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Iron
Musk vs Papa Trump.
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El 20 de enero de 2025, en el acto de investidura de Trump estuvieron los
representantes de la economía informática de Estados Unidos: Elon Reeve Musk (Tesla, SpaceX,
Starlink, Neuralink, X, xAI,), Mark Zuckerberg (Meta: Facebook, Instagram,
WhatsApp, Messenger Live, Threads), Jeff Bezos (Amazon), Sundair Pichai
(Google), Tim Cook (Apple), Sam Altman (Open IA), Shou Zi Chew (TikTok). La lista FORBES
2025 publicada el 1 de abril colocaba a Elon Musk en primer lugar, con 342.000
millones de dólares; Mark Zuckerberg en segundo lugar, con 216.000 millones de
dólares; Jeff Bezos en tercer lugar, con 215.000 millones de dólares; Larry
Ellison en cuarto lugar, con 192.000 millones de dólares; Bernard Arnault en
quinto lugar, con 178.000 millones de dólares; Warren Buffet en sexto lugar,
con 154 millones de dólares; Larry Page en séptimo lugar, con 144 millones de
dólares; Sergey Brin en octavo lugar, con 138.000 millones de dólares; Amancio
Ortega en noveno lugar, con 124.000 millones de dólares; Steve Ballmer en
décimo lugar, con 118.000 millones. Durante el año electoral, la riqueza de
Elon Musk había aumentado en unos 133.000 millones de dólares, el mayor
incremento entre todos los multimillonarios. Casi todo el aumento se había
producido en menos de dos meses, especialmente después del triunfo de Trump. El
23 de octubre de 2024 la riqueza del magnate estaba valorada en 237.000
millones. La lista FORBES 2025 lo coronaba con 342.000 millones. Musk se gastó
una pequeña fortuna en apoyar la campaña presidencial de Trump. Los documentos
registrados ante la Comisión Electoral Federal muestran que la factura pagada
por el magnate fue mucho mayor de lo que se conocía hasta ahora: 291.482
millones de dólares. Las mayores aportaciones las realizó a través de su comité
America PAC, que se centró en apoyar a Donald Trump en los estados decisivos y,
particularmente, en Pensilvania. Ésa organización financió los sorteos –que
luego resultaron no ser tales- de un millón de dólares diarios para
simpatizantes de su causa. El informe registrado cifra las aportaciones de Musk
a dicho fondo en 238,52 millones de dólares. Musk aportó 20,5 millones de
dólares a un comité político llamado RGB PAC. Su único financiador fue el fondo
Elon Musk Revocable Trust, domiciliado en Austin (Texas), donde el magnate
tiene su residencia. Depositó ésa cantidad el 24 de octubre. Los documentos
revelan que Musk donó además a finales de octubre tres millones de dólares a la
MAHA Alliance, un comité que apoyaba la campaña Hacer Estados Unidos saludable de nuevo, de Robert F. Kennedy, que
por entonces ya era también aliado de Trump. En total, pues, Musk aportó sólo a
ésas tres organizaciones 262 millones de dólares, lo que le convierte en el
donante más generoso conocido de la campaña republicana: 291.482 millones de
dólares. La página Open Secrets revela a otros cuatro principales donantes
clave de Trump: Timothy Mellon: 172,042 millones de dólares; Miriam O. Adelson:
148,294 millones de dólares; Richard y Elizabeth A. Uihlein: 143,463 millones
de dólares; Kenneth C. Griffin: 108,402 millones de dólares. Los cuatro
aportaron 572,201 millones de dólares. El gobierno estadounidense ha prometido
o concedido a las empresas de Musk casi 21.000 millones de dólares desde 2008. El
dinero seguía fluyendo el 17 de febrero, con otros 76,7 millones de dólares
prometidos desde la investidura de Trump. La gran mayoría de ésa financiación
proviene de contratos federales con SpaceX. El gobierno de George W. Bush
(enero de 2001-enero de 2009): contratos por 4 millones de dólares en 2008. El
gobierno de Barack Obama (enero de 2009-enero de 2017): 26 millones de dólares
en 2009, 115 millones de dólares en 2010, 195 millones de dólares en 2011, 256
millones de dólares en 2012, 594 millones de dólares en 2013, 497 millones de
dólares en 2014, 643 millones de dólares en 2015, 1,038 millones de dólares en
2016, 1,083 millones de dólares en 2017. El gobierno de Donald Trump (enero de
2017-enero de 2021): 970 millones de dólares en 2018, 1,289 millones de dólares
en 2019, 1,138 millones de dólares en 2020. El gobierno de Joe Biden (enero de
2021-enero de 2025): 2,183 millones de dólares en 2021, 2,848 millones de
dólares en 2022, 3,109 millones de dólares en 2023, 3,817 millones de dólares
en 2024. El gobierno de Donald Trump (enero de 2025): hasta febrero de 2025 332
millones de dólares. Desde que se tienen registros, a SpaceX se le han
prometido casi 20.700 millones de dólares en contratos gubernamentales,
subvenciones en investigación y otras formas de asistencia pública, de las
cuales aproximadamente 8.700 millones se han pagado hasta el momento. De ése
dinero prometido, 14.600 millones de dólares procedieron de contratos con la
NASA, que abarcan desde viajes de suministro a la Estación Espacial Internacional
hasta el diseño y prueba de un nuevo módulo de aterrizaje lunar. Un contrato
cubre los servicios de lanzamiento de varios satélites de la NASA, mientras que
otro cubre los vuelos de carga a la estación espacial Lunar Gateway planificada
por la agencia, que se pondrá en órbita alrededor de la luna para apoyar
futuras visitas. Quizás el más emocionante sea un contrato para destruir de
forma segura la Estación Espacial Internacional cuando sea abandonada, en algún
momento después de 2030. La compañía está construyendo una versión optimizada
de su cápsula tripulada Dragon, que usará su potente motor para impulsar la
estación a una órbita descendente que finalmente la quemará en la atmósfera
terrestre. Y aunque 14.600 millones de dólares puede parecer un buen pago, éso
no es nada comparado con el pago máximo que SpaceX podría obtener en el futuro
si la NASA decide ejercer todas las opciones en cada contrato: una enorme suma
de 56.400 millones de dólares. La mayor parte del resto de los contratos de SpaceX
son con el Departamento de Defensa, que ha prometido 5.600 millones de dólares
y ofrecido un pago futuro máximo de 32.800 millones de dólares. Las
descripciones de éstos contratos son bastante vagas. La mayoría implican
lanzamientos de satélites, incluso para la secreta Oficina Nacional de
Reconocimiento (NRO). SpaceX tiene un contrato para construir cientos de
satélites espías con una agencia de inteligencia estadounidense no
identificada. Otros pagos están relacionados con la filial de SpaceX, Starlink,
que proporciona servicios de internet móvil a regiones remotas desde una
constelación de más de 7.000 satélites en órbita terrestre baja. Además de
diversas subvenciones de investigación, SpaceX también tiene contratos con
otras agencias estadounidenses, aunque éstos son mucho menores: el Departamento
de Comercio le debe 1,4 millones de dólares, y el Departamento de Asuntos de
Veteranos 578.875 dólares. La mayoría de los contratos cubren servicios de
Starlink, incluidos los de barcos de investigación oceánica lejos del puerto,
trabajadores que reparan un puente en el Parque Nacional de Yellowstone y
funcionarios del Servicio Geológico de Estados Unidos en Anchorage, Alaska.
USAID también le había prometido a Starlink alrededor de 2,3 millones de dólares
en asistencia gubernamental. Tesla, la empresa de vehículos eléctricos ha
obtenido mucho menos ingresos gracias a contratos y adjudicaciones
gubernamentales. USASpending.gov registra sólo 4,5 millones de dólares,
principalmente para la generación de energía solar o la compra de vehículos
gubernamentales. Sin embargo, la empresa se ha beneficiado significativamente
de otros tipos de ayuda del contribuyente en el pasado. En 2010, cuando había
vendido menos de 2000 coches, recibió un préstamo a bajo interés de 465
millones de dólares del Departamento de Energía para desarrollar nuevos
vehículos eléctricos. Tesla también se ha beneficiado de al menos unos 3,400
millones de dólares en créditos fiscales otorgados a sus clientes para comprar
sus automóviles, lo que le ha permitido vender más vehículos a precios más
altos de lo que hubiera sido posible de otra manera. Musk había recibido el
encargo de dirigir, junto a Vivek Ramaswamy, el Departamento de Eficiencia
Gubernamental (D.O.G.E.), un organismo que no existe oficialmente, encargado de
propugnar una reforma drástica de la Administración, pero también de eliminar
regulaciones. Desde su puesto (que no es oficial y, por tanto, escapa del
régimen de incompatibilidades y conflictos de intereses de los funcionarios),
se esperaba que pudiera favorecerse a sí mismo: poder o capacidad de influir
sobre los reguladores que considera que están frenando el desarrollo de sus
negocios; dotarse de un marco normativo más favorable en los coches autónomos
(Tesla), el lanzamiento de cohetes (SpaceX), la inteligencia artificial (xAI) y
los implantes informáticos para el cerebro (Neuralink). Musk presenta una gran
paradoja, ¡el principal responsable de recortar los gastos del gobierno de
Estados Unidos es el principal subsidiado porque sus empresas son estratégicas
para la seguridad nacional y espacial! Una combinación de poder económico (el
número uno de FORBES), poder tecnológico (Tesla, SpaceX, Starlink, Neuralink,
xAI), poder de influencia (X). La incompatibilidad de intereses de Musk no sólo
es el ámbito doméstico, también es el niño mimado del Partido Comunista Chino
(PCCh)… Linggong Kong en "Cómo los profundos vínculos de Elon Musk
con China (y su admiración por ella) podrían complicar la política de Trump
hacia Pekín" (THE CONVERSATION, 2025), detecta que durante años,
Musk ha tenido importantes intereses comerciales en China, y la fábrica de
Tesla en Shanghái, Tesla Giga Shanghái, desempeña un papel crucial en las
operaciones globales de la compañía. Desde su apertura en 2019, la planta de
Shanghái ha superado a la de Tesla en Fremont, California, tanto en tamaño como
en productividad, y ahora representa más de la mitad de las entregas globales
de la compañía y la mayor parte de sus beneficios. Además, casi el 40% de la
cadena de suministro de baterías de Tesla depende de empresas chinas, y éstas
colaboraciones siguen creciendo. Cabe destacar que Tesla fue el primer
fabricante de automóviles extranjero autorizado a establecer operaciones en
China sin un socio local, tras un cambio en las normas de propiedad. La fábrica
de Shanghái se construyó con el apoyo de 1.400 millones de dólares en préstamos
de bancos estatales chinos, concedidos a tipos de interés favorables. Entre
2029 y 2023, el gobierno de Shanghái también proporcionó a Tesla una tasa
impositiva corporativa reducida del 15%, 10 puntos porcentuales menos que la
tasa estándar. Las ventajas de costos de fabricar en Shanghái, que incluyen
menores gastos de producción y mano de obra, han consolidado aún más la
dependencia de Tesla del mercado chino. Dado que la riqueza de Musk está en
gran medida ligada a las acciones de Tesla, su situación financiera depende
cada vez más de la suerte de la compañía en China, lo que hace que cualquier
posible retirada del país sea un desafío tanto económico como estratégico. La
continua inversión de Tesla en China subraya ésa dependencia. El 11 de febrero
de 2025, la compañía inauguró su segunda fábrica en Shanghái, una planta de 200
millones de dólares que producirá 10.000 megapaquetes de baterías al año. Es la
primera fábrica de baterías megapaquetes de la compañía fuera de Estados
Unidos. Ésta inversión refuerza la presencia de Tesla en China en medio de una
nueva ola de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. El 1 de
febrero de 2025, la administración Trump impuso un arancel del 10% a las
importaciones chinas, lo que provocó la represalia de Pekín con aranceles al
carbón, el gas natural licuado, la maquinaría agrícola y el petróleo crudo
estadounidenses. El conflicto entre el hombre más rico del mundo con el
presidente más poderoso del mundo no se puede entender sin la dependencia
tecnológica de China, los intereses financieros de Musk en China y la
influencia que éste esperaba obtener en la política de la administración Trump
hacia Pekín. Su largo historial de declaraciones pro-China sugiere que es un
agente de influencia de Pekín en Estados Unidos. Durante su visita a Pekín en
abril de 2024, Musk elogió al país y señaló además: "También tengo muchos
seguidores en China; bueno, el sentimiento es mutuo". Su admiración parece
depender en parte de su visión de las prácticas comerciales y laborales en
China. En ése sentido, Musk ha criticado a los trabajadores estadounidenses por
su pereza y se ha enfrentado a disputas en la legislación laboral
estadounidense, al mismo tiempo que elogia a los trabajadores chinos por
"quemar el petróleo a las 3 de la madrugada", bajo un sistema laboral
intensamente represivo. En numerosas publicaciones en la plataforma de redes
sociales X, anteriormente Twitter, de su propiedad, Musk también elogió la
infraestructura y el sistema ferroviario de alta velocidad de China, elogió su
programa espacial, aplaudió su liderazgo en iniciativas globales de energía
verde e instó a sus seguidores a visitar el país. Musk también se ha opuesto a
los esfuerzos de Estados Unidos por desvincularse de China, describiendo las
economías de ambos países como "gemelas siamesas", a pesar de que una
parte importante del establishment de la política exterior de Occidente considera
que una menor dependencia de China es necesaria para los intereses de seguridad
en medio de las crecientes tensiones geopolíticas. Sobre la cuestión de Taiwán,
el punto álgido más peligroso en las relaciones entre Estados Unidos y China,
Musk ha comparado a Taiwán con Hawái, argumentando que es una parte integral de
China y señalando que la Flota del Pacífico de Estados Unidos ha impedido que
China continental logre la reunificación por la fuerza. Musk sugirió además que
la disputa de Taiwán podría resolverse permitiendo que China establezca a
Taiwán como una zona administrativa especial, similar a Hong Kong. Sus
comentarios fueron compartidos y bien recibidos por el entonces embajador de
China en Estados Unidos, quien, en una publicación en X, enfatizó la llamada
estrategia de unificación pacífica de China y abogó por el modelo de "un
país, dos sistemas". Cuando Musk estableció la fábrica de Tesla en China,
parecía tener la sartén por el mango. Consiguió acceso a los principales
líderes y logró cambios de política que beneficiaron a Tesla. También
acostumbró a los trabajadores a largas jornadas y menores protecciones, tras
enfrentarse a los reguladores estadounidenses por las condiciones laborales en
su planta de California. La fábrica de Shanghái contribuyó a convertir a Tesla
en la empresa automovilística más valiosa del mundo. Pero Tesla ahora atraviesa
dificultades. Musk ayudó a crear su competencia: los fabricantes chinos de
vehículos eléctricos, que están ganando cuota de mercado y se están
convirtiendo en un problema de seguridad para Estados Unidos y Europa. Tesla se
benefició de una política china que ayudó a definir. En California, donde Tesla
lanzó su primer coche en 2008, la empresa se ha beneficiado de un mandato de
emisiones que le permite vender créditos –por valor de miles de millones de
dólares- a fabricantes de automóviles que no cumplen los objetivos de
contaminación. Cuando Musk se dirigió a China, sus grupos de presión animaron a
los líderes locales a adoptar una política similar. Trabajaron a través de
ambientalistas californianos con el objetivo de limpiar el aire de China. La
alianza con Trump era la crónica de una muerte anunciada, los intereses
financieros de Musk y sus intentos por influir en la política de la
administración estadounidense hacia China y la fuerte facción de halcones
anti-China en el mundo de Trump. Dentro de sus profundos vínculos con China se
encuentra su estrecha relación personal con el actual segundo funcionario de
mayor rango, el primer ministro Li Qiang, quien era el jefe del partido en
Shanghái cuando se construyó la fábrica de Tesla. Trump tenía la posibilidad de
recurrir a Musk como canal diplomático extraoficial para aliviar las tensiones
entre Estados Unidos y China y facilitar la cooperación bilateral cuando fuera
necesario. Hasta éste punto, resulta revelador que fuera Musk quien se reunió
con el enviado del presidente chino XI Jinping a la investidura de Trump, el
vicepresidente Han Zheng, en vísperas del evento. La rabieta de Musk demostró
que Trump no deseaba ése papel diplomático. En su primer mandato, Trump lanzó
una guerra comercial y un bloqueo tecnológico sin precedentes contra China,
transformando radicalmente las relaciones entre Estados Unidos y China e
impulsando a los Estados Unidos hacia una especie de consenso bipartidista para
contrarrestar a Pekín, que ha existido durante varios años. Las medidas
arancelarias de Trump y sus nominados para su segundo mandato en importantes
roles de comercio, como Peter Navarro y Jamieson Greer (que desempeñaron papeles
clave en la guerra comercial con China durante el primer mandato) sugieren que
el compromiso de Trump con un mayor desacoplamiento de China sigue siendo
fuerte. Además, los intereses comerciales y el patrimonio personal de Musk
vinculados a China podrían dejarlo vulnerable a la influencia china. Al
apoyarse en los estrechos vínculos de Musk con Donald Trump, China tenía la
posibilidad de usar su dependencia del mercado chino como moneda de cambio para
presionar a Trump a hacer concesiones en asuntos de gran importancia
estratégica para Pekín. China tiene un historial de coaccionar a empresas
extranjeras que dependen de su mercado para que acepten compromisos en asuntos
que afectan a sus intereses nacionales. Por ejemplo, Apple eliminó las
aplicaciones de redes privadas virtuales de su tienda de aplicaciones en China
a petición del gobierno. De igual manera, Tesla estaba en la posibilidad de
enfrentar una presión similar si Pekín intentaba usar a Musk como garrote para
influir en las políticas de la administración Trump. Como director de D.O.G.E.
y con acceso a datos sensibles de múltiples agencias, Musk tenía la posibilidad
de verse atrapado entre el escrutinio de seguridad estadounidense y los ataques
estratégicos de China. Mientras Musk conservaba su influencia sobre Trump, se
esperaba que su postura pro-China se tradujera en intentos de influir en las
políticas gubernamentales. Sin embargo, no fue así ya que Musk es visto por
Trump y sus asesores como un agente de influencia de Pekín. Musk toma ketamina,
pero su estado mental negativo es producto de la guerra arancelaria entre la
primera y la segunda economía del mundo:
145% vs125% en abril. La rabieta del 5 de junio por el paquete presupuestal Big, Beautiful Bill le costó a Tesla 150.000
millones de dólares en valor de mercado y 34.000
millones de dólares en acciones: "Elon estaba
agotándose, le pedí que se fuera, le quité el mandato de vehículos eléctricos
que obligaba a todos a comprar coches eléctricos que nadie más quería (¡algo
que él sabía desde hacía meses que iba a hacer!), y simplemente se volvió
loco", "La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares
en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de
Elon. ¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!" (Truth Social, 5/06/2025).
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Starlink:
jugando con fuego.
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El 9 y el 10
de junio se celebró el Foro Imagen del Futuro 2050 del Instituto Tsargrad en
Moscú con las siguientes preguntas para el debate: 1) Lucha por las almas y las
mentes. Ideología de la Rusia soberana. 2) Nuevo "concierto de grandes
potencias". La política exterior rusa en el segundo cuarto del siglo XXI.
3) Guerras del futuro. Gamificación de la guerra. 4) Espacio ruso. Carrera
hacia Marte. 5) Operación especial "Demografía". ¿Cómo asegurar un
aumento de la natalidad? 6) Nueva estrategia de política migratoria.
Reclutamiento organizacional: "Kafala rusa". Rusia como arca de
salvación. 7) Desarrollo tecnológico: robotización en lugar de migración
masiva. 8. Desarrollo espacial. De las megaciudades a la Rusia de una sola
planta. 9). Soberanía digital. La IA al servicio de Rusia. 10) Educación
patriótica. La imagen del héroe de nuestro tiempo. ¿Quién más está interesado
en Ocupar Marte? ¡Elon Musk y Estados Unidos! ¿Quién no está interesado en
Ocupar Marte? ¡China! A Pekín le interesa la Luna para monopolizar los
minerales raros del espacio, ya que tiene el monopolio de los minerales raros
de la Tierra. El Foro Imagen del Futuro 2050 lo mismo contó con la
participación de Piotr Tolstói (el vicepresidente de la Duma estatal de la
Asamblea Federal de la Federación de Rusia), Serguéi Mironov (el jefe de la
facción Rusia Justa en la Cámara Baja), Serguéi Lavrov (ministro de Asuntos
Exteriores de la Federación de Rusia),
Anton Alekseev (el director general de Corporation for Aerospace
Activities New Space), Oleg Mansurov (el fundador y director ejecutivo de la
empresa privada rusa SR Space), Igor Ashmanov (emprendedor en el campo de las
tecnologías de la información, la inteligencia artificial, el desarrollo del
software y la gestión de proyectos), Jeffrey Sachs (presidente de la SDSN de la
ONU). Que personajes conocidos en Estados Unidos: Larry Johnson (exanalista de
la CIA y del Departamento de Estado), Alex Jones (comentarista político
estadounidense, presentador del programa de radio Alex Jones Show, propietario
de InfoWars.com y PrisonPlanet.com), Errol Musk (ingeniero, empresario,
comerciante de gemas, padre de Elon Musk). Durante su estancia en Moscú, Errol
hizo declaraciones sobre el enfrentamiento de su hijo con el presidente de
Estados Unidos: "Lamentablemente, Elon no comprendió que Trump está
obligado a hacer éso para hacerse con los votos de los demócratas en el Senado.
No es un político. Es un magnífico especialista en tecnologías e innovador,
pero la política para él es como un remolino que se lo lleva al fondo, y no
tiene de donde sujetarse para no zozobrar". Padre e hijo han mantenido una
relación tensa durante años, pero ahora Moscú trata de presentar la presencia del
progenitor del hombre más rico del mundo como un gesto simbólico de apoyo a un
modelo de civilización alternativo al occidental. Moscú sabe que Elon Musk
puede cortar en cualquier momento la conexión de Ucrania con su red de
satélites Starlink, cruciales para la guerra, por lo que cualquier persona que
lleve el apellido Musk es un activo interesante. ¡El único país que le puede
ofrecer Ocupar Marte que no sea Estados Unidos es Rusia! Si Elon Musk es un
agente de influencia de Pekín, Errol Musk es un agente de influencia de Moscú.
En el pasado Errol ha declarado que toda la familia de Elon admira al
presidente ruso, Vladímir Putin. En una entrevista con la BBC, Errol afirmó que
el presidente ruso siempre se muestra seguro de sí mismo y que "es un
ejemplo de líder fuerte". En octubre de 2024, WSJ citando a funcionarios
estadounidenses, informó que Elon Musk mantiene contactos regulares con el
presidente ruso y que sus discusiones abordan tensiones comerciales y
geopolíticas. Putin también ha alabado a Elon. En febrero de 2024, en una
entrevista con Tucker Carlson, Putin expresó su opinión de que el hombre más
rico del mundo es una persona inteligente que hará lo que crea correcto:
"Creo que a Elon Musk no se le puede detener. Hará lo que le
parezca". La declaración de Putin es un cortejo, ya que el gobierno ruso
ha demostrado múltiples veces lo que es capaz de hacer para detener a
cualquiera que crea que puede hacer lo que le parezca. En Rusia, la
combinación de gobierno y empresa privada ha sido en realidad una amalgama que
hace difícil decir qué es privado y qué es gobierno. En Rusia hay varios
partidos políticos, radio, televisión, medios de comunicación gratuitos. Es una
especie de juguete de algunos empresarios de alto nivel. Pero existen reglas
que aplican a cualquier país. Por ejemplo, algunos empresarios realmente
intentan manipular al gobierno ruso utilizando sus enormes capitales,
sobreestimando su propio poder. De modo que Putin y el régimen actual han
logrado preservar el mecanismo del poder en sus propias manos. Mijail
Jodorkovski, expresidente de Yukos encarcelado desde 2003, la primera en una
larga lista de víctimas empresariales, políticas y periodísticas de Putin. En
dicha lista están los exiliados, como los magnates judíos de medios Borís
Bererovski (ORT) y Vladímir Gussinski (TNT, NTV), y el financiero Bill Browder.
De hecho, Berezovski falleció el 23 de marzo de 2013 (encontrado muerto en la
bañera de su residencia en Surrey, sureste de Inglaterra. Había sobrevivido a
varios intentos de asesinato, incluyendo un coche bomba que decapitó al
conductor de su Mercedes-Benz 600 en 1994). Y los que han muerto en
circunstancias sospechosas, relacionadas con el Buró Federal de Seguridad
(FSB): Anatoli Sóbchak, Galina Storovoitova, Andrei Babitski, Anna Politkóvskaya,
Alexandre Litvinenko, Stalisnav Markelov y Anastassia Baborova, Serguei
Magnistski, Natalia Estemirova, Mikhail Beketov, Alexei Navalny. Incluso antes
de la guerra de Ucrania, desde envenenamientos con agentes nerviosos (Polonio
210, Novichok A-230) hasta caída mortales de ventanas y accidentes aéreos
inexplicables, un importante número de personas que se han topado con Putin
durante sus 25 años en el poder han muerto en circunstancias sospechosas:
Leonid Shulman el 30 de enero de 2022 (jefe de transporte de Gazprom Invest,
muerto en su "dacha" cerca de San
Petersburgo, muerte considerado suicidio),
Alexander Tyulakov el 25 de febrero de 2022 (alto funcionario financiero y
de seguridad de Gazprom, ahorcado en el garaje de su casa de campo, cerca de San
Petersburgo), Mikhail Watford el 28 de febrero de 2022 (magnate de origen
ucraniano, ahorcado en su propiedad de Surrey, sureste de Inglaterra), Vasily
Melnikov el 23 de marzo de 2022 (multimillonario propietario de la empresa
médica Medstom, hallado muerto junto a su familia en Nizhny Novgorod),
Vladislav Avayev el 18 de abril de 2022 (exvicepresidente de Gazprombank,
muerto a tiros en Moscú, junto a los cadáveres de su esposa e hija), Sergei Protosenya el 19 de abril de
2022 (exvicepresidente de la empresa de gas Novattek, ahorcado en Gerona,
España, junto a los cadáveres de su esposa e hija con signos de apuñalamiento),
Vladimir Lyakishev el 4 de mayo de 2022 (cofundador de la cadena de
restaurantes Bratya Karavayevi, asesinado en Moscú de un disparo en la cabeza),
Alexander Subbotin el 8 de mayo de 2022 (exgerente principal de la compañía
energética Lukoil, hallado muerto en el sótano de la casa de un chamán al que
acudió para curar una resaca, y para ello utilizó veneno de sapo), Yuri Vironov
el 4 de julio de 2022 (CEO y fundador de Astra Shipping, vinculada a Gazprom,
muerto en una piscina con una herida de bala en la cabeza), Ravil Maganov el 1
de septiembre de 2022 (presidente de la compañía petrolera Lukoil, muerto
después de caer desde la ventana del sexto piso de un hospital en Moscú.
Maganov había criticado abiertamente la invasión de Rusia a Ucrania), Guennadi
Zhidko el 16 de agosto de 2023 (el general ruso Gennady Zhidko, y ex
viceministro de Defensa, despedido como el comandante jefe ruso en Ucrania.
Murió tras una larga enfermedad), Yevgueni Prigozhin el 23 de agosto de 2023
(líder del grupo Wagner, muerto en un accidente aéreo unos meses después de
rebelarse contra Putin), Dmitri Utkin el 23 de agosto de 2023 (la mano derecha
de Prigozhin que viajaba con el líder mercenario en el avión estrellado). Ni Rusia ni
China le pueden ofrecer al hombre más rico del mundo espacio para sus
extravagancias y excentricidades. ¿Alguien imagina a Musk puteando por X a Xi
Jinping o Vladímir Putin? ¿O amenazando con fundar un nuevo partido o apoyar a
los enemigos del presidente de China o Rusia? ¿Por qué lo hizo con Trump?
Joscha Abels en "Infraestructura privada en conflictos geopolíticos: el
caso de Starlink y la guerra en Ucrania" (UNIVERSIDAD DE TUBINGA, 2024)
identifica que, desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, empresas
tecnológicas estadounidenses como Microsoft ofrecieron servicios de
ciberseguridad y computación en la nube al gobierno ucraniano de forma
gratuita. Una contribución decisiva que recibió mucha publicidad provino de la
empresa de naves espaciales, comunicaciones y defensa SpaceX. Financiada,
parcialmente controlada y dirigida por el magnate Musk, ésta empresa
estadounidense opera Starlink, la megaconstelación de satélites más grande del
mundo, que proporciona cobertura de internet a zonas remotas. Tras un
ciberataque ruso que logró desactivar la mayor parte de las comunicaciones
militares ucranianas, Musk anunció que Starlink estaría disponible en Ucrania.
En los meses siguientes, se suministraron más de 20.000 terminales Starlink a
Ucrania. Starlink se volvió indispensable como infraestructura de
comunicaciones para el ejército ucraniano. Sin embargo, a partir del verano de
2022, SpaceX cambió su orientación estratégica. Tras la propuesta de Musk de un
"plan de paz", que mostraba muchas similitudes con las demandas del
Kremlin, SpaceX exigió al gobierno de los Estados Unidos que cubriera los
gastos de los servicios prestados a Ucrania. Paralelamente, el ejército ucraniano
comenzó a experimentar cortes en las comunicaciones basadas en Starlink al
frente. En febrero de 2023, SpaceX anunció que dejaría de ofrecer sus servicios
satelitales para las acciones ofensivas del ejército ucraniano, lo que
obstaculizó los esfuerzos para retomar las zonas ocupadas por Rusia. Éste
cambio llevó a los analistas a especular sobre cómo se había producido el
cambio y qué intereses estratégicos impulsaban las acciones de SpaceX… La
dependencia empresarial de Musk del gobierno chino, que considera a Ucrania
como un precursor de cómo podría desarrollarse una invasión de Taiwán, influyó
especialmente en el margen de maniobra de SpaceX. Éste equilibrio resultó en
medidas infraestructurales que, en ocasiones, parecían contradictorias... Las
respuestas estatales han variado entre estrategias de contratación (EE.UU.) y
la creación de infraestructuras públicas paralelas, complementarias (UE) o
competitivas (China). Los sistemas satelitales desempeñan un papel fundamental
en la prestación de servicios de comunicación, radiodifusión y navegación, así
como en la investigación tecnológica y la exploración espacial, así como en la
observación de la Tierra. La mayoría de éstas actividades son inherentemente de
doble uso, lo que significa que pueden servir tanto para fines civiles como
militares. Ésto hace que los sistemas satelitales sean relevantes para los
Estados no sólo como infraestructura que sustenta la actividad comercial y la
vida social cotidiana, sino también como infraestructura de seguridad y guerra.
Los proveedores comerciales reconocieron tempranamente los beneficios de ubicar
satélites en órbita terrestre (LEO), ya que se comunican con la Tierra a una
velocidad mucho mayor que desde la órbita terrestre media (MEO). Ésto reduce la
latencia de los servicios de comunicación. De éste modo, los satélites LEO
reemplazan o hacen redundantes grandes cantidades de infraestructura terrestre
inmóvil, como cables y antenas de transmisión. Sin embargo, en comparación con
los sistemas de navegación por satélite, que se ubican principalmente en MEO,
se requieren muchos más satélites para garantizar la cobertura global debido a
su altitud relativamente baja. Ésto ha llevado al desarrollo de
megaconstelaciones privadas. De ellos, Starlink es el más grande y avanzado, y
actualmente cuenta con más de 3.500 satélites en órbita terrestre baja (LEO),
con una expansión a 12.000 satélites aprobada por la Comisión Federal de
Comunicaciones de EE.UU. (FCC). Ya se han presentado planes para el despliegue
de 30.000 satélites adicionales de nueva generación. Starlink es operada por
SpaceX, una corporación de naves espaciales, comunicaciones y defensa fundada
por el magnate Elon Musk. Musk posee actualmente el 42% de las acciones y se
desempeña como director ejecutivo de la compañía, lo que lo convierte en una
figura clave de la empresa. SpaceX comenzó a desplegar pequeños satélites de
fabricación en masa para su infraestructura Starlink en 2019. Los satélites se
comunican con terminales terrestres designadas para proporcionar cobertura de
internet, principalmente a zonas del mundo que antes carecían de servicio. El
progreso de Starlink ha impulsado a rivales como Amazon a entrar en el mercado
y buscar desplegar sus propias megaconstelaciones. Sin embargo, la mayoría de
éstos competidores aún se encuentran en las fases iniciales de planificación e
implementación. Starlink posee numerosas ventajas productivas y técnicas.
Gracias a la producción masiva de satélites y terminales, SpaceX se beneficia
de la disminución de los costes marginales, mientras que la gran cantidad de
satélites hace que Starlink sea altamente resistente a cualquier tipo de
interferencia con sus servicios. Además, al ser independiente de la
infraestructura fija en tierra, se pueden establecer nuevas conexiones a las
terminales designadas en cuestión de minutos. Sin embargo, un problema
importante radica en el tamaño de las megaconstelaciones y la saturación de la
órbita terrestre baja (LEO). Se han producido encuentros cercanos de satélites
Starlink con satélites operados por la Agencia Espacial Europea e incluso con
la estación espacial china Tiangong. Dado que las coaliciones tienen efectos
exponenciales en la aparición de desechos espaciales, se teme que puedan
inutilizar la LEO y bloquear el acceso a órbitas más altas. Como informó Gwynne
Shotwell, directora de operaciones de SpaceX, la compañía estuvo en
negociaciones con el gobierno ucraniano sobre la prestación de servicios de
internet varias semanas antes de la invasión rusa. SpaceX esperó el permiso
oficial para desplegar su infraestructura en Ucrania, pero no lo había recibido
antes del 24 de febrero. Ése día, las tropas rusas entraron en territorio
ucraniano y hackers rusos lograron desactivar la infraestructura de
comunicaciones de Ucrania. Ésto cortó las vías de comunicación entre la primera
línea militar y la población civil de las zonas afectadas. El 26 de febrero,
Mykhailo Fedorov, ministro de Transformación Digital del gobierno ucraniano, se
dirigió a Elon Musk por Twitter: "@elonmusk, mientras intentas colonizar
Marte, ¡Rusia intenta ocupar Ucrania! (…) Te pedimos que proporciones a Ucrania
estaciones Starlink (…)". La directora de operaciones de SpaceX, Shotwell,
informó que su compañía interpretó ésto como un permiso para participar, ya que
provenía de una fuente oficial. Poco después, Musk respondió a Fedorov en
Twitter: "El servicio Starlink ya está activo en Ucrania. Más terminales
en camino". Un alto funcionario del Departamento de Defensa de EE.UU.
informó que Musk ya había convocado una reunión el día anterior, expresando su
ambición de establecer Starlink sobre Ucrania. Dos días después del tuit de
Musk, 500 terminales terrestres llegaron a Ucrania. Entre febrero y diciembre
de 2022, Starlink envió más de 22.000 terminales a Ucrania. La infraestructura se
volvió esencial para la estrategia militar ucraniana. Las tropas ucranianas
utilizaron Starlink para reconocimiento, coordinar contraataques, dirigir fuego
de artillería y realizar ataques con drones. Durante el asedio de Mariupol,
helicópteros ucranianos instalaron una terminal terrestre en las instalaciones
metalúrgicas de Azovstal para apoyar a las tropas atrincheradas en la defensa
de la zona. Gracias al bajo consumo de energía de las terminales, la conexión a
internet pudo mantenerse incluso en caso de cortes de electricidad o al operar
en zonas remotas. Sin embargo, Starlink también frustró rápidamente los
intentos rusos de interrumpir el diálogo social y político y moldear la
narrativa global sobre la guerra. El presidente Volodymyr Zelenskyy utilizó
terminales Starlink para negociar con líderes políticos extranjeros y
comunicarse con el público, mientras que la infraestructura permitió a los
ucranianos mantenerse en contacto con amigos y familiares y compartir vídeos de
sus experiencias en redes sociales. En Twitter, Musk calificó a Starlink como
el "único sistema de comunicaciones no ruso que aún funciona en algunas
partes de Ucrania". Si bien la atención pública se centró en las
donaciones de SpaceX a Ucrania, los estados desempeñaron un papel fundamental
en el despliegue y la financiación de la infraestructura. Francia y Polonia
colaboraron con la logística para el transporte de equipos a Ucrania. Polonia
albergó una estación terrestre que conectaría Starlink con la infraestructura
de internet de Ucrania: "De las 20.000 terminales que SpaceX entregó a
Ucrania hasta octubre de 2022, alrededor del 85% se había financiado, al menos
parcialmente, con fondos públicos de Estados Unidos, el Reino Unido y Polonia,
entre otros. Los gobiernos también financiaron el 30% de los servicios de
Starlink, mientras que SpaceX donó aproximadamente el 70%. Sin embargo, la
compañía cobró su tarifa más alta por éstos servicios y las terminales tenían
un precio significativamente superior al habitual. Si bien la provisión de
Starlink en Ucrania estuvo asociada con costos a corto plazo para SpaceX, la
compañía aprovechó la guerra para demostrar las capacidades y la resiliencia de
sus sistemas y atraer a clientes públicos y privados. En diciembre de 2023, el
valor de SpaceX rondaba los 180.0000 millones de dólares, lo que la convertía
en la segunda empresa no cotizada en bolsa más valiosa del mundo. Si bien
SpaceX tenía un marcado interés económico en prestar servicios Starlink a
Ucrania y exhibir sus sistemas, sus motivos geoeconómicos eran más complejos.
Como corporación transnacional, SpaceX tiene dependencias mucho más allá del
mercado estadounidense. Ésto aplica en particular a Musk, quien también es
director ejecutivo de la empresa de vehículos eléctricos Tesla. El negocio de
Tesla depende de las buenas relaciones con el gobierno chino, ya que éste
representa su segundo mercado de ventas más grande. Allí se ubican plantas
críticas de producción y ensamblaje de baterías. Pekín ha adoptado una postura
ambivalente sobre la guerra en Ucrania. El gobierno del presidente Xi Jinping
presuntamente apoya los esfuerzos bélicos rusos, ya que considera la guerra de
Ucrania como un indicio de cómo podría desarrollarse una invasión china de
Taiwán. Al mismo tiempo, China elude los costes de apoyar abiertamente la
agresión rusa y los efectos desestabilizadores que ésto podría tener en la
producción global" (Abels, pp. 853, 854).
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Las
presiones del Kremlin.
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El 9 de junio
de 2025 Wall Street Journal publicó
que distintos departamentos del Gobierno estadounidense investigaron las
visitas de personas extranjeras a las propiedades de Musk, preocupadas por los
posibles intentos de influencia sobre el multimillonario y propietario de X,
Tesla y SpaceX. Las investigaciones rastrearon a los extranjeros que visitaron
a Musk durante los años 2022 y 2023 y fueron llevadas a cabo, al menos por el
Departamento de Seguridad Nacional y por el Departamento de Justicia. Las
indagaciones se centraron en personas que visitaron al magnate sudafricano especialmente
desde países de Europa del Este. Musk, quien controla cinco empresas y tiene
contratos con áreas del Gobierno de carácter sensible, ha tenido un acceso
ilimitado a altos funcionarios gubernamentales de países de todo el mundo.
Altos funcionarios de otras agencias estadounidenses fueron informados sobre la
investigación, que se realizó antes de la segunda llegada de Trump a la Casa
Blanca, por tanto, durante la presidencia de Joe Biden. Además, las relaciones
de Musk con el Kremlin han estado bajo escrutinio. El analista político Ian
Bremmer ha afirmado que Musk habló directamente con Putin. Bremmer declaró en
Twitter que Elon Musk le había contado sobre sus conversaciones con Putin
acerca de la guerra y la amenaza de un ataque nuclear ruso en caso de una
posible recuperación de Crimea. De hecho, Dmitry Medvedev, líder del partido
político de Putin, Rusia Unida, ha planteado la posibilidad de que "Rusia
se vea obligada a utilizar el arma más temible contra el régimen
ucraniano" en respuesta a "un acto de agresión a gran escala que pone
en peligro la existencia misma de nuestro Estado", que también incluiría
Crimea y las regiones anexadas en el sur y el este de Ucrania. El director
ejecutivo de SpaceX, Musk, ha negado las afirmaciones de Bremmer, declarando en
Twitter: "Sólo he hablado con Putin una vez y fue hace unos 18 meses. El
tema era el espacio". También argumentó: "El coste de bolsillo de
SpaceX para habilitar y dar soporte a Starlink en Ucrania es de aproximadamente
$80 millones hasta la fecha. Nuestro apoyo a Rusia es de $0. Obviamente,
estamos a favor de Ucrania". Sin embargo, según funcionarios del gobierno
estadounidense citados por The New Yorker,
el propio Musk informó al Pentágono que había estado hablando directamente con
Putin sobre la guerra. Si bien la naturaleza de su comunicación con los líderes
rusos no puede aclararse de manera concluyente, la intervención diplomática de
Musk en octubre de 2022 reflejó claramente los intereses rusos. En Twitter,
presentó su hoja de ruta para la paz entre Rusia y Ucrania, que incluía la
rendición permanente de Crimea a Rusia. En consonancia con las antiguas
reivindicaciones rusas, Musk calificó la transferencia de la provincia de
Crimea a Ucrania en 1954 como un "error de Jruschov". También propuso
rehacer, bajo la supervisión de la ONU, el referéndum en las regiones anexadas
sobre su futura pertenencia territorial y sugirió que, a largo plazo,
"Ucrania se mantendrá neutral". Musk justificó su propuesta afirmando
que, en cualquier caso, era "muy probable que ése fuera el resultado
final; sólo era cuestión de cuántos mueran antes". El plan de paz de Musk
provocó fuertes críticas de los líderes políticos occidentales, incluido el
presidente ucraniano Zelenskyy, quien afirmó que Musk estaba recompensando a
Rusia por su agresión y adaptando los argumentos del Kremlin. Sin embargo, la
propuesta puso en apuros a los líderes ucranianos, ya que no podían arriesgarse
a perder su acceso a Starlink. Mykhailo Podolyak, unos de los principales
negociadores de Zelenskyy, declaró en Twitter que "@elonmusk nos ayudó a
sobrevivir a los momentos más críticos de la guerra". Sin embargo, el plan
de Musk fue bien recibido por los líderes rusos, y un portavoz del Kremlin
elogió a Musk por "buscar una salida pacífica a ésta situación" y por
reconocer que "lograr la paz sin cumplir las condiciones de Rusia es
absolutamente imposible". En redes sociales, Musk presentó el plan como su
contribución para evitar una guerra nuclear, afirmando que "un posible, aunque
improbable, resultado de éste conflicto es una guerra nuclear" y
advirtiendo que "intentar recuperar Crimea causará muertes masivas,
probablemente fracasará y se arriesgará a una guerra nuclear".
Independientemente de la incertidumbre sobre las motivaciones personales de
Musk para sus intervenciones, el plan que presentó fue el primero de varios
ajustes estratégicos de Space X que se adaptaron a las preferencias de política
exterior de China y Rusia. Las interrupciones de Starlink en el frente
ucraniano fueron otro acontecimiento que indicó un cambio en la estrategia de
SpaceX. A partir de septiembre, las tropas ucranianas que participaban en
combates por territorio ocupado informaron de pérdidas de conexión a los
servicios de comunicación proporcionados por Starlink. Ésto se refería a los
avances de contraofensiva de Ucrania en las provincias de Luhansk, Donetsk,
Zaporiyia y Jersón, todas las cuales Rusia había reclamado previamente para sí
tras una serie de referendos amañados. Las interrupciones obstaculizaron
gravemente los esfuerzos ucranianos por recuperar territorio y aislaron a las
fuerzas de contraofensiva del mando militar. Los informes indican que las
fallas de conexión se debieron a que SpaceX había geocercado su servicio, lo
que significa que estaba disponible en los territorios controlados por Ucrania,
pero no en los ocupados por Rusia. Musk no abordó las interrupciones, alegando
que "lo que sucede en el campo de batalla es información
clasificada". Se ha sugerido que el geocercado formaba parte de los
esfuerzos de SpaceX para evitar que las tropas rusas explotaran su
infraestructura y que tuvo que ajustar el cercado a las líneas de frente
móviles. Sin embargo, el hecho de que las interrupciones de Starlink en las
provincias controladas por Rusia coincidieran con las propuestas de Musk de
detener los combates por éstos territorios y celebrar nuevos referendos plantea
serias dudas al respecto. Además, Musk había dejado claro repetidamente durante
el conflicto que no activaría Starlink sobre Crimea, lo que indicaba que
buscaba limitar los esfuerzos de liberación de Ucrania a lo que consideraba
políticamente factible. En septiembre, SpaceX envió una carta confidencial al
Departamento de Defensa de los EE.UU., lo que supuso un cambio respecto a su
postura anterior. En la carta, la compañía declaró que consideraba demasiado
costoso mantener sus servicios y exigió al gobierno estadounidense que pagara
por Starlink en Ucrania. Adjunta a la carta se incluía una solicitud del
comandante en jefe de Ucrania, Valerii Zaluzhnyi, solicitando a SpaceX miles de
terminales Starlink adicionales para sus unidades militares y de inteligencia.
En Twitter, Musk afirmó que, hasta entonces, proporcionar Starlink a Ucrania le
había costado a su empresa 80 millones de dólares. Sin embargo, investigaciones
periodísticas demostraron que la mayor parte de las terminales y los servicios
de Starlink entregados a Ucrania habían sido financiados, al menos
parcialmente, por los gobiernos y que la empresa estaba sobrevalorando sus
terminales y servicios. Ésto generó especulaciones sobre si SpaceX simplemente
estaba intentando sacarle dinero al gobierno estadounidense o si la retirada de
sus donaciones estaba relacionada con su apoyo más moderado a Ucrania: "En
Twitter, Musk enfatizó que todas las demás infraestructuras –fibra de internet,
líneas telefónicas, torres de telefonía celular y otras comunicaciones
espaciales- habían sido destruidas en los territorios en conflicto y que
"Starlink es todo lo que queda". También añadió: "Si alguien más
quiere éste trabajo, por favor, adelante". Al menos en éste asunto, SpaceX
dio un giro. El gobierno estadounidense entabló conversaciones con la empresa y
declaró públicamente que estaba negociando con otros proveedores que pudieran
ofrecer sus servicios a Ucrania. El subsecretario del Pentágono, Colin Kahl,
contactó telefónicamente con Musk para asegurar un contrato que garantizara la
continuidad de la conectividad de SpaceX en Ucrania. Si bien los términos del
acuerdo siguen siendo desconocidos para el público, la compañía retiró su
solicitud de financiación. Musk escribió en Twitter: "Aunque Starlink
sigue perdiendo dinero y otras empresas reciben miles de millones de dólares de
los contribuyentes, seguiremos financiando al gobierno de Ucrania de forma
gratuita". Confirmó a la prensa que ésto se aplicaría
"indefinidamente". En general, el episodio representa una situación
en la que la decisión de SpaceX de adaptarse a las restricciones rusas entró en
conflicto con su dependencia financiera del gobierno estadounidense. Las nuevas
empresas espaciales aún dependen en gran medida de los contratos
gubernamentales para seguir siendo rentables y, por lo tanto, SpaceX buscó
evitar la posibilidad de perder contratos estadounidenses ante un competidor.
Sin embargo, el cambio de rumbo en éste asunto no coincidió con una
realineación con los intereses estadounidenses. En febrero de 2023, la
directora de operaciones de SpaceX, Shotwell, anunció que la compañía limitaría
el uso de Starlink para la operación de drones ucranianos, argumentando que la
infraestructura "nunca estuvo destinada a ser utilizada como arma" ni
"con fines ofensivos". En su opinión, Ucrania había utilizado la
tecnología para fines ajenos al acuerdo inicial y que había "medidas que
podemos tomar para limitar su capacidad para hacerlo" (Abels, pp. 856,
857). Los drones habían desempeñado un papel fundamental en los esfuerzos
militares de Ucrania, ya se habían utilizado para la observación y la
planificación, para ataques aéreos y para derribar drones rusos. En octubre de
2022, Ucrania utilizó drones para atacar la Flota rusa del Mar Negro en
Sebastopol. SpaceX estaba desactivando el uso de Starlink en territorios
ocupados por Rusia, en el mar y al viajar a velocidades superiores a 100 km/h.
Ésto significaba que Ucrania tenía que recurrir a múltiples alternativas más
costosas y menos fiables para llevar a cabo ataques de largo alcance y al
intentar recuperar territorio. Los líderes ucranianos se mostraron irritados
por ésta decisión, ya que era un hecho bien establecido que el país utilizaba
Starlink para medidas ofensivas. En 2023, Anton Gerashchenko, asesor del
ministro del Interior de Ucrania, argumentó en Twitter: "Ucrania no
ofende, libera". Sin embargo, Elon Musk se mantuvo firme en su postura de
que "no permitiremos que Starlink se utilice para ataques con drones de
largo alcance". Ésta cuarta acción de SpaceX coincidió con las amenazas
rusas de derribar los satélites Starlink. El auge del sector comercial ha ido
en paralelo al declive de Rusia en espacio. Ante la falta de competidores
nacionales y la disminución de su ventaja tecnológica, Rusia se ha
especializado en sistema antisatélite para mantener su relevancia en el ámbito
espacial. Los hackers rusos llevaron a cabo ciberataques repetidamente contra
Starlink, pero SpaceX logró mantener el funcionamiento de su infraestructura.
Los funcionarios rusos presentaron a Starlink como una herramienta de la
política exterior estadounidense y amenazaron con desactivar sus satélites. La
decisión de SpaceX de impedir que Ucrania utilizara Starlink para medidas
ofensivas también fue relativamente coherente con las medidas que había tomado
varios meses antes: permitió a Ucrania continuar defendiendo los territorios
que aún controlaba, al tiempo que dificultaba la recuperación de los ocupados
por Rusia, lo que contribuyó a congelar el conflicto en la situación actual.
Una vez más, SpaceX utilizó la guerra para demostrar sus capacidades y asegurar
contratos rentables, a la vez que equilibraba los intereses occidentales con las
líneas rojas chinas y rusas. Como se planteó anteriormente, los actores
estatales buscarán maneras de recuperar su autonomía respecto de la
infraestructura privada si temen que las empresas puedan explotar su control
sobre ésta infraestructura con fines contrarios a los intereses estatales
fundamentales. La acción estatal podría adoptar la forma de contrataciones,
creación de interdependencias o construcción de infraestructuras paralelas,
incluso competidoras, según el grado de autonomía que los Estados busquen y los
costes que estén dispuestos a aceptar. De hecho, Estados Unidos, China y la UE
mostraron respuestas diversas al papel de Starlink en Ucrania, recurriendo a
diferentes estrategias y buscando distintos grados de autonomía. La respuesta
de Estados Unidos como país sede de SpaceX y principal cliente público resulta
ilustrativa para comprender las relaciones contemporáneas entre gobiernos y
empresas. Estados Unidos generalmente se basa en una estrategia de contratación
y establecimiento de interdependencia, pero la guerra de Ucrania sirvió como
advertencia para no depender excesivamente de un solo socio comercial.
Históricamente una potencia dominante en el espacio con grandes programas
financiados con fondos públicos, Estados Unidos y su agencia espacial, la NASA,
han adoptado una estrategia de asociación con proveedores comerciales para
servicios esenciales por razones de rentabilidad. Ésta estrategia de contratar
empresas estadounidenses para proyectos altamente confidenciales y relevantes
para la seguridad ha afectado cada vez más al ámbito militar. En 2023, Estados
Unidos volvió a incrementar el presupuesto nacional de defensa y su componente
espacial. Space X ha reconocido el enorme potencial de ganancias que reside en
los servicios comerciales para programas militares en tiempos de tensión
geopolítica. En diciembre de 2022, la compañía anunció Starshield, una cartera
de servicios ofrecida a agencias gubernamentales que abarca todas las etapas de
la creación de infraestructura espacial: desde la fabricación y el equipamiento
personalizado de satélites hasta su operación. Starshield se centra en
contratos militares y de defensa, principalmente en los programas del gobierno
estadounidense, que cuentan con una sólida financiación. Parece imperativo que
la rentabilidad de SpaceX se extienda más allá de los servicios civiles. En
agosto de 2022, a SpaceX se le negaron 90 millones de dólares en subsidios para
el desarrollo de la cobertura de banda ancha en Estados Unidos. Sin embargo,
casi al mismo tiempo, el ejército estadounidense otorgó contratos a SpaceX para
el equipamiento y los servicios de su Fuerza Aérea, con acuerdos de seguimiento
ya en perspectiva. Basándose en la experiencia de Ucrania, Estados Unidos aún
considera que la contratación es la mejor manera de lidiar con infraestructuras
privadas administradas por empresas nacionales, suponiendo que el poder
económico y político del país sea suficiente para evitar la deserción. Kathleen
Hicks, subsecretaria de Defensa, argumentó en diciembre de 2022: "En
Estados Unidos, tenemos, con diferencia, la empresa espacial comercial más
resiliente del mundo. Los chinos lo saben. Vamos a aprovecharla"
(Departamento de Defensa de EE.UU., 2022). Starshield se basa en las relaciones
comerciales que SpaceX ha establecido con la Agencia de Desarrollo Espacial
(SDA). La SDA está subordinada al Departamento de Defensa y actualmente está
estableciendo su propia infraestructura espacial. Una capa de transporte de
varios cientos de satélites de retransmisión de datos en órbita terrestre baja
(LEO) transmitiría datos de otros satélites a instalaciones militares en
tierra. En 2020, SpaceX obtuvo un contrato para desarrollar satélites de capa
de seguimiento para la SDA. La compañía tiene buenas posibilidades de producir
también satélites para los próximos tramos. Al mismo tiempo, la capa de
transporte transmite datos no sólo de los satélites de vigilancia
estadounidenses para la detección de misiles, sino que también establece
enlaces con constelaciones de satélites privados para utilizar sus servicios.
En consecuencia, el programa Starshield de SpaceX se centra tanto en la
producción de satélites como en los servicios de observación de la Tierra y
comunicaciones. Los planes de la SDA reflejan la estrategia general que Estados
Unidos sigue en el espacio: construir su propia infraestructura basada en la
compra de componentes de producción industrial, pero haciéndola interoperable
con infraestructuras comerciales que ofrecen servicios que Estados Unidos no
desea copiar. La guerra en Ucrania ha revelado vulnerabilidades asociadas con
la dependencia de infraestructuras controladas por empresas y una estrategia de
contratación. Según revelan los informes, Estados Unidos se ha mostrado
alarmado por las consideraciones de SpaceX de interrumpir sus servicios de
comunicación satelital sobre Ucrania y las implicaciones que podría tener para
el desarrollo del conflicto y la defensa de los intereses estadounidenses:
"El caso de Starlink subraya que empresas como SpaceX y líderes empresariales
como Elon Musk son entidades privadas con las que el gobierno negocia y, en
ocasiones, coopera, pero que, sin duda, no controla. Ésto se refleja en los
intentos de limitar el margen de maniobra de SpaceX mediante políticas
gubernamentales. Si bien Estados Unidos cuenta con interdependencias
financieras y tecnológicas para garantizar la cooperación empresarial,
actualmente se dedica a construir sus propias infraestructuras, como la Capa de
Transporte, para mantener el control. Aun así, éstos proyectos involucran en
gran medida componentes y servicios ofrecidos por proveedores comerciales.
China, si bien no está directamente involucrada en la guerra en Ucrania, tiene
mucho en juego en el conflicto debido a sus relaciones bilaterales con Rusia y
sus ambiciones con respecto a Taiwán. Como se argumentó anteriormente, Elon
Musk, como director ejecutivo de SpaceX y Tesla, tuvo que tener en cuenta los
intereses chinos. El suministro de Starlink a través de Ucrania tuvo
consecuencias económicas directas para Musk, ya que el gobierno chino suspendió
los planes de expansión de la mayor planta de producción de Tesla, la
Gigafactory Shanghái, en enero de 2023. Éstas decisiones políticas también
están motivadas por el temor de Pekín a que SpaceX interfiera con las ambiciones
geopolíticas chinas. En una entrevista de prensa, Musk confirmó que ha estado
bajo presión de Pekín por el despliegue de Starlink en Ucrania. Afirma que el
gobierno chino buscó garantías de que no proporcionaría Starlink en China ni en
Taiwán. Investigadores chinos afiliados al gobierno han advertido que las
relaciones de SpaceX con el gobierno estadounidense y su próximo programa
Starshield brindarían a Estados Unidos la capacidad de observar de cerca la
actividad militar china. Éstas preocupaciones no son infundadas: como
confirmaron recientemente informes de prensa, bajo Starshield, SpaceX está
construyendo cientos de satélites espía para las agencias de inteligencia
estadounidenses" (Abels, pp. 858, 859).
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Donald Musk vs Elon Trump.
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El miércoles 4
de junio de 2025 Musk calificó el proyecto de ley como una "abominación
repugnante", aseguró que quienes votaron a favor deberían sentir
"vergüenza" e instó a la ciudadanía a expresar su oposición. El
jueves 5 de junio Trump por primera vez contestó las indirectas de Musk durante
una conferencia de prensa en el Despacho Oval junto al nuevo canciller alemán,
Friedrich Merz, con quien mantuvo su primer encuentro oficial. El presidente
afirmó que siempre le había caído bien Musk y que le sorprendieron sus
críticas. Tras defender su proyecto de ley, acusó al director ejecutivo de
Tesla de estar molesto con su administración por haber eliminado los créditos
fiscales para vehículos eléctricos. Trump también argumentó que Musk había
recomendado a una persona cercana para dirigir la NASA, pero que la propuesta
fue rechazada: "Entiendo por qué está molesto. Elon y yo teníamos una
excelente relación, no sé si la seguiremos teniendo". El mismo 5 de junio
Musk se desahogó en X: "Manten en el proyecto de ley los recortes a los
incentivos para vehículos eléctricos y energía solar, aunque no toques los
subsidios al petróleo y al gas (¡muy injusto!), pero elimina la MONTAÑA de
GASTOS ASQUEROSOS del proyecto de ley. O tienen un proyecto de ley grande y
feo, o uno delgado y hermoso", "¡Falso! Nunca me mostraron éste
proyecto de ley y se aprobó tan rápido en la oscuridad de la noche que casi
nadie en el Congreso pudo leerlo", "Sin mí, Trump habría perdido las
elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los
republicanos tendrían 51-49 en el Senado. Vaya ingratitud". El presidente
Trump respondió con dos publicaciones en Truth Social en las que descalificó al
empresario y le lanzó la amenaza de retirar los subsidios y contratos gubernamentales
a sus empresas. Musk fuera de control prosiguió en X: "Es hora de soltar
la gran bomba, Donald Trump está en los archivos de Epstein. Ésa es la
verdadera razón por la que no se han públicos ¡Que tengas un buen día,
DJT!", "Ante la declaración del presidente sobre la cancelación de
mis contratos gubernamentales, SpaceX comenzará a desmantelar su nave espacial
Dragon de inmediato". El domingo 8 de junio Musk aceptó que el principal
destructor de su reputación es él mismo: "¡Es indignante el esfuerzo que
se ha hecho para socavar mi reputación, especialmente por parte mía!".
Aquí se detecta el manejo de daños, Trump lo había señalado de haber
enloquecido, no de traicionar a los Estados Unidos. La realidad es que
cualquiera puede "enloquecer", "alienarse", "disociarse"
por tener opiniones políticas contrarias y la locura se convierte en la forma
más segura de expresar la inconformidad sin sufrir todo el peso del Estado. En
la Antigua Roma los locos fueron los primeros en rechazar el orden
social, abandonar la propia identidad social y despreciar y destruir de forma
voluntaria su propio estatus. Pero también significa otra
cosa, destruir tu propia reputación porque tu escala de valores es distinta. Ya
no puedes vivir en sociedad. La locura no sólo afectaba a los primeros
cristianos que no tenían nada, también afectaba a los emperadores: demasiados
lujos, demasiadas pasiones, demasiado poder, demasiadas presiones… La religión
proporcionó a los locos, los marginados, las prostitutas y los delincuentes la
forma de hacer borrón y cuenta nueva y reintegrarse a la sociedad. El miércoles
11 de junio llegó el arrepentimiento oficial del hombre más rico del mundo:
"Me arrepiento de algunas de las publicaciones sobre el presidente Donald
Trump la semana pasada. Fueron muy lejos". Producto de dos llamadas
telefónicas: el viernes 6 de junio con el vicepresidente J.D. Vance y la jefa
de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles (The
Wall Street Journal); el lunes 9 de junio por la noche con Donald Trump (The New York Times). Durante el fin de
semana, Musk mostró señales de acercamiento, especialmente cuando surgieron
protestas y disturbios en Los Ángeles a raíz de las redadas migratorias de ICE.
El empresario manifestó su apoyo a la postura de la administración Trump sobre
la situación en la ciudad, añadiendo banderas estadounidenses a una publicación
de J.D. Vance en las que afirmaba que el presidente "no tolerará
disturbios y violencia". CNN recordó que Elon Musk ha defendido
históricamente el cierre de fronteras, el freno a la inmigración ilegal y las
deportaciones, en línea con la administración Trump. En sus redes sociales,
Musk también compartió una captura de pantalla de una publicación de Trump en
Truth Social, donde el presidente señalaba que el gobernador de California, Gavin
Newson, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, "deberían disculparse
con la gente de Los Ángeles". Musk volvió a seguir en redes al subjefe de
gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller. La primera vez que salió la noticia
de la guerra entre Musk y Trump mantuve mis reservas, ¿estábamos ante el primer
ataque de IA en X y Truth Social contra el hombre más rico del mundo y el
presidente más poderoso del mundo? Después de todo la cuenta de Twitter de
Trump ha sido hackeada una vez, existen actores internacionales interesados en
la ruptura y un ataque de IA puede tener graves consecuencias geopolíticas.
Conforme pasaron los días y se confirmaron las consecuencias, fue posible tener
un referente de realidad. ¿El hombre más rico del mundo ha resuelto su problema
con el presidente más poderoso del mundo? Evidentemente no, ha salvado el
trasero porque es un problema de seguridad nacional. Estados Unidos depende de
la infraestructura privada de Musk, pero no es un actor confiable ni
controlable: SpaceX depende de las buenas relaciones con el gobierno
estadounidense y Tesla de las buenas relaciones con el gobierno chino; recibe
fuertes presiones de Pekín y Moscú por la participación de Starlink en la
guerra de Ucrania; se ha posicionado a favor de Pekín en el caso de Taiwán y de
Moscú en el caso de Ucrania; es posible que exista un amplio material
comprometedor que lo hace proclive al chantaje. En otras condiciones Musk
habría recibido un castigo, pero es ésa clase de personajes que es mejor tener
cerca. De confianza ni hablar, no se puede confiar en alguien con tanto
intereses geopolíticos y geoeconómicos. Éso tampoco significa que Rusia o China
confíen en Musk. Gran parte de su capital político sigue siendo la capacidad de
negociación con actores de alto nivel. El conflicto revela tres cosas sobre el
hombre más rico del mundo: Musk se pone la gorra roja de MAGA en Estados
Unidos, pero también es un agente de influencia de Pekín y de Moscú; el
principal subsidiado del gobierno de los Estados Unidos y del gobierno de
China; la persona jurídica más vulnerable del mundo sigue agravando sus
problemas de imagen pública. El libertarismo de Musk es una patraña, si gente
que no tiene nada es obligada a disciplinarse para mantener su pobreza laboral
y patrimonial, la disciplina de Musk es más grande en el primer círculo
político y económico del mundo. Es un producto de la iniciativa privada, pero
la mayor parte de la riqueza del número uno de FORBES proviene del dinero de
los contribuyentes estadounidenses y chinos gracias a sus relaciones con la
política. La rabieta más cara de la historia lo colocó en un estado de
vulnerabilidad jurídica en Estados Unidos, pero si sigue cometiendo errores
puede tener problemas en China. Pekín tiene una fuerte influencia económica
sobre Musk, pero aún desconfía de los contratos de SpaceX con Estados Unidos.
Por lo tanto, el gobierno chino inició planes para establecer una
infraestructura satelital competitiva llamada Guowang, una megaconstelación que
constaría de hasta 13.000 satélites en órbita baja (LEO), para la cual ya ha
presentado una solicitud ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Sin
embargo, a pesar de ser una potencia espacial dominante, China ha tardado
relativamente en poblar la LEO y sólo un pequeño número de satélites asociados
se encuentran en órbita hasta la fecha. La UE apoya abiertamente los esfuerzos
defensivos de Ucrania en la guerra, brindándole un importante apoyo financiero
y militar. Como uno de los mercados más grandes del mundo, ha dependido durante
mucho tiempo del desarrollo de interdependencias económicas para la estabilidad
de sus relaciones políticas. Sin embargo, se ha producido un cambio hacia la
"autonomía estratégica" y una agenda política de infraestructuras más
definida. La Comisión Europea ha considerado las infraestructuras espaciales
cruciales desde una etapa relativamente temprana y ha instado a los Estados
miembros a establecer su propio sistema global de navegación por satélite. Para
Galileo, los países de la UE decidieron establecer una infraestructura europea
paralela al GPS estadounidense, pero garantizando la interoperabilidad con
dicho sistema. Los Estados miembros optaron por una estrategia similar en
respuesta a la creciente importancia e influencia geopolítica de Starlink. En
noviembre de 2022, acordaron un programa que reúne recursos financieros para
desplegar una constelación de satélites de la UE denominada Infraestructura
para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad por Satélite (IRIS) en
órbita terrestre baja (LEO). Ésta constelación, sin embargo, debería seguir
siendo interoperable con los sistemas comerciales. En ésta ocasión, la UE busca
una colaboración público-privada. IRIS replica a Starlink en su objetivo de
proporcionar una conexión a internet segura y de baja latencia a zonas con
escasez de suministro, así como a emplazamientos gubernamentales. Su enfoque en
regiones de Europa y África está vinculado a la intención de los Estados
miembros de apoyar misiones militares, pero también destaca el papel que el
sistema satelital podría desempeñar en la vigilancia de fronteras. La UE prevé
que IRIS esté plenamente operativo en 2027, pero el proceso de adquisición está
actualmente estancado debido al aumento explosivo de los costes: "Cuando
las tropas rusas invadieron Ucrania en febrero de 2022, la compañía
estadounidense puso a disposición los servicios de comunicación Starlink en el
país, lo cual, sin duda, ha desempeñado un papel crucial en el éxito de las
operaciones militares ucranianas. Tras varios meses, SpaceX ajustó su
estrategia, tomando decisiones que limitaron la contraofensiva ucraniana y
contribuyeron a la paralización del conflicto. Como parte de éste cambio
estratégico, el director ejecutivo Elon Musk presentó un "plan de
paz" con sesgos ruso que, entre otras cosas, entregaría Crimea
permanentemente a Rusia y prohibiría futuros intentos militares de liberar las
provincias ocupadas por Rusia. Paralelamente, las fuerzas ucranianas en primera
línea en dichas regiones experimentaron interrupciones en los servicios de
Starlink. A pesar de que varios estados contribuyeron financiera y
logísticamente al suministro de Starlink en Ucrania, SpaceX exigió al gobierno
estadounidense una compensación por sus servicios. Varios meses después, la
compañía desactivó Starlink para los drones militares ucranianos, lo que dejó
el servicio indisponible en la retaguardia y en el mar. La pregunta que se
planteó fue cómo explicar éstas decisiones estratégicas aparentemente
contradictorias de SpaceX. SpaceX vio la guerra de Ucrania como una oportunidad
para mejorar su reputación y publicidad, y para demostrar la capacidad y
resiliencia de su infraestructura. En éste contexto, la compañía consiguió con
éxito capital de inversión adicional y contratos públicos, principalmente en el
ámbito de la defensa. Como corporación transnacional –y con su director
ejecutivo Musk involucrado también en otras empresas- SpaceX no se alineó
estratégicamente del todo con Estados Unidos, sino que buscó evitar antagonizar
a otras fuerzas de las que depende de una u otra forma, principalmente del
gobierno chino. Ésto condujo a un comportamiento estratégico que en ocasiones
pareció contradictorio, pero que reflejó el intento de SpaceX de satisfacer
ambas lógicas y jugar a favor de ambas partes" (Abels, pp. 860, 861). Una
implicación teórica de éstos hallazgos es que los investigadores en relaciones
internacionales no deberían considerar a los actores privados, como las
empresas, ni como subordinados a los intereses estatales ni como entidades
puramente utilitarias con ánimo de lucro. Particularmente en las economías de
mercado occidentales, es mejor considerar a las empresas como contrapartes de
los Estados, con disparidades de poder y dependencias que varían según el
respectivo entorno político-económico. Además, los intereses de las empresas
pueden no alinearse con los intereses estratégicos de sus países de ubicación,
ya que pueden seguir ciertas preferencias para el resultado de los conflictos
geopolíticos. Los actores estatales se toman en serio las infraestructuras
privadas y su influencia, y adoptan sus propias estrategias en consecuencia.
Mientras que Estados Unidos se basó en su poder económico y sus
interdependencias sistémicas para garantizar la cooperación de SpaceX, tanto
China como la UE optaron por construir sus propias constelaciones de satélites
LEO. A éstas alturas, Elon Musk apoya abiertamente el fin de la contraofensiva
ucraniana y una tregua entre ambas partes. Musk también aplaudió al senador
Rand Paul por promover un presupuesto provisional estadounidense que eliminaría
cualquier ayuda a Ucrania. Declaraciones anteriores subrayan además que, en
caso de una invasión china de Taiwán, es improbable que SpaceX ponga a
disposición Starlink como lo hizo en Ucrania. Ésto plantea la pregunta de en
qué medida debería dejarse la provisión de infraestructura crítica en manos de
empresas privadas y dónde deberían desarrollarse infraestructuras públicas como
alternativa. ¿Qué ganó Musk en la administración Trump? En febrero, se retiró
una demanda del gobierno de Joe Biden contra SpaceX por sus prácticas de
contratación, y se desestimaron investigaciones regulatorias sobre Neuralink,
su empresa de implantes cerebrales. El secretario de Comercio, Howard Lutnick,
señaló a Starlink como potencial beneficiario de un programa de banda ancha
rural de US$42 mil millones. Una orden ejecutiva que establecía un sistema de
defensa tipo Iron Dome también parecía favorecer a SpaceX, dada su posición
dominante en lanzamientos espaciales. La desarticulación de múltiples entidades
fiscalizadoras también benefició a sus empresas. Grandes compañías
estadounidenses firmaron acuerdos con Starlink o aumentaron su gasto
publicitario en X. Starlink también logró acuerdos para operar en India,
Pakistán y Vietnam, mercados que llevaba tiempo buscando. ¿Qué perdió Musk en
la administración Trump? D.O.G.E. arrasó con causas que Musk desprecia –como la
ayuda internacional y los contratos ligados a políticas de diversidad, equidad
o inclusión o investigaciones woke- pero también trajo consecuencias negativas
especialmente para Tesla. Durante su gestión en D.O.G.E., las acciones de Tesla
cayeron un 45% respecto a su máximo del año anterior, y surgieron reportes de
que el directorio evaluaba reemplazarlo como CEO. La fortuna personal de Musk
se redujo en decenas de miles de millones de dólares, sus concesionarios fueron
incendiados y recibió amenazas de muerte. Starlink perdió contratos valiosos en
Canadá y México debido a las posturas políticas de Musk, mientras que X perdió
11 millones de usuarios sólo en Europa. ¿Qué va a perder y qué pudo haber
perdido? El 10 de junio FORBES en "Consecuencias para Tesla del conflicto
entre Elon Musk y Donald Trump" hizo las siguientes observaciones: Trump
sigue ejerciendo autoridad para modificar las políticas de forma que podrían
afectar negativamente a las empresas de Musk, especialmente Tesla, que no se
beneficia de las protecciones de los contratos federales de las que goza SpaceX
como socio clave de la NASA y la Fuerza Espacial. El Big, Beautiful Bill plantea riesgos directos para Tesla a varios
niveles. La propuesta pretende eliminar el crédito federal de 7.500 dólares
para vehículos eléctricos para finales de 2025, lo que hará que los vehículos
de Tesla sean menos accesibles económicamente. Trump también pretende abolir
los mandatos de vehículos eléctricos (VE) y las normas de emisiones que han
permitido a Tesla beneficiarse de los créditos regulatorios. Éstos créditos han
añadido más de 8.000 millones de dólares a los ingresos de Tesla hasta la
fecha. Una tasa anual sugerida de 250 dólares para los vehículos eléctricos y
100 dólares para los híbridos podría disminuir aún más el entusiasmo de los
consumidores por los VE, incluidos los de Tesla. El conflicto con Trump podría
agravar aún más las dificultades de Tesla. La dependencia de Tesla del apoyo
financiero público ha sido más sustancial de lo que parece. Una investigación
del Washington Post estimó que las
empresas de Musk –Tesla y SpaceX- han recibido al menos 38.000 millones de
dólares en financiación pública, incluidos aproximadamente 6.300 millones
comprometidos sólo en 2024. El apoyo financiero inicial de Tesla llegó en forma
de un préstamo a bajo interés de 465 millones de dólares del Departamento de
Energía en 2010, que financió el desarrollo del Model S y la fábrica de
Fremont. Posteriormente, los créditos regulatorios ayudaron a cubrir años de
pérdidas hasta que la empresa empezó a generar beneficios constantes con su
negocio principal de automoción. De hecho, Tesla se encuentra en una situación financiera
sólida, ya que ha devuelto sus préstamos y genera un flujo de caja positivo.
Sin embargo, el conflicto entre Musk y Trump pone en peligro los créditos
fiscales, la financiación de infraestructuras y las condiciones regulatorias
que durante mucho tiempo han sido cruciales para su valoración en el mercado.
El apoyo previo de Trump a la desregulación de los vehículos autónomos
probablemente facilitó el progreso de Tesla en sus iniciativas de conducción
autónoma total (FSD) y robotaxi. Sin embargo, las desavenencias entre el
presidente y Musk podrían cambiar ésa dinámica. Tesla está siendo investigada
por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras
(NHTSA), dependiente del gobierno de los Estados Unidos, en relación con su tecnología
de conducción autónoma. Como Musk no goza del favor de la administración
actual, Tesla puede encontrarse con un mayor escrutinio normativo y un menor
apoyo político a sus ambiciones de vehículos autónomos. También puede haber un
rechazo por parte de los consumidores. La clientela inicial de Tesla estaba
formada en gran parte por compradores liberales y ecologistas atraídos por los
objetivos de energía limpia y los avances tecnológicos de la empresa. Sin
embargo, el reciente cambio político de Musk, marcado por su asociación con
personas de derechas y sus críticas a las políticas progresistas, ha alejado a
parte de ésa base de clientes fundamental. Al mismo tiempo, las crecientes
conexiones de Musk con Trump han atraído a un nuevo grupo de clientes conservadores.
Sin embargo, con la actual disputa con Trump, ahora visible para el público,
incluso ése apoyo puede disminuir. Si Musk acaba distanciándose tanto de sus
partidos liberales iniciales como del nuevo grupo demográfico conservador,
Tesla podría enfrentarse a importantes retos de demanda en EE.UU.
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La
cueva de Aladino.
NNNNNNNN
Oliver Bullough en
"Moneyland. ¿Por qué los ladrones y los tramposos controlan el mundo y cómo
arrebatárselo?" (PROFILE BOOKS, 2018), expone las redes del lavado de dinero. Cuando los
franceses se rebelaron en julio de 1789, tomaron la Bastilla, una prisión que
simbolizaba la brutalidad de sus gobernantes. Cuando los ucranianos se
rebelaron en 2014, tomaron Mezhyhirya, el palacio presidencial, símbolo de la
avaricia de sus gobernantes. Los extensos terrenos del palacio incluían
jardines acuáticos, un campo de golf, un templo de estilo neogriego, un caballo
de mármol pintado con un paisaje toscano, una colección de avestruces, un
recinto para la caza de jabalíes, así como la cabaña de madera de cinco pisos
donde el presidente del país, Viktor Yanukovich, había dado rienda suelta a su
gusto por lo ostentoso y lo vulgar. Todos sabían que Viktor Yanukovich era
corrupto, pero nunca antes habían visto la magnitud de su riqueza. En una época
en que la riqueza del ciudadano común y corriente llevaba años estancada, él
había acumulado una fortuna de cientos de millones de dólares, al igual que sus
amigos más cercanos. Tenía más dinero del que jamás hubiera necesitado, más
tesoros que habitaciones. Todos los jefes de estado tienen palacios, pero
normalmente pertenecen al gobierno, no a individuos. En los casos raros –como
el de Donald Trump- en que los palacios son propiedad privada, suelen haber
sido adquiridos antes de que el político asumiera el cargo. Yanukovich, sin
embargo, había construido su palacio mientras vivía de un salario estatal, y
por éso los manifestantes acudieron en masa a ver su enorme cabaña de troncos.
Se maravillaron ante la construcción del edificio principal, las fuentes, las
cascadas, las estatuas, los exóticos faisanes. Era un templo de mal gusto, una
catedral del kitsch, el epítome del exceso. Los lugareños emprendedores
alquilaban bicicletas a los visitantes. El sitio era tan grande que no había
otra forma de verlo completo sin agotarse, los revolucionarios tardaron varios
días en explorar todos sus rincones. Los garajes eran una cueva de Aladino
llena de objetos de oro, algunos quizás invaluables. Los revolucionarios
llamaron a los conservadores del Museo Nacional de Arte de Kiev para que se
llevaran todo antes de que se dañara, para preservarlo para la nación y para
exhibirlo. Había montones de candelabros pintados de oro, paredes llenas de
retratos del presidente. Había estatuas de dioses griegos y una intrincada
pagoda oriental tallada en un colmillo de elefante. Había iconos, docenas de
iconos, rifles, espadas y hachas antiguas. Había un certificado que declaraba a
Yanukovich "cazador del año" y documentos que anunciaban que se había nombrado una estrella en su honor
y otra para su esposa. Algunos de los objetos estaban expuestos junto a las
tarjetas de visita de los funcionarios que se los habían entregado al
presidente. Habían sido un tributo a un gobernante: anticipos para asegurar que
los donantes permanecieran a favor de Yanukovich, y así poder seguir llevando a
cabo las estafas que los enriquecieron. Ucrania es quizás el único país del
mundo que, tras ser saqueado durante años por un matón ebrio de codicia,
exhibiría los frutos de su pésimo gusto y el de sus compinches como arte
conceptual inmersivo: objetos encontrados que casualmente se encontraron en el
garaje del presidente. Ninguna de las personas que hacían cola junto a mí para
entrar en el museo parecía segura de si sentirse orgullosa o avergonzada de
ello. Dentro del museo había un tomo antiguo, expuesto en una vitrina, con un
cartel que declaraba haber sido un regalo del Ministerio de Hacienda. Era un
ejemplar del Apóstol, el primer libro impreso en Ucrania, del que quizás sólo
existan 100 ejemplares. ¿Por qué el Ministerio de Hacienda había decidido que
éste era un regalo apropiado para el presidente? ¿Cómo podía permitírselo? ¿Por
qué, en definitiva, el Ministerio de Hacienda le daba un regalo como éste al
presidente? ¿Quién lo pagó? Nadie lo sabía. Entre una pila de cerámica
destartalada se encontraba un exquisito jarrón de Picasso, de procedencia
desconocida. Entre los iconos modernos había al menos uno del siglo XIV, con la
perspectiva plana que ha inspirado la devoción ortodoxa durante un milenio. En
las mesas de exposición, junto a un retrato de Yanukovich realizado en ámbar y
otro incrustado en las semillas de cereales ucranianos, se exhibían paisajes
rusos del siglo XIX valorados en millones de dólares. Un armario albergaba una
hoz y un martillo de acero que una vez fue un regalo del Partido Comunista
Ucraniano a Joseph Stalin. ¿Cómo llegó al garaje de Yanukovich? ¿Quizás el
presidente no tenía dónde guardarlo? La multitud me llevó por una sala tras
otra; una estaba llena de cuadros de mujeres, la mayoría desnudas, de pie al
aire libre, rodeadas de hombres vestidos. Al final me faltaron las energías
para comentar el cocodrilo desollado pegado a la pared, o para maravillarme
ante las vitrinas que contenían 11 rifles, 4 espadas, 12 pistolas y una lanza.
Normalmente, en un museo, lo primero que fallan son los pies. Ésta vez fue mi
mente. Sin embargo, el público seguía llegando, y la cola en la entrada se
extendía por toda la calle durante días. La gente que esperaba parecía alegre,
avanzando lentamente para desaparecer tras el frontón adoquinado del museo.
Cuando volvieron a salir, tenían un aspecto ceniciento. Junto a la última
puerta había un libro de comentarios. Alguien había escrito: "¿Cuánto
puede necesitar un hombre? ¡Horror! Me dan náuseas". Y ésto era sólo el
principio. Aquellos días posrevolucionarios eran anárquicos en el mejor sentido
de la palabra, ya que ningún uniformado impedía que uno se dejara llevar por la
curiosidad, y yo aprovechaba la situación invadiendo todos los rincones ocultos
de la vieja élite que podía. Un viaje me llevó a Sukholuchya, en el corazón de
un bosque a las afueras de Kiev. El sol caía a plomo, proyectando espejismos
sobre el asfalto, mientras la carretera se adentraba más entre los árboles.
Anton, mi compañero de viaje, que dirigía su propia empresa de informática
antes que unirse a la revolución, detuvo el coche en una verja, se adentró en
la maleza, se apresuró a dar una vuelta y levantó lo que había encontrado.
"La llave del paraíso", dijo con una sonrisa torcida. Abrió la verja,
volvió al volante y entró. A la derecha se veía la brillante superficie del
embalse de Kiev, donde las aguas represadas del río Dniéper se unen en un mar
interior salpicado de juncales. Luego, venía una estrecha calzada sobre un
estanque junto a un pequeño cobertizo para botes, con un muelle. Los patos
jugueteaban alrededor de las casas de madera en pequeñas islas flotantes.
Finalmente, Anton se detuvo en una rotonda frente a una mansión de troncos de
dos pisos. Aquí era donde Yanukovich venía con viejos amigos y nuevas novias
cuando quería relajarse. Anton vino aquí con su hija en las primeras horas
después de que el presidente huyera de su capital en febrero de 2014. Condujo
por ésa inmaculada carretera hasta la entrada, donde les dijo a los policías
que venía de la revolución. Le dieron la llave y lo dejaron pasar. Se detuvo
frente a la mansión y se maravilló con ella y con sus jardines, salpicados de
árboles maduros. Había una capilla y una caseta de verano abierta con una
barbacoa. El terreno descendía suavemente hasta un puerto deportivo para yates:
"El personal salió a preguntarle a Anton qué hacía en el pabellón de caza
del presidente. Les dijo que la revolución había tomado el poder, que el
pabellón de caza pertenecía al pueblo. Anton abrió la puerta y los condujo al
interior. No había cambiado nada: la larga mesa del comedor con sus dieciocho
sillas mullidas estaba tal como las encontró, al igual que la camilla de masajes
de mármol calentada. Las paredes estaban salpicadas de desnudos
subimpresionistas de baja calidad, el tipo de cosas que Pierre-Auguste-Renoir
podría haber pintado si se hubiera inclinado por el porno suave. El suelo era
de tablas pulidas, madera tropical; las paredes eran troncos cuadrados de
madera blanda, deliberadamente sin terminar, amarillos como semillas de sésamo.
No había libros. Anton caminaba de una habitación a otra, sacando el karaoke,
abriendo la piscina y mostrando los salones. Aunque suene extraño, fueron los
baños lo que realmente me impactó. La casa tenía nueve televisores, dos de
ellos colocados frente a los inodoros, a la altura de los asientos. Era un
toque personal de lo más íntimo: el presidente Yanukovich había sido alguien a
quien le gustaba ver la televisión, y alguien que necesitaba pasar largos ratos
en el baño. Mientras los ciudadanos ucranianos morían jóvenes y trabajaban duro
para ganarse la vida, mientras las carreteras del país se deterioraban y sus
funcionarios robaban, el presidente se había preocupado por asegurarse de que
su estreñimiento no le impidiera disfrutar de sus programas de televisión
favoritos. Ésos dos televisores se convirtieron para mí en pequeños símbolos de
todo lo que había salido mal, no sólo en Ucrania, sino en todos los países
exsoviéticos en los que había trabajado. La Unión Soviética cayó cuando yo
tenía trece años, y sentía una gran envidia de cualquiera que tuviera la edad
suficiente para haber vivido ése momento en primera persona" (Bullough, pp. 4, 5).
En el verano de 1991, cuando los extremistas de Moscú intentaron, sin éxito,
reimponer las viejas costumbres soviéticas en su país, yo estaba de vacaciones
familiares en las Tierras Altas de Escocia, donde pasé días intentando
convencer a la radio para que atravesara las montañas y me contara qué estaba
pasando. Para cuando terminaron nuestras vacaciones, el golpe había fracasado y
un nuevo mundo amanecía. El historiador Francis Fukuyama, antes sobrio, declaró
que era el Fin de la Historia. El mundo entero iba a ser libre. Los buenos
habían ganado. Anhelaba ver qué sucedía en Europa del Este y leí cientos de
libros de quienes habían estado allí antes que yo. Durante la universidad, pasé
cada largo verano vagando por los países anteriormente prohibidos del antiguo
Pacto de Varsovia, disfrutando de la reunificación europea. Al graduarme, la
mayoría de mis compañeros ya habían conseguido trabajo, pero yo no. En cambio,
me mudé a San Petersburgo, la segunda ciudad más importante de Rusia, en
septiembre de 1999, rebosante de emoción, embriagado por las posibilidades de
transformación democrática, del florecimiento de una nueva sociedad. Estaba tan
absorto en el momento que no me di cuenta de que ya lo había perdido, si es que
alguna vez existió. Tres semanas antes de que mi avión aterrizara en el
aeropuerto de Pulkovo, un desconocido exespía llamado Vladímir Putin se había
convertido en primer ministro. En lugar de escribir sobre libertad y amistad,
durante la siguiente década, aproximadamente, me encontré informando sobre
guerras y abusos, sufriendo paranoia y acoso. La historia no había terminado.
De hecho, se había acelerado. Para 2014, cuando me encontré pensando en los
baños presidenciales, ya había escrito dos libros sobre la antigua URSS. El
primero surgido de la miseria que vi en Chechenia y sus alrededores, describía
a los pueblos del Cáucaso y sus repetidos fracasos para asegurar las libertades
que anhelaban. El segundo abordaba a los propios rusos étnicos y cómo el
alcoholismo y la desesperación estaban minando su existencia como nación.
Detrás de ambos libros, aunque ninguno de los dos lo abordó (ahora me doy
cuenta), había una pregunta: ¿qué salió mal? ¿Por qué los sueños de 1991 no se
habían hecho realidad? Y ésa pregunta me la planteó con fuerza el baño del
pabellón de caza del jefe de estado exiliado de Ucrania: ¿Por qué todas éstas
naciones habían conseguido, no libertad y prosperidad, sino políticos que se
preocupaban más por su propia comodidad defecadora que por el bienestar de las
naciones que gobernaban? Porque Ucrania no era un ejemplo aislado. Un
concesionario de Bentley a menos de un kilómetro del Kremlin vendía coches por
cientos de miles de dólares, y los medios rusos se jactaban de ser la tienda de
la marca de lujo con mayor afluencia del mundo. A sólo unas horas de viaje, y
ésto era ya en plena era del iPhone, conocí a un hombre que me ofreció cambiar
toda su pequeña propiedad por mi Nokia. En Azerbaiyán, el presidente Ilham
Aliyev encargó a Zaha Hadid, quizás la arquitecta más glamurosa del mundo en
aquel momento, la construcción de un espectacular y sinuoso museo en honor a su
difunto padre (y predecesor en la presidencia) en una ubicación privilegiada en
el centro de la capital, Bakú. Miles de sus súbditos vivían en centros de
refugiados improvisados, como lo habían hecho desde que perdieron sus hogares
en la guerra con Armenia dos décadas antes. En Kirguistán, el presidente
construyó una yurta de tres pisos (las yurtas son una especie de tienda de
campaña, y como todas las tiendas, suelen tener una sola planta) en la que
podía hacerse pasar por un antiguo señor nómada de los caballos, mientras que
los residentes de su propia capital aún acudían a las bombas comunitarias para
obtener agua. En Ucrania, Yanukovich y su camarilla gobernante dirigieron una
operación estatal en la sombra, que operaba en paralelo con el aparato
gubernamental oficial. En lugar de gobernar, robaron. Donde se suponía que
debían pagarse impuestos, aceptaban sobornos para ayudar a la gente a
evadirlos. Donde se otorgaban permisos, se los otorgaban a sus amigos. Donde
los negocios prosperaban, enviaban policías a exigir dinero a cambio de
protección. Los funcionarios estatales trabajaban por segunda vez para el
estado en la sombra, descuidando sus verdaderas funciones en favor de sus
carreras secundarias más lucrativas. Ucrania tenía 18.500 fiscales, que
operaban como soldados rasos para un capo de la mafia. Si decidían llevarle a
juicio, el juez hacía lo que pedían. Con todo el sistema legal de su lado, las
oportunidades de los que estaban dentro del sistema para ganar dinero sólo
estaban limitadas por su imaginación. Tomemos como ejemplo los medicamentos: el
gobierno compraba medicamentos en el mercado abierto para un sistema de salud
que tenía el deber constitucional de brindar atención gratuita a todos los que
la necesitaran. Cualquier empresa que cumpliera con los estándares pertinentes
técnicamente podía participar. En realidad, los funcionarios encontraron
infinitas maneras de excluir a cualquiera que no estuviera dispuesto a
pagarles. Descalificaban las entradas por estar escritas con una fuente
incorrecta, si la firma al pie del documento era demasiado grande o demasiado
pequeña, o por cualquier cosa que se les ocurriera. Las empresas excluidas
podían apelar, pero éso les obligaba a acudir a un tribunal, que era otra parte
del sistema corrupto, lo que las involucraba aún más en las estafas, por lo que
solían no molestarse en participar. Después de todo, si armaban un escándalo,
serían acosados perpetuamente por una de las varias docenas de agencias
estatales facultadas para realizar inspecciones in situ: para verificar el cumplimiento de las normas contra
incendios; el cumplimiento de las normas de higiene; y así sucesivamente. Ésto
significaba que el mercado de medicamentos estaba dominado por los amigos de
los burócratas a través de empresas intermediarias sospechosas, registradas en
el extranjero, que se confabulaban entre sí y con personas de adentro para
inflar los precios. El comercio se atenía al pie de la letra a la ley ucraniana
y, aun así, generaba grandes ganancias para los empresarios y funcionarios que
lo dominaban. El Ministerio de Salud terminó pagando más del doble de lo
necesario por los antirretrovirales, los medicamentos necesarios para controlar
el VIH y prevenir su desarrollo en SIDA, a pesar de que Ucrania registraba la
epidemia de VIH de más rápido crecimiento en Europa. Cuando las agencias
internacionales asumieron el control de las adquisiciones después de la
revolución, lograron reducir el costo de los medicamentos contra el cáncer en
casi un 40%, sin comprometer la calidad de los fármacos. Anteriormente, todo
ése dinero había ido a parar a los bolsillos de los funcionarios. Y éso fue
sólo el comienzo. El gobierno compraba todo lo que usaba a alguien, y cada
compra era una oportunidad para que alguien con información privilegiada se
enriqueciera. El fraude en el sistema de compras estatales podría haberle
costado al gobierno hasta 15 mil millones de dólares al año. En 2015, dos niños
ucranianos contrajeron polio y quedaron paralizados, a pesar de ser una
enfermedad supuestamente erradicada en Europa. Un programa de vacunación
defectuoso, socavado por políticos corruptos y cínicos, fue el culpable. ¿Qué
falló? Puede parecer que ésta pregunta es específica de Ucrania y sus antiguos
vecinos soviéticos. De hecho, tiene una trascendencia mucho mayor: "El
tipo de corrupción a escala industrial que enriqueció a Yanukovich y debilitó
al país ha generado ira y malestar en un amplio espectro que se extiende desde
Filipinas, en el este, hasta Perú, en el oeste, y ha afectado a la mayoría de
los lugares intermedios. En Túnez, la codicia oficial llegó a tal extremo que
un vendedor ambulante se prendió, desencadenando lo que se convirtió en la
Primavera Árabe. En Malasia, un grupo de jóvenes inversores bien conectados
saqueó un fondo soberano de inversión y gastó las ganancias en drogas, sexo y
estrellas de Hollywood. En Guinea Ecuatorial, el hijo del presidente tenía un
salario oficial de 4.000 dólares al mes, pero se compró una mansión de 35
millones de dólares en Malibú. En todo el mundo, personas con información
privilegiada han robado dinero público, lo han escondido en el extranjero y lo
han utilizado para financiar estilos de vida de lujo increíble mientras sus
países de origen se han derrumbado tras ellos. Al salir del pabellón de caza,
todavía reflexionando sobre los inodoros, los televisores y las visiones
indeseables que evocaban, le pregunté a Anton cómo sus compatriotas habían
dejado que su gobernante se saliera con la suya. ¿Cómo era posible que no
supieran lo que estaba pasando? "No conocíamos los detalles, claro que
no", respondió con un dejo de frustración. "Ésta tierra en la que nos
encontramos ni siquiera está en Ucrania, está en Inglaterra. Búsquenla".
Tenía razón. Si hubieran querido saber quién era el propietario de ésta antigua
reserva natural de 76.000 acres, quizá porque se preguntaban cómo se habría
privatizado, podrían haber consultado el registro de propiedad. Y en ése
registro, habrías encontrado que el propietario oficial era una empresa
ucraniana llamada Dom Leniska. Para averiguar quién era el propietario de Dom
Leniska, habrías tenido que consultar otro registro, donde habrías encontrado
el nombre de una empresa británica, que, según otro registro, pertenecía a una
fundación anónima de Liechtenstein. Para un observador externo, ésto habría
parecido a una inversión extranjera inocente, el tipo de inversión que todos
los gobiernos se empeñan en fomentar" (Bullough, pp. 7, 8).
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Los
paraísos fiscales.
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Si hubieras
sido especialmente persistente he intentado llegar a Sukholuchya para
comprobarlo por tu mismo, los policías que custodiaban la puerta del bosque te
habrían detenido. Éso podría haberte hecho sospechar, pero aun así no habría
pruebas de que algo malo estuviera sucediendo. El robo estaba bien oculto.
Afortunadamente para los investigadores, Yanukovich lleva un registro de sus
actividades. Su palacio se asentaba en una colina boscosa que descendía hasta
el río Dniéper. La orilla, bajo el palacio, estaba adornada con un puerto
deportivo y un bar con una forma de galeón. En su prisa por marcharse, los
asesores del presidente habrían arrojado al puerto 200 carpetas con registros
financieros, con la esperanza de que se hundieran. Pero no lo hicieron. Los
manifestantes sacaron los papeles y los secaron en un sauna. Ofrecieron una
visión del corazón de la ingeniería financiera que le había permitido a
Yanukovich desplumar al país. No sólo el pabellón de caza de Yanukovich era
propiedad extranjera, sino también su palacio. También lo eran sus empresas
mineras de carbón en el Donbás y sus palacios en Crimea, que finalmente pasaron
a ser propiedad del Caribe. Y no era el único infiltrado que utilizaba éstas
redes extraterritoriales: el tráfico de medicamentos se gestionaba desde
Chipre; el tráfico ilegal de armas se remontaba a Escocia; el mayor mercado de
productos de diseño de imitación estaba legalmente en las Seychelles. Todo ésto
significaba que cualquier investigador que intentara desentrañar la densa red
de corrupción oficial tenía que lidiar con abogados y funcionarios en múltiples
paraísos fiscales, así como con fuerzas policiales de docenas de países
extranjeros. "Todos éstos altos funcionarios están registrados en el
extranjero, en Mónaco, Chipre, Belice o las Islas Vírgenes Británicas", me
dijo un fiscal ucraniano encargado de recuperar éstos activos robados. Les
escribimos solicitudes, esperamos tres o cuatro años, o no recibimos respuesta
alguna. Por lo general, las Islas Vírgenes Británicas no responden; no tenemos
un acuerdo con ellas. Y así es, y todo se desmorona. Esperamos, y se ha vuelto
a registrar cinco veces justo mientras aguardamos una respuesta. Todo se ha
vuelto a registrar, y ése es nuestro principal problema: comprobar y recibir
éstos documentos. Ésto me marea, como un problema matemático demasiado
complicado para entender, como un sumidero que se abre a mis pues. Éstos
activos están vinculados a Ucrania, pero legalmente están en otro lugar, en un
lugar donde no podemos seguirlos. No es de extrañar que políticos corruptos
hayan encontrado éstas estructuras vertiginosas tan útiles: desafían la
comprensión. Y Ucrania es sólo el comienzo. Funcionarios de Nigeria, Rusia,
Malasia, Kenia, Guinea Ecuatorial, Brasil, Indonesia, Filipinas, China,
Afganistán, Libia, Egipto, México y docenas de otros países también han
escondido su riqueza fuera del alcance y la supervisión de sus conciudadanos.
Se estima que la cantidad total robada cada año en los países en desarrollo
oscila entre la impresionante cifra de 20 mil millones de dólares y un billón
de dólares casi inimaginable. Y éste dinero llega, a través de las
jurisdicciones de secreto extraterritorial, a un puñado de ciudades
occidentales: Miami, Nueva York, Los Ángeles, Londres, Mónaco, Ginebra. Hubo un
tiempo en que, si un funcionario robaba dinero en su país de origen, no podía
hacer mucho con él. Podía comprarse un coche nuevo, construirse una casa bonita
o dárselo a sus amigos o familiares, pero éso era prácticamente todo. Su
apetito estaba limitado por la incapacidad del mercado local para absorber
sumas ingentes de dinero. Si seguía robando, el dinero se acumulaba en su casa
hasta que no le quedaban habitaciones donde guardarlo, o se lo comían los
ratones. Las finanzas offshore cambian éso. Algunos llaman a las empresas
fantasma vehículos de escape de dinero turbio, pero, al combinarse con el
sistema financiero moderno, son más bien como cajas mágicas de teletransporte.
Si robas dinero, ya no tienes que esconderlo en una caja fuerte donde los
ratones puedan acceder a él. En cambio, lo guardas en tu caja mágica, que lo
saca con sólo pulsar un botón, fuera del país, a cualquier destino que elijas.
Es el equivalente financiero a nunca sentirse satisfecho, comas lo que comas.
No es de extrañar que los funcionarios se vuelvan tan glotones, ya que ahora no
hay límite en la cantidad de dinero que pueden robar y, por lo tanto, no hay
límite en cuánto pueden gastar. Si quieren un yate, pueden enviar el dinero a
Mónaco y elegir uno en su salón náutico anual. Si quieren una casa, pueden
enviar el dinero a Londres o Nueva York y encontrar una inmobiliaria que no
haga demasiadas preguntas. Si quieren obras de arte, pueden enviar el dinero a
una casa de subastas. Offshore significa no tener que decir nunca "cuándo".
Y la magia no termina ahí. Una vez que la propiedad de un activo (ya sea una
casa, un avión, un yate o una empresa) queda oculta tras múltiples vehículos
corporativos, oculta en múltiples jurisdicciones, es casi imposible
descubrirla. Incluso si el régimen corrupto del que se benefició el informante
colapsa, como ocurrió en Ucrania, es difícil, si no imposible, encontrar su
dinero, confiscarlo y devolverlo al país del que fue robado. Quizás haya leído
cómo se han devuelto millones de dólares a Nigeria, Indonesia, Angola o
Kazajistán, y es cierto. Pero representan menos de un centavo de cada dólar
robado originalmente. Los gobernantes corruptos se han vuelto tan hábiles
ocultando su riqueza que, esencialmente, una vez robada, desaparece para
siempre, y pueden conservar sus propiedades de lujo en el oeste de Londres, sus
superyates en el Caribe y sus villas en el sur de Francia, incluso si pierden
sus empleos: "El daño que ésto causa a los países que pierden el dinero es
evidente. Nigeria ha perdido el control de sus regiones del norte y millones de
personas han sido desplazadas. Libia apenas es reconocible como Estado, con
múltiples facciones armadas compitiendo por el control, lo que deja vía libre a
los traficantes de personas. La corrupción de los gobernantes afganos les ha
impedido luchar contra los cultivadores de opio, lo que significa que la
heroína barata sigue fluyendo a donde los contrabandistas quieran enviarla.
Rusia, que consume gran parte de la heroína, tiene más de un millón de
habitantes VIH positivos, mientras que su servicio de salud sigue estando
desfinanciado y su gobierno prefiere buscar victorias propagandísticas baratas
que ayudar a sus ciudadanos. Ucrania, mientras tanto, es un desastre. Las
carreteras que unen las ciudades están en mal estado, mientras que las de los
pueblos apenas reciben mantenimiento. Viajar por el país es una pesadilla,
agravada por la constante amenaza de ser detenido y extorsionado por los
agentes de tráfico que buscan infracciones de las decenas de normas de tráfico,
o inventándolas si es necesario. Tras la independencia en 1991, casi todos en
el país poseían aproximadamente la misma cantidad de bienes, gracias a la mala
gestión de la Unión Soviética. En dos décadas, éso cambió por completo. Para
2013, en vísperas de la revolución, sólo cuarenta y cinco personas poseían
activos equivalentes a la mitad de la economía del país. Y ésto, de nuevo, es
una característica de muchos países en desarrollo que han sido destrozados por
la corrupción. La hija del presidente angoleño con más años en el cargo se ha
convertido en la mujer más rica de África, desfilando por Occidente como una
celebridad de primera categoría mientras el resto de su nación lucha por
sobrevivir en lo que es, en esencia, un estado fallido. La hija del presidente
de Azerbaiyán produce películas y publica revistas de moda, y los hijos de su
ministro de emergencias dirigen una operación de cabildeo desde el corazón de
Londres" (Bullough, pp. 11, 12). En 2019, el gasto en salud del gobierno
nigeriano fue de tan sólo 11 dólares por persona, apenas una octava parte de lo
que el Banco Mundial recomienda gastar para cubrir las necesidades básicas. Las
instalaciones médicas de Nigeria están en mal estado, los medicamentos no están
disponibles y muchos médicos recién titulados emigran. En materia de salud,
como en servicios legales, banca y muchos otros, Gran Bretaña ha brindado una
alternativa de lujo que las élites de otros países pueden disfrutar mientras
arruinan sus propios sistemas en herramientas de robo en lugar de gobernanza.
"Nigeria tiene dos sistemas médicos. Si no tienes dinero, acudes a
pastores e imanes para buscar milagros", me dijo el novelista y ensayista
nigeriano Okey Ndibe. "Si tienes mucho dinero o conexiones políticas, te envían
al extranjero donde recibes un buen trato". Cuando enferman, les gusta que
los lleven en avión a Gran Bretaña. Es casi imposible imaginar que países con
economías tan desequilibradas construyan democracias sanas, sistemas políticos
honestos o incluso sean capaces de defenderse. Las consecuencias se hicieron
evidentes en Crimea, inmediatamente después de la revolución ucraniana. Crimea
técnicamente era parte de Ucrania, y lo había sido desde la década de 1950. Sin
embargo, cuando las tropas rusas –con uniformes sin distintivos, pero
conduciendo vehículos con matrículas militares rusas- se desplegaron por las
ciudades de la península y bloquearon sus bases militares, las autoridades
estaban tan desmoralizadas que nadie intentó detenerlas: "Un almirante se
entregó no sólo a sí mismo, sino también a los buques de la armada ucraniana a
Rusia, a pesar del juramento de lealtad que supuestamente había prestado a su
país. Los guardias fronterizos del aeropuerto sellaron mi pasaporte con el
tridente ucraniano, mientras el país al que servían se evaporaba a su
alrededor. Más tarde, en el este de Ucrania, se repitió la misma pauta. Casi
nadie quería defender a Ucrania de los insurgentes armados y bien entrenados,
respaldados por Rusia. La corrupción había vaciado tanto el Estado que
prácticamente había dejado de existir, salvo como medio de enriquecimiento
ilícito. Después de todo, ¿por qué alguien defendería algo que se dedicaba a
hacerles la vida imposible? La corrupción le robó la legitimidad a todo el
país. Éste tipo de ira debilitó a Ucrania y también a otros países. Contribuye
a motivar a la gente a unirse a grupos terroristas en Afganistán, Nigeria y
Oriente Medio. "El gran desafío para el futuro de Afganistán no son los
talibanes, ni los refugios pakistaníes, ni siquiera un Pakistán incipientemente
hostil". "La amenaza existencial para la viabilidad a largo plazo del
Afganistán moderno es la corrupción", declaró el general del Cuerpo de
Marines de EE.UU., John Allen, exjefe de las fuerzas internacionales en Afganistán,
en su testimonio ante un comité del Senado en abril de 2014. La insurgencia
ideológica, las redes de clientelismo criminal y el narcotráfico han formado
una alianza nefasta, cuyo éxito depende de la apropiación de las funciones
gubernamentales a todos los niveles por parte de los criminales. Durante
demasiado tiempo, hemos centrado nuestra atención en los talibanes como la
amenaza existencial para Afganistán. Son una molestia comparados con el alcance
y la magnitud de la corrupción a la que deben enfrentarse. Y sigo queriendo
preguntarles a todos, igual que le pregunté a Anton, ¿cómo es posible que no
sepan lo que está pasando? Es tan obvio, ¿verdad? Pues no, Anton tiene razón.
No lo es. Sólo es fácil encontrar el dinero cuando ya sabes dónde está. De
igual manera, éste problema sólo es obvio si ya sabes que existe. A la mañana
siguiente de Halloween de 2017, apareció una calabaza tallada en la puerta del
377 de Union Street, una elegante casa de piedra rojiza en la extensa red de
calles al sur de Brooklyn Heights, Nueva York. Al examinarla de cerca, la
calabaza se parecía bastante a Robert Mueller, exdirector del FBI y ahora
fiscal especial encargado de investigar si Rusia interfirió ilegalmente en la
elección de Donald Trump. La calabaza era obra de una fotógrafa local llamada
Amy Finkel, y se encontraba debajo de un letrero improvisado de "lugar
emblemático" que declaraba la propiedad como "La Casa que Derribó a
un Presidente". Los vecinos que votaron abrumadoramente por Hillary
Clinton en las elecciones presidenciales de 2016, se divertían en el 377 de
Union Street. Según una acusación formal desclasificada por Mueller dos días
antes, ésta propiedad formaba parte de un extenso plan de lavado de dinero
dirigido por Paul Manafort, exjefe de la campaña de Trump (quien se declaró
inocente de todos los cargos). La acusación establecía que Manafort compró la
propiedad en 2012 con 3 millones de dólares de una cuenta bancaria chipriota,
la hipotecó por 5 millones y utilizó ése dinero para comprar otras propiedades
y pagar préstamos, en una compleja estafa de evasión fiscal. Manafort trabajó
para Yanukovich años antes de trabajar para Trump y utilizó un estilo de
campaña similar para ambos clientes. Bajo la experta dirección de Manafort,
Yanukovich se presentó como un hombre directo y sensato que defendería a los
olvidados y los abandonados. Los cargos de Mueller contra él se relacionaban
con éste trabajo en Ucrania y con el dinero que obtuvo de él. "Presionaron
a varios miembros del Congreso y a sus equipos sobre las sanciones a Ucrania,
la validez de las elecciones ucranianas y la pertinencia de que Yanukovich
encarcelara a su rival presidencial", afirma la acusación. Según el
exhaustivo desglose de gastos que presenta la acusación, Manafort amaba el lujo
casi tanto como Yanukovich. Gastó 934.350 dólares en alfombras antiguas;
849.215 dólares en ropa; 112.825 dólares en equipo de audio y vídeo (quizás él
también tenía televisores a la altura de los asientos en los baños). Pero la
propiedad fue el mayor gasto. Un apartamento en Nueva York le costó 1,5
millones de dólares, una casa en Virginia le costó otros 1,9 millones de
dólares (al igual que Yanukovich, y de hecho Trump, Manafort agradeció el voto
de las personas excluidas por el cambio económico, pero las quería como vecinos),
todo ello dinero procedente del gobierno de Ucrania. Y aquí las preguntas son
incómodas. Es curioso que los vecinos de Manafort en Brooklyn lo acosaran con
calabazas y letreros caseros, pero les preocupaba no saber qué estaba pasando
en ése momento, al igual que los ucranianos no conocían al verdadero dueño de
Sukholuchya. Pero no podían haberlo hecho. Si hubieran buscado el nombre de la
empresa propietaria de la casa de piedra rojiza –MC Brooklyn Holdings LLC- en
el registro de Nueva York, no habrían encontrado ninguna información que los
guiara hasta su verdadero propietario. La empresa en cuestión era local, pero
ocultaba al propietario de la propiedad tan bien como las estructuras
británicas y de Liechtenstein ocultaban a Yanukovich. Y si hubieran podido
preguntar sobre el origen de los fondos utilizados para comprar las
propiedades, mejorarlas, comprar la ropa elegante, los equipos de alta
fidelidad y las alfombras antiguas, habrían encontrado los nombres de empresas
en Chipre, San Vicente y las Granadinas o el Reino Unido. Una vez más, al
contemplar el trabajo realizado por el equipo de Mueller para revelar los
detalles de la acusación, la gravedad parece intensificarse y el terreno se
derrumba. Una vez que uno empieza a investigar, rastreando la propiedad de las
empresas y las cuentas bancarias, es difícil parar. Es apropiado que el camino
nos lleve a Nueva York, porque éste agujero no se abrió en Ucrania, ni en el
África subsahariana, ni en Malasia, sino en el corazón de Occidente. Las
personas adineradas siempre han intentado mantener su dinero fuera del alcance
del gobierno y han desarrollado ingeniosas herramientas para lograrlo a lo
largo de los siglos. En Gran Bretaña y Estados Unidos, los abogados crean
fideicomisos que permiten a sus clientes ricos, técnicamente, ceder su
patrimonio, conservando el beneficio del mismo y, por lo tanto, transmitiéndolo
a sus hijos. En Europa continental, las fundaciones realizan la misma función.
Las sociedades de Occidente (en particular, Estados Unidos) se han vuelto menos
equitativas en términos de riqueza e ingresos desde la década de 1970. Algunos
economistas, liderados por Thomas Piketty, han sugerido que ésto se debe a que
la rentabilidad del capital a largo plazo es mayor que la tasa de crecimiento
de la economía. Ésto significa que, salvo una catástrofe de la magnitud de una
guerra mundial, las sociedades occidentales inevitablemente se volverán más
desiguales, a menos que los gobiernos actúen en contra. El hecho de que los
ricos puedan permitirse aprovechar trucos extranjeros que otros no tienen a su
disposición también explica en parte por qué nuestras sociedades se han vuelto
mucho menos igualitarias, pero ha recibido relativamente poca atención. Los
gobiernos occidentales han luchado por mantenerse al tanto de éstos juegos
legales, pero al menos cuentan con las instituciones y tradiciones necesarias
para mantenerse, en general, honestos al hacerlo. Sin embargo, en los países
más nuevos y pobres, ésas instituciones y tradiciones no existen: "Funcionarios
y políticos han sido arrastrados por el tsunami del dinero. Como me dijo un
abogado en Ucrania: "La elección no es entre aceptar un soborno o ser
honesto; es entre aceptar un soborno o que maten a tus hijos. Por supuesto que
aceptas el soborno". Sus colegas mexicanos tienen una formulación más
concisa: "¿Prefieres pagar en plata o en plomo?". La corrupción se ha
extendido tanto que países enteros no pueden gravar a sus residentes más ricos,
lo que significa que sólo aquellos con menos recursos se ven obligados a apoyar
al gobierno. Ésto socava la legitimidad democrática e indigna a quienes viven
bajo tales gobiernos. Para quienes creen en un orden mundial liberal, ésto no
tiene ninguna ventaja. Comentaristas de todos los sectores políticos han
expresado su preocupación por el efecto de la desigualdad en el tejido social
de Estados Unidos, donde la proporción de riqueza en manos del 1% más rico del
país aumentó de una cuarta parte a dos quintas partes entre 1990 y 2012. Pero
si piensa que ésto es malo, observe lo que le ha sucedido al mundo en su
conjunto: en los diez años posteriores al 2000, el 1% más rico de la población
mundial aumentó su riqueza de un tercio a la mitad. Ése aumento está impulsado
por lugares como Rusia. En los quince años transcurridos desde que Vladímir
Putin asumió el poder en el 2000, el 4% de los rusos que Credit Suisse
considera de clase media (con un patrimonio de entre 18,000 y 180,000 dólares)
vio aumentar su riqueza colectiva en 137,000 millones de dólares, lo cual
parece prometedor hasta que se observa lo que logró la clase alta del país
durante el mismo período. El 0,5% de los rusos que poseen más de 180,000
dólares vio aumentar su riqueza en la asombrosa cifra de 687.000 millones de
dólares. El 10% más rico de los rusos posee el 87% de todo: una proporción
mayor que en cualquier otro país importante, bastante abismal para un país que
era comunista hace apenas tres décadas" (Bullough, pp. 15, 16).
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El
mayordomo del mundo.
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Oliver Bullough en
"El mayordomo del mundo. ¿Cómo Gran Bretaña se
convirtió en sirviente de magnates, evasores fiscales, cleptócratas y
criminales?" (Profile Books, 2022) expone el gobierno criminal británico. Hace un par
de años, un académico estadounidense me invitó a tomar un café. Se llamaba
Andrew. Estaba investigando el dinero chino y quería saber más sobre los
activos de propiedad china en Londres y qué estaba haciendo el gobierno
británico para garantizar que sus dueños hubieran obtenido su riqueza
legalmente. Recibo éstas solicitudes de vez en cuando, gracias a mi trabajo
como guía en los London Kleptocracy Tours, que muestran propiedades de
oligarcas en las zonas más exclusivas de Knightsbridge y Belgravia, y me gusta
ayudar si puedo. Nos reunimos en una cafetería en la planta baja de una librería
en un edificio bastante elegante en Trafalgar Square; un edificio que,
curiosamente, considerando el tema que nos había reunido para tratar, los
oligarcas ucranianos se habían intercambiado en 2016 para resolver una
discusión, de la misma manera que mi hijo le daría una tarjeta de fútbol rara a
un amigo después de una pelea en el parque. Andrew había llegado bien preparado
a la reunión y tenía una lista de verificación para revisar, claramente
diseñada para generar una lista de nombres de otras personas con las que
pudiera hablar. ¿Qué organismo policial estaba haciendo más para abordar la
amenaza del blanqueo de capitales chino? ¿Quién era la persona más indicada
para hablar en ése organismo? ¿Qué fiscales habían presentado los mejores
casos? ¿Quién había realizado la investigación más exhaustiva sobre el volumen
de dinero de propiedad china en el Reino Unido y qué activos representaba ésa
cantidad? ¿Qué suele comprar el dinero? ¿Qué políticos fueron más conscientes
de la cuestión y cómo se organizaron? Debido al idioma compartido,
estadounidenses y británicos a menudo piensan que sus países son más similares
de lo que realmente son, algo de lo que soy tan culpable como cualquiera.
Cuando investigo en Estados Unidos, me sorprende constantemente la disposición
de los funcionarios a sentarse conmigo y hablar sobre su trabajo. Los llamo sin
presentación, y, sin embargo, una y otra vez confían en que mantendré detalles
específicos de nuestras conversaciones en secreto. Los documentos judiciales
son fáciles de obtener y los fiscales están dispuestos a hablar sobre ellos.
Los políticos, por su parte, parecen creer genuinamente en la importancia de
comunicar su trabajo a un público más amplio, lo que significa que están
encantados de hablar con escritores como yo. Los periodistas estadounidenses se
quejan de sus condiciones laborales, como todo el mundo en todas partes, pero
para un europeo, investigar sobre delitos financieros en Estados Unidos es una
experiencia tan emocionante como dejar a un niño suelto en una tienda de
Lego. Andrew, sin embargo, estaba
descubriendo que, por desgracia, la grata sorpresa no funcionaba al revés. Creo
que esperaba que compartiera algunos contactos, equivalentes británicos del
tipo de personas que siempre he encontrado sin demasiados problemas cuando he
visitado Miami, Washington, San Francisco o Nueva York. Es posible que le
preocupara que me negara a abrirle mi libreta de direcciones, pero no parecía
haberse dado cuenta de que no tendría ninguna libreta que abrir; que, en
esencia, las personas que buscaba no existirían. Le dije que no había ninguna
iniciativa policial concertada contra el bloqueo de capitales chino, así que no
había ningún investigador que pudiera hablar con él al respecto. Prácticamente
no ha habido ningún procesamiento, así que no hay nada que investigar, y casi
no hay ninguna investigación sobre adónde ha ido el dinero, cómo ha llegado
allí ni, de hecho, cuánto hay. Abordaba las preguntas desde diferentes
perspectivas, casi como si pensara que sólo necesitaba encontrar la clave para
desbloquear el mecanismo de control británico. ¿Dónde estaba el equivalente a
la Brigada de Corrupción Internacional del FBI? ¿Quién realiza el trabajo del
Equipo de Cleptocracia del Departamento de Justicia? ¿Qué había de las
investigaciones de Seguridad Nacional? ¿Tenía Gran Bretaña algo parecido?
¿Estaban los fiscales construyendo casos, en una versión británica del Distrito
Sur de Nueva York? ¿Era el desmantelamiento de una gran red china de lavado de
dinero el tipo de caso que marcaría la carrera de alguien? ¿Qué comisiones
parlamentarias estaban investigado ésto? Seguramente, alguien lo estaba
haciendo. Mientras hablaba, comencé a ver la situación a través de sus ojos, lo
que me ido una perspectiva que nunca antes había tenido. El problema era que
podía seguir probando diferentes contraseñas hasta que las piedras se
pudrieran, pero no serviría de nada: no había ninguna cueva de tesoros que
pudiera abrir. Si quería averiguar cuánto dinero chino entraba en el Reino
Unido, quien lo movía y qué compraba con él, tendría que empezar de cero y
hacer todo el trabajo él mismo. Andrew había ido a Londres para descubrir cómo
Gran Bretaña luchaba contra las finanzas ilícitas, pero estaba descubriendo que
ésto no estaba sucediendo en lo absoluto. Todo lo contrario, de hecho. Por
supuesto, no es sólo Gran Bretaña la que ayuda a los cleptócratas y
delincuentes chinos a blanquear el dinero. El sistema financiero en la sombra
utilizado por los delincuentes chinos es transnacional por naturaleza. Trasciende
cualquier jurisdicción y deriva su poder y resiliencia del hecho de que no
depende de un sólo lugar: si una jurisdicción se vuelve hostil, el dinero se
traslada sin esfuerzo a un lugar que no lo es. Y el sistema crece
constantemente, a medida que abogados, contables y otros persuaden a los
políticos para que les den acceso a los honorarios que pueden generar al
mudarse. Hay dinero a montones. Se encuentran tanto en Dubái, Sídney,
Liechtenstein y Curazao como en Suiza o Nueva York. Pero sobre todo en Londres.
Y de lo que empecé a darme cuenta al hablar con Andrew es de cómo Gran Bretaña
está mucho más involucrada en éste negocio que todos ésos otros lugares. Las
traiciones financieras no son algo exclusivo del Reino Unido; ha habido un
esfuerzo concertado durante décadas para fomentarlas. Esto es difícil de
comprender, porque contrasta enormemente con la imagen pública de Gran Bretaña:
como el país de Harry Potter, la reina Isabel II y Downton Abbey; un lugar
definido por la ironía, la tradición y los desayunos sustanciosos. Los
banqueros mafiosos son vulgares, y si algo sabemos de Gran Bretaña es que no lo
es. Pero los hechos son los hechos. Por muy mal que estén en otros países, Gran
Bretaña ha sido peor durante décadas. Funciona como una gigantesca laguna
legal, socavando las normas de otros países, rebajando las tasas impositivas,
neutralizando las regulaciones y blanqueando el dinero de delincuentes
extranjeros. No es sólo que Gran Bretaña no investigue a los delincuentes, sino
que también los ayuda. Mover e invertir su dinero es, por supuesto, fundamental
para el Reino Unido, pero éso sólo es el comienzo: también educa a sus hijos,
resuelve sus disputas legales, facilita su transición a la alta sociedad
global, oculta sus crímenes y, en general, les permite eludir las consecuencias
de sus actos. Ya lo sabía, pero nunca lo había considerado un fenómeno único: "Fueron las preguntas de
Andrew las que cristalizaron el asunto en mi mente. "Gran Bretaña es como un
mayordomo", dije finalmente, mientras intentaba explicarnos a ambos lo que
estaba pasando. "Si alguien es rico, ya sea chino, ruso o lo que sea, y
necesita que se haga algo, que se oculte algo o que se compre algo, Gran
Bretaña se encarga de éso. No somos policías, como ustedes, somos un mayordomo,
el mayordomo del mundo". Por éso no investigues los temas de los que
hablas, éso no es lo que hace un mayordomo". Me miró un instante, quizá
intentando averiguar si hablaba en serio. "¿Cuánto tiempo lleva pasando
ésto?", preguntó por fin, y la respuesta me llegó sin pensarlo. De
repente, fue obvia. "Empezó en los años 50. Necesitábamos un nuevo modelo
de negocio después de que Estados Unidos se convirtiera en la superpotencia
mundial, y ésto es lo que encontramos". Nuestra conversación no duró mucho,
y se marchó hacia el Parlamento, quizá con la esperanza de encontrar a alguien
menos deprimente con quien hablar, pero me quedé quieto y pedí otro café. La
idea de Gran Bretaña como mayordomo no se me había ocurrido antes, pero cuanto
más lo pensaba, más apropiada me parecía. Los mayordomos poseen todos los
rasgos que Gran Bretaña profesa valorar más: modales, ingenio, reserva, pero
adaptados al refinamiento obsequioso de un sirviente, en un lugar de la nobleza
obligada de un amo. Tras crear ésta teoría, quise probarla en el mundo real,
pero inmediatamente me topé con un problema: de hecho, nunca había conocido a
un mayordomo; así que lo primero que necesitaba era encontrar uno, pero no me
parecía algo difícil. Los mayordomos británicos son el referente mundial, y Gran
Bretaña tiene una industria floreciente en la formación de asistentes de los
oligarcas mundiales, así que llamé a una escuela de mayordomos y solicité una
reunión" (Bullough, pp. 4, 5). Unos
días después, asistía una clase de arreglos florales en un sótano cerca de
Convent Garden. Una experta en flores de mediana edad y con un toque de caballo
enseñaba a un grupo de aspirantes a mayordomos de cuatro continentes a decorar
una casa de campo con las frutas de un jardín inglés, con la ayuda de un gran
número de jóvenes equivalentes a ella, que se apresuraban con tijeras de podar.
Un grupo diferente pasaba por éste sótano cada semana. ¿Cómo era posible que
hubiera suficiente demanda para los servicios de todas éstas personas después
de graduarse? "Es obvio, ¿verdad?", respondió una mujer canadiense de
cabello oscuro que tejía tallos en un enrejado floral. "Cualquiera que
pueda permitírselos quiere su propio Jeeves". Si yo hubiera sido un
personaje de dibujos animados, en ése momento se me habría encendido una bombilla.
Ésta industria británica, líder mundial, existe para resolver los problemas de
sus clientes, de forma discreta y rentable, como Jeeves lo hizo con Bertie
Wooster. Claramente, necesitaba escuchar más sobre las perspectivas de éstos
aprendices, y decidí seguirlos mientras se mudaban a las casas de los muy ricos
y ver qué pasaba después. Lamentablemente, no fue así. En ése momento, el
gerente del centro de capacitación parece haberme buscado por Google y
descubierto que escribo sobre delitos financieros en lugar de empleo doméstico.
Perdió notablemente el entusiasmo por ayudarme a investigar su oficio, y mi
acceso a mayordomos de verdad se agotó. Por lo tanto, me inspiré en las
palabras de ése futuro mayordomo canadiense y recurría a la obra de P.G. Wodehouse,
autor de las numerosas historias sobre Bertie Wooster y su "caballero
personal del caballero", Reginald Jeeves. Según Wodehouse, jeeves es una
presencia tranquilizadora, un hombre de infinita sagacidad que ayuda a Wooster
y a sus amigos a salir de apuros, ya sea un compromiso imprudente con una chica
inapropiada, un pariente anciano que les retira la paga, el intento de una
familia rival de fichar a un chef o el robo de un colgante de diamantes para
saldar una deuda de juego acumulada mientras operaba como corredor de apuestas
ilegal. Todo resulta muy divertido, gracias al dominio fluido de Wodehouse de
su característico estilo prosístico, pero también puede ser sorprendentemente
sórdido. En Sin opción, por ejemplo, uno de los amigos de Bertie ha sido
encarcelado por golpear un policía y corre el riesgo de caer del favor de su
adinerada tía si se entera. Tras una tortuosa serie de contratiempos, Jeeves
logra resolverlo todo gracias a su acceso a secretos policiales. Tal como los
escribió Wodehouse, es divertidísimo, pero no sería difícil reescribirlo para
dar una impresión muy diferente del ayuda de cámara de Bertie Wooster. Si te
centras en las acciones de Jeeves en lugar de su forma de hablar suave y sus
modales aduladores, terminas en algo extremadamente siniestro: un mercenario,
un intermediario a sueldo. -¡Dios mío, Jeeves! ¿No lo sobornaste? –Oh, no,
señor. Pero era su cumpleaños la semana pasada y le di un regalito. Muy
gracioso, por supuesto, pero he oído a abogados ucranianos hablar de cómo han
resulto disputas legales complicadas con la ayuda de un regalito, y nunca me ha
parecido gracioso como lo han dicho. Tras la apariencia refinada de Jeeves se
esconde alguien dispuesto no ayudar a cualquiera que pueda pagarle. Se le
quitamos su apariencia impecable, su acento educado y su habilidad para citar a
Marco Aurelio, no tenemos un mayordomo, sino un consigliere. Sobornar a policías es sólo el comienzo de su talento;
en una ocasión, apalea a un policía hasta dejarlo inconsciente; en otra,
aterroriza a un fascista para que guarde silencio amenazándolo con revelar el
origen de su riqueza secreta. Con un cerebro como el suyo, podría tener éxito
en casi cualquier cosa, pero se dedica exclusivamente a ayudar a los muy ricos
a escapar de las consecuencias de sus actos, mientras se gana una buena vida,
además de su salario, con sus propinas. En los últimos años, los británicos han
empezado a discutir sobre quién debería representarnos y, por extensión, de
quién deberíamos estar orgullosos. El imperialista Cecil Rhodes ha atraído la
mayor atención gracias a una estatua en Oxford, pero es sólo el comienzo.
Cuando los manifestantes de Black Lives Matter arrojaron una estatua del
traficante de esclavos Edward Colston al puerto de Bristol, activistas de
extrema derecha montaron guardia alrededor de las estatuas de Winston
Churchill, Robert Peel y otros políticos fallecidos hace tiempo. La BBC erigió
una estatua de George Orwell frente a su sede para conmemorar una Gran Bretaña
diferente, una de escepticismo y valores progresistas, aunque ésto provocó una
discusión sobre si era demasiado izquierdista. De igual manera, cuando la
sufragista Millicent Fawcett se convirtió en la primera mujer en ser
conmemorada en la Plaza del Parlamento, columnistas de periódicos rivales
discutieron sobre si merecía estar allí. Y no se trata sólo de estatuas. Cada
dos años, el Banco de Inglaterra coloca a alguien nuevo en un billete, lo que
da un nuevo motivo para discutir sobre quiénes somos, al igual que las figuras
elegidas para conmemorar en los sellos. Todo se vuelve bastante agotador. Pero
aunque los británicos parecen discrepar profundamente sobre a qué antepasados
conmemorar, coinciden claramente en una cosa: el tipo de personas que vale la
pena recordar. Todas éstas personas, ya fuera sufragistas o suffragettes,
imperialistas o socialistas, dejaron huella en el mundo, ya sea conquistando
gran parte del sur de África o luchando por el fin de la esclavitud. A Gran
Bretaña le gusta verse como un país que sabe lo que quiere y que no teme luchar
sólo para lograrlo. Pero ésa autoimagen se aleja cada vez más del
comportamiento de Gran Bretaña en las últimas décadas, cuando se ha centrado
mucho más en ayudar a otros a conseguir lo que quieran y ganarse la vida con
ello, que en proponer su propia visión de cómo debería ser el mundo. Cuando los
dictadores quieren un lugar donde esconder su dinero, recurren a Gran Bretaña.
Cuando los oligarcas quieren que alguien blanquee su reputación, acuden a Gran
Bretaña. A éso me refiero cuando digo que Gran Bretaña se comporta como un
mayordomo. Es un facilitador amoral a sueldo, un ejecutor a cambio de dinero,
que oculta la realidad de lo que hace tras tradiciones pintorescas, alusiones
literarias, sastrería impecable, referencias a la Segunda Guerra Mundial y
modales arrogantes. Pero si Gran Bretaña es un mayordomo, ¿Para quién trabaja?
¿Quiénes son los equivalentes de los flâneurs y boulevarderos en cuyo nombre
Jeeves agredió a policías, robó cubiertos de playa y ofreció vestidos de noche
impecables a tiempo para la cena? Mientras que los clientes de Jeeves eran
hombres de mundo, los clientes de Gran Bretaña son de las peores personas que
existen; y los problemas de los que necesitan salir están muy lejos de ser
divertidos. Tienen víctimas reales cuya pérdida es mucho mayor que la ganancia
de Gran Bretaña. Cientos de miles de millones de libras se blanquean a través
del sistema bancario británico cada año. Se trata de dinero robado a personas
que lo necesitan desesperadamente, destinado a pagar los salarios de enfermeras
o profesores, o a construir carreteras o líneas eléctricas, pero que, en
cambio, ha acabado en cuentas bancarias en el extranjero de políticos
deshonestos o empresarios corruptos, gracias a la discreción y la habilidad de
la Gran Bretaña de Mayordomo. Si uno se sentara a contar cien mil millones de
libras, calculando una libra por segundo, tardaría más de tres mil años. Habría
tenido que empezar a contar en la época de la Guerra de Troya para llegar a los
cien mil millones actuales: "Cuando digo Gran Bretaña, no sólo me refiero
al Reino Unido, sino también a su archipiélago de territorios
extraterritoriales, que cuentan con sus propios parlamentos, pero están
supervisados por el gobierno de Londres. Gracias a ellos, Gran Bretaña puede
ofrecer servicios de mayordomo no sólo a extranjeros adinerados y a sus
empresas. Las mismas artimañas que permiten a los nigerianos adinerados
explotar a sus compatriotas han permitido, por ejemplo, que las empresas
británicas de juegos de azar se establezcan en Gibraltar y extraigan dinero del
Reino Unido. Éso significa que también hay víctimas en Gran Bretaña, incluyendo
cientos de jóvenes que se han suicidado como resultado directo de la adicción a
los productos ofrecidos por las empresas problemáticas. Pensar como un
mayordomo impide sentir compasión por aquellos. Menos afortunado que tú. No hay
solidaridad en el mundo de P.G. Wodehouse; Jeeves ayuda a quienes pueden
pagarle, y todos los demás deben arreglárselas solos. Wodehouse reconoce
claramente la ironía, e incluso bromea sobre Jeeves sirviendo una comida
sustanciosa a una familia de revolucionarios que, tras una serie de giros
argumentales improbables, termina cenando en el lujoso apartamento de Wooster.
"¿Sabes lo que eres, muchacho? Eres una auténtica reliquia de un sistema
feudal destruido", le dice un revolucionario a Jeeves. "Muy bien,
señor", responde Jeeves. Ésto es sólo el principio. Hay muchos más
clientes adinerados a los que los británicos pueden asesorar, y muchos más
jóvenes graduados brillantes a los que se pueden atraer para que los atiendan,
lo que inevitablemente está socavando la calidad de los servicios disponibles
en el resto del país. Ahora es tan rentable para los británicos inteligentes y
bien conectados ejercer de mayordomos, que cada vez más de los niños más
talentosos del país han optado por entrar en el negocio familiar, en lugar de
dedicarse a algo más constructivo o más generoso" (Bullough, pp. 10, 11).
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El
filántropo de Cambridge.
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En la Guerra Fría
el partido comunista todavía ejercía un poder sin control sobre Rusia y las
demás repúblicas soviéticas. En los años 70, la Unión Soviética, que había sido
vista como un gran rival económico de Occidente en los años posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, se estaba quedando rápidamente atrás. Sin embargo, la
URSS tenía una cosa de la que Occidente carecía: enormes cantidades de gas
natural, que utilizaba para abastecer sus fábricas, calentar sus hogares y
ganar valiosos dólares por las exportaciones a Occidente. Ésta abundancia de
gas –controlada por la primera corporación estatal del país, Gazprom- ayudó a
cohesionar la economía soviética, y en ningún otro lugar más que en Ucrania,
que era un centro de industria pesada después de Rusia. Las fábricas y plantas
químicas de Ucrania dependían de gasoductos que traían combustible desde los
mismos yacimientos de gas distantes de Rusia y Asia Central que exportaban gas
a Europa. Gracias a ésta fuente de energía subvencionada, las fábricas podían
competir con sus rivales, y millones de ucranianos tenían empleos estables y
bien pagados. Y entonces, en 1991, todo cambió. La Unión Soviética se derrumbó.
Ucrania se independizó y de repente pasó de ser un país rico en energía a ser
pobre en energía. Sus fábricas sólo eran viables gracias al gas natural barato,
y apenas tenía gas propio. Sin sus fábricas, su gente no tendría trabajo; si su
gente no tenía trabajo, su economía se derrumbaría. Lógicamente, entonces
debería haber ocurrido una de dos cosas: Ucrania debería haberse vuelto rápidamente
mucho más eficiente en su uso del gas, cerrando las industrias más necesitadas,
encontrando nuevas formas de ganarse la vida, de modo que sus importaciones y
exportaciones pudieran equilibrarse entre sí, o debería haber sido reabsorbida
esencialmente por Rusia. La primera opción era económicamente ruinosa; la
segunda opción era políticamente inconcebible. Afortunadamente, la necesidad de
tomar una decisión inmediata se vio postergada por el hecho de que Rusia
también dependía del gas. Su economía sobrevivía gracias a las divisas que
ganaba exportando gas a Europa, y casi todas ésas exportaciones pasaban por
Ucrania. Éso significaba que, si Ucrania no podía pagar sus facturas de gas,
podía robarlo de los gasoductos que pasaban por su territorio, y Rusia no podía
cerrar los grifos sin cortar también el suministro a sus clientes más al oeste,
que pagaban bien. Es bien sabido que las grandes reservas de petróleo o gas
corrompen casi invariablemente a los países, y ésto es lo que ocurrió en
Ucrania. Pero ésta corrupción no se derivaba del control del gas, sino del
control de los oleoductos por los que se transportaba y, por lo tanto, de la
capacidad de recompensar a los partidarios con valiosos envíos o licencias de
exportación. No se trataba tanto de una conducta de búsqueda de rentas como de
una búsqueda de peajes. Los agentes de Rusia y Ucrania se aliaron para crear
empresas intermediarias sospechosas que tomaban gas de Gazprom en la frontera
rusa, lo vendían a europeos que pagaban bien y se repartían las ganancias. A
menudo pagaban el gas no con dinero sino con bienes, y las transacciones de
trueque añadían una capa de opacidad a los acuerdos, lo que los hacía aún más
difíciles de entender para los ciudadanos comunes. Nada corrompió más a Ucrania
o mantuvo su dependencia de Moscú que la adicción de sus políticos a ése
dinero. Rusia añadió el costo del gas robado a la factura de Ucrania, pero a
los agentes de adentro no les importó, ya que se les permitió quedarse con las
ganancias. Sin embargo, cuando Vladímir Putin se convirtió en presidente ruso
en 2000, decidió que –al menos en el lado ruso- ésa máquina de generar riqueza
debía ser interna. Si alguien iba a enriquecerse exportando gas, serían él y
sus amigos, no los directivos de Gazprom y sus turbios facilitadores. Le llevó
un tiempo echar a la vieja guardia de la puerta, pero al final consiguió que un
leal se hiciera cargo del gigante del gas. Seguiría existiendo una empresa
intermediaria entre Rusia y Ucrania, de modo que los flujos de dinero
permanecerían ocultos, pero Gazprom tendría la mitad de ésa empresa para
garantizar que Putin recibiera su parte. Su nombre era RosUkrEnergo (RUE) y se
hizo cargo del suministro de gas entre los dos países en julio de 2004. Fue un
gran año en Ucrania. En otoño, el primer ministro, un matón llamado Viktor
Yanukovich que contaba con el fuerte apoyo de Putin, intentó ganar la
presidencia, manipulando las elecciones. Cientos de miles de ucranianos
salieron a las calles de Kiev, ondeando las banderas naranjas del rival de Yanukovich,
Viktor Yushchenko. Tras semanas de protestas continuas, se volvieron a celebrar
las elecciones y Yanukovich perdió. Para muchos jóvenes ucranianos, ése momento
–conocido como la Revolución Naranja- fue una expresión gloriosa de cómo la
gente corriente puede triunfar sobre la influencia corruptora de los oligarcas
y su dinero. Para Putin, sin embargo, que había gastado tiempo y dinero en
apoyar a Yanukovich, la revolución de Ucrania fue una humillación personal.
Pero tenía una forma útil de recordar a los ucranianos –y a cualquier otro país
tentado de seguir el ejemplo de Ucrania- por qué humillar al Kremlin era una
mala idea. Gazprom le dijo al gobierno posrevolucionario que renegociaría su
contrato de suministro de gas, y cuando Ucrania se negó a aceptar los términos,
lo cortó. En pleno invierno, todo el país se dio cuenta de repente de lo
dependiente que era de la buena voluntad rusa. En algunas partes de Ucrania
hacía -30ºC. Ése tipo de temperaturas matan, así que en realidad no había
opción. Yushchenko capituló y firmó el nuevo acuerdo con RUE, una humillación
que dividió a la coalición que había impulsado la revolución, y de la que su
reputación nunca se recuperó. RUE ya estaba obteniendo buenos resultados con el
antiguo contrato, y ahora el dinero realmente empezó a fluir. "Sólo una fuente de
poder resultó ser más fuerte que la Revolución Naranja", escribió la
especialista en relaciones internaciones Margarita M. Balmaceda. "No el (ex) primer
ministro Viktor Yanukovich, ni Rusia, sino el poder de los intereses
relacionados con la energía". Pero ¿quiénes
eran ésos intereses? ¿Quiénes eran en realidad los propietarios de RUE? Todo el
mundo sabía que Gazprom poseía la mitad de la empresa, pero ¿quién poseía la
otra mitad? El propietario de la otra mitad de RUE resultó ser un ucraniano de
39 años llamado Dmitry Vasylovych Firtash. Según sus propias palabras, empezó
vendiendo alimentos a Asia central, pero cuando sus clientes no le pagaban sus
facturas, aceptaba el pago en gas, que vendía con ganancias en Europa. Fue en
éste complejo comercio de trueque donde aprendió las habilidades necesarias
para dirigir RUE. Nunca quedó del todo claro por qué el Kremlin de Putin eligió
a Firtash como socio en Kiev, en lugar de a uno de los oligarcas ucranianos más
conocidos. Los periodistas informaron de sus presuntos vínculos con un conocido
mafioso ruso, Semyon Mogilevich, lo que tal vez podría explicarlo, pero él negó
que existieran vínculos comerciales directos entre ellos. Gracias a su alianza
con Gazprom y, por extensión, con Putin, Firtash había obtenido una riqueza y
un poder extraordinarios. Era el hombre del Kremlin en Ucrania, un hacedor de
reyes impulsado por el gas. En su país natal, Firtash se convirtió en una
figura controvertida, acusado de restaurar la influencia de Rusia sobre su
patria. Tal vez no sea sorprendente, entonces, que comenzara a buscar un país
extranjero donde pudiera comprar una segunda vivienda. Eligió el Reino Unido: "Lo que sabemos con
certeza es que, en los años posteriores a su gran golpe de estado del gas,
Firtash contrató a una empresa de lobby, Asquith & Granovski, para que le
ayudara a pulir su imagen en el Reino Unido. La empresa, dirigida por un asesor
de imagen ucraniano, Vladímir Granovski, y un aristócrata y ex espía británico,
Raymond Asquith, prestaba servicios a ciudadanos exsoviéticos ricos que
buscaban entablar relaciones con el Reino Unido. En febrero de 2007 se
constituyó una sociedad anónima, la British Ukrainian Society (BUS). Granovski
y Asquith se convirtieron en directores, junto con la mano derecha de Firtash,
Shetler-Jones, y un diputado conservador llamado Richard Spring, que asesoraba
a Asquith & Granovski sobre "cuestiones
políticas, económicas y de actualidad" a cambio de entre
35.000 y 40.000 libras al año. La sociedad tenía su sede en Knightsbridge. "¿Estamos tratando
de mejorar nuestra reputación? Por supuesto", dijo Firtash más
tarde a Wall Street Journal. "No puedo ser
simplemente el lugar donde la gente lanza dardos". Otro diputado, un
diputado laborista de segunda línea llamado John Grogan, colaboró estrechamente
con el BUS. Se había interesado por Ucrania tras sentirse inspirado por la
Revolución Naranja y presidía un grupo parlamentario de todos los partidos
sobre el país. "Quizás fue un poco ingenuo. En ése momento no estaba al tanto de los acuerdos
de financiación". Ante la pregunta de qué pensaba que Firtash estaba
intentado hacer al apoyar a la British Ukrainian Society. Dijo que el modelo
era la British Syrian Society, que había sido fundada en 2002 por el suegro de
Bashar al-Assad para ayudar a construir vínculos entre Londres y Damasco y que
también tenía a Spring en la junta directiva. Los documentos fundacionales de
la BUS establecían objetivos que eran casi palabra por palabra los mismos que
los de su contraparte siria (Bullough, pp. 30,
31). En 2008, en su calidad de presidente de la BUS, Spring consiguió un debate
parlamentario sobre Ucrania, el tipo de cosas que hacen que cualquier
organización parezca influyente. En el debate, habló largo y tendido sobre cómo
los intereses de Gran Bretaña radicaban en una Ucrania democrática, orientada
hacia Occidente y libre de la mancha de la corrupción. "Supongo que, en
términos de reputación, el tipo de cosas que hacía la BUS eran en sí mismas
bastante inofensivas: actos culturales, conferencias o lo que fuera", dijo Grogan. "Sin duda, Firtash
estaba tratando de ganar amigos e influencia. No tengo ni idea de si conoció
personalmente a las personas implicadas". No es muy caro
de financiar un grupo de presión, y los colaboradores de Firtash buscaron otros
proyectos, lo que les llevó a una cena en 2007 en memoria del compositor Piotr
Chaikovski en la Universidad de Cambridge. Según una fuente con conocimiento de
las negociaciones que siguieron, uno de los oradores del evento mencionó que en
la universidad no se enseñaba el idioma ucraniano, lo que parece haber
inspirado un nuevo proyecto para el oligarca. Algunos de éstos representantes
británicos asociados a Firtash se acercaron a los organizadores de la cena y
preguntaron "cuánto necesitarían para que se enseñara el ucraniano de una manera u otra", dijo la fuente.
Se acordó un monto aceptable para ambas partes y el departamento de lengua
eslava de la universidad organizó clases de lengua para todos aquellos que
quisieran aprender ucraniano. "De ahí salieron
los primeros miles de libras. Aunque no sé si ése dinero era realmente de
Dmitry Firtash. Creo que sí", me dijo la
fuente. A principios de 2008 se creó la Fundación DF con el objetivo de
financiar la educación sobre Ucrania y otorgar becas a los estudiantes. En
2010, la Universidad de Cambridge creó un curso formal de estudios ucranianos
gracias a una donación de Firtash de 4 millones de libras. En marzo de 2011,
Firtash fue recibido por el prestigioso Gremio de Benefactores de Cambridge, un
club para sus donantes más generosos, nada menos que por el Duque de Edimburgo.
Firtash también estaba ocupado en otras cosas: agrupó todos sus negocios en un
holding con sede en las Islas Vírgenes Británicas. Según un análisis posterior
de Reuters, pudo ganar 3.000 millones de dólares simplemente revendiendo el gas
que Gazprom le vendía, gracias a que lo recibía a un precio artificialmente
bajo. Con miles de millones de dólares más en préstamos de Gazprobank –que lo
convirtieron en el mayor prestatario individual del banco ruso- se expandió
rápidamente hacia los fertilizantes, el titanio, la banca y los medios de
comunicación. Había financiado el exitoso regreso político de Yanukovich –el ex
primer ministro ganó las elecciones presidenciales de 2010-, así como un aliado
que gobernaba su país natal, y gracias a su filantropía había conocido al
marido de la reina de su segundo hogar adoptivo. Todo lo que tocaba se
convertía en oro. A partir de 2011, Firtash comenzó a visitar Cambridge con
bastante frecuencia, donde se reunía con los estudiantes cuyas becas estaba
pagando y llevaba consigo a un equipo de televisión para grabarlo. La
Universidad de Cambridge le entregó una medalla especial (que contenía casi 500
gramos de plata esterlina, diseñada por Jane McAdam Freud y numerada
individualmente) por su destacada filantropía. En 2012, Firtash se compró una
residencia en Londres, una mansión a las puertas de Harrods construida por el
promotor inmobiliario de lujo Mike Spink que, según una publicación
inmobiliaria, costó alrededor de 60 millones de libras. Con ésta base en
Londres, su infiltración en el establishment británico se volvió aún más
ambiciosa. A finales de 2013, acordó otra donación a la Universidad de
Cambridge y, en una serie de eventos denominados Días de Ucrania, abrió la
Bolsa de Londres y visitó el Parlamento con su esposa, donde fue recibido por
el entonces presidente, John Bercow. En una fotografía de la ocasión, Bercow y
Firtash se estrechan la mano, mientras Lord Risby –como se conoce a Richard
Spring desde que fue ascendido a la Cámara de los Lores en 2010- se inclina
ligeramente hacia delante en el fondo, con el tipo de sonrisa extasiada que se
puede ver en el rosto de un padre orgulloso que mira a su hijo mientras toca un
recital de piano. Sin embargo, en Ucrania se avecinaba una época turbulenta.
Firtash había ayudado a Yanukovich a convertirse en presidente en 2010, pero
con el tiempo la corrupción de Yanukovich se hizo cada vez más flagrante.
Incluso empezó a construir un enorme palacio en las afueras de Kiev. En 2013,
cuando Yanukovich anunció que pondría fin a la integración con la Unión Europea
y en su lugar alinearía a Ucrania con Rusia, resultó ser la última indignidad.
Las protestas aumentaron en los meses siguientes hasta que estalló otra revolución
y, en febrero de 2014, Yanukovich huyó a Rusia, mientras Moscú enviaba tropas
para apoderarse de la península ucraniana de Crimea. Éste fue el comienzo del
conflicto de Ucrania y Rusia. Si Firtash estaba preocupado por éste giro de los
acontecimientos, no lo demostró. En febrero de 2014, mientras el gobierno
británico se esforzaba por entender lo que estaba sucediendo en Ucrania, el
oligarca fue invitado al Ministerio de Asuntos Exteriores. Según una
declaración posterior en el Parlamento, no se trataron asuntos de seguridad
nacional. Sin embargo, según un informe de una agencia de noticias rusa,
Firtash dijo que había "tratado de disuadirlos de que imponer sanciones contra Rusia era una mala
idea". Añadió: "Éso sólo empeorará las cosas. Estados Unidos provocó a Putin a ésta
situación". Pero ni siquiera ése fue el punto álgido de la influencia de Firtash en
Gran Bretaña. Se produjo tres días después, cuando se concretó la compra de la
estación de metro de Brompton Road por 53 millones de libras al Ministerio de
Defensa, y el sueño empresarial de Ajit Chambers quedó destruido. La estación
fantasma estaba directamente junto a la propiedad de Firtash en Londres, y no
es difícil imaginar que hubiera detestado el plan de Chambers de crear un bar y
un restaurante en la azotea. Los juerguistas nocturnos habrían tenido una vista
directa de su jardín trasero. Sin embargo, Firtash parece no haber tenido una
visión equivalente para el lugar. El comunicado de prensa del gobierno que
anunciaba la venta hacía mucho hincapié en la historia de la estación y sus
características únicas, pero Firtash no mostró ningún interés por ninguno de
los aspectos. "El asunto de la estación subterránea en su conjunto no es realmente tan
interesante", me escribió por correo electrónico el promotor Mike Spink, que asesoró a
Firtash en la venta. "En realidad, es simplemente otro sitio privilegiado en el centro de Londres". El Reino Unido
le había proporcionado a Firtash una casa de lujo, le había dado la bienvenida
en el seno del establishment, le había concedido una medalla, le había colmado
de atenciones por parte de ambas cámaras del Parlamento, le había vendido un
monumento en el centro de Londres y le había pedido que viniera a compartir
algunas ideas con el Ministerio de Asuntos Exteriores. A cambio, había obtenido
dinero para una importante universidad, dinero extra para los miembros del
Parlamento, apoyo para sus promotores inmobiliarios y millones de libras
directamente al presupuesto estatal a cambio de una vieja estación de metro que
el Ministerio de Defensa ni siquiera utilizaba demasiado. Criticar a Gran
Bretaña por ésto puede parecer un poco injusto. Después de todo, se argumenta,
cualquier país habría recibido con agrado el dinero y la experiencia de
Firtash, por lo que habría sido contraproducente rechazarlo, ¿no?: "Éste es un
argumento problemático. Firtash era el hombre de Putin en Ucrania, y sin
embargo Gran Bretaña lo integró con tanto entusiasmo en el establishment que
asesoró al gobierno sobre la invasión de Putin. ¿Debería realmente hablar con
un hombre así? ¿O aceptar su dinero? ¿O venderle una propiedad con acceso al
sistema de metro de Londres? ¿O, en realidad, cualquier cosa? "Ésto tiene claras
implicaciones para la seguridad nacional", señaló el comité
de Asuntos Exteriores del Parlamento en 2018 sobre la tendencia a invitar a los
oligarcas alineados al Kremlin a comprar lo que quisieran en el Reino Unido. "Hacer la vista
gorda ante el papel de Londres en ocultar los procedimientos de corrupción
relacionados con el Kremlin corre el riesgo de indicar que el Reino Unido no se
toma en serio la lucha contra todo el espectro de medidas ofensivas del
presidente Putin". Sin duda, muchos otros países occidentales han ayudado a Firtash a
transformarse. Chipre, Hungría y Suiza le vendieron sus empresas fantasma;
Austria le proporcionó una cuenta bancaria; ex políticos de toda Europa han
estado encantados de asociar sus nombres a sus diversas fundaciones. Pero el
mal comportamiento de otros países no es motivo para que Gran Bretaña haga lo
mismo, sobre todo porque la integración de Firtash fue mucho más profunda en el
Reino Unido que en otros lugares. Y la respuesta de Estados Unidos a sus
actividades ofrece un contraste fascinante con lo que ocurrió en el Reino
Unido. En 2003, el FBI acusó a Semyon Mogilevich, un gánster con base en Moscú,
y lo agregó a la lista de los 10 más buscados. Mogilevich fue acusado de una
larga lista de delitos, incluidos lavado de dinero, crimen organizado, fraude y
más. Mientras investigaba los negocios de Mogilevich y sus socios, comenzó a
investigar los envíos de gas a través de Ucrania, e inevitablemente recayó en
Firtash" (Bullough, pp. 56, 57).
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El
padrino de los padrinos.
NNNNNNNN
En abril de 2006,
apenas unos meses después de que el gran acuerdo de Firtash sobre el gas
contribuyera a condenar la perspectiva de la Revolución Naranja en Ucrania, el Wall Street Journal anunció que las
fuerzas de seguridad estadounidenses estaban investigando los vínculos de RUE
con el crimen organizado. El WSJ informó de que Asquith había ido a Washington
en nombre de Firtash para negar cualquier conexión con Mogilevich, una negación
que Firtash ha tenido que hacer desde entonces. "No hay ninguna
conexión comercial entre el señor Mogilevich y yo. Nunca he tenido ningún trato
comercial directo con él, ni él tiene ningún interés en ninguna de mis empresas", dijo Firtash al
WSJ en 2007. Según un relato de una reunión entre Firtash y funcionarios
estadounidenses un año después, y publicado por WikiLeaks: "Firtash reconoció
que necesitaba, y recibió, permiso de Mogilevich cuando estableció varios
negocios, pero negó cualquier relación estrecha con él". (Después de que
se publicó el cable, Firtash emitió una declaración negando haberlo reconocido
alguna vez y sugirió que la afirmación era una "traducción errónea
o un malentendido"). Sin embargo, ninguna de éstas presiones logró persuadir a los
funcionarios estadounidenses de que dejaran de investigarlo. Mientras los
miembros del parlamento británico se quedaban con el dinero de Firtash, la
embajada de Estados Unidos en Kiev seguía enviando cables con sus sospechas
sobre lo que tramaba, y los agentes del FBI seguían siguiéndolos. "Dado el rápido
ascenso de Firtash, desde gerente de una empresa de alimentos enlatados en
quiebra hasta magnate multimillonario del gas, es posible que todavía esté en
deuda con las fuerzas que lo ayudaron a ascender tan rápidamente", se observaba
lacónicamente en un cable, después de que Firtash se comprara un banco.
Finalmente, consiguieron pruebas suficientes para convencer a un gran jurado de
que aprobara la acusación. El 12 de marzo de 2014, la policía austriaca detuvo
a Firtash en Viena a petición del FBI. Fue exactamente quince días después de
que el gobierno británico aprobara definitivamente su compra de la estación de
Brompton Road. Los fiscales acusaron a Firtash de haber sobornado a
funcionarios de la India con más de 18,5 millones de dólares para obtener
acceso a recursos de titanio, que a su vez planeaba vender a Boeing. La sede
corporativa del gigante aeronáutico está en Chicago y la oficina del FBI en
Illinois estaba investigando. La acusación demostró que el supuesto plan se
remontaba a abril de 2006 y había continuado durante años. Firtash se defendió
con firmeza, pagó una fianza de 125 millones de euros y emitió un comunicado en
el que condenaba la acusación por absurda. Según dijo, lo estaban persiguiendo
por razones políticas, para permitir que los funcionarios estadounidenses
consolidaran su influencia sobre el nuevo gobierno posrevolucionario de su
país. "No permitiré que mi reputación quede arruinada por aquellos que se mueven
por motivaciones políticas y no están interesados en Ucrania y su gente", dijo en una
frase que se repitió en cada entrevista que él y sus asociados dieron. Si has oído hablar de Dmitry Firtash, lo
más probable es que tengas la impresión de ser un hombre profundamente
controvertido. Firtash fue arrestado en
Austria en 2014 a petición del gobierno estadounidense acusado de
"conspiración para sobornar" en la India. Se emitió entonces una
orden de detención contra él en España. Firtash fue sancionado por Ucrania por
afirmar que estaba vendiendo productos de titanio al ejército ruso. En Estados
Unidos se le ha llamado "el más buscado de Ucrania". En Gran Bretaña,
donó cuatro millones de libras a la Universidad de Cambridge y gastó mucho más
en otros proyectos, y desde entonces se le ha considerado un ejemplo clásico de
un oligarca que compra su entrada en la alta sociedad británica. Firtash
respaldaba a Viktor Yanukovich, el presidente ucraniano prorruso que huyó a
Moscú después de la revolución de Maidan en 2014. Firtash también ganó miles de
millones de dólares a través de los acuerdos lucrativos con Gazprom, el gigante
asiático ruso respaldado por el estado, y Moscú rara vez es descuidado sobre
quién se enriquece con sus activos. Su acuerdo con Gazprom –y el acceso a
líneas de crédito multimillonarias de bancos rusos –le ayudaron a construir un
vasto imperio en Ucrania. Su grupo DF posee ahora el canal de televisión más
popular del país y la mayor planta química, así como propiedades, puertos e
instalaciones de producción agrícola. Poco después de la caída de Yanukovich,
Firtash fue arrestado en Viena a instancias del FBI y ha estado confinado allí
desde entonces bajo las condiciones de su fianza récord de 125 millones de
euros. (Por cierto, la fianza la pagó el director de la asociación de judo de
Rusia. Un antiguo socio comercial, según Firtash). Firtash ha pedido permiso
para regresar a Ucrania para poder ayudar más en el esfuerzo bélico. Todavía
controla los mayores puertos de fertilizantes y cereales de Ucrania, pero su
producción no va a ninguna parte porque las exportaciones han sido prohibidas
desde que comenzó la guerra. "Fue la decisión correcta en ése
momento", dice Firtash, pero ahora dice que podría conducir a una escasez
mundial de alimentos, dado que Egipto obtiene el 80 por ciento de su grano de
Rusia y Ucrania. De hecho, la economía mundial es dependiente del grano y el
gas de Rusia y Ucrania. Dice que está hablando con empresarios y funcionarios
turcos sobre la apertura de un "corredor de cereales" de emergencia a
través del Mar Negro. Firtash creció bajo el dominio soviético en la región
occidental del Óblast de Ternopil. Su padre era conductor; su madre contadora
de un ingeniero azucarero. El joven Dmitry se inició en el negocio del trueque
de tomates. Después del servicio militar, se mudó a Moscú y comenzó a comerciar
productos alimenticios con los estados de Asia central. Pronto no pudieron
pagar en efectivo, pero sí pudieron suministrarle gas y muchos lotes. Comenzó a
importar grandes cantidades de gas barato de los estados de Asia central, lo
canalizó a través de Rusia y lo vendió en Ucrania y Europa obteniendo
considerables ganancias. Ha ganado más dinero que casi cualquier otro ucraniano
en la historia. Der Spiegel lo
incluyó entre los diez oligarcas que en un momento actuaron como gobernantes de
facto de Ucrania. A medida que la fortuna de Firtash florecía, Gazprom decidió
que quería una porción mayor del mercado europeo del gas y unió fuerzas con él,
creando RosUkrEnergo (RUE), una empresa conjunta que se convirtió en el
vehículo para los acuerdos de gas entre Rusia y Ucrania. Al poco tiempo, Moscú
decidió que estaba recibiendo un trato injusto. Sin embargo, según los términos
del acuerdo, no podía marcharse sin pagar miles de millones. Pero Yulia
Tymoshenko, ex comerciante de petróleo y gas que llegó a ser primera ministra
de Ucrania, tenía el poder de romper del contrato, y lo hizo. Ella hizo su
propio trato con Rusia. El precio del gas natural se disparó, algo que, según
Firtash, hizo que Estados Unidos estuviera muy contento, ya que quería vender
sus costosas exportaciones de gas GNL en el mercado europeo. El corrupto
sistema de clanes oligárquicos que llegó a definir la política ucraniana surgió
durante el gobierno de su segundo presidente, Leonid Kuchma. Primer ministro
entre 1992 y 1993 y presidente desde julio de 1994 hasta enero de 2005. La
administración de Kuchma tenía estrechos vínculos con el Kremlin y el crimen
organizado, y entre sus principales patrocinadores se encontraban las empresas
Seabeco y Nordex. Ambas empresas, propiedad de Borís Birshtein y Grigory
Luchansky y operadas por ellos, respectivamente, estaban vinculadas al
sindicato criminal Solntsevskaya Bratva y la inteligencia rusa. Serhy
Lyovochkin se había desempeñado como secretario y primer asistente de Kuchma
antes de convertirse en jefe de la administración presidencial bajo Yanukovich.
Además del pasado imperial de Rusia y su vínculos culturales e históricos con
Ucrania, la mayoría de sus oleoductos y gasoductos de la era soviética pasan
por Ucrania, lo que la convierte en un país de importancia geoestratégica y
económica central para el Kremlin. Establecer el control sobre Gazprom y
utilizarlo para promover los intereses del estado de seguridad ruso, así como
los intereses financieros de él mismo y de los compinches de su régimen, fue
central para el proyecto político de Vladímir Putin. Un elemento clave de éste
plan fue la creación de empresas intermediarias cuyos directorios estuvieran
integrados por ejecutivos de Gazprom y sus familiares, así como por un grupo
selecto de ucranianos pro-Kremlin que utilizarían sus inmensas ganancias para
financiar a políticos y partidos políticos pro-Kremlin. Fuentes bien informadas
han insinuado a la prensa rusa que una parte de los miles de millones de dólares
generados por éstos intermediarios se desviaron a cuentas extranjeras
controladas por Putin y Dmitry Medvedev. La estafa inicial, en la que un
tercero corrupto vendió gas natural de Turkmenistán a Ucrania a través del
sistema de gasoductos de Gazprom, fue ideada antes de que Putin asumiera el
cargo e involucraba a una empresa llamada Itera. Poco después de que Putin
asumiera el poder, el lucrativo contrato fue transferido a la empresa llamada
EuralTransGas (ETG). Dmitry Firtash, que en aquel momento era prácticamente
desconocido, figuraba como uno de los propietarios de la misteriosa nueva
empresa y los líderes de inteligencia sospecharon inmediatamente que era un
testaferro de Semyon Mogilevich. Mogilevich, el principal objetivo del crimen
organizado ruso para el gobierno de Estados Unidos, tiene fuertes vínculos con
los servicios de inteligencia y los principales líderes políticos de Rusia. ETG
fue registrada en el pueblo húngaro de Csabdi por Zeev Gordon y András Knopp:
el primero conocido como el abogado de Semyon Mogilevich y el segundo como ex
director de la oficina húngara de Gazprom, a quien las autoridades alemanas
creían cercano a Mogilevich. Se sabía que Mogilevich había operado desde
Budapest, Hungría, durante años. Leonid Roitman, ex miembro de la Solntsevskaya
Bratva, dijo a la publicación de investigación rusa The Insider que Mogilevich y Firtash habían llegado a acuerdos con
la Tambovskaya Bratva, el grupo mafioso que se había aliado con Putin mientras
él era vicealcalde de San Petersburgo en los años 1990, durante cuyo tiempo
había tomado el control de la Terminal Petrolera de San Petersburgo, para
servir como subsocios de la Solntsevskaya en el lucrativo comercio ilícito de
gas natural. En 2005, ETG fue substituida por otro intermediario con fachada de
Firtash, RosUkrEnergo (RUE). Registrada en Suiza, el Registro Mercantil de Zug
enumeraba como directores generales a Oleg Palchikov y Konstantin Chuychenko.
Chuychenko era un ex oficial de la KGB y asistió a la universidad con el
entonces primer ministro ruso, Dmitry Medvedev. En 2005, la policía austriaca
comenzó a investigar a la RUE y su relación con Mogilevich. El informe
clasificado que publicó posteriormente señalaba que Firtash se reunía
periódicamente con Palchikov y con otro accionista de la RUE y miembro del
Partido de las Regiones, Ivan Fursin, en Viena. Según el informe, Firtash,
Palchikov y Fursin son miembros de alto rango de la organización de Semyon
Mogilevich. Si bien algunos medios informaron que la participación del 5% de
Fursin en RUE es en realidad una fachada de Serhy Lyovochkin, ésto aún no se ha
demostrado de manera concluyente. Lo que se sabe es que Fursin y Lyovochkin son
socios comerciales cercanos. Fursin y Lyovochkin asistieron juntos a la escuela
y Fursin era dueño de un banco donde la hermana de Lyovochkin, Yuliya, fue
directora adjunta de banca de inversión entre 2003 y 2007. Pero ésa no fue la
única conexión de Lyovochkin y Fursin. En 2019, correos electrónicos filtrados
al Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) revelaron que, a
través de un testaferro británico que dirigía su family office, los hermanos Lyovochkin poseían poco menos del 10%
del banco letón Trasta Komercbanka. Otro 33% del banco era propiedad de Ivan
Fursin. Trasta Komercbanka jugó un papel clave en lo que se conoció como la
Lavandería Rusa, un escándalo de lavado de dinero ruso de 20 mil millones de
dólares revelado por OCCRP en 2014. Aparte de Moscú y San
Petersburgo, otra de las ciudades rusas más afectadas por la evolución de la delincuencia
organizada ha sido Ekaterimburgo, la capital industrial de Rusia, situada en la
ladera de los montes Urales, en la frontera natural entre Europa y Asia. Todos
los niveles y modalidades de crimen organizado desarrollados en Rusia de los
noventa tuvieron presencia y reflejo en ésta región caracterizada por sus
inmensos recursos mineros y sus excelentes comunicaciones. Precisamente en ésta
ciudad se establecieron muchos presos políticos y criminales comunes liberados
tras la muerte de Stalin, lo cual la convertiría en un entorno con una larga
tradición delictiva. La protección y la extorsión no han sido las únicas
fuentes de ingresos para las organizaciones criminales rusas. Durante la
segunda mitad del siglo pasado, los negocios relacionados con el mercado negro,
el contrabando y la colaboración entre criminales comunes y empresarios
corruptos y delincuentes de cuello blanco se convertirían en prácticas
habituales a lo largo y ancho de los Urales. A partir de los ochenta, esas
tendencias se generalizarían y adquirirían una dimensión más preocupante. Las
más poderosas, como la Hermandad de Solntsevo o Solntsevskaya, las bandas
chechenas de Moscú, la Tambovskaya de San Petersburgo y la Uralmashevskaya de
Ekaterimburgo lograron niveles de desarrollo superiores diversificando sus
negocios y legalizando e internacionalizando buena parte de sus inversiones.
Gracias a los contactos establecidos con oficiales de aduanas y burócratas, sus
líderes compraron licencias de exportación de distintos productos y obtuvieron
préstamos del Banco Central para ellos y para sus clientes. Todas ésas
organizaciones también obtuvieron grandes beneficios fabricando anfetaminas y
éxtasis, importando cocaína a Europa y distribuyendo y vendiendo heroína de
Asia central a Europa y Estados Unidos. En tercer lugar, la inclusión en sus
filas de miembros del KGB y del antiguo ejército soviético les ayudó a
introducirse en la venta y el tráfico de armas: generalmente para cubrir las
demandas suscitadas en los distintos conflictos étnicos que tendrían lugar en
la última década del siglo pasado en diversas partes del mundo. Otro negocio a
explotar fue el tráfico de personas: mujeres destinadas a ejercer la
prostitución en diversos países de Europa y Asia. Después de ser captadas
mediante engaños y trasladadas a un país extranjero, se les exigía el pago de
una deuda, entre los cinco mil y los veinte mil dólares, que debían saldar
trabajando en burdeles, so pena de padecer maltratos y abusos sexuales e
incluso exponerse a la muerte. Al mismo tiempo que se implicaba en éstos
negocios en el extranjero, las organizaciones criminales rusas engrosaban su
lista de contactos y colaboraciones con otras entidades extranjeras: mafia
siciliana, ´ndrangheta, Camorra, tríadas chinas, yakuza japonesa, grupos criminales
coreanos y traficantes de droga colombianos, mexicanos y turcos. Por último,
los grandes criminales rusos encontraron un nuevo interés común con sus
paisanos oligarcas: la mutua necesidad de blanquear dinero y evadirlo del país
para evitar riesgos. Aprovechando su disponibilidad de capital para financiar
toda clase de empresas en principio legales, varias de las organizaciones
adquirieron el control de algunos bancos, que utilizaron para blanquear su
dinero u ofrecer éste servicio a los cárteles colombianos de la coca. Algunos
líderes criminales rusos consiguieron mantenerse en activo una vez concluida la
década de 1990. No obstante, cuando Putin se convirtió en sucesor de Borís
Yeltsin, a principios del año 2000, la presión estatal ejercida sobre éstos
líderes, sobre sus entramados delictivos y sobre algunos de sus socios
empresariales comenzó a ser más efectiva y tenaz. Sin olvidar su alianza con la
Tambovskaya Bratva
de San Petersburgo y los acuerdos con la Solntsevskaya Bratva de Mogilevich. Putin
redujo la demanda de servicios de protección privada e ilícita, aunque no
la eliminó. También mejoró el funcionamiento de la burocracia para favorecer
los negocios legales, y la corrupción fue perseguida con más eficacia: "En éste nuevo
ambiente, no pocos jefes criminales acabarían optando por establecerse en el
extranjero. Entre los destinos preferidos por los criminales rusos figuraron
Polonia, la República Checa y Hungría, tres países de la Europa del Este que
entraron en la Unión Europea, y que por consiguiente constituirían un puente
privilegiado para acceder al lado opulento del continente. Otro punto
geográfico bastante más alejado que daría cobijo a criminales rusos sería
Israel. Desde 1989, los judíos nacidos en Rusia y los demás países de la URSS
tuvieron la oportunidad de adoptar la nacionalidad israelí. En menos de diez
años, un millón de judíos de la Europa del Este y Rusia se asentaron en Israel.
En concreto, los judíos rusos no tardaron en formar una comunidad propia dentro
de su nuevo país, escasamente integrada y con problemas de delincuencia. Muchos
de los nuevos jóvenes delincuentes de ascendencia rusa se dedicaron al negocio
de la prostitución, cuya demanda creció considerablemente en los años noventa,
especialmente en Tel Aviv. Entre los antiguos ciudadanos rusos que cambiaron su
nacionalidad por la israelí también se encontrarían algunos de los más
peligrosos capos mafiosos, como Mijailov y Mogilevich. Uno de los atractivos de
establecerse en Israel era su sistema bancario, especialmente diseñado para
promover la aliyah, el regreso de
judíos de todo el mundo, facilitando la entrada de su dinero. Durante los años
noventa, Israel carecía además de legislación preventiva respecto del blanqueo
de dinero. Así, no es de extrañar que, durante los quince años siguientes a la
caída del comunismo, los rusos llegaran a blanquear en Israel entre cinco y
diez mil millones de dólares, según estimaciones de la policía israelí. En los
últimos cinco años se ha acelerado la exportación del crimen organizado ruso.
Además de los lugares ya citados, la influencia de diversos entramados
delictivos rusos se ha extendido por toda Europa, Norteamérica e Iberoamérica.
Cabe destacar los informes aportados por diversas agencias de seguridad
internacionales que acreditan la presencia de distintas diversas organizaciones
rusas en México (Tambovskaya, Mazukinskaya, Izamailovskaya y Poldosvskaya).
Pero volviendo a Rusia, muchos grandes líderes criminales de la década de 1990
continúan viviendo allí, a pesar de ser buscados por la Interpol por delitos
cometidos en Europa y Estados Unidos. Algunos han sido apresados dentro o fuera
del país, como Vladímir Barsukov, líder de la Tambovskaya, arrestado en agosto
de 2007 por las autoridades rusas" (Corte Ibáñez &
Giménez-Salinas Framis, pp. 190, 191, 192).
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La
isla de los pedófilos.
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Barry Levine en "La araña: Dentro de la red
criminal de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell" (CROWN, 2020), ubica que
mil seiscientas veintisiete millas de océano separan el llamativo paseo
marítimo de Coney Island, en el extremo sur de Brooklyn –donde creció Jeffrey
Epstein-, de las playas de arena blanca de las Islas Vírgenes Estadounidenses,
donde posteriormente estableció su hogar. Allí, entre las pocas docenas de
islas y cayos del extremo sureste de St. Thomas, se encuentra un cayo de
setenta acres llamado Little St. James. Epstein adquirió la isla en 1998 por
7,95 millones de dólares y adquirió la adyacente, Great St. James, por 17,5
millones de dólares casi dos décadas después. Se estima que el valor combinado
de las islas ronda los 86 millones de dólares. El antiguo maestro de escuela,
convertido en financiero, llamaba a su refugio privado Little St. Jeff´s.
Durante sus visitas –normalmente dos o tres veces al mes- vivía en una villa
color crema con un brillante techo turquesa. La finca contaba con un cine, una
biblioteca y un baño japonés independiente. Se escuchaba música meditativa en
la propiedad, sus dos piscinas y las cabañas. Cinco estructuras más salpicaban
la isla, incluyendo las dependencias del personal; en un momento dado,
alrededor de 2008, el personal había aumentado a unas setenta personas. Había
una sala de masajes al aire libre, así como un misterioso edificio que parecía
un templo. Más lejos de la villa se encontraba una plataforma para helicópteros
y, más allá, una cala aislada que Epstein llamaba "la gruta". Dos
enormes banderas estadounidenses ondeaban en ambos extremos de la isla, donde
guardias de seguridad patrullaban la orilla. Cuando Epstein estaba en su isla,
los empleados, vestidos con polos, debían permanecer ocultos. Según se informa,
también había otras reglas. La temperatura en su dormitorio se mantenía a unos
fríos 12º Celsius. Las toallas debían reponerse constantemente. Las esterillas
debían estar listas para sus frecuentes prácticas de yoga. Siempre había comida
vegetariana –la favorita del abstemio Epstein- a mano. La casa contenía varias
rarezas. Epstein guardaba su colección de "tesoros piratas" no en
joyeros, sino en "viejas botellas de ron y vajilla" descubiertas en
la isla por trabajadores, según un informe. Otros objetos eran menos
inofensivos. Un contratista que trabajaba en la casa le dijo a un periodista
que Epstein había instalado una "una ducha de diez cabezales para duchas
grupales", y agregó que observó fotografías enmarcadas de "chicas
jóvenes, apenas vestidas o semidesnudas". Muchas características de la
isla sobresalían en la mente de los visitantes, pero lo que dejó la mayor
impresión en los lugareños fue el invitado de Epstein. En Little St. James,
Epstein recibió a una variedad de nombres importantes. El más famoso fue Bill
Clinton, quien fue pasajero del avión de Epstein al menos veintiséis veces. Dos
testigos situaron a Clinton en la isla en 2002, aunque su portavoz ha negado
que alguna vez la visitara. Otros visitantes incluyeron capitanes de la
industria, celebridades y la realeza. El Príncipe Andrew lo visitó, al igual
que su esposa, Sarah Ferguson, así como el patrono de Epstein, el empresario
Les Wexner, y el abogado Alan Dershowitz. En marzo de 2006, Epstein recibió al
profesor de Cambridge y físico teórico Stephen Hawking y a otros veinte
científicos de renombre en una conferencia titulada "Confrontando la
gravedad" en St. Thomas. La ciencia era una pasión para Epstein, un
interés que se manifestaba en ideas a veces extravagantes, así como en donaciones
financieras y vínculos con instituciones que luego las desautorizarían. Casi
todos los que cayeron en las redes de Epstein terminaron arrepintiéndose. Si
bien muchos invitados VIP visitaron Little St. James durante los años que
Epstein residió allí, otro tipo de visitante destaca en la mente de muchos
lugareños. Epstein transportaba a sus visitantes a la isla en helicóptero o
barco desde St. Thomas, a aproximadamente una milla de distancia. Según una
demanda interpuesta por el fiscal general de las Islas Vírgenes contra el
patrimonio de Epstein a principios de 2020, los controladores aéreos y otro
personal del aeropuerto locales informaron haber visto a Epstein acompañado de
niñas que parecían tener entre once y doce años, e incluso en una fecha tan
reciente como 2018. Según la demanda, Epstein transportaba a sus víctimas al
Aeropuerto Cyril E. King de St. Thomas en uno de sus dos jets Gulfstream o en
su Boeing 727-200, que posteriormente se conocería en los medios como el Lolita
Express. Los documentos judiciales detallan un patrón y práctica de trata de
personas, abuso sexual y trabajo forzoso de mujeres jóvenes en la isla. Si bien
a Epstein le gustaba presumir de su "refugio zen", para otros era un
lugar de terror. Una víctima de quince años estaba tan desesperada por escapar
de la isla que intentó nadar hacia la libertad. En una ocasión se vio al
Príncipe Andrew manosear a una menor de edad en un balcón de la isla, "a
plena vista". Una víctima que fue violada por Epstein en su isla dijo:
"Pasé dos semanas vomitando casi hasta morir en un hospital después de ése
primer encuentro". Otra víctima le dijo a CSB News que Epstein "me
atrapó en su habitación en la isla donde tenía una pistola atada al poste de su
cama. No podía irme". Un ex controlador de tráfico aéreo le dijo a Vanity Fair que en múltiples ocasiones
vio a "Epstein salir de su helicóptero, pararse en la pista a la vista de
mi torre y abordar su jet privado con niñas". Otro empleado en la pista de
aterrizaje observó que los acompañantes de Epstein "siempre vestían
sudaderas universitarias" que parecían destinadas a ser
"camuflaje". En las Islas Vírgenes, Epstein tejió su red desde una
"oficina comercial que mantenía en St. Thomas". Conocida oficialmente
como Southern Trust Company, Inc., la oficina estaba escondida en el complejo
American Yacht Harbor en el barrio Red Hook en el extremo este de St. Thomas.
La mañana de mi visita, las puertas de cristal de la oficina estaban cerradas y
cubiertas con pesadas contraventanas azules. A la derecha de la entrada se veían
palmeras y plantas tropicales en macetas descuidadas. En el puerto deportivo,
abajo, podía ver yates, catamaranes y veleros. (Según se dice, Epstein era
copropietario del puerto deportivo de 127 amarres con el magnate inmobiliario
Andrew Farkas, antiguo socio de Jared Kushner). Al otro lado de la calle había
un pequeño centro comercial con un local llamado Duffy´s Love Shack enfrente.
Epstein, quien abusó sexualmente de al menor una joven en la oficina, hizo
pasar Southern Trust como una empresa que investigaba base de datos de
secuenciación genética para el tratamiento del cáncer y la secuenciación del
ADN. Lo que la oficina de 3200 pies cuadrados también albergaba, según la
fiscal general de las Islas Vírgenes, Denise George, eran bases de datos para rastrear
los movimientos y la disponibilidad de mujeres jóvenes y menores de edad. El
lado oscuro de Jeffrey Epstein siempre estuvo oculto a plena vista: "En
los meses previos y posteriores a la muerte de Epstein, se escribieron cientos
de artículos sobre su vida, sus crímenes y su fallecimiento. Surgieron teorías
conspirativas –promocionadas con el estribillo en Internet "Epstein no se
suicidó"- sobre las inexplicables circunstancias de su encarcelamiento,
mientras que los periodistas investigaban su red de conexiones con los ricos y
poderosos, y las misteriosas circunstancias de su fortuna, que según se informa
ascendía a 577 millones de dólares al momento de su muerte. Se ha hablado mucho
de las redes de amigos y conocidos de alto rango de Epstein. Entre ellos se
contaban políticos y legisladores, incluso jefes de estado. Había abogados
eminentes, como Dershowitz, y empresarios billonarios, como Wexner y el
fundador de Microsoft, Bill Gates. Algunos, como el director Woody Allen y el
productor Harvey Weinstein, verían sus últimos años consumidos por acusaciones
de abuso sexual. Entre ellos se encontraban algunos de los hombres más
inteligentes del mundo, como Hawking y el expresidente de Harvard, Larry
Summers, junto con celebridades y sus secuaces. También había banqueros, un
traficante de armas saudí y el director de una agencia internacional de
modelos. Sin embargo, a pesar de todo lo que se ha escrito sobre Jeffrey
Epstein, una cantidad asombrosa de información aún no se ha explicado. Fue
escurridizo en vida –un criminal que no respetaba las normas de la buena
sociedad- y ha seguido siendo igual de escurridizo en su muerte. ¿Qué otros
secretos guardaba Epstein al morir? ¿De dónde sacó su dinero? ¿Cómo un chico
del Brooklyn que nunca se graduó de la universidad logró abrirse camino hasta
las más altas esferas de la política, los negocios y la ciencia? ¿Por qué
tantos hombres poderosos le permanecieron leales incluso después de que se
declarara culpable de delitos sexuales en Florida en 2008? ¿Cómo su séquito de
asistentes y compañeros, incluyendo a Ghislaine Maxwell, mantuvo los hábitos de
su empleador, y por qué? ¿Cómo tejió Epstein su red, y por qué tanta gente cayó
en ella?" (Levine, pp. 15, 16). Bear Stearns fue en su
día una de las casas de bolsa más respetadas de Wall Street. Fundada en 1923
por Joseph Ainslie Bear y Robert B. Stearns, el nombre de la empresa sonaba
como una fuerza inamovible de la banca y la inversión. La firma tenía fama en
Wall Street de ser inmune al fracaso. Bear Stearns no sólo sobrevivió a la
crisis de 1929, sino que lo hizo sin despedir a ningún empleado. En la década
de 1970, Bear Stearns habría sido una prestigiosa casa de bolsa para un
corredor joven y ambicioso, deseoso de lanzar su carrera. Entrar en la empresa
no fue fácil; atraer la atención de los exigentes reclutadores de la firma sólo
fue el comienzo. Se realizó una exhaustiva verificación de antecedentes; las
referencias se examinaron meticulosamente. A los ejecutivos de Bear Stearns les
gustaba presumir de que su gente era sólida y brillante. También se jactaba de
ser una casa de inversión diferente: una con poca experiencia y ambición, donde
los sueños de la clase media de dividendos de la clase alta estaban al alcance.
Una vez dentro, un nuevo operador o analista lo aprendía todo al estilo Bear
Stearns. La "escuela"
de Bear Stearns era una "academia para aprender a hacerse rico", y
los reclutas, ávidos de riqueza, disfrutaban cada minuto. En el verano de
1976, Jeffrey Epstein, tras abandonar la escuela Dalton, era un recluta de
ésos. Pero Epstein tenía un diferenciador significativo: su poderoso mentor. El
director ejecutivo Ace Greenberg y Epstein compartían un vínculo especial. "Jeffrey quería a Ace Greenberg
como un padre. Y Ace Greenberg quería a Jeffrey como un hijo", recordó Steven
Hoffenberg. "Ace era todo lo
que Jeffrey había soñado". Greenberg
apreciaba la "superinteligencia matemática" de Epstein y sentía que
el joven tenía "una chispa de fuego". Greenberg estaba orgulloso de
su contratación, incluso presumiendo de Epstein a amigos y socios comerciales.
En una entrevista, Lynne Koeppel, hija de Greenberg, recuerda que Epstein fue
invitado a la casa familiar en varias ocasiones. El chico de Brooklyn le llamó
la atención. Tenía una gran personalidad. Era todo lo que mi padre quería.
Pobre, inteligente y con un profundo deseo de hacerse rico. Todos lo
consideraban brillante. Epstein declaró a WSJ en 2003 que Greenberg, a quien
calificó de "increíble", lo había impulsado específicamente a Bear.
Greenberg, según Epstein, quería que su protegido aprendiera todas las áreas
del negocio, empezando por la Bolsa de Valores de Estados Unidos y ascendiendo
posteriormente a la mesa de operaciones para "aprender todas las áreas de
la empresa, incluido el departamento de márgenes". A pesar de su talento
para las matemáticas, las finanzas eran algo nuevo para Epstein, pero, según
Hoffenberg, la nueva vocación le sentaba de maravilla. "Encontró el hogar
que había estado buscando hasta entonces", dijo Hoffenberg. No había ningún
otro asociado junior como él. Epstein destacaba en Bear, pero ésta vez no era
por sus abrigos de piel ni por sus camisas abiertas. Para cuando llegó a Wall
Street, Epstein lucía un traje de Moe Ginsburg, comprado en la legendaria
tienda de "pipe-rack" de bajo coste y sin adornos del Bajo Manhattan,
donde muchos hombres que empezaban su primer trabajo real buscaban trajes
respetables de tres piezas. Epstein era único en Bear por su asombrosa
capacidad para comprender el precio de las opciones, los derivados financieros
que se otorgaban a los compradores por el derecho a comprar o vender según el
valor de los activos subyacentes. Aplicó un enfoque científico a sus
operaciones, y su éxito fue inmediato y lucrativo. Para Epstein, las finanzas
eran como la física. Había un número fijo de reglas y, tanto en finanzas como
en física, se podía experimentar. Epstein solía decirles a sus clientes de Bear
Stearns que era un experto en impuestos, experto en estrategias de inversión
sofisticadas. En realidad, era un operador de opciones. En aquel entonces, la
negociación de opciones era un campo arcano y poco comprendido, que apenas
comenzaba a despegar. Para operar con opciones, había que valorarlas, y para
ello era necesario dominar complejas concepciones matemáticas como el modelo de
valoración de opciones de Black-Scholes. Para Epstein, descomponer éstos
modelos era pura diversión, y en pocos años ya contaba con una clientela
selecta. En 2002, la revista New York citó a James Cayne, director ejecutivo de
Bear Stearns, sobre Epstein. "No era el típico corredor de bolsa que dice
"Compre IBM" o "Venda Xerox", comentó Cayne. "Dada su
formación matemática, lo incorporamos a nuestra división de productos
especiales, donde asesoraba a nuestros clientes más adinerados sobre las
implicaciones fiscales de sus carteras". Entre los clientes de primera
línea que Epstein pronto atendió se encontraba Edgar Bronfman, el empresario
canadiense-estadounidense cuya familia era propietaria de la destilería
Seagram. Bronfman, activista proisraelí muy involucrado en causas judías, era
un cliente clave para Bear Stearns y para el prometedor veinteañero deseoso de
aumentar su salario y su posición en la prestigiosa firma de inversiones. Dar
clases en Dalton podría haber desatado una bestia oculta en Epstein, pero
trabajar en Bear Stearns, donde era considerado un hijo pródigo infalible, lo
convirtió en una especie de Gordon Gekko. Su salario inicial en Bear, según
algunos informes, era de 200.000 dólares, diez veces más que en Dalton. Green
no era bueno, era excelente. Y pagaba dividendos: no sólo dinero, sino poder.
Cuando cumplió veinticinco años, Jeffrey Epstein ya estaba a un millón de
millas de los modestos bloques de Sea Gate. Ahora vivía en un bonito
apartamento en la calle East Sixty-Sixth en el Upper East Side. Epstein ahora
estaba instalado en una atmósfera de riqueza y los privilegios que conllevaba.
La ciudad de Nueva York era un gran lugar para estar repleto de dinero en
efectivo a finales de la década de 1970. En los años cuando se tambaleó al
borde de la bancarrota a mediados de la década de 1970 y el inicio de la
epidemia del SIDA a mediados de la década de 1980, la ciudad fue un epicentro
de decadencia. Para un asociado junior como Epstein, un joven con dinero de
bonificación en su billetera y un resentimiento, había restaurantes como
Elaine´s y clubes como Studio 54; también había lugares como Plato´s Retreat,
el legendario club de intercambio de parejas en Thirty-Fourth Street, para el
libertinaje desenfrenado. El dinero era poder y pagaba cualquier vicio.
Epstein, sin embargo, diría más tarde que era un solitario, no el tipo de
persona que frecuentaba discotecas o clubes nocturnos, y que nunca probó
alcohol ni drogas. Así como se distinguía de sus compañeros en otros aspectos,
sus vicios también lo marcarían como diferente. Aunque Epstein fue nombrado
socio limitado de Bear Stearns, su permanencia en el gigante de Wall Street fue
breve y finalizó en 1981. Han surgido numerosos relatos sobre lo que trastocó
la carrera de Epstein en Bear Stearns. Según uno de ellos, el departamento de
recursos humanos descubrió que Epstein había mentido en su currículum y que
nunca había terminado su licenciatura. Cuando Ace Grenberg se enteró, se
encontró en una situación difícil –supuestamente Epstein salía con su
secretaria. Greenberg quería tratar a su prodigio como a todos los demás, pero
Epstein sabía cómo hablar con su jefe y le explicó por qué había mentido sobre
su formación académica. Para Greenberg, Epstein fue un éxito. Pero había otras
señales de problemas. Durante una investigación independiente sobre las
prácticas laborales de Epstein, se le acusó de violación de la ley de tráfico
de información privilegiada (Red D) tras prestar 20.000 dólares a Warren
Eisenstein, su amigo íntimo de Sea Gate, para que comprara ciertas acciones.
Según Linda, la viuda de Eisenstein, el préstamo que la pareja recibió fue para
comprar un apartamento. También surgieron otras irregularidades:
"Surgieron graves problemas con las cuentas de gastos de Epstein; además,
se vio envuelto en una investigación de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC)
por tráfico de información privilegiada relacionada con el trabajo que
realizaba para Edgar Bronfman, su cliente más lucrativo. Bajo ésta nube de
acusaciones, Epstein presentó su dimisión el 12 de marzo de 1981, poco después
de recibir la citación de la SEC para declarar sobre el intento de Bronfman y
Epstein de adquirir una empresa minera. Jeffrey Epstein salió de la oficina de
Bear Stearns en Madison Avenue con una caja de cartón llena de sus
pertenencias, la Caja de Lata de Mierda, como se la llama en finanzas. El
contenido consistía en algunos papeles, algunos objetos de oficina que había
coleccionado y dos de sus posesiones más preciadas de su tiempo en una de las
firmas financieras más prestigiosas del mundo: un premio de la revista
Cosmopolitan de Helen Gurley Brown, que le otorgó el título de Soltero Cosmo
del Mes de julio de 1980, y una fotografía brillante de 20x25 cm de Morgan
Fairchild, la rubia estrella de las telenovelas y la televisión. Hasta el
momento, en su vida adulta, Epstein había convertido la oportunidad única de
enseñar en la Escuela Dalton en una oportunidad única de ascender en una de las
principales firmas financieras de Estados Unidos. Superó las dificultades de los
mercados financieros, además de una investigación de la SEC, y salió
prácticamente indemne. Pero Epstein ahora estaba solo. Hasta entonces, la vida
parecía haberle enseñado que podía aprovecharse de cualquier cosa y de
cualquier persona para su propio beneficio. Era un mundo de posibilidades para
alguien con la determinación de no caer jamás por debajo del umbral de la
pobreza. En 1981, presentó los documentos corporativos para fundar una firma de
consultoría financiera llamada Intercontinental Assets Group. El cielo era el
límite" (Levine, pp. 27, 28, 29).
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El
consultor financiero.
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En la época
anterior a las start-ups, establecer una firma de inversión desde el
polvoriento espacio de un pequeño apartamento en el Upper East Side, en la
calle East Sixty-Sixth 66, se consideraba una novedad. Intercontinental Assets
Group tenía un aire de una empresa poderosa. De hecho, no había software que
otorgara ventaja; no había recepcionista ni ningún otro empleado. Jeffrey
Epstein apilaba los archivos de la empresa en el sofá y en su pequeña cocina.
Lo que Epstein sí tenía era ambición. Su objetivo era aprovechar las lecciones
aprendidas en Dalton y Bear Stearns. Se centraría sólo en los verdaderos ricos.
A los clientes hiperricos, se imaginaba brindándoles asesoramiento financiero
sobre inversiones, fideicomisos, patrimonio, asignación de activos y cómo
organizar y administrar una fortuna familiar. Su modelo de negocio era simple:
la riqueza extrema crea una serie de problemas únicos y a menudo insolubles. Epstein
resolvería ésos problemas para sus clientes. El problema era que no tenía
clientes. Sin la red de seguridad de un salario de Bear Stearns ni una
bonificación anual, la vida neoyorquina de Epstein se vio afectada por la
tacañería de un consultor financiero autónomo. Sin embargo, al igual que le
había pasado con Donald Barr y Ace Greenberg, Epstein buscaría aprovecharse de
cualquier persona influyente que pudiera caer en sus redes. En algún momento,
Epstein centró su empresa en recuperar dinero robado de corredores y abogados
fraudulentos. Éste era un mundo más turbio que el convencional de la bolsa y
las finanzas, pero era lucrativo. Consiguió una clientela prestigiosa, entre
ellos Andrew Levander y Robert Gold, quienes habían perdido la mayor parte de
su patrimonio neto cuando la empresa Drysdale Government Securities quebró. Los
superricos no eran los únicos clientes que Epstein buscaba. Por ésta época,
Epstein empezó a contar a sus amigos que a veces asesoraba a gobiernos y
agencias gubernamentales para recuperar fondos malversados. Al mismo tiempo,
Epstein supuestamente buscaba clientes que hubieran malversado fondos y
necesitaran reubicarlos, quizás en cuentas en el extranjero. Epstein se había
convertido en una especie de doble agente cazarrecompensas financiero. En el
caso de la debacle de Drysdale, la destreza de Epstein para la "caza"
lo convirtió en un héroe para la actriz española Ana Obregón. Obregón, modelo y
actriz, posaría posteriormente para Playboy. Su padre había perdido millones de
dólares con Drysdale, y Ana solicitó la ayuda de Epstein para recuperarlos. Él
lo hizo, aunque los detalles de la intrincada operación siguen siendo confusos.
Según se informa, Epstein ganó millones localizando los millones de Obregón en
un laberinto de cuentas ocultas. Si la relación de Epstein con Obregón era
puramente comercial, Epstein tuvo una relación romántica con Eva Andersson.
Andersson era el tipo de belleza nórdica con la que los hombres fantaseaban.
Nacida en Gotemburgo, Andersson también era inteligente, con una mente aguda y
un enfoque académico. Gerard W. Ford, quien, junto a su esposa, Eileen, dirigía
la Agencia de Modelos Ford, una de las más importantes del mundo, descubrió a
Eva en las calles del Upper East Side. "Jerry", como se le conocía, se
acercó a la sueca y le ofreció trabajo en el acto; supuestamente, la llevó a la
agencia, la hizo entrar y le gritó a su esposa: "¡Mira lo que encontré en
la calle!". La carrera de modelo de Andersson duró poco por decisión
propia. Tras regresar a su Suecia natal, se adentró en el mundo de los
concursos de belleza, ganando el título de Miss Suecia y siendo seleccionada
como cuarta finalista en el concurso de Miss Universo de 1980 en Seúl, Corea
del Sur. Posteriormente, regresó a Estados Unidos para comenzar sus estudios de
medicina a principios de los 80. Conoció a Jeffrey Epstein en Manhattan. La
relación era romántica y seria. Epstein estaba enamorado de Eva, según amigos.
La animó a terminar la carrera de medicina e incluso la ayudó con la matrícula.
Fue una de las pocas relaciones duraderas que Epstein mantuvo con una mujer.
Quienes conocieron a Epstein a principios de los 80 estaban seguros de que la
pareja se casaría, pero, como Steven Hoffenberg reflexionaría más tarde: "El
matrimonio es normal. Jeffrey era anormal". Otro amigo, Stuart Pivar,
quien fundó la Academia de Arte de Nueva York con Andy Warhol en 1982 y fue
confidente de Jeffrey Epstein durante mucho tiempo, citó otro factor: "Sé
que odiaba a los niños. Y ésa es la razón por la que resistía a casarse con
ella". La relación entre Epstein y Andersson duraría nueve años, de 1981 a
1990. Las asociaciones de Epstein con Andersson y Obregón llegaron en un
momento crucial de su vida. Éstas dos mujeres glamurosas le brindaron
legitimidad y acceso a un mundo de altas finanzas y fama que estaría años luz
de lo que podría haber imaginado desde un escritorio en Bear Stearns. En el
caso de Andersson, llevó a Epstein a un mundo social adulto más convencional de
citas y relaciones. Pero ésas no eran las relaciones que deseaba. Para 1984,
Jeffrey Epstein parecía estar atrapado en una espiral descendente. El negocio
iba lento, más lento de lo que esperaba al dejar Bear Stearns, y para colmo,
uno de sus clientes lo demandaba. Un fabricante de máquinas de pinball llamado
Michael Stroll había demandado a Epstein en un tribunal federal por los 450.000
dólares que perdió en un negocio petrolero. Como en muchos enredos legales
posteriores, Epstein, quien ganó la demanda, demostró que, si uno era firme,
astuto y arrogante, podía mantenerse por encima de la ley. La sensación de
Epstein de estar cubierto por una armadura de teflón se reforzó en el verano de
1984. Durante unas vacaciones en Hilton Head Island, Carolina del Sur, Epstein
conoció a una niña de trece años, identificada sólo como Jane Doe 4 en los
documentos judiciales presentados en 2019. La niña era hija de una mujer a
quien Epstein le había alquilado una casa en la playa. Jane Doe 4 trabajaba
habitualmente como niñera para parejas de vacaciones y no le importó que
Epstein la contratara. Pero Epstein no tenía hijos, por supuesto, y cuando la
niña llegó a la casa, le ofreció alcohol y drogas. Epstein la violó por primera
vez ésa misma noche. Las violaciones continuarían durante los años siguientes
en viajes posteriores a Hilton Head, según documentos judiciales. Epstein tomó
fotografías secretas de Jane Doe 4 desnuda, posiblemente mientras la niña
dormía o bajo los efectos de narcóticos o alcohol. Cuando Jane Doe 4 se enteró
de las imágenes y exigió que se las devolvieran, Epstein se puso violento y se
negó a entregarlas. Los abusos continuaron durante los años siguientes, según
una demanda Doe se unió a otras víctimas de Epstein en 2019. Epstein llevó a la
niña en avión a través de las fronteras estatales, a Nueva York, en tres o
cuatro ocasiones, según el expediente judicial, para ofrecerla como "carne
fresca" a un círculo de amigos varones. La demanda contiene descripciones
inquietantes de cómo Doe fue violada y golpeada por éste grupo de amigos de Epstein,
quienes no fueron identificados. La demanda describe cómo uno de los hombres
abofeteó a Doe después de que ella fuera obligada a practicarle sexo oral; el
mismo hombre la penetró tanto vaginal como analmente. Para su trigésimo primer
cumpleaños, Jeffrey Epstein parecía haber dado un giro fatal hacia una vida de
absoluta desviación. Pero aparentemente también había aprendido que había dos
tipos de personas en el mundo: las que podían armar un escándalo por sus
acciones, como Michael Stroll, y las que podían ser obligadas a guardar
silencio, como Jane Doe 4: "Los individuos de alto perfil con los que Ana
Obregón conectó a Jeffrey Epstein no eran sólo los glamurosos; algunos de ellos
eran peligrosos. Douglas Lesse y Adnan Khashoggi eran miembros de una comunidad
pequeña e insular de traficantes de armas que se acercaban a miembros de
gobiernos de mentalidad flexible, principalmente del Tercer Mundo, y ofrecían
una ventanilla única para las armas y municiones necesarias para mantener a sus
regímenes en el poder. Éstos personajes que poblaban el mundo de Lesse y
Khashoggi eran un grupo heterogéneo de exespías, generales retirado y
oportunistas sin brújula moral. Nada en ésta comunidad era blanco o negro. Era
turbio y gris, y se alimentaba del dinero en efectivo. A mediados de la década
de 1980 fue una época lucrativa para ser un traficante de armas. Los regímenes
centroamericanos apoyados por Estados Unidos estaban bajo ataque comunista;
Colombia y otros países latinoamericanos estaban envueltos en las últimas
rebeliones comunistas; el África subsahariana estaba plagada de violencia
interna; y siempre había grupos paramilitares y guerrilleros en el sudeste
asiático necesitados de AK-47, granadas propulsadas por cohetes y abundantes
suministros de explosivos de fabricación checa. Y, por supuesto, estaba Oriente
Medio. Estaba el conflicto árabe-israelí, la guerra civil en el Líbano, los
conflictos en el norte de África y sus alrededores, y la guerra entre Irán e
Irak, que tenía a ambos bandos con una necesidad desesperada de material. Para
los vendedores con acceso a bombas de racimo, cazabombarderos supersónicos y
sistemas de radar avanzados, había muchos compradores" (Levine, pp. 33,
34). Lesse fue uno de los comerciantes de armas más exitosos del Tercer Mundo,
así como de los lucrativos reinos y dictaduras del mundo árabe. El ciudadano
británico era sin duda muy respetado, al igual que la mayoría de los hombres
que tenían oficinas cerca de Mayfar y Whitehall en Londres, donde la máquina
télex procesaba mensajes confidenciales las 24 horas del día. Lesse mantenía
estrechas relaciones con déspotas del Tercer Mundo, así como con altos
ejecutivos de los consorcios armamentísticos. Las actividades de la empresa de
Leese abarcaban la banca, los seguros, el tráfico de armas y otros negocios
tradicionales que implicaban enormes ganancias, peligro y riesgo. Hombres como
Leese siempre buscaban personas brillantes, agradables, con inclinaciones
matemáticas y con suficientes conocimientos sobre el funcionamiento del mundo
como para ser discretos. Epstein era uno de ellos. Epstein le hizo un favor a
Leese, ideando paraísos fiscales en el extranjero y una contabilidad creativa
que incrementó las ya astronómicas ganancias provenientes de la venta de armas.
Lesse también presentó a Epstein a uno de sus socios: Adnan Khashoggi.
Khashoggi, un traficante de armas saudí, era un hombre de asombro y misterio.
Nacido en La Meca, y se decía que su padre había sido el médico personal del
rey saudí Abdullah bin Abdulaziz Al Saud, Khashoggi era uno de los traficantes
de armas más ricos del mundo. Viajaba por todo el mundo rodeado de
guardaespaldas fuertemente armados, hombres entrenados en el arte de matar en
Fort Bragg, Estados Unidos, y en Hereford, Reino Unido. El saudí pronto se
convirtió en otro cliente de confianza de Epstein. A Epstein le encantaba ver
operar a Leese y Khashoggi. La forma bizantina de hacer negocios se basaba en
la influencia personal: a quién conocías era menos importante que ser conocido
y respaldado. Poder obtener algo valioso por teléfono era la moneda de cambio
entre ésta raza de hombres y mujeres bien conectados que operaban en su propio
universo aislado. Poco a poco, Epstein se fue abriendo camino entre éste grupo.
Epstein, quien en ocasiones había tenido dificultades para encontrar la
estabilidad financiera de su empresa, estaba fascinado por el mundo encubierto
y peligroso de los yates y el consumo ostentoso. Leese, por ejemplo, poseía una
finca de ciento veinticinco hectáreas, que también le servía de oficina en
casa, fuertemente fortificada, en las afueras de Bath, Gran Bretaña. Epstein
era trasladado con frecuencia en helicóptero a su estado. Ser intermediario
significaba aprovecharse de la codicia o la perversión tanto de compradores
como de vendedores para conseguir la firma y el pago de un contrato. Los
términos de acuerdos de armas por cien millones de dólares se discutieron en
clubes privados, mientras se bebía brandy. Los detalles de éstos acuerdos
siempre fueron secretos; la discreción estaba garantizada en los apretones de
manos, y los sobornos eran la moneda de cambio en los negocios diarios. Epstein
comenzó a vivir la fantasía, y el universo de su imaginación creció a pasos
agigantados a medida que aumentaba su éxito. Empezó a decirle a la gente que
era un espía. Era por supuesto, una tontería. Pero Epstein, aun así, dominaba
el arte del engaño. Epstein se esforzó por aprender de sus compañeros de
trabajo. Era una característica fascinante para alguien tan impetuoso y seguro
de sí mismo. La relación mentor-protegido era fundamental para Epstein, y
Douglas Leese era uno de ellos. Epstein lo admiraba. Cuando Leese le presentó
una nueva fuente de negocio, Epstein no dudó en aprovechar la oportunidad.
Leese fue quien presentó a Epstein a Hoffenberg, también nativo de Brooklyn, en
1987. Hoffenberg dirigía Tower Financial Corporation, una empresa que compraba
deudas incobrables a precios irrisorios y luego convertía las cobranzas en
considerables ganancias. Epstein impresionó a Hoffenberg de inmediato.
Hoffenberg diría más tarde que quería expandir su empresa, y Epstein le dijo
que podría acceder a nuevos inversores. Hoffenberg afirmaría más tarde que
aceptó a Epstein como un favor a Douglas Leese y que Epstein le había estado
robando a Leese, y más tarde a Hoffenberg. Sin embargo, poco después de su
reunión inicial con Hoffenberg, Epstein volaba por Estados Unidos, y más allá,
en el jet privado de Hoffenberg. Hoffenberg que, al igual que Epstein, nunca
terminó la universidad, tenía los lujos del estilo de vida que Jeffrey ansiaba
con tanta voracidad: limusinas con chofer, lanchas rápidas y yates de 72 pies.
Si Epstein, aprendió el valor de una mentira en Dalton, con Hoffenberg aprendió
su estructura molecular. Epstein trabajaba en la oficina de Hoffenberg en
Villard Houses, un imponente monumento histórico de arquitectura renacentista
detrás de la Catedral de San Patricio en Madison Avenue. Era el tipo de
oficinas o residencia donde los titanes de la industria celebraban su corte, no
inversores de pacotilla buscando maneras de socavar el sistema. Se cree que
Epstein ganaba 25.000 dólares al mes como consultor para Hoffenberg en Tower
Financial, una suma considerable para alguien que carecía de título
universitario y de las licencias comerciales necesarias. Según se informa, hizo
crecer la división de recaudación de ingresos de la compañía de 20 millones de
dólares anuales a poco menos de 1.000 millones. Pero Epstein se unió al equipo
de Towers en un momento crítico de la compañía. En 1987, Tower Financial
adquirió las matrices de dos aseguradoras con sede en Illinois, Associated Life
Insurance y United Fire. El plan era utilizar los activos de éstas dos
compañías para aumentar las posibilidades de que Tower Financial adquiriera Pan
American Airways, en aquel momento una de las aerolíneas más grandes del mundo.
El intento de adquirir Pan Am fracasó. La noche del 21 de diciembre de 1988,
una bomba terrorista destrozó la bodega de carga del vuelo 103 de Pan Am, un
Boeing 747 que sobrevolaba Lockerbie, Escocia, y 270 personas murieron. Pan Am
nunca se recuperó del ataque terrorista y de la reputación que le causó ser una
aerolínea con poca seguridad; la compañía se declaró en bancarrota poco después
del incidente. Tower Financial también intentó adquirir Emery Air Freight. Ése
intento también fracasó. Pero los intentos de adquisición frustrados habían
vaciado los activos de las aseguradoras y, finalmente, miles de inversores
fueron estafados con más de 450 millones de dólares. Para recuperar sus
pérdidas y empezar de nuevo, Towers Financial perpetró un fraude, vendiendo
pagarés con rentabilidades cercanas al 20%. Fue un enorme esquema Ponzi, aunque
Hoffenberg lo describiría posteriormente como una práctica comercial habitual.
"Un esquema Ponzi significa que se recibe dinero nuevo y se utiliza para
pagar dinero antiguo", recordó Hoffenberg. "Todas las empresas en
Estados Unidos lo hacen". Tanto Hoffenberg como Epstein desviaron dinero
para sí mismos en el proceso. Según Hoffenberg, Epstein era el responsable de
todas las transacciones. Sin embargo, cuando los fiscales federales de Illinois
y Nueva York concluyeron su investigación y acusaron a Hoffenberg de una guía
telefónica llena de irregularidades financieras, Epstein evitó ser procesado.
Hoffenberg cumplió dieciocho años en una penitenciaria federal. En 1990, sin
problemas financieros, Jefrey Epstein compró una mansión de dos pisos en el 358
de El Brillo Way en Palm Beach, Florida. La dirección estaba en una de las
zonas más exclusivas de la ya de por sí lujosa Palm Beach, que se extendía
desde el canal intracostero hasta el Océano Atlántico; el Campo de Golf
Everglades estaba a un par de calles de distancia. El promotor inmobiliario
neoyorquino Donald Trump tenía una propiedad una calle abajo: "En 1982,
Wexner descubrió un nuevo tipo de tienda, diseñada con un estilo similar al de
un burdel de Victoria, que vendía lencería sexy de una forma nunca antes vista.
El negocio, Victoria´s Secret, había sido fundado por un hombre llamado Roy
Raymond, y cuando éste se enfrentó a la bancarrota, Wexner lo compró por lo
que, según informes, superó el millón de dólares. Victoria´s Secret se
incorporó a la familia de empresas Limited, un imperio que finalmente incluiría
Bath & Body Works, White Barn Candle Company y La Senza. La adquisición de
Victoria´s Secret contribuyó a convertir a Leslie Wexner en el hombre más rico
de Ohio y uno de los más ricos de Estados Unidos… Políticos y causas políticas
lo cortejaron para obtener donaciones; fue republicano de toda la vida. Wexner
era una persona benévola que apoyaba a organizaciones benéficas en Estados
Unidos y en el extranjero. Partidario de numerosas causas relacionadas con
Israel y el judaísmo, fundó la Fundación Wexner, entidad que ofrecía programas
a jóvenes estudiantes judíos. Wexner tenía cincuenta y tantos años y era
soltero cuando Robert Meister, ejecutivo del gigante mundial de seguros Aon, le
presentó a Jeffrey Epstein… Para Epstein, Wexner era el Pez Grande, un hombre
con una fortuna inagotable cuyas reservas de efectivo superaban las de los pequeños
países en desarrollo a los que Leese y Khashoggi vendían armas… Cualquiera que
fuera el vínculo entre Leslie Wexner y Jeffrey Epstein, la relación parecía
estar cimentada en el dinero y la confianza. Epstein instaló su "casa de
huéspedes" de 10.600 pies cuadrados en la propiedad de 336 acres de Wexner
en New Albany, Ohio; para 1991, había conseguido un poder notarial sobre el
dinero de Wexner. Leslie Wexner pronto se convirtió en uno de los únicos
clientes de Jeffrey Epstein. Con Wexner, Epstein obtuvo respetabilidad
inmediata, acceso a los hombres que hacían fila para estar cerca de él, e
incluso acceso a la marca Victoria´s Secret y a las jóvenes que competían por
un lugar en el catálogo. Wexner también le permitió a Epstein usar su avión
privado a voluntad…" (Levine, pp. 40, 41, 42).
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El
magnate y el monstruo.
NNNNNNNN
Gabriel Sherman en "El magnate y
el monstruo: La relación de décadas de Jeffrey Epstein con su mayor
cliente" (VANITYFAIR, 2021) ubica que, en el otoño de 1982, un gestor de
fondos llamado Harold Levin recibió una llamada que le cambiaría la vida. Un
abogado que representaba a Leslie H. Wexner, fundador y director ejecutivo de
la tienda de ropa femenina The Limited, le dijo que Wexner buscaba un asesor
financiero. ¿Estaría interesado Levin? Sin duda. En Columbus, Ohio, donde vivía
Levin, Wexner era una leyenda. Wexner convirtió a The Limited de una sola
tienda en Columbus en un imperio minorista global que incluía marcas como
Abercrombie & Fitch, Victoria´s Secret y Bath & Body Works. Levin
consiguió el trabajo después de seis meses de agotadoras entrevistas. No ganaba
dinero como Masters of the Universe (Wexner pagaba un salario de 250.000
dólares al año), pero fue suficiente para que Levin mudara su familia a una
casa de 6,000 pies cuadrados frente a Wexner en Bexley, el suburbio más
exclusivo de Columbus. Para 1986, Wexner ocupaba el sexto lugar en la lista
Forbes 400 de los estadounidenses más ricos, con un patrimonio neto estimado en
1.4 mil millones. A mediados de la década de 1980, Levin adquirió miles de
acres de tierras de cultivo en New Albany, a las afueras de Columbus, donde
Wexner planeaba construir su propio pueblo inspirado en una aldea georgiana del
siglo XVIII. En uno de los viajes de Levin a Nueva York en 1989, Wexner le
pidió que se reuniera con un joven financiero brillante que quería presentarle
una oportunidad de inversión. Levin nunca había oído hablar de Jeffrey Epstein,
lo cual era extraño. Tras trabajar para Wexner durante siete años, Levin
conocía a prácticamente todos los jugadores de Wall Street. Su escepticismo se
confirmó en cuanto llegó a la oficina de Epstein en Madison Avenue. No había
señales visibles de una operación bursátil; sólo Epstein sentado tras un
escritorio que ni siquiera tenía ordenador. "Epstein intentaba explicarme
una operación de divisas que quería realizar. Tengo un máster en administración
de empresas de la Universidad Estatal de Ohio y no entendí ni una palabra de lo
que dijo". Levin regresó a Columbus y denunció que Epstein era un fraude:
"Le dije a Leslie: ¡Aléjate de él!". Wexner accedió a no realizar la
operación. Levin se quedó atónito cuando Epstein apareció en Columbus unos
meses después y anunció que Wexner lo había puesto a cargo de sus finanzas.
Levin intentó protestar, pero afirma que Wexner no contestaba sus llamadas.
Levin no soportaba tener a Epstein como jefe. "Era un imbécil. La persona
más arrogante que he conocido". Unos meses después, Levin renunció. Levin
dijo que Epstein se burló de él al salir. "En mi último día, Epstein entró
en mi oficina y levantó un papel. Se jactó de que Leslie le había dado poder
notarial sobre su dinero. Trabajé para Leslie durante siete años y nunca tuve
un poder general". Epstein incluso le ordenó que cediera acciones del
proyecto urbano de Wexner, lo que probablemente le costó millones.
"Epstein básicamente dijo: "Si quieres, puedes pelear, pero tengo
muchos abogados y me aseguraré de que te cueste una fortuna". La vida de
Levin se desmoronó. No encontraba trabajo. Sus amigos le dijeron que Epstein
estaba difundiendo rumores por Columbus y Wall Street de que Wexner lo había
despedido por malversación de fondos. Su esposa pidió el divorcio y sus tres
hijos dejaron de hablarle. "Tuve una crisis nerviosa. Viví en mi coche
durante un tiempo". Solicitó trabajo usando las computadoras de la
biblioteca y se duchó en parques estatales. "Epstein me arruinó la vida,
lo perdí todo", dijo Levin. Dos años después de que los guardias
descubrieran a Epstein inconsciente en su celda de Manhattan, la vida y la
misteriosa muerte del pedófilo siguen siendo objeto de intensa especulación y
teorías conspirativas. ¿Epstein era un agente de inteligencia? ¿Un genio
financiero corrupto? ¿Un estafador sociópata que desplumaba a multimillonarios
y políticos mediante chantaje sexual? En busca de respuestas, he dedicado los
últimos seis meses a investigar el misterio de Epstein que podría revelar
otros: ¿Cómo consiguió su dinero? Pues su fortuna de 500 millones de dólares la
que le permitió abusar sexualmente y traficar con cientos de niñas en varios
continentes. Epstein pulió su propio mito, diciendo a la gente, absurdamente,
que sólo aceptaba clientes con activos de 1000 millones de dólares o más. Pero
hasta hace poco, el único cliente de Epstein nombrado públicamente era Wexner.
"Cuando le preguntaba a Jeffrey con quién más trabajaba, me decía: "No
puedo hablar de éso", recordó un amigo de Epstein. Wexner le pagaba al
predecesor de Epstein unos 600.000 dólares al año en dólares actuales. Epstein,
un ex profesor de matemáticas de secundaria de Coney Island, Brooklyn, tenía
una fortuna estimada de 559 millones de dólares. Su patrimonio incluía una casa
adosada de 4.600 metros cuadrados en Manhattan (comprada a Wexner), un jet
privado (anteriormente propiedad de The Limited) y un helicóptero; una isla
caribeña; un apartamento en París; una mansión en Palm Beach; y un rancho de
4.000 hectáreas en Nuevo México. (la inmobiliaria del hermano de Epstein
también poseía la mayoría de los derechos de propiedad de un edificio de
apartamentos en Manhattan, en la calle 66 Este, donde Epstein presuntamente
albergaba a niñas. El edificio era anteriormente propiedad de Wexner). Los
fiscales dicen que Epstein construyó su vasta red de tráfico sexual a lo largo
de la década de 1990 y principios de los 2000. En otras palabras, Epstein se
convirtió en Epstein durante su larga
asociación con Wexner. Cuando Epstein se
declaró culpable de dos cargos, incluyendo solicitar la prostitución de una
menor, en Palm Beach en junio de 2008 y fue registrado como delincuente sexual
de nivel 3 en Nueva York, Wexner se negó a hablar de él. En 2019, un portavoz
de Wexner declaró a The Washington Post
que los Wexner habían roto todos sus vínculos con Epstein en 2007. Condenaron
las acciones de Epstein, afirmó el portavoz. Fue sólo después de la muerte de
Epstein que Wexner describió su relación, e incluso entonces de forma opaca.
Según Wexner, él era otra víctima de Epstein, acosada por un cerebro perverso.
"Me avergüenza haber estado siquiera cerca de haber sido víctima de
alguien tan perverso, astuto y depravado", declaró Wexner durante un
discurso en septiembre de 2019. En una carta a su fundación benéfica por
aquella época, Wexner afirmó que Epstein se había apropiado indebidamente de
grandes sumas de dinero de mí y de mi familia. Según informes, Epstein había
transferido casi 47 millones de dólares a un fondo benéfico controlado por
Wexner en 2008. Pero los intentos tardíos de Wexner por explicarse sólo
generaron más preguntas. Por ejemplo, ¿Por qué no denunció al FBI el presunto
robo de 47 millones de dólares de Epstein? ¿O cómo podía Wexner afirmar que la
hipocresía de Epstein lo había sorprendido? "Le dije a Leslie: "No
confiaría en Epstein ni para cruzar la calle. ¿Por qué le confías tu
dinero?", recordó Jerry Merritt, ex agente de la patrulla de carreteras
del estado de Ohio que fue jefe de seguridad de The Limited durante más de 25
años. Para éste artículo hablé con más de 30 personas que tuvieron encuentros
directos con Epstein o Wexner. (Wexner, quien anunció su salida de la junta
directiva de su empresa en marzo, rechazó numerosas solicitudes de entrevistas)
La historia que surgió es profundamente extraña. Las fuentes dicen que Epstein
ocupó diferentes roles en la vida de Leslie Wexner dependiendo de la audiencia.
"Jeffrey compartimentaba. Te decía lo que querías oír", me dijo el ex
abogado de Epstein, Alan Dershowitz. Epstein a veces se presentaba como un hijo
adoptivo de un multimillonario solitario. A algunas personas les dijo que era
el solucionador de problemas de Wexner. Dershowitz dijo que cuando se convirtió
en el abogado penalista de Epstein en 2007, Epstein se jactó de que Wexner no
testificaría en su contra. Cualquiera que sea la naturaleza de su relación, la
larga conexión de Epstein con uno de los hombres más ricos de Estados Unidos
indiscutiblemente contribuyó a su perfil público, aumentando su aire de
legitimidad y, por lo tanto, su poder. Wexner conoció a Epstein alrededor de
1986. Los presentó un amigo íntimo de Wexner, el magnate de seguros Robert
Meister, cuya firma gestionaba los seguros de The Limited. Hablé con Meister en
abril, y se sinceró por primera vez sobre los orígenes de la relación entre
Wexner y Epstein. Fue una historia que a Meister, de 79 años, le costó
recordar. "Me alejé de Epstein hace mucho tiempo y desde entonces he
intentado borrarlo de mi mente". Epstein entabló una conversación con
Meister en un vuelo comercial a Palm Beach. Meister recordaba haber quedado
impresionado con el joven banquero. En realidad, Epstein vivía en un
apartamento de una habitación y dirigía una empresa de inversiones incipiente.
(Epstein se había visto obligado a abandonar Bear Stearns en 1981. Declaró a
los investigadores de la Comisión de Bolsa y Valores que había sido sancionado
tras prestarle dinero a un amigo para comprar acciones, que había
irregularidades en su cuenta de gastos y que corrían rumores en la empresa
sobre su relación con una secretaria). "Era un gran estafador", dijo
Meister. Quienes conocían a Epstein destacaban su habilidad, casi de erudito,
para impresionar a hombres mayores y poderosos. "Jeffrey era un gran
adulador", dijo el diseñador de interiores Robert Couturier, quien conoció
a Epstein en la década de 1980. "Jeffrey me llamaba todos los días y me
decía: "¡Eres tan brillante! ¡Eres el mejor!". Stuart Pivar, amigo de
Epstein y fundador de la Academia de Arte de Nueva York, dijo que el magnetismo
de Epstein era casi irresistible. "Si tuvieras cientos de millones de
dólares y conocieras a Jeffrey, era muy probable que se los dieras. Era un
estafador así de bueno". En retrospectiva, Meister sospecha que Epstein lo
cultivó agresivamente con la esperanza de que Meister le abriera las puertas a
sus amigos multimillonarios, como Wexner. Poco después de conocer a Meister,
Epstein lo invitó a jugar ráquetbol y comenzó a aparecer en el baño de vapor de
su gimnasio mientras lo usaba. "Estaba tomando un baño de vapor y Epstein
entraba". Durante una conversación, Epstein le pidió a Meister que le
presentara a Wexner. Epstein dijo falsamente que se había enterado de que el
administrador de fondos de Wexner le estaba robando. Epstein, un autodenominado
"cazarrecompensas" financiero, se ofreció a ayudar a recuperar los
fondos. Fue lo suficientemente convincente como para que Meister organizara una
reunión para Epstein en la casa de Wexner en Aspen. "Epstein era un mentiroso",
dijo Meister. En la carta de 2019 de Wexner a su fundación, escribió que
contrató a Epstein porque sus amigos lo "recomendaron como un profesional
financiero experto". Poco después de presentar a Wexner y Epstein, Meister
empezó a escuchar historias inquietantes sobre las inclinaciones sexuales de
Epstein. "Piensa en lo peor que alguien podría hacer, y Epstein lo hizo
todo", dijo Meister. El punto de inflexión llegó cuando Epstein se
presentó sin avisar en el apartamento de Meister en Park Avenue con cinco
modelos para su entretenimiento sexual. "Epstein pensó que me traía un
regalo. Le dije: ¡Lárgate y no quiero volver a verte!". Meister, cuya
apreciación de Epstein había dado un giro de 180 grados, le dio a su amigo una
advertencia general sobre su carácter. Meister dice que él y su esposa Wendy,
le advirtieron a Wexner que se mantuviera alejado de Epstein. "Le rogamos
que no se involucrara". Era demasiado tarde: Wexner había contratado a
Epstein como su asesor financiero. "Pensaba que Epstein era brillante".
Epstein afirmaba poder discernir patrones ocultos en los mercados financieros,
pero su verdadero don para ganar dinero era leer a la gente. Seguramente
reconocía que Wexner se sentía profundamente solo. Wexner y Epstein pronto se
volvieron prácticamente inseparables. Formaban una pareja peculiar. Wexner
rondaba los 50, tenía la cara redonda y orejas grandes. Epstein rondaba los 30
y era apuesto; visto desde el ángulo correcto, parecía Richard Gere.
"Leslie sabe todo sobre mí. Conoce cada experiencia que he tenido",
le dijo Epstein una vez a un amigo. La imagen pública de Wexner siguió
creciendo tras contratar a Epstein. Un perfil del Boston Globe de 1989 que detallaba el ascenso de Wexner informó que
la entrada de su diario del 1 de septiembre de ése año decía: "Por fin me
gusto". (En una declaración filmada, que aparece en el documental de
Netflix Filthy Rich, Brad Edwards,
abogado de algunas de las víctimas de Epstein, le preguntó a Epstein si había
tenido una relación sexual con Wexner. Epstein lo negó). Si se analiza el
historial de los promotores de Epstein, le otorgaron múltiples privilegios a un
joven desconocido que no había terminado la universidad. Merrit, el jefe de
seguridad de The Limited, se sintió desconcertado por la repentina amistad.
Merritt recordó un fin de semana a finales de los 80 cuando Wexner invitó a
Epstein a disparar blancos en un terreno que Wexner poseía en una zona rural de
Ohio. "Leslie había empezado a coleccionar armas, pero no sabía qué
extremo funcionaba". Merritt reclutó a un tirador de primera clase llamado
Jim Forsbach para que le enseñara a disparar a Wexner, pero, según Merritt,
Wexner dependía de Epstein. "Epstein tenía una pistola Magnum, de 1/4. No sabía lo que lo
hacía. Parecía que nunca la había desenfundado", recordó Merrit. Epstein
era un conector social que poblaba la vida introvertida de Wexner de gente
brillante. La novelista Christina Oxenberg recordó haber sido invitada por
Epstein a una cena en la casa de Wexner en el Upper East Side poco después de
que Epstein se hiciera cargo de las finanzas de Wexner. "Leslie parecía un
tipo desaliñado y sudoroso. Estaba tan incómodo. Y ahí estaba Jeffrey
facilitando la conversación", me dijo Oxenberg. Dershowitz dijo que la
primera vez que conoció a Epstein, en la casa de Lynn Forester de Rothschild en
Martha´s Vineyard, Epstein le ofreció ser invitado de honor en la próxima cena
de cumpleaños de Wexner. "Jeffrey dijo algo así como: "Como regalo,
mi amigo Leslie Wexner quiere que invite al hombre más importante que conocí
éste año", recordó Dershowitz. El halago funcionó: Dershowitz asistió.
Otros invitados incluyeron al astronauta John Gleen y al ex primer ministro
israelí Shimon Peres. La apariencia física de Wexner cambió. Un exejecutivo de
Victoria´s Secrets recordó que Wexner se tiñó el pelo. Contrató a un entrenador
personal residente y adoptó un nuevo vestuario. "Leslie usaba los vaqueros
más ajustados que se veían. No sé cómo no se cortaba la circulación en sus
partes íntimas", dijo el exejecutivo. Los colegas de Wexner se referían a
éste look como "casual de presidente". Según fuentes, Epstein se
interesó en la vida romántica de Wexner. En 1985, la revista New York lo publicó en portada con el
titular "El Soltero Multimillonario". Wexner salió con hombres, pero
las relaciones no solían durar. Por la época en que Wexner conoció a Epstein,
Wexner rompió con una mujer de Columbus. Según fuentes, Epstein se presentó en
su casa con un cheque multimillonario y le dijo que se alejara de Wexner. (La
mujer declinó hacer comentarios). La amistad irritó a la madre de Wexner,
Bella. Fuentes dijeron que ella quería que Leslie sentara cabeza y se casara.
"Bella odiaba a Epstein. Era muy directa", dijo Merritt. Alrededor de
1990, Wendy Meister presentó a Wexner a una abogada corporativa de veintitantos
años llamada Abigail Koppel, que trabajaba en la oficina londinense de Davis
Polk, el bufete externo de The Limited. "Abigail era muy reservada al
respecto", recordó una amiga de Londres. "Me dijo: "No se lo
digas a nadie". Pero Epsten se mantuvo muy presente. Según se informa,
organizó el acuerdo prenupcial de Wexner y Koppel y fue uno de los 50
asistentes a su ceremonia de boda en enero de 1993. Wexner incluso le dio a
Epstein un puesto en la junta directiva de la Fundación Wexner. Epstein pronto
comenzó a viajar a Ohio con Ghislaine Maxwell, su novia intermitente que le
había ayudado a forjar sus contactos sociales en Manhattan. "Estaba con
Jeffrey en todas partes", dijo Merritt. Para algunos parecía que Maxwell, con
su edad apropiada, era una fachada pública para los delitos de Epstein
relacionados con menores de edad. Epstein y Maxwell también eran amigos de los
Wexner fuera de Ohio. Cuando los Wexner viajaban a Europa, Epstein y Maxwell
los acompañaban en sus viajes de compras. Para entonces, Epstein se presentaba
como una especie de solucionador de problemas para Wexner. En una ocasión,
Epstein llamó a Dershowitz y le preguntó si el abogado conocía a alguien de la
administración Clinton: "Durante la década
de 1990, los perfiles de Epstein y Wexner adquirieron mayor relevancia a nivel
mundial. En 1991, Wexner cofundó una organización filantrópica de
multimillonarios judíos conocida como MEGA GROUP, que utiliza parte de sus
vastos recursos para definir la política en Oriente Medio. En 2003, la
Fundación de Wexner encargó a Frank Luntz, experto en comunicación del Partido
Republicano, que asesoraba a líderes judíos estadounidenses sobre cómo
conseguir apoyo para Israel. "Durante un año deberían invocar el nombre de
Saddam Hussein y cómo Israel siempre apoyó los esfuerzos estadounidenses para
librar al mundo de éste despiadado dictador y liberar a su pueblo", rezaba
la recomendación de Luntz. Epstein se mantuvo cerca de ése círculo de
influencia. El embajador ante la ONU, Bill Richardson, y el enviado para
Oriente Medio, George Mitchell, presuntamente participaron en la red de
relaciones sexuales de Epstein, según una demanda presentada por Giuffre.
(Richardson y Mitchell niegan rotundamente las acusaciones). El primer ministro
israelí, Ehud Barak, era confidente de Epstein. Epstein invirtió un millón de
dólares en uno de los negocios de Barak; supuestamente, Barak visitó el
edificio de apartamentos de la calle 66 Este. Dershowitz me contó que una vez
llegó a la casa de Epstein mientras ambos terminaban de almorzar. En una
pizarra, Barak había dibujado un mapa de cómo debería dividirse Cisjordania.
(No fue posible contactar a Barak para que hiciera declaraciones. En 2019, negó
cualquier irregularidad relacionada con las visitas a los apartamentos).
Durante su etapa como gurú financiero de Wexner, las propiedades de Epstein
crecieron enormemente, a veces adquiriendo propiedades que antes pertenecían a
Wexner, como la casa adosada en la calle 71 Este, una de las residencias
privadas más grandes de Manhattan. Si bien se ha informado a lo largo de los
años que la casa le fue transferida en una transacción de un dólar –y Epstein
podría haber inducido a la gente a creerlo-, los documentos demuestran que pagó
a Wexner 20 millones de dólares por ella. En Columbus, Epstein poseía una casa
de 930 metros cuadrados junto a la de Wexner y, según Merrit, pagó un precio
inferior al del mercado por uno de los jets privados de The Limited"
(Sherman, pp. 33, 34).
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El
espionaje mundano.
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¿Era Jeffrey
Epstein un espía? Aunque presumía de ello, el trabajo de un espía es no decir
que es un espía. Aunque hay que reconocer que le tocó la parte final de la
Guerra Fría con traficantes de armas vinculados con la CIA en Oriente Medio:
Douglas Leese y Adnan Khashoggi. Para entender las relaciones de Epstein y
Khashoggi en España es importante hacer un breve recorrido por la nobleza
alemana. Fabrice D´Almeida en "El pecado de los dioses. La alta sociedad y
el nazismo" (TAURUS, 2008) ubica que las órdenes de caballería habían sido bloqueadas en
1918 con la abolición oficial del imperio y la nobleza y la creación de la
República de Weimar. Sin embargo, algunos prosiguieron con su actividad. La
orden de Sajonia-Coburgo-Gotha, que admitió a Hitler en su seno, ya no puede
aceptar nuevos miembros. Aun así, no se las considera subversivas ni dignas de
ser perseguidas. Muy al contrario, el modelo de las órdenes de caballería
florece en el marco de una de las instituciones clave del régimen: las SS. La alta nobleza partidaria del
nazismo estaba conformada por el príncipe Adolf de Bentheim-Tecklenburg, el
príncipe de Schaumburg-Lippe, el príncipe heredero Franz von
Hohenlohe-Langeburg, el príncipe heredero Philipp von Hessen (casado con
Mafalda de Saboya), el príncipe Christoph von Hessen, el príncipe Viktor Zu
Wied, el duque Friedrich Franz von Mecklenburg, el duque Carl Edouard Herzog
von Sachsen-Coburg und Gotha, el príncipe heredero August Wilhem von Preussen,
el príncipe Eitel Friedrich von Preussen, el príncipe Guidotto Fürst von
Henckel-Donnersmarck, el conde Kuno Graff von Dürkheim-Jassen, el conde Von der
Goltz, el conde Lutz Schwerin von Krosigk, la baronesa Von der Heyden-Rynsch,
la baronesa Muenschausen, la condesa Viktoria von Dirksen, la condesa Von Rosen,
la condesa Karin von Kantzow, el conde Von Törring-Jettenbach (casado con
Elisabeth, la princesa de Grecia y Dinamarca, hermana del príncipe Paul de
Yugoslavia y de la duquesa de Kent), el duque de Windsor. En 1939, el mundo
sabe que el régimen nazi posee amplias redes de información y de subversión
conocidas ya por aquel entonces como la Quinta Columna. Los servicios de
seguridad obligan a los sirvientes y el servicio doméstico a obtener
informaciones confidenciales. Bella Fromm menciona a los "espías de salón" del sistema de espionaje mundano,
frívolo o socialité. Nadie ignora tampoco que las esposas de los dirigentes
están tan implicadas en la vida pública que cuentan todo lo que oyen. Todos
sospechan que corren el riesgo de ser denunciados ante las autoridades por
algún comentario inoportuno, a poco que no disfruten de inmunidad diplomática.
Pero otras personalidades actúan con más discreción. En los archivos de la
Adjudantur de Hitler hay cartas provenientes de informadores que pertenecen a
la alta sociedad británica. Éstos informan de la evolución de la opinión
pública y advierten de potenciales simpatizantes. La princesa Stephanie von
Hohenlohe es una de ésas informadoras que utiliza sus relaciones en beneficio
del Tercer Reich. Hija de un médico austriaco, conoce al príncipe Von Hohenlohe
y se casa con él. Al enviudar, disfruta de una gran riqueza y del respetable
título de princesa, lo que le permite llevar una existencia ociosa y frecuentar
a los conservadores, y muy pronto también al entorno nazi. Hitler la llama su "princesa favorita". Se aprovecha de su buena posición
mundana para promover las ideas nacionalsocialistas y emite informes sobre la
opinión de las personas influyentes a las que conocía durante sus viajes. Éste
papel de agente lo lleva a cabo para Hitler y para Göring. La princesa sale para
Estados Unidos en 1939, enviada sin duda en alguna misión informativa, donde se
reencuentra con Fritz Wiedemann (ayudante de Hitler y amante de la princesa),
que había sido nombrado cónsul allí. Acaba uniéndose a la oposición al régimen,
pero el gobierno estadounidense alberga serias dudas al respecto, tras la
invasión japonesa la presiona para que ejerza de espía. Sin embargo, no confían
en ella. Los servicios de seguridad y de inteligencia no dudan en abrir el
correo personal y en realizar escuchas telefónicas. Los Hohenlohe-Langeburg son
una antigua dinastía austriaca encabezada por el príncipe Gottfried de
Hohenlohe-Langeburg, casado con la hermana de Felipe de Edimburgo, la princesa
Margarita de Grecia y Dinamarca, habían llegado a España en los años 20. El
matrimonio entre el príncipe Maximiliano Egon de Hohenlohe-Langenburg y María de la Piedad
Yturbe y Scholtz-Hermendorf fue el comienzo de una de las familias más
importantes de la aristocracia española. El príncipe Maximiliano adquirió en
Marbella una villa llamada Santa Margarita y la extensa finca que la rodeaba.
En 1947 dividió la parcela en varias fincas que vendió a los Bismarck, los
Rothschild y los Thyssen. Una de ellas fue para el príncipe Alfonso de
Hohenlohe-Langeburg, el segundo de los seis que tendrían que fue el fundador
del Marbella Club en 1954 y el responsable de poner en el mapa de los veranos
aristocráticos éste pequeño pueblo de la costa andaluza: la princesa Ira von
Fürstenberg (la hija del príncipe Tassilo Zu Fürstenberg), la princesa María
Luisa de Prusia (la bisnieta del último káiser de Alemania Guillermo II), Jaime
de Mora y Aragón (el hermano de Fabiola de Mora y Aragón, reina de Bélgica), la
mariscala Gunilla von Bismarck (la hija del Príncipe Herbert Von Bismarck y
bisnieta de Otto Von Bismarck), la princesa Beatriz von Hardenberg (la duquesa
de Sevilla, hija del conde Hardenberg y la princesa Fürstenberg, casada con
Francisco de Paula Bourbon y Escasany, primo del Rey Juan Carlos Bourbon), la
princesa Beatriz de Hohenlohe-Langenburg (la duquesa de Arión), Cayetana
Fitz-James Stuart (la duquesa de Alba), Constantino de Grecia, Aristóteles
Onassis, María Callas, Elisabeth Taylor, Grace Kelly, Audrey Hepburn, Brigitte
Bardot, Frank Sinatra. En 1973 llegan los aristócratas árabes gracias a los
petrodólares: el príncipe Salman bin Abdulaziz (actual Rey de Arabia Saudita),
el príncipe Fahd (futuro Rey de Arabia Saudita), el príncipe Ahmed, el príncipe
Sultán, el príncipe Abdulaziz, el príncipe Faisal, la princesa Hassa. Los traficantes
de armas que mantuvieron contactos con distintos servicios secretos: Adnan
Khashoggi, Abdul Rahman El Assir, Monzer Al Kassar. Mientras el futuro Rey Hahd
se refugiaba en su palacio blanco de Mar Mar. Khashoggi llenó la Costa del Sol
de glamour con unas grandiosas fiestas celebradas en su finca de 900 hectáreas
La Baraka, en Benahavís, y en el yate Nabila en Puerto Banús. Y los bufones de
la corte: Luis Miguel Dominguín, Miguel Bosé, Miguel Boyer, Isabel Preysler,
Julio Iglesias, Sean Conery, Joan Collins, Brooke Shields, George Hamilton,
Mick Jagger, Michael Jackson. El Rey Juan Carlos Bourbon hizo amistad con el
príncipe Fahd, el príncipe Salman y los traficantes de armas Adnan Khashoggi y
Abdul Rahman El Assir. Incluso llegó a invitar a El Assir a la boda de Felipe
VI y Letizia Ortiz. Ana Obregón era amiga de Jeffrey Epstein, Dori Al-Fayed (el
sobrino de Adnan), Samira Khashoggi (la hermana de Adnan), Abdul Rahman El
Assir (traficante de armas), Merry Martínez-Bordiú (la nieta de Francisco
Franco), Anna Chau (la sobrina de Marlon Brando). Una de las hijas de Abdul El
Assir, Khali, contrajo matrimonio con Juan José Franco, bisnieto de Francisco
Franco. El Assir fue invitado por el expresidente José María Aznar a la boda de
su hija Ana Aznar y Alejandro Agag. Marbella era un refugio de la nobleza
alemana en decadencia, el pasado
medieval irrecuperable es reemplazado por la bohemia, la ostentación y el
glamour de una existencia ociosa y mundana. Aparecen dos playboys, los pobres y
los ricos que comparten la característica de no hacer nada: pícaros, cínicos,
vividores. Pero con un toque de distinción: apuestos, educados, cultos,
ingeniosos. Tampoco se debe olvidar que Marbella se convierte en un lugar para
el sistema de espionaje mundano: aristócratas europeos y árabes, traficantes de
armas, cantantes, actores, socialités, prensa del corazón. La primera parte de
Marbella puede considerarse un punto del espionaje de posguerra. Jorge Camarasa
& Carlos Basso Prieto en "América Nazi" (AGUILAR, 2011), ubican un
documento desclasificado de la CIA, titulado "La OSS y el proyecto
Safehaven", en que el secretario del
Tesoro estadounidense diseñó un plan para despojar a Alemania de su capacidad
económica y convertirla en un estado agrario: Henry Morgenthau. Los hombres de
Washington empezaron a bloquear bienes y depósitos de Alemania en Chile, Brasil
y Argentina, realizando una labor de espionaje que fue delegada al Departamento
X-2, la sección de contrainteligencia de la OSS, pues tenían claro que los
nazis triangularían el origen de los dineros y el oro robado aplicando técnicas
de lavados de activos para ocultar el origen de las transacciones, como lo
habían hecho ya por varios años con los diamantes y el platino contrabandeado desde
Colombia y Venezuela. Entre agosto y octubre de 1944, una misión de la FEA
recorrió diversas capitales europeas para determinar el destino del dinero
nazi: "El informe de
la misión Klaus concluyó que la organización financiera de España facilitaba a
los alemanes realizar transferencias y transacciones desde allí a Argentina, a
Tánger y a Portugal". En julio de 1948, Walther Rauff fue contratado por
el Ejército sirio y en Damasco creó una suerte de Gestapo que ayudó a un golpe
de Estado dado por sus contratantes. A fines de 1949, según el informe
43-6-4-697 de la CIA, trabajó brevemente con el Mossad, el servicio secreto
israelí. Durante la Guerra
Fría, las dictaduras latinoamericanas anticomunistas fueron de gran apoyo para
las políticas de Washington. En Chile, donde estaba Walther Rauff, la dictadura
militar de Pinochet comenzaría con el golpe de Estado de 1973 y duraría hasta
1990; en Argentina la dictadura de Jorge Rafael Videla empezaría en 1976 y
seguiría hasta 1983, y en Bolivia, los gobiernos de los generales, o controlados
por ellos, se sucederían con algún período de ventana entre 1969 y 1982. En
Paraguay, Alfredo Stroessner estaría en el poder hasta 1989, treinta y cinco
años después de haber asumido la presidencia, y Uruguay también tendría sus
gobiernos de facto entre 1973 y 1985. Desde Quito, antes de establecerse en Chile, Walther
Rauff tenía negocios en Punta Arenas y mandaba a sus hijos a escuelas militares
de Santiago y Valparaíso; Klaus Barbie organizaba grupos paramilitares en La
Paz y Santa Cruz, en Bolivia; Fritz Schwend atendía sus asuntos personales en
Lima; Herbert Cuckurs y Franz Stangl se habían asentado en Río de Janeiro y en
San Pablo; Alfons Sassens entrenaba policías en Quito; Hans Rudel recorría el
continente, y Josef Mengele alternaría domicilios entre Buenos Aires, la
paraguaya Asunción y el sur de Brasil. Algunos gobiernos se limitaban a
cuidarlos y otros los empleaban. En resumen, durante la Guerra Fría, los nazis
fueron útiles para los objetivos de la CIA en América Latina. A partir de la década de
1970 entra el África subsahariana y el Oriente Medio. Es posible detectar dos
características en Marbella: los aristócratas, los socialités y cronistas del
corazón cuentan con información, pero su principal trabajo es la vida mundana,
sin relaciones públicas no hay proyectos; vulnerables a los aparatos de
inteligencia. Jaime de Mora y Aragón era un dandy que ganaba 2.000 dólares al mes como
agente de relaciones públicas de Adnan Khashoggi, pero como era la oveja negra
de la familia, el hermano de Fabiola de Bélgica era un paria de la prensa del
corazón: existencialista en París, amigo de Sartre, mancebo de farmacia,
estibador, barman, taxista, pianista, actor en 50 películas interpretándose a
sí mismo, agente de relaciones públicas, jefe de la oficina de turismo de
Marbella y luchador en Buenos Aires… Julio Iglesias era el representante del pícaro
ibérico que seduce a las suecas, alemanas, británicas y estadounidenses: "Soy un truhán, soy un señor". Sin duda Epstein debe
considerarse un pícaro, un joven apuesto desconocido sin experiencia laboral ni
título que consigue padrinos que lo impulsan al primer círculo económico: Ace
Greenberg y Leslie Wexner. Pero también es el tipo que consigue a la sueca:
Miss Suecia 1980. Ana Obregón ha declarado en VANITY FAIR que Jeffrey Epstein
la llegó a visitar varias veces en Madrid. De ésta época datan las
relaciones de los contactos españoles de la "Lista Epstein": Joaquín
Fernández de Córdoba Arión (el duque de Arión), Fernando Arión, Fernando de
Córdoba Hohenlohe-Lagenburg (el duque de Canovas del Castillo, hijo de la
princesa Beatriz de Hohenlohe-Langenburg), José Aznar (hijo de expresidente
Aznar), Alejandro Agag (yerno de Aznar), Jacobo Gordon (amigo de Agag), Maite
Arango (consejera de Acciona, miembro del Patronato de la Fundación Amigos del
Museo del Prado y la Fundación Princesa de Asturias), Fernando de Soto, Nacho
Gaspar, Juan & Helen Herrero. El sirio Monzer Al Kassar vendió armas a
grupos criminales, paramilitares, y terroristas en Nicaragua, Brasil, Chipre,
Bosnia, Croacia, Líbano, Somalia, Irán e Irak. Fue intermediario de España para
vender armas a Angola y estuvo implicado en el Irán-Contra. Marbella fue su
base de operaciones desde 1978: la empresa Alkastronic. Pero también estaba
inmiscuido en otras actividades: detenido en Viena en 1970 por participar en
una red de robo de vehículos de alta gama; una orden internacional de captura
desde Dinamarca en 1972 por tráfico internacional de hachís; detenido en
Londres en 1974 con 5 kilos de hachís; le descubrieron en Múnich un envío de
500 kilos de chocolate en 1976; le detectaron una nueva ruta de droga que hacía
llegar el hachís desde Turquía a Alemania en 1977. En Marbella tuvo tratos con
distintos servicios secretos que le dieron impunidad y pasaportes tan dispares
como el yemení, o el argentino. Al Kassar colaboró con el Centro Nacional de
Inteligencia (CNI), tenía buenos contactos con Hezbollah, el Frente de
Liberación Palestina (FLP) y Nabih Berri, ministro de justicia de Líbano. También
tuvo responsabilidad en la liberación del GEO y de dos funcionarios de la
embajada española en el Líbano que fueron secuestrados en enero de 1986 en el
aeropuerto de Beirut por parte de miembros de Amal. El acuerdo con el gobierno
español de Felipe González consistía en que liberasen a dos miembros de Amal
encarcelados en España por intentar asesinar a un diplomático libio en 1984 en
Madrid. Mohamed Rahal y Mustafá Jalil fueron indultados por el gobierno en
julio de 1986, aunque públicamente se negó que la liberación del personal
español en el Líbano estuviera relacionada. También en ésos años en Marbella
tuvo su hogar el otro gran traficante de armas de la época, el saudita Adnan
Khashoggi, que fue competencia del sirio Monzer Al Kassar. En la primera visita
de los reyes de España a Riad, en octubre de 1977, Juan Carlos de Bourbon
negocia la creación de una empresa conjunta hispano-saudí para canalizar el
comercio entre los dos países: Alkantara Iberian Exports. El príncipe Fahd
nombra delegado saudí en Alkantara al magnate Adnan Khashoggi, cuyo holding Triad International ostentará el
50% del capital. Por su parte, Juan Carlos designa a Manuel Prado y Colón de
Carvajal como presidente de la compañía, financiada con fondos públicos en la
mitad española: el Instituto Nacional de la Industria (INI) con un 25% y Focoex
(Fomento del Comercio Exterior, del Banco Exterior de España pero operando
desde Panamá) el otro 25%. Alkantara Iberian Exports no se constituye en Madrid
ni en Riad, sino en Londres, el 6 de julio de 1978 con registro 01377422. Borja
Prado Eulate, hijo del socio, es colocado en la empresa por parte de Focoex:
1980-1989. El presidente del INI es Francisco Jiménez Torres, el abogado de
Khashoggi en operaciones comerciales internacionales. Y Jeffrey Epstein era el
asesor financiero de Khashoggi. En aquellos años, las operaciones
internacionales de ventas de armamento y material militar son consideradas
"materias clasificadas por tratarse de asuntos, actos, documentos,
informaciones, datos y objetos cuyo conocimiento por personas no autorizadas
puede dañar o poner en riesgo la seguridad y defensa del Estado", según
dispone el artículo 2 de la Ley 9/1968, de 5 de abril, sobre secretos
oficiales. El 13 de agosto de 1982 la empresa Alkantara es registrada en el
paraíso fiscal de Chipre como "Compañía Limitada con registro
HE18048", así puede operar fuera del control tanto del Gobierno saudí como
del español, que en 1985 hace su primer informe oficial sobre las más
importantes compañías de venta de armas españolas, colocando a Alkantara a la
cabeza de la lista, admitiendo que Moncloa no controla el destino final de las
exportaciones de material bélico español. Antes de ser imputado por el
Irán-Contra, Khashoggi cede su lugar a Abdul El Assir, al que ha introducido en
Marbella como el amigo de Felipe González, Enrique Sarasola, Alberto Alcocer,
Alberto Cortina y el ministro Carlos Solchaga. Al punto de que El Assir contrae
matrimonio con María Fernández-Longoria. El padre, Carlos Fernández Longoria de
Pavía, era embajador en Egipto: 1985-1990: "La CIA interviene en la
instalación de las bases militares en nuestro suelo, la transición del
franquismo a la Monarquía, el golpe de Estado del 23-F o la definitiva
integración del Estado español en la estructura de la OTAN. La permanencia de
la dictadura franquista, durante casi cuatro décadas, y la evolución controlada
hacia un sistema parlamentario están condicionadas por la actividad de los
espías norteamericanos. En ésa oscura tarea de mover los hilos desde la sombra
colaboran con los servicios estadounidenses miembros del Ejército español,
destacados políticos y diplomáticos, empresarios, hombres de la banca y
personajes del mundo de la cultura y el periodismo. La mayor parte de los
colaboradores de la CIA tienen poco que ver con la imagen tópica, peliculera y
novelesca de los espías: son individuos "normales", perfectamente
integrados en su entorno social. Muy distintos son los oficiales de
operaciones, situados en los puntos neurálgicos de la red. En España, durante
todo éste tiempo, han dirigido el espionaje norteamericano curtidos oficiales
de la Agencia, expertos en acciones encubiertas, como los sucesivos jefes de la
estación de la CIA en Madrid, situada en la embajada de la madrileña calle de
Serrano, Robert E. Gahagen, Néstor Sánchez, Ronald Edward Estes, Richard
Kinsman o Leonard Therry. Todos ellos arrastran un largo historial operativo
cuando llega aquí. Han desarrollado la mayor parte de sus carreras en
Latinoamérica y su biografía profesional está marcada por una sucesión de
golpes de Estado y de operaciones desestabilizadoras en Bolivia, Brasil,
Uruguay… Uno de los más eficaces agentes norteamericanos en España es Ronald E.
Estes. Aparece en Checoslovaquia poco antes de la Primavera de Praga; en
Beirut, financia y organiza la Falange libanesa, que más adelante provocará las
terribles matanzas de Sabrá y Chatila; después actúa en Grecia, para apoyar la
"solución Karamanlis", como salida a la dictadura de los coroneles…
Hasta que llega a España y se produce el golpe de Tejero y Milans. Con los
hitos profesionales de éstos acreditados se puede reconstruir la política
exterior norteamericana desde los años de la Guerra Fría. Aparte de ellos,
trabaja para la Agencia una legión de colaboradores de mayor o menor rango,
introducidos en todos los ámbitos sociales y políticos del país: el Ejército,
los partidos, la educación, la cultura, los bancos y las grandes empresas, los
sindicatos…" (Grimaldos, pp. 54, 55).
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Los
pasaportes de Epstein.
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James Hill y
Thomas Volcho en "Los registros muestran las solicitudes de Jeffrey Epstein de múltiples
pasaportes y viajes a África y Oriente Medio" (ABC NEWS, 2024),
identifica que, en junio de 2011, el Departamento de Estado de EE.UU., recibió
una solicitud urgente de un empresario que buscaba un segundo pasaporte
estadounidense para viajes inminentes a Europa y a varias naciones africanas. "Con frecuencia
me piden que programe viajes internacionales con muy poca antelación, con
itinerarios a múltiples destinos, lo que me obliga a obtener varias visas al
mismo tiempo, lo cual es simplemente imposible con tan poca antelación sin un
segundo pasaporte", decía la carta. El solicitante, que se identificó como
presidente de una firma internacional de consultoría financiera, dijo que tiene
viajes de negocios programados en las próximas semanas a Francia, Sierra Leona,
Mali y Gabón. "Por favor, expídame un segundo pasaporte para poder tener
las tres visas emitidas para África mientras uso mi pasaporte actual en
Francia". El nombre del empresario: Jeffrey Edward Epstein. Tres años
antes, Epstein se había declarado culpable en Florida de solicitar sexo con una
menor de edad, un delito que lo obligaba a registrarse como delincuente sexual
de por vida. La carta se encuentra entre varias solicitudes de pasaportes y
formularios de renovación presentados durante tres décadas por Epstein, cuya
riqueza y proximidad al poder han desafiado durante mucho tiempo una
explicación sensata. ABC News obtuvo más de 50 páginas de los archivos de
Epstein mediante una solicitud de registros públicos al Departamento de Estado.
Los registros abarcan desde principios de la década de 1980, cuando Epstein era
un desconocido corredor de bolsa de Brooklyn, hasta 2019, cuando su acusación
en Nueva York por presunto tráfico sexual de menores lo convirtió en un
personaje mundialmente famoso. Los documentos revelan la tendencia de Epstein a
informar sobre pasaportes perdidos y sus intenciones de viajar a destinos
lejanos, incluidos varios países que no han aparecido en otros relatos de
viajes: Afganistán, Kazajistán y Senegal. La solicitud más antigua data de
abril de 1983, cuando Epstein intentó reemplazar un pasaporte perdido a tiempo
para un próximo viaje a Londres. Con una letra apenas legible, Epstein,
entonces de 30 años, indica su ocupación como "banquero" y su
dirección como un apartamento en el Upper East Side de Manhattan. La fotografía
a color, grapada, muestra a Epstein, quien en años posteriores prefería los
chándales holgados, con un elegante traje negro y una corbata brillante. A
mediados de la década de 1970, Jeffrey Epstein abandonó sus estudios
universitarios y enseñó matemáticas en una exclusiva escuela privada de
Manhattan. Posteriormente, trabajó durante cinco años como autodenominado
"estratega financiero" en Wall Street. Tras una abrupta salida de
Bearn Stearns, afirmó haber iniciado una carrera como asesor de inversiones
autónomo para los ultrarricos. Epstein denunció dos veces más en la década de
1980 que había perdido o le habían robado su pasaporte estadounidense: una vez
lo dejó olvidado en un taxi negro de Londres y otra vez lo habían robado del
"bolsillo de su chaqueta" mientras cenaba en un restaurante, según
sus explicaciones en los archivos. En una solicitud de reemplazo de pasaporte
presentada el 26 de febrero de 1985, Epstein declaró residir en Londres. La
dirección que proporcionó, que no se había asociado previamente con Epstein, se
encuentra en una zona rodeada de embajadas extranjeras. En su declaración
jurada de pérdida, Epstein indicó que tenía un vuelo reservado a Suecia para el
día siguiente. Menos de una semana después, la ex Miss Suecia, Eva Andersson,
presentó un concurso musical televisado en el país. Un vídeo del evento,
descubierto por el usuario de YouTube "Green Clown2021", muestra a
Epstein entre el público, aplaudiendo sin entusiasmo entre cada actuación
musical. Andersson testificaría en el juicio penal de Ghislaine Maxwell en
2021, que ella y Epstein tuvieron una relación intermitente en la década de
1980. ¿Qué hacía Jeffrey Epstein en Londres? Se supone que estaba trabajando
para los traficantes de armas Douglas Leese y Adnan Khashoggi. Khashoggi importó
camiones pesados Kenworth a Arabia Saudita: uno de sus primeros clientes fue el
grupo constructor Bin Laden. Dos medios hermanos del futuro rey Saud se
convirtieron en sus socios comerciales. Khashoggi se incorporó al negocio de
las armas en 1962, ayudando a abastecer Yemen, bajo ataque de los rebeldes
respaldados por Egipto. Fue agente de Rolls Royce, Marconi, Westland y BAC
(British Aircraft Corporation, más tarde British Aerospace/BAe). El aumento del
precio del petróleo, combinado con la humillación árabe en la guerra de los
seis días de 1967, envió a los saudíes a una ola de gastos de defensa.
Khashoggi pronto fue agente de los misiles Hawk de Raytheon, los aviones de
carga C-130 de Lockeed y los cazas Northrop F-5. Sus comisiones aumentaron del
2% al 15%. Una investigación del Senado estadounidense en 1975 reveló que Adnan
Khashoggi había recibido 106 millones de dólares de Lockeed, 54 millones de
Northrop y 23 millones de Raytheon. Los franceses le pagaron 45 millones de por
un contrato de tanques y los británicos 7 millones por helicópteros.
Posteriormente, Lockeed le pagó a Khashoggi otros 100 millones y Northrop otros
31 millones. En la sociedad feudal saudí, a Khashoggi se le permitía
enriquecerse sólo si depositaba una gran parte de ésas comisiones en las
cuentas bancarias suizas de sus mecenas reales y prestaba "otros
servicios". Khashoggi siempre estaba acompañado por sus "esposas de
placer": prostitutas de élite, modelos y estrellas traídas de todo el
mundo. Constituían una moneda con la que también pagaba sus deudas a sus amos
saudíes y endeudaba a aquellos con quienes hacía negocios. Pero la publicidad
sobre los pagos y el papel de Khashoggi comenzó a erosionar su influencia en
Arabia Saudita con el futuro Rey Fahd y el príncipe Sultán, el ministro de
defensa. Su alto perfil y despilfarro se convirtieron en una vergüenza. Los
retrasos en el pago de comisiones y la caída de los precios del petróleo
socavaron el imperio empresarial mal gestionado de Khashoggi, que incluía
hoteles en Fiyi, ganado en Brasil, una casa de moda parisina y bancos
californianos. Khashoggi sabía de fiesta, pero poco de gestión empresarial.
Proyectos desacertados, como un hotel piramidal de cristal de 500 millones de
dólares en Giza, una operación inmobiliaria de 1.000 millones de dólares en
Salt Like City y un intento de apoderarse de una parte del petróleo de Sudán,
agravaron su crisis. Khashoggi, autodenominado "estadista mercante",
se infiltró en la política de Oriente Medio con planes grandiosos y fallidos
para resolver el problema palestino con dinero saudí y derrocar al régimen de
Jomeini en Irán. Pero sí facilitó el escándalo Irán-Contra de 1986, que culminó
con la venta de 1,500 misiles estadounidenses a Irán a través de Israel en un
intento fallido por liberar a rehenes estadounidenses en el Líbano y el desvío
ilegal de millones para financiar a los rebeldes de la Contra en Nicaragua.
Khashoggi contactó a traficantes de armas iraníes e israelíes y proporcionó una
financiación puente de 25 millones de dólares. Desesperado por el pago y con gastos
en el bolsillo, Khashoggi ayudó a destapar la operación encubierta mediante sus
tratos con la CIA. En 1986 con el escándalo del Irán-Contra, Epstein presiona
al magnate de los seguros Robert Meister para que le presente a Leslie Wexner y
en ése mismo año obtiene un poder notarial sobre su dinero. En 1991 la Unión
Soviética se desintegra y Leslie Wexner cofunda el MEGA GROUP, una organización filantrópica de
multimillonarios judíos para definir la política en Oriente Medio: Leslie
Wexner (The Limited, Victoria´s Secret), Charles Bronfman (Seagram), Edgar
Bronfman (Seagram, el principal cliente de Epstein en Bear Stearns y presidente
del Congreso Mundial Judío en 1982-2007), Ronald S. Lauder (Estée Lauder,
actual presidente del Congreso Mundial Judío). Michael Steinhardt (Steinhardt Partners), Leonard Abramson (U.S.
Healthcare), Laurence Tisch (CBS, Loew Corporation), Max Fisher (United
Brands), Steven Spielberg. Gracias a Wexner, Epstein se
relaciona con Alan Dershowitz (abogado de Israel), Bill Richardson (embajador
ante la ONU), George Mitchell (enviado para Oriente Medio), Shimon Peres (ex
ministro de Israel), Ehud Barak (ex ministro de Israel). La solicitud de
pasaporte de Epstein de 1993 muestra que su cabello estaba encaneciendo y que
su situación económica estaba mejorando. Su dirección registrada en la calle 69
Este de Nueva York era la antigua residencia del embajador iraní, que había
sido ocupada por el Departamento de Estado antes de que Epstein alquilara la
propiedad. Posteriormente el gobierno rescindió el contrato de arrendamiento de
Epstein después de que subalquilara la casa sin permiso y aumentara el
alquiler. Los registros obtenidos por ABC News también contienen múltiples
instancias en las que Epstein solicitó un segundo pasaporte "para evitar
sellos de visa conflictivos" cuando viajaba a Israel y ciertos estados
árabes, incluidos Jordania y Arabia Saudita. "Por razones de seguridad y
de negocios, es imperativo que el Sr. Epstein tenga la flexibilidad necesaria
de un segundo pasaporte", escribió uno de sus representantes corporativos
en 2003. Las políticas del Departamento de Estado permiten que ciertos viajeros
internacionales frecuentes lleven un segundo pasaporte, particularmente en
casos en que un sello de visa de un país podría prohibir la entrada en otro. La
cuestión volvió a surgir dos años después, cuando Epstein informó de un viaje
programado a Israel y Afganistán. Como parte de una solicitud de un pasaporte
adicional, Epstein presentó itinerarios de viaje que indicaban que había
reservado dos viajes en primera clase en la primavera de 2005. El primero fue
de Londres a Tel Aviv el 29 de marzo de ése año. Epstein también proporcionó
detalles de un viaje que lo llevaría el 7 de abril de 2005 a Estambul, donde
haría escala a Bakú, Azerbaiyán, hasta Kabul. Los registros no indican si
realmente realizó el viaje. El día de la salida programada de Epstein de Kabul,
el difunto secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, realizó una visita
sorpresa a la capital afgana para una conferencia de prensa conjunta con el
presidente Hamid Karzai. No hay pruebas de que las visitas de Rumsfeld y
Epstein estuvieran relacionadas. Mientras Epstein aparentemente viajaba por el
sur de Asia, agentes de policía en el sur de Florida buscaban pruebas en los
botes de basura afuera de su mansión en Palm Beach. Tres semanas antes, los
padres de una niña de 14 años habían denunciado a la policía que su hija había
sido abusada sexualmente por un hombre de pelo blanco llamado "Jeff".
La investigación policial subsiguiente descubriría a docenas de presuntas
víctimas menores de edad e iniciaría una saga que finalmente llevaría a Epstein
a ser declarado delincuente sexual permanente. Sin embargo, ésa designación
tendría poco impacto en la capacidad de Epstein para obtener un pasaporte
estadounidense o viajar al extranjero, hasta que el Congreso aprobó la
"Ley Internacional Megan" en 2016. Ésta legislación permitía al
gobierno revocar los pasaportes de los delincuentes sexuales, quienes debían
volver a solicitar un pasaporte especial con una nota en su interior que decía:
"El portador fue condenado por un delito sexual contra un menor y es un
delincuente sexual cubierto", según el Departamento de Estado. También
reforzó el requisito de que los delincuentes sexuales registrados notifiquen
con antelación todos sus viajes internacionales previstos. Los archivos de
Epstein indican que un pasaporte emitido a su nombre en 2016, con una validez
de diez años, fue revocado. Un segundo pasaporte, válido hasta 2020, también
fue revocado. Su última solicitud en los archivos del Departamento de Estado
indica que su último pasaporte estadounidense se emitió en marzo de 2019. ABC
News obtuvo previamente registros del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos
que demuestran que la agencia investigaba los viajes al extranjero de Epstein.
"La investigación revela que Epstein viaja al extranjero con bastante
frecuencia en aviones privados y podría no haber informado de todos sus viajes
internacionales", declaró un informe de enero de 2019. Seis meses después,
fue arrestado en el aeropuerto de Teterboro, Nueva Jersey, tras aterrizar su
avión privado Gulfstream procedente de París. Una acusación federal lo acusó de
conspiración y tráfico sexual infantil. Cuando los agentes del FBI ejecutaron
una orden de allanamiento en la casa de Epstein en Nueva York, encontraron una
caja fuerte cerrada que contenía 48 diamantes y 70.000 dólares en efectivo.
También se recuperaron tres pasaportes estadounidenses y uno austriaco con la
foto de Epstein, pero con el nombre de otra persona y una dirección en Arabia
Saudita. Los abogados defensores de Epstein, que buscaban la libertad bajo
fianza de su cliente, afirmaron que dos de los pasaportes estadounidenses
estaban vencidos. El pasaporte extranjero, según afirmaron, se lo dio a Epstein
"un amigo" y que nunca lo había usado para viajar. Argumentaron que
lo recibió en la década de 1980 para su protección personal durante sus viajes
por el Oriente Medio. "En aquel momento, a algunos judíos estadounidenses
se les recomendó informalmente que llevaran una identificación con un nombre no
judío cuando viajaran al extranjero, por si eran secuestrados", afirmó su
abogado. En parte debido a ése pasaporte extranjero y a su historial de viajes
internacionales, un juez determinó que Epstein corría el riesgo de fuga y
denegó la libertad bajo fianza. Tres semanas después, Epstein falleció. Eran amigos, sospechosos
de haber participado en el tráfico de menores en una red internacional de prostitución,
centrada en la moda, y ambos fueron hallados ahorcados en sus respectivas
celdas, presumiblemente por suicidio: el asesor financiero Jeffrey Epstein, en
julio de 2019, en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, Nueva
York, y el francés Jean-Luc Brunel, en la prisión de Santé, en París, en
febrero de 2022. Éste último era un destacado agente de modelos en las décadas
de 1980 y 1990, habría actuado como repartidor de Epstein. Virginia
Roberts, la mujer que afirma haber sido esclava sexual de Jeffrey Epstein y
Ghislaine Maxwell desde los 15 años, asegura haber sido obligada a mantener
relaciones sexuales con el multimillonario Glenn Dubin, esposo de Eva
Andersson; el ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson; el ex líder de la
mayoría del Senado demócrata George Mitchell; el fallecido informático del MIT
Marvin Minsky; y el cofundador de la agencia de modelos MC2, Jean-Luc Brunel;
el Príncipe Andrew de Inglaterra, hijo de la reina Isabel II; un
"presidente extranjero" y el
propietario de "una cadena hotelera francesa" de los que no
recuerda los nombres. En una declaración jurada en 2015, aseguró que Epstein había
presumido ante ella haberse acostado con "más de mil chicas de Brunel"
y que el agente francés "tenía un arreglo con las autoridades
estadounidenses para obtener pasaportes y otros documentos de viaje para chicas
jóvenes, que tenían entre 12 y 14 años. Luego las llevaba a Estados Unidos con
fines sexuales y las entregaba a sus amigos, incluido Epstein". La KGB
distinguía dos tipos de espía. Epstein no encaja en los espías
"ilegales", ya que se supone que la identidad real de Jeffrey Epstein
era Jeffrey Epstein: la mayor parte
de sus viajes se realizaban con su nombre real y registros verdaderos, aunque
es problemático el pasaporte austriaco con el nombre de otra persona y una
dirección en Arabia Saudita. Epstein no encaja en los espías
"legales", ya que no tuvo nombramientos diplomáticos oficiales ni
gozaba de inmunidad, aunque estaba rodeado de diplomáticos con intereses en Oriente
Medio y vivía en zonas de embajadas. ¿Existe evidencia para afirmar que era
espía? No de forma concluyente, pero existe evidencia de que era un activo
estatal. Por ejemplo. La mafia rusa no puede compararse con el crimen
organizado común ni con las películas de Martin Scorsese o Francis Ford
Coppola. Los jefes de las mafias, los servicios secretos rusos (FSB), los ex
agentes de la KGB, los empresarios y el gobierno están interrelacionados. Los
delincuentes pueden convertirse en agentes secretos en cualquier momento, y
viceversa. En 2025 Trump ha declarado al Cártel de Sinaloa, al Cártel Jalisco
Nueva Generación (CJNG), al Cártel del Noreste (antes Los Zetas), al Cártel del
Golfo, la Nueva Familia Michoacana, Cárteles Unidos, Tren de Aragua (Venezuela),
Mara Salvatrucha (El Salvador) como organizaciones terroristas. ¿Por qué no
nombró a la Tambovskaya, Mazukinskaya, Izamailovskaya y Poldosvskaya a pesar de actuar
en México, Canadá y Estados Unidos? ¡Por qué son activos
estatales rusos! ¿Por qué la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo defiende a los
cárteles mexicanos como el argumento de la soberanía? ¡Porque son activos
estatales! Una combinación de expolicías, exmilitares, exagentes de
inteligencia. El mismo caso del ex secretario de Seguridad Pública Genaro
García Luna con Mauricio Samuel Weinberg López, Jonathan Alexis Weinberg Pinto
y Natan Wancier Taub. Epstein sin ser un agente formal estuvo involucrado en
operaciones para ser considerado un activo. Aunque ya pasó a la historia como
un pedófilo, no se toma en cuenta que desde otra perspectiva puede ser
considerado un héroe (o un antihéroe posmoderno). El mismo caso de Adnan
Khashoggi, Abdul Rahman El Assir y Monzer Al Kassar para España, Arabia Saudita
y Estados Unidos, los nazis de posguerra para Estados Unidos, Semyon Mogilevich
para Rusia o el Chapo Guzmán para México. El perfil de Epstein es pintoresco:
un financiero vegetariano que practica yoga, escucha música meditativa, toca el
piano, colecciona arte erótico, tiene una Mezquita en las islas Vírgenes, dos
proxenetas (Maxwell y Brunel), presume en su pared fotos con Bill Clinton,
Mohammed bin Salman y Juan Pablo II, y exhibe en su escritorio una copia de
Lolita de Nabokov y un libro del Marqués de Sade. Un hombre que justifica la
pedofilia como una cuestión cultural y que fue interrogado en juicio sobre si
había tenido relaciones homosexuales con Wexner. En otro contexto, sería un
miembro de la generación beat y gran
amigo del trotskista David Thorstad y Alan Ginsberg (NAMBLA): "El KGB enviaba a
países extranjeros a dos tipos de espías bien diferenciados. Los primeros
ocupaban puestos formales como miembros del personal diplomático o consular
soviético, como agregados culturales o militares, como periodistas acreditados
o como representantes comerciales. La protección diplomática significaba que
ésos espías "legales" no podían ser juzgados si sus actividades salían a la luz, tan sólo
declarados persona non grata y expulsados del país. Por el contrario, un espía "ilegal" (nelegal en ruso), carecía de estatus
oficial, solía viajar con nombre y documentación falsos y se mezclaba con la
población del país al que fuese destinado. Por todo el mundo, el KGB enviaba
ilegales sumergidos y subversivos que se hacían pasar por ciudadanos de a pie.
Al igual que los espías legales, recababan información, reclutaban a agentes y
llevaban a cabo varias formas de espionaje. A veces como "durmientes", podían
permanecer ocultos mucho tiempo sin ser activados. Éstos también eran
quintacolumnistas potenciales, listos para entrar en combate si estallaba una
guerra entre Oriente y Occidente. Los ilegales actuaban fuera del radar oficial
y, por tanto, no podían recibir financiación que pudiera ser rastreable ni
comunicarse por canales diplomáticos seguros. Pero, a diferencia de los espías
acreditados en una embajada, dejaban pocas pistas a los investigadores del
contraespionaje. Todas las embajadas soviéticas contaban con una oficina
permanente del KGB, o rezidentura,
con varios agentes que ostentaban cargos oficiales diversos bajo el mando de un
rezident (jefe de oficina para el MI6
y la CIA). Una de las tareas que desempeñaba el contraespionaje occidental era
descubrir qué funcionarios soviéticos eran verdaderos diplomáticos y cuáles
eran espías. Dar con los ilegales era harto más complicado. El Primer Alto
Directorio (PAD) era el departamento del KGB responsable del espionaje en suelo
extranjero. Dentro del mismo, el Directorio S (por "especial") formaba,
desplegaba y supervisaba a los ilegales" (Macintyre, pp. 27,
28).
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Autor del
texto: Armando Ossorio ©
※ XPOFERENS ※
En realidad, las teorías del capital humano responden a explicaciones
individualistas de la conducta humana, en el sentido de hacer responsable a
cada persona de sus posibilidades en el mercado laboral. El nivel de formación
alcanzado estaría claramente relacionado con los niveles de productividad de la
empresa en la que invierta sus conocimientos y destrezas. A mayor formación
recibida, mayor productividad y mayores beneficios económicos. Entre las
críticas de que viene siendo objeto la teoría del capital humano, son dignas de
mención las provenientes de posiciones marxistas que, entre otras cosas,
consideraran que con ésta concepción del capital cultural se pretendería desdibujar
o desmovilizar a los trabajadores y trabajadoras asalariadas. Ya no habría
clases sociales, puesto que todas las personas pasarían a ser capitalistas. El
propio concepto de trabajo desparece como categoría analítica y sólo recurriríamos
al de capital. En consecuencia, desde ésta teoría tampoco tendría cabida la
lucha de clases. Las desigualdades sociales serían debidas exclusivamente a
desigualdades en la formación alcanzada.
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Si la teoría del capital cultural fuera apropiada, éso significaría que, dotando
a toda la población de un nivel de educación adecuado, dejarían de existir las
desigualdades en las rentas que perciben las personas. Pero son numerosísimos los
ejemplos de que éstas correlaciones no funcionan ni dentro de un mismo país, ni
entre países. Dentro de una misma sociedad, la titulación alcanzada en el
sistema educativo por una persona vale en la medida en que no haya muchas otras
con un nivel semejante, de lo contrario ésta variable deja de ser operativa y
pasarían a funcionar otras como la familia de pertenencia, su religión, su
ideología política, género, etnia, edad, salud o nacionalidad. El darwinismo economicista
imperante favorecerá sólo a aquellos contenidos culturales y titulaciones académicas
que puedan ser más fácilmente demandados por el mercado. Se utiliza el sistema
educativo como una institución bancaria en la que se realizan inversiones en
estudios con los que luego será más factible encontrar un puesto de trabajo y
obtener beneficios económicos y sociales.
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Cuando muchas personas poseen las mismas titulaciones, éstas pierden
parte de su valor, pues el mercado penaliza siempre las inflaciones. Éstas
mismas personas se verán obligadas a procurar nuevas certificaciones y diplomas
de mayor y más prestigioso nivel para garantizarse la aceptación en el mercado
de trabajo. Las políticas de
globalización promovidas por los modelos económicos neoliberales estuvieron
durante la segunda mitad del siglo pasado tratando de convencer a la población
de que las titulaciones, principalmente las superiores (bachillerato, formación
profesional y universidad), eran la clave que facilitaría la movilidad social
ascendente y la garantía para encontrar un empleo. El sistema educativo en
muchos momentos utilizó, como elemento de motivación para lograr que el
alumnado se esforzara y rindiera en sus estudios, éste mismo estímulo: un título
que otorgaría a su poseedor o poseedora un empleo, salario y poder. En la
medida que la población va percibiendo que éstas interconexiones no son tan
claras, aumenta el descontento de las familias con los centros escolares.
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Según va creciendo la espiral credencialista, en ésa misma medida las
instituciones de enseñanza superior más elitistas refuerzan su poder
jerarquizador. Sólo unas pocas personas podrán acceder a ellas ya que no todas
podrán disponer de los recursos económicos necesarios para hacer frente a unas elevadísimas
cuotas de matrícula, el dinero imprescindible para los desplazamientos a las
ciudades y/o países en los que radican éstos centros de élite y para pagar un
hospedaje. Ésta política de credencialismo, se ve reforzada en el grado en que,
día a día, pesa más el prestigio de la institución que otorga los títulos y
diplomas. En el momento en que hay muchas personas con titulaciones parecidas,
el verdadero valor de cambio pasa a venir determinado por el prestigio y
elitismo selectivo de la institución en la que se obtiene el título. El
resultado final será que los desposeídos de títulos académicos o quienes los
obtienen en instituciones de poco renombre, pasan a ser mano de obra barata o a
quedar excluidos social y laboralmente sobre la base de su poca inteligencia o
su nulo esfuerzo personal.
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