio romántico que decide acometer su misión heroica pese a los inconvenientes sociales, culturales y artísticos de su tiempo-, había sido prefigurado por Beethoven y grande era por ello a los ojos de Wagner. Wagner tomó, por tanto el relevo: su obra de arte total labraría no sólo el oído de los hombres del futuro sino que, también, esculpiría ante sus ojos las imágenes de los nuevos mitos, su poesía, su lenguaje, su armonía total. Así lo expuso Wagner en El arte del futuro, donde una de las ideas fundamentales era la comprensión del hombre como escultor de sí mismo, es decir como un ser que se consideraba su propio objeto y materia artística: "sólo ese ser humano que ya desde sí y para sí ha creado la obra de arte inmediatamente humana (…) está por ende en condiciones de comprenderse y transmitirse a sí mismo artísticamente" siendo "también (…) capaz por lo tanto de representarse a la naturaleza de modo artístico". Un hombre que, por tanto, podemos tildar de prometeico pues al comprenderse como materia artística concibe la naturaleza, en todas sus vertientes, como una realidad susceptible de devenir una obra de arte, la más grande de todas. Esa era la gran tarea de la poiesis moderna para Wagner: el hombre escultor de sí mismo debía insuflar de vida a las artes y convertirlas en el gran drama, en la gran ópera con la que volver a sonar al mundo, devenido, así, una obra de arte viva, lo que Wagner designaba como la verdadera plástica. Cuando se escucha el preludio de Tristan und Isolde (Tristán e Isolda) o el final de su último drama escénico, Parsifal; cuando suena el paso de las valquirias en Die Walküre (La valquiria) o el preludio de Die Meistersinger von Nürnberg (Los maestros cantores de Nuremberg), casi se olvida el insuperable abismo que existe entre la persona y su obra musical. Si nos limitamos a considerar su creación artística, la importancia de Wagner resulta indiscutible. En él se desatan las pasiones con una impetuosidad que no tenía precedentes, al menos en el siglo XIX. La abierta admiración por sus representaciones dramáticas (que buscaban la obra de arte total, la unificación de todas las artes), por su melodía infinita y sus audacias armónicas, convirtieron durante años la existencia, por ejemplo, de Anton Bruckner en un infierno en la conservadora Viena: "Claude Debussy, tras el entusiasmo inicial, dio un giro tan brusco que concibió su ópera Pelléas et Mélisande como una obra antiwagneriana. Franz Strauss, el padre de Richard Strauss, le devolvió la moneda al odiado compositor de un modo bastante desagradable: a pesar de su animadversión manifiesta, interpretó en la ópera de Múnich las partes de trompa de un modo tan bello que Wagner se encontró en un verdadero dilema: encontraba a Strauss insoportable, pero no le podía odiar. Pero las disputas y los puntos de vista contradictorios quedaron superados hace tiempo. El teatro de festivales de Bayreuth, que coronó el sueño artístico de Wagner, se mantiene. Todos los años miles de seguidores acuden a éste particular templo de las musas para escuchar las obras de varias horas de duración. Y casi todas las obras escénicas del revolucionario músico se han convertido en piezas de repertorio internacionales. En éste caso no hablamos de óperas, pues a lo largo de su evolución artística Wagner pasó a definir sus grandiosas composiciones como festivales escénicos, o incluso –en el caso de Parsifal-como festivales escénicos sagrados. La trayectoria es evidente. Al principio, el cuento Die Feen (Las Hadas) y Das Liebesverbot (La prohibición de amar), Rienzi –el primer gran éxito (Dresde, 1842)- y Der fliegende Holländer (El holandés errante) siguen la tradición de las óperas divididas en recitarios, arias y ensembles. Pero se va imponiendo el principio del leitmotiv, esas muletillas melódicas con las que Wagner simboliza personas, ideas y asuntos. Tanhäuser, obra en la que Wagner pone en escena al trovador medieval del mismo nombre, se presentó en 1845 en Dresde. Luego el compositor tuvo que huir, pues había participado en el levantamiento de marzo de 1848, y se instaló en el extranjero. Lohengrin fue puesta en escena por Franz Liszt en Weimar, y entretanto Wagner escribió Tristán e Isolda, la más alegre Los maestros cantores de Nuremberg, y la tetralogía Der Ring des Nibelungen (El anillo del Nibelungo), compuesta por Rheingold (El oro del Rin), Die Walküre (La valquiria), Siegfried (Sigfrido) y Götterdämmerung (El ocaso de los dioses): un monumento cuyas dimensiones no tienen precedentes y que supera a todas las obras dramáticas de la generación anterior. Wagner concluyó su creación con Parsifal: aquí retoma el más antiguo Lohengrin, pues el tema del Santo Grial aparece también en un primer plano espiritual" (Van den Hoogen, pp. 306, 307, 308). Una vez rescatado el estado, opinaba Wagner en una carta, el alma germana precisaba ahora de un estímulo. Wagner, que había sido un activismo político de tendencias nacionalistas en su juventud, seguiría dando muestras de politización tanto en su obra musical como en sus ensayos y sus otros escritos. Como ya venía ocurriendo con muchos de sus compatriotas desde el siglo XVIII, a sus ojos el arte emanaba del pueblo y debía regresar a él y redundar en su beneficio. El verdadero artista no era más que un simple medio de expresión del espíritu –ésto es, del Volksgeist que Herder había perfilado con la ayuda del texto de Tácito-. Bayreuth tenía por aquel entonces las hechuras de una pequeña población situada a unos ochenta kilómetros al noroeste de Núremberg, en el reino de Baviera. Ubicada en el centro del nuevo imperio, la ciudad resultaba atractiva para nuestro músico, dado que deseaba llegar a todos los rincones de Alemania. La eligió por tanto como sede de su festival operístico (cuya primera edición habría de celebrarse en el año 1876). De éste modo, Wagner y su segunda esposa, Cósima, comenzaron a recibir a una larga serie de amigos y prosélitos en la señorial villa Wahnfried, contigua al eje ornamental de la ciudad: el jardín de la corte. Constituyeron así el llamado Círculo de Bayreuth, una hermandad semirreligiosa en la que se debatían, interpretaban y desarrollaban tanto las obras musicales como las ideas culturales del maestro –especialmente tras el fallecimiento de Wagner, ocurrido en el año 1883-. Para facilitar el debate entre los integrantes del círculo y comunicar asimismo la doctrina a los miembros de las numerosas sociedades wagnerianas repartidas por Europa, comenzaría a publicarse todos los meses –desde 1879 hasta 1937- un boletín titulado Bayreuther Blätter (Páginas de Bayreuth). Los temas recurrentes giraban en torno al Volk, la condición germana (Deutschtum), las contribuciones artísticas a la política y a la sociedad, y la necesidad de regeneración, concretándose todo ello en el renacimiento del pueblo alemán, primero a través del arte wagneriano, y más tarde –al acentuarse todavía más los tintes raciales del discurso- por medio de la eugenesia. Fabrice D´Almeida en "El pecado de los dioses. La alta sociedad y el nazismo" (TAURUS, 2008) ubica que Hitler, un oscuro hijo de funcionario que no ha alcanzado un rango elevado en el ejército, no disponía de muchas bazas para acceder a la alta sociedad. En la Alemania de principios de siglo en efecto, reina una cierta forma de compartimientos estancos según el nacimiento y la fortuna. Los círculos elegantes solo están abiertos a las familias nobles y adineradas. Ocasionalmente, el autor de alguna hazaña, principalmente militar o artística, es admitido en el gran mundo, como el compositor Richard Wagner. Además de talento, el advenedizo debe poseer una educación exquisita y encontrar amigos y relaciones que acepten actuar de intermediarios. Sólo si se cumplen éstos requisitos puede considerarse que un individuo es un salonfähig, es decir, digno de ser recibido en los salones. El salón, en efecto, representa todavía en 1919 la forma de sociabilidad principal de las élites. A menudo dirigidos por una mujer que es la que da el tono, ésos elegantes círculos privados reúnen, con una periodicidad cotidiana o semanal, a una serie más o menos amplia de conocidos, que van desde una decena para las reuniones íntimas a varios centenares de comensales cuando se celebran las grandes fiestas de la temporada. Esa artesanía política con miras a la tesorería no debe hacernos pensar que la única actividad de Hitler consista en buscar dinero frecuentando a los poderosos. Siente una verdadera atracción por el lujo y el esplendor, cuyo fundamento es en parte estético. Le gusta, por ejemplo, su amiga Helene Bechstein por ser una verdadera wagneriana. De hecho, es ella la que hace de intermediaria el 30 de septiembre de 1923 para que Hitler pueda visitar la villa Wahnfried, construida por Richard Wagner. Esa noche, en el hotel Anker, uno de los grandes hoteles de Bayreuth, Helene Bechstein recibía a sus amistades. Entre los invitados están Winifred Wagner. Se la presentan a Hitler. Se inicia entonces una larga relación con la pareja heredera de la obra del compositor. Siegfried Wagner, el hijo de Richard, lo recibe en su villa monumental: "Para comprender bien la atracción que ejerce sobre Hitler y los dirigentes nazis, hay que hablar de la enorme revolución que representó Richard Wagner. El festival de Bayreuth es sin duda una de las primeras expresiones de lo que luego fue la temporada artística internacional. El evento atrae a aficionados de Francia, Inglaterra e Italia. Pero se ha convertido sobre todo en la meca de la aristocracia nacional conservadora. Wagner ha podido construir su teatro a partir de 1872 gracias al apoyo del rey de Baviera. El compositor deseaba ofrecer en verano a la gente de buen gusto un momento de esparcimiento lejos de las grandes ciudades. La pequeña localidad de Bayreuth se prestaba a ello. Acorde con la época, desde que se estrenan los Festspiele, en agosto de 1876, un único palco principal acoge a los príncipes, mientras que todos los demás espectadores están sentados en bancos instalados en forma de gradería: es el símbolo de la Volksgemeinschaft, la comunidad del pueblo gracias a la melomanía. Solamente el escenario está iluminado, ya que el compositor sabía demasiado bien que si iluminaba la sala convertiría la música en el segundo acontecimiento mundano, estimulando que las bellas mujeres rivalizasen en elegancia: el aspecto social se habría impuesto al arte. Pero Wagner quiere difundir el ideal de un pueblo germánico unido y conquistador. La mitología de sus óperas irriga la cultura nacionalsocialista, pues los militantes y los ideólogos creen hallar en esas obras la prueba de la existencia de una raza de señores, de esencia heroica y divina. Los nazis admiran también su antisemitismo, que confirma sus prejuicios; a sus ojos, el compositor no es únicamente un genio musical, sino un maestro de vida y un filósofo político. Hitler está convencido de ello. Su pasión wagneriana lo lleva a escuchar las obras del maestro en un estado de trance… Su wagnerismo habría de servirle de escuela estética y de aprendizaje de los usos y costumbres, completando así la educación secundaria adquirida en la Realschule de Linz. Impone Bayreuth como centro cultural durante el Tercer Reich y permite una difusión sin precedentes de la obra del compositor, cuya música se interpreta en las grandes concentraciones del NSDAP, enmarcando las modestas marchas de Ernst Hanfstaengl. Toda la liturgia política del nazismo se resiente de los ecos de esa musicalidad grandiosa. Ir a la ópera ya no es una simple actividad cultural, sino un acto de fe en la capacidad del Führer, que divulga sus gustos y anima a los alemanes a imitarlos: Tristan und Isolde es una absoluta obra maestra, el Ring des Niebelungen (el anillo del Nibelungo), una magistral lección de ideal, y en el Götterdämmerung se expresa la fuerza del destino" (D´Almeida, pp. 41, 42).  

Yuki Takano ©

Beethoven Night Fever.

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El compositor Walter Carlos (Wendy Carlos a partir de 1972) interpretó con sintetizadores Moog algunas piezas de Johann Sebastian Bach. En su álbum Switched-On Bach (1968), Carlos interpreta los tres primeros movimientos del Concierto de Brandenburgo nº 3 en sol mayor, BWV 1048 y dos preludios y fugas del primer libro de Das wohltemperierte Klavier (El clave bien temperado), el nº2 en do menor, BWV 847 y el nº 7 en mi bemol mayor, BWV 582. Éste peculiar acercamiento a la figura de Bach resultó ser un tremendo éxito: vendiendo más de un millón de copias en Estados Unidos, ganando tres premios Grammy (Mejor álbum de música clásica, Mejor producción de álbum de música clásica y Mejor interpretación clásica por un solista) y alcanzando el Top 10 de la lista oficial de ventas estadounidense. Tras repetir con la fórmula en The Well-Tempered Syhthesizer (1969), con composiciones de Bach, Handel, Monteverdi y Scarlatti, y a punto de concebir el primer álbum ambient de la historia, Sonic Seasonings (1972), Carlos se adentraba en el mundo cinematográfico por todo lo alto, de la mano de Stanley Kubrick. En 1971, Walter Carlos estaba preparando su siguiente trabajo después del éxito de Switched-On Bach, con el objetivo de crear la primera pieza electrónica vocal. La pieza seleccionada para hacerlo fue la Novena Sinfonía de Beethoven (op. 125), siguiendo en la línea de reinterpretar los clásicos con sonidos electrónicos e innovaciones sonoras a través del sintetizador. Cuando Carlos y Rachel Elkind llevaban un tiempo trabajando en la pieza, conocieron La Naranja Mecánica de Anthony Burgess (1962). La novela se convirtió en la principal influencia del tema Timesteps y una versión enérgica sintetizada de La Gazza Ladra (La urraca ladrona) de Gioacchino Rossini. Sus composiciones formaron parte importante de Clockwork Orange (1972), pero no como pensaban. Al final Kubrick decidió en el último momento cambiar algunas de sus aportaciones por las versiones clásicas de los temas. Wendy Carlos se lamentó de que sus composiciones fueran posteriormente excluidas, cortadas y modificadas, aunque le quedó el consuelo de que fueran pioneras en el uso del Dolby en la historia del cine. Los sintetizadores de Wendy Carlos dotan de una frialdad extrema a las piezas clásicas, ayudando al espectador a entrar en la distopía planteada por Kubrick/Burguess. Una Inglaterra ambientada en un futuro cercano marcado por la ultraviolencia, el clasismo y la incomunicación. Carlos realiza una labor excelsa convirtiendo la grandilocuente Música para el funeral de la Reina María de Henry Purcell en un glorioso himno futurista que abre la película, ése icónico plano en el que conocemos a los cuatro drugos a través de un zoom de alejamiento desde el ojo del pequeño Alex; acelera a la enésima potencia la Obertura de Guillaume Tell de Rossini para varias escenas de sexo; sin olvidarnos de la preciosa adaptación del Segundo y Cuarto (con vocoder de por medio para recrear los coros originales) movimientos de la Novena Sinfonía de Beethoven: la verdadera niña de los ojos de Alex, tanto en la película como en el libro. Así queda reflejado en el capítulo en que Alex realiza un trío, mostrándose mucho más entusiasmado por la calidad de la interpretación de la pieza de Beethoven en el disco recién adquirido que por las dos jóvenes postradas en su cama. Mención aparte merecen la amalgama beethoviana que crea Carlos en el tema principal de la película, una creación original compuesta al estilo del drugo Ludwig van; y esa Timesteps, que aunque Kubrick no utilizó en su totalidad en el fil, fue recogida en su versión de casi 14 minutos en A Clockwork Orange: Wendy Carlos´ Complete Original Score (1971), álbum en el que Carlos volcó todo el material ideado y grabado para el film, tanto las piezas utilizadas como las desechadas por Kubrick: Timesteps, March from A Clockwork Orange (Ninth Symphony, Fourth Movement, Abridged), Title Music from A Clockwork Orange (from Music for the Funeral of Queen Mary), La Gazza Ladra (The Thieving Magpie, Abridged), Theme from A Clockwork Orange (Beethoviana), Ninth Symphony: Second Movement (Scherzo), William Tell Overture Abridged, Orange Minuet, Biblical Daydreams, Country Lane. La situación volvería a repetirse con la creación de la banda sonora de The Shining o El Resplandor (1980). Para la adaptación del best-seller de Stephen King, Carlos aportó diferentes composiciones originales junto a Rachel Elkind, realizando hasta una versión deconstruida del himno latino Dies Irae (Día de la Ira) que Hector Berlioz adaptó a su vez para la Sinfonía fantástica, utilizada justamente para el icónico momento inicial de nuestra llegada aérea al temible Hotel Overlook, y Rocky Mountains. Sufriendo el mismo proceso de que su trabajo fuera modificado o directamente descartado por Kubrick. Éste segundo desprecio provocó la ruptura definitiva con el cineasta. Stanley Kubrick en The Shining (1980) incluyó la Symphonie fantastique de Hector Berlioz, cuyo subtítulo era Episodios de la vida de un artista: contiene elementos autobiográficos de un amor no correspondido: con un formato de ópera instrumental en cinco actos. Berlioz describe una pesadilla en la cual la amada es asesinada y el amante, ajusticiado. En El Resplandor, de nuevo Kubrick recurre a música preexistente: Krysztof Penderecki (Ultrenja, Polymorphia, El despertar de Jacob, De Natura Sonoris), Béla Bartók (el tercer movimiento de su Música para cuerda, percusión y celesta) o Györgi Ligeti (Lontano). Comenzando por Bartók, uno de los grandes clásicos del siglo XX, utiliza su música para cuerdas, percusión y celesta, una de las obras maestras indiscutibles del autor y del siglo, del que se escucha el tercer movimiento, Adagio cuando Wendy y Danny corren por el laberinto, cuando Danny pasa por primera vez frente a la habitación 237 y no puede abrirla, o cuando se abre la puerta para entrar en su habitación, donde está su padre, a buscar su coche de bomberos (el tintineo inicial de la celesta en el Adagio acompaña la apertura de la puerta). Parece como si ésta música acompañara el concepto de un secreto escondido. En cuanto a Ligeti, su Lontano, obra para orquesta de 1967, parece elegido para ilustrar la comunicación lejana, como su nombre indica, y por ello suena en la presentación del hotel, Halloran se comunica con Danny mediante el resplandor; también cuando Danny tiene por primera vez, desde su casa, la visión de las gemelas; y por último, cuando Wendy descubre que las líneas telefónicas están cortadas por la nieve. Como punto fuerte y más importante de la música de El Resplandor se lo lleva Krzysztof Penderecki. De él escuchamos El despertar de Jacob (de 1974) en secuencias como la que muestra la primera vez que Danny habla con el espíritu Tony, la secuencia de Jack cuando despierta de su pesadilla, y cuando el propio Jack entre en la habitación 237 para encontrarse con la bañista desnuda; ésta música aparece para acompañar a las escenas que supongan alguna iniciación en lo desconocido. Otra obra utilizada de Penderecki es Ultrenja (1969-1970), que originalmente describe el entierro y resurrección de Cristo. De ésta obra suenan en El Resplandor dos fragmentos: el titulado Ewangelia en los momentos más violentos del film, cuando Wendy le da a Jack con el bate, el hachazo de Jack a Halloran, Wendy despertándose y gritando al ver el Redrum en la puerta, o al ver ella el cadáver de Halloran; otro fragmento es Kanon Paschy, que suele usarse juntamente con el anterior, por ejemplo, en la persecución de Danny por Jack a través del seto. Otras obras de Penderecki que se escuchan en la película son las dos composiciones que llevan el título De Natura Sonoris (la primera de 1966 y la segunda de 1971). La pieza número 1 se escucha en algunos momentos que impliquen descubrimiento: cuando Danny, corriendo en su triciclo, dobla una esquina y ve a las dos gemelas; o cuando Wendy descubre que el coche oruga de que disponían en el hotel ha sido inutilizado por Jack (solapada con Polymorphia); también está la imagen final de Jack congelado. En cuanto a la pieza número 2, la oímos cuando Danny está escribiendo Redrum con el lápiz de labios, cuando Halloran viaja en el coche oruga rumbo al hotel, o cuando Danny se reúne finalmente con su madre. Por último, la compleja relación entre Jack y Wendy parece remarcada por Polymorphia, de 1961, que suena cuando ella descubre que el libro de Jack consta de una sola frase, cuando le arrastra, inconsciente, hasta encerrarle en la despensa, o cuando él le habla desde la despensa de que se va a llevar una sorpresa cuando compruebe el estado del coche oruga y del radioteléfono. Después de trabajar juntos en Espartaco (1960), Alex North se iba a reencontrar con Kubrick en el proyecto más grandioso del director: 2001: A Space Odyssey (1968). North ya era considerado como un compositor de banda sonoras reputado. Para la fecha contaba con diez de las quince nominaciones a los Oscars que conseguiría durante su carrera y con los créditos de coautoría de Unchained Melody (1955), una de las baladas más reconocibles a nivel mundial de la música popular norteamericana que han versionado artistas de la talla de Elvis Presley, Orville Peck o The Righteous Brothers. No obstante, ni la fama, ni el buen resultado de su colaboración anterior (con la que consiguió una candidatura al Oscar a mejor banda sonora original), coartaron la decisión de Kubrick de desechar por completo las partituras del compositor. En ésta ocasión fue el combo de dos compositores del siglo XIX como Richard Strauss y Johann Strauss hijo; y dos del XX, Györgi Ligeti y Aram Khachaturian; los que derrocaron al compositor. Lo que en un primer momento iba a ser una combinación de música creada por North y el infinito silencio sideral del espacio, fue mutando en una especie de ménage à trois entre North, el silencio y la música clásica. En su origen, la aparición de composiciones clásicas en 2001: Una Odisea del Espacio se debió a labores prácticas, ya que fueron colocadas por Kubrick como pistas temporales durante el proceso de montaje del film, una práctica muy extendida. Por ejemplo, el propio An der schönen, blauen Donau (En el bello Danubio Azul) de Johann Strauss fue utilizado de manera provisional para la escena del acople del transbordador en la estación espacial y la idea original era que fuese posteriormente sustituido por la pieza Space Station Docking de North. El problema es que la diferencia entre la composición de Strauss y la de North es abismal. No existe nada más bello e icónico que la coreografía del transbordador y la estación con la música de Strauss hijo. Nadie puede superar al rey de los valses, ni siquiera en el espacio exterior. Poco a poco y a medida de comparaciones, los cuarenta minutos compuestos por North para la película fueron completamente desechados por Kubrick. La fanfarria inicial del Also sprach Zarathustra op. 30 (Así habló Zaratustra) de Richard Strauss se convierte en el perfecto acompañamiento para el clímax del prólogo con los simios; y el Kyrie de la segunda sección del Requiem de Ligeti hace aún más aterrador el encuentro de los astronautas con el monolito. Como curiosidad, cabe destacar que Kubrick no pidió permiso, ni pagó ningún tipo de derechos a Györgi Ligeti, a pesar de utilizar composiciones como Lux Aeterna y Atmosphères, además del citado Kyrie en varias escenas de su película, llegando incluso a editarlas y modificarlas. Por esas razones y aunque le encantase la utilización de sus piezas en el film, el compositor húngaro denunció a Kubrick. En Barry Lyndon (1975), el trío para piano nº 2 de Franz Schubert y el concierto para violonchelo en mi menor de Antonio Vivaldi. En Eyes Wide Shut (1999), el vals de la suite de jazz nº 2 de Dimitri Shostakovich. Cuando a Walter Murphy, pianista de jazz y clásico, se le ocurrió arreglar la Quinta Sinfonía de Beethoven para llevarla al sonido disco, algo nuevo ocurrió en la hibridación entre la música académica y la popular urbana. Ésta se había limitado a la reinterpretación de las obras del pasado con los nuevos medios musicales emergentes. Sin embargo, con el lanzamiento en 1976 del sencillo A Fifth of Beethoven, Murphy redefinió el concepto de éstas prácticas desarrollando un discurso compositivo donde ambas categorías musicales se retroalimentaban mutuamente. En éste caso, no deja de ser curioso el hecho de que, el tema de Murphy, a pesar de demostrar un mayor grado de preocupación por la adaptación de la pieza original a otro nuevo lenguaje musical, fuese objeto de tantas acusaciones de apropiación musical. Quizá fuese precisamente esa capacidad de reformular el discurso clásico a través del moderno, lo que tanto molestó a los sectores más conservadores. Sea como fuere, A Fifth of Beethoven consiguió posicionarse en los más altos puestos de las listas de ventas justo antes de que fuese incluida en la banda sonora de la película que significó el cambio en la base social y comercial de la música disco, Saturday Night Fever (1978). La inclusión de éste tema en la escena en la que el protagonista principal (Tony Manero, interpretado por John Travolta) desciende por primera vez las escaleras de la discoteca aportó un conveniente matiz al desarrollo dramático. De ésta forma, la característica terribilitá que transmiten las cuerdas del primero movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven aportó al personaje el estatus de poder en la pista de baile que se quería reflejar en el filme. Por otro lado, al margen de los temas de Bee Gees, en ésta banda sonora destaca a su vez otra adaptación a cargo de David Shire en la que, nuevamente, música clásica y disco dialogan a través de Una noche en el Monte Pelado (la ópera La feria, de Sorochinzi) de Modest Musorgski. En todo caso, lo realmente destacable, tanto en éste tipo de composiciones como en la trayectoria musical de Murphy, que continuó ligada a éste tipo de hibridaciones, es que, por primera vez, se produjeron procesos compositivos que generaron un discurso compartido entre éstas dos categorías musicales que compartían el protagonismo de las secciones de cuerda, viento y metal. Otro de los ejemplos más destacables de éste tipo de hibridación en la música disco de los setenta se produjo con una de las composiciones más célebres de la historia de la música, el segundo movimiento de Adagio del Concierto de Aranjuez del maestro Joaquín Rodrigo. Los ecos de ésta obra, que han llegado incluso a sobrepasar las fronteras terrestres, llegaron a la música disco de la mano del trompetista de jazz Herb Alpert. De éste modo, apoyándose en el mismo concepto compositivo iniciado por Murphy con A Fifth of Beethoven, Aranjuez (Mon amour) presenta un interesante feedback entre la obra de Rodrigo y el sonido disco-funk, del cual se evidencian las siguientes características: sección rítmica mediante el uso de instrumentación moderna: loop de batería, congas, timbales, bajo eléctrico, guitarra rítmica eléctrica. Ritmo notablemente más rápido que del adagio original -128 bpm frente a los, aproximadamente, 70 bpm´s que presentan las interpretaciones más fieles a la pieza original-. Compás de 4/4 negras. Uso del sintetizador para la recreación de la sección de viento y otro tipo de instrumentos. Uso de efectos y voces grabadas. Textura ligera y fluida. La trompeta solista sustituye a la guitarra clásica y al corno inglés del Adagio original. Con los avances en materia de síntesis analógica ocurrió lo que aún hoy se sigue considerando la época dorada de la música electrónica. Una etapa en la que muchos de los músicos encasillados en ésa especie de cajón de sastre que fue denominado New Age demostraron que los rasgos estilísticos de la música clásica y las formas de la nueva música conformada a través de instrumentos electrónicos guardaban bastante similitud. En aquellos años existían sectores adversos a la música electrónica que no dudaban en tachar a éste género como un producto banal que, mediante la mecanicidad de sus medios, no parecían necesitar de ningún conocimiento musical para generar frías composiciones carentes de espíritu: "Así, se puede observar cómo, a finales de la década de los setenta y durante la de los ochenta, la mayoría de los músicos electrónicos que presentaban estos rasgos estilísticos y que no se correspondían con el ámbito del baile, eran englobados dentro del trascendentalismo de la New Age. En todo caso, mucho de los músicos referentes de éste sonido como Tangerine Dream, Vangelis, o Jean Michel Jarre, demostraron durante aquellos años unas formas de composición basadas en la abstracción instrumental que le proporcionaban los medios electrónicos que para nada eran distantes de las académicas, llegando, en algunos casos como el del japonés Tsao Tomita, a realizar numerosas versiones sintetizadas del legado clásico y contemporáneo. Uno de los casos más claros de éste tipo de hibridaciones producidas dentro de éste ámbito se producirá en 1987 de la mano de la poetisa, cantante y compositora británica Anne Clark. Ésta artista, que nunca ocultó la fuerte influencia de la música académica en sus composiciones, se apoyaba en el uso del sintetizador, las cajas de ritmo y los secuenciadores, para desarrollar los furiosos recitativos de sus poemas. Pero fue, curiosamente, con una pieza instrumental para piano y sintetizador con la que consiguió materializar uno de los grandes iconos de la vertiente academicista de la New Age, así como de la musiva electrónica de baile, debido a las numerosas adaptaciones que se generaron de éste tema tras su publicación. Compuesto para cerrar su quinto álbum Hopeless Cases, con Poem Without Words II – Journey By Night la inglesa trasladó el concepto de la música de cámara para piano hacia la electrónica, logrando, de ésta forma, generar una pieza intimista en la que resulta muy difícil discernir entre lo clásico y lo moderno. Si existe una figura relevante dentro de ésa simbiosis entre la música académica y la popular urbana, se encuentra sin duda alguna en la del músico y compositor italiano Franco Battiato, quien siempre ha estado relacionado con los procesos creativos a través de la electrónica. Durante la década de los ochenta, Battiato generó un lenguaje musical propio bajo un discurso existencialista en el que, a través de la articulación e instrumentación del pop electrónico, se dieron cita los elementos musicales de la world music con los arreglos de la musiva antigua y culta de Occidente. Existen infinidad de ejemplos dentro de la discografía de Battiato donde se producen éstas manifestaciones que abarcan, desde las sonoridades árabes que culminan en un vals clásico de su famoso tema Voglio Vederti Danzare, hasta los arreglos barrocos que presenta E ti vengo a cercare, el que una coral Bachiana cierra, a modo de coda, una balada de pop electrónico con evidente contenido sacro y trascendental" (Posac Hernández, pp. 32, 33, 34).

Yuki Takano ©

1963 d.C. & 2063 d.C.

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Lee Billings en "Cinco mil millones de años de soledad. La búsqueda de vida entre las estrellas" (CRÍTICA, 2014), ubica los primeros intentos de búsqueda de vida extraterrestre. La confianza de Frank Drake en la existencia de otras formas de vida en el espacio surgió en una reunión privada que tuvo lugar después del proyecto Ozma. En 1961, J. P. T. Pearman, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, se acercó a Drake para ayudarle a organizar una modesta e informal conferencia SETI (search for extraterrestrial intelligence) en el Observatorio Green Bank. Según explicó Pearman, el objetivo principal de la reunión era cuantificar si el proyecto SETI tenía oportunidades razonables de detectar con éxito civilizaciones alrededor de otras estrellas. La Conferencia Green Bank se realizó entre el 1 y el 3 de noviembre de 1961. Aunque corta, la lista de invitados estaba salpicada de varias estrellas del medio astronómico. Además de Drake y Pearman, asistieron tres ganadores del premio Nobel. El químico Harold Urey y el biólogo Joshua Lederberg habían recibido la presea en sus distintos campos. Urey por su descubrimiento del deuterio –un isotopo más pesado de hidrógeno- y Lederberg por su descubrimiento de que las bacterias podían aparearse e intercambiar material genético. Ambos científicos eran practicantes del incipiente campo de la astrobiología: el estudio de los orígenes y manifestaciones de vida en el espacio. Urey estaba particularmente interesado en la química prebiótica de la Tierra antigua y Lederberg trabajaba para definir cómo se podría detectar vida alienígena en un planeta distante. Durante la realización de la conferencia, el químico Melvin Calvin, uno de los invitados, recibió el premio Nobel por su esclarecimiento de los caminos químicos subyacentes a la fotosíntesis. Los otros asistentes eran sólo ligeramente menos célebres. El físico Philip Morrison, por ejemplo, había sido coautor en 1959 de un artículo en que defendía un programa SETI igual que Drake emprendió en 1960. Dana Atchley era experto en sistemas de comunicación por radio, y presidente de Microwave Associates, Inc, una empresa que había donado equipo para la búsqueda de Drake. Bernard Oliver, vicepresidente de investigación de Hewlett-Packard, ya era un ávido partidario de SETI e incluso viajó tiempo antes a Green Bank para ser testigo de la primera búsqueda de Drake. El astrónomo norteamericano nacido en Rusia, Otto Struve, era director del Observatorio Green Bank e invitó a uno de sus alumnos más renombrados a la conferencia; se trataba de un investigador de la NASA llamado Su-Shu Huang, quien se expresaba con mucha sutileza. Struve era un legendario astrónomo óptico, y fue uno de los primeros científicos que pensó en cómo encontrar planetas en órbita alrededor de otras estrellas. Él y Huang trabajaron juntos para averiguar de qué manera la masa y la luminosidad de una estrella podían afectar la habitabilidad de otros planetas en órbita. El neurocientífico John Lilly fue a Green Bank para presentar sus ideas respecto a la comunicación interespecies, la cual tenía como base sus controversiales experimentos con delfines nariz de botella en cautiverio. Un brillante astrónomo de nivel postdoctoral de 27 años de edad y cabello oscuro fue, en ese momento, el más joven y el menos distinguido de la lista de invitados. Su nombre era Carl Sagan, quien fuera invitado por Lederberg, uno de sus mentores. A Drake le tocó organizar la agenda de la conferencia. Unos días antes de la inauguración, se sentó a su escritorio con lápiz y papel, y trató de clasificar todas las piezas clave de información que se necesitaban para calcular el número, N, de civilizaciones avanzadas detectables que podrían existir en ése momento en nuestra galaxia. Drake creía que la longevidad era importante debido al tamaño y edad de la Vía Láctea, y al inconveniente hecho de que nada parecía capaz de viajar en el espacio a una velocidad mayor que la de la luz. Nuestra galaxia tiene una amplitud aproximada de 100 000 años luz y, al parecer, es tan antigua como el universo mismo; debido a ésto, presenta una enorme cantidad de espacio y tiempo en los que podrían aparecer otras civilizaciones cósmicas. Por ejemplo, si el promedio de vida de una sociedad tecnológica avanzada fuera de unos cuantos de cientos de años, y dos sociedades de éste tipo surgieran simultáneamente alrededor de estrellas a 1000 años luz de distancia, en realidad no tendrían oportunidad de hacer contacto antes de que varias fuerzas provocaran que las fases comunicantes de sus imperios llegaran a su fin. Incluso si una de ellas descubriera a la otra de alguna manera y enviara un mensaje a esa estrella distante, para cuando éste llegara, 1000 años después, la sociedad que lo mandó ya no existiría. Después de tomar en cuenta la mejor evidencia disponible, aquellos hombres que poseían unas de las mentes científicas más brillantes del planeta Tierra llegaron a la conclusión de que el universo, en general, era un lugar bastante hospitalario y seguramente estaba repleto de mundos vivos. A pesar de todo, Drake anunció que –más que el número de estrellas o de planetas habitables, o la frecuencia con que la vida, la inteligencia y la alta tecnología surgieran- él sospechaba que lo que en realidad controlaba el número de civilizaciones tecnológicas existentes en ese momento en el cosmos era casi únicamente su longevidad, es decir: N = L. La idea hizo estremecer a Philip Morrison. De todos los asistentes a Green Bank, él era el único capaz de apreciar visceralmente lo fugaz que podía ser nuestra era moderna. El físico había trabajado en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial y fue testigo de la detonación de la primera bomba atómica en Alamogordo, Nuevo México, el 16 de julio de 1945. Un mes después, en la isla Tinian, en el Pacífico Sur, ensambló y armó personalmente una bomba atómica que luego se arrojó sobre la ciudad japonesa de Nagasaki. La bola de fuego que provocó la bomba incineró a decenas de miles de civiles, y un número igual de personas murió lentamente debido a quemaduras de segundo grado y a los efectos colaterales de la exposición a la radiación; todo fue producto de la fisión nuclear de aproximadamente un kilo de plutonio. En el momento en que la rendición de Japón provocó que la guerra se acercara a su fin, Morrison formaba parte de un contingente de científicos estadounidenses que visitó las ciudades de Hiroshima y Nagasaki para evaluar de cerca la devastación causada por la contienda atómica. Poco después se convirtió en un franco defensor del desarme nuclear, pero ya era demasiado tarde: la Unión Soviética había dado inicio a un programa intensivo para desarrollar bombas atómicas y en 1949 probaría su primera arma nuclear con éxito. En la subsecuente carrera armamentista, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética lograron controlar el proceso más poderoso de la fusión termonuclear e introducir la destructiva fuerza de cientos de nagasakis en bombas individuales. Los arsenales termonucleares que se produjeron eran perfectamente capaces de aniquilar cientos de millones de vidas, en un solo incidente nuclear. Quienes sobrevivieran a un holocausto nuclear de éste tipo tendrían que enfrentarse a una biosfera planetaria severamente dañada y a un mundo que estaría sumergido en una nueva Edad Oscura. Menos de un año después de la reunión de Green Bank, la Crisis de los Misiles en Cuba puso al mundo al borde de la guerra termonuclear y, a medida que pasó el tiempo, más y más países lograron concretar el poder del átomo en armas. Los humanos desarrollaron una sociedad global, radiotelescopios y cohetes interplanetarios casi al mismo tiempo que diseñaron y fabricaron las armas de destrucción masiva: "Quizás todas las sociedades seguirían trayectorias similares y, por ésa razón, se tonarían visibles en una sección del cosmos mucho más amplia casi al mismo tiempo que adquirieran la habilidad de destruirse a sí mismas. De hecho –continuó el físico mientras hacia un ágil cálculo mental de las cifras-, si la civilización promedio sólo duraba una década antes de pasar al olvido, lo más probable era que en todo momento sólo hubiera un sistema planetario con capacidad comunicativa en toda la galaxia. Para decirlo de otra forma, es posible que ya hayamos conocido a la única cultura de la Vía Láctea porque quizás somos nosotros mismos. Morrison creía que una de las razones para buscar evidencia de civilizaciones extraterrestres era la posibilidad de saber si la nuestra tenía oportunidad de sobrevivir a su presente adolescencia tecnológica. Sagan trató de contrarrestar el terrible presagio al señalar que no podíamos hacer de lado la probabilidad de que algunas civilizaciones tecnológicas alcanzaran la estabilidad global y la prosperidad antes, o incluso después, de desarrollar armas de destrucción masiva. Después de que los participantes discutieron y debatieron sobre L hasta el cansancio, Drake se puso de pie y anunció que habían llegado a un consenso. Las vidas de las civilizaciones tecnológicas, dijo, podrían ser relativamente cortas y durar, como máximo, tal vez 1000 años; o muy largas o extenderse hasta los 100 millones de años y mucho más. Si la longevidad era, efectivamente, el aspecto más crucial de la ecuación de Drake, eso implicaba que había 1000 y 100 millones de civilizaciones tecnológicas en la Vía Láctea. Mil civilizaciones planetarias se traducían a una por cada 100 millones de estrellas en nuestra galaxia. Si el número era así de bajo, entonces nos sería difícil encontrar con quien hablar, pues nuestra civilización vecina más cercana muy probablemente estaría a muchos miles de años luz de distancia. En cambio, si existieran 100 millones de civilizaciones, ocuparían una de cada 1000 estrellas y, en ése caso, lo que podríamos esperar sería que ya nos hubiéramos enterado de su existencia. El mejor cálculo de Drake en 1961 cruzaba la línea entre éstos dos extremos: especulaba que L podría estar a unos 10 000 años y, en consecuencia, tal vez había 10 000 civilizaciones tecnológicas dispersas por toda la Vía Láctea junto con la nuestra. Tal vez no era coincidencia que el cálculo personal de Drake hiciera que la detección de civilizaciones alienígenas fuera todavía bastante difícil, mas no imposible: según sus estimaciones, sólo se necesitaría vigilar 10 millones de estrellas para conseguir una detección tarde o temprano, aunque claro, la búsqueda podría tomar décadas o incluso siglos" (Billings, pp. 37, 38, 39). El 13 de julio de 1963, justo a un costado de la carretera Cabrillo, en San Diego, se selló una cápsula del tiempo en una pequeña cámara subterránea de concreto debajo de lo que entonces era la rampa oeste de entrada a la planta de General Dynamics Astronautics, en donde la compañía construía cohetes Atlas para el gobierno de Estados Unidos. General Dynamics fue adquirida en la década de los 90, y mucha de su infraestructura para la construcción de los cohetes Atlas fue desmantelada para hacerle espacio a naves industriales y edificios de oficinas capaces de generar dinero con mayor facilidad. Se suponía que la cápsula sería recuperada 100 años después de que fue enterrada, pero en lugar de eso, se desenterró y fue reubicada en una zona de almacenamiento en el Museo del Aire y del Espacio de San Diego, en Balboa Park. Si abriéramos la cápsula hoy, encontraríamos un delgado y avejentado libro con el título 2063 d.C., comisionado para conmemorar el quinto aniversario de General Dynamics y contenía optimistas profecías de expertos –generales, políticos, científicos y astronautas- sobre lo que sería, 100 años más tarde, la conquista del espacio por parte de la humanidad. A alguien de la empresa se le ocurrió imprimir algunos cientos de copias adicionales y, gracias a eso, conocemos su contenido actualmente. John Glenn, astronauta del Mercury Project, fue el primer estadounidense que orbitó el planeta y predijo que en un siglo habríamos vinculado las plantas de energía atómica a artefactos antigravedad y, de esa manera, reescribiríamos las leyes de la física y revolucionaríamos la vida y el transporte tanto en la Tierra como en los cielos. Scott Carpenter, otro astronauta del Mercury, expresó su esperanza de que el esquema antigravedad ayudara a los humanos a colonizar la Luna, Marte y su luna, Phobos. El prominente astrónomo Fred Whippie pronosticó que la población de la Tierra se estabilizaría en 100 000 millones y que la obra de ingeniería a nivel global en Marte alteraría el clima del Planeta Rojo para permitir que sus 700000 habitantes fueran autosuficientes. Dyer Brainerd Holmes, director de la Oficina de Vuelos Espaciales Tripulados de la NASA, predijo que en 2063 los vehículos con tripulación alcanzarían velocidades cercanas a la de la luz, y que la sociedad debatiría sobre el envío de humanos a las estrellas cercanas. La mayor parte de los 29 encuestados predijeron que el mundo sería pacífico, estaría unificado armoniosamente bajo un gobierno global democrático y se liberaría de la carencia de recursos. Todos los participantes tenían una visión optimista e idiosincrática. Edward Teller, una de las mentes detrás de la bomba de hidrógeno, esperaba que los misiles balísticos ya no se usaran para lanzas cabezas nucleares, sino para la transportación de pasajeros para viajar a cualquier parte del mundo en menos de una hora. Sin embrago, el científico dudaba que ésta llegara a ser una forma cómoda de viajar. El vicepresidente Lyndon B. Johnson opinó que deberíamos usar los satélites para controlar el clima de la Tierra. James B. Utt, congresista republicano de California, pensó que la sociedad dominaría la ciencia y la tecnología de la teletransportación humana, aunque no lo anhelaba con alegría en absoluto. Otro congresista de California, el demócrata George P. Miller, ofreció una opinión peculiar: dijo que para 2063 habríamos encontrado humanos viviendo en muchos otros lugares del universo aparte de la Tierra. La participación más extraña de todas fue la extensa y deliberadamente pesimista respuesta de Harold Urey, químico ganador del premio Nobel. Algunos otros participantes llenaron más de una cuartilla, pero los escritos de Urey ocuparon casi la tercera parte de todo el libro. Urey casi no habló sobre la ciencia y la exploración espacial. Más bien dedicó buena parte de su ensayo a resumir las implicaciones sociales que había atestiguado durante su vida. El científico era sólo un chico cuando cambió el siglo, y creció durante el tiempo en que los motores de vapor, los trenes, el telégrafo y los teléfonos representaban el pináculo de la tecnología. Ahora era un viejo en un mundo lleno de automóviles, aeroplanos, cohetes, computadoras digitales, televisores a color y bombas atómicas. Por cada década de la vida de Uey, la sociedad humana había experimentado en factor relativamente constante de crecimiento en la capacidad tecnológica y económica. La expectativa de crecimiento continuo –de hecho, de crecimiento interminable- fue lo que apuntaló la inversión de capital en la investigación y el desarrollo en curso que transformaba el orbe. Sin embargo, según Urey, ésa prodigalidad exponencial no estaba abriendo nuevas fronteras gloriosas sino, más bien, parecía develar límites que no se habían identificado anteriormente. En cuanto a lo que estaba por venir, Urey vislumbraba un futuro no muy distante en el que las cosas podrían venirse abajo: cuando los centros del mundo moderno ya no pudieran sostenerse más; un tiempo en el que el crecimiento se estancaría. El químico no postuló otras causas inmediatas que no fueran las grietas ya existentes en la fachada de la civilización. Creía que los planes para un gobierno mundial eran desfavorables porque los gobiernos tendían a hincharse y hacerse difíciles de manejar debido a la fantástica deuda pública que superaba tanto a la inflación como a los ingresos públicos. La curiosa psicología de los políticos, aunada al desarrollo de máquinas de guerra por métodos científicos aplicados, provocaría déficits desastrosos que se verían exacerbados por la necesidad de ofrecer atención médica y seguridad social a una población desmesurada y en vías de envejecimiento. Urey señaló que entregar la sociedad de manera total a los caprichos de las enormes corporaciones privadas no era una alternativa viable dado que, inevitablemente, las empresas conspirarían para obtener los beneficios a corto plazo en contra del interés público y el bien común. El statu quo del crecimiento sólo se podrían mantener por medio de un equilibrio incómodo e incierto entre las regulaciones del gobierno y la iniciativa privada, pero incluso así, no se podría conservar de manera indefinida. En los países desarrollados se estaba canalizando más esfuerzos que nunca antes hacia la producción de baratijas tecnológicas que satisficieran los deseos cíclicos del consumismo, esfuerzos que, por lo tanto, no se podían enfocar en la resolución de problemas globales apremiantes. Lo que debemos reconocer fundamentalmente es el profundo tiempo planetario en toda su vastedad. Mil años de cambios climáticos pueden producir un bosque en el lugar donde solía haber un desierto. Un millón de años de actividad tectónica pueden provocar el surgimiento de una montaña en medio de una pradera abierta y llana; 100 millones de años de prueba y error evolutivos pueden trasformar una procariota en una eucariota, o un ratón en un hombre: "Mil millones de años es tiempo suficiente para reestructurar por completo el funcionamiento del mundo. A la mayoría de la gente la palabra Fanerozoico le suena prácticamente igual que Proterozoico, y la diferencia entre un millón y 1000 millones de años le parece menos una cantidad de tiempo y más bien una cuestión de agregar tres ceros la final de la cadena numérica. Sin embargo, basta que hagamos algunos experimentos mentales sencillos para comprender la verdad. Piensa que el lapso completo de 542 millones de años del Fanerozoico es tan sólo una octava parte de la historia total de nuestro planeta. Imagina, así como lo hizo el escritor Bill Bryson, que entras a una máquina del tiempo para volver al ocaso Fanerozoico a la velocidad de un año por segundo. Después de 90 minutos te encontrarías en la Era de Bronce, más o menos en la época de la construcción de Stonehenge, la domesticación del caballo y la fundación de las religiones abrahámicas. Un día después estarías en medio de la Era de Piedra, justo cuando pequeñas bandas de humanos en busca de comida empiezan a migrar fuera de África. Llegar al inicio del Cámbrico, la base del Fanerozoico, te tomaría casi 20 años. Ahora recuerda que casi una década de tiempo Precámbrico temprano subyace a cada uno de los años Fanerozoicos que pasan; si partes del lejano Cámbrico, tu máquina del tiempo a un año por segundo necesitaría 125 años más para transportarte a los primeros momentos de nuestro planeta. O bien, tratemos de esquematizar los 4500 millones de años de la Tierra en un calendario por años. El Precámbrico comienza con la fusión de la Tierra de la nebulosa primigenia, el día de Año Nuevo, y continúa hasta la explosión Cámbrica, a mediados de noviembre. La vida sigue así hasta finales de febrero, pero las cianobacterias empiezan a inyectarle oxígeno a la atmósfera de la Tierra hasta mediados de junio. El depósito de esquisto Marcellus se forma algunos días después del Día de Acción de Gracias, y los depósitos de carbón de Pensilvania se asientan por completo en la primera semana de diciembre. La siguiente semana aparecen los dinosaurios, pero sucumben a la extinción para Navidad. Los humanos anatómicamente modernos aparecen tarde en la fiesta, después del cuarto para las doce de la Víspera del Año Nuevo. Un minuto antes de la medianoche, el último pulso glaciar mengua de vuelta hacia los polos, y entonces comienza el Holoceno interglaciar. Aproximadamente un segundo antes de la media noche, la Tierra ingresa en el Antropoceno" (Billings, pp. 186, 187).  

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Dead Can Dance.

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Simón Luis Gutiérrez en "Referentes de la mitología clásica en Dead Can Dance" (Universidad Complutense de Madrid, 2013) detecta que una de las principales fuentes de inspiración del movimiento gótico está constituido por el mundo mitológico de las antiguas Grecia y Roma. El grupo musical Dead Can Dance es uno de los mejores ejemplos de ésto. Los cementerios son museos al aire libre: panteones neogóticos, neoclásicos o modernistas, estructuras que recuerdan obeliscos del antiguo Egipto, mausoleos griegos, bustos romanos, esculturas de ángeles imponentes y de personajes lastimeros. Dentro del amplio movimiento gótico es posible identificar, a grandes rasgos, dos corrientes de influencia e inspiración. Podría decirse que el aspecto más llamativo y conocido es la temática tenebrosa, es decir, centrada en los aspectos mas escabrosos de la vida y la religión (cristiana casi siempre): el infierno y el castigo, los muertos y los aparecidos, la idea de pecado, etc.; otro aspecto no menos importante consiste en la recuperación de determinados elementos e ideales estéticos de la Antigüedad clásica, si bien es cierta que ésta recuperación es usualmente una reinterpretación de dichos ideales desde una perspectiva contemporánea. Una de las formaciones musicales donde mejor se puede apreciar éste último aspecto es la australiana Dead Can Dance, proyecto cuya amplitud y complejidad musical hace que no se pueda clasificar dentro de casi ninguna corriente o estilo musical, trascendiendo géneros y etiquetas simplistas. Un proyecto compuesto por Lisa Gerrard (vocalista y compositora) y Brendan Perry (vocalista y compositor), formado en 1981 en Melbourne, Australia. Aun así, es posible identificar al menos tres grandes líneas de pensamiento que animan su obra lírica, a saber: la música y el imaginario de los grupos aborígenes australianos y africanos, la época de la Edad Media europea, y finalmente, la Antigüedad clásica (culturas griega y romana), como principales horizontes de referencia. Éstos tres grandes temas los encontramos repartidos a lo largo de toda su obra, pero hay determinados álbumes en los que se aprecia más el predominio de uno sobre los otros. Así, la influencia, tanto musical como temática, de la cultura aborigen australiana y de otras sociedades tribales, se deja sentir ya desde la portada de su primer LP (Dead Can Dance, 1984), en donde se muestra una máscara ritual africana junto al nombre del grupo en letras del alfabeto griego; de éste modo, ya desde el principio se anuncian las ideas que irá desarrollando la banda a lo largo de los años. Ésta influencia tribalista se irá incrementando progresivamente con el paso del tiempo, hasta llegar al álbum Spiritchaser (1996), completamente sumergido en la música y la cultura de diversas sociedades indígenas. De igual modo, la temática medieval aparece con frecuencia en varios lugares de su obra musical, por ejemplo en temas tales como Cantara (Within the Realm of a Dying Sun, 1987), Chant of the Paladin (The Serpent´s Egg, 1988), Saltarello (Aion, 1990), o Tristan (Toward the Within, 1994). El uso que hace ésta banda de referentes medievales y clásicos reinterpretándolos de tal forma que se les dota de otro sentido, más allá del histórico y real, les acerca a los modos de dos movimientos muy cercanos entre sí surgidos a fines del siglo XIX, el Prerrafaelismo y el Simbolismo. En efecto, éstas dos corrientes culturales (pictórica la primera y eminentemente poética la segunda) buscaron su inspiración y razón de ser en una Antigüedad idealizada como forma de protesta y huida de la encorsetada sociedad de su tiempo. El segundo disco de la banda (Spleen and Ideal, 1985) será el más influenciado por éstas ideas, estando sus composiciones basadas en la obra del poeta Charles Baudelaire y del escritor Thomas De Quincey. Paralelamente, en la obra lírica de Dead Can Dance se aprecia el uso de códigos y temas propios del mundo clásico a los que se proporciona un sentido más amplio y en ocasiones distinto del original, como medio de expresión de un universo particular de pensamiento, como símbolos de otra cosa; esencialmente la lucha espiritual interna de cada ser humano. Las referencias a la mitología clásica se centran en su mayoría en dos grandes temas que permean toda la obra de DCD, desde su primer disco hasta el álbum Anastasis (2012). Éstos temas son la idea de la circularidad del tiempo y el viaje espiritual interno que ha de realizar el ser humano. El tema de la circularidad del tiempo aparece claramente en el título del álbum The Serpent´s Egg (1988), el cual remite a diversos mitos griegos acerca del origen del Universo. En efecto, según algunas antiguas cosmogonías, en el origen de los tiempos, una serpiente primordial de nombre Ophion habría incubado un huevo a partir del cual surgirá todo el Universo. Éste solía representarse como una serpiente enrollada en torno a un enorme huevo, lo que vino a motivar su temprana confusión con otra figura mitológica distinta, la serpiente Ouroboros. La primera atestación del Ouroboros la encontramos en el antiguo Egipto en contextos generalmente funerarios, donde se representan como una serpiente mordiéndose la cola, como símbolo de los ciclos de los elementos de la Naturaleza, tales como el Sol y la Luna, y también la circularidad del Tiempo y del Cosmos, su principio y su final, que son iguales puesto que surge de la Nada y volverá a la Nada, al Caos primordial. Ya Platón dice que ésta serpiente cósmica fue el primer ser del cual surgirá el universo, dando lugar a una confusión mencionada y que se incrementaría con el paso del tiempo. Ésta creencia fue adoptada por diversas corrientes místicas, principalmente el gnosticismo y el orfismo. Particularmente, el orfismo acogió éstas ideas puesto que ejemplificaban bien sus postulados acerca de la reencarnación de las almas; para ellos pasó a ser un símbolo del proceso de perfeccionamiento del alma humana a través de la metempsícosis, cuyo fin último es precisamente liberarse de dicho ciclo: "El título del disco Aion (1990) también hace referencia a las enseñanzas órficas y de otras corrientes especulativas acerca del Tiempo y el Universo. El aion representa el tiempo ilimitado, sin fin, es decir, eterno, y se solía representar de forma parecida al Ouroboros, ésto es, un joven rodeado por una especie de halo (en ocasiones una serpiente) que representa el Universo; a su vez, ésta figura se confundió con la de otra deidad eminentemente órfica, el dios Fanes, quien habría surgido de un huevo cósmico incubado por una serpiente enroscada a su alrededor, y a quien se consideraba el creador y origen de la vida. El orfismo vuelve a resonar en el tema Persephone (the gathering of flowers); si bien éste es un mito sobradamente conocido en la mitología clásica, para la secta órfica tuvo una especial importancia, dado el énfasis que pusiera ésta secta mistérica en la existencia en el Más Allá. En breve: la joven Perséfone, hija de la diosa Deméter, es raptada por el dios del mundo de los muertos Hades (también llamado Pluto) cuando se encontraba recogiendo flores; su madre inicia su búsqueda desesperadamente hasta enterarse de la verdad. Decide suplicar al padre de los dioses, por lo que Zeus forzará finalmente a Hades a devolver a la joven, más el dios infernal consigue que la doncella coma algunos granos de una granada que le ofrece uno de los jardineros del mundo subterráneo; puesto que la ley divina establecía que todo aquel que comía o bebía algo en el reino de los muertos estaba obligado a permanecer allí por el resto de los tiempos, se hubo de llegar a un acuerdo por el cual Perséfone permanecería cuatro meses el reino de Hades, para pasar el resto del año junto a los dioses olímpicos y su madre. Éste mito, que daría origen a los misterios de Eleusis, representa el ciclo anual de la cosecha, pues los cereales (y las plantas) mueren aparentemente durante los meses de invierno para revivir con la llegada del buen tiempo; de éste modo pasó a ser una metáfora del ciclo de reencarnación postulado por el orfismo. En particular, los órficos se centraban en el momento exacto del rapto de ésta diosa por el dios infernal Pluto, acaecido en el momento en que ésta se recogiendo flores ataviada con un manto de estrellas, tal como detallan los textos que nos han llegado, si bien la significación de éste detalle particular no ha sido suficientemente explicada" (Gutiérrez, pp. 217, 218). El otro gran tema de la obra lírica de DCD y que prácticamente ocupa toda su producción, es también uno recurrente dentro de la mitología clásica (y de otras muchas culturas). Nos referimos al viaje iniciático de la persona en busca del perfeccionamiento espiritual, el cual se ejemplifica en un viaje físico. Podemos ver ésta idea en textos de DCD que no conllevan referencias clásicas directas, tales como Wild in the Woods o The Arcane (ambos de su primer LP); pero será en el disco Into the Labyrinth (1993), prácticamente un disco conceptual, donde encontraremos ésta idea plenamente desarrollada a partir de temas claramente mitológicos. El título del álbum alude al mito del héroe griego Teseo, quien venció al monstruo del Minotauro. Éste ser mitad humano y mitad toro, resultado de la unión de la reina Parsífae (enloquecida por una diosa) con un toro, había sido recluido por el rey Minos de Creta en un laberinto construido por el famoso ingeniero Dédalo y requería un tributo periódico a la ciudad de Atenas de siete jóvenes y siete doncellas. El príncipe ateniense Teseo se decidió a acabar con el monstruo, para lo cual se embarca como integrante de una de las partidas de jóvenes para la bestia. Al llegar a la corte del rey Minos y anunciar su propósito, las hijas de éste (Ariadna y Fedra) se enamoran del joven, y la mayor decide ayudarle en secreto, proporcionándole un ovillo con el cual podrá encontrar el camino de salida del laberinto tras haber acabado con el Minotauro. Éste mito de amplias y variadas significaciones, está muy relacionado con antiguos rituales de paso y fecundidad. El laberinto, representado usualmente con forma circular, y el deber de matar al monstruo que mora en su interior pueden interpretarse como un símbolo del paso del joven a la edad adulta. El hecho de tener que introducirte en un laberinto intrincado y ser después capaz de hallar la salida es de una simbología evidente; y las dificultades para la orientación aluden a las dificultades propias de la vida, y representan el proceso de aprendizaje de toda persona. Al mismo tiempo se aprecia una conexión con la historia del largo periplo de Ulises narrado en la Odisea, tema también tratado por DCD en Ullyses, del álbum The Serpent´s Egg (1988); el largo peregrinar de Odiseo es una prueba de coraje, fidelidad y valor, es un viaje lleno de pruebas a través de las cuales el héroe va evolucionando y transformándose. Al ser un viaje circular es siempre un regreso, un retorno al origen, al cual sin embargo la persona llega transformada, perfeccionada, gracias a las pruebas que se le presentaron y ha sido capaz de superar con éxito. Éste mito puede ser interpretado en clave mística como un proceso de desarrollo espiritual, que nunca es sencillo ni rápido, sino lento y costoso. Simboliza la búsqueda a través del perfeccionamiento espiritual para alcanzar el conocimiento y la sabiduría. Y tal como dice el último verso de la canción Ullyses, éste viaje no viene a ser más que un periplo, un regreso, puesto que todo conocimiento no es más que un recuerdo, un recuerdo de aquella Edad Dorada, de aquel paraíso en el que una vez moramos y al que ya sólo nos es posible volver a través del perfeccionamiento espiritual: "Pues ésta noche debemos partir, con la primera brisa suave, hacia las islas del conocimiento navegamos, al igual que Ulises, por un despejado mar, en una odisea de autodescubrimiento". De igual modo, la idea del laberinto circular se relaciona con el tema anteriormente tratado de los ciclos vitales y de la Naturaleza, de la vida y la muerte, así como con la idea de la eternidad del tiempo y del cosmos. El laberinto es circular y su dificultad se debe a que es un viaje iniciático; circular como viene a ser el ciclo de la reencarnación, cuyo objetivo es el mismo, el perfeccionamiento espiritual, la liberación del alma. El laberinto es una expresión espacial/física del concepto de la reencarnación, un círculo en el tiempo. Y es circular porque es un regreso al estado perfecto, la Edad Dorada de la que hablarán Hesíodo, Platón y tantos otros. Según el orfismo, la especie humana tiene una composición dual, habiendo sido creada a partir de la mezcla de la sangre del dios Dionisio (representando su parte divina, el alma) y cenizas de los Titanes (representando el aspecto material y concupiscente, el cuerpo físico en definitiva); debido a ésta suerte de pecado original, el individuo ha de buscar la expiación a través de un proceso de reencarnaciones en diversos seres, tiempo durante el cual el alma se va purificando hasta alcanzar el ultimo estadio que viene a ser el del iniciado en los misterios órficos. En efecto, para los seguidores de ésta corriente, los preceptos y normas de vida atribuidos al mítico Orfeo producirían la liberación del ciclo de reencarnaciones, escapando así el alma del iniciado al triste destino post mortem del común de los mortales, condenados por su ignorancia a residir tras la muerte en un oscuro reino subterráneo y en ocasiones siendo víctimas de crueles castigos, o con suerte llevando una muy monótona vida, más o menos como se describe en el canto X de la Odisea o en el dialogo platónico Gorgias. Para esto, a los iniciados se les transmitía una serie de conocimientos e instrucciones muy concretas acerca de cómo actuar en vida y de lo que hacer tras la muerte. Se han hallado numerosas tablillas con las que se enterraban los adeptos, en las cuales figuraban una serie de instrucciones acerca del camino a seguir y lo que decir una vez llegados al reino de los muertos. El momento crucial es cuando se llega a dos fuentes, la de la memoria y la del olvido, si se bebe del olvido, consecuentemente se olvidarán las enseñanzas recibidas en vida y se pasará a una triste semi-existencia que se extenderá por el resto de la eternidad; mientras que si bebemos de la fuente de Mnemósine seguiremos recordando las instrucciones y alcanzaremos los Campos Elíseos, donde las almas moran felizmente por la toda la eternidad libres de preocupaciones, reviviendo eternamente la época más feliz de su vida. Mnemósine es mencionada en el tema Amnesia del álbum Anastasis (2012), que se relaciona con éstas ideas, puesto que el tema de la canción es la importancia de no olvidar, para aprender de los errores pasados y evolucionar espiritualmente: "Memoria, ayúdame a ver, Amnesia, Memoria, libérame". En éste sentido, es interesante el hecho de que el DCD dedicara otra de sus composiciones (The Lotus Eaters) al pueblo de los lotófagos que aparece en el canto IX de la Odisea. Esa gente, que habita en una isla del norte de África en un entorno paradisíaco, se alimentaba exclusivamente de una planta que les dejaba en un estado de completa felicidad, pero también de completa inactividad, sin deseo alguno de hacer nada. En éste sentido, son un claro símbolo de la tentación de abandonar la lucha espiritual y vivir en la inopia, olvidando el deber espiritual de alcanzar la sabiduría; incluso podemos ver en ésta isla y sus gentes un trasunto del destino de las almas de los no iniciados, condenadas a vivir en una pseudo-existencia, sin apenas conciencia. Se ha mencionado más arriba que el disco Into the Labyrinth casi puede considerarse un álbum conceptual, en el que se van describiendo diversas etapas del mito de Teseo y el Minotauro. Conviene recordar que por lo general todo mito se encuentra asociado a una determinada ceremonia ritual, y muy probablemente también sea el caso de éste mito concreto. De hecho, algunas versiones especifican que el laberinto era el recinto sagrado en donde Ariadna realizaba sus danzas. Éste detalle hace pensar en que ésta figura tendría ciertas funciones religiosas, probablemente ligadas a algún tipo de rito de fertilidad, como parece confirma el protagonismo de la figura del toro, presente en muchos cultos de éste tipo en toda la zona del Mediterráneo oriental. Así pues, todo ritual suele comenzar con una danza sagrada destinada a propiciar el favor de los dioses o espíritus, del mismo modo que se realizaba un acto ceremonial antes de emprender un viaje o empresa. Por ello, nada más adecuado que abrir el disco con un tema inspirado en las danzas sagradas de los aborígenes australianos, dedicadas a la Serpiente del Arco Iris, deidad relacionada con la fertilidad y el renacimiento, ambos temas centrales del mito griego, como ya se ha visto: "El siguiente corte del disco, The Wind that Snakes the Barley, aunque se trata de un antiguo tema tradicional irlandés, encaja bien aquí por su temática. Al tratar acerca de los sentimientos de un joven antes de partir hacia la guerra se puede establecer fácilmente un paralelismo con el joven Teseo decidido a liberar su ciudad del terrible impuesto. Del mismo modo, el instrumental Ariadne nos evoca el momento de la llegada del héroe a la corte del rey Minos, y el enamoramiento de la princesa y su decisión de ayudarle a acabar con el monstruo. Más adelante, en el disco nos encontramos con el tema Towards the Within, que parece anunciar el momento en que Teseo se introduce en el laberinto dispuesto a luchar con el Minotauro y a regresar después a su patria. Otro tema más de éste disco que tiene que ver con el mito que nos ocupa se llama The Spider´s Stratagem, título que remite inmediatamente a la película de Bernardo Bertolucci (Strategia del ragno, 1970) del mismo título. Éste film, a su vez, está basado en un cuento corto de Jorge Luis Borges (Tema del traidor y del héroe), el cual ahonda en la temática tan querida para su autor de la circularidad del tiempo y de la eterna reactualización de las cosas pasadas. Así pues, en éste caso se trata de un laberinto temporal por el cual vagamos en círculos constantemente sin ser capaces de escapar, hasta el momento en que nos volvemos conscientes de ésta situación a través de la indagación interior, siendo éste momento el principio de nuestra liberación. Y cabe preguntar finalmente cuál es el secreto para superar éstas pruebas, para encontrar el valor necesario para superarlas y alcanzar la sabiduría y la liberación espiritual; la respuesta de DCD parece ser el amor, tal como podríamos interpretar a partir del tema In Power We Entrust the Love Advocated (Garden of the Arcane Delights, EP 1984): "El camino pasa por nuestro amor, no puede haber otros medios para el fin, o las llaves de mi corazón, nunca encontrarás, nunca encontrarás". La ilustración de la portada de éste EP, realizada por Brendan Perry, muestra un paisaje que recuerda bastante al de las tabillas órficas, y según la propia explicación del autor, ahonda en los temas tratados a lo largo de éste escrito. Así pues, dependemos de nuestra capacidad para comprender e interpretar correctamente las señales que nos son dadas y de nuestra voluntad para elegir el camino correcto y liberarnos así de ésta existencia aprisionada en el mundo material, para finalmente alcanzar la verdadera existencia espiritual. Y la única fuerza capaz de proporcionarnos ésta capacidad es el amor. En la obra de DCD pueden encontrarse aún muchas más referencias a mitologías y creencias, no sólo de la Antigüedad clásica, sino también de muchas otras tradiciones culturales de diversas partes del globo; pero todas conllevan un mensaje místico" (Gutiérrez, pp. 223, 224, 225).

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MCMXC a.D.

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Joaquín Posac Hernández en "Descifrando Enigma: La hibridación en la música electrónica de baile a través del álbum MCMXC a.D." (Universidad de Valladolid, 2020) expone que durante la década de los ochenta, Mihai Cretu (Bucarest, 1957), obtuvo cierto reconocimiento en su carrera como solista bajo el nombre artístico de Cretu. Sin embargo, el éxito definitivo que el músico rumano afincado en Alemania parecía buscar con su personal estilo ligado al German disco no llegó hasta que, en 1984, tras la separación de Arabesque, grupo femenino del cual era tecladista, produjo a una de sus tres vocalistas. Un año después, la canción (I´ll Never Be) Maria Magdalena de la cantante Sandra Ann Lauer (Sarrebruck, 1962) fue posicionada en los primeros puestos de listas de éxito europeas: (I´ll Never Be) Maria Magalena (You´re a creature of the night), Maria Magdalena (You´re a victim of the fight) (You need love) Promise me delight (You need love). El reconocimiento de ésta nueva solista se consolidó en los años posteriores tras varios sencillos y tres álbumes que fueron referentes en la música pop de los ochenta: The Long Play (1985), Mirrors (1986), Ten On One (1987). Las canciones (I´ll Never Be) Maria Magdalena, In the Heart of the Night, Little Girl, Innocent Love, Hi! Hi! Hi!, Loreen, Midnight Man, Everlasting Love, Stop for a Minute, la convirtieron en la reina del pop europea en Japón, compitiendo con ABBA y Madonna. Durante éstos años fue donde entró en escena la figura de Frank Peterson como origen de la posterior formación de Enigma. Tras conocerse ambos músicos en la tienda de instrumentos donde Peterson trabajaba en Hamburgo, Cretu propuso al alemán entrar a formar parte como tecladista de la banda que acompañaría a Sandra en sus actuaciones. En ése lapso se estrenó Il nome della rosa (1986) de Jean-Jacques Annaud, la adaptación cinematográfica de la novela de Umberto Eco (1980). Frank Peterson había sido testigo de la unión de la música disco y la música electrónica con la música clásica. Después de asistir a la función y quedar impresionado con el ambiente de los cantos gregorianos, fue a tiendas de discos a comprar todos álbumes del género con la idea de buscar un sonido para mezclarlo, tardando dos años en convencer a Cretu. Tres años después del lanzamiento artístico de Sandra, la cantante y su productor contrajeron matrimonio para trasladarse después a Ibiza donde establecieron su residencia habitual. Debido a una cuestión de trabajo puramente práctica, Peterson se traslada a la isla para residir cerca de la pareja. Por lo tanto se puede considerar que 1988 fue el año en el que confluyeron los tres factores determinantes que configuraron lo que sería, dos años después, la primera formación del proyecto Enigma: la indudable espiritualidad que evoca la isla donde residen los músicos, la influencia de la música electrónica que se estaba gestando en Ibiza y la fascinación de Frank Peterson por los cantos gregorianos. Como indica el propio título del álbum, 1990 sería el año escogido para lanzar al mercado los cuatro sencillos y el primer disco de larga duración de éste proyecto musical anónimo. A finales de la década de los ochenta, el productor y músico alemán Frank Peterson escuchó, durante una visita al claustro de una iglesia, el sonido que escapa de los auriculares del Walkman de otro turista. Se trataba de un moderno beat perteneciente a alguna de las formaciones en boga del panorama del eurodance de ése momento. Inmediatamente Peterson encuentra la solución a la idea que rondaba en su imaginario sonora durante los últimos meses: la conjunción entre el canto llano medieval y la música electrónica de baile. Éste parece ser el origen del proyecto musical Enigma y, por ende, de su primer trabajo MCMXC a.D. Éste álbum será un punto de inflexión en el dance music de la década de los noventa al marcar las pautas de un nuevo y característico estilo que invita a la espiritualidad conformando relaciones entre los elementos del ambiente y la religión, la música étnica, la new Wave, y los beats más sosegados de la electrónica de baile mediante la técnica del sampling. Éste tipo de concepto musical conseguirá, mediante éste LP de Enigma, alcanzar por primera vez los puestos de las listas de éxitos europeas y estadounidenses. Antes de nada, es necesario señalar la importancia del lugar donde se va a gestar toda la producción de dicho álbum, la isla de Ibiza. Prácticamente en todos los enclaves Templarios de España hay playas nudistas. En éste caso en las Baleares: Mallorca (Playa des Dic, Palma de Mallorca Cala Bella Dona, Calvià), Menorca (Cala Mesquida, Sa Mesquida, Mahón Playa Punta Prima, Alcalfar), Ibiza (Cala Talamanca, Talamanca, Ibiza Playa Aigues Blanques, Sant Carles). En los años 70 el boom turístico con la revolución sexual, las drogas, el alcohol, los hippies y el mito del "paraíso" y el "buen salvaje" con la retirada de los pintores alemanes. Ibiza experimentó durante la década de los ochenta un importante impulso como reclamo turístico producido principalmente por su privilegiado hábitat. En éste entorno se podía encontrar la simbiosis perfecta entre el ser humano y la naturaleza en cada uno de los rincones de la isla. Éstos espacios naturales fueron haciendo hueco progresivamente a grandes discotecas y beach´s club como Amnesia o Café del Mar, destinados a satisfacer el ocio nocturno de una nueva corriente de hippies y turistas reciclados alrededor de la cultura del club, el éxtasis, y las nuevas formas de música electrónica. De ésta forma Ibiza se consolidará como la nueva meca de la trascendencia espiritual y a su vez, del hedonismo. Éste choque cultural se verá reflejado también en el consumo musical de la isla con el surgimiento de un novedoso término musical con denominación de origen, el balearic. También conocida como balearic beats, ésta etiqueta surge de la necesidad de definir las innovadoras estrategias desarrolladas por los DJ autóctonos de la isla, quienes, ante el reto de alcanzar un público cada vez más amplio y variopinto, comenzaban a mezclar dentro de una misma sesión temas de pop, rock, acid house, italo disco, techno, funk… Éste amalgama de géneros y estilos serán a su vez combinados con elementos de la world music dando un carácter multicultural que se ve reflejado en la propia naturaleza de Ibiza… Precisamente en todo éste contexto musical es donde se encuentra la persona que se convertirá, haciendo poco honor a la intención de su nombre, en la cabeza visible del proyecto Enigma: Michael Cretu. Una vez publicado el álbum, Peterson abandona el proyecto dejando toda la autoría pública en manos de Michel Cretu. En el segundo álbum de Enigma, The Cross of Change, Cretu no introdujo cantos gregorianos a pesar de la gran aceptación en ventas que obtuvo la anterior propuesta de ambos músicos. Frank Peterson decidió seguir empleando éste recurso creando su propio proyecto en solitario –Gregorian- con el que publicó su primer álbum, que está en conexión directa con MCMXC a.D. Grabado en A.R.T. Studios, MCMXC a.D. es un álbum conceptual que gira alrededor de la figura del Marqués de Sade y la música cristiana medieval, dos elementos que presentan un alto grado de descontextualización tanto temporal, como paradigmático: "Antes que nada habría que señalar el proceso por el cual se construyeron narrativas sonoras, configuradas a partir de diferentes muestras de grabaciones publicadas pertenecientes a autorías ajenas a la formación. Sin embargo el problema que presenta es que ninguno de éstos samples fueron en un principio revelados o reconocidos por los productores del disco, ni mucho menos autorizados por sus creadores para su uso: “De hecho, el nombre de Michel Cretu como autor de éste álbum no fue revelado hasta que el coro alemán Capella Antiqua München dirigido por Konrad Ruhland demandó a Virgin por los derechos de autor de las grabaciones que fueron empleadas en el disco sin previo consentimiento. Quizá ésta sea la razón por la que Cretu y Peterson decidieron bautizar el proyecto como Enigma y usar seudónimos en la contraportada del álbum como una forma de eludir la evidente apropiación musical que presentaba el disco. MCMXC a.D. comienza con una introducción titulada The Voice of the Enigma, evidente declaración de intenciones donde, una sugestiva voz no identificada en los créditos del álbum, invita al oyente a dejarse llevar durante una hora por un mundo de música, espíritu y meditación. Con texto firmado por Cretu bajo el seudónimo Curly M.C. (Rizado Michel Cretu), éste corto pasaje sonoro presenta desde un inicio un simple tomado de un tema publicado ese mismo año por el dúo de música electrónica británico Leftfield, Not Forgotten. Se trata de una breve melodía de sintetizador que parece emular a un corno inglés y que, en The Voice of Enigma, aparece modificada mediante un ligero efecto de reverse. Es más, el fondo sonoro que conforma todo éste primer tema, también es sospechosamente parecido al que se escucha al principio del de los músicos londinenses. Ésta melodía será la que, mediante un efecto previo descendente, dé paso al primer conjunto de canciones indicado en los créditos del mismo, Principles of Lust. No deja de ser curiosa la reincidencia de ésta muestra como seña de identidad de la banda en cada una de las introducciones de los siguientes álbumes de Enigma. Con éste recurso, parece como si Cretu, en una declaración de intenciones, quisiera evidenciar el modus operandi de su proyecto recurriendo continuamente a ése leitmotiv construido desde la apropiación musical" (Posac Hernández, pp. 30, 31, 32). El segundo tema del disco es titulado como: II. Principles of Lust A: Sadeness. Ésto referencia claramente una estructura del mismo distribuida en siete capítulos o episodios, de los cuales, el II y el IV son dos grupos que contienen tres cortes cada uno, mientras que el resto de composiciones se desarrollan de forma independiente. Con una obvia referencia al Marqués de Sade en su sobrenombre, éste segundo corte se publicó como primer sencillo de MCMXC a.D. y se convirtió en el detonante directo de la gran repercusión que alcanzó la formación. Sadeness se inicia con la antífona de Procedamus in pace! –Cum angelis + Psalm 24 (23), Verses 7-10 (Antiphon) interpretada por el coro alemán anteriormente mencionado. Se trata de un canto gregoriano que incluye parte de un salmo para el Domingo de Ramos y que aparece desestructurado, a lo largo de todo éste tema, perfectamente sincronizado con un loop de percusión de cuatro negras a 95 bpm. Otro sample que se encuentra en ésta pista es el sonido de muestreado de un instrumento de origen japonés, un tipo de flauta conocida como shakuhachi. Concretamente, la muestra pertenece un patch set incluido en la librería de sonidos del sampler Emulator II de la compañía Emu Systems. De ésta forma la melodía es interpretada en éste instrumento como si de un sintetizador se tratase, con lo cual en éste caso no se puede hablar de ningún tipo de apropiación musical. No obstante, éste timbre evidencia una vez más la fascinación que Michael Cretu ha demostrado a lo largo de toda su trayectoria como músico y productor por la música oriental y las melodías pentatónicas. En lo referente a los créditos de éste tema, como ya se señaló anteriormente, no existe alusión alguna a la grabación de dónde se ha tomado la muestra del canto medieval. Constan como autores de la composición tanto Cretu como Frank Peterson con el seudónimo Curly M.C. y F. Gregorian. A su vez, también es mencionado David Fairstein como letrista. Todo el texto gira alrededor de la eterna confrontación existente entre los dictámenes impuestos por la iglesia católica en torno a la sexualidad, y las más oscuras pasiones del ser humano concentradas en la figura del Marqués de Sade. De ésta forma se crea un discurso en el cual se alternan partes de cantos gregorianos como símbolo del camino correcto a seguir, y secciones donde la voz femenina encarna la tentación. En mitad de ésta encrucijada, aparece la conciencia de Sade personificada en el recitativo masculino cuestionando sus inclinaciones sexuales. La relación texto y música durante éstas secciones resulta de la siguiente forma: en las partes de gregoriano relacionadas con la moral religiosa, la instrumentación se presenta más sobria limitándose ésta únicamente a los ambientes y la percusión; por el contrario, en las secciones concernientes al pecado representado por la voz de Sandra, se emplean un mayor número de elementos melódicos y ornamentales que acompañan al texto potenciando la sugerente e incitante cadencia de la vocalista; por último, en la parte en la que la conciencia de Sade le reprende por sus desviadas inclinaciones sexuales, se acusa un notable endurecimiento del sonido con la inclusión de los riffs de guitarra eléctrica y una densidad que va en aumento a medida en que las capas de sintetizador se sobreponen. En cuanto a su articulación formal, Sadeness se inicia con la antífona señalada –Procedamus in pace. In nomine Christi, amen- a modo de introducción para dar paso al loop de percusión que se mantendrá inalterable durante todo el rema. A continuación se desarrollan las muestras seleccionadas del salmo entre capas de sonidos ambientales de sintetizador. El sonido de unas campanillas, probablemente incluido en algún patch del Emulator II, realiza una melodía acordal, presente en varias partes del tema, dando pie al solo de flauta shakuhachi hasta que, en la siguiente sección, aparece la voz de Sandra con una corta frase –Sade dit moi, Sade donne moi- intercalada con dichas campanillas y el motivo final de la flauta. Sin dejar de sonar el beat, regresa la antífona para dar paso a la sección de recitado de voz masculina donde se escuchan riffs de guitarra marcando acordes. Entre inquietantes sonidos selváticos de sampler, las capas ambientales se intensifican hasta llegar a un clímax que se diluye en un pequeño interludio donde aparece un tercer sample que contiene gemidos de mujer. Dicha muestra ha sido extraída del break del tema Infinity de Aphrodite´s Child con la colaboración de Irene Papas –incluido en su álbum 666 (1972). Éste disco, además de haber sido objeto de numerosos sampleos por parte de otras formaciones musicales, volverá a ser utilizado en el siguiente corte, Find Love. Finalmente, el tema se resuelve con la repetición del solo de flauta, ésta vez reducido a la mitad, y una sección donde se intercalan la voz de Sandra, las campanillas y el motivo final de la melodía de shakuhachi con un nuevo elemento añadido, otra muestra recogida de la interpretación del salmo donde se escucha Hosanna. Por último, Sadeness concluye en fade out con la misma muestra de introducción, pero ésta vez acompañada de las campanillas con función de coda. El segundo tema del capítulo Principles of Lust, Find Love comienza con una larga introducción compuesta por el sample de gemidos ya escuchados anteriormente acompañados por burbujeantes sonidos extraídos del mismo patch set que contiene la muestra de shakuhachi, y un solo piano eléctrico que parece estar inspirado en la melodía principal que interpreta la flauta en Sadeness. De ésta forma se dirige hacia un clímax que va a culminar con la entrada de la percusión acompañada por el sonido de trompetas sintetizadas realizando acordes y un bajo eléctrico con el que Cretu se cita a sí mismo. Con ésta canción parece que el productor desde su anonimato quiere evidenciar su autoría introduciendo una línea de bajo bastante similar al del popular tema de Sandra (I´ll Never Be) Maria Magdalena acompañado por la voz de la misma cantante que, con una cadencia recitativa cercana al rap, señala los pasos a seguir para dejarse llevar por la lujuria. Por lo tanto, éste corte, junto al último que cierra el disco, son los que formalmente presentan la mayor carga de los elementos del pop que caracteriza a las publicaciones previas, tanto de Sandra, como de Michael Cretu en su faceta de artista en solitario. En cuanto a los samples recogidos en el mismo, en primer lugar se encuentran los mencionados gemidos de mujer que van marcando el tempo de la introducción hasta llegar a la sección recitada por Sandra. Sin variación alguna en la instrumentación, la voz de la cantante es sustituida por otra interpretación vocal donde se escucha el pasaje de un canto de carácter litúrgico en falsete que no ha podido ser identificado en los discos de Capella Antiqua München. El tema continúa con un breve interludio percusivo que dará lugar a una recuperación de la percusión añadiendo efectos y voces misteriosas –alaridos- para repetir la parte recitada con una duración mucho menor en éste caso. A continuación, Find Love se disuelve en una sección final –pero no conclusiva- mucho más diluida que la anterior donde se vuelven a escuchar los gemidos de mujer acompañados de evolventes efectos sonido y un bombo que emula los pulsos del latido de un corazón. Es durante la segunda mitad de ésta suspensión cuando regresa Procedamus in Pace pero ésta vez con un efecto reverse, es decir, reproducido a la inversa. Para ello, los dos samples tomados de la pieza se han reestructurado de la siguiente forma antes de su inversión: en primer lugar las dos primeras frases del salmo, y en segundo lugar la respuesta a la antífona –In nomine Christi, amen-. De ésta forma, una vez unificadas e invertidas las dos muestras, la antífona se escucha antes que el salmo. El último episodio de Principles of Lust no es más que la recapitulación del tema que abre ese grupo de composiciones. Se trata de un edit de Sadeness reformulado en cuatro secciones, de las cuales, la segunda, es la única que presenta contenido nuevo del mismo incorporando un solo de piano eléctrico que interpreta variaciones del leitmotiv de la flauta sobre las pistas de percusión y ambiente. Como si del famoso tríptico del pintor holandés Hieronymus Bosch se tratase, la sección central del álbum discurre entre el paraíso idealizado en la voz de María Callas, el pecado asumido por Sandra en Mea Culpa y, finalmente, el infierno del apocalipsis recogido en el álbum 666 de Aphrodite´s Child: "Callas Went Away. Con ésta pista, comienza la parte de temas independientes del álbum. Éste quinto corte representa una brusca interrupción en el hilo argumental del mismo, y se convierte de éste modo, en una de las piezas que no parece encajar bien en el puzzle sonoro de MCMXC a.D. La solida conceptualidad existencial y religiosa que el disco ha presentado hasta el momento se verá fragmentada por éste tema que se emancipa del canto llano introduciendo un sample que recoge la gran voz de María Callas. Sin embargo, probablemente, éste sea el tema que más complejidad presenta en su construcción por la cantidad de elementos que se dan cita en él y cómo éstos se relacionan entre sí. Se trata de una composición mucho más ambiental y ensoñadora que las anteriores en la que, hacía su mitad, destaca una sección interpretada por Sandra con claras reminiscencias del pop. Éste tema se inicia directamente con un sample, a modo de loop, tomado de los primeros siete segundos de la canción Par avión de Mike and the Mechanics, donde se escucha los sonidos de unos grillos junto a unos pájaros sobre una aguda nota sostenida en do6. Éste loop, que pronto se verá acompañado por las sintéticas capas del Emulator II ya empleadas en los temas anteriores, será mantenido a lo largo de todo el desarrollo de Callas Went Away con la función de fondo ambiental. Antes de entrar el loop de percusión, extraído también del mismo tema de los británicos, se escuchan, a su vez, lo que parece ser el canto tribal interpretado por un niño, acompañado por el galope de un caballo. La voz infantil se fusiona con la entrada del loop de percusión compuesto por los cuatro primeros compases de batería de la mencionada canción de Mike and the Mechanics, y desaparece tras la entrada del tercer solo de piano del álbum. Manteniendo la atmosfera inicial con las capas de sintetizador, tras el regreso de las veces se produce otro solo, pero en ésta ocasión con el sonido de un violín probablemente incluido en el sampler Emulator II. Ésta interpretación crea variaciones de una melodía que se encuentra en la grabación del tercer acto de la ópera Werther del compositor francés Jules Massenet en la versión interpretada por María Callas en 1963, por lo que se produce, de nuevo, un proceso compositivo inspirado desde una muestra de audio. La siguiente sección incluye la parte aludida de tintes pop donde la voz de Sandra es acompañada sincrónicamente por unos sonidos de cuerda en pizzicati incluidos en la librería del sampler Akai S3000" (Posac Hernández, pp. 52, 53).

Yuki Takano ©

WIBEL.

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Actualmente el primer buscador del mundo es Google y el segundo es YouTube, la mayor biblioteca audiovisual del mundo con 800 millones de usuarios. Cada minuto, alrededor de 500 nuevas horas de vídeo son alojadas en sus servidores y puestas a disposición de los usuarios. Desde 2020 cuenta con más de 1,900 millones de usuarios que mensualmente inician sesión en la plataforma. Cualquiera de ellos puede navegar por YouTube hasta en un total de 80 idiomas diferentes y existen versiones locales disponibles en 91 países. Algunas de sus señas de identidad actuales: compatibilidad con prácticamente cualquier tipo de dispositivo (smartphone, tablet, ordenador…) o sistema operativo (Windows, iOS, Android, Linux); autopromoción constante por parte de Google (la matriz a la que pertenece); su inclusión como aplicación preinstalada en dispositivos Android; o la libertad total para acceder, alojar, compartir y visionar sus contenidos. A ellas se le añade su sistema algorítmico de recomendaciones de contenido -basado en redes neuronales artificiales- que potencia en todo momento la retención del usuario dentro de la plataforma. Existe un estigma cultural con la televisión, aun cuando nunca ha existido una oferta tan amplia de canales. Es mejor ver películas italianas y españolas en EUROPA Europa, StarHD y A3CINE, documentales históricos en THEATER Discovery HD, documentales de moda en ¡HOLA! TV, documentales de animales en animal planet, que perder el tiempo en literatura o cine incluyente basura. Lo confieso, veo más YouTube que cable. Mis primeras opciones son Jesús G. Maestro (122 K), Sólo Fonseca (686 K), VisualPolitik (3,43 M). Mis segundas opciones son Zazza el italiano (1,87 M), Japatonic (1,05 M), AruberutoMakoto (112 K). Los primeros son una retroalimentación teórica, los segundos una recopilación audiovisual posmoderna del Decameron de Boccaccio. El mundo de los pícaros, los embaucadores, los trúhanes y los periquillos sarnientos que la academia progresista ha envuelto en un aura de santidad política. Un pícaro siempre tiene abiertas las puertas del inframundo, sabe dónde encontrar la diversión y conoce el precio de los pecados. El principal objeto de estudio de la literatura latina e hispana: Tito Petronio, Valerio Marcial, Cervantes de Saavedra, Francisco de Quevedo. Si formas parte de la generación que colecciona videotecas, sabrás que es un enfoque desfasado comercialmente, insostenible ambientalmente y políticamente mal visto, a menos que te consideres parte de una élite. Antes a la gente le gustaba coleccionar discos y películas, pero ahora ya no tanto. Por la misma razón que a nadie le interesa coleccionar vídeos de YouTube. ¿Para qué molestarse en descargarlos, si siempre están disponibles online? Con la posibilidad permanente de reproducirlos en streaming, la propiedad deja de tener sentido. Las videotecas son sustituidas por suscripciones digitales. Cuando la gente compra un disco, una canción o una película por streaming, ya escuchó la canción o sabe de qué va la película, aunque en la mayor parte de los casos se sientan estafados con el producto final: las disqueras durante años han vendido discos por una o dos canciones de interés. Los problemas del sector discográfico son anteriores a Internet. Ésta industria está atrofiada por los enormes costos que genera su modelo de distribución física. Tiene muchos intermediarios, como los distribuidores y los promotores, que también aspiran a sacar tajada. La promoción de un grupo musical resulta cara, pero es necesaria para que las compañías consigan un espacio destacado en las tiendas de discos. Por ello buscan constantemente nuevas superestrellas, dado que menos del 10% de los cedés editados reporta beneficios. Los ingresos generados por los éxitos cubren las pérdidas de los que se venden menos. En éste contexto, las discográficas deberían haber visto en Internet un regalo caído del cielo que les permitía distribuir, prácticamente sin coste, copias digitales de una canción a cientos de millones de oyentes. Al eludir la infraestructura típica de la era industrial, es mucho mayor el número de músicos que pueden ser rentables. Las compañías discográficas, reinventadas como redes digitales de artistas, fans y empresarios, podrían alimentar a muchos pequeños artistas, en lugar de dedicar todas sus energías a las potenciales superestrellas. Un enfoque así resultaría mucho más útil para la sociedad y la cultura: "Para devolver la salud económica a la industria musical, la solución no consiste en vender las canciones a un dólar. En lugar de aferrarse a las tecnologías de distribución de finales del siglo XX, como el disco digital y la descarga de archivos, el negocio de la música debería entrar en el siglo XX con un modelo de negocio basado en tecnologías innovadoras… Tal como sostenemos desde hace años, hay una solución evidente: la música debe dejar de ser un producto que se compra para convertirse en un servicio de suscripción. En vez de comprar melodías, los oyentes pagarían una pequeña cuota –por ejemplo, cuatro dólares mensuales- por tener acceso a todas las canciones del mundo. Recibirían las grabaciones por Internet, en el dispositivo elegido, ya fuera el portátil, el móvil, el coche o el equipo de música. Podríamos denominar éste modelo Audio Internet Total. Cada cliente tendría su propio canal para navegar por la enorme base de datos musical mediante diversos criterios de búsqueda: por artista, por género, por año, por compositor, por popularidad, etcétera. En función de las selecciones previas, el servicio de Audio Internet Total conocería los gustos del usuario… Se compensaría a los músicos, los compositores y los sellos según su popularidad, evaluada mediante sistemas diseñados para tal fin. Ése proceso requeriría colaboración y un uso compartido de los recursos. Toda la música constituiría un fondo común y podría calcularse la cuota de popularidad de las canciones de un determinado artista según el número de reproducciones… Audio Internet Total reduciría radicalmente las descargas ilegales sin necesidad de encarcelar a ningún adolescente. ¿Quién se tomaría la molestia de robar música? ¿Qué sentido tiene apropiarse de una canción, si se puede escuchar cualquier canción en cualquier momento en cualquier dispositivo? En cambio, lejos de crear nuevos conceptos de entretenimiento digital, el sector ha intentado defender a toda costa el statu quo. Lamentablemente, la obsesión de las discográficas por el control, por la piratería y por la propiedad intelectual sólo ha servido para alienar e irritar más a quienes escuchan música. El streaming cuenta cada vez más con más adeptos, y ya operan en el mercado varios tipos prototipos de Audio Internet Total. Servicios como Last.fm, We7, Rhapsody, Spotify y Pandora ofrecen álbumes de músicos vía Internet a sus suscriptores, así como temas individuales a la carta. Sin embargo, esas empresas no prestan, al menos por ahora, la amplia gama de servicios personalizados" (Tapscott & D. Williams, pp. 317, 318, 319). La youtuber Julia Guzmán Ruiz "Julieta Wibel" (Palencia, 1998) desde pequeña estuvo en contacto con diferentes disciplinas como la pintura, la música o el teatro. Hija del pintor realista Antonio Guzmán Capel (Tetuán, Marruecos: 1960), autor del beato Rafael, colgado en las paredes del Vaticano, hasta el retrato de la duquesa de Alba Cayetana Fitz-James Stuart, o de Catherine Lacoste y gran parte de su familia, futbolistas como Cristiano Ronaldo o el retrato de Juan Pablo II por encargo de la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington. La bisnieta del músico Antonio Guzmán Ricis (Barcarrota, Badajoz: 1896-1944), el compositor del Himno de Palencia. Julia en su infancia visitaba museos y su casa estaba llena de cuadros. Empezó a tocar el piano a los 4 años en 2002 y entró a un conservatorio a estudiar violín y piano a los 8 años en 2006. La primera obra musical a la que acudió de niña fue CATS de Andrew Lloyd Webber. Ingresó al grupo de teatro del colegio y el grupo del teatro de la Universidad sin estar matriculada. Julieta y sus hermanas subían vídeos en YouTube (2005) de su propia casa bailando e imitando cantantes y grupos. En 2016, con 18 años aspiraba a estudiar Arte Dramático, la presión familiar cambió los planes por la escasa salida de opciones laborales: Egresada de la carrera de Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto por la Universidad de Valladolid y por la Universidad de Valencia (UVA). El currículo educativo ofrecía opciones laborales en Ingeniería, Diseño Gráfico, Arquitectura, Mecánica, Informática, Diseño Editorial, Diseño de Productos y Diseño Virtual 3D. Julia era amante de las matemáticas y la física, pero su pasión era la comunicación audiovisual y se enamoró de la materia de Historia y Estética del Diseño. En 2017, a los 19 años, abrió su primer Blog para tratar la obra de arte total, la moda postpunk británica, la estética gótica, la moda victoriana, el burlesque, el freak show. Desde que estaba en segundo curso del grado tenía la idea de crear un canal de YouTube para hablar de lo que más le apasiona: la cultura audiovisual. Pero fue hasta el cuarto grado, aprovechando que tenía el trabajo de fin de carrera (TFG), que el 1 de marzo de 2020 abrió el canal Julieta Wibel especializado en arte, diseño y tecnología; coincidiendo con su cumpleaños Nº 22: "Proyecto sobre divulgación del diseño en redes sociales" (Guzmán Ruiz, Julia. Director o Tutor. López del Río, Alberto. Autoridad UVA). ¿Qué es la obra de arte total? (38 K) del canal Julieta Wibel presenta a una joven blanca de 25 años, ojos verdes, rasgos angelicales, cabello morado, ropa roja y maquillaje gótico. A su izquierda tiene una réplica de una escultura griega de la diosa Afrodita. A la derecha un emoticon amarillo sonriendo con un foco. Al fondo un estudio iluminado de color rojo. El vídeo se distingue por su calidad profesional de imagen, audio e iluminación. ¿Por qué abrió un canal de YouTube? Julia se dio cuenta de que había un vacío en el contenido de diseño o de direcciones de arte, y de análisis de videoclips. ¿Cuál es el formato del canal Julieta Wibel? El video-ensayo que se diferencia a nivel conceptual del documental, no pretende transmitir un contenido de forma cinematográfica, sino visual-analítica. Julia obtenía entre €200 y €800 al mes (de MX$3,746.60 a 14, 985.60) del canal Julieta Wibel (357 K), menos del salario mínimo, pero su principal fuente de ingresos son Patreon y Paypal. Los vídeo-ensayos se sostienen vía crowfunding o con patrocinadores de terceros, ya que los costos de producción son considerables para una producción de calidad de nivel profesional por encima de un documental de Netflix o National Geopraphic. Los vídeos de Julia son ensayos audiovisuales que mezclan fotografía, dibujo, pintura, escultura, arquitectura, música, diseño gráfico. WIBEL es una noventera millenial que cuenta con un bagaje de la carrera universitaria, pero que muestra interés en las vanguardias, las tribus urbanas, la cultura popular, Salvador Dalí, los videoclips y los años 80. Lo que los sociólogos y antropólogos llamarían neotribalismo, del cual desciende el arte colectivo religioso y el arte individualista heroico, pero no todo tribalismo ni expresión de la emoción es arte. Su contenido principal consta de vídeos de 5, 16, 24 o hasta 30 minutos. Contenido General: Los libros que todo diseñador y creativo tiene que leer!!! (55 K), Toda la psicología del color y los acordes cromáticos (469 K), La evolución de los emojis y su historia!! (38 K), ¿Qué es la obra de arte total? ¿Cómo será el futuro del arte? (38 K), Mi primera obra de arte total, ¡Te enseño! Masterclass (52 K), Somos nuestra propia obra de arte (73 K), El Bullying a la Comic Sans (13 K), Saco videoclip / performance / fashion film mañana!! (15 K), La angustia adolescente es para siempre (451 K), La Navidad no es como te la han contado (49 K). Contenido de Estética: La estética de la performance: el Camp (84 K), Vivimos en la estética de lo feo, maximalismo Kitsch (551 K), La estética de la rebeldía / Punk y Vivianne Westwood (289 K), La artista que rompió con todo / La estética de ARCA (74 K), El universo estético de Tim Burton (187 K), La estética de la música, de 1920 a … el Futuro? (268 K), Análisis de la estética de BAD GYAL (208 K), Análisis de la estética de Rosalía (330 K), Entendiendo (por fin) MotorMami / Análisis estético @jsmd (246 K), La estética de Plastic Hearts. Prisoner Análisis / Miley Cyrus (27 K), Análisis de Drag Race España, estética a juicio (34 K), Estoy (muy) a favor del cringe (y de caroline polachek (143 K), La censura y los artistas, ¿cómo afecta? (166 K), YouTube y su absurda censura (7.1 K), El amor en el arte ¿evolución o decadencia? 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A través de YouTube, Julieta ha sido contactada para trabajar como directora de arte para Marc Seguí, Micro TDH, Chico Zarg, Xavibo e Irene Ferreiro. Ha trabajado para Amazon Prime Video España y NETFLIX analizando series y películas: Julieta Wibel analiza Paper Girls (165 K), Julieta Wibel y los parecidos entre Her y Lost in translation (41 K), 5 premios de cine más importantes de lo que crees (8.8 K). El autoengrandecimiento y la decisión heroica de sólo enfocarse en proyectos personales va acompañado del drama personal de la precariedad: El futuro del canal (28 K). En Patreon tiene tres niveles de suscripción: máquina, a €1,99 al mes que permite ver las bibliografías de cada vídeo; ciborg, a €4,99 al mes y que permite un directo master class (clase especializada); inteligencia artificial, a €9,99 y la aparición de los suscriptores en los créditos de los vídeos. A diferencia de otros canales, Julia recibe retroalimentación porque sus patreons son apasionados del arte. Pero también la incertidumbre y la posibilidad de abandonar su estilo de vida como obra de arte le ha llevado a expresar la posibilidad de elegir la muerte. El caso de Julia a sus 26 años es un drama colectivo entre los grupos que no pueden dedicarse de tiempo completo a sus intereses vocacionales o profesionales. Los youtubers tienen el inconveniente de que no pueden utilizar material ajeno para producir nuevos materiales sin importar que sean periodísticos o documentales sin que suponga la desmonetización por de derechos de autor. El problema no es que las disqueras renuncien a sus derechos de autor, sino saber realmente qué porcentaje del material protegido es realmente original. Si la industria musical tuviera el mismo rigor de YouTube, muchos cantantes serían desmonetizados como plagiarios. En la práctica todos se inspiran en modelos antiguos y hacen reactualizaciones, modificaciones o adaptaciones culturales, la forma políticamente correcta de asumir el plagio: "Por desgracia, si los ejecutivos de las principales discográficas se saliesen con la suya, acabarían con las fuentes de innovación y creatividad potencialmente lucrativas orientadas al usuario, desde la errónea suposición de que cualquier forma de remezcla creativa de productos registrados equivale a un acto de piratería. Algunos ejecutivos lo admiten sin sonrojo. "Hace demasiado tiempo que la industria discográfica depende de la venta de cedés –apunta Guy Hans, de EMI-. El sector, lejos de recibir con los brazos abiertos la digitalización y las oportunidades que ésta ofrece para la promoción y distribución del producto por múltiples canales, ha seguido la estrategia del avestruz". La situación es aún peor, si cabe, porque la industria discográfica utiliza cada vez más las patentes y la protección de los derechos de autor como un escudo contra la innovación y el cambio en sus mercados… El dilema que aqueja a los ejecutivos de la industria multimedia es que no puede emular el éxito de Linux, Wikipedia, YouTube y otras comunidades colaborativas sin aceptar también la radical apertura con la que se comparte la propiedad intelectual en éstas plataformas. La conclusión es que los nuevos modelos de negocio de contenidos abiertos no provendrán de los medios tradicionales, sino de empresas como Apple y Google, o de sellos discográficos inteligentes como Nettwerk Records. Ésta nueva generación de empresas no está condicionada por el legado que inhibe el avance de la vieja industria musical, de modo que pueden ser mucho más ágiles a la hora de responder a las exigencias de los clientes. En última instancia, la evolución de la industria multimedia pone de relieve un principio fundamental: en la economía digital lo que importa no es el control, sino el valor del cliente… Por el contrario, las discográficas y otras industrias del sector multimedia deben desarrollar modelos de negocio y oferta en Internet con una combinación adecuada de productos "gratuitos", control por parte del usuario, libertad para hacer versiones, así como otros productos y servicios secundarios. Todo ello requiere nuevas plataformas para hacer mezclas, combinaciones y agregaciones de contenido, así como otras formas de participación en la creación y distribución de los productos multimedia. Los artistas van tomando conciencia de que no es necesario controlar la cantidad y el destino de los bits si se puede ofrecer a los clientes una propuesta de valor superior… Los artistas tendrán que proporcionar a los clientes un producto mejor que si fuera gratuito, un producto más práctico, más atractivo y valioso que lo que se puede obtener de fuentes ilegítimas" (Tapscott & D. Williams, pp. 330, 331, 333, 334).

Yuki Takano ©

CULTUBE.

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En 2018, José Luis Crespo, físico, divulgador científico y autor del canal QuantumFracture (2,8 M), tuvo la idea de celebrar un encuentro de creadores como él: divulgadores en YouTube de diferentes campos académicos. Su propósito era comenzar a crear un sentimiento de comunidad entre ellos, conocerse más allá de su relación virtual, compartir ideas e inquietudes, y ayudar a aquellas personas que se estuvieran planteando dar al salto al ámbito de la divulgación en YouTube. Finalmente consiguió su propósito y el 28 de diciembre de 2018 tuvo lugar el evento CULTUBE, celebrado en el patio central de La Casa Encendida. Organizado por el propio Crespo junto al Instituto de Física Teórica de la UAM-CSIC (Universidad Autónoma de Madrid-Consejo Superior de Investigaciones Científicas) con el apoyo de la AECC (Asociación Española de Comunicación Científica). La presentación de las tres ediciones (CULTUBE: 2018, CULTUBE 2.0: 2019, CULTUBE 3.0: 2021) estuvo a cargo de José Luis Crespo, comunicador y divulgador sobre temas de Física y Matemáticas, con un premio de Internet a la divulgación científica 2018. El tema elegido para la primera edición fue La ciencia de YouTube en el mismo evento y lograr reunir a 10 creadores de contenido de ámbitos como: arte, neurociencia, comunicación y divulgación científica, análisis y crítica de libros, película, series de televisión y videojuegos, temas de interés social actual, como la política y el feminismo. La estructura del evento consiste en conferencias de 10 minutos que son intercaladas, cada tres de ellas, por una ronda abierta al público de preguntas y respuestas. Patrocinado por el proyecto "Centro de Excelencia Severo Ochoa", del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Las charlas fueron transmitidas en streaming a través de un directo en el canal YouTube del Instituto de Física Teórica (IFT). La bienvenida estuvo a cargo de Susana Hernández, la responsable de comunicación y divulgación del IFT. El canal del IFT es un canal de divulgación sobre partículas, Física Cuántica y el Universo, con un premio CPAN 2017 al canal de divulgación científica. Melanie Parejo, Manager de Alianzas Estratégicas de YouTube en España, anunció una inversión de 20 millones de dólares en Contenidos Educativos mediante el programa YouTube Learning que otorga becas a creadores de contenido divulgativo de conocimiento que tengan más de 25.000 suscriptores (blog oficial YouTube, blog de Google España), así como el canal learning que selecciona contenido de todo el mundo. Las charlas de los youtubers: Patri Tezanos, estudiante de doctorado en Neurociencia en el Instituto Cajal CSIC de Madrid. Creadora del canal Antroporama (764 K) que hace divulgación científica sobre el ser humano, la conducta, la mente y el cerebro. Antonio García Villarán, doctor en Bellas Artes, profesor de dibujo, pintura y escultura, y artista del lienzo. Creador del canal Antonio García Villarán (1,38 M) que divulga y polemiza sobre creación artística, pintura, artistas y hampartistas. Rocío Vidal, periodista científica. Creadora del canal La gata de Schrödinger (691 K), enfocado a la divulgación de la ciencia, el pensamiento crítico y la lucha contra las pseudociencias. Enrique Fonseca, licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Creador del canal VisualPolitik (3.29 M), dedicado a la política internacional en habla hispana. Ayme Román, activista, Booktuber y estudiante de Filosofía en la UB. Creadora del canal Ayme Roman (56.7 K), divulgadora del feminismo y la filosofía. Andrea Izquierdo, estudiante de Derecho y Administración de Empresas en la Universidad de Zaragoza y Booktuber. Creadora del canal Andreo Rowling (159 K), que busca difundir la lectura juvenil. José Altozano, licenciado en Periodismo y especializado en videojuegos, colaborador en Mundo Gamers, Eurogamer y para IGN. Creador del canal Dayo Script (635 K), enfocado en la crítica de videojuegos y cine. Jaime Altozano, compositor y productor musical, colaborador de Radio Nacional y Los 40 principales. Creador del canal Jaime Altozano (3.43 M), sobre análisis y teoría musical, y DayoScript (614 K), sobre cine y videojuegos. Martí Montferrer, estudiante de Geología en la UB. Creador del canal C de Ciencia (1.62 M), con un premio CPAN 2017 al mejor vídeo de divulgación científica. El Chico Morera, director y guionista de cine: Natale_Net y Blood Room. Creador del canal El Chico Morera (76 K), crítica y reviews sobre cine y películas. Ésta primera edición supuso todo un éxito y a partir de entonces diferentes medios y sectores públicos comenzaron a interesarse más por el fenómeno de los divulgadores digitales de cultura y ciencia. Dentro de YouTube, el crecimiento en suscriptores de los canales de la órbita CULTUBE, y la aparición de otros nuevos, es incesante: "La categoría central de análisis de la investigación y la que concitó un mayor número de citas codificadas en torno a ella fue la referente al ámbito de la "divulgación/comunicación" a través de YouTube. A éste respecto, la mayoría de los sujetos destacó la labor divulgativa de la plataforma y su capacidad para empoderar a la ciudadanía en la actual Sociedad del Conocimiento… La siguiente categoría con mayor peso específico dentro del análisis fue la que abordaba el componente "educativo" de la divulgación cultural, académica y científica en YouTube. La tendencia principal entre los divulgadores estudiados fue señalar la labor educativa como uno de sus objetivos prioritarios a la hora de crear su canal y comenzar su tarea divulgadora… También resultan significativos los divulgadores que ensalzaron la capacidad educativa de YouTube frente a las carencias que, según ellos, presenta a día de hoy la educación tradicional… No obstante, también son significativas las apelaciones al enriquecimiento mutuo que podría generarse a partir de la colaboración entre el sector educativo y los divulgadores de YouTube. Con respecto a ello, destacaron positivamente la utilización de sus vídeos en la enseñanza reglada en colegios y universidades… Un número significativo de los sujetos del estudio señaló la propia condición de YouTube como plataforma digital a la que los usuarios acuden directamente para buscar información y, por ende, para formarse… Dentro de la transmisión cultural de conocimiento, el área en la que se circunscribe un mayor número de miembros de la comunidad Cultube es sin duda la "ciencia". La gran mayoría de ellos destacó además la eclosión que ha experimentado la divulgación científica en YouTube durante los últimos años y cómo en la actualidad sigue creciendo exponencialmente… Se incidió repetidamente en la idea de la democratización que se está generando en YouTube a la hora de dar a conocer distintas disciplinas científicas a todo tipo de públicosSe hizo un alegato a favor de la visibilidad de la ciencia insistiendo en que ésta no debe constreñirse únicamente al círculo científico ni ser una materia dirigida a un grupo selecto de ciudadanos… Resultan significativas las menciones a cómo la propia plataforma se ha convertido ya en un medio que da a conocer la existencia de ésta rama divulgativa y, al mismo tiempo, en una fuente de inspiración para muchos creadores de contenido. Varios de ellos reconocieron haber decidido abrir su canal tras haber sido en el pasado fieles seguidores en YouTube de otros divulgadores científicos" (Buitrago, Martín García y Beltrán Flandoli, pp. 65, 66, 67, 68). Un año después, los mismos organizadores deciden repetir la experiencia y el 11 de octubre de 2019 celebran CULTUBE 2.0: LA VENGANZA, en el patio principal de La Casa Encendida de Madrid, en el que youtubers de todo el mundo reflexionaron sobre la comunicación, la divulgación científica y cultural en redes sociales. Organizado por el Instituto de Física Teórica de la UAM-CSIC, el canal Quantum Fracture, y La Casa Encendida de fundación montemadrid. Patrocinado por YouTube, el proyecto "Centro de Excelencia Severo Ochoa" del IFT, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Las charlas se transmitieron en streaming a través de un directo en el canal YouTube del Instituto de Física Teórica (IFT). En ésta ocasión con una colaboración mayor por parte de organismos públicos. Apoyo institucional que quedó plasmado con la presencia en el evento del ministro español de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, antiguo astronauta de la ESA (European Space Agency). El ministro abrió el acto afirmando que no tiene sentido que la divulgación provenga únicamente de centros especializados o de las universidades "porque la gente ya no mira ahí" y anuncia que a partir de ese momento los programas estatales de fomento de la divulgación van a incluir proyectos y financiación "para los propios divulgadores de Internet". Una vez inaugurado, CULTUBE 2.0 se celebra siguiendo la dinámica de conferencias y rondas de preguntas instaurada en la primera edición. En él participan hasta 11 divulgadores de diferentes ámbitos académicos y científicos. Las charlas de youtubers: Aldo Bartra, graduado en Ciencias de la Comunicación y divulgador en sus canales El Robot de Platón (2.74 M), El Robot de Colón (908 K) y Robotitus (596 K). Sabrina Tortora y Antonio Planchart, comunicadores audiovisuales con Máster en Periodismo Digital. Creadores del canal Preguntas Incómodas (694 K), que fomenta el escepticismo, el pensamiento crítico y la reflexión, de evidente sesgo progre. Alvin Schutmaat, vocalista, guitarrista y tecladista de Schutmaat trio. Creador del canal Alvinsch (128 M), sobre divulgación musical y géneros de actualidad. Sandra Ortobones, graduada en Biomedicina y con Máster en Comunicación Científica, trabaja en el Departamento de Comunicación del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) en el marco del Quantum Flagship. Creadora del canal La Hiperactina (1.96 M), de vídeos de divulgación sobre Biomedicina. Amyad Raduan, licenciado en Medicina con especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria. Creador del canal Glóbulo Azul (334 K), vídeos de animación en divulgación sobre medicina, salud y educación social. Anna Morales, graduada en Nanotecnología y Nanociencia, y Máster en Ciencias Materiales en la École Polytechnique Fédérale de Lausanne, investigadora predoctoral. Creadora del canal Size Matters (134 K), de divulgación en Materia Condensada, Nanociencia y Nanotecnología. Carlos Santana Vega, ingeniero informático con Máster en Data Sciense, experto en Inteligencia Artificial y fundador de la comunidad Machine Learning Hispano. Creador del canal DotCSV (826 K), sobre el campo de la Inteligencia Artificial y sus consecuencias en el mundo. Pedro Pérez Cayetano, licenciado en Historia y Máster en Formación de Profesorado, profesor de Historia. Creador del canal El cubil de Peter (308 K), especializado en divulgación de la Historia en enseñanza secundaria. Joaquín Méndez, técnico en producción audiovisual, guionista y crítico. Creador del canal Jordi Maquiavello (489 K), sobre análisis cinematográfico, montajes de videoclips, reviews de películas y reflexiones. Jordi Pereyra, graduado en Ingeniería Mecánica. Creador del canal Ciencia del Sofá (648 K), especializado en minerales, sustancias y metales. Tras un año de interrupción forzosa debido a la pandemia de COVID-19, se volvió a convocar a la comunidad surgida a raíz de las dos primeras ediciones y, de éste modo, el 19 de septiembre de 2021 en la terraza de La Casa Encendida de Madrid se celebró el evento CULTUBE 3.0 EL RETORNO. Los temas abarcan, entre otros, la comunicación y la divulgación científica en diversas disciplinas, la lingüística, la informática, el análisis y crítica musical, la arquitectura, la filosofía, y temas de interés actual, como la salud y la medicina. Organizado por el Instituto de Física Teórica de la UAM-CSIC, el canal Quantum Fracture, y La Casa Encendida de fundación montemadrid. Patrocinado por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT), Fundación General (CSIC), YouTube, el proyecto "Centro de Excelencia Severo Ochoa" del IFT, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Las charlas de los youtubers: Rodrigo Septién y Álvaro Pascual, creadores del canal Destripando la Historia (5,45 M), pioneros en la divulgación de la Historia y los mitos clásicos en formato musical. Sofía Herfon, creadora del canal Sofía Herfon (220 K), divulgadora mexicana sobre temas de arquitectura. Víctor Amorín, creador del canal Music Radar Clan (419 K), divulgador en el campo del análisis musical. Elena Herraiz, creadora del canal Linguriosa (636 K), profesora de español para extranjeros en Alemania, y divulgadora sobre lingüística. Ignacio Gentile, creador del canal Nate Gentile (2,77 M), divulgador sobre hardware, componentes electrónicos y los secretos de los ordenadores. Paula García Notario, creadora del canal En la puerta de urgencias (7,55 K) a raíz de la pandemia de COVID-19, médica de urgencias que divulga aspectos sanitarios de los efectos del virus y otros temas de Medicina. Enric Fernández Gel, creador de canal Adictos a la Filosofía (5,72 K), divulgador sobre Filosofía y pensamiento. Lucía Hortal Sánchez, creadora del canal Orbytal (2,91 K), divulgadora de Química. Miguel Camarasa, creador del canal Mates Mike (306 K), divulgador de Matemáticas a través de animaciones. Ainoa Gómez, creadora del canal Ainoa Gómez (4,02 K), divulgadora de Biología relacionada con la Enseñanza Secundaria. Al parecer el proyecto CULTUBE murió de éxito, su última edición fue en 2021: "En cuanto a los requisitos para llevar a cabo una divulgación científica óptima y de calidad en YouTube, un concepto prevalece por encima de todos los demás: el rigor… Asimismo, se señaló de manera recurrente que el rigor no tiene por qué estar reñido con la búsqueda del "entretenimiento", una de las señas de identidad de la plataforma… En contraste a la elección del rigor empírico como conditio sine quan non para que exista una divulgación científica, emergió el elemento que fue señalado como principal enemigo de los divulgadores de YouTube: la convivencia en la misma plataforma con canales que promueven la pseudociencia y la desinformación… Si la desinformación fue señalada como principal enemigo dentro de YouTube, también hubo un consenso a la hora de indicar cuál es el principal obstáculo al que se enfrentan los divulgadores fuera de la plataforma: el estigma forjado alrededor del concepto de youtuber… En cuanto al análisis semiótico-discursivo de la muestra de estudio, los resultados revelan que los miembros de la comunidad Cultube destacan el papel crucial de la divulgación audiovisual online (académica, cultural y científica) y su capacidad para empoderar a la ciudadanía. Inciden en la necesidad constante de evolución en las formas de divulgar y en el cúmulo de posibilidades que YouTube les brinda para ello, de ahí que consideren la plataforma como su ámbito natural… Entre los rasgos que ha de reunir un divulgador de ciencia y cultura en YouTube apelan a la vocación comunicadora, la honestidad y el componente pasional… En lo referente a los efectos educativos de su producción audiovisual, ensalzan de forma generalizada la capacidad formativa de la plataforma y la contraponen con las carencias que la mayoría de ellos detecta en los planes actuales de la educación reglada. No obstante apuntan al enriquecimiento social que podría generarse con la colaboración conjunta entre la divulgación en YouTube y el sector educativo. En éste sentido afirman percibir de manera incremental dos fenómenos que juzgamos como experiencias de especial interés dentro del ámbito de la educación mediática: 1) la utilización de sus piezas para la enseñanza reglada en colegios y universidades; y 2) la aparición creciente de profesores que combinan las aulas con la creación de contenido educativo para YouTubeSomos conscientes, en cualquier caso, de los impedimentos mercantilísticos que una plataforma como YouTube -en manos de Google (Alphabet Inc.), el mayor gigante mediático de la actualidad- plantea para la implementación de una cultura verdaderamente horizontal y participativa. Las redes neuronales que controlan su sistema de recomendaciones, el contexto incremental de censura algorítmica y la decreciente monetización de los contenidos para los autores; ponen en tela de juicio la visión tecnoutópica de una plataforma virtual abierta, libre, masiva y democrática donde la divulgación académica, cultural y científica fluya sin barreras y contribuya al empoderamiento ciudadano dentro del ecosistema mediático digital" (Buitrago, Martín García y Beltrán Flandoli, pp. 69, 70, 72, 73, 74).


Autor del texto: Armando Ossorio ©

XPOFERENS

 

"El arte, como lo adivinó Tolstói, es social, no individual. El arte, como hemos visto, es social en su origen, y permanece y deberá permanecer social en su función. La danza a partir de la cual surgió el drama era una danza coral, la danza de una banda, de un grupo, de una iglesia, de una comunidad, lo que los griegos llamaban un thiasos. La palabra significa banda y un objeto de devoción; y la reverencia, la devoción, la emoción colectiva, es social en su mismo ser. Esa banda, para empezar, era, como vimos, la de todos los iniciados de la tribu, unidos por un solo nombre, confiados en un sólo símbolo. Aún hoy, cuando el individualismo lo es todo, el arte muestra rasgos de su origen colectivo, social. Hacia él sentimos, como lo señalamos, un cierto "deber" que siempre echa a andar una obligación de tipo social. Más aún, cada vez que aparece un nuevo movimiento en el arte, surge de un grupo, por lo general de un pequeño círculo profesional, pero viene marcado por fuertes instintos sociales, por un espíritu misionero, por un fervor intemperante en la propaganda, por una tendencia, siempre social, por cristalizar la convicción en un dogma… La tribu se extinguió, la familia en su antigua forma rígida está moribunda, los grupos sociales que hoy vemos como los centros de la emoción son los grupos de la industria, del profesionalismo y de la mera atracción mutua…".


Yuki Takano ©

Cuando un artista sostiene que la expresión es el objeto del arte, es muy fácil que él se esté refiriendo únicamente a la auto-expresión: la manifestación de la emoción individual… La manifestación de la emoción individual va acompañada muy de cerca por (y es casi idéntica a) la autoglorificación. Lo que debería ser una exaltación generosa y en parte altruista se convierte en mera megalomanía. Éste egoísmo es, desde luego, un peligro inherente a todas las artes. La suspensión de las reacciones motoras con el mundo práctico aísla al artista, lo separa de sus congéneres, lo vuelve en un cierto sentido en un egoísta… Los jóvenes son con frecuencia artistas temporales; el arte, al estar basado en la vida, reclama una fuerte vitalidad. Los jóvenes también son egocéntricos y buscan el autoengrandecimiento… Los jóvenes, en parte por mera inmadurez, están aún más metidos en una convención tonta, ajenos a la vida real; están recluidos, obligados a volverse artistas en cierto modo, o bien, si no tienen la fuerza para hacerlo, al menos promotores de ellos mismos. Escriben poemas líricos, les encanta disfrazarse, enfocan la vida sobre ellos mismos de tal modo que, más adelante, la vida misma se vuelve imposible. Éste pseudo-arte, éste auto-engrandecimiento por lo general muere antes de los treinta años. Si sobrevive, un remedio es, desde luego, la actitud científica".

 

Jane Ellen Harrison. 

Arte y ritual antiguos.


INAH.


"Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".

 

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