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La Borbonesa.

Jessy I. ©

Bourbon & Bounaparte.

 El 7 de enero de 2023 HOLA.com brindaba la nota: “No te pierdas a Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón convertidos en pajes durante la cabalgata de Reyes: Los duques de Anjou, junto a su hijo Enrique de 3 años, disfrutaron muchísimo viendo las caras de ilusión de los pequeños”. El 25 de agosto de 2018, VANITY FAIR sacó la nota: “Luis Alfonso de Borbón, la trágica vida del eterno aspirante: Pretendiente del trono francés y a la espera de su cuarto hijo, el hijo de Alfonso de Borbón y Carmen Martínez Bordiú se deja querer en el Valle de los Caídos”. El duque de Anjou es hijo de Alfonso de Bourbon, duque de Cádiz, y de Carmen Martínez-Bordiú: primo segundo de Felipe VI, sobrino segundo de Juan Carlos I, bisnieto paterno de Alfonso XIII, bisnieto materno de Francisco Franco y descendiente de los Reyes Católicos. El abuelo, el infante Jaime de Bourbon renunció en 1933 a sus derechos dinásticos a petición de Alfonso XIII, afectando a los descendientes de la Corona española, pero no de la francesa. En 1941 los legitimistas franceses consideraban a Jaime de Bourbon (1908-1975), jefe de la Casa Bourbon y pretendiente al trono de Francia, aspiración que heredó Alfonso de Bourbon (1936-1989) y Luis Alfonso de Bourbon (1974): “Louis XX”. En el caso de una reinstauración de la monarquía en Francia, la causa legitimista borbónica tendría que enfrentarse a la rama de Orleans, encarnada en la figura de Henri VI de Orleans (1908-1999), aspiración que heredó Henri VII de Orleans (1933-2019) y Jean de Orleans (1965), conde de París, jefe de la Casa Orleans: “Jean IV”. Por Henri VII, Jean es descendiente directo de Louis Philippe de Orleans (1830-1848) y Henri Bourbon IV (1589-1610) y Louis Bourbon XIII (1610-1643). Por Maria Teresa de Württemberg (1934), Jean es descendiente de Louis Bourbon XIV (1643-1715), el “Rey Sol”; de María Teresa de Austria (1767-1827), reina de Sajonia; de Charles Bourbon X (1824-1830) y Louis Philippe de Orleans (1830-1848) de Francia y de Charles de Habsburgo (1520-1558), emperador de Alemania y rey de España. Como descendiente de Fernando Bourbon VII (1813-1833), el conde de París tendría derecho al trono de España. Henri VI de Orleans heredó en 1940, 400 millones de francos. Con la intención de restaurar la monarquía se alistó en la Legión Extranjera, se casó con la princesa Isabel de Orleans Braganza y se hizo aliado de Charles de Gaulle. El general le prometió convertirlo en su sucesor político. Henri deseaba que sus 11 herederos fueran los líderes de Francia y el plan contemplaba convocar un referéndum para restablecer la monarquía. En 1965, tras su último mandato, De Gaulle desconoció el acuerdo y se presentó a elecciones. El 21 de enero de 2019 HOLA.com brindaba la nota: “Fallece a los 85 años Henri de Orleans, conde de París y aspirante al trono de Francia. Su hijo, el príncipe Jean de Orleans, ha sido el encargado de comunicar la triste noticia a través de sus redes sociales. El 4 de mayo de 2019 ABC sacó la nota: “Jean de Orleans y Filomena de Tornos se dan el “sí quiero” en Senlis. El príncipe Jean de Orleans, hijo del pretendiente al trono de Francia, Enrique de Orleans, y la española Filomena de Tornos celebraron su matrimonio religioso en la Catedral de Notre Dame de Senlis, al norte de París. Filomena de Tornos (1977) es nieta de Juan de Tornos, secretario particular del conde de Barcelona, Don Juan Carlos I. Hija de Alfonso de Tornos, antiguo funcionario de la ONU, y de la austriaca Maria Antonieta von Steinhart. Estudió en La Sorbona de París Lenguas y Civilizaciones germanas y rusas, trabaja para un grupo industrial francés y habla francés, alemán, inglés, castellano, italiano, ruso y árabe. La pareja se había casado por lo civil el 19 de marzo. La ceremonia religiosa se celebró en la Catedral Notre Dame de Senlis, cuna de la dinastía real de los Capetos, oficiada por el obispo de Fréjus-Tolón, Dominique Rey. Previamente, los novios fueron recibidos por el obispo de Senlis, Jean-Paul James, en una ceremonia amenizada por el coro La Capella Peregrina, dirigida por el organista Vincent Berthier de Lioncourt, antiguo director del Centro de Música Barroca de Versalles. La recepción privada celebrada en el hipódromo del Palacio de Chantilly, que perteneció a Louis Philippe de Orleans. El evento reunió a representantes de la realeza de toda Europa, incluida, por parte de la Familia Real española, la infanta Doña Pilar de Bourbon, hermana del Rey Don Juan Carlos. En la lista de invitados estuvieron los príncipes Felipe y Laurent de Bélgica, Manuel Filiberto de Saboya, el príncipe Guillermo de Luxemburgo y los príncipes de Liechtenstein. El 14 de diciembre de 2022 HOLA.com sacó la nota: “Los príncipes Jean-Christophe Napoleón y Olympia Von Arco-Zinneberg dan la bienvenida a su primer hijo: El bebé es descendiente de las principales dinastías de reyes, de los Bonaparte por parte de padre y de los Habsburgo y los Borbones por parte de madre. El bebé Louis Charles Riprand pertenece a estirpes de emperadores, no solo de Napoleón, sino también a Carlos I, el último emperador de Austria y bisabuelo de su madre Olympia, condesa austriaca hija de la archiduquesa Maria Beatrix de Habsburgo y del Conde Riprand von Arco-Zinneberg, es también descendiente de los Reyes Católicos de España y Juana “La Loca”. En octubre de 2019 Jean-Christophe Napoleón contrajo matrimonio con la condesa Olympia von Arco-Zinneberg en la Catedral de Saint Louis des Invalides de París, el lugar donde se encuentran los restos de Napoleone. El tercer contendiente al trono de Francia encarnado en Louis Jérôme Napoleón (1914-1997), aspiración que heredó su nieto Jean-Christophe Napoleón (1986), jefe de la Casa Napoleón: “Napoleón VII”. Por Charles Marie Napoleón, Jean-Christophe es descendiente directo de Jérôme I Bounaparte (1784-1860), rey de Westfalia y hermano menor de Napoleone I Bounaparte (1769-1821), emperador de Francia; José I Bounaparte (1768-1844), rey de España; Napoleone III Bounaparte (1808-1873), presidente de la Segunda República y último emperador francés. Por Beatriz de Bourbon-Dos Sicilias, Jean-Christophe es descendiente directo de Fernando Bourbon I (1759-1825) y Fernando Bourbon II (1830-1859) de las Dos Sicilias, Carlos Bourbon III (1759-1788) y Felipe Bourbon V (1700-1746) de España, Louis Bourbon XV (1715-1774) y Louis Bourbon XIV (1643-1715) de Francia, el Rey Sol. Jean-Christophe firmó las invitaciones de su boda como “Sus Altezas Imperiales”, entre los invitados estuvieron Filomena de Orleans, esposa de Jean de Orleans, uno de los rivales en pugna de la extinta corona francesa, el otro invitado fue Luis Alfonso de Bourbon, jefe de la Casa de Bourbon de Francia: “El mundo de los sentimientos no ha tenido buena prensa en la historia del periodismo. La discriminación ya empieza a la hora de poner nombres. La prensa “seria” es denominada prensa de “información general” y para designar a “la otra” existe una amplia gama de calificativos que van desde “prensa femenina”, “prensa del corazón” hasta “prensa de cotilleo”, “prensa sentimental”, “prensa de color”, etc. A pesar de que, hoy por hoy, es un producto típicamente español, el nombre de “prensa del corazón” tuvo sus orígenes en Francia. En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial la realeza europea decidió invertir en algunas publicaciones que relanzaran su popularidad. Así nacieron, por ejemplo, las revistas francesas Point de Vue-Images du Monde y Jours de Frunce. Como me comentaba Julio Bou, director de Lecturas, los idilios entre príncipes de diversos países o familias, los nacimientos en las casas reales, las grandes fiestas en históricos castillos o los cruceros a los que asistían todos los jóvenes príncipes y princesas de la época eran noticia de estas revistas semana tras semana. Los franceses llamaron a este tipo de publicaciones “presse du coeun”, nombre que adoptaron en España productos que también hablaban de historias sentimentales. En los años 40 en España existía el franquismo. Ello suponía un control estricto de la información, una censura férrea y unos medios de comunicación tan pobres de recursos como de contenido, empeñados en explicar una sociedad de ficción a unos lectores que la soportaban en la realidad. En ese contexto las revistas del corazón tuvieron un auge inmenso. En unos casos porque pertenecían a sectores afines al régimen franquista, que las apoyaba claramente; en otros porque se dedicaron desde un principio a lo que sigue siendo su principal objetivo: la evasión… En opinión de Michelle Perrot, todos los sistemas totalitarios sueñan con reducir a las personas a la esfera de lo privado para ocuparse así de los asuntos públicos sin control social. Por su parte, Michelle Mattelart opina que el corazón funda un orden instituido como paralelo al orden social que, siguiendo su propia lógica, interpreta éste último y llega a disolver sus contradicciones hasta liberar la imagen de otra sociedad, ideal ésta, dónde las relaciones de fuerza se invierten. Se difunde una sabiduría omnipotente, la única que da al hombre la clave de lo sagrado, es decir, del amor y la felicidad” (Fontcuberta, pp. 55, 56, 57). La actual rama Bourbon tiene origen en el matrimonio de Robert de Clermont, el sexto hijo de Louis IX de Francia y uno de los últimos miembros de la dinastía Capeto, con Beatriz de Borgoña, señora de Bourbon (1257-1310). En 1317, el hijo de Clermont, Louis I de Bourbon, fue nombrado duque de Bourbon por sus servicios a la Corona. También consiguió el cargo honorífico de Gran Camarero de Francia, desempeñado por los Bourbon hasta 1523, permaneciendo en las altas esferas del poder. En 1530 la Baja Navarra quedó bajo el mando de la familia Albret, vinculada a través del matrimonio con el duque de Vendôme, Antoine de Bourbon (1518-1562). El hijo, el futuro Henri IV de Francia, se hizo cargo de la Corona de la Baja Navarra y, tras la muerte de Henri III, del reino de Francia, en 1589. Cuando Carlos II de España, último miembro de los Austrias españoles, se vio próximo a la muerte, fue persuadido para dejar la Corona a Philippe de Anjou, hijo segundo del Delfín de Francia y nieto de Louis XIV y Maria Teresa de Austria. Philippe V (1700-1746) instauró la Casa Bourbon en España. De la Casa Bourbon de Francia salieron las ramas Bourbon-Orleans, Bourbon-Braganza, Bourbon-Montpensier, Bourbon-Condé, Bourbon–Conti, Bourbon-La Marche, Bourbon-Soissons. También existen ramas ilegítimas: Bourbon-Busset, Bourbon-Vendôme o Bourbon-Penthièvre. De la Casa Bourbon de España surgieron las ramas Bourbon-Parma y Bourbon-Dos Sicilias. Jean de Orleans en Linkedin presenta su palmarés: Maestría en Administración de Empresas (MBA) en Negocios Internacionales por la Azusa Pacific University, Maestría en Derecho por la Facultad Libre de Derecho, Economía y Gestión, Maestría en Filosofía (MPhil) por la Universidad París-Sorbona, Maestría en Filosofía (MPhil) por la Facultad de Filosofía y Psicología libres de IPC. Coronel reserva del ejército francés (Patrón del 4º Regimiento de Caballería Ligera en Gap), Medalla de Bronce de la Defensa Nacional Francesa (Líder de pelotón al mando de una unidad de combate de tanques en el 7º Regimiento de Caballería Ligera en Arras). Consultor en Lazard (Petróleo y Gas, 1995-1996), Consultor Sénior en Deloitte (Finanzas, 1997-2002), Gerente de proyecto en BRED Banque Popular (Procesos Bancarios, 2002-2006), Socio director en Futuro y Patrimonio (Asesoramiento a ONG´s, 2007-2016), Socio Director en Grupo Forestal Thiérache (Explotación Forestal, 2003-2019), Administrador en Comité Forestal (Unión Forestal, 2010-2023), Presidente honorario de la Fundación San Luis (Gestión del Patrimonio Familiar, 2019-2023), Presidente honorario de la Asociación Pueblo de Francia (ONG, 2003-2023). Jean-Christophe Napoleón en Linkedin presenta su currículo: Bachillerato con Honores en Ciencias y Matemáticas en la escuela secundaria Saint Dominique, Neully (2001-2004); Clase preparatoria en Matemáticas y Economía en el Instituto Privado de Preparación de Estudios Superiores IPESUP de París (2004-2006), Maestría en Ciencias en Gestión en el Programa de Pregrado y Maestría Grande École, con Especialización en Emprendimiento (2006-2011); Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Escuela de Negocios de Harvard (2015-2017); Analista de Reestructuración en Lazard, Londres (Banca de inversión, 2008-2008), Cofundador en Organización Tierra de Talentos (ONG, 2008-2009); Analista de Banca de Inversión en Morgan Stanley, Londres (Medios y telecomunicaciones, 2009-2010); Analista de Banca de Inversión en Morgan Stanley, Nueva York (Medios y telecomunicaciones, 2011-2013); Asociado de Capital Privado en Adviento Internacional en Londres (Tecnología, medios y comunicación, 2013-2015); Asociado Senior de Capital Privado en Blackstone en Londres (Prácticas de verano MBA, 2016), Asociado Senior de Capital Privado (2017-2020) y Director de Capital Privado (2020-2022) en Blackstone, Londres; Cofundador y Socio Director de León Capital en Londres (Servicios Tecnológicos, 2022-2023): www.leon-capital.com Jean-Christophe Napoleón es el ejemplo del hombre hecho a sí mismo y la realidad educativa y económica de las casas reales, los herederos se encuentran en Londres y Nueva York trabajando en el sector financiero, tecnológico, gas y petróleo. Luis Alfonso de Bourbon estudió en el colegio hispano-francés Molière de Pozuelo de Alarcón, en el Liceo Francés de Madrid, la Licenciatura en Ciencias Empresariales (1992-1997) y una Maestría en Finanzas (1998-1999) por el Colegio Universitario de Estudios Financieros de la Universidad Complutense de Madrid (CUNEF) y un EMBA (2002-2003) en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa de la Universidad de Navarra (IESE Business School del Opus Dei). Una trayectoria en el banco francés BNP Paribas en Madrid, vicepresidente internacional del Banco Occidental de Descuento (BOD) en Venezuela, consejero delegado de Spanish Influencers 2017 SL y socio en Reto 48 España 2015 SL. El suegro Víctor Vargas Irausquín fue el banquero y petrolero de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Vargas se opuso a la huelga de los trabajadores y empresarios de 2002, por lo que el Gobierno Bolivariano le otorgó la mayoría de los contratos petroleros. Lo mismo se codea con revolucionarios chavistas y la nobleza europea. En mayo de 2014, con un capital de 11.300 millones de dólares, el BOD ocupó el puesto 1.422 en la lista Forbes de las 2.000 empresas más importantes del mundo. El duque de Anjou fue uno de los afectados por el COVID-19, el escándalo del Credit Suisse en 2022, la intervención y el cese de operaciones del Banco Occidental de Descuento (BOD) en la resolución N 047.22 de la Gaceta Oficial Nº 42.412 del 6 de julio de 2022. En 2015 Univisión denunciaba que entre 2006 y 2007, Vargas, sus empresas y socios depositaron 120 millones de euros en 29 cuentas suizas del HSBC de las que eran beneficiarios. Luis Alfonso de Bourbon administró el holding británico Mella Limited desde 2015 hasta octubre de 2019. Mella SA con base en Luxemburgo también fue disuelta. Una de sus iniciativas fallidas fue intentar promover empresas a través de blogueros, famosos, celebridades e influencers: “En efecto, en Francia, el sistema de educación superior funciona de un modo dual desde el siglo XVI (Attali, 1998). Desde la creación del Collège royal –hoy Collège de France- en 1530, la formación de las élites se realiza fuera de las universidades. A pesar de que estas instituciones fueron fundadas durante el Antiguo Régimen, la República no las suprimió, sino que alentó la creación de “escuelas especiales” a fin de reclutar los principales cuadros del Estado. Sólo los mejores continuarían sus estudios en las filiales más eruditas de las grandes écoles, mientras que la mayor parte se retiraría a la práctica de una profesión en las universidades. La legitimación de esta estructuración social de las posiciones de élite se ha dado en llamar “elitismo republicano”, cuya meta es hacer surgir, entre la masa que no espera de la universidad más que el acceso a una profesión, el reducido número de quienes podrán consagrar sus vidas a los saberes expertos (Renaut, 1995: 185)… Las grandes écoles y las clases preparatorias para acceder a ellas se encuentran en el centro del sistema de formación de las élites (Suleiman, 1997; Saint Martin, 2005). Aunque no tienen el monopolio de la formación de este sector social, la socialización que se recibe en estas instituciones se impone por sobre aquella que se obtiene de las universidades. Estas instituciones ocupan un lugar protagónico en la educación de una minoría de estudiantes, dándoles acceso a posiciones dirigentes, especialmente a las posiciones administrativas, económicas y políticas… La extrema atención que el Estado francés le ha otorgado siempre a la selección y a la formación de las élites explica que sus responsables se beneficien de una formación académica, y sobre todo práctica, considerable. Los grandes cuerpos del Estado son lugares considerables del aprendizaje del ejercicio del poder, y funcionan como una estadía preparatoria: más de la mitad de quienes trabajan hoy dirigiendo empresas del sector privado han trabajado entre cinco y quince años en la administración pública antes de entrar al ámbito privado… Las investigaciones de Bauer y Bertin-Mourot ponen en evidencia que en Francia el Estado constituye, por lejos, el espacio de producción más importante de dirigentes de las grandes empresas… El peso de lo que los autores llaman “activos estatales”, en primer lugar, y de “activos de capital”, en segundo orden, son imprescindibles para pertenecer al selecto grupo de los más grandes patrones franceses” (Tiramonti & Ziegler, pp. 172, 173, 174, 177).

Jessy I. © 

Royals Influencers.

 Luis Arturo Villar Sudek “Luisito Comunica” tiene 41.5 M de suscriptores en YouTube y 36.6 M en Instagram: luisitocomunica; Juan Pablo Martínez Zurita “Juanpa Zurita” 11 M en YouTube y 34.3 M en Instagram: juanpazurita; Sujin Kim “Chingu Amiga” 9.23 M en YouTube y 11 M en Instagram: chinguamiga; Joseline Hoffman Badui “YosStop” tenía 8.76 M en YouTube y 6.9 M en Instagram: justyoss; Rubén Díez Viñuela “Lethal Crysis” 4.91 M en YouTube y 995.000 en Instagram: lethalcrysis_; Jordi Carillo de Albornoz “Jordi Wild” 4.6 M en YouTube y 3.1 M en Instagram: jordiwild8. Yahoo (1995), Hotmail (1996), Google (1998), Blogger (1999), Messenger (1999), Skype (2003), Facebook (2004), YouTube (2005), Twitter (2006), WhatsApp (2009), Instagram (2010), TikTok (2017) forman parte de la vida del adolescente. Por primera vez en la historia ha quedado destruido el paradigma que dividía el mundo en propietarios, creadores y productores de contenido, y “usuarios”. La revolución informática, la crisis económica internacional (2008-2023) y el COVID-19 (2020-2023) impulsaron las plataformas digitales y la migración de la publicidad. El cable y el satélite fragmentaron el público de Estados Unidos en 500 canales. El ancho de banda barato permite programas de Internet con un universo de 500.000 canales. El televisor está en camino de convertirse en una aplicación de la Red. En YouTube conviven las estrellas millennials con conductores, actrices, actores, cantantes, comediantes, etc. Pero también es posible encontrar el canal Carolina & Chiara: Enigma of a Quarantine “Enigma de una Cuarentena” de las hermanas Bourbon Dos Sicilias, entonces de 19 y 17 años, creado cuando empezó el COVID-19: 6.27 K. En el vídeo Les Goûts et les Couleurs de 18.000 visitas, se puede ver a las hermanas en pijama de oso panda viendo una película de terror, hablando en francés, comiendo Kellog´s con la mano. Carolina tomando una Fanta de 2 litros con popote y Chiara una Coca & Cola de 2 litros con popote. Al finalizar los créditos: @carolinadebourbon, @chiaradebourbon. ¡Hasta pronto! El 5 de mayo de 2021 el príncipe William y Kate Middleton lanzaron su canal The Prince and Princess of Wales, el vídeo inaugural Welcome to our oficial YouTube channel!, obtuvo 5.7 millones de visitas. Las redes sociales juegan el mismo papel de DIVINITY, VANITATIS, ELLE, VOGUE, HARPER´S BAZAAR, VANITY FAIR, THE OBJETIVE, CARAS, ¡HOLA! Ofrecen una imagen deformada de la realidad. ¿Quieres ser influencer? Las redes sirven para conseguir el poder, la influencia, el liderazgo y la autoridad que no se tiene en la vida real, familiar o profesional. Paradójicamente, el influencer carece de poder. Actualmente existe la idea de que el dinero libera, pero desde Mesopotamia el trabajo estaba asociado a la servidumbre y el comercio era moralmente imposible para los hombres nacidos libres. Ni los aristócratas griegos, ni los patricios romanos, ni los caballeros medievales se dedicaban al comercio. Querer ser influencer implica la necesidad de obtener una fuente de ingresos, de validación social, fama o autoridad. El discurso de que la dignidad es un atributo de nacimiento y la vida es un derecho humano choca contra la realidad de una vida de servidumbre donde el sujeto se aniquila como valor de cambio, dominado por los conceptos y los objetos. Existen influencers de sangre real como Olympia de Grecia, Nicolás de Dinamarca, Félix de Dinamarca, Victoria Federica de Marichalar Bourbon, Chiara y Carolina Bourbon Dos Sicilias, Carlota Casiraghi, Amelia Windsor, Kitty Spencer, Mafalda de Bulgaria, Eleonor de Habsburg, Talita von Fürstenberg, Brianda Fitz-James Stuart… El 8 de julio de 2023 EL MUNDO sacó la nota: “Segundones reales: nepobabies de toda la vida como Victoria Federica que se hacen influencers y modelos”. La nota de Eduardo Álvarez es un ejemplo de crónica escandalosa del siglo XVIII, pero toca un tema real: “Pero el éxito de Victoria Federica en la industria de la imagen no se puede desligar de lo que desde hace años es todo un boom, toda una moda, en Europa: la incursión de miembros segundones de un sinfín de familias reales en este pingüe negocio, convertidos en los nuevos reyes tanto de las plataformas digitales, donde el porcentaje de sangre real de sus venas les hace sumar seguidores como la espuma, como de las revistas sectoriales más chics e incluso de las pasarelas”. ¿Cuáles son los rangos de la nobleza? En orden descendente: rey y reina, príncipe y princesa, duque y duquesa, marqués y marquesa, conde y condesa, vizconde y vizcondesa, barón y baronesa. Nicolás de Dinamarca (Copenhague, 1999) es hijo de Joaquín de Dinamarca y Alexandra Manley, condesa de Frederiksborg. Nieto de la reina Margarita de Dinamarca y sobrino de Federico, heredero al trono. En 2008 se convirtió en el conde de Monpezat. En 2019 abandonó la formación militar al mismo tiempo que realiza estudios de Administración de Empresas y Gestión de Servicios en Copenhage. Es modelo de DIOR y BURBERRY, y la imagen de WON HUNDRED. En Instagram cuenta con 87.000 seguidores: nikolaitildanmark. Su hermano Félix abandonó en 2022 la formación militar para hacer carrera de modelo. En 2023 la reina Margarita tomó la decisión de despojar a sus nietos descendientes de Joaquín, de la dignidad real, para que puedan dedicarse a sus carreras de modelos. Charlotte Marie Pomeline Casiraghi “Carlota Casiraghi” (Mónaco, 1986) es hija de la princesa Carolina de Mónaco y el empresario italiano Stefano Casiraghi, nieta de Reniero III y Grace Kelly. Es Licenciada en Filosofía por la Universidad de París, dedicada al mundo editorial y la moda, aprovechando la amistad de la Casa de Mónaco con Karl Lagerfeld. En Instagram tiene más de 75.000 seguidores: charlottecasiraghi. De las primeras en convertirse en imagen de marcas de lujo cuando estaba mal visto en las familias reales ganar dinero como modelo. En 2012 se convirtió en la embajadora mundial de GUCCI, en 2018 la embajadora oficial de YVES SAINT LAURENT y en 2020 la embajadora oficial de CHANEL. Maria Olympia de Grecia (Nueva York, 1996) es hija de los príncipes herederos de Grecia, Pablo y Marie-Chantal de Grecia, por lo tanto, le corresponde el tratamiento de Alteza Real. Es nieta paterna de Constantino II de Grecia, el último rey de los helenos, quien en abril de 1967 sufrió un golpe de estado. El rey organizó un contragolpe fallido con sectores de las Fuerzas Armadas y la familia se instaló en Italia hasta 1973, cuando fue sancionado el referéndum nacional que puso fin a la monarquía griega para establecer una república parlamentaria. Es nieta materna de Robert Warren Miller, el creador de los comercios Duty Free de los aeropuertos, heredera de una fortuna de €1.500 millones. En su caso no es una “segundona”, en otras condiciones sus padres serían los reyes de Grecia desde el 10 de enero de 2023. En 1995, la boda de sus padres en la Catedral ortodoxa Santa Sofía de Londres reunió a miembros de la realeza y a multimillonarios como Rupert Murdoch, Estudió fotografía, diseño e historia del arte en Suiza y en la Parsons School of Design de Nueva York, modelo y embajadora de DIOR, DOLCE & GABBANA, LOUIS VUITTON, PRADA, TIFFANY & CO, BVLGARI, CHAUMET, PRETTY BALLERINAS, SAKS & POTTS. En Instagram cuenta con 298.000 seguidores: olympiagreece. Talita von Fürstenberg (Nueva York, 1999) es hija de Alexandra Miller (heredera de la empresa de las tiendas Duty Free), sobrina materna de Pía Getty (ex esposa de Christopher Ronald Getty, nieto del magnate petrolero Jean Paul Getty) y Marie-Chantal de Grecia (esposa de Pablo de Grecia), prima de Isabel Getty, prima de Olympia de Grecia, nieta del príncipe suizo Egon y Diane von Fürstenberg, bisnieta de Clara Agnelli (nieta del fundador de la casa Fiat). Talita a los 15 años entró como becaria en TEEN VOGUE, a los 18 años asistió a la gala anual del MET de Nueva York, tiene estudios de Moda y Negocios en la Universidad de Nueva York, Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown y trabaja como diseñadora. Modelo de BUCCELLATI y DVF. En Instagram tiene más de 231 mil seguidores: tvf: “El concepto de celebridad ha evolucionado rápidamente en las últimas décadas. En los años 40 del siglo pasado, coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos y Europa el marketing y la publicidad se lanzaron a por un público objetivo hasta entonces no explotado: la mujer. Hasta entonces, la mujer solo tenía funciones en la persuasión publicitaria. O bien era incluida como elemento pasivo, con el fin de atraer la atención de los hombres. O bien anunciaba productos pensados exclusivamente para ellas. En los años 50, se normalizó la práctica de recurrir a celebridades como elemento publicitario. Estos iconos pertenecían al mundo del cine, de la música y de la ciencia. Además, se convierte en una práctica habitual que una misma celebridad publicite varios productos de distintas marcas y firmas a la vez. Desde los años 90 y hasta la actualidad, se ha asentado una idea en el mundo de la persuasión: existen múltiples personalidades y todas ellas pueden ser percibidas como personaje popular susceptible de ser referente para el público. De hecho, muchos de los que hoy son celebridades digitales –influencers- deben su posición a las redes sociales. Éstas les han otorgado el crecimiento, la autoridad y el poder. En 1955, salió a la luz Personal Influence, obra de Elihu Katz y Paul F. Lazarsfeld. En ella se hablaba, por primera vez, de los líderes de opinión, como personas capaces de ejercer influencia entre los que les rodean (Pérez y Luque, 2019 citando a Sádaba y San Miguel, 2014). Posteriormente, Ed Keller y Jon Berry usaron por primera vez el término influentials para referirse a los influyentes, como personas con interés subjetivo en determinados ámbitos que quieren alimentar y posteriormente, transmitir (Pérez y Luque, 2019 citando a Sádaba y San Miguel, 2014, p. 63)… Fernández, Hernández y Sanz (2018) explicaron que el influencer combina la gestión de su marca personal con el rol de prescriptor; y que cuando se concentra en temas políticos, suele ser moderado y a veces, humorístico e irónico. Sobre la prescripción es muy valiosa también la investigación de Bergkvist, Hjalmarson y Mägi (2016), ya que alegan que solo se consigue si se dan tres factores: la experiencia de la celebridad, la credibilidad de la unión entre la marca y el influencer, y la percepción positiva de las razones del influencer para recomendar esa marca” (El Habchi Mahir & Padilla Castillo, pp. 75, 76). Victoria Federica de Todos los Santos Marichalar Bourbon (Madrid, 2000) es hija de la infanta Elena de Bourbon y Grecia y Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada, nieta de los reyes Juan Carlos y Sofía de Grecia y sobrina de Felipe VI. Estudió en el St. George´s de La Moraleja, en el Mayfield ST Leonards de Inglaterra, en Santa María del Valle en el barrio de El Viso. Actualmente estudia Marketing y Comunicación en The Collage for International Studies (CIS). El ejemplo de la segundona, su madre Elena de Bourbon y Grecia debió ser la reina de España y ella princesa por orden de descendencia, pero fueron excluidas por línea masculina. Jaime de Marichalar aparte de ser Caballero Divisero Hijodalgo del Ilustre Solar de Tejada, trabaja como consejero de LOEWE y FENDI en la multinacional LVMH, y en BOABREIMAB, dedicada al comercio minorista de moda. Victoria Federica de Marichalar es marca registrada y buscada por marcas de lujo para asistir a eventos exclusivos. En 2022 realizó su primera campaña para HOSS INTROPIA. El 20 de mayo de 2023 participó en la primera pasarela de DIOR en América Latina, la Colección Cruzero 2024 de Maria Gracia Chiuri en el patio principal del Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, en homenaje al feminismo en la Escuela Nacional Preparatoria donde estudió Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. La que iba ser la princesa de España desfiló ante los murales revolucionarios de José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. En su perfil de Instagram tiene 250.000 seguidores: vicmabor. La duquesa de Noto y Capri Maria Chiara (Roma, 2005) y Maria Carolina (Roma, 2003) son hijas del duque de Castro, Carlo di Borbone-Due Sicilie y Chevron-Villette, pretendiente al desaparecido trono de Nápoles, descendiente de Carlos III, tataranieto de Francisco II de las Dos Sicilias, el último monarca de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia) y primo de Felipe VI. La madre Camila Crociani es hija del empresario Camillo Crociani, presidente y Consejero Delegado de Finmeccanica y fundador de Ciset, y de la actriz Edoarda Vessel “Edy Vessel”. Maria Chiara y Maria Carolina son primas de las princesas Leonor y Sofía, viven en Montecarlo, Roma y París. Chiara completó el sistema educativo internacional de Cambridge y el Curso CNED bajo la supervisión del Ministerio de Educación de Mónaco, estudia Ciencias Sociales y Negocios en la Universidad de Harvard y realiza Cursos de Moda y Diseño en el Instituto Marangoni de París. Maria Carolina estudia Ciencias Sociales, Marketing y Gestión de Empresas en la Universidad de Harvard y Moda y Estudios de Lujo en la Universidad de Montecarlo y el Instituto Marangoni de Londres. Tanto Chiara como Carolina estudiaron el bachillerato en seis idiomas: inglés, francés, italiano, castellano, portugués y ruso. Chiara participa en actividades benéficas a través de la Orden Constantiniana de San Jorge, como la ayuda humanitaria a Ucrania o la concesión de becas Saint-Georges para ayudar a los alumnos de familias necesitadas para las clases preparatorias para integrar las grandes écoles. En Instagram Chiara tiene más de 85.000 seguidores: chiaradebourbon. En Instagram Carolina tiene 115.000 seguidores: carolinadebourbon. En 2023 las hermanas debutaron como modelos en el Paris Fashion Week para el desfile de PIERRE CARDIN, gracias a su amistad con Rodrigo Basicaliti-Cardin, pero sus planes es crear su propia marca. Sus dos perritos, Cosmo y Cotto, también tienen perfil de Instagram, gestionado por las hermanas. Existe un abismo en las carreras profesionales de los “segundones” y las ofertas educativas de las escuelas públicas y privadas del pueblo llano. Lady Amelia Sophia Theodora Mary Margaret Windsor (Cambridge, 1995) es hija de los condes de St. Andrews, George Windsor y Sylvana Tomaselli (historiadora de Cambridge), prima lejana de los príncipes William y Harry, nieta del duque Eduardo de Kent (primo hermano de Isabel II). Ocupa el puesto 38 en la línea de sucesión al trono británico. Estudió en el internado St. Mary´s School en Ascot, Historia del Arte, Latín y Francés en la Universidad de Edimburgo y habla inglés, francés e italiano. Trabaja para la agencia de modelos Storm Management. Protagonizó con Olympia de Grecia la campaña de DOLCE & GABANNA Otoño-Invierno 2017. Es colaboradora de la firma de calzado PRETTY BALLERINAS, diseñando su primera colección de zapatos. En 2018 lanzó una colección solidaria con la firma de calzado PENELOPE CHILVERS. Modelo de CHANEL, DOLCE & GABBANA, MICHAEL KORS, BVLGARI, DIOR y AZZEDINE ALAIA. Tiene interés por el medio ambiente, la moda sostenible, las piezas vintage y la artesanía. En su tiempo libre, colabora con la asociación Veterans Aid y War Child, con el objetivo de ayudar a los veteranos y a los niños que crecen en zonas de conflicto. En Instagram tiene 102.000 seguidores: amelwindsor: En Instagram existen determinadas personalidades que tienden a ser etiquetadas como influencers, pero no se puede corroborar hasta qué punto lo son, especialmente cuando colaboran con marcas de alto lujo. Las marcas colaboran con ellos y ellas por lo que su persona representa, y no por su capacidad de ejercer influencia de compra directa sobre un nicho de seguidores. Es también el caso de lady Amelia Windsor. Las marcas colaboran con ella porque obtienen un gran beneficio cuando su imagen de marca se asocia a una monarquía y no por ser influencer, ya que no lo es al menos cualitativamente de acuerdo a los datos, porque no ejerce influencia sobre sus seguidores. En cambio, sí se puede tener poder sin ostentar una autoridad que no se disfruta en la vida profesional o familiar. En este caso, lady Amelia Windsor es heredera y miembro de la Familia Real británica, pero no llegará a reinar por la posición que ocupa y no tiene liderazgo ni autoridad en palacio. Aunque sí es una celebridad gracias al hecho de pertenecer a su familia. Implica que Amelia no tiene autoridad heredada por linaje, como sí la tienen sus primos herederos Guillermo y Enrique. Entonces, sólo tiene poder que consigue en Instagram… Los seguidores de Amelia no la admiran como a un líder real, político o gubernativo. Solo la valoran porque Amelia es lady Amelia Windsor: un miembro millennial en la Casa Real británica a la que permiten tener cuentas en redes sociales. Entonces, la diferencia entre un líder y lady Amelia es que el líder atrae por su personalidad carismática, mientras que Amelia podría ser seguida como aspiración a vivir el estilo de vida que la joven real lleva. En este punto y de acuerdo con los resultados, se puede afirmar que la hipótesis principal quedaría validada. Instagram es una herramienta imprescindible para conseguir poder y autoridad, o renovarlos, en una comunicación masiva pero directa con la audiencia, sin la necesidad de tener ese poder o esa autoridad en la vida real, familiar o profesional. Existen miembros de la realeza británica, como Guillermo y Catalina (William y Kate), que ostentan poder y autoridad a la vez. Mientras, otros, como lady Amelia Windsor, no tienen autoridad heredada. Entonces, tratan de encontrar un nicho en la red social de Instagram para tener un renovado liderazgo y una regenerada autoridad. La influencia, el liderazgo y la autoridad que no tienen en la vida real, las intentan alcanzar ejerciendo de influencers” (El Habchi Mahir & Padilla Castillo, pp. 84, 85).

Jessy I. ©

Chrónique Scandaleuse.

 Robert Darnton en “El diablo en el agua bendita o el arte de la calumnia, de Luis XIV a Napoleón” (FCE, 2014), aporta datos sobre la historia de la comunicación escrita y sus canales de socialización en el siglo XVIII. La Gazzete de France fue fundada por Théophraste Renaudot en 1631 con el apoyo del cardenal Richelieu, quien utilizó la prensa, las academias y las artes para reforzar el prestigio de la monarquía. Renaudot permaneció fiel al cardenal Mazzarino, el sucesor de Richelieu. En 1661 Louis XIV, el “Rey Sol”, utilizó la dispensa de privilegios, mismos que podían venderse, revocarse, dividirse y subdividirse. La Gazette de France disfrutaba del privilegio de informar de asuntos exteriores. Le Journal des savants, fundado en 1665, tenía el privilegio de cubrir todo lo relacionado con la ciencia y las investigaciones eruditas. El Mercure de France, fundado en 1672 como Mercure gallant, incluía las bellas letras. Ninguna publicación podía invadir su territorio sin el permiso del rey y sin pagar tributo. Los tres periódicos convivían con todo tipo de suplementos semanales y mensuales. En 1777 apareció Le Journal de Paris con una tirada diaria, pero entonces tenía que competir con una gran variedad de periódicos, pliegos publicitarios y revistas en legua francesa que se producían fuera del reino y del control real. Ahora cualquiera tiene la libertad de hablar de “cualquier tema” que no incomode las políticas de restricción de Facebook y YouTube y los periódicos se usan para limpiar ventanas y envolver melones y papayas: Blogger, Facebook, Twitter, YouTube, TikTok. París no tuvo un periódico diario hasta 1777; antes de 1789 circulaban 66 periódicos en lengua francesa, la mitad de ellos publicados en el extranjero; para el 5 de mayo de 1789 se publicaron por lo menos 2600 panfletos. Casi 250 periódicos aparecieron durante los seis meses posteriores a la toma de la Bastilla; entre el 14 de julio de 1789 y la caída de la monarquía el 10 de agosto de 1792, ya eran 500 periódicos. 380 cafés donde los libelos desataban las conversaciones en el París de 1729, 800 cafés y 200 establecimientos de ingesta de bebidas en 1789. Las publicaciones legales y las crónicas escandalosas también podían adquirirse en puentes, el Pont Neuf; mercados, la Place Maubert; embarcaderos, el Quai des Augustins; juzgados, la Coir de Mai del Parlamento de París; jardines públicos, afuera de los palacios de Luxemburgo y de las Tullerías. Los cafés eran los centros que daban vida a la esfera pública con la lectura y la conversación (intercambio de información, debate y chismes), donde se podía encontrar la venta de gacetillas y libros. Las librerías, los cafés y el Palais-Royal eran los principales centros de comunicación. Desde 1702 los londinenses leían un periódico diario. En 1788 Londres tenía diez diarios, ocho se publicaban tres veces a la semana y nueve periódicos semanales. Los periódicos del siglo XVIII sólo incluían de cuatro a ocho páginas, impresas en tirajes de 3000 a 5000 copias. A dos y medio peniques o tres peniques la copia, constaban más de la mitad del salario diario de un trabajador. Pero estaban disponibles en las barberías, tabernas y las 500 cafeterías de Londres. Los periódicos y las revistas brindaban material de debate a los londinenses: las andadas políticas de John Wilkes, la vida sexual de Lord Sandwich, el matrimonio secreto del príncipe de Gales, las necedades de Jorge III, el generalato de George Washington, batallas navales, desórdenes callejeros, las políticas del Parlamento, los crímenes del Covent Garden. El reverendo Henry Bate fundó el Morning Post en 1772, asumiendo un tono sensacionalista: informes sobre carreras de caballos, obras de teatro, crímenes, pleitos literarios, juicios de divorcio y vidas privadas de personajes eminentes. Los chismes del reverendo hicieron que muchas personas exigieran ser restituidas con “espada, puño y pistola”. El capellán de Lord Lyttleton se ganó el mote del “Reverendo Bravucón”, y fundó un diario rival, el Morning Herald. El Morning Post se defendió contratando un editor para superar al reverendo Bate en vileza: el reverendo Jackson, mejor conocido como “Doctor Crótalo”. El enfrentamiento entre el “Reverendo Bravucón” y el “Doctor Crótalo” incrementaron las ventas de ambos periódicos y convirtieron a los reverendos en celebridades que no sólo informaban a sus lectores en asuntos de política interna y exterior, los entretenían. La mezcla de política, entretenimiento, celebridad y sensacionalismo que puede verse en la página principal de Yahoo!: “La juzgan por estar con un chico más joven y así responde”; “Modelos en Miami desfilaron solo con cinta adhesiva negra, dejando a muchos boquiabiertos”; “2024 según Nostradamus: un nuevo papa, Harry en el trono y guerra con China”; “Argentina vivirá el 20 de diciembre una de las marchas más importantes contra el ajuste”. O los formatos YouTubers que adoptan el título sensacionalista: “Mi papá me explotaba: La miserable vida de Paco el de las empanadas” (Rob Paper Clips); “Desenmascarando ambientalistas” (Avelina Lesper); “A la quiebra. Disney anuncia el fracaso y cierre de Star+ Nadie veía esa basura” (Astro Recargado), “TikToker argentino en México: acá puedo comprar dos leches” (Reacciones op. 2.0): “La personalidad más excéntrica en esta nueva era de la publicidad era la de John Wilkes, quien combinaba la calumnia con el radicalismo. Como disidente político, periodista y conocido libertino, explotó todos los medios de su tiempo en una campaña para reformar el Parlamento y liberar a la prensa de las restricciones que le imponía la ley de libelo sedicioso. Poco después de que llegara Jorge III al trono, en 1760, Wilkes utilizó su North Briton para vilipendiarlo a él y a su principal asesor, Lord Bute, que tenía una relación amorosa con la reina madre, según Wilkes. Cuando el número 45 de North Briton declaró que la Corona se había hundido en la “prostitución”, el gobierno decidió que había llegado demasiado lejos. Emitió órdenes generales de arresto en contra de todos los que estuvieran vinculados con el periódico y encarceló a Wilkes en la Torre de Londres. Pero Wilkes también era miembro del Parlamento. Cuando apareció ante la Corte apeló a la inmunidad parlamentaria y denunció las órdenes de arresto generales por ser una amenaza a la libertad de todo inglés nacido libre. Ganó su caso, y al ganarlo, minó la legalidad de las órdenes de arresto generales. “Wilkes y libertad” se convirtió en un grito de batalla en las oleadas de protestas contra la naturaleza cerrada y corrupta del gobierno parlamentario. Después de sostener varias polémicas, batallas en las cortes y desórdenes en las calles, Wilkes y sus aliados ganaron espacios para la libertad de prensa. Incluso establecieron el derecho de publicar recuentos de los procedimientos parlamentarios, una práctica que el Parlamento había prohibido desde el final del siglo XVII. Para 1772 habían puesto de cabeza a la política parlamentaria. Los procedentes de afuera no tenían cabida en el Parlamento, y éste siguió siendo en muchos sentidos un club cerrado, pero de este modo se abrió a todo tipo de exigencias hechas por la nación política "de puertas afuera", que se hizo escuchar aprovechándose al máximo de la prensa más clamorosa. Los escándalos sexuales se sumaban al efecto perturbador de la agitación política, particularmente en las revistas. Una de las publicaciones más conocidas, Town and Country Magazine, reveló divulgaciones de relaciones sexuales fuera del matrimonio ilustradas con siluetas conocidas como têtes-à-têtes: por un lado, un hombre de mundo, afecto a ir a sitios de moda y amante de pasarla bien, poderoso y acaudalado, que en ocasiones ocupó puestos como ministro de gobierno; por el otro, una mujer bella, pero pobre y desgraciada. Una revista todavía más vociferante, New Foundling Hospital for Wit, combinaba con regularidad sexo con política” (Darnton, pp. 394, 395). En Youtube se encuentran canales como el de Diego Arrabal Paparazzo: "Escándalo!! El AMANTE de la reina Letizia" (8 K), La Bomba de las BOMBAS en el escándalo de Letizia y Jaime del Burgo" (197 K), "Escándalo!! Felipe y Letizia. Se filtra PRUEBAS DE PATERNIDAD" (202 K), "Jaime Peñafiel explota: el matrimonio de Felipe y Letizia está DESTRUIDO (421 K), "En Directo. Jaime Peñafiel, DESPEDIDO de "El Mundo" tras el escándalo Letizia" (56 K), "Escándalo!! Hablan ex escoltas de Casa Real. Letizia y Felipe VI" (140 K),"Escándalo Letizia y Jaime del Burgo provoca el "BLANQUEO" (22 K), "Escándalo!!! LA GRAN MENTIRA! Letizia, Felipe VI, Juan Carlos (179 K), "Escándalo!! Juan Carlos ECHA a Felipe y Letizia del cumpleaños de la infanta Elena" (186 K), "Escándalo!! La reina Letizia a Sofía: "Tú Fuera" (58 K), "La HIJA SECRETA de Felipe VI. Aquí la verdad" (561 K). Este tipo de canales influyen en la percepción del público y los medios, por lo tanto son influencers. Milenio Soft: "Rose Hanbury: ¿Quién es la presunta amante del príncipe?" (25 K). La Opinión: "¿Kate Middleton era amiga de la supuesta amante del príncipe William?" (2.5 K), Upsocl: "Kate Middleton se encuentra con la amante de William" (372 K). Gossip Teen: "¿El príncipe William le fue infiel a Kate Middleton?" (33 K). Iconos: "El príncipe engaña a Kate": la supuesta nueva infidelidad de William" (28 K). Showbiz: "Todo lo que sabemos de la infidelidad del príncipe William" (30 K). Canal 13: "Medios aseguran que el príncipe William le habría sido infiel a Kate" (55 K). la Sexta Noticias: "Por qué se ha expandido el bulo sobre la infidelidad de Kate" (91 K). Anecdotes sur Mme la comtesse du Barry (1775) era la segunda obra en la lista de best sellers luego de L´An 2440. De las 100 obras más vendidas en la lista de best sellers de la SNT (1769-1789), quince eran libelles o chroniques scandaleuses: Anecdotes sur Mme la comtesse du Barry (2º), Journal historique de la révolution opéré dans la constitution de la monarchie française par M. de Maupeou (6º), Mémoires de l´abbé Terray (9º), Mémoires de Louis XVl (12º), L´Observateur anglais, ou correspondance secrète entre Milord All´Eye et Milord All´Ear (13ª), Vie privée de Louis XV (39º), Correspondance secrète et familière de M. Maupeou (37º), Les Fastes de Louis XV (39º), Mémoires secrets pour servir á l´histoire de la république des lettres en France (49ª), Le Gazetier cuirassé (53ª), L´Espion dévalisé (68º), Mémoires authentiques de Mme la comtesse du Barry (70º), La Gazzete de Cythère... (et) Le Précis historique de la vie de Mme la comtesse du Barry (77º), Mémoires de Mme marquise de Pompadour (98º), La Chronique scandaleuse (100º). De las las 15 crónicas escandalosas best seller, tres están dedicadas a la Madame du Barry, dos a Luis XV Bourbon, una a Luis XVI Bourbon y una a la marquesa de Pompadour. La historia de Jeanne du Barry es una versión XXX de La Cindirella Royal. Las Anécdotas narran su llegada desde la humilde cuna hasta el palacio del rey, del burdel al trono de Francia. El autor anónimo defiende que su libro no es un libelle, sino un libro de Historia con fuentes que derrumban mitos. Ubica al padrino Billard Dumonceau como un alto funcionario en el Ministerio de Finanzas, Du Barry no salió de los bajos fondos de la sociedad. Dumonceau viajaba por Champagne cuando la mujer de un inspector fiscal acababa de dar a la luz en el pueblo de Vaucouleurs y la criatura necesitaba un padrino. Dumonceau aceptó presentarla ante la pila bautismal y sufragar una fiesta del pueblo. Poco después del nacimiento el esposo muere y ella encuentra trabajo como cocinera. La infancia de Jeanne está marcada por el descastamiento. El autor no toma partido por las versiones de la corrupción de la chica en la escuela de monjas -Convent de Saint Aurea- o la serie de encuentros precoces con soldados y lacayos en el Ayuntamiento en la que su madre trabajaba como cocinera. Toma la versión de la madame Gourdan, Du Barry fue vendida media docena de veces como virgen en el burdel de madame Gourdan, la mejor casa de citas de París. Gourdan afirma haber descubierto a Du Barry en una tienda de vestidos parisina. Es posible que la joven hubiera aprendido costura en el convento y tenía una gran pasión por el vestido. Gourdan descubrió que sólo le interesaba la ropa y el sexo y ella podía proporcionárselos. Lo primero que hizo fue restablecerle el himen y vender su virginidad a un prelado de París que había asistido a la Asamblea del Clero por 2.400 livres, el equivalente al salario de unos siete años de un obrero semicalificado. Luego volvió a restaurar su himen varias veces para vender su virginidad a un conjunto de depravados de los estratos más altos de la sociedad: "La Iglesia, la nobleza, la magistratura, las altas finanzas la habían experimentado, y me había producido más de mil luises". Madame Gourdan tal vez nos recuerde a Heidi Fleiss "Madame de Hollywood", Fernande Grudet "Madame Claude", Cynthia Payne "Madame Cyn", María de Mora "Madame de las Famosas", Ghislaine Maxwell "Madame de Epstein". Du Barry tiene una figura definida, salió del convento a los 15 años para trabajar en una tienda de vestidos y luego su "virginidad" fue vendida en innumerables ocasiones a los estratos más altos de la sociedad. No sólo era una prostituta de lujo, era una virgen de lujo que adquirió diversos nombres en su camino al trono de Francia: Manon, mademoiselle Lançon, mademoiselle Vaubergnier, mademoiselle L´Ange y madame Du Barry. Uno de los mejores clientes de madame Gourdan era Billard Dumonceau, a quien le ofreció la virginidad de su ahijada de 16 años: "Pero, padrino, ¿está mal venir a un lugar que vos mismos frecuentáis?". El episodio terminó la carrera de Du Barry como prostituta de lujo sin un centavo, pero le dejó una serie de contactos de alta sociedad de Versalles y los trucos de Gourdan. Du Barry regresó a la tienda de vestidos y se involucró con un empleado del Ministerio de Marina, que la abandonó por una condesa decrépita. Luego se involucró con un peluquero a quien condujo al desastre: peinados y guardarropa. La necesidad la obligó junto con su madre a practicar la prostitución en los jardines de las Tullerías. Fueron detenidas y rescatadas por el padre Gomart, el viejo amante de su madre. Colocó a Du Barry en la casa de una viuda de un acaudalado fiscal agrícola, que empleaba al padre para decir misa y compartir la cama. La viuda empezó a acostarse con Du Barry y ésta a coquetear con sus dos hijos. Las protestas de las sirvientas derrumbaron el triángulo amoroso. Du Barry encontró trabajo en una casa de juego y conoció al proxeneta Du Barry "conde Du Barry", especializado en las call girls para los ricos y poderosos. Queda más clara la figura de Jeanne. No era hija ilegítima, no había nacido por completo en la calle, y salvo el episodio de los jardines de las Tullerías, no había sido callejera. Por segunda vez regresaba a la prostitución de lujo, pero en su caso no era producto de la ambición. Era lujuriosa y vulgar, pero también era inocente. El proxeneta la presentó al señor Le Bel, el primer valet de Louis XV. La función de Le Bel era obtener "juego" de la población femenina de Francia y servir "manjares reales" en el Parc-aux-Cerfs, la casa de placer de Louis XV en Versalles. Le Bel las "limpiaba", las vestía y las casaba luego de una noche de amorío con dotes de 200.000 livres para cada una. El costo de una a la semana para la Corona de Francia ascendía a 10 millones de livres al año. Por 1768 el rey empezó a perder la libido y el plan de convertirla en amante del rey fue del proxeneta Du Barry. Le Bel buscaba un "bocado real" y Du Barry le propuso a "mademoiselle L´Ange" con una condición: Versalles en lugar de Parc-aux-Cerfs. Jeanne sería presentada como la condesa Du Barry, y ella se encargaría del resto. Jeanne descubre que los ricos y los de buena cuna resultan incompetentes o pervertidos. Los duques no tienen erecciones. Los prelados requieren la flagelación. Las condesas favorecen el lesbianismo: "La anécdota ilustra la vulgaridad de Du Barry y el trato familiar que en privado le daba al rey. Esto comenzó como un chisme que extendieron los cortesanos en Versalles; luego un noveulliste parisino dio noticias de él en una gaceta manuscrita; y por último nuestro autor lo recogió como una "anécdota (...) a partir de la cual se puede inferir cuál era entonces la opinión general del público relativo a su dominio (el de Du Barry) sobre el rey"... Las noticias llegaban en muchas formas. Pero nuestro autor estaba interesado por las más picantes, en la forma de chróniques scandaleuses, anécdotas unidas una tras otra para crear un relato ininterrumpido de fechorías y malversaciones. Las anécdotas funcionaban a partir del principio, aún más familiar en el periodismo popular, de que los nombres hacen noticias, por lo que se concentraban en las figuras más célebres del reino. Sus autores -conocidos como nouvellistes, gazetiers y gens à anecdotes- se comportaban como los ancestros de los indagadores reporteros de hoy. Olfateaban los escándalos en los estratos elevados. Pero no hay que forzar demasiado el paralelismo con el periodismo moderno porque los periodistas de comienzos de los tiempos modernos no pertenecían a la profesión. Muchos coleccionaban anécdotas por mero gusto. Las anotaban en pedazos de papel, las intercambiaban entre ellos y las guardaban en portafolios, los cuales sacaban, para regalar con ellas a sus amigos, en los cafés y en los salones. Al reunir sus anécdotas en un maletín, el nouvelliste creaba una gaceta manuscrita (gazzete á la main); y al imprimirlas, un editor producía una chronique scandaleuse. Como su título lo señala, Anecdotes sur Mme la comtesse du Barry debe mucho a estas gacetas clandestinas... Como quiera que fuera el procedimiento, el resultado por momentos tiene la apariencia de un cuaderno de recortes. Contiene tal cantidad de materiales disparatados que a veces se pierde el hilo narrativo principal. Pero su calidad de collage lo vuelve particularmente interesante, toda vez que muestra la forma en la que se construía una imagen de los acontecimientos a partir de todos los pedazos de noticias que circulaban en aquella época. De hecho, las Anécdotes... describen este proceso: no sólo ofrecen información sino también información sobre la información, llevando al lector al corazón del sistema de comunicación que esto activaba... Aunque también aparecen algunos comentarios, en forma de bons mots, bromas y canciones; y ellos también constituyen noticias" (Darnton, pp. 236, 237, 238). 

Jessy I. © 

Pauvre-Diable & Sans-Culotte.

 El Palais Royal pertenecía a Louis Philippe II de Orleans, hijo de Louis Philippe de Orleans, duque de Chartres, y de Louise Henriette de Bourbon, miembro de la rama colateral Bourbon-Conti, tataranieto de Louis XIV y primo de Louis XVI. Casado con Louise Marie Adélaïde de Bourbon. Louis Philippe era duque de Montpensier y duque de Chartres, el duque de Orleans en 1785 y Philippe Égalité “Felipe Igualdad” en 1792. En 1773, después de un incendio, encerró el jardín del Palais Royal dentro de una enorme arcada que contaba con tiendas y apartamentos, incluido alguno de los cafés más importantes de la ciudad: el Café du Caveau, el Café de Foy, el Café de la Regénce en la Place du Palais Royal. El duque de Orleans permitía que los parisinos caminaran por el jardín y hablaran libremente de cualquier tema. Los parisinos podían comprar libros ilegales en las tiendas bajo la arcada, chismear en los cafés, probar suerte en los antros de apuestas o elegir entre una colección interminable de prostitutas. Muchas de las actividades del Palais Royal eran ilegales, pero la policía no podía perseguirlas sin pedir permiso al gobernador del palacio, la autoridad del Palais Royal estaba supeditada a la autoridad del duque por ser un príncipe de sangre real. El duque de Orleans fue el blanco de cinco libelos, cuatro en contra: 1784, 1789, 1793 y en el Año II del nuevo calendario revolucionario jacobino (1793-1794). Vie privée ou apologie de Très-Sérénissime Prince Monseigneur le duc de Chartres (1784) retrata al Gran Maestre del Gran Oriente de Francia de forma grotesca: su madre estaba demasiado ocupada con el miembro gigante del conde de Polignac y sus cocheros, y su padre estaba demasiado ocupado con sus concubinas para procrear hijos legítimos; su única educación fueron las obscenidades de Aretino y las pláticas procaces de su madre y de los pícaros que la rodeaban; iniciado por una de las prostitutas más depravadas de su padre, Madeimoseille Deschamps, el inicio de sus malos hábitos en los burdeles de París; buscaba casarse con la princesa de Lamballe para heredar la riqueza del duque de Penthièvre y su puesto como Gran Almirante de Francia; el príncipe de Lamballe se interpuso en sus planes y lo convirtió en su compañero de desenfrenos sexuales al grado de fallecer por una enfermedad venérea; convertir el Palais-Royal en un antro de apuestas donde incrementó su fortuna gracias a las técnicas de trampa que le enseñaron los hábiles jugadores de cartas de París; no defender a su hermana, la duquesa de Bourbon, cuando el conde de Artois la llamó prostituta en un baile de máscaras; probar los encantos de una famosa prostituta de Modena e intentar escapar sin pagar, obligado a entregar su bolsa por cuatro matones para no recibir una golpiza. En 1780, 3000 escritores aspiraban a convertirse en el próximo Rousseau o Voltaire, muchos eran médicos o abogados, pero la gran mayoría combinaba pequeños trabajos temporales de tipo literario con el espionaje, los libelos y la extorsión: se contrataban como secretarios, daban lecciones privadas, corregían pruebas, compilaban antologías, componían almanaques, maquilaban folletos, redactaban escritos para boletines clandestinos, colaboraban con periódicos extranjeros, vendían libros y espiaban para la policía. Voltaire se burlaba de los escritores de poca monta con el término le pauvre diable (“Pobre Diablo”). Un motivo literario que había utilizado como arma para golpear a sus enemigos. Rousseau hizo lo mismo y acuñó el término Rousseaus du ruisseau (“Rousseaus de Alcantarilla”) para los escritores sentimentales a sueldo, por Nicolas–Edmé Restif de la Bretonne, quien a su vez había acuñado el término pornographe (“Pornografía”) en una obra de 1769, donde abogaba por un sistema estatal de prostitución legal. Louis-Sébastien Mercier recibió el término “Rousseau de Alcantarilla”. El mismo Mercier manifestó su desprecio por los escritores a sueldo y a los libelos, porque no quería que lo identificaran con ellos. En Tableau de Paris (1781) y en Le Nouveau Paris (1798) identificó al escritor indigente del Antiguo Régimen como modelo para la variedad más radical del activista en el París revolucionario: el sans-culotte. Mercier ubica el término en Nicolas Gilbert, un poeta tan pobre que no podía comprar bombachos, apodado Gilbert le Sans-Culotte (“Gilbert el Sin Calzones”). Después de que Gilbert murió, en el desamparo, en 1780, la gente rica adoptó la denominación contra todos los autores que no vestían de manera elegante. Existe una delgada línea entre el pauvre-diable y el sans-culotte, entre la marginalidad en la literatura y la militancia política. Antes de la Revolución estuvieron representados por Morande, Pelleport, Manuel, Turbat, Linguet, De Serres de la Tour, Goesman, Goudar, De Launay, La Coste de Mézières, Poultier d´Elmotte, Imbert de Bodeaux, Duvernet, y otros, casi todos personajes oscuros y marginales que se perdieron en el anonimato. Pero con vidas parecidas a las de los escritores que se hicieron famosos durante la Revolución: Mirabeau, Brissot, Carra, Gorsas, Bonneville, Prudhomme, Louvet de Couvray, Fabre de´Églantine, Hébert Chaumette, Collot d´Herbois. Y los profesionistas que el movimiento revolucionario dio la oportunidad de mostrar sus dotes literarias: el filósofo y científico Marat, el ensayista y abogado Robespierre y el poeta Saint Just. Los principales líderes de la Revolución se conocían bien entre ellos. Maximilien Robespierre y Camille Desmoulins habían estudiado juntos en el Collège Louis de Grand, Jacques Pierre Brissot y Jean Paul Marat se volvieron buenos amigos durante los años que pasaron en Londres. Brissot también desarrolló vínculos cercanos con Jérôme Pétion y ambos se hicieron amigos de Pierre Manuel. Los caminos se cruzaban y las carreras se entremezclaban en los clubes y las asociaciones como el Musée y el Lycée de París, donde los escritores de segundo o tercer nivel buscaban apoyo mutuo durante los años previos a 1789. Muchos colaboraban en libros y panfletos a lo largo de la era prerrevolucionaria: Mirabeau, Manuel, Brissot, Clavière, Carra, Gorsas, Mercier. Los periodistas radicales como Marat y Hébert pedían que rodaran cabezas. Anne-Gédéon Lafitt, marqués de Pelleport, era un pauvre diable, un aristócrata de una familia con poco dinero, una carrera fracasada en el ejército y encarcelado por petición de sus propios padres, devenido en libelista. Pelleport en Les Bohémiens parodia el rousseanismo vulgar de Brissot bajo el personaje Bissot, en la obra utiliza un término que significaba algo más que los habitantes de Bohemia y los gitanos de Rumanía, el término connotaba a los errantes que vivían de su ingenio y a los hombres de letras marginales. La bohème (“Bohemia”) tenía la misma connotación de pauvre diable (“Pobre Diablo”) y sans-culotte (“Sin Calzones”). Los reportes de los espías policiacos retrataban la contracultura de los refugiados franceses en Grub Streets de Londres. Los libelistas se congregaban en "las barriadas y los cafés del nivel más bajo": tabernas o cabarés baratos como el Table d´hôte en Grobetty o cafeterías como el Café de Stangter y Café d´Orange. Gravitaban alrededor de la librería de Boissière en la calle St. James y las oficinas del Courrier de l´Europe, el periódico de lengua francesa especializado en noticias británicas y asuntos estadounidenses. Pelleport en su obra dividió a los bohemios franceses de Grub Streets en tres sectas filosóficas: la “secte économico-naturellico-monotonique” (económico-naturalista-monotónica), comandada por Séché; “la secte des despotico-contradictorio paradoxico-clabaudeuristes” (de los despótico-contradictorio-paradójico-chismosos), comandada por Lungiet y la de “los philosophes communico-luxurico-friponistes” (filósofos comunicativo-lúbrico-bribonzuelos) comandada por Mordanes (Morande). La primera representaba a la fisiocracia y la doctrina de la ley natural; la segunda, al despotismo ilustrado teñido de doctrinas sociales reaccionarias; la tercera, al interés propio de signo predatorio. Junto con el rousseauneanismo utópico de Brissot, los bohemios cubrían gran parte del espectro ideológico: "Los títulos sirven mejor que el tamaño como indicadores. Cualquier cosa con las palabras: “secreta” o “privada” en el título probablemente era un libelo, especialmente si el adjetivo estaba conectado como un sustantivo como “vida”, “memorias” o “historia”. Los títulos más comunes en la literatura del libelo en el siglo XVIII comenzaban con “La vida privada de…” o “la vida secreta de…”. Los libelistas gustaban de presentarse anónimamente como espías, abrevando de la tradición popular del seudorientalismo… De las “cartas” a la “correspondencia”, las “memorias” o el “diario”, los títulos jugaban con infinitas variaciones del tema de unas cartas descubiertas en portafolios perdidos, secretos intercambiados a través del correo y confidencias expresadas en diarios. Las ficciones eran transparentes, pero añadían sabor a las revelaciones prometidas, y cumplían la función de alertar al lector sobre lo que podían esperar: la exhibición de secretos… Los libelos se presentaban con frecuencia como periódicos, gacetas y crónicas… Algunas de estas obras cubrían tanta historia contemporánea que podían ser tomadas en serio como narrativas históricas sazonadas con un poco de escándalo… dado que “histoire” significaba tanto historia como relato, estas obras prometían a sus clientes potenciales una narrativa que combinaría el escándalo con la información acerca de hechos actuales. Es más, “histoire” también connotaba biografía; de modo que las historias con frecuencia se insertaban en largas series de “vidas privadas”… Los franceses con frecuencia se referían a estos artículos como “anécdotas”, una palabra que connotaba información oculta más que habladurías, como sucede en el uso común actual. También los llamaban nouvelles, es decir, noticias… Una lectura atenta de todos los libelos publicados entre 1770 y 1800 revelaría innumerables casos de anécdotas extraídas de una publicación e insertadas en otra. Describir este hurto como plagio sería anacrónico; era práctica común entre los libelistas, e ilustra la manera en la que trabajaban. Recababan material de toda fuente a su disposición y la reunían de la manera que más conviniera a su propósito: como memorias escandalosas, historias sediciosas, gazzetes à la main, crónicas, psedocorrespondencia, panfletos y popurrís” (Darnton, pp. 330, 331, 332, 333, 334). Robert Darnton en Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución (FCE, 2014) hace un análisis sobre el subgénero de libros prohibidos llamados libelles “libelos”. Los ataques calumniosos a las figuras públicas a las que se les conocía colectivamente como Les Grands (“Los Grandes”). En la época de Augusto los romanos usaban la palabra LIBELLVS “libro pequeño” para referirse a los panfletos difamatorios, diminutivo de LIBER “libro”. Los Anales de Tácito registran que Augusto fue el primero en conducir procesos sobre panfletos calumniosos (famosi libelli) bajo el pretexto de la ley de lesa majestad. A finales de la Edad Media, libelle aplicaba a todo tipo de panfletos, hasta que empezó a ser asociado con ataques a “Los Grandes”. Entre 1659 y 1789 hubo al menos 135 personas encarceladas en la Bastilla por crímenes relacionados con los libelles. Era más fácil ser arrestado por un libelo que por promover el ateísmo, el deísmo, el enciclopedismo, el libertinaje, teorías políticas radicales o ilustradas. Existía mayor tolerancia por la promoción de ideas que por la destrucción de reputaciones desde el anonimato. El libelista podía ser calificado fácilmente de cobarde, pero no se debe olvidar que había una relación asimétrica de poder, el atacado era un Grande. El libelo era el recurso de los pequeños, pero también podía ser el medio de otro Grande que estuviera interesado en desacreditar públicamente a un igual. En la Inglaterra del siglo XVI, los Tudor castigaban a los libelistas cortando las narices y rebajando las orejas. En el siglo XVII, la ley sobre el libelo sedicioso de Inglaterra sirvió para limitar la libertad de prensa después del fin de la censura previa a la publicación. En Francia, una ordenanza real de 1560 proclamaba que “todos los productores de carteles y de libelles difamatorios (…) que tiendan a inflamar al pueblo y provocarlo hacia la sedición” serían condenados como “enemigos de la paz pública y criminales culpables de lèse-majesté”. Charles IX decretó un edicto el 17 de enero de 1561: “Deseamos que todos los impresores, distribuidores y vendedores de anuncios y libelos sean castigados por la primera ofensa con el látigo y por la segunda con la ejecución”. El 1617 la actividad llegó a su punto más alto, 450 nuevos títulos, cien más que la producción de 1589. El 28 de mayo de 1649, el Parlamento de París trató de restaurar el orden en la capital amenazando con la horca a quien publicara libelles. La ola de libelles explotó durante la revuelta de los príncipes en 1614-1617. La lucha por el poder entre los grandes y los protegidos rebasó la esfera del palacio, y los cortesanos buscaron el apoyo del público. Luis XIII fue ignorado porque apenas tenía doce años. La reina madre, María de Médicis, dominaba los consejos como regente y por medio de favoritos como Concino Concini, el mariscal D´Ancre. El príncipe Enrique II de Bourbon-Condé era el principal oponente de María. Acusado de tratar de suplantarla, primero manipulando los Estados Generales de 1614, luego por medio de intrigas y finalmente con una rebelión abierta. Concini fue asesinado y María de Médicis conducida al exilio. Los panfletos calificaban al príncipe Condé como traidor, impulsivo y conspirador sin escrúpulos. Concini de libertino, demonio, usurpador disoluto. María de Médicis de tirana, entremetida, protectora de aventureros corruptos y extranjeros. Entre 1648 y 1653 surgieron 5.000 panfletos. El escenario era idéntico: un rey niño, Luis XIV; una reina madre, Ana de Austria, tratando de gobernar a través del favorito Mazzarino; y grandes nobles, dirigidos por el príncipe Luis II de Bourbon-Condé, hijo de Enrique II de Bourbon-Condé. Los rebeldes expulsaron de París en enero de 1649 al cardenal Mazzarino, a la reina madre y Luis XIV, y se apoderaron de la ciudad. Luego permitieron la libertad de prensa para calumniar a Mazzarino y a quienes estuvieran asociados con él. Le reclamaron enviar la riqueza francesa a los bolsillos italianos, las arcas españolas y la iglesia ultramontana; su amor al lujo, a la buena comida, a la ópera y a sus sobrinas. La Mazarinade de Paul Scarron: "Sodomita que sodomizas, sodomizado sodomita, sodomita con plumas y sodomita con vello, sodomita en lo grande y en lo pequeño, sodomita que sodomizas al Estado y sodomita del mejor mezclado…". En 1652 la rebelión decayó y los grandes se volvieron dueños de la situación: Gaston de Orleans, Louis II de Bourbon-Condé, el cardenal de Retz y el cardenal Mazzarino. En un libelle publicado en Turín, aparecieron embarrados el príncipe Louis-François Joseph de Bourbon-Conti (1734-1814) y el príncipe Louis Joseph de Bourbon-Condé (1736-1818): Vie privée de Charles Philippes de France, ci-devant comte d´Artois, frère du roi, et sa correspondance avec ses complices , ornée de son portrait, gravé d´après nature, pour servir de clef à la Révolution française et de suit aux vies de Marie-Antoinette d´Autriche, reine de France; de Louis Philippes d´Orléans; de Louis-François Joseph de Conti; de Louis Joseph de Condé; de l´agioteur Necker; ci devant directeur-général des finances; de Jean-Sylvain Bailly, maire de Paris; et du general Mottier, dit La Fayette, commandant-général es bleuets parisiens: “La vida privada de Carlos Felipe de Francia, antiguo conde de Artois, hermano del rey, y su correspondencia con sus cómplices, adornada con su retrato, grabado al natural, para que sirva de clave de la Revolución Francesa y, posteriormente, de la vida de María Antonieta de Austria, reina de Francia; de Luis Felipe de Orleans; por Luis Francisco José de Conti; por Luis José de Condé; del corredor de bolsa Necker; aquí ante el Director General de Finanzas; de Juan-Silvano Bailly, alcalde de París; y el general Mottier, conocido como Lafayette, comandante general de los arándanos parisinos”: “El autor de Vie politique et privée de Louis Joseph de Condé (“Chantilly”, 1790) adoptó el mismo tono. Escribía como un “historiador filosófico”, y se felicitaba a sí mismo por exhibir, en concordancia con el espíritu del igualitarismo revolucionario, la depravación de Condé. Un autor desconocido podía ahora desenmascarar a un príncipe en público porque los tiempos habían cambiado: “El rango, el título y las posesiones son simples distinciones imaginadas por razones políticas para mantener a los demás subyugados” (p. 8). Continuaba con una crónica de adulterio tanto del príncipe como de la princesa y luego, a media denuncia, se detenía para declarar su confianza en su propia esposa, cuya virtud destacaba como una denuncia de las mujeres de la alta sociedad que hacían del engaño un deporte… Al condenar a Condé se colocaba él mismo por encima moralmente; y al moralizar, hacía que la oposición entre virtud y vicio funcionara como un argumento para igualar el orden jerárquico del Antiguo Régimen. El autor de Vie privée et politique de Louis-François Joseph de Conti, prince du sang, et sa correspondance avec ses complices fugitifs (“Turín”, 1790) trataba los mismos temas. Después de proclamar su estricta imparcialidad tanto como historiador como philosophe, lanzaba insultos contra Conti. A semejanza de los demás príncipes de sangre real –y como los Borbones en general, todos ellos “monstruos execrables” (p. 21)-, Conti estaba hecho del mismo material de Nerón y Calígula. Pero difería de sus primos reales en un aspecto: sólo le importaba el dinero. A diferencia de ellos, entonces, él había apoyado al gobierno de Maupeou en 1771, cuando impuso un gobierno despótico en el reino. Como recompensa, recibió millones que fueron desviados de la tesorería real por Terray en su papel como contralor general de Finanzas. En 1789, sin embargo, Conti se unió a la coalición de príncipes que intentaban destruir la Asamblea Nacional; después del fallido intento de golpe; emigró a Turín, al tiempo que seguía conspirando con ellos. Regresó a París en 1790, hizo un conspicuo juramento de lealtad al nuevo régimen para ocultar sus tramas contrarrevolucionarias, y ahora estaba preparado para atacar en cualquier momento” (Darnton, pp. 503, 504).

Jessy I. ©

Terror Jacobino.

 Existe una delgada línea entre el Pauvre-Diable y el Sans-Culotte, entre la marginalidad en la literatura y la militancia política. Los pauvre diables siguen escribiendo libelles con el lenguaje del pueblo y extorsionando. Los Rousseaus du ruisseau siguen escribiendo literatura sentimental a sueldo: Libertad, Igualdad, Fraternidad, Sororidad. Los sans-culottes de Facebook, Twitter, YouTube y TikTok mezclan la extorsión y el activismo político: "influencers". Si Luis Alfonso de Bourbon hubiera usado a los blogueros, famosos, celebridades e influencers para hacer la "Revolución", tal vez los números de Spanish Influencers 2017 SL hubieran cuadrado. Ahora podemos ver ambos modelos de activismo radical bajo el lenguaje audiovisual. Marie Antoinette no soportaba a Madame du Barry, como en la Corte francesa no se permitía dirigirse directamente a alguien de rango superior, Du Barry no podía hablarle a menos que ella lo hiciera primero. Louis XV murió en 1774 y Louis XVI y Marie Antoinette, ya monarcas, la expulsaron de la Corte. Cuando estalló la Revolución le robaron sus joyas y fue arrestada en septiembre de 1793, acusada de traición a la República. Jeanne du Barry fue guillotinada en la Plaza de la Revolución el 8 de diciembre de 1793, dos meses después de haber sido decapitada Marie Antoinette en el mismo lugar. La reina austriaca había sido bastante popular al inicio. Cuando visitaba la ciudad la recibían con gritos espontáneos de vive le reine. Pasada la mitad de 1781, no lograba que se alzaran gritos ni distribuyendo dinero entre la multitud. Circulaban rumores de que estaba desviando enormes cantidades de dinero desde la tesorería real y enviándolas a su familia en Viena. Jean-Charles-Pierre Leonoir rastreó la calumnia hasta dar con dos boletines manuscritos producidos por dos cortesanos adscritos a las casas del rey y la reina; pero falló al intentar arrestarlos, pues huyeron al ser avisados por otro informante en Versalles. El principal blanco de libelles, 150 en total: "amante del conde de Artois, la princesa de Lamballe y la duquesa de Polignac". También fue atacada por la prensa inglesa. Cuando los diplomáticos franceses leían la prensa inglesa, no podían creer lo que veían. Los reportes del conde Jean-Balthazar Adhémar expresaban su indignación por el repugnante ejercicio de la libertad política de los ingleses. El 11 de diciembre de 1784 el Morning Post sacó una nota sobre un amorío en París entre la duquesa de Polignac ("Mme P") y un cierto caballero inglés ("Coronel C"). Dos días después el periódico acusó a Marie Antoinette, sin nombrarla abiertamente, de tener una relación con un tal "Mr W" y con un oficial francés en un nido de amor secreto provisto por Madame de Polignac en París. Para el Morning Post, que en esa época llenaba sus columnas con información sobre las travesuras sexuales de la alta sociedad en Londres, la historia era irresistible, después de una desastrosa guerra con Francia, dos apuestos oficiales ingleses hacían orquestado una venganza sobre el rey de Francia al hacerlo cornudo. Para el conde Adhémar la nota era ofensiva, carente de diplomacia, un caso de lèse majesté. Se había dado cuenta que las protestas diplomáticas no llevaban a nada. Después de enviar copias de los artículos con sus traducciones a Versalles, contrató a un gacetillero para desmentir los rumores en el Public Advertiser del 17 de diciembre y el Morning Herald del 19 de diciembre. El Morning Post respondió con la revelación de que el nido de amor se extendía: Madame Polignac ("Mme P") ahora parecía estar compartiendo a su coronel con una "gran dama" (Marie Antoinette). La prensa inglesa tenía una fuente inagotable de lodo que lanzar a la monarquía francesa, Adhémar se dio cuenta que no podía ganarles a las periodistas londinenses en su propio juego, así que dejó de jugarlo. En 1789 el duque de Orleans fomentaba una oposición al gobierno tanto en el Parlamento de París como en las calles de la capital. Cuando se reunieron los Estados Generales, en mayo de 1789, se sentó entre los nobles radicales, y apoyó la causa del Tercer Estado y todas las medidas revolucionarias que muchos sospechaban que estaba conspirando para reemplazar a Louis XVI como regente o como rey por derecho propio. La sospecha de una conjura orleanista llegó a su punto más alto en el alzamiento del 5 y el 6 de octubre de 1789, cuando un grupo de mujeres del mercado seguidas de Lafayette y de la Guardia Nacional marcharon hacia Versalles y llevaron a la familia real de vuelta a París, donde sus miembros permanecieron como prisioneros virtuales en el Palacio de las Tullerías. La creencia extendida de que había orquestado la marcha hacia Versalles lo llevó a considerar que era prudente aceptar una misión en Londres, donde permaneció hasta julio de 1790. La violencia la proveía la gente común: artesanos y tenderos apoyados por profesionales, especialmente abogados, se movilizaron en los 60 distritos parisinos donde había habido elecciones de los Estados Generales. Para mediados de octubre de 1789 sospechaban abiertamente no sólo de la Corte sino también de la Asamblea Nacional, que había seguido al rey a París. Los líderes más conservadores de la Revolución intentaron contener la violencia popular: el alcalde de París, Bailly; el jefe de la Guardia Nacional, Lafayette; el mejor orador de la Asamblea Nacional, el conde de Mirabeau. Tomaron provisiones para instaurar la ley marcial y excluyeron a los pobres de los batallones de la Guardia Nacional que patrullaban las calles para mantener el orden. Los altos precios del pan con frecuencia desataban alzamientos cuando se elevaban por encima del poder adquisitivo de los consumidores ordinarios, como lo habían hecho justo antes de las journées del 14 de julio y del 5 y 6 de octubre de 1789. Pero los distritos seguían siendo una amenaza. Habían creado asambleas vecinales y comités ejecutivos, donde los militantes locales, los futuros sans-culottes, amasaban hostilidad en contra de los políticos que operaban al nivel de la Asamblea Nacional y la municipalidad de París. Después de octubre de 1789, los radicales tomaron a Bailly, Lafayette y Mirabeau, junto con Louis XVI y Marie Antoinette, como principales blancos. En Francia la crisis había aminorado en 1790, cuando el pan volvió al precio normal, los diputados en la Asamblea Nacional se concentraron en diseñar un nuevo orden constitucional y el país celebró su victoria contra el Antiguo Régimen el 14 de julio de 1790, la primera conmemoración del Día de la Bastilla. La Constitución creada por la Asamblea Nacional había sido aceptada por Louis XV y ratificada en las elecciones de septiembre de 1791, que produjeron un nuevo cuerpo parlamentario, la Asamblea legislativa. Francia declaró la guerra a Austria el 20 de abril de 1792, Louis XVI había estado dispuesto a ir a la guerra, pero el colapso de la ofensiva francesa hizo parecer como si estuviera colaborando secretamente con Austria a fin de utilizar la derrota para restaurar el Antiguo Régimen. Todo sugería que algunos generales estaban coludidos. Lafayette, el general francés más famoso, en abril desertó al bando enemigo y los austriacos junto con sus aliados prusianos conquistaron las fortificaciones clave en la frontera francesa. El hecho confirmó los temores de los sans-culottes de que podía desatarse una contrarrevolución. Marie Antoinette fue señalada de estar conspirando para sabotear la Revolución y poner a Francia en manos de su hermano en Viena. En todos los momentos cruciales de su curso la Revolución se había movido hacia la izquierda mediante insurrecciones. El 14 de julio de 1789, el 5 y 6 de octubre de 1789, el 10 de agosto de 1792, y del 31 de mayo al 2 de junio de 1793, los artesanos y trabajadores de París pusieron la violencia que destrababa el impasse. Para ellos, las "personas simples" (Le Menu Peuple, Les Petites Gens), a mediados de 1792 llamados generalmente Sans-Culottes ("Sin Calzones"), eran constantemente explotados por Les-Grands ("Los Grandes"). Para el otoño de 1793 habían aprendido a cuidarse de los líderes políticos que usaban la violencia popular para sus propios fines sin cumplir con sus promesas de satisfacer las demandas populares. Los sans-culottes de las 48 Secciones de París, que reemplazaron a los Distritos electorales de 1789, derrocaron a la monarquía en una sangrienta batalla callejera el 10 de agosto de 1792. Su intervención abrió el camino para que llegara un ministerio interino brissotista mientras se organizaban las elecciones para una Convención que creara un nuevo orden republicano. Pero una vez instalada la Convención, los políticos brissotistas (seguidores de Jacques Pierre Brissot) o girondinos (diputados prominentes de la Gironda) no hicieron nada para cumplir con las exigencias de los sans-culottes de controlar precios, tomar medidas energéticas para ganar la guerra y reprimir a los contrarrevolucionarios: "Cuando la Asamblea legislativa votó en contra de una moción para condenar a Lafayette por traición, los líderes de las Secciones dirigieron sus sospechas en contra de los políticos de la Asamblea, incluidos algunos brissotins que habían apoyado a Lafayette y que estaban negociando secretamente con el rey para formar un nuevo gobierno... De hecho, como las condiciones se deterioraban en todos los frentes, los girondinos atacaron abiertamente las Secciones. Los sans-culottes respondieron del 31 de mayo al 2 de junio invadiendo la Convención y purgándola de líderes girondinos... Durante el verano de 1793 los precios siguieron escalando y los ejércitos invasores amenazaban de nuevo con llegar a la capital, mientras que los simpatizantes girondinos se alzaban en las ciudades más importantes de las provincias y la Vendée se disolvía en una guerra civil. Un Comité de Seguridad Pública compuesto por líderes montañeses, incluido Robespierre, resultó ser tan ineficaz como los ministros girondinos para controlar la situación... Los militantes sans-culottes invadieron la Convención el 4 y 5 de septiembre, en otra insurrección potencial que por momentos parecía una repetición de lo sucedido del 31 de mayo al 2 de junio. Pero los montañeses lograron aplacar a los sans-culottes cooptando a sus líderes y prometiendo medidas enérgicas para poner en marcha su programa. La Convención decretó una medida de emergencia tras otra: una draconiana Ley de Sospechosos (17 de Septiembre), un Máximo General de precios (29 de septiembre) y la centralización del poder en el Comité de Seguridad Pública (10 de octubre, seguido de una legislación más detallada el 4 de diciembre)... Por varias semanas el Tribunal Revolucionario dudaba si convenía eliminar a los prisioneros identificados como abiertamente contrarrevolucionarios. María Antonieta y los líderes girondinos no fueron guillotinados sino hasta octubre, y Orleans, que había sido arrestado el 5 de abril, no caminó hacia el cadalso sino hasta el 6 de noviembre. Durante este periodo Robespierre y los once miembros del Comité de Seguridad Pública estaban aprensivos ante la posibilidad de ser arrancados del poder por nuevos oleajes de violencia popular. Los miembros de las Secciones tenían batallones propios, así como organizaciones políticas... Para el verano de 1794 el Comité de Seguridad Pública desmantelaría las Secciones y absorbería a sus líderes en la burocracia revolucionaria y del ejército. Pero al final de 1793 todavía estaba luchando por mantener su apoyo, algo que lograría no sólo echando a andar su programa sino ganándoselos con propaganda" (Darnton, pp. 306, 440, 441). Pierre Manuel estaba entre los diputados jacobinos más conocidos cuando la Convención Nacional se reunió la primera vez el 21 de septiembre de 1792, y comenzó a tener que lidiar con una abrumadora agenda de problemas: el destino de Louis XVI, la creación de una nueva República, la defensa del país contra los ejércitos invasores de Austria y Prusia, y la hostilidad creciente del movimiento sans-culotte en París, que había explotado en horribles masacres del 2 al 6 de septiembre. Manuel le debía su elección al apoyo de los militantes parisinos. Manuel llevaba mucho tiempo vinculado con los miembros más radicales de la delegación parisina: Maximilien Robespierre, Georges Jacques Danton, Camille Desmoulins y otros líderes de los montañeses. Sin embargo, también tenía fuertes vínculos con Jacques Pierre Brissot, Jérôme Pétion y otros moderados o girondinos prominentes. Después de luchar sin mucho éxito por hacerse una vida y un nombre como un hombre de letras antes de 1789, halló una nueva carrera en el funcionariado creado por la Revolución en París: primero como un defensor abierto del Tercer Estado en su distrito electoral local, después como representante de la Comuna de París y, para 1790, como administrador en la oficina del mayor responsable de vigilar el comercio de libros. Gracias al apoyo del Club de los Jacobinos fue elegido procurador público de la Comuna el 2 de diciembre de 1791. En sus discursos del Club de los Jacobinos del 5 y 12 de febrero de 1792, exigía que los ministros fueran obligados a sortear quién de ellos iría a la guillotina. Manuel fungió como vicepresidente y como presidente de los jacobinos en junio de 1792. En su papel como abogado perseguidor de la Comuna, se abstuvo de hacer nada para evitar que los sans-culottes invadieran las Tullerías el 20 de junio. Lejos de intentar calmar la agitación en las Secciones, reafirmó su apoyo a ellas y a los vínculos que las unían con la Comuna. Por ello el conservador Departamento de París lo acusó de fracasar en el mantenimiento del orden como lo exigían sus funciones en el gobierno municipal. El 7 de julio lo suspendió junto con Jérôme Pétion, el alcalde de París, por el abandono de su deber. Los jacobinos, comandados por Robespierre, levantaron una tormenta de protestas, respaldaron a Manuel y a Pétion como patriotas y exigieron su restitución. Los simpatizantes jacobinos en la Asamblea Legislativa respondieron denegando la decisión del Departamento y restableciendo a ambos en sus puestos. Aunque intervino para salvar algunas vidas durante las masacres de los sans-culottes en septiembre, estuvo al lado de los líderes más radicales de la Comuna durante las masacres y por ello emergió como el partidario del pueblo durante las elecciones para la Convención Los últimos meses de la vida de Pierre Manuel sirven como ejemplo de cómo la distinción de izquierda y derecha se volvió confusa para 1792. Su experiencia en las masacres de septiembre alteró su sentido de la solidaridad con los sans-culottes, condenando las masacres en el Club de los Jacobinos el 5 de noviembre. Collot d´Hervois, un vocero de la nueva izquierda reviró con una frase que hizo que pareciera contrarrevolucionario. Estar en contra de la violencia revolucionaria era estar en contra de la Revolución: "Sin el 2 de septiembre no habría libertad y no habría Convención Nacional". Al final de 1792 Manuel dejó de aparecer en el Club de los Jacobinos y el 31 de diciembre fue expulsado, etiquetado como un girondino. Cuando llegó el momento de votar el destino del rey había que emitir tres votos, uno sobre la culpabilidad del rey, otro sobre si la nación debería anunciar su castigo por vía del referendo y uno más sobre si debía ser enviado a la guillotina. Manuel al final votó a favor del referendo y en contra de la ejecución de Louis XVI. Abandonó la Convención en cuanto se pronunció el veredicto de pena de muerte, renunció y se retiró a su pueblo natal. Manuel fue arrestado el 20 de agosto en Fontainebleau y compareció ante el Tribunal Revolucionario el 13 de noviembre. Para entonces casi todos sus amigos girondinos habían sido ejecutados o se habían suicidado. Ejecutado el 14 de noviembre como uno de los co-conspiradores. La guillotina cobró las cabezas de Manuel, Desmoulins, Danton y Robespierre. Después de la muerte de Robespierre, el 28 de julio de 1794, el Terror fue desmantelado, pero la Revolución continuó: "Es imposible seguir detenidamente las acciones de Manuel durante el caos de agosto y septiembre de 1792, pero cuando se reunió la Convención el 21 de septiembre, destacaba como uno de los miembros líderes de la delegación de París. Había sido elegido junto con Danton, Robespierre, Marat y otros líderes de la izquierda. Las nociones de izquierda y derecha, sin embargo, estaban algo borrosas. Originalmente derivaban del acomodo en los asientos de los diputados en los Estados Generales: aquellos que se sentaban en su podio a la izquierda del presidente fueron identificados como radicales; aquellos a la derecha adquirieron la tonalidad de los conservadores. Pero el espectro siguió modificándose cada vez que los eventos empujaban a la Revolución hacia la izquierda. Surgían constantemente nuevos radicales con demandas cada vez más extremas, y algunos de los diputados de la nueva derecha parecían salidos de la antigua izquierda. Algo de la confusión era resultado de las conexiones personales dentro de las configuraciones cambiantes al interior de los partidos -o facciones, como sería más preciso describirlas-. Aunque los revolucionarios utilizaban el término parti, nunca desarrollaron nada como los partidos modernos, con organizaciones formales, disciplina en el voto, listas electorales y plataformas. En cambio, identificaban a los grupos políticos con los nombres de los individuos: feyatistas, brissotistas, rolandistas, dantonistas, maratistas, robespierristas, hébertistas y demás. También utilizaban otras etiquetas, derivadas de fuentes tales como los nombres de los clubes (jacobinos contra feuillantes en la Asamblea Legislativa) o de alguna característica sobresaliente (girondinos contra montañeses en la Convención, los primeros asociados con algunos diputados prominentes de la Gironda y los últimos identificados por sus asientos en las partes altas de la sala de reunión de la Convención)... Sus líderes se conocían bien entre ellos... La convergencia de amigos que estaban destinados a convertirse en enemigos resaltaba especialmente en el matrimonio de Camilles Desmoulins y Lucile Duplessis el 29 de diciembre de 1790. La fiesta de boda contó con Robespierre, Brissot, Manuel y Mercier. En ese momento todos estaban comprometidos con la causa común, y cada uno habría de tomar más adelante una nueva posición en el reordenamiento de la izquierda y la derecha. La sensación de solidaridad, por un lado, y de traición, por el otro, hacia a las divisiones particularmente letales. Todos, excepto Mercier, acabaron en la guillotina para 1795; todos, incluido el novio y la novia" (Darnton, pp. 308, 309).

Jessy I. ©

Quartieri Spagnoli.

 Los Quartieri Spagnoli son uno de los barrios populares más antiguos del centro histórico de Nápoles. Se trata de una zona que se extiende sobre una superficie de poco menos de un kilómetro cuadrado, bajo la vertiente sur de la colina Vomero, que separa la cresta inferior de vía Toledo desde la parte superior de Corso Vittorio Emanuele. Aunque el Quartieri Spagnoli, por su peculiar historia, constituye una entidad bien definida y circunscrita desde un punto de vista cultural tanto para los habitantes de la ciudad como para sus visitantes, por otra parte parece más difícil de clasificar desde un punto de vista geográfico y administrativo. El área identificada como Quartieri Spagnoli se desarrolla entre dos municipios distintos (I y II) e incluye cuatro barrios distintos dentro de él: Chiaia, San Ferdinando, Montecalvario y Avvocata. Estos últimos, a su vez, se extienden sobre una superficie que no corresponde enteramente a la de los Quartieri Spagnoli, pero que en parte los supera, afectando a otras zonas de la ciudad. En particular, si la porción de territorio más importante aparece casi dividida entre San Ferdinando y Montecalvario, decididamente más pequeños son los que administrativamente pueden incluirse en los distritos de Chiaia y Avvocata. Desde esta perspectiva, en muchas circunstancias prevalece una concepción "extensiva" de los Quartieri Spagnoli, que tiende a identificarlos con la zona que se extiende desde el límite del distrito de Chiaia hasta la zona de Montesanto y que limita al norte con Corso Vittorio Emanuele, y al sur con vía Toledo. Carlos José Hernández Sánchez en Pedro de Toledo entre el hierro y el oro: construcción y fin de un virrey (CASA EDITRICE TULLIO PIRONTI, 2016), parte del nombramiento en el siglo XVI del marqués de Villafranca don Pedro Álvarez de Toledo por Carlos V como virrey de Nápoles. Acompañado por el poeta Garcilaso de la Vega, los nobles napolitanos Ferrante Bisbal, conde de Briatico y Colantonio Caracciolo, marqués de Vico, junto a sus criados, el jurista Juan de Figueroa y su secretario personal Antonio de Aponte, el nuevo virrey viajó en 1532 desde Ratisbona hasta Nápoles, donde haría su solemne entrada el 4 de septiembre. Tras pasar por Venecia, Mantua, Florencia y Siena, el pequeño cortejo se detuvo en Roma. Allí el virrey visitó a los principales cardenales de la facción imperial, uno de los cuales -el antiguo confesor del emperador, García de Loaysa, supervisor de la situación napolitana y artífice junto a Cobos de su nombramiento- le entregó unas instrucciones privadas. En ellas aconsejaba sobre el comportamiento con todos los sectores del reino y, muy especialmente, con su nobleza, a partir del dominio del lenguaje ceremonial y simbólico de la corte. Las tensiones sociales y faccionales llevaron al cardenal a recomendar al nuevo virrey "que muestre buena cara y alegre a todos", si bien encarecía que "siempre que saliere sea con gran gravedad, porque esto es causa de non poner desacatamiento en ninguno", señalando asimismo que "para su conversación y en su casa tenga personas virtuosas y de buena vida y costumbres y con tales platique (...) porque en esto se mira más en Italia que en ninguna parte del mundo...". Loaysa aconsejaba también sobre la etiqueta de las comidas o las audiencias, la forma de vestir o el culto religioso y la protección de los conventos y hospitales de la capital: todo un programa que el virrey cumpliría a través del reforzamiento del ceremonial, la corte y el mecenazgo. El distanciamiento de don Pedro respecto a la nobleza local se expresaría tanto por medio de los gestos como de la ampliación de los oficios, espacios y funciones de la corte virreinal. La ampliación de Nápoles expresa la fusión de esas prioridades militares, que siguen centrando la atención historiográfica, con las políticas, a su vez inseparables de las simbólicas. Todo ello respondía a la coherencia de una acción de gobierno que corrió paralela a iniciativas similares de otros pro reges, como Ferrante Gonzaga o Juan de Vega. La ampliación urbana de Nápoles, con un perímetro trazado por las nuevas murallas -de mar, a partir de 1537 y de tierra desde 1543-, rodeaba a los barrios más antiguos, donde se encontraban los seggi de Nido y Capuana que aglutinaban a la nobleza más refractaria al poder virreinal. Para paliar los frecuentes enfrentamientos entre las tropas españolas y la población el virrey acometió la construcción de los Quartieri Spagnoli, a los pies de la colina de San Telmo, una gran operación especulativa de la que se benefició uno de los yernos de don Pedro, el duque de Castrovillari, quien tras arrendar una gran parte de los terrenos a la cartuja de San Martino, los subarrendó a los oficiales y soldados españoles. Otros parientes y aliados del virrey, como su primo y homónimo Pedro de Toledo, castellano de la fortaleza de San Telmo, adquirieron terrenos en la colina o, como Scipione di Somma, construyeron grandes mansiones suburbanas que aunaban las nuevas exigencias del ocio cortesano con las de la defensa militar. Los Quartieri Spagnoli marcaron el primer término de la gran ampliación urbanística, inacabada a la muerte de don Pedro: una ciudad militar ligada a la ciudad de los servicios, de los nobles y del pueblo a través de la nueva calle Toledo -emblema del triunfo del nombre-, larga y más ancha que las demás, extendida entre la Puerta Real de las murallas y una esquina del Parque Real donde el virrey construyó, en sus últimos años, el nuevo palacio virreinal -de dimensiones y apariencia modestas, quizás para no despertar suspicacias tras la reciente revuelta-, cercano a su vez al muelle y, por tanto, a las galeras que podían facilitar las tropas para alcanzar con rapidez las principales arterias de la ciudad antigua, con los Quartieri y los castillos como segura retaguardia. Esa zona prolongaba el trazado del núcleo grecorromano, sometido a un proceso de depuración desde 1533, cuando se dictaron los primeros bandos para demoler todos los obstáculos y despejar el carácter rectilíneo de las calles. Tanto las viejas como las nuevas vías configuraron un modelo de ciudad adecuado a las exigencias de seguridad y reputación, de acuerdo con la imagen clásica cultivada por la corte aragonesa, que pretendía rivalizar con otras ciudades italianas y visualizar el programa del gobierno virreinal ensalzado por los poetas cortesanos. Junto a la naturaleza sometida, todo el espacio urbano se reorganizó en función de similares criterios de racionalidad y magnificencia. Por ello, según el sistema aplicado con éxito para levantar las arquitecturas efímeras que jalonaron la visita del emperador en 1535, don Pedro impulsó la unificación de los trabajos en 1545 al nombrar al arquitecto Ferdinando Manlio superintendente de todas las fábricas civiles y militares de la ciudad de Nápoles, con funciones similares a las asumidas más tarde por Giorgio Vasari en la florencia medicea. En control de los encargos y los pagos se unía al sometimiento de las actuaciones, tanto constructivas como decorativas, a un diseño homogéneo que, en último término, remitía a la autoridad del virrey. Las intervenciones urbanísticas encauzaron las iniciativas nobiliarias y corporativas y reflejaron el proceso jurídico, institucional, político y militar de reforzamiento de la corona. De esa forma, asumieron el carácter de emblemas del gobierno virreinal y otorgaron nuevos significados políticos a sus núcleos vitales en función de un compromiso entre las necesidades del poder y la tradición utópica del humanismo napolitano que partía de la antigua urbe grecolatina. En ese sentido, podría efectuarse una lectura platónica de ordenación armónica de la sociedad bajo la virtud de la justicia, encarnada por el remodelado Castel Capuano, cuya situación al fondo de vía Tribunali -antiguo Decumanos maior- y junto a la entrada principal de la ciudad, reforzaba su imagen rectora para legitimar el poder virreinal: "En el interior del nuevo y ampliado recinto amurallado la ordenación urbanística tendía a separar la zona militar de la nobiliaria y, sobre todo, de la popular. Esa división funcional reflejaría la equidad del virrey frente a los excesos de la nobleza y se superpondría al presunto debate que, de forma demasiado esquemática, ha querido verse entre la ciudad de los españoles y la ciudad de los italianos. Para ello Platón ofrecía una útil y prestigiosa alternativa de distribución social que, transmitida por Alberti en su tratado De arquitectura, pudo servir para legitimar la reforma de don Pedro. La obra pictórica era bien conocida por figuras como Girolamo Seripando, amigo de Garcilaso y Tansillo, u otras de la corte virreinal como el propio confesor del virrey, fray Angelo da Napoli, "gran doctor en teología y doctrina platónica" o el médico y filósofo protegido por el Toledo, Simone Porzio que, pese a su filiación aristotélica, había frecuentado los círculos neoplatónicos florentinos. En la nueva Nápoles el núcleo antiguo y popular, donde se concentraba la mayoría de las actividades comerciales y artesanales en torno a plazas como la del Mercado o la Sellaria, quedaría rodeado no sólo por la muralla abaluartada, sino por barrios fieles, como el entorno de Castel Capuano o las nuevas zonas occidentales. En estas se procedió a crear un gran conjunto residencial y defensivo en el que el nuevo palacio virreinal se erigió en vértice de las dos arterias, via Toledo y via Chiaia, en torno a las cuales se distribuyeron los sectores nobiliario y militar, prolongados por la zona suburbana de villas de recreo en la ribera de Chiaia hasta Pozzuoli. Si los Quartieri Spagnoli, con el remodelado Castel Santelmo, constituían en la parte elevada de la ciudad un espacio reservado a los encargados de defenderla, incluso de sí misma, el área próxima al puerto se configuró como un ámbito prioritario de la población española, a través de la iglesia y el hospital de Santiago y de las residencias de oficiales de la corte y la administración virreinal. Ellos serían los intérpretes del gobierno sabio encarnado por el virrey, mientras que la nobleza era invitada a desplazar sus residencias de la ciudad antigua a la nueva área expansiva de vía Toledo y vía de la Incoronata como garantía de una fidelidad aún precaria. En esa gran operación política, social y simbólica el conjunto de Castel Nuovo y el palacio virreinal envolvían el gran Parque Real, convertido en el lugar reservado del príncipe. Se cumplía así el esquema virtuoso que Platón había diseñado para su República ideal: prudencia para los sabios gobernantes, fortaleza para los defensores y templanza para los trabajadores, con la justicia garantizando el equilibrio del conjunto" (Hernández Sánchez, pp. 22, 23). Pasquale Giovanni Schiano en Dallo stigma al brand. Processi di turistificazione e rappresentazioni dello spazio urbano a Napoli (UNIVERSITÀ DI BOLOGNA, 2021), trabaja el turismo de gueto de Nápoles. Los Quartieri Spagnoli surgieron a mediados del siglo XVI por voluntad del virrey don Pedro de Toledo, en cuyos planos la zona habría estado destinada a acoger a las tropas españolas estacionadas en la ciudad. Precisamente por su uso previsto, el Barrio Español se desarrolló según un diseño de "tablero de ajedrez" caracterizado por una densa malla ortogonal de bloques de asentamientos y calles de dimensiones particularmente estrechas, lo que en las intenciones de sus creadores las habría hecho difíciles de penetrar por ataques externos. La particular conformación urbana del barrio impulsó un proceso de desarrollo del área enteramente sui generis, que comenzó a tomar la forma de "una especie de pequeña colonia, cercana pero no integrada a la gran ciudad" (Alisio & Buccaro, 1994) y lo que, como tal, pronto vio la multiplicación de actividades ilegales y economías que proliferaron al margen de la presencia militar. Las necesidades "recreativas" de las tropas estacionadas en la zona, de hecho, favorecieron el desarrollo de prácticas como el juego y la prostitución, cuya difusión en el barrio fue sustancialmente tolerada por las autoridades, ya que era funcional para mantener el consenso dentro del ejército. De esta manera, hasta su uso original, los Quartieri Spagnoli han visto funciones diferentes pero complementarias, configurándose como una especie de distrito de entretenimiento y tiempo libre en el corazón de la ciudad Habsburg. Tras la desmovilización de las tropas reales, la transformación del uso previsto del Barrio Español fue parcial, ya que ese denso tejido de economías ilegales que se desarrolló desde sus orígenes demostró estar profundamente arraigado desde el punto de vista territorial, sobreviviendo a las posteriores transformaciones de la zona. Gracias a los testimonios y relatos ofrecidos por varias generaciones de viajeros, durante los siglos XVII y XVIII, se desarrolló una vasta producción literaria sobre Nápoles y sus clases populares, lo que atestigua un interés y curiosidad por la ciudad sustancialmente irreductible a una dinámica de exotización y estetización de la pobreza urbana. La polifacética Nápoles popular entre los visitantes del siglo XVIII dará paso a una representación de la ciudad profundamente degradante y estigmatizante. Mientras que algunos de los barrios populares que se han "beneficiado" de las intervenciones previstas por el plan de reurbanización son progresivamente "rehabilitados". Otros barrios que no participaron en los procesos de reurbanización -o, más simplemente, reducido por esto a una condición sustancialmente peor que la anterior, caen en el olvido, excluidos de esos mismos itinerarios que los vieron en el centro de verdaderas "peregrinaciones" de viajeros y curiosos de parte de Europa. Los Quartieri Spagnoli, por su parte, mucho después de la caída del reino borbónico, vieron reproducida su infame reputación de lugar sórdido, permaneciendo al margen de las posteriores operaciones de regeneración urbana que tuvieron lugar en la zona del centro histórico y configurándose efectivamente como lo que en la terminología de Peter Marcuse puede ser llamado un gueto de marginados (Marcuse, 1988, 2001). Una situación que se mantendrá sustancialmente inalterada hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la nueva temporada de emergencias inaugurada por el cólera de 1973 y continuada con el terremoto de 1980 traerá de vuelta, junto con numerosas zonas marginadas del centro histórico, los barrios españoles en el centro de la agenda urbana. A partir de este momento los Quartieri Spagnoli comienzan a verse afectados por algunas intervenciones constructivas de recuperación y regeneración del tejido urbano que, sin embargo, intervendrán oportunamente en cada caso de dificultad en lugar de expresarse en términos de un proyecto estructurado y a largo plazo (Amato & Rossi, 2003; Laino, 2016). Consciente de la ola de especulación que azotó la ciudad entre los años cincuenta y sesenta, la administración comunista dirigida por Maurizio Valenzi optó por un enfoque "conservatista" en la cuestión de la regeneración urbana, evitando el uso de intervenciones a gran escala que inevitablemente habrían despertado el interés del gran capital constructor. Un espíritu que también animó al frente que se constituyó en oposición a la demolición del área, representado por el proyecto llamado "Il Regno del Possibile" promovido por la Società Studi Centro Storico y por el proyecto "NeoNapoli", apoyado por el Ministro Cirino Pomicino. De esta manera se conservaron por un lado los Quartieri Spagnoli ese carácter de comunidad "cerrada" y en cierto modo "impermeable" respecto del exterior, por otro lado, conservaron su morfología social relativamente intacta al mismo tiempo por cómo se había ido estructurando a lo largo del último siglo, acumulando así un "capital turístico" que resultaría fundamental en los procesos posteriores de la regeneración de la zona. Al mismo tiempo, el ambiente de renovación civil estimulado por la elección de Valenzi y, más en general, por un clima de sensibilidad hacia la cuestiones de la pobreza urbana y la exclusión social, contribuyó al surgimiento de una nueva mirada sobre la realidad del barrio: "El éxito turístico de los Quartieri Spagnoli es que, a pesar del peso creciente de las inversiones tanto públicas como privadas como parte de las actividades de regeneración y recuperación de la zona, la degradación, la pobreza y el desempleo no han desaparecido, Más bien, esa dinámica que se describió como una progresiva reasimilación del barrio dentro del tejido urbano de la ciudad parecía avanzar en paralelo con la transformación contextual. Por el contrario, parece claro que la representación estigmatizante de la que fueron objeto los Quartieri Spagnoli durante su larga trayectoria ha contribuido decisivamente a la construcción de su identidad turista. Una identidad que ha hecho precisamente de esos atributos estereotipados y estigmatizantes un indicador de su autenticidad y un testimonio del carácter espontáneo e informal que -a pesar de la creciente importancia de la industria del turismo dentro de la economía de territorio- continúa informando un complejo de usos, costumbres y tradiciones locales. El deterioro de los edificios, las formas comunitarias de socialidad, la interpenetración entre la dimensión privada y el espacio público y el carácter inescrupuloso de las prácticas de uso de este último han pasado a formar parte de una narrativa que, con el énfasis en las características identificativas del territorio, combina la reivindicación de su irreductibilidad a "algo pintoresco, como uso y consumo de turistas más o menos interesados" porque -como afirma el autor de un artículo recientemente dedicado a esta controvertida zona de la ciudad por Lonely Planet -"para Quartieri Spagnoli, el folklore no puede existir". Desde este punto de vista, por tanto, parece claro que el número cada vez mayor de turistas que suben cada día por las callejuelas de vía Toledo para entrar en el corazón de los Quartieri Spagnoli no debe ir simplemente para admirar las obras del barroco napolitano y apreciar la tradición gastronómica y vinícola centenaria, por el contrario, constituye el atractivo más potente para los visitantes que llegan de todo el mundo. Es precisamente una representación que realza su presunta refractariedad a la lógica del desarrollo de la ciudad turística, convirtiéndola en una especie de baluarte de una forma de vida urbana alternativa a la modernidad tardía. Un rasgo estilístico que parece distinguir a casi todos los innumerables relatos de la ciudad que, desde hace algunos años, han comenzado a llenar las páginas de la prensa nacional e internacional, subrayando la obstinada desgana del barrio se convierta en una "postal" que conserve intacto un encanto arcaico y decadente. Desde esta perspectiva, en un breve artículo dedicado al redescubrimiento de los Quartieri Spagnoli, The New York Times los describe como "un barrio ruinoso de Nápoles famoso por sus calles sucias y sus delitos menores" (Schiano, pp. 120, 121).

Alexia T. ©

Revuelta de Masaniello.

 Luis Ribot en Las revueltas italianas del siglo XVII (EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA, 2004) hace un recorrido por los conflictos políticos en los territorios hispano-italianos. A lo largo del siglo XVI, la Italia vinculada a la monarquía de España no había conocido grandes levantamientos a diferencia de las rebeliones generalizadas del siglo XVII. Las revueltas de la última centuria se concentraban en dos de los territorios con que contaba la monarquía en Italia: los reinos de Nápoles y Sicilia, con una mayor intensidad y gravedad en el caso napolitano. Por lo que a la cronología se refiere, en ambos casos, son los años 1647-48 en que tienen lugar sendos levantamientos, prácticamente simultáneos. Pero las rebeliones no concluirán a mediados de siglo, pues la ciudad siciliana de Mesina protagonizará, entre 1674 y 1678, un levantamiento armado que contará con el apoyo posterior de Francia, dando lugar a una larga guerra, vinculada al conflicto hispano-francés. Por otra parte, y frente a los casos de Nápoles y Sicilia, el ducado de Milán, el reino de Cerdeña, o el pequeño estado de Toscana, no protagonizaron ninguna revuelta abierta durante dicha centuria. Nápoles y Sicilia eran dos reinos distintos en muchos aspectos. Mientras que en Nápoles la ciudad capital es la ciudad por excelencia, a la que se opone el mundo rural o las provincias, Sicilia tiene una de las tasas más altas de urbanización de Europa y cuenta con dos ciudades principales: Palermo y Mesina, que a finales del siglo XVI se acercan a los 100.000 habitantes. Otra diferencia importante radicaba en la menor importancia económica y humana del reino de Sicilia. Las revueltas sicilianas difieren asimismo de las de dicho reino en su menor complejidad, pues en ellas no se desarrollaron los elementos antiespañoles y republicanos napolitanos. De acuerdo con las tesis de Rosario Villari en La rivolta antispagnola a Napoli. Le origini (1585-1647) (Bari, 1967), el sur de Italia entró en una decadencia social, la depresión se vio agudizada por la política durante los años de la guerra, entre 1636 y 1647, en que la decisiva contribución del reino de Nápoles a las empresas militares de la monarquía y la lucha contra los levantamientos de Cataluña y Portugal provocaron un vertiginoso incremento de la deuda pública y una intensificación de las presiones fiscales. La fuerte interrelación existente entre la nobleza de seggio o piazza (la que controlaba de forma cerrada y oligárquica, el gobierno municipal de Nápoles) y las instituciones centrales del reino marcaban los límites de la vía napolitana al absolutismo y el Estado moderno. La nobleza controlaba ampliamente también la administración pública del reino, y seguramente por ello, la venalidad de los oficios apenas afectó más que a cargos subalternos. El mantenimiento de la "autonomía" y las amplias "libertades" de que gozaba la nobleza, que no se vieron afectadas durante los momentos más agudos de la crisis de los años treinta y cuarenta, explica el que dicho grupo no desempeñara un papel activo en la revuelta de 1647-1648. Los nobles dominaban también los dos principales organismos representativos del reino: el Parlamento y el consejo de seis electos, que gobernaba la ciudad capital. De forma excepcional, la nobleza monopolizaba prácticamente la representación parlamentaria, pues los representantes de los municipios, que habían ido perdiendo poder a medida que aumentaban las localidades dependientes de la nobleza feudal, ya en el siglo XVII dejaron de acudir a las sesiones, delegando en los ministros del rey. El dominio de la nobleza era importante, porque el Parlamento disponía de amplios poderes que le permitían orientar la legislación general del reino para la introducción de nuevos impuestos. Ya en 1636 la hacienda del reino de Nápoles había superado todas sus posibilidades de endeudamiento, con una deuda pública que llegaba a los 40 millones de ducados. Los gastos de la guerra y el pago de la deuda absorbían prácticamente la totalidad del gasto, dejando sin satisfacer otras muchas necesidades del reino. Para salir de tal situación y atender las ingentes demandas de dinero de la monarquía, fue necesario incrementar los ingresos mediante la venta del patrimonio real (cargos, rentas, tierras, etc.), el aumento de los impuestos, la obtención de nuevos préstamos, o la suspensión de ciertos pagos, como las cuotas cuatrimestrales de la deuda pública ("terze") que se pagaban a los acreedores. Pero la mayoría de los banqueros, afectados por la depresión del comercio y poco confiados en la solvencia de la corte napolitana, eran reacios a continuar sus negociaciones. La presión del reino era tan desproporcionada que, en el seno de la propia nobleza, comenzaba a manifestarse una corriente crítica. Entre 1631 y la primera mitad de 1644 salieron hacia Milán cerca de 12 millones de ducados. Giuseppe Galasso estimó que el valor conjunto del esfuerzo financiero realizado por el reino de Nápoles fuera de sus fronteras entre 1631 y 1644 bien pudo llegar a los 80 millones de ducados. Y si a dicha cifra se le unen las aportaciones anteriores y posteriores, desde 1622 -año de la nueva acuñación de moneda- hasta 1648, en que comenzó a ceder la presión fiscal: las pérdidas ocasionadas por la nueva monetización, los gastos derivados de los armamentos hechos en el reino y los envíos de tropas, barcos y materiales diversos, o los gastos provocados por las deudas de los municipios, se puede valorar que la guerra ocasionó en veinticinco años a la economía del reino de Nápoles una pérdida de unos 200 millones de ducados. El personaje clave para la enorme movilización de capital que se llevó a cabo fue el nombre de negocios Bartolomeo d´Aquino, quien lograría monopolizar las relaciones financieras entre la corte de Nápoles y el capital privado. Entre 1636 y 1644 Aquino proporcionó casi 16 millones de ducados, que se enviaron casi en su totalidad a Milán o España. Unas dos terceras partes de dicho crédito se saldaron con títulos de la deuda pública, que se crearon mediante la enajenación del patrimonio real que aún quedaba, o mediante la introducción de nuevos impuestos. El total de la nueva deuda -con Aquino y otros financieros- ascendió a 36 millones de ducados durante el virreinato de Medina de las Torres. Luigi de Rosa en L´ultima fase della guerra dei Trent´anni e la crisi economico-finanziaria e sociale del Regno (1630-1644) en su libro Il Mezzogiorno spagnolo tra crescitd e decadenza (Milán, 1987) ha estudiado detalladamente las consecuencias de toda esta enorme transferencia de capitales sobre la vida económica, y en particular sobre la balanza de pagos del reino. La aparición de una cantidad tan enorme de crédito, concentrada en pocas manos, llevó a una fuerte desvalorización de los antiguos títulos de la deuda pública, condición indispensable para la creación de una nueva deuda en un momento de recesión mercantil. Muchos de los propietarios de deuda "antigua" fueron expropiados, al reducirse la productividad de los impuestos que se les habían enajenado. Una gran cantidad de títulos invadió el mercado a precios irrisorios. Se produjo en consecuencia toda una reestructuración de la deuda pública, con su corolario de víctimas (muchos de los antiguos rentistas) y beneficiarios, entre los que se contaban en un lugar privilegiado de la aristocracia y las instituciones eclesiásticas, además de Aquino y otros banqueros. Y no se trataba únicamente de la especulación con la deuda, sino de la privatización de los nuevos impuestos en manos de los hombres de negocios acreedores de la hacienda real. Buena parte de las entradas viejas que permanecían en poder de la corte y de las nuevas que se crearon ahora fueron capitalizadas -habitualmente al 7%- y cedidas a cambio de las cantidades que recibía la hacienda real. Y en ello se hizo en una medida tan grande que el valor de las entradas vendidas se redujo pronto, descendiendo por debajo de su valor nominal, con lo que la diferencia ("alaggio") entre éste y su valor de mercado fue cada vez mayor, con grave perjuicio para la Regia Corte. A la privatización de las finanzas públicas se unían los privilegios obtenidos por Aquino y otros negociantes, como el envío de comisarios por parte de los acreedores para cobrar los impuestos directamente en los municipios, con los consiguientes abusos y violencias. Se produjo así una "subordinación de la administración estatal respecto al grupo que en aquellos momentos monopolizaba las relaciones financieras con la corte". Pero el sistema no podía durar demasiado, pues estaba agotando la sustancia económica del reino, y buena prueba de ello serían, a partir de un cierto momento, las dificultades de Aquino para garantizar las "provisiones" demandadas por Madrid, la crisis de sus especulaciones y su arresto en 1644: "En la formación de la deuda pública participan la burguesía (comerciantes, arrendadores, miembros de la administración, profesionales) y la nobleza, aunque existe una tendencia, que se acentúa con el paso de los años, a la concentración de rentas en manos de la aristocracia y las instituciones eclesiásticas. La aristocracia feudal había sufrido una crisis económica en la segunda mitad del siglo XVI. Mientras que muchas familias se veían acosadas por las deudas, surgirá una nueva aristocracia integrada por comerciantes genoveses, toscanos y vénetos, así como burgueses y napolitanos que ocupaban puestos en la administración del reino. Muchos de ellos reciben títulos y adquieren feudos, en un momento de mercantilización de estos ante la crisis de la vieja aristocracia. Ambos procesos no se circunscriben al reino de Nápoles, sino que se dan también en otros muchos territorios europeos... La especulación financiera favoreció la recuperación económica de la vieja nobleza, pero fomentó también la feudalización de sólidos núcleos de la burguesía mercantil y financiera. Tanto unos como otros compraron feudos y jurisdicciones, y se hicieron con buena parte de los municipios que seguían siendo de realengo. Las consecuencias más evidentes de la crisis financiera fueron la quiebra de los pequeños inversionistas, el recrudecimiento de las dificultades económicas y el caos administrativo. La ofensiva feudal, facilitada por la Corona, no se limitaba a las relaciones con los vasallos, sino que había desencadenado una auténtica guerra contra el Estado, en la que la nobleza tendía a acaparar la administración de justicia y el sistema tributario... Los campesinos hubieran de arreglárselas solos para oponerse a los abusos de los nobles. Entre 1640 y 1647 se produjeron numerosas conjuras nobiliarias que no tuvieron éxito. Detrás de muchas de ellas, durante el pontificado de Urbano VIII, estaba la familia romana Barberini, pero también intervenían los agentes franceses instigados por Mazarino... Los efectos más desastrosos de la crisis financiera se produjeron en el terreno social, como consecuencia del drenaje de capitales, el aumento de la presión fiscal, el crecimiento de la deuda pública y la especulación en torno a ella, el enriquecimiento de algunos sectores sociales unido al empobrecimiento de otros, o la inflación galopante que afectó sobre todo a los géneros comestibles, perjudicando en consecuencia a los grupos más pobres de la sociedad. "La revuelta de Masaniello no fue en el fondo, sino una reacción violenta a una presión fiscal que se había hecho insoportable" (Ribot, pp. 109, 110, 111). Entre noviembre de 1629 y enero de 1643, la tesorería general del reino de Sicilia envió a las plazas comerciales de Génova y Milán 6.858.612 escudos de Sicilia. Maurice Aymard calculó que la suma que el reino puso a disposición de España entre 1620 y 1650 superó los diez millones de escudos, lo que supone una cantidad muy elevada para la isla. Para obtener tales sumas, los gobernantes de Sicilia se vieron obligados a recurrir a medios similares a los del reino de Nápoles. Uno era el incremento por diversas vías de la presión fiscal, especialmente la indirecta, contando con la colaboración del Parlamento, dominado por la nobleza feudal y que solía reunirse cada tres años. Otro medio clásico era el recurso a la deuda pública. El problema, similar al de Nápoles, era que ya en 1619 los intereses o soggiogazioni de ésta suponían anualmente 275.000 escudos (3.815.938 de capital), más un millón y medio que se debía a la ciudad de Palermo. Pier Luigi Rovito en La rivoluzione constituzionale di Napoli (1647-1648) (Nápoles, 1986), la revolución napolitana tuvo un carácter "constitucional", siendo inspirada y en buena medida dirigida por letrados, juristas, gentes de la administración, intelectuales y burgueses; miembros de grupos urbanos y frecuentemente con formación universitaria, que frente al Estado absoluto y al dominio de la nobleza trataban de reinstaurar la fuerza de la ley, las constituciones del reino, la primacía del aparato burocrático del Estado. Los juristas jugaron un papel esencial, amenazados como estaban por la avalancha de la fiscalidad y el poder nobiliario. En el curso de la rebelión, y frente a una fracción lealista cuyo principal representante era Genoino, acabaron imponiéndose los radicales, que llevaron a la ruptura con España y la proclamación de la república. Para Aurelio Musi en La rivolta di Masaniello della scena política barocca (Nápoles, 2002) y La rivolta antispagnola a Napoli e in Sicilia (Milán, 1989), en los tiempos anteriores al comienzo de la rebelión existen tres núcleos esenciales de conflictualidad: el sistema fiscal; las reivindicaciones de los nobles "fuori piazza" -más afectados por la crisis, sobre todo la de la deuda pública- y un sector importante de los abogados y juristas contra la nobleza de piazza y las oligarquías administrativas; y por último, el enfrentamiento social en el campo. Una primera fase de la rebelión, "los diez días de Masaniello" transcurre entre el 7 y el 16 de julio de 1647 en que el líder popular fue asesinado. Los protagonistas de la revuelta son esencialmente los grupos sociales más perjudicados por la fiscalidad estatal, pero también "los grupos marginados del poder, o en posición periférica respecto a sus centros". Masaniello se convirtió en la cabeza visible de una línea política, representada por Genoino, que aspiraba a reformar el gobierno de la ciudad y del reino, y que contaba con el apoyo del arzobispo de Nápoles, cardenal Filomarino. Pero Masaniello no era un simple instrumento en manos de éstos, sino que a través suyo se expresaban sectores sociales que habitualmente no tenían acceso a la vida pública. Era la voz de los excluidos, razón por la cual la decisión de eliminarle surgió de entre los dirigentes del campo popular que reflejaban los intereses de las capas negras y sectores más elevados del pueblo, preocupados por una revuelta que cada vez controlaban menos. Los primeros incendios tuvieron como víctimas a gentes relacionadas con la fiscalidad, pero entre ellos no hubo apenas notables, a no ser que hubieran tenido una participación decisiva en la imposición de la gabela sobre la fruta. El enfrentamiento pueblo-nobleza no fue por tanto originario, sino que se produciría a raíz de la fallida mediación del duque de Maddaloni -cabecilla de la conjura filofrancesa- y su enfrentamiento con Masaniello, que llevó al duque a proyectar el asesinato de éste. En venganza, el líder popular hizo matar al hermano de Maddaloni, Peppe Carafa. El clima de violencia y los temores posteriores hicieron nacer en el pueblo un odio contra la nobleza en general y los caballeros. La revuelta contiene todos los elementos rituales de tales conflictos: asalto al palacio del virrey, incendio de casas de aquellos a quienes se culpa de la mala situación (miembros de la administración regia que eran también nobles de seggio, grandes financieros, gentes vinculadas a la administración y gestión del sistema fiscal, representantes populares en el sistema de poder existente, panaderos...), asalto a las cárceles, intentos de mediación... Refugiado en Castelnuevo, el virrey decide aumentar el peso del pan y abolir todas las gabelas impuestas después de Carlos V: "Pasados los primeros días, se define la organización civil y militar de los rebeldes y se elaboran los capítulos de julio, que constituirán "la plataforma política de la fracción intelectual" y que se caracterizan por su antifiscalismo, el intento de ampliar el poder popular y la lealtad hacia la Corona. La conjura que el 16 de julio acabará con la vida de Masaniello es una prueba de la complejidad de opciones y la división existente entre los rebeldes. Avanzado agosto, cuando los capítulos elaborados del 9 de julio y jurados por el virrey duque de Arcos el 13 llegaron a la corte de Madrid, la situación había cambiado profundamente, como consecuencia de la agudización de la revuelta en la capital y la extensión de los conflictos por otras zonas del reino... Con la llegada de la flota comandada por don Juan de Austria, a comienzos de octubre, se incrementará la división entre un sector moderado, partidario de la mediación, y otro radical dirigido por Annese, que plantea la rebelión abierta contra España y que lleva las de ganar ante la amenaza de las armas hispanas. Ya desde el 21 de agosto habían comenzado los combates en la ciudad entre las tropas españolas y los insurgentes, pero el enfrentamiento definitivo se iniciará en la mañana del 5 de octubre, en que las fuerzas comandadas por don Juan comienzan el ataque contra las posiciones dominadas por los rebeldes. A mediados de dicho mes, los radicales decidieron el fin de la sumisión al rey de España y la petición de ayuda a las potencias extranjeras. Gennaro Annese fue nombrado generalísimo el 21 de octubre y al día siguiente proclamó la república bajo la protección del rey de Francia... Tras la llegada a Nápoles, el 15 de noviembre, del aventurero francés Enrique de Lorena, duque de Guisa, como cabeza visible de la "Serenísima Real República Napolitana", comenzó una fuerte pugna por el poder entre él y Annese, la cual únicamente sirvió para debilitar las posibilidades de futuro de la experiencia republicana, que contaba con el apoyo de juristas e intelectuales como Vincenzo d´Andre o Gamillo Tutini. Por su parte, Mazarino nunca confió en el duque, a quien veía esencialmente como un obstáculo para los intereses de Francia, llegando a estimular las conjuras en su contra, alimentadas por el gobierno despótico que impuso Guisa... Si al final, las facciones de Annese y de D´Andrea iniciaron negociaciones con los españoles, no fue solo por el contraste con las tendencias absolutistas de Guisa. Influyó también la deriva que había tomado la iniciativa armada popular representada por los llamados "lazzari". El término, proveniente del español lázaro o pobre, hacía referencia a una compañía armada, quintaesencia de la plebe, que adoptaría una posición política radical, inspirada en el ejemplo republicano holandés" (Ribot, pp. 113, 114, 115, 119).

Alexia T. ©

Bandolerismo & Contrabando.

 Brian R. Hamnett en “La política española en una época revolucionaria, 1790-1820” (FCE, 2011), expone que la nobleza española no necesariamente implicaba abundancia. La nobleza inferior estaba representada por los hidalgos, labradores que trabajaban sus propias tierras con ayuda de familiares o sirvientes. La nobleza superior por los Grandes de España, que primero fue feudal y luego señorial: los condes, duques y marqueses que disfrutaban de privilegios jurisdiccionales y de la percepción de las rentas. El privilegio de cubrirse con sus capas frente al rey y recibían el trato de don, señor o caballero. En la Sevilla del siglo XVI la nobleza andaluza se dedicó al comercio con América y los miembros de la profesión mercantil lograron el acceso a la nobleza. Los hijos de las familias nobles antiguas empezaron a contraer matrimonio con las hijas de los comerciantes más prósperos. La penuria de la Corona propiciaba la venta de títulos de nobleza y de cargos municipales que estaban reservados a los nobles. Los comerciantes ennoblecidos no dejaron de dedicarse a las actividades comerciales porque no las consideraban degradantes. En el siglo XVIII Cádiz sustituyó a Sevilla como puerto principal de comercio con América. El gobierno de Cádiz y el consulado estaba dominado por una plutocracia de comerciantes que tenían títulos de nobleza. Al igual que en Nápoles, la nueva nobleza estaba enfrentada a la vieja nobleza terrateniente. En el censo de 1797 todos los habitantes de la provincia vascongada de Guipúzcoa se clasificaban como nobles. Una gran proporción de nobles aparecía igualmente en las provincias de Asturias, Santander, Burgos y Vizcaya. El 80% de la población se dedicaba a la agricultura en las provincias de Galicia, León, Soria, Burgos y Zamora, y se listaban no como jornaleros sino como labradores. En los reinos de Navarra y Aragón y en las provincias de Vizcaya y Galicia, el 50% de los campesinos eran dueños de sus propias tierras, a diferencia de Andalucía, con el 5%. En Toledo, Extremadura, Andalucía, predominaba el latifundio. En Ávila, Toledo, Jaén, Córdoba y Granada el 70% de la población se describía como jornalero, especialmente en Murcia y Sevilla. La nobleza era la dueña de la mitad de las tierras en Extremadura y de las dos terceras partes en Sevilla y La Mancha. En Sevilla las cinco sextas partes de la población eran labradores que carecían de tierras. En las regiones tradicionales de los reinos cristianos del Norte era fácil encontrar al campesino libre, dueño de sus propias tierras. La repartición de la tierra se explica desde la época de la Reconquista en el siglo XIII. En el Norte abundaban poblaciones nobles labradoras y en el Sur labradores y jornaleros sin tierra. España no tuvo una revolución industrial en el siglo XVIII. Tampoco una reforma agraria ni una revolución en las técnicas agrícolas. El 35% de la población vivía en villorrios de menos de 1000 habitantes. El ejército de España surgió de la sociedad rural. Desde 1704 se aplicaban la quinta y la leva para reclutar entre hombres jóvenes que no pertenecían a la nobleza. Cada quinto individuo de 16 años o más, era elegido para prestar el servicio militar durante ocho años. Las fuerzas armadas ya disfrutaban del fuero militar desde 1768. Carlos IV Bourbon en 1793 amplió el fuero a la jurisdicción de todos los juicios civiles y criminales en los que estaban mezclados miembros del ejército, incluyendo a las esposas de los oficiales, a sus hijos y a sus sirvientes. La reducción de los privilegios eclesiásticos y la elevación del ejército hizo que los militares reemplazaran al clero como la corporación dominante. A partir de 1800 los oficiales del ejército administraban las provincias españolas. Existen diferentes tipos de bandolerismo: el de subsistencia relacionado con el contrabando no profesional; el bandolerismo como modo de vida vinculado al contrabando. Existen diferentes tipos de contrabando: el no profesional realizado de forma temporal sin una estructura básica; el profesional organizado con estructuras de cuadrillas coordinadas (mochileros, cargueros y cortadores), las mujeres dedicadas a la venta y distribución de la mercancía, los hombres de la compra y de su transporte. En el siglo XIII había grupos armados que actuaban en Castilla. Para hacer frente a la banda de Los Golfines surgieron las hermandades de Toledo, Talavera y Ciudad Real, que existieron hasta el fin del Antiguo Régimen. Los Golfines operaban en espacios despoblados, como el camino de Toledo a Córdoba, donde las instituciones musulmanas no ejercían un control estricto. En el siglo XVI Aragón tuvo el apogeo del bandolerismo aristocrático, la lucha entre familias nobiliarias acababa desembocando en actividades violentas como el bandidaje. Las principales zonas eran las comarcas del Pirineo, Barbastro, Ribagorza, la Litera, el Bajo Aragón y Los Monegros. Y los principales caminos que conectaban con Francia, Cataluña y Castilla. En Ribagorza estalló un conflicto entre el bando organizado en torno al duque de Villahermosa que trataba de mantener el control de sus posesiones frente a los síndicos cuyo objetivo era separarse del ducado y adherirse a la Corona. En 1526 fue detenido Pedro Morel tras cometer varios robos a las iglesias. Pedro Burgasé fue capturado en la localidad de Broto y condenado a muerte por su historial delictivo. La segunda fase entre los años 1530-1547. La principal característica en Aragón era que las clases populares no apoyaban el bandolerismo, una actividad principalmente de los nobles. En Cataluña destacaba el bandolerismo y el contrabandismo. La delincuencia tiene su origen en la Marca Hispánica de la época feudal, cuando diferentes familias recurrían al bandidaje para zanjar disputas. El bandolerismo se alimentó de la migración gascona hugonota que huía de la pobreza causada por las guerras de religión en Francia, atraídos por el rumor de los salarios elevados en Cataluña. El bandolerismo se intensificó en la guerra civil catalana (1462-1472), la aristocracia se rodeaba con grupos armados. A mediados del siglo XVI la ruta Sevilla-Madrid-Zaragoza-Barcelona para trasladar los recursos de la India y embarcarlos en Barcelona para comerciar en Génova, se volvió atractiva para los bandoleros. En 1587 dieron el primer golpe contra los carros de moneda de Felipe II. En 1613 la banda italiana del Barbeta asestó el golpe más grande en carros de monedas de Felipe III: 180.000 ducados. El noble bandolero Rocaguinarda se dedicaba al servicio de los pequeños nobles que les protegían, su cuadrilla formada por campesinos y gascones, los más cercanos fueron Joan Gili “Janot”, Jaume Alboquers “El Escolanet de Polinvá”, Gabriel Galí “Barceló”. Mantuvo una rivalidad contra el obispo de Vic que contaba con el apoyo de bandoleros liderados por los hermanos Coxart. En la Murcia del siglo XIV fue capturado el judío Salomón Aluleih entre Alcantarilla y Murcia. En el siglo XV las cuadrillas de moriscos asolaban los caminos y los comerciantes pagaban para que no los asaltaran en Lorquí, Ceutí y Alguazas. Algunos se dedicaban a ofrecer protección en los caminos contra los moriscos en Aledo, Monteagudo, Molina y Ricote. En 1502, tras una fallida campaña de evangelización morisca, se publicó un edicto que obligaba a todos los súbditos de la Corona al bautizo, surgiendo otras disposiciones que limitaban las costumbres islámicas. En 1526 Carlos V visitó Granada y una delegación morisca le presentó una lista de agravios cometidos por funcionarios reales y eclesiásticos. Carlos V acordó la suspensión en la aplicación de las medidas de conversión. En 1567 Felipe II decretó la Pragmática Sanción que restauraba y endurecía las medidas de conversión. El origen de las revueltas moriscas de las Alpujarras en el reino de Granada, entre 1568 y 1571. Durante la rebelión pidieron ayuda al sultán otomano y al de Marruecos, se aliaron con algunos nobles hugonotes del sur de Francia que recuperaron Navarra a cambio de su apoyo. Los moriscos no fueron perdonados, durante la insurrección asesinaron a varios cristianos y los marineros y habitantes del litoral denunciaban que ayudaban a los piratas y corsarios que atacaban los barcos y las poblaciones costeras. Felipe II estaba preocupado por el avance del Imperio otomano y la piratería berberisca. Los moriscos fueron vistos como una quinta columna y deportados a Castilla y repartidos en núcleos reducidos para evitar una nueva insurrección: 45.000 Si Felipe II no los expulsó fue por la oposición de los nobles de los reinos de población morisca: Valencia (120.000) y Aragón (60.000). En Granada, después de la migración, hubo una caída drástica de los impuestos recaudados. El 9 de abril de 1609, Felipe III firmó el decreto de expulsión morisca y a los nobles les garantizó que los bienes muebles les serían entregados como compensación, los moriscos disponían de tres días para embarcar en naves españolas que los llevarían a la Costa Berberisca. La expulsión de 300.000 moriscos provocó una crisis agrícola e hizo que la mayoría migrara a Túnez o Estambul y se integrara con los piratas berberiscos para atacar España: “La cuestión de los moriscos marcó la vida en Valencia. El bandidaje morisco tenía dos formas: una que estaba bajo la forma de la aristocracia latifundista, asociado a la insumisión a la ley y a la justicia y otro producido por la superpoblación y dificultades agrarias que se vive en el momento, algo muy común que hemos visto en casos anteriores. Los focos de origen de este bandidaje valenciano lo encontramos por la abundancia de macizos montañosos donde se pueden cobijar, que lindan con vegas a las que se puede asaltar. A su vez, la distinción étnica de la población con moriscos al interior y cristianos en el litoral, contribuyó a la formación de bandidos. El bandolerismo morisco presenta dos corrientes: la primera, está relacionada con la aristocracia latifundista, el otro, se encuentra al margen de los nobiliarios; se trata de un bandolerismo más denso y complejo que el de subsistencia o popular, cuyas motivaciones son el honor del clan, la vendetta mediterránea, que los llevó a hacer delitos de sangre. Hay implicaciones importantes de los moriscos en la piratería, lo que obligó a incrementar las fortificaciones costeras. Pero pese a los esfuerzos, por frenar la piratería los virreyes se mostraron siempre muy preocupados por este tema por el temor de ser atacados por los otomanos. La práctica de la piratería por estos grupos revela el grado de peligrosidad de un grupo minoritario, los objetivos de la política del virrey buscarán desarmar a los moriscos. Se promulgaron prohibiciones de armas sentenciadas cada vez con mayor dureza. A finales del siglo XVI, tenemos los primeros casos de bandolerismo morisco. Entre ellos, destacó Carlos de Abenamir, miembro de una importante familia. Fue juzgado por primera vez en 1581, por prestar ayuda a Serafín Nadiret, acusado de la muerte de un morisco en Manieses. En 1588, vuelve a ser imputado por portar armas ilegales, siendo castigado con una pena pecuniaria. En ésta época del bandolerismo morisco, en la Real Audiencia se encuentran multitud de resoluciones. En ellos encontramos más de 400 moriscos delincuentes (entre 1572 y 1585), detenidos por rebeldía, muchos de ellos se integran en bandas armadas que no salen identificadas en los documentos de la Audiencia. Entre el 1563 y 1609, vemos que son perseguidos e imputados 800 moriscos acusados por cometer actos delictivos contra personas y propiedades. Entre todos ellos el número del que se puede deducir que son bandoleros se reduce a 558, debido a que estos son calificados como tal por testigos, fiscales o en la resolución de los jueces” (Cano, p. 10). En el siglo XVI aparecen en la huerta de Murcia los hermanos Menárguez, un escondite favorito para la delincuencia, contando con la colaboración de algunos nobles. Marina Bernal fue acusada de ocultar en su casa a Luis Ibáñez, Blas Martínez y Juan Pon, quienes asesinaron al alcalde de Murcia en 1640. El 11 de febrero de 1660, en miércoles de ceniza, la iglesia de Cieza fue asediada con los feligreses adentro, rodeados por 300 hombres armados dirigidos por el bandolero Francisco Ordoñez Padilla, que colaboraba con bandoleros valencianos. En la villa fronteriza de Yecla con el Reino de Aragón apareció el contrabando, aprovechando que los habitantes tenían el privilegio de no pagar impuestos, pasaban como propias mercancías de extranjeros valencianos, cobrando porcentaje. El bandolerismo protagonizado por familias nobles como Yarza y Amaya. En el siglo XVII en Valencia, Castellón de la Plana fue el principal foco con 34 delincuentes y Villarreal con 25. En 1616 Francesc Sorlí fue juzgado en Castellón por varios asaltos y robos en el camino real entre Lucena y Cabanes. En Villarreal los bandoleros Bosquet, Porquet, Ferrándiz y Francesc Serrador. En la comarca de los Serranos de Valencia el bandolero Matías Cahuet ayudaba a los fugitivos de Castilla a cruzar la frontera. En la Ribera Alta el bandolero Bertomeu Capella asolaba los Caminos de la Ribera. En Onteniente los bandoleros de Perot Andrés, que robaban caballos para venderlos en Castilla. En Alcoy el bandolero Andrés Castelló. En Alicante las cuadrillas de Diego Alcaina. En Andalucía las bandas eran numerosas, la mayoría provenía del contrabando y las clases sociales más pobres. El bandolerismo andaluz del siglo XVI se caracterizaba por un amplio número de moriscos que vivían en una situación lamentable y personas con un hábil manejo de las armas. Andalucía presentaba un trasiego de personas y mercancías entre los puertos de Cádiz y Sevilla, que se conectaban por caminos interiores con ciudades del interior de Castilla. Los bandoleros moriscos o monfíes tuvieron un período de delincuencia entre el momento de la conversión en 1502 y estallido de la rebelión de las Alpujarras en 1568. Pedro Arroba era el líder de una banda de 30 delincuentes en las cercanías de Granada, quien llegó a herir al canciller. La banda de Cañari engrosó sus filas con multitud de moriscos que se dedicaron a robar, matar y asaltar, derrotada tras un ataque por unos arcabuceros a caballo. En la Hoya de Málaga, el 4 de enero de 1638 el bandolero Bartolomé García acuchilló al alguacil, el alcalde mayor y el escribano en una taberna. Bartolomé García se dedicaba a vigilar con su escopeta los campos en época de vendimia, pero cuando el trabajo era escaso se dedicada al bandidaje en grupo y tenían a mujeres trabajando para ellos en la prostitución. El bandolero Juan Bautista Sirman de Sevilla se dedicaba al contrabando, y para pagar las multas, al bandidaje. En el siglo XVIII la versión andalusí de los bandoleros napolitanos, sicilianos y calabreses, donde se repite la pobreza del Sur: tributos y diezmos elevados, elevada densidad de la población, desempleo crónico, leva de quinta, bandidaje, contrabando, insurgencia, invasión de tierras, resistencia a pagar rentas y tributos. El bandolero andaluz más famoso fue Diego Corrientes (1757-1781), descendiente de una familia de jornaleros agrícolas que exigía dinero a los terratenientes para protegerlos y robaba caballos para venderlos en la raya de Portugal. Se difundió la leyenda de que Corrientes robaba a los ricos para favorecer a los pobres. Las audiencias de Sevilla y Extremadura buscaban acabar con el bandolerismo. Corrientes escapaba a Portugal o de la cárcel, hasta que fue traicionado y ejecutado en 1781. En 1798 fueron ejecutados los integrantes de la banda de Los Berracos. La región de La Ronda era un refugio de los contrabandistas de tabaco de los barcos de Inglaterra por conducto de Gibraltar. Los contrabandistas y los bandoleros convivían y gran parte de los contrabandistas comenzaban como bandoleros. Mutaron en bandas de guerrilleros contra la ocupación francesa y el segundo régimen liberal de 1820-1823. En la Sierra Morena, las Alpujarras y en la Serranía de Ronda los bandoleros se transformaron en grupos de insurgentes que combatieron a los franceses entre 1808 y 1814. En 1817 la banda de Los Siete Niños de Écija tomó el control del camino entre Sevilla y Córdoba. Elementos del clero empezaron a apoyar a las bandas como reacción ante las políticas liberales borbónicas y el régimen bonapartista que los desplazaba de sus actividades tradicionales: “En la cúspide la sociedad se encontraba la nobleza. Un examen de este cuerpo revela la gran disparidad de riqueza que existía entre las diferentes categorías de nobleza. El censo de 1797 enumeraba un total de 402 059 hijohidalgos o nobles cuyo rango era inferior al de duque o conde o marqués. Estos últimos constituían la nobleza titulada, en la que en 1979 aparecían 1 323 individuos. La mayoría de los nobles eran pobres en comparación de los grandes señores, que disfrutaban de los privilegios jurisdiccionales y de la percepción de rentas… Al norte del Duero proliferaba una gran cantidad de gente que se describían a sí mismos como nobles. En estas regiones la posición de noble no estaba asociada a la ociosidad o a la vida regalada, sino que el transcurso de muchos siglos había llegado a ser el atributo de labradores dedicados al trabajo que no era muy diferente del campesinado medio… La condición de noble y la propiedad de tierras no necesariamente implicaba prosperidad. Los pequeños agricultores seguían siendo la espina dorsal del cultivo de cereales en Castilla, pero su manera de vivir quedaba a merced de las variaciones del clima… Valencia y Andalucía, las dos regiones en donde era frecuente la intranquilidad, constituían el corazón del bandolerismo español. En el Norte de España parecía que el bandolerismo había disminuido durante el siglo XVIII. En contraste, florecía en el Sur, en donde el predominio del latifundio impedía el acceso de la población rural a la propiedad de la tierra y restringía su posibilidad de trabajar. Andalucía, con su elevada concentración urbana, seguía siendo una región de relativamente escasa población en el campo. El terreno montañoso, la falta de caminos transitables y el aislamiento en las condiciones de vida ofrecían en su conjunto una situación ideal para que surgieran grupos de bandidos, particularmente en la Sierra Morena, en las Alpujarras y en la Serranía de Ronda… Los bandidos en Andalucía con frecuencia se convertían en héroes populares en las poblaciones pues sus víctimas eran generalmente terratenientes o comerciantes. Así en efecto, estos últimos a fin de protegerse en ocasiones entraban en arreglos con jefes de los bandidos de su localidad, beneficiándose mutuamente. Como resultado, una red de relaciones que estaba fuera de la ley se fue infiltrando en el campo” (Hamnett, pp. 14, 29, 30).

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De bandoleros a guerrilleros...

 Brian R. Hamnett en "La política española en una época revolucionaria. 1790-1820" (FCE, 2011) identifica los antecedentes de la invasión napoleónica. El Caribe era el objeto de discordia entre España y Gran Bretaña durante la guerra revolucionaria de Francia. Cuando Prusia y Francia celebraron un tratado de paz en Basilea en abril de 1975. España hizo lo propio con Francia en el Tratado de Basilea del 11 de julio de 1795. En la declaración de guerra que hizo Carlos IV el 7 de octubre de 1796 se formulaban quejas por la mala fe mostrada por la Gran Bretaña respecto a las actividades contrabandistas frente a las costas de Perú y Chile. Los ingleses evacuaron el Mediterráneo occidental y se reagruparon en el Atlántico. El 18 de noviembre el gobierno español publicó el Tratado de San Ildefonso, que comprometía al país a celebrar una alianza ofensiva y defensiva con el Directorio de Francia. La respuesta de Gran Bretaña fue la derrota en el Cabo de San Vicente el 14 de febrero de 1797 y el bloqueo de Cádiz en abril, que permitió a los ingleses recuperar su posición en el Mediterráneo occidental e interceptar el comercio de España con América. El beneficiario principal fueron los Estados Unidos de América, desde donde llegaban a los puertos hispanoamericanos buques de Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Boston. El 16 de mayo de 1803 Francia e Inglaterra reanudaron las hostilidades y el gobierno español se esforzó por permanecer neutral. Francia estaba decidida a obligar a España a pagar un precio por esa neutralidad, argumentando que constituía un incumplimiento de los requisitos establecidos en el Tratado de San Ildefonso. España había ofrecido a pagar 60 millones de reales en lugar de los 100 millones de reales que exigía el gobierno francés por concepto de subsidio anual. Godoy hubiera preferido celebrar un tratado comercial con los franceses para darles acceso al mercado americano, lo cual no podía lograr por la supremacía naval de la Gran Bretaña en el Atlántico. Los ataques sin previa provocación contra las embarcaciones españolas por parte de los barcos de guerra ingleses forzaron a Carlos IV a declarar la guerra a la Gran Bretaña el 12 de diciembre de 1804. A partir de 1802 la principal oposición hacia Godoy en la Corte provenía de Fernando, príncipe de Asturias, y de su esposa, María Antonia de Nápoles. Cuando falleció la princesa en 1806, Fernando buscó la ayuda de Napoleone para su causa. En octubre de 1807 en El Escorial, Fernando escribió al emperador para sugerir la posibilidad de contraer matrimonio con una princesa de la familia Bounaparte. En la Corte de Madrid había surgido una fuerte hostilidad hacia la alianza con Francia por parte del príncipe y la princesa de Asturias, herederos al trono. Los franceses trataban de forzar a Portugal, el último aliado que le quedaba a Gran Bretaña, a que entrara en el sistema continental atacándolo a través del territorio español con la cooperación del gobierno de Madrid. El emperador tenía la esperanza de convertirse en el renovador de España y el que recuperaría la riqueza de las Indias, impidiendo que los ingleses se apoderaran de ella. El paso de 28 000 hombres del ejército francés a través del territorio español de acuerdo con el Tratado de Fontainebleau de 27 de octubre de 1807, con destino a Lisboa, no provocó oposición. La presencia de un ejército francés de 100 000 hombres al norte del Ebro en marzo de 1808 no suscitó ninguna hostilidad. En el centro de la conspiración para derrotar a Godoy se encontraba el conde de Montijo. El motín de Aranjuez durante la noche del 19 de marzo de 1808, llevó al primer breve reinado de Fernando VII hasta el 5 de mayo. Como repercusiones inmediatas de la caída de Godoy una multitud se lanzó a las calles de Madrid para saquear las residencias de su familia y sus partidarios. Los acontecimientos de Aranjuez aceleraron la intervención francesa. Napoleone apremió a Joaquín Murat, su lugarteniente en España, para dirigirse a Madrid antes de que Fernando consolidara su posición. El secuestro que realizó Murat del infante Francisco de Paula fue la señal para la insurrección de la plebe de Madrid el 2 de mayo de 1808, el inicio simbólico del movimiento de resistencia contra la ocupación francesa. La abdicación de los monarcas en Bayona: de Fernando VII Bourbon en favor de su padre, Carlos IV; de éste último en favor de Napoleone, y la proclamación del emperador del 6 de junio de su hermano José como rey de las Españas, difundió esa resistencia a lo ancho de la península. Tanto Carlos IV como Godoy echaban la culpa de la catástrofe a las intrigas de Fernando. Napoleone atribuía la caída de Godoy a las maquinaciones de los ingleses, y denunció como agente de la Gran Bretaña al íntimo asociado de Fernando, el duque del Infantado. Una semana después de la sangrienta represión del 3 de mayo en Madrid surgió un levantamiento en Asturias. La Junta General del Principado declaró su oposición a las autoridades francesas en Madrid. Los estudiantes de la Universidad de Oviedo se lanzaron a las calles en un esfuerzo de persuadir a la audiencia para que se deslindara del colaboracionista Consejo de Castilla en Madrid. A fin de evitar nuevos movimientos populares, los notables decidieron crear una junta de resistencia para defender los derechos de Fernando VII y para declarar la guerra a los franceses. Galicia siguió el ejemplo con insurrecciones en Astorga, dirigidas por el obispo, y en el puerto de La Coruña. El 5 de junio se creó la Junta de Galicia con un predominio de los antiguos miembros del clero, la milicia y la burocracia. El anhelo de la junta por combatir a los franceses alentó la rápida formación de un ejército de reclutas. Las Juntas de Asturias y de Galicia no solamente pretendían ejercer la soberanía, que les correspondía en ausencia del rey, sino que también empezaron a tener tratos con Gran Bretaña. El ministro de Relaciones de la Gran Bretaña, George Canning, entendió que las insurrecciones en España implicaban un cambio de alianzas en favor de Gran Bretaña y quitaban a los franceses la esperanza de obtener apoyo en las Indias. La fragmentación del Estado Bourbon se hizo visible con la difusión de las insurrecciones en el Sur y en el Oriente. Varias Juntas rivales surgieron el Sur. La Junta de Sevilla pretendía la legitimidad total: Suprema Junta de Gobierno de España y de las Indias, que envió plenipotenciarios a Londres, Nueva España, Nueva Granada, Río de la Plata, Perú. La Constitución de Bayona de Napoleone, promulgada el 6 de julio de 1808, y los decretos de Chamartín de diciembre de 1808, que abolieron la jurisdicción señorial y el Santo Oficio de la Inquisición, no lograron imponerse a la opinión española del movimiento de resistencia. Los ilustrados Cabarrús y Urquijo optaron por la causa bonapartista con la esperanza de continuar las políticas reformistas del siglo XVIII. Saavedra, Jovellanos y Floridablanca eligieron la causa patriota y denunciaron como afrancesados y colaboracionistas a los partidarios de José Bounaparte. La victoria del general Francisco Xavier Castaños en Bailén en Andalucía el 20 de julio, determinó un fin repentino al primer reinado de José en Madrid después de 10 días. Inexpertos reclutas y partidas de campesinos pusieron un alto a las avanzadas del general Dupont en la Sierra Morena, acabando con la leyenda de la invencibilidad de los ejércitos de Napoleone. Durante los cuatro meses que duró la ocupación de Madrid por los insurgentes, los patriotas hicieron sus primeros intentos para reconstruir una autoridad política nacional en España. Los ingleses enviaron en septiembre 4 500 000 pesos a las Juntas de Asturias, Galicia y Sevilla, haciendo presión sobre los representantes del movimiento de resistencia para establecer una autoridad central y coordinar la política y las erogaciones. La quiebra del sistema financiero contribuyó al derrumbe de Carlos IV en marzo de 1808. El gobierno absolutista contribuyó a la desintegración del antiguo régimen al emplear el poder del Estado para apropiarse de las propiedades eclesiásticas. Continuó este proceso de disolución el régimen de José I Bounaparte. Las consecuencias de la desamortización se agravaron con posterioridad a 1808. El decreto de José del 9 de junio de 1809 facultaba a los acreedores del gobierno a adquirir con sus bonos las propiedades nacionalizadas, y propuso que se terminara la venta de las propiedades restantes para fines de diciembre de 1810. La Junta de Galicia dio fin el 5 de junio de 1808 a la venta de los bienes eclesiásticos que habían sido expropiados. La Junta Central siguió el ejemplo el 25 de septiembre, como respuesta a las quejas de quienes habían sufrido daños en el procedimiento. De los bienes de la Iglesia no sólo dependían los curas párrocos, el clero beneficiado, las órdenes religiosas, los tesoreros, los administradores, los hermanos seglares o los sirvientes, sino las personas que recibían caridades de los organismos eclesiásticos y a los que pagaban rentas moderadas por las tierras de la iglesia. Las juntas patriotas adoptaron el sistema de las ventas y la confiscación como uno de los principales agravios en contra del régimen bonapartista. Las políticas de desamortización se combinaron con una pesada carga fiscal para trastornar la vida de los arrendatarios y los agricultores. La insurgencia española brotó dentro del contexto de precios agrícolas al alza. En las regiones donde ya existían tensiones agrarias antes de 1808, la lucha contra los franceses se juntó con los problemas agrarios y las pesadas cargas fiscales. El primer ministro Godoy había colocado a Vizcaya bajo la ocupación militar desde 1804 hasta 1807 como resultado de la oposición a sus políticas impositivas y de reclutamiento. Las comunidades de campesinos y señores de las localidades se opusieron al gobierno de Madrid y a los comerciantes especuladores de San Sebastián y de Bilbao, que trataban de beneficiarse con la compra de las tierras desamortizadas. Las fuerzas francesas volvieron a ocupar Bilbao el 6 de agosto con el objetivo de reagruparse del otro lado del Ebro. Para su sorpresa, descubrieron que las guerrillas ya tenían bajo su control una buena parte del campo del país vasco. Los campesinos, bajo el mando de sus curas párrocos, constituían la mayoría de las bandas: "Los militares franceses no aprendieron nada en sus experiencias con los levantamientos italianos de 1799 y 1800 en vísperas del retiro de las fuerzas republicanas. De igual manera, el propio José había experimentado en toda su amplitud los levantamientos napolitanos de 1806, y en particular, la lucha por liberar a Calabria de las bandas irregulares y de las desorganizadas unidades militares, que logró someter a un gran número de fuerzas francesas. Solo una delgada línea divisoria separa a las bandas insurgentes de Nápoles o de España de los numerosos grupos de bandidos o de pandillas de ladrones, de la ciudad o del campo, que con frecuencia constituían el movimiento de resistencia. En este sentido las armas, particularmente las navajas, existían ya en abundancia, complementándose con las armas de fuego de las unidades militares o con los implementos agrícolas de los campesinos. El crecimiento de la población, el problema agrario, las condiciones de subempleo en la ciudad y en el campo, el efecto de la recesión, eran factores que ayudaban a explicar la fácil fuerza de trabajo con que contaban las bandas improvisadas. El robo y el bandolerismo, en todo caso, habían sido la manera de vivir acostumbrada en las épocas difíciles, y en gran parte de finales del siglo XVIII y principios del XIX los niveles de vida de la clase baja estaban declinando. En ciertos casos, comunidades enteras vivían del producto del comercio ilícito. La íntima conexión que era evidente en España entre el monarquismo, la insurgencia y la criminalidad, había aparecido en forma sorprendente en el caso de los lazzaroni napolitanos -pescadores, vendedores, ambulantes, limosneros y ladrones- con su devoción por el rudo Fernando VII. Un tipo semejante al del saqueador que hostilizó a las fuerzas francesas en el sur de Italia reaparecería en España después de 1808: en ambos casos aparecieron clérigos ocasionalmente a la cabeza de dichas bandas... En nombre de esas causas se cometieron atrocidades, como lo atestigua Goya en Los desastres de la guerra. La experiencia de España entre 1808 y 1814 fue muy semejante a la de México en la Guerra de Independencia, que se inició en septiembre de 1810 y duró hasta 1821. Allí también la insurgencia podía trascender los conflictos locales, entre los grupos de rebeldes estaban también los bandidos... Los insurrectos españoles desconocían no solamente a las fuerzas francesas de ocupación sino a todo un conjunto de políticas gubernamentales de los Borbones... Una poderosa fracción del movimiento de la insurrección desafiaba las ideas de la Ilustración y la Revolución francesa que se habían infiltrado en España al finalizar el siglo XVIII. A la vista del pueblo, la llustración y la Revolución eran equivalentes a la descristianización y al regicidio" (Hamnett, pp. 77, 78). Las estimaciones de las bandas insurgentes iban de 2000 a 14 000 hombres. Los comandantes de las más importantes bandas actuaban en concierto con algunos oficiales del ejército regular, que se sentían obligados a mostrar fidelidad a la Suprema Junta Central. En el verano de 1809, la Suprema Suprema reconoció a las bandas de guerrillas y confirió a sus dirigentes con el título de "Comandantes de la Cruzada". La Junta les dio instrucciones de que sus partidarios llevaran en el brazo un emblema de una cruz roja. La zona montañosa del norte de España ofrecía un ambiente perfecto para desarrollar la técnica de guerra de guerrillas. Durante todo el año de 1809 las bandas de guerrilleros se multiplicaron en Aragón, tal como lo habían hecho en Castilla. En Cataluña las bandas de campesinos habían confinado a los franceses hasta los límites de la ciudad de Barcelona. Desde el principio de la guerra los militares franceses se dieron cuenta de que tendrían que someter al campo y a cada una de las poblaciones insurgentes a un costoso sitio. El sitio de Zaragoza sólo duró 60 días hasta que fue levantado por el general Palafox el 6 de agosto. Unos 50 mil campesinos defendieron la población bajo el pendón de la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad. En Valencia dos sacerdotes encabezaron la insurrección del 23 de mayo de 1808, saliendo en procesión con estandartes que exhibían las imágenes de Cristo el Salvador, la Virgen de los Abandonados, de San José y de San Vicente Ferrer. En julio de 1808 y la primavera de 1810 los franceses tuvieron que retroceder ante las imágenes. Para febrero de 1809, Napoleone tenía en España 288 551 soldados con una fuerza efectiva de 193 978 hombres. A principios de 1810 un ejército francés de 360 603 hombres con una fuerza efectiva de 287 650. La imposibilidad de dominar España y el creciente costo de las operaciones determinó la intervención directa de Napoleone. El desastre de la campaña de José en Andalucía en 1810, que no pudo apoderarse de Cádiz, llevó a otro prolongado sitio. El disgusto de Napoleone acarreó decretos que minaron la posición de José. El decreto imperial del 8 de febrero de 1810 produjo el desmembramiento de España al norte del Ebro, creando cuatro gobiernos militares distintos, bajo generales franceses investidos de facultades tanto civiles como militares: Augereau en Cataluña, Suchet en Aragón, Dufour en Navarra y Thouvenet en Vizcaya. El decreto imperial del 29 de mayo de 1810 estableció dos gobiernos militares en las provincias de Burgos y Valladolid, Palencia y Toro. Con el colapso de la tercera invasión francesa de Portugal entre abril de 1810 y la primavera de 1811, debilitaron la posición de Francia. Para febrero de 1811 los empleados en la región ocupada por los franceses habían dejado de percibir sus sueldos durante 13 meses. Las bandas insurgentes en Andalucía operaban en todas las regiones montañosas de Jaén y Ronda, siendo el contrabando la principal fuente de empleo de la población: "La lucha por controlar los abastecimientos de granos y de carne en el interior de Aragón produjo inflación de los precios del trigo en la ciudad de Zaragoza. Todas las fuerzas armadas en conflicto de Aragón y Cataluña dependían del abastecimiento de esos alimentos. Suchet, temiendo que los particulares trataran de beneficiarse con la gran alza de los precios, instaló tres grandes depósitos de granos en Lérida, Tortosa y Mora del Ebro. Al mismo tiempo envió a las montañas a ocho batallones de infantería para que se apoderaran de carneros. En la región occidental de la península las fuerzas angloportuguesas de Wellington estaban dedicadas a actividades semejantes. Sus incautaciones de grano determinaron que se duplicara el precio del trigo... Las depredaciones militares de 1811 precipitaron una escasez de granos en todo el centro de España, que durante el año siguiente hundió a la península en la peor crisis de subsistencias desde 1803-1805. Como el país aún no se había recuperado de esta escasez anterior, el hambre de 1811-1812 cobró un tributo especialmente grande tanto en vidas humanas como en ganado. Para mediados de marzo de 1811, Madrid ya sufría por la escasez: en septiembre el abastecimiento de alimentos de Toledo, del que principalmente dependía la capital, se había reducido en forma alarmante: para noviembre, la hambruna amenazaba la ciudad. Fue poco lo que el gobierno de José pudo hacer para ayudar. Ni siquiera pudo recabar la cuarta parte de los ingresos por impuestos que adeudaban las provincias bajo los gobiernos militares franceses. El gobierno de Madrid, con un déficit mensual que excedía al subsidio de 2 millones de francos que recibía de París, ya estaba atrasado un año en sus pagos. La hambruna persistió hasta el verano de 1812. Durante la primera semana de enero el precio del trigo se elevó a un máximo de 190 reales por fanega: para la tercera semana de junio el precio llegó a 487 reales. Por lo menos 1500 personas murieron en Madrid a causa de las enfermedades o de la inanición. Las condiciones en el interior de España eran casi las mismas: el número de ovejas, por ejemplo, probablemente se redujo a la mitad. Por contraste, los barcos británicos aliviaban la situación de los insurgentes a lo largo del litoral, y los comerciantes de Cádiz hasta se dedicaban al lucrativo comercio del contrabando de víveres con el ejército sitiador al otro lado de la bahía, para mortificación de las autoridades políticas" (Hamnett, pp. 88, 91, 92).

Alexia T. ©

Los desastres de la guerra...

 Anna Maria Rao en "La Repubblica napoletana del 1799" (FEDERICO II UNIVERSITY PRESS, 2021) identifica que en 1734 Nápoles encontró la independencia dinástica y su propio rey, Carlos de Bourbon, reunificando Sicilia, que a su vez pasó gradualmente a manos de los aragoneses, a los españoles, a Saboya Piamonte, a Austria. Llegó a Nápoles con un ejército español y como hijo del rey Felipe V, solo tras la muerte de su padre en 1746, Carlos intentó a su vez ejercer la misma tutela sobre su propio hijo, Fernando IV de Nápoles. El estallido de la Revolución francesa, en 1789, inicialmente no pareció preocupar a la corte. Pero con la creación de la República, en septiembre de 1792, y la ejecución de Luis XVI Bourbon, en enero de 1793, Francia se convirtió a los ojos de Fernando y Maria Carolina de Austria en una amenaza monstruosa contra cualquier rey. La entrada en la primera coalición antifrancesa, con la convención anglo-napolitana del 12 de julio de 1793, anuló los esfuerzos realizados para garantizar que el Reino napolitano tenga una política exterior autónoma y la devolvió a la protección de potencias mucho más fuertes y establecidas. Impulsado por sus presiones y por sus propios miedos, la monarquía borbónica, con un país empobrecido por las nuevas hambrunas y por el terrible terremoto de Calabria-Messina de 1783, con finanzas precarias y quebradas, con un ejército que apenas empezaba a dotarse de oficiales adecuadamente formados en nuevas academias, por lo demás reclutados entre la masa de pobres, vagabundos y delincuentes comunes, quería ir a la guerra contra la Francia revolucionaria junto con Austria e Inglaterra. Sólo en los años noventa, gracias a la enérgica acción del regente del Tribunal de la Vicaria, Luigi de Médici, se tomaron medidas para numerar las casas e iluminar las calles, hasta entonces débilmente iluminadas por los santuarios votivos repartidos por toda la ciudad. La crisis, iniciada con la campaña italiana de Napoleone, estalló con la caída del estado pontificio, la intervención militar en Roma y la reacción francesa. La invasión estuvo acompañada del pronunciamiento de los revolucionarios napolitanos, provocó la ocupación del reino continental, la fuga a Sicilia de Fernando IV y la proclamación de la República Partenopea. Del 23 de diciembre de 1798 al 23 de enero de 1799 Nápoles vivió días convulsos. Del vacío provocado por la huida del rey que intentó aprovechar el gobierno de la ciudad, confiado al Consejo de los Electos de cinco plazas de la nobleza y de la única plaza popular. Competente sobre todo en materia de suministro y orden público, el Consejo también tuvo que reclutar a la milicia urbana en caso de guerra: una tarea que rara vez había llevado a cabo, dado la desconfianza de los españoles primero, luego de los austriacos, hacia la nobleza y del pueblo en armas. Además, en las fases de cambio dinástico, los electos siempre habían reivindicado su papel de únicos legítimos representantes del Reino a la espera de un nuevo rey, al que luego entregaron las llaves de la ciudad. Impugnando los poderes del vicario Francesco Pignatelli de los príncipes de Strongoli, el 30 de diciembre los Electos designaron una propia "Diputación del Buen Gobierno", a la que el vicario sólo reconocía la tarea de organizar la milicia urbana. Algunos miembros del Consejo, como Antonio Capece Minutolo de los príncipes de Canosa, luego desempolvaron el viejo y noble sueño de una República Aristocrática, siguiendo el ejemplo de la "República Real de Nápoles" del 1647. Otros, sin embargo, como en el pasado, pensaron que podían asegurar su continuidad acordando con los franceses como si se tratara de un simple cambio dinástico. Demasiado tarde para ambos grupos. A principios de enero el vicario habló con el General Championnet durante las negociaciones que llevaron, el 12 de enero, al gravoso armisticio de Sparanise: éste preveía la transferencia de la fortaleza de Capua y una aportación de dos millones y medio de ducados a pagar en dos cuotas, la primera el día 15, la segunda el 25 de enero. Una contribución muy importante, si se tiene en cuenta que en 1781 los ingresos del Estado ascendieron en total a menos de cuatro millones y medio de ducados. Al conocer la noticia del armisticio, el pueblo decidió defenderse y nombró como comandantes al príncipe de Moliterno Girolamo Pignatelli y el duque de Roccaromana Lucio Caracciolo, leales oficiales borbónicos que habían adquirido fama de libertadores luchando contra los franceses. El 15 de enero el castillo Carmine fue atacado, Sant´Elmo, Castel dell´Ovo y Castelnuovo y tomó posesión de las armas, los Lazzaronis también atacaron las cárceles, liberando a los presos. El 16 de enero el vicario huyó a Palermo. Nápoles seguía sumida en la anarquía. La acción de los Lazzaronis ha sido vista por la historiografía nacionalista como una sorprendente prueba de amor patriótico contra el invasor. A los mismos comandantes franceses les parecían héroes. La propaganda que la Iglesia y la corte habían llevado a cabo durante diez años tuvo un papel destacado en la preparación de la gente para la revuelta: ya en diciembre de 1792, a la llegada de Latouche, los Lazzaronis habían expresado hostilidad contra los franceses, preocupando a las autoridades borbónicas. Posteriormente, el vicario y los elegidos se acusaron mutuamente de haber incitado y armado al pueblo, sin lograr luego retenerlo. Muchas fuentes señalan a Pignatelli como uno de los principales responsables de la llamada "anarquía popular". Para Amodio Ricciardi, fue el vicario, antes de huir a Sicilia, quien entregó "a el pueblo rebelado, todas las armas y los cuatro castillos de la ciudad", iniciándose así la insurrección de los Lazzaronis. El movimiento popular no fue del todo espontáneo. Iniciado por el vicario y los elegidos, se volvió incontrolable y aún más violento debido al vacío de poder en que se encontraba la ciudad, sin rey ni vicario y con un gobierno municipal dividido internamente, completamente incapaz de gestionar la situación: todas las instituciones del antiguo régimen, desde el poder central de la monarquía hasta el poder ciudadano, disuelto. Aparte de estos últimos testimonios, sabemos muy poco de los mecanismos concretos de la crisis ocurrida entre el 15 y el 22 de enero que convirtió al pueblo en patrones de la ciudad. Se lo debemos a Stefano Pistoia, personaje sólo conocido como el autor de un Catechismo nazionale pe´l popolo per uso de´parochi, una relación detallada de los eventos que siguieron al armisticio de Sparanise, publicado un febrero en el Giornale patriottico. También según Pistoia Pignatelli entregó sus armas al pueblo, indicando incluso "las casas que serían quemadas, y los ciudadanos pacíficos que serían masacrados". La revuelta fue instigada por los "asalariados regalistas, apasionados incendiarios, y afamados perros de la plebe que hacía mucho tiempo habían concertado un infame robo, asesinato, e incendio". Los enfrentamientos se produjeron dentro del propio pueblo, contra las milicias ciudadanas reclutadas por los Electos: "Los representantes de la Ciudad se habían ocupado de la seguridad pública, armando a 12.000 hombres, desde artesanos para arriba, que recorrieron varios barrios". Pero estas milicias no pudieron hace nada contra la anarquía popular, que explotó con violencia especialmente después del arribo a Nápoles, el 14 de enero, de los comisarios franceses enviados de Capua para cobrar el primer plazo de la contribución. El 17 de enero, desde largo del Castello hasta Toledo las calles estaban ahora en misericordia de los "locos del pueblo, que corrieron con furia para arrestar carruajes y masacrar a todos los franceses y jacobinos que encontrarán allí". Otros "con palos, piedras y otras armas recorrieron los teatros, cercando buscando franceses". El 19 de enero el pueblo atacó la casa de los hermanos Filomarino y los mató: "Y de repente todas las calles y callejones se llenaron de hombres armados con sus fusiles y bolsas de papel. Durante toda la noche se escuchó un disparo continuo, porque las armas estaban en manos de locos. En todas partes se veían hogueras encendidas por estos sinvergüenzas con vigas, trastes y otras maderas robadas. La guardia de Gattelli, del Palacio Real y otros lugares públicos fueron ejecutados por Lazzaronis descalzos, con el cuello mosquete sobre los hombros, y el casco en la cabeza con el penacho, ¡verdaderamente un emblema de locos! Dos mil mujeres corren al granero, donde también había un hospital para soldados heridos, arrojan al suelo a los marineros, con muerte de algunos, les dan el saqueo. Después de tal saqueo, estas infames mujeres toman el Crucifijo y San Gennaro, los llevan en procesión, gritando viva la fe: ¡Viva San Gennaro! Estaban rodeadas de hombres armados, y Dios no permita que algunos de los ciudadanos no se quitaran el sombrero, fueron masacrados instantáneamente. No todavía sacia al sinvergüenza hambriento, a las 4 de la noche obligaron al pobre anciano del Cardenal que bajara a la Iglesia, tomara a San Gennaro, y lo llevaron en procesión por el puente de la Maddalena, y al cabo de seis horas lo llevaron de nuevo al Obispado; y esto sin otro fin que el de tener mayor libertad y ansiedad por robar. ¡Y cuántas cosas sucedieron de ladrones, acosos e indecencias por las calles! El 19 de enero del mismo mes desahogan su rabia contra el infeliz Duque la Torre y su hermano los mataron a tiros de fusil y los quemaron en un barril de brea, porque habían entendido que por la noche a continuación debía ofrecer la cena a los franceses; saquean y luego prenden fuego a la casa. Similares desgracias suceden a otros infelices. La plebe desenfrenada corrió hacia la Vicaria, prendió fuego a la puerta; abre las cárceles, y saquean: provoca pánico en toda la gente honesta; una consternación general y una tímida palidez se podía leer en el rostro de cada individuo" (Rao, pp. 27, 28). Vittorio Scotti Douglas en Repercussions of the Peninsular War on Italy (UNIVERSIDAD DE TRIESTE, 2008), Napoleone, en su discurso del 16 de agosto de 1807 ante el cuerpo legislativo francés, habló de "las Italias", que ya eran todas suyas: "Francia está unida al pueblo de las Españas, de la Holanda, de la Suiza y de las Italias por las leyes de nuestro sistema federativo". El 2 de febrero de 1808, el general Miollis ocupa Roma en nombre del emperador de Francia. El 17 de mayo de 1809, Napoleone promulga un decreto desde Viena, según el cual el estado romano queda anexionado al Imperio francés, con la caída del poder temporal del pontífice. La motivación jurídica es que la influencia que ejerce un monarca extranjero en un imperio puede jugar en contra de la seguridad, lo más aconsejable era revocar la donación de Carlomagno. Pío VII molesto excomulga a Napoleone y promulga la bula Quum memoranda el 10 de julio de 1809. El 5 de julio, un centenar de soldados franceses irrumpen en el palacio del Quirinal, los guardias suizos obedecen la orden de no reaccionar y el general Radet ordena a Pío VII, en nombre del gobierno imperial, que renuncie al poder temporal. Le comunica que debe abandonar el territorio. Es decir, en mayo de 1808 había dentro de la península italiana, tres Estados "independientes" (el Reino de Italia con capital en Milán, el de Nápoles, el Estado del papa), un Principado de familia (el de Lucca y Piombino con la princesa Elisa Baciocchi, nacida Bounaparte), otro Principado en mano francesa, el de Benevento, trece departamentos del Imperio francés, y la pequeña e independiente República de San Marino. En julio de 1809 los Estados se reducen a dos (desaparecen las posesiones papales), los departamentos llegan a quince y el resto queda igual hasta 1814. Los soldados italianos del Reino de Italia y los napolitanos del Reino de Nápoles fueron enviados a luchar a España. Los otros soldados italianos estaban en regimientos bajo bandera francesa. Las tropas del Reino de Italia marcharon a España en tres divisiones (febrero y octubre de 1808, agosto de 1811) al mando de los generales Giuseppe Lechi, Domenico Pino y Filippo Severoli. Fue el grupo más numeroso, unos 30.000 entre soldados y oficiales, de los cuales volvieron menos del 30%. Venían después las tropas napolitanas, más o menos 9.000 hombres, de los cuales volvieron unas pocas centenas y otros pocos heridos y mutilados. La crestomatía sacada del Galimatías de Gabriel Pepe, capitán en el Primer Regimiento de Línea napolitano, el primer volumen abarca de fines de 1807 hasta octubre de 1809, y el tercero, con fecha de diciembre de 1813. Hasta la llegada del regimiento a Barcelona el 17 de febrero de 1808 hasta mayo, cuando la población empieza a ver el proyecto invasor de Napoleone, Pepe se detiene en la minuciosa crónica del viaje. En marzo, después de las noticias del motín de Aranjuez, Pepe deplora la caída de Godoy a manos del pueblo: "(...) cualesquiera que hayan sido sus excesos, sus delitos, sus tiranías y todo lo que quieran los españoles, el pueblo no tenía el derecho a poner la mano encima de un ministro revestido con la autoridad y con el poder sagrado de las leyes. Sólo atañe a las propias autoridades revestidas por las mismas leyes de un poder legítimo castigar a quien ha sido su depositario y que ha abusado de ellas". El 4 de abril, en el momento en que los barceloneses esperan un desenlace feliz, Pepe espera una obra lacrimosa, especialmente en la nota del 1 de junio: "Barcelona 1º de Junio de 1808. Hasta ahora yo no he tenido ocasión más que para anotar en este mi Galimatías pacíficas observaciones sobre los lugares, los países, las costumbres, los habitantes, sobre la tierra, la agricultura, el comercio, las industrias y las artes, que yo hacía en mis viajes y estancias at nunc horrentia Martis. Ahora empiezan narraciones de muy diferente tipo; todo nos anuncia una guerra próxima y feroz; todas las noticias que se reciben desde los distintos lugares de España dicen que hay una asonada y una insurrección general". A partir de ahora, los comentarios de Pepe están centrados en la guerra. La primera notación sobre el carácter "diferente" de la guerra subraya la participación popular en una contienda que es "una guerra a menudo (...), no entre ejércitos, mas contra la masa entera del pueblo": "(...) a mí nada más me parecía ver en España sino una guerra, más feroz por cierto, de aquella de la cual tenía confusos recuerdos de 1799, y que después había visto en Calabria y en 1807 en el Condado de Molise; una guerra, en fin, de forajidos, para decirlo a la francesa". En otro escrito, Pepe atestigua una ferocidad y una violencia superiores a las de una contienda normal entre ejércitos: "La guerra que hasta ahora hemos hecho en Cataluña ha sido una verdadera escuela de ferocidad y de desmoralización. El derecho de represalia contra las bárbaras atrocidades perpetradas por los españoles ha causado que iniquidades y horrores se vean también consumados por nuestro bando. El hecho de que los generales hayan frecuentemente u ordenado o tolerado los saqueos, las devastaciones, los incendios, ha desmoralizado sobremanera a nuestras tropas. La disciplina militar se ha relajado. El soldado, que en todo tiempo y en todas las naciones está naturalmente inclinado al latrocinio, ha creído y todavía cree que la situación perpetua de esta campaña es la que el derecho de guerra permite o tolera, cuando en realidad casos semejantes deben ser rarísimos". Tal estado de espíritu de esta nación, y al contrario en el cual nos encontramos nosotros como por una especie de venganza, hace y convierte esta guerra en una verdadera guerra de destrucción y en absoluto de conquista. Los catalanes insurrectos descuartizan, destrozan, crucifican a los infelices nuestros que caen en sus manos. (...) Nosotros por nuestra parte no somos más generosos. Si alguien me preguntase, ¿dónde está la armada de observación? Yo le contestaría sigue las huellas de los incendios y las devastaciones y las encontrarás. De los desfiladeros del Montserrat hasta la Junquera todo está saqueado, devastado, quemado. Parece que Atila haya resucitado (...); y el 1º Regimiento de Línea napolitano parece haber sido enviado aquí por la Providencia para vengar a su Patria de todos los horrores cometidos en ella por los españoles durante la opresión de los virreyes". El mismo testimonio se encuentra en el escrito de 5 de marzo de 1809 de Jan Dembowski, Jefe de Estado Mayor de la División Pino, a su Ministerio de la guerra en Milán: "La guerra en España es totalmente diferente de cualquier otra guerra. Aquí todo el pueblo dificulta la marcha, o se oculta entre las montañas. En julio, el general dálmata Andrea Millosevitz dibujaba de manera perspicaz y desalentada las características del conflicto que los soldados italianos debían combatir: "Si tuviera que darle unas indicaciones sobre el porfiado carácter de esta guerra, le diría a V. E. que de un pueblo, tan ignorante y supersticioso como cuidadoso del recuerdo de su antigua grandeza, tenemos que esperar los esfuerzos más pesados. Favorecido por un país montañoso e inhóspito; por un país en donde no se encuentra ninguna carretera en buen estado, ni un guía, ni señal indicadora, nuestras evoluciones no pueden tener ni la rapidez ni el empuje, ni la unidad que son necesarios en toda guerra, pero particularmente en la contienda de que hablamos, Cada vez que nuestras tropas dan con las enemigas, las derrotan, las dispersan; pero sus restos muy pronto se reúnen, y apoyados por una muchedumbre de paisanos, corren sobre nuestros flancos y a las espaldas; atacan a nuestros convoyes, hacen del país un desierto; y el mal que nosotros les hacemos en pocas ocasiones nos lo rinden en muchas".

Alexia T. ©

Autor del texto: Armando Ossorio ©

Fotografías: Buticul Evei ©

XPOFERENS

 

"La Borbonesa llegando a París ha ganado luises. La Borbonesa ha ganado luises en lo de un Márquez. Como herencia tenía belleza, tenía belleza como herencia, mas este tesorito le valía como el oro. Siendo sirvienta de un rico señor le dio felicidad (...) Con buenas rentas le hizo un contrato, le hizo un contrato con buenas rentas; está en su casa viviendo con estilo. De campesina es ahora dama (...) En un carruaje viaja con comitiva; viaja con comitiva en un carruaje; y prefiere París a su aldea. Ella ha ido a mostrarse en la corte; a mostrarse en la corte ella ha ido; se dice, por mi fe, ¡Que ha gustado al rey! Chica bonita no desesperes: cuando se es atractiva, cuando se es bonita, tarde o temprano tal destino encontrarás".

 

Primera versión de "La Borbonesa".

 

"¡Qué maravilla! Una chica que no es nadie, una chica que no es nadie, qué maravilla está en la corte. Ella es bonita, tiene ojos pícaros, tiene ojos pícaros, ella es bonita; con arte excita al viejo disoluto. En una buena casa tomó lecciones; tomó lecciones en una buena casa. En lo de Gourdan, en lo de Brisson; lo sabe todo. ¡Cuántas posturas! Leyó a Aretino; leyó a Aretino; ¡Cuántas posturas! Sabe en todo sentido excitar los sentidos. El rey exclama: ¡Qué talento, Ángel! ¡Qué talento, Ángel! El rey exclama; pude otra vez soñar en hacer un cornudo. Ven a mi trono, te quiero coronar, te quiero coronar, ven a mi trono: como cetro toma mi pito. ¡Está vivo, está vivo!".

 

Segunda versión de "La Borbonesa". 

 

En 1768 Madame du Barry fue la inspiración de canciones populares con la melodía de "La Borbonesa", por su relación con Louis XV Bourbon.


"Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam".

Alexia T. ©

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