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Jessy I. © |
Bourbon & Bounaparte.
El 7 de enero de 2023 HOLA.com brindaba la
nota: “No te pierdas a Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón convertidos en
pajes durante la cabalgata de Reyes: Los duques de Anjou, junto a su hijo
Enrique de 3 años, disfrutaron muchísimo viendo las caras de ilusión de los
pequeños”. El 25 de agosto de 2018, VANITY FAIR sacó la nota: “Luis Alfonso de
Borbón, la trágica vida del eterno aspirante: Pretendiente del trono francés y
a la espera de su cuarto hijo, el hijo de Alfonso de Borbón y Carmen Martínez Bordiú
se deja querer en el Valle de los Caídos”. El
duque de Anjou es hijo de Alfonso de Bourbon, duque de Cádiz, y de Carmen
Martínez-Bordiú: primo segundo de Felipe VI, sobrino segundo de Juan Carlos I,
bisnieto paterno de Alfonso XIII, bisnieto materno de Francisco Franco y
descendiente de los Reyes Católicos. El abuelo, el infante Jaime de Bourbon
renunció en 1933 a sus derechos dinásticos a petición de Alfonso XIII,
afectando a los descendientes de la Corona española, pero no de la francesa. En
1941 los legitimistas franceses consideraban a Jaime de Bourbon (1908-1975),
jefe de la Casa Bourbon y pretendiente al trono de Francia, aspiración que
heredó Alfonso de Bourbon (1936-1989) y Luis Alfonso de Bourbon (1974): “Louis
XX”. En el caso de una reinstauración de la monarquía en Francia, la causa
legitimista borbónica tendría que enfrentarse a la rama de Orleans, encarnada
en la figura de Henri VI de Orleans (1908-1999), aspiración que heredó Henri
VII de Orleans (1933-2019) y Jean de Orleans (1965), conde de París, jefe de la
Casa Orleans: “Jean IV”. Por Henri VII, Jean es descendiente directo de Louis
Philippe de Orleans (1830-1848) y Henri Bourbon IV (1589-1610) y Louis Bourbon
XIII (1610-1643). Por Maria Teresa de Württemberg (1934), Jean es descendiente de
Louis Bourbon XIV (1643-1715), el “Rey Sol”; de María Teresa de Austria
(1767-1827), reina de Sajonia; de Charles Bourbon X (1824-1830) y Louis
Philippe de Orleans (1830-1848) de Francia y de Charles de Habsburgo
(1520-1558), emperador de Alemania y rey de España. Como descendiente de
Fernando Bourbon VII (1813-1833), el conde de París tendría derecho al trono de
España. Henri VI de Orleans heredó en 1940, 400 millones de francos. Con la
intención de restaurar la monarquía se alistó en la Legión Extranjera, se casó
con la princesa Isabel de Orleans Braganza y se hizo aliado de Charles de
Gaulle. El general le prometió convertirlo en su sucesor político. Henri
deseaba que sus 11 herederos fueran los líderes de Francia y el plan
contemplaba convocar un referéndum para restablecer la monarquía. En 1965, tras
su último mandato, De Gaulle desconoció el acuerdo y se presentó a elecciones. El
21 de enero de 2019 HOLA.com brindaba la nota: “Fallece a los 85 años Henri de
Orleans, conde de París y aspirante al trono de Francia. Su hijo, el príncipe
Jean de Orleans, ha sido el encargado de comunicar la triste noticia a través
de sus redes sociales. El 4 de mayo de 2019 ABC sacó la nota: “Jean de Orleans
y Filomena de Tornos se dan el “sí quiero” en Senlis. El príncipe Jean de
Orleans, hijo del pretendiente al trono de Francia, Enrique de Orleans, y la
española Filomena de Tornos celebraron su matrimonio religioso en la Catedral
de Notre Dame de Senlis, al norte de París. Filomena de Tornos (1977) es
nieta de Juan de Tornos, secretario particular del conde de Barcelona, Don Juan
Carlos I. Hija de Alfonso de Tornos, antiguo funcionario de la ONU, y de la
austriaca Maria Antonieta von Steinhart. Estudió en La Sorbona de París Lenguas
y Civilizaciones germanas y rusas, trabaja para un grupo industrial francés y
habla francés, alemán, inglés, castellano, italiano, ruso y árabe. La pareja se
había casado por lo civil el 19 de marzo. La ceremonia religiosa se celebró en
la Catedral Notre Dame de Senlis, cuna de la dinastía real de los Capetos,
oficiada por el obispo de Fréjus-Tolón, Dominique Rey. Previamente, los novios
fueron recibidos por el obispo de Senlis, Jean-Paul James, en una ceremonia
amenizada por el coro La Capella Peregrina, dirigida por el organista Vincent
Berthier de Lioncourt, antiguo director del Centro de Música Barroca de
Versalles. La recepción privada celebrada en el hipódromo del Palacio de
Chantilly, que perteneció a Louis Philippe de Orleans. El evento reunió a
representantes de la realeza de toda Europa, incluida, por parte de la Familia
Real española, la infanta Doña Pilar de Bourbon, hermana del Rey Don Juan
Carlos. En la lista de invitados estuvieron los príncipes Felipe y Laurent de
Bélgica, Manuel Filiberto de Saboya, el príncipe Guillermo de Luxemburgo y los
príncipes de Liechtenstein. El 14 de diciembre de 2022 HOLA.com sacó la
nota: “Los príncipes Jean-Christophe Napoleón y Olympia Von Arco-Zinneberg dan
la bienvenida a su primer hijo: El bebé es descendiente de las principales
dinastías de reyes, de los Bonaparte por parte de padre y de los Habsburgo y
los Borbones por parte de madre. El bebé Louis Charles Riprand pertenece a
estirpes de emperadores, no solo de Napoleón, sino también a Carlos I, el
último emperador de Austria y bisabuelo de su madre Olympia, condesa austriaca
hija de la archiduquesa Maria Beatrix de Habsburgo y del Conde Riprand von
Arco-Zinneberg, es también descendiente de los Reyes Católicos de España y
Juana “La Loca”. En octubre de 2019 Jean-Christophe Napoleón contrajo matrimonio
con la condesa Olympia von Arco-Zinneberg en la Catedral de Saint Louis des
Invalides de París, el lugar donde se encuentran los restos de Napoleone. El
tercer contendiente al trono de Francia encarnado en Louis Jérôme Napoleón
(1914-1997), aspiración que heredó su nieto Jean-Christophe Napoleón (1986),
jefe de la Casa Napoleón: “Napoleón VII”. Por Charles Marie Napoleón,
Jean-Christophe es descendiente directo de Jérôme I Bounaparte (1784-1860), rey
de Westfalia y hermano menor de Napoleone I Bounaparte (1769-1821), emperador
de Francia; José I Bounaparte (1768-1844), rey de España; Napoleone III
Bounaparte (1808-1873), presidente de la Segunda República y último emperador
francés. Por Beatriz de Bourbon-Dos Sicilias, Jean-Christophe es descendiente directo
de Fernando Bourbon I (1759-1825) y Fernando Bourbon II (1830-1859) de las Dos
Sicilias, Carlos Bourbon III (1759-1788) y Felipe Bourbon V (1700-1746) de
España, Louis Bourbon XV (1715-1774) y Louis Bourbon XIV (1643-1715) de
Francia, el Rey Sol. Jean-Christophe firmó las invitaciones de su boda como
“Sus Altezas Imperiales”, entre los invitados estuvieron Filomena de Orleans,
esposa de Jean de Orleans, uno de los rivales en pugna de la extinta corona
francesa, el otro invitado fue Luis Alfonso de Bourbon, jefe de la Casa de
Bourbon de Francia: “El mundo de los sentimientos no ha tenido buena prensa
en la historia del periodismo. La discriminación ya empieza a la hora de poner
nombres. La prensa “seria” es denominada prensa de “información general” y para
designar a “la otra” existe una amplia gama de calificativos que van desde
“prensa femenina”, “prensa del corazón” hasta “prensa de cotilleo”, “prensa
sentimental”, “prensa de color”, etc. A pesar de que, hoy por hoy, es un
producto típicamente español, el nombre de “prensa del corazón” tuvo sus
orígenes en Francia. En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial
la realeza europea decidió invertir en algunas publicaciones que relanzaran su
popularidad. Así nacieron, por ejemplo, las revistas francesas Point de
Vue-Images du Monde y Jours de Frunce. Como me comentaba Julio Bou,
director de Lecturas, los idilios entre príncipes de diversos países o
familias, los nacimientos en las casas reales, las grandes fiestas en
históricos castillos o los cruceros a los que asistían todos los jóvenes
príncipes y princesas de la época eran noticia de estas revistas semana tras
semana. Los franceses llamaron a este tipo de publicaciones “presse du coeun”,
nombre que adoptaron en España productos que también hablaban de historias
sentimentales. En los años 40 en España existía el franquismo. Ello suponía un
control estricto de la información, una censura férrea y unos medios de
comunicación tan pobres de recursos como de contenido, empeñados en explicar
una sociedad de ficción a unos lectores que la soportaban en la realidad. En
ese contexto las revistas del corazón tuvieron un auge inmenso. En unos casos
porque pertenecían a sectores afines al régimen franquista, que las apoyaba
claramente; en otros porque se dedicaron desde un principio a lo que sigue
siendo su principal objetivo: la evasión… En opinión de Michelle Perrot,
todos los sistemas totalitarios sueñan con reducir a las personas a la esfera
de lo privado para ocuparse así de los asuntos públicos sin control social. Por
su parte, Michelle Mattelart opina que el corazón funda un orden instituido
como paralelo al orden social que, siguiendo su propia lógica, interpreta éste
último y llega a disolver sus contradicciones hasta liberar la imagen de otra
sociedad, ideal ésta, dónde las relaciones de fuerza se invierten. Se difunde
una sabiduría omnipotente, la única que da al hombre la clave de lo sagrado, es
decir, del amor y la felicidad” (Fontcuberta, pp. 55, 56, 57). La actual
rama Bourbon tiene origen en el matrimonio de Robert de Clermont, el sexto hijo
de Louis IX de Francia y uno de los últimos miembros de la dinastía Capeto, con
Beatriz de Borgoña, señora de Bourbon (1257-1310). En 1317, el hijo de
Clermont, Louis I de Bourbon, fue nombrado duque de Bourbon por sus servicios a
la Corona. También consiguió el cargo honorífico de Gran Camarero de Francia,
desempeñado por los Bourbon hasta 1523, permaneciendo en las altas esferas del
poder. En 1530 la Baja Navarra quedó bajo el mando de la familia Albret, vinculada
a través del matrimonio con el duque de Vendôme, Antoine de Bourbon
(1518-1562). El hijo, el futuro Henri IV de Francia, se hizo cargo de la Corona
de la Baja Navarra y, tras la muerte de Henri III, del reino de Francia, en
1589. Cuando Carlos II de España, último miembro de los Austrias españoles, se
vio próximo a la muerte, fue persuadido para dejar la Corona a Philippe de
Anjou, hijo segundo del Delfín de Francia y nieto de Louis XIV y Maria Teresa
de Austria. Philippe V (1700-1746) instauró la Casa Bourbon en España. De la
Casa Bourbon de Francia salieron las ramas Bourbon-Orleans, Bourbon-Braganza,
Bourbon-Montpensier, Bourbon-Condé, Bourbon–Conti, Bourbon-La Marche,
Bourbon-Soissons. También existen ramas ilegítimas: Bourbon-Busset,
Bourbon-Vendôme o Bourbon-Penthièvre. De la Casa Bourbon de España surgieron
las ramas Bourbon-Parma y Bourbon-Dos Sicilias. Jean de Orleans en Linkedin
presenta su palmarés: Maestría en Administración de Empresas (MBA) en Negocios
Internacionales por la Azusa Pacific University, Maestría en Derecho por la
Facultad Libre de Derecho, Economía y Gestión, Maestría en Filosofía (MPhil)
por la Universidad París-Sorbona, Maestría en Filosofía (MPhil) por la Facultad
de Filosofía y Psicología libres de IPC. Coronel reserva del ejército francés
(Patrón del 4º Regimiento de Caballería Ligera en Gap), Medalla de Bronce de la
Defensa Nacional Francesa (Líder de pelotón al mando de una unidad de combate
de tanques en el 7º Regimiento de Caballería Ligera en Arras). Consultor en
Lazard (Petróleo y Gas, 1995-1996), Consultor Sénior en Deloitte (Finanzas,
1997-2002), Gerente de proyecto en BRED Banque Popular (Procesos Bancarios,
2002-2006), Socio director en Futuro y Patrimonio (Asesoramiento a ONG´s,
2007-2016), Socio Director en Grupo Forestal Thiérache (Explotación Forestal,
2003-2019), Administrador en Comité Forestal (Unión Forestal, 2010-2023),
Presidente honorario de la Fundación San Luis (Gestión del Patrimonio Familiar,
2019-2023), Presidente honorario de la Asociación Pueblo de Francia (ONG,
2003-2023). Jean-Christophe Napoleón en Linkedin presenta su currículo:
Bachillerato con Honores en Ciencias y Matemáticas en la escuela secundaria
Saint Dominique, Neully (2001-2004); Clase preparatoria en Matemáticas y
Economía en el Instituto Privado de Preparación de Estudios Superiores IPESUP
de París (2004-2006), Maestría en Ciencias en Gestión en el Programa de
Pregrado y Maestría Grande École, con Especialización en Emprendimiento
(2006-2011); Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Escuela de
Negocios de Harvard (2015-2017); Analista de Reestructuración en Lazard,
Londres (Banca de inversión, 2008-2008), Cofundador en Organización Tierra de
Talentos (ONG, 2008-2009); Analista de Banca de Inversión en Morgan Stanley,
Londres (Medios y telecomunicaciones, 2009-2010); Analista de Banca de
Inversión en Morgan Stanley, Nueva York (Medios y telecomunicaciones,
2011-2013); Asociado de Capital Privado en Adviento Internacional en Londres
(Tecnología, medios y comunicación, 2013-2015); Asociado Senior de Capital
Privado en Blackstone en Londres (Prácticas de verano MBA, 2016), Asociado
Senior de Capital Privado (2017-2020) y Director de Capital Privado (2020-2022)
en Blackstone, Londres; Cofundador y Socio Director de León Capital en Londres
(Servicios Tecnológicos, 2022-2023): www.leon-capital.com Jean-Christophe
Napoleón es el ejemplo del hombre hecho a sí mismo y la realidad educativa y
económica de las casas reales, los herederos se encuentran en Londres y Nueva
York trabajando en el sector financiero, tecnológico, gas y petróleo. Luis
Alfonso de Bourbon estudió en el colegio hispano-francés Molière de Pozuelo de
Alarcón, en el Liceo Francés de Madrid, la Licenciatura en Ciencias
Empresariales (1992-1997) y una Maestría en Finanzas (1998-1999) por el Colegio
Universitario de Estudios Financieros de la Universidad Complutense de Madrid
(CUNEF) y un EMBA (2002-2003) en el Instituto de Estudios Superiores de la
Empresa de la Universidad de Navarra (IESE Business School del Opus Dei). Una
trayectoria en el banco francés BNP Paribas en Madrid, vicepresidente
internacional del Banco Occidental de Descuento (BOD) en Venezuela, consejero
delegado de Spanish Influencers 2017 SL y socio en Reto 48 España 2015 SL. El
suegro Víctor Vargas Irausquín fue el banquero y petrolero de Hugo Chávez y
Nicolás Maduro. Vargas se opuso a la huelga de los trabajadores y empresarios
de 2002, por lo que el Gobierno Bolivariano le otorgó la mayoría de los
contratos petroleros. Lo mismo se codea con revolucionarios chavistas y la
nobleza europea. En mayo de 2014, con un capital de 11.300 millones de dólares,
el BOD ocupó el puesto 1.422 en la lista Forbes de las 2.000 empresas más
importantes del mundo. El duque de Anjou fue uno de los afectados por el
COVID-19, el escándalo del Credit Suisse en 2022, la intervención y el cese de
operaciones del Banco Occidental de Descuento (BOD) en la resolución N 047.22
de la Gaceta Oficial Nº 42.412 del 6 de julio de 2022. En 2015 Univisión
denunciaba que entre 2006 y 2007, Vargas, sus empresas y socios depositaron 120
millones de euros en 29 cuentas suizas del HSBC de las que eran beneficiarios.
Luis Alfonso de Bourbon administró el holding británico Mella Limited desde
2015 hasta octubre de 2019. Mella SA con base en Luxemburgo también fue
disuelta. Una de sus iniciativas fallidas fue intentar promover empresas
a través de blogueros, famosos, celebridades e influencers: “En
efecto, en Francia, el sistema de educación superior funciona de un modo dual
desde el siglo XVI (Attali, 1998). Desde la creación del Collège royal –hoy
Collège de France- en 1530, la formación de las élites se realiza fuera de las
universidades. A pesar de que estas instituciones fueron fundadas durante el
Antiguo Régimen, la República no las suprimió, sino que alentó la creación de
“escuelas especiales” a fin de reclutar los principales cuadros del Estado.
Sólo los mejores continuarían sus estudios en las filiales más eruditas de las
grandes écoles, mientras que la mayor parte se retiraría a la práctica de una
profesión en las universidades. La legitimación de esta estructuración
social de las posiciones de élite se ha dado en llamar “elitismo republicano”,
cuya meta es hacer surgir, entre la masa que no espera de la universidad más
que el acceso a una profesión, el reducido número de quienes podrán consagrar
sus vidas a los saberes expertos (Renaut, 1995: 185)… Las grandes écoles
y las clases preparatorias para acceder a ellas se encuentran en el centro del
sistema de formación de las élites (Suleiman, 1997; Saint Martin, 2005). Aunque
no tienen el monopolio de la formación de este sector social, la socialización
que se recibe en estas instituciones se impone por sobre aquella que se obtiene
de las universidades. Estas instituciones ocupan un lugar protagónico en la
educación de una minoría de estudiantes, dándoles acceso a posiciones
dirigentes, especialmente a las posiciones administrativas, económicas y
políticas… La extrema atención que el Estado francés le ha otorgado siempre a
la selección y a la formación de las élites explica que sus responsables se
beneficien de una formación académica, y sobre todo práctica, considerable. Los
grandes cuerpos del Estado son lugares considerables del aprendizaje del
ejercicio del poder, y funcionan como una estadía preparatoria: más de la mitad
de quienes trabajan hoy dirigiendo empresas del sector privado han trabajado
entre cinco y quince años en la administración pública antes de entrar al
ámbito privado… Las investigaciones de Bauer y Bertin-Mourot ponen en
evidencia que en Francia el Estado constituye, por lejos, el espacio de
producción más importante de dirigentes de las grandes empresas… El peso de lo
que los autores llaman “activos estatales”, en primer lugar, y de “activos de
capital”, en segundo orden, son imprescindibles para pertenecer al selecto
grupo de los más grandes patrones franceses” (Tiramonti & Ziegler, pp.
172, 173, 174, 177).
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Jessy I. © |
Royals Influencers.
Luis Arturo
Villar Sudek “Luisito Comunica” tiene 41.5 M de suscriptores en YouTube y 36.6
M en Instagram: luisitocomunica; Juan Pablo Martínez Zurita “Juanpa Zurita” 11
M en YouTube y 34.3 M en Instagram: juanpazurita; Sujin Kim “Chingu Amiga” 9.23
M en YouTube y 11 M en Instagram: chinguamiga; Joseline Hoffman Badui “YosStop”
tenía 8.76 M en YouTube y 6.9 M en Instagram: justyoss; Rubén Díez Viñuela
“Lethal Crysis” 4.91 M en YouTube y 995.000 en Instagram: lethalcrysis_; Jordi
Carillo de Albornoz “Jordi Wild” 4.6 M en YouTube y 3.1 M en Instagram:
jordiwild8. Yahoo (1995), Hotmail (1996), Google
(1998), Blogger (1999), Messenger (1999), Skype (2003), Facebook (2004),
YouTube (2005), Twitter (2006), WhatsApp (2009), Instagram (2010), TikTok
(2017) forman parte de la vida del adolescente. Por primera vez en la historia
ha quedado destruido el paradigma que dividía el mundo en propietarios,
creadores y productores de contenido, y “usuarios”. La revolución informática,
la crisis económica internacional (2008-2023) y el COVID-19 (2020-2023)
impulsaron las plataformas digitales y la migración de la publicidad. El cable
y el satélite fragmentaron el público de Estados Unidos en 500 canales. El
ancho de banda barato permite programas de Internet con un universo de 500.000
canales. El televisor está en camino de convertirse en una aplicación de la
Red. En YouTube conviven las estrellas millennials con conductores,
actrices, actores, cantantes, comediantes, etc. Pero también es posible
encontrar el canal Carolina & Chiara: Enigma of a Quarantine “Enigma
de una Cuarentena” de las hermanas Bourbon Dos Sicilias, entonces de 19 y 17
años, creado cuando empezó el COVID-19: 6.27 K. En el vídeo Les Goûts et les
Couleurs de 18.000 visitas, se puede ver a las hermanas en pijama de oso
panda viendo una película de terror, hablando en francés, comiendo Kellog´s
con la mano. Carolina tomando una Fanta de 2 litros con popote y Chiara una Coca
& Cola de 2 litros con popote. Al finalizar los créditos:
@carolinadebourbon, @chiaradebourbon. ¡Hasta pronto! El 5 de mayo de 2021 el
príncipe William y Kate Middleton lanzaron su canal The Prince and Princess
of Wales, el vídeo inaugural Welcome to our oficial YouTube channel!,
obtuvo 5.7 millones de visitas. Las redes sociales juegan el mismo papel de
DIVINITY, VANITATIS, ELLE, VOGUE, HARPER´S BAZAAR, VANITY FAIR, THE OBJETIVE,
CARAS, ¡HOLA! Ofrecen una imagen deformada de la realidad. ¿Quieres ser
influencer? Las redes sirven para conseguir el poder, la influencia, el
liderazgo y la autoridad que no se tiene en la vida real, familiar o
profesional. Paradójicamente, el influencer carece de poder. Actualmente existe
la idea de que el dinero libera, pero desde Mesopotamia el trabajo estaba
asociado a la servidumbre y el comercio era moralmente imposible para los
hombres nacidos libres. Ni los aristócratas griegos, ni los patricios romanos,
ni los caballeros medievales se dedicaban al comercio. Querer ser influencer
implica la necesidad de obtener una fuente de ingresos, de validación social,
fama o autoridad. El discurso de que la dignidad es un atributo de
nacimiento y la vida es un derecho humano choca contra la realidad de una vida
de servidumbre donde el sujeto se aniquila como valor de cambio, dominado por
los conceptos y los objetos. Existen influencers de sangre real como Olympia de
Grecia, Nicolás de Dinamarca, Félix de Dinamarca, Victoria Federica de
Marichalar Bourbon, Chiara y Carolina Bourbon Dos Sicilias, Carlota Casiraghi,
Amelia Windsor, Kitty Spencer, Mafalda de Bulgaria, Eleonor de Habsburg, Talita
von Fürstenberg, Brianda Fitz-James Stuart… El 8 de julio de 2023 EL MUNDO sacó
la nota: “Segundones reales: nepobabies de toda la vida como Victoria Federica
que se hacen influencers y modelos”. La nota de Eduardo Álvarez es un ejemplo
de crónica escandalosa del siglo XVIII, pero toca un tema real: “Pero el éxito
de Victoria Federica en la industria de la imagen no se puede desligar de lo
que desde hace años es todo un boom, toda una moda, en Europa: la incursión de miembros
segundones de un sinfín de familias reales en este pingüe negocio,
convertidos en los nuevos reyes tanto de las plataformas digitales, donde el
porcentaje de sangre real de sus venas les hace sumar seguidores como la
espuma, como de las revistas sectoriales más chics e incluso de las pasarelas”.
¿Cuáles son los rangos de la nobleza? En orden descendente: rey y reina,
príncipe y princesa, duque y duquesa, marqués y marquesa, conde y condesa,
vizconde y vizcondesa, barón y baronesa. Nicolás de Dinamarca
(Copenhague, 1999) es hijo de Joaquín de Dinamarca y Alexandra Manley, condesa
de Frederiksborg. Nieto de la reina Margarita de Dinamarca y sobrino de
Federico, heredero al trono. En 2008 se convirtió en el conde de Monpezat. En
2019 abandonó la formación militar al mismo tiempo que realiza estudios de
Administración de Empresas y Gestión de Servicios en Copenhage. Es modelo
de DIOR y BURBERRY, y la imagen de WON HUNDRED. En Instagram cuenta con 87.000
seguidores: nikolaitildanmark. Su hermano Félix abandonó en 2022 la
formación militar para hacer carrera de modelo. En 2023 la reina Margarita tomó
la decisión de despojar a sus nietos descendientes de Joaquín, de la dignidad
real, para que puedan dedicarse a sus carreras de modelos. Charlotte Marie
Pomeline Casiraghi “Carlota Casiraghi” (Mónaco, 1986) es hija de la princesa
Carolina de Mónaco y el empresario italiano Stefano Casiraghi, nieta de Reniero
III y Grace Kelly. Es Licenciada en Filosofía por la Universidad de París,
dedicada al mundo editorial y la moda, aprovechando la amistad de la Casa de
Mónaco con Karl Lagerfeld. En Instagram tiene más de 75.000 seguidores: charlottecasiraghi.
De las primeras en convertirse en imagen de marcas de lujo cuando estaba mal
visto en las familias reales ganar dinero como modelo. En 2012 se convirtió en
la embajadora mundial de GUCCI, en 2018 la embajadora oficial de YVES SAINT
LAURENT y en 2020 la embajadora oficial de CHANEL. Maria Olympia de Grecia
(Nueva York, 1996) es hija de los príncipes herederos de Grecia, Pablo y
Marie-Chantal de Grecia, por lo tanto, le corresponde el tratamiento de Alteza
Real. Es nieta paterna de Constantino II de Grecia, el último rey de los
helenos, quien en abril de 1967 sufrió un golpe de estado. El rey organizó un
contragolpe fallido con sectores de las Fuerzas Armadas y la familia se instaló
en Italia hasta 1973, cuando fue sancionado el referéndum nacional que puso fin
a la monarquía griega para establecer una república parlamentaria. Es nieta
materna de Robert Warren Miller, el creador de los comercios Duty Free de los
aeropuertos, heredera de una fortuna de €1.500 millones. En su caso no es una
“segundona”, en otras condiciones sus padres serían los reyes de Grecia desde
el 10 de enero de 2023. En 1995, la boda de sus padres en la Catedral ortodoxa
Santa Sofía de Londres reunió a miembros de la realeza y a multimillonarios como
Rupert Murdoch, Estudió fotografía, diseño e historia del arte en Suiza y en la
Parsons School of Design de Nueva York, modelo y embajadora de DIOR, DOLCE
& GABBANA, LOUIS VUITTON, PRADA, TIFFANY & CO, BVLGARI, CHAUMET, PRETTY
BALLERINAS, SAKS & POTTS. En Instagram cuenta con 298.000 seguidores:
olympiagreece. Talita von Fürstenberg (Nueva York, 1999) es hija de
Alexandra Miller (heredera de la empresa de las tiendas Duty Free), sobrina
materna de Pía Getty (ex esposa de Christopher Ronald Getty, nieto del magnate
petrolero Jean Paul Getty) y Marie-Chantal de Grecia (esposa de Pablo de
Grecia), prima de Isabel Getty, prima de Olympia de Grecia, nieta del príncipe
suizo Egon y Diane von Fürstenberg, bisnieta de Clara Agnelli (nieta del
fundador de la casa Fiat). Talita a los 15 años entró como becaria en TEEN
VOGUE, a los 18 años asistió a la gala anual del MET de Nueva York, tiene
estudios de Moda y Negocios en la Universidad de Nueva York, Relaciones
Internacionales en la Universidad de Georgetown y trabaja como diseñadora.
Modelo de BUCCELLATI y DVF. En Instagram tiene más de 231 mil seguidores: tvf:
“El concepto de celebridad ha evolucionado rápidamente en las últimas
décadas. En los años 40 del siglo pasado, coincidiendo con la Segunda Guerra
Mundial, en Estados Unidos y Europa el marketing y la publicidad se lanzaron a
por un público objetivo hasta entonces no explotado: la mujer. Hasta entonces,
la mujer solo tenía funciones en la persuasión publicitaria. O bien era
incluida como elemento pasivo, con el fin de atraer la atención de los hombres.
O bien anunciaba productos pensados exclusivamente para ellas. En los
años 50, se normalizó la práctica de recurrir a celebridades como elemento
publicitario. Estos iconos pertenecían al mundo del cine, de la música y de
la ciencia. Además, se convierte en una práctica habitual que una misma
celebridad publicite varios productos de distintas marcas y firmas a la vez.
Desde los años 90 y hasta la actualidad, se ha asentado una idea en el mundo de
la persuasión: existen múltiples personalidades y todas ellas pueden ser
percibidas como personaje popular susceptible de ser referente para el público.
De hecho, muchos de los que hoy son celebridades digitales –influencers-
deben su posición a las redes sociales. Éstas les han otorgado el crecimiento,
la autoridad y el poder. En 1955, salió a la luz Personal Influence,
obra de Elihu Katz y Paul F. Lazarsfeld. En ella se hablaba, por primera vez,
de los líderes de opinión, como personas capaces de ejercer influencia entre los
que les rodean (Pérez y Luque, 2019 citando a Sádaba y San Miguel, 2014).
Posteriormente, Ed Keller y Jon Berry usaron por primera vez el término influentials
para referirse a los influyentes, como personas con interés subjetivo en
determinados ámbitos que quieren alimentar y posteriormente, transmitir (Pérez
y Luque, 2019 citando a Sádaba y San Miguel, 2014, p. 63)… Fernández, Hernández
y Sanz (2018) explicaron que el influencer combina la gestión de su
marca personal con el rol de prescriptor; y que cuando se concentra en temas
políticos, suele ser moderado y a veces, humorístico e irónico. Sobre la
prescripción es muy valiosa también la investigación de Bergkvist, Hjalmarson y
Mägi (2016), ya que alegan que solo se consigue si se dan tres factores: la experiencia
de la celebridad, la credibilidad de la unión entre la marca y el influencer, y
la percepción positiva de las razones del influencer para recomendar esa marca”
(El Habchi Mahir & Padilla Castillo, pp. 75, 76). Victoria Federica de
Todos los Santos Marichalar Bourbon (Madrid, 2000) es hija de la infanta Elena
de Bourbon y Grecia y Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada, nieta de los reyes
Juan Carlos y Sofía de Grecia y sobrina de Felipe VI. Estudió en el St.
George´s de La Moraleja, en el Mayfield ST Leonards de Inglaterra, en Santa
María del Valle en el barrio de El Viso. Actualmente estudia Marketing y
Comunicación en The Collage for International Studies (CIS). El ejemplo de la
segundona, su madre Elena de Bourbon y Grecia debió ser la reina de España y
ella princesa por orden de descendencia, pero fueron excluidas por línea
masculina. Jaime de Marichalar aparte de ser Caballero Divisero Hijodalgo
del Ilustre Solar de Tejada, trabaja como consejero de LOEWE y FENDI en la
multinacional LVMH, y en BOABREIMAB, dedicada al comercio minorista de moda.
Victoria Federica de Marichalar es marca registrada y buscada por marcas de
lujo para asistir a eventos exclusivos. En 2022 realizó su primera campaña para
HOSS INTROPIA. El 20 de mayo de 2023 participó en la primera pasarela de DIOR
en América Latina, la Colección Cruzero 2024 de Maria Gracia Chiuri en el patio
principal del Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, en homenaje al
feminismo en la Escuela Nacional Preparatoria donde estudió Magdalena Carmen
Frida Kahlo Calderón. La que iba ser la princesa de España desfiló ante los
murales revolucionarios de José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro
Siqueiros. En su perfil de Instagram tiene 250.000 seguidores: vicmabor.
La duquesa de Noto y Capri Maria Chiara (Roma, 2005) y Maria Carolina (Roma,
2003) son hijas del duque de Castro, Carlo di Borbone-Due Sicilie y
Chevron-Villette, pretendiente al desaparecido trono de Nápoles, descendiente
de Carlos III, tataranieto de Francisco II de las Dos Sicilias, el último
monarca de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia) y primo de Felipe VI. La madre
Camila Crociani es hija del empresario Camillo Crociani, presidente y Consejero
Delegado de Finmeccanica y fundador de Ciset, y de la actriz Edoarda Vessel “Edy
Vessel”. Maria Chiara y Maria Carolina son primas de las princesas Leonor y
Sofía, viven en Montecarlo, Roma y París. Chiara completó el sistema educativo
internacional de Cambridge y el Curso CNED bajo la supervisión del Ministerio
de Educación de Mónaco, estudia Ciencias Sociales y Negocios en la Universidad
de Harvard y realiza Cursos de Moda y Diseño en el Instituto Marangoni de
París. Maria Carolina estudia Ciencias Sociales, Marketing y Gestión de
Empresas en la Universidad de Harvard y Moda y Estudios de Lujo en la
Universidad de Montecarlo y el Instituto Marangoni de Londres. Tanto Chiara
como Carolina estudiaron el bachillerato en seis idiomas: inglés, francés,
italiano, castellano, portugués y ruso. Chiara participa en actividades
benéficas a través de la Orden Constantiniana de San Jorge, como la ayuda
humanitaria a Ucrania o la concesión de becas Saint-Georges para ayudar a los
alumnos de familias necesitadas para las clases preparatorias para integrar las
grandes écoles. En Instagram Chiara tiene más de 85.000 seguidores: chiaradebourbon.
En Instagram Carolina tiene 115.000 seguidores: carolinadebourbon. En
2023 las hermanas debutaron como modelos en el Paris Fashion Week para el
desfile de PIERRE CARDIN, gracias a su amistad con Rodrigo Basicaliti-Cardin,
pero sus planes es crear su propia marca. Sus dos perritos, Cosmo y Cotto,
también tienen perfil de Instagram, gestionado por las hermanas. Existe un
abismo en las carreras profesionales de los “segundones” y las ofertas
educativas de las escuelas públicas y privadas del pueblo llano. Lady Amelia
Sophia Theodora Mary Margaret Windsor (Cambridge, 1995) es hija de los condes
de St. Andrews, George Windsor y Sylvana Tomaselli (historiadora de Cambridge),
prima lejana de los príncipes William y Harry, nieta del duque Eduardo de Kent
(primo hermano de Isabel II). Ocupa el puesto 38 en la línea de sucesión al
trono británico. Estudió en el internado St. Mary´s School en Ascot, Historia
del Arte, Latín y Francés en la Universidad de Edimburgo y habla inglés,
francés e italiano. Trabaja para la agencia de modelos Storm Management.
Protagonizó con Olympia de Grecia la campaña de DOLCE & GABANNA
Otoño-Invierno 2017. Es colaboradora de la firma de calzado PRETTY BALLERINAS,
diseñando su primera colección de zapatos. En 2018 lanzó una colección
solidaria con la firma de calzado PENELOPE CHILVERS. Modelo de CHANEL, DOLCE
& GABBANA, MICHAEL KORS, BVLGARI, DIOR y AZZEDINE ALAIA. Tiene interés por
el medio ambiente, la moda sostenible, las piezas vintage y la artesanía.
En su tiempo libre, colabora con la asociación Veterans Aid y War Child, con el
objetivo de ayudar a los veteranos y a los niños que crecen en zonas de
conflicto. En Instagram tiene 102.000 seguidores: amelwindsor: “En
Instagram existen determinadas personalidades que tienden a ser etiquetadas
como influencers, pero no se puede corroborar hasta qué punto lo son,
especialmente cuando colaboran con marcas de alto lujo. Las marcas colaboran
con ellos y ellas por lo que su persona representa, y no por su capacidad de
ejercer influencia de compra directa sobre un nicho de seguidores. Es también
el caso de lady Amelia Windsor. Las marcas colaboran con ella porque obtienen
un gran beneficio cuando su imagen de marca se asocia a una monarquía y no por
ser influencer, ya que no lo es al menos cualitativamente de acuerdo a los
datos, porque no ejerce influencia sobre sus seguidores. En cambio, sí se
puede tener poder sin ostentar una autoridad que no se disfruta en la vida
profesional o familiar. En este caso, lady Amelia Windsor es heredera y miembro
de la Familia Real británica, pero no llegará a reinar por la posición que
ocupa y no tiene liderazgo ni autoridad en palacio. Aunque sí es una celebridad
gracias al hecho de pertenecer a su familia. Implica que Amelia no tiene
autoridad heredada por linaje, como sí la tienen sus primos herederos Guillermo
y Enrique. Entonces, sólo tiene poder que consigue en Instagram… Los seguidores
de Amelia no la admiran como a un líder real, político o gubernativo. Solo la valoran
porque Amelia es lady Amelia Windsor: un miembro millennial en la Casa
Real británica a la que permiten tener cuentas en redes sociales. Entonces, la
diferencia entre un líder y lady Amelia es que el líder atrae por su
personalidad carismática, mientras que Amelia podría ser seguida como
aspiración a vivir el estilo de vida que la joven real lleva. En este punto y
de acuerdo con los resultados, se puede afirmar que la hipótesis principal
quedaría validada. Instagram es una herramienta imprescindible para
conseguir poder y autoridad, o renovarlos, en una comunicación masiva pero
directa con la audiencia, sin la necesidad de tener ese poder o esa autoridad
en la vida real, familiar o profesional. Existen miembros de la realeza
británica, como Guillermo y Catalina (William y Kate), que ostentan poder y
autoridad a la vez. Mientras, otros, como lady Amelia Windsor, no tienen
autoridad heredada. Entonces, tratan de encontrar un nicho en la red social de
Instagram para tener un renovado liderazgo y una regenerada autoridad. La
influencia, el liderazgo y la autoridad que no tienen en la vida real, las
intentan alcanzar ejerciendo de influencers” (El Habchi Mahir & Padilla
Castillo, pp. 84, 85).
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Jessy I. © |
Chrónique Scandaleuse.
Robert Darnton
en “El diablo en el agua bendita o el arte de la calumnia, de Luis XIV a
Napoleón” (FCE, 2014), aporta datos sobre la historia de la comunicación
escrita y sus canales de socialización en el siglo XVIII. La Gazzete de
France fue fundada por Théophraste Renaudot en 1631 con el apoyo del
cardenal Richelieu, quien utilizó la prensa, las academias y las artes para
reforzar el prestigio de la monarquía. Renaudot permaneció fiel al cardenal
Mazzarino, el sucesor de Richelieu. En 1661 Louis XIV, el “Rey Sol”, utilizó la
dispensa de privilegios, mismos que podían venderse, revocarse, dividirse y
subdividirse. La Gazette de France disfrutaba del
privilegio de informar de asuntos exteriores. Le Journal des savants,
fundado en 1665, tenía el privilegio de cubrir todo lo relacionado con la
ciencia y las investigaciones eruditas. El Mercure de France, fundado en
1672 como Mercure gallant, incluía las bellas letras. Ninguna
publicación podía invadir su territorio sin el permiso del rey y sin pagar
tributo. Los tres periódicos convivían con todo tipo de suplementos semanales y
mensuales. En 1777 apareció Le Journal de Paris con una tirada diaria,
pero entonces tenía que competir con una gran variedad de periódicos, pliegos
publicitarios y revistas en legua francesa que se producían fuera del reino y
del control real. Ahora cualquiera tiene la libertad de hablar de “cualquier
tema” que no incomode las políticas de restricción de Facebook y YouTube y los
periódicos se usan para limpiar ventanas y envolver melones y papayas: Blogger,
Facebook, Twitter, YouTube, TikTok. París no tuvo un periódico diario hasta
1777; antes de 1789 circulaban 66 periódicos en lengua francesa, la mitad de
ellos publicados en el extranjero; para el 5 de mayo de 1789 se publicaron por
lo menos 2600 panfletos. Casi 250 periódicos aparecieron durante los seis meses
posteriores a la toma de la Bastilla; entre el 14 de julio de 1789 y la caída
de la monarquía el 10 de agosto de 1792, ya eran 500 periódicos. 380 cafés
donde los libelos desataban las conversaciones en el París de 1729, 800 cafés y
200 establecimientos de ingesta de bebidas en 1789. Las publicaciones
legales y las crónicas escandalosas también podían adquirirse en puentes, el Pont
Neuf; mercados, la Place Maubert; embarcaderos, el Quai des
Augustins; juzgados, la Coir de Mai del Parlamento de París;
jardines públicos, afuera de los palacios de Luxemburgo y de las Tullerías. Los
cafés eran los centros que daban vida a la esfera pública con la lectura y la
conversación (intercambio de información, debate y chismes), donde se podía
encontrar la venta de gacetillas y libros. Las librerías, los cafés y el
Palais-Royal eran los principales centros de comunicación. Desde 1702 los
londinenses leían un periódico diario. En 1788 Londres tenía diez diarios, ocho
se publicaban tres veces a la semana y nueve periódicos semanales. Los
periódicos del siglo XVIII sólo incluían de cuatro a ocho páginas, impresas en
tirajes de 3000 a 5000 copias. A dos y medio peniques o tres peniques la copia,
constaban más de la mitad del salario diario de un trabajador. Pero estaban
disponibles en las barberías, tabernas y las 500 cafeterías de Londres. Los
periódicos y las revistas brindaban material de debate a los londinenses: las
andadas políticas de John Wilkes, la vida sexual de Lord Sandwich, el
matrimonio secreto del príncipe de Gales, las necedades de Jorge III, el
generalato de George Washington, batallas navales, desórdenes callejeros, las
políticas del Parlamento, los crímenes del Covent Garden. El reverendo Henry
Bate fundó el Morning Post en 1772, asumiendo un tono sensacionalista:
informes sobre carreras de caballos, obras de teatro, crímenes, pleitos
literarios, juicios de divorcio y vidas privadas de personajes eminentes. Los
chismes del reverendo hicieron que muchas personas exigieran ser restituidas
con “espada, puño y pistola”. El capellán de Lord Lyttleton se ganó el mote del
“Reverendo Bravucón”, y fundó un diario rival, el Morning Herald. El Morning
Post se defendió contratando un editor para superar al reverendo Bate en
vileza: el reverendo Jackson, mejor conocido como “Doctor Crótalo”. El
enfrentamiento entre el “Reverendo Bravucón” y el “Doctor Crótalo”
incrementaron las ventas de ambos periódicos y convirtieron a los reverendos en
celebridades que no sólo informaban a sus lectores en asuntos de política
interna y exterior, los entretenían. La mezcla de política, entretenimiento,
celebridad y sensacionalismo que puede verse en la página principal de Yahoo!:
“La juzgan por estar con un chico más joven y así responde”; “Modelos en Miami
desfilaron solo con cinta adhesiva negra, dejando a muchos boquiabiertos”;
“2024 según Nostradamus: un nuevo papa, Harry en el trono y guerra con China”;
“Argentina vivirá el 20 de diciembre una de las marchas más importantes contra el
ajuste”. O los formatos YouTubers que adoptan el título sensacionalista: “Mi
papá me explotaba: La miserable vida de Paco el de las empanadas” (Rob Paper
Clips); “Desenmascarando ambientalistas” (Avelina Lesper); “A la quiebra.
Disney anuncia el fracaso y cierre de Star+ Nadie veía esa basura” (Astro
Recargado), “TikToker argentino en México: acá puedo comprar dos leches”
(Reacciones op. 2.0): “La personalidad más excéntrica en esta nueva era de
la publicidad era la de John Wilkes, quien combinaba la calumnia con el
radicalismo. Como disidente político, periodista y conocido libertino, explotó
todos los medios de su tiempo en una campaña para reformar el Parlamento y
liberar a la prensa de las restricciones que le imponía la ley de libelo
sedicioso. Poco después de que llegara Jorge III al trono, en 1760, Wilkes
utilizó su North Briton para vilipendiarlo a él y a su principal asesor, Lord
Bute, que tenía una relación amorosa con la reina madre, según Wilkes.
Cuando el número 45 de North Briton declaró que la Corona se había hundido en
la “prostitución”, el gobierno decidió que había llegado demasiado lejos.
Emitió órdenes generales de arresto en contra de todos los que estuvieran
vinculados con el periódico y encarceló a Wilkes en la Torre de Londres. Pero Wilkes
también era miembro del Parlamento. Cuando apareció ante la Corte apeló a la
inmunidad parlamentaria y denunció las órdenes de arresto generales por ser una
amenaza a la libertad de todo inglés nacido libre. Ganó su caso, y al ganarlo,
minó la legalidad de las órdenes de arresto generales. “Wilkes y libertad” se
convirtió en un grito de batalla en las oleadas de protestas contra la
naturaleza cerrada y corrupta del gobierno parlamentario. Después de sostener
varias polémicas, batallas en las cortes y desórdenes en las calles, Wilkes y
sus aliados ganaron espacios para la libertad de prensa. Incluso establecieron
el derecho de publicar recuentos de los procedimientos parlamentarios, una
práctica que el Parlamento había prohibido desde el final del siglo XVII. Para
1772 habían puesto de cabeza a la política parlamentaria. Los procedentes de
afuera no tenían cabida en el Parlamento, y éste siguió siendo en muchos
sentidos un club cerrado, pero de este modo se abrió a todo tipo de exigencias
hechas por la nación política "de puertas afuera", que se hizo
escuchar aprovechándose al máximo de la prensa más clamorosa. Los escándalos
sexuales se sumaban al efecto perturbador de la agitación política,
particularmente en las revistas. Una de las publicaciones más conocidas, Town
and Country Magazine, reveló divulgaciones de relaciones sexuales
fuera del matrimonio ilustradas con siluetas conocidas como têtes-à-têtes:
por un lado, un hombre de mundo, afecto a ir a sitios de moda y amante de
pasarla bien, poderoso y acaudalado, que en ocasiones ocupó puestos como
ministro de gobierno; por el otro, una mujer bella, pero pobre y desgraciada.
Una revista todavía más vociferante, New Foundling Hospital for Wit,
combinaba con regularidad sexo con política” (Darnton, pp. 394, 395). En
Youtube se encuentran canales como el de Diego Arrabal Paparazzo:
"Escándalo!! El AMANTE de la reina Letizia" (8 K), La Bomba de las
BOMBAS en el escándalo de Letizia y Jaime del Burgo" (197 K),
"Escándalo!! Felipe y Letizia. Se filtra PRUEBAS DE PATERNIDAD" (202
K), "Jaime Peñafiel explota: el matrimonio de Felipe y Letizia está
DESTRUIDO (421 K), "En Directo. Jaime Peñafiel, DESPEDIDO de "El
Mundo" tras el escándalo Letizia" (56 K), "Escándalo!! Hablan ex
escoltas de Casa Real. Letizia y Felipe VI" (140 K),"Escándalo
Letizia y Jaime del Burgo provoca el "BLANQUEO" (22 K),
"Escándalo!!! LA GRAN MENTIRA! Letizia, Felipe VI, Juan Carlos (179 K),
"Escándalo!! Juan Carlos ECHA a Felipe y Letizia del cumpleaños de la infanta
Elena" (186 K), "Escándalo!! La reina Letizia a Sofía: "Tú
Fuera" (58 K), "La HIJA SECRETA de Felipe VI. Aquí la verdad"
(561 K). Este tipo de canales influyen en la percepción del público y los
medios, por lo tanto son influencers. Milenio Soft: "Rose Hanbury: ¿Quién
es la presunta amante del príncipe?" (25 K). La Opinión: "¿Kate
Middleton era amiga de la supuesta amante del príncipe William?" (2.5 K),
Upsocl: "Kate Middleton se encuentra con la amante de William" (372
K). Gossip Teen: "¿El príncipe William le fue infiel a Kate Middleton?"
(33 K). Iconos: "El príncipe engaña a Kate": la supuesta nueva
infidelidad de William" (28 K). Showbiz: "Todo lo que sabemos de la
infidelidad del príncipe William" (30 K). Canal 13: "Medios aseguran
que el príncipe William le habría sido infiel a Kate" (55 K). la Sexta
Noticias: "Por qué se ha expandido el bulo sobre la infidelidad de
Kate" (91 K). Anecdotes sur Mme la comtesse du Barry (1775) era la
segunda obra en la lista de best sellers luego de L´An 2440. De las 100 obras
más vendidas en la lista de best sellers de la SNT (1769-1789), quince eran
libelles o chroniques scandaleuses: Anecdotes sur Mme la comtesse du Barry
(2º), Journal historique de la révolution opéré dans la constitution de la
monarchie française par M. de Maupeou (6º), Mémoires de l´abbé Terray (9º),
Mémoires de Louis XVl (12º), L´Observateur anglais, ou correspondance secrète
entre Milord All´Eye et Milord All´Ear (13ª), Vie privée de Louis XV (39º),
Correspondance secrète et familière de M. Maupeou (37º), Les Fastes de Louis XV
(39º), Mémoires secrets pour servir á l´histoire de la république des lettres
en France (49ª), Le Gazetier cuirassé (53ª), L´Espion dévalisé (68º), Mémoires
authentiques de Mme la comtesse du Barry (70º), La Gazzete de Cythère... (et)
Le Précis historique de la vie de Mme la comtesse du Barry (77º), Mémoires de
Mme marquise de Pompadour (98º), La Chronique scandaleuse (100º). De las las 15
crónicas escandalosas best seller, tres están dedicadas a la Madame du Barry,
dos a Luis XV Bourbon, una a Luis XVI Bourbon y una a la marquesa de Pompadour.
La historia de Jeanne du Barry es una versión XXX de La Cindirella Royal. Las
Anécdotas narran su llegada desde la humilde cuna hasta el palacio del rey, del
burdel al trono de Francia. El autor anónimo defiende que su libro no es un libelle,
sino un libro de Historia con fuentes que derrumban mitos. Ubica al padrino
Billard Dumonceau como un alto funcionario en el Ministerio de Finanzas, Du
Barry no salió de los bajos fondos de la sociedad. Dumonceau viajaba por Champagne
cuando la mujer de un inspector fiscal acababa de dar a la luz en el pueblo de
Vaucouleurs y la criatura necesitaba un padrino. Dumonceau aceptó presentarla
ante la pila bautismal y sufragar una fiesta del pueblo. Poco después del
nacimiento el esposo muere y ella encuentra trabajo como cocinera. La infancia
de Jeanne está marcada por el descastamiento. El autor no toma partido por
las versiones de la corrupción de la chica en la escuela de monjas -Convent de
Saint Aurea- o la serie de encuentros precoces con soldados y lacayos en el
Ayuntamiento en la que su madre trabajaba como cocinera. Toma la versión de la
madame Gourdan, Du Barry fue vendida media docena de veces como virgen en el
burdel de madame Gourdan, la mejor casa de citas de París. Gourdan afirma
haber descubierto a Du Barry en una tienda de vestidos parisina. Es posible que
la joven hubiera aprendido costura en el convento y tenía una gran pasión por
el vestido. Gourdan descubrió que sólo le interesaba la ropa y el sexo y ella
podía proporcionárselos. Lo primero que hizo fue restablecerle el himen y
vender su virginidad a un prelado de París que había asistido a la Asamblea del
Clero por 2.400 livres, el equivalente al salario de unos siete años de
un obrero semicalificado. Luego volvió a restaurar su himen varias veces para
vender su virginidad a un conjunto de depravados de los estratos más altos de
la sociedad: "La Iglesia, la nobleza, la magistratura, las altas finanzas
la habían experimentado, y me había producido más de mil luises". Madame
Gourdan tal vez nos recuerde a Heidi Fleiss "Madame de Hollywood",
Fernande Grudet "Madame Claude", Cynthia Payne "Madame
Cyn", María de Mora "Madame de las Famosas", Ghislaine Maxwell
"Madame de Epstein". Du Barry tiene una figura definida, salió del
convento a los 15 años para trabajar en una tienda de vestidos y luego su
"virginidad" fue vendida en innumerables ocasiones a los estratos más
altos de la sociedad. No sólo era una prostituta de lujo, era una virgen de
lujo que adquirió diversos nombres en su camino al trono de Francia: Manon,
mademoiselle Lançon, mademoiselle Vaubergnier, mademoiselle L´Ange y madame Du
Barry. Uno de los mejores clientes de madame Gourdan era Billard Dumonceau, a
quien le ofreció la virginidad de su ahijada de 16 años: "Pero, padrino,
¿está mal venir a un lugar que vos mismos frecuentáis?". El episodio
terminó la carrera de Du Barry como prostituta de lujo sin un centavo, pero le
dejó una serie de contactos de alta sociedad de Versalles y los trucos de
Gourdan. Du Barry regresó a la tienda de vestidos y se involucró con un
empleado del Ministerio de Marina, que la abandonó por una condesa decrépita.
Luego se involucró con un peluquero a quien condujo al desastre: peinados y
guardarropa. La necesidad la obligó junto con su madre a practicar la
prostitución en los jardines de las Tullerías. Fueron detenidas y
rescatadas por el padre Gomart, el viejo amante de su madre. Colocó a Du Barry
en la casa de una viuda de un acaudalado fiscal agrícola, que empleaba al padre
para decir misa y compartir la cama. La viuda empezó a acostarse con Du Barry y
ésta a coquetear con sus dos hijos. Las protestas de las sirvientas derrumbaron
el triángulo amoroso. Du Barry encontró trabajo en una casa de juego y conoció
al proxeneta Du Barry "conde Du Barry", especializado en las call
girls para los ricos y poderosos. Queda más clara la figura de Jeanne. No
era hija ilegítima, no había nacido por completo en la calle, y salvo el
episodio de los jardines de las Tullerías, no había sido callejera. Por segunda
vez regresaba a la prostitución de lujo, pero en su caso no era producto de la
ambición. Era lujuriosa y vulgar, pero también era inocente. El proxeneta la
presentó al señor Le Bel, el primer valet de Louis XV. La función de Le Bel era
obtener "juego" de la población femenina de Francia y servir
"manjares reales" en el Parc-aux-Cerfs, la casa de placer de Louis XV
en Versalles. Le Bel las "limpiaba", las vestía y las casaba luego de
una noche de amorío con dotes de 200.000 livres para cada una. El costo
de una a la semana para la Corona de Francia ascendía a 10 millones de livres
al año. Por 1768 el rey empezó a perder la libido y el plan de convertirla en
amante del rey fue del proxeneta Du Barry. Le Bel buscaba un "bocado
real" y Du Barry le propuso a "mademoiselle L´Ange" con una
condición: Versalles en lugar de Parc-aux-Cerfs. Jeanne sería presentada como
la condesa Du Barry, y ella se encargaría del resto. Jeanne descubre que los
ricos y los de buena cuna resultan incompetentes o pervertidos. Los duques no
tienen erecciones. Los prelados requieren la flagelación. Las condesas
favorecen el lesbianismo: "La anécdota ilustra la vulgaridad de Du
Barry y el trato familiar que en privado le daba al rey. Esto comenzó como un
chisme que extendieron los cortesanos en Versalles; luego un noveulliste
parisino dio noticias de él en una gaceta manuscrita; y por último nuestro
autor lo recogió como una "anécdota (...) a partir de la cual se puede
inferir cuál era entonces la opinión general del público relativo a su dominio
(el de Du Barry) sobre el rey"... Las noticias llegaban en muchas
formas. Pero nuestro autor estaba interesado por las más picantes, en la forma
de chróniques scandaleuses, anécdotas unidas una tras otra para crear un relato
ininterrumpido de fechorías y malversaciones. Las anécdotas funcionaban a
partir del principio, aún más familiar en el periodismo popular, de que los
nombres hacen noticias, por lo que se concentraban en las figuras más célebres
del reino. Sus autores -conocidos como nouvellistes, gazetiers y gens à
anecdotes- se comportaban como los ancestros de los indagadores reporteros de
hoy. Olfateaban los escándalos en los estratos elevados. Pero no hay que forzar
demasiado el paralelismo con el periodismo moderno porque los periodistas de
comienzos de los tiempos modernos no pertenecían a la profesión. Muchos
coleccionaban anécdotas por mero gusto. Las anotaban en pedazos de papel, las
intercambiaban entre ellos y las guardaban en portafolios, los cuales sacaban,
para regalar con ellas a sus amigos, en los cafés y en los salones. Al reunir
sus anécdotas en un maletín, el nouvelliste creaba una gaceta manuscrita
(gazzete á la main); y al imprimirlas, un editor producía una chronique
scandaleuse. Como su título lo señala, Anecdotes sur Mme la comtesse du Barry
debe mucho a estas gacetas clandestinas... Como quiera que fuera el
procedimiento, el resultado por momentos tiene la apariencia de un cuaderno de
recortes. Contiene tal cantidad de materiales disparatados que a veces se
pierde el hilo narrativo principal. Pero su calidad de collage lo vuelve
particularmente interesante, toda vez que muestra la forma en la que se
construía una imagen de los acontecimientos a partir de todos los pedazos de
noticias que circulaban en aquella época. De hecho, las Anécdotes... describen
este proceso: no sólo ofrecen información sino también información sobre la
información, llevando al lector al corazón del sistema de comunicación que esto
activaba... Aunque también aparecen algunos comentarios, en forma de bons mots,
bromas y canciones; y ellos también constituyen noticias" (Darnton,
pp. 236, 237, 238).
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Jessy I. © |
Pauvre-Diable & Sans-Culotte.
El Palais
Royal pertenecía a Louis Philippe II de Orleans, hijo de Louis Philippe de
Orleans, duque de Chartres, y de Louise Henriette de Bourbon, miembro de la
rama colateral Bourbon-Conti, tataranieto de Louis XIV y primo de Louis XVI.
Casado con Louise Marie Adélaïde de Bourbon. Louis Philippe era duque de
Montpensier y duque de Chartres, el duque de Orleans en 1785 y Philippe Égalité
“Felipe Igualdad” en 1792. En 1773, después de un incendio, encerró el jardín
del Palais Royal dentro de una enorme arcada que contaba con tiendas y
apartamentos, incluido alguno de los cafés más importantes de la ciudad: el
Café du Caveau, el Café de Foy, el Café de la Regénce en la Place du Palais
Royal. El duque de Orleans permitía que los parisinos caminaran por el jardín y
hablaran libremente de cualquier tema. Los parisinos podían comprar libros
ilegales en las tiendas bajo la arcada, chismear en los cafés, probar suerte en
los antros de apuestas o elegir entre una colección interminable de
prostitutas. Muchas de las actividades del Palais Royal eran ilegales, pero la
policía no podía perseguirlas sin pedir permiso al gobernador del palacio, la
autoridad del Palais Royal estaba supeditada a la autoridad del duque por ser
un príncipe de sangre real. El duque de Orleans fue el blanco de cinco libelos,
cuatro en contra: 1784, 1789, 1793 y en el Año II del nuevo calendario
revolucionario jacobino (1793-1794). Vie privée ou apologie de
Très-Sérénissime Prince Monseigneur le duc de Chartres (1784) retrata al
Gran Maestre del Gran Oriente de Francia de forma grotesca: su madre estaba
demasiado ocupada con el miembro gigante del conde de Polignac y sus cocheros,
y su padre estaba demasiado ocupado con sus concubinas para procrear hijos
legítimos; su única educación fueron las obscenidades de Aretino y las pláticas
procaces de su madre y de los pícaros que la rodeaban; iniciado por una de las
prostitutas más depravadas de su padre, Madeimoseille Deschamps, el inicio de
sus malos hábitos en los burdeles de París; buscaba casarse con la princesa de
Lamballe para heredar la riqueza del duque de Penthièvre y su puesto como Gran
Almirante de Francia; el príncipe de Lamballe se interpuso en sus planes y lo
convirtió en su compañero de desenfrenos sexuales al grado de fallecer por una
enfermedad venérea; convertir el Palais-Royal en un antro de apuestas donde
incrementó su fortuna gracias a las técnicas de trampa que le enseñaron los
hábiles jugadores de cartas de París; no defender a su hermana, la duquesa de
Bourbon, cuando el conde de Artois la llamó prostituta en un baile de máscaras;
probar los encantos de una famosa prostituta de Modena e intentar escapar sin
pagar, obligado a entregar su bolsa por cuatro matones para no recibir una
golpiza. En 1780, 3000 escritores aspiraban a convertirse en el próximo
Rousseau o Voltaire, muchos eran médicos o abogados, pero la gran mayoría
combinaba pequeños trabajos temporales de tipo literario con el espionaje, los
libelos y la extorsión: se contrataban como secretarios, daban lecciones
privadas, corregían pruebas, compilaban antologías, componían almanaques,
maquilaban folletos, redactaban escritos para boletines clandestinos,
colaboraban con periódicos extranjeros, vendían libros y espiaban para la
policía. Voltaire se burlaba de los escritores de poca monta con el término le
pauvre diable (“Pobre Diablo”). Un motivo literario que había utilizado
como arma para golpear a sus enemigos. Rousseau hizo lo mismo y acuñó el
término Rousseaus du ruisseau (“Rousseaus de Alcantarilla”) para los
escritores sentimentales a sueldo, por Nicolas–Edmé Restif de la Bretonne,
quien a su vez había acuñado el término pornographe (“Pornografía”) en
una obra de 1769, donde abogaba por un sistema estatal de prostitución legal.
Louis-Sébastien Mercier recibió el término “Rousseau de Alcantarilla”. El mismo
Mercier manifestó su desprecio por los escritores a sueldo y a los libelos,
porque no quería que lo identificaran con ellos. En Tableau de Paris
(1781) y en Le Nouveau Paris (1798) identificó al escritor indigente del
Antiguo Régimen como modelo para la variedad más radical del activista en el
París revolucionario: el sans-culotte. Mercier ubica el término en
Nicolas Gilbert, un poeta tan pobre que no podía comprar bombachos, apodado Gilbert
le Sans-Culotte (“Gilbert el Sin Calzones”). Después de que Gilbert murió,
en el desamparo, en 1780, la gente rica adoptó la denominación contra todos los
autores que no vestían de manera elegante. Existe una delgada línea entre el pauvre-diable
y el sans-culotte, entre la marginalidad en la literatura y la
militancia política. Antes de la Revolución estuvieron representados por
Morande, Pelleport, Manuel, Turbat, Linguet, De Serres de la Tour, Goesman,
Goudar, De Launay, La Coste de Mézières, Poultier d´Elmotte, Imbert de Bodeaux,
Duvernet, y otros, casi todos personajes oscuros y marginales que se perdieron
en el anonimato. Pero con vidas parecidas a las de los escritores que se
hicieron famosos durante la Revolución: Mirabeau, Brissot, Carra, Gorsas,
Bonneville, Prudhomme, Louvet de Couvray, Fabre de´Églantine, Hébert Chaumette,
Collot d´Herbois. Y los profesionistas que el movimiento revolucionario dio la
oportunidad de mostrar sus dotes literarias: el filósofo y científico Marat, el
ensayista y abogado Robespierre y el poeta Saint Just. Los principales
líderes de la Revolución se conocían bien entre ellos. Maximilien Robespierre y
Camille Desmoulins habían estudiado juntos en el Collège Louis de Grand,
Jacques Pierre Brissot y Jean Paul Marat se volvieron buenos amigos durante los
años que pasaron en Londres. Brissot también desarrolló vínculos cercanos con
Jérôme Pétion y ambos se hicieron amigos de Pierre Manuel. Los caminos se
cruzaban y las carreras se entremezclaban en los clubes y las asociaciones como
el Musée y el Lycée de París, donde los escritores de segundo o tercer nivel
buscaban apoyo mutuo durante los años previos a 1789. Muchos colaboraban en
libros y panfletos a lo largo de la era prerrevolucionaria: Mirabeau, Manuel,
Brissot, Clavière, Carra, Gorsas, Mercier. Los periodistas radicales como Marat
y Hébert pedían que rodaran cabezas. Anne-Gédéon Lafitt, marqués de Pelleport,
era un pauvre diable, un aristócrata de una familia con poco dinero, una
carrera fracasada en el ejército y encarcelado por petición de sus propios
padres, devenido en libelista. Pelleport en Les Bohémiens parodia el
rousseanismo vulgar de Brissot bajo el personaje Bissot, en la obra utiliza un
término que significaba algo más que los habitantes de Bohemia y los gitanos de
Rumanía, el término connotaba a los errantes que vivían de su ingenio y a los
hombres de letras marginales. La bohème (“Bohemia”) tenía la
misma connotación de pauvre diable (“Pobre Diablo”) y sans-culotte
(“Sin Calzones”). Los reportes de los espías policiacos retrataban la
contracultura de los refugiados franceses en Grub Streets de Londres. Los
libelistas se congregaban en "las barriadas y los cafés del nivel más
bajo": tabernas o cabarés baratos como el Table d´hôte en Grobetty
o cafeterías como el Café de Stangter y Café d´Orange. Gravitaban
alrededor de la librería de Boissière en la calle St. James y las oficinas del Courrier
de l´Europe, el periódico de lengua francesa especializado en noticias
británicas y asuntos estadounidenses. Pelleport en su obra dividió a los
bohemios franceses de Grub Streets en tres sectas filosóficas: la “secte
économico-naturellico-monotonique” (económico-naturalista-monotónica),
comandada por Séché; “la secte des despotico-contradictorio
paradoxico-clabaudeuristes” (de los
despótico-contradictorio-paradójico-chismosos), comandada por Lungiet y la de
“los philosophes communico-luxurico-friponistes” (filósofos
comunicativo-lúbrico-bribonzuelos) comandada por Mordanes (Morande). La primera
representaba a la fisiocracia y la doctrina de la ley natural; la segunda, al
despotismo ilustrado teñido de doctrinas sociales reaccionarias; la tercera, al
interés propio de signo predatorio. Junto con el rousseauneanismo utópico de
Brissot, los bohemios cubrían gran parte del espectro ideológico: "Los
títulos sirven mejor que el tamaño como indicadores. Cualquier cosa con las
palabras: “secreta” o “privada” en el título probablemente era un libelo,
especialmente si el adjetivo estaba conectado como un sustantivo como “vida”,
“memorias” o “historia”. Los títulos más comunes en la literatura del libelo en
el siglo XVIII comenzaban con “La vida privada de…” o “la vida secreta de…”.
Los libelistas gustaban de presentarse anónimamente como espías, abrevando de
la tradición popular del seudorientalismo… De las “cartas” a la
“correspondencia”, las “memorias” o el “diario”, los títulos jugaban con infinitas
variaciones del tema de unas cartas descubiertas en portafolios perdidos,
secretos intercambiados a través del correo y confidencias expresadas en
diarios. Las ficciones eran transparentes, pero añadían sabor a las
revelaciones prometidas, y cumplían la función de alertar al lector sobre lo
que podían esperar: la exhibición de secretos… Los libelos se presentaban con
frecuencia como periódicos, gacetas y crónicas… Algunas de estas obras cubrían
tanta historia contemporánea que podían ser tomadas en serio como narrativas
históricas sazonadas con un poco de escándalo… dado que “histoire” significaba
tanto historia como relato, estas obras prometían a sus clientes potenciales
una narrativa que combinaría el escándalo con la información acerca de hechos actuales.
Es más, “histoire” también connotaba biografía; de modo que las historias con
frecuencia se insertaban en largas series de “vidas privadas”… Los franceses
con frecuencia se referían a estos artículos como “anécdotas”, una palabra que
connotaba información oculta más que habladurías, como sucede en el uso común
actual. También los llamaban nouvelles, es decir, noticias… Una
lectura atenta de todos los libelos publicados entre 1770 y 1800 revelaría
innumerables casos de anécdotas extraídas de una publicación e insertadas en
otra. Describir este hurto como plagio sería anacrónico; era práctica común
entre los libelistas, e ilustra la manera en la que trabajaban. Recababan
material de toda fuente a su disposición y la reunían de la manera que más
conviniera a su propósito: como memorias escandalosas, historias sediciosas, gazzetes
à la main, crónicas, psedocorrespondencia, panfletos y popurrís”
(Darnton, pp. 330, 331, 332, 333, 334). Robert Darnton en Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución (FCE,
2014) hace un análisis sobre el subgénero de libros prohibidos llamados libelles
“libelos”. Los ataques calumniosos a las figuras públicas a las que se les
conocía colectivamente como Les Grands (“Los Grandes”). En la época de
Augusto los romanos usaban la palabra LIBELLVS “libro pequeño” para referirse a
los panfletos difamatorios, diminutivo de LIBER “libro”. Los Anales de Tácito
registran que Augusto fue el primero en conducir procesos sobre panfletos
calumniosos (famosi libelli) bajo el pretexto de la ley de lesa
majestad. A finales de la Edad Media, libelle aplicaba a todo tipo de
panfletos, hasta que empezó a ser asociado con ataques a “Los Grandes”. Entre
1659 y 1789 hubo al menos 135 personas encarceladas en la Bastilla por crímenes
relacionados con los libelles. Era más fácil ser arrestado por un libelo
que por promover el ateísmo, el deísmo, el enciclopedismo, el libertinaje,
teorías políticas radicales o ilustradas. Existía mayor tolerancia por la
promoción de ideas que por la destrucción de reputaciones desde el anonimato.
El libelista podía ser calificado fácilmente de cobarde, pero no se debe
olvidar que había una relación asimétrica de poder, el atacado era un Grande.
El libelo era el recurso de los pequeños, pero también podía ser el medio de
otro Grande que estuviera interesado en desacreditar públicamente a un igual.
En la Inglaterra del siglo XVI, los Tudor castigaban a los libelistas cortando
las narices y rebajando las orejas. En el siglo XVII, la ley sobre el libelo
sedicioso de Inglaterra sirvió para limitar la libertad de prensa después del
fin de la censura previa a la publicación. En Francia, una ordenanza real de
1560 proclamaba que “todos los productores de carteles y de libelles
difamatorios (…) que tiendan a inflamar al pueblo y provocarlo hacia la
sedición” serían condenados como “enemigos de la paz pública y criminales
culpables de lèse-majesté”. Charles IX decretó un edicto el 17 de enero de
1561: “Deseamos que todos los impresores, distribuidores y vendedores de anuncios
y libelos sean castigados por la primera ofensa con el látigo y por la segunda
con la ejecución”. El 1617 la actividad llegó a su punto más alto, 450
nuevos títulos, cien más que la producción de 1589. El 28 de mayo de 1649, el
Parlamento de París trató de restaurar el orden en la capital amenazando con la
horca a quien publicara libelles. La ola de libelles explotó
durante la revuelta de los príncipes en 1614-1617. La lucha por el poder entre
los grandes y los protegidos rebasó la esfera del palacio, y los cortesanos
buscaron el apoyo del público. Luis XIII fue ignorado porque apenas tenía doce
años. La reina madre, María de Médicis, dominaba los consejos como regente y
por medio de favoritos como Concino Concini, el mariscal D´Ancre. El
príncipe Enrique II de Bourbon-Condé era el principal oponente de María.
Acusado de tratar de suplantarla, primero manipulando los Estados Generales de
1614, luego por medio de intrigas y finalmente con una rebelión abierta.
Concini fue asesinado y María de Médicis conducida al exilio. Los panfletos
calificaban al príncipe Condé como traidor, impulsivo y conspirador sin
escrúpulos. Concini de libertino, demonio, usurpador disoluto. María de Médicis
de tirana, entremetida, protectora de aventureros corruptos y extranjeros.
Entre 1648 y 1653 surgieron 5.000 panfletos. El escenario era idéntico: un rey
niño, Luis XIV; una reina madre, Ana de Austria, tratando de gobernar a través
del favorito Mazzarino; y grandes nobles, dirigidos por el príncipe Luis II de
Bourbon-Condé, hijo de Enrique II de Bourbon-Condé. Los rebeldes expulsaron
de París en enero de 1649 al cardenal Mazzarino, a la reina madre y Luis XIV, y
se apoderaron de la ciudad. Luego permitieron la libertad de prensa para
calumniar a Mazzarino y a quienes estuvieran asociados con él. Le reclamaron
enviar la riqueza francesa a los bolsillos italianos, las arcas españolas y la
iglesia ultramontana; su amor al lujo, a la buena comida, a la ópera y a sus
sobrinas. La Mazarinade de Paul Scarron: "Sodomita que sodomizas, sodomizado
sodomita, sodomita con plumas y sodomita con vello, sodomita en lo grande y en
lo pequeño, sodomita que sodomizas al Estado y sodomita del mejor
mezclado…". En 1652 la rebelión decayó y los grandes se volvieron
dueños de la situación: Gaston de Orleans, Louis II de Bourbon-Condé, el
cardenal de Retz y el cardenal Mazzarino. En un libelle publicado en
Turín, aparecieron embarrados el príncipe Louis-François Joseph de
Bourbon-Conti (1734-1814) y el príncipe Louis Joseph de Bourbon-Condé
(1736-1818): Vie privée de Charles Philippes de France, ci-devant comte
d´Artois, frère du roi, et sa correspondance avec ses complices , ornée de son
portrait, gravé d´après nature, pour servir de clef à la Révolution française
et de suit aux vies de Marie-Antoinette d´Autriche, reine de France; de Louis
Philippes d´Orléans; de Louis-François Joseph de Conti; de Louis Joseph de
Condé; de l´agioteur Necker; ci devant directeur-général des finances; de
Jean-Sylvain Bailly, maire de Paris; et du general Mottier, dit La Fayette,
commandant-général es bleuets parisiens: “La vida privada de Carlos Felipe de
Francia, antiguo conde de Artois, hermano del rey, y su correspondencia con sus
cómplices, adornada con su retrato, grabado al natural, para que sirva de clave
de la Revolución Francesa y, posteriormente, de la vida de María Antonieta de
Austria, reina de Francia; de Luis Felipe de Orleans; por Luis Francisco José
de Conti; por Luis José de Condé; del corredor de bolsa Necker; aquí ante el
Director General de Finanzas; de Juan-Silvano Bailly, alcalde de París; y el
general Mottier, conocido como Lafayette, comandante general de los arándanos
parisinos”: “El autor de Vie politique et privée de Louis Joseph de Condé
(“Chantilly”, 1790) adoptó el mismo tono. Escribía como un “historiador
filosófico”, y se felicitaba a sí mismo por exhibir, en concordancia con el
espíritu del igualitarismo revolucionario, la depravación de Condé. Un autor
desconocido podía ahora desenmascarar a un príncipe en público porque los
tiempos habían cambiado: “El rango, el título y las posesiones son simples
distinciones imaginadas por razones políticas para mantener a los demás
subyugados” (p. 8). Continuaba con una crónica de adulterio tanto del
príncipe como de la princesa y luego, a media denuncia, se detenía para
declarar su confianza en su propia esposa, cuya virtud destacaba como una
denuncia de las mujeres de la alta sociedad que hacían del engaño un deporte…
Al condenar a Condé se colocaba él mismo por encima moralmente; y al moralizar,
hacía que la oposición entre virtud y vicio funcionara como un argumento para
igualar el orden jerárquico del Antiguo Régimen. El autor de Vie privée et
politique de Louis-François Joseph de Conti, prince du sang, et sa
correspondance avec ses complices fugitifs (“Turín”, 1790) trataba los mismos
temas. Después de proclamar su estricta imparcialidad tanto como historiador
como philosophe, lanzaba insultos contra Conti. A semejanza de los demás
príncipes de sangre real –y como los Borbones en general, todos ellos “monstruos
execrables” (p. 21)-, Conti estaba hecho del mismo material de Nerón y
Calígula. Pero difería de sus primos reales en un aspecto: sólo le importaba el
dinero. A diferencia de ellos, entonces, él había apoyado al gobierno de
Maupeou en 1771, cuando impuso un gobierno despótico en el reino. Como
recompensa, recibió millones que fueron desviados de la tesorería real por
Terray en su papel como contralor general de Finanzas. En 1789, sin embargo,
Conti se unió a la coalición de príncipes que intentaban destruir la Asamblea
Nacional; después del fallido intento de golpe; emigró a Turín, al tiempo que
seguía conspirando con ellos. Regresó a París en 1790, hizo un conspicuo
juramento de lealtad al nuevo régimen para ocultar sus tramas
contrarrevolucionarias, y ahora estaba preparado para atacar en cualquier
momento” (Darnton, pp. 503, 504).
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Jessy I. © |
Terror Jacobino.
Existe una
delgada línea entre el Pauvre-Diable y el Sans-Culotte, entre la marginalidad
en la literatura y la militancia política. Los pauvre diables siguen
escribiendo libelles con el lenguaje del pueblo y extorsionando. Los Rousseaus
du ruisseau siguen escribiendo literatura sentimental a sueldo: Libertad,
Igualdad, Fraternidad, Sororidad. Los sans-culottes de Facebook, Twitter, YouTube
y TikTok mezclan la extorsión y el activismo político: "influencers".
Si Luis Alfonso de Bourbon hubiera usado a los blogueros, famosos, celebridades
e influencers para hacer la "Revolución", tal vez los números de
Spanish Influencers 2017 SL hubieran cuadrado. Ahora podemos ver ambos modelos
de activismo radical bajo el lenguaje audiovisual. Marie
Antoinette no soportaba a Madame du Barry, como en la Corte francesa no se
permitía dirigirse directamente a alguien de rango superior, Du Barry no podía
hablarle a menos que ella lo hiciera primero. Louis XV murió en 1774 y Louis
XVI y Marie Antoinette, ya monarcas, la expulsaron de la Corte. Cuando estalló
la Revolución le robaron sus joyas y fue arrestada en septiembre de 1793,
acusada de traición a la República. Jeanne du Barry fue guillotinada en la
Plaza de la Revolución el 8 de diciembre de 1793, dos meses después de haber
sido decapitada Marie Antoinette en el mismo lugar. La reina austriaca había
sido bastante popular al inicio. Cuando visitaba la ciudad la recibían con
gritos espontáneos de vive le reine. Pasada la mitad de 1781, no lograba
que se alzaran gritos ni distribuyendo dinero entre la multitud. Circulaban
rumores de que estaba desviando enormes cantidades de dinero desde la tesorería
real y enviándolas a su familia en Viena. Jean-Charles-Pierre Leonoir rastreó
la calumnia hasta dar con dos boletines manuscritos producidos por dos
cortesanos adscritos a las casas del rey y la reina; pero falló al intentar
arrestarlos, pues huyeron al ser avisados por otro informante en Versalles. El
principal blanco de libelles, 150 en total: "amante del conde de
Artois, la princesa de Lamballe y la duquesa de Polignac". También fue
atacada por la prensa inglesa. Cuando los diplomáticos franceses leían la
prensa inglesa, no podían creer lo que veían. Los reportes del conde
Jean-Balthazar Adhémar expresaban su indignación por el repugnante ejercicio de
la libertad política de los ingleses. El 11 de diciembre de 1784 el Morning
Post sacó una nota sobre un amorío en París entre la duquesa de Polignac
("Mme P") y un cierto caballero inglés ("Coronel C"). Dos
días después el periódico acusó a Marie Antoinette, sin nombrarla abiertamente,
de tener una relación con un tal "Mr W" y con un oficial francés en
un nido de amor secreto provisto por Madame de Polignac en París. Para el
Morning Post, que en esa época llenaba sus columnas con información sobre las
travesuras sexuales de la alta sociedad en Londres, la historia era
irresistible, después de una desastrosa guerra con Francia, dos apuestos
oficiales ingleses hacían orquestado una venganza sobre el rey de Francia al
hacerlo cornudo. Para el conde Adhémar la nota era ofensiva, carente de
diplomacia, un caso de lèse majesté. Se había dado cuenta que las protestas
diplomáticas no llevaban a nada. Después de enviar copias de los artículos con
sus traducciones a Versalles, contrató a un gacetillero para desmentir los
rumores en el Public Advertiser del 17 de diciembre y el Morning Herald del 19
de diciembre. El Morning Post respondió con la revelación de que el
nido de amor se extendía: Madame Polignac ("Mme P") ahora parecía
estar compartiendo a su coronel con una "gran dama" (Marie
Antoinette). La prensa inglesa tenía una fuente inagotable de lodo que lanzar a
la monarquía francesa, Adhémar se dio cuenta que no podía ganarles a las
periodistas londinenses en su propio juego, así que dejó de jugarlo. En 1789 el
duque de Orleans fomentaba una oposición al gobierno tanto en el Parlamento de
París como en las calles de la capital. Cuando se reunieron los Estados
Generales, en mayo de 1789, se sentó entre los nobles radicales, y apoyó la
causa del Tercer Estado y todas las medidas revolucionarias que muchos
sospechaban que estaba conspirando para reemplazar a Louis XVI como regente o como
rey por derecho propio. La sospecha de una conjura orleanista llegó a su punto
más alto en el alzamiento del 5 y el 6 de octubre de 1789, cuando un grupo de
mujeres del mercado seguidas de Lafayette y de la Guardia Nacional marcharon
hacia Versalles y llevaron a la familia real de vuelta a París, donde sus
miembros permanecieron como prisioneros virtuales en el Palacio de las
Tullerías. La creencia extendida de que había orquestado la marcha hacia
Versalles lo llevó a considerar que era prudente aceptar una misión en Londres,
donde permaneció hasta julio de 1790. La violencia la proveía la gente común:
artesanos y tenderos apoyados por profesionales, especialmente abogados, se
movilizaron en los 60 distritos parisinos donde había habido elecciones de los
Estados Generales. Para mediados de octubre de 1789 sospechaban abiertamente no
sólo de la Corte sino también de la Asamblea Nacional, que había seguido al rey
a París. Los líderes más conservadores de la Revolución intentaron contener la
violencia popular: el alcalde de París, Bailly; el jefe de la Guardia Nacional,
Lafayette; el mejor orador de la Asamblea Nacional, el conde de Mirabeau.
Tomaron provisiones para instaurar la ley marcial y excluyeron a los pobres de
los batallones de la Guardia Nacional que patrullaban las calles para mantener
el orden. Los altos precios del pan con frecuencia desataban alzamientos
cuando se elevaban por encima del poder adquisitivo de los consumidores
ordinarios, como lo habían hecho justo antes de las journées del 14 de julio y
del 5 y 6 de octubre de 1789. Pero los distritos seguían siendo una amenaza.
Habían creado asambleas vecinales y comités ejecutivos, donde los militantes
locales, los futuros sans-culottes, amasaban hostilidad en contra de los
políticos que operaban al nivel de la Asamblea Nacional y la municipalidad de
París. Después de octubre de 1789, los radicales tomaron a Bailly, Lafayette y
Mirabeau, junto con Louis XVI y Marie Antoinette, como principales blancos. En
Francia la crisis había aminorado en 1790, cuando el pan volvió al precio
normal, los diputados en la Asamblea Nacional se concentraron en diseñar un
nuevo orden constitucional y el país celebró su victoria contra el Antiguo
Régimen el 14 de julio de 1790, la primera conmemoración del Día de la Bastilla.
La Constitución creada por la Asamblea Nacional había sido aceptada por Louis
XV y ratificada en las elecciones de septiembre de 1791, que produjeron un
nuevo cuerpo parlamentario, la Asamblea legislativa. Francia declaró la guerra
a Austria el 20 de abril de 1792, Louis XVI había estado dispuesto a ir a la
guerra, pero el colapso de la ofensiva francesa hizo parecer como si estuviera
colaborando secretamente con Austria a fin de utilizar la derrota para
restaurar el Antiguo Régimen. Todo sugería que algunos generales estaban
coludidos. Lafayette, el general francés más famoso, en abril desertó al bando
enemigo y los austriacos junto con sus aliados prusianos conquistaron las
fortificaciones clave en la frontera francesa. El hecho confirmó los temores de
los sans-culottes de que podía desatarse una contrarrevolución. Marie
Antoinette fue señalada de estar conspirando para sabotear la Revolución y
poner a Francia en manos de su hermano en Viena. En todos los momentos
cruciales de su curso la Revolución se había movido hacia la izquierda mediante
insurrecciones. El 14 de julio de 1789, el 5 y 6 de octubre de 1789, el
10 de agosto de 1792, y del 31 de mayo al 2 de junio de 1793, los artesanos y
trabajadores de París pusieron la violencia que destrababa el impasse.
Para ellos, las "personas simples" (Le Menu Peuple, Les
Petites Gens), a mediados de 1792 llamados generalmente Sans-Culottes ("Sin
Calzones"), eran constantemente explotados por Les-Grands
("Los Grandes"). Para el otoño de 1793 habían aprendido a cuidarse de
los líderes políticos que usaban la violencia popular para sus propios fines
sin cumplir con sus promesas de satisfacer las demandas populares. Los
sans-culottes de las 48 Secciones de París, que reemplazaron a los Distritos
electorales de 1789, derrocaron a la monarquía en una sangrienta batalla
callejera el 10 de agosto de 1792. Su intervención abrió el camino para que
llegara un ministerio interino brissotista mientras se organizaban las
elecciones para una Convención que creara un nuevo orden republicano. Pero una
vez instalada la Convención, los políticos brissotistas (seguidores de Jacques
Pierre Brissot) o girondinos (diputados prominentes de la Gironda) no hicieron
nada para cumplir con las exigencias de los sans-culottes de controlar precios,
tomar medidas energéticas para ganar la guerra y reprimir a los
contrarrevolucionarios: "Cuando la Asamblea legislativa votó en contra
de una moción para condenar a Lafayette por traición, los líderes de las
Secciones dirigieron sus sospechas en contra de los políticos de la Asamblea,
incluidos algunos brissotins que habían apoyado a Lafayette y que
estaban negociando secretamente con el rey para formar un nuevo gobierno... De
hecho, como las condiciones se deterioraban en todos los frentes, los
girondinos atacaron abiertamente las Secciones. Los sans-culottes respondieron
del 31 de mayo al 2 de junio invadiendo la Convención y purgándola de líderes girondinos...
Durante el verano de 1793 los precios siguieron escalando y los ejércitos
invasores amenazaban de nuevo con llegar a la capital, mientras que los
simpatizantes girondinos se alzaban en las ciudades más importantes de
las provincias y la Vendée se disolvía en una guerra civil. Un Comité de
Seguridad Pública compuesto por líderes montañeses, incluido
Robespierre, resultó ser tan ineficaz como los ministros girondinos para
controlar la situación... Los militantes sans-culottes invadieron la
Convención el 4 y 5 de septiembre, en otra insurrección potencial que por
momentos parecía una repetición de lo sucedido del 31 de mayo al 2 de junio.
Pero los montañeses lograron aplacar a los sans-culottes cooptando a sus
líderes y prometiendo medidas enérgicas para poner en marcha su programa. La
Convención decretó una medida de emergencia tras otra: una draconiana Ley de
Sospechosos (17 de Septiembre), un Máximo General de precios (29 de septiembre)
y la centralización del poder en el Comité de Seguridad Pública (10 de octubre,
seguido de una legislación más detallada el 4 de diciembre)... Por varias
semanas el Tribunal Revolucionario dudaba si convenía eliminar a los
prisioneros identificados como abiertamente contrarrevolucionarios. María
Antonieta y los líderes girondinos no fueron guillotinados sino hasta
octubre, y Orleans, que había sido arrestado el 5 de abril, no caminó hacia el
cadalso sino hasta el 6 de noviembre. Durante este periodo Robespierre y los
once miembros del Comité de Seguridad Pública estaban aprensivos ante la
posibilidad de ser arrancados del poder por nuevos oleajes de violencia
popular. Los miembros de las Secciones tenían batallones propios, así como
organizaciones políticas... Para el verano de 1794 el Comité de Seguridad
Pública desmantelaría las Secciones y absorbería a sus líderes en la burocracia
revolucionaria y del ejército. Pero al final de 1793 todavía estaba luchando
por mantener su apoyo, algo que lograría no sólo echando a andar su programa
sino ganándoselos con propaganda" (Darnton, pp. 306, 440, 441). Pierre
Manuel estaba entre los diputados jacobinos más conocidos cuando la Convención
Nacional se reunió la primera vez el 21 de septiembre de 1792, y comenzó a
tener que lidiar con una abrumadora agenda de problemas: el destino de Louis
XVI, la creación de una nueva República, la defensa del país contra los
ejércitos invasores de Austria y Prusia, y la hostilidad creciente del
movimiento sans-culotte en París, que había explotado en horribles
masacres del 2 al 6 de septiembre. Manuel le debía su elección al apoyo de los
militantes parisinos. Manuel llevaba mucho tiempo vinculado con los
miembros más radicales de la delegación parisina: Maximilien Robespierre,
Georges Jacques Danton, Camille Desmoulins y otros líderes de los montañeses.
Sin embargo, también tenía fuertes vínculos con Jacques Pierre Brissot, Jérôme
Pétion y otros moderados o girondinos prominentes. Después de luchar sin
mucho éxito por hacerse una vida y un nombre como un hombre de letras antes de
1789, halló una nueva carrera en el funcionariado creado por la Revolución en
París: primero como un defensor abierto del Tercer Estado en su distrito
electoral local, después como representante de la Comuna de París y, para 1790,
como administrador en la oficina del mayor responsable de vigilar el comercio
de libros. Gracias al apoyo del Club de los Jacobinos fue elegido procurador
público de la Comuna el 2 de diciembre de 1791. En sus discursos del Club de
los Jacobinos del 5 y 12 de febrero de 1792, exigía que los ministros fueran
obligados a sortear quién de ellos iría a la guillotina. Manuel fungió como
vicepresidente y como presidente de los jacobinos en junio de 1792. En su papel
como abogado perseguidor de la Comuna, se abstuvo de hacer nada para evitar que
los sans-culottes invadieran las Tullerías el 20 de junio. Lejos de
intentar calmar la agitación en las Secciones, reafirmó su apoyo a ellas y a
los vínculos que las unían con la Comuna. Por ello el conservador Departamento
de París lo acusó de fracasar en el mantenimiento del orden como lo exigían sus
funciones en el gobierno municipal. El 7 de julio lo suspendió junto con Jérôme
Pétion, el alcalde de París, por el abandono de su deber. Los jacobinos,
comandados por Robespierre, levantaron una tormenta de protestas, respaldaron a
Manuel y a Pétion como patriotas y exigieron su restitución. Los simpatizantes
jacobinos en la Asamblea Legislativa respondieron denegando la decisión del
Departamento y restableciendo a ambos en sus puestos. Aunque intervino para
salvar algunas vidas durante las masacres de los sans-culottes en
septiembre, estuvo al lado de los líderes más radicales de la Comuna durante
las masacres y por ello emergió como el partidario del pueblo durante las
elecciones para la Convención Los últimos meses de la vida de Pierre Manuel
sirven como ejemplo de cómo la distinción de izquierda y derecha se volvió
confusa para 1792. Su experiencia en las masacres de septiembre alteró su
sentido de la solidaridad con los sans-culottes, condenando las masacres
en el Club de los Jacobinos el 5 de noviembre. Collot d´Hervois, un vocero de
la nueva izquierda reviró con una frase que hizo que pareciera
contrarrevolucionario. Estar en contra de la violencia revolucionaria era estar
en contra de la Revolución: "Sin el 2 de septiembre no habría libertad y
no habría Convención Nacional". Al final de 1792 Manuel dejó de aparecer
en el Club de los Jacobinos y el 31 de diciembre fue expulsado, etiquetado como
un girondino. Cuando llegó el momento de votar el destino del rey había que
emitir tres votos, uno sobre la culpabilidad del rey, otro sobre si la nación
debería anunciar su castigo por vía del referendo y uno más sobre si debía ser
enviado a la guillotina. Manuel al final votó a favor del referendo y en contra
de la ejecución de Louis XVI. Abandonó la Convención en cuanto se pronunció el
veredicto de pena de muerte, renunció y se retiró a su pueblo natal. Manuel fue
arrestado el 20 de agosto en Fontainebleau y compareció ante el Tribunal
Revolucionario el 13 de noviembre. Para entonces casi todos sus amigos girondinos
habían sido ejecutados o se habían suicidado. Ejecutado el 14 de noviembre como
uno de los co-conspiradores. La guillotina cobró las cabezas de Manuel,
Desmoulins, Danton y Robespierre. Después de la muerte de Robespierre, el 28 de
julio de 1794, el Terror fue desmantelado, pero la Revolución continuó: "Es
imposible seguir detenidamente las acciones de Manuel durante el caos de agosto
y septiembre de 1792, pero cuando se reunió la Convención el 21 de septiembre,
destacaba como uno de los miembros líderes de la delegación de París. Había
sido elegido junto con Danton, Robespierre, Marat y otros líderes de la
izquierda. Las nociones de izquierda y derecha, sin embargo, estaban algo
borrosas. Originalmente derivaban del acomodo en los asientos de los diputados
en los Estados Generales: aquellos que se sentaban en su podio a la izquierda
del presidente fueron identificados como radicales; aquellos a la derecha
adquirieron la tonalidad de los conservadores. Pero el espectro siguió
modificándose cada vez que los eventos empujaban a la Revolución hacia la
izquierda. Surgían constantemente nuevos radicales con demandas cada vez más
extremas, y algunos de los diputados de la nueva derecha parecían salidos de la
antigua izquierda. Algo de la confusión era resultado de las conexiones
personales dentro de las configuraciones cambiantes al interior de los partidos
-o facciones, como sería más preciso describirlas-. Aunque los revolucionarios
utilizaban el término parti, nunca desarrollaron nada como los partidos
modernos, con organizaciones formales, disciplina en el voto, listas
electorales y plataformas. En cambio, identificaban a los grupos políticos con
los nombres de los individuos: feyatistas, brissotistas, rolandistas,
dantonistas, maratistas, robespierristas, hébertistas y demás. También
utilizaban otras etiquetas, derivadas de fuentes tales como los nombres de los
clubes (jacobinos contra feuillantes en la Asamblea Legislativa) o de alguna
característica sobresaliente (girondinos contra montañeses en la Convención,
los primeros asociados con algunos diputados prominentes de la Gironda y los
últimos identificados por sus asientos en las partes altas de la sala de
reunión de la Convención)... Sus líderes se conocían bien entre ellos... La
convergencia de amigos que estaban destinados a convertirse en enemigos
resaltaba especialmente en el matrimonio de Camilles Desmoulins y Lucile
Duplessis el 29 de diciembre de 1790. La fiesta de boda contó con Robespierre,
Brissot, Manuel y Mercier. En ese momento todos estaban comprometidos con la
causa común, y cada uno habría de tomar más adelante una nueva posición en el
reordenamiento de la izquierda y la derecha. La sensación de solidaridad, por
un lado, y de traición, por el otro, hacia a las divisiones particularmente
letales. Todos, excepto Mercier, acabaron en la guillotina para 1795; todos,
incluido el novio y la novia" (Darnton, pp. 308, 309).
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Jessy I. © |
Quartieri Spagnoli.
Los Quartieri
Spagnoli son uno de los barrios populares más antiguos del centro histórico de
Nápoles. Se trata de una zona que se extiende sobre una superficie de poco
menos de un kilómetro cuadrado, bajo la vertiente sur de la colina Vomero, que
separa la cresta inferior de vía Toledo desde la parte superior de Corso
Vittorio Emanuele. Aunque el Quartieri Spagnoli, por su peculiar historia,
constituye una entidad bien definida y circunscrita desde un punto de vista
cultural tanto para los habitantes de la ciudad como para sus visitantes, por
otra parte parece más difícil de clasificar desde un punto de vista geográfico
y administrativo. El área identificada como Quartieri
Spagnoli se desarrolla entre dos municipios distintos (I y II) e incluye
cuatro barrios distintos dentro de él: Chiaia, San Ferdinando, Montecalvario y
Avvocata. Estos últimos, a su vez, se extienden sobre una superficie que no
corresponde enteramente a la de los Quartieri Spagnoli, pero que en
parte los supera, afectando a otras zonas de la ciudad. En particular, si la
porción de territorio más importante aparece casi dividida entre San Ferdinando
y Montecalvario, decididamente más pequeños son los que administrativamente
pueden incluirse en los distritos de Chiaia y Avvocata. Desde esta perspectiva,
en muchas circunstancias prevalece una concepción "extensiva" de los Quartieri
Spagnoli, que tiende a identificarlos con la zona que se extiende desde el
límite del distrito de Chiaia hasta la zona de Montesanto y que limita al norte
con Corso Vittorio Emanuele, y al sur con vía Toledo. Carlos José Hernández
Sánchez en Pedro de Toledo entre el hierro y el oro: construcción y fin de
un virrey (CASA EDITRICE TULLIO PIRONTI, 2016), parte del nombramiento en
el siglo XVI del marqués de Villafranca don Pedro Álvarez de Toledo por Carlos
V como virrey de Nápoles. Acompañado por el poeta Garcilaso de la Vega, los
nobles napolitanos Ferrante Bisbal, conde de Briatico y Colantonio Caracciolo,
marqués de Vico, junto a sus criados, el jurista Juan de Figueroa y su
secretario personal Antonio de Aponte, el nuevo virrey viajó en 1532 desde
Ratisbona hasta Nápoles, donde haría su solemne entrada el 4 de septiembre.
Tras pasar por Venecia, Mantua, Florencia y Siena, el pequeño cortejo se detuvo
en Roma. Allí el virrey visitó a los principales cardenales de la facción
imperial, uno de los cuales -el antiguo confesor del emperador, García de
Loaysa, supervisor de la situación napolitana y artífice junto a Cobos de su
nombramiento- le entregó unas instrucciones privadas. En ellas aconsejaba
sobre el comportamiento con todos los sectores del reino y, muy especialmente,
con su nobleza, a partir del dominio del lenguaje ceremonial y simbólico de la
corte. Las tensiones sociales y faccionales llevaron al cardenal a
recomendar al nuevo virrey "que muestre buena cara y alegre a todos",
si bien encarecía que "siempre que saliere sea con gran gravedad, porque
esto es causa de non poner desacatamiento en ninguno", señalando asimismo
que "para su conversación y en su casa tenga personas virtuosas y de buena
vida y costumbres y con tales platique (...) porque en esto se mira más en
Italia que en ninguna parte del mundo...". Loaysa aconsejaba también sobre
la etiqueta de las comidas o las audiencias, la forma de vestir o el culto
religioso y la protección de los conventos y hospitales de la capital: todo un
programa que el virrey cumpliría a través del reforzamiento del ceremonial, la
corte y el mecenazgo. El distanciamiento de don Pedro respecto a la nobleza
local se expresaría tanto por medio de los gestos como de la ampliación de los
oficios, espacios y funciones de la corte virreinal. La ampliación de Nápoles
expresa la fusión de esas prioridades militares, que siguen centrando la
atención historiográfica, con las políticas, a su vez inseparables de las
simbólicas. Todo ello respondía a la coherencia de una acción de gobierno que
corrió paralela a iniciativas similares de otros pro reges, como
Ferrante Gonzaga o Juan de Vega. La ampliación urbana de Nápoles, con un
perímetro trazado por las nuevas murallas -de mar, a partir de 1537 y de tierra
desde 1543-, rodeaba a los barrios más antiguos, donde se encontraban los seggi
de Nido y Capuana que aglutinaban a la nobleza más refractaria al poder
virreinal. Para paliar los frecuentes enfrentamientos entre las tropas
españolas y la población el virrey acometió la construcción de los Quartieri
Spagnoli, a los pies de la colina de San Telmo, una gran operación
especulativa de la que se benefició uno de los yernos de don Pedro, el duque de
Castrovillari, quien tras arrendar una gran parte de los terrenos a la cartuja
de San Martino, los subarrendó a los oficiales y soldados españoles. Otros
parientes y aliados del virrey, como su primo y homónimo Pedro de Toledo,
castellano de la fortaleza de San Telmo, adquirieron terrenos en la colina o,
como Scipione di Somma, construyeron grandes mansiones suburbanas que aunaban
las nuevas exigencias del ocio cortesano con las de la defensa militar. Los
Quartieri Spagnoli marcaron el primer término de la gran ampliación urbanística,
inacabada a la muerte de don Pedro: una ciudad militar ligada a la ciudad de
los servicios, de los nobles y del pueblo a través de la nueva calle Toledo
-emblema del triunfo del nombre-, larga y más ancha que las demás, extendida
entre la Puerta Real de las murallas y una esquina del Parque Real donde el
virrey construyó, en sus últimos años, el nuevo palacio virreinal -de
dimensiones y apariencia modestas, quizás para no despertar suspicacias tras la
reciente revuelta-, cercano a su vez al muelle y, por tanto, a las galeras que
podían facilitar las tropas para alcanzar con rapidez las principales arterias
de la ciudad antigua, con los Quartieri y los castillos como segura
retaguardia. Esa zona prolongaba el trazado del núcleo grecorromano,
sometido a un proceso de depuración desde 1533, cuando se dictaron los primeros
bandos para demoler todos los obstáculos y despejar el carácter rectilíneo de
las calles. Tanto las viejas como las nuevas vías configuraron un modelo de
ciudad adecuado a las exigencias de seguridad y reputación, de acuerdo con la
imagen clásica cultivada por la corte aragonesa, que pretendía rivalizar con
otras ciudades italianas y visualizar el programa del gobierno virreinal
ensalzado por los poetas cortesanos. Junto a la naturaleza sometida, todo el
espacio urbano se reorganizó en función de similares criterios de racionalidad
y magnificencia. Por ello, según el sistema aplicado con éxito para levantar
las arquitecturas efímeras que jalonaron la visita del emperador en 1535, don
Pedro impulsó la unificación de los trabajos en 1545 al nombrar al arquitecto
Ferdinando Manlio superintendente de todas las fábricas civiles y militares de
la ciudad de Nápoles, con funciones similares a las asumidas más tarde por
Giorgio Vasari en la florencia medicea. En control de los encargos y los pagos
se unía al sometimiento de las actuaciones, tanto constructivas como
decorativas, a un diseño homogéneo que, en último término, remitía a la
autoridad del virrey. Las intervenciones urbanísticas encauzaron las
iniciativas nobiliarias y corporativas y reflejaron el proceso jurídico,
institucional, político y militar de reforzamiento de la corona. De esa
forma, asumieron el carácter de emblemas del gobierno virreinal y otorgaron
nuevos significados políticos a sus núcleos vitales en función de un compromiso
entre las necesidades del poder y la tradición utópica del humanismo napolitano
que partía de la antigua urbe grecolatina. En ese sentido, podría efectuarse
una lectura platónica de ordenación armónica de la sociedad bajo la virtud de
la justicia, encarnada por el remodelado Castel Capuano, cuya situación al
fondo de vía Tribunali -antiguo Decumanos maior- y junto a la entrada principal
de la ciudad, reforzaba su imagen rectora para legitimar el poder virreinal:
"En el interior del nuevo y ampliado recinto amurallado la ordenación
urbanística tendía a separar la zona militar de la nobiliaria y, sobre todo, de
la popular. Esa división funcional reflejaría la equidad del virrey frente a
los excesos de la nobleza y se superpondría al presunto debate que, de forma
demasiado esquemática, ha querido verse entre la ciudad de los españoles y
la ciudad de los italianos. Para ello Platón ofrecía una útil y prestigiosa
alternativa de distribución social que, transmitida por Alberti en su tratado De
arquitectura, pudo servir para legitimar la reforma de don Pedro. La obra
pictórica era bien conocida por figuras como Girolamo Seripando, amigo de
Garcilaso y Tansillo, u otras de la corte virreinal como el propio confesor del
virrey, fray Angelo da Napoli, "gran doctor en teología y doctrina
platónica" o el médico y filósofo protegido por el Toledo, Simone Porzio
que, pese a su filiación aristotélica, había frecuentado los círculos
neoplatónicos florentinos. En la nueva Nápoles el núcleo antiguo y popular,
donde se concentraba la mayoría de las actividades comerciales y artesanales en
torno a plazas como la del Mercado o la Sellaria, quedaría rodeado no sólo por
la muralla abaluartada, sino por barrios fieles, como el entorno de
Castel Capuano o las nuevas zonas occidentales. En estas se procedió a crear un
gran conjunto residencial y defensivo en el que el nuevo palacio virreinal se
erigió en vértice de las dos arterias, via Toledo y via Chiaia, en torno a las
cuales se distribuyeron los sectores nobiliario y militar, prolongados por la
zona suburbana de villas de recreo en la ribera de Chiaia hasta Pozzuoli. Si
los Quartieri Spagnoli, con el remodelado Castel Santelmo, constituían
en la parte elevada de la ciudad un espacio reservado a los encargados de
defenderla, incluso de sí misma, el área próxima al puerto se configuró como un
ámbito prioritario de la población española, a través de la iglesia y el
hospital de Santiago y de las residencias de oficiales de la corte y la administración
virreinal. Ellos serían los intérpretes del gobierno sabio encarnado por el
virrey, mientras que la nobleza era invitada a desplazar sus residencias de la
ciudad antigua a la nueva área expansiva de vía Toledo y vía de la Incoronata
como garantía de una fidelidad aún precaria. En esa gran operación política,
social y simbólica el conjunto de Castel Nuovo y el palacio virreinal envolvían
el gran Parque Real, convertido en el lugar reservado del príncipe. Se cumplía
así el esquema virtuoso que Platón había diseñado para su República ideal:
prudencia para los sabios gobernantes, fortaleza para los defensores y
templanza para los trabajadores, con la justicia garantizando el equilibrio del
conjunto" (Hernández Sánchez, pp. 22, 23). Pasquale Giovanni Schiano
en Dallo stigma al brand. Processi di turistificazione e rappresentazioni
dello spazio urbano a Napoli (UNIVERSITÀ DI BOLOGNA, 2021), trabaja el
turismo de gueto de Nápoles. Los Quartieri Spagnoli surgieron a mediados
del siglo XVI por voluntad del virrey don Pedro de Toledo, en cuyos planos la
zona habría estado destinada a acoger a las tropas españolas estacionadas en la
ciudad. Precisamente por su uso previsto, el Barrio Español se desarrolló según
un diseño de "tablero de ajedrez" caracterizado por una densa malla
ortogonal de bloques de asentamientos y calles de dimensiones particularmente
estrechas, lo que en las intenciones de sus creadores las habría hecho
difíciles de penetrar por ataques externos. La particular conformación urbana
del barrio impulsó un proceso de desarrollo del área enteramente sui generis,
que comenzó a tomar la forma de "una especie de pequeña colonia, cercana
pero no integrada a la gran ciudad" (Alisio & Buccaro, 1994) y lo que,
como tal, pronto vio la multiplicación de actividades ilegales y economías que
proliferaron al margen de la presencia militar. Las necesidades
"recreativas" de las tropas estacionadas en la zona, de hecho,
favorecieron el desarrollo de prácticas como el juego y la prostitución, cuya
difusión en el barrio fue sustancialmente tolerada por las autoridades, ya que
era funcional para mantener el consenso dentro del ejército. De esta manera,
hasta su uso original, los Quartieri Spagnoli han visto funciones
diferentes pero complementarias, configurándose como una especie de distrito de
entretenimiento y tiempo libre en el corazón de la ciudad Habsburg. Tras la
desmovilización de las tropas reales, la transformación del uso previsto del
Barrio Español fue parcial, ya que ese denso tejido de economías ilegales que
se desarrolló desde sus orígenes demostró estar profundamente arraigado desde
el punto de vista territorial, sobreviviendo a las posteriores transformaciones
de la zona. Gracias a los testimonios y relatos ofrecidos por varias
generaciones de viajeros, durante los siglos XVII y XVIII, se desarrolló una
vasta producción literaria sobre Nápoles y sus clases populares, lo que
atestigua un interés y curiosidad por la ciudad sustancialmente irreductible a
una dinámica de exotización y estetización de la pobreza urbana. La
polifacética Nápoles popular entre los visitantes del siglo XVIII dará paso a
una representación de la ciudad profundamente degradante y estigmatizante.
Mientras que algunos de los barrios populares que se han
"beneficiado" de las intervenciones previstas por el plan de
reurbanización son progresivamente "rehabilitados". Otros barrios
que no participaron en los procesos de reurbanización -o, más simplemente,
reducido por esto a una condición sustancialmente peor que la anterior, caen en
el olvido, excluidos de esos mismos itinerarios que los vieron en el centro de
verdaderas "peregrinaciones" de viajeros y curiosos de parte de
Europa. Los Quartieri Spagnoli, por su parte, mucho después de la caída
del reino borbónico, vieron reproducida su infame reputación de lugar sórdido,
permaneciendo al margen de las posteriores operaciones de regeneración urbana
que tuvieron lugar en la zona del centro histórico y configurándose
efectivamente como lo que en la terminología de Peter Marcuse puede ser llamado
un gueto de marginados (Marcuse, 1988, 2001). Una situación que se mantendrá
sustancialmente inalterada hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la nueva
temporada de emergencias inaugurada por el cólera de 1973 y continuada con el
terremoto de 1980 traerá de vuelta, junto con numerosas zonas marginadas del
centro histórico, los barrios españoles en el centro de la agenda urbana. A
partir de este momento los Quartieri Spagnoli comienzan a verse
afectados por algunas intervenciones constructivas de recuperación y
regeneración del tejido urbano que, sin embargo, intervendrán oportunamente en
cada caso de dificultad en lugar de expresarse en términos de un proyecto
estructurado y a largo plazo (Amato & Rossi, 2003; Laino, 2016). Consciente
de la ola de especulación que azotó la ciudad entre los años cincuenta y
sesenta, la administración comunista dirigida por Maurizio Valenzi optó por un
enfoque "conservatista" en la cuestión de la regeneración urbana,
evitando el uso de intervenciones a gran escala que inevitablemente habrían
despertado el interés del gran capital constructor. Un espíritu que también
animó al frente que se constituyó en oposición a la demolición del área,
representado por el proyecto llamado "Il Regno del Possibile"
promovido por la Società Studi Centro Storico y por el proyecto
"NeoNapoli", apoyado por el Ministro Cirino Pomicino. De esta
manera se conservaron por un lado los Quartieri Spagnoli ese carácter de
comunidad "cerrada" y en cierto modo "impermeable" respecto
del exterior, por otro lado, conservaron su morfología social relativamente
intacta al mismo tiempo por cómo se había ido estructurando a lo largo del
último siglo, acumulando así un "capital turístico" que resultaría
fundamental en los procesos posteriores de la regeneración de la zona. Al mismo
tiempo, el ambiente de renovación civil estimulado por la elección de Valenzi
y, más en general, por un clima de sensibilidad hacia la cuestiones de la
pobreza urbana y la exclusión social, contribuyó al surgimiento de una nueva
mirada sobre la realidad del barrio: "El éxito turístico de los Quartieri
Spagnoli es que, a pesar del peso creciente de las inversiones tanto
públicas como privadas como parte de las actividades de regeneración y
recuperación de la zona, la degradación, la pobreza y el desempleo no han
desaparecido, Más bien, esa dinámica que se describió como una progresiva
reasimilación del barrio dentro del tejido urbano de la ciudad parecía avanzar
en paralelo con la transformación contextual. Por el contrario, parece claro que
la representación estigmatizante de la que fueron objeto los Quartieri
Spagnoli durante su larga trayectoria ha contribuido decisivamente a la
construcción de su identidad turista. Una identidad que ha hecho precisamente
de esos atributos estereotipados y estigmatizantes un indicador de su
autenticidad y un testimonio del carácter espontáneo e informal que -a pesar de
la creciente importancia de la industria del turismo dentro de la economía de
territorio- continúa informando un complejo de usos, costumbres y tradiciones
locales. El deterioro de los edificios, las formas comunitarias de socialidad,
la interpenetración entre la dimensión privada y el espacio público y el
carácter inescrupuloso de las prácticas de uso de este último han pasado a
formar parte de una narrativa que, con el énfasis en las características
identificativas del territorio, combina la reivindicación de su
irreductibilidad a "algo pintoresco, como uso y consumo de turistas más o
menos interesados" porque -como afirma el autor de un artículo
recientemente dedicado a esta controvertida zona de la ciudad por Lonely Planet
-"para Quartieri Spagnoli, el folklore no puede existir".
Desde este punto de vista, por tanto, parece claro que el número cada vez mayor
de turistas que suben cada día por las callejuelas de vía Toledo para entrar en
el corazón de los Quartieri Spagnoli no debe ir simplemente para admirar
las obras del barroco napolitano y apreciar la tradición gastronómica y
vinícola centenaria, por el contrario, constituye el atractivo más potente para
los visitantes que llegan de todo el mundo. Es precisamente una representación
que realza su presunta refractariedad a la lógica del desarrollo de la ciudad
turística, convirtiéndola en una especie de baluarte de una forma de vida
urbana alternativa a la modernidad tardía. Un rasgo estilístico que parece
distinguir a casi todos los innumerables relatos de la ciudad que, desde hace
algunos años, han comenzado a llenar las páginas de la prensa nacional e
internacional, subrayando la obstinada desgana del barrio se convierta en una
"postal" que conserve intacto un encanto arcaico y decadente. Desde
esta perspectiva, en un breve artículo dedicado al redescubrimiento de los
Quartieri Spagnoli, The New York Times los describe como "un barrio
ruinoso de Nápoles famoso por sus calles sucias y sus delitos menores"
(Schiano, pp. 120, 121).
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Alexia T. © |
Revuelta de Masaniello.
Luis Ribot en
Las revueltas italianas del siglo XVII (EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA,
2004) hace un recorrido por los conflictos políticos en los territorios
hispano-italianos. A lo largo del siglo XVI, la Italia vinculada a la monarquía
de España no había conocido grandes levantamientos a diferencia de las
rebeliones generalizadas del siglo XVII. Las revueltas de la última centuria se
concentraban en dos de los territorios con que contaba la monarquía en Italia:
los reinos de Nápoles y Sicilia, con una mayor intensidad y gravedad en el caso
napolitano. Por lo que a la cronología se refiere, en ambos casos, son los años
1647-48 en que tienen lugar sendos levantamientos, prácticamente simultáneos. Pero
las rebeliones no concluirán a mediados de siglo, pues la ciudad siciliana de
Mesina protagonizará, entre 1674 y 1678, un levantamiento armado que contará
con el apoyo posterior de Francia, dando lugar a una larga guerra, vinculada al
conflicto hispano-francés. Por otra parte, y frente a los casos de Nápoles y
Sicilia, el ducado de Milán, el reino de Cerdeña, o el pequeño estado de
Toscana, no protagonizaron ninguna revuelta abierta durante dicha centuria.
Nápoles y Sicilia eran dos reinos distintos en muchos aspectos. Mientras que en
Nápoles la ciudad capital es la ciudad por excelencia, a la que se opone el
mundo rural o las provincias, Sicilia tiene una de las tasas más altas de
urbanización de Europa y cuenta con dos ciudades principales: Palermo y Mesina,
que a finales del siglo XVI se acercan a los 100.000 habitantes. Otra
diferencia importante radicaba en la menor importancia económica y humana del
reino de Sicilia. Las revueltas sicilianas difieren asimismo de las de dicho
reino en su menor complejidad, pues en ellas no se desarrollaron los elementos
antiespañoles y republicanos napolitanos. De acuerdo con las tesis de Rosario
Villari en La rivolta antispagnola a Napoli. Le origini (1585-1647)
(Bari, 1967), el sur de Italia entró en una decadencia social, la depresión se
vio agudizada por la política durante los años de la guerra, entre 1636 y 1647,
en que la decisiva contribución del reino de Nápoles a las empresas militares
de la monarquía y la lucha contra los levantamientos de Cataluña y Portugal
provocaron un vertiginoso incremento de la deuda pública y una intensificación
de las presiones fiscales. La fuerte interrelación existente entre la nobleza
de seggio o piazza (la que controlaba de forma cerrada y
oligárquica, el gobierno municipal de Nápoles) y las instituciones centrales
del reino marcaban los límites de la vía napolitana al absolutismo y el Estado
moderno. La nobleza controlaba ampliamente también la administración pública
del reino, y seguramente por ello, la venalidad de los oficios apenas afectó
más que a cargos subalternos. El mantenimiento de la "autonomía" y
las amplias "libertades" de que gozaba la nobleza, que no se vieron
afectadas durante los momentos más agudos de la crisis de los años treinta y
cuarenta, explica el que dicho grupo no desempeñara un papel activo en la
revuelta de 1647-1648. Los nobles dominaban también los dos principales
organismos representativos del reino: el Parlamento y el consejo de seis
electos, que gobernaba la ciudad capital. De forma excepcional, la nobleza
monopolizaba prácticamente la representación parlamentaria, pues los
representantes de los municipios, que habían ido perdiendo poder a medida que
aumentaban las localidades dependientes de la nobleza feudal, ya en el siglo
XVII dejaron de acudir a las sesiones, delegando en los ministros del rey. El
dominio de la nobleza era importante, porque el Parlamento disponía de amplios
poderes que le permitían orientar la legislación general del reino para la
introducción de nuevos impuestos. Ya en 1636 la hacienda del reino de Nápoles
había superado todas sus posibilidades de endeudamiento, con una deuda pública
que llegaba a los 40 millones de ducados. Los gastos de la guerra y el pago de
la deuda absorbían prácticamente la totalidad del gasto, dejando sin satisfacer
otras muchas necesidades del reino. Para salir de tal situación y atender las
ingentes demandas de dinero de la monarquía, fue necesario incrementar los
ingresos mediante la venta del patrimonio real (cargos, rentas, tierras, etc.),
el aumento de los impuestos, la obtención de nuevos préstamos, o la suspensión
de ciertos pagos, como las cuotas cuatrimestrales de la deuda pública
("terze") que se pagaban a los acreedores. Pero la mayoría de los
banqueros, afectados por la depresión del comercio y poco confiados en la
solvencia de la corte napolitana, eran reacios a continuar sus negociaciones.
La presión del reino era tan desproporcionada que, en el seno de la propia
nobleza, comenzaba a manifestarse una corriente crítica. Entre 1631 y la
primera mitad de 1644 salieron hacia Milán cerca de 12 millones de ducados.
Giuseppe Galasso estimó que el valor conjunto del esfuerzo financiero realizado
por el reino de Nápoles fuera de sus fronteras entre 1631 y 1644 bien pudo
llegar a los 80 millones de ducados. Y si a dicha cifra se le unen las
aportaciones anteriores y posteriores, desde 1622 -año de la nueva acuñación de
moneda- hasta 1648, en que comenzó a ceder la presión fiscal: las pérdidas
ocasionadas por la nueva monetización, los gastos derivados de los armamentos
hechos en el reino y los envíos de tropas, barcos y materiales diversos, o los
gastos provocados por las deudas de los municipios, se puede valorar que la
guerra ocasionó en veinticinco años a la economía del reino de Nápoles una
pérdida de unos 200 millones de ducados. El personaje clave para la enorme
movilización de capital que se llevó a cabo fue el nombre de negocios
Bartolomeo d´Aquino, quien lograría monopolizar las relaciones financieras
entre la corte de Nápoles y el capital privado. Entre 1636 y 1644 Aquino
proporcionó casi 16 millones de ducados, que se enviaron casi en su totalidad a
Milán o España. Unas dos terceras partes de dicho crédito se saldaron con
títulos de la deuda pública, que se crearon mediante la enajenación del
patrimonio real que aún quedaba, o mediante la introducción de nuevos
impuestos. El total de la nueva deuda -con Aquino y otros financieros- ascendió
a 36 millones de ducados durante el virreinato de Medina de las Torres. Luigi
de Rosa en L´ultima fase della guerra dei Trent´anni e la crisi
economico-finanziaria e sociale del Regno (1630-1644) en su libro Il
Mezzogiorno spagnolo tra crescitd e decadenza (Milán, 1987) ha estudiado
detalladamente las consecuencias de toda esta enorme transferencia de capitales
sobre la vida económica, y en particular sobre la balanza de pagos del reino.
La aparición de una cantidad tan enorme de crédito, concentrada en pocas manos,
llevó a una fuerte desvalorización de los antiguos títulos de la deuda pública,
condición indispensable para la creación de una nueva deuda en un momento de
recesión mercantil. Muchos de los propietarios de deuda "antigua"
fueron expropiados, al reducirse la productividad de los impuestos que se les
habían enajenado. Una gran cantidad de títulos invadió el mercado a precios
irrisorios. Se produjo en consecuencia toda una reestructuración de la deuda
pública, con su corolario de víctimas (muchos de los antiguos rentistas) y
beneficiarios, entre los que se contaban en un lugar privilegiado de la
aristocracia y las instituciones eclesiásticas, además de Aquino y otros
banqueros. Y no se trataba únicamente de la especulación con la deuda, sino de
la privatización de los nuevos impuestos en manos de los hombres de negocios
acreedores de la hacienda real. Buena parte de las entradas viejas que
permanecían en poder de la corte y de las nuevas que se crearon ahora fueron
capitalizadas -habitualmente al 7%- y cedidas a cambio de las cantidades que
recibía la hacienda real. Y en ello se hizo en una medida tan grande que el valor
de las entradas vendidas se redujo pronto, descendiendo por debajo de su valor
nominal, con lo que la diferencia ("alaggio") entre éste y su valor
de mercado fue cada vez mayor, con grave perjuicio para la Regia Corte. A la
privatización de las finanzas públicas se unían los privilegios obtenidos por
Aquino y otros negociantes, como el envío de comisarios por parte de los
acreedores para cobrar los impuestos directamente en los municipios, con los
consiguientes abusos y violencias. Se produjo así una "subordinación de la
administración estatal respecto al grupo que en aquellos momentos monopolizaba
las relaciones financieras con la corte". Pero el sistema no podía durar
demasiado, pues estaba agotando la sustancia económica del reino, y buena prueba
de ello serían, a partir de un cierto momento, las dificultades de Aquino para
garantizar las "provisiones" demandadas por Madrid, la crisis de sus
especulaciones y su arresto en 1644: "En la formación de la deuda
pública participan la burguesía (comerciantes, arrendadores, miembros de la
administración, profesionales) y la nobleza, aunque existe una tendencia, que
se acentúa con el paso de los años, a la concentración de rentas en manos de la
aristocracia y las instituciones eclesiásticas. La aristocracia feudal había
sufrido una crisis económica en la segunda mitad del siglo XVI. Mientras que
muchas familias se veían acosadas por las deudas, surgirá una nueva
aristocracia integrada por comerciantes genoveses, toscanos y vénetos, así como
burgueses y napolitanos que ocupaban puestos en la administración del reino.
Muchos de ellos reciben títulos y adquieren feudos, en un momento de
mercantilización de estos ante la crisis de la vieja aristocracia. Ambos
procesos no se circunscriben al reino de Nápoles, sino que se dan también en
otros muchos territorios europeos... La especulación financiera favoreció la
recuperación económica de la vieja nobleza, pero fomentó también la
feudalización de sólidos núcleos de la burguesía mercantil y financiera. Tanto
unos como otros compraron feudos y jurisdicciones, y se hicieron con buena
parte de los municipios que seguían siendo de realengo. Las consecuencias más
evidentes de la crisis financiera fueron la quiebra de los pequeños
inversionistas, el recrudecimiento de las dificultades económicas y el caos
administrativo. La ofensiva feudal, facilitada por la Corona, no se limitaba a
las relaciones con los vasallos, sino que había desencadenado una auténtica
guerra contra el Estado, en la que la nobleza tendía a acaparar la administración
de justicia y el sistema tributario... Los campesinos hubieran de arreglárselas
solos para oponerse a los abusos de los nobles. Entre 1640 y 1647 se produjeron
numerosas conjuras nobiliarias que no tuvieron éxito. Detrás de muchas de
ellas, durante el pontificado de Urbano VIII, estaba la familia romana
Barberini, pero también intervenían los agentes franceses instigados por
Mazarino... Los efectos más desastrosos de la crisis financiera se
produjeron en el terreno social, como consecuencia del drenaje de capitales, el
aumento de la presión fiscal, el crecimiento de la deuda pública y la
especulación en torno a ella, el enriquecimiento de algunos sectores sociales
unido al empobrecimiento de otros, o la inflación galopante que afectó sobre
todo a los géneros comestibles, perjudicando en consecuencia a los grupos más
pobres de la sociedad. "La revuelta de Masaniello no fue en el fondo, sino
una reacción violenta a una presión fiscal que se había hecho insoportable"
(Ribot, pp. 109, 110, 111). Entre noviembre de 1629 y enero de 1643, la
tesorería general del reino de Sicilia envió a las plazas comerciales de Génova
y Milán 6.858.612 escudos de Sicilia. Maurice Aymard calculó que la suma que el
reino puso a disposición de España entre 1620 y 1650 superó los diez millones
de escudos, lo que supone una cantidad muy elevada para la isla. Para obtener
tales sumas, los gobernantes de Sicilia se vieron obligados a recurrir a medios
similares a los del reino de Nápoles. Uno era el incremento por diversas vías
de la presión fiscal, especialmente la indirecta, contando con la colaboración
del Parlamento, dominado por la nobleza feudal y que solía reunirse cada tres
años. Otro medio clásico era el recurso a la deuda pública. El problema,
similar al de Nápoles, era que ya en 1619 los intereses o soggiogazioni de
ésta suponían anualmente 275.000 escudos (3.815.938 de capital), más un millón
y medio que se debía a la ciudad de Palermo. Pier Luigi Rovito en La
rivoluzione constituzionale di Napoli (1647-1648) (Nápoles, 1986), la
revolución napolitana tuvo un carácter "constitucional", siendo
inspirada y en buena medida dirigida por letrados, juristas, gentes de la
administración, intelectuales y burgueses; miembros de grupos urbanos y
frecuentemente con formación universitaria, que frente al Estado absoluto y al
dominio de la nobleza trataban de reinstaurar la fuerza de la ley, las
constituciones del reino, la primacía del aparato burocrático del Estado. Los
juristas jugaron un papel esencial, amenazados como estaban por la avalancha de
la fiscalidad y el poder nobiliario. En el curso de la rebelión, y frente a una
fracción lealista cuyo principal representante era Genoino, acabaron
imponiéndose los radicales, que llevaron a la ruptura con España y la
proclamación de la república. Para Aurelio Musi en La rivolta di Masaniello
della scena política barocca (Nápoles, 2002) y La rivolta antispagnola a Napoli
e in Sicilia (Milán, 1989), en los tiempos anteriores al comienzo de la
rebelión existen tres núcleos esenciales de conflictualidad: el sistema fiscal;
las reivindicaciones de los nobles "fuori piazza" -más afectados por
la crisis, sobre todo la de la deuda pública- y un sector importante de los
abogados y juristas contra la nobleza de piazza y las oligarquías administrativas;
y por último, el enfrentamiento social en el campo. Una primera fase de la
rebelión, "los diez días de Masaniello" transcurre entre el 7 y el 16
de julio de 1647 en que el líder popular fue asesinado. Los protagonistas
de la revuelta son esencialmente los grupos sociales más perjudicados por la
fiscalidad estatal, pero también "los grupos marginados del poder, o en
posición periférica respecto a sus centros". Masaniello se convirtió en la
cabeza visible de una línea política, representada por Genoino, que aspiraba a
reformar el gobierno de la ciudad y del reino, y que contaba con el apoyo del
arzobispo de Nápoles, cardenal Filomarino. Pero Masaniello no era un simple
instrumento en manos de éstos, sino que a través suyo se expresaban sectores
sociales que habitualmente no tenían acceso a la vida pública. Era la voz de
los excluidos, razón por la cual la decisión de eliminarle surgió de entre los
dirigentes del campo popular que reflejaban los intereses de las capas negras y
sectores más elevados del pueblo, preocupados por una revuelta que cada vez
controlaban menos. Los primeros incendios tuvieron como víctimas a gentes
relacionadas con la fiscalidad, pero entre ellos no hubo apenas notables, a no
ser que hubieran tenido una participación decisiva en la imposición de la
gabela sobre la fruta. El enfrentamiento pueblo-nobleza no fue por tanto
originario, sino que se produciría a raíz de la fallida mediación del duque de
Maddaloni -cabecilla de la conjura filofrancesa- y su enfrentamiento con
Masaniello, que llevó al duque a proyectar el asesinato de éste. En venganza,
el líder popular hizo matar al hermano de Maddaloni, Peppe Carafa. El clima de
violencia y los temores posteriores hicieron nacer en el pueblo un odio contra
la nobleza en general y los caballeros. La revuelta contiene todos los
elementos rituales de tales conflictos: asalto al palacio del virrey, incendio
de casas de aquellos a quienes se culpa de la mala situación (miembros de la
administración regia que eran también nobles de seggio, grandes financieros,
gentes vinculadas a la administración y gestión del sistema fiscal,
representantes populares en el sistema de poder existente, panaderos...),
asalto a las cárceles, intentos de mediación... Refugiado en Castelnuevo, el
virrey decide aumentar el peso del pan y abolir todas las gabelas impuestas
después de Carlos V: "Pasados los primeros días, se define la
organización civil y militar de los rebeldes y se elaboran los capítulos de
julio, que constituirán "la plataforma política de la fracción intelectual"
y que se caracterizan por su antifiscalismo, el intento de ampliar el poder
popular y la lealtad hacia la Corona. La conjura que el 16 de julio acabará con
la vida de Masaniello es una prueba de la complejidad de opciones y la división
existente entre los rebeldes. Avanzado agosto, cuando los capítulos elaborados
del 9 de julio y jurados por el virrey duque de Arcos el 13 llegaron a la corte
de Madrid, la situación había cambiado profundamente, como consecuencia de la
agudización de la revuelta en la capital y la extensión de los conflictos por
otras zonas del reino... Con la llegada de la flota comandada por don Juan
de Austria, a comienzos de octubre, se incrementará la división entre un sector
moderado, partidario de la mediación, y otro radical dirigido por Annese, que
plantea la rebelión abierta contra España y que lleva las de ganar ante la
amenaza de las armas hispanas. Ya desde el 21 de agosto habían comenzado los
combates en la ciudad entre las tropas españolas y los insurgentes, pero el
enfrentamiento definitivo se iniciará en la mañana del 5 de octubre, en que las
fuerzas comandadas por don Juan comienzan el ataque contra las posiciones
dominadas por los rebeldes. A mediados de dicho mes, los radicales decidieron
el fin de la sumisión al rey de España y la petición de ayuda a las potencias
extranjeras. Gennaro Annese fue nombrado generalísimo el 21 de octubre y al día
siguiente proclamó la república bajo la protección del rey de Francia... Tras
la llegada a Nápoles, el 15 de noviembre, del aventurero francés Enrique de
Lorena, duque de Guisa, como cabeza visible de la "Serenísima Real
República Napolitana", comenzó una fuerte pugna por el poder entre él y
Annese, la cual únicamente sirvió para debilitar las posibilidades de futuro de
la experiencia republicana, que contaba con el apoyo de juristas e
intelectuales como Vincenzo d´Andre o Gamillo Tutini. Por su parte, Mazarino
nunca confió en el duque, a quien veía esencialmente como un obstáculo para los
intereses de Francia, llegando a estimular las conjuras en su contra,
alimentadas por el gobierno despótico que impuso Guisa... Si al final, las
facciones de Annese y de D´Andrea iniciaron negociaciones con los españoles, no
fue solo por el contraste con las tendencias absolutistas de Guisa. Influyó
también la deriva que había tomado la iniciativa armada popular representada
por los llamados "lazzari". El término, proveniente del español
lázaro o pobre, hacía referencia a una compañía armada, quintaesencia de la
plebe, que adoptaría una posición política radical, inspirada en el ejemplo
republicano holandés" (Ribot, pp. 113, 114, 115, 119).
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Alexia T. © |
Bandolerismo & Contrabando.
Brian R.
Hamnett en “La política española en una época revolucionaria, 1790-1820” (FCE,
2011), expone que la nobleza española no necesariamente implicaba abundancia.
La nobleza inferior estaba representada por los hidalgos, labradores que
trabajaban sus propias tierras con ayuda de familiares o sirvientes. La nobleza
superior por los Grandes de España, que primero fue feudal y luego señorial:
los condes, duques y marqueses que disfrutaban de privilegios jurisdiccionales
y de la percepción de las rentas. El privilegio de cubrirse con sus capas
frente al rey y recibían el trato de don, señor o caballero. En
la Sevilla del siglo XVI la nobleza andaluza se dedicó al comercio con América
y los miembros de la profesión mercantil lograron el acceso a la nobleza. Los
hijos de las familias nobles antiguas empezaron a contraer matrimonio con las
hijas de los comerciantes más prósperos. La penuria de la Corona propiciaba la
venta de títulos de nobleza y de cargos municipales que estaban reservados a
los nobles. Los comerciantes ennoblecidos no dejaron de dedicarse a las
actividades comerciales porque no las consideraban degradantes. En el siglo
XVIII Cádiz sustituyó a Sevilla como puerto principal de comercio con América.
El gobierno de Cádiz y el consulado estaba dominado por una plutocracia de
comerciantes que tenían títulos de nobleza. Al igual que en Nápoles, la nueva
nobleza estaba enfrentada a la vieja nobleza terrateniente. En el censo de 1797
todos los habitantes de la provincia vascongada de Guipúzcoa se clasificaban
como nobles. Una gran proporción de nobles aparecía igualmente en las
provincias de Asturias, Santander, Burgos y Vizcaya. El 80% de la población se
dedicaba a la agricultura en las provincias de Galicia, León, Soria, Burgos y
Zamora, y se listaban no como jornaleros sino como labradores. En los reinos de
Navarra y Aragón y en las provincias de Vizcaya y Galicia, el 50% de los
campesinos eran dueños de sus propias tierras, a diferencia de Andalucía, con
el 5%. En Toledo, Extremadura, Andalucía, predominaba el latifundio. En Ávila,
Toledo, Jaén, Córdoba y Granada el 70% de la población se describía como
jornalero, especialmente en Murcia y Sevilla. La nobleza era la dueña de la
mitad de las tierras en Extremadura y de las dos terceras partes en Sevilla y
La Mancha. En Sevilla las cinco sextas partes de la población eran labradores
que carecían de tierras. En las regiones tradicionales de los reinos cristianos
del Norte era fácil encontrar al campesino libre, dueño de sus propias tierras.
La repartición de la tierra se explica desde la época de la Reconquista en
el siglo XIII. En el Norte abundaban poblaciones nobles labradoras y en el Sur
labradores y jornaleros sin tierra. España no tuvo una revolución industrial
en el siglo XVIII. Tampoco una reforma agraria ni una revolución en las
técnicas agrícolas. El 35% de la población vivía en villorrios de menos de 1000
habitantes. El ejército de España surgió de la sociedad rural. Desde 1704 se
aplicaban la quinta y la leva para reclutar entre hombres jóvenes que no
pertenecían a la nobleza. Cada quinto individuo de 16 años o más, era elegido
para prestar el servicio militar durante ocho años. Las fuerzas armadas ya
disfrutaban del fuero militar desde 1768. Carlos IV Bourbon en 1793 amplió el
fuero a la jurisdicción de todos los juicios civiles y criminales en los que
estaban mezclados miembros del ejército, incluyendo a las esposas de los
oficiales, a sus hijos y a sus sirvientes. La reducción de los privilegios
eclesiásticos y la elevación del ejército hizo que los militares reemplazaran
al clero como la corporación dominante. A partir de 1800 los oficiales del
ejército administraban las provincias españolas. Existen diferentes tipos de
bandolerismo: el de subsistencia relacionado con el contrabando no profesional;
el bandolerismo como modo de vida vinculado al contrabando. Existen diferentes
tipos de contrabando: el no profesional realizado de forma temporal sin una
estructura básica; el profesional organizado con estructuras de cuadrillas
coordinadas (mochileros, cargueros y cortadores), las mujeres dedicadas a la
venta y distribución de la mercancía, los hombres de la compra y de su
transporte. En el siglo XIII había grupos armados que actuaban en Castilla.
Para hacer frente a la banda de Los Golfines surgieron las hermandades de
Toledo, Talavera y Ciudad Real, que existieron hasta el fin del Antiguo
Régimen. Los Golfines operaban en espacios despoblados, como el camino
de Toledo a Córdoba, donde las instituciones musulmanas no ejercían un control
estricto. En el siglo XVI Aragón tuvo el apogeo del bandolerismo aristocrático,
la lucha entre familias nobiliarias acababa desembocando en actividades
violentas como el bandidaje. Las principales zonas eran las comarcas del
Pirineo, Barbastro, Ribagorza, la Litera, el Bajo Aragón y Los Monegros. Y los
principales caminos que conectaban con Francia, Cataluña y Castilla. En
Ribagorza estalló un conflicto entre el bando organizado en torno al duque de
Villahermosa que trataba de mantener el control de sus posesiones frente a los
síndicos cuyo objetivo era separarse del ducado y adherirse a la Corona. En
1526 fue detenido Pedro Morel tras cometer varios robos a las iglesias. Pedro
Burgasé fue capturado en la localidad de Broto y condenado a muerte por su
historial delictivo. La segunda fase entre los años 1530-1547. La principal
característica en Aragón era que las clases populares no apoyaban el
bandolerismo, una actividad principalmente de los nobles. En Cataluña
destacaba el bandolerismo y el contrabandismo. La delincuencia tiene su origen en
la Marca Hispánica de la época feudal, cuando diferentes familias recurrían al
bandidaje para zanjar disputas. El bandolerismo se alimentó de la migración
gascona hugonota que huía de la pobreza causada por las guerras de religión en
Francia, atraídos por el rumor de los salarios elevados en Cataluña. El
bandolerismo se intensificó en la guerra civil catalana (1462-1472), la
aristocracia se rodeaba con grupos armados. A mediados del siglo XVI la
ruta Sevilla-Madrid-Zaragoza-Barcelona para trasladar los recursos de la India
y embarcarlos en Barcelona para comerciar en Génova, se volvió atractiva para
los bandoleros. En 1587 dieron el primer golpe contra los carros de moneda
de Felipe II. En 1613 la banda italiana del Barbeta asestó el golpe más grande
en carros de monedas de Felipe III: 180.000 ducados. El noble bandolero
Rocaguinarda se dedicaba al servicio de los pequeños nobles que les protegían,
su cuadrilla formada por campesinos y gascones, los más cercanos fueron Joan
Gili “Janot”, Jaume Alboquers “El Escolanet de Polinvá”, Gabriel Galí
“Barceló”. Mantuvo una rivalidad contra el obispo de Vic que contaba con el
apoyo de bandoleros liderados por los hermanos Coxart. En la Murcia del siglo
XIV fue capturado el judío Salomón Aluleih entre Alcantarilla y Murcia. En el
siglo XV las cuadrillas de moriscos asolaban los caminos y los comerciantes
pagaban para que no los asaltaran en Lorquí, Ceutí y Alguazas. Algunos se
dedicaban a ofrecer protección en los caminos contra los moriscos en Aledo,
Monteagudo, Molina y Ricote. En 1502, tras una fallida campaña de
evangelización morisca, se publicó un edicto que obligaba a todos los súbditos
de la Corona al bautizo, surgiendo otras disposiciones que limitaban las
costumbres islámicas. En 1526 Carlos V visitó Granada y una delegación morisca
le presentó una lista de agravios cometidos por funcionarios reales y
eclesiásticos. Carlos V acordó la suspensión en la aplicación de las medidas de
conversión. En 1567 Felipe II decretó la Pragmática Sanción que restauraba y endurecía
las medidas de conversión. El origen de las revueltas moriscas de las
Alpujarras en el reino de Granada, entre 1568 y 1571. Durante la rebelión
pidieron ayuda al sultán otomano y al de Marruecos, se aliaron con algunos
nobles hugonotes del sur de Francia que recuperaron Navarra a cambio de su
apoyo. Los moriscos no fueron perdonados, durante la insurrección asesinaron a
varios cristianos y los marineros y habitantes del litoral denunciaban que
ayudaban a los piratas y corsarios que atacaban los barcos y las poblaciones
costeras. Felipe II estaba preocupado por el avance del Imperio otomano y la
piratería berberisca. Los moriscos fueron vistos como una quinta columna y
deportados a Castilla y repartidos en núcleos reducidos para evitar una nueva
insurrección: 45.000 Si Felipe II no los expulsó fue por la oposición de los
nobles de los reinos de población morisca: Valencia (120.000) y Aragón
(60.000). En Granada, después de la migración, hubo una caída drástica de los
impuestos recaudados. El 9 de abril de 1609, Felipe III firmó el decreto de
expulsión morisca y a los nobles les garantizó que los bienes muebles les
serían entregados como compensación, los moriscos disponían de tres días para
embarcar en naves españolas que los llevarían a la Costa Berberisca. La
expulsión de 300.000 moriscos provocó una crisis agrícola e hizo que la mayoría
migrara a Túnez o Estambul y se integrara con los piratas berberiscos para
atacar España: “La cuestión de los moriscos marcó la vida en Valencia. El
bandidaje morisco tenía dos formas: una que estaba bajo la forma de la
aristocracia latifundista, asociado a la insumisión a la ley y a la justicia y
otro producido por la superpoblación y dificultades agrarias que se vive en el
momento, algo muy común que hemos visto en casos anteriores. Los focos de
origen de este bandidaje valenciano lo encontramos por la abundancia de macizos
montañosos donde se pueden cobijar, que lindan con vegas a las que se puede
asaltar. A su vez, la distinción étnica de la población con moriscos al interior
y cristianos en el litoral, contribuyó a la formación de bandidos. El
bandolerismo morisco presenta dos corrientes: la primera, está relacionada con
la aristocracia latifundista, el otro, se encuentra al margen de los
nobiliarios; se trata de un bandolerismo más denso y complejo que el de
subsistencia o popular, cuyas motivaciones son el honor del clan, la vendetta
mediterránea, que los llevó a hacer delitos de sangre. Hay implicaciones
importantes de los moriscos en la piratería, lo que obligó a incrementar las
fortificaciones costeras. Pero pese a los esfuerzos, por frenar la piratería
los virreyes se mostraron siempre muy preocupados por este tema por el temor de
ser atacados por los otomanos. La práctica de la piratería por estos grupos
revela el grado de peligrosidad de un grupo minoritario, los objetivos de la
política del virrey buscarán desarmar a los moriscos. Se promulgaron
prohibiciones de armas sentenciadas cada vez con mayor dureza. A finales del
siglo XVI, tenemos los primeros casos de bandolerismo morisco. Entre ellos,
destacó Carlos de Abenamir, miembro de una importante familia. Fue juzgado por
primera vez en 1581, por prestar ayuda a Serafín Nadiret, acusado de la muerte
de un morisco en Manieses. En 1588, vuelve a ser imputado por portar armas
ilegales, siendo castigado con una pena pecuniaria. En ésta época del
bandolerismo morisco, en la Real Audiencia se encuentran multitud de
resoluciones. En ellos encontramos más de 400 moriscos delincuentes (entre 1572
y 1585), detenidos por rebeldía, muchos de ellos se integran en bandas armadas
que no salen identificadas en los documentos de la Audiencia. Entre el 1563 y
1609, vemos que son perseguidos e imputados 800 moriscos acusados por cometer
actos delictivos contra personas y propiedades. Entre todos ellos el número del
que se puede deducir que son bandoleros se reduce a 558, debido a que estos son
calificados como tal por testigos, fiscales o en la resolución de los jueces”
(Cano, p. 10). En el siglo XVI aparecen en la huerta de Murcia los hermanos
Menárguez, un escondite favorito para la delincuencia, contando con la
colaboración de algunos nobles. Marina Bernal fue acusada de ocultar en su casa
a Luis Ibáñez, Blas Martínez y Juan Pon, quienes asesinaron al alcalde de
Murcia en 1640. El 11 de febrero de 1660, en miércoles de ceniza, la iglesia de
Cieza fue asediada con los feligreses adentro, rodeados por 300 hombres armados
dirigidos por el bandolero Francisco Ordoñez Padilla, que colaboraba con
bandoleros valencianos. En la villa fronteriza de Yecla con el Reino de Aragón
apareció el contrabando, aprovechando que los habitantes tenían el privilegio
de no pagar impuestos, pasaban como propias mercancías de extranjeros
valencianos, cobrando porcentaje. El bandolerismo protagonizado por familias
nobles como Yarza y Amaya. En el siglo XVII en Valencia, Castellón de la Plana
fue el principal foco con 34 delincuentes y Villarreal con 25. En 1616 Francesc
Sorlí fue juzgado en Castellón por varios asaltos y robos en el camino real
entre Lucena y Cabanes. En Villarreal los bandoleros Bosquet, Porquet,
Ferrándiz y Francesc Serrador. En la comarca de los Serranos de Valencia el
bandolero Matías Cahuet ayudaba a los fugitivos de Castilla a cruzar la
frontera. En la Ribera Alta el bandolero Bertomeu Capella asolaba los Caminos
de la Ribera. En Onteniente los bandoleros de Perot Andrés, que robaban
caballos para venderlos en Castilla. En Alcoy el bandolero Andrés Castelló. En
Alicante las cuadrillas de Diego Alcaina. En Andalucía las bandas eran numerosas,
la mayoría provenía del contrabando y las clases sociales más pobres. El
bandolerismo andaluz del siglo XVI se caracterizaba por un amplio número de
moriscos que vivían en una situación lamentable y personas con un hábil manejo
de las armas. Andalucía presentaba un trasiego de personas y mercancías entre
los puertos de Cádiz y Sevilla, que se conectaban por caminos interiores con
ciudades del interior de Castilla. Los bandoleros moriscos o monfíes tuvieron
un período de delincuencia entre el momento de la conversión en 1502 y
estallido de la rebelión de las Alpujarras en 1568. Pedro Arroba era el
líder de una banda de 30 delincuentes en las cercanías de Granada, quien llegó
a herir al canciller. La banda de Cañari engrosó sus filas con multitud de
moriscos que se dedicaron a robar, matar y asaltar, derrotada tras un ataque
por unos arcabuceros a caballo. En la Hoya de Málaga, el 4 de enero de 1638 el
bandolero Bartolomé García acuchilló al alguacil, el alcalde mayor y el
escribano en una taberna. Bartolomé García se dedicaba a vigilar con su
escopeta los campos en época de vendimia, pero cuando el trabajo era escaso se
dedicada al bandidaje en grupo y tenían a mujeres trabajando para ellos en la
prostitución. El bandolero Juan Bautista Sirman de Sevilla se dedicaba al
contrabando, y para pagar las multas, al bandidaje. En el siglo XVIII la
versión andalusí de los bandoleros napolitanos, sicilianos y calabreses, donde
se repite la pobreza del Sur: tributos y diezmos elevados, elevada densidad de
la población, desempleo crónico, leva de quinta, bandidaje, contrabando,
insurgencia, invasión de tierras, resistencia a pagar rentas y tributos. El
bandolero andaluz más famoso fue Diego Corrientes (1757-1781), descendiente de
una familia de jornaleros agrícolas que exigía dinero a los terratenientes para
protegerlos y robaba caballos para venderlos en la raya de Portugal. Se
difundió la leyenda de que Corrientes robaba a los ricos para favorecer a los
pobres. Las audiencias de Sevilla y Extremadura buscaban acabar con el
bandolerismo. Corrientes escapaba a Portugal o de la cárcel, hasta que fue
traicionado y ejecutado en 1781. En 1798 fueron ejecutados los integrantes de
la banda de Los Berracos. La región de La Ronda era un refugio de los
contrabandistas de tabaco de los barcos de Inglaterra por conducto de
Gibraltar. Los contrabandistas y los bandoleros convivían y gran parte de los
contrabandistas comenzaban como bandoleros. Mutaron en bandas de guerrilleros
contra la ocupación francesa y el segundo régimen liberal de 1820-1823. En la
Sierra Morena, las Alpujarras y en la Serranía de Ronda los bandoleros se
transformaron en grupos de insurgentes que combatieron a los franceses entre
1808 y 1814. En 1817 la banda de Los Siete Niños de Écija tomó el
control del camino entre Sevilla y Córdoba. Elementos del clero empezaron a
apoyar a las bandas como reacción ante las políticas liberales borbónicas y el
régimen bonapartista que los desplazaba de sus actividades tradicionales: “En
la cúspide la sociedad se encontraba la nobleza. Un examen de este cuerpo
revela la gran disparidad de riqueza que existía entre las diferentes
categorías de nobleza. El censo de 1797 enumeraba un total de 402 059
hijohidalgos o nobles cuyo rango era inferior al de duque o conde o marqués.
Estos últimos constituían la nobleza titulada, en la que en 1979 aparecían 1
323 individuos. La mayoría de los nobles eran pobres en comparación de los
grandes señores, que disfrutaban de los privilegios jurisdiccionales y de la
percepción de rentas… Al norte del Duero proliferaba una gran cantidad de
gente que se describían a sí mismos como nobles. En estas regiones la posición
de noble no estaba asociada a la ociosidad o a la vida regalada, sino que el
transcurso de muchos siglos había llegado a ser el atributo de labradores
dedicados al trabajo que no era muy diferente del campesinado medio… La
condición de noble y la propiedad de tierras no necesariamente implicaba
prosperidad. Los pequeños agricultores seguían siendo la espina dorsal del
cultivo de cereales en Castilla, pero su manera de vivir quedaba a merced de
las variaciones del clima… Valencia y Andalucía, las dos regiones en donde era
frecuente la intranquilidad, constituían el corazón del bandolerismo español.
En el Norte de España parecía que el bandolerismo había disminuido durante el
siglo XVIII. En contraste, florecía en el Sur, en donde el predominio del
latifundio impedía el acceso de la población rural a la propiedad de la tierra
y restringía su posibilidad de trabajar. Andalucía, con su elevada concentración
urbana, seguía siendo una región de relativamente escasa población en el campo.
El terreno montañoso, la falta de caminos transitables y el aislamiento en
las condiciones de vida ofrecían en su conjunto una situación ideal para que
surgieran grupos de bandidos, particularmente en la Sierra Morena, en las
Alpujarras y en la Serranía de Ronda… Los bandidos en Andalucía con
frecuencia se convertían en héroes populares en las poblaciones pues sus
víctimas eran generalmente terratenientes o comerciantes. Así en efecto, estos
últimos a fin de protegerse en ocasiones entraban en arreglos con jefes de los
bandidos de su localidad, beneficiándose mutuamente. Como resultado, una red de
relaciones que estaba fuera de la ley se fue infiltrando en el campo” (Hamnett,
pp. 14, 29, 30).
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Alexia T. © |
De bandoleros a guerrilleros...
Brian R.
Hamnett en "La política española en una época revolucionaria.
1790-1820" (FCE, 2011) identifica los antecedentes de la invasión
napoleónica. El Caribe era el objeto de discordia entre España y Gran Bretaña
durante la guerra revolucionaria de Francia. Cuando Prusia y Francia celebraron
un tratado de paz en Basilea en abril de 1975. España hizo lo propio con
Francia en el Tratado de Basilea del 11 de julio de 1795. En la declaración de
guerra que hizo Carlos IV el 7 de octubre de 1796 se formulaban quejas por la mala
fe mostrada por la Gran Bretaña respecto a las actividades contrabandistas
frente a las costas de Perú y Chile. Los ingleses evacuaron el Mediterráneo
occidental y se reagruparon en el Atlántico. El 18
de noviembre el gobierno español publicó el Tratado de San Ildefonso, que
comprometía al país a celebrar una alianza ofensiva y defensiva con el
Directorio de Francia. La respuesta de Gran Bretaña fue la derrota en el Cabo
de San Vicente el 14 de febrero de 1797 y el bloqueo de Cádiz en abril, que
permitió a los ingleses recuperar su posición en el Mediterráneo occidental e
interceptar el comercio de España con América. El beneficiario principal fueron
los Estados Unidos de América, desde donde llegaban a los puertos
hispanoamericanos buques de Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Boston. El 16
de mayo de 1803 Francia e Inglaterra reanudaron las hostilidades y el gobierno
español se esforzó por permanecer neutral. Francia estaba decidida a obligar a
España a pagar un precio por esa neutralidad, argumentando que constituía un
incumplimiento de los requisitos establecidos en el Tratado de San Ildefonso.
España había ofrecido a pagar 60 millones de reales en lugar de los 100
millones de reales que exigía el gobierno francés por concepto de subsidio
anual. Godoy hubiera preferido celebrar un tratado comercial con los franceses
para darles acceso al mercado americano, lo cual no podía lograr por la
supremacía naval de la Gran Bretaña en el Atlántico. Los ataques sin previa
provocación contra las embarcaciones españolas por parte de los barcos de
guerra ingleses forzaron a Carlos IV a declarar la guerra a la Gran Bretaña el
12 de diciembre de 1804. A partir de 1802 la principal oposición hacia Godoy en
la Corte provenía de Fernando, príncipe de Asturias, y de su esposa, María
Antonia de Nápoles. Cuando falleció la princesa en 1806, Fernando buscó la
ayuda de Napoleone para su causa. En octubre de 1807 en El Escorial,
Fernando escribió al emperador para sugerir la posibilidad de contraer
matrimonio con una princesa de la familia Bounaparte. En la Corte de Madrid
había surgido una fuerte hostilidad hacia la alianza con Francia por parte del
príncipe y la princesa de Asturias, herederos al trono. Los franceses
trataban de forzar a Portugal, el último aliado que le quedaba a Gran Bretaña,
a que entrara en el sistema continental atacándolo a través del territorio
español con la cooperación del gobierno de Madrid. El emperador tenía la
esperanza de convertirse en el renovador de España y el que recuperaría la
riqueza de las Indias, impidiendo que los ingleses se apoderaran de ella. El
paso de 28 000 hombres del ejército francés a través del territorio español de
acuerdo con el Tratado de Fontainebleau de 27 de octubre de 1807, con destino a
Lisboa, no provocó oposición. La presencia de un ejército francés de 100 000
hombres al norte del Ebro en marzo de 1808 no suscitó ninguna hostilidad. En
el centro de la conspiración para derrotar a Godoy se encontraba el conde de
Montijo. El motín de Aranjuez durante la noche del 19 de marzo de 1808, llevó
al primer breve reinado de Fernando VII hasta el 5 de mayo. Como repercusiones
inmediatas de la caída de Godoy una multitud se lanzó a las calles de Madrid
para saquear las residencias de su familia y sus partidarios. Los
acontecimientos de Aranjuez aceleraron la intervención francesa. Napoleone
apremió a Joaquín Murat, su lugarteniente en España, para dirigirse a Madrid
antes de que Fernando consolidara su posición. El secuestro que realizó Murat
del infante Francisco de Paula fue la señal para la insurrección de la plebe de
Madrid el 2 de mayo de 1808, el inicio simbólico del movimiento de resistencia
contra la ocupación francesa. La abdicación de los monarcas en Bayona: de
Fernando VII Bourbon en favor de su padre, Carlos IV; de éste último en favor
de Napoleone, y la proclamación del emperador del 6 de junio de su hermano José
como rey de las Españas, difundió esa resistencia a lo ancho de la península.
Tanto Carlos IV como Godoy echaban la culpa de la catástrofe a las intrigas de
Fernando. Napoleone atribuía la caída de Godoy a las maquinaciones de los
ingleses, y denunció como agente de la Gran Bretaña al íntimo asociado de
Fernando, el duque del Infantado. Una semana después de la sangrienta represión
del 3 de mayo en Madrid surgió un levantamiento en Asturias. La Junta General
del Principado declaró su oposición a las autoridades francesas en Madrid. Los
estudiantes de la Universidad de Oviedo se lanzaron a las calles en un esfuerzo
de persuadir a la audiencia para que se deslindara del colaboracionista Consejo
de Castilla en Madrid. A fin de evitar nuevos movimientos populares, los
notables decidieron crear una junta de resistencia para defender los derechos
de Fernando VII y para declarar la guerra a los franceses. Galicia siguió el
ejemplo con insurrecciones en Astorga, dirigidas por el obispo, y en el puerto
de La Coruña. El 5 de junio se creó la Junta de Galicia con un predominio de
los antiguos miembros del clero, la milicia y la burocracia. El anhelo de la
junta por combatir a los franceses alentó la rápida formación de un ejército de
reclutas. Las Juntas de Asturias y de Galicia no solamente pretendían ejercer
la soberanía, que les correspondía en ausencia del rey, sino que también
empezaron a tener tratos con Gran Bretaña. El ministro de Relaciones de la
Gran Bretaña, George Canning, entendió que las insurrecciones en España
implicaban un cambio de alianzas en favor de Gran Bretaña y quitaban a los
franceses la esperanza de obtener apoyo en las Indias. La fragmentación del
Estado Bourbon se hizo visible con la difusión de las insurrecciones en el Sur
y en el Oriente. Varias Juntas rivales surgieron el Sur. La Junta de Sevilla
pretendía la legitimidad total: Suprema Junta de Gobierno de España y de las
Indias, que envió plenipotenciarios a Londres, Nueva España, Nueva Granada, Río
de la Plata, Perú. La Constitución de Bayona de Napoleone, promulgada el 6 de
julio de 1808, y los decretos de Chamartín de diciembre de 1808, que abolieron
la jurisdicción señorial y el Santo Oficio de la Inquisición, no lograron
imponerse a la opinión española del movimiento de resistencia. Los ilustrados
Cabarrús y Urquijo optaron por la causa bonapartista con la esperanza de
continuar las políticas reformistas del siglo XVIII. Saavedra, Jovellanos y
Floridablanca eligieron la causa patriota y denunciaron como afrancesados y
colaboracionistas a los partidarios de José Bounaparte. La victoria del general
Francisco Xavier Castaños en Bailén en Andalucía el 20 de julio, determinó un
fin repentino al primer reinado de José en Madrid después de 10 días.
Inexpertos reclutas y partidas de campesinos pusieron un alto a las avanzadas
del general Dupont en la Sierra Morena, acabando con la leyenda de la
invencibilidad de los ejércitos de Napoleone. Durante los cuatro meses que duró
la ocupación de Madrid por los insurgentes, los patriotas hicieron sus primeros
intentos para reconstruir una autoridad política nacional en España. Los
ingleses enviaron en septiembre 4 500 000 pesos a las Juntas de Asturias,
Galicia y Sevilla, haciendo presión sobre los representantes del movimiento de
resistencia para establecer una autoridad central y coordinar la política y las
erogaciones. La quiebra del sistema financiero contribuyó al derrumbe de
Carlos IV en marzo de 1808. El gobierno absolutista contribuyó a la
desintegración del antiguo régimen al emplear el poder del Estado para
apropiarse de las propiedades eclesiásticas. Continuó este proceso de
disolución el régimen de José I Bounaparte. Las consecuencias de la
desamortización se agravaron con posterioridad a 1808. El decreto de José del 9
de junio de 1809 facultaba a los acreedores del gobierno a adquirir con sus
bonos las propiedades nacionalizadas, y propuso que se terminara la venta de
las propiedades restantes para fines de diciembre de 1810. La Junta de
Galicia dio fin el 5 de junio de 1808 a la venta de los bienes eclesiásticos
que habían sido expropiados. La Junta Central siguió el ejemplo el 25 de
septiembre, como respuesta a las quejas de quienes habían sufrido daños en el
procedimiento. De los bienes de la Iglesia no sólo dependían los curas
párrocos, el clero beneficiado, las órdenes religiosas, los tesoreros, los
administradores, los hermanos seglares o los sirvientes, sino las personas que
recibían caridades de los organismos eclesiásticos y a los que pagaban rentas
moderadas por las tierras de la iglesia. Las juntas patriotas adoptaron el
sistema de las ventas y la confiscación como uno de los principales agravios en
contra del régimen bonapartista. Las políticas de desamortización se combinaron
con una pesada carga fiscal para trastornar la vida de los arrendatarios y los
agricultores. La insurgencia española brotó dentro del contexto de precios
agrícolas al alza. En las regiones donde ya existían tensiones agrarias antes
de 1808, la lucha contra los franceses se juntó con los problemas agrarios y
las pesadas cargas fiscales. El primer ministro Godoy había colocado a Vizcaya
bajo la ocupación militar desde 1804 hasta 1807 como resultado de la oposición
a sus políticas impositivas y de reclutamiento. Las comunidades de campesinos y
señores de las localidades se opusieron al gobierno de Madrid y a los
comerciantes especuladores de San Sebastián y de Bilbao, que trataban de
beneficiarse con la compra de las tierras desamortizadas. Las fuerzas francesas
volvieron a ocupar Bilbao el 6 de agosto con el objetivo de reagruparse del
otro lado del Ebro. Para su sorpresa, descubrieron que las guerrillas ya tenían
bajo su control una buena parte del campo del país vasco. Los campesinos, bajo
el mando de sus curas párrocos, constituían la mayoría de las bandas: "Los
militares franceses no aprendieron nada en sus experiencias con los
levantamientos italianos de 1799 y 1800 en vísperas del retiro de las fuerzas
republicanas. De igual manera, el propio José había experimentado en toda su
amplitud los levantamientos napolitanos de 1806, y en particular, la lucha por
liberar a Calabria de las bandas irregulares y de las desorganizadas unidades
militares, que logró someter a un gran número de fuerzas francesas. Solo una
delgada línea divisoria separa a las bandas insurgentes de Nápoles o de España
de los numerosos grupos de bandidos o de pandillas de ladrones, de la ciudad o
del campo, que con frecuencia constituían el movimiento de resistencia. En
este sentido las armas, particularmente las navajas, existían ya en abundancia,
complementándose con las armas de fuego de las unidades militares o con los
implementos agrícolas de los campesinos. El crecimiento de la población, el
problema agrario, las condiciones de subempleo en la ciudad y en el campo, el
efecto de la recesión, eran factores que ayudaban a explicar la fácil fuerza de
trabajo con que contaban las bandas improvisadas. El robo y el bandolerismo, en
todo caso, habían sido la manera de vivir acostumbrada en las épocas difíciles,
y en gran parte de finales del siglo XVIII y principios del XIX los niveles de
vida de la clase baja estaban declinando. En ciertos casos, comunidades enteras
vivían del producto del comercio ilícito. La íntima conexión que era evidente
en España entre el monarquismo, la insurgencia y la criminalidad, había
aparecido en forma sorprendente en el caso de los lazzaroni napolitanos
-pescadores, vendedores, ambulantes, limosneros y ladrones- con su devoción por
el rudo Fernando VII. Un tipo semejante al del saqueador que hostilizó a las
fuerzas francesas en el sur de Italia reaparecería en España después de 1808:
en ambos casos aparecieron clérigos ocasionalmente a la cabeza de dichas
bandas... En nombre de esas causas se cometieron atrocidades, como lo atestigua
Goya en Los desastres de la guerra. La experiencia de España entre
1808 y 1814 fue muy semejante a la de México en la Guerra de Independencia, que
se inició en septiembre de 1810 y duró hasta 1821. Allí también la insurgencia
podía trascender los conflictos locales, entre los grupos de rebeldes estaban
también los bandidos... Los insurrectos españoles desconocían no solamente a
las fuerzas francesas de ocupación sino a todo un conjunto de políticas
gubernamentales de los Borbones... Una poderosa fracción del movimiento de la
insurrección desafiaba las ideas de la Ilustración y la Revolución francesa que
se habían infiltrado en España al finalizar el siglo XVIII. A la vista del
pueblo, la llustración y la Revolución eran equivalentes a la
descristianización y al regicidio" (Hamnett, pp. 77, 78). Las
estimaciones de las bandas insurgentes iban de 2000 a 14 000 hombres. Los
comandantes de las más importantes bandas actuaban en concierto con algunos
oficiales del ejército regular, que se sentían obligados a mostrar fidelidad a
la Suprema Junta Central. En el verano de 1809, la Suprema Suprema reconoció a
las bandas de guerrillas y confirió a sus dirigentes con el título de "Comandantes
de la Cruzada". La Junta les dio instrucciones de que sus partidarios
llevaran en el brazo un emblema de una cruz roja. La zona montañosa del norte
de España ofrecía un ambiente perfecto para desarrollar la técnica de guerra de
guerrillas. Durante todo el año de 1809 las bandas de guerrilleros se
multiplicaron en Aragón, tal como lo habían hecho en Castilla. En Cataluña las
bandas de campesinos habían confinado a los franceses hasta los límites de la
ciudad de Barcelona. Desde el principio de la guerra los militares franceses se
dieron cuenta de que tendrían que someter al campo y a cada una de las
poblaciones insurgentes a un costoso sitio. El sitio de Zaragoza sólo duró 60
días hasta que fue levantado por el general Palafox el 6 de agosto. Unos 50 mil
campesinos defendieron la población bajo el pendón de la Virgen del Pilar,
patrona de la ciudad. En Valencia dos sacerdotes encabezaron la insurrección
del 23 de mayo de 1808, saliendo en procesión con estandartes que exhibían las
imágenes de Cristo el Salvador, la Virgen de los Abandonados, de San José y de
San Vicente Ferrer. En julio de 1808 y la primavera de 1810 los franceses
tuvieron que retroceder ante las imágenes. Para febrero de 1809, Napoleone
tenía en España 288 551 soldados con una fuerza efectiva de 193 978 hombres. A
principios de 1810 un ejército francés de 360 603 hombres con una fuerza
efectiva de 287 650. La imposibilidad de dominar España y el creciente costo
de las operaciones determinó la intervención directa de Napoleone. El desastre
de la campaña de José en Andalucía en 1810, que no pudo apoderarse de Cádiz,
llevó a otro prolongado sitio. El disgusto de Napoleone acarreó decretos que
minaron la posición de José. El decreto imperial del 8 de febrero de 1810
produjo el desmembramiento de España al norte del Ebro, creando cuatro
gobiernos militares distintos, bajo generales franceses investidos de
facultades tanto civiles como militares: Augereau en Cataluña, Suchet en
Aragón, Dufour en Navarra y Thouvenet en Vizcaya. El decreto imperial del 29 de
mayo de 1810 estableció dos gobiernos militares en las provincias de Burgos y
Valladolid, Palencia y Toro. Con el colapso de la tercera invasión francesa
de Portugal entre abril de 1810 y la primavera de 1811, debilitaron la posición
de Francia. Para febrero de 1811 los empleados en la región ocupada por los
franceses habían dejado de percibir sus sueldos durante 13 meses. Las bandas
insurgentes en Andalucía operaban en todas las regiones montañosas de Jaén y
Ronda, siendo el contrabando la principal fuente de empleo de la población: "La
lucha por controlar los abastecimientos de granos y de carne en el interior de
Aragón produjo inflación de los precios del trigo en la ciudad de Zaragoza.
Todas las fuerzas armadas en conflicto de Aragón y Cataluña dependían del
abastecimiento de esos alimentos. Suchet, temiendo que los particulares
trataran de beneficiarse con la gran alza de los precios, instaló tres grandes
depósitos de granos en Lérida, Tortosa y Mora del Ebro. Al mismo tiempo envió a
las montañas a ocho batallones de infantería para que se apoderaran de
carneros. En la región occidental de la península las fuerzas angloportuguesas
de Wellington estaban dedicadas a actividades semejantes. Sus incautaciones de
grano determinaron que se duplicara el precio del trigo... Las depredaciones militares
de 1811 precipitaron una escasez de granos en todo el centro de España, que
durante el año siguiente hundió a la península en la peor crisis de
subsistencias desde 1803-1805. Como el país aún no se había recuperado de esta
escasez anterior, el hambre de 1811-1812 cobró un tributo especialmente grande
tanto en vidas humanas como en ganado. Para mediados de marzo de 1811, Madrid
ya sufría por la escasez: en septiembre el abastecimiento de alimentos de
Toledo, del que principalmente dependía la capital, se había reducido en forma
alarmante: para noviembre, la hambruna amenazaba la ciudad. Fue poco lo que el
gobierno de José pudo hacer para ayudar. Ni siquiera pudo recabar la cuarta
parte de los ingresos por impuestos que adeudaban las provincias bajo los
gobiernos militares franceses. El gobierno de Madrid, con un déficit mensual
que excedía al subsidio de 2 millones de francos que recibía de París, ya
estaba atrasado un año en sus pagos. La hambruna persistió hasta el verano
de 1812. Durante la primera semana de enero el precio del trigo se elevó a un
máximo de 190 reales por fanega: para la tercera semana de junio el precio
llegó a 487 reales. Por lo menos 1500 personas murieron en Madrid a causa de
las enfermedades o de la inanición. Las condiciones en el interior de España
eran casi las mismas: el número de ovejas, por ejemplo, probablemente se redujo
a la mitad. Por contraste, los barcos británicos aliviaban la situación de los
insurgentes a lo largo del litoral, y los comerciantes de Cádiz hasta se
dedicaban al lucrativo comercio del contrabando de víveres con el ejército
sitiador al otro lado de la bahía, para mortificación de las autoridades
políticas" (Hamnett, pp. 88, 91, 92).
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Alexia T. © |
Los desastres de la guerra...
Anna Maria Rao
en "La Repubblica napoletana del 1799" (FEDERICO II UNIVERSITY PRESS,
2021) identifica que en 1734 Nápoles encontró la independencia dinástica y su
propio rey, Carlos de Bourbon, reunificando Sicilia, que a su vez pasó
gradualmente a manos de los aragoneses, a los españoles, a Saboya Piamonte, a
Austria. Llegó a Nápoles con un ejército español y como hijo del rey Felipe V,
solo tras la muerte de su padre en 1746, Carlos intentó a su vez ejercer la
misma tutela sobre su propio hijo, Fernando IV de Nápoles. El estallido de la
Revolución francesa, en 1789, inicialmente no pareció preocupar a la corte. Pero
con la creación de la República, en septiembre de 1792, y la ejecución de Luis
XVI Bourbon, en enero de 1793, Francia se convirtió a los ojos de Fernando y
Maria Carolina de Austria en una amenaza monstruosa contra cualquier rey. La
entrada en la primera coalición antifrancesa, con la convención
anglo-napolitana del 12 de julio de 1793, anuló los esfuerzos realizados para
garantizar que el Reino napolitano tenga una política exterior autónoma y la
devolvió a la protección de potencias mucho más fuertes y establecidas.
Impulsado por sus presiones y por sus propios miedos, la monarquía borbónica,
con un país empobrecido por las nuevas hambrunas y por el terrible terremoto de
Calabria-Messina de 1783, con finanzas precarias y quebradas, con un ejército
que apenas empezaba a dotarse de oficiales adecuadamente formados en nuevas
academias, por lo demás reclutados entre la masa de pobres, vagabundos y
delincuentes comunes, quería ir a la guerra contra la Francia revolucionaria
junto con Austria e Inglaterra. Sólo en los años noventa, gracias a la enérgica
acción del regente del Tribunal de la Vicaria, Luigi de Médici, se tomaron
medidas para numerar las casas e iluminar las calles, hasta entonces débilmente
iluminadas por los santuarios votivos repartidos por toda la ciudad. La crisis,
iniciada con la campaña italiana de Napoleone, estalló con la caída del estado
pontificio, la intervención militar en Roma y la reacción francesa. La invasión
estuvo acompañada del pronunciamiento de los revolucionarios napolitanos,
provocó la ocupación del reino continental, la fuga a Sicilia de Fernando IV y
la proclamación de la República Partenopea. Del 23 de diciembre de 1798 al 23
de enero de 1799 Nápoles vivió días convulsos. Del vacío provocado por la
huida del rey que intentó aprovechar el gobierno de la ciudad, confiado al
Consejo de los Electos de cinco plazas de la nobleza y de la única plaza
popular. Competente sobre todo en materia de suministro y orden público, el
Consejo también tuvo que reclutar a la milicia urbana en caso de guerra: una
tarea que rara vez había llevado a cabo, dado la desconfianza de los españoles
primero, luego de los austriacos, hacia la nobleza y del pueblo en armas.
Además, en las fases de cambio dinástico, los electos siempre habían
reivindicado su papel de únicos legítimos representantes del Reino a la espera
de un nuevo rey, al que luego entregaron las llaves de la ciudad. Impugnando
los poderes del vicario Francesco Pignatelli de los príncipes de Strongoli, el
30 de diciembre los Electos designaron una propia "Diputación del Buen
Gobierno", a la que el vicario sólo reconocía la tarea de organizar la
milicia urbana. Algunos miembros del Consejo, como Antonio Capece Minutolo de
los príncipes de Canosa, luego desempolvaron el viejo y noble sueño de una
República Aristocrática, siguiendo el ejemplo de la "República Real de
Nápoles" del 1647. Otros, sin embargo, como en el pasado, pensaron que
podían asegurar su continuidad acordando con los franceses como si se tratara
de un simple cambio dinástico. Demasiado tarde para ambos grupos. A principios
de enero el vicario habló con el General Championnet durante las negociaciones
que llevaron, el 12 de enero, al gravoso armisticio de Sparanise: éste preveía
la transferencia de la fortaleza de Capua y una aportación de dos millones y
medio de ducados a pagar en dos cuotas, la primera el día 15, la segunda el 25
de enero. Una contribución muy importante, si se tiene en cuenta que en
1781 los ingresos del Estado ascendieron en total a menos de cuatro millones y
medio de ducados. Al conocer la noticia del armisticio, el pueblo decidió
defenderse y nombró como comandantes al príncipe de Moliterno Girolamo
Pignatelli y el duque de Roccaromana Lucio Caracciolo, leales oficiales
borbónicos que habían adquirido fama de libertadores luchando contra los
franceses. El 15 de enero el castillo Carmine fue atacado, Sant´Elmo, Castel dell´Ovo
y Castelnuovo y tomó posesión de las armas, los Lazzaronis también atacaron las cárceles, liberando a los presos.
El 16 de enero el vicario huyó a Palermo. Nápoles seguía sumida en la anarquía.
La acción de los Lazzaronis ha sido vista por la historiografía
nacionalista como una sorprendente prueba de amor patriótico contra el invasor.
A los mismos comandantes franceses les parecían héroes. La propaganda que la
Iglesia y la corte habían llevado a cabo durante diez años tuvo un papel
destacado en la preparación de la gente para la revuelta: ya en diciembre de
1792, a la llegada de Latouche, los Lazzaronis habían expresado hostilidad
contra los franceses, preocupando a las autoridades borbónicas. Posteriormente,
el vicario y los elegidos se acusaron mutuamente de haber incitado y armado al
pueblo, sin lograr luego retenerlo. Muchas fuentes señalan a Pignatelli como
uno de los principales responsables de la llamada "anarquía popular".
Para Amodio Ricciardi, fue el vicario, antes de huir a Sicilia, quien entregó
"a el pueblo rebelado, todas las armas y los cuatro castillos de la
ciudad", iniciándose así la insurrección de los Lazzaronis. El
movimiento popular no fue del todo espontáneo. Iniciado por el vicario y los
elegidos, se volvió incontrolable y aún más violento debido al vacío de poder
en que se encontraba la ciudad, sin rey ni vicario y con un gobierno municipal
dividido internamente, completamente incapaz de gestionar la situación: todas
las instituciones del antiguo régimen, desde el poder central de la monarquía
hasta el poder ciudadano, disuelto. Aparte de estos últimos testimonios,
sabemos muy poco de los mecanismos concretos de la crisis ocurrida entre el 15
y el 22 de enero que convirtió al pueblo en patrones de la ciudad. Se lo
debemos a Stefano Pistoia, personaje sólo conocido como el autor de un Catechismo nazionale pe´l popolo per uso
de´parochi, una relación detallada de los eventos que siguieron al
armisticio de Sparanise, publicado un febrero en el Giornale patriottico.
También según Pistoia Pignatelli entregó sus armas al pueblo, indicando incluso
"las casas que serían quemadas, y los ciudadanos pacíficos que serían
masacrados". La revuelta fue instigada por los "asalariados
regalistas, apasionados incendiarios, y afamados perros de la plebe que hacía
mucho tiempo habían concertado un infame robo, asesinato, e incendio". Los
enfrentamientos se produjeron dentro del propio pueblo, contra las milicias
ciudadanas reclutadas por los Electos: "Los representantes de la Ciudad
se habían ocupado de la seguridad pública, armando a 12.000 hombres, desde
artesanos para arriba, que recorrieron varios barrios". Pero estas
milicias no pudieron hace nada contra la anarquía popular, que explotó con
violencia especialmente después del arribo a Nápoles, el 14 de enero, de los
comisarios franceses enviados de Capua para cobrar el primer plazo de la
contribución. El 17 de enero, desde largo del Castello hasta Toledo las calles
estaban ahora en misericordia de los "locos del pueblo, que corrieron con
furia para arrestar carruajes y masacrar a todos los franceses y jacobinos que
encontrarán allí". Otros "con palos, piedras y otras armas
recorrieron los teatros, cercando buscando franceses". El 19 de enero el
pueblo atacó la casa de los hermanos Filomarino y los mató: "Y de repente
todas las calles y callejones se llenaron de hombres armados con sus fusiles y
bolsas de papel. Durante toda la noche se escuchó un disparo continuo, porque
las armas estaban en manos de locos. En todas partes se veían hogueras encendidas
por estos sinvergüenzas con vigas, trastes y otras maderas robadas. La guardia
de Gattelli, del Palacio Real y otros lugares públicos fueron ejecutados por Lazzaronis
descalzos, con el cuello mosquete sobre los hombros, y el casco en la
cabeza con el penacho, ¡verdaderamente un emblema de locos! Dos mil mujeres
corren al granero, donde también había un hospital para soldados heridos,
arrojan al suelo a los marineros, con muerte de algunos, les dan el saqueo.
Después de tal saqueo, estas infames mujeres toman el Crucifijo y San Gennaro,
los llevan en procesión, gritando viva la fe: ¡Viva San Gennaro! Estaban
rodeadas de hombres armados, y Dios no permita que algunos de los ciudadanos no
se quitaran el sombrero, fueron masacrados instantáneamente. No todavía sacia
al sinvergüenza hambriento, a las 4 de la noche obligaron al pobre anciano del
Cardenal que bajara a la Iglesia, tomara a San Gennaro, y lo llevaron en
procesión por el puente de la Maddalena, y al cabo de seis horas lo llevaron de
nuevo al Obispado; y esto sin otro fin que el de tener mayor libertad y
ansiedad por robar. ¡Y cuántas cosas sucedieron de ladrones, acosos e
indecencias por las calles! El 19 de enero del mismo mes desahogan su rabia
contra el infeliz Duque la Torre y su hermano los mataron a tiros de fusil y
los quemaron en un barril de brea, porque habían entendido que por la noche a
continuación debía ofrecer la cena a los franceses; saquean y luego prenden
fuego a la casa. Similares desgracias suceden a otros infelices. La plebe
desenfrenada corrió hacia la Vicaria, prendió fuego a la puerta; abre las
cárceles, y saquean: provoca pánico en toda la gente honesta; una consternación
general y una tímida palidez se podía leer en el rostro de cada individuo"
(Rao, pp. 27, 28). Vittorio Scotti Douglas en Repercussions of the Peninsular War on Italy (UNIVERSIDAD DE
TRIESTE, 2008), Napoleone, en su discurso del 16 de agosto de 1807 ante el
cuerpo legislativo francés, habló de "las Italias", que ya eran todas
suyas: "Francia está unida al pueblo de las Españas, de la Holanda, de la
Suiza y de las Italias por las leyes de nuestro sistema federativo". El 2
de febrero de 1808, el general Miollis ocupa Roma en nombre del emperador de
Francia. El 17 de mayo de 1809, Napoleone promulga un decreto desde Viena,
según el cual el estado romano queda anexionado al Imperio francés, con la
caída del poder temporal del pontífice. La motivación jurídica es que la
influencia que ejerce un monarca extranjero en un imperio puede jugar en contra
de la seguridad, lo más aconsejable era revocar la donación de Carlomagno. Pío
VII molesto excomulga a Napoleone y promulga la bula Quum memoranda el
10 de julio de 1809. El 5 de julio, un centenar de soldados franceses irrumpen
en el palacio del Quirinal, los guardias suizos obedecen la orden de no
reaccionar y el general Radet ordena a Pío VII, en nombre del gobierno
imperial, que renuncie al poder temporal. Le comunica que debe abandonar el
territorio. Es decir, en mayo de 1808 había dentro de la península italiana,
tres Estados "independientes" (el Reino de Italia con capital en
Milán, el de Nápoles, el Estado del papa), un Principado de familia (el de
Lucca y Piombino con la princesa Elisa Baciocchi, nacida Bounaparte), otro
Principado en mano francesa, el de Benevento, trece departamentos del Imperio
francés, y la pequeña e independiente República de San Marino. En julio de 1809
los Estados se reducen a dos (desaparecen las posesiones papales), los
departamentos llegan a quince y el resto queda igual hasta 1814. Los
soldados italianos del Reino de Italia y los napolitanos del Reino de Nápoles
fueron enviados a luchar a España. Los otros soldados italianos estaban en
regimientos bajo bandera francesa. Las tropas del Reino de Italia marcharon a
España en tres divisiones (febrero y octubre de 1808, agosto de 1811) al mando
de los generales Giuseppe Lechi, Domenico Pino y Filippo Severoli. Fue el grupo
más numeroso, unos 30.000 entre soldados y oficiales, de los cuales volvieron
menos del 30%. Venían después las tropas napolitanas, más o menos 9.000
hombres, de los cuales volvieron unas pocas centenas y otros pocos heridos y
mutilados. La crestomatía sacada del Galimatías de Gabriel Pepe, capitán en
el Primer Regimiento de Línea napolitano, el primer volumen abarca de fines de
1807 hasta octubre de 1809, y el tercero, con fecha de diciembre de 1813. Hasta
la llegada del regimiento a Barcelona el 17 de febrero de 1808 hasta mayo,
cuando la población empieza a ver el proyecto invasor de Napoleone, Pepe se
detiene en la minuciosa crónica del viaje. En marzo, después de las noticias
del motín de Aranjuez, Pepe deplora la caída de Godoy a manos del pueblo:
"(...) cualesquiera que hayan sido sus excesos, sus delitos, sus tiranías
y todo lo que quieran los españoles, el pueblo no tenía el derecho a poner la
mano encima de un ministro revestido con la autoridad y con el poder sagrado de
las leyes. Sólo atañe a las propias autoridades revestidas por las mismas leyes
de un poder legítimo castigar a quien ha sido su depositario y que ha abusado de
ellas". El 4 de abril, en el momento en que los barceloneses esperan un
desenlace feliz, Pepe espera una obra lacrimosa, especialmente en la nota del 1
de junio: "Barcelona 1º de Junio de 1808. Hasta ahora yo no he tenido
ocasión más que para anotar en este mi Galimatías pacíficas observaciones sobre
los lugares, los países, las costumbres, los habitantes, sobre la tierra, la
agricultura, el comercio, las industrias y las artes, que yo hacía en mis
viajes y estancias at nunc horrentia Martis. Ahora empiezan narraciones
de muy diferente tipo; todo nos anuncia una guerra próxima y feroz; todas las
noticias que se reciben desde los distintos lugares de España dicen que hay una
asonada y una insurrección general". A partir de ahora, los comentarios de
Pepe están centrados en la guerra. La primera notación sobre el carácter
"diferente" de la guerra subraya la participación popular en una
contienda que es "una guerra a menudo (...), no entre ejércitos, mas
contra la masa entera del pueblo": "(...) a mí nada más me parecía
ver en España sino una guerra, más feroz por cierto, de aquella de la cual
tenía confusos recuerdos de 1799, y que después había visto en Calabria y en
1807 en el Condado de Molise; una guerra, en fin, de forajidos, para decirlo a
la francesa". En otro escrito, Pepe atestigua una ferocidad y una
violencia superiores a las de una contienda normal entre ejércitos: "La
guerra que hasta ahora hemos hecho en Cataluña ha sido una verdadera escuela de
ferocidad y de desmoralización. El derecho de represalia contra las bárbaras
atrocidades perpetradas por los españoles ha causado que iniquidades y horrores
se vean también consumados por nuestro bando. El hecho de que los generales
hayan frecuentemente u ordenado o tolerado los saqueos, las devastaciones, los
incendios, ha desmoralizado sobremanera a nuestras tropas. La disciplina
militar se ha relajado. El soldado, que en todo tiempo y en todas las naciones
está naturalmente inclinado al latrocinio, ha creído y todavía cree que la
situación perpetua de esta campaña es la que el derecho de guerra permite o
tolera, cuando en realidad casos semejantes deben ser rarísimos". Tal
estado de espíritu de esta nación, y al contrario en el cual nos encontramos
nosotros como por una especie de venganza, hace y convierte esta guerra en una
verdadera guerra de destrucción y en absoluto de conquista. Los catalanes
insurrectos descuartizan, destrozan, crucifican a los infelices nuestros que
caen en sus manos. (...) Nosotros por nuestra parte no somos más generosos. Si
alguien me preguntase, ¿dónde está la armada de observación? Yo le contestaría
sigue las huellas de los incendios y las devastaciones y las encontrarás. De
los desfiladeros del Montserrat hasta la Junquera todo está saqueado,
devastado, quemado. Parece que Atila haya resucitado (...); y el 1º Regimiento
de Línea napolitano parece haber sido enviado aquí por la Providencia para
vengar a su Patria de todos los horrores cometidos en ella por los españoles
durante la opresión de los virreyes". El mismo testimonio se encuentra en
el escrito de 5 de marzo de 1809 de Jan Dembowski, Jefe de Estado Mayor de la
División Pino, a su Ministerio de la guerra en Milán: "La guerra en España
es totalmente diferente de cualquier otra guerra. Aquí todo el pueblo dificulta
la marcha, o se oculta entre las montañas. En julio, el general dálmata Andrea
Millosevitz dibujaba de manera perspicaz y desalentada las características del
conflicto que los soldados italianos debían combatir: "Si tuviera que
darle unas indicaciones sobre el porfiado carácter de esta guerra, le diría a
V. E. que de un pueblo, tan ignorante y supersticioso como cuidadoso del
recuerdo de su antigua grandeza, tenemos que esperar los esfuerzos más pesados.
Favorecido por un país montañoso e inhóspito; por un país en donde no se
encuentra ninguna carretera en buen estado, ni un guía, ni señal indicadora,
nuestras evoluciones no pueden tener ni la rapidez ni el empuje, ni la unidad
que son necesarios en toda guerra, pero particularmente en la contienda de que
hablamos, Cada vez que nuestras tropas dan con las enemigas, las derrotan, las
dispersan; pero sus restos muy pronto se reúnen, y apoyados por una muchedumbre
de paisanos, corren sobre nuestros flancos y a las espaldas; atacan a nuestros
convoyes, hacen del país un desierto; y el mal que nosotros les hacemos en
pocas ocasiones nos lo rinden en muchas".
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Alexia T. © |
Autor del
texto: Armando Ossorio ©
Fotografías: Buticul Evei ©
※
XPOFERENS ※
"La
Borbonesa llegando a París ha ganado luises. La Borbonesa ha ganado luises en
lo de un Márquez. Como herencia tenía belleza, tenía belleza como herencia, mas
este tesorito le valía como el oro. Siendo sirvienta de un rico señor le dio
felicidad (...) Con buenas rentas le hizo un contrato, le hizo un contrato con
buenas rentas; está en su casa viviendo con estilo. De campesina es ahora dama
(...) En un carruaje viaja con comitiva; viaja con comitiva en un carruaje; y
prefiere París a su aldea. Ella ha ido a mostrarse en la corte; a mostrarse en
la corte ella ha ido; se dice, por mi fe, ¡Que ha gustado al rey! Chica bonita
no desesperes: cuando se es atractiva, cuando se es bonita, tarde o temprano
tal destino encontrarás".
Primera
versión de "La Borbonesa".
"¡Qué
maravilla! Una chica que no es nadie, una chica que no es nadie, qué maravilla
está en la corte. Ella es bonita, tiene ojos pícaros, tiene ojos pícaros, ella
es bonita; con arte excita al viejo disoluto. En una buena casa tomó lecciones;
tomó lecciones en una buena casa. En lo de Gourdan, en lo de Brisson; lo sabe
todo. ¡Cuántas posturas! Leyó a Aretino; leyó a Aretino; ¡Cuántas posturas!
Sabe en todo sentido excitar los sentidos. El rey exclama: ¡Qué talento, Ángel!
¡Qué talento, Ángel! El rey exclama; pude otra vez soñar en hacer un cornudo.
Ven a mi trono, te quiero coronar, te quiero coronar, ven a mi trono: como
cetro toma mi pito. ¡Está vivo, está vivo!".
Segunda
versión de "La Borbonesa".
En 1768 Madame
du Barry fue la inspiración de canciones populares con la melodía de "La
Borbonesa", por su relación con Louis XV Bourbon.
"Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".
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Alexia T. © |
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